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Teoria del conocimiento Indice fa y Teoria del conocimi : 37 Primer modelo hermenéutico: Arist6teles .~. von UG eae | . Oo ee La Metapien del conoimiento en Aries, 16. 53.2 ese niet 45 hilemorfismo y la Teoria del conocimiento, 122. 5.3.3. La El psicologismo de la Epistemologia genética 51 ‘concepeiin del hombre y el dinami ? in del hombre y el dinamismo cognoscitivo, 124. - eee bistrice, eons El psicologismo piagetia- Segundo vrodelo hermenéutico E. Kant. » 126 —— Piola aie oe 53. ae El proble- °5.4.1, La idea de Filosofia trascendental, 126. 5.4.2. La Meta- eee ee ay a genic, 5 ‘ica del conocimiento, 128, 54.3. Elemtido grosoégico de la 7 sgnitivas y os la mente 08) ‘critica kantiana, 130. 5.4.4. El concepto dea prioti, 131. 5.4.5. tvismo, 38. 2.3.2. La Paicologta co Ta nocin de bjetvidad, 138. 5.4.6. El sujet cognoscent, 141 68 6 Inmediacién y procesualidad. El problema de la intuicién . 145 6.1. Presentacién y planteamiento del problema . 145 El concepto de intuicién . 147 intuicién intelectual 150 on 154 1 Filosofia critica . B 3.1. Introduct B i Ghd, Eleonaciment como insicin, 154. 642. El momen id -— delainnsicin snible 160, 64.3. El momento del captain inte- 31 Tecual Relacion entre la intwiion intelectual y la abracién, 162 84 6.44. La intuicién como cumplimiento y evidencia, 164. 86 6.5. Conclusiones 165 Roni eee PARTE II: Conocimiento. Lenguaje, Mundo co . : 7 Conocimiento y lenguaje. Cuestiones fundamentale 169 nociin de conochmiento 93 7.1. Primera aproximacién al enguaje: el problema flos6fico... 169 4.1. Introduccién A 93 772, El lenguaje como hilo conductor en la Teorfa del conoci- 4.2, Diversos aspectos del fenémeno del co 97 , aN 4.3, Descripcién del fendmeno del conocimiento 99 | 3 nto y realidad . . 181 4,4, Resumen y avance de problemas 107 73:1. Lenguaje y pensamiento 183. 7.3.2. Lenguaje y realidad, 8 Conocimiento y lenguaje: L. Wittgenste sos 193 8.1. El problema del conocimi . 193 8.2. Conocimiento y significacién: el primer Wit 195 5, La naturaleza procesual del conocimiento 5.1. La procesualidad del cono 5.2. El conocimiento como asimilacién y como const Teoria del conocimiento 8.2.1. Elproyecto epistemolégico del Teactatus, 195. 8.2.2, Li aug, led ls era del conaimient ene eta, 200 : .3. La inflexién hacia un planteamiento pragmatico: el segun Wigenstin.... = ae 8.3.1. Sentido general de la nueva Epistemologia, 203. 8.3.2. Las categorias fundamentales del segundo Wittgenstein, 204. 8.33, El problema de la certeca, 208. 9 Conocimiento y comunicacién: J. Habermas au 9.1. El problema de a comunicacin: contetotebr 9.2. Conocimiento¢ interés ee a3 21 9.4. El programa lingistico de J. Habermas 2 94.1. Actos de habla y estructura del lenguaje, 223. 9.42. Uso comunicativo y uso cognisivo del lenguaje, 224. 943. Expe- riencia y dixcrso, 227 9.5. Pretensiones de vader y teorfa consensual dela verdad .... 233 239 239 2a hhermenéutica de la experiencia: una alter: ee ees 104, La experiencia de la obra de arte 10,5. El proceso de comprensién ye principio de la “histori r 106. Lenginjey munds vaucenten, —— Bibliografia . 267 Introduccion El hombre posee el conocimiento como una de sus facultaces més carac- terlsticas. Gracias a ella puede prestar atencién al mundo que le rodea, labo- rat la ciencia, proponer una investigaciOn acerca de los instrumentos meto- dalégjcos con los ques realza el mismo saber cientfico,y puede, por iltimo, teflexionar sobre sus propias vivencias y acciones. Slo cuando toma concien- cia de ¢se campo subjetivo, pata convertirlo en objero de reflexién, comienza aestar ef condiciones de llevar a cabo una Teori conocimiento. Pero esta tarea no es simple, ni ficil, Hay otras disciplina, tales como la Psicologia y la Légica, que, tratando también sobre el pensamiento, no petenccen,sin embar- go, asu campo. Por eso, habré que proceder a deslindar el eerzeno en el que ge sitdan los problemas filoséficos del conocimiento, para ofrecer, a conti- nuacién, posibles vias de solucién. En este sentido el libro intenta acercarnos a ese émbito problema dl que se analiza el conocimiento desde una perspectva reflexiva y séfica, pero evitando caer en tna simple sistematizacién escolar del mismo. Todo lo contratio, nuestto propésito apunta aun horizonte en el que se stan las cues- tiones gnoseol6gicas, para comprender su sentido, antes de ofrecer una pro- s puesta que, en cualquier caso, no habria de ser definitva. Entre otros mot por cuanto la propia investigacinfilosfica sobre el problema de con: i vanjada, sino que sigue evolucionando y modificindose con- in no impide, con todo, que se pueda seguir cierta linea de trabajo y una cierta temitica que va a ser el objeto de nuestra investi- gacién y que es, en mayor o menor medida, la que desde siempre ha venido constituyendo una con to, Ademds, la vitali- dad que ésta sigue manifestando nos ramos presentar como un cuerpo doctrinal acabado. diige todo este trabajo es el de ofrecer un panorama del pensamiento crf 7 Teoria del conocimiento siguiendo el camino abierto por su historia y de la mano de las diversas apor- taciones que, en nuestro entorno cultural, se han dado. ‘Appesar de que en estas paginas hagamos un recomido a través de las pro- puestas més significatvas, se ha evitado también una exposicién histérica de Jos problemas gnoseolégicos, aun cuando, repetidamente, nos hayamos visto en la necesidad de entablar un didlogo con los més variados autores. Tampo- co puede considerarse este libro como una sucinta exposici6n de las corrien- tes actuales que configuran nuestra situacién, sin negar que en més de una ‘ocasién hayamos contado con las aportaciones que se han venido sucediendo ‘en nuestro pasado més inmediato y que contribuyen a definir el punto de: ta actual. Detrds de la linea argumentativa concreta que hemos segui incluso, formando parte de ella misma, existe un empefio y una conviecién que esperamos haber dejado suficientemente aclarados: por una parte, el afin por resaltar el nivel y estatuto alld de los intentos reductivstas de la epi inalmente, junto a logia naturalizada o de los logi- firme creencia de que esa pro- blemética gnoseolégica debe tener una dimensidn reflexiva y critica y, por con- jento, de una forma u otra, implica una toma de conciencia sobre el mundo y, por lo tanto, ha de ser considerado como una actividad por , diflcilmente puede prescindise de las nocio- y subjetividad, alas que siempre sealude y en las que estéimpli- «ado el proceso de objetvacién. Pero, ademas, si el conocimiento se define, al ‘menos provisionalmente, como un pensamiento con pretensiones y exigencia de verdad, entonces no nenci, sino que debe implicar una referencia al mundo que representa y con el que debe guardar algtin tipo de wun cuando la importancia de estos dos extzemos con los que engarza la idad cognoscitiva sea indiscutible, no siempre se han tenido en cuenta, resultando entonces formas epistemol6gicas de caricter menguado y reduci- do que, a pesar de que en algiin aspecto hayan colaborado positivamente al desarrollo de la Teotia del conocimiento, no puede decirse que sean plantea- ‘mientos ajustados ala totalidad de los datos de los que debe partirsey a los problemas que se plantean para sr esueltos. En unos casos, al como han pre- i se ha exigido abandonar el método reflexivo losofia moderna e ilustrada, des- cartando