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ANDALUCIA ..... ” a HISTORIA LOS FENICIOS EN LAS COLUMNAS. Los Tentplarios DE HERCULES en Andalucia 2 Guerra Civil de 1936-1939 constituy6 un acontecimiento histérico que mareé, de forma indeleble, el siglo XX. Aquel conflicto fratticida tuvo en Andaluefa uno de sus principales focos, no sélo por el enfren- tamiento entre defensores de la Repiiblica y partidarios de la subleva- ‘ci6n militar, sino por cuanto Sevilla se convirtié en la més importante base de operaciones del ejército franquista durante los primeros meses de guerra, ccuya repercusién militar fue decisiva. Junto a ello, el hecho de que en tierras anda~ luzas, més concretamente en Almerfa, se situasen algunos de los diltimos focos de resistencia republicana antes de acabar la lucha. Los magnicidios de Blas Infante y de Garcia Lorca pusieron de relieve hasta dénde Hlegaba el enfrentamiento centre los bandos contendientes, y junto a sus mucrtes, la de miles de personas que pe: sus enemigos, victimas de venganzas, odios o rencillas personales. También los afios ron como una prolongacién de la guerra como consecuencia de la grave represién ejercida por los vencedores. Coordinado por el profesor Juan Antonio Lacomba, los lectores de Andalucfa en la Historia podran acercarse, de ta mano de prestigiosos especialistas, a variados aspectos de cémo se vivi6 aquel triste episodio en tierras andaluzas. Nuestro perfil biogréfico ests dedicado a uno de los grandes politicos del siglo XIX: Nicolés Salmerén Alonso, ilustre almeriense que ejercié como presidente de la I Repdblica y como uno de los intelectuales de mayor fuste de esa centuria, Su figura es estudiada por Femando Martine? Lépez. El estudio del patrimonio artistico est dedicado, en esta ocasiGn, a las murallas de Niebla (Huelva), realian- do por Francisco Gémez Toscano. En Niebla se halla uno de los recintos amurallados andaluces mejor conserva- dos y de mayor valor hist6rico relacionado con la época musulmana. Los artfculos que configuran el conjunto de este némero van desde el estudio de los templarios en Andalu- fa hecho por Juan Eslava Galin, hasta el andlisis de una época tan agitada como fue el sexenio revolucionario (1868-1874) en la ciudad de Linares, por Lépez Villarejo. Asimismo, conoceremos, a través de la pluma de Jestis Macso, la presencia de los fenicios en las Columnas de Hércules o el drama vivido por los jesuitas, al ser cexpulsados de Andalucia bajo el reinado de Carlos III, estudiado por Soto Antuiiedo. También el lector se encontraré con la historia, ya centenatia, del observatorio astronémico de Cartuja, en Granada, pionero en Investigacion y procesamiento de datas durante mucho tiempo, abordado por el profesor Pifiar Santos. Por st parte, Antonio Llaguno nos presentard las andanzas de un conquistador andaluz en pleno coraz6n de Africa: Yuder Paché, Conoceremos la Real Maestranza de Ronda de Ia mano de Ia profesora Marion Redes, asf como curiosos aspectos de la transicién del paganismo al cristianismo en Andalucta, estudiado por Pérez—Embid. Junto 2 todo ello, nuestras habituales secciones, buz6n del lector, Andalucfa en la red, Andalucia de cine, resefias bibliogréficas y efemérides. Con este ejemplar de la revista regalaremos a nuestros lectores y suscriptores un DVD con la representacién y el estudio de la Batalla de las Navas de Tolosa, que enfrent6 a cristianos y musul- rmanes en tierras andaluzas en el afio 1212, y cuyas consecuencias fueron decisivas