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edicion del Amuaria, echo que paulatinamente sea ventdo produciendo desde la aparicion del primer nimero, Hasta aqui los logros, lo aleanzado, Peroademas, y come todo proyecto en curso, la direccién y el comité del Anuario se han comprometido para aleanzar metas en el corto plazo. En primer lugai, esperamos incorporar como colaboredores actives del Anuario a investigadores dela comunidad acaciémica internacional, asf como histoviadores del Ambilo nacional que $2 desemperien en disciplinas diferentes ala educacién. Su contribucidn enti- quecerd sin dadas el espectro tematico del Anuario, asi como nuestra propia (area de investigacién histérica, En segunclo lugar, de la mano de esta primera meta, creemos que es preciso profundizat la difusién del Anerio fanto en nuestro pats como en el exterior, asi como estrechar mas los vincu- Jos con los paises latinoamericanos. Finalmente, una tercer propuesta es {ncluir un dessier tematico en les préxinos mimeros, de forma tal de poder Contar con relevarnientos bibliogrficos actualizados y comprensivos de los temas que nos interesan, ast como de las diversas lineas y enfoquies de in- vestigacisin existentes para abordarles. Resta por iltimozealizar un breve recorrido por las teinsticas que tratan {os articulos de este nuevo niimero, Contamos por un lado con dos articulos que aborcan ta fematica indigena, mo en virtud de analizar su impactoen elcurrfeulumy en tos libros de texto del primer peronismo, cl otro reconstrue -yendo los conceptos de educacidn que atravesaron los primers tiempos de. ia colonizacién del.sur de nuestro tettitorio. Los otros articulos abordan tematicas diversas, El abanico se abre para incittir: un recosride histérico Por la produccién sobre textos escolares en la Argentina, un anélisis de las politicas educativasen los 90, y una «erqueologia» del giardapolvo.en los. Primeros tiempos de la educacién de masas en la Argentina. Finalmente contamos también con un trabajo brasileRo que aborda los procesos de escolarizacién en ese pais. Asimismo, se incuyen reseftas de los tiltimnos libros aparecidos en el campo come, también, de los congresos yeventasque os han reunido en el allio afio. Esta diversidad tematica da cuents sin dudas de que el campo de la Historia de ia Eduucacién ha dejado de reconocerse exclusivamente en tértni- nos de una historia de las politicas educativas, para inclutir en su seno multiples probleméticas, que dan cuenta de ia productividad de esta drea deinvestigacion y produccién académica. Doctora Silvina Gvirtz, Directora La gramatica escolar de la escuela argentina: un andlisis desde la historia de los guardapolvos Inés Dussel* fhe azarenosin asianns dts ono sige dees mee ines iv scchonyeninr eben aeons ope snp nurse Und Seas es {(cSdigos y regiamentaciones escalares, fibros de texto, biogratias y dbsergciones dea "ideo arco ypbicacone doa Gp), plantnreromalgune sur oes “tstogummseceaney ners Creuse seenitontnegueteve nowt evsinen cata aca heresy cone ut tao cm sein lps y corres omnia mayorta de Ins formas cultures, Mis especicunente, qusiéramos destncar ‘iim atetnttsengoucos umn iri oo ten ee Spr ue Sa anemic ene sereinyrene nessa porque ellas fivieron efectos no tan auspicioscs nit enocie en teroas elncalora cee rape iedasowe soc crmeptencmes a co Saaltntsen orb xed Abstract: tn ths arc | wil analyze how white smocks emerge a he stor] code of Argentinean shoo on whith dscoursesthey were ase nd wh dypractsn soci ears they thorized or ecudes. Using illest tots (oe and code, ebook Leenks begrpnies and desrponsof shoe hie arsed ates fom at time}, Iwill elect on someof their effects.on the school experience of adulteand chile aie, The icomss that supported the whitesmacks wre dvere ad eteragenenae snes an arti had ule evn contador fangs as al chara forms have, More specificaly, it will be remathked that they contributed to a particular consructcnof ena, tha buitan xian betwen homogeney mn democrcy anadthatfinethede that ose equnty cou only be ele HT wate on Or dental appearances However til ei at Xs nor to emote Bes equivalences, because they had much Jess democratic effecsthan its though especially inerms ofthe polieal eure and he nds feo lafons and conceptual ations thebody that were and areauthorized in and by schools. * Buses /Universided de San Andrés a n Introduccién "|Cuando empecé