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fantasias 0 imagenes serian desagradables, qu fos La misma fantasia reoer que encarna, presentarse en otro con ‘une repeticién degrad: srafia es en realidad pt do: 1a porno; disyuncién entre fantastg nes 5 a inter: en este ensayo era * Una versién anterior de. ‘bre pornografia y of the Arts (Centro para el mayo de 1987, Escaneado con CamScanner Jo comin acerca de esta disyuncién entre }, ; tidad sexuales. Una exploracién de este a, om te que tratar de iluminar el component, ie mas alla de tasia y la real e necesariamen [reo de Ia fantasia sexual y revelar algo acerea de eém , l agresion queda implicada en la sexualidad. ‘ ve el hecho de que las fuentes de | a iaiverjan tanto de las fuentes de Pe” Scion real no significa, como lo supone la sabiduria ¢,, min, que Tn fantasia tiene ol privilegio $e Fevelae a ver lar Ta Verda oculta por la realidad exterior. Esta idea de la verdad simp. fica enormemente la relacién complicada entre el deseo, Ia >> fantasia y la realidad. Supone que la realidad “es”, que tiene ” ana verdad y que esta verdad se puede conocer con indepen. dencia del complejo proceso de la representaci6n psiquica, Por ejemplo, algunas oponentes feministas a la pornografia dicen que sus contenidos exponen la verdad sobre “la compul- cin masculina a dominar y destruir, que es la fuente del pla- cer sexual para los hombres” (Dworkin, 1980, pag. 289). Esta postura no sélo implica la existencia de una naturaleza mas- culina esencial, que quedarfa expuesta al alzarse la represion cultural, sino que también equipara los actos reflejados en la pornografia con lo que todos los hombres quieren realmente en su vida sexual. Implica ademas que estos deseos son sen- cillamente lo que parecen: que no representan ningtin otro motivo o proceso mas alld de si mismos; que son lo que son. Desde luego, el enunciado de Dworkin también supone que la violencia, la transgresién, lo abominable —todos los elemen- tos heterogéneos (Bataille, 1985) que el Angel de la Casa de- clara anatema~ son ajenos a las mujeres y estan ausentes en ellas. La participacién de las mujeres en la dominacion se- xual, si no se la explica como resultado de la coercién, signifi- caria que la naturaleza femenina es tal como la describe la pornografia: sumisa, violada. Y esta conclusion les crea por cierto problemas a las feministas. Silos hombres son inevita- blemnenta, Jo que son, 4cémo podrian las mujeres no ser lo que son? — La asociacién convencional de la feminidad con la sumi- ae Paes AE que hay que enfrentar, y la mas seria de sate a ee-aie denuncian la pornografia, Catherine Mac- 4 ido este punto, Aunque su andlisis es més 198 Escaneado con CamScanner Escaneado con CamScanner ra comenzar a entender la jomplnided de la texualidng . sy asociacion inveterada con Ta violencia y_ a repugnane: preciso tomar en serio la disyuncién entre fantasia y realid &s E earaeter vilento que la sexualidad aati en faa" no resulta seneillamente de que el contenido inconscients gaa la luz, de que se abra la caja de Pandora, como sci. suponerio las primeras discusiones psicoanaliticas, Con je" pour verse como Ia otra eara de la lteralidad, de Duro al principio los psicoanalistas tomaron literalmente la idea d. que el levantamiento de la represién revelaba un deseo in consciente: por ejemplo, el trauma de la violacién estaba con... tituido por el deseo inconsciente de las mujeres de ser destruj. das violentamente. Esta suposicién reflejaba una inversi¢én, simple de la idea de que las personas quieren lo que expresan conscientemente, de que la realidad esta en la superficie de |, conciencia. Y abatia la distincién entre el significado simboii, co expresado por uno de tales deseos y su puesta en acto lite. ral, entre lo simbélico y lo concreto, entre las experiencias que pueden ser simbolizadas y las demasiado penosas y traumati- cas como para que sea posible su procesamiento simbélico. Subrayando esta distincién, Simone de Beauvoir (1949) seni. 16 que