You are on page 1of 4

2 de octubre ¿No se olvida?

La tarde del 2 de octubre de 1968 se había convocado una nueva marcha de


protesta que partiría de la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco. Cientos de
soldados rodearon el sitio. Cuando los estudiantes anunciaban que se cancelaba
la caminata para evitar violencia, inició una balacera contra la multitud.
Meses antes el 23 de julio de 1968 cuando estudiantes de la Universidad Nacional
Autónoma de México (UNAM) y del Instituto Politécnico Nacional (IPN)
organizaron una marcha contra la violencia policial. Pero la caminata, a la que se
incorporaron miembros del Partido Comunista Mexicano, fue reprimida por los
granaderos.
La UNAM, el IPN y otras universidades del país se declararon en huelga. Las
autoridades reportaron autobuses quemados y el estallido de artefactos
explosivos. Decenas de jóvenes fueron detenidos y en el Zócalo, la plaza central
del país, se desplegaron tanquetas y decenas de militares.
El Ejército ocupó las instalaciones de la UNAM y el IPN, pero no logró contener el
movimiento agrupado en el Consejo Nacional de Huelga (CNH). El rector de la
Universidad Nacional, Javier Barros Sierra, renunció en protesta por la invasión a
la autonomía universitaria.
Cincuenta años después, aún no está claro dónde empezaron los disparos.
Tampoco se sabe realmente cuántas personas murieron o fueron heridas. Pero el
ataque se convirtió en un parteaguas en la historia del país. Desde el 2 de octubre
de 1968 México fue otro , social y políticamente distinto al del día anterior.
El 2 de octubre de 1968, varios grupos de élite reprimieron violentamente a un
nutrido grupo de estudiantes, profesores, intelectuales, obreros y profesionistas,
quienes se habían congregado en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco,
exigiendo respeto a la autonomía universitaria, libertad a los presos políticos, fin
de la represión estatal y mejores condiciones laborales.
El movimiento estudiantil estalló en julio de 1968, cuando el Ejército Mexicano
irrumpió en dos preparatorias del Instituto Politécnico Nacional (IPN) y la
Universidad Autónoma de México (UNAM). En los eventos, varios jóvenes fueron
detenidos y encarcelados, por lo que varias instituciones se solidarizaron,
exigiendo la liberación de sus compañeros y la salida inmediata de las fuerzas
castrenses de los recintos educativos.
Durante 1968, las movilizaciones fueron adquiriendo una gran aceptación,
reivindicando causas más generales, como el acceso a la educación, la
democratización de medios de comunicación, el fin del acoso gubernamental y el
desarrollo de instituciones.
A pocos días de la inauguración de los Juegos Olímpicos de la Ciudad de México,
el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz aumentó las medidas de seguridad y el
despliegue de militares en los alrededores de las sedes deportivas.
Sin embargo, diversas escuelas pertenecientes a la UNAM y el IPN programaron
el 2 de octubre de 1968 un mitin en la Plaza de las Tres Culturas, a las 17:00
horas. Después de la intervención del primer ponente, el Batallón Olimpia abrió
fuego indiscriminadamente en contra de los manifestantes.
El suceso se saldó con al menos 200 muertos, aunque las cifras oficiales
reportaron la muerte de 20 personas, varias decenas de heridos y centenares de
detenidos-desaparecidos. Varios cronistas aseguran que tras el tiroteo, varios
estudiantes fueron sometidos a diversas clases de tortura en los alrededores de la
plaza.