la escunia on 1914, en o barrio de Almagro shaban do wtes 9s hrs te aque space fa ‘usdbamos delantal blanco que ns hiier,dgomoas hasta cierto panto ansnimes.” (Gutisres, 1980 20) “tn tors ca sts ep nee eee recta wo ut ttm sr Santana ate etages Sieaieaee ela naa can tress pig) nce mciaensepet nite a eee Para un observador externo, la visié no, la visién que ofrece tina escuela public augetiny puede ser srprendente Foe mand e vse de lance, es dianesv doce, como albinos (um de un centri ecient foufouri, 1999). La obligatoriedad de los delantales o guaréapolvos blan- coses un rasgo peculiar denuestrasescuclas que, aunqueno es original (sin irmuy jos, por ejempio, los alumnos de Bolivia y Uruguay también Tos san sh convert enunsindetode nasi ecu pili Pore pl, drain poteta doce npiza alder dea Capa Blea -1999), se entregaban delantales blancos 2 ls visitantes "dustres” como emblemas de Is hicha por la defensa de la escuela publica contra el aimcstrcuralmenemisa, Enel mismo sentido de ampli consaneo so val sobre su uso, puede citarse tna enctesta reciente real realizada por una estate dln Universite de Buenos Aires que pregunta personas de ditntaedad yeclaridad preteririan oo anforme,oninginuniior al delantal blanco; la respuesta fue abrumadora a favor doa conti da dens deltas (Fernndee 1959) ordeiconinse un cuando en la Argentina del 2003 los chico: 4 : 2 eno van a la escuela “A punta en blanco” y con zapatos de domingo, sino con ropasinformales,con aritosy tatuajes, con gottas, jeans o minifaldas, dependiendo del cédigo d vestimenta desu eseuela,enJa mayoria de ios est fos primariony tab tnmenor media en los secur lari sesigueusnnlo el guardopolve. Le intereonte esque pala mayor pate dels gene folate ihincos han ested alt desde Sarmiento, que es cast como decir desde tempos remoriales. Pero, como losefialan las ctas iniciales de este aticulo,sélo septradas por 18 ahs de decent emergncia puede er dat o fechas ro muy lejras.Emnpezason a er usa en Ls og pers de ds del siglo pints clenearon les eros de vetiee dole 1p rip colon vest nites adler lacenisse pics Agumentarnsquessaos turalizacién se vinctila con que los guardapolvos pasaton a ser parle de la rgramtica de a escuela” (Tyack y Cuipan, 1995), ese canjunte de reas que define ls formas en que las escuelas dividen ol tiempo y el espacio, clasiti- ‘an alos estudiantes y los asignana clases, contorman cl saber que debe sex cpeenado y estructuran las formas de promoci6n y acreditacicn. Estas for- thas son, segiin Tyack y Cuban, un sustrato de alte estabilidad en el tempo y el espacio, estableciendlo qué se entiende por esctiela, por buch alumno y jen docente, y que resiste a buena parte de los intentos de cambio. “reluit alos guardapolvos-en la gramatica escolar implica ensanchar los limites de esta nocion, mus bien pensada desde las reformas macroes- trecturales, los cambios curriculares y Tas formas de ensefianza de los do tentes,y también formlada como una gramatica universal, sin consideray eeino ce localiz6, se nacionalizé y se adapta las épocas 2 Bn selaci6n con fa primera enestin, cabe seialar que los eventos, procesoo y arefadles que parecen ser marginales en Jas eseuelas, como 4s prdcticas depowivas, a peda de los pasillos, las salidas y los uniformes, también son elementos fundantes de a cultura institucional de las escuelas (Symes y Meadmore, 11999), Por ejemplo, las practicas corporales, las apariencias © ja higiene son parte importante de los citerios por bos cuales se asigna a Jos alumne® 9 Pepa clases y no otras, se define su promocién y su califieacion,y por sobre todo son parte fundamental de la ensetanza de ciertos saberes sobre a cuerpo, sobre Ia sociedad y sobre la autoridad que muchas veces 8 ms lectiva que fo que transmiten 1as disciplinas escolares, Tomando wn ¢250 Corriente en nuestras escuelas, puede decirse que sancionar o excluir a on Slumno porque traeel guardapolvosucio,ro%0 0 desprolio,ensetia muchas conay sobre el mundo y la escuela en que viven ese chico y ese docente, Sonata lugares respectivos fronteras,cOaigos aceptables yno aveptables, Tnquccs més preoeupante, plantea jerarquias sociales, econdmmicas, cunt tells, familiares o de estlos de vida qne comwalidan desigualdades sociales, cconbmicas y culturales. Todo ello contsibuye a defini qué es una escuela, ‘quignes pueden estar en ella vcGmo, estos, una gramética escola ‘En relacidn