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Desiderio Navarro La novela policial y la literatura artistica La novela policial, jes literatura o no? Es ésta una interrogacion que he escuchado y lefdo en decenas de criticos y creadores literarios, cubanos y extranjeros. Ya un investigador soviético ha llegado a llamarla, entre comillas, “la maldita pregunta”. Desde luego, los que la plantean, emplean la palabra “literatura” en el sentido de “literatura artistica” (0, como dice el Pequefio Larousse, “una de las bellas artes, que emplea la palabra como instrumento”’), y no simplemente en el de ‘‘conjunto de obras escritas’’, pues en este segundo caso la pregunta seria demasiado ingenua y la respuesta demasiado obvia. Asi que, en esencia, lo que se esta preguntando es si la novela policial forma parte del ‘“‘arte de la palabra” en particular y del arte en general. Las respuestas suelen ser categoricamente negativas o categoricamente afirmativas, No me propongo dar aqui ninguna nueva respuesta, sino demostrar que esa pregunta esta mal concebida y que, por ende, toda respuesta afirmativa o negativa a ella esta viciada de antemano. La artisticidad, el caracter artistico, es una propiedad de la obra litera- ria concreta, individual, y no de su estructura tipica, genérica. La estructura tipica de un género o subgénero no posee de por si valores artisticos. Desde el punto de vista artistico podemos valorar inicamente la construccion de la obra concreta individual, la cual es sélo una realizacion de la estructura tipica del género o subgénero de entre las innumerables realizaciones posibles de la misma. Asi, pues, no es posible afirmar que el subgénero “novela policial’’ es o no es literatura artistica, pues solo las distintas novelas policiales concretas pueden serlo o no, y ninguna obra literaria es artistica o deja de serlo por el mero hecho de pertenecer al subgénero “novela policial”’. Y tal como Desiderio Navarro (Cuba) es asesor de la Direccion Nacional de Literatura del Ministerio de Cultura de Cuba y secretario de la Subseccién de Critica e Investigacion Literarias de la Union de Escritores y Artistas de Cuba, Ha publicado en su pas ensayos, monograffas y articulos. En Ecuador aparecié su libro La cultura de masas: semidtica, sociologia y praxis social (1975), y en La Habana una antologia de trabajos tedrico- literarios de diversos autores: Cultura, ideologra y sociedad (1975). Actualmente se encuentran en prensa sus libros El papel conductor del Partido marxista-leninista en el terreno de la cultura y Cultura y marxismo. Polémicas sin direccién, as{ como la antologia Anatoli Lunacharski: sobre cultura, arte y literatura 136 Desiderio Navarro existen poemas 0 comedias desprovistos de valores artisticos, sin que por ello dejen de ser comedias 0 poemas, lo mismo puede ocurrir, en principio, con la novela policial. Dejando a un lado esa pregunta viciada, formularé aqui una nueva interrogacién que debera conducirnos hacia lo que considero la médula del asunto: es correcto evaluar en calidad de obras de arte literarias las distin- tas novelas policiales de todos los pertodos y paises? oO dicho de otro modo:;es la literatura artrstica el marco de referencia pertinente para determinar los valores de esas novelas? A esta nueva pregunta se pueden dar dos respuestas antagOnicas: una afirmativa —que es la que hasta ahora se ha venido dando por supuesta la mayoria de las veces en todas partes—, y negativa la otra —que raras veces se deja oir y que trataremos de argumentar mas adelante. Veamos adonde conduce la respuesta afirmativa. Si se quiere evaluar las novelas policiales en el contexto de la literatura artistica, entonces el marco de referencia concreto que se impone para hacer las comparaciones necesarias y cuantificar el valor de esas obras, no es otro que el conjunto de las grandes obras de arte de la novelistica mundial contemporanea (las de Faulkner, Shélojov, Thomas Mann, Proust, Dos Passos, Gorki, Kafka, Hemingway, Camus, Garcia Marquez, Alejo Carpentier, entre muchos otros). Pero en ese caso resulta que ninguna novela policial llega a ser clasi- ficada en el mas alto nivel, entre las obras maestras de la novelistica mundial, que solo unas pocas logran quedar entre las obras de segunda y tercera categoria que las historias literarias registran con una apresurada mencion o no registran del todo; que cierta reducida parte de las novelas policiales es lanzada a la periferia de la literatura artistica; y, por ultimo, que la gran mayoria de ellas son expulsadas fuera de las fronteras de ésta. Asi, pues, la respuesta afirmativa ha conducido y conduce, sin falta, a la condena de la casi totalidad de las novelas policiales bajo los calificativos de “‘subliteratura”’, “‘paraliteratura”’, o incluso “antiliteratura’’, ‘“‘seudolite- ratura”, Es posible conformarse con las asoladoras secuelas de esa respuesta desde dos posiciones muy diferentes: la del que niega a ultranza las posibi- lidades artisticas de la novela policial, y la de quien propugna un programa de sublimacion artistica de la misma; es decir, desde el escepticismo y desde el optimismo. Pero, no cabe aqui preguntarse si esta valoracion en el contexto de la literatura artistica, que tan nefasto balance trae para un subgénero tan popular en el mundo durante tantas décadas —incluso entre Jos intelectuales~, no es algo improcedente, impropio? _ Esta duda nos conduce a la segunda respuesta mencionada: la que niega que sea correcto evaluar las novelas policiales