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CAP{TULO SEGUNDO LOS BIENES JURIDICOS PROTEGIDOS POR LA AUTORIZACION JUDICIAL, DE ENTRADA: DE LA INVIOLABILIDAD DEL DOMICILIO A LA PROPIEDAD PRIVADA No est de mas empezar este Capitulo recordando Ia importancia de a Constitucién de 1978 como punto de inflexién que ha marcado profun- damente la configuracién de la Administracién publica de nuestros dias, Ta cual no puede entenderse sin la referencia explicita al marco constitu- ional Dicho lo anterior, cabe hacer hincapié en Ia especial trascendencia que Ja norma fundamental adquiere en el marco de este trabajo, en tanto que precisamente de la configuracidn del derecho a la inviolabilidad del domici- lio se deriva la institucionalizacién de la autorizacién judicial de entrada y st incorporaci6n en el ambito de la actuacién administrativa. En el capitulo anterior, a modo introductorio, se ha puesto de manifiesto la incidencia de Ja configuracién de dicho derecho fundamental —segsin la interpretacién del Tribunal Constitucional— en la actuacién administrativa y e6mo se ha recogido en la legislacisn a través de la figura de la autorizaciSn judicial de entrada, Corresponde a partir de aqui ahondar en los aspectos que hasta ahora sélo se han esbozado con el fin de poder desentraiiar la configuracién real de la autorizacién judicial de entrada. A mi entender, para responder a esta finalidad cs primordial estudiar, en primer lugar, cudl es el objeto sobre el que recae el énimo protector de la autorizaci6n judicial de se LAURA SALAMERO TEIXIDO trada segiin el texto constitucional y la legislacién vigente, objeto sobre el que versa el capitulo presente. En funcidn de cuales sean y cémo se configuren los bienes juridicos que pretenden protegerse por medio de la autorizacién, podrd determinarse con mayor precision cudl es la activi- dad administrativa supeditada a un control judicial previo por medio de Ja autorizacién judicial de entrada. Este sera el contenido que se tratard en el siguiente capitulo: la actividad administrativa sujeta a autorizacién judicial. En tercer y ultimo lugar, a partir de lo anterior podra desentra- arse cual es la naturaleza juridica, Ia funcién y la configuracién de la resoluci6n judicial lamada a ejercer las veces de autorizacién judicial de entrada, segtin el papel que juega en el desarrollo de Ia actividad y fun- ciones administrativas, I. INTRODUCCION El punto de partida para llegar a concretar cules son los bienes juri- dicos que se protegen a través de la autorizacién judicial de entrada es el art. 18.2 de la Constitucién, contexto en el que nace la autorizacién judicial y desde el cual se traslada a la legislacién ordinaria. Asi pues, el estudio de la norma fundamental debe ser la Iinea de salida, aunque no puede ol- vidarse aquella legislacién en la que se contempla la autorizacién judicial en el marco de la actuacién administrativa, a la que también se dedicard la merecida atencin, Cabe avanzar ya que en el traslado del mandato constitucional a la gislacién ordinaria, el ambito de proteccisn inicialmente configurado cons- titucionalmente para la autorizacién judicial se ve drésticamente ampliado por el legislador. Asi, a pesar de que ia autorizaciGn se articula inicialmente como mecanismo de proteccién de la inviolabilidad del domicilio, su con- figuracién legislativa y su aplicacién jurisprudencial Ia han acabado trans- formando también en un mecanismo de proteccién de la propiedad privada entendida en sentido lato, Asi pues, dos son los bienes juridicos protegidos por la autorizacién judicial: el derecho fundamental a la inviolabitidad del domicilio, por un lado y, por el otro, derechos de contenido patrimonial, principalmente la propiedad privada. En mi opinién, de la distinta configuracién juridica de los derechos am- parados por esta institucién, deberia consecuentemente derivarse una distin- {a configuraciéa y naturaleza de la autorizacién judicial, Pero esta no es una tarea que el legislador haya emprendido y qué tampoco la jurisprudencia haya abordado, con lo que un mecanismo de proteccién ideado para la ge rantia de un derecho fundamental, se articula también alrededor de derechos de naturaleza patrimonial, con las disfunciones que ello provoca, a mi enter der, en la consecuci6n de los fines que persigue la Administraciéa pablica, como intentaré poner de manifiesto més adelante. LOS BIENES JURIDICOS PROTEGIDOS POR LA AUTORIZACION JUDICIAL 39 Il. LAINVIOLABILIDAD DEL DOMICILIO: I-A AUTORIZACION JUDICIAL DE ENTRADA COMO GARANTIA DE UN DERECHO FUNDAMENTAL El art. 18.2 de la Constitucién espafiola consagra la inviolabilidad del domicilio en los siguientes términos: Eldomicilio es inviolable. Ninguna entrada o registro podré hacerse en él sin consentimiento del titular 0 resolucién judicial, salvo en caso de flagrante delito, Sin el énimo de hacer un estudio integral del derecho a la inviolabilidad del domicilio, se emprende el estudio de este derecho fundamental siguien- do el esquema clésico que se estructura a través de tres ejes principales: con- tenido, titularidad y limites. En primer lugar me centraré en su contenido, y en especial en el concepto constitucional de domicilio, el cual constituiré el reducto vedado a las intromisiones de terceros. En segundo lugar, el estudio se ditigiré a los sujetos a los cuales les es reconocido el derecho fundamental a la inviolabilidad del domicilio. ¥, en tercer lugar, se analizardn los limites de la inviolabilidad domiciliaria, es decir, los supuestos en los que la inje- rencia en el domicilio viene constitucionalmente amparada y los motivos en los que se fundamentan dichos limites. La necesidad del estudio del precepto constitucional se deriva de Ia apli- cabilidad directa de Ia norma fundamental, que con independencia de su plas- macién en la legislacidn, debe ser en todo caso respetada en el actuar admi- nistrativo. Asf, dicho andlisis permitira que puedan delimitarse con certeza los supuestos en Tos que la Administracién deberd recabar la autorizacién judicial en todo caso por hallarse ante un domicilio constitucionalmente protegido. 1. El derecho fundamental a la inviolabilidad del domicilio ‘Tras la promulgaci6n de la Constitucién de 1978, el Tribunal Constitu- cional tuvo que affontar al poco tiempo el cometido de delimitar el conte- niido del derecho recogido en el art. 18.2, asf como de configurar los limi- tes constitucionalmente establecidos, dada la falta de una definicién en el texto constitucional. Esta tarea se emprendié en la ya comentada Senten- cia 22/1984, de 17 de febrero, en Ia que se sentaron las Iineas bésicas al respecto, las cuales vienen manteniéndose en lo sustancial pricticamente inalteradas desde entonces. A, Fundamento y contenido del derecho a ta inviolabilidad del domicilio Para poder delimitar con acierto cual es el objeto de protecci6n del dere cho a la inviolabilidad del domicilio, cabe en primer lugar concretar el fun- co LAURA SALAMERO TEIXIDO damento en el que hunde sus rafces este derecho fundamental. Fn palabras del supremo intérprete de la Constituci6n «{...] la proteccién constitucional del domicilio es una proteccién de carécter instrumental, que defiende los mbitos en que se desarrolla la vida privada de la persona. Por ello existe un nexo de unién indisoluble entre la norma que prohibe la entrada y el registro en un domicilio (art. 18.2 de la Constitucién) y la que impone ia defensa y garantia del dmbito de privacidad (art. 18.1 de la Constitucién)> | Como se aprecia, el Tribunal Constitucional no dudé al declarar que el fundamento del derecho a la inviolabilidad del domicilio es la proteccién de la «vida privada>, el «émbito de privacidad» o la intimidad. Del fragmento transcrito se desprende que el Tribunal utiliza los términos de «vida priva- da» y «mbito de privacidad» como sinénimos del concepto de «intimidad» recogido en el art. 18.1 de la CE, al que se refiere explicitamente. Sin embar- 0, parece evidente que dichos conceptos no pueden