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EL TALLER Y EL ROBOT Ensayos sobre el fordismo y la produccion en masa en la era de la electronica BENJAMIN CORIAT | ae | eres. 3a. edicion | traduccién de ROSA ANA DOMINGUEZ GRUZ EL TALLER Y EL ROBOT Ensayos sobre el fordismo y la produccién en masa en la era de la electrénica or BENJAMIN CORIAT xl siglo veintiuno editores, s.a. de c.v. CERRO DEL AGUA 248, DELEGACION GOYOACAN, 04310 MEXICO. OF siglo veintiuno de espana editores, s.a. CALLE PLAZA 5. 28043 MADRID, ESPANA portada de maria Iisa martinez passarge primera edicidn en espafiol, 1992 tercera edicidn en espaitol, 1996 © siglo xxi editores, s.a. de ov. en coedicion con © siglo xxi de espafia editores, s.a. primera edicién en trancts, 1990 © christian bourgois éditeur, paris titulo original: Matedier ef fe robot, essai sur le fordisme et la production de messe & Vige de électronique isbn 968-23-1 808-4 derechos reservados contorme a la ley impteso y hecho en méxico/printed and made in mexico INDICE PREFACIO;: ‘"LOS INGENIEROS DEL TIEMPO" YPROLOGO: UNA NUEVA COYUNTURA HISTORICA PRIMERA PARTE; TECNOLOGIAS, MERCADO, ORGANIZACION 1, LA NUEVA ELECTRONICA DE TALLER 1, De la automatizacién de las fabricacioncs a la informacién de los procesos, 39; U1. La tercera era de la automatizacién: una revista de las tropas, $1; 1. Integracién y flexibilidad: una nueva trayec- toria tecnolégica, 60 2. LOS TALLERES DEL POSFORDISMO 1, Entre innovaciones teenolégicas ¢ innovaciones organizacionales, 69; UL. Lo més sencillo: la linea fordiana automatizada (forma 1), 71; UL. La aportacién de la logfstica: la linea asincrénica de monta- je 0 linea tayloriana informatizada (forma tt), 75; IV. La linea inte- grada flexible (forma m1), 80; V, Las revoluciones de la planeaeién y de la administracién de los insumos: Kan-Ban y MRP (forma IV), 83; VI. Una gran variedad de formas. ., 95 SEGUNDA PARTE: LAS MUTAGIONES DEL SISTEMA. PRODUCTIVO FORDIANO |. MICROCONOCIMIENTOS 1. Una visién elemental de los efectos de la automatizacién flexible, 101; 11. Ahorros de organizacién, 106; Ill. Economifa de escala y fir- mas multiproductos, 117; 1V. Economfas de aprendizaje: las ven- tajas dindmicas de las tecnologfas flexibles, 126 4, ESPRCIALIZACION FLEXIBLE Y FLEXIBILIDAD DINAMICA 1, “Econom{as de variedad’’ y productos de cielos cortos: el princi- pio de especializacién flexible, 145; 1. Economias de experiencia, repeticin procedimiento-producto y principio de flexibilidad dind- mica, 154; Ill. Socios y redes: la modificacién de las relaciones en- tre empresas, 161; IV. Fordismo y producciéa en serie: una recon- sideraci6n, 167 it 17 35 37 68 99 101 142 TERCERA PARTE: MODERNIZACIONES 5, LAS METAMORFOSIS DE LA DIVISION DEL TRABAJO 1. Un efecto de desplazamiento: el trabajo concreto redistribuido, 180; 11. Un efecto de reclasificacién, 187; 11. Un efecto de organi- zacién: figuras obreras del postaylorismo, 197; 1V. Los modelos con- trastantes, 207 6, LAS NUEVAS CODIFICACIONES DE LA RELACION SALARIAL 1. Estados Unidos: o el imposible intercambio de rigideces contra flexibilidades, 210; 11. La RFA: ana relaci6n salarial establecida en torno a la competitividad externa, 222; 111. Relacién salarial, rela- cién de empleo y,.. normas de consumo, 232 \ BPILOGO: LA GRAN TRANSICION BIBLIOGRAFIA 177 179 209 241 259 PROLOGO UNA NUEVA COYUNTURA HISTORICA El virgen, ¢! vivaz, ¢l hermoso presente pretende destrozarnos con un ebirio aletazo el lage olvidado y duro que su escarcha encuentra jel glaciar transparente de vuelos que no huyeron! S.MALLARME, Podrei Desde luego hubo’precursores; ‘pero si lo que nos preocupa’es captan el momento de la entrada irreversible de la electrénica en el taller, Jas cosas estan claras. En la segunda mitad de la décadade los setentacs cuando el robot —objeto'rey de la nueva automatizacién— asegura un vigoroso avance que ya no se desmentira: sélo algunos cientos de robots estan en actividad en 1974, varias decenas de miles en 1989.! Y eso para no mencionar la inmensa logistica informatica o electréni- ca, en Ja cual se apoyan autématas y gobernadores programables uw otras cateuladoras y computadoras industriales, que pilotean:en tiem- po real las trayectorias de las bandas transportadoras o hacen entrar en accién, con milisegundos de diferencia, las herramicntas de las ma- quinas, Sospechamos que seméjanté avanice, semejante invasion dela légi cay del orden del taller, no son ni ¢ausa tinica ni explicacién sim ple, Para dar cuenta de esta mutacién, hay que invocar'un conjunto de historias, de trayectorias y cde determinaciones. Para aclarar las-cosas ¢ Introducir un principio-de lecturay de interpretacién, diremos que en la segunda mitad dela década de los setenta tres historias conexas, pero cada una con su temporalidad propia, convergen para asegurar este impulso y este avance sin precedente de la electrénica como he- rramienta de produceién. * La apa (en Bulletin de Ares, Asnciacién Francesa de RobGtica Industrial, 4, P ce Jussieu, 75252 Paris, cepex 05) asf como la revisia Azer Robotigue anualmemte publi- can on Francia estarlisticas nacionales¢ internacionales sobre la difusidn de los robors Nos podremos referir sitilmente « ellas para apteciar el rapide crecimiento del parque de robots instalades 71 uu PROLOGO La primera deesas historias es, por encima de todo, la de la for- mn, \a del emplea y la de la disciplina industrial tal como se expresa y se entabla en las técnicas de organizacién del trabajo. La electronica (oma aqui un relevo, ef del taylorismo, cuya le: gitimidad est4 quebrantada y que, desde fines de la década de los Sesenta, comienza a aparecer como una inmensa mAquina consu- tmidera de tiempos muertos. El concepto simple y ristico de la di- visién y de la hiperfragmentacién del trabajo, hasta chtonces to- talmente hegeménico, se ve sustituido por el florecimiento de una practica y muy pronto de conceptos nuevos en materia de organiza cién del trabajo. La segunda historia