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Las corrientes literarias se han ido desarrollando a lo largo de la historia. Gracias a ellas
hoy poseemos textos de incalculable valor que, de una u otra forma, han impactado en el
pensamiento de la humanidad. De ese modo, necesitamos conocerlas para apreciar su
impacto y ampliar nuestra cultura general.
Ese es el propósito del post que te presentamos hoy. Te enseñaremos qué son estas
corrientes, cuáles son sus características y cómo se clasifican. Intentaremos explicar todo
con mucha claridad, para que no te quede ninguna duda. ¡Que comience el aprendizaje!
Esas similitudes son las que permiten agrupar a los escritores, para luego darle un nombre
y una esencia a la corriente en sí de acuerdo con los puntos en común compartidos por
ellos.
Rasgos compartidos
Por el contrario, existen muchos factores detrás. Como ejemplos podemos tomar la
sociedad y la época en las que viven los autores. Si hay movimientos sociales o crisis
económicas, ambos influyen en lo que ellos deciden escribir y en cómo lo presentan.
El resultado de ello es que los escritores desarrollan una visión pesimista y, algunas veces,
crítica. Es el caso de un autor como Azorín, de origen español, quien se vio influenciado por
las derrotas sufridas por España en las colonias americanas (Cuba, Puerto Rico…).
Cabe señalar un dato muy importante que se suele omitir: cuando se habla de las
corrientes, el margen temporal que las compone puede llegar a ser muy amplio.
En líneas generales, suelen abarcar un siglo, aunque algunas
llegan a ocupar más de uno.
Ese detalle implica que un autor podría empezar a escribir a comienzos del siglo, mientras
que otro lo haría ya casi al final, sin que ninguno de los dos coincidiera en el mismo punto
exacto.
Claro está, algunos autores llegan a estar mucho más cerca en el tiempo. Sea como sea, la
distancia no se vuelve un problema, dado que los factores que influyen a los escritores y
las propias obras publicadas se mantienen durante el período.
Nombre representativo
Resulta evidente que estas corrientes han sido catalogadas como tal de modo posterior. En
otras palabras, los estudiosos que evalúan las manifestaciones literarias del pasado son
quienes han terminado por juntarlas y darles la categoría que tienen.
Ya para concluir, debemos resaltar que, a medida que ha avanzado el tiempo, la distancia
entre la corriente y la persona que la estudia se ha hecho menor. Por ende, el nombre
aparece mucho más rápido.
En cuanto a por qué se genera esa oposición, debemos señalar que la causa principal era el
agotamiento de la corriente. Los nuevos autores veían que la misma ya no podía ofrecer
nada para ellos; o, simplemente, estaban en contra de su ideal o estilo.
Retomando el ejemplo del realismo, este nació como oposición al Romanticismo, que para
los escritores realistas representaba una visión muy subjetiva y adornada sobre la realidad.
Literatura antigua
Literatura medieval
Literatura renacentista
El siglo de oro
Literatura neoclásica
Romanticismo
Realismo
Naturalismo
Modernismo
Generación del 98
Vanguardismo
Generación del 27
Generación del 36
Literatura contemporánea
El período que veremos a continuación va desde la Antigüedad hasta hace tan solo unas
décadas. A pesar de ser un plazo largo, te será fácil entender cada corriente, pues las
trataremos por separado en distintos artículos.
Literatura antigua
El período antiguo, que se ubica entre el siglo VIII a. C. y el inicio de la Edad Media, engloba
dos culturas que acabaron siendo vitales para la conformación del mundo como lo
conocemos ho en día: la romana la griega
conocemos hoy en día: la romana y la griega.
Sin ellos hubiera sido imposible que surgieran los autores y las corrientes literarias que
vinieron después. En consecuencia, la Antigüedad es obligatoriamente la primera corriente
que debemos estudiar.
Homero: es el autor griego por excelencia. Fue quien compuso la Ilíada y la Odisea,
los dos poemas que fundan la narrativa en la literatura occidental y universal.
Asimismo, con ambas obras logró dar una base sólida al uso de las figuras retóricas,
lo que a su vez estableció el lenguaje literario.
Hesíodo: fue posterior a Homero, aunque ambos vivieron en el mismo siglo. Su
estilo y sus temáticas estaban muy vinculados a lo campestre. Por otro lado, trató
de un modo muy extenso la mitología griega y el origen de los dioses. Esto se
evidencia en la Teogonía, que es su obra más famosa.
Esquilo: este fue el primer tragediógrafo griego reconocido de la Antigüedad y, por
extensión, un precursor del teatro moderno. Sus obras más conocidas son La
Orestíada y Prometeo encadenado.
Sófocles: aquí nos encontramos con otro de los tragediógrafos griegos más
importantes. Para algunos estudiosos es, de hecho, el que mejor representa el
espíritu de la tragedia. Entre las obras de Sófocles se destacan Edipo rey y Antígona.