ser considerados como sin6nimos estrictos a la hora de definir el contenido del derecho fundamen- tala la inviolabilidad del domicilio en el ambito juridico espanol, tal como hha puesto de manifiesto la doctrina?, El hecho es que el concepto de «vida privada» es un concepto amplio, bajo el cual se entienden subsumidos los distintos derechos de la personalidad recogidos en los diferentes apartados del art. 18, a saber: el honor, la propia imagen, la intimidad, la inviolabilidad del domicilio y el secreto de las comunicaciones? En este sentido, la protecci6n de los derechos fundamentales recogidos enel art, 18 de la CE serfa en tiltimo término una proteccién instrumental de este derecho mas amplio que es la «vida privada». Ahora bien, cabe advertir que cada uno de ellos se focaliza en un aspecto conereto del vasto conteni- do de la vida privada y, en el marco jurfdico espafiol, el fundamento de la inviolabilidad del domicilio debe concretarse en el derecho a la intimidad* Como es sabido, el concepto de vida privada asociado a la proteccién del domicilio, se da en otros ordenamientos juridicos y también en sistemas in- temacionales de proteccidn de los derechos humanos. Pero, efectivamente, en el marco juridico espafiol debe —inicialmente— asociarse al derecho a ‘STC22/1984, de 17 de febrero (RTC 1984/22), FI 2. 2 Ente Ia dostrng, desea en este sentido Matla PORTLLA, que deca na pare de sv abajo a aistingir ene estos conception, sus oigensy su ntrpretacin tanto en el Detecho espaol com ea ‘us sistemas judcos,comel fin de delimstar com pecan el bea juricopoteido median ain Tabla del domo, qe en opiisin del autores a inimidadensentdoesita F) MAVIa PORTLA, Et derecho a a ivolabldad de! domicli, Madi, MeGraw-Hil, 1997, pp. 4-64, "gn ete sentido E, Ex Taur-aoo, «Fundamento yaance del derecho fundamental ain olbilidad dl domicilion, Revita del Cnimo de Estudios Constcionles, ei. 8, 1991, pp. M46 También I, Panno FatcOs, «Los derechos del arculo 18 dela ConstuiOn espaol ent jsp aca Gel Tribunal Constcional», en Revista Espanola de Derecho Consiiciona, ao 12, aim 109, pp. 1SB-1GL: yea «Ar 181. Los derechos l Aono, a intmiad personaly familiar yl propia limagete, en ME. Casas Baagtovor y M. Rooasote Pena ¥ nave Franta is), Comentarios le Conttiucin Bspaola, XXX Aniversario, Las Roras, Fundacion Wolters Klawer, 2008, 9.21423 “incon, E Esty Thai sepin quien «la vida privadsconstuye el fndameno de It pro teen que la Constuci oterg al damon, op. ct, p46 LOS BIENES JURIDICOS PROTEGIDOS POR L.A AUTORIZACION JUDICIAL, a la intimidad que explicitamente reconoce el art. 18.1 CE. La vida privada © privacidad, en cambio, no ha sido positivizada por la norma fundamental y tampoco por la legislacién ordinaria como derecho aut6nomo; ello, no bstante, no impide que por otras vias, el bien juridico que representa la vida privada pudiera entenderse incorporado en el ordenamiento juridico espafiol, en especial en virtud del art. 10.2 de la Constitucién y en atencién a la jurisprudencia del TEDH, como més adelante se vera. Segtin jurisprudencia reiterada del Tribunal Constitucional, el derecho a la intimidad personal y familiar «tiene por objeto la proteccién de un ambito reservado de la vida de las personas excluido del conocimiento de terceros, sean éstos poderes piiblicos o particulares, en contra de su voluntad>®; im- plica «la existencia de un Ambito propio y reservado frente a la accién y el conocimiento de los demés, necesario, segtin las pautas de nuestra cultura, ‘para mantener wna calidad minima de vida humana‘, Sentado el fundamento del derecho a la inviolabilidad del domicilio en el derecho a la intimidad personal y familiar del art. 18.1 CE, se dice que existe entre ambos una relacién de carécter instrumental’. Visto asi, la proteccién del domicilio se erige en pro de la proteccién de la intimidad, en tanto que el domicilio es el espacio inmediatamente abocado a acoger el desarrollo de dicha intimidad. Esta es la primera y més importante de las caracteristicas del derecho a la inviolabilidad del domicilio: su estrecha vinculacién con el derecho a la intimiidad, en el cual halla su basamento, El hecho de que el Tribunal Constitucional no dude al determinar el fundamento del derecho a la inviolabilidad del domicilio permite, por su parte, excluir otros contenidos que, a pesar de su conexién con el dere- cho fundamental, quedan claramente fuera de su ambito de proteccién', En primer lugar, cabe mencionar la exclusién del derecho a la propiedad privada y de los derechos reales como objeto de proteccién del derecho fundamental, Se trata éste de un aspecto no controvertido entre la doctrina ni tampoco en la jurisprudencia constitucional, en la que se afirma que «el derecho fundamental aquf considerado [la inviolabilidad del domicilio] 5 Vid el FHS de a STC 11972001, de 28 de mayo RTC 2001/11). © Asten ia STC 1863000, de 10 de uo, F 5 "(RTC 2000186). Sorel csi const Sobre el derecho fundamental ai inmidad personaly fair vil el 12 de la STC 17872011, de 7 de noviembre (RTC 201/173), en gue el Tibual resume dich doctriaa, 7 "Téngaseencueni que, si bien desde los primeros textos eositucionales se protein bide del domieto, la potecciaexpresa de derecho ala niidad ola vid pivada ha sido ocho ‘ds tarda —no se postvza hasta a segunda mad del siglo Xx, cuando los derechos huranosy de persona empiezan a reir la merecidsstencion nivel ioternaconal, ras la Segunda Gran Guetra— Hats entance, se considera leanada In proc de Ia intimiad 3 avs de In ara del derecho {I involsbliad dl domicio, De ai exe fuerte citer instrament el mismo. Al respect, vid IM? Bausisrun Cape. La intidad como fundamento de a molablidad del domi, Paina de Malla, Univestat de es les Balers, 1998, p. 38-€0 *Futaiacon deal Jo sere juridicos eno al mao de protescn del derecho aI invio- bide del domictio FJ. Mata POKTLLA op. cit, pp. 10-4, en coy estado baso la breve referee ‘que agus eliza, @ LAURA SALAMERO TEIXIDO no puede confundirse con Ia proteccién de la propiedad de los inmuebles ni de otras titularidades reales y obligacionales relativas a dichos bienes que puedan otorgar una facultad de exclusién de los terceros»’. No plan- tea tampoco dudas en el marco espafiol que el derecho a la libre eleccién de residencia es un derecho distinto a la inviolabilidad del domicitio. El primero, previsto en el art. 19 de la CE, garantiza la libertad de cada indi- vviduo para escoger libremente el lugar en el que establecer su residencia, que con toda probabilidad devendra su domicilio; el segundo recogido el art, 18.2 de la norma fundamental, defiende un smbito espacial para el desarrollo de la intimidad, En tercer lugar, cabe mencionar el derecho a Ia libertad personal como derecho auténomo e independiente a la inviola- bilidad domiciliaria, a pesar de la estrecha vinculacién que hayan podido mantener en el constitucionalismo espafiol '. La actual configuracién del derecho a la libertad personal del art. 17 CE en nada se apoya en la in- violabilidad del domicilio, ya que «(ell valor o bien jurfdico protegido es la libertad de orientar la propia accién 0, mas sencillamente, la libertad fisica. Con ello se hace referencia a la libertad deambulatoria o de movi- miento [...]»"; bien juridico, como se constata, totalmente distinto a la intimidad. 