para la conquista del Valle del Guadalquivir por los ejércitos de Fernando Ill. ‘Como director de la revista supone para mf una satisfaccién acue dir, gracias al esfuerzo de nuestro consejo de redaccién y de todos aquellos que hacen posible Andalucia en la Historia, puntual a nues- ta cita con los lectores. José Calvo Poyato DIRECTOR Andalucia en ja Historia = 3 ANDALUCIA en la HISTORIA, SUMARI O Edita: Fundacién Centro de Estudios Andsluces 3 | Presentacién Presidente: Juan Ortega Pérez Gorente: Manuel Mesa Vila Gg Buzén del lector Director: osé Calvo Poyato ‘Afi 11, nimero 5, Abril 2004 La Historia de Andalucfa en la Red fataececccetees. (EJ) Tema Centra San Ese ols, hon Arona Lacombe, Shan, te Stes Novato Pec Rano fede dow and Rests Pees La Guerra Civil espafiola y DH aries, Antonio Treachs sive, Hanel el escenario de Andalucta ‘Andalucfa jug6 un destacado papel en el desenca- denamiento y desarrollo de la guerra dado que era clave en los planes de los sublevados pat la impor- tancia del ejército de Aftica. En el escenario andalur ‘Torres Agully, Enriqueta Via Var Colaboran en este ndmero: lo ‘Aréstegul, Rafel Gl Brace, uan One Savi Par Sans, Fondsco pez se dibujaron «cos Andbalucias» y la represién contra los ‘ilar, Arto nano fis, Wencesao vencidlos fue feos, en la guerra y desputs de ll ‘José Manuel Cuenca Toribio, Las operaciones militares La sublevacion en Andalucfa constituye la primera fase ce la contienda que se Documentacion y Textos: Enrique Roncero-tzanes. Imprensién: Escandén Impresores, $A. Direcci6n postal: c/ Bailén n° SO “3001 Seva. prolongaré casi tres afios. Pacasado el walzamiento nacional, ue no fue secundado por Disafo, maauetaién y archivo artes: Ta inmensa mayor de la poblacin, se produce la fase de resistencia po- teat ae pular conta los sublevados. > El Golpe de Queipo de Llano en Sevilla Ey Wi Ts pbicancs capatle de bec catserba al geneal Comes | Distribueién:Distimedios, SA, ‘Queipo de Llano un acéeimo patidario de la Replica. Los ditigen- tes de inquendassabian que habia venido a su files por despecho per sonal contra el rey Alfonso XIlly no penssbon de fa misma forma, Su doble juego lo convertitaen pieza clave para el triunfo de a sublevacién ‘en Sevilla el comienzo de la guerra civil. sak P El final de la Guerra Civil: Almeria, marzo de 1939 A finales de marzo de 1939, como en el resto de Espafa, la guerra se acababa en ‘Andalucia. A los seis meses de contienda, tos sublevados ya habfan dominado seis de SE las ocho capitaes andalusas, y s6lo Alme- ta y Jaén se encontraban en zona repu- ¥ participantes de cada ndmero Uelnrevsta. bilicana. La provincia almeriense fue la nica que se mantuvo todo el enfrentamiento armado en ese bando. URL: www-fundacion-centra.or9 Ed isis ed ia fase av La represi6n en Andalucfa durante la Guerra Civil compromete e publlear atictoe no La guetta y la represin constinyen las dos dimensiones ms iracionales y cruentas de enone la contienda espafiola de 1936-1938. La represin consisté en el exterinio del eottor, SALSA para unos wel rojor y para los contrarios eel fascists, Dos referencias obligadas de Ix Depsano Leva Se violencia y la snraxén son Ios asesinatos de Garefa Lorca y Blas Infante, 4 Andalucia en ia Historia ArticuLos Los templarios en Andalucia Los templarios mantuvieron dos casas conventuales en Cordo- bay Sevilla, esta dltima cn el lugar que luego seria convento de ‘San Francisco, hoy Plaza Nueva. Astros, sismos y meteoros: 100 afos de actividad cientifica en el