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TRANSFERENCIA Y ENDOSO DE TITULOS CAMBIARIOS

Sumario: I. Generalidades. II. Concepto. III. Caracteres. IV. Sujetos. V. Endoso de


retorno. VI. Endoso en favor de varias personas. VII. Cláusula no a la orden. VII.1.
Naturaleza. VII.2.Licitud. VII.3. Forma de transmisión. VII.4. Formalidades. VII.5.
Personas autorizadas a insertar la cláusula “no a la orden”. VII.6. Afectación del
principio de autonomía. VII.7. Cláusula no endosable. VIII. Diferencia con la cesión de
créditos. IX. Oportunidad del endoso. X. Endoso insertado en el título. XI. El endoso en
la prolongación del título. XII. Lugar del endoso. XIII. Copias. XIV. Número de
endosos. XV. Funciones XVI. Efecto traslativo. XVII. Efecto de garantía. XVIII. Efecto
de legitimación. XIX. Formas de endoso. XIX.1. Nominativo. XIX.2. En blanco XIX.3.
Al portador. XX. Incondicionalidad del endoso. XXI. Nulidad del endoso parcial. XXII.
Cláusula sin garantía. XXII.1. Generalidades. XXII.2. Sujetos que pueden insertar la
cláusula “sin garantía”. XXII.3. Formalidades. XXII.4. Parcialidad. XXII.5. Letra de
cambio a la orden de librador y endoso de retorno. XXII.6. Carencia de efectos
extracambiarios. XXII.8. Extensión subjetiva de la cláusula “sin garantía”. XXII.9.
Garantía de existencia y legitimidad del título. XXII.10. Alcances de la cláusula.
XXII.11. Cláusula “sin garantía de pago”. XXII.11. Cláusula “sin garantía de
aceptación”. XXII.10. Condicionamiento de la cláusula “sin garantía”. XXIII. Endoso
en prenda. XXIV. Endoso en procuración. XXIV.1. El texto del art. 21 D.L.C.. XXIV.2.
Formalidades. XXIV.3. Tipo de títulos. XXIV.4. Reglas de mandato comercial.
XXIV.5. Excepciones personales. XXIV.6. Rendición de cuentas. XXIV.7. Extensión.

I. Generalidades

Uno de los verdaderos motores del desarrollo de los títulos de crédito radica en la
agilidad de su circulación y fundamentalmente en su seguridad jurídica. Desde antaño la
práctica comercial ha vislumbrado la necesidad de una acotada y segura circulación de
la riqueza y ha procurado evitar ciertos inconvenientes que la cesión de créditos (como
mecanismo típico de transmisión de derechos) suele acarrear en la práctica.
La creatividad de los comerciantes y fundamentalmente la labor silenciosa de la
jurisprudencia fueron permitiendo cierta flexibilidad, agilidad y fundamentalmente
seguridad jurídica a la hora de transmitir un “crédito”. La especial fisonomía de los
títulos cambiarios y en concreto los principios sobre los cuales se asienta la teoría
general de los títulos cambiarios (autonomía, literalidad y necesidad) permite la cesión
de un crédito de significativa importancia con la “simple firma insertada en el título” (y
obviamente la entrega material del título).
El endoso se transformó, entonces, en el sistema típico y seguro de transmisión de los
títulos cartulares en los que las formalidades exigidas permiten una rápida transmisión
del crédito, garantizando personalmente -a su vez- el pago del crédito cedido.
De todas formas, cabe señalar que el endoso no es la única forma de transmitir un título
de crédito. Este puede ser cedido bajo la forma de una cesión de créditos (cuyas
diferencias se analizarán más adelante) y con la notificación al deudor cedido.
Además, existen otras variantes de transmisión del título cambiario que no son
propiamente un endoso o cesión de créditos (sucesión a título universal, fusión,
escisión, etc.).
II. Concepto

Ante la falta de una definición por la parte del ordenamiento cambiario, en general las
definiciones que se han intentado sobre el tema relacionan varios aspectos del endoso
(“endorso”), entre los que se destacan el efecto traslativo del acto cambiario y
fundamentalmente su unilateralidad, accesoriedad, incondicionalidad e integralidad1.
Conjugando estas nociones, Cámara señala que el endoso constituye la declaración
unilateral y accesoria del título cambiario por la cual el portador pone en su lugar a otro
con carácter ilimitado o limitado, entregando el documento2.
Por su parte, se ha señalado que el endoso es un acto escrito, unilateral e incondicional,
formalmente accesorio, que tiene por objeto la transmisión del título de crédito y la
legitimación de su poseedor para el ejercicio de los derechos cartulares3.

III. Caracteres

Teniendo en cuenta los matices antes señalados, cabe señalar que4:


(i) Se trata de un “acto cambiario” y sus efectos son típicamente cambiarios. Por
ello, goza de todos los caracteres del derecho cambiario (literalidad,
incondicionalidad, abstracción, autonomía e independencia) que tienen una
natural aplicación en títulos cambiarios.
(ii) Es “unilateral” y no requiere del consentimiento o voluntad de otra persona
(pero además el endoso es no recepticio). Tampoco debe ser comunicado al
librador o a los firmantes anteriores.
(iii) Como acto cambiario que es, la obligación por el endoso se limita sólo a lo que
figura en el título. No puede obligarse como endosante más allá de lo que se
haya consignado expresamente el título cambiario. Pero además es
“formalmente accesorio”, ya que requiere de la existencia y validez del título
cambiario.
(iv) También goza de la característica de la “abstracción” y por ello, la causa o
relación subyacente del libramiento del endosante es indiferente para los
obligados cambiarios y por ello no podrán oponerse excepciones vinculadas con
la concreción del acto cambiario de endoso.
(v) Se trata de un “acto irrevocable”; por ello, una vez entregado al endosatario, el
endosante no puede revocar el acto cambiario de endoso, salvo situaciones
especiales (v.gr., dolo, mala fe, etc.).
(vi) Es un acto unitario, integral, total o completo. Si el endosante quisiera transmitir
sólo una parte del derecho cambiario incorporado al título e introdujera una

1
Gómez Leo define al endoso como “el acto jurídico cambiario, unilateral, completo, formalmente
accesorio y sustancialmente autónomo de libramiento de la letra, que se comporta como negocio
abstracto, mediante el cual se transmite la propiedad del documento y, con ello, la titularidad del
derecho emergente de él, habilitando al endosatario para ejercer todos los derechos resultantes del
título, a la vez que el endosante asume la obligación de garantía, de aceptación y de pago de la letra”
(GÓMEZ LEO, Osvaldo, Nuevo manual de derecho cambiario, Depalma, Bs. As., 2000, p. 167)
2
CÁMARA, Héctor, Letra de cambio y vale o pagaré, Lexis-Nexis, Bs. As., 2005, t. I, p. 403.
3
ESCUTI (h), Ignacio A., Títulos de crédito. Letra de cambio, pagaré y cheque, 4ª ed., Astrea, Bs.
As., 1995, p. 118.
4
MOLINA SANDOVAL, Carlos A., Transferencia de títulos cambiarios mediante endoso, JA, ,
ejemplar del 6.05.09, p. 1.
cláusula en ese sentido, ésta, por ser prevista y prohibida, anularía el endoso (art.
13 D.L.C.)5.

