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2-Diseño de Proyectos de Ead. Mena-Y-Otros - Cap1
2-Diseño de Proyectos de Ead. Mena-Y-Otros - Cap1
de otra manera.
En la literatura específica, diversos autores se refieren a ella de manera muy
diferente: unos acentúan sus rasgos mediatizadores, otros su posibilidad de
remediar la inevitable ausencia y otros exaltan su potencial innovador y
todopoderoso, capaz de alardear del don de la ubicuidad. En medio de ellos, un
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Sin embargo, los errores del pasado o del presente no ponen en cuestionamiento
la potencialidad de la modalidad para abordar algunos de los graves problemas
educativos que sufren nuestros países. Las razones que apoyan esta afirmación
pueden sintetizarse en las siguientes:
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• su gran flexibilidad,
• su capacidad para ayudar a extender la cobertura geográfica y poblacional
de las instituciones que la adoptan,
• su posibilidad de permitir a los usuarios combinar estudio con trabajo al no
exigir traslados, ni cumplimiento de horarios rígidos, ni situaciones
escolarizadas.
1.4 Una mirada desde lo tecnológico
Otro aspecto central a considerar en este análisis de la educación a distancia es,
sin duda, su relación con la tecnología ya que desde sus comienzos la modalidad
ha estado asociada a la tecnología hegemónica, y en la medida en que
cambiaban las tecnologías evolucionaban también el concepto y sus implicancias
(Keegan, 1996).
"La educación a distancia es una de las pocas áreas de la educación donde
la tecnología ha sido central para la labor docente, por más de veinticinco
años. Una de las características de las instituciones de educación a distan-
cia es que están diseñadas específicamente y estructuradas para explotar el
costo y los beneficios educativos de la tecnología" (Bates, 1999).
Como contrapartida, esta estrecha relación entre la educación a distancia y la
tecnología ha significado también que ésta sintiera que encontraba en la
modalidad su mejor aliada para mostrar sus posibilidades y el estímulo para
continuar su mejoramiento y evolución permanente. También debió asimilar las
críticas cuando no se adecuó a sus requerimientos y asistió al fin y desaparición
de algunas tecnologías que en principio se presentaron como beneficiosas para la
educación a distancia (Keegan, 1996).
Su interesante metamorfosis la hizo pasar en el siglo XX por las tres generaciones
en las que Garrison (1985) divide su historia, dando pruebas de flexibilidad y
vocación innovadora. El impactante desarrollo tecnológico fue su cómplice en
estas transformaciones y lo será sin duda en el futuro. Así fue adoptando y
adaptándose a las diferentes tecnologías como soporte para la comunicación
mediatizada. El material impreso en un primer momento, los audiovisuales luego,
para confluir todos ellos en los recursos informáticos.
La primera generación corresponde al uso de textos rudimentarios que fueron
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con ello, ya que los sistemas comenzaron a hacerse cargo de la guía y orientación
de los alumnos desarrollando un método de tutelaje.
La segunda generación irrumpe hacia fines de la década de 1960. La televisión y
la radio comienzan a considerarse con fuerza como los medios capaces de
masificar la educación. Los programas a distancia empiezan a complementar el
material impreso con medios audiovisuales, complejizando su estructura,
obligando a la profesionalización de sus equipos y adoptando en general el
modelo industrial de producción.
La tercera generación integra las telecomunicaciones con otros medios
educativos a través de la informática. Se corresponde con el último período de
explosión tecnológica y producciones multimediales.
Las dos últimas generaciones que presenta Garrison coinciden con el concepto de
multimedia 1 y 2 que mencionan algunos otros autores.
En el primer caso, multimedia se refiere al uso de una combinación de medios
para guiar y facilitar el aprendizaje. En general, texto impreso complementado
con audio y/o video.
En el segundo caso, con el desarrollo de la informática, la computadora se ha
convertido en un multimedio en sí misma, al sintetizar en sus programas texto,
imágenes, sonidos, animación, etcétera.