5 FI2" de le STC 69/1990, de 26 de abril de 1999 (STC 1990/69). Apunto ya, allo de I ex. clus de a propiedad como bien juice protepdo por la inviclablidad del domlio, que Mega el ‘momento de discern el conten de los espcis poteidos mediante ls atorizacin jul por el tt 8 de In LRICA y ela 9.2 dela LOP, ls limites en a nvolbiiad del Gomi y el Sere ‘co aa propiedad nose confunden, a pesa de dispensers le misma protein. "8 Deke el Auto a, 227/1983 de 25 de mayo (RTC 1983/22), cl TC define e derecho ala beta de resdenca diferencia el concepo de domicio: «Con idependencia del domi, qoe {asc jurdca dela persona donde cumple sus derechos yobligiciones por tener su residencia babi- tual as 40 del CC— la esidencia en su sent jurdicoestrit,suponee nga dade la persona se fncusnra aesideatalotansiriaeace sin Hepa a a permanencia domiciliary preisaeate eat. 19 ‘els CE recone sls hans el derecho a eleprlibremente so residencla en lesitorio espaol, ‘empleando un érmino mis amplio que e! domicli,y que alanza et hecho rel de poder poseer mis de ‘un domicilio personas (F 2°) Ello no obtate, el 7Crecooce le viaclacn existent com el concepto 4: demi, ya qu slo que no puede dscutirsees quel derecho habia en un determina lua, "el ‘erecho sujet y personal determiner Hbremente el lugae gare donde we desea resin ransoria ‘ permanentememe” (AFC 227/983, FI 2") gue el ar. 19 CE prclama, implica el recenceimiento ast ‘ilu del pdr de confgurat ea residencia con los elementos propios dl domciio [STC 281999, de ade marzo (RTC 1999728) 717") " Recordemes gue tanta Is Conaitsein de 1837 como ade 1845 diponn que wale pede ser _erenido, ni pres, ni seprado desu domi ningtin espa ni allamaa s casi, estblecendose ur ‘esuecha vnculacién eae el domaciioy la era personal, instrumenlizandose el primero pars 12 preteen del ber “© Segin Ditz Pcvo, és y no mis ese conten que protege el art. 17 mediante el derecho fundamental Is ibsrtad personal. Extender su contenido hasta entenderlo enol ms amplo se lor sn tis como liberia cela sega ese autor conundrlo com el More dessrollo de a personalidad que alae el ar 10.1 CE. Este at ao deja de ser relevant en tno que el rang de prteceiGa oargado at 1010 es el de derecho fandamenial, I. M Ditz Piazo,Sitema de Derechos Pundamentales, pci pp. 261 ys. ‘No obsnt,no falta autores que enenden qu el contenido del derecho a ibertad el at. 17 ‘ex ns ampli, y gu la ibetad personal se flee tambin awa Ubetad de condua, la posed ‘e orienta Ia propia condita en tna as ener posibles de omvivenia humana de acuerdo ca ik ‘ontad oe cada tino iemeste se ha formas, 1. PEKi2 ROYO, Caren de Derecho Constiucional, Mads, Marcial Pos, 2007 . 300 LOS BIENES JURIDICOS PROTEGIDOS POR LA AUTORIZACION JUDICIAL 6 De su vinculacién con el derecho a la intimidad y su fundamento en el mismo, se desprende con clara intensidad el caracter de derecho de la perso- nalidad que reviste la inviolabilidad del domicilio, denominacién con la que se alude al conjunto de derechos inmanentes a la persona y a su desarrollo como tal, Tratandose de un derecho personal, es también evidente su carécter indi- vidual; es decir, cada sujeto ejerce su derecho a la inviolabilidad del domicilio de forma particular o personal, individualmente, sin que pueda compartirse su titularidad, aunque se comparta el espacio fisico en el que se ejerce. Hasta este punto, no se aporta ninguna novedad destacable en la defini- cin del concepto constitucional de domicilio. Lo realmente trascendental de la configuracién del derecho a la inviolabilidad del domicilio articula- da por el Tribunal Constitucional en la STC 22/1984 es la proclamacién de su autonomia respecto del derecho a la intimidad. Es decir, si bien el fundamento de la proteccién del domicilio es la garantia subyacente del derecho a la intimidad, el domicilio constitucional constituye en si mismo un bien juridicamente relevante para la norma fundamental: su proteccién no se erige tinicamente en orden @ la proteccién de la intimidad personal y familiar, sino en orden @ la proteccién de aquel espacio que es emanacién de dicha intimidad. Ditz-Picazo se refiere al derecho a la inviolabilidad del domicilio —junto con el derecho al secreto de las comunicaciones— distin- guigndolos del resto de derechos fundamentales porque estin configurados «como garantias formales de intangibilidad», es decir, «(lJo que se conside- +a constitucionalmente digno de proteccién es la limitacién de acceso en sf misma, con independencia de cualquier consideracién material» o, en otras palabras, «lo decisivo no es el contenido (lo que se guards en el domicilio...) sino el continente (poder guardarlo [...] sin que lo sepan los demas, incluido el Estado)» Lo anterior se desprende del siguiente fragmento de Ia STC 22/1984 «{... el domicilio inviolable es un espacio en el cual el individuo vive sin estar sujeto necesariamente a los usos y convenciones sociales y ejerce su libertad més intima. Por ello, a través de este derecho no s6lo es objeto de proteccién el espacio fisico en s{ mismo considerado, sino lo que en él hay de emanacién de la persona y de esfera privada de ella. Interpretada en este sentido, la regla de la inviolabilidad del domicilio es de contenido amplio ¢ impone una extensa serie de garantias y de facultades, en las que se com- prenden las de vedar toda clase de invasiones [..» (FI 5. nz Lino se ei aos derechos peesonlesentiadose al clsificsién de Janex en to sts de las relaiones que mastiene el ciudadao con el Estado. As, os derechos personales tarsjaa exe atte iberatisenel que erecoooce un dbo deantoaonda, tau edfera dene apresion ® njeceaca de poder en la actividad de Ios paiculares. Estas eras, pr su ined referencia al esol doa personalidad human, constfuyen el niceo dels derechos personales; derechos que se omsderan inherent a oda person inviolable,» explictan y concen Tos valores de la ibertad y ia digndad furans en el Estado de Derecho», AE Patz LUS0 Los derechos undamentales, Mai Tecnos, 2003 pp. 174175 i LIM" Ditz-Pcazo, Sistema de Derechos Fundamentales, op itp. 30S. 66 LAURA SALAMERO TEDXIDO, Basta esta argumentacién para considerar que toda injerencia en el m- bito domiciliario protegido constitucionalmente supondra un violacién del mismo, a pesar de que no haya una afectacién aut6noma de Ja intimidad personal y familiar, porque el domicilio en sf mismo, considerado como es- pacio fisico, es la emanacién directa de dicha intimidad y, como tal, un bien juridico digno de la proteccién constitucional como derecho fundamental De todo ello debe concluirse que existe un concepto auténomo de invio- labilidad domiciliaria constitucionalmente protegida; autonomfa que se es- tablece respecto del derecho a la intimidad personal y familiar del art. 18.1, y—como més adelante veremos— de los conceptos de domicilio recogidos én la legislacién ordinaria, que supondré que sea un concepto més amplio. Esta configuracién constitucional del domicilio fue la que inicialmente di- bujé la STC 22/1984, y la que ha sido mantenida en lo fundamental por la jurisprudencia posterior. La principal de las manifestaciones del contenido visto hasta ahora del derecho a la inviolabilidad del domicilio es de cardcter eminentemente ne gativo. El efectivo ejercicio del derecho a la inviolabilidad domiciliaria se protege garantizando a su titular la interdiccién de intromisiones de terce ros"®, Se desprende del mismo texto constitucional que hace referencia a las entradas o registros —«ninguna entrada o registro [...»— de modo que la inviolabilidad supone, desde la perspectiva negativa, la infrangueabilidad del domicitio, que su titular instrumenta a través de facultad de exclusi6n, Como afirma el Tribunal, «lo que se garantiza, ante todo, es la facultad del titular de excluir a otros de ese dmbilo espacial reservado, de impedir o prohibir la entrada o la permanencia en él de cualquier persona y, esps ficamente, de la autoridad pablica para la practica de un registro». Con- ido asi este derecho, su objeto es la «prohibicién de poder pablico», no se trata de reconocer el «agere licere, sino la prohibicién misma del poder piblico»"® "a concepciénauténomn de derecho aa invilabitidad del dmiciio se confirma en los pos- terores pronunciamientos del Til Consiicona,sendo uno de ls mis eslarecedores el de 1a STC 10/2002, de 19 do enero (RTC 2002/10), sepa I cual: «Sie derecho al intinidad personal 7 Tair ens pr objets la proteccin dew fbi eservade dsl vide dels pertots exch del foaocimieno de terceros, sean esos poderes publios opariculares, en contra desu vluntad dzvecho al nvolaiidad del domiclio protege us mbio espacial deteminado, el "domieio™ por Ser quel en el gue los indivduos, ies de tds sujeién Tos usosy