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i | i asta no demasiado tiempo atrés, la mayor parte de ios trabajos espedalizados y de divulgacion acerca ee lemas sindicales coincidfan en presentaral pe- ronismo como un fendmeno que dividia la historia del ronismento obrero argentino ex. dos fases casi diame: aclmeate opuestas. Por mucho que pudieran diferir los Juicios valorativos sobre los sindicalismos preperonista y peronista, pocos dudaban de que entre ‘ambos mediara tuna profunda brecha. Wi ehi Matsushita, docente de la universidad de Tokyo que ha vivido einvestigado durante varios afios en nues- tro pais, se coloca en una perspective distinta. Aunque, en su opinién, hacia 1944 se produjo un viraje radical en fe stekon que venian manteniendo sindicatos y gopie"~ Maree inrereca resaltar los elementos de continuidad que se perciben entre ciertas onientaciones obreras mere teen la década del treinta, en particular en torne al pro- eee Scional y alos vinculos entre sindicalismo y pol, Pie gs que prevalecieron desde los comienzos de} ¢r3 peronise Un enfoque que avala con gran acopio de in- Sern y un cuidadoso tratamiento de la misma, dan core cinuis_ un brillante ejemplo de la capacidad de alg. do. ac udiosos extranjeros para lograr una percepcion gjustada de una realidad ala que, en principio, pudieran parecer totalmente ajenos. EN LA MISMA COLECCION Salvador Canals Frau seeeGones indigenas de la Argention Julio Godio ia: regreso, soledad y muerte (1973-1974) Manfred Kossok El virveioaco del Rio de la Plats Milciades Pena Uiiscralizacion, burguesta y clase obrers, Bonifacio del Carri La tuestisa de las Malvinas Hiroshi Matsushita MOVIMIENTO OBRERO BNC Beet Perén”, Political Science Quarterly, Vol LIXXEY. nL (march, 1968), pig #8 y Kenworthy, “The Fascuon...-, 9p. ot. piss. 67, "3 Murmis v Portnsero, p. a. passe. Lite, 08. et.. pig. 178 Murmis y Portancero, op. ot. pig, 24 y Linde Walter, Organized Labor end Store, 1942-1958, Inadita, 1972. ‘er ejemplo, Craciarena, Jorge. Poder y Clases Sociales en el desarroo de Aménes Letina, Editoral Padée, Bs As. 1976. pag. 13L CaPITULO t TENDENCIAS IDEOLOGICAS DEL MOVIMIENTO OBRERO ANTES DE 1930 Surgimiento de los sindicatos Argentina entr6 en uaa nueva roduccién y exporta- csclaba entre 10,000 v 60,000 en la década de 1870, ascendiendo ‘stibitamente de 20.000 a 220.000 en la década de 1880." Seca errs reese 2S . duplicando el.mis alto porcentaje re por los Est nidos de América. Se tene asi, como lo sefala En cuanto 2 Jos capitales extranjeros, principalmente los desorigen inglés, aumentaron también el volumen en la década de 1890. A Snes e ese aho, c] monto total de los capitales ingleses invertidos en el pais alcanzaba solamente a 20 millones de libras esterlinas. Pero dit hos mas tarde, el monto Neg a 157 millones de bbras y a 357 millones 2 Snes de 19134 Los Tubros principales deyesas inversiones ‘en el mismo sho eran ferracarriles (que representaban ef 60 % del toiall, bonos, publics, actividades agropecuarias, organizaciones 8- ‘nancieras y frigorifices, entre otros.*Como io revela esa distribucion. Jor capitales ingleses estaban destinados a ins sectores directa 0 indirectamente vinculados con Ja actividad agropecuaria, de modo ‘pais mas de 23.000 ‘establecimientos industriales —vestide y tocador, Eonstruceién, metales, muebles, alimentos, grifices, ete.— en lor Cuales estaban ocupadas 170.000 personas.* ‘Rellejando este desarrolloindustnial; aunque precarie ¢ ineipiente, las sitsmas decadas del siglo pasado vieron surpir en la capital una ‘cantidad considerable de sindscatos y luchas sindicales. Por ejemplo. Ja Union Tipografica, creada en ‘1877 en base a la Sociedad Tipogréfica Bonaerense, una de las entidades obreras mis vias del pais cons- ‘Sruids en 1857, Dew6 a cabo la primera huelga imporcante en el pasa abo siguiente" ‘fa decada siguiente, fueron eoaststisdasla Union Obreros Pana~ eros, Sociedad de Obreros Molineros (ambas en 1851), la Union OBeiales Yeseros (1882), Sociedad Obreros Tapiceros, Sociedad de Mayorales y Cocheros de Tranvias {ambas en 1833). Aunque esos emis ean bskanents de ayvda motua, poco 2 ‘poco aparecieron genios conned aca les como Ses Gadde Resistencia: de, Obreros. Marmoleros (1883) y. Sociedad de ‘Obreros Panaderos (1885). En 1887, los conductores ¥ foguistas fe- rroviarios organizaron La Fraternidad con Snes psincipalmente de ayads motua* ‘Las huelgas también se cen forma creciente en las ‘Sltimas décedas Gel siglo. Mientras en 1857 bubo una sols huelgs de Jos zapateros, 1896 registré 26 huelgas, siendo sus protagonists, los fideerus, curtidores, bronceros, madereros, ete." 2 gp ‘A medida que crecis la actividad sindical, se realizaron varios intentos para formar una central obrera y en 189) fue creada Ja Federacion de Trabsjadores de la Region Argentina (F.T-R.A.), como la primera central del pais. En 1901 se cred la Federacioh Obrera “Argentina (F,O:A.), que cambio su nombre en 1904 por la Federa- ‘cin Obrera Regional Argentins (F.O.R.A.), la cual se convertiria en ‘ona de las centrales mds importantes en las primeras décadas de este “Todas estas actividades a nivel de los sindicatos y de la central obrera estuvieron principalmente a cargo de obreros extranjeros. Ya Se dijo que Jos inmigrantes desempefaron un papel primordial en el Gesarrollo de ls economia a 0 el sector industri. Segin el censo de 1895, al que nos referimos, ‘€185 % de los propietarios eran extranjeros y o eran tambien los dos {ereios de las ‘personas ccupadas."” En especial entre los obreros manuales, el porcentaje de los extranjeros en la ciudad de Buenos ‘Ares era excesivamente alto, Hegando a un 64,2 %."* El alto porcen- taje de extranjeros entre Jos obreros de le capital fue una caracte~ yistica Gescollante en el primer momento del movimiento obrero argentino, y siguié siéndolo hasta ien entrada la década de 1930. Xo es extrafo, por consiguiente, que las\ideologias obreras) eal) pais hayan sido en buena medida, una reproduccion de sus corres- ‘oodientes europeas. En otvos términos, a pesar del grado precario ¢ Dbepiente del desarrollo industrial del pais, Argentina fue siempre receptors de las ideologias obreras més avanzadas de Europa E Sestasaje entre tales ideologias y Ia realidad nacional se convirt6 en tubo de Jos problemas coa Jos que los dirigentes obreros y Is dedho- fe de Saguerds tear que eafenare conten Noesto interés radica en la evolucién ideologica del movimiento obrero ene} eriodo 1830-45, por lo cual examinaremos brevemente las corrientes Tieolbpicas de mavor gravitacion en el movimiento obrero argentino y sus aleances en el periodo anterior « 1830. Anarquismo ‘Una de las principales corrientes que indluyé en el movimiento obrero argentino en su periodo inical fe ei anarquismo, introducide al pais hacia 1870.” Se difundi6 principalmente entve los obreros de- las sociedades de resistencia en las ultimas dos décadas del siglo pasado a través de la propaganda que realizaban destacados anar- quistas europecs, como’ Enrica) Malatestay Pietro Gori) quienes tstuvieron en el pas durante 188589 1698-1902, respectramen- te Aunque habu diveras teodencias dentro del anarquismo y #0 observa cierta diferencia atin entre Malatesta y Cori," el anarquismo ue se difundis a fines de siglo tenia clertas carscteristcas funda. tmentales. La primera era‘stlacento’en la acciéncolectivalantes que ea dion eS ae damente hasta 1690," La acci6n colectiva implicabe la acca del Sindicato o de las organiaciones obreras o en otros términos, el fanarquismo de aquella época reconocia. “la necesdad que tiene el a de organizarse para combatir con éxito a la clase capita- Es por esta razin que los anarquistas se dedicaroa pik le EES Atarquamo de enres en a parcoodialame segunda caracteristica era su preferencia por laaccién directa, con @alisis en fa huclgs general como el método de hucha " imds eficaz. rechazando absolutamente