con la segunda ampliaci6n de la nocion de gramatica escor tar que cuestiona su caracler universal y algo ahistérien, es interesante Falar que no todos los sistemas educalives sacionales adoptoron tos wh formes como e6dig de-vestiarenta en las escuelas, y muchos menos atin Tos delantales blancos. Esta singularidad argentina podria darnos pistas sobre {a eramatica de la escuela en nuestro pais y sabre las formas espectficas en que.esa gramstica tomo artefactos,dispoeitives e invenciones de olras BSP verlag mundiales 7 los tradwjo a una situacidn particular: Como dice el iintropélogo Arjun Appadttrai, “mienttas que is genealogia de as formas 3 “ cullurales se preocupa por su citcelacién entre repiones, la historia de estas formas se preocupa por su permanente domesticacidn en pricticas locales” (Appadurai, 1996; 17). Analizar Ia forme cultiizal “escuela” implica, para nosotros, estucliar también emo se convirlié en una experiencia nacional y local.’ Los guardapolvos constituyen una puerta de entrada para desplegar #508 procesos de lecalizacién que estuvieron en la base de la expansién de Jaescuela argentina En este articulo, entonces, analizaremos cémo emergieron los delantales como cSdigo de vestimenta dominante en las escuelas, sobre la base de qué discurses, y qué précticas y qué jerarquias sociales autorizaron y cudles #xehuyezon. Nos basaremos para elloen un corpus de textos heterogéneos: cédigos y reglamentaciones escolares, libros de texto, biografias y descrip. ‘iones de la vida escolar, y articuios y publicaciones dé la 6poca, Nos intere= sa sobre todo poser enfocar la atenciéin en algunos de sus efectos sobre Ia experiencia escofar dle nifios y adultos en las escuelas.a prineipios del siglo %, que no siempre son considerados por quienes los defienden tan ardientemente, Adelantande algunas de nuestras conchisiones, diremos que los discursos que contluyeran en la difusién del guardapolvo como céd igo Ge vestimenta escolar fueron dliversos y heteregéneos, y que conformaron Lunartefacto con sentidos muiltiples y contradictorios, o que, por otra parte, Puede decirse de la mayor parte de los productos de Ia cultuia, Mas especificamente, quisiéramos destacat dentro de estes sentidos su incorpo- racién a una construccién particular de la nacién, una construceién que volvié equivalentes a la homogeneidad y la democracia, y que pustul6 que Ja igualdad modema sélo podta realizarse si también e establecian apa- riencias iguales 0 icénticas. Ustas equivalencias se consolidaron en las re- voluciones burguesas europeas y americanas (cf Pellogtin, 1989, Peis, 1998) ¥ formaron la base de los sistemas educativos nacionales de fines del siglo 2% principios del xx, Para muchas generaciones de argentinos, los puarda- polvas se convirtieron en sinénimo de democracia, salud y decencia, hasta elpunto que es dificil que pueda pensarse en un cédigo de vestimenta dife- zente sin sentic que se estin amenazando logros politicos y sociales muy impor‘antes. Sin embargo, creemos que es fundamental revisar estas equi- valencias porque ellas fuvieron efecios no tan auspiciosos ni denivcraticos en términos de la caltura politica y ce los tipos de relaciones sociales y concepiualizaciones del cuerpo que fueron y son autorizadas en y por las escuelas. 1. La “invencién” del guardapolve: una produccién a coro de “Una cansa ¢ siempre Ia conseeuencla de un lange proceso composirisn 5 une larga luck por atribuele responsabilidad a algunas autores.” (Latour, 1988: 255). Como se ha dicho, los guardapolvos empezarona wsasse en as escuelas angentinas a ptincipios del siglo mx Hay varios docentes e inspectores que ‘dicen haberlos creado, buscanclo les mismos objetivos: proporcionar un ves- tnario esanémico,higiénico y democzatico que acompafara la expansion de la escuela, Creomos que esta pluralidad de “inventores”, mds alla de evan ciertossean fodos los relatos sobre suis origenes, habla de dos cuestio nes: por un lado, la existencia de un consonso generalizado sobre la forma de regulacim de los cuerpos en la escuela, que pensaba en vestuarios y apariencias homogéness en nombre dela democtacia y la salud do os ni jos;y por otro, den momento particular en la historia del ssvema educati- ‘yoargentinoenel que muchos ecucedores estaban experimentando nuevas téenicas yartefactos, copiando y produciendo ideas sobre que y «émo-ense- Aar, como llevar el trabajo