aunque la nifia adolescente disfrute con la fantasia de ser violada, Ta realidad de Ia violacin seria traumatica, horri- ble. La presencia de un otro que esta fuera del propio control y puede ejercer su poder sobre el propio cuerpo es una expe- | riencia totalmente distinta de cualquier forma fantaseada del deseo, aunque sea aterradora. A pesar de los esfuerzos de las feministas por llevar al primer plano el significado traumatico de los acontecimientos reales (véanse Herman, 1992; Davies y | Frawley, 1993), al psicoandlisis le tom6 un tiempo desmedido | comenzara capar Ia difrenciaenire] Wau y Ta fantasia. Por otro lado, la fantasia desempefia un papel en la represen- tacion y el ocultamiento del horror real que una simple insis- tencia en la realidad pasa por alto. | Como la mayorfa de los psicoanalistas han finalmente ad- mitido, las experiencias comunicadas de abuso incestuoso a menudo no son imaginadas sino que representan un trauma real; los efectos de los hechos reales suelen ser muy diferentes de Jos efectos de las interacciones imaginadas, aunque estas ultimas pueden constituir esfuerzos por representar acciones 200 Escaneado con CamScanner ——— tas, Las multiples consecuencias del a stados ‘vocativos, Ta eompldad qugtaes ‘sntrodueen en el praceso-analitieg, sobre ge orencia-contratransferencia (Davies y Rae «Jmente recibiendo una atencién seria. apy er lo que a la mente le resulta més dificil ene Tk ee pornogréfica, en especial su contenid, Fe area ie formular la distineién entre la realidad y sadn os tre eer afectado por un otro exterior y estar en. a syg propia fantasia, entre 10 conereto y 10 simblico, ine reactinnee conflictivas que generan las representaciones srnograficas ~excitacién y resentimiento— apuntan a esta pon i 4s allé del individuo, a la di distineién, También apuntan, mas a ‘ae haga mensién colectiva 0 cultural de esa representacién como un simaginario compartido” de la sexualidad. De modo que la pornografia en si, como un tipo de institucion u organismo so- cial, tiene un status liminal. Contiene la apelacién directa a un mundo privado de fantasia, y no obstante es una fuente de estimulacién externa, que puede sentirse que manipula o vio- jenta al si-mismo consciente al estimular contra la propia vo- luntad, al evocar una imagineria e identificaciones incons- cientes que uno tiene que compartir con otros. Por lo tanto, la pornografia puede experimentarse como una confrontacién con alguna otredad peligrosa y excitante, ficticia o real, que tiene el poder de crear excitacién interna, agradable, repulsi- va, o ambas cosas{Podria ser que esta otredad sea sumamen- te repulsiva a veces porque corresponde a un otro que vive dentro de nosotros, convirtiéndonos en“extrafios para noso- tros mismos”, como dice Kristeva (1991). Como digo, entonces, la comprensién de esta confrontacién no depende s6lo de lo que pensemos sobre la sexualidad, sino también de lo que pensemos sobre las relaciones entre la fan- tasia y la realidad, lo interno y lo externo, el si-mismo y el otro. La cuestién decisiva podria no ser el contenido del sadis- mo (pues damos por sentado que hay elementos sddicos en to- da vida sexual) sino mas bien el la fantasia y A reconocimiento de la otredad, en especial la subjetividad el otro, 73 i punto de M artid thn Betaille nse partida son las inquietantes preguntas de demo esta relacionado el erotismo con la See 202 Escaneado con CamScanner y jo? gbor qué Jas imagenes de mi i i be ant AS juerte y violencia susci-|'—— citi f 07, oste interrogante nos con or yuna eapeculacién sobre la transformacién del m; ie ee" Tontal en excitacién sexual corporal, y sobre bq . Ae oa que las fantasias “entren en el ‘J oe sgn : Cuerpo”. Las reflexio- si" aulle sobre ol erotismo eomparten en gran medid pe’ de la deseripeldn freudiana de la lucha entre la ‘ie esp Al principio de Death and Sensuality, Batai- a # ja muerte de taal Sade: “No hay mejor modo de conocer la muerte z “vy a alguna imagen licenciosa”, La opinién de cat ves ny’ prxtna a és] inatinto de muerte Yesapa : \jon a menos que su presencia sea traici tay ae aligamado con Bros”. ge jensamiento de Bataille, la muerte es un punto de roforoncia de la pérdida de eer iad Ear qoiro Bh abre el camino a la muerte. La muerte mino a la negacién de nuestras vidas individuales. encia sobre nuestros si-mismos interiores, 2po- i cpportar una negacién que nos lleva a los mas lejanos ve ia posibilidad?” (pag. 24). Por “muerte” Bataille no entiende la muerte literal sino “la fusion de objetos separa- dos” que pone fina sus identidades independientes ASC fuciénd ‘smo. E] cuadro de Bataille es paraddjico: islas | duales separadas por un mar de muerte (la unidad fi- nal) que los aislados deben cruzar para encontrarse. Es este vay que crea excitacién sexual: “Pero no puedo referirme ‘jumo que nos separa sin sentir que ésta no es toda la de un abismo profundo, y no verdad de la cuestién. Se trata “mmo podria ser abolido. No obstante, podemos exper: ntar su vértigo juntos: puede hipnotizarnos. Este abismo vs la muerte en un sentido, y la muerte es vertiginosa, la muerte hipnotiza” (pags. 12-13). Cuando experimentamos juntos el abismo que nos separa, conocemos nuestra condicién mutual Bs evidente ave la crspectiva desde la cual Bataille desarrolla su andlisis de la ‘con entre el erotismo y lagauoste incluye 1a relacién en- tre el simismo y elotro. Esta perspectiva —implicada por el interrogante de si experimentamos la muertejuatos oS la di- hiension intersubjetiva, que puede resultar tan importante para comprender la vida erétiea como lo es el Jaberinto fan- ajercer viol limite 203 Escaneado con CamScanner PO je lo inconseiente que In teorfa intrapsfquien no, tasmatico de | “ to de su comunalidad Low *} reconocimien a EI recon cin central al que se refiere la dimensién into, | fendme! jclo, osu expresion 6s ja que me jor ibe subjetiva, A mM tuatizacion de la interaceidn despliizada el nivel i siquica: la preocupacién, no segundo plano por voor ecinton © ol cxaeaniaem fanta. con las vicisitudes | le r el status del reconocimiento entre sia inconscien’® ®!Tetendo es hacee explichriaaiilins ee aig a ia teoria intrapsiquica, pero no reemplazar a coat por otra intersubjetiva. Tal como se examiné en e| septtika 1, las dos perspectivas tedricas son beagle ad aunque no siempre congruentes; pueden utilizarse en a para considerar la misma experiencia. Con respecto a la se- xualidad y la fantasia, las cuestiones que Freud capté en las metaforas de la teorfa de los instintos tienen sus eorrelatos en la teoria intersubjetiva. Aunque no. siempre podamos inter- pretar simulténeamente en ambas direcciones, es posible rea- lizar traducciones entre ellas. Especificamente, el conflicto de Eros y Taénatos -la metéfora de Freud (1931) es en este caso el Diablo, el principio de la destructividad— puede traducirse a los términos del conflic! e el reconocimiento y la des- eatimmine coded | Como categoria psicolégica, la intersubjetividad se refiere aly # la capacidad de la mente para registrar de modo las | respuestas del otro. Es afec por el 10 de que Te- conozca 0 no lo que hemos hecho, y esté andlogamente carga- da con el reconocimiento de los actos del otro. Por sobre todo, la intersubjetividad se refiere a nuestra capacidad para reco- ‘over al otro como un sujeto independier mutud de reconocimiento (o en la t negacién mutua), cada si- | mismo se transforma; esta tran; ion para la expresion (0 negaciéi intersubjetiva primordial de la vi i ie mentar el vértigo juntos”, Esta referencia a la ®xPeriencia compartida, gno es més 204 Escaneado con CamScanner Escaneado con CamScanner cd, og no reaccionar al rioncia de placer sensual, que puede s soledad o de indiferencia a la existen log cocreacion y reconocimiento mutuos, ] esencial es tomar contacto y ser contac hendido como tal. E] riesgo de estos enunciados fo que uno parece establecer un ideal 0 ese cual todo lo demas se mide como alier De modo que me apresuro a afiadir. erotico no siempre se produce en un rificado del material inconsciente de li hecho los suefos. El reconocimiento es jeto.cuya vida mental esta Mena d La significacion del reconocimiento” pensarse como andloga a la significacién d no: un enunciado sobre la posicién de al asumir la conjuncién de sus fanta tasia compartida, y del estado de Por ejemplo, “Por més salvaje que te v tiré segura contigo; por insaciable que yo n @ Podras satisfacerme, y esto es lo que hace tar contigo” (véase Hollibaugh y Moraga, “de esta fantasia {se siente intolerable? 