la lucha parlamentaria. Par los anarquistas, “a huelga general a través de los sindicates es el Unicmecc pac derrar sis barguesta‘¥ La F'O.A por spare. en el congreso coastituyente realizado en 1901, reconocié ofciaimen- tela huelga general com “tase supcema de ach econ» ra caracteristia encontramos su oposicba al partido politico © sea su denominado “antipoliticismo”. Al respecto, el TV fongeso de We F.0.X. celebrado en 1906. dectraba fo niger: organizacién, puramente econémica, es distinta iad tos los prides pliseosburgusesy police ober, uss que 251 como ellos se organizan para la conquista del poder politico, Seen ree eee eee scons” (subrayado nuestro) * * - cuarta caracteristica era su internacionalismo marcado. El V ccongreso de la F.O,R.A: realizado en 1905 —el abo dsaombeese habia decidido en el congreso anterior— eclaraba su intemaciona lismo sefialando que “las fronteras que separan a los pueblos no seneg rain de ser pare ls que 10 recoooen ors paige ol ‘entero, in los hort En eters seen bres nacidos en otros a guinea caracterstce eras intencién de dar un cootenkdo au {deeldgice al movimleAte obrera Prueba de ello es que en ese Songrezo de 1905, la F.O.R.A. definié sus prineipios flesolicos como fondel“comunismo andrquico”, que consituiria “una norma de lucha de la entidad en toda su historia posterior” El anarquiémo, con las caracterstcas sefaladas, logr6 un ampli apoyo entre los obreros argentinos durante las itimas décadas del glo pasado y [a primera del actual. Se puede afrmar con certeza que ‘Aigentina era el pais sudamericano donde el anarquismo fue més fuyente, pudiendo compararse al de Italia y Espafa por su mii- tancis e indluencia,™ habida cuenta del arraigo popular de que gozaba en esos paises. ‘Esta notable difusién de! anarquismo se explica en parte por los esfuerzos de algunos anarquistas europeos tales como Malatesta, Con. José Prat y Antonio Pellicer Paraire.* pero algunas condiciones partculares de Argentina dan cuenta también de la difusién men- En primer término, debe destacarse el hecho de que f#iamenia mayoria de los inmigrantes, que eran los componentes més numero-) 505 de los obreros, provenian de ltalia y Espa‘ia.* ‘donde habian sido \ ya indluidos por el anarquismo. En segundo lugar, la'situacién en que Te encontraban los obreros inmigrantes n0 éra tan promisoria como io Us companias de inmigcién. Eo especial dexputs de | Exisis de 1890 y el ciclo econdmico recesivo, muchos inmigrantes se vigron condenados a una situacion miserable, sinténdose atraidos por | Ia peédica emotiva del anarquismo.* En tercer lugar. los inmigrantes estaban marginados de la politica. | va que carecian del derecho de voto mientras no se tacionalzaran. Por consiguiente, el Unico recurso del que podian valerse tos i smigrantes extranjeros era la accién directa propugnada por los anar- ‘quistas. En cuanto a su marginalidad politica, lajmisma suerte corrian fo potas obreros nativos; ya que mediante el fraude electoral 23 pardeipaciéa politica estaba severamente limitada.*"Si los obreros argentinos compartian la miseria y margir de los ex- tranjeros, se puede suponer que una parte de los obreros nativos fueron tumbign atraides por el anarquisma.™ ‘En cuarto lugar, el desarrollo precario de la industria nacional. | por fa preeminencia del sector arteranal. fvorecié l. ‘extension del anarquismo. Por lo geceral, ef anarquismo tendia a atraer mas geate entre los obreros sector artesanal y otrus donde las tareas eran poco diferenciadas como se vera mds adelante, que 8 conjunta de ttales factores, el una indlyencia de tal magnitud qu Cuando el anarquismo reclutabs ‘adeptor en el pais durante las tia décadas del siglo pasado y la primers de ete sh El primer intento de difundis en forma yungue no entraremos en un de Justo, conviene sefalar que m gu al Ineles ee p Eimente ‘oponia a ella, en especial a las huelgss provocadas con fines perturbacién del orden. Ya en 1900 ei Fartido declaraba que “no prestaré su apoyo 2 las huelgas que se declaren, siempre que las sociedades que las inisien no estén en condiciones de afrontarlas".* y dos afios después deplorabs las actitudes de algunos gremios que habian acudido a ls buelgs general iniciada por los anarquistas como protesta a la Ley de Residencia” No sblo con respecto al accion politics yal hues general, sino tambien en tomo al papel del Estado bubo ciertas diserepancias entre el anarquismo y el Partido Socialist. Mientras el primero queria minimizar su funeién, el Partido Socialista proponia aumentala, en ‘especial con respecto al problems gremial ™ Por otra parte, el Partido Socialista, en contraste con el anarquismo que ‘el valor de las fronteras entre los paises, reconocia el significado del patriotismo, ‘que por cierto fue moderado, Como sefalabe Justo, “creemos tener el Tatiiotismo més sano y més inteligente, patriotismo que concuerda perfectamente con nuestros ideales in "> Esto signiB- ‘ca que para Justo y Jos principales dirigentes socialistas, el patriotis- mo y el internacionalismo eran perfectamente compatibles, de donde Enrique Dickmann sostenia que “po hay ningin antagonismo entre la bandera azul y blanca, simbolo de la soberania politica de la nacion y Ja bandera roja, simbolo de las reivindicaciones humanas del pro- etariado universal, simbolo internacional de paz y de trabajo" ‘Con respecto al patriotismo debe destacarse también que el Parti- o Socialista luchaba por Ia nacionalizacién de los extranjeros, ya que segin Adolfo Dickmann en su discurso de 1915, “dejar alejados de la 052 publica a tres millones de extranjeros que tienen en sus manos la mayor parte de la riqueza del suelo y de la produccién y de! comer- G0" era “el verdadero peligro contra la nacionalidad”.* 7 ‘Las organizaciones obreras adictas al Partido seguian con bastante aproximacion esas lineas trazadas por la direcciGn. partidaria La iniéa General de Teabajadores (U.G.T.), creada en 1903 por los sBremios socialistas que se habian separado de la F.O.A. en oposiciga asud anarquista declaraba en el congreso constituyente su posicién contraria a la huelga general con Anes de violencia y reco mendaba a la clase trabajadora que “independientemente de la lucha {remial los obreros se preocupen de la lucha politica y conquisten leyes protectoras del trabajo, dando sus votos a los partidas que tienen en sus programas reformas concretas ea pro de la legislaién obrera”.** En resumen, la apreciacién de la lucha politica y la ‘umperacién con los partidos politicos, con el consiguiente desprecio. hacia la accicn directa, sociias, in embargo, esta postura tan opuesta al anarquismo: de conseguir muchos adherents al pcncipio de ese gl cuando sca predominaba la influencia anarquista, y ya en 1906 la direceida de la U.C.T. fue copada por una nueva corente llamada sindicalista. que fueron los rasgos principales de los gremios + al principio poseia muchos elementos comunes con el anarquismo, ‘como se vera mds adelante. Perdiendo su influencia en ls dos centrales obreras —la F.0.R.4 anarquista y la U.G.T. sindicalista— algunos socialistas procuraron crear una nueva central socialist, pero esta opinion fue rechazeda potelcongreso socialist en 1908, imponiendose la idea de mantener la neutralidad del partido en materia gremial. Dada la limitacioa de su influencia, el Partido Socialista opts por couperar con las otras tendencias sin intentar imponer su propio criteria al movimiento obrera, criterio que cristalizé en una resolucién del congreso reunido en julio de 1918 en Avellaneda. Esta cesolucién de Avellaneda. que pronto se convirtié en una norma bésica para regir las relaciones del Pastido con el movimiento obrero, consistia en dos principics. El Brimero se referia a la necesidad de mantener “una perfects unidad | de miras y una constante armonia” encre el Partido y las organizacio- nes obrera, ya que el Partido Socalista ora "le dae webupdora politicamente organizada”. El segundo principio, en cambio, acen- tuaba la independencia entre las dos organizaciones, o sea, “para que a efcacia de la accién reciprocasea mayor, las organizaciones 20 deben hostilizarse ni tampoco coafundirse, siendo conveniente que Permanezcan independieates unas de otras para la mejor actuaciéa dentro de sus respectivas esferas”. Con tal eriterio de la independen- 28 cia, el Partido acoasejaba a sus afliados que se opusieran a la campaha tlectoral en el gremio.