Observatorio de Cartuja El Observatorio Astronémico, Geodindmico y Meteorolégico de Car- ‘tuja fue la primera estaci6n sismoligica de carficter civil fundada en Espaita y el tercero de los observatorios del pats. Revolucién y reaccién en una ciudad andaluza del XIX. Linares durante el Sexenio Democratico En 1868, Linares era una poblacin de poco mas de 15.000 hrabitantes. En 1875s una cludad con casi treinta mil almas, vocacin imparable de progreso, ncremento demogrlicosos- AM cenido yfbel actividad comercial Yuder Paché, el andaluz conquistador del Imperio Shongay Yuder chs, unalmeriense de Cuevas del Almanzora,con- ‘quisté a finales del siglo XVI el antiguo Sudén, o pafs de los ‘negros, que tenfa en Tombucté su capital cultural. La expulsi6n de los jesuitas andaluces en 1767 Los jesuitas fueron expulsados de Espatiay sus dominios por Carlos Il. De los 592 religisos embarcados en EL Puerto de Santa Marfa y Malaga s6lo una docena pudo volver del destierro en 1815, bajo el reinado de Femando vil. Los fenicios en las Columnas de Hércules Los fenicios estableciezon una red de colonias en el sur de Ia actual Andalucta, obteniendo fabulosas riquezas mediante sus actividades mercantiles. La Transicién del cristianismo al paganismo desde Andalucia El triunfo del cristianismo sobre el paganismo grecolarino es un proceso que seextiende alo largo de vats siglos (IV-VI). La Real Maestranza de Caba- lerfa de Ronda Laconporacién maestrante comens6.n 1765 la cconstrucciGn de un coso de grandes dimensio- ‘nes que inauguraron el 19 de marzo de 1785 el rondefio Pedro Romero y el sevllano Pepe- Hilo. Y ADEMAS... 88 PERFIL BIOGRAFICO Nicolis Salmerén Presidente de la Repablica, es la fgura politica del krausismo espafol. Dimitis or no querer frmar una pens de me te, y destacd por encauzar el republica- nismo de finales dl siglo XIX y prnci- pios det XX por a senda del parlamen- tarismo. 92 PATRIMONIO HISTORICO Las Mutallas de Niebla Desde el siglo X de la era cistiana, los autores drabes concidieron en atria NNiebla una venerable antigiedad, dado ‘que conservaba bella ruinasy estaba ce- fia po fuertes murals. Todavia hoy se ‘mantienen,desafiando al tempo, més de ‘cuarenta torts ysus cinco pucras, 96 _ RESCATE DEL PASADO os politicos andaluces del primer ter- clo del siglo XX La cifta de los cuarenta y seis andalu- ‘es ntegrantes del poder ejecutivo du- ‘ante el reinado de Alfonso Xill(1902- 1931) nos introduce de inmediato en el excenatio més caracteristico de Ia ‘etapa analizada, 102 ANDALUCIA DE CINE José Val del Omar o la vertiginosa poesfa del eine Cuando en 1926, et andaluz José Val del Ormar filma su primera pelicula en 35 sm, En un rineén de Andaueta, icin ‘un camino que culminarfa cinematogré- ficamente en Cannes en 1961, en don- de su film Fuego n Casta obtendria el Premio de la Técnica. 104 EFEMERIDES: Los hechos histricos mis destacados de tos meses de abi a junio. 106 RESENAS Sevilla en tiempos de Cervantes. La prosttueién en fa Granada de la Edad ‘Media. Los fondos andaluses de Tombue- {entre ots temas recomendados. Andalucia en ia Historia 5 Buzon del lector Sugerencias En primer lugar quisiera felicitarles por la publicaci6n de la revista Anal fa en Ia Historia, exco que ha sido un acierto su edici6n y espero que sea un medio ttit para que los andaluces conoz- stra hi Sf En segundo lngar, me gustara sues Je el tratamiento de un tema. Creo que ln historia de tn pueblo viene determinada porel medio en el que se encuentra y por To tanto Ia evolucién