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Revista Colombiana de Psiquiatría

ISSN: 0034-7450
revista@psiquiatria.org.co
Asociación Colombiana de Psiquiatría
Colombia

Sánchez Medina, Guillermo


Temor al conocimiento
Revista Colombiana de Psiquiatría, vol. XXXII, núm. 3, 2003, pp. 267-280
Asociación Colombiana de Psiquiatría
Bogotá, D.C., Colombia

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=80632305

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Artículo
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

epistemología y filosofía de la ciencia


○ ○ ○ ○ ○ ○

Temor al conocimiento
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
Los mitos y el temor al conocimiento
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

Guillermo Sánchez Medina1

Resumen

En este trabajo, después de una introducción, se plantean las personifi-


caciones y las finalidades mitológicas; el porqué de los mitos; las
motivaciones latentes; la necesidad y el deseo de conocer el secreto de los
dioses; la prohibición del conocimiento, de la verdad y el problema de
aquella y su consecuencia en la mentira; la necesidad del poder en la
vida; el temor a la verdad, y la necesidad del concepto de nirvana para
llegar al concepto de Dios.

Palabras clave: mito, conocimiento, verdad, mentira, nirvana.

Abstract

Title: MYTHS AND FEAR OF KNOWLEDGE.

After the introduction this paper points out the personifications and aims of
mythology; the why of myths, the latent motivations, the need and desire to
know the secret of the gods, the prohibition of knowledge and truth, the
problem this poses and its consequence on the lie, the need of power in
life, the fear of truth and the need of the concept of nirvana to arrive to the
concept of God.

Key words: Myth, knowledge, truth, lie, nirvana.

Introducción

A través de este escrito se pretende plantear la necesidad que tiene el


Yo de explicar, interpretar y conocer (así como también de lo contra-

○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

1
Médico psicoanalista. Miembro de la Sociedad Colombiana de Psicoanálisis, de la Asociación
Psicoanalítica Colombiana y del Instituto Colombiano del Sistema Nervioso. Miembro de Número
de la Academia Nacional de Medicina de Colombia.

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Sánchez, G.
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rio, es decir, negar) las relaciones tiempo, así como evaluar y prospec-
vinculares entre el mundo interno tarlo en el futuro.
y el externo. Con tal propósito, se
estudia la construcción de los mitos La predicción se valora a tal
y se ofrece una interpretación psico- punto que, cuando se confirma lo
analítica aplicada de éstos. Se busca predicho, quien lo hizo se convierte
mostrar cómo en los mitos se niega en omnisapiente y omnipotente. La
la realidad y se crea una especie de misma ciencia tiende a confirmar
mundo paralelo por temor al cono- las predicciones y los postulados
cimiento y a la verdad. Para tal teóricos en la práctica, y algunas
efecto se analizan algunos mitos veces los hombres asimilan los po-
antiguos, especialmente los greco- deres de predicción con la ciencia.
rromanos, los indoeuropeos, los De tal forma, la realidad percibida
orientales y los americanos. Se alu- y mensurable en el tiempo y en el
de también a algunos trabajos de espacio se convierte en verdad; y las
Freud y de Bion con respecto a la verdades del pasado, las del pre-
verdad y a la mentira, a fin de mos- sente y las posibles del futuro (y
trar las consecuencias de algunas concretamente, las que se refieren
necesidades humanas y del deseo al funcionamiento del hombre ante
de poder. Se discute asimismo la sí mismo y su sociedad) se convier-
forma como el hombre maneja el ten en ideales y valores. Algunos de
tiempo para llegar al mito del nir- éstos cambian, se modifican, pero
vana, y finalmente se analiza el otros quedan inmutables. La muta-
concepto de Dios. bilidad y la inmutabilidad (así como
sus distintas posibilidades) se anali-
zan en el psicoanálisis y se deja al
Personificaciones individuo frente a ellas para que él
y finalidades mitológicas mismo decida su propio acontecer
en el contexto de su sociedad y en
Historiadores, antropólogos, sus espacios y tiempos.
sociólogos, filósofos, psicólogos y
psicoanalistas continúan estudian- Como es bien sabido, a los fenó-
do e investigando cómo el hombre menos naturales y a las grandes
siente, percibe, piensa, actúa y vive masas volumétricas (agua, tierra,
en el transcurrir del tiempo y en la aire, cielo) se les colma de poderes,
espacialidad de sus momentos. entre los que se cuenta el control
Ellos hacen todo esto para tener del tiempo y de la vida. De ahí que
puntos de referencia, para ‘conocer’ dichas entidades hayan sido con-
su origen, su evolución y desarrollo, vertidas en deidades inmortales,
lo cual les permite llegar finalmente controladoras y provocadoras de la
al autoconocimiento a través del creación, la vida y la muerte. Por