* ‘Obviamente, los dos principios eran contradictorios, ya que si el Partido insistia en la unidad de miras, ello significaba imponer su entero al gremio, lo cual condicionaria eb comportamiento de éste, Violando el principio de independencia de! movimiento obrero. De modo que pese a haberse aprobado la resolucin de Avellaneda, habian quedado opiniones diversas dentro del Partido relativas a la relacion are y los gremios. Por lo general, el ala izquierda del Partido tendia a enfatizar la relacion estrecha entre el Partido y el movimiento obrero. y el ala derecha, en cambio, se inclinaba a respetar la independencia muta. De tal manera, cuando fue creado ei Partido Socialista Independien- te, luego de la escisiéa interna del Partido Socialista en 1927, ef fauevo partido llegé a negar la unidad de miras del Partido y de! movimiento abrero, declarando que “los seatimientos religiosos, las ideas politicas, y las convicciones Glosdficas no corresponden a la organizacin sindical”* (el subrayado es nuestro) Aunque acd no entramos en detalle acerca de la lucha interna del Partido relativa a la relacion entre el Partido y el movimiento odrero. en la década del 1920 1 partido en general tendia a enfatzar el principio de la independencia entre los dos. No debe sin embargo dlvidarse que ef principio de indepeadencia entre el movimiento obrero y el partido socialista consagrade en el congreso de Avellaneda ‘no significaba el alejamiento completo del Partido respecto del mo- vimiento obrero. Después del congreso reunido en San Nicolis en 1919, para mantener cierta relaciéa coa el movimiento obrero el Partido creé una organizacién Uamada Comisién Socialista de In- formaciéa Cremial (C.S.1.C.), cuya misién esencialmente consistia en “orientar las ideas y unificar la accién de los afiliados socialistas que actian en el movimiento sindical”.“ Lo importante de destacar es que esta Comisién también actuaba en la década de 1920 dentro del Principio de independencia del movimiento obrero, respetando su autonomia y evitando la intromisiéa partdista en el mismo como regla general.” Respetando la autonomia sindical y, en parte, aprovechando el vacio: jicjado por la declinacién del anarquismo, el socialismo au- ‘ments el nimero de seguidores en la década de 1920. La Confedera- cia Obrera Argentina (C.0.A.) creada en 1926 por imiciativa de dirigentes obreros socialistas, tenia como sus principales asociados a \ » la Confaternidad Ferroviaria (compuesta por la Unién Ferroviaria —U.F.— y la Fraternidad), la Unién Obreros Cortadores, Sastres ¥ Costuras y Anexos, la Uni6n Obreros Curtidores y la Unién Obreros Municipales (U.0.M.). Hacia 1930, segin el cdlculo de Alfredo Lé- pez, los socios de la U.F., La Fraternidad y la U.O.M. alcanzaban a 80.00, 12.000 y 6.000 respectivamente. La tercera corriente sdeologca importante en el movimiento ‘obrero argentino fue e! sindicalismo, introducido hacia 1903 por los disidentes sociaistas, tal como Julio A Arraga desde Europa, pu- iendo sintetizarse as{ su esencia: “Los sindicatos y no el partido politico son el arma principal de la lucha proletaria". Oniginariamen- fe en Europa, el sindicalismo aparecié como una resceién contra la tendencia relormista y parlamentaria de los partidos socialistas, ad- judicandole al sindicato el rol revolucionario en la lucha obrera contra tl regimen capitalsta, y exaltando la huelga como el mas efcaz medio de lucha ‘Bajo este aspecto, e} sindicalismo tenia wnucho en comin con el ‘anarguismo y a veces:se denominabs sindicalismo revolucionario, ‘Empero, importantes diferencias lo separaban, entre ella la aprecia~ ‘cin de la acoén politica. Mientras el anarquismo la despreciaba, e! sindicalismo la secomocia como un medio de conseguir las reivindica- Cones obreras sin que esto signifcara la subordinacién de les sindi- ceatos 2 los partidos politions. Como manifests su érgano de propa- da sindicalista en 1905, una de las metas de Jos sindicalistas era tegrar la accién revolucionaria del proletarisdo por medio de la subordinacion de la accién parlamentaria a los intereses de la clase ‘tahaisdora, correspondiendo 2 ésta sefalar a sus mandatanos la conducta 2 seguir en los parlamentos burgueses”, O sea, los sindica- listas se negaban rotundamente a quedar subordinados a los partidos politicos, pero reconocieron cierto valor en la actividad de los parti- Gos o le parlamentaria, que servirian 2 los intereses de clase, tales ‘como la sancién de leyes sociales. Sin embargo, esta apreciaciOn de las actividades parlamentarias estaba tan limitada que el 6rgano arriba citado adjudicaba a) parlamento "Como sinico pape! en e! proceso Tevolucionario, funciones de critica y deserédito de las insttuciones politicas del régimen capitalista”.*” En otros términos, los sindicalis- {as no confiaban tanto en e! parlamento como los socialists, pero 0 tampoco aceptaban el antipoliticismo del anarquismo, asumiendo una ira intermedia entre ambas tendencias. ‘De ello resultaba que frente a la politica, Jos sindicalistas tendian a preveindir de ella, tomar una actitod politcamente neutral. pero Mceptando ciertas mejoras obreras realizadas por lot partidos politi- cos, sin .« Ia autonomia de los sindicatos frente a aquéllos. A pesar de que el sindicalismo asi concebido era més ‘que el PeSrquismo, el sindicalismo de princpios del siglo actual tendia : Pai el anarquismo, reejando posiblemente el ambiente politico de Ir epoca en un patt donde el sistema parlamentaro no estaba arai- gab, y cahibjendo une tendencis hacis la ancién directa v violenta, wrMenemos que los sindicalistas que coparon la direcciim de la UCIT, en 1906 hicieron sprobar una resolueiéo en su congreso A fealizado en ese aio, en la cual se decia que la U.G.T. debia aconsejar t o Tiproleaiado “s copacarse para cjercerla (a buelg genera) no f () Gebiéndose poner limites de ninguna clase” 4 Je haber conseguido la hegemonia en la U.G.T., Jos sindiealistas la mantuvieron en la Confederacién Obrera Regional i “Argentina (C.O.R.A.) ‘creada en 1908, en a que ‘partcipaban no s6lo_ for sindicalistas sino también algunos y os ‘Aunque la C.O.R.A. se fusioné con la F.O.RA en 1914, los sindbalistas mantuvieron la hegemonia en la misma, de tal manera {gue e1 Dk Congreso de la F.O.R.A. realizado a aho siguiente, declaré su cardcter sindicalista, aprobando una resolucién que 0 sélo se. pronuneiaba por la prescindencia politica, sino que airmabs que “la F'OLR-A. no fe pronuncia oBcialmente partidara ni aconseja a adop- cién de sistemas Slos6bcos ni ideologias det ta Cuadro I-1. Las centrales obreras argeatinas 1890-1953 1s 192 100 1335 30 Maro 10 Junio wot Fedencion | igo Fedeanon Trabapores de r (0 Federcion apo elt | ote wate | “der Fein 1503 Foran Se | Tass po Gores “Obrerss de Federscion ‘Buenos sires Obeera Argentina ie FORA wm UST, Pete Ben om, decor Legend pee ected i CORE Conitesn Ove egal yetna es FORA i8i5 FORA del V Cones | del 1X Congreso, L J u musa] me FORA, in Sc J as a eee moat Feasd Sate | || obter penta ‘sse'cina | | | | ‘Guedes | (Seren tatabee | | ie [sas cot ae | CER i | ot casera Str: | inde Sia ss | ere tndezeglene i80 ease | Unum Scion wo con | hee o=alaseat | | 1 (wa cet fe cop | vee SSP LR SSF Como puede verse, esta resolucin reafirmaba la postura poltica- mente neutral dl sindialsmo, lo cual prodjo una lucrepancia con los anarquistas «ue yuerian seguir abanderando el comunismo andr- quico que habia sido