en el aula y eémo organizar la vida de una escue- no dé los que se postala como inventor ée Ios delantales blancs es Pablo Pizzumo, destacado educador con larga carrera en ef sistema educa tivo. Pizzumo era inspector general de Escuelas para Ja Capital Federal cuando formul6 sa queja sobre ls vest Iujosos que usaban las aluminas para iralaescnels on 1904. Para Pizzurno,reiterando tn tema central de la rmoralidad victoriana lef. Valverde, 1989). el luj y la ostentacién en las mtu jeres eran fucrtemente sospechosos, porque se centraba en la frivoidad y porque el amora os vetidas cares potencialment pod levara oficios non clos (v. gla prostitacién). Las mujeres, naturalmente débiles de canicter yyeon tendencia a la superficialidad, eran més pasibles de caer en tentacio- nes que ls hombres; poreso sus apariencias debian regularse con mucho ‘mas colo, también, por supuesto, para garantizar su “decencia” y st pudor, Como vemos, is cuestiones de género estnvieron muy presentes a la hora de pont niga de vestimenta paral scelas La queso pele rosidad del uo yl ostentacion Io levs a recomendar el uso de! delantal igualador, tomado al parecer de una clase de trabajos manuiales, “con las vena deed eden, ores, cannes ies ows joven’ (Pizzurng, 1936: 269). Aparentamente, ya que en ls fa, esta recomondacién se habia realizado entre 1904 y 1908, mientras fue Inspector joe. 5 16 ‘Al menos otras cuatro personas se han acreditado la invencion de los delantales, todos ellos egresados de las escuelas normales. Se dice que Julia Caballero Ortega, una maestra de trabajo manusal, se lo sugiié a sus este diantes en 1905, en una escuela de Avellaneda. Antonio Banchero, maestro deo" grado.en 1906, informé que promovi6 el uso de las delantales blarcos Para el docente y Jos alumnos en Ja escuela Presidente Roca, de Libertad y Tucamén, ciudad de Buenos Aires, para evitar el contraste entre los nifios ricos y los pobres. El profesor Pedro Avelino Torres, egresado del Mariano. Acosta, también dice haber conducido una experiencia similar en una es- ‘ucla experimental en Buenos Aires, et los primeras aftos del nuevo siglo (pera los tres casos, veiise Mayocchi, sf, p. 228}, Finalmente, esté la historia Ge Matilde Figueira de Diaz, que fue incluidaen el “Diecionatio de Mujeres Argentinas” por considerérsela la inventora del guiarcapolvo, La referencia de este diccionario proporciona un buen ejemplo el tipo de retérica, pasa- da y presente, que se ha usado para fundamentir el uso de delantal: “Tha maestra Matilde Filgueira de Diaz] en 1915 se desempefiaba en la escuela ‘Comelia Pizarro’, de la Capital Federal, cuando ad- virtié que su clase se divicia en des grupos: el de los nifios bien vestidos y el de las familias modestas. Quiso encontrar solucién a tat distingo y tuvo Ja idea de hacer vestir a todos con delantal en. horas de clase. En una reunién con sus compaiieras y padres de alumnos expuso su idea, quedando elegido el blaneo como color dela prenda, y paradar el jemplo, fuea tuna gran tienda dela calle Florida donde compré con su dinero delantales y tela blanca, que obsequié « las madres juntatiente con las instrucciones para con- feccionarlos. Poco después, los-delantales eran estrenadas en la escuela de la entonces sevtorita Filgucira, borrdindose las diferen= las econémicas y desapareciendo los problemas de asco. No falté quien se alarmara por Ia innévacién consideréndolo un uniforme, rohibido en las escuelas, Pero un fancionario del Consejo Escolar que acuidio ante la denuncia andnima se convenci6 de la eficacia de la iniciativa.” (Sosa de Newton, 1986: 237, cit. por Morgade, 1697: 98) ° Laleya la que este testimoniose refiere parece ser un decreto no fechado Peroanterior 2 1915 de acuerdo con informacién complementaria, que ests- blecia que “Es prohibido alos dinectotes, vicedirectores y maestros.) bli Baralos alumnos aquese presenten en trajes uniformes, cualquiera quesea elacto escolar aque cohcuirran, y atin dirigitles la menor insinuactén a este respecto, debiéndose impedir que lo hagan.” (Digesto Fscotar, 1920: 91) Otro decreto de 1913 argumentaba que los uniformes no podian ser obliga- torios porque implicaban una erogacién quese convertiria enum obstaculo para cl cunplimiento de la obligatoriedad escolar: “Art, 12, Los dtectores de escuela deberan cuidarque los altunnos concurran con trajes sencillos y sin atavios que puedan fomentar