conveciones soils, eercen ‘ ibertad mis nia, sendo ota de protec de ese derecho tno el espacio sic ens mismo Censiderado como lo queen ay de emanacién de In persona y det esferaprivada> (P25), * Cabe apuntar ya, que ls injeencis que se prohiben son solamente Is inerencislegmas a pocas palabras, el derecho fundamental no absauto, sno que existen ros Limies que el mismo texto etblece deforma tative, Dee exo poes para el poster apartado dedicado a os lines del evecho fnamentl Ia invilabldad de domi, STC 2272003, de 10 de febrero (RTC 2008722), FI3*. * FJ. Bastin FRiunno etl, Tord general de los derechos fundamentals en lt Constinetén spol de 1978, Ms, Tess, 200, p 107 Jano a lo que apna Bastin, eabe recordar que la Ley superior no slo incu a tos poderes pablico, sino a Todos los ciadadanos en virtud del ar. 9.1. Pores, come alia Paz Lino, een LOS BIENES JURIDICOS PROTEGIDOS POR LA AUTORIZACION JUDICIAL 6 icho lo anterior, se plantea Ta duda de cual debe ser Ta naturaleza de Ta injerencia en el domicilio. El art. 18.2 se refiere a las entradas o registros, pero lo relevante aquf es atender a la entrada, pues el registro es sélo uno de los posibles fines perseguidos con la entrada, que también puede estar dirigi- da a la mera permanencia, a la inspeccién, a la aprehensién de alguno de los ‘ocupantes o de bienes que se hallen en cl domicilio, a su precinto e incluso a la destruccién del inmucble, entre otros". Por ello resulta principal atender al concepto de «entrada» y a su naturaleza. En otras palabras, {cuando una entrada recibir la consideracién de injerencia en la inviolabilidad domici- liaria? Segtin la STC 22/1984, no s6lo las entradas fisicas o materiales en el espacio domiciliario reciben dicha consideracién, sino que el derecho a la inviolabilidad del domicilio «tiene que caracterizarse precisamente por quedar exento 0 inmune a las invasiones 0 agresiones extetiores de otras personas 0 de la autoridad piiblica|...] la regla de la inviolabilidad del do- micilio es de contenido amplio e impone una extensa serie de garantias y de facultades, en las que se comprenden las de vedar toda clase de invasio nes, incluidas las que puedan realizarse sin penetracidn directa por medio de aparatos mecénicos, electrSnicos u otros anslogos» (FI 5.°; la cursiva es ria). Como se ve, la entrada en el domicilio puede articularse de muy dis- tintos modos: no s6lo a través de la entrada fisica en el mismo, sino también a través de aparatos tecnolégicos que, a pesar de no franquear fisicamente el domicilio, sf suponen una injerencia en la inviolabilidad domiciiaria™. ‘También determinadas inmisiones pueden suponer la vulneracién del derecho fundamental, en especial aquéllas provocadas por el ruido que, por influjo de la jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos ues sistema constiucional no debe exist ninguna reserva] parame won Drizwiekung de os derechos fundamentals, ex det, pars exlender ru ecacaa lar elaciones ence parclarers, pes Ge que, como se hn vist, en el supueso de a inviolabldad Gomiciara, ns catelasy gran del dzvecho se ejan especialmente frente 2 la acign del poder pic. AE. Pisiz Luno, Los derechos fndameniaes, op p67 Apuntaa ya esto LOPez RAMs, segn quien «la Constucién Espa prohibe I “entrada © regio Heraimente pes, parece prohibit a mera eriada ene domicio, om ndependencia Ge as finaldadesperseguidas ates del entrada. Povinente exe autor erica a regain del at. 18.2 porgae une enaca y rein por I comune disyuntiva wos, en lugar de la copalaiva «>, lo que Tubleseretingldo ia prtectea domicile slunate ante scuaclonesleodenes a invesigicionrs, registos, pesquisa, tno ante oda enzaa, lo que en opin del ator dota de ier al precept, Loria Restos, sinvicablided del domo avotutlasdinistava en la urspadencia del Ti buna Constinconal apc p39 ™ Algunns aero Sonsidcrn qv ete ipo de iajrencias no sponta vutneraion del derecho & Ininvilabidad det domici, sina del dersbo Ia wnt, honor © propa imagen 1 orgie 56 ropsito de conoce lo que hace o dja de hacer una persona pucde ejecutarse de igual fra en un ugar Pullico alerts a todos con lo qu la utzarin de esos medion tcnios no cual el atague soe la Pesona pore! ign sobre el que se wilizane,A-[L-ALONSO Ds ANTOMO, El derecho ala ivialbilidad Uomiciina en tr Constiacn espatote de 1978, Masri, Cole, 193, p. 97. Si ben ex cient ge a Snaldad persgulda com los insuumeacos encos es pinipalmeat lade arceder al dite del inti ‘mad del sjeto el hecho de que sea la inimidaddesrolads en el domi la persegids, cai a uci ydeiernon oe Ia valoeracn seul de Ia ieviolabidd del dois. Cobea al de mevo imporancia a astonomia del derecho ala invilablcnd del domicile: pecxament por precise ages en el dnbite domicilario el derecho vulnerado cl da involailidad del demi 6 LAURA SALAMERO TEIXIDO (TEDH)”, el TC finalmente ha considerado como injerencia susceptible de vulnerar la inviolabilidad domiciliaria por medio de la Sentencia 19/2001, de 29 de mayo™. A pesar de que el amparo solicitado no fuera finalmen- te concedido —a causa, todo sea dicho, de la poca pericia probatoria de Ja parte demandante—, el TC afirmé que «una exposicién prolongada a unos determinados niveles de ruido, que puedan objetivamente calificarse como evitables © insoportables, ha de merecer la proteccién dispensada al derecho fundamental a la intimidad personal y familiar, en el dmbito domiciliarion®, Precisamente en atencién a la doctrina de Estrasburgo incorporada por el TC en relacién con el ruido como injerencia a la inviolabilidad domici- liaria, el derecho fundamental no se agota en el mencionado contenido ne- gativo, sino que asimismo desarrolla una vertiente positiva, sin duda latente en la configuracin constitucional del derecho, pero que la jurisprudencia del TEDH ha despertado™. La inviolabilidad, ademas de incorporar el ius Eat 8.1 del Conveio Europe para a Protec de los Derechos Humanos y dels Liber tudes Fupdameataes (CEDH) establece qu toda persona lene derecho al resp de su vida privada Timi, de demic y desu comespoenciae, Son vara as Sentencis del TEDH en ls ie el uid rete i consieraccn de elemento wulnerador del derecno a espeto at Som —ente otras TaSentencia Guerra contra aia de 19 de ebro de 1998; a Senteacia Hatton y eros contra el Reino {Unidad ? de octubre de 2001, pesar de ser atevoada pol de # de julio de 2003 dctada por Ia ‘Gran Sala, pero enespecil merece In pena destaear aguas en ls que Espa ha so condenata pore! TEDI Senencas Lopez Osa contra Espana, de 9 ce diciembre de 1994, y Moreno Gomez ‘Contra Espa, de U6 de aviembe de 200%, Engel mucha docrna que ha zgido nu stenca esta jsspredeniay al entice del rida, remo al eco ala ms reciestementepblicada: M.BAENS [ALCAZAR, aE] derecho a anna trangia del domi y ls conlaminactonscisica La pers pects judicial, en a obra colectiva cooedinada por F Lortz MIND, Derechos ygarantias de tude ‘ano. Estudos en homenajeal Profesor Alfonso Pee: Moreno, Madi, stl, 2011, 9p. 25 9: A. Got Reo Caswors, edo, derechos undameotalesy medio ambiente Sestenca dl itunal uropeo de Derechos Humanos Secién 8), de 16 de noviembre de 2004, sun Pilar Moreno Gimez « Bspanas, en E. Gata bs EXtunwla y R ALONSO GaKCta (coords), Adminisacion yj. Un lane jispnadenclal Liber Amicorun Toms Ramin Ferninde. Vol. Il Europa y América, Cit Menoe (Nave), Aranzad, 2012, pp. 2915 ys "Mucho ate de los pronineiamientos del Tribunal de Escahurge, bo quien ya comsiera ‘qv la garatin de In inimidnd Ia proteceién de In invoabliad el Gomi hacen imprecinble thoedarcusluiera de las posibles)agresones ene ls que no acupanesaso lugar las dvvadss dos ‘ides uregulaess. Ast To expesabaL. Maariv RrvowTao Bago ea La dfens rent luo ante Tribal Consiuconals, en RAP, nim. 115, 198, pp. 208-232 (acta es de a p. 217), Bste fn dedicnd gran tenn a ema de ido, etre otos en: «El ui en a reciente arspmenci>,e0 ‘RAP. a, 125, 1991, pp. 319-342; «El uo de los grandes seropuers en la jursprudenia del Tb al Europeo de Derechos Humanoso, en JL Icissis PRADs (coord), Estudio Jurdicos em Homenaje {al Profeor Aurelio Menéndes, vo. IW, Made, Civitas, 199, pp. 5388-540 «El rid na penis {el Juscian, en Revista nverdscipinar de gestin ambiental rm, 58,2003, pp. 8-1, «El aie: re ‘inte respucsa legly jriepradencial-, en Libro Homenaje al profesor Manuel Amonds Guardiola ‘ol, Madrid, Colegio de Registeadores de Ta Propiedad, 2006, pp. 1151-1186, «El uid y el ubans ton, tn Le Maxris Reoc.o 9 RO. Busmi0 Bot abo (coords), Fundamentos de derecho urban, ‘ol 2, Cate Menor (Navara, Aranzadi, 2009, pp. 1651-1673. 