aceptado como principio por et V Congreso de 1905. Por consiguiente, constituyeron su propia organizacién con el nombre de la F.O.R.A. del V Congreso, denomiaindote la otra F.O.R.A. con el nombre de F.O.R.A. del IX Congreso (ver Cua- dro I-D. A pesar del alejamiento de les grupos anarquistas, la F.0.R.A. del 1X Congreso registré una notable expansién entre" 1915 y 1918, au- mentando los sindicatos asociados de 65 2 166 durante ei mismo perioda.4 Puesto que la F.0.R.A. del IX Congreso contaba en 34 Seno no sélo a los gremios sindicalistas sino a los socialists también, el aumento numérico de la F.0.R.A. del IX Congreso no significaba necesariamente la expansién del sindicalismo, pero teniendo en cuenta el predominio del sindicalismo en la F.O.R.A. del (X Con greso,® la expansién de la misma se puede interpretar en buena medida como la del sindicaismo. La cuestin que emerge es la relativa a la explicacién de la ex- ansi6n del sindicalismo en la segunda década de este siglo. Sin duda, el avance del sindicalismo réflejaba la declinacién del anarquismmo ala que ya nos hemos referido. En especial, la accion policial conta los anarquistas imposibilitaba cada vez més su actividad. lo cual pre- paraba un terreno apropiado para la acciéa més moderada de los sindicalistas. Por otra parte, como indica David Rock, a transformacion ccurrida en la estructura obrera habr Gacilitado la expansién del sindicalismo. A medida que se desarrollaba la economia, los grandes gremies, como los maritimos y los ferroviarios empezaron a tener més importancia, ‘reemplazando a los gremios pequefios que solian sentirse atraidos pot el anarquismo.* Esta transformacién también se reflejaba en la cre- Gente estratificaciin de los trabajos de la clase obrera, que abarcaba desde el trabajo més sofistcado hasta el més humilde trabajo manual. La diversidad de trabajo sefalada daba la razén al sindicalisme que tendfa a negociar segin el nivel de capacidad para el logro de sus odjetivos econdmicos a diferencia del anarquismo que simplemente luchaba por la soldaridad de todos los obreros sin astinguir el sivel ‘écnico entre los mismos.* Otro elemento a tener en cuenta es la politica de Hipdlito Yrigo- yen, que debe haber favorecido la expansin del sindicaisme. La poltica laboral, durante la primera presidencia de Yrigoyen no fue Coberente, puesto que mientras se acodia a una fuerte represiéa ‘como ocurrié en la "Semana Trégica” en enero de i919, 0 lz lucha obrera de la Patagonia en 1921, por otra parte se trataba de satishacer las exigencias obreras en las huelgas de fervoviarios y maritimos.** Pese a esas incoherencias, lz politica labora del radicalismoabriéua nuevo camino para solucionas e} problema laboral, mediante la nego- ciacién entre los obreros y el gobierno. Bajo esta nueva tonics, el sindicalismo que estaba més dispuesto a entavlar negociaciones con el gobierno en vista a sus fines reivindicatorios, debe haber sido una ‘opeién mde atravente para la mayoria de lor tabajadorer, al mence ea ‘comparacién con el anarquismo con su tendencia a enireotarse al gobierno. Por afadidura, no debe olvidarse que el gobierno radical al promover el didlogo con los sindicalistas para restarle fuerza al Part- do Socialista dentro del movimiento obrero, colocaba en condicio- nes mas favorables al sindicalismo que al socalismo como alternativa al anarquismo. ‘Ademds, existe otra circunstancia que debe ser mencionada porque ineidi6 en este panorama y explica en cierto modo el desarrollo del sindicalismo en Ja Argentina en la década de 1910 y en Ja época posterior. Nos referimos a la pérdida del contenido Bloséfico del Sindicalismo en ia Argentina, convirtiéndose en un dogma més fic de aceptar desde el punto de vista obrero, que no exigi “definiciones ideologicas precisas".# Originanamente, en Europa el sindicalismo que racio en el seno de los sindicatos obreros en contra al socialismo reformist, recibié pronto una fondamentacién floséfiea de pensadores como George Sorel y Arturo Labriola. A diferencia de elo, en la Argentina los abreros sindicalistas renunciaron a la tarea de jproporcionar al movi- iento un contenido Bloséfico, comenzando a actuar a un nivel mas pregmitico. Debido a tal orientacién, fue prictcamente eliminado el grupo intelectual del sindicalismo, no pudiendo participar oj 2n ‘Arraga en e] mitin obrero." Esta tendencia que el sindicalismo ad- Quino en su momento inicial, fue acentuindose en la década de 1910 ¥ a principios de la década siguiente Jos sindicalistas insstian en el carécter no flosofio de su credo. Como lo sefiala un dingente sindi- calista, “El sindicalismo revolucionario no fue producto de ninguna escuela filoséfice, le ha dado su razén de ser e instinto de defense que fe maniiasto en ida ls exclasoolepc: desde ol is simple nsec hasta e] hombre mas evolucionado y dueto de si mismo, frente al ‘enemigo que intenta deprimitlo o esclavizarlo, ensaya de acuerdo con su capacidad, los medios de defensa’.* (El subrayado es nuestro). Se inBere en consecuencia que el sindicalismo bregaba por li eivindicacién inmediata de la clase obrera, era una postura que derivaba instintivamente de la condicién de obrero, v que terminads esa condicién era facil su abandono. Es asi como el sindicalismo pudo sabaer a Jos inmigrantes extranjeros que necesitaban une mejora inmediata y tenian fuertes aspiraciones de ascenso, asi como a ios ‘naSvos que alimentaban similares expectativas. En otras palabras, el sindicalismo podia ser més failmente acepia- do que ningin otro dogma obrero en una zociedad como la argentina, donde exist alta movilidad social ascendente entre la clase obrera, lima que “no ere propicio ni favorable para la formacién de ia conciencia proletaria".© Debido 2 esa conjuncién de factores, el sindicalismo registré una expansion notable en le segunda década del siglo. En tales con- diciones, el Partido Socialista no quiso enfrentarse con esa tendencia, eligendo el camino de la neutral'dad gremial, como estaba Bjado en la resolucion de Avellaneda ya referida. En otros términes, la resolu- ion de Avellaneda fue, en paste, una medida impuesta por Ja ciz- cunstancia concreta de un creciente influjo del sindicalismo, Por otra parte, es de notar que mientras el sindicalismo conseguia mis adepios, perdia su cardcter revolucionario. La ruptura definiova de los sindicalistas con los anarquistas y la negociacion con el gobier~ 10 radical, evaban al sindicalismo a una postura ain més moderada y copciliatoria. En la Semana Tragica, los sindicalistas de la F.O.RA. del IX Congreso mantuvieron tal actitud en contraste con Jos anar- quistas de la F.O.R.A. del V Congreso que bregaban por la huelga general. ‘Sin embargo, después de lz lucha interna provocada hacia 1920 a Taiz de la revolucién russ, el sindicalismo adquirié nuevamente cardc- fer revolucionario. Se tene asi que cuando fue creada la Unién Sindical Argentina (U.S.A.) en 1922 principalmente por los sindicalis- {as con la colaboracién de socialistas v comunistas, se declaraba en el Pishmbulo del estatuto de le misma, ene ovas coms, que “Las luchas puramente mejorativas, han culminado su periode. Hoy se plantea a los trabajadores el problema de la conquista integral de sus Gerechos. Yano aparecen ‘Gente al capitalise como un cnjunio de lescontentos, sino como el sucesor obligado para asumir a responsa- bibdad de ia direccién y contralor (sic) de la nueva situacién social 35 determinada por la inevitable y cercana caida del régimen capitalts- tico". Frente al gobierno, el sindicalisino rostré una actinid més host Asi, un dirigente obrero fue eriticado por el 6rgano de la U.S.A. por haber aceptado la mediacién del Departamento Nacional del Trabajo en el conllicto laboral. Sin embargo, el fervor o delirio revolucio- nario producido por la revolueién rusa fue desapareciendo paulatina- ‘mente a medida que resultaba evidente que el régimen capitalista no caia tan répidamente como ere‘an los sindicalistas.