La versión oficial del gobierno de Díaz Ordaz sostuvo que el “incidente” había sido
una conspiración por parte de agentes radicales de ideología comunista que
deseaban sabotear la Inauguración de los Juegos Olímpicos.
En su informe de gobierno de 1969, Díaz Ordaz asumió “integralmente la
responsabilidad ética, social, jurídica, política e histórica por las decisiones
federales en relación con los sucesos” de Tlatelolco.
Sin embargo, el mandatario jamás reconoció su culpabilidad, ni existió algún
proceso penal en su contra.
Si bien el número de muertos jamás se determinó con exactitud, las autoridades
del entonces Departamento del Distrito Federal y del gobierno federal defendieron
una cifra que oscilaba entre los 20 y 40 fallecidos. No obstante, varios de los
estudiantes que lograron sobrevivir a la masacre aseguraron el 5 de octubre de
1968 que alrededor de 150 civiles habrían sido masacrados. Por su parte, diversos
cronistas aseguran que los asesinados en la plaza, sus cercanías, así como los
jóvenes torturados tras la masacre, podrían sumar más de 300 fallecidos.
CLAVES PARA ENTENDER LA MAGNITUD DEL 2 DE OCTUBRE DE 1968

- Las cifras oficiales indican que al menos 15 mil proyectiles fueron disparados el 2
de octubre. Al “operativo” habrían asistido ocho mil militares, 300 vehículos
armados -entre tanques, autos blindados y jeeps con ametralladoras-, y al menos
cuatro unidades de élite del Estado Mayor Presidencial.
- Diversos analistas sostienen que el nombre del Batallón Olimpia se debe a que
este grupo estaba destinado a encargarse de la seguridad de los Juegos
Olímpicos. No obstante, estaba conformado por miembros del Estado Mayor
Presidencial y obedecía a las órdenes de la Secretaría de Gobernación.
- Los gobiernos subsecuentes no sólo mantuvieron en secreto los archivos
militares de la fecha, sino que desencadenaron una guerra de bajo perfil conocida
como Guerra Sucia, en contra de líderes de movimientos sociales y guerrillas
urbanas durante la década de los setenta, convirtiéndose en uno de los periodos
de mayor represión en la historia mexicana.
- El presidente Díaz Ordaz declaró, durante una entrevista como embajador de
México en España, sentirse “muy orgulloso de haber podido ser Presidente de la
República y haber podido, así, servir a México", estando particularmente orgulloso
del año de 1968, por que le "permitió servir y salvar al País, les guste o no les
guste”.
- La cinta Rojo Amanecer, así como varias obras que narraban los sucesos del 2
de octubre, fueron vetadas por varios años, hasta que a finales de la década de
los ochenta pudieron ver por primera vez la luz pública. Sin embargo, a 46 años de
la tragedia, ningún implicado cumplió una condena por su responsabilidad en la
masacre.
Las movilizaciones estudiantiles de 1968 fueron consecuencia de ese largo
proceso , explica Gilberto Guevara Niebla, uno de los fundadores del CNH.
“El movimiento de 68 no se comprendería si no se considera que en esa época
existía un régimen autoritario y represivo”, le dice a BBC Mundo.
“En algunos que se convirtieron en dirigentes de la movilización existía algún tipo
de memoria”, le dice a BBC Mundo. “Antes de nosotros hubo otros mexicanos que
habían reclamado más o menos lo mismo: cumplimiento de la ley, respeto a los
derechos y la Constitución”.
Pero el enojo por las intervenciones militares y la decisión de las autoridades para
disolver las protestas son una parte de la historia tras el movimiento de 1968.

Ese año en Europa ocurrió una serie de protestas estudiantiles, sobre todo en
Francia . Un elemento que influyó en México, pero su impacto fue menor a lo que
sucedía en Estados Unidos, recuerda Guevara Niebla.
Rolando Cordera recuerda. “ Los estudiantes del 68 en México se unieron a un
reclamo internacional frente al orden existente en aquel tiempo”.
No todos eran estudiantes. El movimiento logró el respaldo de sindicatos, grupos
de vecinos y hasta amas de casa. Las protestas se extendieron por varias
ciudades del país.
Las demandas del CNH también cambiaron. Al inicio era la disolución del cuerpo
de granaderos, eliminar de las leyes el delito de disolución social y castigo a los
responsables de agredir estudiantes.
Luego el pliego petitorio incluyó la liberación de todos los presos políticos, y un
diálogo público y abierto del Consejo Nacional con el gobierno federal.

You might also like