IV. Sujetos

En el endoso participan dos sujetos: el endosante (que es el beneficiario o portador de


un título que transmite el título consignando la firma en el reverso del documento y
entregándolo, garantizando -o no- su pago -o aceptación-) y el endosatario (que es el
sujeto a quien se transmite el título cambiario y queda legitimado para ejercer los
derechos emergentes del título)6.
En ambos casos se requiere capacidad de hecho y derecho para endosar (endosante) o
recibir por endoso el título de crédito (endosatario), pero en el primer caso (endosante)
se requiere capacidad para asumir obligaciones (dada la garantía que asume el
endosante). De todas formas, debe recordarse que el enfoque del endosante en un
endoso con cláusula “sin garantía” es diferente ya que en este caso el endosante no
asume responsabilidad personal.
Pueden ser endosatarios no sólo un tercero ajeno al título cambiario sino también el
mismo girado (haya o no aceptado la letra de cambio), el librador o de cualquier
obligado cambiario (endosante, avalista, etc.). Asimismo, cualquier de ellos puede
transformarse en endosante (endoso de retorno).

V. Endoso de retorno

De todas formas, con relación al “endoso de retorno” parece lógico el razonamiento de


Cámara7 que señala:
(i) Antes del vencimiento del título valor, éste puede negociarse a cualquier
obligado anterior (aceptante, librador, endosante, etc..) y el obligado anterior se
halla facultado para continuar su circulación regular hasta el vencimiento. El
endoso importa otra declaración cartular con efectos propios distintos de los
anteriores endosos.
(ii) Si el título se encuentra en manos de un obligado cambiario al momento del
vencimiento hay variantes según quien fuere: (a) si fuere el aceptante, el derecho
de crédito se extingue por confusión (pues se reúne en la misma persona calidad
de deudor y acreedor -art. 862 C.C.-) y no podrá accionar contra otros
endosantes anteriores; (b) el girado, ajeno al vínculo cartular con o sin provisión
de fondos, puede ejercitar su derecho contra todos o cualquier de los deudores,
debiendo protestar la letra contra sí mismo para evitar su perjuicio; (c) el
librador, como garante de los obligados subsidiarios, extingue la acción
regresiva, correspondiéndole sólo reclamar el pago contra el aceptante o su
avalista; (d) un endosante, responsable cambiario frente a todos aquellos
titulares posteriores a su primer endoso, únicamente recurrirá contra los
obligados anteriores a su primitiva intervención, el librador y aceptante; (e) un
avalista tiene expeditas las acciones contra su avalado y los que garantizan a
éste.

5
GÓMEZ LEO, Nuevo manual de derecho cambiario cit., p. 168.
6
MOLINA SANDOVAL, Transferencia de títulos cambiarios mediante endoso cit., p. 4.
7
CÁMARA, Letra de cambio y vale o pagaré cit., t. I, p. 418.
VI. Endoso en favor de varias personas

Así como está permitido librar una cambial en favor de varios tomadores, no existen
inconvenientes en que el título se endose a varias personas (endosatarios -art. 59
D.L.C.-). En este caso, para transmitir el título deberán endosar el título todos los
endosatarios.

VII. Cláusula no a la orden

VII.1. Naturaleza

Se ha debatido sobre la naturaleza de los títulos no a la orden, existiendo doctrina que


ha señalado que no hay título de crédito8. Otros autores entienden que si bien se limitan
algunos efectos de los títulos cambiarios (v.gr., la autonomía), a los títulos no a la orden
se les aplican la mayoría de los principios y normas cambiarias, señalando que “nadie
puede cuestionar que el título no a la orden es un documento literal para ejercer los
derechos emergentes del mismo o de su cesión y que otorga a su portador acción
ejecutiva para su cobro”9.
Se ha dicho que la normativa cambiaria sustancial le atribuye a esta cambial “no a la
orden” efectos muy distintos de los que tienen los simples documentos quirografarios
probatorios, aun cuando ella vea coartada su transmisión por vía de endoso10.
El título sigue siendo una letra de cambio o un pagaré11, aun cuando pueda ser
calificado como “impropio” (Mossa, Buttaro) o “desnaturalizado” (Bergel); esta
naturaleza cambiaria hace aplicable la competencia mercantil (art. 8º, incs. 1 y 11,
C.Com.) y la acción que se otorga para su cobro es de naturaleza cambiaria (prueba de
ello es que el tomador o beneficiario, ante la falta de aceptación o de pago, debe
levantar el protesto correspondiente, a fin de que no caduque la acción respectiva contra
el librador (art. 57 D.L.C.) y que podrán ser garantizados por un aval)12.

VII.2.Licitud

La cláusula “no a la orden” está permitida expresamente por el ordenamiento cambiario,


ratificando no sólo la aplicación de la normativa cambiaria13 (y en cierto modo su
naturaleza) sino la posibilidad de que el título se transmita incluso mediante endoso.

8
CÁMARA, Letra de cambio y vale o pagaré cit., t. I, p. 408.
9
ESCUTI (h), Títulos de crédito cit., p. 89.
10
GÓMEZ LEO, Nuevo manual de derecho cambiario cit., p. 174.
11
GOMEZ LEO, Osvaldo R., Tratado del pagaré cambiario, Lexis-Nexis Depalma, Bs. As., 2004, p.
525.
12
GÓMEZ LEO, Nuevo manual de derecho cambiário cit., p. 174.
13
Cabe acotar que Cámara señala que en este tipo de letras queda de lado la literalidad (desde que la
medida y extensión del derecho no se rige por el tenor escrito modificable por otros instrumentos) y la
legitimación (ya que no es suficiente la exhibición del título para ejercitar el derecho; tampoco los
cedentes garantizan el pago de la cesión (art. 1476 C.C.) y que sólo se rige en aspectos sin mayor
trascedencia, tales como el vencimiento, pago, acción ejecutiva, amortización, etc. (CÁMARA, Letra de
cambio y vale o pagaré cit., t. I, p. 409).
VII.3. Forma de transmisión

Si bien la forma de la cesión de créditos exige ciertos recaudos, tales como el acto
escrito (art. 145 C.C..) y entrega del documento (art. 1457 C.C.) más la notificación al
deudor cedido (art. 1459 C.C..) por acto auténtico (art. 1467 C.C.), el art. 12 D.L.C.,
admite la posibilidad de que el título se “transmisible por vía de endoso aun cuando no
estuviese concebida a la orden”14, ratificando la posibilidad de su endoso (lo que en
cierto modo es ratificado por el art. 1456 C.C.).

VII.4. Formalidades

Los efectos de esta cláusula (fundamentalmente en cuanto a la necesidad de que se


transmita con los efectos de una cesión ordinaria) se logran con la inserción de las
palabras “no a la orden” (lo más común en la práctica cartular) u otra equivalente (“no
transmisible”, “no negociable”, etc.). La posibilidad de emplear términos equivalentes
ratifica la idea de que se trata de una cláusula no sacramental.
Se ha entendido que la tacha de la cláusula “a la orden” no es suficiente para entender
que el título fue librado “no a la orden”15 (ya que no importa la incorporación de
cláusula alguna, máxime cuando la inserción de la cláusula “a la orden” no es necesaria
y todo título se presume a la orden).
Si bien el régimen cambiario no establece el lugar donde debe consignarse la cláusula
no a la orden, parece razonable sugerir que deberá realizarse en el anverso del título (y
no en el reverso).