60 su Coercitiva? {Sigue siendo la fantasia un m. hay que reinventar y transfor | como la ejempli Sostenido que esta fractura 206 Escaneado con CamScanner ,yiediad de havedor (wetivo) ¥ receptora (pasiva) de la ac- yada por sentada por Bataille) refleja Ia incapacidad ) “conor ta contradiceién necosaria de la diferenciacién, Ha cont cada uno Fecartoge al otro y contintia afirmando eu Jamo. Kn esta fracture de escinden los dos elementos de soneiacion: Un simismo afirma el poder, el otro recono- gee poder mediante su sumisién. Los dos momentos se re- sian como tondeneias opuestas y distintas, de modo que el sujeto solo son posibles como alternativas: cada parte puede actualizar una de ellas por vez, proyectando la eobre ol companero (y, desde luego estas alternativas es- jorganizadas por el género, en la forma de la complemen- a edipica), Bn la unidad escindida, cada partenaire re- ‘ata lo opuesto del otro, en lugar = luchar plenamente ] otro por St Feconoeimiento, fs la rigider de esta complementariedad lo que en tiltima ‘cia lleva al agotamiento narrativo, al desenlace mori- {do de la objetivacién, La confrontacién compartida con la gesaiferenciacion ~es deeir, con Ta pérdida vertiginosa del si- smo en la experiencia erética— contrarresta el hecho de ‘una persona reduzca a la otra a la condicién de “cosa su- ye (indiferenciada). A medida que la escisién de las posicio- hres de violador y violada vieia gradualmente la sensibilidad ‘compartida, el vértigo es reemplazado por el control. La ten- ‘ion sexual disminuye cuando el amo subyuga la subjetividad aidade Ores ela wdinmica fa objetivacton * Eintonces la unidad es- cindida de violadorry-viotadarepreduce finalmente esa mis- ma falta de vida y de tensién sexual que la confrontacién ver- ripinosa con la muerte estaba destinada a superar. de la muerte sélo se puede atravesar Hegando hasta el otro como un ser que est lera de nue En el andlisis de Ia transgresion sexual desde el punto de vista intrapsiquico, el esfuerzo por reducir al otro también Seguin lo admitia Bataille (1976), “al aceptar la derrota, el esclavo [1 s perdido la cualidad sin la cual es ineapaz de reconocer al conquistador y © sfacerlo, E} esclavo no puede darle al amo la satisfaceién sin la eual este ‘timo no encuentra reposo” (pig. 12). 207 Escaneado con CamScanner *£ de al una reaccién a la amenaza a ti acién. La obra socupacion por 1a diferenc Ae ha conta . preoc thasseguet-Smirgt K bi iat ta Janine Chi sos de la perversion, y ha exp! el con. cavdos intraperttasing sadicas. Chasseguet-Smirgel (1984, » de las fan dioabsl ‘ 4 te pe a ta fantasia de Sade cone enh Prepone ae I fantasia nuclear del marques er fi ccién de| pia materno a excrementos, la reducci6n le tod: - atu. a través del tracto digestivo, a una masa indiferencia. nt ji a punto, el argumento clave es que el sadismo Te- dg, En esi , ; iM i bm un impulso anal hacia la ce una ruptura de la ley de separacién. paterno-genital. Est a concepcién de a dentisaearatbcidt se basa en la idea freudiana de la agresign como vuelta hacia afuera del instinto de muereoue jue intenta educirlo todo a su estado original indiferenciado, : {Cual es la relacién entre la comprensin intrapsiquica yla comprensién intersubjetiva del sadismo? Como he dicho, estas dos posiciones no estan. necesariamente en conflicto ni son mu- tuamente excluyentes. La formulacién intrapsiquica insiste en el cuerpo visceral imaginario: especificamente, en la importan- cia de la analidad. Pero, qué significa