Jim Taylor (2001) retoma el concepto de "generaciones de educación a distancia"
de Garrison y las hace llegar a la actualidad, mostrando las últimas realizaciones
de ciertas instituciones con importantes desarrollos tecnológicos. Así reconoce
cinco generaciones:
1. Correspondencia - impresos.
2. Audio - video.
3. Tecnología satelital e informática.
4. Multimedia interactiva.
5. Sistema de respuestas automáticas.
Lo que en realidad hace Taylor es analizar el vertiginoso desarrollo de la
tecnología informática en su fusión con las telecomunicaciones en lo que va de
este siglo. Así, la cuarta y quinta generación no se corresponden exactamente
con un cambio de tecnología sino con una evolución de las tecnologías de la
tercera generación.
A pesar de destacar de esta manera la estrecha y beneficiosa relación entre la
educación a distancia y la tecnología, es necesario reconocer que esta última
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debe estar en todos los casos al servicio de un proyecto educativo y que, por
ende, depende de él y a él remite.
De esta manera, puede evitarse caer en errores frecuentes, tales como:
• Asimilar como sinónimos educación a distancia y uso de nuevas
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tecnologías.
• Reducir la complejidad de definir una propuesta formativa a la selección
de medios.
• Adoptar una visión simplificada de la elaboración de un proyecto de
educación a distancia, asumiendo únicamente una mirada tecnológica.
Es importante aclararlo porque la fascinación tecnológica ha producido muchas
veces efectos no deseados en los proyectos de educación a distancia, llevando a
los actores a pensar alegremente que la tecnología es "la respuesta", olvidando,
no sin peligro, cuál es la pregunta (Bontá, 1999).
De este modo se hace necesario la utilización de criterios para la selección de
medios -sobre los que se trabajará en el capítulo IV-, lo que garantizará la
racionalidad de la elección y ayudará a alejarse de la tendencia a utilizar las
"últimas tecnologías" porque ellas prestigian o ponen al programa en la avanzada
tecnológica más que porque ellas son consideradas las adecuadas para el logro de
los objetivos planteados en el proyecto.
• Consorcio de universidades.
• Centro nacional.
Las instituciones autónomas, llamadas generalmente universidades abiertas, a
distancia y virtuales, son universidades creadas exclusivamente para enseñar a
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1
Para una mayor profundización sobre estos aspectos, se recomienda leer: Mena,
M. (comp.) (2004). La educación a distancia en América Latina. Modelos,
tecnologías y realidades. Buenos Aires, icde-unesco. La Crujía, cap. 1.
general adquieren los programas a distancia, éstos han configurado su estructura
remitiéndose a una organización sistémica donde los equipos y las funciones que
desarrollan se organizan en subsistemas. Así, en general se habla de un sistema a
distancia conformado por subsistemas de coordinación, producción, evaluación,
orientación tutorial y administración.
Aunque sabemos que son varias las voces que se alzan de manera fundamentada
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y equipos responsables.
Retomaremos estas ideas en el capítulo IV, cuando abordemos el desarrollo
operativo de la estructura del proyecto.
Argentina".
Paralelamente a esta situación en la región, el afianzamiento de la modalidad en
el contexto mundial permitió que en la década de 1980 se introdujera al interior
de las universidades convencionales dando origen a una etapa de desarrollo del
modelo bimodal. Esto provocó nuevos cambios y adaptaciones y significó una
renovación de la educación a distancia, que comenzó a abandonar el modelo
industrial propio de las universidades abiertas y a construir, delinear y
desarrollar sus programas basados en un nuevo paradigma que valora lo
contextual, la participación activa y comprometida del alumno en la
construcción de sus aprendizajes y la multidireccionalidad de la comunicación
entre los actores del proceso de enseñanza y de aprendizaje.