3° FF5" dela STC 119/201, de 29 de mayo (RTC 2001/11) » Confit la tndencia itiiada por la STC 1197200, de 24 de mayo (RTC 2001/11), 1s mis recientes SSTC 162008, de 23 de febrero (STC 2004/16) y 1SODOIT, de 29 de sptiemine (RTC 2011/150), en Ins que se retera que cis derechos ala integra sca y mor ala itmidad pesonal y familar yaa invioabldad del domicile han aiid también una dimension postva ea LOS BIENES JURIDICOS PROTEGIDOS POR L.A AUTORIZACION JUDICIAL, o resitentiae del titular ante las intromisiones de terceros, también vincula activamente a los poderes piiblicos. La Administracién publica debe velar por la proteccidn de los derechos de rango fundamental que puedan resultar pperturbados por unos niveles de ruido que superen un determinado umbral de gravedad, entre ellos el derecho a la inviolabilidad del domicilio, el de- recho a la intimidad personal y familiar, el derecho a la integridad fisica e incluso el derecho a la libre eleccién de residencia, asf como el derecho a la salud y el derecho al medioambiente recogidos en los arts. 43 y 45 de la CE, respectivamente. Asi, la dimensién positiva del derecho a la inviolabi lidad del domicilio implica la obligacién de la Administracién de adoptar aquellas medidas tendentes y adecuadas para la garantia del derecho fun- damental, de lo que se deriva que la inactividad de Ia Administracién es susceptible también de vulnerar el derecho fundamental a la inviolabilidad del domicilio®. Teleién con el bre desarrollo de Is persona, orena a pena eleva de estos derechos fundamentals» (FFI) 3"y 5°, respectvamente). La dimensa postive de la inviolaligad domiiiaria genera, en relacin con la autorzaién judicial de eovada,stuacionespecaars. De un lado, en casions, lx actividad de Is Administen ‘i rp garantie involabidad domi dein adminsirado —mnifetain dea dimen sién posta dl dereso—, puede soponer a vuleracién del mismo derecho respecto de ceo; e ‘ouaspulabes la grant del derecho de unos, puede vulnera el de ous. Inaginem0s, par ejempl. el ‘puesta de un veri que solicit a a Administracén que preci el uso de una maquiariagravernete ruidos: prs realizar et rein y graniar el derecho del que ia In acts de Ia Adria ‘ebe practise Is eta en el Gomsto de un terete entrada, no obtante,legitimada através Ge sutoczai jc, diferencia de Ia injerenciaprovocad pore nivel de rid. ‘trade las pecullaridades que puede gars dervarse dela daensinpositva del derecho a inviolabilidad del domieo ex se, sepia a consideracgn del redo como elemento sunceptble de ‘ulrecar dich ivilabilda, sel agete que genera el uid es la Administacin pica —po ya en Sede de inactivide, sino de pura y mera sjecucisn—-,,éta debe ambien sliciar una auzeriacisn jill —jde enads?-~ pact legtmasla ijerenci en el domicloy no vularar acl derecho funda ‘mental? Imainemos, or eempl, el supuesio de a veredero municipal situa en as nmediacones ‘Sewna zona resdencal en le ese un nivel constant yeewado de ido por a maguinaria qe lt traajaO el aso, ya no an exravagante dels aeropuerts. ,Poiraen exes supuestoscondicionrse fino y eecackn de a atividad ala vesolucin judicial que autorizaraelrido —es dec, line rencis ene domicio-~ deriva de Is misma? En vir delat 182 y dela doesins consitucional ‘mencionada sobre el ruido, nada obstara al exgenca de a previa autorizacin judicial, en especial teniend en cuenta que uno de los eatremos sobre fs que ecc Ta copnci dl Juez ela existencia de for meds que, sin agzed el derecho fundamental, posbitenigualmente La consecucin dl a pi hie Sls anterior abrmacin puede stentaee onl plano eric, en el prtco results in tanto mss ‘complejo. Por un lado, sin hberseconsatado la intesidade incidenci dl ruido, sera diel poder ‘cermin apeorstcamentes supone usa vulneracin del derecho a a inoabiidad del domiciti ‘ulnrscin, dems, que la jrispradeneiasule adr tras un no eve efuerzo probatrio de a pate {emandante Por oto, ambien se halla la iesad de poder determina cle fo ls adminarados ‘que como urulires de un derecho subjesvo debenoponers a a injerencia, constr en el proceso ju ‘aly encelacn cn loe cuales debe dite e auto deautrzaciin —adelanto que la jureprodencia bo admit esoluciones judicial de autorzacidn de eneadadrgias a una pluraidad deterainada @ indeterminads de persons, dade el carteter personal del derecho ls involabilidd del domes Estas son algunas de las objeciones que «pie de pga se me ocrren ate el interrogate que susie ln imencin posit dl derecho fundamental ea reac con la auorzacén judicial de entrada, Se inuye, sin emo, que odss estas objecionescomparten un mismo denominador- a natralera del ruide —normalmenteconcebido como una nmin —y a diel eoncepsccn como ena en el ‘omiclio, pear de Ia configuacion amps del conceto de wentadn» gue la junsprudenca eonsi- tucional ba maaejado. os LAURA SALAMERO TEIXIDO El concepto constitucional de domicilio Una vez detimitado cual es cl fundamento y el contenido del derecho a la inviolabilidad domiciliaria, debe prestarse atencién al concepto de domi- cilio que, precisamente en atencién al fundamento y contenido del derecho, ha ido perfilando el Tribunal Constitucional, De nuevo el punto de partida se halla en la definicién que el Tribunal Constitucional prests en la Senten- cia 22/1984, segxin la cual el domicilio es aquel «espacio en el cual el indivi- duo vive sin estar sujeto necesariamente a los usos y convenciones sociales y ejerce su libertad mas intima. Salta a la vista que el Tribunal se aleja de cualquiera de las definiciones que la legislacién venta ofreciendo del concepto de domicilio. Incide espe- cialmente en este aspecto al destacar la mayor amplitud del concepto cons- titucional de domicilio respecto de los conceptos de domicilio establecidos por las normas legales. Segtin el Tribunal, «la idea de domicilio que utiliza el art, 18 de la Constitucién no coincide plenamente con la que se utiliza en materia de Derecho privado, y en especial en el art. 40 del Cédigo Civil, como punto de localizacién de Ta persona o lugar de ejercicio por ésta de sts derechos y obligaciones»”*, El domicilio constitucionalmente protegido no encaja pues, con la definicién que la norma civil pueda aportar, Pero el ‘Tribunal no s6lo se aparta de la definicién del Cédigo Civil”, sino que tam- bign se desvincula de las normas de carécter penal y las administrativas” % F2"de la STC 22/1984, de 17 de Febrero (RTC 1984/2) ® Seguin ela 40 del Cog Civil, el damiclio de as persons fiscs fp el eercicio de los dzvechos sel cumplinient de las obliaciones eves [|e apa de su resideneia habia, ens ‘emo, el que determine a Ley de Enjuiciamiento Csi De este modo, eerie de residencis abil oes relevant para determina el espacio ea cuestion es domicilioconsuteienal 2 Sep a STC 94/1909, de 31 de mayo (RTCII99054,w[fseconceptocenstucional de do- Imeiio, lo hemos repetido, es mis ampio que el concept juice pivadoo juice administativo, ambos funcionales a aos fines distitos dea proeceén ela intmidad ya vida prvada y no adie ‘oncepciones educcionistas, como a aralizada, que lo equiparan al concept urdico-perl de morada habitual habtacins (F252. ‘Queda pues fuera de consieracén el concepto peal de morada qu recoge el ar. 2021 del Cdiga Penal gue prevé el dei de allanamiento de morals en los siguientes trminox «E particle, sn abt en el, entre en morada sna 0 se mantiviere ena misma corm a vontad de st mrad, ‘ert castigado con a pent de pis de see meses dos ace. Tampoco se ended en cuenta clan. 3542 dela Ley de Enuicianiento Criminal