en el contexto de la literatura artistica y con el marco de referencia que se impone en este contexto. ,Acaso del hecho de que las novelas policiales sélo en contadas ocasiones son obras literarias de arte se infiere necesariamente que la gran La novela policial y la literatura artistica 137 mayoria de ellas son obras desclasadas, degradadas, frustradas, falsa litera- tura, negacion de la literatura? Lo cierto es que de ese mismo hecho bien podemos extraer la hipotesis de que las novelas policiales son obras de otra naturaleza, de otro tipo, que deben ser valoradas dentro de otro contexto, con otro marco de referencia. Pero examinemos de cerca qué se quiere decir con la expresiOn ‘‘obra literaria de arte” o, simplemente, “‘obra literaria’’. Para una teoria literaria no-normativa, obra literaria es todo aquel producto lingilistico que cumple las condiciones de la literariedad aceptadas en el momento y medio da- dos.! Esos requisitos varfan historica y socialmente, haciendo imposible aquella ‘definicién dura de la literatura” a que se refirié Tynianov. En nuestros dias y en nuestro circulo cultural, los requisitos reconocidos por la conciencia literaria predominante (solo predominante, y mejor seria decir: atin predominante), son los siguientes: en primer término, /a pre- ponderancia de la funcidn estética (o poética, 0 autotélica) sobre las res- tantes funciones de la obra o la presencia particularmente intensa de dicha funcién; seguidamente, el cardcter estructural de la construccion de la obra, asi como, con cardcter alternativo, el exceso de organizacion del material lingiiistico o el caracter ficticio del mundo presentado; y, por ultimo, la originalidad de la solucidn artistica que se aparta creadoramente de los modelos de la tradicién. Teniendo en mente estos criterios que deciden respecto a la pertenencia de toda nueva obra a la literatura artistica contemporanea, pasemos ahora a examinar qué clase de obras son las novelas policiales tales como ellas existen realmente y no como podria o deberian ser, tales como son a escala mundial y no como se presentan en algin marco nacional, lingiiistico o geografico, En el caso de las novelas policiales estamos ante obras en las que, por regla general, la funcién dominante no es la estética, sino la funcion ladi- 1 Bl término “literariedad” no figura aquf en la acepcién que le dieron los forma- listas rusos (esto es, el conjunto de propiedades especfficas de la literatura como arte de la palabra, que la hacen irreductible a cualquier otro modo de empleo del lenguaje con fines cognoscitivos, expresivos o impresivos), sino con el significado, mas tardfo y muy diferente, de ‘‘conjunto de condiciones que, en los marcos de una conciencia socioliteraria dada, debe cumplir un enunciado verbal para ser incluido en la clase de las obras de la ratura artistica”. Como han escrito los tedricos literarios polacos Michal Gléwifski, Janusz Slawifski y Aleksandra Okopief-Slawifiska: “No existe ningtin modelo universal, extrahistorico, de literariedad, que sea obligatorio siempre y en todas partes. Se debe decir que esa literariedad ( . . . ) es una convencién sociocultu- ral, que es obligatoria en un medio dado y en una determinada situacién, y que ha surgido bajo la influencia de los modelos y tradiciones literarias, asf como de las tareas contempordneas que se le plantean alacreacion. (. . . ) A veces elementos extraliterarios constituyen, por asi decir, una garantia necesaria de la literariedad.” (Zarys teorii literatury, Varsovia, Wyd. Szkolne i Pedagogiczne, 1975, p. 477). 138 Desiderio Navarro cra,? esto es, la funcion de divertir, distraer, recrear, entretener. No se trata de que en ellas la funci6n lidicra sea la Unica presente, sino de que ésta suele predominar sobre otras funciones, como son la estética, la cognosci- tiva, la valorativa y la expresiva. Y, lo que es mas importante ahora para nosotros, en las novelas policiales la funciOn estética no sdlo suele estar presente en una medida muy reducida —gracias a cualidades constructivas como el ritmo, la proporcion, la armonia, etc.— sino que a menudo llega a estar ausente casi por entero. Tal como en el reportaje y en el panfleto predominan respectivamente la funcién cognoscitiva y la valorativa sobre la estética (cuando esta Ultima no esta ausente del todo), asimismo ocurre con la funcién lidicra en la novela policial. Y tal como seria absurdo cali- ficar de sub—, seudo— o antiliteratura al reportaje por su jerarquia de fun- ciones, también lo seria dar tales calificativos a la novela policial. Tal actitud estéticocentrista seria semejante a la de quien calificara a la gimnasia artistica de sub—, seudo— o antidanza desde las posiciones de la danza moderna. Asi, pues, de todo ello se deriva que la gran mayorja de las novelas policiales no pertenecen a la literatura artistica en su concepcién actual- mente dominante. Pero de todo ello también resulta que las mismas perte- necen a otro tipo de fendmeno cultural, a otro tipo de obras de lenguaje que llamaremos literatura hidicra,* es decir, literatura en la que la funcion 2 Me adhiero aqui a la tipologia de las funciones del texto literario elaborada por el teérico yugoslavo Aleksandar Flaker. En su libro Stilske formacje (Zagreb, Liber, 1976, p. p. 39-45), Flaker, tras criticar las proposiciones de Jakobson, Mukatovsky, Vodicka, ‘- ik y otros al respecto, propone a su vez, un sistema conceptual en el que figuran las siguientes funciones: ‘estética, de revaloracién