VII.5. Personas autorizadas a insertar la cláusula “no a la orden”

Si bien usualmente la cláusula “no a la orden” será insertada por el librador


(modificando, en cierto modo, el régimen de circulación de la letra y uno de sus
principios fundamentales, la autonomía), no existen óbices para que sea insertada por un
endosante.
En este último caso, la cláusula sólo tendrá efectos respecto del endosante (y no frente a
todos los intervinientes en el título) y el endosante que insertó la cláusula podrá
oponerle a los endosatarios posteriores las defensas y excepciones que podría incoar en
contra de su endosatario inmediato (esto es, a quien entregó la cambial). Gómez Leo
rescata la diversa finalidad que persigue el endosante que incluyó la cláusula no a la
orden, ya que no lo hace, como el librador, para prohibir la circulación del título sino
para no obligarse cambiariamente con terceros desconocidos16.

14
Art. 12 D.L.C.: La letra de cambio es transmisible por vía de endoso aun cuando no estuviese
concebida a la orden.
Cuando el librador haya insertado en la letra de cambio las palabras no a la orden o una expresión
equivalente, el título sólo es transmisible en la forma y con los efectos de una cesión ordinaria, salvo que
sea transferido en favor de una entidad financiera comprendida en la ley 21.526 y sus modificatorias, en
cuyo caso podrá ser transmitido por simple endoso.
El endoso puede hacerse, también, a favor del girado, haya o no aceptado la letra, del librador o de
cualquier otro obligado. Todos ellos pueden endosar nuevamente la letra.
15
GÓMEZ LEO, Nuevo manual de derecho cambiario cit., p. 177.
16
GÓMEZ LEO, Nuevo manual de derecho cambiario cit., p. 177.
De allí que el endosatario que recibió dicho título del endosante que insertó la cláusula
puede volver a endosarlo y no se afectará la circulación del título. La cláusula sólo
surtirá efectos respecto del endosante. Si el endosatario quisiera mantener los efectos
deberá insertar nuevamente la cláusula.

VII.6. Afectación del principio de autonomía

En el próximo punto se analizarán los efectos que produce la aplicación de las reglas de
la cesión de créditos (y su diferencia especifica con el endoso), pero cabe rescatar que la
principal diferencia es que el librador podrá oponer las defensas y excepciones que tenía
contra su endosante inmediatamente posterior y los sucesivos endosantes, quebrando -
en cierto modo- el principio de autonomía.

VII.7. Cláusula no endosable

Pensamos que los efectos de la cláusula “no a la orden” son diferentes a los de la
cláusula “no endosable”, ya que el art. 16, 2º párr., D.L.C., contempla una solución
diferente: el endosante puede prohibir un nuevo endoso; en tal caso él no será
responsable hacia las personas a quienes posteriormente se endosase la letra de
cambio17.
Como se ve y más allá que esta solución no es aceptada por la mayoría de la doctrina
(que las identifica18), la consecuencia es diferente: la prohibición de endoso (cláusula no
endosable) directamente prohíbe su transmisión y la consecuencia es radical: el librador
(o endosante que insertó la cláusula) no será responsable a futuros endosatarios del
título, a diferencia de lo que acontece en la cláusula “no a la orden” en la que el librador
será responsable frente a futuros portadores del título, pero podría oponer las
excepciones personales que tenía contra su endostario inmediato.

VIII. Diferencia con la cesión de créditos

Si bien existen autores que han asimilado el endoso a la cesión de créditos, cabe señalar
que existen múltiples diferencias19:
(i) La cesión de créditos surge del “consentimiento de las partes” contratantes (arts.
1137 y 1434 C.C..), no así el endoso que es una declaración “unilateral no
recepticia” del endosante.
(ii) La cesión de créditos otorga al cesionario un derecho derivado (no autónomo)
con todos los vicios y defectos que puedan acumularse durante las anteriores

17
Art. 16 D.L.C.: El endosante es garante de la aceptación y del pago de la letra, salvo cláusula en
contrario.
El puede prohibir un nuevo endoso; en tal caso él no será responsable hacia las personas a quienes
posteriormente se endosase la letra de cambio.
18
La inclusión en el endoso de una cláusula especial que prohíba un nuevo endoso, incluyendo a
esos fines la cláusula “no a la orden”, no obsta a que el pagaré pueda ser transmitido nuevamente
mediante endoso, sino que sólo limita la legitimación que éste puede conceder a los sucesivos tenedores-
endosatarios del título respecto de quien las introdujo, porque este sujeto puede oponer a ellos todas las
excepciones que tenga y pueda oponer a su endosatario. GÓMEZ LEO, Tratado del pagaré cambiario cit.,
p. 525.
19
GÓMEZ LEO, Nuevo manual de derecho cambiario cit., p. 171.
transferencias del crédito (art. 1474 C.C.), no así el endoso en el que se otorga al
endosatario un derecho original y autónomo.
(iii) En la cesión de créditos, el deudor puede oponer al cesionario (acreedor) todas
las excepciones que tenía en contra del cedente (con excepción de la
compensación), no así en el endoso (en el que los obligados cambiarios no podrá
oponer al endosatario legitimado para reclamar el título excepciones de los
anteriores adquirentes -pues importa una adquisición ex novo-).
(iv) En la cesión, el cedente se responsabiliza por la existencia y legitimidad del
crédito al tiempo en que se realiza la cesión (art. 1477 C.C.); en el endoso, el
endosante se hace responsable solidariamente del pago de la obligación
cambiaria documentada en el título (arts. 16 y 51 D.L.C.).
(v) La cesión, si bien se perfecciona como tal por el solo consentimiento (art. 1140
C.C.), requiere forma escrita (art. 1454 C.C.) y escritura pública o acta judicial
en caso de derechos litigiosos (art. 1455 C.C.), además de notificación al deudor
cedido y a los terceros que pudieran tener intereses (arts. 1468, 1459 y 1467
C.C.); el endoso, en cambio, como acto formal, requiere la firma del endosante,
cada en el título, sin necesidad de otro recaudo documental; luego de ello, con la
sola entrega del título al endosatario queda en condiciones de cumplir todos los
efectos y funciones cambiarias.
(vi) En una sucesión de cesiones, resulta necesario que todas sean válidas y
realizadas por sus legítimos titulares; en el endoso, mientras que para el endoso
desde el punto de vista formal la serie regular e ininterrumpida legitima al
portado del título, aunque tales endoso sean extendidos por quienes no son
realmente propietarios del título, ya que una de las características de la cambial
es la posibilidad de adquirirla a non domino (arts. 7º y 17 1er párr. D.L.C.).

