Desiderio Navarro
La novela policial
y la literatura artistica
La novela policial, jes literatura o no? Es ésta una interrogacion que he
escuchado y lefdo en decenas de criticos y creadores literarios, cubanos y
extranjeros. Ya un investigador soviético ha llegado a llamarla, entre
comillas, “la maldita pregunta”. Desde luego, los que la plantean, emplean
la palabra “literatura” en el sentido de “literatura artistica” (0, como dice
el Pequefio Larousse, “una de las bellas artes, que emplea la palabra como
instrumento”’), y no simplemente en el de ‘‘conjunto de obras escritas’’,
pues en este segundo caso la pregunta seria demasiado ingenua y la
respuesta demasiado obvia. Asi que, en esencia, lo que se esta preguntando
es si la novela policial forma parte del ‘“‘arte de la palabra” en particular y
del arte en general. Las respuestas suelen ser categoricamente negativas o
categoricamente afirmativas, No me propongo dar aqui ninguna nueva
respuesta, sino demostrar que esa pregunta esta mal concebida y que, por
ende, toda respuesta afirmativa o negativa a ella esta viciada de antemano.
La artisticidad, el caracter artistico, es una propiedad de la obra litera-
ria concreta, individual, y no de su estructura tipica, genérica. La estructura
tipica de un género o subgénero no posee de por si valores artisticos. Desde
el punto de vista artistico podemos valorar inicamente la construccion de
la obra concreta individual, la cual es sélo una realizacion de la estructura
tipica del género o subgénero de entre las innumerables realizaciones
posibles de la misma.
Asi, pues, no es posible afirmar que el subgénero “novela policial’’ es o
no es literatura artistica, pues solo las distintas novelas policiales concretas
pueden serlo o no, y ninguna obra literaria es artistica o deja de serlo por
el mero hecho de pertenecer al subgénero “novela policial”’. Y tal como
Desiderio Navarro (Cuba) es asesor de la Direccion Nacional de Literatura del Ministerio
de Cultura de Cuba y secretario de la Subseccién de Critica e Investigacion Literarias
de la Union de Escritores y Artistas de Cuba, Ha publicado en su pas ensayos,
monograffas y articulos. En Ecuador aparecié su libro La cultura de masas: semidtica,
sociologia y praxis social (1975), y en La Habana una antologia de trabajos tedrico-
literarios de diversos autores: Cultura, ideologra y sociedad (1975). Actualmente se
encuentran en prensa sus libros El papel conductor del Partido marxista-leninista en el
terreno de la cultura y Cultura y marxismo. Polémicas sin direccién, as{ como la
antologia Anatoli Lunacharski: sobre cultura, arte y literatura136 Desiderio Navarro
existen poemas 0 comedias desprovistos de valores artisticos, sin que por
ello dejen de ser comedias 0 poemas, lo mismo puede ocurrir, en principio,
con la novela policial.
Dejando a un lado esa pregunta viciada, formularé aqui una nueva
interrogacién que debera conducirnos hacia lo que considero la médula del
asunto: es correcto evaluar en calidad de obras de arte literarias las distin-
tas novelas policiales de todos los pertodos y paises? oO dicho de otro
modo:;es la literatura artrstica el marco de referencia pertinente para
determinar los valores de esas novelas?
A esta nueva pregunta se pueden dar dos respuestas antagOnicas: una
afirmativa —que es la que hasta ahora se ha venido dando por supuesta la
mayoria de las veces en todas partes—, y negativa la otra —que raras veces
se deja oir y que trataremos de argumentar mas adelante.
Veamos adonde conduce la respuesta afirmativa. Si se quiere evaluar
las novelas policiales en el contexto de la literatura artistica, entonces el
marco de referencia concreto que se impone para hacer las comparaciones
necesarias y cuantificar el valor de esas obras, no es otro que el conjunto
de las grandes obras de arte de la novelistica mundial contemporanea (las
de Faulkner, Shélojov, Thomas Mann, Proust, Dos Passos, Gorki, Kafka,
Hemingway, Camus, Garcia Marquez, Alejo Carpentier, entre muchos
otros). Pero en ese caso resulta que ninguna novela policial llega a ser clasi-
ficada en el mas alto nivel, entre las obras maestras de la novelistica
mundial, que solo unas pocas logran quedar entre las obras de segunda y
tercera categoria que las historias literarias registran con una apresurada
mencion o no registran del todo; que cierta reducida parte de las novelas
policiales es lanzada a la periferia de la literatura artistica; y, por ultimo,
que la gran mayoria de ellas son expulsadas fuera de las fronteras de ésta.
Asi, pues, la respuesta afirmativa ha conducido y conduce, sin falta, a la
condena de la casi totalidad de las novelas policiales bajo los calificativos
de “‘subliteratura”’, “‘paraliteratura”’, o incluso “antiliteratura’’, ‘“‘seudolite-
ratura”,
Es posible conformarse con las asoladoras secuelas de esa respuesta
desde dos posiciones muy diferentes: la del que niega a ultranza las posibi-
lidades artisticas de la novela policial, y la de quien propugna un programa
de sublimacion artistica de la misma; es decir, desde el escepticismo y
desde el optimismo. Pero, no cabe aqui preguntarse si esta valoracion en el
contexto de la literatura artistica, que tan nefasto balance trae para un
subgénero tan popular en el mundo durante tantas décadas —incluso entre
Jos intelectuales~, no es algo improcedente, impropio?