estética, cognoscitiva (gnoseolégica), expresiva, valorativa (axiologica) y lidicra (no me parecen adecuados los calificativos “‘gnoseoldgica” y ‘“‘axiolégica’’, pues éstos se refieren a dos disciplinas filos6ficas definidas), Flaker acepta la observacién de H. R. Jauss de que la funcién lGdicra puede catalogarse como una subespecie aislada de la funciGn estética de la obra lites (resulta significativo que, en el costado de la percepcién, también se ha considerado el estilo ladicro de lectura como una variedad del estilo estetizante —cf, Michal Glowitski, Style odbioru, Cracovia, 1977, p. 132). Vale la pena senalar que ya en su Wstep do nauki o literaturze (Varsovia, Pax, 1954-1965, t. I y III), Stefania Skwarezynska habja distinguido una funcién distractivo autotélica (rozry wkowo-auto- teliczna), junto a las funciones educativo-didactica, informativo-presentativa y expresi- vo-impresiva de la obra literaria (segin ella, la funcién estética se halla en los marcos de la funcién impresiva). > Stefania Skwarczyask: , en correspondencia con las funciones de la obra literaria ro ‘géneros literarios mayores” (rodzaje los tradicionales de épica y li (determinados respectivamente por las informativo-presentativa y expresivo-impresiva), agreg6 los de literatura didéctico-moralizadora y literatura distractivo-autotélica (la ausencia del drama se explica por el hecho de que Skwarczyfiska era partidaria de la llamada teor{a teatral del drama). Por otra parte, el socidlogo literario polaco Stefan Zélkiewski ha distingui- do, entre los modelos pragmaticos de la literatura funcionantes en el siglo XX, el de la literatura lédicra (los restantes son los de la literatura comprometida y la literatura candnica). A diferencia de Skwarczyfska, no entiendo aqu{ la literatura ladicra como por ella discernidas (v. nota 2), distinguié literackie La novela policial y ia literatura artistica 139 ladicra predomina o esta presente de una manera particularmente intensa. A esta pertenecen la mayor parte de las obras de muchos subgéneros literarios modernos; en el circuito trivial las hallamos en la novela de aven- turas, la novela de ciencia-ficcién, la novela de cow-boys, la novela de horror y la novela rosa; y en el circuito de la “alta literatura’, en los limeryks y otras formas de la literatura inglesa del pure non-sense, los juegos literarios del Grupo Surrealista y, entre nosotros, ciertos “epitafios”’. Esta literatura ludicra tiene numerosos parientes en las demas ramas del arte y en muchos otros sectores culturales, y forma parte, junto con ellos, de la vastisima y variada cultura lidicra de nuestro tiempo. Continuando nuestro examen de las novelas policiales a la luz de los criterios de la literariedad sefalados, recordaremos que uno de esos criterios es la originalidad de la solucion artistica respecto de los modelos de la tradicion, su unicidad, su distanciamiento critico y creador de lo ya conocido y reconocido en la literatura. Resultara facil comprobar que, en este respecto, las novelas policiales se comportan como toda otra literatura ladicra narrativa. Como bien ha sefialado el socidlogo literario polaco Stefan Zolkiewski,* la ficcién narrativa lidicra, para realizar su principal funcion, apela a esquemas generativos, capaces de provocar en el lector ciertas reacciones psicoldgicas repetibles en el curso de la lectura. La generacion de una obra narrativa lidicra se produce a partir de la eleccién de uno de los esquemas generativos propios de los subgéneros lidicros establecidos y con la ayuda de otras convenciones subgenéricas, a saber: clisés lingitisticos y, sobre todo, estereotipos de personajes, objetos, relaciones y situaciones, un “género mayor” (rodzaj), y a diferencia de Zélkiewski tampoco la concibo como un modelo vinculado a una situacién social comunicacional nun lugar y tiempo dados. Zélkiewski ha distinguido entre funcione: “variables’” de los textos, Las segundas son las cumplidas en los procesos comunicacionales concretos de una cultura dada de una colectividad dada. Y las primeras también son variables, pero s6lo en la “gran duracién” histérica, A Zélkiewski le interesa la funcién l&dicra como “variable”, y a nosotros aqui, como “constante”, Asi, pues, en estas paginas la literatura ladicra es una de las clases distinguibles en principio dentro de la literatura de tod tiempos y lugares, de acuerdo con el predominio o particular intensidad de una u otra de las funciones de la obra literaria, o sea, una categoria de una tipologia funcional de la literatura en general. No otro status confieren a la literatura diddctica los tedricos polacos Janusz Slawinski, Michal Glowifski y Aleksandra Okopién-Slawinska, sdlo que estos autores, a diferencia de Flaker, no colocan a la funcién lidicra junto a las otras. tres —estética, cognoscitiva y educativa— que constituyen “el conjunto constante de referencias de la obra literaria a la situaci6n social en que la obra es percibida”. * A pesar de que no concibo aquf la literatura IGdicra como lo hace Zolkiewski (v. nota 3), considero que la caracterizacion que él ofrece de ella como modelo pragmatico de la literatura contemporénea es vélida en gran medida para la literatura lddicra narrativa en general. Es por ello que nos hemos servido aqui libremente de sus formulaciones al respecto en “‘Modele literatury wspdlczesnej we wezesnym okresie jej rozwoju”’ (en Problemy socjologii literatury, Wroclaw, Ossolineum, 1971) y Kultura literacka. 19 18-1932 (Wroclaw, Ossolineum, 1973). 