You are on page 1of 56

DESPIERTOS EN MEDIO DE LA NOCHE

“...mas permaneciendo despiertos, vieron la gloria de Jesús…”. Lucas 9:32

BLOQUE 1: RESTAURACIÓN DEL PRIMER MANDAMIENTO

Oramos por una Iglesia que busca al Señor con todo su corazón, mente, fuerzas y alma
(Mateo 22:37; Jeremías 29:13).

A. Prioridades: Clamamos para que se despierte una Iglesia de una sola cosa, que
te pone a ti, Señor, en el primer lugar (Salmo 27:4; Jeremías 29:13).

B. Deleite: Oramos para que podamos encontrar nuestro deleite en la intimidad


contigo, Dios. (Salmo 63:1).

C. Identidad: Oramos para que se levante una generación que entiende su lugar
como hijos: en los brazos del Padre; que vuelve al primer amor (Lucas 15:20-22;
Apocalipsis 2:4-5).

D. Intimidad: Oramos por una Iglesia despierta, que no se deja dominar por las
emociones, y que entiende que la intimidad es el mejor y primer lugar al que
puede acudir en las dificultades (Salmo 103:1-5; Mateo 22:37).

BLOQUE 2: UNA IGLESIA QUE CRECE EN TEMOR DE DIOS

Oramos por una Iglesia que crece en consciencia de la Presencia de Dios (Salmo 128:1;
Proverbios 1:7).

A. Sabiduría: Oramos por una Iglesia sabia, que entiende el privilegio de que Dios
esté con ella todos los días (Proverbios 1:7; 2:5).
B. Humildad y dependencia: Clamamos por una Iglesia que reconoce su necesidad
y dependencia de Dios, que muere al orgullo y a la independencia para buscarlo
con temor reverente (Mateo 5:3).

C. Santidad: Oramos para que se levante una Iglesia son la santidad como su
bandera, una Iglesia que busca la pureza porque ha entendido el amor de Dios
(Salmo 103:10-11).

D. Reconoce a Dios: Oramos por una Iglesia que se levanta y reconoce a Dios en
todo sus caminos y que solo lo busca a Él (Salmo 139:7-8).

BLOQUE 3: UNA IGLESIA QUE PERMANECE EN INTIMIDAD

Oramos por una Iglesia plantada en el lugar secreto, que busca a Dios en todo tiempo y
que lleva fruto (Juan 15:4; 1 Juan 2:6; Salmo 51:6).

A. Perseverancia: Oramos por una Iglesia que es constante en sus tiempos de


intimidad, que se nutre de la Palabra y busca su Presencia en todo tiempo (Isaías
26:9).

B. Sobriedad: Clamamos por ser una Novia sobria y madura, que no se embriaga
con los placeres de este mundo, sino que en intimidad sensibiliza sus sentidos
espirituales (Hebreos 5:14).

C. Testimonio: Oramos para ser una Novia apasionada por el Novio, que
permanece en la intimidad y da testimonio a otros para contagiar el amor de
Jesús (1 Juan 2:6; Cantares 5:10-16).

D. Fruto: Oramos por una Iglesia que da fruto producto de permanecer en la


intimidad, fruto que dará de comer a otros (Gálatas 5:22-24; Juan 15:4).
LOS DÍAS DE NOÉ
“Por la fe Noé, cuando fue advertido por Dios acerca de cosas que aún no se
veían, con temor preparó el arca en que su casa se salvase; y por esa fe
condenó al mundo, y fue hecho heredero de la justicia que viene por la fe”.
Hebreos 11:7, RVR

BLOQUE 1: UNA IGLESIA QUE SE MANTIENE ENFOCADA

Intercedemos para que, como Iglesia, avancemos con los ojos puestos en Jesús y que, al
conocer su plan, no nos guiemos por las corrientes de este mundo, sino que nos
mantengamos en la verdad (Hebreos 12:2).

A. Libre de distracciones: Clamamos por ser una Iglesia que se purifica


constantemente de las distracciones de este sistema y escoge a diario poner su
atención en Jesús (Lucas 10:42).

B. La Palabra de Dios: Oramos por una Iglesia que pasa tiempo meditando en la
Palabra profética más segura, para no ser engañada con falsas doctrinas (2 Pedro
1:19).

C. La belleza de Jesús: Clamamos por una Iglesia que se mantiene contemplando


la belleza de Jesús, siendo esta su mayor pasión (Salmo 27:4).

D. El plan de Dios: Clamamos para que, como Iglesia, al conocer el plan de Dios,
respondamos en sobriedad y colaboremos para su cumplimiento
(1 Tesalonicenses 5:8).
BLOQUE 2: UNA IGLESIA QUE EDIFICA CON PRECISIÓN

Intercedemos por una Iglesia que, al comprender los tiempos, cultiva una vida de
intimidad para obtener los diseños del cielo, y así edificar con sabiduría y precisión (1
Corintios 3:12-14).

A. Prestar atención a las instrucciones: Oramos por una Iglesia que conoce y
sigue las instrucciones de Dios, a fin de construir el diseño correcto según la
voluntad del cielo (1 Crónicas 28:19).

B. Espíritu de ciencia e inteligencia: Clamamos por un derramamiento del


Espíritu Santo sobre el Cuerpo de Cristo en sabiduría, ciencia, inteligencia y en
toda creatividad, para llevar a cabo diseños celestiales (Éxodo 35:30-33).

C. Enseñar a otros: Oramos para que, como Iglesia, discipulemos y enseñemos a


otros a ser colaboradores del plan de Dios, según la asignación que nos fue dada
a cada uno (Éxodo 35:34-35).

D. Edificar para las generaciones: Oramos por una Iglesia que tiene una visión
generacional, construyendo y dejando un legado para ellas (1 Crónicas 28:9-12).

BLOQUE 3: UNA IGLESIA QUE ES EFECTIVA EN SU PROPÓSITO

Clamamos por una Iglesia que cumple su asignación con fidelidad y efectividad
conforme a la gracia que le es dada, y así preserva y prepara a sus generaciones para
permanecer hasta el fin (Mateo 7:16-18).

A. Intimidad: Clamamos por una Iglesia que cultiva una vida de devoción y entrega
que la lleva a conocer y experimentar a Cristo, escuchando su voz y
respondiendo en obediencia (Salmo 25:14).

B. Carácter: Oramos para ser una Iglesia que desarrolla el carácter de Cristo,
manifestando en su andar diario los frutos del Espíritu (Gálatas 5:22-25).
C. Autoridad: Clamamos para ser una Iglesia que tiene la autoridad de Cristo,
porque le conoce en intimidad y tiene su carácter (Mateo 16:19).

D. Perseverancia: Oramos por una Iglesia que persevera hasta el fin, porque paga el
precio de comprometerse con los procesos que la hacen crecer y madurar
(Romanos 5:3-5).
HERALDOS DEL REINO
“Y para proclamarlo me nombró heraldo y apóstol. Digo la verdad y no
miento: Dios me hizo maestro de los gentiles para enseñarles la verdadera
fe”. 1 Timoteo 2:7, NVI

BLOQUE 1: ESTÁN SEGUROS DE SU IDENTIDAD

Intercedemos por heraldos que saben quiénes son, abrazando su identidad celestial y no
la terrenal, viviendo según lo que el Padre dice de ellos, en libertad y plenitud, y por eso
pueden hablar a otros lo que Él está hablando (Juan 1:19-23).

A. Hijos afirmados en el amor del Padre: Oramos por mensajeros que saben con
seguridad que son amados por el Padre por lo que son y no por lo que hacen, y
viven correspondiendo a ese amor (Mateo 3:17).

B. Hijos obedientes: Clamamos por mensajeros que, al saber quiénes son en Cristo,
escogen hacer su voluntad en todo tiempo, por encima de las circunstancias
(Lucas 22:42; Juan 4:34).

C. Comunión con el Espíritu: Oramos por mensajeros que son guiados y movidos
en libertad, sin temor a lo que vendrá, porque escuchan la voz del Espíritu
afirmando su identidad (Romanos 8:15-16).

D. Comunión con la Palabra de Dios: Oramos por mensajeros que se alimentan


con la Palabra de Dios, batallando contra toda mentira y edificando sobre la
verdad (Mateo 4:4).
BLOQUE 2: ABRAZAN LOS PROCESOS

Intercedemos por mensajeros que entienden los procesos y los desiertos que viven como
la herramienta que Dios usa para hacerlos heraldos del Reino conforme a su corazón
(Lucas 1:80).

A. Perspectiva correcta: Clamamos por mensajeros que no tienen una perspectiva


humana, sino un entendimiento claro del propósito de los procesos, los cuales
son para vida y no para muerte cuando dejamos a Dios obrar en nuestras vidas a
través de ellos (Romanos 8:28).

B. Crecimiento: Clamamos por mensajeros que no tienen temor al cambio y al


dolor en medio de los procesos, porque comprenden que su poda es para dar
más fruto y crecer conforme a la voluntad de Dios (Juan 15:2; 2 Corintios 4:17-18).

C. Fortaleza: Oramos por mensajeros que entienden que son capaces de soportar
las pruebas que viven porque estas forjan su fe y carácter a la imagen de Cristo, y
los prepara para lo que viene (1 Corintios 10:13; Santiago 1:2-4).

D. Perseverancia y paciencia: Oramos por mensajeros que perseveren en la


voluntad de Dios, mientras esperan que haga lo que solo Él puede hacer
(Santiago 5:7-8; Apocalipsis 14:12).

BLOQUE 3: VIVEN EN INTIMIDAD

Intercedemos por heraldos que restauran el lugar de intimidad, donde la Presencia de


Dios es su prioridad y su mayor deleite, permaneciendo en esa posición para escuchar su
voz y conocerle (Juan 17:3; Salmo 25:14).