se alimenta de Ja primera, pero la rebasa, y en parte la determina. Es la de los comportamientos y las cstrategias de valorizacién de los capitales seguidas y desarrolladas por las em- presas, es decir también de las formas de competencia que se forman y se deshacen en este enfrentamiento permanente que constituye la economia llamada de ‘‘libre empresa’, Tras una larga fase de mer- cados crecientes y solicitantes de productos estandarizados, el peri do posterior a.1974-1975 va a marcar la entrada en la era de los creci- mientos mas lentos y de fa diferenciacién. La era de la compelencia por (a calidad, la era de tos productos especifiendos y de la fabricacidn por lotet. Tam: bién aqui la electrénica, Ja flexibilidad en el uso delos equipos. que ésta hace posible, encontraran wn espacio para desplegarse a gran escala, Finalmente, la tercera historia es de orden cientifico y 1éenicn, Es la historia conjunta de la computadora y del autémata industrial lle- gadas de los confines de lo imaginario, y dé lo mas vivo de las preocu- paciones humanas, desde el momento én que, por lo menos, ¢l factor en juego.es la reduccién de la dificultad)y del esfuerzo. La guerra, el flo- recimiento de innovaciones a las que da origen, ¢f matriniomto de ta elec trdnica y la mecdnica —‘‘la mecatrénica’’, dicen los japoneses—, asi como los desarrollos de la informatica de produccién, van a converger para que se asegure el desarrollo de un potencial técnico sin precedente, utilizable en combinaciones productivas y formas de organizacién nuevas: Describamos breyemente estas tres historias, esas tres determi- fuielonén y las condiciones de su convergencia. Una claridad naceré de ello an el punto en el que estamos, y donde cormienza, con la era dé |i clectednica industrial, la entrada en una coyuntura histérica UNA NUEVA GOYUNTURA HISTORIGA 19 i ORGANIZAGION; EL SURGIMIENTO DE NUEVOS CONCEPTOS En 1990 parece que se ha dicho todo, o casi, de la evitica al tayloris- mo, Sefial dé tos tiempos: el Adiés a Taylor’’ se convirtié en un pa- rrafo obligado para quien —con alguna credibilidad— desea hablar sobre las organizaciones del futuro y ‘la fabrica del mafiana’’ En poco més de una dévada, jcudnto camino recorrido! El maestra éstacdunidense —decenas de aftos de ensefianza, de minucia, de nor- mas en (odo el mundo copiados y yueltas a copiar— jbarrido asi, y tan rapido! Sin duda fue demasiado honor pero ciertamente hoy es demasiada indignidad. . Tendré la ocasién de mostrar que Taylor, 6 al menos él corazén dé su ensefianza, sigue presente y bien vivo en el centro de los dispo- sitivos complejos supuestamente mas “*modernos’* y mids sofisticados. La electronica, por desgracia demasiado a menudo todavia, sélo es introducida como soporte al servicio de las técnicas ras tradicionales de intensificacién del trabajo. Sin ernbargo, también es cierto que'al comienzo de fa década de los ochenta cierta historia se termina, La del paradigma centrado en los principios taylorianos y fordianas, pic- dra angular de todas las organizaciones del trabajo hasta muestros dias, y que estipula que la eficacia y la productividad dependen central- mente de un trabajo fragmentade y distribuido a lo largo de una le nea, la cual s¢ desplaza a ritmo rigido. Histéricamente eficaz, cn otra canfiguracién por completo distinta de los mercados de trabajo y del sindicalismo, el taylorismo, considerado bajo su forma canénica yco- mo sistema de conjunto, Vega verdaderamenté a sus mites. El punto importante, por lo que nos ocupa, es que su impugnacién y su reexamen critico dejan libre un inmenso terreno para Ja bisqueda de nuevas précticas y de nuevas conceptos en organizacién, Terreno que apenas comienza a recorrerse. Esta bisqueda de nuevos conceptos en organizacién, comenza- da desde principios de la década de los setenta, ¢s el primer suceso importante en e] cambid de coyuntura general al que asistimos. En efecto, ayer como hoy el coraz6n de las investigaciones sobre orga- ‘jnizacién sigue centrado en los principios més eficientes en materia de ahorro de tiempo en la producelén, éste tiene que ver con las condiciones y las tasas de intervencién de las mAquinas, el modo de consumo productive de la fuerza de trabajo o la administracién de las materias primas y de las existencias. En todos estos puntos, las innovaciones organizacionales hoy son numecrosas y de gran alcance. A » PROLAGO \o largo de ests obra, insistiremos abundantemente en las mil y una Hovedides conceptuales, ya-constituidas o que sentimos que comienzan a brotar, ¥ que renuevan a profundidad el pensamiento sobre organi aavidn, para hacerlo capaz de administrar sistemas ya estnelalmente complejos, Sin embargo, antes de-entrar en detalle, desde el principio deben aportarse dos precisiones a propésito de Ja relavién entre organiza- thin y electrénica cel caller, La primera consiste en recordar claramente que si el autémata, el robot o la catculadora son indiscutiblemente soportes —a yeces jioderosos— para volver operativas nuevas organizaciones (tratandar 4¢ por ejemplo de la puesta én practica de nueyos principios en mate- ja de organizacidn de los flujos y cle las transferencias, de conexiones ehtre maquinas y Ifneas de produccién, o de la administracién de las GOMPIAS }, en ningtia case constituyen sustitutos de la actividad proplamente conceptual en que consiste él acto de concebir una orga- hizacién del trabajo y de la produecién. Taylor y posteriormente Ford fueron importantes por sus aportaciones en conceptos,,o:si se prefiere por sus innovaciones orgenizacionales. El taylorisma, independientemen- te de las mil y una aplicaciones.a las que dio lugar a partir deb tripti- co: especializacisn de las funciones, fragmemtacién de tas tareas y medicién de Henpos y movimientos, hiza posible y utilizable para todos el concepto de organiaacién del trabajo en tiempo asignado. A través del princi- plo de la wransportacién mecdnica de las piezas a lo largo de Ifneas concebidas para resguardar operaciones sucesivas, Ford aporta el con cepto de tiempo impuesto.