Professional Documents
Culture Documents
Lo Funcional y Lo Funcionalista
Lo Funcional y Lo Funcionalista
Lo funcional y lo funcionalista
Publicado en ISABEL CAMPI: Diseño y nostalgia. El consumo de la historia, La Roca,
Ediciones de Belloch/Santa & Cole, 2007, págs.107-146.
La mirada funcionalista
1 Edward Robert de Zurko: Origins of Functionalist Theory, Columbia University Press, Nueva
York 1957.
2 Edward Robert de Zurko: La teoría del funcionalismo en la arquitectura, Editorial Nueva Vi-
1
Isabel Campi Lo funcional y lo funcionalista
3Adrian Heath/ Ditte Heath/Aage Lund Jensen: 300 Years of Industrial Design, Watson-Guptill
Publications, Nueva York, 2000.
2
Isabel Campi Lo funcional y lo funcionalista
4E.H. Gombrich: “Cuestiones de gusto. El aspecto moral” en El sentido de orden, Ed. GG Arte,
Barcelona, 1979, pp.44-45.
3
Isabel Campi Lo funcional y lo funcionalista
4
Isabel Campi Lo funcional y lo funcionalista
5
Isabel Campi Lo funcional y lo funcionalista
6
Isabel Campi Lo funcional y lo funcionalista
7
Isabel Campi Lo funcional y lo funcionalista
1) La analogía orgánica:
8
Isabel Campi Lo funcional y lo funcionalista
2) La analogía moral:
9
Isabel Campi Lo funcional y lo funcionalista
3) La analogía mecánica:
9Adolf Loos: “Ornamento y delito” en Escritos I: 1897-1909, El Croquis Editorial, Madrid, 1993.
p.346.
10
Isabel Campi Lo funcional y lo funcionalista
4) La analogía dinámica:
11
Isabel Campi Lo funcional y lo funcionalista
12
Isabel Campi Lo funcional y lo funcionalista
13
Isabel Campi Lo funcional y lo funcionalista
11VV.AA.: Les Shakers, Vie communautaire et design avant Marx et le Bauhaus, Centre de
Création Industrielle, Centre Georges Pompidou, Paris, 1976. L. Edward Purcell, The Shakers,
Crescent Books, Nueva York, 1991.
14
Isabel Campi Lo funcional y lo funcionalista
15
Isabel Campi Lo funcional y lo funcionalista
constructiva interna. Con ello quería demostrar que, en contra de las apa-
riencias, existía una tradición funcional en la era de la industrialización.12 Su
tesis era muy original y partía de la base de que los historiadores, al asignar
en exclusiva a la modernidad la prerrogativa de la funcionalidad, se habían
visto obligados a denigrar la producción del siglo XIX acusándola de antifun-
cional en su totalidad. Además, según Schaefer la modernidad no fué since-
ramente funcional ni sus metáforas maquinistas tan universales, sino que
en realidad se trataba de un nuevo estilo cuyo repertorio formal estaba in-
tegrado por la ausencia de ornamento y el uso de formas geométricas sim-
ples. La obra de Schaefer no sólo demostraba con imágenes que en el siglo
XIX la industria había sido capaz de producir artefactos y objetos sencillos,
funcionales y atractivos, sino que además aportaba fuentes documentales
en las que ingenieros, artistas y filósofos del siglo XIX reflexionaban sobre
un tema muy moderno: el significado de la función como categoría estética.
Los ingenieros, mecánicos y científicos que diseñaron los instrumen-
tos y las máquinas en la era de la Revolución Industrial no fueron personas
insensibles a los problemas estéticos. Para ellos la utilidad y la idoneidad se
daban por descontado. Además, supieron abandonar los repertorios aristo-
cráticos del siglo XVIII, los adornos y las referencias arquitectónicas en fa-
vor de una visión estrictamente científica de los instrumentos que se tradu-
cía en una geometría estricta y refinada. Aquellos hombres estaban orgullo-
sos de la innovación y la belleza de sus microscopios, teodolitos, sextantes,
balanzas, tornos, micrómetros, máquinas de vapor, de cortar adoquines o
de fabricar tornillos.