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esto el cielo, el universo, el Sol, la se ve impelido a realizar una serie


Luna, el mar, el viento, los ríos, las de actos, fantasías y representa-
grandes montañas y los valles han ciones que pueden llevarlo a la frag-
sido revestidos de categorías y per- mentación y al caos. De ahí que de-
sonificaciones deíficas mitológicas. ba apelar a la creación de otra rea-
De allí se parte, como ya se expresó, lidad (verdad-mentira), construida
a las leyendas, tradiciones, creen- (entre otros factores) con los mitos.
cias e ideologías. Ahora bien, en este proceso inter-
vienen también los sistemas tópicos
Los mitos pueden pasar a leyen- (consciente-inconsciente), así como
das, y éstas a costumbres y tradicio- la dinámica y energética, en pro del
nes. De aquí, por su parte, se mar- principio de placer y del control má-
cha a la creencia, a la ideología y a gico omnipotente a través del cono-
los valores, y por supuesto a la con- cimiento y de esa creación represen-
ducta. Por esto es importante com- tativa dramática que es el mito.
prender todos estos pasos, a través
del tiempo y en los diferentes espa- Muchas son las versiones de los
cios, tanto en el proceso mental diferentes mitos grecorromanos y
individual como en el colectivo. distintas sus interpretaciones. Mi
intención es hacerlo ahora con algu-
nos de ellos mediante la aplicación
El por qué de los mitos del modelo psicoanalítico, no sin
antes cuestionar ciertas posibles
La respuesta a la pregunta de motivaciones latentes.
por qué aparecen los mitos puede
plantearse desde el punto de vista
de la necesidad que tiene el Yo de Motivaciones latentes
explicar, interpretar y conocer o de
negar las relaciones vinculares Al revisar los mitos grecorroma-
entre mundo interno y externo, nos nos encontramos, por ejemplo,
entre Yo y no Yo, entre Yo y objetos. con el de Urano (el cielo).
Dichas relaciones aparecen teñidas
con tendencias y fantasías incons- Éste es castrado y asesinado
cientes que producen ansiedad y por su hijo Cronos (el tiempo), en
dolor, por lo cual la construcción de un pacto con su madre y esposa de
lo onírico, de los delirios y de los aquél (Gea, la Tierra). Cronos, a su
mitos reclama un sistema de defor- vez, es castrado por su hijo Júpiter
maciones, de ‘negaciones’ e identifi- (estimulado éste por su madre, Rea).
caciones proyectivas en que inter- La acción de Cronos tiene el propó-
vienen, obviamente, lo mágico y lo sito manifiesto de salvar a sus
omnipotente. De esta forma, el Yo hermanos los cíclopes; al igual que

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Sánchez, G.
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Júpiter, quien también busca defen- ficaría para él enfrentarse a su últi-


der a sus propios hermanos de ser mo momento vital, a su propio fin,
muertos y devorados por el padre a la muerte.
Cronos.
El ‘‘temor’ a la verdad y al ‘cono-
Sin embargo, aquí podemos for- cimiento’ lo observamos también en
mularnos la siguiente pregunta: otros mitos. Narciso quiere ver (co-
¿cuál o cuáles fueron las motivacio- nocer) su imagen, y termina aho-
nes latentes de Cronos y Júpiter pa- gándose en el estanque. La ninfa
ra castrar a sus respectivos padres? Eco desea saber (amar) y ser percibi-
¿Por qué en otras culturas, por da (conocida, amada genitalmente)
ejemplo, entre los toltecas del anti- por Narciso, y lo que encuentra es
guo México, aparecen mitos seme- la muerte. Prometeo acaba encade-
jantes? ¿Por qué se presenta luego nado al monte Cáucaso por tratar
el mito de Edipo, en el cual éste de robar y ‘conocer’ el secreto (el
mata al padre, posee a la madre (en amor genital, la vida eterna) de los
pacto inconsciente con ella) y, luego, dioses. Afrodita (Venus), madre de
al conocer la verdad de su tragedia, Eros (Amor o Cupido), castiga a
se castra y se exilia (tal como lo hizo Psique (el Alma) porque siente celos
Cronos)? Las respuestas pueden de su belleza, cuya “verdad no quie-
dirigirse en dos sentidos: el primero re aceptar”. El padre de Psique,
es el temor a la verdad (más exacta- preocupado por que su hija no tiene
mente a su conocimiento) y el otro pretendientes (ya que los hombres
es el pánico a la muerte (ambos se se asustan ante su belleza), consul-
unen en el temor a la verdad de la ta al oráculo de Delfos y éste le orde-
muerte y al conocimiento de que hay na que la abandone en una roca,
que enfrentar dicha verdad). donde se unirá en nupcias funera-
rias con un monstruo. Eros la trans-
Por eso también Prometeo roba porta a su palacio, la posee y le
a los dioses su secreto (el de la vida promete felicidad eterna mientras
eterna) para transmitirlo a los hom- no trate de ver su rostro, es decir,
bres. Así, sería el miedo a la muerte de conocerlo (nuevamente aparece
y a la pérdida de la libertad (en el el “temor a la verdad” de la relación
caso de los Cíclopes) lo que produ- vincular y al “conocimiento de una
ciría toda esa acción para defender realidad”). Entonces, las hermanas
la vida, que estaría simbolizada en de Psique, envidiosas, la convencen
el falo y en la posesión genital de la de que es amada y poseída por una
madre. Sería una lucha para poder terrible serpiente a la que debe ma-
manejar y controlar el tiempo, lo que tar (he ahí la mentira). La noche del
implicaría el conocimiento. Éste crimen, Psique enciende una lám-
llevaría al hombre a la verdad; signi- para y queda en éxtasis ante la