Anacreonte: se dedicó a la poesía lírica. Vivió bastante; gracias a ello tuvo tiempo de
componer un sinnúmero de obras, de las cuales nos han llegado muchas. Su
temática central era el placer obtenido a través de los sentidos.
Virgilio: es el autor romano más trascendental. Cultivó la poesía lírica y también la
épica. Se le conoce por haber compuesto la Eneida, poema estructurado a partir de
los textos de Homero; sin embargo, compuso muchas otras obras de gran
importancia, entre ellas las Bucólicas.
Séneca: además de ser filósofo, Séneca fue un tragediógrafo romano con bastante
influencia entre sus contemporáneos. Su tragedia más conocida es Fedra, en la cual
aborda el mito de Teseo y su esposa Fedra. No fue el primero en tratar ese tema,
aunque su forma de incluir violencia y sensualidad distinguen mucho su obra de
otras adaptaciones.
Plauto: en esta ocasión nos topamos con un comediógrafo. Se conservan muy
pocas obras suyas, y las que tenemos no están completas. Aun así, con La comedia
de la olla —su texto más popular— estableció el modelo ejemplar de la comedia
romana en general.
Literatura medieval
La literatura medieval es la corriente que empieza, como bien se puede deducir del nombre,
con la Edad Media, una etapa asociada con lo oscuro y la superstición.
Para entender bien esta corriente debemos tomar en cuenta el factor histórico. Con la
caída del Imperio de Occidente, en el 476 d. C., se marcó el fin del poderío romano y su
influencia; al menos en lo que se refiere a Occidente.
En contraste, el cristianismo (que ya para entonces era la religión oficial de Roma) llegó a
alcanzar su punto de máxima influencia en todos los territorios que alguna vez habían sido
del Imperio.
Características
Las características de la literatura medieval están directamente ancladas al poder y la
influencia cristiana de esta etapa de la historia. En ese sentido, contrastan hasta cierto
punto con las de la literatura antigua:
Predominancia de lo religioso: la religión tenía una presencia absoluta en todos los
textos. Los ideales, los valores y el sentido propio de cada obra se veía influenciada
por este elemento. De ese modo, es imposible entender la literatura medieval sin
tomar en cuenta los principios del cristianismo.
Anonimato ocasional: si bien no sucedía en todos los casos, muchas obras del
Medievo no informan sobre quién es su autor. Por consiguiente, han pasado a tener
una autoría anónima. Con todo, en más de una ocasión algunos críticos y
estudiosos han intentado localizar la fuente de estos textos, no siempre con éxito.
Idealización de la realidad: para nadie es una sorpresa que durante la Edad Media
no existían las comodidades de las que disponemos hoy. Aun así, era normal
idealizar la realidad de muchas maneras. Por ejemplo, en los textos se presentaba el
amor como algo perfecto y puro, y se daba un gran valor a la virginidad de los
enamorados.
Rechazo de lo profano: en la literatura medieval no encontraremos normalmente
elementos o influencias que no se ajusten a la ideología cristiana, pues todo lo ajena
a ella era considerado pagano. De hecho, cuando aparecen siempre son planteados
con un evidente rechazo.
Autores y obras representativas
Como ya dijimos arriba, durante el Medievo la propiedad intelectual no tenía la importancia
que le damos ahora; ni siquiera la que había disfrutado durante la Antigüedad. Así, es difícil
hablar de autores representativos.
Vale mencionar que casi todas son cantares de gesta, que eran unos poemas narrativos
que reflejaban hazañas militares y otros valores propios de la Edad Media. Por si acaso,
iremos señalándolos, para evitar confusiones:
también el ataque de Atila a los burgundios. Entre otros elementos, cabe destacar la
venganza como el motor que impulsa las acciones de varios personajes.
Los cuentos de Canterbury: son una serie de historias relatadas desde la
perspectiva de los peregrinos. Se considera que esta obra maneja de forma
magistral tanto la crítica como el humor. Al mismo tiempo, consigue retratar con
fidelidad las consecuencias de la lujuria, de la venganza y del amor.
La Divina Comedia: es, sin lugar a dudas, la obra más universal de esta época y una
de las más complejas de todos los tiempos. Es un poema narrativo dividido en tres
partes: “Infierno”, “Purgatorio” y “Cielo”. El texto cuenta cómo el personaje de Dante
(mismo nombre del autor) recorre cada uno de esos lugares en una especie de viaje
de recuperación espiritual.
Sobre la Divina Comedia debemos profundizar un poco más. De este texto se podrían
señalar muchísimas cosas.
Por ende, la Comedia está entre la literatura medieval y la renacentista, que es la que
veremos a continuación y que en buena medida restaura la mitología profana. Esta
particularidad no es extraña, ya que la obra fue concebida a principios del siglo XIV, no
muy lejos del inicio del Renacimiento.
