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DISCURSO DE DESPEDIDA A LOS ALUMNOS DE SEXTO SEMESTRE

MTRO. EDIPO ERNESTO RUIZ CRUZ

Estimadas alumnas y estimados alumnos

Hace tres años, con un cúmulo de temores bajo el brazo, llegaron por
primera vez a este telebachillerato. Ahora, ya sin aquellos temores, pero sí con
tristeza llegó la hora de la despedida, de decir: ¡adiós!

Se despiden de su escuela y atrás quedarán sus puertas cerradas.

Han sido tres años de esfuerzo y, en ocasiones, los deberes escolares fueron
arduos. Pero fueron también tres años de recompensas y de satisfacciones, de
amistades y recuerdos que permanecerán para siempre en el libro de sus vidas.

Son ustedes un buen ejemplo para los estudiantes que ingresarán a ocupar los
lugares vacantes.

¡Cuánto entusiasmo y dedicación demostraron como estudiantes de


telebachillerato!

Sus maestros los recordarán como estudiantes honestos y responsables, alegres


y comprometidos. A partir de este momento, el telebachillerato será un
capitulo en el libro de sus vidas. Ahora se enfrentarán a un presente con
nuevos desafíos.

En las turbulencias que pudieran surgir en su camino, cada uno de ustedes


deberá reafirmar una visión de justicia, de paz y de respeto a los derechos
humanos y a las leyes que rigen nuestro país.

Por ahora, una cosa les debe quedar clara: el estudio, y nada más que el
estudio, será la llave que les abrirá las puertas del mañana.

En un mundo cambiante como el que les tocó vivir, la preparación es la mejor


estrategia para enfrentar las crisis de un mundo incierto.

El futuro de cada uno de ustedes no está en manos del destino; y aun cuando
pudieran creer que el destino es el que baraja las cartas, son ustedes quienes
las juegan. Lo que les quiero decir, es que ustedes formaran su propio destino.
Ustedes y sólo ustedes son quienes deben preguntarse qué es lo que desean
hacer con sus vidas.

Sus padres, sus maestros, han puesto los cimientos: el respeto a la dignidad de
la persona; el respeto que debe empezar por ustedes mismos, y debe continuar
con sus familias, con todos los que los rodean y con la sociedad entera.
Aprendan a decir si, y aprendan a decir no, cando sea necesario. ¡Ustedes son
personas valiosas! ¡No permitan que nada ni nadie los desvié de su camino
como personas dignas y honestas!

Sigan siendo buenos hijos, respeten siempre a sus padres, protejan a sus
hermanos. Sean personas cabales. Un hombre cabal, una mujer cabal, es una
persona comprometida con su familia y con la sociedad, pero sobre todo,
comprometida consigo misma.

Asuman con entrega, con coraje y con valor la responsabilidad de empuñar el


timón de sus vidas, que la mar les pertenece.

¡Buen viaje!

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