Podría argumentarse que las máquinas-herramienta y los barcos eran
artefactos técnicos especiales y alejados de la realidad cotidiana, pero en
los objetos de consumo Schaefer también constata la existencia de una tra-
dición funcional. Este autor destaca utensilios, herramientas y mobiliario
que proceden de una industria vernácula que realizó el paso de la produc-
ción manual a la producción mecanizada sin perder el sentido de la idonei-
dad y de la contención. En el sector del metal se cita la industria relojera,
12Herwin Schaefer: The Roots of Modern Design. Functional Tradition in the 19th Century, Stu-
dio Vista, Londres, 1970.
16
Isabel Campi Lo funcional y lo funcionalista
13 El voluminoso catálogo de 1912, de los almacenes madrileños Casa Marín se distingue pre-
cisamente por la abundancia de productos de menaje “prácticos”. A veces innecesariamente
prácticos como las “bañeras con efecto olas”, los “baños de vapor portátiles” o las duchas ple-
gables.
17
Isabel Campi Lo funcional y lo funcionalista
canos. En los EE.UU. igual que ocurría en Europa, la arquitectura y las in-
dustrias artísticas de la era de la Revolución Industrial experimentaron los
efectos del historicismo y del eclecticismo. Sin embargo, en una sociedad
impregnada de ideas puritanas que en pocas generaciones había pasado de
unas condiciones robinsonianas de vida a un altísimo grado de industrializa-
ción, el valor de lo práctico tenía mucho prestigio. Así no es extraño que
algunos personajes como el filósofo social Thomas Jefferson, el gran arqui-
tecto ingeniero Benjamin Henry Latrobe o los escritores Hugo Henry Bra-
ckenridge, James Fenimore Cooper o el poeta, ensayista y filósofo Ralph
Waldo Emerson dejaran muchos testimonios escritos en los que reflexiona-
ban sobre la belleza de lo práctico.14
Hacia 1843 el escultor norteamericano Horacio Greenough empezó a
expresar sus ideas funcionalistas y sus opiniones sobre el arte americano en
la United States Magazine and Democratic Review. Educado en Italia y si-
tuado en la tradición del revival clásico, Greenhough invocaba los principios
de la arquitectura griega pero no su repertorio. Su crítica se centraba en
tres aproximaciones a la arquitectura de su tiempo que él consideraba erró-
neas: el eclecticismo, el sometimiento de las funciones a una forma precisa
y el sometimiento de la forma al placer del ojo o al estilo de moda. Los ar-
gumentos que Greenough empleaba para defender sus ideas no eran de
corte racionalistas sino más bien de tipo teológico o moral: la función pro-
mete la belleza la cual se hace agradablemente sensible merced a un don
divino. En 1852, poco antes de su muerte, Greenough recopiló y publicó sus
ensayos con el nombre de The Travels, Observations and Experience of a
Yankee Stonecutter.15
Greenough descubría más atributos de belleza en las construcciones
técnicas de su época que en los edificios y, además, los barcos le llamaban
poderosamente la atención. A mediados del siglo XIX el diseño de los gran-
des barcos de vela o clippers había llegado a unos niveles de refinamiento y
Edición facsímil con prólogo de Nathalie Wright, Scholars’ Facsimiles & Reprints, Gainsville,
Fla. 1958.
18
Isabel Campi Lo funcional y lo funcionalista
“Esta es la ley que impregna todas las cosas, orgánicas e inorgánicas, de to-
das las cosas físicas y metafísicas, de todas las cosas humanas y superhu-
manas, de todas las manifestaciones de la cabeza, del corazón y del alma.
Horacio Greenough: The Travels….. Citado por Herwin Schaefer en Op. Cit. p. 48.
16
17Ver Harold A.Small (Ed) Form and Function. Remarks on Art by H.Greenough. University of
California Press, Berkeley & Los Angeles 1947, 1958.
19
Isabel Campi Lo funcional y lo funcionalista
Que la vida reconoce en su expresión, esto es, que la forma siempre sigue a
la función. Esta es la ley”.18 (traducción Isabel Campi)
18 Luis H. Sullivan: “The Tall Office Building Artistically Considered”, Lippincott’s Magazine 57,
Marzo, 1896, p. 408.