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belleza de su amante, mientras que en el amor, si el hombre o la mujer,


una gota de aceite quema la espalda se les ocurrió consultar a Tiresias,
de éste, el cual despierta y huye. Pa- que era el único que había experi-
ra poder reconquistarlo, Psique de- mentado la doble experiencia (de la
berá someterse a una serie de prue- bisexualidad). La respuesta se
bas que le impone Venus, entre ellas muestra en dos versiones: una en
la de bajar a los infiernos y traer la que aparece la mujer como la que
caja que contiene el ungüento de la más placer obtiene, y otra que afir-
belleza. Psique, en su curiosidad ma lo contrario. En ambas, empero,
(“deseo de conocimiento” del amor la respuesta de la diosa Hera fue
genital y del secreto o poder de se- igual: por haberse sentido descu-
ducción), abre la caja y cae presa bierta en el secreto de su sexo, privó
de un letargo (latencia) producido a Tiresias de la visión. Como com-
por los vapores del sueño allí conte- pensación, Zeus le otorgó el don de
nidos. De ésta y otras pruebas sale la profecía (visión interna, más allá
finalmente airosa gracias a la ayuda de la muerte) y el privilegio de una
de Cupido. Júpiter interviene, Ve- larga vida (siete generaciones).
nus la acepta como nuera y Psique, Entre las profecías atribuidas a este
inmortalizada, es unida para siem- personaje está la que ‘revela’ la real
pre a Cupido. De esta feliz unión identidad de Edipo (el parricidio y
nace la voluptuosidad. el incesto). Tiresias aconseja a
Creonte, tío de Edipo, que expulse
Existen varias versiones de la al reo-rey para liberar a Tebas de la
leyenda de Tiresias. Una de ellas mancha. Así pues, Tiresias no sólo
cuenta que fue cegado por Hera es adivino universal, sino también
(Juno), por haberla visto (conocido), consejero. Es él quien predice (cono-
accidentalmente, desnuda. Sin em- ce) la tragedia de Narciso. Cuando
bargo, la versión más célebre es la la madre de éste (la ninfa Liríope) le
que dice que al ver a dos serpientes pregunta a Tiresias si su hijo ha de
en cópula, las separó e hirió o mató tener larga vida, el adivino le res-
a la hembra, por lo cual fue conver- ponde:‘“Solamente si no llega a
tido en mujer. Siete años más tarde, conocerse a sí mismo”.
paseando por el mismo lugar, volvió
a ver otras dos serpientes acopla- En todas estas leyendas Tire-
das. Esta vez mató al macho, y recu- sias ve, descubre y conoce a la mu-
peró su sexo primitivo. Su aventura jer desnuda (diosa-madre) o con-
lo había hecho famoso. templa a la pareja edípica en cópula.
En todos los casos llega a conocer lo
Un día en que Zeus (Júpiter) y prohibido, genital edípico. Además,
Hera disputaban por saber (conocer) él separa a los participantes de la
quién experimentaba mayor placer cópula o mata a uno de ellos. Así, el

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Sánchez, G.
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atreverse a conocer la vida genital amorosa en la que se encuentran,


de los adultos es castigado con la descubren y conocen los dos sexos
ceguera, es decir, con la muerte de en su intimidad genital. Esta relación
la visión externa, pero recibe la com- implica no sólo lo instintivo-libidinal,
pensación de la visión interna. Esto sino también lo cognoscitivo y social.
se puede interpretar como una posi- En la Biblia, libro de Génesis, capí-
bilidad de identificación con el poder tulos II y III, encontramos el siguien-
de los mayores (los dioses). te texto:

Que sea el hombre o la mujer Tomó, pues, el Señor Dios al


quien más goce en el amor es otro hombre, y púsole en el pa-
conocimiento del que Tiresias es po- raíso de delicias, para que le
seedor. De todas maneras, la conse- cultivase y guardase. Diole
cuencia está presente: el castigo es también este precepto di-
la conversión al sexo opuesto o la ciendo: Come, si quieres, de
ceguera. El que encuentre por se- todos los árboles del paraíso;
gunda vez a las serpientes en cópula mas del fruto del árbol de la
y repita (compulsión a la repetición) ciencia del bien y del mal, no
el acto, y así se restituya su condi- comas, porque en cualquier
ción primitiva, equivale a un hacer día que comieres de él,
y deshacer (anulación). La conse- infaliblemente morirás.
cuencia de la profecía sería la omni-
potencia, la cual no puede desapa- Más adelante aparece el
recer ni aun después de la muerte, siguiente pasaje:
pues la capacidad profética queda
como herencia en los hijos (una hija ...mas del fruto de aquel ár-
y un nieto de Tiresias, Manto y Mop- bol [...], mandonos Dios que
so respectivamente, son adivinos). no comiésemos ni le tocáse-
El hecho de que Tiresias haya podi- mos siquiera, para que no
do ver y conocer la genitalidad equi- muramos. Dijo entonces la
vale también a una capacidad para serpiente a la mujer: Oh,
prolongar el tiempo de su existencia ciertamente que no mori-
(siete generaciones). El que el don réis. Sabe, empero, Dios que
de la profecía vaya más allá de la en cualquier tiempo que co-
muerte indica que el conocimiento miéreis de él, se abrirán
queda allí, en el exterior, en la vuestros ojos y seréis como
realidad, pues se perpetúa en la dioses, conocedores de todo,
sociedad. del bien y del mal.

El conocimiento fundamental He aquí muy claramente expre-


primitivo sería el de la relación sada la prohibición del conocimien-

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to de la verdad en general, y en descendió y dijo: “He aquí, el pueblo


especial de lo genital. Lo mismo se es uno sólo, y todos tienen un mis-
observa en el mito de Tiresias, quien mo lenguaje; y han empezado esta
ve desnuda a Hera (Juno) o contem- fábrica, no desistirán de sus ideas,
pla la cópula (genital-edípica) de las hasta llevarlas a cabo. Ea pues,
serpientes. El castigo fue la ceguera, descendamos y confundamos allí
y su compensación la profecía. mismo su lengua, de manera que el
uno no entienda el habla del otro”.

Prohibición del conocimiento De ahí que la ciudad tomara el


de la verdad nombre de Babel, que quiere decir
“confusión”. Si bien esto puede ser
Así, podemos nuevamente ha- cierto, el origen de las diferentes
cer hincapié en cuán peligroso es lenguas puede también estar en el
transgredir la prohibición del cono- éxodo, el desplazamiento y las mi-
cimiento de la verdad de los adultos graciones a causa de la excesiva
(edípica y genital). El saber implica población de algunas áreas geográ-
la posesión del poder: anteriormente ficas. De tal forma, otra posible in-
todo era lícito, no habría diferencia terpretación del mito de Babel es
entre el bien y el mal, todo sería que aparezca debido al fracaso de
igual. De tal manera, en la prohibi- la omnipotencia del hombre ante las
ción “no comerás del fruto de este fuerzas naturales.
árbol” está no sólo la negación, sino
también la diferenciación de algo, La mitología griega presenta un
la distinción y selectividad del obje- caso análogo en la tentativa de los
to. La negación comporta la prohi- gigantes. Con el propósito de asaltar
bición del vínculo y su relación, lo el cielo y vengar a los titanes, se
que equivale también a que en la subieron a los montes y se colocaron
relación vincular está el conoci- uno encima de otro. De allí lanzaban
miento de la verdad y su posible proyectiles contra los dioses: rocas,
consecuencia: la muerte. encinas o árboles inflamados de
cualquier otro tipo. Los dioses se
En el mito de la Torre de Babel convirtieron en animales y huyeron
se presenta también el temor al a Egipto, pero luego los gigantes
conocimiento. Los descendientes de fueron vencidos y muertos. En el
Noé desearon levantar una ciudad mito de la Torre de Babel, el castigo
y un monumento a orillas del Éufra- de la confusión de las lenguas en
tes para escalar el cielo (conocerlo), todas las regiones implica la imposi-
y así hacerse célebres (omnipo- bilidad de comunicarse, de entender
tentes) ante todos. Así es como apa- y de conocer (la omnipotencia equi-
rece en las Escrituras que el Señor valdría a entender y hablar todas