realmente la analidad, con su bien conocida asociacién con el sadismo? De hecho, co- mo propondré, la conversién de lo pasivo en activo, de lo inte- nor en exterior, tiene que desempefiar un papel vital en esta asociacién. La interpretacion que da Chasseguet-Smirgel del sadismo como la desdiferenciacion del objeto mediante la re- duccién alimentaria no elabora plenamente la funci6n del sa- dismo anal para el si-mismo en relacién con el otro. El andlisis se como ~ aparece C0 entidad. Como imagina que al di identic Jom gerir al otro nutre su i identidad, su esfuerzo Por ganar control sobre el otro en I~ ad re a un est ta 5 sl autonomia. El otro paradigmat acide ee Como ha dicho Sto er (1975), en su examen de la perver- oy ¢l sadismo trata al mismo tiempo “de diferenciar anu- lar la diferenciacién”, No sélo Viola la ley paterna de la a Escaneado con CamScanner des Mien «qesion hace hing sno y el otF0, Y Sil gon intrapsiqui ualidad. Seg subjetividad, al ra de nuestro co ser asimilado p las diversas p del otro, y laa La metéfora d ‘a diferenciacion Escaneado con CamScanner pérdida de tension con lay ¢ agresién, La ventaja de la teoria muerte consiste en que estos vinculos tablecidos, aunque en el andlisis final, entender mejor, no en Bu sentido tuna motafora de estados somaticos freudianos del sadismo y del instin entender la compulsién a la repeticién minablemente frustrante de la r renuencia, Freud (1920) llegé a la cor plicar la compulsién a la repeticién > pulsion de muerte que nos impuls: pleta de tensién. La proyeccién de la ‘fuera, en forma de agresién o de dor teecién para no sucumbir a ella. Ci (Benjamin, 1988), esta comprensién se como el esfuerzo de Freud por e te sentido, como un relato paralelo al. del esclavo, La ausencia de tensién int cién de la otredad que acompaia al dom de luego a la compulsién a la rep <. miento del otro es el resultado de k ™> deqnuerte iio 0 agresiér i 7 Freud (1931) une la idea de lad primaria que impulsa hacia la nada ti del mal. En una nota al pie de El ma nala lo siguiente: “En el Mefistéfel identificacién excepcionalmente persu: mal con el instinto de destrucci6n”. ¥ que llega a ser, merece ser destruido (D teht, Ist wert, dass es 2u Grund geht)... La fin, el Mal, éste es mi elemento propio (So! Ihr Sunde nennt, Zerstorung, kurz das gentliches Element)”, Nos dice ademas: senala como su adversa 2 Freud complica més el cuadro al sostener que esta 210 Escaneado con CamScanner jeociacion con la Naturaleza: el poder para crear vida, ., podria identificarse como principio materno, envidiado jtacado por quienes no Jo poseen. BI dice que Ia civilizncion >to “la lucha entre Eros y la Muerte, entre el instinto de y ol instinto de destruceién” (pag, 122), agresion tiene que contender con gu “adversario inmor- Sros, que puede fusionarse con ella y desactivarla, Eros fe al y la sexualidad en particular neutralizan la agre- Freud ote 06 Tos intintos de vida je eoete a aparecen aislados sino “amalgamados entre si...) y de modo se vuelven irreconocibles, En el sadismo [...] debe- os tener ante nosotros una amalgama de este tipo parti- iarmente fuerte entre las tendencias del amor y el instinto -gestructivo, mientras que su opuesto, el masoquismo, seria ‘union entre la destruetividad dirigida hacia adentro y la sualidad” (pg. 119). Donde mejor puede observarse y analizarse la destructivi- dad es en la vida erética, quizds el tinico lugar que permite captar el elusivo instinto de muerte: En el sadismo (donde el instinto de muerte tuerce la meta erdtica en sentido propio, y no obstante satisface plenamente al mismo tiempo el impulso erético) logramos obtener la percepeién més clara de su naturaleza y su relacién con Eros. Pero incluso donde surge sin ningtin propésito sexual, en la més’ciega Turia del instinto es acompafiada por un grado & to de goce narcisista, debido a que Te ofrece al yo la satis de sus antiguos deseos de omnipotencia (pag. 121). 