19 Thorstein Veblen: Teoría de la clase ociosa. Fondo de cultura económica, Alianza Editorial,
20
Isabel Campi Lo funcional y lo funcionalista
21
Isabel Campi Lo funcional y lo funcionalista
23Paul Greenhalgh: “The Cult of Nature” en Paul Greenhalgh (Ed): Art Nouveau 1890-1914,
Victoria & Albert Museum Publications, Londres, 2000, pp. 55-71.
22
Isabel Campi Lo funcional y lo funcionalista
24Según parece Ornamento y Delito fue una conferencia impartida en 1908 y publicada en el
mismo año. En 1913 fué traducida al francés y publicada en Cahiers d’aujourd’hui. En Alemania
fué publicado en el Frankfurter Zeitung el 24 de octubre de 1929. Ver Adolf Loos: Escritos I:
1897-1909, p. 346.
23
Isabel Campi Lo funcional y lo funcionalista
25Hannes Meyer: “Construir” en Hans M.Wingler: La Bauhaus, Weimar, Dessau, Berlin, 1919-
1933, Ed. Gustavo Gili, Barcelona, 1975, p.185
24
Isabel Campi Lo funcional y lo funcionalista
26 Karin Kirsch: The Weisenhofsiedlung built for the Deustcher Werkbund Stuttgart, 1927,
Deustche Verlag-Anstalt, Stuttgart, 1997.
27 Ver P. Hereu/ J.M.Montaner/J. Oliveras: Textos de arquitectura de la modernidad, Ed. Nerea,
Madrid, 1994
25
Isabel Campi Lo funcional y lo funcionalista
28Penny Sparke: “The Internacional Style” en Design in Context, Bloomsbury, Londres, 1987. p.
149-153.
26
Isabel Campi Lo funcional y lo funcionalista
27
Isabel Campi Lo funcional y lo funcionalista
“El diseñador de productos industriales sólo puede tener éxito si está imbui-
do de la convicción que máquinas como las de escribir, automóviles, báscu-
las, ferrocarriles, ventiladores, radiadores, barcos, hornos y radios son boni-
tas cuando los problemas han sido adecuadamente resueltos. Una aptitud
original y creativa para materializar esta convicción en acero, madera, vi-
drio, aluminio, sustancias plásticas y otros materiales antiguos o nuevos es
el sine qua non de la profesión.”29 (traducción Isabel Campi)
29Norman Bel Geedes: “Design is a Matter of Thinking” 1934. Citado por Stephen Bayley en In
Good Shape. Style in Industrial products 1900 to 1960, The Design Council, Londres, 1979, pp.
45-47.
28
Isabel Campi Lo funcional y lo funcionalista
30
Ver “The Good Design Síndrome” en Arthur J. Pulos: The American Design Adventure, MIT Press,
Massachussets, 1990, pp.110-121.
31 Para la exposición del MOMA de 1953 se presentaron ocho mil empresas de las cuales se selecciona-
ron unos doscientos productos. En las exposiciones semestrales del Merchandise Art Building de Chicago
las cifras eran todavía mayores. Ver George H. Marcus. Design in the Fifties. When Everyone Went Mod-
ern, Prestel-Verlag, Munich-Nueva York, 1998, p.54-55.
29
Isabel Campi Lo funcional y lo funcionalista
30
Isabel Campi Lo funcional y lo funcionalista
34 Herbert Lindinger (Ed): Ulm Design. The Morality of Objects, Ernst & Sohn, Berlin, 1990
31
Isabel Campi Lo funcional y lo funcionalista
“La arquitectura funcionalista era más simbólica que funcional. Era más la
representación de la función que el resultado de la función. Tenía un aspecto
funcional en lugar de ser funcionalmente práctica. Eso estaba bien pues la
arquitectura siempre ha sido simbólica…El contenido de la arquitectura fun-
cionalista estaba muy bien pues la función era un símbolo vital en el contex-
to cultural de los años veinte. Pero en la arquitectura funcionalista no se
admitía el simbolismo. Era el simbolismo del no simbolismo”. 35 (traducción
Isabel Campi)
35Robert Venturi y Denise Scott Brown: “Functionalism, Yes, But” declaración para el simposi-
um “The Pathos of Functionalism” Berlin, 1974, Architecture and Urbanism, 47, Noviembre,
1974, p. 33.