IX. Oportunidad del endoso

Es claro que el endoso puede realizarse sólo desde la creación del título cambiario;
antes de la creación del título cambiario no es lógico admitir la posibilidad de endosarlo
(pues el título no existe y el endoso es “formalmente accesorio”, lo que conlleva -al
menos- la obvia necesidad de existencia del título).
Con respecto al dies a quem, el endoso puede realizarse hasta el vencimiento del título.
El art. 21 D.L.C. señala que “el endoso posterior al vencimiento de la letra de cambio
produce los mismos efectos que un endoso anterior”20.
Incluso el art. 21 D.L.C., presume iuris tantum que el endoso sin fecha fue hecho antes
del vencimiento del plazo fijado para efectuar el protesto. El régimen cambiario tiene en
cuenta la inserción de la firma del endosante, más que la entrega del título cambiario al
endosatario.
Ahora bien, una vez hecho el protesto o “vencido el plazo establecido para efectuar el
protesto” (en el caso de protesto por falta de pago dentro de los dos días hábiles

20
Art. 21 D.L.C.: El endoso posterior al vencimiento de la letra de cambio produce los mismos
efectos que un endoso anterior. Sin embargo, el endoso posterior al protesto por falta de pago o al
vencimiento del plazo establecido para efectuar el protesto produce sólo los efectos de una cesión
ordinaria. El endoso sin fecha se presume hecho antes del vencimiento del plazo fijado para efectuar el
protesto, salvo prueba en contrario.
En los protestos por notificación postal a cargo de un banco (art. 68 y ss.) se considerará, a los
efectos del endoso, como fecha de protesto la de su presentación al banco que haya de efectuar la
diligencia.
posteriores al día en el que el título debía pagarse, art. 48 D.L.C.), el endoso realizado
“produce sólo los efectos de una cesión ordinaria”.
Si existe un obstáculo insalvable (art. 58 D.L.C.), el título se transmitirá por endoso
hasta el levantamiento del protesto o se promueva la acción regresiva cuando la fuerza
mayor durase más de treinta días21.
Que produzca los efectos de una cesión ordinaria (como dice el art. 21 D.L.C.) no
significa que el título se transforme en un título con cláusula no a la orden. El protesto
no extingue el título cambiario sino que sólo le quita aptitud circulatoria cambiaria.
La cesión de créditos realizada por instrumento particular, si bien puede usar la forma
del endoso (art. 1456 C.C.), no tiene similitud con el endoso que produce los efectos de
una cesión ordinaria (reglada en el art. 21 D.L.C.). La cambial protestada se transmite
por el simple endoso (art. 21 D.L.C.), sin necesidad de notificación ni cumplir otra
solemnidad, mientras cualquier otro derecho puede cederse por endoso como “forma
escrita del contrato”, pero cumplimentando además las otras formalidades inoficiosas en
el primer supuesto22.
Aunque produce los efectos de una cesión de créditos, no existen óbices en que el
endoso (post protesto) sea realizado en blanco o al portador.

X. Endoso insertado en el título

El art. 14 D.L.C. señala que el endoso debe escribirse en el mismo título o en una hoja
de papel debidamente unida a la letra (prolongación) y debe ser firmado por el
endosante23.
Por ello, no se permite el endoso por documento separado (como lo contempla
expresamente el art. 33 D.L.C., para el aval). Respecto de los efectos del endoso
realizado por documento separado, Cámara entiende que vale como cesión de crédito,
dada la redacción del art. 1454 C.C., siempre que se cumplimenten con las demás
formalidades de ese contrato y quedando el cesionario expuestos a todas las
excepciones oponibles contra el cedente24.

XI. El endoso en la prolongación del título

Se puede hacer en la prolongación del título siempre que esté “debidamente unida”;
incluso la ley cambiaria no prohíbe que haya más de una prolongación siempre que
estén unidas al título y no afecten la cadena regular de endosos.
El D.L.C., a diferencia del régimen bancario, no establece requisitos, tamaño, forma u
otras condiciones para la prolongación. Lo único que exige es que sea en una “hoja de
papel” (a diferencia del título que puede ser en otros materiales que permitan la
circulación) y que esté debidamente unido.

21
CÁMARA, Letra de cambio y vale o pagaré cit., t. I, p. 421.
22
CÁMARA, Letra de cambio y vale o pagaré cit., t. I, p. 422.
23
Art. 14 D.L.C.: El endoso debe escribirse en la misma letra o en una hoja de papel debidamente
unida a la letra (prolongación) y debe ser firmado por el endosante.
Puede el endosante omitir la designación del beneficiario o limitarse a poner su firma (endoso en
blanco). En este último caso el endoso sólo será válido si hubiese sido puesto al dorso de la letra o sobre
su prolongación.
24
CÁMARA, Letra de cambio y vale o pagaré cit., t. I, p. 428. Se ha señalado que “toda transmisión
que se haga por instrumento separado tendrá los efectos de una cesión de crédito” (GÓMEZ LEO, Nuevo
manual de derecho cambiario cit., p. 209).
Este último recaudo apunta a garantizar la inalterabilidad del título (entendido como
uno solo integrado por el título y su prolongación) y fundamentalmente los intereses de
los endosantes de la prolongación (esto es, que no se separe la prolongación y se
incorpore a un título con montos mayores). Por ello, es común en la práctica que se use
pegamento u otros adhesivos similares y se consignen sellos, rayas u otras escrituras
entre el título y su prolongación.
Nada obsta que la cadena de endosos comience en el título o directamente comience en
la prolongación.

XII. Lugar del endoso

Pese a su raíz lingüística (“endorso”), el ordenamiento cambiario no señala dónde debe


considerarse el endoso; es suficiente con que se consigne en el mismo título. De todas,
formas en el caso de endosos en blanco -en los que se omita la designación del
beneficiario o sólo se consigne la firma-, deberá consignarse en el dorso del título o
sobre su prolongación. Textualmente lo señala el art. 14, in fine, D.L.C.: “Puede el
endosante omitir la designación del beneficiario o limitarse a poner su firma (endoso en
blanco). En este último caso el endoso sólo será válido si hubiese sido puesto al dorso
de la letra o sobre su prolongación”.
Resumiendo: en endoso puede consignarse en cualquier lugar del título (anverso o
reverso), salvo en el caso de endoso en blanco (en que deberá ser en el reverso).

XIII. Copias

El art. 86, in fine, D.L.C., señala que el copia del título puede ser endosada y
garantizada con aval del mismo modo y con iguales efectos que el original.
No obstante ello, el art. 87 D.L.C. señala que si el título original, después del último
endoso puesto antes de haberse hecho la copia, levase la cláusula “desde aquí el endoso
no vale sino sobre la copia”, o cualquier otra fórmula equivalente, el endoso hecho
ulteriormente sobre el original es nulo.

XIV. Número de endosos

A diferencia de la reglamentación bancaria para los cheques (que permite dos endosos
para los cheques de pago diferido y sólo uno para los cheques comunes), el
ordenamiento cambiario no limita el número de endosos. Pueden existir muchos
endosos y cada endosante brinda valor al título (pues garantiza su pago o aceptación,
ampliando las posibilidades de cobro).