140 Desiderio Navarro a los que estan ligados complejos emocionales positivos o negativos que tienen su raiz en aspiraciones, prejuicios, cultos y odios humanos. Entre esos esquemas se hallan todas las estructuras narrativas de accién, enigma, suspense, subito apartamiento del peligro, happy end, etc. Este tipo de literatura satisface la necesidad de vivenciar ciertos esquemas narrativos encarnados con estereotipos de fuerte carga emotiva, y esa vivencia proporciona satisfaccion, llena agradablemente el tiempo libre. No es causal el extraordinario interés por la novela y el cuento policia- les de que han dado muestras los formalistas rusos y los estructuralistas de diversos paises y orientaciones: en ambos subgéneros, gracias al papel fundamental desempefiado en ellos por los esquemas generativos, se pueden discermir y evidenciar, con mucha mayor facilidad que en ninguna otra variedad genérica narrativa (a excepcidn tal vez del cuento de hadas folclo- rico), las estructuras de la narraciOn; o, en otras palabras, al ser leidos como un solo texto, ellos dejan ver con mucha mayor facilidad un sistema de invariantes estructurales, la langue del conjunto dado que integran. Para citar sdlo algunos ejemplos, sefalaré que en los afios 20 el brillante Shklovski nos dio su trabajo “El cuento de misterio”’,’ centrado en los relatos policiales de Conan Doyle; en los afios 60 el también soviético Shcheglov, empefado en la construccién de una poética estructural generativa, ilustré su programa teoricocon el estudio ‘Para una descripcién de la estructura del cuento policial”’;° y, por tiltimo, en los afios 70 el inves- tigador yugoslavo Stanko Lasié publicd su Poética de la novela policial. Un intento de andlisis estructural,’ que es en mi opinion, la mejor obra escrita sobre el tema y un trabajo casi cientificamente impecable, de no ser por, algunas ramplonas digresiones ideoldgicas que el autor agrega en ocasiones asus rigurosas conclusiones cientificas. Tal vez se me objetara que la novela policial ha cambiado mucho desde Gaboriau hasta nuestros dias. En efecto, asi ha sido, pero eso no significa en modo alguno la ausencia de esquemas generativos. Ya Zélkiewski ha precisado que en este tipo de literatura al que pertenecen casi todas las novelas policiales, ‘‘los esquemas generativos tienen algunos componentes excepcionalmente duraderos y otros mucho mas sujetos a las modas litera- rias”, construidos sobre los primeros, y que ‘‘en la percepcién de los lectores la funcion de estos esquemas variables es la misma que la de los S “Novella tain”, en: V. Shklovski, O teorii prozy, Mosca, Federat: 125-142, 1929, p.p. ° LK. Shcheglov, “K opisaniiu struktury detektivnoi novelli” (copi: present en la conferencia semidtica celebrada en la Academia Pola Varsovia, (1968). mimeogréfica de Ciencias, 7 Stanko Lasié, Poetika kriminalistiékog romana. Pokusaj strukturalne analize, Zagreb, Liber, 1973. La novela policial y la literatura artistica 141 esquemas duraderos”.® Y, para ejemplificar su afirmacién, recurre preci- samente a la novela policial, sefalando el transito de la novela ‘‘a lo Conan Doyle”’, basada en la solucion del enigma por la via de la deduccién cienti- fica, a la novela negra, en la que para resolver el enigma son necesarias la violencia y la coacciOn, que provocan el deseado escalofrio. Pero de esta particularidad de la novela policial como literatura liadicra narrativa he hallado una comprension mucho mas temprana en los escritos de Bertolt Brecht. Permitaseme una extensa cita de su breve, pero pene- trante articulo pdstumo “Sobre la popularidad de la novela policial”’, puesto que ella expresara dela mejor manera posible mi opinién al respecto. Entre 1934 y 1946 escribié Brecht lo siguiente: (...) ella [la novela policial] tiene un esquema y muestra su fuerza en la varia- cion. Ningan escritor de novelas policiales siente el mas minimo escnipulo al permitir que su asesinato ocurra en la biblioteca de la mansion de un lord, a pesar de que eso es sumamente falto de origin: id. Los caracteres raras veces cambian y motivos para el asesinato hay solo unos pocos. El buen escritor de novelas poli- ciales no invierte mucho talento o reflexion en la creacién de nuevos caracteres, ni en el rebuscamiento de nuevos motivos para el crimen. Eso no es importante. Quien, al enterarse de que el diez por ciento de todos los asesinatos ocurren en la casa de un parroco, exclame: ‘;Siempre lo mismo!’, no ha entendido la novela policial. Bien podria exclamar igualmente en el teatro ya al levantarse el telon: ‘;Siempre lo mismo!’. La originalidad reside en otra cosa. El hecho de que una caracteristica de la novela policial consista en la variacion de elementos més o menos establecidos, le confiere a todo el género hasta un caracter estético. Ese es uno de los rasgos distintivos de una rama cultivada de la literatura. Por lo demas, el ‘Siempre lo mismo” del no-conocedor se basa en el mismo error que la opinion del hombre blanco de que todos los negros parecen iguales. Hay una gran cantidad de esquemas para la novela policial, lo importante es sdlo que sean esquemas.” Asi pues, a la luz de lo sefialado por Brecht y Zélkiewski, queda claro que en el caso de las novelas policiales estamos ante obras que no han sido creadas segiin el mencionado principio de la originalidad respecto de los modelos de la tradicién. Y por esta via llegamos una vez més ala conclusién de que la mayoria de las novelas policiales no pertenecen a la literatura artistica en su concepcién actualmente dominante. Sin embargo, no es posible desatender sin mas a un tedrico de la talla de Brecht cuando hace la sorprendente afirmacién de que la variacién de elementos mas o menos establecidos llega a conferirle al género un caracter estético. Pero, yqué clase de estética puede ser una que se base en la ® Stefan Zélkiewski, Kultura literacka. 