©" Tal situacion fue Hevando al sindicalismo progresivamente a una actitud més moderada hacia 1990. Por otra parte, Ja U.S.A. sufeié una escisién interna muy seria, producida por la separacion del grupo socialista en 1924, con la Consiguiente creacion de la C.O.A. en 1926, y la expulsiéa del grupo. comunista en el mismo aio. Esta situacién produjo una disminucién dde los afiliados a la U.S.A., estumdndose que al momento de la fundacidn, 0 sea en 1922, contaba con 26.000 adherentes, en 1990 fabian quedado reducidos a unos 14.000, teniendo su fuerza en los sindicatos del Mueble, Calzado, Construcciones Navales, Maritimes, ec” Este fenémeno no implica que el sindicalismo hubiese perdido su fuerza. antes bien, como dogma siguié consiguiendo mas adeptos en Ja década de 1920, en especial entre los ferroviarios. Esta expansion del sindicalismo a veces alcanzaba alos obreros socialist, algunos de Jos cuales daban mayor importancia a la autonomta del sindicato en materia gremial que a la estrecha relacién entre el Partido y el Sindieato.™ No puede tampoco ignorarse el hecho de que algunos Sindicalistas se vinculaban coa el radicalismo yrgoyenista, Como hemos visto, la poltica de Yrigoyen de apoyar a los sindicalistas a En de debiitar al socialismo dentro del movimiento obrera, habia creado tun tipo de contacto perional entre Yrigoyen y algunos sindicalistas, fen especial entre los gremios maritimes y ferroviarios, que habian recibido beneficios a tavés de la gestién personal de Yrigoyen Algunos sindicalistas participaban en los comités ferroviarios yrigo- yenistas en 1927-28, actitud que fue rechazada roundamente por dtros sindicalistas y socialstas, que formabart las comisiones directi- vas de la UF. y La Fraternidad, entre otras, por la violacion de la rescindeneia en la contienda electoral." Por otra parte, el sindica- smo carecia de precisién ideolégica, situaciéa que le permitié a un sindicalista recibir otra ideologia tan vaga como el radicalismo, sin rovocar races ni choques ideolégicos. 6 La cuarta corriente ideolégics de importancia en el movimiento jg obrero argentino ha sido el comunisme. Aunque la actividad comu- > pista organizativa se inicid en Argentina con la fundaci6n del Partido Comunista, con el nombre de Partido Socialista Internacional, en enero de 1918 —el nombre cambié por el de Partido Comunista en diciembre de 1920—, el Partido tenia su origen en las actividades de algunos sociaistas jévenes de tendencia izquierdista en el Partido Socialista en los primeros afios de la década de 1910. sos grupos procuraban intensiicar el cardeter obrero del Partido y se dedicaban a la organizacién de los sindicatos a través del Comité de Propaganda Cremial, que actud ente los afos 1914-17, actitud que provocé el par parte del Comité Ejecutivo del Partido.” Ellosa su vez se opontan ala politica belicista del grupo de Justo y sus seguidores, en torno al problema planteado por la Primera Cuerra Mundi por lo cual se sepuraron del Partido, formando uno nuevo ‘en enero de 1918. En este sentido, como sefala Emilio J. Corbiere “Los socialistas internacionales no actuaron —segin se cree equivo- cadamente— al influjo de la Revolucién Rusa, transportando mecé- nicamente una experiencia vivida por otro pais al nuestro. Fue un movimiento socialista de izquierda que se origind, desarrollé y con- solidé dentro del Partido’ Socialista”. De tal modo, en el mismo aio en que fue creado al Partido Comunista, éste tenia tres represenian- tes en el Consejo Federal de la F.0.R.A. del [X Congreso." Ea la U.S.A. los comunistas mantuvieron cierta influencia y en el primer congreso de la misma realizado en 1924, los delegados camunistas ccupaban la mayoria de las representaciones, aunque no en términos de couizantes. De ello resultaba que los sindicalistas debian adoptar el sistema de votos de acuerdo con el niimero de cotizantes en ver del ‘nimero absoluto de delegados para contrarrestar la indluencia comu- nista* Mientras el Partido Comunista mantenia cierta influencia en el movimiento obrero dentro del Partido se desplegaba una lucha atroz. tellejando en cierta medida los conficts ideolégicos desatados en !a Rusia Soviética, lucha que Rnalizé en 1927 con el triunfo de la llamada aa derecha de’Victorio Codovilla y Rodolfo Chioldi.* Debido a la diversidad ideoligica interna que existia a lo largo de casi toda la década de 1920, es sumamente diffcil caraeterzar su actitud en este periodo. Acé, en base a su dezano periodistico La n Intérnacional, intentaremos sefalar algunas caractersticas bisicas Bey Partido, mis allé de las discrepancias ideologicas observadas en e] interior del mismo ‘Une caracterisora del Partido fue su “peculiar parlamentarismo". En cuanto alas eleccioges, habia un grupo que se negaba participa Ta Is “elecciones burguesas”, pero esta postura fue rechazada el Farido parseipé en la eleccién.” Sin embargo, ¢} Partido no olvido Usuinguar su parlamentarismo con el del Partido Socialsta, v2 que Segun el Partido Comonista “el parlamento es instrumento burgués" S’Ringue concurrisaesa asamblea, no era para abanzar el parlamen- larismp, sino para contribuir “al desprestigo de las insbtuciones parlamentarias burguesas gue ublzamos para patentiaar sv esencia ictatorial y antiproletaria".”* Este actitud antparlamentaria alimentaba la critica del comunismo hacia el legalismo del Partido Socialista en materia obrera. El Partido Socialista desde su fundacién, auspiciaba el reconocimiento legal de Joe gremios. como hemos visto, pero el Partido Comunista en ls década de 1920 repudiaba esa prédica socialist, porque “dotarle al Sindieato de personeria juridica bajo la garantia del estado”, es “una forma de impedi: las luchas, las buelgas” "A esto debe afadirse que en toroc a la relacién ene el Fartdo politica ¥ el movimiento obrero hubo una discrepancia entse ls dos parsdos, Mientras el Sovialsta tendia a respetar a autonomia ge” Fiial, e} Comunista enfatizaba la unidad entre el Partido y el movi- ‘niento obrero. Para e] Partido Comunistz, la relacién entre el Partido 3 los maimientos og: 5 Gefinia como aquella entre una or Banizacién de vanguardia y las masas."* El Partido Comunista se enemist6 con los anarquistas también, en especial después de que la F.O.R.A. (la disolucién dels F.0. R.A. del De Congreso fwvo lugar en 1552, volviendo la F.O.R.A. del V Con- reso 2 tomar sv antigua denominaci6n) declaraba su oposicién en $03, a cualquie: dictadura del proletariade aunque fuese como me- ida ‘transitoria." ‘Sin embargo, a ideologia obrera més acerbamentecritcada por ¢l Partido Comunista foe el sindicalismo, va que no solo dentro de la U.S.A. en que militaban los comunistas, sino en el movimiento obrero del pais, e) sindicalismo gozaba de mayor iniluencia. Las Criticas del Partido Comunista contra el sindicaismo se sintetizaban ten los siguientes aspectos. El primero era que el sindicalismo no teconocia el cardeter politico de la lucha de clase o de la lucha pos las 38 amejoras econémicas. Segin el Partido Comunista: “no hay lucha ee 7 20 baton politica y viceversa”. segundo aspecto de la critica era que la nevtraliiad politica del soficibmo alee al movimiento obrero de lat “alin revlaco- arias, y 10 transformabs en un apéndice de los partidas politieos burgueses. El tercero tonsistia en que ese neutralismo Jes daba ‘oportunidad a los capitalistas val gobierno de enfrentar con ventajas a Ja clase obrera: “Reducida la lucha de clase al reducido campo dele Jucha por el solario y el mejoramiento de la clase obrera, e] nevtra- Iismo politico Guiza por ser un apéndice del partido gobernante que, dentro del régimen de las mejoras del salario, el neutralismo Rodicalista quiere explotar en su acciOn para conseguir las mayores ventajas en las Juchas econémicas y sélo es explotado por la fraccin burpoete gobernante en su propio interés, tanto como en el interés de la clase que representa”.