XV. Funciones

Sin perjuicio de las limitaciones a las funciones del endoso que pueden consignarse en
ciertas cláusulas (y que se analizarán más adelante), cabe señalar que el endoso común
(también llamado pleno, ordinario o traslativo de la propiedad) tiene los siguientes
efectos o funciones25:
(i) Efecto traslativo (porque transfiere el dominio del título de crédito y como
derivación el crédito involucrado -art. 15, 1er párr., D.L.C.-);
(ii) Efecto de garantía o constitutivo (porque constituye al endosante en garante del
importe del título a favor de los portadores sucesivos -art. 16, 1er párr., D.L.C.);
(iii) Efecto legitimante (porque legitima al endosatario como titular del título
cambiario -art. 17, D.L.C.-).

XVI. Efecto traslativo

El endoso transmite la propiedad (formal) del título cambiario y, en consecuencia, del


derecho cartular en él incorporado. Debido a que en el derecho cambiario el elemento
personal (crédito) y el real (título cartular) son inescindibles (están íntimamente
compenetrados), el endoso tramite, conforme lo señala el art. 15 D.L.C., “todos los
derechos resultantes de la letra de cambio”26 (lo que es aplicable al pagaré por imperio
del art. 103 D.L.C.), sin que sea menester suscribir adicionalmente un convenio por
separado o incorporar cláusulas especiales al título. Es necesaria la entrega material
(tradición manual) del título junto con el endoso; sin entrega -más allá de la
consignación del endoso- no hay traslación de la propiedad del título.
La transmisión de la propiedad del título cambiario produce, en virtud del principio de
autonomía, la adquisición de un derecho ex novo (originario) en el endosatario. Luego,
no le podrán ser oponibles al endosatario las excepciones que el endosante tenía contra
el anterior endosante o librador del título (lo que se permitiría en transmisiones
derivadas como la cesión de créditos).
Los derechos que transmite el endoso del título son los que derivan de la propiedad del
título y por ello el endosatario (portador del título) podrá no sólo exigir
extrajudicialmente su pago, promover las acciones cambiarias respectivas (art. 47
D.L.C. y ss.), verificar el crédito en el proceso concursal de alguno de los obligados
cambiarios (art. 32 y ss. L.C.Q.) o endosarlo nuevamente (art. 22 D.L.C.), sino también
protestarlo, otorgar mandato por endoso (art. 19 D.L.C.) o darlo en garantía (art. 20
D.L.C.).
Tendrá derecho no sólo a reclamar el monto consignado en el título sino también los
intereses (pactados, según el tipo de vencimiento que tenga el título -art. 5º D.L.C.-27) y
las garantías constituidas a favor del portador del título (personales o reales), salvo
pacto en contrario.

XVII. Efecto de garantía

25
CÁMARA, Letra de cambio y vale o pagaré cit., t. I, p. 446; GÓMEZ LEO, Nuevo manual de
derecho cambiario cit., p. 187; ESCUTI (h), Títulos de crédito cit., p. 103.
26
Art. 15 D.L.C.: El endoso transmite todos los derechos resultantes de la letra de cambio. Si el
endoso fuese en blanco, el portador puede:
1) Llenarlo con su propio nombre o con el de otra persona;
2) Endosar nuevamente la letra, en blanco o a nombre de otra persona;
3) Transmitir la letra a un tercero sin llenar el endoso en blanco y sin endosarla.
27
Recuérdese que el art. 5º D.C.L., sólo permite el pacto de intereses en títulos a la vista o cierto
tiempo vista y el art. 9º LCh., prohíbe la cláusula de intereses.
El art. 16 D.L.C., es claro en este tema: el endosante es garante de la aceptación y del
pago del título cambiario salvo cláusula en contrario. Pero no sólo el endosante es
garante del título, sino todos los que lo firman (sea como libradores, aceptantes,
endosantes o avalistas), que quedan “solidariamente obligados hacia el portador” (art.
51 D.L.C.).
El portador tiene derecho a accionar contra todas esas personas (individual o
colectivamente) y no está obligado a observar el orden en que las obligaciones han sido
contraídas (art. 51 D.L.C.).
Más allá de la responsabilidad solidaria señalada, “el endosante no sólo entrega una
orden de pago sino una típica promesa de hacer el pago por un tercero -aceptante,
librador, etc.- y, en consecuencia, se obliga a que esa promesa se cumpla análogamente
a lo que ocurre al que promete un hecho de un tercero. El endosatario no está obligado
a cerciorarse de la legitimidad de los traspasos anteriores; debe comprobar, tan sólo,
la regularidad formal del título y la continuidad de los endoso de modo que por una
cadena sucesiva lleguen hasta él. Es con estas particularidades que la cambial circula
y, en consecuencia, resulta de suma importancia que cada endosante garantice a su
endosatario y consecuentemente a los que le siguen, el resultado definitivo de la
promesa cambiaria”28.
La responsabilidad o garantía por el endoso puede ser dejada sin efecto, como
expresamente lo acepta el texto legal (“salvo cláusula en contrario”) mediante la
cláusula “sin garantía”

XVIII. Efecto de legitimación

El endoso del título (y su tradición) legitima al endosatario para ejercer las acciones
cambiarias de los derechos cartulares y hace presumir (legitima formalmente) la
propiedad del derecho incorporado en el título cambiario.
Quien paga a un endosatario (portador) legitimado por una cadena regular de endosos,
“paga bien” y no debe investigar la verdadera propiedad del portador del título. La
regularidad en la serie de endosos requiere que el portador figure como endosatario
nominativo del título o que el endoso anterior sea en blanco o al portador (pues en este
caso se presume iuris tantum que el endosatario recibió el título del endosante). Los
endosos sucesivos deben concatenarse (vincularse) con los precedentes y esta serie
regular de endoso legitima activamente al portador y el primer endoso (al menos
verosímilmente) debe derivar del tomador o beneficiario del título.
La existencia de cancelaciones de los endosos no afecta la regularidad de su cadena.
Tampoco lo hace la existencia de endosos falsos o puestos por personas incapaces o
inexistentes (art. 7º D.L.C.), ya que el ordenamiento sólo exige la apariencia de
regularidad.
La regularidad se analiza sólo desde lo formal, pero no desde una exactitud material de
los respectivos nombres. Tampoco interesa tanto la fecha de los endosos sino que los
mismos demuestren aparentemente una coherencia en la circulación.
La circulación debe ser honesta (la que se presume iuris tantum) y por ello las personas
contra quienes se promueva acción en virtud de la letra de cambio no pueden oponer al
portador las excepciones fundadas en sus relaciones personales con el librador o con los
tenedores anteriores, a menos que el portador, al adquirir la letra, hubiese procedido a
sabiendas en perjuicio del deudor demandado (art. 18 D.L.C.).

28
CÁMARA, Letra de cambio y vale o pagaré cit., t. I, p. 457.
La legitimación puede ser activa (especialmente endosatario portador del título, que
cuenta con la idoneidad suficiente para ejercer los derechos derivados del título) y
pasiva (mediante la cual se habilita al obligado cambiario para liberarse válidamente del
cumplimiento de la obligación).
Si una persona, por cualquier causa (pérdida, extravío, robo, apropiación indebida, etc.)
hubiera perdido la posesión del título, el nuevo portador que justificase su derecho
mediante una serie ininterrumpida de endosos, no está obligado a desprenderse del
documento sino cuando lo hubiera adquirido de mala fe o hubiera incurrido en culpa
grave (art. 17 D.L.C.)29. El adquirente del título de crédito es de mala fe cuando al
recibirlo conoce la desposesión sufrida por el propietario del documento; la culpa es
grave cuando el portador, en el momento de adquirir el título, no justifica una cierta
diligencia para determinar si su endosante es también titular del crédito cambiario30.