que ha tenido ese ‘medio sco, Me parece muy interesante y poreso le propongo que en un artculose podria tratar la evolucién de nuestra te- ra en todas la eras gcoldgica,inchuyen- dlo wna serie de mapas donde se explique In evolucién de Andalicia desde el cont- niente tinica (panges), indicando su ubi- cacién dentto del mismo, pasando por ctras eras donde Andalucfaestuvera s- aergida por lasaguas. Lueyo, cuando soto hubiera islas, cuando surgié, su unin con 6 Andalucia en la Historia Aiica, lo que permits el paso del homo habs la egada del hombre a Kuropa y Juego su separacién, que qued6 reflejado cn la mente de los hombres mediante lx mitologia ylos tabajos de Hércules. Hace tiempo vi eso mismo en um pequeiio att clo sobre Francia y fue may interesante. Creo que todo esto tiene que ver con Ia historia de Andalucia. Espero que mi sugerencia pueda ser de wilidad. José Antonio Herrera Fernindez Ser Aclaraciones Seftor director: Deseo agradecer a la Fundacién cen- tr: el esfuerzo en la edicion en DVD de la pelicula sobre Blas Infante y a la revista ‘que usted dirige por la distribucién gratui- ta que hace de la misma, lo cual viene a paliar, en parte, la mala disiribucion que tuvo en las alas de cine victima de la polf- tica comercial de ls distribuidoras. En segundo lugar, me gustara opinar so- bre algunas cuestiones que creo que no han |quedado claras sobre los moriscosandaluces enel especial sobre los moriscas del timo Ximero de la revista. Sorprendentemente se sigue insistiendoen «la casitotal expulsion . Enos - ‘po Tiuppe Volontaire- de ‘rimos diasde agosto, lossu- ‘Mussolini; porque se sabe la blevadosseaseguranlavia Demanera yoluntaria oa través de movilizaciones forzosss;la poblaciéa cag orgnnizacién politica del Gundalguvisalocu, ‘il se vio iomersa en ambos bandos en la hicha fraticda, Abajo, tirade a plaza dle Mé- i tanque Panzer I, mds conocido como Negrillo. Una de las armas par Palma del Roy Poss tranjera utlzadas en la guera civil expafola, Iagay el «abandono» en que das; del Sal 6 de septien cst sumida Malaga por par- bre se ocupa Cerro Muri L17desep- los gubernamentales, los sublevados, por _ te del Ministerio de la Guerrade la Repsbli- tiembre al 3 de octubre se consolidan posi- ciones en Ia serranta de Ronda y comien- zan las operaciones preparatorias para la «toma de Malagar; del 22 al 26 de septiem- bre se ocupan Espejo y Castro del Rio; por elflanco granadino se rompen las hostili- dades en la comarca de los Montes Occi- dentales—Montefifo,22 de septiembre-po- niiendo rumbo y penetrando en Jaén por Alcaléla Real del 4 al 14 de octubre tiene lugar a ofensiva del ejécito sublevaclo-ya convertidoen bastién del general y jefe de Estado Francisco Franco sobrelacuenca rinera cordobesa de Pefarroya hasta la rendici6n del nécleo gubernamental dea mina de Santa Barbara; el 14 de diciembre retrasel eno pasariin» de Madtid-los lama dos «nacionales- reanudan las hostlidades enla provincia de Jagn—sla campafiadela aceitunar, doncle ponen en evi- wade las milicias sindi- cles y del parti do del bando republicano (toma de Lopera yPorcuna). Mientras retroceden su parte, culminan con extraordinario éxito la fase de columnas (ocupacién mi- litary represiOn indiscriminada contra los, desafectos al «glorioso movimiento na- ional») o miliciana, con Ia «conquista» de la «Repiblica independiente de Mé- Jaga». Para el mando sublevado la con- quista dela bolsa republicana costera de las provincias de Mélaga y Granada se convierte en una misién