_ Esta duda nos conduce a la segunda respuesta mencionada: la que
niega que sea correcto evaluar las novelas policiales en el contexto de la
literatura artistica y con el marco de referencia que se impone en este
contexto. ,Acaso del hecho de que las novelas policiales sélo en contadas
ocasiones son obras literarias de arte se infiere necesariamente que la granLa novela policial y la literatura artistica 137
mayoria de ellas son obras desclasadas, degradadas, frustradas, falsa litera-
tura, negacion de la literatura? Lo cierto es que de ese mismo hecho bien
podemos extraer la hipotesis de que las novelas policiales son obras de otra
naturaleza, de otro tipo, que deben ser valoradas dentro de otro contexto,
con otro marco de referencia.
Pero examinemos de cerca qué se quiere decir con la expresiOn ‘‘obra
literaria de arte” o, simplemente, “‘obra literaria’’. Para una teoria literaria
no-normativa, obra literaria es todo aquel producto lingilistico que cumple
las condiciones de la literariedad aceptadas en el momento y medio da-
dos.! Esos requisitos varfan historica y socialmente, haciendo imposible
aquella ‘definicién dura de la literatura” a que se refirié Tynianov. En
nuestros dias y en nuestro circulo cultural, los requisitos reconocidos por
la conciencia literaria predominante (solo predominante, y mejor seria
decir: atin predominante), son los siguientes: en primer término, /a pre-
ponderancia de la funcidn estética (o poética, 0 autotélica) sobre las res-
tantes funciones de la obra o la presencia particularmente intensa de dicha
funcién; seguidamente, el cardcter estructural de la construccion de la
obra, asi como, con cardcter alternativo, el exceso de organizacion del
material lingiiistico o el caracter ficticio del mundo presentado; y, por
ultimo, la originalidad de la solucidn artistica que se aparta creadoramente
de los modelos de la tradicién.
Teniendo en mente estos criterios que deciden respecto a la pertenencia
de toda nueva obra a la literatura artistica contemporanea, pasemos ahora
a examinar qué clase de obras son las novelas policiales tales como ellas
existen realmente y no como podria o deberian ser, tales como son a escala
mundial y no como se presentan en algin marco nacional, lingiiistico o
geografico,
En el caso de las novelas policiales estamos ante obras en las que, por
regla general, la funcién dominante no es la estética, sino la funcion ladi-
1 Bl término “literariedad” no figura aquf en la acepcién que le dieron los forma-
listas rusos (esto es, el conjunto de propiedades especfficas de la literatura como arte
de la palabra, que la hacen irreductible a cualquier otro modo de empleo del lenguaje
con fines cognoscitivos, expresivos o impresivos), sino con el significado, mas tardfo y
muy diferente, de ‘‘conjunto de condiciones que, en los marcos de una conciencia
socioliteraria dada, debe cumplir un enunciado verbal para ser incluido en la clase de
las obras de la ratura artistica”. Como han escrito los tedricos literarios polacos
Michal Gléwifski, Janusz Slawifski y Aleksandra Okopief-Slawifiska: “No existe
ningtin modelo universal, extrahistorico, de literariedad, que sea obligatorio siempre y
en todas partes. Se debe decir que esa literariedad ( . . . ) es una convencién sociocultu-
ral, que es obligatoria en un medio dado y en una determinada situacién, y que ha
surgido bajo la influencia de los modelos y tradiciones literarias, asf como de las tareas
contempordneas que se le plantean alacreacion. (. . . ) A veces elementos extraliterarios
constituyen, por asi decir, una garantia necesaria de la literariedad.” (Zarys teorii
literatury, Varsovia, Wyd. Szkolne i Pedagogiczne, 1975, p. 477).138 Desiderio Navarro
cra,? esto es, la funcion de divertir, distraer, recrear, entretener. No se trata
de que en ellas la funci6n lidicra sea la Unica presente, sino de que ésta
suele predominar sobre otras funciones, como son la estética, la cognosci-
tiva, la valorativa y la expresiva. Y, lo que es mas importante ahora para
nosotros, en las novelas policiales la funciOn estética no sdlo suele estar
presente en una medida muy reducida —gracias a cualidades constructivas
como el ritmo, la proporcion, la armonia, etc.— sino que a menudo llega a
estar ausente casi por entero. Tal como en el reportaje y en el panfleto
predominan respectivamente la funcién cognoscitiva y la valorativa sobre
la estética (cuando esta Ultima no esta ausente del todo), asimismo ocurre
con la funcién lidicra en la novela policial. Y tal como seria absurdo cali-
ficar de sub—, seudo— o antiliteratura al reportaje por su jerarquia de fun-
ciones, también lo seria dar tales calificativos a la novela policial. Tal
actitud estéticocentrista seria semejante a la de quien calificara a la
gimnasia artistica de sub—, seudo— o antidanza desde las posiciones de la
danza moderna.
Asi, pues, de todo ello se deriva que la gran mayorja de las novelas
policiales no pertenecen a la literatura artistica en su concepcién actual-
mente dominante. Pero de todo ello también resulta que las mismas perte-
necen a otro tipo de fendmeno cultural, a otro tipo de obras de lenguaje
que llamaremos literatura hidicra,* es decir, literatura en la que la funcion
2 Me adhiero aqui a la tipologia de las funciones del texto literario elaborada por
el teérico yugoslavo Aleksandar Flaker. En su libro Stilske formacje (Zagreb, Liber,
1976, p. p. 39-45), Flaker, tras criticar las proposiciones de Jakobson, Mukatovsky,
Vodicka, ‘- ik y otros al respecto, propone a su vez, un sistema conceptual en el que
figuran las siguientes funciones: ‘estética, de revaloracién estética, cognoscitiva
(gnoseolégica), expresiva, valorativa (axiologica) y lidicra (no me parecen adecuados
los calificativos “‘gnoseoldgica” y ‘“‘axiolégica’’, pues éstos se refieren a dos disciplinas
filos6ficas definidas), Flaker acepta la observacién de H. R. Jauss de que la funcién
lGdicra puede catalogarse como una subespecie aislada de la funciGn estética de la obra
lites (resulta significativo que, en el costado de la percepcién, también se ha
considerado el estilo ladicro de lectura como una variedad del estilo estetizante —cf,
Michal Glowitski, Style odbioru, Cracovia, 1977, p. 132). Vale la pena senalar que ya
en su Wstep do nauki o literaturze (Varsovia, Pax, 1954-1965, t. I y III), Stefania
Skwarezynska habja distinguido una funcién distractivo autotélica (rozry wkowo-auto-
teliczna), junto a las funciones educativo-didactica, informativo-presentativa y expresi-
vo-impresiva de la obra literaria (segin ella, la funcién estética se halla en los marcos de
la funcién impresiva).