© kk ‘Ademés de estas diferencias mencionadas, vale la pena destacar una caracteristica de] comunismo: es su constante atague al imperia~ lismo y su insistencia en la necesidad de vincular la lucha antiim- perilista con la Hamada Jucha emancipadora de la clase obrera. “hongue este antimperialismo de los comunistas argentinos res~ pondis 2 las necesidades de la Uni6n Soviética que estaba en pugns fon los paises capitalistas en el nivel mundial, e] antimperialismo tenia un rignieado dentro del marco de la politica nacional, porque €) Pardo claboré su téctica de lucha sobre e) supvesto de que ‘Argentina era on pais econémicamec's 2zpendiente de los. paises ‘apitalistas, Este estado de dependencia o el predominio del im- eralsme ene! pals fue sefalado a veces por Le Internacional en la primera mitad de la década de 1920, pero el problema de depen- Geneia fue mas elaborado tedricamente después de la "Carta abierta el Comintern”, enviada en mayo de 1925 al Partido Comunista ‘Argentino. Seguin dicha carta, Argentina, que habia experimentado Cierta industralizacion después de la Primera Guerra Mundial, no habfa podido modificar “las caracteristices especiales de la economia agonal dela Argentina, es dei, pependeranca, sbsolvta, de la produccién de materias primas para las industrias extranjeras v Eo de productos alimenticios para el mercado mundial”. Se sefialaba quel carencia de una industria pesada en general y metalirgica en particu~ lar ponia a Argentina en una situacién de fuerte dependencia, en Io relativo a aprovisionamiento de medios de produccién, respecto del fextranjero. Seguia la carta afrmando que "la gran produccién de materias primas en la agricultura y en la ganaderia sobre la base del sistema de plantaciones y de los latifindios destinados al mercado ‘mundial, he abi la caracteristica de la economia sacional de la Ar- gentina. Esto significa que la Argentina actual es un pals semicolonial i por excelencia”. Por otra parte, este caricter semicolonial se acentué més, tegin la Carta, “por el hecho que la «valorizacién» del conjunto de casi toda la economia nacional est hecha por el capital Bnazcie:¢ inglés y norteamericano” * (El subrayado es nuestro). Lo que interesa destacar con referencia a la Carta, por su portancia, es que el Partido Comunista Argentina en su Vill Con- ‘reso celebrado en noviembre de 1928, acept6 su contenido, incluso su definicién de Argentina como “un pals semicolonial”* Si el pats estaba en condicién semicolonial, la tarea principal para los coma nistas era la lucha contra tal dominaciéa y contra el grupo aliado interno del imperialismo, en especial, contra los terratenientes. De all que ef Partido Comunista levantase las banderas del antiimperia- lismo y la reforma agraria como los medios principales de lucha para i la “Liberacién nacional”," intentando movilizar a la clase obrera en esa empresa. Es significatvo en este planteo que el Partido Co- f ‘munista logr6 influir directamente en la orieatacién de los gremios adictos al mismo. Ast es que el gremio figoriico aceptaba en una conferencia de los gremios det mismo género de la América Latina, realizada en mayo de 1990, una consigna: “NI UN KILO DE CARNE PARA LOS EJERCITOS IMPERIALISTAS”.* Por cierto que estas caracteristicas de dependencia econémica del pais ya habian sido sefaladas antes. Por ejemplo, en cuanto a I dominacién del capital extranjero, Justo en 1896 iadicaba que "Hoy nuestro pais es tributario de Inglaterra. Cada aio salen para alla # muchos millones de pesos oro para los accionistas de las empresas inglesas establecidas en el pais”." Empero, la critica hecha por los socialists contra el capital extran- Jero era mucho més moderada que la del comiinismo, ya que aquéllos Teconocian su valor como factor de desarrollo del pais. Ea otros términos, el Partido Socialista en general no eriticaba el capital ex- tranjero en sf, sino que se limitaba a enjuictar la aceién extorsionadora # corrupta del mismo, y para evitar tales situaciones, proponia cierto Srrolobee el capital ordneo. Como sintetia Richard Walter, la politica del socialismo frente al capital extranjero era “camino del medio” y esperaba en la educacién pibica y la introduccién de una legislacion reglamentaria para combatir los abusos que pudieran eo- meter los capitales extranjeros.” Resulta asique en la década de 1920, cuando el Partido Comunista exigia la expropiacién de las empresas extranjeras sin indemniza- Gin el Parcdo Socialisa se limiaba a exige regiamentacda del control sobre las empresas ferroviaras extranjeras.** Reflejando ‘al planteo det Partido Socialista, los gremios adictos al socialismo a0 cuestionaban seriamente el problema de la existencia del capital fextranjero en el pais, aunque a veces criticaba la intervencién armada de los Estados Unidos de América en otros paises latinoamericanos, como en el caso de la intervencion de Nicaragua en 1927, la cual rmostraba. segrin | UO.M., “designios perversos” det capitalismo yangui. En cuanto al otro aspecto de ta dependencia econémica, causada por la condicién de pais agropecuano, también del seno del Parado Socialista habian nacido eiertareriticas. Manuel Ugarte era el vocero Inds prominente, que sefialaba el peligro que implicaba una estructu- 3 econémica de tal naturaleza, pero fu argumento pro-industnalists con su prédica antiimperialista, fue rechazado por el Partido suirien- do una expulsién en 1913. Este hecho fue el resultado de su dis- erepancia con la direccién del Partido en torno a la interpretacién de la intervencién estadounidense en Panamé.® Sia embargo, Uzarte continud su campafia pro-industralsta, criticando el librecambismo de los socialistas y otros que lo justifcaban para mantener baratos los articulos de consumo. A su juicio, las pueblos que solo exportaban materias primas eran “pueblos coloniales” y abaratar los articulos en perjuicio de la produccién nactonal no convenia a los obreres, puesto que “les quita el medio de ganar el pan en la Fabrica” ™ Los sectores obreros de filiacién socialista que mantenian Belmente el principio del librecambio, tampoco demostraban mucho interés en la prédica pro-industrialista de Ugarte, que fue utlizada en la década de 1830 més bien por los industriales de la Unién Industrial Ar- gentina4U.1.A.) para su campafa pro-industrializacién.* Con respecto al problema del atraso de la industrializacion, in- teresa destacar que tampoco el Partido Comunista tenia aingin plan bien elaborado en la década de 1920. Esto se ve en la actitud am- 4 | | bivilente del Pastido frente a la dicotomia del proteccionismo y Jibrecambio. Por ejemplo, Rodolfo Ghioldi, uno de Jos lideres mas importantes del partido, decia en 1929 que para el obrero ni protec: lonismo ni librecambio tenian mayor importancia, ya que tanto Gorante la época del librecambio como durante a de proteccionismo, ne cambiaha el nivel de vida de los obreres. En especial, en la ‘Aegentina, en la industria donde existe més proteccién. como en el caso de la azucarera, era donde los trabajadores sufrian Jos bajos ‘salarios v condiciones de trabajo ‘realmente deplorables. Afiadia que ce] librecambio no aseguraba un mejor nivel de la vida a los obreros. ‘como pretendian los socialistas. En sintesis, el problema fundamental ‘para el pais era “su liberacion ‘del imperialismo extranjero”, 0 sea “el problema politico” ** Por otra parte, Jos sindicalistas y anarquistas no cuestionaban el problema de dependencia econtmice del pals frente al capital extan- Jero, Le Protesta, el érgano de la F.O.RA. anarquista, una vez Jnanifestabs su posicién frente al capital extranjero de la siguiente manere: “Para los anarquistas v pare el ‘pueblo menestero (sic). este fenémeno que representa la invasion de capitales extranjeros, no puede importar gran cosa, por cierto, ya que To mismo da ser ex- Plotado por un eapitalista que por oto". ‘Los sindicalistas también asumfan una actitud semejante frente al capital extranjero, ya que para Jos sindialistas el problema principal Ge mejoramiento de los obreros se planteaba entre el capital ¥ el Gabajo, cualguiera que sea la nacionalidad del capital Por consi- jente, Jos sindicalistas mostraban cierta indiferencia por el fomento Rie industria nacional. Ya en el Congress de la F.0.RA. celebrado ‘en 1915, los sindicalistas manifestaban sv oposicion al proteccionismo jndustrial™ que, conforme a su opinion, perjudicaria los intereses de In lee consumidora y en le Gecada de 1920 seguia manteniendo tal acto ‘Un ejemplo de ello se tiene en la critica de Bandera Proletari érgano dela U.S.A. contra la postura naconalista de ls Confederscion Reponal Obrera Meficana (C.R.O.M.) que propagaba los productos Reporses bajo consignas tales como “SENTIMIENTO PATRIOT!