Consideramos necesario aclarar ese punto debido a que estamos frente a un texto muy
difícil de clasificar, mientras que los otros que mencionamos sí pueden catalogarse en el
Medievo sin ningún problema.
Literatura renacentista
Por “literatura renacentista” se entiende la producción literaria que se desarrolló durante el
p q
Renacimiento. Este último fue uno de los períodos de mayor creatividad dentro de la
historia humana.
Fue en ese entonces cuando en Florencia las familias de mayor poder decidieron que
necesitaban un arte que las distinguiera del resto de Italia y del Imperio.
De esa forma fue como poco a poco se desarrollaron varias manifestaciones artísticas
inspiradas en el mundo romano y griego. Los artistas miraron hacia el pasado
grecorromano, que había quedado olvidado durante la Edad Media.
Ese movimiento, décadas después, acabó extendiéndose por las demás ciudades italianas
y por Europa. El ideal principal era hacer que renaciera la cultura grecorromana, y de este
hecho obtuvo el nombre con el que pasó a la posteridad.
Características
Ya vimos que en la Edad Media la religión influía en las características de la literatura. Aquí
pasa lo mismo, pero con el mundo grecorromano que se intenta rescatar:
El Siglo de Oro
Hablar del Siglo de Oro es bastante complicado, ya que no se trata de un período de 100
años —como todo siglo—; además, engloba varios movimientos literarios al mismo tiempo.
En cuanto al final, este se corresponde con el año 1681, que fue cuando murió el último de
los representantes de esta etapa, el dramaturgo Calderón de la Barca.
Podemos notar que hablamos de casi doscientos años, un período mayor de lo que se
corresponde a un siglo. Sea como sea, en este período aparecieron autores de un talento
extraordinario nunca antes visto dentro de España, que todavía estaba conformándose en
esa época.
La calidad de las obras compuestas por esos escritores fue lo que hizo añadir el
complemento “de Oro”, que sirve como metáfora para exaltar precisamente ese valor.
Desde entonces, esta corriente literaria ha sido la más fructífera y creativa en la historia de
la nación española.
Movimientos incluidos
Justo arriba dijimos que el Siglo de Oro engloba varios movimientos. Pues bien, si
queremos entender esta corriente debemos hablar un poco de ellos, aun cuando sea de
manera superficial.
Por “movimientos” nos referimos a una serie de estilos adoptados por algunos autores
durante esta etapa. Aunque fueron muchos, nos centraremos en los dos más importantes:
Características
Las características que veremos a continuación tuvieron influencia en todos los
movimientos y estilos del Siglo de Oro. Sin embargo, influyeron en unos más que en otros:
Predominancia del teatro: durante el Siglo de Oro el teatro fue la forma expresiva
principal. Los autores de esta época dejaron de separar la tragedia de la comedia —
como hacían los griegos— y fusionaron ambas en lo que ahora se denomina
“drama”. De allí se deriva el nombre “dramaturgos”, que hace referencia a quienes los
componían.
Lo cotidiano como temática: la cotidianidad, que para los autores de las corrientes
anteriores no era algo digno de ser tratado en las obras, pasó a ser un elemento
común, especialmente en el teatro. Los escritores partían de los sucesos cotidianos
para crear sus personajes y tramas.
Establecimiento de modelos propios: si bien es cierto que los autores del Siglo de
Oro también aprovechaban la influencia grecolatina, no se centraron en simplemente
imitar los modelos literarios de la Antigüedad, sino que procuraron crear los suyos.
Algunos escritores incluso crearon textos de estilo manual que indicaban cómo
hacer sonetos, dramas, etc.
Uso preferente del verso: en esta corriente el verso volvió a cobrar la importancia
que tuvo en la Antigüedad. Se utilizaba la prosa, pero para los textos poéticos y
dramáticos se prefería el verso. No siempre se aplicaba con rimas, sino que se
jugaba con varias opciones.
Lope de Vega: conocido también como “el Fénix de los ingenios”, fue el dramaturgo
por excelencia de todo el Siglo de Oro, además de uno de los autores que más éxito
disfrutó en vida. Su apodo se debe a la inmensa cantidad de obras que dejó en vida.
Entre ellas destacan Fuenteovejuna y La dama boba.
Miguel de Cervantes: es para muchos el autor más valioso de esta corriente
literaria. Si bien probó suerte con la poesía y el teatro, en ninguno destacó tanto
como en la narrativa. Compuso múltiples cuentos y relatos, aunque su fuerte
principal fueron las novelas. La principal de todas es Don Quijote de la Mancha, la
obra narrativa más traducida en el mundo y la más valiosa en lengua hispana.
Luis de Góngora: fue el escritor más representativo del culteranismo. De hecho, fue
tanto su aporte a ese estilo que este recibe también el nombre “gongorismo”. Sus
obras tuvieron una especial influencia en Europa y América. Compuso muchísimos
poemas, y el más destacado es Soledades.