1918-1932, Wroclaw, Ossolineum, 1973 P.p. 442-443. ° Bertolt Brecht, “Uber die Popularitat des Kriminalromans”, en: Bertolt Brecht. eeuiften zur Literatur und Kunst t. II, Aufbau-Verlag Berlin und Weimar, 1966, p.p. 4-235, 142 Desiderio Navarro repeticion de esquemas y estereotipos? ;Acaso existe otra estética que no sea la de la literatura artistica contemporanea y que, ademas, sea diametral- mente opuesta a ella en una cuestion “‘de principio”? | Aprovechando las elaboraciones conceptuales mas recientes de la ciencia literaria y la estética, trataré de dar respuesta a esas preguntas y desarrollo a la idea esbozada por Brecht. Distintos autores han sefalado ciertas analogias estructurales y funcionales entre la novela policial y el cuento folclorico en que el héroe representante del Bien persigue al malhechor, lucha con él y lo vence invariablemente. Pero siempre me ha parecido no menos importante y esencial un parentesco tipologico que pasa inadvertido para dichos autores: la analogia existente entre ambos fendmenos en lo que respecta a la relacion de la estructura real de la obra con la estructura esperada por el lector u oyente. En ambos casos se trata de obras cuyos cédigos son conocidos de antemano por el receptor y cuya construcci6n viene a justifi- car las expectativas del mismo; de obras cuyo mérito para el receptor esta dado por la observacién de las convenciones y normas del “género” y no por la violacion de éstas y la oposicién de nuevas soluciones a ellas; y, para ser mas preciso, de obras que alcanzan su maximo valor no en la reproduc- cion exacta de obras precedentes, sino en la mas libre improvisacién que respeta de la manera més rigurosa las normas del “‘género’’. Asi, pues, en los dos casos nos hallamos en presencia de un mismo tipo de estética, opuesto al tipo que rige la concepcién actualmente dominante de la literatura artistica. Ambos tipos han sido discernidos y estudiados ya por el tedrico soviético Iuri Lotman, quien ha denominado al primero estética de la identidad, y al segundo, estética de la contraposicién. Como ejemplos histéricos de la estética de la identidad, Lotman ha mencio- nado el folclor, el arte medieval, la comedia del arte y el clasicismo, relacion a la que nosotros agregaremos ahora la novela policial y los demas subgéneros de la narrativa lidicra contemporanea. Por otra parte, el cientifico soviético ha presentado el realismo como la mas clara manifes- tacion de la estética de la contraposicion, y es éste un sefalamiento justo que no dejara de tener serias consecuencias para nuestras reflexiones. Pero, antes de continuar, quisiera llamar la atencion sobre dos importantes observaciones de Lotman, que previenen toda actitud prejuiciadamente desdefiosa hacia las manifestaciones de la estética de la identidad: en primer lugar, la de que en la historia del arte mundial los sis- temas artisticos que vinculan el mérito estético a la originalidad, constituyen més bien la excepcién que la regla; y, en segundo lugar, la de que los estereotipos en el arte no son una blasfemia, sino un fenodme- no definido que se manifiesta como negativo sdlo en ciertos aspectos historicos y estructurales y que desempefia un enorme papel en el proceso del conocimiento y en el de la transmisién de la informacion.'° ‘0 Turi Lotman, Struktura judozhestvennogo teksta, Mosc, Izdvo “Iskusstvo”, 1970, p.p. 349-359. La novela policial y la literatura artistica 143 Las novelas policiales, aunque por regla general carecen de la originali- dad antiesquematica exigida a la literatura artistica contemporanea, son capaces de maestria en el manejo de los esquemas y estereotipos del género; capaces de virtuosismo en la improvisacién creadora de nuevas variaciones con los elementos y reglas establecidos; capaces incluso de otra originali- dad artistica, la de la obra que se aparta de la copia mas o menos literal de variaciones anteriores y, al mismo tiempo que respeta al maximo las con- venciones del subgénero, explora con la maxima libertad las posibilidades de su repertorio y su combinatoria. Cabria decir que la originalidad halla en la novela policial marcos mucho mis estrechos que en la literatura artis- tica contemporanea. . . y, sin embargo, se mueve. Pero la mayoria de las novelas policiales se apartan de la literatura artistica no sdlo por su jerarquia de funciones y su tipo de estética, sino también por su orientacion hacia un determinado publico, En esas novelas. resulta evidente una adaptacién mas o menos considerable a lo que se podria llamar “‘el minimo comin denominador’’ del mas amplio publico del momento dado en lo referente a sus intereses, gustos y capacidades de comprension de formas y contenidos. Ellas estan orientadas a satisfacer esos intereses y preferencias por determinados contenidos y formas, asi como a evitar todo contenido o forma que no pueda ser comprendido facilmente o que, aun siendo facilmente comprensible, no corresponda a esos intereses y gustos. En esas obras podemos comprobar la presencia de los siguientes fendmenos: O una hegemonia del plano fabular-composicional sobre los restantes planos de la estructura de las obras —con