- CO DIGNIFICAR LA INDUSTRIA NACIONAL, QUE POR CAU- SA DE NUESTRA PREFERENCLA HA VENIDO LANGUIDE- CIENDO LAMENTABLEMENTE ™. Seguin el érgano de la U.S.A., ILC ROM era “una vulgar Liga Patrica que ha hecho del delor, i ! i i 1 | i i | a del hambre de los trabajadores su material de propaganda, como Carlés Jo ha hecho en Argentina’.”" ‘Sin embargo, posiblemente influenciados por la prédica nacionalis ta del radicalismo o el antimperialismo comunista, algunos sindica- [istas expresaban ciertas criticas hacia la dominacién en el pais ejerci- da por capitales extranjeros. En una ocasién, Bandera Proletaria Geploraba que Buenos Aizes era “uma colonia inglesa, cuya red se textendia por todo el pais mediante los ferrocarrles que son en mayor ria ingeses”. 2" Pese a'tales manifestaciones aisladas, los sindicalstas no vinevlaban ‘en general, la oposicién al capital extranjero con el movimiento obrero, como lo hacia el Partido Comunista. Para ellos el problema incipal para el obrero exa.de Spo econémico y no politico ni ideo- lice. En resumen, el hecho de que el Partido Comunista quiso ad- jodicarle al movimiento obrero la lucha antiimperialista como pri- ‘mordial, implicaba darle una nueva onentacién al mismo. De modo ‘gue el planteo del comunismo no dejé de provocar ciertos enfrenta- Inientos con las demas tendencias ideolégieas obreras. Esta diferencia en el planteo del problema obrero con ovas ten- dencias y demas discrepancias va sefaladas alejaron poco 2 poco 2 los" fobreros comunistas de la U.S.A. y en 1926 los dirigentes obreros comunistas fueron expulsados del seno de su Comité Central, Al afio siguiente, Jos comunistas intentaron incorporarse a la C.0.A., de acuerdo con las indicaciones del Comintern, ® pero sin éxito. Final- mente, en 1829, crearon sv propia central con el nombre de Comité de Unidad Sindical Clasista (C.U.S.C.). Aunque no hay documento Bdedigno sobre su fuerzs, se estima que hacia 19204} Comite contaba pon 5.000 asociados."* Lo antedicho muestra claramente que la apancién de! Partido Comunista en el seno de} movimiento obrero agravabe atin més la Givision interna del mismo en la década de 1920, produciendo la sitvacién en que coexistian cuatro centrales hacia 1928. F.O.RA.. C.O.A., U.S.A. y C.U.S.C. Como sefala Sebsstién Marotta, el m vimiento sindieal argentino "Nunca, como hasta entonces, habia e- tado més dividido".1* Esta division no favorecié a su vez, a los intereses de la clase trabajadora, que sufria e! problema de desocupacién bajo la aparente prosperidad de la década En ta situacién, estaba gestindose un 4“ intento de formar una nueva central que se cristalizaria en la Coa federacion General del Trabajo (C.C.T.) ea 1990. Como ésta tenia tuna importancia primordial en ei periodo anterior al surgimiento del peronismo, analizaremos en detalle el proceso de su formaciény sus caracteristicas como central obrera. NOTAS DEL CAPITULO PRIMERO Fares, Ald, La Econamia Argentina, etait 2 eh), ECE, Metin, Bras. 195, 3 pate Paxeren,jote Inmugracon en la Argentina. EScones Macchi, Be AL. 57, gy 2-29 Whittier, Arher P.. Le Argentina y las Extedor Unidas trad. por Sincher Albornot. Marta Merader de) Proce. 88. As. 1956. pig. 38 “Eoce UBT! y 1690. el 13 ce les iomegrances se dedicaban alas acuvidades supdes, dsminuyéndose el porcenaje al 49 % enue 1831 7 (910. Fiona Caron bens y Gus Beliunce, Cesar A. Hutona de ls argentinos, Editonal Epes, Bi. i571. tomo Uh, pig. 185. La conmbucién de or inmigrantes desurot seopeciaro argentino en i segunda cited del siglo pasado ls peers deca ce iStesiga esa analiza por Scobie, james. Rralucin rm at pampax Hatora cel igen 180-1510. pr Flare, Nas, Sabot, By Us crs cass a su ver reveian ceecente tendencia de los extanjeros aca ‘dad. encencia que fue acentuoda por a diculiad de los migrates de sigue it Dropas tera a causa de a concentra delas wandes propedades en pos marc: $ [Gai cowtante un de lon precio de a ber: Como convection nmaran? fe roleona la cudad, coowstendore una pute de ellten cbreros pan as nda Este proceso esta expicado on lind, y también ttado fucntamente en Paneer. ott, Los wabepedorer, Editon jorge Aivarer 5.4. Bic As. 1957 captuon {yt 5 Riopy J. Feed. Brash [ncerment in Lara Ameria, 18221949, Amo Press Np IS pp 1594160 * Dorman, Adal, Hinera de a indusna argentina, Soler/Hachere. 81. 1910, pigs 207208. Fanetaen seal que a pesr ce no haber tomado el ybiero sgenuno medias Gancumente protecconstas para industria, “en a prices foe ‘sei i dusera loc, al subir ereros wanceles en procure de una aver (ena ‘dhusnere La depeeecién del papel moneda hizo obo nto Panetien Larabar: ores 09 ot, pag SL. 1 Sends Gonailen.Santage. Breve Historie del indzarmo ergenting 1857-154 Alzamas Edtores, Bs. As. 1874, pag. (0. En cuanto al proceso de formacia de los ‘meres ndiatas sus acovisdes, contites, ence otros Rotondar, Ruben, y camino en el sindcaioma, Editoral Fleamar, Br. As. (STL capt Maras, estén, Ef movimuento nadie ergeime, Su gtneray desarrlo, To Qeroda 1657-1907, Ediciones Lacie, Bs. AS. 1960, apie {Codie Julio, Huzone el movimento bree argentino. Inmigranis, asclanados y lucha de clase, [850- 1910, Esitoral Tiempo Contemporineo. 2 parce. Sobre cuil ha 30 el primer sndicae cbrero en el pais, hay dicrepancian. Para algunos autos, la Socetad 5 “TipprtcaBonurense, cada en 18S. Senéa Coates. 0, 30, Me, TT ITIs Gel Tomo 1. En cambo, Femtncex Alzede, £! moomet Oe Pe gvsin. Kio |, mim 1, BS. As, 16, AE 26, Rotondaro, 07-6. PAE, Se pases ir Bane oS Co wen om Tee oma. op. ct. Tomo 1. pags 26-40. Eircuantos ls fundacién de La Friern: ad MITEL Sas By Appell, Francisco, Cincveninono de Le Froiermidod, pi isSie deserale,obro 1657-30 de me de 185, Bt, Ae YT: ples 536 See ee rama, Gremelisme Proeione Argentine, BAsones Libers Bs As. 1975, paps, 8954 ST racese de ormacién de ln F.T.RLA. en 1600 hast bs ereacion de bs F.0,A en 10h er Tad. pgs 3004, ‘Panermer Jot, Sites Macghi, Bi As 1989, pig, 23 Tie Nichare )P The Soctalet Party of Argentine, 1690-1820. University of ‘Teas Press, Aun, Teta, 1977, pig. 12 8 Es omonof, Jorge N, Ideolngies del movimiento cbrerey confteo rons! Dee Ongontsanbe Nocona! hate ls Fronere Guerre Muntal, Eaxeral Prevecitn. Bs Aer pape 368-173. PS aoipe Hoge, Lor enarqvitas, CE AL, Br, As 2972, pg 44, Laroee Jorge Gon um anreuito tn Buenor Aes TH, Wy, 4 ona, 1971, pas 48S SS Goze. Jue, ope. pag, 177. Nom IL 16 See Ia Fr Anarchism and Anarcho Syndicalsm sm South Americ. HAH RON | (Pebroary, 1946), pig: 3 °F Lavoe, op or. pl, $0 2% Gotio, op ob FB. 24 ie 1 eked be Buntllin Diego, Le F.0.8.4 Ideologieyroyecione, 2" ed. Eéstoral Provercién. Bs. As. 197). pi 66 ‘Sarena op. Gt, Tomo I, pig. 178 2% Tong, Tome 1, pag. 23. 3 ie, Tome FPS roica” es una varante del anurquimme rostenido por Kyo ‘pottns quien brgata po el ster po el cl td os bane de produce san Fe ee reginen polocoextarisnicrado por ls oxpnasibn comunal buds en TT bison de edor", Esta idea surpé como uns reacsén cones les prnepioe olectvisas de Bakunin, Rotondaze, op, o". pit. See inn par. 43. Ademds, desde 1690 aprocinadamente Argentina conta onever puesto En el mundo en canto # aumere de pushcanienes a eon ere Santllin, Diego, El encrauromo en el mocimento obrero orgening Zorsones Cosmos, Barcelona. 