Francisco de Quevedo: está considerado como el autor por excelencia del
conceptismo. Como poeta exploró y practicó todas las formas líricas de su tiempo.
Se dedicó también a la prosa y al teatro, y cultivó la crítica literaria y la filosofía.
Entre sus textos principales, además de los poemas, están El Parnaso español y
Sueños y discursos.
Calderón de la Barca: es el último exponente del Siglo de Oro. Se destacó
especialmente en el teatro. En sus textos utiliza una fórmula de construcción muy
enrevesada y compleja, parecida en buena medida a la del culteranismo. Su obra de
mayor éxito es La vida es sueño, mas puede decirse que toda su producción gozó de
popularidad y es materia de estudio al día de hoy.
Literatura neoclásica
La literatura neoclásica es, hasta cierto punto, una evolución
del Renacimiento.
Lo grecorromano recupera su valor una vez más, solo que ahora deja de ser una fuente
cultural buscada para convertirse en un canon o modelo impuesto a los autores.
Hay que contextualizar esta literatura en el tiempo si queremos comprenderla. Pues bien,
se la suele ubicar en el siglo XVIII, conocido como “Siglo de las Luces”. Ese nombre se le
atribuye debido a la Ilustración, un movimiento intelectual y filosófico que ocasionó
grandes cambios a nivel ideológico.
Dicho movimiento influyó a los autores, como es lógico. En consecuencia, procuraron
apartarse de los valores medievales y se fijaron en el mundo grecolatino, en el cual
encontraron una mayor variedad de ideas.
Sin embargo, ya en el siglo XVII hubo autores que también quisieron darle una nueva
vitalidad al mundo grecolatino rescatado durante el Renacimiento. La influencia de sus
obras fue tal que se les incluye en esta corriente, a pesar de ser anteriores.
Características
Los rasgos o características de esta corriente están influidos directamente por el contexto
histórico que ya mencionamos arriba. Además, conviene señalar que se dieron en autores
de varias nacionalidades (casi todas europeas):
Voltaire: fue no solamente un autor de máximo nivel, sino además uno de los
filósofos más importantes de la Ilustración y de la historia. En vida se dedicó a
criticar muchos asuntos, entre ellos el poder de la Iglesia. Sus textos, mayormente
narrativos, poseen un carácter crítico y educativo a la vez; y entre ellos se destacan
Edipo y Cándido.
Molière: fue un dramaturgo italiano. Se destacó por tratar innumerables vicios
humanos en sus obras: la avaricia, la venganza, la prepotencia, entre muchos otros.
Asimismo, usó muchos recursos como la sátira y la ironía. Dentro de sus dramas
más conocidos están Don Juan y El enfermo imaginario.
Juan Meléndez Valdés: en este caso nos topamos con un autor español. Cultivó la
poesía y la dramática. En esta última tuvo menos éxito, pues no encajaba con las
normas neoclásicas de la época. En cambio, sus poemas están catalogados entre lo
mejor de la lírica del Neoclasicismo. Su obra más conocida es el poemario La
inconstancia: Odas a Lisi, inspirado en un texto de Góngora.
Jean Racine: se le considera uno de los autores más importantes que ha dado
Francia al mundo. Se dedicó primordialmente a las tragedias, las cuales compuso
con una métrica muy elaborada y con temas ya tratados en la Antigüedad. De sus
obras debemos resaltar Fedra (el mismo mito que ya vimos con Séneca) y
Andrómaca.
Romanticismo
El Romanticismo viene a ser, en buena medida, una reacción en contra del Neoclasicismo.
Si este último se caracterizaba por someter todo a la razón y a la formalidad, el primero
optó por recuperar la libertad creativa de cada escritor.
Esta corriente se consolidó en el siglo XIX, cuando aparecieron sus exponentes más
representativos y de mayor trascendencia. No obstante, ya en el siglo XVIII —el mismo de la
Ilustración— habían surgido algunas manifestaciones que anticiparon la literatura
romántica.
El Sturm und Drang, pese a ser breve, afectó a varias ramas del arte, no solo a la literatura.
En cuanto al campo estrictamente literario, aportó los pilares ideológicos del
Romanticismo, que luego serían imitados por una inmensa cantidad de escritores.
Características
Como podemos deducir, las características del Romanticismo son totalmente opuestas a
las del Neoclasicismo. Aquí la objetividad y las normas estilísticas pierden importancia:
La lista sería inabarcable. Por ende, hemos preferido hacer una selección de los escritores
románticos que más influyeron en su momento y luego de su muerte:
Johann Wolfgang von Goethe: fue no solamente uno de los mayores exponentes del
Romanticismo, sino uno de sus precursores, pues estuvo en el Sturm und Drang. Se
destacó en muchos campos más allá de la literatura. En esta cultivó con muchísimo
éxito el teatro y la narrativa. Sus obras cumbres son Las cuitas del joven Werther y
Fausto.