asi la posibilidad de un planteamiento critico y reflexivo sobre el ‘conocimiento que condujera a una subjetividad como presupuesto y funda- “ Introduccién a * la que apunta el conocimiento. Segiin ‘iproblema dela conexién entre el ‘eontinuar preso de una metafisica inj ficable que debe elimi ‘que, desde diferentes puntos de cos del problema del conocimien- joran la cuestién ontolégica de base, y Epistemol Teoria del conocimiento. eens que con mayor vtdenia pretend «do dat la expalda a los aspect citcos que tuviran que ver con la st net a Reena ara este autores preciso dejar de lado el planteamien- forctftico que se habia venido desarollando a lo largo dela Filosofia moderna Por eso, propone una serie de argumentaciones destinadas a minar la confianza aque pudieratenerse en fa “mente” o en la “concienci, como algo sobre lo que fe pueda ofrecer una visin flosic,o en el “conocimiento”, en cuanto pue- dda ser objeto de una teorfa (Rorty, 198: posicién extn en el sentido que paral poseen los trabajos llevados a cabo por ‘Wittgenstein, Heidegger y Dewey, tes de los autores ms significativos de nuestro siglo, quienes, cada uno desde su propia perspectiva han procurado offecenor un mode de hace filosfaradicalmente jno alos potlados de Ja modernidad, sin posi ico. Yes cierto que, en cierta medida, ests pensadores han colaborado activamente para proponer opciones filoséficas nuevas, fus trabajos signifiquen una supresin de 4 0 que, ala vista de sus reflexiones, sea imposible pe- tender un rerorno a ella. ‘Wittgenstein parte de una actitud eflexiva y filosdfica construida al ue habrla de servi para llevar a cabo una Teorla dela raci in una Teoria del conocimiento. El plan lanteamiento crit de juego la nocién de s ‘yo hhumano,tampoco el alma. sino el sujeto metalsioo, limi del mundo” (T. 5. “Tampoco puede invocarse el nombre de Martin Heidegger para proclamar Ja mueree del sujeto, como sino existiese ningin resquicio en el que rastrear sus huellas, o para que, desde postulados diferentes, no pueda procederse a su ‘ho una parte 5 Teoria del conocimiento reconstitucién. Es verdad que reiteradamente se ha visto en su obra un proto- se monta de espaldas y como una critica radical al eoncepto de sub tal como se habia venido entendiendo desde Descartes. La linea transgresora quien, refriéndose primera verdad cs, . ¥ es que, para d, la esencia de la idad debe quedat vinculada a la del cuerpo y ala del mundo, por lo que "mi existencia como subjeivdad no forma mas que una cosa con mi exis- tencia como cuerpo y con la existencia del mundo” (RP: 417). ta adecuado apoyarse en J. Dewey para abo- sat porlasupresin dela idea de suet y acaba con la posibilidad de una Teo- ria del conocimiento critica. El pragmatismo de este filésofo ¢s una version naturalizada de la visién de Hegel sobre la ica de su pensamiento, No es posible ningiin proceso histérico sin iva del hombre. La experiencia a la que se refiere J. Dewey riesgo, la incertidumbre ya problema ‘A conclusiones paralelas se llega desde la consideracién de los aspectos I6gi- os de su planteamiento. Pata poner ls bases de una Teoria dela investgacién se requiere contar con la intervencién misma del sujeto, como polo inevitable- mente exigido en todo acto de conocimiento y proceso de investigacién. Ello no tiene por queé implica la acepraci6n de una Subjetvidad metafisia, interpreta da como “yo idea”, fundamento original y originario. El sujeto no es un presu- puesto, sino algo a lo que se llega, y no puede desaparecer. Es un requisito de toda operacin sistematizada y organizada de investigacin, sn el cual el plan- teamiento metodolégico y epistemolégico quedarfa quebrado. En resumen, a pesar del indudable giro que hayan podido introducir estos autores en el campo dela refleién floséfica, al final siempre vuelve a apare- cera subjetividad, como realidad 995: 19-23) que se intro- “Se Introduccion giendo el puesto y papel que le corresponde. Cuando se la reconoce y admi- te, la reflexién sobre el conocimiento esté en condiciones de alcanzar su nivel ‘extico, tal como vino ocusriendo a lo largo de todo el pensamiento moderno, leindola como condicién de posbilidad, necesariamente requetida para idad del conocer Sin embargo, con todo lo importance que pueda set el tema dela subjeti- vidad para la Teoria del conocimiento, no es la tinica condicién exigible para «que esta disciplina alcance su plenitud: Junto a ella estéel viejo y siempre reno nocimiento y a realidad. Cuando re- guntas como éstas: nada?,o bien, planteado desde el que ces del lengua ue el lenguaje sefala la frontera mas alld de la cual no se puede i tivamente, resulta que s6lo queda la posibilidad de reducimos reflexivamente embargo, prescindir de toda dimen- alo que aparece en ese mismo Lenguaje. S ccuestién del pro- ‘ign extralingifstica obliga a tener que arrinconas la prt blema del conocimiento, es decir, su referencia ala realidad, correpondercon el mundo efetivo. Apuntando hacia estos aspectos, PF Straw- Son afirma que “uno de los méritos del cérmino ‘cortespondencia’ es poner de yaa creencia, se halla la realidad, o el ‘eventos con los que’se relacionan o de los q\ que lo que hace que nuestros ji JJ mundo natural”. Asi pues, cuan- at esta duali- dlualidad del sujeto que juga y la realidad objetiva sobre la que juzga’, siendo este segundo factor el que determina la verdad 0 falsedad del primero (Strawson, 1997: 99-101). Lo que, en definitiva exige la propia reflexién gnoscol6gica es mantener una diferenciacin entre el copocimientoy la realidad, que, aun cuando hayan de quedar vinculados mutuamenta, deben mantenerse individualmente como cductbles. Es preciso no caer en ls redes de un lingualismo absor- vente y distinguir entre “lenguaje” 0 “conocimiento” y “ el medio de comunicacién o lenguaje y aquello sobre lo que, en una comuni- puede llegarse a un entendimiento” (Habermas, T.a.. Ey Teoria del conocimiento 78). Porque, a pesar de las condiciones que pueda imponer el sujeto al cono- ‘una cosa es el contenido cognoscitivo y otra el orden stablecido, Por eso, el propio J. Habermas puede Los contenidos de la image desgajados del orden mismo que se supone al mundo (T inglitica del mundo tienen que quedar 8 rene real sin el cual toda la actividad categorizadora del entendimiento quedaria truncada e imposibiltada, Y dicho lo cual, sélo nos resta hacer una referencia directa y concreta al contenido del libro, no con el énimo de avanzar el contenido del mismo, ofte- ciendo su resumen, lo que, por otto lado, puede verse con la simple Lectura del indice, sino con el fn de ofrecer una justficacién de lo que en él se abor- da, toda vez.que son muchas las cuestiones que han quedado fuera de nuestra consideracién, no sélo por economia de espacio, sino, sobre todo, por la nece- id de atenernos a un pl au ica articulada en ‘no a los conceptos de sujeto, lenguaje y mundo, que son, a nuestro entender, claves que configuran el do La primera parte del libro cont ‘ma de *Teorfa del conocimiento”. Esta tarea, sin embargo, no se pued a cabo de forma directa, so pena de proceder dogmaticamente, dado el amplio abanico de concepciones que sobre esta dsciplina existen. Por eso, nos ha pare- cido mucho més prudente intentar una definiién que podrfamos llamar "rela- ional”, al ponerla en conexién y didlogo con ottas materias afines, que tam- bién hacen referencia al hecho del conocimiento: la Logica y la Psicologla, Estas, por su lado, han intentado considerar la Teoria del conocimiento como tun campo de teflexién subordinado y dependiente de ella, mi hhemos intentado mostrar la insuficiencia qu lareflexiSn goseol6gica mani- sometida a la Légica -y : este caso, ha dado lugar ala aparici6n de una Epistemologfa logicista que deja Introduccién fuera de consideracién aspectoscticos y ontolégicos del problema, que son, precisamente, los que, en rigor, compete estudiar. Su espiritu reduccionista le ha llevado, en concreto, a defender que la forma paradigmatica del conocer ‘humano es el conocimiento cientifico, con un cierto desprecio hacia otras for- mas cognoscitivas. Por otro lado, también ha renunciado a una investigacion filosdfica sobre la subjetividad, considerando que ella es objeto de la psicolo- icable constructo metafisico. de entender la Teoria del conocimiento se ha pro- le las propuestas de R. Carnap y K. Popper. El primero de la supresion de sus compo- sy , forma parte de la gica. El segun- , define la Teoria del conocimiento como una Logica de la inves- tigacidn cientfica, En cierta manera estas insuficiencias han intentado ser superadas por la Epistemologfa de corte psicologista, una opcién que pone el acento en el estu- dio del proceso real en el que se produce el conocimiento mismo. La idea cen tral que define al psicologismo es la de que lo tnico relevante para un plantea- ‘miento epistemolégico es la génesis y el desarrollo de la actividad consciente que realiza un sujeto empirico. Su defecto fundamental es el de confundir el contexto genético con el contexto de valider, centrindose en el | y olvidando los aspectos légicos y ont de forma paralela al modo de proceder en el capitulo an Epistemologia de J. Piaget y, en segundo lugar, las implica- del conocimiento. En ambos casos puede ciones del cog observarse una naturalizacién de la Epistemologfa a la que llegan en su aft. ‘i mismas como las sucesorascientifcas de los clésicos plan- Frente a estas dos formas educidas de entender la ‘Teoria del conocimiento, pasa a proponerse una nocién filos6fica dela misma. Como ya hemos tenido ‘ocasién de indicar, el problema filosdfico del conocimiento tiene una doble vertiente, critica y ontoldgica, debigndose hacer cargo de la idea de sujeto y de la dimensién trascendente y veritativa del conocer. Esta idea de Teoria del co toma de la Psicologia la idea de sujeto de conocimiento, aun re no de un sujeto psicolégico y empirico, sino de un prin- cipio cognoscente que puede jugar un papel determinante en la constitucién de a objetividad. Por otro lado, dela Logica se apropia la idea de verdad, que ya no serd verdad formal, aspecto de corresponden- ay conformidad que debe tener el conocimiento respecto dela realidad. Des- Teoria del conocimiento de esta perspectiva filosofica se impone reconocer que el problema del cono- iento surge y madura de la mano de dos cuestiones: el escepticismo y la actitud critica, EI momento histérico en el que toma especial auge y més se desarrolla es en el de la Filosofia moderna, desde los planteamientos metodo- lela Critica de la razén pura, ‘que quepa sospechar que acabe con el mismo Kant: En la segunda parte del trabajo se ponen las bases para llevar a adbo una ’igacién con intencién sistematica, acerca del conocimiento y su natura- Jeza procesual. Con el objeto de proceder de manera osdenada, se toma como punto de partida una descripci6n en primer grado del fenémeno del conocer, ciales y necesarios. Entre ellos, quizds el mds importante y representativo sea ;procesual del conocimiento, que constituye su aspecto formal ar en los dos modelos hermenéuticos més impor- 30. Solamente después aspectos y autores contemporineos que han colaborado a la configuracién y status actual de la Teorla del conocimiento, conformada ya al hilo del lengua je. Para introducirnos en esta temética se comienza por una ref del papel que el Lenguaje juega con respecto al conocimiento, reparando en el ‘eambio profundo que se ha producido en relacién a planteamientos tradicio- nales, Mientras que el pensamiento moderno habfa v iendo el para- ., entendiendo el conocer como representacién, a par- ” se ha pasado a considerar que el punto de conexi6n cel mundo es el lenguaje. Se ha tomado en consideracién la flo en las redes y dominios del mismo lenguaje y la de que la forma de proceder a una categorizacién conceptual de fad es a través de la singular aprioridad ‘que manifesta la actividad lingii llega, por este camino, a los planteamientos concretos de tres it —Wittgenstein, Habermas y Gada- ‘met-, quienes, cada uno desde su propia perspectiva, han acivado la nueva configuracién de los problemas gnoscoldgicos. Ademds, sus planteamientos 8 Introduccion rns sirven para advertir algo realmente importante: la necesidad de resituar de Fava adecuada el rnémeno del conocimiento para poder proceder a su com- prenineflexv, sn caer en la pura abstaccidn y formalida. Si penstramos Fie el conocimiento no es otra cosa que una pura y destilada relacén lgica Jerre un sujeco y un objeto, tendrfamos un esquema explicativo claro y pr So, pero que, no obstante,estara a afios luz de distancia de lo que, en real dads y significa para el hombre Por eso se impone redefinircada uno de los extremes del binomio cognosciti lo de un concepto previo que, ade- iis, es capaz de concebir a ambos intimamente coimplicados entre sl, Este ‘concepto al qué nos referimos es el lenguaje que opera como auténtica estruc- fara sintética a priori capaz de dar razn de la genesis y del grado de objetivi- ue puede alcanzar el conocer =o ‘cqnovimiento es una actividad racionalizadora que el hombre in consecuencia, el s etividad que la del hombre concret, reconociéndosele como sno hay més subj talen un contexto linglistico. Pero ademds, gracias al conocimiento es posi- ble la racionalizacién del mundo fisico, del mundo social y del mundo histé- rico. De ahi que el planteamiento critico del conocer, considerado ahora des- de su lado objetivo, deba entender hey los que alude en los trabajos de los tres filésofos estudiados en la parte ‘lima. Witt- in, que se prey 1 la relaciones entre el pensamiento, o leng Berea dod ls ebjeos}. Habermas, pniendo a acento ena dimesin ubjetiva y comunicativa, como factor desencadenante del conocer. Y, finalmente, Gadamer, que se intertoga por el valor que la tradicién y la bis ria, presentes en el lenguae, tienen para configurat Ia experienc ny comprensién de estos tres Ambitos, ya ellos son 3 los que se f 1 Logica y Teoria del conocimiento 1.1, Introduccién rr.t. Cuestiones proemiales [No es posible udar dela exstencia de clarasconexiones ence la L6gica y la Teorla del conocimiento. Tanto si miramos a la historia, como a la propia ‘qetructura interna de una y otra disciplina, los puntos de contacto, asf como fis interferencias resultan notorias, De ah que, en muchas ocasiones, se haya procedido a una equiparac dena y otra o que, ingluso, se haya llegedo a subordinar la Tes imiento, entendida como una Logica aplicada, alos domi isma Logica. El motivo de este fen6- meno se encuentra quizés en ia que en cada una de estas materias aber estrictam leva a cabo para quien el conocimiento es un proceso de “informacibn”, os seprefire “de formas” y “por formas". Yas se ‘confirma también en Kant, para el que el conocimiento humano se constitu ye como un proceso cons jeto