* Asi pues, que las cosas queden claras, Hay que distinguir cuidado- samente las innavacianes organtzacionales de-las tnnovacianes tecrioldgicas, y esta distincidn esencial constituye una de las claves de la lectura fun- damental que pretende aportar esta obra ala interpretacién que pro- pone de los cambios en curso. 2 Biel caso. de eaas dos series de innovactoncs organizacionales, los soportes técni- eo) pueden ser de to mils varindn.. Por ejemplo, para la transportacién en. banda, es polite ulllizar tnedick, eéciicos iam diferentes como:cormederas sornaticas w la slmple lueraacde geavertad, a la energia bidfdulica, térmica © elécerlea. 1a electronica ex af pir ifiade aes al asiato, Lo verificaremos cuando secorderona cémo las primeras If- fread, GUC Lilizabian leelecerénics, no eran de nitigin modo innovaderas, Conceptual- jeate se trataba de Ifpeas fordianas elasicas pero cuyas herramlentas y bandad trans pertadiiras neiatan administradas por medios informAticos 0, electrnicos UNA NUEVA GCOYUNTURA HISTORICA a4 La segunda precisién que des¢amos aportar consiste €n recordar que, en la coneatenacién de mantaciones a la que asistimos, las inno- vaciones organizacionales han precedido a las innoyaciones tecnols- gicas. Siempre y cuando al menos, como es el caso aqui, por innova: ciones tecnolégicas s¢ entienda generaciones de medios de trahaja que incorporan la clectrénica En efecto fue desde lines de la década de los sesenta, como respuesta directa a Ja crisis del taylorismo, cuando por iniciativa de las.empre- sas, se desarrolld un intenso movimiente de experimentacién y deine vestigacién, cuyo objetive eta disminuir la vulnerabilidad de Ja cade- na de montaje al ausentismo, al tum-over y mas generalmente a las diferentes formas, larvadas a abiertas, de resistencia obrera. Era la época Hamada ‘de la humanizacién de] wabajo"', bandera bajo la cual se desarrollaron mil y una innoyaciones, y practicamente en todos los paises de capitalism, avanzado, A la distancia, debemos reconsicerar esta épora y este episodio para apreciarlas en su justa medida, Desde ese punto de vista, hay que decir dos cosas. La primera es para recordar que, cn cuanto al objetivo proclamia- do, poner fin al trabajo deshumanizado, fragmentada y repetitivo, el periodo termina con un completo fracaso. Si bien hoy hay menos obre- ros especializados en el porcentaje de la poblacién trabajadora, 10 debe imputarse en primer lugar a los métocos diyersos de recomposicion de lag tarcas, sino al desemples que no ha, dejado de extenderse, gal- peando muy duramente a los sectores menas calificados y menos pro- tegidos de Ja fuerza de trabajo social, Ademds, salvo raras y notables excepciones, a las que volveremos, allf mismo donde se introdujeron. esas técnicas, ningtin observador serio se atreve 4 sostenth que later volucién anunciada de rearlaptacién del trabajo ‘'deshumanizado"' ver- daderamente tuyo lugar. Sin embargo, ¥ e3 el segunda punto sobre el que hay que insistir, si bien el trabajo. manual no ha sido ‘(revalorizado”’, por, uno de esos rodeos que acastumbra la historia, la herencia.que nos viene de este periodo na por ello deja de ser de considerable alcance. En efecto, el periodo lega el hecho —que hard épeca y en el cual viviremos ain mucho. Hempa— de que nuevas pericias en materia de organizacion se constituyeron, desfasadas ya veces opucstas a los preceptos cand: nicos del taylorismo y del fordiémo, Una nueva cultura técnica de em: presa nacié, Desde luego no surgié de la nada, Georges Friedman? 2 Gf: gobre.todo. Loe tanail en puvetler (1978),, Gallimard. ae PROLOGA iiforma cémo, desde la década de les cincuenta, se halifan realizada experiencias de-reorganizacion de las tareas en la industria estaduni- dense. Rin la década de los sesenta, él enfoqie llamado sucivtécnica abria por su parte férmulas inéditas ala experimentacién, Sin cm- barge, con ef impulso de Jas luchas de los obreros especializados, la funenaza permanente de ruptura que significaban, al comienzo de la década de Jos setenta se da uni cambio brusco. Y las investigaciones sobre organizacin del trabajo ‘dan a luz” finalmente a nuevos prin= ciplos, @ nucvos concepros, Vayamos a fo esencial, Mas alla del detalle de los experimentos y de su diversidad, se eonstitaye un nuevo concepto general de organi> zacién —postayloriano— para la produccidn de muy grandes voli menes, es decir allf donde la rigideces parectan ser mas ineludibles, Descansa sobre tres principios interdependientes! * distribuir el trabajo, ya no cn puestos individuales'y rareas frag: mentadas, sino en “‘islotes'’ de trabajadores, en pequefios grupos que administran \n conjinto homogéneo de tareas; @ romper el cardcter unidimensional de las lineas:de mantaje y dé fabri- cacién, para concebir el taller como una red de minilfneas entredas cua- Jes circula el proviucte siguiendo trayectorias que se-han vuelto complejas; * finalmente, remplazar la banda transportadora:de ritmo fijo por carretillas que se desplazan por la red con ritmas flexibles, y capaces de elegir —gracias a un sistema guiad6 por cables— en todo lo con- cormiente a tareas estindar, él alistamiento hacia las lineas correspon* dientes, o en lo tocante a tareas especificas, de encaminarse hacia las partes dé Ja red especialmente concebidas para cllas, En pocas pala- bras, pasamosde lineas unidimensionates dle ritmo tigido a organiza cianes mulicdimensionales, en red y a ritmos flexibles, Pongamos los puntos sobre las ics. Eso no tiene nada de “tecnaldgi- co’. La imovacién deserita aqui es, en esenciay principio, puramente organizacional, Prucba de lo cual es el hecho de que las primeras ex- petimentaciones en ese sentido —de lo cual la fabrica Volvo de Kal mar constituye un arquetipo muy estudiado— son muy anteriores a Ja era de |a informatica industrial, Como mostraremos en detalle mas tarde, esas experiencias apoyadas en conceptos nuevas