Víctor Hugo: se trata del autor más prolífico de todo el Romanticismo. Compuso en
vida una infinidad de textos que abarcan todos los géneros: poesía, teatro, narrativa
y muchos más. El estilo de este autor se caracterizó por la profundidad psicológica
de los personajes que protagonizaban sus obras. Entre todas ellas sobresalen dos
novelas, Nuestra Señora de París y Los miserables.
François-René de Chateaubriand: este escritor francés incorporó muchos
elementos y valores cristianos en su producción literaria. La mayoría de los textos
que compuso se destacan por tener un tono pesimista, algo muy propio del
Romanticismo. El mejor ejemplo de ello son sus dos novelas Atala y René.
Alexandre Dumas: otro gran exponente del Romanticismo francés. Al igual que
Víctor Hugo, fue sumamente prolífico; sin embargo, se cuestiona mucho si
realmente escribió todo lo que publicó. Sea como sea, se dedicó principalmente a
las novelas, las cuales componía con una estructura muy armoniosa y medida. La
más populares son El conde de Montecristo y Los tres mosqueteros.
José Zorrilla: este es el autor español que representa a la perfección el
Romanticismo dentro de su país. Disfrutó del éxito en vida, y mucho más que sus
contemporáneos. Los géneros que cultivó fueron el teatro y la poesía. Para los
críticos su obra mejor lograda es Don Juan Tenorio, en la cual adapta el mito de don
Juan desde la perspectiva romántica.
Realismo
El realismo es la corriente literaria que nace en oposición al Romanticismo. Se desarrolló
en su mismo siglo, el XIX, de la mano de autores que no compartían el ideal de la
sentimentalidad y la subjetividad por encima de todo.
Para los escritores del realismo, el factor subjetivo era un adorno innecesario de la realidad.
Eso ocasionaba que el reflejo de los problemas de cada nación, por mencionar un ejemplo,
no fuese preciso. Asimismo, la actitud pesimista de los románticos les parecía algo
absurdo.
Con ella se cambió para siempre lo que era el trabajo. Si bien supuso muchas cosas
buenas, generó también muchas injusticias para las clases poco privilegiadas. Esa
problemática social sirvió de inspiración para los autores realistas.
Características
Todas y cada una de las características del realismo se desprenden del afán de los
escritores por conseguir reproducir la realidad a nivel textual:
Honoré de Balzac: este autor, de origen francés, está considerado como uno de los
primeros exponentes del realismo. Se dedicó de lleno a la narrativa, y pensó en idear
un complejo grupo de novelas que retratara la Francia de su época, pero la muerte
se lo impidió. Afortunadamente, sí logró crear varias obras maestras, como La piel
de zapa.
Gustave Flaubert: también francés, fue un escritor que se destacó por su
metodología de composición. Tomaba muy en cuenta qué lenguaje utilizar y cómo
usarlo; asimismo, implementó muchas técnicas narrativas que retomaron autores
posteriores. Su obra cumbre, de acuerdo con los críticos, es la novela Madame
Bovary.
Benito Pérez Galdós: se trata del máximo representante del Realismo dentro de
España. Además de una gran creatividad para crear personajes, era particularmente
bueno a la hora de usarlos como medio para reflejar una problemática en sus
novelas. En ese sentido se halla encaminada Tristana, una historia sobre la
independencia femenina.
Mariano Azuela: escritor mexicano que se dedicó a varios géneros literarios. Pero
fue en la novela en el que más se destacó. Sus textos reflejan los problemas
sociales que atravesaba México en el siglo XIX, como por ejemplo la diferencia entre
la clase alta y la baja. Este tema es el elemento central de Los de abajo, la más
conocida de sus novelas.
Stendhal: fue otro de los primeros autores que desarrollaron el realismo en Francia.
Cultivó principalmente la narrativa, tanto en cuentos como en novelas. En estas se
destacó más, y como ejemplo podemos referir Rojo y negro, en la cual refleja con
extraordinaria precisión la psicología de las personas de su época según el nivel
social al que pertenecían.
Cabe señalar que se centró o se limitó al género narrativo, ya fuesen cuentos o novelas. En
consecuencia, no fue tan universal como las corrientes literarias anteriores; tampoco contó
con tantos exponentes como ellas, aunque los que tuvo fueron suficientes como para
inmortalizar este nuevo estilo.
Uno de ellos y el que dio comienzo formal a la corriente fue Emile Zola. Este escritor, que
además conocía bien el realismo, se mostró muy consciente de lo que buscaba en sus
obras: un enfoque preciso que dejara al descubierto la verdad de la naturaleza humana.