A. Un solo amor: Oramos por mensajeros que, como amigos del Novio, se alegran
en permanecer a su lado escuchando su voz, haciendo menguar otros amores y
otras voces para que solo crezca la de Él (Juan 3:29-30).

B. Mantenerse escuchando: Clamamos por mensajeros que no se conforman con


escuchar solo a Dios una vez, sino que permanecen en la conversación para dar
cumplimento así a las promesas y propósito de Dios (Apocalipsis 3:20).
C. Cultivando aceite: Oramos por mensajeros que en intimidad cultivan aceite para
convertirse en una antorcha que arde y alumbra en medio de la oscuridad
(Juan 5:35; Mateo 25:1-6).

D. Lugar de envío: Clamamos por hijos e hijas de Dios que, desde el lugar de
intimidad, son envíados como heraldos del Reino a proclamar el Evangelio eterno
con poder y denuedo (Hechos 13:1-3).
UN LLAMADO A LOS ATALAYAS
“¡Cuán hermosos son sobre los montes los pies del que trae alegres nuevas,
del que anuncia la paz, del que trae nuevas del bien, del que publica
salvación, del que dice a Sion: Tu Dios reina! ¡Voz de tus atalayas! Alzarán
la voz, juntamente darán voces de júbilo; porque ojo a ojo verán que Jehová
vuelve a traer a Sion. Cantad alabanzas, alegraos juntamente, soledades de
Jerusalén; porque Jehová ha consolado a su pueblo, a Jerusalén ha
redimido. Jehová desnudó su santo brazo ante los ojos de todas las
naciones, y todos los confines de la tierra verán la salvación del Dios
nuestro”. Isaías 52:7-10, RVR

BLOQUE 1: VIDAS QUE TRADUCEN EL MENSAJE

Intercedemos por hijos de Dios que no solo conocen el Evangelio completo, sino que lo
viven y se convierten en el mensaje, siendo cartas abiertas y leídas por todos
(2 Corintios 3:2-4).

A. Consumidos por este llamado: Clamamos por vidas que han sido consumidas
por las Palabras de Dios, porque fueron transformadas por ellas y lo único que
desean es responder al llamado de ser heraldos (Jeremías 20:9).

B. Decisiones radicales: Oramos por hijos de Dios que traducen el mensaje


tomando decisiones radicales y trascendentales que los alinean al plan de Dios
(Gálatas 2:20).

C. Rendidos completamente: Clamamos por hombres y mujeres que respondan en


esta generación como parte del ejército de mensajeros que Dios está reclutando
para ser parte en el avance de sus planes (Marcos 8:34).
D. Una voz en el desierto: Oramos por un despertar en esta generación, que nos
mueva a llevar a cabo la gran comisión, como estos “mensajeros” profetizados en
las Escrituras, que se manifiestan en medio del caos, confusión y decepción que
se vive en los últimos tiempos (Daniel 12:3).

BLOQUE 2: UNA IGLESIA QUE ALUMBRA Y AVANZA

Intercedemos por ser una Iglesia que se levanta como una antorcha alumbrando con la
verdad y siendo la voz de Dios que manifiesta el Reino de los cielos en medio de esta
Babilonia moderna (Jeremías 6:16-18).

A. Con una visión profética: Oramos por una Iglesia que ve la realidad desde una
perspectiva espiritual (Ezequiel 33:2-6).

B. Con una voz clara: Clamamos por ser una Iglesia que transmite el mensaje que
Dios les dió, de una manera clara y certera (Ezequiel 33:7).

C. Con un propósito: Oramos por ser una Iglesia que conoce y cumple con la tarea
que le fue encomendada por Dios, proclamando, advirtiendo, apercibiendo y
preparando a otros (2 Timoteo 1:11).

D. Con una responsabilidad: Clamamos por ser una Iglesia que responde al
llamado de Dios, asumiendo el compromiso de proclamar el mensaje hasta lo
último de la tierra (Mateo 24:14).

BLOQUE 3: ATALAYAS QUE CUMPLEN SU ASIGNACIÓN

Clamamos para que, como Cuerpo de Cristo, sigamos asumiendo el compromiso de ser
atalayas, dispuestos a pararnos en la brecha para interceder y proclamar el mensaje que
Dios nos entregó, siendo fieles administradores (Mateo 25:23).

A. Profundidad: Clamamos por un despertar de profundidad en las Escrituras y en


lo que Dios nos está hablando en cada temporada (Daniel 9:2-3).

B. Revelación: Oramos por atalayas que en intimidad claman a Dios y buscan


revelación y sabiduría, encontrando los secretos y tesoros que Él ha dispuesto
para su pueblo (Jeremías 33:3).
C. Discernimiento: Clamamos por atalayas que tienen y crecen en discernimiento,
porque su sistema de valores está alineado a la cultura del cielo y no a la de este
mundo (Daniel 12:10).

D. Anunciar: Oramos por atalayas que se levantan con poder, autoridad y valentía
para anunciar, de manera clara y creativa, el mensaje del Evangelio completo
(Ezequiel 3:17).
LA PROCLAMACIÓN DEL EVANGELIO QUE
PREDICARON LOS APÓSTOLES
“Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con
otros, en el partimiento del pan y en las oraciones”. Hechos 2:42, RVR

BLOQUE 1: EL EVANGELIO COMPLETO

Intercedemos para ser una Iglesia que conoce y vive el Evangelio completo con amor,
autoridad y osadía, preparando así el camino para el regreso de Cristo (Isaías 40:3).

A. Jesús, el que vino: Oramos como Iglesia para que la revelación de Jesús, el que
vino como hombre, nos lleve a vivir en obediencia y lealtad hasta el fin, como Él
lo hizo (Filipenses 2:7-11).

B. Jesús, el que venció la muerte: Clamamos para que como Iglesia, al creer en el
poder que le fue dado al Señor Jesucristo al vencer la muerte en la cruz,
experimentemos sus victorias hoy (Efesios 1:19-20; 4:10).

C. Jesús, el que ascendió: Clamamos para que como Iglesia tengamos una
revelación mayor de Jesús como el Hombre en el cielo y el Hijo del Hombre que
viene en las nubes a tomar todo dominio y Reino en la tierra, y así nos
mantengamos esperando aquel día activamente con gozo (Daniel 7:13-14; Mateo
24:30; Hechos 1:9-11).

D. Jesús, el que pronto volverá: Clamamos como Iglesia para que nuestra
esperanza en todo tiempo y situación esté en Jesús, el que ha de venir, y eso nos
impulse a preparar camino para su regreso (Mateo 24:30-31; Colosenses 1:5).
BLOQUE 2: UNA IGLESIA CON ENFOQUE APÓSTOLICO

Intercedemos como Iglesia para que nuestro entendimiento sea renovado y así podamos
comprobar la buena voluntad de Dios, al vivir en el diseño apostólico que nos dejó en su
Palabra (Romanos 12:2; Hechos 2:42).

A. Perseverancia: Clamamos para ser una Iglesia que en medio de las dificultades,
pueda mantenerse conociendo a Jesús, el que ha de venir, y así, persevere hasta
el fin (Mateo 24:12-13).

B. Revelación de las Escrituras: Clamamos como Iglesia para que nuestra hambre
por la Palabra nos lleve a tener revelación constante de la belleza de Jesús (Lucas
24:32; Efesios 1:17-18).

C. Comunión: Clamamos para ser una Iglesia que persevera en el amor unos por
otros, que perdona y pasa por alto las ofensas, y así seamos fuertes en unidad
(Juan 15:12).

D. Intercesión constante: Clamamos para ser una Iglesia que intercede día y noche
con el anhelo de ver al Rey justo regresar a traer su Reino a la tierra
(Lucas 18:7-8).

BLOQUE 3: LA CENTRALIDAD DE CRISTO

Intercedemos como Iglesia para que Cristo sea el centro en todo lo que somos y
hacemos. Que nuestros corazones ardan por conocer más de Él cada día
(Filipenses 3:8).

A. Atraer su Presencia: Clamamos para que podamos crecer como una Iglesia que
busca atraer la Presencia de Dios y sabe responder cada vez que Él viene
(Salmo 25:14).

B. Constructores de diseños del cielo: Clamamos como Iglesia para ser


edificadores de los diseños del cielo y así construir morada donde la belleza de
Jesús se revele (Salmo 132:1-5).
C. Corazones conforme al corazón de Dios: Clamamos como Iglesia para que
podamos mantenernos purificando nuestros corazones para contemplar su
hermosura (Salmo 27:4).

D. Seguir la nube: Intercedemos para ser una Iglesia que sigue la nube de su
Presencia, entendiendo lo que está en el corazón de Dios y sus planes, y así
perseveramos hasta el fin (Éxodo 40:36-38).
HAY UN HOMBRE EN EL CIELO
“Si os he dicho cosas terrenales, y no creéis, ¿cómo creeréis si os dijere las
celestiales? Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo; el Hijo del
Hombre, que está en el cielo. Y como Moisés levantó la serpiente en el
desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, para que
todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”. Juan 3:12-15,
Juan 3:12-15, RVR

BLOQUE 1: IDENTIDAD DE JESÚS

Intercedemos por una Iglesia que tiene la revelación de la identidad de Jesús y es


transformada al conocerlo en intimidad dando testimonio de Él como Cristo y Señor
(Mateo 26:64).

A. Es del cielo: Oramos por ser una Iglesia que contempla a Jesús como el Hijo de
Dios que viene del cielo, teniendo la revelación correcta del Padre
(1 Corintios 15:47-49; Colosenses 1:15).

B. Tiene un nombre que es sobre todo nombre: Clamamos por una Iglesia que
reconoce el poder que hay en el nombre de Jesús, y que todo lo que pide lo hace
en su nombre (Filipenses 2:6-11; Juan 14:13-14).