sega el eual ae eputademiclio s[eledificioo hgar cerrado, ‘1s parte de l destin principlmente shaban de eslguer espaol extanero resident en Espatay de su fama ® Por lo que se eee a nomativa adminiseatv, el TC se aleja dl contenido que de domi lio prestan normas come la Ley 7198S, de 2 de abil, Regladora dels Bases del Regimen Local, en ‘eyo at 161 se exalece que el domiclo habit eb aque qe corsa ene pad, en ox sguientes \eeminos «El Pra miicpal sl registoadminisativo donde consan los vecinos de un mic, Sus das constuyen prueba dela residencia en el municipio y dl domi habitual en el musznom. El domi consiuconal deja abign al macgen La dednicin ge peta ela. 48 dea Ley Genera Ts utara, que define! omic ical dels personae Gear como wl gar dnd engan #4 resides bite» el de las juridcas como vat domicio soci, siempre queen él et efeevament ental ada su ges administratva yl dzecién de sus negocios» LOS BIENES JURIDICOS PROTEGIDOS POR L.A AUTORIZACION JUDICIAL, © en las que se pueda aludir al domicilio; que deben dejarse a un lado en el momento de valorar cual es el alcance del concepto de domicilio protegido constitucionalmente. EITC defiende asi'un concepto amplio de domicilio™, en definitiva un concepto constitucional de domicilio', Esta es la primera caracterfstica a destacar de su configuracién. ‘Sobre el pad municipal han voleado su ateacién enue ets, V. Aguabo 1 CuDoLA, «La splice ‘Gn dl marco jurdco dela nnigracén en as adinstesciones locales un pies lance (> «La ‘plies del marco jardico del smigracion en as adminiiones locale prime alae >, fen Cuadernos de Derecho Local, nim. 0, 2002, pp. 7-8, y nim, 1, 2003, p. 58-8, respectivamense; lambice ML MC Pais Gyvts yA. Evan Huta, «La poblacin soup: la repulsion de a ‘ind administativay del ext del vino» en $. Munoz Mactano (dit), Tata de Derecho ‘Manicipal, Mai, Civitas, 200, pp. 1219-1263 jgualmene, A. agora Huw, «Extranet y 6 men local anscripeién de los extanjezos en el pad municipal de abtanese ea REDA, a. 1 2008, pp. 685-726 LAS se esablece en F2" in fine de la STC 22/1984, de 1 de febnero: «Todo ello obliga a mantener, po lo menos prima faci, un concep eanstiticions de deme en mayor ampli i el concept rico pevadoo jurico-adminstatvom "Vay aien adm que ao pucde halase en sentido extrcto de un concepto costiusional de toric, precieamente porguc la Constiucién no da una definicién del mismo, sino que wen todo ‘aso abr que hablar dela iterpretaion que la justca enstitacional haga dela, 182 para saber, ‘8 fora indnecta que es Io qe gusieronresmente los pirlamentrioe en 1978». AL. ALONSO Dt AAsrosto, EI derecho ata imiolablidad domiclliaria en ka Constincion expahota de 1978, op ct pt. Fsta misma opine mantene Pasccs Marso, que en fesumidascuenassotene que po exis Sn concepts consitcional de domi, en ano que sl banal Constitconal po eel ico, sine el supremo inerpree dela Constuciény su juspeedenca obliga ano al Iegsiador como alos Tibusa- Tes ordnaios [| Hlo no sigaifia en cambio. que uiosy olos no tengan nada que decir 21a hora de cia las concepcionesconsituionalese El ober de argumentacion de ete autre in ebay, Inde jaciieae que Ia astorzacion judicial de entrada haya sgolomadaprestaa po el Lgilaor para protege el derecho al propiedad priva, lo que ex mi opiién en nada obsta que esta um concept ‘onsucional de domicih. F Pascua Mago, Las enuadas administra en amuebles de propiedad privada, en L- Mags RII0110 (ai), Derechas fundamentals y otros estos em homenaje al pro. Dr. Lorenzo Mann Retro, 2 vol Zaragoza, EL Juscia de Ara, 2008, vol I pp. 912-814; aot penenece aap 912, Si bien cio que lanomma fundamental no deine el concept de doniviio—to cual amet de sone un acieto que garatza x ebay ms ele con perepectva a evolcin jus “encialrexpeto del conenido del tring, esto earecto hablar de un scaneeploconstcionl de “omicion Ea prime Inger. pogus pone de manifesta dstinién y mayor amplitad de exe respect ‘eas nociones de domisilio que offece la lepislacin orinaria. En segundo lugar, poraue el hecho de ‘que no se desin el imino el exte de la Consttucin no implica que ext vaso de contenido, sno gu ‘ese ol msmo momento en el que el consitayene react a norma basal fecha de bos, ela 182 (CE acoge un concept de domicio propio eidenicale, es evs. us concep constuional Hablar de In icaltad qu catrata su delmitacin yconcrecin es hatin de ouo costa, do cua, pr oa pat, se han eacargudo y enareah tanto el Tul Consitucional, maximo iniérpete de la Coastiusin, ‘com el resto de Sg jaricionale, pero sempre desde as coordenads cnstiicionales, m0 Icgales Entree igar el echo de llamo ode ines ante un concep juridcainetermnado c= motive demas pra defender ia existencia de un concep constuconal de domicile. Yen dtm lugar, El mistno Tribunal Constusonl se eer al econcepoconsiuconal de domicilion, ent oat eas SSTC 22/1984, de 17 de febrero (RTC 1984/22; 4/1989, de 3 de mayo (RTC 199970), y 691999, de Te junio (RTC 199960), 'Se rebesea también al sconcepto constusiona de doniclio» atores como R. Casas Vas, pci pp. IDL y se B ESN TIN@1AD0, op. ct, p48: FJ. Mata Dogri, que dedica u capitulo ‘desu ob «EL objet dl derecho el concepto soniieiona de damilion, ope, pp 163229. Se refer ala snocién consiuconal de domicion, J. GONZALLZ-TaEVuANO SANCIMZ, Lat iviolabilidad ‘de domiclio, Madd, Teens, 1992, pp. 131 70 LAURA SALAMERO TEIXIDO Se trata ademas de un concepto jurfdico indeterminado™ la concurren- cia del cual deberd valorarse en cada supuesto concreto, Su contenido no se mantiene estético, sino que ha ido amplidndose progresivamente a lo largo de los afios a través de la jurisprudencia, que viene delimiténdolo tanto po- sitiva como negativamente, Por ello, de la escueta definicién antes referida han de ser extrafdos los elementos a través de los cuales podré establecerse si un determinado espacio es susceptible de ser considerado 0 no domicilio a efectos constitucionales, En la STC 10/2002, de 17 de enero, se halla una de las mejores pautas interpretativas, que se condensa en el siguiente fragmento: «El rasgo esen- cial que define el domicilio a los efectos de la proteccién dispensada por el art, 18.2 CE reside en la aptitud para desarrollar en él vida privada y en su destino especifico a tal desarrollo aunque sea eventual». Asf pues, cabe distinguir entre una doble dimensién del concepto de domicilio: por un lado, Ja que lamaré dimensién objetiva y, por el otro, la subjetiva, Aptitud y destino, clemento objetivo y subjetivo respectivamente, son las principaies claves interpretativas que condueen a la concrecién de la concurrencia de domicilio constitucional. Ahora bien, cl andlisis de ambos elementos debe realizarse en todo caso conjuntamente: es decir, no sélo con la determinacién del elemento objetivo podré valorarse la concurrencia de domicilio constitucionalmente protegido, ni tampoco sélo desde la perspee- tiva subjetiva —Io cual Ilevaria a un concepto de domicilio inagotable—* Segtin el TC, lo principal es la concurrencia del elemento subjetivo™, el destino 0 uso, es decir, se exige que en el espacio llamado a ser un domicilio ® Coincide en eaiicr la nocd de domiiioconsitucionl soma concept jurdico inden nado, A Niro, «Acton adminisativos cua ejeoueién precisa una entads demise, op ci, p21 5ST 1072002, de 17 de enero (RTCI2002/10) P17 la cusiva es mia. Ea esta Senteaca el ‘TC dec I inconsttiionaliad del ar. 557 dele LECrim. por negr el cadcer de domicilio alas Iubtaciones de heel, ya que s(slendo las haitacions de los hotles espacios apis pra el desarolo ‘desemvolvimieno de Ia vda pita, sempre deen els se dere, comity smb sobre os ‘ue se proyecta la tutela que la Constiucién garantiza en su art 182: su insolabildady [a iedicién {elas enradasoreisuos sin autrizacn judicial o consenimieato de su ular fora dels esos de Aagratedelitor (218, 1s salizado en profiad eta sentenia V, PERRERES CoMELLA, en «L. icomsitcionaidad {en entrada reper en ns haitacioes de tl sn auorizacin jada: Um eveston imeevane? ‘Comentario la Semeaca de Tebunal Constciona! 