impone unas estructuras formales a un contenido “m: 1 como tendremos jidad “formal” en ‘decir, forma- Ja que el sujeto cognoscente impone én no eran, ni mucho menos, bala- de tenerse en cuenta : cas se encuentran claramente expuesta en los escrtos logics. En concreto, es en los Segundes analitco el lugar en el que el autor procede a una caracterizacién de la ciencia que, en ose deconhsione requ en su bus un moo de conocimiento que es el requisito primero indispensable para fundar deed a sues dl conocininco cence y epee son, como es sabido, cuestiones capitals para 1 Aristételes concibié como pertenecientes ala inv gacién légica. Igualmente savando la inmensa distancia que separa aun autor de oto, se podria reconocer que aspectos fundamentals y esencales de la Teo ca el conosimient ein Kan eben inser den dea Lgia was cendental. Bien es verdad que, para la filosofia rftica kantiana, entre la Légi- a fom ¥y la Logica trascendental exsten abismales dferencies, pe aa obsta, en ningin caro, para que ambas sean, precisumente, “Wigica’, y no otra iL mismo har de sucrder en cl plantcamienofenomenolico de Hus serl, que procederé a desarollar extesas cucstiones gnoscoldgicas en el scno de su Légicatrascendental que sarge en el momento en que se prods andiary expla supuestos de la Légica formal. 0 no son iicamente motivshistrios los que han hecho que econs- deren como intimamente conexionadas ala Teoria del conocimientoy ala Légi- ca, dos grandes capitulos de la Filosofia que han tenido, de hecho, una paralela ‘solucéna lo ago de os tempor y que han llvadoente sun prolongado dif logo. Adems deel, sis considera la cuestin de forma més interna yen su dimensin sincrénica, abe encontrar otra serie de motivos que explican nueva- lida eden ident n mayor omenor go, bs do dic en cuestién, Nos refeimos, muy especialmente, als conceptos de ¥ formalin alos que ya hemos aludido. Cero esque no cabe Sookie ma ligica con a gnoseol6gica, pero no es menos cierto que se tata de un tinico Y mismo semantema, que se utiliza en dos campos diferenciados. Las proposi- ciomes para ser ldgicamente correcas deben someterse una forma logica y los conocimientos para alcanzar un estatuto consolidado deben quedar expresados en juicios, pero és son imposible si no se someten a una estrctacoherencia formal ldgica. Pues bien, ha sido, precisamente, considerar ala forma Iégica no blema de la del conocimiento 34 Légica y Teoria del conocimiento blo como una condicién necesra para la expresin del pensamiento, sno como i requisio dkimo y, en definitiva el vinio para posibilrar el conocimiento, lo (que ha deterinado la apaicién del “lgiisma” en Teo del conocimiento, que sires otra cosa que la absorcién de ésta en el horizonce dela Logica. “Ahora bien, del hecho de que Logica y Teorla del conocimiento compar- tan una historiay de que su contextura interna se engarce alrededor de con- ‘xptes comunes no debe concise el falsosupuesto de que sus netodos y sus conclusiones sean idénticas, 0 reducibles los unos hecho de que el conocimiento para poder expresarse tenga que someterse a una forma égica no es indico suficiente como para tener que defender lo que podrl- amos llamar “logicismo epistemolégico”. Es preciso reconocer que, tanto ‘el pen- amienco como su expresién en el lengua, requieren, ademés de coherencia formal, pretensién de verdad, sin la cual dif hallamos ante algo calificable de “conocimiento recordar que todo pensamies actividad realizada por un su) dal fenémeno en cuestiin. El conocimiento es asi un fenémeno con una com- plicada estructura rendida entre dos polos ovérties~lsueto que lleva a cabo fsa actividad cognosctiva y el mundo que preten 0, dicho ‘con otras palabras, un campo de estructura rela sujeto y que apunta, en cuanto ¢s actividad ta que se deptaca de st, Por eso, fin de cuentas, no es posible ident nda la Logica, que se refierea los aspectosformales del pensamiento, tla del conocimiento, que incide ademas en los aspectos expresivos (dela sub- jetvidad) y rferencials (al mundo) de ee mismo pensamiento. raza. Légica y Teoria dl conocimiento La Légica formal es una cenciaabstracta que tiene por objet el ands “for- mal” de los argumentos 0, si se prefiere, es la “teorfa formal de cexponer de forma resumida la cuestin diciendo que ciencia que se ocupa de “los princpios de la valde formal dela inferen trata de una definicién que gravita alrededor del concepto de inférenca, el thos dala pauta para delimitar con exactitude contenido de la Lica: dentro ‘de los diversos usos que se pueden hacer del lenguaje, e Iégico se centra en ef uso argumentativo, es decir, en el uso para hacer inferencas. “Desde el punto “de vista Lopico, las inferencias son, primariamente,pizas del lenguaje” (Dao, 35 Parte I: La Teoria del conocimiento 1980: 251). Segin este presupuesto se concibe a la Légica como una ciencia sobre la forma légica y la valider formal del len ‘ma de un razonamiento es, por asi dec lidad es una pieza del lenguaje do “cuando si sus premisa son verdaderas, ambin lo es su conclusién. Ahora bien, es0 slo puede ocurrir cuando es la sla forma de las premisas, su simple estructura la que impone como verdadera una conclusin”(ibfdem). La Légica es, pues, un saber formal que atiende exclusivamente a un dni co aspecto del pensamiento o del lenguaje, Para ella la validex de una propo- sicién reside exclusivamente en la estructura, prescindiendo del contenido. Ast se entiende que el cometido suyo difiera del de la Teoria del conocimiento, por cuanto ésta también debe plantearse el problema de su conexién con la realidad, desbordindose el exclusivo reducto del pensamiento formalizado, La ma del conocimiento 0, si se de “la forma del (Deafio, 1980: 336), sin posibilidad alguna, dentro de su preciso campo, de ir mas allé, La Légica, en definitiva, es una ciencia que podtlamos entender como “resul- tante” de dos componentes previas: la gramtica y la verdad ldgica, Quine, en su Flora de la Lépica, presenta esta idea del siguiente modo: “La Logica explo- za as condiciones de oraciones ala luz de las construcciotes ‘gramaticales de éstas cuya verdad queda garantizada por su estructura légica: una oracién, mente verdadera, si son verdaderas todas la oraciones que tienen su misma estructura” (Quine, 1973: 91-92). Sila Légica, pues, debe prestar su atencién ala citada cuestién, no por ello debe concluirse que sus problemas sean los tini- cos a considerar por una reflex filosfica sobre el conocimiento. Hay, si, un aspecto légico en el problema del conocimiento, pero, junto a él, existen otros ‘que se sitiian fuera de sus dominios. rcién dela Teorla del conocimiento en la Logi- Jue no es otra cosa que el resultado de una sutil sectores del pensamiento se halla corrientemente luccién de considerar que ésta es hasta la nica’. Bs lo que ocurrirfa en sgicas uniforme. Ahora bien, por esencial que pueda ser la estructura l6gica para el objeto, as{ como la tendencia del conoci- 726 q Logica y Teoria del conocimiento Ja esencia del fend- i jue amoldarse a ella, no ¢s quien consttuye: f wesc conocimiento en cuanto tl. La Logica, en rigor, conse 4 lado tor de oracional” ya ela eet vedada a pare “rascendente de! cono artmann, 1957: 48-50), Si de lo que se tata es de fundamen “pobjetividad del conocimiento -0 de encontrar una justificacién taco 7 Gnnocimiento cientfico- resulta que para este intento de poco sirve os Pe” Septos