un particular espesamiento de la accion y una intensificacién del suspense— (como han mostrado las inves- tigaciones socioldgico-literarias concretas, la lectura del perceptor “masi- vo” se ocupa casi exclusivamente de ese plano, desatendiendo los restantes aunque éstos sean muy importantes o los mas importantes en la estructura de la obra; a diferencia de Crimen y castigo o Santuario que pueden sufrir una lectura puramente “fabular”’ a resultas de la llamada “homogeneizacién mecanica” de la cultura masiva, la mayoria de las novelas policiales han si- do escritas para ese estilo de lectura),'! OC una concentracion de (y en) motivos y tramas de violencia —y, a me- nudo, también erético-sentimentales— (a ellos se les reconoce por doquier, con toda razén, la capacidad de apelar a intereses humanos elementales que figuran entre los mas universales); y, por ultimo, O una conformacion de todos los estratos de las obras que esta orienta- da a realizar una “‘instant literature” (Randall Jarrell): desde el contenido "| Cf. Boguslaw Sulkowski, Powiesé i czytelnicy. Spoleczne uwarunkowania 2fawisk odbioru, Varsovia, 1972. Antonina Kloskowska, sociéloga polaca dela cultura, ha llegado a afirmar lo siguiente: ‘Se puede suponer que el éxito de la literatura criminal-detectivesca sera tanto mayor, cuanto més elimine la gran literatura la trama fabular, evolucionando hacia la antinovela.” (Antonina Kloskowska, Kultura masowa. Krytyka i obrona, Varsovia, PWN, 1964, p. 299). 144 Desiderio Navarro de ideas que ofrece una vision estereotipada y una interpretaci6n simplista de los fendmenos sociales, hasta un léxico, reducido y sencillo (lo que no es otra cosa que la victoria de las tendencias “del lector” sobre las “del autor”, para formularlo con palabras de Lotman).' 4 Entretanto, en la literatura artistica prevalecen la busqueda de verdades profundas sobre la sociedad, la psicologia humana, la historia, el sentido de la existencia, etc.; la exploracién de complejos problemas morales y de soluciones para ellos; el afan de innovaciones artisticas y la expresion de las mas hondas emociones de un individuo, grupo, clase o nacion, sobre cualquier tendencia a semejante adaptacion. La mayoria de las novelas policiales pertenecen pues, al tipo de literatura que se ha dado en llamar “literatura masiva”, opuesto al de la llamada “alta literatura’ o, simple- mente, literatura artistica. Respondiendo, al fin, a nuestra interrogacion inicial, diré que, si por “obra de arte literaria” y “‘literatura artistica’ se entienden fendmenos caracterizados por el predominio o la presencia particularmente intensa de la funcion estética, la observancia de la estética de la contraposicion y la realizacion de elevadas y complejas tareas cognoscitivas, valorativas, esté- ticas, expresivas, etc., entonces no es correcto evaluar las novelas policiales en calidad de obras de arte literarias y con el marco de referencia de la literatura artistica. Desde luego, podria apelarse a un concepto mas amplio de “‘literatura artistica’’, que incluyera también las obras en las que la funcidn estética esta presente en una pequena medida, las obras concebidas segiin los principios de la estética de la indentidad y aquellas que van a) encuentro del “minimo comin denominador” de la cultura literaria y general del ptiblico. Pero incluso en tal caso la mayoria de las novelas poli- ciales y las obras de lo que hasta entonces veniamos considerando como la unica literatura artistica, seguirian siendo, en los marcos de la nueva litera- tura artistica ‘‘ampliada”’, obras de dos tipos diferentes de la literatura que deberian ser valoradas dentro de sus respectivos marcos de referencia. Lo mas correcto parece, pues, evaluar las novelas policiales de acuerdo con el tipo de obras que suelen ser realmente. Puesto que se trata de obras '? Lotman ha sefialado lo siguiente: “El lector esta interesado en recibir la infor- maci6n necesaria con el menor gasto de esfuerzos (el placer con la prolongacion del esfuerzo es la posicin tipica del autor). Por eso, si el autor se esfuerza por aumentar el namero de los sistemas de cédigos y complicar la estructura de éstos, el lector tiende a reducirlos, llevandolos al mfnimo suficiente en su parecer. La tendencia a complicar los caracteres es una tendencia del autor; la estructura en blanco y negro, contrast: es una tendencia del lector, Por dltimo, el autor tiende a aumentar la complejidad de la estructura extratextual, simplificando el texto; a crear obras cuya aparente sencillez exige, para su desciframiento adecuado, complicad{simos sobreentendimientos, una riqueza de los vinculos culturales extratextuales. Al lector le resulta cémodo que una maxima parte de la estructura esté manifiesta en el texto. No se puede dejar de notar que las tendencias ‘“‘del lector” vencen en las especies de textos que son los de sujet més dominante (naibolee siuzhetny) y contienen construcciones evidentemente contrastadas, puestas al desnudo.” (IM. Lotman, Structura Judozhestvennogo teksta, Mosca, Iskusstvo, 1970, p.p. 358-359). La novela policial y Ia literatura art istica 145 con funcién ladicra predominante, es necesario buscar y medir sus valores recreativos. Puesto que la funcién estética puede estar presente en ellas gracias a cualidades como ritmo, armonia, unidad en la diversidad, etc., han de determinarse sus valores constructivos. Puesto que se trata de obras que funcionan en los marcos de la estética de la identidad, se han de evaluar la maestria y la peculiar originalidad con que se puedan haber manejado en ellas los esquemas y estereotipos del género. Y puesto que no le son ajenas, en principio, las funciones valorativa y mimético-cognoscitiva, es preciso indagar por la presencia de los valores correspondientes. Aan cabria identificar en ellas valores emotivos, postulativos e imaginales, ‘si se acepta la categorizacion propuesta por Henryk Markiewicz.'