El desarrollo y crecimiento del modelo bimodal dominó el panorama de la
educación a distancia hasta fines del siglo XX. Desde los últimos años de éste y
en los comienzos del siglo XXI la modalidad está mostrando una tendencia hacia
la virtualización. Los desarrollos en marcha están probando diferentes
modalidades de formación mediante el empleo de distintos grados de
virtualización de la organización que van desde la virtualidad como complemento
de la presencialidad hasta la virtualización total (Farrell, 1999).
Por otra parte, las conferencias mundiales organizadas por el Consejo
Internacional de Educación Abierta y a Distancia (iCDE) constituyen uno de los
referentes del estado del arte de la modalidad en el mundo y pueden mostrarnos
no sólo sus realizaciones sino las tendencias dominantes a lo largo de los últimos
años. Una mirada a las últimas nos permitirá ejemplificar lo dicho y apreciar el
crecimiento y las preocupaciones existentes en este campo, así como sus
avances.
En 1990, se pudo observar en Latinoamérica una muestra de ese crecimiento
durante la XV Conferencia Mundial de Educación a Distancia en Caracas. Allí, el
entonces rector de la Universidad Abierta y anfitrión en dicha reunión culminó su
discurso de apertura con esta histórica frase: "En la segunda mitad del siglo XX la
gigantesca demanda educativa en todo el mundo, a consecuencia de la
democratización y el respeto fiel de los derechos humanos, sobrepasó la
capacidad de las respuestas tradicionales, exigiendo la ruptura de la tradición
milenaria del sistema presencial. Y el hombre creó la educación a distancia". En
realidad, no sabemos con exactitud si la historia escrita en el siglo XXI in-
terpretará de esta manera el rol de la educación a distancia, pero sí sabemos
cómo ella fue considerada en el pasado.
En la misma Conferencia el entonces presidente del ICDE, David Sewart (1990),
reconoció "el explosivo crecimiento de la educación a distancia en las últimas dos
décadas no ha sido más evidente que en América Latina, donde se han
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más lejanas que nunca. Para los países en desarrollo el problema es agudo, por
cuanto sirve para acentuar la brecha entre ellos y los países desarrollados. La
educación a gran escala es necesaria para disminuir esta brecha y la educación a
distancia, haciendo uso de todos y cada uno de los medios de transmisión
disponibles, parece ser la única solución que tenemos a mano".
La apertura de esta Conferencia expresaba manifiestamente la convicción de que
el nuevo modelo educativo, desarrollado con gran potencia en América Latina,
haría posible superar la brecha entre países pobres y ricos. En este sentido la
educación a distancia se transformaba en la "alternativa salvadora". Sin embargo,
la referencia a otros factores que configuran la situación de la región —
condiciones sociales, políticas, culturales, económicas, etc.— quedó, en cierta
medida, soslayada. Debido a esos factores, la educación a distancia tomó un
desarrollo desigual en los países de Latinoamérica y al interior de cada uno de
ellos.
En el mismo marco de las conferencias mundiales, dos años más tarde, bajo el
lema "Educación a distancia para el siglo XXl", Tailandia reunió en el bello
campus de su universidad abierta Sukhothai Thammathirat Open University a 800
especialistas provenientes de todo el mundo. Allí pudo apreciarse el
impresionante desarrollo de la modalidad en Asia, con sus enormes universidades
como la Universidad China por Radio y Televisión, que atendía a millones de
estudiantes.
Los más de 340 papers presentados estuvieron centrados en la reflexión acerca
del crecimiento de la educación a distancia y la contribución de ésta al
desarrollo de los países emergentes. El uso de la tecnología en los programas a
distancia empezaba a hacerse sentir.
En 1995 la Open University del Reino Unido, el modelo paradigmático de
universidad abierta, es anfitriona de la 17° Conferencia Mundial en Birmingham,
Inglaterra.
En esta ocasión la preocupación estuvo centrada en la calidad. El lema de la
Conferencia fue justamente "La calidad en el aprendizaje abierto y a distancia".