> Stefania Skwarczyask:
, en correspondencia con las funciones de la obra literaria
ro ‘géneros literarios mayores” (rodzaje
los tradicionales de épica y li (determinados respectivamente por las
informativo-presentativa y expresivo-impresiva), agreg6 los de literatura
didéctico-moralizadora y literatura distractivo-autotélica (la ausencia del drama se
explica por el hecho de que Skwarczyfiska era partidaria de la llamada teor{a teatral
del drama). Por otra parte, el socidlogo literario polaco Stefan Zélkiewski ha distingui-
do, entre los modelos pragmaticos de la literatura funcionantes en el siglo XX, el de la
literatura lédicra (los restantes son los de la literatura comprometida y la literatura
candnica). A diferencia de Skwarczyfska, no entiendo aqu{ la literatura ladicra como
por ella discernidas (v. nota 2), distinguié
literackieLa novela policial y ia literatura artistica 139
ladicra predomina o esta presente de una manera particularmente intensa.
A esta pertenecen la mayor parte de las obras de muchos subgéneros
literarios modernos; en el circuito trivial las hallamos en la novela de aven-
turas, la novela de ciencia-ficcién, la novela de cow-boys, la novela de
horror y la novela rosa; y en el circuito de la “alta literatura’, en los
limeryks y otras formas de la literatura inglesa del pure non-sense, los
juegos literarios del Grupo Surrealista y, entre nosotros, ciertos “epitafios”’.
Esta literatura ludicra tiene numerosos parientes en las demas ramas del
arte y en muchos otros sectores culturales, y forma parte, junto con ellos,
de la vastisima y variada cultura lidicra de nuestro tiempo.
Continuando nuestro examen de las novelas policiales a la luz de los
criterios de la literariedad sefalados, recordaremos que uno de esos
criterios es la originalidad de la solucion artistica respecto de los modelos
de la tradicion, su unicidad, su distanciamiento critico y creador de lo ya
conocido y reconocido en la literatura. Resultara facil comprobar que, en
este respecto, las novelas policiales se comportan como toda otra literatura
ladicra narrativa. Como bien ha sefialado el socidlogo literario polaco Stefan
Zolkiewski,* la ficcién narrativa lidicra, para realizar su principal funcion,
apela a esquemas generativos, capaces de provocar en el lector ciertas
reacciones psicoldgicas repetibles en el curso de la lectura. La generacion
de una obra narrativa lidicra se produce a partir de la eleccién de uno de
los esquemas generativos propios de los subgéneros lidicros establecidos y
con la ayuda de otras convenciones subgenéricas, a saber: clisés lingitisticos
y, sobre todo, estereotipos de personajes, objetos, relaciones y situaciones,
un “género mayor” (rodzaj), y a diferencia de Zélkiewski tampoco la concibo como
un modelo vinculado a una situacién social comunicacional nun lugar
y tiempo dados. Zélkiewski ha distinguido entre funcione: “variables’”
de los textos, Las segundas son las cumplidas en los procesos comunicacionales concretos
de una cultura dada de una colectividad dada. Y las primeras también son variables, pero
s6lo en la “gran duracién” histérica, A Zélkiewski le interesa la funcién l&dicra como
“variable”, y a nosotros aqui, como “constante”, Asi, pues, en estas paginas la literatura
ladicra es una de las clases distinguibles en principio dentro de la literatura de tod
tiempos y lugares, de acuerdo con el predominio o particular intensidad de una u otra
de las funciones de la obra literaria, o sea, una categoria de una tipologia funcional de
la literatura en general. No otro status confieren a la literatura diddctica los tedricos
polacos Janusz Slawinski, Michal Glowifski y Aleksandra Okopién-Slawinska, sdlo que
estos autores, a diferencia de Flaker, no colocan a la funcién lidicra junto a las otras.
tres —estética, cognoscitiva y educativa— que constituyen “el conjunto constante de
referencias de la obra literaria a la situaci6n social en que la obra es percibida”.
* A pesar de que no concibo aquf la literatura IGdicra como lo hace Zolkiewski
(v. nota 3), considero que la caracterizacion que él ofrece de ella como modelo
pragmatico de la literatura contemporénea es vélida en gran medida para la literatura
lddicra narrativa en general. Es por ello que nos hemos servido aqui libremente de sus
formulaciones al respecto en “‘Modele literatury wspdlczesnej we wezesnym okresie jej
rozwoju”’ (en Problemy socjologii literatury, Wroclaw, Ossolineum, 1971) y Kultura
literacka. 19 18-1932 (Wroclaw, Ossolineum, 1973).140 Desiderio Navarro
a los que estan ligados complejos emocionales positivos o negativos que
tienen su raiz en aspiraciones, prejuicios, cultos y odios humanos. Entre
esos esquemas se hallan todas las estructuras narrativas de accién, enigma,
suspense, subito apartamiento del peligro, happy end, etc. Este tipo de
literatura satisface la necesidad de vivenciar ciertos esquemas narrativos
encarnados con estereotipos de fuerte carga emotiva, y esa vivencia
proporciona satisfaccion, llena agradablemente el tiempo libre.
