IGLESIA PRESBITERIANA REFORMADA “SINAÍ”
“EL LLAMADO DE DIOS”
Serie: La iglesia que todo tenía
Sermón de día del Señor
1 Corintios 1:1-3
Ciudad de Corinto: Su historia
La ciudad de Corinto se remonta por
lo menos al segundo milenio antes de
Cristo. Era una ciudad atractiva para
el comercio, lo que llegó a convertirla
en una ciudad muy importante para
la Grecia antigua. A causa de su
ubicación que facilitaba el cruce de
caminos, tanto terrestres como
marítimos, sobresalió como un lugar
de comercio. Como consecuencia,
llevó a la ciudad a ser una de las
primeras en producir monedas útiles
para el intercambio comercial.
Sin embargo, en el año 146 a.C. la
ciudad sufrió una gran destrucción, y
quedó en ruinas por todo un siglo.
Hasta que el emperador Romano Julio
César la restauró en el año 44 a.C.,
convirtiéndose así en una colonia
Romana conocida como: “la colonia de
Corinto es una alabanza a Julio”. Era,
entonces, una colonia que daba honor
al emperador Julio César, por lo que,
la ciudad volvió a prosperar,
llegando, nuevamente a ser un
atractivo comercial para gente de
muchas partes del mundo antiguo.
Ciudad de Corinto: Su población
Al tratarse de una colonia romana,
Corintio estaba sujeta al derecho
romano, que fue el ordenamiento
jurídico que rigió a los ciudadanos de
la Antigua Roma. Así que, su
gobierno era similar al de la ciudad
imperial (Kistemaker, 1998). Los
oficiales Romanos vivían en Corinto,
veteranos del ejercito y libertos
(personas que antes fueron esclavos)
de Roma. Muchos comerciantes,
filósofos, artesanos, artistas, maestros
y trabajadores que provenían de
Europa, África y Asia. Toda esta
gente vivía y trabajada en Corinto, lo
que conllevó a un incremento de su
población, la diversidad cultural y
económica.
Ciudad de Corinto: Su Religión y
cultura.
Al ser una ciudad cosmopolita,
naturalmente que Corintio viene a
presentar en abundancia los aspectos
sombríos de las grandes ciudades
antiguas (Kuss, 1976). La inmoralidad
sexual en la Corinto griega era tal
que, la palabra: “corintiar” o “vivir a la
corintia”, quería decir practicar la
lujuria; “chica corintia” era sinónimo
de “prostituta”1. Esto no significa que
la Corinto romana de los días de san
Pablo fuera menos corrupta que la
Corinto antigua con relación a los
pecados de índole sexual (Rojas, 2009.
Blog de). Sin embargo, no podemos
decir que Corinto era peor o mejor
que otras ciudades del imperio
romano. Está imoralidad sexual era
promovida por la docena de templos
que había en la ciudad. El principal
de ellos era el dedicado a la diosa del
amor, Afrodita, famoso por su
imoralidad. El historiador y geografo
griego, Estrabon afirmó que miles de
1
Aristófanes (Ἀριστοφάνης), considerado
como el poeta cómico más distinguido de
Grecia, acuñó el verbo κορινθιάζομαι….
“corintiar”, es decir, vivir o actuar como
corintio, “práctica de la fornicación” (LSJ,
981). http://estudiosbiblicosrojas.blogspot.com/2
009/03/y-1-corintios.html
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prostitutas venian a prestar sus
servicios sexuales en dicho templo. El
que san Pablo tenga que exhortar
explícitamente a los corintios a que
huyan de la inmoralidad sexual (cf.
5:1; 6:9; 15-20; 10:18) es una indicación
precisa de que la promiscuidad era
algo bastante común en la ciudad
(Kistemaker, 1998).
Por otra parte, no solo existia el culto
a la diosa Afrodita, la pluralidad
religiosa que había en Corinto era
muy notoria. Se adoraba a Asclepio,
Apolos y a Poseidón. Existian altares
y templos dedicados a dioses griegos,
Atena, Hera y Hermes. Además de
los altares dedicados a dioses
egipcios, Isis y Serapis. Si añadimos a
estos grupos religiosos a los judios
que tenian su propia sinagoga donde
Pablo predicó, para después ser
expulsado de ella (cf. Hechos 18:4).
Por esta pluralidad religiosa,
entonces, a nadie le parece mal que el
cristianismo se prácticara en Corinto.
Por cierto, se tenia la idea que el
cristianismo era otra versión de la
religion judia.
La ciudad de Corinto: Cristianismo
La comunidad cristiana de Corinto
fue fundada por san Pablo en su
segundo viaje misionero (cf. Hechos
18:1-17; 1 Corintios 4:15). Primera a
los corintios, en realidad es una de
cuatro cartas. Pablo ya había escrito
una primera carta a los corintios,
donde les decía que no debían