C. Está sobre toda autoridad: Oramos por una Iglesia que tiene la revelación de la
autoridad de Jesús sobre todas las cosas que están en el cielo y en la tierra, y le
da la gloria que merece, creciendo en el temor de Dios y adorándolo (1 Pedro
3:22).

D. Es divino y glorioso: Clamamos por una Iglesia que contempla al Hijo de Dios
en su gloria y divinidad, siendo cautivada y transformada por su belleza
(1 Timoteo 3:16).
BLOQUE 2: JESÚS, EL MODELO PERFECTO

Intercedemos por una Iglesia que, al mirar al Hijo del Hombre que está en el cielo, es
inspirada a creer que, así como Él venció, ella también lo hará (Apocalipsis 5:9-10).

A. Su poder en nosotros: Clamamos por una Iglesia que cree que el poder que
levantó a Cristo de los muertos, es el mismo poder que está disponible para
operar a través de ella (Efesios 1:18-23).

B. Nuestro Intercesor: Oramos por ser una Iglesia que confía en Cristo como aquel
que está intercediendo por ella día y noche (Romanos 8:34).

C. Nuestro Sumo Sacerdote: Clamamos por una Iglesia que, por medio de Cristo,
tiene acceso al trono del Padre para conocerlo y entrar en intimidad con Él para
siempre (Hebreos 4:14; 8:1).

D. Nuestra esperanza: Oramos por una Iglesia que tiene sus ojos en Jesús, teniendo
una esperanza segura, que la lleva a confiar plenamente en Él mientras espera su
regreso (1 Tesalonicenses 4:16-18).

BLOQUE 3: IDENTIDAD Y PROPÓSITO DE LA IGLESIA

Intercedemos por una Iglesia que vive en obediencia a Jesús, quien determina su
identidad, dirección y autoridad, cumpliendo así su propósito y colaborando con los
planes de Dios en los últimos tiempos (Apocalipsis 14:6-7).

A. Ciudadanos del cielo: Clamamos por una Iglesia que reconoce que su
ciudadanía no pertenece al sistema de este mundo sino al del cielo, y vive según
la constitución del Reino esperando el regreso de Cristo (Filipenses 3:20-21).

B. Sentados en lugares celestiales con Cristo: Oramos por ser una Iglesia que
entiende que es heredera y coheredera juntamente con Cristo, y que le fue dada
toda bendición espiritual (Efesios 1:3-5; 2:5-6).
C. Propósito pastoral: Clamamos por una Iglesia que ama y se multiplica en
discípulos como Cristo lo hizo (Mateo 28:19-20).

D. Preparada para el regreso de Cristo: Oramos por ser una Iglesia que se prepara
para las dinámicas venideras, predica el Evangelio y espera activamente el
regreso de Cristo (Apocalipsis 19:7-8).
EL ESPÍRITU Y LA NOVIA DICEN VEN
“Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene
sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente”.
Apocalipsis 22:17, RVR

BLOQUE 1: GUARDANDO LA PROMESA

Intercedemos, como Cuerpo de Cristo, para que se levante en cada nación el remanente
preservado por Dios, que ha recibido y guardado la promesa de la venida del Mesías, de
la restauración de todas las cosas y de ponerle fin a Satanás, perseverando así cada día
en la carrera hasta el día que Cristo traiga justicia a la tierra (Génesis 3:15; 2 Timoteo 4:
6-8).

A. Una generación sacerdotal: Clamamos para ser esa generación sacerdotal que
se ofrece voluntariamente y por completo a Dios, en oración y adoración como
expresión de ese deseo por ver a Jesucristo regresar y cumplir todas las profecías
señaladas (Salmo 110:3).

B. Pelear la buena batalla: Clamamos para que, como hijos de Dios, cada día
elijamos con sabiduría las batallas correctas para pelear, usando las armas
espirituales que Dios nos ha dado, mirando a Jesús y su segunda venida,
entendiendo que esto nos prepara para lo que vendrá (Zacarías 4:6; Efesios 6:12).

C. Guardar la fe: Clamamos como Iglesia, para mantenernos cuidando lo más


preciado que tenemos, que es nuestra fe, buscando agradar a Dios por encima de
todo (Hebreos 11:6a; 1 Juan 5:4).

D. Correr la carrera: Clamamos para que, como Iglesia, avancemos con paciencia y
gozo en esta carrera, cumpliendo la asignación que Dios nos ha dado,
perseverando hasta alcanzar el premio mayor, y entendiendo que aunque el
camino es angosto tenemos un destino seguro (1 Corintios 9:24-27).
BLOQUE 2: AMANDO SU VENIDA

Intercedemos para que, como Iglesia, sigamos creciendo en amor y pasión por Jesús y
su regreso, permaneciendo anclados a esta esperanza que nos hace vivir siendo certeros
hoy, haciendo su voluntad y siendo fieles hasta aquel gran y glorioso día (1 Corintios
16:22; 2 Timoteo 4: 7-8).

A. Una Iglesia apasionada: Clamamos para mantener el fuego del primer amor
encendido, cultivando aceite para que nuestras lámparas permanezcan
encendidas en medio de la noche más oscura, hasta que el Deseado de las
naciones venga y llene la tierra con su gloria (Mateo 25:4; Hageo 2:6-7).

B. Amar los placeres superiores: Clamamos para que, como Iglesia, nos
mantengamos amando la venida de Cristo, debilitando así todo amor por los
placeres de este mundo y creciendo en pasión y celo por todo lo que es eterno (1
Juan 2:15-16).

C. Amar las recompensas eternas: Clamamos para que, como Iglesia, crezcamos
en un deseo ardiente por las recompensas eternas más que por aquellas
temporales que este siglo pueda darnos, a fin de recibir la corona cuando llegue
el día glorioso del Señor (Apocalipsis 22:12; Santiago 1:12).

D. Ser sobrios: Intercedemos como Iglesia, para seguir siendo sobrios en todo,
bebiendo del agua que sacia para vida eterna y desechando todo vino de
Babilonia que busca adormecernos y hacernos insensibles a la voz del Espíritu
Santo (2 Timoteo 4:2-5; 1 Pedro 5:8-11).

BLOQUE 3: CLAMANDO MARANATA

Intercedemos como Iglesia, para responder, con ayuno y oración, a la voz del Espíritu
Santo que está clamando: “Ven Señor Jesús”, uniéndonos al clamor Maranata, porque
deseamos que Cristo regrese a hacer su lugar de habitación con nosotros, aquí en la
tierra (Apocalipsis 22:17).

A. Una esposa ataviada: Clamamos para prepararnos como esa Esposa gloriosa,
llena del Espíritu Santo, que hace obras de justicia, que ayuna, ora y proclama,
con el espíritu de la profecía, el regreso del Novio, porque extraña y anhela la
presencia física de Jesús y su encuentro con Él (Apocalipsis 19:8-10).
B. Amar a una Persona: Oramos como Iglesia, para crecer en amor y en una espera
gozosa, no por un evento glorioso, sino por el Señor Jesucristo quien regresará
en gloria. Clamamos para que esta verdad nos lleve a anhelarlo con intensidad y
a buscar conocerlo más (Juan 14:21).

C. Mayor entendimiento: Oramos para que, como Iglesia, alcancemos un mayor


entendimiento de que el amor por la primera venida de Cristo ha de llevarnos a
un deseo ferviente por su segunda venida, ya que anhelamos que vuelva para
reinar eternamente con nosotros (Efesios 1:17-18; Apocalipsis 1:5).

D. Certeros en nuestra asignación hoy: Clamamos como Iglesia, para que, al


entender que el Señor está cerca, vivamos siendo certeros hoy, cumpliendo la
tarea que nos fue encomendada y preparando así el camino para su segunda
venida (Mateo 28:19-20; Isaías 40:9-10).
LA IGLESIA GLORIOSA DE LOS ÚLTIMOS
TIEMPOS
Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi
iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella”. Mateo 16:18,
Mateo 16:18, RVR

BLOQUE 1: PERFECCIONADOS EN LA INTIMIDAD

Oramos para ser una Iglesia de una sola cosa, y que nuestro único objetivo sea
contemplar la belleza de Jesús todos los días en intimidad (Salmo 27:4).

A. Transformados a la imagen de Cristo: Clamamos para ser más como Jesús en


la medida que contemplamos su hermosura en intimidad (2 Corintios 3:18).

B. Permanecer en el primer amor: Oramos por arrepentimiento en nuestros


corazones, para volver nuestros ojos hacia Jesús (Apocalipsis 2:4-5).

C. Elegir la mejor parte: Oramos como Iglesia para permanecer a los pies de Jesús,
y que este sea nuestro mayor deleite (Lucas 10:42).

D. Escuchar la voz del Amado: Clamamos para ser una Iglesia que reconozca la
voz del Esposo y responda a su llamado con amor (Apocalipsis 3:20).

BLOQUE 2: PERFECCIONADOS EN LA COMUNIDAD

Intercedemos como Iglesia para aprender a vivir en unidad con el Cuerpo de Cristo,
edificándonos en amor y perdonándonos unos a otros (Efesios 4:15-16).

A. Ser familia: Oramos para ser una familia de fe, unidos por la voluntad del Padre y
con el mismo objetivo de ver el Reino de Dios en la tierra (Mateo 12:50).
B. Hermanos en tiempos de crisis: Intercedemos para permanecer en amor y
unidad en todo tiempo, aun cuando aumente la persecución sobre la Iglesia
(Proverbios 17:17; Mateo 24:12).

C. Hogares que viven el Reino: Oramos por entendimiento para vivir el Reino de
Dios en familia, en unidad, y con la misma intención de permanecer juntos hasta
el fin (Hechos 2:46; 5:42).