emulaciones w ostentaciones de Injo, sin queestoimporte autorizacicn paraestablecerel uso de un uniformedeter- minado cuya adquisicion sea onerosa.a los padres de familia.” (Circular 67 del CNE, del16 de abril de 1913, ene Digesto Escolar, 1920: 181). Sin embargo, como se sefalé en la biografia de Matilde Filgueira, dos afios después se promulga otro decreto que no sélo autoriza sino que reco- mienda el uso de delantales blancos para el personal docente de las escue- las de la capital, $e lo considers “buena préctica”, porque “ademas de in- ceulcar en los niftos la tencencia de vestir con sencillez, suprimira la compe- tencia en los trajes, etc,,entre el mismo personal” (Circular 10) del CNE, 23 de diciembre de 1915, Fxpediente 19). Es destacable que fos primeros objeti- ‘vos de la regulacién fueron los docentes y no los alunos, para quienes slo fue autorizado, Los docentes debian dar el ejemplo del régirnen ético y esté- tico que debian adoptar los niftos y sobre todo las niftas. ; El camino hacia la uniformnizaciéin del vestuario ya estaba pavimentado. Cuatro aijos después de este decreto, en 1919, una medida del gobierno de Yrigoyen otorga un nuevo rola Jas cooperadoras escolates, recientemente autorizacias. Después de recomendar el uso de delaniales dentro de la es- cuela on actos puiblicos fuera de ella, establecié que se debra: “Art.2° Considerar, dichos delantales y guardapolvos, uniformes caracteristicos del traje escolar y en anilogas condiciones a los textos y titles escolares,a las efectos dela provisi6na los nifios de matricula gratis. Art.3°Solicitar a las Socieciades Cooperadoras para que colaboren en la obra de asegurar a todes los hogares, sin violencias de orden ecanémico, la posibilidad de dotar a sus hijas de ese elemento de vida escolar.” (Circular del 1 de noviembre de 1919 del CNE, en: Digesto Escolar, 1920: 724), Se vacteando de esta manera una red de apoyo que involucra al Estado, os maestros normalistas y las asociaciones cooperadoras. Pero la extension del uso del delantal se volverfa mucho ms importante en la décacla si- guiente, con el desarrollo del Estado de Bienestar que distribuia periédica- mente bienes y comida ala poblacién. En un panfleto del Consejo Nacional ” 16 de Ayuda Escolar de 1939, por ejemplo, los delantales figuran entre los items de primera necesidad que se entregaban alos nifios de las provincias mas pobres (CNE, 1939). Las fotos que ilustran el Monitor de ia Edtecaciénn Comin, por otra parte, se van poblando de nifos en delantales y guardapol- vos entre esas dos décadas (1910-1930), y hacia el final de 1930 ya es muy ‘aro encontrar imagenes de escolares sin el nuevo uniforme, aun cuando se trate de poblaciones rurales o pequerios pueblos. Recapitulando lo sefialado hasta ahora, diremos que la invencién del ‘guardapolvo no reconace tn “autor” claro sino un “proceso de compost- cién”, como decia el acapite de Bruno Latour al comienzo, realizado por varios actores, mayoritariamente maestros de grado de la ciudad de Buenos ‘Aires, que dicen haber detectado las diferencias en el vestuatio y que propo- nen una medida igualadora ¢ higicnica; y es sobre esta base que empieza a configurarse un soporte legal y econémnico, via las cooperadoras escolares, para stt adopcidn masiva. Bn las secciones que siguen, trataremos de dar ‘cuenta de cémo fue posible pensar que los guardapolvos eran Ja mejor medi- da, la mas democratica y la més higiénica, para la expansién del sistema escolar en la Argentina; y por qué la cteatividlad de docentes ¢ inspectores terminé coineidiendo en guazdapolvos y delantales blancos y no en otros vestuarios. Sostendremios que esta masificacién estuvo sustentada en va- tias series discursivas diferentes que confluyeron, no sit roces, en tn mis- mo entramado* que volvié equivalentes a! guardapolvo, la democracia, la higiene y la moral; entre cllas, destacaremos tres en especial: eligualitarismo, Ja higiene escolar y una conceptualizacién y practica peculiar sobre el cucr- p07 De estas series nos ocuparemos en las secciones siguientes. 