liberaran un enorme potencial de productividad y; digdmoslo, de flexiéilidad en bas organizaciones productivas, Sobre todo, és én ese tipo de base pro- ductiva donde la electrénica, que llega un poco mas tarde, dara su plena medida, A partir de conceptos (aylorianos, en csencia la elec~ trénica s6lo habria contribuico a una tigidez suplementaria del taller YUNTURA HISTORICA 23 UNA NUEVA {De esta manera, sostendremios que es una nueva ingenieria orga- nizacional Ja que se ha conatituide alll Gon el tiempo no cosard de alimentarse cn las fuentes ¥ 10s origenes mas variados, recibiendo sox bre todo la aportacién de los eonceptos de la tecnologia de grupo. Hoy, llegade el tiempo del “‘niodelo japonés'*, la que opera 28 a revolu- cién del ‘juste a tiempo” y de las organizaciones ‘de flujos tensos, modificanco lo que-atin quedaba de los credos elasicos de la escuela estadunidense tayloriana y fordiana, t : sa renovacion, esencial, de las bases y de las habilidades en organi- zacién que, como hemos visto, obedece a una historia propia, ¢n busca de nuevos soportes para el ahorro de tiempo y la ganancia de producti- vidad, es mucho mas poderosa y vigorosa, pues se encuentra hoy atra- pada en otra historia, otro recorrido que Je es afin, el de las formaa de competencia, Se eshoza asi un juego de figuras complementarias, ‘Todo habla comenzado con una secuencia propia y acusadamente singular que el taylarismo habia encadenado y asociada: {a produc: cién de grandes valiimenes y la competencia pot las cantidades ¥ los costos, La large crisis que se despliega ante nuestros ojos, la inestabi- lidad —que ha vuelto ahacerse del crecimiento y de Ia acumulacion han hecho resurgir la incertidumbre y la imprevisibilidad como hori- zonte permanente; Las condicianes de la presencia o de la reproduce cién de la empresaven el mercado, ya fortiort de su crecimiento, s€ han modificado, Desde. ahora, estar presente significa ser capat de res ponder a una situacién de demanda ampliamente imprevisible tarito en cantidad como en calidad, Tras laera fordiana de los productos estandarizados fabrieados eh serie, he agui la era de lo pace, la era de la calidad y de la diferenciacién. TO DE LA CALIDAD. 2. PRODUCTOS ¥ MERCADOS: EL: AUME! Y DE LA DIFERENGIACION Situémonos del lado de la empress individual, Cualquiera que sea su colocacién o/su parte de mercado, en’cualquier sector que ppere, Po- co.a poco se afirmara una novedad, para imponerse finalmente xomo una verdad esencial de nuestro tiempo, Ese cambio radical de situa- 11, va enteramente consumado a principios de la décacta de los ochen- ta, cabe én una proposicién dnica: la era dela, produccién em serie de productos indiferenciadas ha terminado. a4 PROLOGO Sin embargo, esta proposicién radical, que por supuesto hemos de- cidido presentar como tal, no debe conducirnos a conclusiones 6 in- lerpretaciones apresuradas. Por esto, desde el principio es nécesario hacer una precision que vale igualmente como advertencia. No es la produccién en serie como tal la que esta condenada, sino la produc- cién en serie de productos indiferenciados, Volveremos a ello amplia- mente: demasiadas ventajas econdimicas estan ligadas a la produccién de grandes o muy grandes volimenes coma para que pueda pensarse que sea abandonada. No obstante, enadelante debe aceptarse un nue- vo desafio; conjugar grandes voltimenes y produccién por lotes de mer- cancias especificadas, Desde ahora este apremio y este desaffo son uni versales, y concierhen tanto alas empresas'de los sectores tradicionales de demanda estancada o decreciente como a las dedicadas a Ja fabri- eacién de productos nuevos, en los sectores donde la demanda es cre- jente y donde la innovacién de procedimientos'a de productos se ha vuelto casi permanente, Las causas de esta situacién son milltiples y'con frecuencia inter- dependientes. En cuanto al fondo, se reducen a las condiciones nue- vas ereadas por la apertura ree{proca de las diferentes economias na- cionales en un momento en el que en los grandes pafses de crecimiento fordiano canénico, los mereados de base de ecpiipo basico estan relati« wamente saturados, En cfecto, en la década de los setentael crecimiento se hace mis lento, mas inestable, mientras que la competencia se vuelve mas compleja, y los mercados estan sometidos'a un proceso dé frag- mentacion y segmentacién en componentes especificos, Explicitar un Poco esas nuevas dimensiones, nos permitird delimitar mejar los con- tornos del paisaje al que desde ahora deben enfrentar los agentes, Para apreciar la significacién de ese paso a Ja era de Ia diferencia- cién, hay que partir del hecho de que desde la década de los setenta en la mayoria de los sectores de la produccién en serie de productas terminados (automéviles, electrodomésticos, bienes de equipo de los hogares.. .), pero también de productos intermedios (siderurgia, pe troquimica, vidrio. . .), los mercados, que eran globalmente solicitantes (cs decir que las empresas tenfan los mercados garantizados, pues la demanda era sin cesar potencialmente superior a la oferta), se Invir tieran para volverse globalmente oferentes: con frecuencia las éapaci- dades instaladas se han vuelto superiores a las demandas solventes De esta manera, en cl momento mismo en que los oferentes teales 0 potenciales se multiplican, y énel que se vuelven complejas las condi- siones de competencia, ¢l crecimiento mundial se hace a la vez més UNA NUEVA COYUNTURA HISTORICA 25 lento ¢ inestable, En el caso de los grandes fabricantes.de productos industriales, los bienes destinados.a la exportacién ocupan una parte jad interior. De ello resulta permanentemente crecienre de la acti que Ia estrategia de crecimiento de las empresas, por disminu fos costs, mediante cfectoside dimensién y biisqueda sistematica de economia de eseala, llega aqui aun limite verdadero. Alimentar un mercado, conquistar uno nueva, desde ahora exige conciliar menor costo con tna politica de productos que permita —por adaptacién o. por anticipacién— captar cireulos de consumidores especifieados y cu- yas demandas estén determinadas, Lo que sucede es que, durante el periodo de la edad de oro del for- dismo y del crecimiento regular-del poder de compra, el sector asala- riado ve extendié y se hizo complejo, ocasionando una multiplicacién de las categorias y de los segrnentos del mercado del trabajo, y. for- mando de esta manera una demanda mucho més diferenciada que en el pasado. En el caso. de un mismo producto de base, las caracteristi- cas esperadas para cada categoria de consumidor se vuelven particu lares y especificadas. Para decirlo en una palabra, poderosas fuerzas convergen de diferentes vertientes para asegurar al valor dé usoide los bienes una. importancia y una atencién renovadas. La calidad del pro- ducto, sti adecuacién a normas técnicas o-culturales extranjeras, 0 su adaptacidn a cfrculos especificados de consumidores, se convierten.en condiciones esenciales de su penctracidn en los mercados, Ademas, si bien las presiones de produccidnen serie a bajo costo se perpetian, en adelante la oferta de productos debera ser capaz también de hacer frente a la diferenciacién cle la demanda, Una politica del valor de uso deberd ser constitutiva de la propia estrategia de produccién,* Dos ejemplos elegidas.a propésita en dos sectores de produccién en serie de caracteristicas muy cliferentes permitiran ilustrar lo dicho) En la industria automotriz por ejemplo, para un modelo de base (el RS de la empresa Renault 6 el Pord "* ae existe en prome un centenar de variantes, segtin las opciones, las especificaciones, o las normas de exportacién? idn de * Uni nueva teorfii del consumo (ef, Lancaster (1966); [1975] ¥ [1979]) habla anti- cipado-ste alguna manera esas muracones, eco en la tearfa,de tos cambios que han atr vesaco el munda real. Mas precisamente sobre las exigencias muevas de otorgar la pro- doccién en serie a una demanda diferenciada: véase M. Aglietta y A. Bronder (1984) © Beas exigenclas nucvas de variabilidad de los productos podian satielacerse en parte con lat organizaciones del trabajocen islote de montaje, nacidas dela crisis del cayloriano & pelbelpios de fa ciécada de los setcnta. Sin embargo, como lo mostraremos, sf bien ts PROLOGO (Ot lejoa estdel ticmpo.en que Ford, desde lo alto deste soberbia, li tranquilamente anunciar; “Los cliences tendrin un auto del colar if quikran, jsiempre y cuando lo quicran negro!..."* fin remimmen, no todo lo concerniente al avance de la diferencia- wid ex mencillo. Y no todo es imputable sdlo al comportamiento de I “loeconsumidores, Se trata, en la misma medida, de estrategias de ofer- ta Hace ya mucho tiempo, ¢l gran economista estadunidense ‘Chamberlin’ construia una teorfa-entera sobre las formas de eampe- ‘Jeiicia a partir de la idea de productos diferenciados no directa ein: eee sustituibles unos par los otros. De ello deducia tam: bo extrategias de empresas basadas en la diferenciacién y la biisqueda pe parte de las empresas de-ingresos monopolisticos de (sobre) ancl, aunque éstos slp debian ser —en la mayorfa de los casos— _jiiajeras 4 cfimeras, _-Yit se trate del mercado interior o del mereado mundial, se ha ye~ sHifieado (ina mutacién central: con-el surgimiento de nuevos compor- Wamientos de consumo, marcados cone} sello de Ja diferenciacidn, se, _abren paso nuevas narmas de competencia. Estas se refieren tanto a la naturaleza y Ja ‘'calidad''? de Jos productos como a los costes, Las. consecuencias de semejante tipo de situacién, sobre las estruc- tutas de produccién, son considerables: La consolidacién de esas nue- vas normas de competencia, que vienén a afiadirse alos limites socia- Jog ulearizados por'el taylorismo y ] fordismo, consuma definitivamente ; |u. muerte de los sistemas rigidos de grandes volimenes de productos esjandarizadas. De ello resulta la necesidad de Inéas flexibles de pro _duevién. Flexibles, es decir capaces de fabricar sin una mayor reorga nizacién productos diferentes, a partir de una misma organizacién bé- fica de los equipos y con una reducida demora de ajuste. A una -deimanda que se ha vuelto inestable, a veces voldtil y siempre diferen- tan (6¢nicas son un punto de partida preciose —y 2 menudo te han vuelto a urilizar boy— no pueden por ef mitsmas acer frente a la integralidad de las exigencias y presto aes de la mutacién contemporaine en las Formas de comperencis (e8 capftullo 2) ‘OL da. parte de esta obra duce insistiremes én ci ft 4 lid ae en ci interés Ia aetualidad Ue Jos J Galidad) debe emenderse aqui nun doble-sentide, E} sentido coremte que ‘hare decir que los micmoz productos, pero ce marca diferemey zon de: miso menos jueria ealidad!' Sint embargo, “‘calidad’* también significa “caracierfeicas'* parti- colizes ligadiie Wun producto que Jo diferencian, lnclieso ligeramente, de otro producto Hparcbtomenie Kléitied pero que no pose las mismas caracteristicas. Pata wna exposi- eld pris detullatia dense punto de vista, ef. las diferentes. contribuciones contenidas UNA NUEVA COYUNTURA HISTORICA 27 biaday hay que hacer corresponder Itneas de produccién que garanti~ ven p la oferta esta misma capacidad de adaptarse y diferenciarse. Por Jo tanto ¥ erveste context, se comprende que los disefiacdoves bus- (juen y desarrallen sistematicamente algunas potencialidades presen- judas por los nuevos medias de trabajo, en particular las de ser progra: ables para diferentes series de operaciones, que se traducen. en faracteristicas o formas diferentes de las materias trabajadas.o de los productos fabricados, La posibilidad que ofrece ta electrénica de apor> tara las Iineas de producctén Ta flesibilidad y la adaptabilidad reque- ridas por el cardcter ya esencialmente aleatorio de jos mereados; las dota de un_atribute irremplazable. 