D. Unidos en amor: Intercedemos para amarnos unos a otros, perdonando


nuestras ofensas y teniendo un corazón sencillo con nuestros hermanos
(Efesios 4:2-3).

BLOQUE 3: PERFECCIONADOS EN EL QUEBRANTO

Intercedemos para ser experimentados en quebranto, dependientes solo de Jesús.


Clamamos para ser una Iglesia que experimenta la gloria de Dios en medio de las
debilidades (Isaías 53:3; Mateo 5:3).

A. Una Iglesia que llora: Oramos por un quebrantamiento de nuestro corazón


como Iglesia, y para que nuestra sensibilidad sea incrementada al clamar
(Mateo 5:4).

B. Fortaleza en la debilidad: Oramos para que el poder de Dios sea perfeccionado


en nosotros reconociendo nuestras debilidades y dependencia del Padre
(2 Corintios 12:9; Juan 15:19).

C. Tomar la cruz de Cristo: Oramos para ser de aquellos que pagan el precio de
seguir a Jesús y ser sus discípulos. Queremos ser una Iglesia que lleva en su
cuerpo las marcas de Cristo (Mateo 16:24).

D. Humildes y dependientes: Oramos para tener un corazón que clame en todo


tiempo con humildad y temor reverente (Hebreos 5:7; Proverbios 22:4).
DESPERTAR DE UN MOVER BÍBLICO
“He aquí vienen días, dice Jehová el Señor, en los cuales enviaré hambre a la
tierra, no hambre de pan, ni sed de agua, sino de oír la palabra de Jehová”.
Amós 8:11, RVR

BLOQUE 1: UNA IGLESIA QUE PROFUNDIZA EN LAS ESCRITURAS

Intercedemos para ser una Iglesia con un espíritu de revelación y sabiduría, que conoce
a Cristo en profundidad por medio de las Escrituras (Efesios 1:17-18).

A. Hambre: Oramos para ser una Iglesia que crece en hambre por la Palabra de
Dios, meditando en ella de día y de noche (Salmo 119:97; 1:2).

B. Revelación: Clamamos como Iglesia para que a través de sus palabras seamos
alumbrados y guiados en nuestro andar diario (Salmo 119:105).

C. Entendimiento de las profecías: Oramos por una Iglesia que conoce las
profecías y puede discernir las temporadas que está viviendo, para prepararse y
preparar a otros (Mateo 24:32-34).

D. Libre de falsas doctrinas y engaños: Clamamos para ser una Iglesia madura
que conoce la Palabra y discierne lo verdadero de lo falso, librándose de todo
engaño y centrándose en la verdad (Efesios 4:14).

BLOQUE 2: UNA IGLESIA QUE TIENE LA MENTE DE CRISTO

Intercedemos para que, como hijos de Dios, nuestra mente sea transformada y renovada
diariamente por medio de la Palabra, y así poder conocer y vivir en la voluntad de Dios
(Romanos 12:2).
A. Conocimiento de Cristo: Oramos por una Iglesia que tiene revelación de la
belleza de Jesús por medio de las Escrituras, y así es transformada a su imagen
(Salmo 45:2; 2 Corintios 3:18).

B. Santidad: Clamamos por una Iglesia que, al tener la revelación de la esperanza


que le está guardada en el cielo por medio de la Palabra, camina en pos de ella
santificándose (1 Juan 3:3).

C. Sabiduría, entendimiento y autoridad: Oramos por una Iglesia que conoce los
tiempos que está viviendo y sabe cómo responder, guiando a otros a la verdad (1
Crónicas 12:32).

D. Propósito: Clamamos por una Iglesia que ama y obedece la ley de Dios, y por
medio de ella enseña, corrige e instruye a otros, perfeccionando a los santos
(2 Timoteo 3:16-17).

BLOQUE 3: UNA IGLESIA QUE DISCIPULA A LAS NACIONES

Intercedemos para que, al tener la revelación correcta de la Palabra de Dios,


discipulemos a las naciones, dando de gracia lo que hemos recibido del cielo
(Mateo 28:19-20; Juan 3:27).

A. Instructores de la verdad: Oramos para ser una Iglesia que instruya a muchos
en la Palabra de Dios, formando verdaderos discípulos preparados para estos
tiempos y los que vienen (Daniel 12:3).

B. Actos de justicia: Oramos para ser una Iglesia que ama y hace el bien al prójimo,
llevando a cabo obras de justicia que dan a conocer a Cristo (Apocalipsis 19:8;
Isaías 1:17).

C. Evangelio eterno: Clamamos por una Iglesia que tiene el entendimiento del
Evangelio completo y lo predica con denuedo, sabiendo que la Palabra tiene el
poder de transformar vidas (2 Timoteo 4:1-2; Apocalipsis 14:6).

D. Plan de Dios con Israel: Oramos para ser una Iglesia que tiene la revelación del
plan de Dios con Israel, participando activamente a través de la intercesión y de
la predicación de la Palabra (Romanos 11:11-12).
DESPERTAR DE UN MOVER PASTORAL
“Y os daré pastores según mi corazón, que os apacienten con ciencia y con
inteligencia”. Jeremías 3:15, RVR

BLOQUE 1: UNA IGLESIA QUE DESARROLLA EL CARÁCTER DE CRISTO

Clamamos por una Iglesia que crece en el carácter de Cristo, dejando todos los otros
deseos para cultivar y manifestar los frutos del Espíritu (Gálatas 5:22-24).

A. Obediencia: Oramos para ser una Iglesia que camina en sujeción al Padre, que
ama su Palabra y la pone en práctica en todo tiempo, siendo obediente al
Espíritu Santo y a las autoridades que Dios puso (Hebreos 5:8).

B. Misericordia: Oramos por una Iglesia que pasa por alto la ofensa teniendo
misericordia de sus hermanos y de aquellos que no conocen a Jesús
(Proverbios 19:11).

C. Humildad y mansedumbre: Oramos para ser una Iglesia mansa y humilde que
sigue el modelo de Jesús sirviendo a su prójimo y estimando a los otros como
superiores (Mateo 11:29).

D. Dominio propio: Oramos para ser una Iglesia constante en todos sus caminos y
que se mantiene firme en Cristo en toda circunstancia, respondiendo con poder,
amor y dominio propio (2 Timoteo 1:7).

BLOQUE 2: UNA IGLESIA QUE CRECE EN EL MINISTERIO PASTORAL

Clamamos por una Iglesia que se deja liderar por el Señor y responde al llamado de
discipular, guiar y servir a otros conforme al corazón de Dios (Hechos 20:28).
A. Paternidad: Oramos para ser una Iglesia que discipula desde la paternidad de
Dios, derriba toda mentira de orfandad y manifiesta el amor del Padre sobre sus
hijos (Gálatas 4:6).

B. Sanidad y libertad: Clamamos por padres espirituales, llenos del Espíritu Santo,
que traen sanidad al Cuerpo de Cristo y libertad a los que están cautivos
(Isaías 61:1-3).

C. Identidad: Oramos para ser una Iglesia transformada a la imagen del Hijo, y que
permanece en la identidad y autoridad que Dios les ha dado, llevando mucho
fruto (2 Corintios 3:18).

D. Propósito: Clamamos para ser una Iglesia que crece en los cinco ministerios y
ayuda a cada miembro a desarrollar su asignación para la edificación del Cuerpo
de Cristo (Efesios 4:11-12).

BLOQUE 3: LÍDERES CONFORME A SU CORAZÓN

Clamamos por líderes conforme al corazón de Jesús, que pastorean a la Iglesia con
entendimiento y sabiduría, dándole el alimento indicado para el tiempo correcto
(Mateo 24:45).

A. Integridad: Oramos por líderes con corazones rectos y leales, que pastorean a la
iglesia con integridad (Salmo 78:72).

B. Sobriedad: Intercedemos por líderes sobrios, que no dejan que sus sentidos sean
diluidos con el vino de este mundo, sino que se mantienen velando (1 Pedro 4:7).

C. Sabiduría: Intercedemos por líderes llenos de sabiduría y temor de Dios, para


guiar a la Iglesia conforme a su Palabra (Hechos 6:3).

D. Entendimiento de los tiempos: Oramos por líderes entendidos en los tiempos


que tienen revelación de lo que la Iglesia debe hacer y la preparan para lo que ha
de venir (1 Crónicas 12:32).
DESPERTAR DE UN MOVER EVANGELÍSTICO
“Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para
testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin”. Mateo 24:14, RVR

BLOQUE 1: UNA IGLESIA QUE DESARROLLA LA COMPASIÓN DE CRISTO

Intercedemos para ser una Iglesia que, al conocer el corazón de Jesús en intimidad, está
llena de su compasión y amor por el prójimo (Mateo 9:36).

A. Cultivar amor: Oramos por una Iglesia que cultive el amor de Jesús en su
corazón al conocerlo a Él, para permanecer encendida hasta el fin (Mateo 24:12).

B. Desarrollar compasión: Clamamos por una Iglesia que crece en un corazón


compasivo como el de Jesús, que al ver las necesidades de otros actúa en piedad
y amor (1 Pedro 3:8).

C. Vencer la indiferencia: Oramos por ser una Iglesia que vence toda indiferencia y
desarrolla sensibilidad para reconocer espiritualmente aquellas personas que
necesitan a Jesús como su Salvador (Lucas 10:33-34).

D. Crecer en humildad: Clamamos para ser una Iglesia que sigue creciendo en
humildad hasta la medida de Cristo, y experimenta el mismo sentir que hubo en
Él, despojándose de sí misma para dar su vida por otros (Filipenses 2:3-5).