> Y si las novelas policiales pueden dar muestras de gran maestria artis- tica y de consumada tejné, entonces bien podria decirse que la novela X o Y, que da tales demostraciones, es una obra maestra. Pero se deberia precisar que no es una obra maestra en general 0 de la novela en general, sino una obra maestra de la novela policial, es decir, dentro del contexto del subgénero. Las novelas de Hammett o Simenon bien pueden ser califi- cadas de obras maestras, pero no pueden ser comparadas con las de Faul- kner, Shdlojov o Thomas Mann; y no porque carezcan de valores artisticos, sino porque pertenecen a dos tipos de literatura diametralmente opuestos, hecho que no debe ser ocultado a nuestra vista por el otro hecho, menos esencial, de que pertenecen a un mismo género. Pareceria que ahora, a resultas de esta delimitacion, toda novela poli- cial iria a ocupar su debido lugar en uno de los extremos de un perfecto esquema geométrico, en cuyo otro polo se hallaria la literatura artistica. Tal vez asi seria si hubiéramos estado hablando de la novela policial en ciertos paises capitalistas. Pero hablabamos de la novela policial a escala mundial y seguramente se habra notado el repetido uso que he venido haciendo de la cautelosa expresion ‘la mayoria de las novelas policiales”’. El problema esta en que la novela policial en ciertas partes del mundo se ha venido convirtiendo en uno de los mas contradictorios fendmenos lite- rarios de la época. La causa no es otra que los repetidos intentos de subli- maci6n artistica del subgénero. En distintos puntos del planeta se viene tratando de conciliar la novela policial con los principios de la literatura artistica en el sentido antes expuesto, o incluso de someterla por entero a esos principios. Salvo raras excepciones, esas tentativas estan ligadas, por mas de una raz6n, al mundo del socialismo, y la més importante de esas razones es que sdlo en un pais donde no impere el comercialismo en el sector de la cultura literaria, pueden prosperar tales intentos. Pero esbocemos aqui brevemente algunos aspectos de este fendmeno. En primer lugar, el predominio de la funcién lidicra se ve amenazado, y en ocasiones abolido, por la presién de las funciones estética, cognosciti- 'S “Wartosei i oceny w badaniach literackich”, en: Henryk Markiewiez, Glowne Problemy wiedzy o literaturze, Cracovia, Wydawnictwo Literackie, 1970, p.p. 322-346. 146 Desiderio Navarro va y valorativa~ en particular, por estas dos Ultimas; y, sobre todo, por la valorativa, Al examinar la funcidn congnoscitiva, el teorico yugoslavo Aleksandar Flaker ha distinguido, por el objeto de conocimiento de ésta, las funciones cognoscitiva-social, cognoscitiva-psicologica, cognoscitiva- antropoldgica, etc,; y al considerar la valorativa, discerni6, por la acentua- cion del propio acto de la valoracién en la estructura de la obra literaria, la siguiente serie de funciones en orden creciente: educativa, pedagogica, didactica y directamente utilitaria. Si se aceptan tales distinciones, puede decirse que en este caso la funcién cognoscitiva-social y las funciones didactica y directamente utilitaria, pugnan con la funci6n lidicra, destro- nandola a veces y — lo que es mas importante— a menudo bloqueando también, con sus pretensiones hegemO6nicas, el avance de la funci6n estética y conduciendo asi la novela policial no tanto a la condici6n de literatura artistica con valores cognoscitivos y educativos, como al status de una lite- ratura didactico-instrumental o informativo-documental, con una participa- cidn mas o menos secundaria de la funcion ladicra y una presencia aun mas débil de la funci6n estética. Ello se debe, sobre todo, a la intensidad y jerarquia que se les fijan a las funciones de la novela artistica en ciertas concepciones del realismo socialista. En particular, es un hecho que, si bien cada vez menos, atin en el mundo del socialismo se subestima a menudo la importancia de la funcién lidicra en el arte y en la cultura en general. En efecto, todavia hay quienes desde las posiciones de un utilita- rismo o un esteticismo dogmaticos, niegan la legitimidad de un “arte de entretenimiento” dentro del arte y la sociedad socialistas. Sin embargo, brillantes autores marxistas, como el esteta soviético Moiséi Kagan, ya han puesto de manifiesto la dinamica de la polifuncionalidad del arte en su conjunto, justificando la existencia de un arte predominantemente lidicro, hedonistico, dentro del arte socialista. Kagan ha escrito lo siguiente: Asi, en unas ramas y géneros del arte aparece en primer plano la funcion hedonis- tica; en otras, la instructiva, etc. De manera correspondiente, también el contacto con la obra artistica a veces es para nosotros ante todo distraccién, y a veces ante todo conmocion espiritual, y nosotros sabemos de antemano qué queremos del arte cuando vamos a escuchar una nueva sinfonia de Shostakovich o un nuevo programa de music-hall, cuando nos dirigimos al circo o al teatro dramatico.'