de importanciaes- tratégica de primer orden. Malaga es una {importante base naval que interrumpfalas comunicaciones ferroviarias entre Anda- uefa Oriental y Occidental, siendo una amenaza constante sobre Granada. Quei- ca, que desoye peticiones diaras pidiendo armamento convencional, aviacin y mari- nade guerra. En una primera fase -del 14 al 28 de cenero- se conquistan comarcas en los flancos occidentales de Malaga (desde Estepona) y orientales de Granada (Athama) para confluirdel3 al7 de ene- ro hacia la capital, que finalmente se de- rumba como toda la franja costera de Granada (cafda de Motil del 10 de enero de 1936). Elderrumbe yladesbandada de durante jomadasinterminables, de-cont rnuos bombardeos por tierra, mar y aire, ‘marca draméticamente el fin del proyecto republicano en Andalucta, Aunque, ciertamente, la guerra conti- nia el teatrode operaciones fen Andalucia a partir de matzo de 1937 deja de tener importancia en la cstrategia ofersivafran- quista. También los gu- bernamentales deben cextraer conclusiones de Jos eveses en retaguardia, Ambos contendientes se aprestan a reforzarse e intro Andalucia en ia Historia 17 ‘Tema central cen cambios rgunizativos para afrontar siguiente face, ya convertda en una gue- trade posiciones defensivas (marzo.de 1937 a agostode 1938); afloy medio de rovimientos de escaso aleance para los snacionales» (digno de mencién seré la ‘cupacién de i ona minera de Almadén, cl socorro al santuario de la Virgen de la Cabeza en Andijar, el esfuerzo defen- sivo-en Sierra Nevada el vance por oroblanco) y alguna que otra au- daz operacin por las fuerzsrepu- blicanas, caso del golpe de mano cfectuado por un grupo de guerti- eros que resatan 300 prisionerosas- turianos en el fortin de Carchuna (Mottil-Granadl), que tiene lugar 123 de mayo de 1938 yque no sir- vie para moverineasa favor de os gubemamentales aum- aque fue explotada por pro- paganda de guerra popular a fects de nsuflar moral os is z combatientesya as desespe- radas retaguardias. ‘Talinactividad posibilita, no obstante, Ja teorganizacién dela maquinara de gue- ra Elejércit franquista digi por Quet- po de Llano y el comandante Cuesta re- fuerza su cohesin interna el férre0 mando dnico y moral de victoria, frente a la heterogencidad politica cde manclosmiltaresen ls unidades republicanas~ con dos grandes uni- dads: el 1 Cuerpo (Céedoba-Jaén) yell Cuerpo de Ejécito (Grana- 4a), mientras que hace lo propio cl bbando gubernamental que procede ala organizaci6n en brigadas mix: tas, divisionesy cuerpos deeército, hasta que el 19 de octubre de 1937 sccreael Ejércto Popularde Anda- lucfa con cuartel general en Bara (Granada) en base ados cuerpos de ejércto: el IX Qaén y Cordoba) ye GIN XXIII (Granada-Almeria) Cuerpo de Ejército. Hiab que esperar hasta el lti- 18 Andalucia en ia Historia Zona republicana nacional ‘mo trimestre de 1938 para anotar hestiida- des de cierta envergadura en el teatro de operaciones andaluz. Se trata del llamado «Plan P», concebido por el jefe del Estado * * w é J : Mayor Central Republicano, Vicente Rojo. ‘Se concibe un cuadro general estratégico de ofensiva en Extremadura y Andalucia ‘con el fin de cortar las comunicaciones de los rebeldes de norte a sur, favorecer el levantamiento republicano en Anda- Jucta oriental y aliviar Cataluita de la pre siGn franquista, muy fuerte desde el paso, del Ebro (noviembre de 1938). Dicho «Plan P» prevefa un ataque combinado ‘mediante el cual un dfa seftalado-el dia ‘Del mando del XXIII Cuerpo