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las lenguas). En el segundo caso (el así pasivo e indiferenciado. La mujer


de los gigantes), el castigo es la (vagina-útero-feto-vida-contenido),
muerte. En ambas situaciones, con- por su parte, teme perder (y anhela
fusión y muerte son consecuencias a la vez poseer) el seno-pene-feto,
del desafío interno que representan el control y posesión del tiempo y el
la tendencia, el deseo y la necesidad espacio. En esa dualidad de simbio-
de conocimiento del origen (pasado) sis-confusión e individualización-
y del devenir (futuro) de los seres diferenciación-separación existe la
humanos, junto con la ambición del ambivalencia (pasivo-activo, feme-
poder sobrenatural. En ese juego y nino-masculino, continente-conte-
en esa necesidad de conocer apare- nido, recibir-dar, sumisión-rebeldía,
cen la verdad y la mentira. espacio-tiempo, etc.) que “trata de
resolverse con el conocimiento” del
amor y la genitalidad, que consiste
El problema de la verdad en la participación de los dos para
y la mentira la unión, reunión, fusión y creación.

El problema de la verdad y de Por otra parte, la mentira y la


la mentira (o de la falsedad), tan negación también están presentes
estudiado e investigado, está en ínti- en los mitos. El mismo mito es una
ma relación con el del conocimiento, construcción fantástica y ficticia
y éste con la metodología, la episte- que, si bien conlleva una verdad,
mología y el psicoanálisis. Al aplicar trata también de escaparse de la
nuestros modelos psicoanalíticos a frustración, del dolor y de la muerte
los mitos cosmogónicos de diferen- (aunque no sin antes pasar por
tes pueblos, podemos encontrar en ellas). La misma racionalidad ha
ellos un cierto sentido de relación traído las revoluciones tecnológica
entre el amor y la procreación, el y social, el deseo de la revolución
temor a la mujer, a la castración, a económica y aun el encuentro de la
la diferenciación y a la misma confu- irracionalidad psíquica con la intui-
sión de los sexos. No sólo habría el ción (con la cual cuenta el hombre
temor al incesto, sino que primitiva- para descubrir, descubrirse a sí
mente existiría el pánico a la separa- mismo y redescubrir sus verdades
ción, a la individuación y al conoci- subjetivas y objetivas).
miento de sí mismo. De ahí procede-
rían la confusión y la simbiosis con Freud, en su trabajo Dos menti-
las que el hombre se protege. El ras infantiles (1), demuestra cómo
hombre (falo-feto-vida-continuidad- las mentiras están constituidas por
contenido) busca lo que ha perdido la negación y el temor al castigo y
(útero-continente-espacio). Teme al rechazo de los seres queridos, a
perder el Yo y el pene, y quedarse causa de los sentimientos de culpa

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por los deseos incestuosos ocultos. de lo reprimido y se realiza vencien-


La verdad aparece, según Freud, do en el proceso analítico las resis-
cuando los deseos inconscientes tencias en la transferencia. Ahora
pueden mover la censura, sin recu- bien, de la misma manera como el
rrir a la negación, y desenmascarar sujeto individual se defiende de su
las deformaciones, las antítesis, las verdad histórica, el hombre genérico
condensaciones y otros mecanismos lo hace colectivamente en su histo-
inconscientes que protegen al Yo por ria social, en la cual podríamos
medio de la negación, de la mentira incluir los mitos.
o de la afirmación.
El psicoanalista, por su parte,
Sabemos cómo en los trastor- se enfrenta a diario a la distinción
nos psicóticos se deforma la reali- entre verdad y mentira. Sin embar-
dad con otra construida, que es la go, aunque para nosotros la men-
verdad interna (delirio-mentira que tira es otra verdad del inconsciente,
emerge a la conciencia y al mundo no descartamos las mentiras in-
externo). El paciente se defiende así tencionales de los analizados, así
de la realidad externa, pero con la como las equivocaciones, los erro-
consecuencia de que la interna pro- res y las fallas de la memoria del
voca una destrucción completa tan- acontecer del sujeto. El psicoana-
to del mundo externo como del in- lista se ocupa del problema de la
terno, lo que da rienda suelta a las mentira, en un sentido práctico, co-
tendencias y a la realización irres- mo un síntoma más o como estruc-
tricta de los deseos. tura psicológica resistencial del Yo.
Es Bion quien más se refiere a “las
Desde el punto de vista psico- mentiras y el pensador en el análi-
analítico, se refiere Freud en su sis”, en su obra Atención e interpre-
artículo “Falsos reconocimientos de tación (3). El autor ubica una serie
relatos en el tratamiento psicoana- de categorías en dos coordenadas:
lítico” (2) a cómo los pacientes du- una de ellas la reserva para aque-
rante el transcurso del análisis efec- llas “formulaciones conocidas como
túan una negación de los recuerdos falsas [...], pero mantenidas como
infantiles. Frecuentemente los ana- una barrera contra las afirmacio-
lizados recuerdan lo que han repri- nes que producen un trastorno
mido (aunque de manera deforma- psicológico”, que no serían otra
da) a través de las asociaciones. En cosa que las mentiras. El paciente
consecuencia, lo que así rememoran sabe que la afirmación no es ver-
no es el hecho o los hechos de su dad, pero la mantiene porque de lo
historia, sino detalles relacionados contrario se perturba. Este meca-
con ellos (alusiones). La reconstruc- nismo es provechoso para él, pero
ción de esa historia mental resurge perjudicial para otros.