10s deseos de omnipotencia | Inmediatamente antes de este enunciado, Freud intercala una breve explicacién de su propio pasaje desde el dualismo instintivo de instinto del yo e instintos objetales (libido) hasta | dualismo de instinto de muerte y libido. Se ve con claridad que la muerte (Ia agresién) ocupa ahora el lugar del narcisis- see ahaa eae én. Abade que, en vista de su propia renuencia a admitir la necesi- ® destructividad, entiende que el Demonio es “la mejor excusa os |... desempetia el mismo papel como agente de aaa econdmiea que isdiowen et mundo del ideal ario”- 211 Escaneado con CamScanner mo (la. omnil adquiride prensidn. sidn, surge cisismo? é soa extraid idea ésta que insistencia en cir, la pérdida/obli mo el correlato inte instinto de muerte. Digamos entonces que la tastica de la muerte: is tre tes y ubida a la a Ja mismidad abs a ‘teracién del otro ex ersubjetivo de lo hut ‘refiera al polo de I con el otro 0 a la agresi coledad total) significa 1a asimilaciOn \si-mismo, Significa una p ja reduccion completa de la tension ent 1 en la representacién mental. i ion de muertelk tiempo on sft Ee brar’esta asimilacion de! otro o por el que nada exista en el mundo exterior. “muerte = agresién” el instinto de mu tima palabra, por lo menos mientras el si-m {é encapsulado en un sistema cerrado, la m¢ y no pueda llegar a nada externo. La en ‘ei “conserva” dentro del sistema, siempre Vt si-mismo. oth Quizé debamos volver a este rasgo del in servadurismo, a su conservacién dentro sulado. Si postulamos que la relacién del pia tension depende de la tensién del sf. ponemos en cuestién la inevitabilidad del sf-mismo, y por lo tanto la conservaci tructiva, tal como Freud la propone. La ¢ 212 Escaneado con CamScanner ve modo que, qu o una metafora trmismo y 6h Otro, gension pasa del in ulso hacia la cia primordial cion de sense sivamente tiene que cro, fuente del Més alld del, a de reducir la on deserita © el bien conoci 4 activa (Chy Escaneado con CamScanner os de tension interna: Lao a Freud puede entenderse como cias del si-mismo monddico -e8 jn regulacién interna de la instinto de muerte como it quiza vincularse @ la enstenida entre el si-mismo y elo tensién interna. Aqui aparece el transformacional” (Bollas, 1987) 0: be y Lachmann, 1994). Solo retroactivamente =n0 punto de la diferenciacion= lap presentar al otro como externo, y laay _mar la tensién como “no si-mi la cuestién, en la época en que el n ha aprendido a regular una buena | ‘0 obstante, esta representacién d * distintos es real. De modo que condiciones aparece un proceso enti vida mental del sujeto tinico, como la compulsion interior que el sujeto que quiere huir. En bene que escap estimulog aislado: si no hay ning son, queda de todos modos res pueda representar) como é haber estado alli (Green matic si-mismo no pi este lo acosa de todos modos. siado abrumado y solacamo p spareee yo es la ausencia de ese 0 rte, Esta pérdida GaUMatica n — 4 ser Ia base de fanitaniag perualan , ¥ dominacién, eo pa Ea términge santo haidemostrada ita cia del otro i senerales, poder ienifica experimentar la Escaneado con CamScanner Como lo subraya Winnicott (1969b), ol bebé que ha realizado ja transicion al “uso del objeto” puede representarse al otro como un ser externo que alivia la tensién; experimenta un “pecho externo”, y no ya una extensidn del si-mismo, El obje- to usable sélo surge superviviendo a la destruccién: ol esfuer- 0 por quebrar la omnipotencia ubicando al otro fuera de la propia fantasia, por aprehenderla o aprehenderlo como una realidad externa. Segiin este modo de ver, are : , el sujeto comienza enun esta lo de omnipotencia, y sin embargo el otro (la ma- dre) est siempre ya alli, demostrando que la omnipotencia es falsa, recibiendo, conteniendo y regulando la excitacion que de otro modo seria insoportable.4 El interrogante es de qué modo esta funcién del otro puede empezar a sentirse como ex- terna, y no ya como una extension del si-mismo. La respuesta es que la afirmacién de la omnipotencia en form: onegacidn del otro choca con la barrera de la existencia