BLOQUE 2: UNA IGLESIA EQUIPADA PARA PREDICAR EL EVANGELIO

Intercedemos por una Iglesia que vive consciente de la Presencia de Dios y que responde
al entendimiento de su responsabilidad para extender el Reino con valentía y poder
(Hechos 4:31).
A. Unidad para que el mundo crea: Oramos para ser una Iglesia que camina en
unidad en todo tiempo, manifestando a Cristo (Juan 17:21-23).

B. Llenura del Espíritu Santo: Clamamos para ser una Iglesia dependiente del
Espíritu Santo, que se reconoce pobre en espíritu y se llena constantemente de su
Presencia, para predicar el Evangelio del Reino con poder y autoridad
(Hechos 4:31; 1 Corintios 2:4).

C. Testimonio: Oramos para ser una Iglesia que testifica a Cristo y comprende que
su testimonio es un arma para ganar almas (Gálatas 6:17).

D. Hablar con denuedo la Palabra de Dios: Clamamos para ser una Iglesia que
predica el Evangelio eterno con denuedo y osadía (Romanos 1:16).

BLOQUE 3: UNA IGLESIA QUE DESARROLLA LA GRAN COMISIÓN

Intercedemos por una Iglesia que experimenta la mayor manifestación de Dios, sin
precedentes, como fue profetizado en su Palabra, predicando el Evangelio eterno desde
Jerusalén hasta lo último de la tierra (Hechos 1:8; Apocalipsis 14:6-7).

A. Clamor por obreros: Oramos para ser una Iglesia que clama por el envío de
mensajeros del Reino que anuncien las buenas noticias (Mateo 9:37-38).

B. Urgencia por la predicación: Oramos para ser una Iglesia que entiende los
tiempos y la urgencia de la predicación del Evangelio a fin de preparar el camino
para el regreso de Cristo (Mateo 3:2-3).

C. Hacer discípulos: Oramos para ser una Iglesia que extiende el Reino de Dios en
todas las naciones, haciendo discípulos desde Jerusalén hasta lo último de la
tierra (Mateo 28:19-20).

D. Etnias no alcanzadas: Clamamos por aquellas etnias que aún no han escuchado
acerca de Jesús, para que el Evangelio pueda llegar a ellos y sean salvos
(Romanos 10:14).
DESPERTAR DE UN MOVER PROFÉTICO
“Pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los
que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y
del mal”. Hebreos 5:14, RVR

BLOQUE 1: UNA IGLESIA QUE CRECE EN SENSIBILIDAD ESPIRITUAL

Intercedemos por una Iglesia que desarrolla los sentidos espirituales para poder oír a
Dios y percibir su Presencia, alcanzando madurez (1 Corintios 2:6).

A. Comunión íntima: Oramos por una Iglesia que cultiva una vida de intimidad
cada vez más profunda, exponiéndose a la Presencia de Dios y creciendo así en
sensibilidad y pasión por Cristo (Salmo 27:4).

B. Oír la voz de Dios: Clamamos por una Iglesia que crece en la habilidad de
escuchar la voz de Dios y discernir su Palabra, percibiendo instrucciones
celestiales y siendo guiada por el Espíritu Santo (Salmo 34:8; Apocalipsis 2:7).

C. Santidad: Oramos por una Iglesia que camina en santidad y se sensibiliza


proféticamente para tener experiencias con Dios reales y transformadoras
(Josué 3:5; 2 Corintios 6:17).

D. Discernimiento: Clamamos para ser una Iglesia que desarrolla una vida
constante de oración, que crece en la habilidad de percibir lo profundo y
escondido, discerniendo entre lo verdadero y lo falso (Filipenses 1:9-10, LBLA).

BLOQUE 2: UNA IGLESIA QUE DESARROLLA Y PARTICIPA DE AMBIENTES


PROFÉTICOS

Intercedemos por una Iglesia que construye una cultura de intimidad, donde la
Presencia de Dios pueda habitar y manifestarse sin límites (Salmo 132:4).
A. Llenura del Espíritu Santo: Clamamos para que cada generación busque y
experimente la llenura del Espíritu Santo diariamente y sea activada en sus
sentidos espirituales (Joel 2:28).

B. Libre de idolatría: Oramos para ser una Iglesia que se mantiene desarrollando
pasión para ver, oír, sentir y experimentar su Presencia, manifestando la realidad
de Dios y haciéndola libre de toda religiosidad e idolatría (Salmo 115: 4-8).

C. Arma evangelística: Clamamos por una Iglesia que ejerce el ministerio profético
incluso desde una perspectiva evangelística, dando testimonio de Dios para
salvación (1 Corintios 14:24-25).

D. Intercesión y adoración continua: Oramos por una Iglesia que establece


ámbitos de adoración e intercesión día y noche, generando atmósferas donde el
Espíritu Santo es derramado y se honra la Presencia de Dios (Lucas 18:7).

BLOQUE 3: UNA IGLESIA QUE ALUMBRA EN LOS ÚLTIMOS TIEMPOS

Intercedemos por una Iglesia que tiene entendimiento y sabiduría del plan global de
Dios en los últimos tiempos, alineándose con su agenda y con los movimientos que Él
quiere hacer en las naciones (Apocalipsis 1:3).

A. Revelación de Jesús: Clamamos por una Iglesia que crece en la revelación de la


belleza de Jesús, profundizando en sus atributos como Rey, Juez y Esposo
(Apocalipsis 19:10).

B. La palabra profética más segura: Oramos por una Iglesia que conoce la
Palabra de Dios y las profecías, considerándolas como una antorcha que
iluminará en los tiempos de mayor oscuridad (2 Pedro 1:19).

C. Preparados para la guerra espiritual: Clamamos por una Iglesia que, por
escuchar y ser guiada por el Espíritu Santo, está preparada para pelear la buena
batalla de la fe y ser vencedora en las dinámicas de los últimos tiempos
(1 Timoteo 1:18-19).

D. La esperanza del regreso de Cristo: Oramos por una Iglesia que está encendida
en pasión, llena de sensibilidad, purificándose por tener la esperanza en Aquel
que ha de venir (1 Juan 3:2-3).
DESPERTAR DE LA MADUREZ EN EL CUERPO
DE CRISTO (APOSTÓLICO)
“Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito
arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima; pero cada uno mire
cómo sobreedifica”. 1 Corintios 3:10, RVR

BLOQUE 1: LA IGLESIA QUE CRECE EN MADUREZ ESPIRITUAL

Intercedemos por una Iglesia que busca y vive un avivamiento de profundidad,


creciendo en madurez de manera integral, edificando sobre el fundamento que es Cristo
(Efesios 2:20-22).

A. Amor maduro: Clamamos por una Iglesia que conoce íntimamente a Dios,
creciendo y desarrollando un amor maduro, que se compromete a ser fiel hasta el
fin (Cantares 8:6-7).

B. Unidad: Clamamos por una Iglesia que busca la unidad siendo un solo cuerpo y
reconociendo la multiforme gracia de Dios entre sus miembros (Romanos 12:4-5).

C. Alimento sólido: Clamamos por una Iglesia que tiene hambre por el alimento
sólido y crece en entendimiento de las Escrituras, alcanzando así la sabiduría de
Dios (1 Corintios 2:6; Hebreos 5:14a).

D. Perseverancia y paciencia: Oramos por una Iglesia que, a través de los procesos
hoy, desarrolla perseverancia y paciencia para las dinámicas que vendrán,
creciendo en madurez espiritual (Santiago 1:2-4).

BLOQUE 2: LA IGLESIA QUE DESARROLLA EL MINISTERIO APOSTÓLICO

Intercedemos por una Iglesia que desarrolla y conecta los cinco ministerios a fin de
perfeccionar a los santos para la obra y edificación del Cuerpo, alcanzando la plenitud
de Cristo (Efesios 4:11-13).
A. Visión integral: Oramos por una Iglesia que ve al Cuerpo, al Reino de Dios y los
ministerios con una mente integral, conectando todas las áreas para que puedan
funcionar coordinadamente, formando así discípulos que alcanzan la madurez
de Cristo (1 Corintios 12:27-28).

B. Paternidad espiritual: Clamamos por una Iglesia que conecta generaciones y


desarrolla un corazón de paternidad sobre ellas, viendo la comunidad de fe como
una familia (1 Corintios 4:15).

C. Administradores fieles: Oramos por una Iglesia que desarrolla la habilidad de


Dios de poder conocer las profundidades del Reino, descubriendo tesoros en las
Escrituras y compartiéndolos con los demás (1 Corintios 4:1-2).

D. Constructores: Oramos por una Iglesia que construye, conecta y coordina la


multiforme gracia de cada miembro, expresada en ministerios, dones y
operaciones, a fin de que la obra sea edificada y funcione según los deseos de
Dios (1 Corintios 3:10; 1 Pedro 4:10).

BLOQUE 3: LA IGLESIA QUE ABRAZA EL PLAN GLOBAL DE DIOS

Intercedemos por una Iglesia que, al tener revelación del plan, se vuelve colaboradora
para su cumplimiento, siendo fiel en su asignación (Salmo 25:14; Juan 15:15).

A. Mensajeros del Reino: Oramos por la Iglesia que avanza con la gran comisión,
extendiendo el Reino en todas las naciones (Mateo 28:19; 24:14).

B. Reyes y sacerdotes: Clamamos por una Iglesia que ejerce su rol en la intercesión
y adoración día y noche, contendiendo por el plan de Dios y su voluntad sobre la
tierra (Mateo 6:10; Lucas 18:7).

C. El regreso de Cristo: Oramos por una Iglesia que se levanta en el poder de Elías,
para preparar el camino para la venida de Cristo y esperarlo como una Novia
apasionada (Apocalipsis 19:7-8).