2. Fl igualitarismo y la construccién de una ciudadania”“con estilo” Eldiscurso igualitario ha sido enormemente influyente en la Argentina. Segzin el politélogo Guillermo O'Donnell, es una de las piedras basales de a cultura politiea y de la construccién institucional en nuestro pais, aun- gueese igualitacismo explique también mucha violencia y autoritarismna (cf. O'Donnell, 1997). Hin Jo que a este articulo concieme, el igualitarismo es probablemente uno de los sostenes mas importantes pata la persistencia del delantal como e6digo de vestimenta escolar a lo largo del siglo xx. Para muchos inmigrantes y nifios de familias pobres, la pesibilidad de une igual- dad abstracta y de ocultar la Gesigualdad era convocanie, ya que implicaba um relzjamiento (aunque fuera temporal) de los marcadores de diferencia socialy cultural en «na sociedad que valoraba altamente la homogeneidad. Si bien puede argumentarse que estos marcadores no desaparecian con los guiarcapolvos, ya que seguian presentes en el lenguaje, en los consursos y Gisposiciones culturales y estéticas, los relatos de estes inmigrantes y po- ‘bres que ascendieron socialmente hablan de integracin e igualdad, Jo cual cemuestea hasta qué punto esas operaciones fueron efieaces simbélicamen- te Garlo, 1997). . En este contexto, los delantales blancos se convirticron en marcadores de inclusién dentro de grupos particulares del campo social, igualanclo y al mismo distinguiendo de otros no iguales, estoes, excluyendo. Eluniforme eraun simbolo de distincién, de inclusin en una clase diferente de gente, y cen ese sentido fue mas fuertemente defendide por quienes han tenido que deseansat en este capital cultura’ adquiride que por quienes tenian el éxito ¢ inclusién asegurados (Bourdieu, 1984), Esto todavia parece ser as( hoy. Una alumna de 16 altos que vive en una villa dice: “Yo me siento moda viniendo con guardapolvo, porque eso quiere decir qucsos una persona en progreso, quiere decir que sos estudiante” (citeda por Duschatzky, 1998: 82.) Esta estudiante sehala el orgallo de caminor porla villa con el delantal, porque es un simbolo que la distingne y protege de “Jos de la esquina” ~ como Jos llama ella. EL iguaiitarismo es un diseurso ético-politico vineulado con e! pensa- miento de la ilustracién, pero que suftié grandes transformaciones en su atticulacin como ideologta oficial ce las reptiblicas de fines del siglo xx (Nique y Letievre, 1993), cuando las democtacias republicanasse convirtie- ‘ron en regimenes de gobierno en ese siglo. La igualdad ha sido al mismo tiempo la condicién del desarrollo de esas repiiblicas y su amenaza mas firme. Decia Tocqueville que el desarrolto de los ciudadanos podia levarlos ala independencia y eso tenfael riesgo de conducivlos a la anarquia; pero si el otro polo, ef de la discipiina y la cohesién, era sobrevaluado, entonces cabia el peligro del despotismo y la servidumbre (Cruikshank, 1996: 243). £1 principio de la igualdad dcbia navegaraguas turbulentas, ysélose llegaria 2 buen puerto si la autodisciplina y la ilusteacién se generalizaban, y los ciudadanos participaban de las actividades de gobierno. El igualitarismo entonces implicaba la produccién de una ciudadania, Laciudladaniaaquise enliende como “una tecnologia de gobierno que cons- tituye la pertenencia individual a una comunidad politica” (White y Hunt, 2000+ 94), y en ese sentido también involucra tecnologias del yo Foucault, 1988), esto es, el trabajo con disposiciones, saberes y estrategias que tienen ‘que ver con la relacion con el si mismo, en términos modems, la produc cién del individuo. La ética privada, entonees, se vincula con la politica ro piiblica, y viceversa, La ciudadaniano es silo la priictica de votar o expresar ‘opiniones sobre astintes politicos, 0 la relacién entre el sujelo y el Estado nacional (esto es mas bien una articulacion hist6rica particular de la nacién de ciudadania y no si condicién universal), sino que involucra una varie- dad de practicas en las que uno se vincula con otros como ser puiblico: las acciones comunitarias, los agrupamiientos colectivs, inciuso el consumo, White y Hunt dicen que la ciudadania refleja una serie de relaciones con otros ciudaclanos dentro de la matriz organizada de laesfera publica (White y Hunt: 10). ‘La ciudadlania implicabaun estilo, formas de presentacién del stmismo. Francine Masiello le dice ast: "Se definié éémo actuar como una persona moderna en la nacién a través de comportamientos prescriptos y pautas de vestimenta y de habla... Elciudacano debia tener um estilo” Sigue Masiello: el buen gusto “se convierte en un regulador social, una forma de control del ‘abuso y el exceso”. (Masiello, 1997:220 y 224). El estilo era