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Sánchez, G.
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El mentiroso se oculta dentro nes con sus perniciosas


de sí, de tal forma que el mismo ana- doctrinas prometieron des-
lista muchas veces cae en el engaño pojar a los incautos de todo
sin quererlo. El analizado, por ejem- rastro de autopercepción,
plo, cambia actitudes, tiempos, dejándolos desprovistos de
espacios, objetos o vínculos; da múl- la protección natural nece-
tiples razones, o bien crea toda una saria para la preservación
fantasía o un mito alrededor de su de su salud mental, defen-
historia y del acontecer de su coti- diéndola del impacto de la
dianidad tanto dentro del proceso verdad. Algunos [...] dedica-
psicoanalítico como fuera de él. El ron [...] sus vidas a la afir-
hecho es que la verdad no le inte- mación de mentiras de mo-
resa, porque no puede manejarla y do tal que los débiles y los
lo angustia. vacilantes resultaran con-
vencidos hasta de las mani-
El “informe mentiroso puede ser festaciones más absurdas.
evocativo o provocativo, acusatorio No es exagerado decir que
o defensivo”. “El trastorno emocio- la raza humana debe su
nal —continúa Bion— contra el cual salvación a una pequeña
se moviliza la mentira es idéntico al banda de mentirosos genia-
cambio catastrófico [...] con un siste- les que, aun frente a luchas
ma moral violado”. Como se expone indudables, estaban prepa-
en otra parte, el psicoanálisis tiene rados para mantener la ve-
como meta central el encuentro de racidad de sus falsedades.
verdades: ése es el objetivo del ana-
Bion sugiere que en un momen-
lista, mientras que el del analizado
to “los científicos intentaban una y
es mantener sus defensas y que el
otra vez sustentar sus hipótesis,
analista le acepte “sus verdades-
ayudaban a los mentirosos a de-
mentiras”. Al analista le toca trabajar
mostrar la vacuidad de las preten-
con esa fluctuación, en un espacio
siones de los advenedizos y a demo-
entre fantasía y realidad, entre men-
rar de ese modo, si no evitar, la difu-
tira y verdad. Ahora bien, esto no
sión de doctrinas, cuyo efecto sólo
significa que la fantasía no sea otra
podría haber sido la creación de una
realidad y verdad interna.
sensación de desamparo [...] para
los mentirosos y sus beneficiarios”.
Con respecto a los mentirosos,
Bion (3) escribe cómo ellos: El mentiroso requiere otra per-
sona que le crea su mentira, aunque
Dieron muestras de coraje sea creada en sus propias fantasías.
y revolución en su oposi- Para el mismo Bion, “La mentira
ción a los científicos, quie- requiere que un pensador la piense.

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La verdad, o el pensamiento verda- aún cuando existen connotaciones