4. TECNOLOGIAS: UN VERDADERO “SISTEMA TRENIGO™ Finalmente, hay una tercera historia que: hay que recordar para re- montarnos a los orfgenes y terminar de esbozar los contarnos de la coyuntura nueva enla que hemos entrado, Es la coyuntura conjunta de be microcomputadora y la informatica. Fue contada muchas veces. Con talento y conviceién® o de la peor manera, Pero, a distancia, para quicn la ha examinado'un poco; con al privilegio del tiompo transcurrido y la pereepelén por todas partes manifiesta de sus efectos, qué dificil resulta escapar de la fascinacin. . . A fines de la década de los-sesenta y a comienzos de la de los setenta; un pufiado de hombres lo lograron; aprisionar en algunas gramos de siliclo un poder de edlculo en el que dics afios antes nadie se habria atrevido siquieva a sefiar. Ademés, este poder esta basado en una ca pacidad de tratamiento légico programable y reprogramable. En 1974 nacié la microcomputadora, verdadero corazén y centra nervioso de las maquinas modernas, ¥ répidamente, con el dominio consolidado de la técnica de las micracomputadoras un poco de irreversible entra en é} mundo de la téeniea y, por una serie de contagios importantes, ene] mundo a secas, En efecto, en torno-a la microcomputadora ya la computadora, en ja interfase de la electrénica, de la informatica y de las telecomuni> caciones, tin florecimiento de objetos tecnicos inéditos, hecho de pra- * Bnize' las obras de-divulgacién, pefn dle ealielail, comstiltaremis: Mapport sur tétat ds la teckniqer (1983), J. Mizrahi (1986), 0 de nuevo Ph. Breton (1987), ub PROLOGO efdimientds ode productos, lentamente invade el mundo material o teje en gecreto las redes de lo inmaterial. Gomo solo sucede una vex wh siglos, alrededor de lo que se ha convenido ya’en Hamar ‘‘las tee- nologias de la informacién’’, una revolucién est4 en curso. Demos un paso y designemos las cosas por su concepto, En el sens tido tan particular y preciso que Bertrand Gille daba a esos términos cuando examinaba el destino de la maquina de vapor en el Ultimo tercio del siglo XVI, ya es posible sostener la tesis de que con la microcom= putadora y la computadera, asistimos a la consolidacidn progresiva de un “sistema técnico’’. Si razonamos par analogia con lo que fue la caracterizacién de Bertrand Gille, encontramos —tanto en superficie como en profundidad— todos los elementos constitttivos de un siste- ma técnico. Enefecto, a partir de una lectura de las obras del maestro historia- dor de la técnica, potlemos reconstituir la [sta de los rasgos csenciales constitutives de un sistema técrico, y verificar que las tecnologias de Ja informacién se encuentran en el origen de una mutacién compara- ble a la inaugurada por el vapor. Siguiendo a Bertrand Gille, y asumicndo cl riesgo de simplificar un poco una reflexién y una conceptualizacién que se han apoyado en décadas de investigacién intensa y apasionada,? diremos que la de- finicién del concepta de "sistema técnico" puede obtenerse en la en- crucijada de algunas proposiciones centrales, Procedienda de lo general alo particular, diremos que un sistema técnico se constituye cuando, a partir de un punto y de un estado da- dos del conocimiento cientifico ¥ técnico, se desurrolla una’ /iea acu- nulativa de habilidad que termina por dar nacimiento a conjuntas téc- nicos de yocacién’ "‘genérica', A éstos sélo-se los considera tales si cumplen por lo menos dos-condiciones. En primer lugar deben: per~ niitir un salto considerable de la productividad humana del trabajo; luego deben poseer un caracter eminentemente: ‘transversal’, es decir, 2 La celerencia obliga en la materia cst constituida por esta fantdstica surna de irabajo inteligencia que constituye In obra macstra de B, Gille, Héioina des (echniquer, Fd. Gallimard, cotvecién Pléiade (1978). Ests obra (que eantiene numerdsas colahioca- fiemes Feunidas porB, Gille) presenta de mader’s sint¢Gea el estado del arte en las nu roerosan disciplinas que se han preocupada por producir una rédlexién metodolégica Y coleeplual avbre la técnica y la historia de su desarrolle, Principalineete sas hemos apoyado en ia obra para la reflexién realleada en esie pattafo, aunque de manera deliberMla—a veces nox hemos tomada algunas libertades con las caracierizaciones pro- jiuestas: por ef auter UNA NUEVA COYUNTURA HISTORICA 29 plicarse a una gran variedad de condiciones de produccién y de va- Jor de use, | , A partir de esas teenologias, centrales 0 genéricas, asistimas ¢n- tonces a efectos de contagio entre tecnologias centrales y teenologias “Jocales’’ o periféricas, materializandose sin cesar fecundaciones re- riprocas entre el corazén y sus periferias, Jo cual da como resultado el dinamismo del sisterna, su capacidad para autodesatrollarse ‘De los rasgos que acabamos de recordar, se deduce que Ente Vas tecnologias centrales y las tecnologias locales o periféricas existe cier~ ta “‘eoberencia’! (de alli la designacién del conjunto como un *siste~ ma’ que establece vinculos entre las partes), pero una coherencia siem- pre inestable y coma amenazada: los descubrimientos no s€ hacen a los mismos ritmos en los diferentes puntos del sistema, y la difusién de las innovaciones se realiza de manera desigualmente rapida y den- sa, Ese fenémeno, que constituye de alguna manera la ley Neginideals ca’' del sistema (au ley de crecimiento y desarrollo), estambién el que permite dar cuenta de las modalidades de su rebasamiento ¥ de su eventual cambio hacia otro sistema técnica. Este ocurre si en un pun- to —al principio un punta ‘‘periférica”’ del sisterma— se acumulan innovaciones y descubrimientos ules que el nuevo conjunto atin “lo- cal’! adquiere, por contagios sucesives, Vocacién dé volverse 4 su vez central y transversal. Asegurando un nuevo salto en los progresos de la productividad humana del trabajo... 0, PROLOGO. UNA NUEVA COYUNTURA HISTORICA 31 NOs SIRTEMAS Die=IG08 INDUSTRIALES z é < Da} vapor (1750-1800), 5 3 Tiankportes nos ‘Transportes ortesires a ee ihe vapor Cugner 1769 a tie hiner ‘Teewithick 1292 ‘ocomotoras Ferrocarrites Magpie de Vapor ee 1712-1769-1787 ER MECANIGA TA FLEXTILE x The E e Be = OS a Se 3 = BE he EE 4, % & z at “4% E “ < Hiceromarerial .