D. Israel y las naciones: Clamamos por una Iglesia que tiene entendimiento del
plan de Dios con Israel y las naciones, siendo parte del cumplimiento de las
profecías de los últimos tiempos y de su regreso a la tierra (Isaías 49:6).
CONSTRUYENDO MORADA PARA EL HOMBRE
EN EL CIELO
“No entraré en la morada de mi casa, ni subiré sobre el lecho de mi estrado;
no daré sueño a mis ojos, ni a mis párpados adormecimiento, hasta que
halle lugar para Jehová, morada para el Fuerte de Jacob”. Salmo 132: 3-5,
Salmo 132: 3-5, RVR

BLOQUE 1: VIDAS QUE ATRAEN SU PRESENCIA

Intercedemos por hijos e hijas de Dios cuyo único y mayor deseo y prioridad es atraer la
Presencia de Dios, estimando todo lo demás como pérdida a fin de conocerlo a Él
(Filipenses 3:7-8).

A. Humildad: Clamamos por hijos e hijas de Dios que reconocen sus limitaciones y
debilidades, y esto los conduce a una necesidad y dependencia del Espíritu
Santo, desarrollando humildad (2 Corintios 12:7-10; Santiago 4:6).

B. Quebranto: Oramos por vidas que han decidido entregarlo todo a Cristo,
viviendo quebrantados en su Presencia y con lágrimas en sus ojos (Mateo 5:3-4;
Salmo 51:17).

C. Fe: Clamamos por hijos e hijas de Dios que pierden el control para entregarlo a
Cristo, a fin de vivir por medio de una fe inquebrantable que les permite
experimentar la gracia sobreabundante de Dios (Romanos 5:1-2).

D. Adoración y gratitud: Oramos por vidas que glorifican y exaltan a Dios en todo
lo que son y en todo lo que hacen, reconociéndolo en todos sus caminos y
dándole gracias, a fin de agradarle y ser íntegros y santos como Él (Romanos 1:21;
1 Tesalonicenses 5:16-19).
BLOQUE 2: VIDAS QUE HOSPEDAN SU PRESENCIA

Intercedemos por hijos e hijas que saben responder a la Presencia de Dios con un
corazón sensible, contemplando su belleza y recreándose en su Persona (Salmo 27:4).

A. Temor de Dios: Oramos por hijos e hijas de Dios que son conscientes de su
Presencia y responden con reverencia y honra (Salmo 128:1).

B. Obediencia: Oramos por una iglesia que responde en obediencia a la voluntad


de Dios, sin importar el costo o los resultados, porque vive para Cristo
(Hebreos 5:8).

C. Gozo y regocijo: Oramos por hijos e hijas que se alegran y se gozan en la


Presencia de Dios, ofreciendo sacrificios de alabanza (2 Samuel 6:13-15).

D. Lealtad: Clamamos por vidas que responden con lealtad, comprometiéndose


con Él hasta el fin, porque reconocen su dignidad (Hebreos 10:23).

BLOQUE 3: VIDAS QUE CONSTRUYEN LUGARES DONDE HABITE SU


PRESENCIA

Intercedemos por hijos e hijas de Dios que edifican lugares o estructuras donde habite
su Presencia y Él disfrute quedarse (Salmo 132:3-5).

A. Honra: Clamamos por una generación de hijos e hijas de Dios que viven la
cultura de honra, en la que nos vemos los unos a los otros como Dios nos ve,
estimando y amándonos por encima de nuestros beneficios personales
(Filipenses 2:3-4; Mateo 9:35).

B. Cultura de Reino: Oramos por hijos e hijas que manifiestan la constitución del
Reino, viviendo según sus principios y leyes, porque entienden que no pertenecen
a este sistema sino que son ciudadanos del cielo (Salmo 119:16, Filipenses 3:20).
C. Familia de la fe: Clamamos por hijos e hijas de Dios que reconocen a la Iglesia
como la familia de la cual Dios nos sha hecho parte, por lo tanto crecemos en
unidad, siendo miembros los unos de los otros y haciéndonos el bien
(Colosenses 2:19; Gálatas 6:10).

D. Oración y adoración continua: Oramos por una Iglesia que es casa de oración,
que se mantiene adorando y clamando día y noche, restaurando así el
tabernáculo de David (Isaías 56:7).
SALVACIÓN DE ISRAEL
“Y todo aquel que invocare el nombre de Jehová será salvo; porque en el
monte de Sion y en Jerusalén habrá salvación, como ha dicho Jehová, y
entre el remanente al cual él habrá llamado”. Joel 2:32, RVR

BLOQUE 1: REVELACIÓN DE JESÚS COMO MESÍAS

Clamamos para que venga espíritu de revelación y sabiduría sobre el pueblo de Israel, y
así reconozca a Jesucristo no solo como su Salvador, sino como un Esposo, Rey y Juez
(Efesios 1:16-17; Isaías 9:6-7).

A. Corazones que reconocen a Jesús: Oramos para que el corazón de los judíos
se vuelva a Jesucristo, reconociendo que Él es el Hijo de Dios, el Mesías que vino,
murió, resucitó y regresará a traer justicia a la tierra (Isaías 62:6-7; Romanos 10:1).

B. Revelación en las Escrituras: Oramos para que se les abra el entendimiento en


cuanto a su Mesías cada vez que leen y oran el Shema: “Escucha, oh Israel, el
SEÑOR es nuestro Dios, el SEÑOR uno es. Amarás al SEÑOR tu Dios con todo tu
corazón, con toda tu alma y con toda tu fuerza. Y estas palabras que yo te
mando hoy, estarán sobre tu corazón; y diligentemente las enseñarás a tus hijos, y
hablarás de ellas cuando te sientes en tu casa y cuando andes por el camino,
cuando te acuestes y cuando te levantes”, Deuteronomio 6:4-7 (Isaías 53).

C. Jesús Esposo: Oramos para que les sea revelado Jesús, acercándose a ellos como
su Esposo, quien trae salvación y redención (Isaías 54:5; Jeremías 3:14).
BLOQUE 2: ESPÍRITU DE ARREPENTIMIENTO

Oramos para que venga sobre el pueblo judío un tiempo de arrepentimiento y


convicción de pecado, que los lleve a clamar por Jesús y verlo regresar (Hechos 3:19-20).

A. Hijos pródigos volviendo a la casa: Clamamos para que el pueblo de Israel


pueda volver en sí, como el hijo pródigo que regresa arrepentido a la casa del
Padre, entendiendo que es recibido y amado, y finalmente restaurado
(Lucas 15:11-24).

B. Espíritu de lamentación y súplica: Clamamos para que, sobre toda la casa de


Israel, sea derramado espíritu de gracia y oración, que los haga mirar a Cristo
como su Salvador, tal como está profetizado en los últimos tiempos
(Zacarías 12:10).

C. Remanente de Israel: Oramos para que se levante el remanente de Israel que


está descrito en la Palabra, que se volverá a Jesús como su Señor para entregarse
por completo a Él (Romanos 11:5; Isaías 10:20).

BLOQUE 3: REDENCIÓN DE ISRAEL

Intercedemos para que todo Israel sea salvo, reconociendo la obra de Cristo en la cruz
para perdón de sus pecados y redención de sus vidas como pueblo escogido y amado
por Dios, y por el cual también regresará a fin de manifestar su justicia (Isaías 29:17-22;
Mateo 15:24).

A. Jehová es el único redentor: Clamamos para que puedan reconocer que Cristo
es el único camino que los lleva al Padre, el único y verdadero Redentor, y para
que pongan toda su confianza solo en Él, en medio de todo lo que les toque
atravesar (Juan 14:6; Isaías 43:1-7).

B. La misericordia de Dios sea sobre ellos: Oramos por un entendimiento claro,


en medio de los juicios de Dios, de su amor inagotable y sus misericordias, las
cuales permanecen sobre ellos. El Señor es fiel a su pacto para siempre
(Isaías 54:9-10).

C. Cumplimiento del pacto de Dios: Clamamos para que en medio de las


dinámicas venideras el pueblo de Israel pueda experimentar la promesa del nuevo
pacto de Dios para con ellos (Ezequiel 11:19-20; Jeremías 31:31-33).
FORTALECIMIENTO DE LA IGLESIA DE ISRAEL
“No temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios.
Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa”. Isaías
41:10, RVR

BLOQUE 1: RENUEVO DEL ESPÍRITU SANTO

Clamamos para que el Espíritu Santo venga sobre toda la Iglesia de Israel, para que sean
llenos, renovados y fortalecidos en su interior (2 Corintios 4:16-18).

A. Fe inconmovible: Oramos para que la Iglesia de Israel permanezca con una fe


inquebrantable en Cristo y sus promesas en medio de las dinámicas que están
viviendo (Hageo 2:6-9).

B. Valentía: Clamamos para que el Espíritu Santo derrame sobre la Iglesia un


espíritu de osadía y denuedo, para predicar el Evangelio en todo tiempo,
permaneciendo fieles y estables ante la persecución (Zacarías 4:6).

C. Fortalecimiento y protección: Intercedemos para que haya una protección


sobrenatural en aquellos que han sido llamados para anunciar y contender por
Israel. Pedimos protección en medio de las dificultades y que sean fortalecidos en
medio de la obra que están llevando a cabo (Salmo 46; 83; Isaías 35:1-4).

BLOQUE 2: PROVISIÓN DE DIOS PARA LA IGLESIA EN ISRAEL

Intercedemos para que la Iglesia de Israel pueda ser sustentada en medio de las
temporadas que está viviendo, tal como el Señor lo hizo de manera sobrenatural cuando
atravesaron el desierto yendo hacia la tierra prometida (Salmo 23).
A. Palabra de Dios: Clamamos para que la Palabra de Dios sea el sustento para la
Iglesia de Israel en los últimos tiempos, que la guíe, direccione y dé vida
(Deuteronomio 8:3; Isaías 59:21).

