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La importancia de los bosques

tropicales
A menudo escuchamos que debemos proteger los bosques tropicales.
¿Pero qué son exactamente? ¿Dónde están ubicados y por qué son tan
importantes?

Distribución de los bosques tropicales en el mundo. / Imagen: Mongabay

Pues bien, los bosques tropicales son considerados los ecosistemas más
húmedos del mundo, y también se les llama selvas tropicales, en
referencia a la alta cantidad de precipitaciones que los caracteriza
durante todo el año. Presentan temperaturas medias elevadas, suelos
pobres en nutrientes y gran diversidad biológica. Como su nombre lo
indica, estos bosques están ubicados en la región entre los trópicos y se
encuentran en África, Asia, Australia, América Central y América del Sur.

El bosque tropical más grande del mundo es la selva amazónica y se


encuentra en América del Sur. Este bosque tiene un área estimada de
6.700.000 km2 (WWF), distribuidos en 9 de los 11 países del continente,
con la mayor superficie de ocupación en Brasil (60 %), Perú (13 %),
Colombia (8 %), Venezuela (6 %), Bolivia (6 %), Guyana (3 %), Ecuador
(2 %), Surinam (2 %) y Guyana Francesa (1 %), respectivamente.
La victoria regia es una planta amazónica que flota en el agua y es famosa por sus
hojas anchas, capaces de soportar grandes pesos. / Imagen: TNeto - Pixabay

Los bosques tropicales juegan un papel fundamental en el mantenimiento


de la vida en el planeta, y albergan aproximadamente el 50 % de las
especies de plantas y animales. Ayudan a regular el clima global al
producir una cantidad significativa de oxígeno y eliminar el dióxido de
carbono atmosférico. Los bosques tropicales también albergan a muchos
grupos indígenas y comunidades locales que utilizan sus recursos solo
para la subsistencia. Además, son una fuente abundante de recursos
fundamentales como agua, alimentos, materia prima para medicinas, y
servicios como recreación, turismo, bienestar, entre otros.
La selva amazónica alberga una gran cantidad de especies de fauna y flora. / Imagen:
pv746 - Pixabay

Para no olvidar el valor de estos ecosistemas y hacer un llamado a la


conservación, en 2012, la Asamblea General de las Naciones Unidas
creó el Día Internacional de los Bosques, que se celebra el 21 de marzo.
Sin embargo, a pesar de la enorme importancia de los bosques
tropicales, cada año se deforestan 13 millones de hectáreas (ONU). De
acuerdo con los datos de la Universidad de Maryland, los Estados
Unidos, solo en el 2019, los trópicos perdieron casi 12 millones de
hectáreas de cobertura vegetal, que equivale casi al territorio de
Nicaragua en América Central. Y la situación es aún más complicada en
América del Sur. Según la Organización de las Naciones Unidas para la
Agricultura y la Alimentación (Food and Agriculture Organization – FAO,
2018), entre 1990 y 2015 la pérdida de bosques fue de 96,9 millones de
hectáreas.

Toma aérea que muestra la deforestación en área de la Amazonía, desde mayo 2017
hasta Septiembre 2020. / Video: Planet

Las actividades humanas como la deforestación para la explotación


ilegal, la apertura de pastos para la ganadería y la agricultura, la minería,
el acaparamiento de tierras, la construcción de carreteras, las centrales
hidroeléctricas y los incendios provocados son las principales causas de
destrucción de los bosques tropicales. La deforestación ha aumentado en
la mayoría de los países de América del Sur, especialmente en Brasil,
Colombia, Bolivia, Perú y Ecuador.
La destrucción de los bosques también los hace más vulnerables a los
incendios naturales, ya que, con la pérdida de la cobertura vegetal, la
humedad disminuye y la zona queda más expuesta a los rayos, vientos y
concentraciones de luz solar, lo que puede facilitar el inicio de un
incendio natural. Eso puede afectar la capacidad de los bosques para
capturar CO2, lo que provoca que la concentración de este gas en la
atmósfera aumente y acelere el calentamiento global y el cambio
climático. La degradación de los bosques tropicales también puede
conducir a la pérdida de la diversidad biológica, el patrimonio cultural y
los servicios de los ecosistemas mencionados anteriormente.

Los incendios forestales son uno de los procesos que más afectan a la selva
amazónica en América del Sur. Los datos de monitoreo han mostrado un aumento
significativo en el primer semestre del año 2020, principalmente en Brasil y Colombia. /
Imagen: squeeze

El surgimiento de la pandemia covid-19 a principios de 2020 provocó una


parálisis global y la consecuente disminución de la actividad
humana. Las emisiones de carbono disminuyeron y algunos animales
silvestres se vieron en las ciudades. Eso ha despertado la atención de
las personas sobre la importancia de cuidar la naturaleza para evitar,
entre varias consecuencias, la aparición de nuevas enfermedades.

Ante la preocupación por garantizar la supervivencia de toda la vida en el


planeta, incluida la humana, en 2015 la ONU propuso la Agenda de
Desarrollo Sostenible. Esta, tiene objetivos que apuntan a preservar la
diversidad biológica presente en los diversos ecosistemas de la Tierra, y
la mayoría de ellos se encuentran en los bosques tropicales. Los
objetivos propuestos por la ONU están encaminados a reducir la
pobreza, proteger el medio ambiente y el desarrollo para todos. De
hecho, el 70 % de las personas que viven en regiones boscosas y viven
en la línea de la pobreza dependen directamente de los recursos
naturales para sobrevivir, ya sea a través de la pesca, la agricultura o el
extractivismo.

Dada su relevancia para la cultura, la diversidad biológica y la realidad


socioeconómica, esta edición de la Revista Bioika estará dedicada a
brindar información relevante y actual sobre el papel clave de los
bosques tropicales y la importancia de su conservación. Queremos que
el lector conozca las principales amenazas a las que se enfrentan estos
ecosistemas y las estrategias e iniciativas puestas en marcha para
protegerlos.

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