Aquí quedó claro que la modalidad, si bien había encontrado un lugar en el
contexto de las instituciones educativas y en la consideración de los decisores,
debía encarar fuertemente una reflexión acerca de la calidad de sus desarrollos y
un camino posterior de renovación y profundización de sus fundamentos teóricos
y estrategias metodológicas y tecnológicas.
En 1997 la Conferencia vuelve a América y la Pennsylvania State University es
encargada de su organización. El tema de "Nuevos ambientes de aprendizaje"
entra en escena, acentuándose la predilección por la temática del cambio de
ambientes determinado por la irrupción tecnológica en los programas a distancia.
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Analizar la racionalidad implícita desde la que se formula un proyecto supone
develar la lógica e intereses subyacentes, la mayoría de las veces no expli-
citados. "El concepto de racionalidad tiene un doble significado. En primer lugar,
se refiere al conjunto de supuestos y prácticas que hace que la gente pueda
comprender y dar forma a las experiencias propias y a las ajenas. En segundo
lugar, se refiere a los intereses que definen y cualifican el modo en que cada uno
vertebra y afronta los problemas que se le presentan en la experiencia vivida"
(Giroux, 1990).
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Ángulo (1994) desarrolla acabadamente los dos enfoques a los que hacemos
referencia. Aquí presentamos algunas ¡deas centrales extraídas de este autor, de
acuerdo con los objetivos de este trabajo.
El tipo de racionalidad instrumental o tecnológica es la que asegura la eficacia
de las acciones tendientes "[...] a la manipulación de las cosas y presupone un
saber sobre el mundo objetivo que satisface las exigencias de precisión y
exactitud" (De Zan, 1993).
Estamos hablando de tomar las acciones de los sujetos situados frente al mundo
objetivo, evaluando las reglas técnicas y el empleo de los medios adecuados para
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que sólo de esta manera es posible asegurar la eficiencia y eficacia del modelo,
cualquiera sea el contexto de aplicación.
La preocupación central reside en cómo lograr lo que se pretende, en conseguir
que los actores ajusten su comportamiento de acuerdo con la ejecución prevista
—transformándose ellos mismos en un medio más para el logro de los productos
esperados— más que interpretar la realidad, sus posibilidades y limitaciones y la
predisposición de los participantes. La íncertidumbre y lo imprevisto tienen
escasa relevancia en esta perspectiva, siendo eventualmente considerados con el
fin de controlarlos.
Habermas advierte que en toda decisión o acción está presente la estructura
ideológica básica -orientada a fines- de la acción humana, pero el modelo de la
acción instrumental/tecnológica "[...] se conforma con la explicación de las
propiedades y condiciones de la acción orientada inmediatamente al éxito de los
fines del propio actor sin otra consideración respecto a los otros más que la de
prever y utilizar sus iniciativas o planes de acción y sus probables reacciones en
respuesta a los nuestros, como otros tantos medios o condiciones objetivas a
tener en cuenta para el éxito del resultado buscado por el sujeto. Esta cultura
del éxito ha eliminado de la conciencia el principio de la ética kantiana de no
tratar jamás a las otras personas como medio sino siempre como fines en sí" (De
Zan, 1993).
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4. La distinción entre práctica y técnica está tomada de la Ética a Nicómaco de
Aristóteles, donde se diferencian las acciones que se dirigen para obtener
resultados o productos (acción técnica o productiva) de las que se rigen por prin-
cipios y pretenden tener las cualidades de lo bueno (acción práctica o praxis).
desarrollos. Por el contrario, las acciones y decisiones adoptadas son
contrastadas permanentemente en el campo de aplicación. Se trata de hipótesis
de acción, frente a un problema surgido de la realidad y percibido por los
actores, que se reformula en una conversación abierta y constante con el medio.
En este marco, el proceso deliberativo cobra real importancia dado que permite
expresar posiciones, fijar límites de actuación, dimensiones y consecuencias
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