de la Légica, que no puede dar raz6n del elemento a priori de fatento, es decir, de su vertiente ontoldgica y cxtica: imiento” ee la Logica puede obtenerse ain un segundo punto de apayo, La slo puede demostrar conclusions a base de premiss, no ss pre as Por cnsiguience, remoncando las cadenas de silogismos,te- en que qudarneceriamenteindemostaas las proposiciones mayors ef tniverales de las cuales depende todo lo demds. Es preciso acepar yllanamente Sélo pueden ser tas condicn de que sean evident prioricidad depende todo cl eifcio ded ede conducir a ese elemento aprior, no ignoseologfa (Hartmann, 1957: 57). rmismas,o cieras aprior. Y de ficacién de los primetos pri il conocimiento. Dicho de otra La cuestién sobre la objeividad y :mplo, cortesponden a la Teor co en el pensamiento como en + ejemplo, un sentido expre- “General del discurso y de a eomunicacén’, pero hay, por eemph pe Soy un sentido constntivo del mundo que son sens als consideracions sb cas, aunque no pot elo se los pueda considerar inexstentes:“E peo no puede dectear la inexistencia de otros entidos paul end igo pri ros mismos sentidos por su misma significacién’” (Urban, . me Lgeacomo product dela axbn formal yfrmalizads no se cigeen ‘vacto, Previamente a su constitucién. deben suponerse necesar sara tos no formalzados que so, precsament, ls que permiten jn de tea dimensién formal y abstracta dela invesigacion logics. Por eso es precio recordar que, corpo presupuesto indispensible, los minos las propos tienen su sighificacin y sentido que la misma Légica no puede determinas ya 7 Parte I: La Teoria del conocimiento que implican un punto de vista “metalégico". Ei cos” que son aque logic isten, ademis, del pens- ha procedido con regu- defender a idea de subor- -conectarlas entre sf, llegar dinar la segunda ala primera. Tal aso, ent dl caso del positiv légico del Cteulo de Viena al que nos vamos a refer atendiendo de forma muy igida a uno de sus representantes més destacados: R. Carnay i ire, hablando deforma general, que para esta coriene cite, iadora de la moderna Filosofia analiica, la Teorla del con En manos deena forma de eflexin critica la Teta del conoc ma se desarrollard siguiendo dos mari de aves mientras que, por far discusién se llevard reintroduciendo la vieja cuestién. acerca def in tes del conocimiento humano, que en ese caso conectaré con lade desindar 3 } Lica y Teoria del conocimiento dl saber empltico del metafisico,carente de significado. De este modo, sein i a Teorfa del conocimiento y la Onto- bre de cualquier coacci6n metafs- Blasco, 1984: 103). Es de que el reduccionismo ibuir efcazmente ala compren- el problema del eriterio que, ria de “verificacin” 0 "signficaividad”. Sin embat- gp al encerar a Teoria del conocimiento en el campo propio de la Logica Sue perdieraefectvidad: "Separar la Teoria del conocimiento dela Onvologi por hegar esa perspectiva mas global, mas de fundamentos, lleva como conse- Phencia que la Teoria del conocimiento se encirre en sf misma, con un len je que la desconecta dela realidad, cuyo conocimiento ha de fundamentat de ls graves consecuencias del intento de elaborar una Teoria de 47-48). ién, concretamente en uno de los tor paradigmético en la cuestién que ds adecuado sea el de seguir el conte- 20s: “La stuperacién de la Metafi- de 1932, “Filosofia y sintaxis yy “Antigua y nueva légica”, de 1930. ‘mero de ellos, Carnap offece una concepcién de la Teoria del mito como Logica aplicada que pretende un esclarecimiento de los ares de las ciencias. Con ello podria desarrollrse una sin- climinacién de la Metafisica, por ser ésta gular act un pretendido saber cu habria de colaborar al gicas que se dan ent Las investigaciones de la Légica aplicada, o de la mento, cuyo propésito es escarecer por medio del Ans tenido cognoscitivo de las proposiconescienlias nificado de las palabras que aparecen en dich tun resultado positivo y a uno negativo, El rs en el campo dela cienciaempfrica: se esclarecen de as distintas ramas de la ciecia, expictando co-formales como epistemaldgicas. Enel eampo de la Metafisica el Andlss lgico ha conducido a rsul- tado negativo de que las pretendidas jones de dicho campo son los conceptos de esas ciencias Parte I: La Teoria del conocimiento ns eee, Con eo sha Ja Metafisica como no fue ee boop dvs " se perfilardn los rasgos teres de que se desrtall como una Epnenclens del lenguaje. Carnap parte aqui dela con- losofia consta de “tres decir, de tres partes que ica’, pero que, en realidad, as de comprender los pro. la mayorla de las cues- ic inado a ser abandonado Los enunciados metafisicos no son i, No contienen ni conocimiento ni dominada por el andi viccién tradicional y com: ‘ipos fundamentales de problemas y doctin ipodemos denominar Metafsic, Pscologtay Logi i ‘no son tres regiones dstintas, sino tres forma di blemas, que normalmente se dan encremercladas tiones filoséfcas. El componente metaisico esta desi ence campo de lo carente de significado: ni verdadero, pues ad afr ‘rtor, caen totalmente fuera del conocimi Ja discusién acerca de la Verdad o eae una rama dela Filosofla que, gra- l6gico, pone el acento ra tos sintétics, Pr eso, precsamente, puede concluir R. Carmap istemologta o Teoria del conocimiento inc eos como ligicos. Las c valipcn pes el conocimiento acione posvamente verified. Le problema pie ipo se pueden expresar ciertamente en el modo formal fe stemoldgico, el problema ag minada ha de! ace las se eee oracién en cuestién. (...] Ahora bien, el andlisis las el de tarmac que deere sbservacionales. Por tanto, patemelo svables deducibles dela minan la deduccién de oraciones of ‘fa, ras Ia climinacida de sus componentes meafsicosy ps la sintanis (Carnap, 1935: 328-325), Logica y Teoria del conocimiento Pero, a pesar de todo, parece que no ¢s facil mantener este tipo de afir- aciones, De hecho, s ici distinguir entre os problemas estrictamente for- males de la Légica pura y las cuestiones propiamente epistemolégicas nuclea- das alrededor de las proposiciones de a ciencia emplrica. No puede identificarse, la Logica formal com la Epistemologla, cuestion que tampoco pas6 R. Carnap, que, en realidad, la concibié como al que nos referfamos: autor que el método siste en la aclaracin de ls proposiciones de la ciencia analiss logico” (Carnap, 1930: 139), debindose concluir que la LBgica, como método della actividad filos6fica, comprende dos partes, la Légica formal pura icada o Teoria del conocimiento: fa del conocimiento que en el fondo no ¢s otra cosa que Légi- ir de la Logica, lo mismo que la Fisica no imas la Logica alicada que ico de los conceptos y proposiciones de la dife- te ciencia, dela Légica pura con sus problemas formales (Carainp, 1930: 142-143). Hasta aqui, lo esencial de esta forma reductivista de entender la Teoria del conocimiento, la del posiivismo Iégico, que, desde su aparicién a nuestros das, ha merecido un constante cimulo de crticas procedentes de los més diversos frentes, Sin embargo, el igor con el que surgi este movimiento fue dando paso a posteriores formas de andlss mis respetuosas con la naturaleza real dl lengua, por lo que, de hecho, también hubo de producise una sustancial separacién de ‘concepcién epistemolégica. Son cuestiones que veremos en diversos de este trabajo. Por el momento, nos eonformamos con recordar una de las mas signifcativas criicas que de se han hecho: la que, desde el. desaro- lo