de Anda- Jucta tomarfa por sorpresa Motil y Vélez ‘Benaudalla (Granada) a resultas del cual En lailustracién superior sedetallael desarrollo dela Guerra Civila finales de 1936, En una Espafiadividida, la publicidad que ossindicatos Janzaban en azona republicana ‘contribuirfa, sin duda, a mantener vivo el espiritu de lucha con mensajes tan sugerentes como el que aparece publicado en el cartel dela izquierda, se distraerfan fuerzas del enemigo ha- cia la costa y con ello —cinco dias mis tarde se emprenderia el ataque prin- cipal en el sector de Cérdoba—Pefiarto- ya para culminar con otra ofensiva en el frente del Centro y cortar asf las co- municaciones franquistas con el sur. nalmente el dia D (planeado para el 8 de diciembre) se pospone y se des- aprueba finalmente la operacién por el propio general Mia- ja ante el descon- cierto de Rojo y In desmoralizaci6n de los estrategas repu- blicanos. La indeci- si6n del mando ceg6 la posibilidad de un golpe audaz que hu- biera puesto en aprietos a los fran- quistas. Lapostrerareaccién de los repu- blicanos se produce a partir del 5 de ‘enero ~ya no existe factor sorpresa— en direccién a Peitarroya y Badajoz se movilizaron hasta 72.000 hom- bres por el ejército franquista y 93.000 por parte republicana- y tiene lugar un limitado ataque en la provincia de Granada (Tozar y Limones) que se saldaron en sen- dos fracasos; sin embargo, para el 24 de enero la contraofensiva del ejército de Franco ha consolidado Peniarroya, los combatientes huyen y se Iamentan si- multéneamente de la cafda de Barcelo- a... y de la inminente eafda definitiva del gobierno dela Repiblica. Enefecto, practicamente la Reptblica hha perdido la guerra a finales de enero de 1939. El ltimo episodio resefiable seré la forma en que se llega a la rendicién y al ddramético desgarramiento interno de los propios republicanosfrente ala cohesiGn. mess pi yelespfritu de vencedores inexpugnables que exhiben los franquistas= Asthabré que recordar que los mandos seguidores del presidente Negrin, «los negrinistase, son partidarios de resistir de acuerdo con las consignas del Partido Comunista yde un sector socialista; por otro lado, el resto de | 82 REGIMIENTO DE MILICIAS POPULARES tse sar cea ots Sky ee et oh ana ‘TRAS LOS FRACASADOS INTENTOS DE. ATAQUE EN LA PROVINCIA DE GRANADA ¥ LA CONSOLIDACION FRANQUISTA DEL FRENTE DE PENARROYA, A FINALES DEL MES DE ENERO DE 1939 SE PODRIA DAR POR CONCLUIDA LA GUERRA EN ANDALUCIA combatientes y las organizaciones politi- as y sindicales del Frente Popular pre- ficren negociar la rendicién. Este siltimo MAS INFORMACION La Guerra Civil en Andalucia sector impuso su parecer mediante el «golpe de Casado» y la formacién de la Junta de Defensa (3 a 6 de marzo de 1939) que fue acatada por la mayoria de los jefes del Ejército Popular de la Replica y por todos los representan- tes del Frente Popular, a excepei6n de losdel Partido Co- munista. Por fin, la ren- dicién militar en Andaluefa fue negociada por el ‘entonces jefe del Ejército, el coro- nel Francisco Me- noyo Bafios, inge- riero military pr- mer alealde socia- lista de Granada durante Ia Repi- blica. Como se sabe, las condicio- nes sefialadas por los tepublicanos, «una paz digna», no fueron respe- tadas por las autoridades franquis- tas: el mismo coronel Menoyo Ba nos seria fusilado y como principal yinico cargo se le hace responsa- ble del delito de irebelisn militar! El ejército franquista demos- t6 en el campo de batalla ser superior para ganar la