No es causal el extraordinario interés por la novela y el cuento policia-
les de que han dado muestras los formalistas rusos y los estructuralistas de
diversos paises y orientaciones: en ambos subgéneros, gracias al papel
fundamental desempefiado en ellos por los esquemas generativos, se pueden
discermir y evidenciar, con mucha mayor facilidad que en ninguna otra
variedad genérica narrativa (a excepcidn tal vez del cuento de hadas folclo-
rico), las estructuras de la narraciOn; o, en otras palabras, al ser leidos
como un solo texto, ellos dejan ver con mucha mayor facilidad un sistema
de invariantes estructurales, la langue del conjunto dado que integran. Para
citar sdlo algunos ejemplos, sefalaré que en los afios 20 el brillante
Shklovski nos dio su trabajo “El cuento de misterio”’,’ centrado en los
relatos policiales de Conan Doyle; en los afios 60 el también soviético
Shcheglov, empefado en la construccién de una poética estructural
generativa, ilustré su programa teoricocon el estudio ‘Para una descripcién
de la estructura del cuento policial”’;° y, por tiltimo, en los afios 70 el inves-
tigador yugoslavo Stanko Lasié publicd su Poética de la novela policial. Un
intento de andlisis estructural,’ que es en mi opinion, la mejor obra escrita
sobre el tema y un trabajo casi cientificamente impecable, de no ser por,
algunas ramplonas digresiones ideoldgicas que el autor agrega en ocasiones
asus rigurosas conclusiones cientificas.
Tal vez se me objetara que la novela policial ha cambiado mucho desde
Gaboriau hasta nuestros dias. En efecto, asi ha sido, pero eso no significa
en modo alguno la ausencia de esquemas generativos. Ya Zélkiewski ha
precisado que en este tipo de literatura al que pertenecen casi todas las
novelas policiales, ‘‘los esquemas generativos tienen algunos componentes
excepcionalmente duraderos y otros mucho mas sujetos a las modas litera-
rias”, construidos sobre los primeros, y que ‘‘en la percepcién de los
lectores la funcion de estos esquemas variables es la misma que la de los
S “Novella tain”, en: V. Shklovski, O teorii prozy, Mosca, Federat:
125-142,
1929, p.p.
° LK. Shcheglov, “K opisaniiu struktury detektivnoi novelli” (copi:
present en la conferencia semidtica celebrada en la Academia Pola
Varsovia, (1968).
mimeogréfica
de Ciencias,
7 Stanko Lasié, Poetika kriminalistiékog romana. Pokusaj strukturalne analize,
Zagreb, Liber, 1973.La novela policial y la literatura artistica 141
esquemas duraderos”.® Y, para ejemplificar su afirmacién, recurre preci-
samente a la novela policial, sefalando el transito de la novela ‘‘a lo Conan
Doyle”’, basada en la solucion del enigma por la via de la deduccién cienti-
fica, a la novela negra, en la que para resolver el enigma son necesarias la
violencia y la coacciOn, que provocan el deseado escalofrio.
Pero de esta particularidad de la novela policial como literatura liadicra
narrativa he hallado una comprension mucho mas temprana en los escritos
de Bertolt Brecht. Permitaseme una extensa cita de su breve, pero pene-
trante articulo pdstumo “Sobre la popularidad de la novela policial”’,
puesto que ella expresara dela mejor manera posible mi opinién al respecto.
Entre 1934 y 1946 escribié Brecht lo siguiente:
(...) ella [la novela policial] tiene un esquema y muestra su fuerza en la varia-
cion. Ningan escritor de novelas policiales siente el mas minimo escnipulo al
permitir que su asesinato ocurra en la biblioteca de la mansion de un lord, a pesar
de que eso es sumamente falto de origin: id. Los caracteres raras veces cambian
y motivos para el asesinato hay solo unos pocos. El buen escritor de novelas poli-
ciales no invierte mucho talento o reflexion en la creacién de nuevos caracteres, ni
en el rebuscamiento de nuevos motivos para el crimen. Eso no es importante.
Quien, al enterarse de que el diez por ciento de todos los asesinatos ocurren en la
casa de un parroco, exclame: ‘;Siempre lo mismo!’, no ha entendido la novela
policial. Bien podria exclamar igualmente en el teatro ya al levantarse el telon:
‘;Siempre lo mismo!’. La originalidad reside en otra cosa. El hecho de que una
caracteristica de la novela policial consista en la variacion de elementos més o
menos establecidos, le confiere a todo el género hasta un caracter estético. Ese es
uno de los rasgos distintivos de una rama cultivada de la literatura.
Por lo demas, el ‘Siempre lo mismo” del no-conocedor se basa en el mismo
error que la opinion del hombre blanco de que todos los negros parecen iguales.
Hay una gran cantidad de esquemas para la novela policial, lo importante es sdlo
que sean esquemas.”
Asi pues, a la luz de lo sefialado por Brecht y Zélkiewski, queda claro que
en el caso de las novelas policiales estamos ante obras que no han sido
creadas segiin el mencionado principio de la originalidad respecto de los
modelos de la tradicién. Y por esta via llegamos una vez més ala conclusién
de que la mayoria de las novelas policiales no pertenecen a la literatura
artistica en su concepcién actualmente dominante.