XIX. Formas de endoso

El endoso puede materializarse de diversas maneras y puede ser:


(i) nominativo;
(ii) en blanco;
(iii) al portador.

XIX.1. Nominativo

En este acto cambiario -también llamado “endoso completo”- el endosante debe


identificar al endosatario, consignando su nombre. El endosatario (portador del título)
sólo podrá transmitirlo mediante otro endoso (sea nominativo, al portador o en blanco),
pues de otro modo puede quebrar la cadena regular de endoso. El endosante, salvo
cláusula en contrario, garantiza el pago del título o aceptación en el caso de las letras de
cambio.
Con excepción de lo dicho, los efectos cambiarios del endoso nominativo son idénticos
a los del endoso en blanco y en blanco.
Con respecto a la formalidad para consignar un endoso nominativo, es suficiente que
consigne “por endoso a …”, “endoso nominativo a favor de …”, “a la orden de …” u
otra expresión equivalente y la firma por debajo.
Si no se incluyó la fecha del endoso, se presume que fue hecho antes del vencimiento
del plazo para efectuar el protesto por falta de pago (art. 21 D.L.C.) y también -pese a
que no lo contempla el decreto ley- que ha sido en el orden en que figuran en la cadena
de endosos.
El endoso nominativo puede hacerse en el anverso y en el reverso, a diferencia del
endoso en blanco, que sólo puede hacerse en el reverso (“dorso” dice la ley).

29
Art. 17 D.L.C.: El tenedor de la letra de cambio es considerado como portador legítimo si justifica
su derecho por una serie ininterrumpida de endosos, aun cuando el último fuese en blanco. Los endosos
cancelados se considerarán, a este efecto, como no escritos. Si un endoso en blanco fuese seguido por otro
endoso, se considera que el firmante de este último ha adquirido la letra por efecto del endoso en blanco.
Si una persona hubiera perdido, por cualquier causa, la posesión de una letra de cambio el nuevo
portador que justifique su derecho en la forma establecida en el párrafo anterior no está obligado a
desprenderse de la letra sino cuando la hubiera adquirido de mala fe o hubiera incurrido en culpa grave al
adquirirla.
30
ESCUTI (h), Títulos de crédito cit., p. 107.
XIX.2. En blanco

El endoso en blanco es aquel en el que el endosante omite la designación del


beneficiario o se limita a poner su firma (art. 14, 2º párr., D.L.C.). Esta forma de endoso
permite que el título no sólo circule mediante endoso sino también traditiciamente (esto
es, mediante la simple entrega del título). Por ello, el endosatario de un endoso en
blanco podrá transmitir el título a través de un endoso (nominativo, al portador o en
blanco) o con la tradición de la cambial. En este último caso, quien entrega el título no
será responsable del pago del título pues no sólo no figura en la cadena regular de
endosos sino que tampoco lo ha endosado.
El art. 15 D.L.C., refrenda lo dicho pues señala que si el endoso fuese en blanco, el
portador puede:
(i) llenarlo con su propio nombre (en cuyo caso transforma el endoso en blanco en
uno nominativo a su nombre) o con el de otra persona (legitimando
directamente a un tercero, a quien deberá -además- entregar el título-). En este
caso, el portador o la otra persona sólo podrán transmitirlo mediante un nuevo
endoso;
(ii) endosar nuevamente la letra, en blanco o a nombre de otra persona (en este
caso, será responsable solidariamente por el pago del deudor);
(iii) transmitir la letra a un tercero sin llenar el endoso en blanco y sin endosarla (en
donde no existirá responsabilidad cambiaria).
(iv) Naturalmente, y aunque no figura en la norma, el portador podrá ejecutar el
título como cualquier acreedor cambiario, pues el endoso en blanco produce
plenos efectos (traslativo, viculante y legitimante).

XIX.3. Al portador

Mediante esta forma de endoso, el endosante inserta las palabras “al portador” o
expresión similar y tiene los mismos efectos que el endoso en blanco. El endoso al
portador, dice el art. 13 D.L.C., se considera endoso en blanco31.
El art. 15 D.L.C. se aplica, aun cuando no se permite “llenar con su propio nombre o
con el de otra persona” (pues es justamente un título al portador).
Gómez Leo entiende que el lugar de inserción del endoso, a diferencia del endoso en
blanco, puede ser en el anverso del título32.

XX. Incondicionalidad del endoso

El endoso -al igual que el libramiento, art. 1º, inc. 2, D.L.C.- no puede ser condicional;
debe ser, como dice el art. 13 D.L.C., “puro y simple”. La consecuencia por la inserción
de la condición no es la nulidad del endoso ni la inhabilidad del título (como sí lo es
cuando se libra condicionado) sino que es la “nulidad de la condición”. Por ello, la
norma señala que toda condición a la cual se lo subordinara se considerará no escrita.

31
Art. 13 D.L.C.: El endoso debe ser puro y simple. Toda condición a la cual se lo subordinara se
considerará no escrita. El endoso parcial es nulo. El endoso al portador se considera endoso en blanco.
32
“En esas condiciones, puede insertarse en el frente, en el dorso o en la prolongación del pagaré”.
GOMEZ LEO, Tratado del pagaré cambiario cit., p. 539.
El ordenamiento cambiario busca mayor transparencia y claridad en las condiciones de
circulación del título; evitar los inconvenientes que podría ocasionar la prueba del
cumplimiento o no de la condición.

XXI. Nulidad del endoso parcial

La situación es diferente en el endoso parcial, ya que en este caso la consecuencia es


otra: la nulidad del endoso (art. 13, in fine, D.L.C.). Esta nulidad, más allá de no generar
el vínculo obligacional con relación al endosante, produce una “ruptura” en la serie
ininterrumpida (cadena regular) de endosos.
El fundamento es claro y en cierto modo genera inconvenientes de orden prácticos a la
circulación de los títulos porque multiplicaría indefinidamente los posibles endosatarios
del título.
Existe endoso parcial (y por ello es nulo), aun cuando se haga a una misma persona, si
se hizo en parte en procuración y en parte en forma plena. Iguales consecuencias se
aplican al endoso en garantía.
Si el título se endoso a varias personas (endoso acumulativo) no hay endoso parcial sino
endoso acumulativo, debiendo estas personas actuar conjuntamente para ejercer los
derechos cartulares.
Tampoco “hay endoso parcial cuando la cambial es pagada en parte transfiriéndose
por el saldo insoluto, siempre que la extinción surja del propio instrumento. En ese
supuesto, la cambial es endosada por el importe total a que quedó reducida”33.