Características
Entre las características del naturalismo podemos encontrar ciertos parecidos en algunos
puntos con el realismo, mientras que en otros se aleja bastante de él:
Máxima objetividad y rigor científico: en el naturalismo era imprescindible lograr ser
lo más objetivo que se pudiera. Igualmente, debía tomarse en cuenta la ciencia a la
hora de hablar de enfermedades, trastornos, etc. Cualquier problema físico o
psicológico debía contar con un respaldo científico y no ser una simple invención del
autor.
Emile Zola: como ya dijimos, fue el representante máximo del naturalismo, además
de su teórico principal. Su segunda novela, Thérèse Raquin, fue todo un éxito. Pero
su gran ambición fue el proyecto Les Rougon-Macquart, una serie de novelas que
giran en torno a las diferentes generaciones de una misma familia; entre ellas
podemos resaltar Nana, La ralea y La taberna.
Guy de Maupassant: este autor recibió una gran influencia de Flaubert. A pesar de
que probó escribir algunas novelas, el éxito le llegó con los cuentos. Estos últimos
los componía con una extensión considerable, sin llegar al tamaño de una novela
propiamente dicha. Los que mayor fama le dieron son Bola de Sebo y Pedro y Juan.
Emilia Pardo Bazán: considerada la primera naturalista de España, esta escritora fue
una gran activista y defensora de los derechos de la mujer. Desde el principio de su
carrera tuvo influencia del naturalismo y de Emile Zola, pese a que cuestionaba
y p q
algunas de sus ideas. Aun así, las obras que compuso acabaron siendo claves
dentro de dicha corriente, como La tribuna y Los pazos de Ulloa.
Frank Norris: aquí nos topamos con un autor estadounidense. Junto a otros
escritores, fue el responsable directo de la entrada del naturalismo a su país.
Conoció dicha corriente en un viaje a Francia, y a ella dedicó su trabajo literario. Los
mejores ejemplos son las novelas The Pit y McTeague.
Vicente Blasco Ibáñez: es, según muchos críticos, el mejor ejemplo del naturalismo
dentro de España. En su estilo se nota una influencia considerable del propio Zola y
de otros autores franceses. De su amplio repertorio se llevan el protagonismo las
novelas La barraca, Los cuatro jinetes del Apocalipsis y Arroz y tartana.
Modernismo
El modernismo se originó a finales del siglo XIX y continuó hasta comienzos del XX. Es
una corriente muy curiosa, ya que su origen se sitúa fuera de Europa. Hasta ahora el punto
de partida era alguno de los países europeos, mayormente Francia, y luego la influencia se
expandía al resto del mundo.
Tal como ocurrió con el naturalismo, aquí también hay un protagonista claro: Rubén Darío.
A pesar de que hubo ciertos antecedentes, este autor nicaragüense es considerado
oficialmente el primer modernista, además del responsable de popularizar el nuevo estilo
literario en otros lugares.
Características
La literatura modernista se centró más en la poesía que en los demás géneros. Por
consiguiente, algunas características de esta corriente se entienden mejor desde la
perspectiva poética:
Generación del 98
La Generación del 98 hace referencia a un grupo de escritores españoles cuya vida literaria
comenzó en el año 1898 o alrededor de él. Naturalmente, la denominación fue posterior.
A pesar de que muchos críticos han cuestionado la exactitud de ese nombre, ya quedó
establecido como la forma oficial de referirse al grupo. Todos los autores que lo componen
sufrieron una de las etapas históricas más decadentes de España.
Como bien sabemos, la nación había tenido por siglos varias colonias en tierras
americanas, pero estas se fueron independizando progresivamente. Para la década de
1890 le quedaban tan solo tres, y cada una de ellas luchaba por lograr liberarse del Imperio
español.
Precisamente en 1898 fue cuando Cuba consiguió su libertad. A partir de entonces España
perdió su gran poderío. Una fuerte crisis empezó a afectar lo económico, lo social y lo
político. Esa caída moral se convirtió en la máxima influencia y en la temática central de
los escritores de esta generación.
Características
Entre las características de esta corriente podemos notar el impacto psicológico que
supuso el fin del poderío de España, que pasó de ser una nación poderosa a un país
deprimente:
Vanguardismo
Cuando hablamos de “vanguardismo” nos referimos a un fenómeno literario que surgió en
Europa a comienzos del siglo XX y que duró algunas décadas. Fue una de las etapas más
creativas y diversas de la literatura.
Por lo tanto, no hablamos de un solo estilo, sino de muchos, cada uno con sus rasgos
particulares. Sin embargo, todos compartían una esencia base muy similar, la cual tenía
como punto central el defender la libertad creativa de los autores.
La duración de cada vanguardia o movimiento fue más o menos breve. Pero, en tan corto
tiempo de vida, cada una logró aportar algún elemento innovador a la literatura universal, y
esa influencia se notó en las décadas siguientes.
Movimientos incluidos
Tal como señalamos, el vanguardismo se compone a su vez de varias vanguardias. Para
conocerlas bien es necesario definirlas por separado:
creacionistas exploraron sus respectivos idiomas para intentar hallar nuevas formas
expresivas.