Sin embargo, no es posible desatender sin mas a un tedrico de la talla
de Brecht cuando hace la sorprendente afirmacién de que la variacién de
elementos mas o menos establecidos llega a conferirle al género un caracter
estético. Pero, yqué clase de estética puede ser una que se base en la
® Stefan Zélkiewski, Kultura literacka. 1918-1932, Wroclaw, Ossolineum, 1973
P.p. 442-443.
° Bertolt Brecht, “Uber die Popularitat des Kriminalromans”, en: Bertolt Brecht.
eeuiften zur Literatur und Kunst t. II, Aufbau-Verlag Berlin und Weimar, 1966, p.p.
4-235,142 Desiderio Navarro
repeticion de esquemas y estereotipos? ;Acaso existe otra estética que no
sea la de la literatura artistica contemporanea y que, ademas, sea diametral-
mente opuesta a ella en una cuestion “‘de principio”? |
Aprovechando las elaboraciones conceptuales mas recientes de la
ciencia literaria y la estética, trataré de dar respuesta a esas preguntas y
desarrollo a la idea esbozada por Brecht.
Distintos autores han sefalado ciertas analogias estructurales y
funcionales entre la novela policial y el cuento folclorico en que el héroe
representante del Bien persigue al malhechor, lucha con él y lo vence
invariablemente. Pero siempre me ha parecido no menos importante y
esencial un parentesco tipologico que pasa inadvertido para dichos autores:
la analogia existente entre ambos fendmenos en lo que respecta a la
relacion de la estructura real de la obra con la estructura esperada por el
lector u oyente. En ambos casos se trata de obras cuyos cédigos son
conocidos de antemano por el receptor y cuya construcci6n viene a justifi-
car las expectativas del mismo; de obras cuyo mérito para el receptor esta
dado por la observacién de las convenciones y normas del “género” y no
por la violacion de éstas y la oposicién de nuevas soluciones a ellas; y, para
ser mas preciso, de obras que alcanzan su maximo valor no en la reproduc-
cion exacta de obras precedentes, sino en la mas libre improvisacién que
respeta de la manera més rigurosa las normas del “‘género’’.
Asi, pues, en los dos casos nos hallamos en presencia de un mismo tipo
de estética, opuesto al tipo que rige la concepcién actualmente dominante
de la literatura artistica. Ambos tipos han sido discernidos y estudiados ya
por el tedrico soviético Iuri Lotman, quien ha denominado al primero
estética de la identidad, y al segundo, estética de la contraposicién.
Como ejemplos histéricos de la estética de la identidad, Lotman ha mencio-
nado el folclor, el arte medieval, la comedia del arte y el clasicismo,
relacion a la que nosotros agregaremos ahora la novela policial y los demas
subgéneros de la narrativa lidicra contemporanea. Por otra parte, el
cientifico soviético ha presentado el realismo como la mas clara manifes-
tacion de la estética de la contraposicion, y es éste un sefalamiento justo
que no dejara de tener serias consecuencias para nuestras reflexiones. Pero,
antes de continuar, quisiera llamar la atencion sobre dos importantes
observaciones de Lotman, que previenen toda actitud prejuiciadamente
desdefiosa hacia las manifestaciones de la estética de la identidad:
en primer lugar, la de que en la historia del arte mundial los sis-
temas artisticos que vinculan el mérito estético a la originalidad,
constituyen més bien la excepcién que la regla; y, en segundo lugar,
la de que los estereotipos en el arte no son una blasfemia, sino un fenodme-
no definido que se manifiesta como negativo sdlo en ciertos aspectos
historicos y estructurales y que desempefia un enorme papel en el proceso
del conocimiento y en el de la transmisién de la informacion.'°
‘0 Turi Lotman, Struktura judozhestvennogo teksta, Mosc, Izdvo “Iskusstvo”,
1970, p.p. 349-359.La novela policial y la literatura artistica 143
Las novelas policiales, aunque por regla general carecen de la originali-
dad antiesquematica exigida a la literatura artistica contemporanea, son
capaces de maestria en el manejo de los esquemas y estereotipos del género;
capaces de virtuosismo en la improvisacién creadora de nuevas variaciones
con los elementos y reglas establecidos; capaces incluso de otra originali-
dad artistica, la de la obra que se aparta de la copia mas o menos literal de
variaciones anteriores y, al mismo tiempo que respeta al maximo las con-
venciones del subgénero, explora con la maxima libertad las posibilidades
de su repertorio y su combinatoria. Cabria decir que la originalidad halla
en la novela policial marcos mucho mis estrechos que en la literatura artis-
tica contemporanea. . . y, sin embargo, se mueve.
Pero la mayoria de las novelas policiales se apartan de la literatura
artistica no sdlo por su jerarquia de funciones y su tipo de estética, sino
también por su orientacion hacia un determinado publico, En esas novelas.
resulta evidente una adaptacién mas o menos considerable a lo que se
podria llamar “‘el minimo comin denominador’’ del mas amplio publico
del momento dado en lo referente a sus intereses, gustos y capacidades de
comprension de formas y contenidos. Ellas estan orientadas a satisfacer
esos intereses y preferencias por determinados contenidos y formas, asi
como a evitar todo contenido o forma que no pueda ser comprendido
facilmente o que, aun siendo facilmente comprensible, no corresponda a
esos intereses y gustos. En esas obras podemos comprobar la presencia de
los siguientes fendmenos:
O una hegemonia del plano fabular-composicional sobre los restantes
planos de la estructura de las obras —con un particular espesamiento de la
accion y una intensificacién del suspense— (como han mostrado las inves-
tigaciones socioldgico-literarias concretas, la lectura del perceptor “masi-
vo” se ocupa casi exclusivamente de ese plano, desatendiendo los restantes
aunque éstos sean muy importantes o los mas importantes en la estructura
de la obra; a diferencia de Crimen y castigo o Santuario que pueden sufrir
una lectura puramente “fabular”’ a resultas de la llamada “homogeneizacién
mecanica” de la cultura masiva, la mayoria de las novelas policiales han si-
do escritas para ese estilo de lectura),'!