- fundicién com. | carboa 5 we Goque 1755 STI Carbén de coque Hulla 2 3 4 Aecro 1750) NT ini y puntates Pdomibuaible zea ge Hierts pudetado | \ 2s PE y laminada 1763 * Se & é 5 5 % & TAS AY o. 2 3 § G4 % = Miiquinas herramicmtas “ty g =e clones relativamente bien determinadas, En el caso de las MHGN, por ejemplo, li sustituciGn ¢capital/trabajo se hard en las mejores condi- ciones de tentabilidad en caso de produccidn de pequefas series de piezas complejas.* 4 sea mantenico en tareas de taanejo de mercanefas y ce ali- mentacién, incluso de operacién cuando éstas-n son ono han podida serteivintizadas y rutinizadas.* ys sea nuevamente centralizado y concentrado en tareas de cons trol, vigilancia, supervisidn de las lineas automatizadas, conducienda aqul las decisiones de organizacién a soluciones contrastantes en cuanto. al contenido de las tareas que pucdeno no incluir pequefios diagnés- Geos y reparaciones, cambios de Grganos y de herramientas. .. Aquly aunque los puestos y las tareas estén individualizados, en general se requitren fincionamientos "‘cooperatives’! entre miembros de un mis: mo equipo encargaco de la supervisién de una linea, 2. Extension del trabayo tnetvecto Ya se trate de las tareas de programacién —de las maquinas indiy duales o de las relaciones entre ellas en lincas integradas—, de Jas ta- reas de diagndstico o de'ajuste) o aun de las tareas de mantenimiento propiamente dichas, we por comodidad atribuiremos a los dos grandes ras- 4 Gf sobre este punto los planteamientes del capfulod de este obra 2 Ene hecho par ef sole explica cl cardéter siempre “campuceto’’ de {as instalacio- néé aunque estén allamente auitomatizadas: el trabajo vive perdura siempre y toda wna actividad de microsregulacién sigue manifestindose y determpehs un papel de ajuste permanente, abercando tareas que van del posicianamiento de las piezas que ac fabr- tan, la limpiezs o ef desengrasada de las miguinas y:sus slisposisivos, com miray @ hacer posible ct paso continue del flujo de Ia produceidn, METAMORFOSIS OF L.A DIVISION DEL TRABAICY ‘os esenciales que presentan las nuevas tecnolos Con la realizacién de tos complejos integrados de maquinas, li productividad como hemos dicho— ya no descansa fentralmente en los ritmos de trabajo vivo, aino en la-tasa de intervencién de Jas hesramientas y el rencimiento general de as instalaciones, Se can> vierte entonees en un parametro clavede ese rendimiento la capaci- dad de hater frente a los imprevistos, de controfarlos y reducirlos ¥, mejor atin, cada que sea posible; anticipariosi® Las tareas de control y de inspeceién en curso de preduccién, para descubrir las catusas de accidentes o de disfincionamientos potencia- les o cfectivos, revelan ser una funcién clive, I! aumento de la com: plejidad de la tecnologia, | uso combinado dela informatica de ad- ministracién de la procuccién y de la automotizacién de las fabricaciones; multiplican los riesgos y los costos que deberd soportar ln empresaien caso de interrupcién de las |ineas. Todo ello explica e] ascenso, en términos relatives, dé las-califieactanes y de los perso- nales destinados a esas tareas indirectas, a lexibitictad ¢cconoldgica; por su parte, empuja on ta mistna di- receién) sobrecargar las tareas de trabajo indirecto, aumentar su peso relative, incrementar la complejidad de su contenido. En la mayorfa de‘los casos, dade que la entrega de productos diferenciados —pro- piedad esencial esperada de las lines flexibles— no puede obtenerse si no 8 por programacién, nueve equilibria y-ajuste de las lineas, se requiere toda una actividad de trabajo vive para hacer posible-el ob- jetivo desde ahora permanente: producir en Dujos continues, pero por lotes. Indiquemos todavia que, de manera conceptual —regresaremos & ello—, esta disipacién del trabajo directo y esta extensién del trabajo indirecta, atin pueden interpretarse como un movimiento general que empuja a ‘la abstraceién del-trabaja’’, ‘'Abstraccién’* en el sentido de que, mas que de manejo concreto de herramientas basado.en mo- dos operatorios catalogados y definibles, se trata ahora de una capaci- dad de lectura, de interpretacién y de decisién a partir de datos for- malizados entregados por aparatos. Esta “abstraccidin del tvabajo!” © Pl dri sockdlogs estadunidense LoA. Davies (1971) puso de relieve desde hace mucha tiehipa css nuevas disponibilidades requeridas jor el traleaja en: instalaciones. integradas 184 MODERNIZACION(ES) puede o no consistic en ur aumento de la complejidad de la actividad real, Incluso “‘abstracto”’ —en el sentido que acabamos de indicar—, el trabajo puede ser rutinizada y trivializada: a indicadores dados, a menudo se pueden hacer correspander respuestas trivializadas. Sin embargo, en numerosos casos, 4. Aproximacidn ¢ interpenetracida del trabajo directo J det trabajo indivecta biisqueda de la minimizacién de los costos de trabajo que em- tuja-a laconstituctan de equipos limirades—, asi como el cardcter in- ‘insecamente mag “‘cooperative’' requerido por ef seguimienta yl Iministracién de las Ifneas integradas/flexibles, se traduce en el he= io de que, pricticamente, las fronteras entre trabajo directo y trabar indirecto, en el caso de una parte importante de'las tareas, son va~ in¢iertas, poco determinadas rT ¢constitucién misma lemos decidir concentrar el trabajo directo en per= files de puestos poco calificados.o, por el contrario, asignarlo a perfi- Jes de puestos “‘califieados"’ de los que cada uno comprenderé tanto wabajo directo como trabajo indirecto, tanto trabajo trivializado co- mo trabajo ‘complejo’, De la exploracién al diagndatico y al mante- nimiento mayor, las tareas se distribuyon segdin un posible continnion en-el cual, desde luego, existen nudos —algunas tareas de manteni- miento exigent, por ejemplo, fuertes o muy fuertes conocimicntos en electronica 6 én informatica: RE ee CGS La busqueda de actividades ‘‘en- riquecidas"’ en cada uno ce los nuevas. perfiles