dero, no requiere un pensador...”, estéticas de distracción y de recrea-
pero sí de un reflexionador. Esto es, ción. Por su parte, y de modo con-
las mentiras requieren el sujeto tradictorio, la verdad atrae y seduce,
mentiroso que las construya, pero pero con temor. Ésta, al fin y al cabo,
la verdad no. Las verdades, en con- nos lleva al principio y al fin del ser
secuencia, tendrían una connota- humano y de su mundo: es una
ción de pensamientos sin pensador. realidad del hombre, del ser en su
El mentiroso no sólo crea la mentira, hacer y tener.
sino que induce y seduce al otro pa-
ra que ‘crea’ y caiga en ella. Si hay Ahora bien, el pensador puede
creyentes, si todos creen, puede tener pensamientos con mentiras,
llegar el momento en que la mentira así como verdades con significados
se vuelve una seudoverdad, porque y significantes especiales que le dan
el todo, la unidad, se da o está ahí. sentido al ser. Los problemas surgen
también con la originalidad del pen-
Parecería que cuando nos refe- samiento que quiere construir o
rimos a los descubrimientos de ver- descubrir otra verdad. La emoción,
dades y de hechos es porque éstos el afecto del hombre, ataca esas
son y están ahí. El hombre los en- construcciones y originalidades por-
cuentra, los descubre mediante su que prefiere pasarlas por alto, pues
observación, estudio, investigación además le es más fácil no pensar,
y conocimiento. Además, los pensa- sino ver, percibir y actuar. Común-
mientos se instauran inicialmente mente los creadores de pensamien-
en la fantasía con la imaginación y tos producen heridas muy dolorosas
la construcción de otra realidad, con al narcisismo, al amor propio, y más
lo cual se supera la frustración. cuando “el sujeto impotente para
aceptar y pensar tiene que confesar
De ahí nacen, en parte, el pen- que no entiende y no sabe”.
samiento y la capacidad para ima-
ginar y pensar. Al crearse algo no Una manera de entender los orí-
presente, real, objetivo y externo (es genes psicodinámicos de la mentira
decir, repitámoslo, una mentira que es estudiar cómo el sí-mismo (self)
protege de la frustración y del dolor), crea con sus proyecciones un espa-
nace el pensador que va a descubrir cio (pantalla proyectiva) necesario
la verdad, la que no se tolera en toda y defensivo para la conservación de
su dimensión y a la vez es atacada su propia estructura (esto es tam-
con envidia, celos, rivalidad, odio, bién un intento de no reconocer el
posesividad y codicia. Lo que tiene propio fracaso en el manejo de los
éxito en ocasiones es la verdad dis- instintos y el posible caos del mun-
frazada, porque ella alivia, y más do interno). El sí-mismo se expresa

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Sánchez, G.
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y emerge al exterior a través del len- estudia para conocer y descubrir


guaje, cualquiera que éste sea. En- verdades, éstas son cambiantes.
contramos, entre otros, el lenguaje Hay que tener en cuenta que la ver-
del arte, el de los mitos y especial- dad no es una y que es poco lo que
mente el del discurso escrito. Se dice se puede llamar de esta manera (no
que el papel soporta todo, pero que así realidad externa e interna). Cada
son los hechos los que al final ha- ser humano tiene su propia verdad,
blan y dicen la verdad. Sin embar- revestida de una y mil formas, suje-
go, éstos trascienden con el tiempo ta a cambios y alteraciones. Lo im-
en los escritos o en las obras que portante no es encontrar una, sino
sintetizan las ideas, los conceptos todo lo que está a nuestro alcance,
y el conocimiento, los cuales son tanto por dentro como por fuera de
utilizados como fuentes de poder. nosotros mismos. Nos interesa en-
contrar la verdad del aquí-ahora, la
verdad de que sí existe una vida y
La necesidad del poder que al final de ella viene la muerte.
en la vida Así, la postura ante esa realidad y
verdad es, en suma, la aceptación
Aquí también denotamos la de una y otra.
necesidad del hombre en el deseo
de poder, que se puede reducir al
poder de vencer (o al menos igualar) El temor a la verdad.
al dios-padre. La respuesta de éste El nirvana. Las máscaras
es el castigo: la confusión del cono-
cimiento y la lengua, la castración, Sin duda alguna ha existido el
la muerte y la detención del tiempo temor a la verdad en todo ser huma-
para la subjetividad del hombre. no y a través de todos los tiempos.
Hay en la confusión una posible Ese temor se deja planteado en los
muerte por la osadía de la omnipo- mitos y en las leyendas, en los jue-
tencia y la omnisciencia narcisistas. gos de los niños, en las neurosis,
Éstas originan en las figuras del en las psicosis y psicopatías, en los
padre y de la madre una herida nar- sueños y en el transcurso de los he-
cisista, producida por el atrevi- chos cotidianos del hombre a través
miento de aquellos deseos de poder del tiempo. El ser humano se miente
en su contra. a sí mismo a cada momento para
defenderse del temor a la muerte.
El hombre necesita del poder Esta última no se puede pensar, y
para permanecer en la vida. Por eso si la pensamos nos produce an-
el ser humano se defiende de la gustia. En cambio, es posible fan-
muerte mediante la negación de tasear la eternidad como un pre-
dicha condición. Si bien el hombre sente continuo. Podemos planear y