interno de la misma Filosofia Anali llevé a cabo Bertrand Russel. iende este autor que lo propio del postivismo légico es sostener que “no hay un modo especifico de conocimiento que sea propiamente filos6fico” y que “las cuestiones de hecho tinicamente pueden resolverse por medio de los procedimientos empiricos de la ciencia”, mientras que el resto de proble- su primera ‘momentos 0s de los problemas filos tal punto que la revitaliza , de este modo, no puede gata constituirse una Teoria rosa, porque se olvida que al lenguaje debe guardar una idad y que esta relaciOn es, precisamente, la que determina la verdad del enunciado. En definiciva _La excesiva preocupacién p del lenguaje conduce a veces a un olvido i er dicha ifcacién de las sentencias (Russell, 1981: 530) 1.3, La Teoria del conocimiento como Logica de la investigaci6n cienifica: K. Popper al que en su dia llevara a cabo el 30 l6gico. El logicismo de uno y otro tienen sus caracteres propios, pot lo que es de justicia sonalidad radicalmente ajena a la de los miembros del efecto, tanto si se analizan sus escritos como si se atiende a las protestas del autor, no es posible seguir afirmando que nos encontramos ante una variante del positivismo légico. No se trata aqui de prescindir del nivel seméntico del sino de proyectar una Teorfa del conocimiento como Légica de la lengua investigacién cientifica, la cual tiene como objetivo fundamental analizar las conexiones ldgicas existentes entre los enunciados cienificos. La concepcién popperiana ~una Epistemologfa formalista y objetivista a la ver tiene como punto de mira la cuestié sntifico. Y Logica y Teoria del conocimiento Popper, en su investigacién epistemolégica, std preocupado por desarro- 0 de la ciencia en cuanto “lenguaje ldgico, objetivamente Jo cual va.a dar a toda la investigacién un in: 9» que él nunca habria de ocultar: le cardcter porlo que K. Popper Propiamente hablando, importantes y que él agrupa bajo la nbrica de “aumento de los conocimientos’. Para clos precio trascender os “mérodos usuaes de andi lingistic” y pro- nuestro conocimiento con el punto de vista del subjetivismo y que él se propone hacer una Epistemologia objetva. Por esto Popper afirma que, de todas as dimen- siones de a ciencia, la ini relevance para la Epistemologia es la dimensién logi- secuentemente con el posculado de que el problema genuinamente epistemo- l6gico, y aquél al que se han referido tradicionalmente todos los pensadores es el del aumento del conocimiento, Popper propone “una perspectiva dela cien- cia que es diferente de la propugnada por las diversas escuelas psicologistas”, inguir entre la ciencia objetiva, por una parte, y nues- para optar por aquélla frenta a éste. Lo televante para la Epistemologia es el modo de contrastacién de los enuncia- dos cientificos, por medio de sus consecuencias deductivas. Es este tipo de consideraciones lo que nos permite reconocer el sen ico de Porte I: La Teoria del conocimiento mologia popperiana, en contra del dogmatismo y positivismo del Circulo de Viena una opcién que ya se considera caduca, para este nuevo logicismo deduc- tivsta que se preocupa por lo aspectos objtivos del conocimiento, con eli- cs de interés filos6fico. necesariamente a K, Popper es fia analitica que venla con- blemas de la Filosofia han de ser reducidos a problemas as del lenguaje “creen que no © que los problemas de la Filoso ‘un auténtico problema i problema cosmolégico y, con él : “Existe, al menos, un problema filosdfico por el que se inte- hhombres que reflexionan: es el de la cosmologia,el problema de entender el mundo —incluidos nosox i hay que propugnar un mécodo adecuado para la comprensin de la cu central de la Epistemologfa, el aumento del conocimiento. ¥ “el mejor modo iar el aumento del conocimiento es 1 del conocimienco cien- do lo cual no puede ser alcanzado, ni tomado en consideracién, sticos (Lie: 16-17): ‘miento -lldmese ahora “Légica de la investigacién cientlica’ 0 “Légica del 1ocimiento’~ “es offecer un anlisslgico de tal modo de procede: esto es, ana- 1 método de las ciencias empiricas”, por lo que, en resumidas cuentas, podria decirse que lo esencial de la Epistemologia popperiana va a estat en su pretensi6n dedescribiryexplicar el proceso légico y evolutvo del desarrollo de la cienca. 34 Légica y Teoria del conocimiento 1.3.2. El problema dela induecién y la eliminacién del psicologismo Segin entiende K. Popper, a induccién es uno de los p Jes que ha vertebrado gran parte de la historia de a Ey ‘cidn” es un concepto opuesto al de “deduc implica el paso de instan- res a una afirmacién 0 enunciado de tipo universal: ia cuando pasa de enunciados singulares nes de los resultados de observaciones o experimentos, a enunciados univer- sales, tales como hipétesso teorias” es bien, side lo que se tra- ta.es de poder decidir acerca de la objetvidad de esas afirmaciones generales sobre la realidad, esta cuestién de la induccién ha debi itse obliga ‘toriamente en una constante en el Ilo y evol temologfa moderna. Sin embargo, élno va a aceptat la tesis inductivista que, * por ot lado, ha sido corsientemente la aceptada por ls te6rios del conoci- miento, No puede decitse, segiin K. Poppet, que la ciencia progrese median- te el proceso inductivo, sino por la propuesta de hipétesis que, posteriormen- te, habrin de ser sometidas a rigurosos controle con el objeto de poder calibrar su potencialidad para hacer avanzar la ciencia, Por ello, tente ala induccién, hay que proponer una Légica deductva que favoreca la aparicién de una Epis- temologia cientifica que prescinda de toda connotacién subjetivista y psico- logisea: ” La tarea que desarcllaremos en las péginas que siguen se opone diec- tamentea todos ls intentos de apoyarse en ls ideas de una Légica induc- ‘o como la opinién de que una hipét templricamente y, dnicamente, después de que ha sido formulada 30). Una de las tentaciones constantes de la la del psicologismo que, segtin Popper, vista, Muchas veces se ha entendido que la Teoria del conocimiento no era fotra cosa que Filosofia de la Psicologl. ¥, tl como decimos; la consagracién. de la induccién como método cientifico es lo que ha favorecido siempre lz aparicign del psicologismo, Ahora bien, el método cientifico es algo muy dife- rente, ya que no trata de hacer generalizaciones mis o menos adecuadss, sino que “consiste en proponet teorias y en contrast 35 Parte I: La Teoria del conocimiento wentar una teorfa no me parece que exija un ané- le ded... La cuestién acerca de cémo se le ocurre eevee tc me nea toda mea anes de ques peda i samen! (Lic: 3-31). Nat mente que podria que el objetivo de la Epistemologia no es tan- to inventar o descubt yat a cabo una reconstruccién racional de los ppasos que han llevado al cientifico a encontrar una nueva verdad, pero, en tea lidad, tampoco esto es lo propio de la “Logica del conocimiento”: Side lo que se tata es de rec ¥, efectivamente, no se trata de una reconstruccién de los procesos psico- légicos, ni de levar la investigacién epistemol6gica meas face miento”. De hecho Popper, en su Légica de la investigacién, lo que propone es una Epistemologfa sin sujeto cognoscente, en la que se atiende al entramado legico por el que discure el conocimiento cientfico, mediante la contrasta- ci6n de las teorias. Desentendigndose de la Logica inductiva y del contexto de imiento, la Logica del conocimiento