OC una concentracion de (y en) motivos y tramas de violencia —y, a me-
nudo, también erético-sentimentales— (a ellos se les reconoce por doquier,
con toda razén, la capacidad de apelar a intereses humanos elementales
que figuran entre los mas universales); y, por ultimo,
O una conformacion de todos los estratos de las obras que esta orienta-
da a realizar una “‘instant literature” (Randall Jarrell): desde el contenido
"| Cf. Boguslaw Sulkowski, Powiesé i czytelnicy. Spoleczne uwarunkowania
2fawisk odbioru, Varsovia, 1972. Antonina Kloskowska, sociéloga polaca dela cultura,
ha llegado a afirmar lo siguiente: ‘Se puede suponer que el éxito de la literatura
criminal-detectivesca sera tanto mayor, cuanto més elimine la gran literatura la trama
fabular, evolucionando hacia la antinovela.” (Antonina Kloskowska, Kultura masowa.
Krytyka i obrona, Varsovia, PWN, 1964, p. 299).144 Desiderio Navarro
de ideas que ofrece una vision estereotipada y una interpretaci6n simplista
de los fendmenos sociales, hasta un léxico, reducido y sencillo (lo que no
es otra cosa que la victoria de las tendencias “del lector” sobre las “del
autor”, para formularlo con palabras de Lotman).' 4
Entretanto, en la literatura artistica prevalecen la busqueda de verdades
profundas sobre la sociedad, la psicologia humana, la historia, el sentido
de la existencia, etc.; la exploracién de complejos problemas morales y de
soluciones para ellos; el afan de innovaciones artisticas y la expresion de
las mas hondas emociones de un individuo, grupo, clase o nacion, sobre
cualquier tendencia a semejante adaptacion. La mayoria de las novelas
policiales pertenecen pues, al tipo de literatura que se ha dado en llamar
“literatura masiva”, opuesto al de la llamada “alta literatura’ o, simple-
mente, literatura artistica.
Respondiendo, al fin, a nuestra interrogacion inicial, diré que, si por
“obra de arte literaria” y “‘literatura artistica’ se entienden fendmenos
caracterizados por el predominio o la presencia particularmente intensa de
la funcion estética, la observancia de la estética de la contraposicion y la
realizacion de elevadas y complejas tareas cognoscitivas, valorativas, esté-
ticas, expresivas, etc., entonces no es correcto evaluar las novelas policiales
en calidad de obras de arte literarias y con el marco de referencia de la
literatura artistica. Desde luego, podria apelarse a un concepto mas amplio
de “‘literatura artistica’’, que incluyera también las obras en las que la
funcidn estética esta presente en una pequena medida, las obras concebidas
segiin los principios de la estética de la indentidad y aquellas que van a)
encuentro del “minimo comin denominador” de la cultura literaria y
general del ptiblico. Pero incluso en tal caso la mayoria de las novelas poli-
ciales y las obras de lo que hasta entonces veniamos considerando como la
unica literatura artistica, seguirian siendo, en los marcos de la nueva litera-
tura artistica ‘‘ampliada”’, obras de dos tipos diferentes de la literatura que
deberian ser valoradas dentro de sus respectivos marcos de referencia.
Lo mas correcto parece, pues, evaluar las novelas policiales de acuerdo
con el tipo de obras que suelen ser realmente. Puesto que se trata de obras
'? Lotman ha sefialado lo siguiente: “El lector esta interesado en recibir la infor-
maci6n necesaria con el menor gasto de esfuerzos (el placer con la prolongacion del
esfuerzo es la posicin tipica del autor). Por eso, si el autor se esfuerza por aumentar el
namero de los sistemas de cédigos y complicar la estructura de éstos, el lector tiende a
reducirlos, llevandolos al mfnimo suficiente en su parecer. La tendencia a complicar los
caracteres es una tendencia del autor; la estructura en blanco y negro, contrast: es
una tendencia del lector, Por dltimo, el autor tiende a aumentar la complejidad de la
estructura extratextual, simplificando el texto; a crear obras cuya aparente sencillez
exige, para su desciframiento adecuado, complicad{simos sobreentendimientos, una
riqueza de los vinculos culturales extratextuales. Al lector le resulta cémodo que una
maxima parte de la estructura esté manifiesta en el texto. No se puede dejar de notar
que las tendencias ‘“‘del lector” vencen en las especies de textos que son los de sujet
més dominante (naibolee siuzhetny) y contienen construcciones evidentemente
contrastadas, puestas al desnudo.” (IM. Lotman, Structura Judozhestvennogo teksta,
Mosca, Iskusstvo, 1970, p.p. 358-359).La novela policial y Ia literatura art istica 145
con funcién ladicra predominante, es necesario buscar y medir sus valores
recreativos. Puesto que la funcién estética puede estar presente en ellas
gracias a cualidades como ritmo, armonia, unidad en la diversidad, etc.,
han de determinarse sus valores constructivos. Puesto que se trata de obras
que funcionan en los marcos de la estética de la identidad, se han de
evaluar la maestria y la peculiar originalidad con que se puedan haber
manejado en ellas los esquemas y estereotipos del género. Y puesto que no
le son ajenas, en principio, las funciones valorativa y mimético-cognoscitiva,
es preciso indagar por la presencia de los valores correspondientes. Aan
cabria identificar en ellas valores emotivos, postulativos e imaginales, ‘si se
acepta la categorizacion propuesta por Henryk Markiewicz.'>
Y si las novelas policiales pueden dar muestras de gran maestria artis-
tica y de consumada tejné, entonces bien podria decirse que la novela X o
Y, que da tales demostraciones, es una obra maestra. Pero se deberia
precisar que no es una obra maestra en general 0 de la novela en general,
sino una obra maestra de la novela policial, es decir, dentro del contexto
del subgénero. Las novelas de Hammett o Simenon bien pueden ser califi-
cadas de obras maestras, pero no pueden ser comparadas con las de Faul-
kner, Shdlojov o Thomas Mann; y no porque carezcan de valores artisticos,
sino porque pertenecen a dos tipos de literatura diametralmente opuestos,
hecho que no debe ser ocultado a nuestra vista por el otro hecho, menos
esencial, de que pertenecen a un mismo género.