importante para segular la distancia en relacién con los otros y la respectiva ubicacién en el ‘orden social. ‘Veams el ejemplo del “Libro del Escolar” de Pablo Pizzumo. En una lectura que se llama “Adelita yel vestido”, se cuentaen forma de dialogo la historia de Adelita, siempre la mas inieligente e independiente de las nifias desu clase, que lioga ala escuela con un vestido que aparentemente no esti ala moda, y que sexprende a sus compaiieras porque ella siempre se vestia “con buen gusto”, Adelita responde: “para no tener mal gusto, decid dis- fanciarme de la mode", en tina interesante y original contraposieién entre buen gustoy moda-y puede verse como la idea de monitorearse asi mismo gana espacio, contra la idea de conformarse al patron de ot7os, en este caso Jamode-. Adelita explica que no quiere ser una esclava desastres y madis- tas cuando las ropes no son bonitas o contradicen las reglas de la higiene. “La gente sensata no sigue la moda cuando va contra el buen gusto ocuan- do perjudica a la salud... (Ustedes wsarian botas de taco alto antes que zapatos simples pero cémodos y elegantes? ;Usarian una pollexa angoata ‘que no las deja caminar eéinodas antes que una mas amplia que libera los, movimientos? {Usarian ustedes las polleras largas de la abuela que barrian, toda la suciedad del suelo y Mevaian los gérmenes y microbios a todos lados?” (Pizzumo, 1924; 185}, Adelita daba consejos asus amigas: “La gen- tesensata, educadayy con gustose viste simplemente, tratando de no lamar Jaatencién, y tomandoen cuenta, sobre todo, las reglas higiénicas 2 las que debe someterse la ropa.” (Idem.) Estas reglas establecian qué tipos de colo- res y textiles debian asarse de actierdo con la estacion y Ka situacion social, qué formas eran mas conveniantes (siempre ias mas amplias, pata permi- + jas apariencias republicanas debian ser austeras, bela libertad demovimientos). Terminaba sus consejas con una exhortacién a esas “pobres criaturitas” que no podian costearse vestidos de moda: la jnoda, les decfa, no es importante “si estés limpia y cOmoda, y sieres una nienanifa. Unono juzga a la gente por la ropa que viste”. (Pizzumo, 1924: 388). ; Lo no jurga ala gente por la ropa que viste: es paraddjico que Pizzrno atirme eso después de dedicar una lectusa a plantear las reglas esteticas y Giicas sobre la vestimenta que dan la pauta pata ser “buenas nifias”. Lejos ide ser irrelevantes, las ropas, para Pizzuumo, informan a los otros sobre la ‘condicién moral de una persona, su sensibilidad y su educacién, y por eso idebelt cuicarse tonto las apariencias. Pero esta ética y esta estética aparecen ‘comoneutrales, producto de un sentido comiin natural y sensato, no deun trabajo sobresi. , Por otra parte, este “buen gusto” se afirma como “el” gusto natural, el \inico posible, Tanto como el espatiol estandar que se establecis en las es- ccielas contra dialectos ¥ lenguas alternatives, el estilo “medio” y el “buen “gusto” también fue regulado y prescripto por las escuelas. Una ex alumna dea Escucla Normal de Parané tiene recuerdos que ilustran la produccin. deeste buen gusto sencillo y austero y deluso del delantal en ék: “En aquellos lejanos afios de primer grado, no se usaba el unifor- ‘me y muchos de los nifios iban primorosamente arreglados. Nues- tra madse, que era muy préctica y queno le daba importancia a Ins paqueterias, me envié un diacon un humildedelantal de brin eru- . doconanchos tablones, que ibaa set ini vestimenta diaria * Lieva- ‘ba ademas una cartera nueva, de cuero, mas grande que yo. Al aproximarme formar fila, al pasar cerca dela maestra, muy O¥gu- losa yo en la modestia de mi atuendo, me dijo en voz alta: “iQeé paqueta gue has venic!”, expresién que me Slen6 desatisfaccién. ‘en mis cinco afios.” (Perini Oliva, 1971: 30) Esta combinacién de “paqueteria” con simplicidad fue importante para la adopcisn de los uniformes, y recoge temas que yahobiansido avtelados las propvestas estéticas y politicas de la Revolucion Francesa y Pefomenarios del sigio x(t Pellegrin, 1991; Perro, 1994). La idea de que contra la ostentacién y el lujo de fa vida cortesana, fie fandamental a la hora de definir uniformes Givilos y militares de las nacientes repablicas. El cambio en las apariencias debia ser tan rotundo como otros cambios; el norteamerieano Benjamin Franklin, por ejemplo, sorprendis a todos cuando decid dejar de usar ia a peluca