cientfico, en cuanto TEoria del to, tiene un marcado cariz objeivista y deductivista, y se lleva a cabo de espaldas al vijo y tradicional problema de la induccién: En ext libro pretendo dar un andlsis més detallado de los métodos de Légica y Teoria del conocimiento la valider dela inducci6n como método puede ponerse en peligro la validez lad, con lo que, de sr ello asi, podrian iencia de la especulacién metafisica. Sin ado”. Pero jqueé es y en qué consste este crit amo problema de a demaracin al de encontrar un eiterioque nos permit dstinguirente ls cencias empirica, por un lado, ylos sistemas retafisicos Lo que se pretende, concretamente, noes tanto llevar a cabo una critica del conocimiento met de negarle su propia significatividad, como 10 de éte, Popper, mis por reconocer que una “investigacién cientifica es impo- ideas de indole puramente especulativa: fe desp {as desde el punto de vista de la ciencia, y que ~en esta misma medida~ es "La labor crftica de la Teoria del conocimien- fone acta como un depurativo destinado a liminar dela ciencia toda con- faminacién metaisca, ylimpiarla de ella. Por el contrario, su principal obje~ th cod de ofecer una idea exactay precisa de lo que sea la cencia, procediendo fa proponer un criterio adecuado de dstincién entre epitemey saber metals oy no de supresidn de ste como catente de sentido y significado: La primera tarea de la Légica del conocimiento es lade propones un concepto de ciencia emplrico, con el objeto de legar aun uso lingilstco crualmente algo incierto- lo més definido posible, afin de trazar un ‘de demarcacién clara entre la cienciay las ideas metafsicas (Li. 38). La investigacién popperiana apunta as a buscar una formulacién y defini- cién adecuada para la ciencia empirica, como un modo de saber que ha de ser capuz de representa lo ms flmente posible nueso mundo de experiencia. Aho- rabien, zoe poder decir de una tena o un sistema que representa adecuada- mente este mundo concreto, efectivo y empirico? Unicamente cuando una pro- Porte I: La Teoria del conocimiento osc, una tora o un sistema hayan sido sometos a contratacin yl hayan resid, pueden ser consderadas como vedaderasywlidas En consecuencn, debe proponerse un nuevo método y un nuevo ctiterio que, en este caso, son el método de a experiencia a ilsabilida,respectivamente, y que desembocan en Tallamada cuestin dea “base empl lugar comin de ambas~ La experiencia resulta ser un mécodo distnto mediante el cual un siste- 1a tebrio puede distinguitse de otros, con lo que laciencia empirica se carae- - so pr su forma l6gica, no por ‘método de distincién”, con lo ue Popper da un paso més para conceder ala Ej un estat nnamente diferenciado de la Logica es reat pada del conocimiento jue normalmente se llama experi isc 39) ctitetio de falsabilidad viene a indicar que un sistema —- si puede ser contrastado por la experiencia, Frente al rier Popper proclama idad de un crit trates 0 pruebas empicas: ible refutar por l experiencia un sistema cienffico emplrico perceptivas que pare- se con excesiva prontitud y ligereza case mediante enunciados, con lo que para determina el valor obje i 1 nes, ya sean teéricas 0 empiticas y singulaes, queda ttuncado deri. La slucdn l problema epistemolico debe abandonat pues ‘yaa consistit, como antafio lo entendiera Hobbes, en un proceso de compu- tacién, La actividad subjerualintencional, de la mano de la teorfa representa- cional de la mente, no es otra cosa que una propiedad natural de ciertos esta- don menae que poseen un contenido al que se ditigen o expresan (Raboss, En un principio, cuando hablamos de Fi referimos no es a una temitica do presente alo largo de la historia del pensamiento filoséfico, sino, por el contrario, a un conjunto de cuestiones teéricas que surgen durant ena década de los cuarenta, en el mundo anglosajén y dentro del llamado movimiento cibernético, tanto como a las consecuencias que se derivaron del 38 Psicologia y Teoria del conocimiento descubrimiento dela maquina de Taring, que es momento inicial que después hha ido pasando por diversas etapas hasta llegar alas dis tes funcio- nalistas y conexionistas actuales: todo un campo de investigacién amy 1 que, segtin sus pretensiones y aspiraciones, deberia dar lugar a una replanteamiento de aquellas cuestiones clésicas ontol6gicas y epi acerca de la naturaleza y funciones de la mente, que venfan nevesitando una cexplicacién més cientifica y menos metafisica. ‘La moderna Filosofia de la mente se entiende hoy como un saber que “debe estar estrechamente relacionado con la ciencia” y, consecuentemente, ha de tener un indiscutible caricter empirico; incluso “conjecutal”, y que Gnicamente puede dar respuesta adecuada asus problemas mediante la ayuda aportada por adecuados programas de investigacin cientifica. Esta es la primera forma de entender el cometido de esta actividad reérica. Otros, sin embargo, mas preo- izadora, consideran que('la filosofia y teérica, debiendo cumplir una fun- ‘antes que otra cosa, una minima aclaracién, Para comprender adecuadamente el sentido de estos dos conceptos ~giro cognitivo y paradigma cognitivista~es preciso aludir tanto a lo que se opo- nen, como a lo que se apunta con ellos. ¥ asi, primeramente, hay que recor- dar que el cognitivismo significa el abandono del conductismo como moda- lidad psicoldgicay, con ella, de los presupuests que hasta entonces se aceptaban sin contestacién alguna: el asociacionismo, elevolucionismo y la nocién de smo, en sus diversas variantesreduccionistas 0 conexio- ciencia, El conduct como respuesta, a ciertos es cia, la explicacién dela vida animica, fécil de expli mentales, se complicaba cada ver que se alcanzaban tos del comportamiento. En segundo lugar, el conductivismo habia ac cde forma indiscriminada y global los principios centrale del evolucionismo. ‘Ahora bien, la interpretacién un tanto tendenciosa que se hacta de a filogé- nesis impedia-adoptar una perspectiva comparada entre los diversos organis- ‘mos animales, sin llegar a comprender los comportamientos innatos que se we Parte I: La Teoria del conocimionto evidencian continuamente en el campo de la actividad comportamental, El tercer factor que contribuirfa al final del conductivismo es la crisis de la con- ‘cepcidn epistemolégica en la que se apoyaba: la superacién y postulados del estricto positivismo Iégico, su operacionismo cidn de la teorla, debian abri Je Vega, sas adecuadas para oftecer una explicacién o comprensién de la vida mental smo exigié ademés de todo lo dicho el que es que habrian de colaborar positivamente para sta con efectividad. Tales factores sot de las cencias del ordenador y el desarrollo de 184: 28 ss,). ® la teoria de la comunicacién fue un motivo de inspiracién para la comprensin y descrip cién de la mente humana, que pas6 a entenderse desde la analogfa que ofte- cla el concepto de canal. El sistema nervioso podria ser considerado como un canal biol6gico que transmice informacién (ibidem), Ahora bien, pronto se vio que la mente humana manifiesta una capacidad de accién no reducible a conlleva una simple transmisién de informacién. La mente humana recoge,codifica, transforma, recom! y el procesar es algo ‘ms que almacenar. De esta manera a analogia de la mente con el canal fue sustituida por lade la mente con el ordenador: Esto habria de producir serios problemas y, por elo, es abandonada en muchas