MARIAM RAMOS Rebelde Mariam que significa “la de bello rostro” pero siempre me he sentido identificada con otro significado “Rebeldía”
. De niña siempre fui considerada muy escandalosa y
extrovertida o como mi madre lo diría “Freca", era la niña de papi, la que llamaba la atención cuando venían visitas y cuando no la recibía hacía todo lo poco le para recibirla, mi mandaré dice que solo soy dramática, mi padre dice que solo quiero atención y yo pienso que solo buscaba valoración.
Soy la menor de 2 hijos por la parte de mi madre, con
una diferencia de 7 años de por medio la relación con mi hermano nunca fue muy pacífica. Ambos vivíamos etapas diferentes y con un carácter fuerte cada uno, en mi casa siempre había peleas, pero en ocasiones muy especiales cuando las estrellas se alineaban y ocurría un eclipse, mi hermano y yo nos uníamos
Esto nunca fue buena señal porque como mi madre lo
llama esto era una rebelión. Una noche mi madre nos prepara una cuchara de miel a cada una, ya que como la superstición de las ancianas de los pueblos, esto ayudaba a mejorar la resistencia del niño. A mí nunca me molestaba, pero mi hermano es a lo que mis tías de las afueras llama “Mal bebedor” esto se refería a que todas las medicinas caseras que se preparaban en mi casa, a mi hermano, le disgustaban.
Mi mamá, La señora Constanza María Hernández, fue
criada en una de las familias de antes, sus padres eran ganaderos, era la menor de 14 hijos, así que tuvo que desarrollar una voz, tuvo hijos joven ,a los 20, pero eso no impidió que terminara una carrera y múltiples maestrías.
Mi mamá era una mujer estudiada, orgullosa y poco
paciente, por lo que esa noche cuando nos llamaba al la segunda vez que ninguno respondió se empezó a enojar.
-Tienen 2 minutos para bajar o voy y los buscó con la
correa blanca- Mi madre se refería a su arma predeterminada para lo que cualquier madre latina llama educar, esta era Una correa de cuero blanca a la cual la pintura de le había desgastado, tenía la hebilla oxidada Gracias al la calidad cuestionable del material.
Mamá la había asignado como nuestro castigo
principal, ya que la correa le quedaba grande y al no tener un uso le busco uno más productivo, atemorizar a sus hijos. — Ya voy— dije cuando deje mi escondite junto a mi hermano
Me divertía esconderme con mi hermano, pero realmente
eso no valía el enojo de mi mamá.
Salgo corriendo y me tropiezo con nuestra Chihuahua
“Princesa” era una perra bastante fea, era gris y pequeña por lo que parecía un ratón y gorda, lo que la hacía ver con la cabeza más pequeña que el cuerpo y le costaba respirar.
—Perdón Princesa— está me gruñe y continúa su contoneo
hasta mi madre frente al refrigerador para ver si le da algo de comer
—¿Y el otro donde se metió?-
—Nose— dije antes de ingerir la cucharada de miel
— ve a buscarlo-
Yo sabía que a mi hermano no le haría gracia esto, lo que
para mí era incluso más divertida ver la frustración de mi hermano que esperar que bajara por si solo.
—Que dice mi mamá, que te diga, que ella dijo, que te
digiera, que bajes- Con un quedjido se levantó y bajo Para controlar que los corderos no se descarrilen, el Pastor asigna a un perro guardián Nosotros éramos las ovejas y ese cinturón blanco nuestro guardián. La desapareción del Cinturón CAPITULO 1
Una mañana me di cuenta de las cadenas que nuestra
presidiaria, en este caso mi madre, nos colocó con su juego mental y tortuosa manipulación a nuestras infantiles mentes.
Mi hermano nunca fue un rebelde, era más del tipo de
persona que bajaba la cabeza y se sometía a las reglas, nunca se quejó aunque la situación le molestara
Era un caluroso sábado cuando el estruendo del
timbre sonó por toda la casa, seguido por el ladrido casi penoso de nuestra chihuahua
Arrastre la silla donde me encontraba desayunando,
con pasos lentos me encamine hacia la puerta donde al lado Princesa le gruñía a la puerta.
Sin ni siquiera un segundo de por medio después de
abrir la puerta, unas manos me apretaban los cachetes.
—Por Dios que grande estás, mi amor —dijo mi Tía
Polonia entre los besos que dejaba en mi cara, tras de ella irrumpieron mis primas Mi tía y mis primas eran como un tornado que te cruzaba por delante. Llegaba sin avisar, abrazaba con todo y tan rápido cómo vino se marchaba dejándote en los escombros.
Mis primas Ariana, Caro y Andy eran mucho mayores
que yo, se les podía considerar adultos mientras que todavía era una niña.
Nunca fuimos tan cercanas, pero me agradaban
mientras que la tía Polonia era una dulce mujer que me dejaba algunas moneda para gastar en el colmado de mi vecindario. Eran muy parecidas entre ellas, tenían las mismas sonrisas dulces y manos callosas para apretar mis cachetes
—¿Dónde está tu mami, linda?- La tía Polonia se dirigió
a la cocina como si de su casa se tratara
Nunca me ha gustado la gente que cree como en su
casa, pero creo que la confianza de mi tía me podría funcionar el día de hoy
Le dedico mi más angelical sonrisa - está arriba, lleva
toda la mañana organizando el armario, creo que te podrías llevar algo - mi tía deja la taza de café que se estaba sirviendo en la encimera. Y como si las hubieran nombrado mis primas, se levantan de sus lugares en nuestro comedor y suben las escaleras.
Recordé una frase de mi madre “a caballo regalo no se le ve
defecto”
En cuanto mi prima Andy lo vio, se enamoró completamente
sin importarle lo desgastado que estaba. Claro que también influyó que prácticamente se la puse en las manos al llegar al cuarto de mi madre.
Mamá me miraba con su cara “hablamos después" pero no
le presté porque por fin me deshice de nuestras cadenas.