blanca de los notables y sumarse al pelo descubierto de los “sim- ples” de la sociedad (Peiss, 1998). Kin las repiiblicas del siglo xx, esta apa- Fiencia austera se combinaba con disctirsas victorianas sobre la moral y la virtud, y con esta nueva idea de la personalidad como base de Ja éiudada- ‘nia, como producto de un trabajo activo sobre el sf mismo, ayudade por discursos cientiticos como la higiene y por saberes priclicas como el saber consumir o saber moverse en las ciudades. Hinalmente, hay que déstacar que el igualitarismo era un discurso polit co que también ten‘a dimensiones econémicas. Sobre todo, implicabsa la edt cacién del ciudadano como productor y como consuimidot. Comomnestra la lectura de la Adelita de Pizattrno, los ciudadanos debian aprender a distin- guir por sf mismos entre la publicidad o la moda y sus propios intereses y bienestar. Los delantales blancos eran un buen instrumento para este fin: constitufan un vestido sitaple, econémico, que bajaba los costos y daba un sfmbolo comin de identificacién y participacion en la estera puiblica, Tam- bign implicaba fa introduccién de discursos cientificos (sobxe la salud y la higiene} en laselecciones de los consumidores, que entonces podrian tomar “‘decisiones injormadas”, De estos discursos nos ocuparemos en el siguien- te apartado. 3. La base higiénica de los guardapolvos La segunda serie discursiva que analizaremos es el higienismo, como smovimiento social y de ideas quese afirmé a fines del siglo x (ef. Vigarello, 1993; Latour, 1988). Mientras que antes la salud era tratada en términos de conservacién de un estado de salud, la emergencia de la “higiene” como preocupacién social implies “la recoleccisn de practicas y saberes que ayu- darana preservar la salud... Era un cuerpo de saberes, en vez de una cuali- ficacién fisica” (Vigarello, 1988: 168), Este cuerpo dle saberes, corpotizado por la profesién médica y los microbidlogos que, desde Pasteur, declararori la “guerra a los microbios”, se volvié el discurso central de los estados de fines del siglo x, combinando cuestiones urbanisticas, ecolégicas, morales, politicas y de formacion del consumidor (Latour, 1988: 23). Proveyé una forma de problematizar la vida social, definiendo lo que estaba en juego, distribuyendo premios y castigos, planteande las prioridades sociales y movilizando energias y recursos pata pelear porestos ideales (Latour, 1983: 25) Se plantes como un movintiento de reforma social amplio, que tenia como punto de unién la pelea contra el contagio y la enfermedad, y quese ‘ocupaba por eso de todas las esferas de la vida. Por este fin tan alto de combate la enfermedad, Ios proceptos higienistas no eran oprativas sine obligatories: verdaderas campafas de limpieza politica, moral y social ue- son Hevadas a cabo en su nombre. Un higienista argentino decia elocuentemente que la violencia contra las Yesistencias individuales a las, medidas higiénicas estaban fandamentadas “cuando el individuo confron- teelderecho supremo de la salud colectiva” (Afmus, 2000: 535). Gran parte de los normalistas asumieron ei discurse higienista coino propio, considerando que la lucha contra la ignorancia, la enfermedad y la pobreza era la misma, No es sorprendente que la adopeién de los delantales adoptara un matiz sanitario, de prevencién de enfermedades. Los suarda- polvos tenfan sapuestamente un uso profilactico, previniendoa los gérme- nesy bactorias moverse libremente por las aulas. En sus “Instrueciones a los directores y maestras en relacién com la higiene escola”, el inspector médi- co Genaro Sisto establecié la inspeccién diaria de los estudiantes, el mobi- Tiatio escolar y el establecimiento. También recomends el uso de los guarda- polvos por les siguientes razones: “La vehigulizacion de los gérmenes inieeciosos por las ropas esti plenamente demostrado, Durante mucho tiempo (mientras no se forme la conciencia sanilaria de la poblaci6n) concurrirén niftos a lasescuelas que momentos antes han estado en contacto con gér- “tenes y Tevardn a clase contagios inevitables. Eluso de un delan- talevitaria esto, perono un delantal que va alaescuela y vuelve al ‘hogar, sino un delantal que queda en a escuela y séloen las horas de clase sea usado por el alumno. Bl delantal escolar (en forma ‘enunciada) serfa un medio de gran eficacia para evitat la irradi

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