Cubismo: colocamos esta vanguardia en último lugar porque casi no tuvo
participación en la literatura. La desarrolló Guillaume Apollinaire fijándose en los
principios cubistas de pintores como Pablo Picasso. El cubismo literario se enfocó
en jugar con las fuentes y otros aspectos tipográficos de las letras.
Características
Si bien las vanguardias fueron muy variadas, a continuación vamos a presentarte las
características que pueden encontrarse en todas:
Rechazo hacia la burguesía: las vanguardias eran hasta cierto punto una reacción
hacia el mundo burgués y sus valores. Los vanguardistas estaban en contra de
ambos, y no dudaron en utilizar sus textos para atacarlos y sembrar la posibilidad de
un cambio.
Oposición a las reglas establecidas: los vanguardistas estaban en contra también
de cualquier regla de composición literaria, de manera que no se ajustaron a ellas.
Todo lo contrario, experimentaron siguiendo sus propias ideas para lograr un estilo
propio y nuevos modos de hacer literatura.
Consciencia creativa: en las corrientes anteriores los autores no se consideraban
dentro de ellas, sino que la denominación fue colocada posteriormente. En cambio,
las vanguardias nacieron de escritores que se unieron para establecer un
movimiento. Por ende, eran completamente conscientes de lo que hacían y de qué
nombre darle.
Vicente Huidobro: es uno de los poetas más consagrados que ha dado chile al
mundo, al nivel del mismísimo Pablo Neruda, aunque no fue su único género. Fundó
varias revistas, y tuvo relación algunas figuras literarias importantes de su época. En
su gran catálogo de obras podemos hallar Ecos del alma y La gruta del silencio.
Guillaume Apollinaire: como muchos otros vanguardistas, se centró en el género
poético. Desde muy joven frecuentó círculos literarios en los que empezó a adquirir
cierta fama; a la vez, publicaba artículos de crítica en revistas, varios de ellos acerca
del cubismo. Como poemas principales debemos mencionar “El adiós” y “La linda
pelirroja”.
Jean-Paul Sartre: este autor francés no fue un participante directo de las
vanguardias; tampoco se centró de lleno en la literatura, sino que fue más un
filósofo. Con todo, sus textos narrativos son una representación incomparable de las
ideas del existencialismo. A manera de ejemplo tenemos los relatos “El muro” y “La
infancia de un jefe”.
Generación del 27
La Generación del 27 fue una corriente literaria compuesta por un grupo de autores
españoles que, en 1927, dedicaron un homenaje a Luis de Góngora. Para ese entonces el
poeta cumplía su tercer centenario de fallecido.
Ese hecho fue el que tomaron luego los críticos para darles el nombre. Sin embargo,
algunos de los escritores incluidos contaban ya con buena fama en aquella época.
Como consecuencia de ese detalle, casi toda la producción de esta corriente pertenece al
género lírico. Sea como sea, no es algo cuestionable, dado que la Generación del 27 renovó
para siempre y de modo universal la poesía.
Características
Considerando que una buena parte de esta generación estaba compuesta por poetas,
algunas de las características se relacionan directamente con el género poético:
Fusión entre lo tradicional y lo innovador: los escritores de esta generación
procuraron encontrar un punto de equilibrio entre la literatura tradicional o anterior y
las vanguardias. O sea, se dejaban influenciar por las obras ya establecidas y por lo
que hacían sus contemporáneos para innovar.
Federico García Lorca: fue y sigue siendo el exponente más universal de toda la
generación. Se dedicó tanto al teatro como a la poesía, e hizo también crítica
literaria. El mundo gitano fue uno de sus temas más recurrentes. Entre sus
incontables textos, los de mayor alcance han sido siempre Romancero gitano,
Poema del cante jondo, La zapatera prodigiosa y Bodas de sangre.
Dámaso Alonso: además de un poeta de talla incomparable, fue un crítico y teórico
adelantado a su tiempo, gracias a lo cual llegó a director de la Real Academia
Española. En su trabajo poético resaltan Hijos de la ira y Poesías ocasionales.
Rafael Alberti: está considerado otro de los más grandes poetas de Andalucía, de
donde también salió García Lorca. Durante su carrera fue evolucionando, aunque la
nostalgia por su tierra natal era una temática recurrente. Entre sus textos poéticos
se destacan Sobre los ángeles y Marinero en tierra.
Vicente Aleixandre: este autor centró su carrera literaria en la poesía. Se le reconoce
un extraordinario tratamiento de la angustia, el dolor y otras emociones. Su talento
g y
lo llevó a ganar el Nobel de Literatura en el año 1977. Como muestras de su obra
podemos señalar La destrucción o el amor, Poemas de la consumación y En un
vasto dominio.