XXII. Cláusula sin garantía

XXII.1. Generalidades

Si bien el endoso importa la responsabilidad solidaria de los endosantes del título sin
que sea menester incorporar cláusula alguna (pues integra la llamada función vinculante
de los títulos-valores), el endosante puede eximirse de la garantía de aceptación y pago
de la letra mediante cláusula expresa. Así lo establece el art. 16 D.L.C..
Es claro -como señala Yadarola- que esta exclusión de responsabilidad desacredita la
cambial y de ahí el disfavor con que se la reciba (cláusula felizmente poco usada), pero
la inclusión de esta cláusula es indiferente para la regular existencia de la letra de
cambio.

XXII.2. Sujetos que pueden insertar la cláusula “sin garantía”

Esta cláusula sólo puede ser incluida por los endosantes y no puede insertarla el librador
(pues podría generarse un título sin garantía originaria lo que es inadmisible en el
sistema cambaiario). De todas formas, se ha señalado que el librado puede incluir una
cláusula “sin garantía” para relevarse de la aceptación (evitando de ese modo la acción
de regreso anticipada)34.

33
CÁMARA, Letra de cambio y vale o pagaré cit., t. I, p. 435.
34
GÓMEZ LEO, Nuevo manual de derecho cambiario cit., p. 195.
XXII.3. Formalidades

La ley no establece solemnidades en torno de esta cláusula, ya que no sólo no establece


una modalidad específica como lo hace con otras cláusulas (v.gr., “no a la orden”,
“valor al cobro”, etc.) sino que simplemente alude a cláusula en contrario (ratificando
que si no existiere cláusula alguna la responsabilidad del endosante es indudable).
Por ello, podrá existe consenso en la práctica que los léxicos “sin garantía”, “sin
obligación”, “sin responsabilidad” o relacionadas cumple con las condiciones de la ley y
exime de responsabilidad al endosante. No es necesario que la cláusula sea manuscrita
del propio endosante, ya que es suficiente con que se consigne la cláusula, sea pre-
impresa, con sello o aún con impresiones de otro tipo.
Naturalmente, y en función de los principios cambiarios, la cláusula debe insertarse en
el título y relacionarse con el endoso. Si la cláusula no se mencionara a continuación
antes de la firma del endosante, podrá realizarse pero deberá firmarse especialmente.
La cláusula asentada en documento separado no tendrá eficacia cambiaria, aun cuando
podría contar con efectos extracambiarios, según el caso.

XXII.4. Parcialidad

La cláusula sin garantía no puede ser parcial, porque tampoco se permite para el endoso
(a diferencia de la aceptación -art. 28 D.L.C.-, el aval -art. 32 D.L.C.- y el pago parcial -
art. 42, 2ª parte, D.L.C.-). La limitación parcial de la “no garantía” puede generar dos
consecuencias: la responsabilidad plena del endosante (tenerse por no escrita la cláusula
sin garantía) o su irresponsabilidad (dando plenos efectos a la cláusula sin garantía y
tenerse por no escrita sólo la limitación).
Más allá de que el endoso parcial se entiende como nulo (art. 13, 2º párr., D.L.C.) y lo
discutible del tema, pensamos que la cláusula sin garantía mantendría sus efectos y
limitaría “totalmente” la responsabilidad del endosante.

XXII.5. Letra de cambio a la orden de librador y endoso de retorno

En la letra de cambio a la orden del librador, la cláusula “sin garantía” asentada en el


endoso no lo libera de responsabilidad como librador35.
Igualmente en el “endoso de retorno” (esto es, cuando el título se endosara al mismo
librador y éste lo endosara luego con cláusula sin garantía o cuando un endosante
originario sin esta cláusula recibe el título y luego lo endosa con cláusula sin garantía) la
cláusula de liberación de responsabilidad no exime al librador o endosante de
responsabilidad.
Distinto es el caso cuando el endosante, primero endosara el título con una cláusula sin
garantía, y luego -cuando lo recibe por segunda vez- lo endosa sin esta cláusula. En este
caso, existiría un doble régimen de responsabilidad del endosante, según la posición
cartular de quien lo reclame. Es obvio que los endosantes posteriores al segundo endoso
(sin garantía) podrá reclamar la garantía del pago del título por su calidad de endosante,
no así los endosantes posteriores al primer endoso, pero anteriores al segundo, ya que en
este caso la cláusula sin garantía cumpliría plenos efectos respecto del endodante.

35
CÁMARA, Letra de cambio y vale o pagaré cit., t. I, p. 458.
XXII.6. Carencia de efectos extracambiarios

Naturalmente que la cláusula sólo tiene efectos cambiarios y no se extiende a la relación


causal que originó el endoso del título (carece de efectos extracambiarios).
Aun cuando existiere la cláusula sin garantía, el acreedor conservará las acciones
ordinarias (v.gr., mutuo, facturas, etc.) en contra de su deudor y éste no podrá oponer
una defensa de dimisión de pago o renuncia. Ni siquiera podrá tomarse como una
presunción iuris tantum, salvo que se complementara con otros elementos probatorios
que ratifiquen dicha intención.

XXII.8. Extensión subjetiva de la cláusula “sin garantía”

Con respecto a la extensión de la cláusula, cabe señalar que sólo afecta a quien
incorpora dicha cláusula y por ello no afecta la garantía que otros endosantes (anteriores
o posteriores) prestan implícitamente con el endoso el título. Para eximirse de la
garantía cada endosante deberá incorporar la cláusula, pues es una cláusula “personal”.
Es claro que si el título con endoso sin garantía circulara mediante cesión de créditos (o
en un título no a la orden), se podrán oponer las defensas y excepciones que tendrían los
obligados cambiarios posteriores. Eventualmente un endosante sin cláusula “sin
garantía” podría beneficiarse con la consignación posterior de la cláusula sin garantía
(ya que podrá oponer las excepciones que el endosante sin garantía tenía).

XXII.9. Garantía de existencia y legitimidad del título

De todas formas, se ha señalado que la cláusula sin garantía no exime al endosante de


responder por la existencia y legitimidad de la letra de cambio36, aun cuando puede
exonerarse expresamente aunque la ley calla.

XXII.10. Alcances de la cláusula

Si el título sólo menciona la cláusula “sin garantía” se presume que la intención del
endosante fue liberarse de la garantía de pago y de aceptación de la letra; de todas
formas, es obvio señalar que esta cláusula redactada a secas en un endoso posterior a la
aceptación o al protesto sólo se limitará al pago (en el primer caso porque la aceptación
ya fue dada y en el segundo porque no es necesaria).

XXII.11. Cláusula “sin garantía de pago”

Cabe preguntarse si el endosante que declara “sin garantía de pago” responde por la
falta de aceptación. Cámara señala que en esa hipótesis se discute la extensión de la
liberación, pues algunos entienden que para la exoneración es menester que la letra sea
aceptada y otros defienden la eximición total. Compartimos la segunda posición, pues
de lo contrario el endosante “tendría que pagar y anticipadamente”37.

36
CÁMARA, Letra de cambio y vale o pagaré cit., t. I, p. 459.
37
CÁMARA, Letra de cambio y vale o pagaré cit., t. I, p. 461.
XXII.11. Cláusula “sin garantía de aceptación”

Ahora bien, si sólo se consigna “sin garantía de aceptación”, sólo se impide el inicio de
las acciones de regreso anticipado en contra de quien incluyó la cláusula o de todos los
obligados cambiarios (cuando esta cláusula fue incorporada por el librador).