juntarse con personas que practicaran
la inmoralidad sexual (fornicarios)
(ver 1 Corintios 5:9). Pero parece que
ellos no habían entendido muy bien
esto, lo que los llevó a escribirle a
Pablo que les aclarara un poco más el
asunto (ver 1 Corintios 7:1). La
respuesta de Pablo a esta carta de la
iglesia, viene a generar, entonces, lo
que hoy nosotros conocemos como la
primera carta a los corintios. Así que,
las noticias que la familia de Cloé le
trajo a Pablo (cf. 1 Corintios 1:11), la
carta que recibió de los corintios (cf. 1
Corintios 7:1) y las cosas que escuchó
de la comisión que vino de la iglesia
de Corinto, lleva a Pablo a escribir
esta carta.
La iglesia en corinto: Su
problemática
La carta misma nos aclara que la
iglesia nombró una comisión (un
grupo compuesto de tres ancianos de
la iglesia local (ver 1 Corintios 16:15-
17) para traer a Pablo la carta que la
iglesia ha escrito y comentarle acerca
de la problemática que la iglesia
atravesaba, y que era la siguiente:
1. Problemas en el liderazgo.
2. Problemas morales y sociales.
3. Problemas culturales y
religiosos.
4. Problemas congregacionales.
5. Problemas doctrinales.
Al conocer la problemática de
inmoralidad que se vivía de manera
natural en la ciudad, y que, los
creyentes corintios querían también
practicar de manera natural en el
contexto de iglesia, percibimos
claramente la gracia de Dios en medio
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de su pueblo. ¿De qué manera? Al
hacerles un llamado a la vida santa.
1. El Llamado General (v.2)
Pablo trata este tema al describir a los
creyentes en Corinto. Notemos los
siguientes elementos del llamado:
a. Llamados a ser “iglesia”
La palabra “iglesia” (‘ekklesia’)
significa: ‘llamados para salir fuera
de’. Por medio del evangelio, fueron
llamados a salir del reino de Satanás
(el ‘mundo’ pecaminoso), dejando
atrás todo el comportamiento propio
de ese reino (la sociedad corrupta de
Corinto). Ver Apo 18:4-5; 1 Juan 2:15-
17.
No era fácil ser parte de la “iglesia” en
Corinto – abundaban el orgullo, la
inmoralidad, la idolatría, la
borrachera, etc. Por eso Pablo hace
recordar a los creyentes de un
segundo llamado:
b. Llamados a ser “santos”
Al tratar el tema de la santidad, Pablo
usa dos términos:
i. “a los santificados en Cristo Jesús”
Esta es la ‘santificación posicional’.
Es algo que Dios hace a favor del
creyente, y lo hace “en Cristo Jesús”.
Esto es casi sinónimo con la
‘justificación’. Nuestra salvación
eterna depende de ella.
ii. “llamados a ser santos”
Esta es la ‘santificación experimental’.
El creyente tiene la responsabilidad
de esta santificación, aunque el
Espíritu Santo ayuda tremendamente
(ver Fil 2:12-13). Los miembros de la
iglesia eran verdaderos creyentes (ver
1 Cor 3:1-3), y eran salvos; pero
necesitaban crecer en la santidad
personal. La santidad personal no
nos salva (tal cosa implicaría
‘salvación por obras’), pero es de vital
importancia en la vida cristiana. Es
la evidencia de ser salvos.
c. Llamados a invocar el nombre de
Cristo
Esta es la Identificación de la Iglesia
Universal …
i. Hay unidad al invocar en
reconocimiento y adoración el
nombre del Señor. Necesitaban
urgentemente entender esta verdad
Bíblica.
ii. Es un llamamiento únicamente a
los santos, y la invitación viene de
Dios, jamás depende de la disposición
humana.
2. El Llamado Específico
Cada creyente tiene un llamado
específico, dentro del cuerpo de
Cristo. Podemos ilustrarlo con
referencia a Pablo y a Sóstenes.
a. El Llamado de Pablo – a ser
“apóstol”.
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Sermón de día del Señor

Esta palabra significa ‘enviado’ o

‘mensajero’. Cumple la función de
abrir nuevas obras; predicar en
campos blancos.

«…por la voluntad de Dios…»

Pablo afirma contundentemente, que

fue la voluntad de Dios que le llamo
al apostolado.

b. El Llamado de Sostenes – era

“hermano”.

No sabemos mucho de él. Podría ser

la persona mencionada en Hch 18:17.
Quizá visitando a Pablo en Éfeso, o
radicando allí (¿por la persecución de
los judíos?). Llevaba una vida
cotidiana ‘normal’; usaba sus dones
en la Iglesia, para servir a Dios.

Para Nuestra Espiritualidad

¿Estamos cumpliendo nuestro

llamado? ¿Tanto el llamado de ser
santos, como el llamado de servir a
Dios? ¡El bienestar de nuestra
congregación depende de ello!