B. Paz de Dios: Oramos para que el corazón de los judíos creyentes pueda recibir
esa paz que sobrepasa todo entendimiento, reconociendo que no se trata de
ausencia de conflictos sino confianza plena en que el Rey de Justicia se
manifestará (Números 6:24-26; Jeremías 29:7).

C. Liderazgo conforme al corazón de Dios: Clamamos para que se levanten en


medio de la Iglesia pastores que guiarán y pastorearán con ciencia e inteligencia,
al remanente de Israel (Jeremías 3:15).

BLOQUE 3: COSECHA DE ALMAS

Clamamos para que se levanten, hombres y mujeres, con un corazón como el de Pablo,
que tenía celo por la salvación de su propio pueblo, respondiendo al llamado de la gran
comisión (Hechos 1:8; Romanos 9:1-3).

A. Evangelistas: Oramos por el envío de obreros a Israel, mensajeros que anuncien


el Evangelio completo y que se mantengan fieles al mensaje (Mateo 24:14;
9:37-38).

B. Denuedo y poder: Oramos por la proclamación del Evangelio del Reino en la


tierra de Israel con denuedo y poder del Espíritu Santo, acompañado de señales,
prodigios y milagros que señalan a Cristo (Hechos 4:29-31).

C. La generación de jóvenes: Clamamos por los jóvenes cristianos en Israel y


aquellos que están en el IDF (fuerzas de defensa de Israel), que están
permaneciendo fieles y estables ante la persecución y la burla de sus propios
compatriotas (Mateo 5:11-12).
ENTENDIMIENTO Y DESPERTAR DEL MISTERIO
DE ISRAEL EN LA IGLESIA GLOBAL
“Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seais
arrogantes en cuanto a vosotros mismos: que ha acontecido a Israel
endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los
gentiles, y luego todo Israel será salvo como está escrito…”
Romanos 11:25-26, RVR

BLOQUE 1: NO IGNORAR EL MISTERIO DE DIOS ACERCA DE ISRAEL

Clamamos para ser una Iglesia que camina con entendimiento acerca del misterio de
Israel, batallando contra todo espíritu de indiferencia y arrogancia respecto a Israel,
para que podamos amar de la forma correcta al Pueblo de Dios (Romanos 10:1-4).

A. Misterio de la ceguera espiritual de Israel y de la plenitud de los gentiles:


Intercedemos para que, en el Cuerpo de Cristo gentil, sea revelado que la ceguera
que vemos ahora sobre el pueblo de Israel es solo temporal, y para que nos
mantengamos clamando por ellos hasta que como Iglesia gentil lleguemos a
caminar la plenitud del propósito de Dios, como antesala del regreso de Cristo
(Romanos 11:25).

B. Misterio de Israel, siendo provocado a celos por los gentiles antes del
regreso de Jesús: Clamamos para que, como Iglesia gentil, podamos
comprender nuestro rol dentro del plan de Dios de usarnos a nosotros, los
gentiles, para la salvación de la nación de Israel, provocándolos a celos, haciendo
que deseen tener lo que los creyentes gentiles tienen espiritualmente en su
relación con el Dios de Israel, ya que verán claramente la "plenitud de los gentiles"
(Romanos 11:11).
C. Que se levanten las Rut de estos días: Rut: Su nombre significa aliada o amiga.
También puede traducirse como "plenitud". Es una sombra de la Iglesia en las
naciones brindando su amistad y aliándose a Israel (Noemí). Oramos para que,
como Iglesia, cuando las dinámicas de los últimos tiempos comiencen a
intensificarse, no busquemos nuestro propio beneficio resguardando nuestras
vidas ante la calamidad que atravesará Israel como el centro de los
acontecimientos que precederán a la segunda venida de Jesús (Mt. 25:41-46), sino
que, junto a la Iglesia de Israel, seamos una familia para el Padre (Habacuc 2:14;
Juan 17:23; Efesios 2:15).

BLOQUE 2: UN SOLO PUEBLO ENTRE JUDÍOS Y GENTILES

Oramos y pedimos ser llenos de pasión, de tal modo que podamos llevar al pueblo de
Israel a buscar a Jesús de manera insistente, y así cumplir el deseo de Dios de ser un solo
pueblo (Deuteronomio 6:4; Efesios 2:14-15).

A. Entendimiento: Clamamos para que nuestros ojos se abran y se alumbre nuestro


entendimiento, a fin de poder ver que Israel es importante en el cumplimiento de
los planes de Dios sobre la tierra (Jeremías 3:17; Joel 3:16).

B. Puentes de reconciliación: Oramos por hombres y mujeres que se levanten


como puentes, declarando la verdad sobre Israel y sobre el remanente gentil,
amando a ambos pueblos y haciendo el trabajo de reconciliación (2 Corintios
5:16-20).

C. Centinelas a favor de Israel: Oramos por una Iglesia que se levanta como
centinela a proclamar el Evangelio y a interceder a favor del pueblo de Israel que
se encuentra, no solo en su tierra, sino en todas las naciones
(Isaías 52:7-8; Ezequiel 33:7).

BLOQUE 3: COLABORADORES DEL PLAN DE DIOS

Clamamos para que se rasgue el velo de la Iglesia global, y así podamos entender el plan
de Dios para con Israel y su parte en el mismo (Romanos 11:1-2; 11:11-15; 11:25-26).
A. Estrategia de Dios: Clamamos para que, como Iglesia, entendamos que una
parte del plan de Dios para restaurar a Israel es la plenitud de los gentiles, en
cuanto a número, pero también en cuanto a su madurez espiritual (Romanos 11:11).

B. Despertar a celos: Oramos para que seamos una Iglesia que despierta a celos a
Israel al manifestar a Cristo y su amor por el pueblo judío (Romanos 10:19; 11:13-15).

C. Que se levanten las Ester de este tiempo: Clamamos para que, como Iglesia
gentil, podamos adoptar la decisión y postura de Ester ante los eventos que
enfrentará la Iglesia de Israel: “...si perezco, que perezca” (Ester 4:16)- Que se
despierte esta respuesta en nuestro actuar como Iglesia hoy y también en aquel
tiempo, intercediendo por nuestro propio pueblo (Ester 4:16; 5:1-2; Efesios 2:14),
para así, al alinearnos y abrazar el perfecto plan de Dios, gobernar y reinar con
Cristo a su regreso (Apocalipsis 11:15).
RESTAURACIÓN DE ISRAEL
“... Yo he restaurado a Sion, y moraré en medio de Jerusalén; y Jerusalén se
llamará Ciudad de la Verdad, y el monte de Jehová de los ejércitos, Monte
de Santidad”. Zacarías 8:3, RVR

BLOQUE 1: PROMESAS DE DIOS

Oramos para que, en los momentos oportunos, el Espíritu Santo nos recuerde y traiga a
memoria las promesas de restauración sobre su pueblo (Juan 14:26).

A. Restauración de la tierra: Intercedemos por la restauración de Jerusalén,


bendecimos esa tierra y clamamos para que el poder y la misericordia de Dios
sean desatados sobre Israel en los últimos tiempos (Jeremías 31:1-14).

B. Restauración del sacerdocio: Oramos por la restauración del sacerdocio de la


casa de Israel (Isaías 66:18-21).

C. Restauración de la gloria de Israel: Intercedemos por esa nación, creyendo y


declarando que la gloria de Dios será restaurada a Israel (Isaías 66:10-14; 62:1-7).

BLOQUE 2: RESTAURACIÓN DE JERUSALÉN

Oramos para que podamos crecer en nuestra respuesta de mantenernos clamando por
la paz de Jerusalén y sus promesas de restauración (Salmo 122:6).

A. Jerusalén, monte de Jehová: Oramos por la restauración de Jerusalén como


Ciudad de la Verdad, monte de Jehová (Zacarías 8:2-8).

B. Monte de Sion como trono de Dios: Oramos por Jerusalén como la ciudad
desde donde Jesús gobernará la tierra y su trono será establecido
(Mateo 25:31-32; Jeremías 3:17; Ezequiel 43:6-7).
C. Jerusalén, la ciudad del gran Rey y habitación de Dios: Intercedemos para que
crezca la pasión por restaurar un lugar de reposo para Dios (Salmo 48:2; 132:13-14;
Isaías 2:2-3).

BLOQUE 3: PROFECÍAS QUE LOS FORTALECERÁN EN TIEMPOS DE


AFLICCIÓN

Intercedemos para que el Espíritu Santo desate una claridad mayor sobre las profecías
que fortalecen y animan al pueblo de Israel (Sofonías 3:14-16).

A. La angustia de Jacob: Oramos por revelación de la liberación de Dios de los


tiempos de la “angustia de Jacob”, para que sea anunciada sobre el pueblo de
Israel (Jeremías 30 y 31).

B. Verán al Rey: Intercedemos para mantenernos clamando por revelación, sobre el


pueblo de Israel, de que verán al Rey en su hermosura y que su recompensa viene
con Él (Isaías 33:17; 35:4).

C. Refinamiento: Clamamos para que, en los tiempos profetizados, el pueblo de


Israel pueda tener claridad y convicción de la necesidad de pasar por un tiempo
de refinamiento del Señor y puedan ver que Dios, por amor de Sion no callará, y
por amor de Jerusalén no descansará hasta que salga como resplandor su
justicia, y su salvación se encienda como una antorcha (Zacarías 13:8-9; Isaías
62:1).
MOVIMIENTO DE ADORACIÓN E INTERCESIÓN
SOBRE ISRAEL
“Sobre tus muros, oh Jerusalén, he puesto guardas; todo el día y toda la
noche no callarán jamás. Los que os acordáis de Jehová, no reposéis, ni le
deis tregua, hasta que restablezca a Jerusalén, y la ponga por alabanza en
la tierra… He aquí que Jehová hizo oír hasta lo último de la tierra: Decid a
la hija de Sion: He aquí viene tu Salvador; he aquí su recompensa con él, y
delante de él su obra. Y les llamarán Pueblo Santo, Redimidos de Jehová; y a
ti te llamarán Ciudad Deseada, no desamparada”. Isaías 62:6-7, 11-12, RVR

BLOQUE 1: UN MOVER DE INTERCESIÓN Y ADORACIÓN

Oramos por un mover de oración, adoración e intercesión que se accione a un ritmo sin
igual en toda la tierra (en el espíritu del Tabernáculo de David), que dé como resultado el
despertar de la Iglesia, poniéndose a favor en intercesión por los propósitos de Dios
hacia Israel como nunca antes (Amós 9:11; Isaías 62:6).