XXII.10. Condicionamiento de la cláusula “sin garantía”

Surgen dudas sobre la posibilidad de condicionar no ya el endoso (en cuyo caso la


condición se tiene por no escrita -art. 13, 1er párr., D.L.C.-) sino la cláusula puntual que
limita la garantía de pago.
Se ha entendido que la condición a la que se somete una garantía de pago debe
entenderse lisa y llanamente como una cláusula sin garantía38.

XXIII. Endoso en prenda

El ordenamiento cambiario, con una clara intención de circulación de los derecho


cartulares, prevé expresamente la prenda de títulos valores en garantía de una relación
anterior entre las partes para garantizar el cumplimiento de las obligaciones39.
Así lo señala el art. 20 D.L.C.: “Si el endoso llevara la cláusula “valor en garantía”,
“valor en prenda” o cualquier otra que implique una caución, el portador puede ejercitar
todos los derechos que derivan de la letra de cambio, pero el endoso que él hiciese vale
sólo como un endoso a título de mandato. Los obligados no pueden invocar contra el
portador las excepciones fundadas en sus relaciones personales con el que hizo el
endoso en garantía, a menos que el tenedor al recibir la letra haya procedido con
conocimiento de causa, en perjuicio del deudor demandado”.
Como se ve, la prenda de títulos cambiarios40 está expresamente permitida por el
ordenamiento legal (y así lo estaba también con el régimen cambiario del Código de
Comercio), pero en la dinámica diaria de los negocios suele no ser tan común como el
endoso común.
En efecto, el endoso pleno (y no dado simplemente en garantía) no sólo produce efectos
similares a los del endoso en garantía (en especial poder procurar el cobro de la cambial
no sólo respecto de su endosante sino de todos los obligados cambiarios) sino que
además no corta la cadena de circulación cambiaria y otorga la posibilidad de poder
volver a endosarlo a título pleno (sin otras limitaciones que existen en el endoso en
garantía, en el que sólo puede endosarse en procuración).

XXIV. Endoso en procuración

XXIV.1. El texto del art. 21 D.L.C.

38
CÁMARA, Letra de cambio y vale o pagaré cit., t. I, p. 461.
39
Angeloni, aclarando el concepto, dice que la letra con cláusula valor en prenda, supone una
relación por la cual el endosante sea deudor del endosatario en cuyo caso el primero le da una prenda con
todos los derechos inherentes, a fin de asegurar el exacto cumplimiento de las obligaciones.
40
Ampliamos en: MOLINA SANDOVAL, Carlos A., Prenda de títulos valores, La Ley, ejemplar del
13 de Abril de 2009, p. 1/8.
Al igual que la LCh., el régimen cambiario admite el llamado “endoso en procuración”
como una forma de flexibilizar las formas de cobro de la cambial, aunque explicitando
los principales efectos cambiarios.
El art. 19 D.L.C. señala que si el endoso llevase la cláusula “valor al cobro”, “al cobro”,
“en procuración” o cualquier otra mención que implique un simple mandato, el portador
puede ejercitar todos los derechos que derivan de la letra de cambio, pero no puede
endosarla nuevamente sino a título de mandato.
Los obligados no pueden, en este caso, oponer al portador sino las excepciones que
hubiesen podido oponer al que endosó primero a título de mandato.
El mandato contenido en un endoso en procuración no se extingue por la muerte del
mandante o por su incapacidad sobreviviente.
En función del principio cambiario de literalidad, toda limitación al mandato debe surgir
del título, no pudiendo ser oponible a terceros de buena fe pactos extraños al título.

XXIV.2. Formalidades

Como puede verse del texto legal transcrito, no se trata de una cláusula solemne sino
que admite cualquier otra mención que “implique un mandato”.
Otras formas que implican mandato que no están en el régimen cambiario pero surgen
de la LCh., son “para su reintegro”, “por comisión de cobranza”, “por apoderamiento”,
“por poder”, “valor en recaudación”, etc.

XXIV.3. Tipo de títulos

Esta cláusula puede insertarse tanto en la letra de cambio con en el pagaré y no


necesariamente debe hacerse en forma de “endoso nominativo”, ya que podrá hacerse
en títulos al portador (mediante un endoso en blanco o al portador).
Por ello, y teniendo en cuenta las características del endoso y el régimen general
cambiario, podrá incluirse en títulos con cláusulas “no a la orden”, “no negociable” o
“prohibido el endoso” sin que se afecte la habilidad o régimen cambiario específico.
Lo dicho se justifica más aun porque el endosatario en procuración (portador del título)
si bien podrá ejercitar todos los derechos que deriven del título “sólo podrá endosarlo a
título de procuración” y naturalmente no podrá ejecutar al endosante.

XXIV.4. Reglas de mandato comercial

Se aplican todas las reglas del mandato comercial (atento la naturaleza comercial de los
títulos valores), aun cuando subsidiariamente rigen las normas del Código Civil.
En lo que al título valor atañe, el endosatario en procuración deberá cumplir con la
carga de presentar el título al cobro a fine de evitar su caducidad y realizar todos los
actos cambiarios que sean necesarios y en caso de que ello no tenga buen fin, procurar
su cobro extrajudicial o judicial, quedando autorizado para ejercer las acciones
regresivas contra todos los firmantes del cheque, a excepción del endosante en
procuración.
También deberá dar los avisos establecidos por la ley y cancelar el título si fuera
menester.
XXIV.5. Excepciones personales

Con respecto a las excepciones, cabe señalar que los obligados cambiarios no podrán
invocar contra el endosatario en procuración (portador del título) excepciones
personales que tuvieran con el endosatario; sólo podrán incoar las defensas oponibles al
endosante en procuración. Ni siquiera la excepción de compensación.

XXIV.6. Rendición de cuentas

En todos los casos, el endosatario (mandatario), como sujeto que actúa en interés ajeno,
deberá “rendir cuentas de su gestión” (arts. 68 y 277 C.Com. y 1909 C.C.).
Si hubiera procedido a endosar nuevamente el cheque, sustituyendo el mandato
conferido, los deberes genéricos y específicos pasan al nuevo endosatario, que es el
mandatario sustituto. Respecto de este último, y en lo concerniente a la rendición de
cuentas, el endosante primigenio tiene acción directa para requerírsela (arts. 252
C.Com., 1926 y 1927 C.C.)41.

XXIV.7. Extensión

Con respecto a la extinción del mandato, cabe señalar que el endoso en procuración no
se extingue por la muerte del mandante o su incapacidad sobreviviente. Este dispositivo,
similar al art. 144 C.Com., tiene una finalidad de practicidad y evitar los inconvenientes
prácticos y procesales que pudiera generar la muerte del endosante. La quiebra el
endosante extingue el mandato (art. 147 L.C.Q.) por no estar mencionada expresamente.
Por el contrario, la muerte del endosatario (como así también su incapacidad y la
quiebra -por aplicación del art. 147 L.C.Q.-) sí extingue el endoso en procuración.

41
GÓMEZ LEO, Ley de cheques cit., p. 124.

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