de pucstos, esforzén: dose por dacar partide de 1a disponibilidad general de la fuerza de trabajo en adelante requerida por todas partes, encuentra aqui algu- METAMORFOSIS DE LA DIVISION DEL TRABAJO 185 fas condiciones nuevas de funcionamiento de las instalaciones aula- matizadas, para empujar hacia esta interpenetracion reciproca del tray bajo directo. y del trabajo indirecto, 4, Ascenso de lar tareas dé administracion en el. taller La Gltima novedad que quisiéramos presentar aqui, de importancia decisiva, concierne la inserciém cada vex mas manifiesta de tareas de administracién en el seno mismo de las actividades de fabricacién, Esta entrada o, para decitlo mejor, at administracion de [a produccién descansa tradicionalmente! en actividades tales como la planeacién de las tabricaciones, la puesta en marcha de las instalaciones, el plenning (registro de vencimientos y timing de los programas de fabricacién canectadas con los otras ta eres al inicio y al final), oel establecimiento de los precios de fabrica. Si dejamos de lado esta Gltima funcién, que s¢ refiere a lo que por nuestra: parte cesignaremos como ‘“‘administracién econdémica’’, fas demés actividades enumeradas deben retener la atenelén. A finde evi- tar cualquier error de perspectiva, precisemos que esas funciones o actividades no son privativas de} taller automatizado: son generales y requeridas en todas partes: Sinembarga, en las falsricas convencio- nals esas tareas se dividen por lo general en emplens de ‘‘estudios!* confiadas a los servicios ‘‘métodas!’, empleos de ‘administracién+ organizacién" conflados « los responsables de departamento y alos jefes de-taller yemplens*'de aclministracién'? a Jos que-se confian las tareas de reunir las informaciones, hacerlas legibles y coherentes en- tre sf con miras a su reutilizacién (en la proditecién o el estableeimiento de Jos eostos y precias de fibrica...), Gon respect a lo que nas ocu- pa, nos parece que el punto importa iguientey En parte se fusionan y se vnelven Indisociables. mente, se amplian e invaden las 7h, Nomencdaliire des emplets (1975) y° Philippe Zarifian’ (1985) em, Dossier’ Parma: Don -Rnnpled del Gee. 186 MODERNIZACION(ES) Jareas que les sonconexas, Por ello tienden a pcupar tin lugar clave en el-taller, ay Varias razones para esto, Al parecer todo procede del hecho lc que los medios informaticos.procuran una-parte cada vez mis ici riante de las tareas effsicas de ‘/organizacién"’, la cual es revultade ec wna extensién de jas tareas de programacién. De esta manera, Ja Janeacidn, el planning, la puesta en marcha de Jas fabrivaciones, son 0 gram parte absorkidas pore] tale, se adminisiran mas de cerca, menudo cn las propias Ifneas de fabricacién, Desde luego esto de- énde mucho del nivel de integracién de lay instalaciones. Si el nivel, ie integracién es alto,-la cual es nuestra hipdtesis en esta investiga- cién de las tendencias presentes, algunas do las tareas confiadas, tan> 1a a los servicios ‘'métodas'' coma a los servicios de “administracién’” lesciendén al taller donde abora es posible tratartas con mayor eft se inovimiente sé impone sobre tade porque Jos costes de ma- teriales y aquellos Imputables a Jos tiempos maquina s¢ vuelven —en detrimenio relative de Jos costos-de trabajo— determinantes clave del establecimiento de los precios de fabrica, mientras las tecnologias se-vuelyen mas complejas y crece la inversién en capital fijo. De esta manera, nos parece, conviene comprender el descenso de [a contabis lidad analitica al nivel del taller, el éxito de fos sisternas de incenti- vas y de recompensas centrados en el ahorro de materiates, ef remdi- miento de das instalaciones, ta redaccidn de los desperdicios y ob incremento de ia calidad, Ese movirnionte e3 muy pederoso, ya que es on el taller donde se decide Ja optimizaciin en el uso. conjunte de Jaz instalaciones, que constituye uno de los motives centrales dela die jusign de Jas nuevas tecnologias, Aunque, también alli, las decisiones de organizacién o lus resiscens cias de los grupos de trabajo'a la aceptacién de los imperativos de ad: ministracién y de contabilidad,impiden evoluciones simples y unila- tergles, nox parece que el ascenso de ins tareas de administracién es una caracteristica central dei taller antomatizado, ura caracterist- ca —volveremos a ello— de gran importancia, = Repitamaglo: las tendencias que acabamos de describir desde lue-— go no tienen mas que un valor ‘general!’ Ademas habria que indi car, ep cada contexto nacional particular, cémo afectan a las diferen-- tes categorias de mano de obra, tal como la historia del sistema educativa, las componendas y las relaciones de fuerzalas han estrug- jurado, Ese proceso de trastorno general de los ‘* puestos’yasignatios METAMORFOSIS DE-LA DIVISION DEL TRABAJO 18? a las-difercntes categorias movilizadas en la praduccién, es deserito y presentado en la seeciéin qite sigue, en lo referente al caso francés. TUN EFEGTO DE REQUASIFICACION Ein esta ocasiart, 2c pone el acento deliberadamente en tas cacegorias ''sociaprofenondles’’, ta) co mo se-han constitdide erel transcurso de Jargos aos de lucha y de acuerdas, Ebefeewo de reclasifieacién" del que'se trata aqui es brutal en mu- chos aspectos: Para limitarnos tan sélo a los empleos de fabrieacién —que aqui son prioritariamente examinados— diremos que el dispa- sitive general y en su totalidad ese] que se encuentra bajo una pre- sion extrema y, en numerosos puntos, se traduce en efectos de rupty ra. Adamds, como generalmente sucede, este efecto no se gjerce manera Uniforme: ena medida en que se adapta y aumenta e] des- plazamiento general de los trabajos requeridos, cl impacto sera fuer temente diferenciada segia las cateporlas retenidas, reproduciendo con ello, en resumen, Jas metamorlosis que experimenta ¢} contenido d trabajo. Desde tin punto de vista prictico; es posible 'clasificnr’! las dife- rentes catcgorfas afectadas

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