A. Casa de Oración: Oramos por la promesa de Dios, de edificar la casa de oración


para la salvación completa de Israel (Isaías 56:6-8).

B. Clamor de día y de noche: Oramos para que se incremente el clamor sobre el


Cuerpo de Cristo, para que Dios manifieste su justicia sobre Israel y las naciones
(Lucas 18:7-8).

C. Músicos, cantores e intercesores: Intercedemos para que el Espíritu Santo


marque a músicos, compositores y cantores, que compongan, canten y levanten
un clamor por el día del Señor y la liberación del tiempo de la angustia de Jacob.
Que al responder se vuelvan la provisión de Dios en su llamado como profetas,
cantando sobre los judíos en la diáspora y clamando en y por la tierra de Israel
como centinelas (Salmo 40:1-3; Apocalipsis 6:10; 7:1).
BLOQUE 2: CANTOS PROFÉTICOS

Oramos para que sea derramado sobre el Cuerpo de Cristo espíritu de revelación y
sabiduría que se expresen con cánticos que hagan despertar a los corazones a la
revelación de Jesús (Efesios 1:17-19).

A. Cánticos sobre la restauración de Jerusalén: Oramos para que se levante un


remanente de cantores proféticos que levanten su voz y canten sobre la ciudad
del gran Rey, Jesucristo (Salmo 132:11-14).

B. Cánticos sobre Israel como la Esposa de Dios: Oramos por cánticos que
despierten el corazón de Israel como la Esposa de Jehová, manifestando su amor
y misericordia sobre ellos (Isaías 54:5-8).

C. Cánticos de amor y restitución: Oramos por cánticos de justicia, benignidad y


misericordia sobre el pueblo de Israel (Oseas 2:19-20).

BLOQUE 3: CANTOS A FAVOR DEL PUEBLO DE ISRAEL Y SU DESTINO

Oramos para que, a través de cánticos proféticos que Dios desate desde la Iglesia gentil,
atraiga a su pueblo con cuerdas de amor nuevamente hacia Él, al despertarlo en celo
(Oseas 11:4; Isaías 40:1-2).

A. Cánticos de júbilo: Oramos para que Dios, tal como fue profetizado, traiga
sobre la casa de Israel un cántico de júbilo en lugar de lamentación (Isaías 61:3).

B. Cánticos de consuelo, gozo y alegría: Clamamos para que, desde la Iglesia


gentil se despierten sobre el pueblo de Israel, cánticos de gozo y consuelo en
medio de tiempos de persecución, para fortalecerlos (Jeremías 31:7-10; Isaías 35:4;
40).

C. El cántico de Jesús: Oramos por un espíritu profético en cánticos de poder y


salvación sobre Israel. Dios volverá a restaurarlos en medio de silencios, gozo y
cánticos (Sofonías 3:17).
EL CLAMOR MARANATA ENTRE EL PUEBLO
JUDÍO
“Porque os digo que desde ahora no me veréis, hasta que digáis: Bendito el
que viene en el nombre del Señor”. Mateo 23:39, RVR

BLOQUE 1: NECESIDAD DE JESÚS

Oramos para que, sobre Israel, venga un verdadero quebranto de corazón y puedan
reconocer la necesidad del gobierno de Jesús. intercedemos por un despertar sobre el
remanente del pueblo judío (Hechos 3:19-20; 2 Crónicas 7:14).

A. Jesús como Rey: Intercedemos por el entendimiento y el despertar del clamor


del pueblo judío por el regreso de Jesucristo, no solo como Salvador, sino como
Rey (Daniel 7:13-14; Isaías 52:7).

B. Jesús como Juez: Clamamos para que Israel pueda reconocer a Jesús como
aquel Juez que viene a juzgar con justicia y equidad (Apocalipsis 2:27; Isaías 35:4;
Salmo 2:9).

C. Jesús como Esposo: Oramos por el reconocimiento, por parte de Israel, de Jesús
como el Esposo que viene a cumplir con su pacto nupcial, siendo despertados en
clamor por su Amado (Apocalipsis 19:9; Cantares 8:5-7).

BLOQUE 2: QUE DIOS ENVÍE MENSAJEROS A ISRAEL PARA PREDICAR


ESTE EVANGELIO DEL REINO

A. Predicación del Evangelio completo: Clamamos por una Iglesia que predica el
Evangelio eterno a tiempo y fuera de tiempo, con poder y autoridad, para revelar
a Israel a Aquel que es, que era y que ha de venir (Romanos 1:16).
B. Paciencia y perseverancia: Clamamos por una Iglesia que, en medio de las
circunstancias, no se inquieta por nada, sino que permanece firme porque espera
y confía plenamente en Dios (Mateo 10:22; Apocalipsis 14:12).

C. Las profecías: Oramos por una Iglesia que al conocer las profecías, contiende
por el cumplimiento de ellas como un solo ejército (1 Timoteo 1:18).

BLOQUE 3: TRES CLAMORES POR LA ENTRADA TRIUNFAL

Intercedemos para que Israel, al reconocer a Jesús como su Salvador y Mesías, alce su
voz en clamor hacia Él, dando cumplimiento a las profecías (Mateo 23:39).

A. Hosanna: Oramos para que en la segunda venida de Jesús el pueblo de Israel,


cuando esté rodeado de ejércitos listos para destruirlos para siempre, alce su voz
con este clamor: ¡HOSANNA, sálvanos ahora!, reconociendo que Jesús es su
salvador (Zacarías 12:3,9; 14:1-3).

B. Bendito el que viene en el nombre del Señor: Oramos para que hoy, ya
proféticamente, se extienda este clamor, para que cuando Dios responda al
primer clamor y Jesús aparezca para liberarlos, puedan seguir anunciando:
¡BENDITO EL QUE VIENE EN EL NOMBRE DEL SEÑOR! (Zacarías 12:10; 14:4-5).

C. ¿Quién es este?: Oramos por el cumplimiento de estos tiempos proféticos


desatados por cada uno de los clamores, que dirán: “¿Quién es este que nos salva?”,
y Él les responderá: “Yo soy Jesús al que ustedes traspasaron, pero he venido a
salvarlos”. Entonces llorarán como quien ha perdido un hijo primogénito
(Isaías 63:1; Zacarías 12:10).
DERRAMAMIENTO DEL ESPÍRITU SANTO
“Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán
vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros
jóvenes verán visiones. Y también sobre los siervos y sobre las siervas
derramaré mi Espíritu en aquellos días. Y daré prodigios en el cielo y en la
tierra, sangre, y fuego, y columnas de humo. El sol se convertirá en
tinieblas, y la luna en sangre, antes que venga el día grande y espantoso de
Jehová”. Joel 2:28-31, RVR

BLOQUE 1: DERRAMAMIENTO DEL ESPÍRITU SOBRE TODA CARNE

Intercedemos, contendiendo por el cumplimiento del mover del Espíritu Santo más
grande y sin precedentes en el pueblo de Israel, donde generaciones serán llenas de Él
(Ezequiel 39:29).

A. Profecía: Oramos por un mover profético sin precedentes, de hijos de Dios en


Israel que aman la Palabra y las profecías bíblicas; y que, llenos del Espíritu,
profetizarán de Aquel que ha de venir (Hechos 2:17).

B. Sueños: Oramos por una generación de ancianos en Israel que sueñan


proféticamente e interceden por lo que va a suceder (Hechos 2:17).

C. Visiones: Oramos por un derramamiento sobre todos los jóvenes en Israel; un


remanente que tendrá visiones de Dios y cumplirá el plan divino (Hechos 2:17).

BLOQUE 2: AVIVAMIENTO

A. Siervos y siervas: Oramos por un renuevo y llenura del Espíritu en los ministerios
y ministros del Señor en Israel.
B. Lluvia temprana y tardía: Oramos por un despertar del Espíritu en la
generación del regreso de Jesús. Lluvia del espíritu (Isaías 30:15-19).

C. Fluir del Espíritu: Oramos por un fluir del río de la unción de Dios sobre los
sedientos (Isaías 44:1-5).

BLOQUE 3: PROFETIZAR SOBRE EL VALLE DE LOS HUESOS SECOS


(Ezequiel 37:1-14)

Oramos para que se levante una voz que profetiza el soplo del Espíritu Santo sobre la
casa de Israel, trayendo vida y despertando un pueblo para Dios (Ezequiel 37:1-14).

A. Profetizar vida: Oramos por un mover de oración que haga resucitar lo que
estaba muerto por un renacer de la esperanza en Dios sobre la Iglesia en Israel.
(Ezequiel 37:1-14)

B. Purificación: Oramos para que el Espíritu Santo desate un tiempo de temor del
Señor y una búsqueda de santidad, provocando que caiga toda idolatría
(Ezequiel 11:17-20).

C. El Espíritu y la Novia: Oramos por el tiempo en que, como una sola Iglesia, el
Espíritu Santo nos mantenga clamando a una sola voz: ¡VEN SEÑOR JESÚS!,
hasta verlo regresar (Apocalipsis 22:17).

You might also like