102002, de 17 de enezon, en Repertorio Arana {del Tribunal Consttuconal, nf, 2002, pp. 1941-1964 "Desde una perspectvaexicamente subjeiva pra sugerre que el indivi ex cape de esas nmin en cual expo lo slabs care de todo seni ded wna pespes- Uva Insist ps ello ena necesdad de valrar conjustamente ante cada supuesto ambos elements, que znoming sbbjetivor y esubjetivan °E. Esty Texncano, op ct, p39, hace un breve repaso histrico al cancepto de domicilo y , precepto ene qe se inspira claramente el TC que no dua es haces refeenca explicit al mismo ea us ronuncamlntss, po ejemplo en la STC 137/185, de 17 de oxwbe (RTC 1989137), FI 3" LOS BIENES JURIDICOS PROTEGIDOS POR LA AUTORIZACION JUDICIAL ~ Siguiendo esta tendencia extensiva, el Tribunal no tard en reconocer la titularidad del derecho a la inviolabilidad del domicilio a las personas jurfdi- cas, Fue mediante la STC 137/1985, de 17 de octubre, en la que, a pesar de denegarse el amparo solicitado, el TC se desvinculé de la doctrina anterior que otorgaba el derecho a la inviolabilidad del domicilio exclusivamente las «personas individuales», y afirmé que «nuestro Texto Constitucional, al establecer el derecho a la inviolabilidad del domicilio, no lo circunscribe las personas fisicas, siendo pues extensivo o predicable igualmente en cuan toa las personas juridicas»”, Sin embargo, el anterior reconocimiento gene- ral a favor de las personas juridicas del derecho fundamental fue delimitado por el Tribunal Constitucional, que precis6 que «la libertad del domicilio se calfica como reiejo directo de Ia proteccién acordada en el ordenamiento a la persona, pero no necesariamente a la persona fisica, desde el momento en que la persona juridica venga a colocarse en el lugar del sujeto privado comprendido dentro del drea de la tutela constitucional, y todas las hipétesis en que la instrumentacién del derecho a la libertad no aparezcan o sean in- compatibles con la naturaleza y la especialidad de fines del ente colectivor™ No puede decirse que el Tribunal Constitucional fuese muy explicito al delimitar el reconocimiento del derecho fundamental del art. 18.2 de la CE a Jas personas juridicas a través del fragmento transcrito, ya que si bien se sobre- entiende la voluntad de delimitacién de los supuestos, no deja claro el criterio bajo el cual debe realizarse dicha delimitacién, ,Cudndo debe apreciarse que la persona juridica ocupa el lugar de la fisica”®? :Ein qué sentido son relevantes lanaturaleza y fines de la persona juridica en relacién con la inviolabilidad del domicilio”? La voluntad del Tribunal de delimitar el reconocimiento del dere- cho fundamental las personas jurfdicas cobra sentido si se tiene en cuenta la contradiccién que supone reconoceres la inviolabilidad del domicilio, cuando al mismo tiempo el TC rechaza que sean titulares del derecho a la intimidad 7 FHS dea STC 137/1985, de 17 de cetbve (RTC 19851139, Fragments extra de nuevo del FI 3° de la STC 137/185, de 17 de octubre (RTC 1985/13, Lacarsivaes mis, T. Quiwrana Lévez interprets que cuando Tibunal exige que a persons juidca venga colo- arse en el igar del ato privad, alo que se petende [|e desechat la posibiidal de que todo Yo que tenga un depeadencia isin con In caida werant ude al anpro dea tlelacoustiucinn, lo cual ‘fectvamente realizar el TC posterionmenteen In Sentencn 69/1999 calicando los erpaior Gea pet ona juris protgidos por a iavilabilidad domicara, T.Quavzana Loni, «paso ms baci a Almiacin de a involbilidad de domicilio en nuestro Deechoe, en REALA, 229, 196, pp. 145-152, Seq P. J GanzAits-Tarvusno Saxcit, objetivo de ex ealea exit Is persona jars a ocupe el gir de a dea fica, pretends eve sla patrmoniaizacion del contenido el dere de lnvolabilidad de domicio, su inadecuada ulizacion para le saisfocion de ots interests parculares dla ds divers atualezay. PI, GoveAtez Turns SA, op. ct, pp 117 1. Ane aes de Tala ataleray fines de apron jaca, cae rcordar ade neve el a 19.3 dela Ley fandanetal de Bans —en el ques pre TC para econoee el derecho alas personas Jrdias— que esublece qu clos derechos funlmeats ge ambin pra las persons judas eal eda cn gu soi si aturlera es ea aplcbles. Sinema tenpase en cua quel Ley alana se {eles nutudeza el Srocho fades apn anerens dea pcoos un, Se fe alate Peace art 192 de a Grandes alerana yal incerpeacién decal yeaa vera respec, M73.Chnapo Bao, La iolabildad def domi ye proceso penal Mais, lstel, 2004, pp. 17617. 80 LAURA SALAMERO TEIXIDO personal y familiar del art. 18.1 dela CR, que, como ya se ha dicho, constituye el fundamento iltimo del derecho a la inviolabitidad domiciliaria”. Cémo puede serles reconocida la inviolabilidad domiciliaria, si carecen de intimidad personal o familiar que proteger? {Cémo puede el Tribunal Constitucional afirmar que se ha «reconocido también su titularidad [del derecho a la inviolabilidad del domicilio] a las personas juridicas, de las que no cabe afirmar que posean intimidad personal y familiar»”*? Este es sin duda el aspecto més controvertido del reconocimiento de este derecho fundamental a las personas jurfdicas” que, por un lado, ha forzado al TC a configurar un contenido especial y diferenciado de la inviolabilidad domici- liaria cuando de personas jurfdicas se trata, y, por otro, mayores reticencias hha ocasionado entre la doctrina” y alguna jurisprudencia® 7 Agus de os prounciamientos en que ge rechaza gue ls personas juries puedan ser titla res del derecho a aiid personal familar som el ATC 2511985, de 17 de bil (RTC 1988257), ‘ATC 208/207, de 16 de abl (RTC 20077208), ast como Ia STC 346/1993, de 23 de diciembre (RIC 19997886) y ia STC 68/198, de 26 de abl RTC 1999/69), entre owes, cuya etna poeta resume corel siguletefagmento exuaid del FJ 2" del Avo 2S7/1085, de 17 de abe El derecho ‘lninimidad que econoce eat. (8.1 dela CB por au propo contenido y naturalera, se efce ala vida ‘va de as persons indivi en ia que ae puede inmcuirse sin ena debidamente storia, ¥ sin queen pencpi as pesonas juries como las Sociedades mercaniles, pueda ser tiuares del ism, yo gue la reserva acerca de as atvdades de estas Endades, qucdar, ens cat, process pot la comespondietereulacién legal, al margen de la insimidad personaly subjtvaconstuciond rent decretidan "As consaenel FY 2° dela STC 222003, de 10 de febrero (RTC 2003/22, Cake recordar aqut que la conuoversia soe el recenocimiento de este derecho fundamental, 4 ls persons jurdeas nose cieunsribe Gsicamente a Esta. El ism Tribunal de Tusa des {Uniin Europea les ha negado el rconocimiento de Ia invoatldad domicira ya que exsten varios pales earopeos como Francia, anda o los Palses Bajos que no elo conceden, de meso que no Puede ‘onsiderse un principio comin a ls Esades miembros. Ene ots, Sentencias Hocclst (de 21 de foviembre de 1989), Dow Benelux y Dow Chemical Iberc (amas de 17 de ostubre de 1989), odas Sis contr Ia Comisn Ello, ao obtante, no impli que, ant las inervenciones del poser pablico, as personas juridcas no queden procegdas ene ainervenciones arbitarasy desproporconsdas, sein [misma Sentencia Hoechst (@ 19). 