* Y cabe agregar aqui, de nuestra parte, lo siguiente: cuando echamos mano aun libro de una conocida serie policiaca o a un volumen de una coleccién de clasicos universales. En segundo lugar, dentro de la obra policial los principios de la estética de la identidad entran en contradicci6én con los principios del realismo, que es —como se recordara~ “‘la mas clara expresiOn de la estética de la contraposicion”. Teniendo en cuenta, evidentemente, las manifestaciones 'S M.S. Kagan, Lektsii po marksistsko-leninskoi estetike, Leningrado, Izd-vo Leningradskogo universiteta, 1971, p. 295. La novela policial y Ia literatura artistica 147 auténticas del realismo, Dmitri Lijachév ha podido formular, con pleno acierto, las siguientes generalizaciones: ‘Esta lucha con los estereotipos no es solo un rasgo caracteristico del realismo en la literatura, sino también su necesidad vital. Y esta lucha, desde luego, concierne no sdlo al lenguaje y al estilo, sino también a todo género de estereotipos en el sujet. (... ) Los escritores realistas se esfuerzan por liberarse hasta de sus propios canones literarios.’”'* ;Acaso es posible, pues, concebir relaciones mas hostiles que las que entablen dentro de una obra literaria la estética de los esquemas y estereotipos y el método creador que se caracteriza por un proteismo anti- convencional? Y, por ultimo, en la novela policial la tendencia a una adaptacién al minimo comin denominador de los intereses, gustos y capacidades de comprension de formas y contenidos, choca con el afan de ofrecer a las masas la mayor cantidad de los mas altos valores estéticos, cognoscitivos, etc. Entregarse a esa tendencia equivale a renunciar totalmente a ese afan, pero también entregarse a este ultimo equivale a renunciar a una enorme parte del publico. Sin olvidar la matizaci6n de este contraste determinada por la estratificacién sincrénica del puiblico segin su cultura literaria y,/en particular, por la existencia' de'una amplia gama de los llamados middle-brow, creo que tal contradiccién sdlo podra ser superada en el plano de la variabilidad diacronica de la cultura literaria de los gran- des grupos sociales: a través de la paulatina elevacion del nivel del conocimiento, el gusto y la competencia literarios de éstos. Entre el Escila de seguir siendo una literatura masiva de bajo vuelo y el Caribdis de llegar a ser una alta literatura elitaria, a la novela policial que insista en conciliar las dos ambiciones extremas antes sefialadas, solo le queda esforzarse por devenir un arte popular de nivel medio'® y seguir el sabio consejo ence- rrado en el conocido senalamiento critico que, segin Gorki, hizo Lenin respecto al entonces célebre poeta proletario Demian Biedni: ‘Es burdo. Va detras del lector, y es necesario ir un poco mas adelante.””'” He aqui el quid de la cuestién: no detras, sino adelante, pero tampoco mucho mas adelante. Sobre esa base se podria hablar hasta de un aporte de la gradual sublimaci6n artistica de la novela policial a la paulatina elevacién de la cul- tura literaria de las masas. Pero no se deberian sobrevalorar las posibilida- 1S DS. Lijachév, Poetika drevnerusskoi literatury, Leningrado, Izd-vo ‘‘Judozhes- tvennaia literatura’’, 1971, p. 165. 16 Cf. la interesante concepcidn del “arte popular” propuesta por Stefan Morawski en “Sztuka masowa a elitarna. Za i przeciw’’ (en Polska popularna kultura artystyczna, Ossolineum, 1977, p.p. 110 y s.) Morawski distingue su concepto no s6lo respecto de los de “‘arte masivo” y “‘arte elitario”, sino también respecto de los conceptos de “arte popular” como creacién realizada por las masas y como creacién conforme con las aspiraciones potenciales de las masas. "7 V.1. Lenin o literature i iskusstve, Mosct, Izd-vo “Judo-zhestvennaia literatura”, 1969, p. 646. 148 Desiderio Navarro des de esa contribucién, pues la homogeneizacion mecanica, con su empo- brecedora lectura fabular, puede reducir, o incluso anular, la eficacia educativa de todo tipo de sublimaci6n artistica. Pero, en fin, tanto este antagonismo interno, como los otros dos antes mencionados, merecen un detenido anilisis tedrico que no es posible reali- zar aqui por comprensibles razones de tiempo. Tal analisis deberfa tener bien presente aquella certera indicacién de Eijenbaum en su ‘‘Teoria del método formal”: ‘‘En este asunto es importante diferenciar la literatura masiva que prepara el surgimiento de nuevos géneros, de la que surge en el curso de la descomposicin de ellos y constituye un material en el que se puede analizar la inercia histérica’’.'® E] entendimiento de la complicada naturaleza cultural y estética de la novela policial, la toma de conciencia de las contradicciones y tensiones dialécticas inherentes a ella en los marcos de la cultura socialista, tienen una extraordinaria importancia teorica y practica. Sirva este mi primer acercamiento al tema, por fuerza introductorio y abocetado, como una modesta contribucién al imprescindible estudio tedrico de estas cuestiones. Y digo ya “imprescindible” y no sdlo “importante”, porque considero imprescindible todo lo que pueda ayudarnos a los investigadores y criticos cubanos a orientarnos mejor en los fenémenos y procesos fundamentales de la cultura literaria nacional y mundial, asi como todo lo que pueda ayudar a los creadores cubanos a dar una novela policial a la altura del Mi- nisterio del Interior, lo que quiere decir, en definitiva, a la altura de la Revolucién. 'S “Teoria metody formalnej", en: Borys Eichenb: i ie i ji yen: um, Si Varsovia, PTW, 1973, p. 314. a] ‘ichenbaum, Szkice o prozie i poezji

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