conti- nuada del otro que es la madre. La supervivencia de la madre ol otro permite hacer aficos la omnipotencia mental, pero si la mad: vive deja al sujeto con una furia no précesay da, *Baiserible, que derpués es imposible quebrar y metabolt zar. Bsta tension abrumadora, inmanejable, que no es G@ntenida por el sostén del otro o la comunicacién con él, sub- siste como agresién. A su lado esta la ausencia irrepresenta- ble del otro que no ha sobrevivido. Estas experiencias de pér- a de agresién 3. Como ya lo he sefialado, el supuesto de que el nifio tiene un estado ini- cial de omnipotencia tropieza con ciertos problemas. No estoy segura de que para la teoria de Winnicott sea necesario entender la omnipotencia como una categoria secuencial (un punto de partida), y este modo de ver podria llevar a ciertos malentendidos. La contradiccién entre la conexién sentida con el otro y la “omnipotencia del pensamiento”, la sensacién que tiene el nitio de que la realidad esta dentro de él y bajo su control, podria significar que la omnipo- tencia y la externalidad tienen que constituirse simultdneamente, Ambas co- i ore ea pre oa A ae velagiona a veces con ef otro externo, y otras veces con la fantasia, sin dife- renciarlos, pero tampoco tiene una nocién de control, Tal vez la categoria winnicottiana de la ilusi iya sea mAs util para el estado de indiferen- ciacidn, que la omnipotencia para el estado en el que se vuelve aparente la contradiccion y surge la representacién de la respuesta o sensibilidad del otro al control. 215 Escaneado con CamScanner oden eseindirse y Hegar a; dida y agresion pue fe y verversos y sadicos de 1a fan preesbonc pornografia y la actividad “a no hay ningtin exterior reconocido, capacio rolacional en el cual se pueda dep tacion y agresion; no hay ningtin otro que procese. Esta idea fue decisivamente formul: por Bion (1962a, b) en sus exdmenes de la necesidad de la digestion mental; en t en el pensamiento poskleiniano. cintamente Winnicott en relacién con el ‘ afuera y es sélo “un fenémeno subjetivo”, Ja basura?” (pag. 107). De modo andlogo, a gistre la subjetividad externa de la madre, no seguramiento contra las fantasias (suyas o d la omnipotencia de ella, su seducci6n 0 su co sias sobre el cuerpo de la madre como abr no son contrarrestadas por una experiencia mutuo.* No hay ninguna experiencia que una representacién simbélica del cuerpo. permeable a los propios sentimientos y cante, Cuando nos referimos al reconocim como un sujeto independiente, incluimos e Gre que (parcial, imperfectamente) es cono gue puede ser afectada sin ser aniquilada, qu lo que esta dentro de nosotros sin imponer ras que estan dentro de ella. Jilmecesitada ni invencib dora, coercitiva, sédica, n cie 4 Una vex més quiero subrayar que el tame 2eimiento o un entonamiento perfectoss ‘Amoco requicre una simetria eomplate Y recibir, actuar y tena 0, comuni pacio. Kate Escaneado con CamScanner Escaneado con CamScanner ia base de la fantasia del ia pasivo), de un conatituye 1a bat ceptor de ta accion ( quidores y vietimas. Lin actividad aparente de este vaciedad esencial que se experimenta ¢ aeimila al otro, 0 6L otro es asimilada de vida y la repeticién reflejan Ia inca} tacto con algo externo. En este caso, plaza, en lugar de complementar, lait bio con lo externo. Esta vuelta hacia adentro de la sobrevive puede ser una clave para mas de fantasia sexual. En mi anali tica (1980) he propuesto un paralelo Winnicott sobre la destruccién del Freud (1915a) del sadomasoquismo, ei de pulsién”, Seguin lo que Freud per riodo en el que defini los instintos como postura inicial del infante es un sa aK dismo es indiferente al desenlace, a que antes que se perciban las consecue que conduce a la formacién del sadism que el nifo internaliza y vuelve este mo, en la forma de un masoquismo sadismo propiamente dicho, que es it otras palabras, sdlo el paso de la ir impulso destructivo primario en deseo. 5 No obstante, una vex més

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