1 Matta PoRrtLa, op cit, pp. STY5s nite los autres que se opoven al reconcinlenta de este derecho fundamental alas persons joriicns se balan 1 Mata Ponta, op. it, pp. 135-51, J. BAKCTLONA LiOR, Becutvidad, ce ‘utoriedad y eecucin forza de lor actos admiistratvas, op. cit. pp. 540 ¥ 4. Otros Tans Sus temores ante la amplicién del deco po la postiidad abusar det mismo, eae ous: F-Lirez Raw, laviolabilidad del domi yautcteaadmisaiva el jssprodencia dl Teibunal Cons titseonas, op. et, p37; T: Qevtans Loz, «Un paso mds hacia a deimitacign de a ieviolabilidad ‘e domi en meso Derechon, op. cit, p. 151. Otes ponen de maniess las contradiciones que Implca este reconocimiente: RALcAcur Guizapo, «Et derecho ala iaviluilidad del domicilios, ea MIE. Casas Baxwonor y M, Ropricinz Pasrao Y Bravo Franoa (d.), Comentarios ala Cont ‘ucionBxpafola. XXX Aniversanin, Las Rosas, andscién Wolters Kloster, 2008, p43 V FagoRs {Cons op. it, pp. 1987-1960, S, PuRsAxbz Rasos, La actividad aamincrativa de inspeccion. Et regimen rico general dela faci inspectora, Granada, Comares, 2002p. 288, quien exige la de Terminacdn del benji potgido, qu e odo easo pode consi ena vida evade proesional ‘el empresaio oa liberal de empresa * Prejempl, la STS de Valencia 1125/2002, de 2 julio (JUR 2003777443), en atenciénal te or terl dl anterior at 141.2 den entonces Ley General Tiibutaria (Ley 2301963, de 28 diene) ‘sepa el cua ado se eige laerelucin judicial cuando we teleraal domicio paiculr de cualguie spat oenrajero»— yomitendo i Jurisrdenca del TC vers en ls Sentenia 137/199, conde re ajustaa a Derecho la etrada de i Admistacin inspector en el domi social de una empresa ‘ealizada ex 1998, Afra el TSY en Ta refrida sentencia, desputs de glosar pate de los fondamestos LOS BIENES JURIDICOS PROTEGIDOS POR LA AUTORIZACION JUDICIAL at Mediante la Sentencia 69/1999, de 1 de junio —el tinico pronuncia- miento en el que el TC ha resuelto frontalmente en sede de amparo sobre Ja vulneracién del derecho fundamental ala inviolabilidad del domicilio de Jas personas juridicas— el Tribunal ha intentado dar respuesta a los interto- gantes planteados por la STC 137/1985, conformando un perfil propio del derecho a la inviolabilidad del domicilio de las personas jurfdicas, prin palmente a través de dos extremos. Por un lado, delimitando los espacios fisicos afectos a la inviolabilidad domiciliaria y, por el otro, graduando la intensidad de la proteccién del derecho en estos supuestos. Los argumentos principales del Tribunal se concentran en el FJ 2.*, que se desglosa a conti- nnuacién, a STC 69/1999, el Tribunal empieza por hacer hincapié en que no cabe confundir el derecho de propiedad con el derecho fundamental y, a rengl6n seguido, se remite a la STC 137/1985 y al reconocimiento que al se hace del derecho a las personas juridicas, aunque no sin matices, advierte, dada la ausencia del derecho a la intimidad. Ante ello, la estrategia del Tri: bunal es la de adaptar el contenido del derecho a la inviolabilidad domici: liaria alas personas juridicas, en tanto que éste no es «enteramente idéntico» al de las personas fisicas. Segtin el parecer del Tribunal, la falta de intimidad personal o fami- liar, no justifica que las personas juridicas dejen de precisar «una proteccién frente a la intromisiGn ajena» respecto de determinados espacios de los que son titulares. Pero en su opinién, no basta con el reconocimiento de la facul- tad de exclusién, sino que requerirn la proteccién de rango constitucional de la inviolabilidad domiciliaria. Para responder a este fin proteccionista, se califican especialmente determinados espacios, en concreto aquéllos «indis- pensables para que puedan desarrollar su actividad sin intromisiones ajenas, por constituir el centro de direccidn de la sociedad o de un establecimiento dependiente de la misma o servir a la custodia de documentos u otros so- portes de la vida diaria de la sociedad o de su establecimiento que quedan reservados al conocimiento de terceros>®. Una vez.delimitados los lugares susceptibles de considerarse domicilios, de lo anterior puede deducirse cual es el contenido del derecho a la inviola bilidad del domicilio de las personas juridicas: se trata en lo esencial de un contenido de cardcter eminentemente negativo, basado en el reconocimiento de la facultad de exclusién de la persona juridica respecto de determinados espacios. De ello se deriva la proteccién con rango fundamental del émbito espacial en el que dirigir sus actividades sin intromisiones ajenas o en el que jurdicos de la STC 50/1995, que: «De acuerdo con la encionadaseteacise derecho sl ivilsbil dh del dai Ta necesaraauorsaeion jc para a reaizacin dels actuacionesispacoras, Guede releid al racept de dori de ls persosnatraens BST 6911999, de I de oni (RTC 199969), BIR" nine dela STC 69/199, de | de junio (RTC 1999169). 82 LAURA SALAMERO TEIXIDO custodiar documentacién 0 informacién que podria calificarse de «privada». Se protege pues el libre desarrollo de la funcién directiva que se asume en el seno de la persona juridica —que sera en la mayorfa de ocasiones de ca- récter econdmico o empresarial, pero también podré ser de carécter cultural, politico, ete.—, asf como el control sobre los documentos o informaciones que sirven a dicho fin, En este sentido, algunos autores defienden la idea de una «vida privada social» a favor de las personas juridicas, apoyando asf la postura del ‘Tribu- nal Constitucional segtin la cual el espacio donde esta vida privada se desa- rrolla merece la misma proteccién como si del domicilio de una persona fisi- case tratara®. Otros entienden que la ampliacién a las personas juridicas del BTS interpreta In acotsein de os expciosssceples de considerase domi constitico- lente protegdo de as personas jriieasrealizada en la STC 69/1999, ete ovas, ea la Sentene (be 23 de ail de 2010 (RU 2010/3636) —en I que se discuteacrea del Tegaldad de Ia ea de 12 inspeceién burn ene] dsiclio social de una empresa en los siguientes ermine: nen ‘consieracén de doiciio efecton de a protein consicionl otongads po la. 182 de ia Cons trsién os espaios que reuieren de reserva yoo intoisin de eoers en azén aa acvidad queen Toe mismos se lleva a cao, esto es, los lugares lads por epresentanes dela persona jure para desarolla sts stvidades interna, ben porgueen ellos se ejera labial dieceiény adminisacion ‘els sociedad, ben porge srvan de cuntogia de dacumenon aos soporte de I vida dita de Ik Sociedad 0 de su esublerimient,y todo ello con independeacia de que sea el domicilo fiscal, a sede principal ola sede secundaria, exigiéndor en estos casos la autorizacn judicial oe consentimieno del Ineresado, Ea cambio, no son abjto de potaceidn los extablesimienosabirtos a paleo o en que se lleve cabo uns setvidad labora o comercial por cuens de In sociedad mereanlque no ex vintlads ‘on la direc de I sosieda ni srve ala custodian dere docimentacién, Tempore, Ie ofetnss donde “nicamenteseexben productos comerciales o los almaceoes,tenas, depéstesosinulaes 17. Eel stn sentido la STS de 2s de enero de 2012 (RI 2012/3681), ete tes, Avant Mansi iteprets en lencén alos enerios «nals qe jel TC gue sostentan a _valdad de domiciisinvlabes tanto ln sede social de as etgndes urea, como ls ucursaes de ‘tas Asinisto considera que wlocales, ofcinas y ota dependencia adminscatvas silaes [ea los ques levan a caho labors de deceign oe alnacena una parte dea documentaign referent al acid también deen de resi la conideracén de domitho. Excite dl concep os expos fsicos en los que re ubican neacines dea persona jr einenement progctvas—tale como las bias alee yalmacenes—, ls cules esulanplenamenceincompasles co ano de vat diy, Atsanez Maris, La invicsbildad del domi de is personas urd nel deseo de ‘una actividad empresa sna perspeetiva istariao, en A. END Int), Comer Internacional Derechos Humans, Czar Menor (Navara, Aranzadi 2007, pp. 22 y 223 I TEDH tambien ha tendo ln opertunidad de inerpreat cal es el. conenido del derecho del af. dela CEDH respect de ls pesonasjurdeas, af en la STEDH cas Pet Sallinn otra, laa (de 29 de septiembre de 2005, § 70), el Tebunal eeuerda que she notion of home" tn Arle 8 §Tenconpases not ona private ndviual’s home. I recalls thatthe word “domicile” nthe French ‘ersion of Article has a broader connotation than the word home and may extend, for example, 0 profesional person's office ¥ shade que, «fclonsequenty, “home” isto be construed as icluding also the registered ofc ofa company run bya private nda ar well a. juritc person's reistered of {ce branches and other busines premises, con ata de abundaste juspredenia que aso contrma SR. Casns Vail op cll. 186. Segdn este abr el hecho de queel derecho alanviolabilidad de domi ext dotado de astonanarexpeeto del derecho aa inimidady eno sea unl mera cone ‘36m especfica del ar 18.1» e4 uno de lon principales snguments qe permite ue se prota

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