32
Isabel Campi Lo funcional y lo funcionalista
36 Paola Antonelli: Mutant Materials in Contemporary Design, MOMA, Nueva York, 1995.
33
Isabel Campi Lo funcional y lo funcionalista
37 Andrea Branzi: “Il progetto decorativo” en La casa calda. Esperienze del nuovo design ita-
liano, Idea Books Edizioni, Milano, 1984, pp: 115-120
38 Edward Robert de Zurko, Op. Cit. p.233.
34
Isabel Campi Lo funcional y lo funcionalista
“La visión racionalista del arte condujo a la admiración por la perfección téc-
nica y física; había la tendencia a identificar la belleza con la perfección. Con
el desarrollo de máquinas perfectas los racionalistas podían comparar la per-
fección del arte con la perfección mecánica de tal modo que la eficiencia de-
vino un requisito de la arquitectura”.39
Sin negar que el funcionalismo fué un estilo del siglo XX creo que el
funcionalismo como teoría estética es algo que deberíamos reformular.
Para superar la crisis de valores del mundo contemporáneo se propo-
ne recurrir a la ética y las ideas funcionalistas, en todas sus variantes. Pero
De Zurco observa en los textos de épocas pasadas que los filósofos evalua-
ban la arquitectura en términos de valores éticos, morales, sociales e inclu-
so metafísicos mientras que los críticos actuales se fijan en valores mucho
más inmediatos y prosaicos tales como la economía, la circulación, las ca-
racterísticas sanitarias, la facilidad de mantenimiento la buena luz y la ven-
tilación.40
Las teorías funcionalistas tenían siempre un tono moral en la
medida que tendían a identificar lo bueno y lo auténtico con lo bello y lo
divino. Pero en el siglo XXI ya no somos moralistas, ni creemos que la be-
lleza sea un don que Dios nos da cuando logramos la funcionalidad, sino
que confiamos en nuestras propias fuerzas para crear belleza.
Conjugar ética con estética ha sido la mayor ambición de los diseña-
dores responsables desde Morris hasta Droog Design. Los jóvenes diseñado-
res actuales se enfrentan al reto de encontrar conceptos de belleza ética-
mente aceptables que generen nuevas actitudes en el consumidor y que
respondan a los desafíos de la globalización y de la crisis energética.
Si las analogías orgánica, moral, mecánica o dinámica han quedado
obsoletas habrá que buscar otras porque sigue siendo necesario que los
creadores tengan la posibilidad construir con dichas analogías aquellas me-
táforas que vehiculan y materializan sus ideas.
39 Ibid. p.234.
40 Ibid. p. 232.
35
Isabel Campi Lo funcional y lo funcionalista
BIBLIOGRAFÍA
BENTON, Tim Benton/ MILLIKIN Sandra: El movimiento Arts & Crafts, Adir
Editores, Madrid, 1982.
BILL, Max Bill: Die gute Form, Werkbund suiza, Zurich, 1949.
BRANZI, Andrea: La casa calda. Esperienze del nuovo design italiano, Idea
Books Edizioni, Milano, 1984.
GREENHALGH, Paul (Ed): Art Nouveau 1890-1914, Victoria & Albert Muse-
um Publications, Londres, 2000.
36
Isabel Campi Lo funcional y lo funcionalista
LINDINGER, Herbert (Ed): Ulm Design. The Morality of Objects, Ernst &
Sohn, Berlin, 1990
PULOS Arthur J. Pulos: The American Design Adventure, MIT Press, Massa-
chussets, 1990
SULLIVAN, Luis H.: “The Tall Office Building Artistically Considered”, Lip-
pincott’s Magazine 57, Marzo, 1896.
37
Isabel Campi Lo funcional y lo funcionalista
38