ocasiones. Sin embargo, en ificé un gran avance en las ciencias cognitvas y en la Filoso- fia de la mente: “El desarrollo del ordenador proporciona a la psicologla una analogia mucho més poderosa que dela comu Lasimilitud funcional entre mente y ordenador [..] fue el factor ms determinante del des tiva actual. Igualmente hay que reconocer el pape relevante que la psicolinglifstica tuvo en el desarrollo del cognitivismo, a partir de los trabajos dei Chomsky y sus Syntactic Structures” Las aportaciones de Chomsky ala lingiifstica habrian de encontrar y ser cl contrapunto alas escuelas centradas en el aprendizaje verbal y en el con- ductivismo, Chomsky entiende qu ‘apuz de generar todas las frases gramaticales del lenguaje natural". Es de recor- dar que el lenguaje no es otra cosa que una estructura compleja a la que per- 60 del ordenador, como hemos i Psicologia y Teoria del conocimiento tenece e puede mate- 1 tanto la estructura profunda como la superficial, en la que pued izrse fisicay realmente el lenguaje. Como puede comprenderse facilmen- te ln admis de un nivel de competency un nivel profundo det logue imeductible a variantes psicofiscas, endria que significar un paso adelante en eae o ismo (De Vega, 1984: 30). smo contemporineo y jiento de las ciencias aque determinarfan p sage de es casi hasta nuestros dias, una idea que se manifest al princi- pio como fructifera y con grandes posibilidades. La analog e " el ordenador tuvo su: momento emergente més decisivo en los trabajos de “Turing, quien Ilegé a describir una méquina universal, capaz de simular toda * “Gctividad computacional, incluida la humana. Por supuesto, la analogfa que Se proponia era una simple analogfa funcional, dejando de lado la evidente deeinGanza de los aspectos materiales (hardware) entre uno y otro. Pore con endiendo a una perspectiva funcional, es desde donde surgen y se hacen notar las afinidadest “La mente y el ordenador son sistemas de procesa- tiento de propésito general; ambos codifican, retienen y operan con simbo- Vega, 1984: 3) de una nueya forma de lismo que habia sido desterrado del campo de la Psicologia como a co vuelve a gana terreno y aavanzar con paso firme. Pro los problemas ne admisién de una nueva forma de mentalismo apoya- diversas versiones no conciliables sar lugar a problema ebidon s ividad. Tal era lo que ocurta, por ejemplo, cor la “conciencia i dd inrencional” or eo ve han debido busca las dstntas de acerea- miento a la actividad mental; como reconoce De Vega, “estos olvidos no son i en, por el contrario, una significacién deci- nscientes de la informacién que procesan, no 1 patrones de conducta dirigidos al ambiente, ni poseen excepto los robot, y, naturalmente, no interactéan en 4; 33). La propia ciencia cogniti- al poner el acento sobre estos aspectos tan familiares, por otro Ia Epittemologia- no tendré mds remedio que someterse a nuevas y sucesivas reformulaciones. Parte I: La Teoria del conocimiento ‘Una vez que hemos tenido en cuenta todos los factores que, de una forma otra, condicionaron la aparicién y los primeros desarrolos del cognitivismo, ¢ preciso volver ala misma idea de ciencia cognitiva que, a parti de los aos Setenta, comienaa a utilizarse sin ambigitedad, Se ha formado ya de manera Ay consolidada todo un complejo campo de investigacién interdisci- con el objeto de proceder aun escla- la Neurociencia, la Inteligen- Este combinado de materias y cuestiones ica del cognit dos internos de un sistema que, incluso, pueden llegar a ser considerados como tepresentaciones, Por eso, ciertosfildsofos de la mente se han llegado a sentit. temolégicos de Descartes y Kant, tan cen- es de conciencia y representacién. 4 reconocimiento de la especifici- in funcional, o sila forma mentalista de con- ides proposicionaley son base suficiente para consttuir una ‘Teoria del conocimiento, Sea cual sea el resultado, lo que por ahora podemos ismo, existe una preocupacién constante conocer; Io que les ha llevado a proponer una reconversin isma Teoria del conocimiento. Ahora bien, entre este nuevo proyecto, tan prometedor en algunos aspects, dista un abismo, como queda de ‘mis centales de la Psicologia co ifiesto con el analisis de las cuestiones 2.5.2. La Psicologia cognitva El punto de partida y sus objetivos son muy simples, Se trata de desen- ttafiar y comprender el funcionamiento de la mente humana y de sus proce- ‘embarcindose en una tarea que habia sido iniciada por gran- des pensadores, desde Aristételes a Kant, si bien, ahora, con la ayuda de un ‘nuevo lenguaje -el del “procesamiento de la informacién’-, dando a la temnd- tica un aire de “fundamentacién empiric”, ausente en Ia Filosofia clisica (De ‘Vega, 1984: 23). Sin embargo a esta altura no puede decirse ue haya alcan. zado la Psicologia cognitiva ningtin estadio de desarrollo avanzado. Son muchos los problemas a los que da respuesta y muchas las cuestones que informar de i Psicologia y Teoria del conocimiento manera precisa; por eso no goza de un estatuto conc un estudio ciemtifico de la mente humana. Son var sa lenguaje son, por defi- ica, por lo que debe apoyarse en la peccién, a pesar de las dficultades que esto c contac con la exttemada rapides y comple léigicos ~desbordsndose en esto la pretendida fcilidad que parecia haber encon- trado el conductismo con su método observacional y experimental- y porque, en fin, todo el sistema cognitivo de la mente humana se configura como una ‘estructura de tipo interactivo en la que cada elemento depende del resto de los componentes del sistema (De Vega, 1984 23-24). Es posible, no obstante, que todas estas dficultades puedan ser progresi- ‘vamente superadas con la ayuda de las perspectivas oftecidas por la idea de “procesamiento de informacién”, paradigma y orientacién dominante para casi todo el cognitivismo, el cul significa el abandono del reductivismo pro- Bio de la Paicofisiologia con la que, en verdad, casi no tiene conexién alguna Naturalmente que la Psicologia cognitiva debe comenzat su trabajo con un estudio acerca del funcionamiento del cerebro, persiguiendo sus funciones de procesamiento de informacién, pero “se sitdia en una pos istémolégica mente funcional, sin ocuparse directamente del sustrato orgénico de Jas operaciones mentales”: antes bien, lo que le interesa es la “organizacién fun- cional de a mente, de modo andlogo al récnico de programacién que se limi ta conocer y manipular los aspectos funcionales del ordenador (softwar) sin preocuparse de la microestructura del sistema (hardware)” (De Vega, 1984: 36). En este orden de cosas, evita reducir la Psicologla a Fisiologia, tanto como rado en si mismo. ndo un emergentismo, reconoce que en la activi- dad mental, en cada nivel o funcidn, afloran fenémenos especificos como un ovum que es iteductible a los fendmenos de nivel inferior (Putnam, 1973), ‘mente humana es un sistema consciente, Esto significa, entre otras cosas, que dispone de un conocimiento autorreferencial. Dicho de otro modo, las per- sonas tienen cierto acceso intuitivo a sus procesos mentales” (De Vega, 1984: 41), Esto implica una opcién metodologica que refuerza la postura del men- lismo y la hace, en algiin sentido, deudora de ciertos postulados epistemo- l6gicos moderno’ en los que se idad del auroconocimiento ‘mediante la intuicién directa de rospecci6n, lo que, realmente, t

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