Pedro Salinas: este fue el autor más longevo de la Generación del 27. Aunque en un
comienzo enfocó sus obras en el amor y su capacidad para darle sentido a la
En ella, el país sufrió un gran cambio debido a un golpe de Estado llevado a cabo por un
grupo de militares rebeldes. Como consecuencia, cayó la Segunda República, y se instauró
una dictadura militar liderada por Francisco franco.
Características
Si bien en algunos puntos esta generación se parece a otras corrientes que ya vimos, tiene
otros rasgos que la diferencian de ellas:
Literatura contemporánea
El término “literatura contemporánea” puede adoptar muchos significados. Pero aquí lo
usaremos para referirnos a la corriente literaria que se desarrolló a lo largo del siglo XX en
varios países y de forma paralela a las vanguardias y a las generaciones españolas (que
también entran en lo contemporáneo).
Por ende, aquí nos encontramos frente a una corriente que incluye muchas vertientes
creativas. Y es importante tener ese detalle en cuenta para no generalizar de manera
errónea algún rasgo o particularidad de estos autores.
Características
Como es lógico pensar, al ser esta corriente tan diversa, las características no engloban a
toda la producción literaria. La presencia de una o varias de ellas dependen al final de
cuentas del autor o la obra:
valores e ideas, sin dejarse influenciar por los modelos europeos (que hasta
entonces eran una norma).
Autores y obras representativas
Dentro de la literatura contemporánea, los autores más relevantes escribían en inglés,
francés o español. En este último caso, la gran mayoría eran latinoamericanos:
James Joyce: este novelista irlandés fue una figura clave para toda la literatura
contemporánea, debido a que sus obras representaban una innovación total en
cuanto a narrativa. Muchos de los demás autores del siglo pasado recibieron una
fuerte influencia de ellas. Sus textos más representativos son Ulises, Finnegans
Wake y Retrato del artista adolescente.
Marcel Proust: escritor francés y otra figura tan importante como Joyce en la
literatura del siglo pasado y tan experimental como él. Se le considera
principalmente un novelista, y en sus textos se alejó de la corriente realista para ser
más subjetivo. Entre los temas que trató están el pasado, la memoria y el tiempo. La
obra cumbre de este autor es En busca del tiempo perdido. Casi igual valor tuvo su
primera novela, Los placeres y los días.
Juan Rulfo: si bien su producción literaria fue escasa, apenas tres libros, bastó para
renovar la narrativa dentro de Latinoamérica. Así, fue pionero en muchas técnicas
narrativas y hasta precursor de lo que acabaría llamándose “realismo mágico”. Su
producción literaria, famosa en muchas lenguas, comprende el libro de cuentos El
llano en llamas y las novelas Pedro Páramo y El gallo de oro.
Jorge Luis Borges: se trata de un autor argentino al que muchos consideran el
escritor más universal del siglo anterior. Cultivó muchos géneros, entre ellos la
crítica literaria y la poesía. No obstante, con el que realmente se destacó fue la
narrativa. Sus cuentos están cargados de una notable erudición, de simbolismo y de
múltiples juegos narrativos. Toda su obra tuvo éxito, pero debemos destacar
Ficciones, Historia universal de la infamia y El Aleph.
Julio Cortázar: sobre este escritor argentino se han realizado múltiples estudios,
charlas y conferencias. Tanto su obra como sus conceptos acerca de la literatura
representan uno de los más altos niveles a los que ha llegado esta rama del arte en
Argentina y Latinoamérica. Sus géneros principales fueron el cuento y la novela, y
g y g p p y y
como muestra conviene citar los libros Bestiario, Rayuela y Las armas secretas.
Gabriel García Márquez: es para muchos el autor colombiano más importante de la
historia. Al margen de su carrera como periodista, se dedicó de lleno a la literatura;
más específicamente, a la narrativa. Su talento lo llevó a ganar el Nobel de Literatura
en 1982. La novela principal de este escritor es Cien años de soledad, mas hace
falta mencionar otros textos importantes, como La mala hora, Doce cuentos
peregrinos y El otoño del patriarca.
Carlos Fuentes: este escritor mexicano, contemporáneo con Márquez y Cortázar, fue
otro de los renovadores de la literatura mexicana. Cada una de sus novelas
representan un patrimonio literario, por su extraordinario desarrollo y por los
experimentos y técnicas narrativos que contienen. Entre ellas se suelen resaltar
Terra Nostra y La muerte de Artemio Cruz.
Pablo Neruda: sigue siendo el poeta más conocido en lengua hispana. Este autor
chileno logró el éxito desde muy joven; y aunque sufrió muchas controversias,
ninguna de ellas ha logrado quitarle el prestigio obtenido con su incomparable
técnica poética. Sus poemarios más notables son Veinte poemas de amor y una
canción desesperada, Residencia en la Tierra y Canto general.
Con esto hemos finalizado nuestro resumen de las corrientes literarias, esperando que sea
de ayuda para avanzar en tu camino educativo.
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