Pareceria que ahora, a resultas de esta delimitacion, toda novela poli-
cial iria a ocupar su debido lugar en uno de los extremos de un perfecto
esquema geométrico, en cuyo otro polo se hallaria la literatura artistica.
Tal vez asi seria si hubiéramos estado hablando de la novela policial en
ciertos paises capitalistas. Pero hablabamos de la novela policial a escala
mundial y seguramente se habra notado el repetido uso que he venido
haciendo de la cautelosa expresion ‘la mayoria de las novelas policiales”’.
El problema esta en que la novela policial en ciertas partes del mundo se
ha venido convirtiendo en uno de los mas contradictorios fendmenos lite-
rarios de la época. La causa no es otra que los repetidos intentos de subli-
maci6n artistica del subgénero. En distintos puntos del planeta se viene
tratando de conciliar la novela policial con los principios de la literatura
artistica en el sentido antes expuesto, o incluso de someterla por entero a
esos principios.
Salvo raras excepciones, esas tentativas estan ligadas, por mas de una
raz6n, al mundo del socialismo, y la més importante de esas razones es que
sdlo en un pais donde no impere el comercialismo en el sector de la cultura
literaria, pueden prosperar tales intentos.
Pero esbocemos aqui brevemente algunos aspectos de este fendmeno.
En primer lugar, el predominio de la funcién lidicra se ve amenazado,
y en ocasiones abolido, por la presién de las funciones estética, cognosciti-
'S “Wartosei i oceny w badaniach literackich”, en: Henryk Markiewiez, Glowne
Problemy wiedzy o literaturze, Cracovia, Wydawnictwo Literackie, 1970, p.p. 322-346.146 Desiderio Navarro
va y valorativa~ en particular, por estas dos Ultimas; y, sobre todo, por la
valorativa, Al examinar la funcidn congnoscitiva, el teorico yugoslavo
Aleksandar Flaker ha distinguido, por el objeto de conocimiento de ésta,
las funciones cognoscitiva-social, cognoscitiva-psicologica, cognoscitiva-
antropoldgica, etc,; y al considerar la valorativa, discerni6, por la acentua-
cion del propio acto de la valoracién en la estructura de la obra literaria,
la siguiente serie de funciones en orden creciente: educativa, pedagogica,
didactica y directamente utilitaria. Si se aceptan tales distinciones, puede
decirse que en este caso la funcién cognoscitiva-social y las funciones
didactica y directamente utilitaria, pugnan con la funci6n lidicra, destro-
nandola a veces y — lo que es mas importante— a menudo bloqueando
también, con sus pretensiones hegemO6nicas, el avance de la funci6n estética
y conduciendo asi la novela policial no tanto a la condici6n de literatura
artistica con valores cognoscitivos y educativos, como al status de una lite-
ratura didactico-instrumental o informativo-documental, con una participa-
cidn mas o menos secundaria de la funcion ladicra y una presencia aun
mas débil de la funci6n estética. Ello se debe, sobre todo, a la intensidad y
jerarquia que se les fijan a las funciones de la novela artistica en ciertas
concepciones del realismo socialista. En particular, es un hecho que, si
bien cada vez menos, atin en el mundo del socialismo se subestima a
menudo la importancia de la funcién lidicra en el arte y en la cultura en
general. En efecto, todavia hay quienes desde las posiciones de un utilita-
rismo o un esteticismo dogmaticos, niegan la legitimidad de un “arte de
entretenimiento” dentro del arte y la sociedad socialistas. Sin embargo,
brillantes autores marxistas, como el esteta soviético Moiséi Kagan, ya han
puesto de manifiesto la dinamica de la polifuncionalidad del arte en su
conjunto, justificando la existencia de un arte predominantemente lidicro,
hedonistico, dentro del arte socialista. Kagan ha escrito lo siguiente:
Asi, en unas ramas y géneros del arte aparece en primer plano la funcion hedonis-
tica; en otras, la instructiva, etc. De manera correspondiente, también el contacto
con la obra artistica a veces es para nosotros ante todo distraccién, y a veces ante
todo conmocion espiritual, y nosotros sabemos de antemano qué queremos del
arte cuando vamos a escuchar una nueva sinfonia de Shostakovich o un nuevo
programa de music-hall, cuando nos dirigimos al circo o al teatro dramatico.'*
Y cabe agregar aqui, de nuestra parte, lo siguiente: cuando echamos mano
aun libro de una conocida serie policiaca o a un volumen de una coleccién
de clasicos universales.