1925, pig: 5 Del Campo. op. ot. Pag 1 evan Grmeaiones de Germacs, ls nmiants de arbor paies ops siguiente porcenaje sobre e tia: iaterice del deroralo ndustrilorgentino, Edxiones ftatanot pstoles 1681.90 2 1691-1900 a 6 3901-10 6 6 German, Gino, "Mass Immigration and Modesation in Argentina”. Horooe trang Tan ota, (08) Latin American Redwaim, Random House, K.. 196 “6 Del Campo, it, pig, 42. Sobre In stuacin de os cbreros defines del sho pasado al principe de ichigo ver Panetten, Lot Trabeyadores, op. ei. captolot Yucia 1910 for votantes slanzaban un 20%, de todos lot expanenes nabeor con Gerecho 4 woes. Germans, Poles y Soowdad... em: 6 Godlio, op. ov. pie 2 Dorfman, op. ot pig. 211. 1% Owed. latcov, “Ei Trasfondo i inca de la ley 4.144 de Residencia” DLE. Vol 0. asociados de los anarquiras, “internat sees Sioa, dabe come nimero de asociados 60.000 en 1824 v 4.000 en 1928. Simon op cil pig. 48, Por ooa pare, Abad de Sanclan ssbvene gue babis snot 300.000 repemiates bace 1900, era que parece demasiado exagtrads Abed de see *Brcyo, cE! movimiento brera argentino ante cl gbipe de exado del 6 be See de 1030", Recta de Histon, Ne 3, La ens de 1890, pig. 130 rere Oe per su ver caruls fur avciados en 15.000 para 800, teniendo sy intenea enare ios sindaton G+ los portuaros, panaderos,choferes, vaderos de Suter yalbafiles, ete. Yon (0 6e febrero, 1535, pap. 5. Sree Soa, Hutone del Socohemo Argentina, La Vangsardia, Bi. As 1 eee re beet, Sobre lor antecedentes del socaliamo en ls Argensns sig de Be, ey t,o Weinstein, Donald Fen B. justo y su époce (rad. por Cogoro, Ruth B. de) Edscomes dc Fundacion Juan B. Justo, Bs. As. 1976, pie. 6 1B Oasone, Jacinto, Hutora del Sooalemo..., op. et. Tomo. pag 268 ™ Deconann, Adobo. Lor Congress Secalisies. 40 oes de Accton Democrdtica, Edtonal La Vanguard. Bs As. 1906, pigs 12 Sle, Hens el Seachem, Tem & 3 Br el progarms de! Parodo Seciaistsaprobado en 1896, nwa ‘ecamot: uno s¢ aaabe de a creaion de ‘comisiones inspecjoas dels Hibreasy 3 [Sftabrmctnes,pombracas ports obrerosypagadas pore Es, Elon: 3 Ferovocimiento egal de las sacncines obreras” por el Esado, Oddone Hixon del Soaslinno.-., op 68. Tomo 1. pas. 270 — °S Giado ‘en Dickmann, Adolfo, Nocionalsne Socishiomo, Talleres Grifcos ‘© Dickmann, Lor Congreser... op. i, pigs. 17-8. 5. 4 Tid pig De, Esa declan reflestha en Gera medida el pensamiento de c—mjean B. Juste quien denial reacion entre el gemio y el paroéo en una entreviee ‘Zon ls revs Nuevor Tiempor en 1817 de ln siguiente manera: “La oryanizacion "Sozanal par a lucha dvecta cos los patzones es un movimiento propio vexclsivamen+ a te proleane. El Pardo Soca no debe inmucune on & ocpaiacisn emi Ecfcovnnente sls puede y debe serena Sede aver en cunt te event SSminiseso public safer «lnorgroson pemal” Cisdo en Kil 2500" Ieiitembre, 00, pap 2 foun Coc ntuver dice que eed auto dea masa ‘esccdn. Van de abel, 90), pag 3 *S parcid Soot Independiente Congrso Ordinary de jl de 190, se foes fin Se BES 1G. we CGE. 6 de mgr. 04 LL echo de que 2 Cirada ponblemente pose despues deco daruana de Sun Nicos, puede ine de un tts teerentes Miguel Bala, TEST de sesembre, 1800) pig. “En unacontestacién a Paro Puain\imitart oialitade La Frater) on fecha 31 de mayo de 1983, eloecrearo de WC 5.6. die ene oo emus que est ‘Sommud “ka regalo dexée un poncog go nmrueve en las coetoaes ern lov genios a de ex congress corer’ Cara del Secreto Suu de KC SLC: 2 Peco Patan larchwo de Patra * mas de-ses res eemen, hci 1900'4C.0.4. conta conla Unita beers Sastes a, Faderscbe Empendor ae Comercio 000 y varor(2 50), leprae teal de socador 4 108.000, Vor 00 de Tebrer, 1505, odin op: at pig. 36. Soin et grcem Gel gress del sndicima +2 Argentina, West, Op ot. page 52607 Dionann, Eau, Aecurdae de un ‘Milter ionsiite, Edens Lk Vengarda, Bak, 19, paps 21-2 i in Andres, Tasoduccn cet excucor” en Plenno, Gx Crt del sad tung, Magar Editor Made. 1504 es Chad en Soca: op. et. Tome & pie. 22 Grado en Ubud Tomo pit. 2 © Gitada en (Sel Tome It. pup 185, 5 Tnds Tomo fh psg 2 & (py 38 membros del Conejo Fede dela O.R.A. del 1X Congreso sepa en (918 heron dutibuidos des guence mae: cael gobierno (1915-1800), en Romero, Luis Ubero, et. a, £2 Radicaiomo, Calor Fetedite Be As. 1908, pls. 169-169. En cuaneoa la polities de Yigoven reaara Pipe ferrotrion, Goodwin, Paul B., Lax ferrocarnlas bnidnicos y la U.CR., 1916. Ja00 (ead. por Rodrigues Cee), Ediciones La Basalla Bs As, 1975, eapituls 1 rv, 1 Von neck, op. sts pig LA y dito “Machine Poles in Buenos Aires and the Argentine Rabel Party, 1912-1500" J.LA'S. IV (november, S72), pig. 20. ‘Gotie. op ot. pie, 242. del oetiansmo™ Revista Wencara de Sociologia. XXV. Lenero-marco, 1968). 735 Fry con respecte 4 alt moviidad socal dela Argensica, una ver Luis Colombo Fresidene de a U-LA. dior "He dicho parones y obreos y quzis haya dicho mal FENG Se mucous pls, porae atu oe patroner de hoy ton los abraros da ayer ‘Soin lor aoreros de hoy serkn los patones de manana” UA. Ducuro promuncads gra Manijertandn Pro Industra y Trobe Neconal 12 de juno de 1953, Taleres Craicos Planoey 7 Cin, Bi As. 1903. pug 4 ‘Sobre a movildad socal Ge la Argectina, Gue se considera ata ain comparando con lon pases industiaes, tambien ver: German, Cino, “Movida socal ex EO, Scheer tse” pags 317 S08Segun en ope de mierason 19 de mares, 1922) pag. 9 HBP M1, 33919 de noviembre. 192. pig © Enerevisia con Andrés Cabooa, mince de ba U.S.A. © (a palabeas “anaevtaal”,“andeapialisay “revelucionana” apuzeedas con ‘ana Freevencia on as pigioas de los rganos dela U.S.A US. hasta 28 de agosto de sadialinas fi [922 y luego .P) corse primer moment, cadaver te velan menos. #9 expect drargustas 3 Adarate lo ar 1929.9 s6lo en rar ocsiones ‘ocalatas 6 Ea cute ala civ de lor asocador en (932 ver Shipley, Robert E.. “On the ‘Sealtas internacionales ‘unde ooking in: A socal history of de Brteao worker dumog the «Golden Age of comin) 3 ‘egenene Development 1914-1950", Tesdacord ined Rutgers Calves, 19 ‘sdependientes 2 pig 292 Laelia de 1800 fue estimada en base al hecho de que en 1800 los votot Sidivon, Jos Ella, “Las organancione corer en Bx. As. Federica Obert ise por or cd leprons (6055, Sara op o's Tomo I a Regoral aravating', B.D.N Ta. 41 abel, 1919), paz. 2B. Se Hock, Dave, El radicalimo argentina, 1850-1800 trad. por Wolfion, Leandro Amorrorty Editores, Bx. AS. 1977. pag. (Ol Vaud, sg, 101, Ademas de estos Ectores. Rock sei el aumento de los satvos {a composiein obcera como causaate del aumeato del sindialism, va que en el imo se notaba la presencia de mis obrerosaativos que en las las anarguistas, bid Die LO2. Aunque ex cierto que haba mas parncipacton de los aavos en el sincieuis fe qut en el onarquismo, cs un hecho innegable Que habla muchos extranjroy actos quel como tenalaremas mas adelante. Asi es que, 2 questo jiciorno debe ad- Inds ant imparace ee slomei como tor penta el creemir del “Grosso, juan Carlos, "Loe problemas ecocdmicosy sociales la respuesta radical Habia varios feroviariot socialist que estaban influenciades por el sndicals- ‘mo, Sobre ext paracular, tataremos en los capitlos siguientes Sobre la fuera de los yrigoremutaren los gremos erroviancs ¥ maritimes el bead de 1900, ver Coodwan. op. it. pag 288. Rock, op... née 269. Van iL de ‘ctubre. 1929), pag. 2 Las enfdcas de lis Comisiones Direcavas de la C.F. y La Fratemidad s¢ encuentran en Confe, Ul, I diciembre, 1920, aig | Sobre el Comite de Propazanda Gremal. Nikison. op. ct. pdes, 3-0 1 Coeblre, Emo J. "Origenes 4 comuaisoo argeaune , TH. Vil 81 (Fe- remo, 1979), pigs 10, Ver nota 35 de este capitulo. 5 Emerita son Cabona (mayo 21, 1579). Maroea. op. at. Tomo Hl, pig 8 »

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