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Los mitos y el temor al conocimiento
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hasta representarnos en nuestra ilusión que alimentamos y una posi-


mente el tiempo, el mañana y el bilidad incierta. Por eso la fantasía
futuro, pero no nos es dado en reali- inconsciente manipula el tiempo, la
dad pensar qué es la muerte. El mis- realidad y la verdad de los hechos
mo arte y la creatividad han tratado para no sentir o vivir la posibilidad
(y tratan) de escaparse de esta situa- de ese fin, de la nada y de la muerte.
ción. Por eso existe también toda De ahí que los dioses (hechos por el
una serie de recreaciones en que se hombre) sean inmortales, y que los
disfraza este temor. mortales quieran ser dioses robán-
doles a éstos esa particularidad y
Los griegos, así como las distin- desmintiendo la realidad en contra
tas culturas orientales, africanas y de esa verdad dolorosa. En conse-
precolombinas (toltecas, aztecas, cuencia, llegamos a esa situación
mayas, tayronas, agustinianos, pi- límite cuando sentimos la vida ame-
jaos, calimas, tumacos, muiscas y nazada y en la espera de la nada.
quimbayas) fabricaron máscaras. Esto hace que se desmienta y se
Todos los pueblos construyen más- niegue el tiempo mediante la crea-
caras para ocultar la verdad, para ción del concepto mítico del nirvana.
adquirir el poder aun después de la
muerte. Las máscaras precolom- Esta noción de nirvana implica
binas, y posiblemente también las de para algunos una intemporalidad y
otras regiones, representan rostros una placentera inmutabilidad, y
idealizados (4). Esto lo observamos para otros, un eterno presente. La
en las diferentes culturas a través fantasía del reino de los cielos se
del tiempo. Según Conrad Preuss, presenta como una expectación que
citado por Chaves (4), los sacerdotes ha de ser realizada en el futuro. Asi-
koguis (mamas), en un tiempo mítico mismo, el denominado juicio final
en que aparecieron, “después de del Nuevo Testamento implica la es-
crear al mundo y al hombre, se qui- pera de un acabamiento, de un fin,
taron sus rostros para que los morta- pero con un veredicto sobre lo acon-
les pudieran llevarlos como másca- tecido desde la creación hasta ese
ras y estar en esta forma en condicio- fin. Si nos preguntamos qué había
nes de poder efectuar las ceremonias antes de la creación y qué habrá
importantes en relación con la con- después del juicio final, nos tocará
servación del orden original”. o bien cambiar el tiempo concebido
por el hombre por uno externo físico
La verdad es que vivimos en el o bien entrar en el monocronismo.
ahora, y que en el después está el
final, la muerte. Este hecho nos Entre la creación y el fin sí esta-
lleva a sentir y a percibir angustia. ría el tiempo múltiple del ser hu-
El futuro es una expectación, una mano. En consecuencia, sus límites

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están determinados por el hombre y confusión en el origen y el fin es


mismo. Cuando decimos que llega- la concepción de unidad de contra-
mos a conclusiones en una discu- rios: el todo y la nada, el tiempo y el
sión de postulados, nos ubicamos espacio, lo activo y lo pasivo, lo mas-
en un momento, en una pausa de culino y lo femenino. En una pala-
ese proceso discursivo conceptual. bra, en cambio de dos (uno y otro
Por eso los mismos pensamientos diferente) se encuentra una unidad
ubicados en un modelo nos delimi- en la que el uno se fusiona con el
tan, sin dejar nuestro arbitrio al todo. En la fantasía son igualmente
continuo cambio y movimiento en posibles nada y todo: así se llega al
que nos situamos cuando recorre- ucronismo, a la utopía, a la inmor-
mos los números. Cuando ponemos talidad omnipotente y omnisapiente
nuestra atención en un número, que se encuentra en ese concepto
éste se nos fija temporalmente en del todo y de Dios.
la conciencia. El continuo moverse
de un número a otros nos lleva a una
desubicación y confusión. El movi- Bibliografía
miento puede ser progresivo o regre-
sivo si se le pone respectivamente el 1. Freud S. Dos mentiras infantiles. s. l.,
valor más (+) o el menos (-). En En: Obras Completas. Madrid: Biblio-
teca Nueva. Tomo V, Cap. LXXII, 1735;
ambos casos llegamos al concepto
1913.
de que antes y después (creación y 2. Freud S. Falsos reconocimientos de re-
fin) está la eternidad. Hay quien se latos en el tratamiento psicoanalítico.En:
refiere a que el tiempo y el espacio Obras Completas. Madrid: Biblioteca
están llenos de objetos y objetivos, Nueva. Tomo V, Cap. LXII, 1679; 1913.
“que no tienen valor sino en razón 3. Bion W. Atención e interpretación. Bue-
nos Aires: Paidós; 1974.
de sus efectos y en sus efectos” (5).
4. Chaves Mendoza A. Máscara precolom-
bina. Bogotá: Zazacuavi; 1977.
Un recurso empleado por el 5. Hossding O.H. Filosofía de la religión.
hombre para escapar a su angustia Madrid: Daniel Jorro Editores; 1909.

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