En segundo lugar, dentro de la obra policial los principios de la estética
de la identidad entran en contradicci6én con los principios del realismo,
que es —como se recordara~ “‘la mas clara expresiOn de la estética de la
contraposicion”. Teniendo en cuenta, evidentemente, las manifestaciones
'S M.S. Kagan, Lektsii po marksistsko-leninskoi estetike, Leningrado, Izd-vo
Leningradskogo universiteta, 1971, p. 295.La novela policial y Ia literatura artistica 147
auténticas del realismo, Dmitri Lijachév ha podido formular, con pleno
acierto, las siguientes generalizaciones: ‘Esta lucha con los estereotipos no
es solo un rasgo caracteristico del realismo en la literatura, sino también su
necesidad vital. Y esta lucha, desde luego, concierne no sdlo al lenguaje y
al estilo, sino también a todo género de estereotipos en el sujet. (... ) Los
escritores realistas se esfuerzan por liberarse hasta de sus propios canones
literarios.’”'* ;Acaso es posible, pues, concebir relaciones mas hostiles que
las que entablen dentro de una obra literaria la estética de los esquemas y
estereotipos y el método creador que se caracteriza por un proteismo anti-
convencional?
Y, por ultimo, en la novela policial la tendencia a una adaptacién al
minimo comin denominador de los intereses, gustos y capacidades de
comprension de formas y contenidos, choca con el afan de ofrecer a las
masas la mayor cantidad de los mas altos valores estéticos, cognoscitivos,
etc. Entregarse a esa tendencia equivale a renunciar totalmente a ese afan,
pero también entregarse a este ultimo equivale a renunciar a una enorme
parte del publico. Sin olvidar la matizaci6n de este contraste determinada
por la estratificacién sincrénica del puiblico segin su cultura literaria
y,/en particular, por la existencia' de'una amplia gama de los llamados
middle-brow, creo que tal contradiccién sdlo podra ser superada en el
plano de la variabilidad diacronica de la cultura literaria de los gran-
des grupos sociales: a través de la paulatina elevacion del nivel del
conocimiento, el gusto y la competencia literarios de éstos. Entre el Escila
de seguir siendo una literatura masiva de bajo vuelo y el Caribdis de llegar
a ser una alta literatura elitaria, a la novela policial que insista en conciliar
las dos ambiciones extremas antes sefialadas, solo le queda esforzarse por
devenir un arte popular de nivel medio'® y seguir el sabio consejo ence-
rrado en el conocido senalamiento critico que, segin Gorki, hizo Lenin
respecto al entonces célebre poeta proletario Demian Biedni: ‘Es burdo.
Va detras del lector, y es necesario ir un poco mas adelante.””'” He aqui el
quid de la cuestién: no detras, sino adelante, pero tampoco mucho mas
adelante. Sobre esa base se podria hablar hasta de un aporte de la gradual
sublimaci6n artistica de la novela policial a la paulatina elevacién de la cul-
tura literaria de las masas. Pero no se deberian sobrevalorar las posibilida-
1S DS. Lijachév, Poetika drevnerusskoi literatury, Leningrado, Izd-vo ‘‘Judozhes-
tvennaia literatura’’, 1971, p. 165.
16 Cf. la interesante concepcidn del “arte popular” propuesta por Stefan Morawski
en “Sztuka masowa a elitarna. Za i przeciw’’ (en Polska popularna kultura artystyczna,
Ossolineum, 1977, p.p. 110 y s.) Morawski distingue su concepto no s6lo respecto de
los de “‘arte masivo” y “‘arte elitario”, sino también respecto de los conceptos de “arte
popular” como creacién realizada por las masas y como creacién conforme con las
aspiraciones potenciales de las masas.
"7 V.1. Lenin o literature i iskusstve, Mosct, Izd-vo “Judo-zhestvennaia literatura”,
1969, p. 646.148 Desiderio Navarro
des de esa contribucién, pues la homogeneizacion mecanica, con su empo-
brecedora lectura fabular, puede reducir, o incluso anular, la eficacia
educativa de todo tipo de sublimaci6n artistica.
Pero, en fin, tanto este antagonismo interno, como los otros dos antes
mencionados, merecen un detenido anilisis tedrico que no es posible reali-
zar aqui por comprensibles razones de tiempo. Tal analisis deberfa tener
bien presente aquella certera indicacién de Eijenbaum en su ‘‘Teoria del
método formal”: ‘‘En este asunto es importante diferenciar la literatura
masiva que prepara el surgimiento de nuevos géneros, de la que surge en el
curso de la descomposicin de ellos y constituye un material en el que se
puede analizar la inercia histérica’’.'®
E] entendimiento de la complicada naturaleza cultural y estética de la
novela policial, la toma de conciencia de las contradicciones y tensiones
dialécticas inherentes a ella en los marcos de la cultura socialista, tienen
una extraordinaria importancia teorica y practica. Sirva este mi primer
acercamiento al tema, por fuerza introductorio y abocetado, como una
modesta contribucién al imprescindible estudio tedrico de estas cuestiones.
Y digo ya “imprescindible” y no sdlo “importante”, porque considero
imprescindible todo lo que pueda ayudarnos a los investigadores y criticos
cubanos a orientarnos mejor en los fenémenos y procesos fundamentales
de la cultura literaria nacional y mundial, asi como todo lo que pueda
ayudar a los creadores cubanos a dar una novela policial a la altura del Mi-
nisterio del Interior, lo que quiere decir, en definitiva, a la altura de la
Revolucién.
'S “Teoria metody formalnej", en: Borys Eichenb: i ie i ji
yen: um, Si
Varsovia, PTW, 1973, p. 314. a] ‘ichenbaum, Szkice o prozie i poezji