guerra (disciplina, medios, unidad de mando, voluntad y esfuerzo defensi- vo y ofensivo). Pero en cambio no supo ganar la paz. o Gu Bracero, R.: «La Tragedia de todos: odios y violencia durante la Guerra Ci- vil» Leandro Alvarez Rey y Encarnacién Lemus Lopez (ed), Historia de Andalucia ‘Contempordnea. Ed. Universidad de Huelva, Huelva, 1998, ‘Martinez Banpe, J. M.: La campaiia de Andalucia. Madrid, Ed. San Martin, 1969. Stas LannazAnat, Ru: Historia del Bjército Popular de la Reptblica, Madtid, Editora Nacional, 1973. Andalucia en ta Historia 19 Tema central El golpe de Queipo de Llano en Sevilla: Historia de una traicién Un general despechado ™ Juan Ortiz Villalba. Historiador 20 Andalucia en la Historia Los republicanos esparioles de base consideraban al general Gonzalo Queipo de Llano (Tor desillas, Valladolid), 1875, Se- villa, 1951) un acérrimo parti- dario de la Reptiblica. No pensaban lo mismo los dirigen- tes de igquierdas, que conocian su trayectoria y sabian que habia venido a sus filas por des- pecho personal contra el rey Alfonso XI. N 1924, Queipo habia sido ex- EE de Marruecos por Pri mo de Rivera; y en 1928, cttan- do le cortespondia ascender a general de Divisi6n, pasado a la reserva «por discolo, indisciplinado y dificil de ser man- dado». Pero dos atios mis tarde cae el dictador y Queipo cree que el rey va a rectificar estas decisiones. Sin embar- 0, al parecer, Alfonso XIII lo da por desahuciado; cuando quienes en rea- lidad lo estn son é1 mismo y la Mo- narqufa. Entonces Queipo de Llano, monérquico de toda la vida por su ori- gen familiar y por conviecién, se pasa al bando republicano. Tras el advenimiento de la Re- pablica, ocupa los més altos cargos rilitares; capitén general de Madrid, inspector general del Ejército, jefe QUEIPO HIZO QUE EN NUMEROSAS del cuarto militar del presidente de la Reptlica... Pero en todos dura poco, victima siempre de st locua- cidad y tendencia a la intriga, Ene- ‘A Queipo de Llano le gustaba lucrse junto al presidente dela Repiiblica, Alcalé-Zamora. ristado con el presidente del gobier- no republicano-socialista Manuel Azafia, busca refugio a la sombra del otrora revolucionario y ahora centris- ta Alejandro Lerroux, quien en cuan- to forma su primer gobierno en sep- tiembre de 1933, nombra a Queipo ins- pector general de Carabineros. Pero, al ser sustituido Lerroux por su correli- sgionario Ricardo Samper, éste tiene que destituir fulminantemente a Quei- po, que, entre otras indiscreciones, se permite crticar el cambio en la jefatu- ta del Gobierno, opinién que moles fa al presidente de Ia Repiblica, Ni- ceto Alcalé-Zamora, responsable iméximo de dicha sustitucién. ‘Queipo se queda una larga tempora- La Guerra Civil en Andalucia LA TENDENCIA A LA INTRIGA QUE CARACTERIZABA AL GENERAL OCASIONES SE ENEMISTASE PROFUNDAMENTE CON LAS MAS ALTAS INSTANCIAS DEL GOBIERNO da en paro, hasta que a co- rmienzos de 1935 su hija ma- yor, Emestina, contrae ma- timonio con el primogéni- to de don Niceto; y enton- ces, éste, Ia familia ante todo, firma de nuevo el nom- bramiento de aquél como inspector general de Carabi- neros, que le presenta Le- ‘roux, de nuevo al frente del Gobierno. Ast se comprende que a Queipo se le abra la tierra bajo los pies cuando, tras las elecciones del 16 de febrero dde 1936, ganadas por las iz- quierdas, Azafia forma Go- bierno y las nuevas Cortes lo primero que hacen es desti- tuir a Alealé-Zamora de la presidencia de la Repiblica. Lerroux ni siquiera ha obtenido acta de diputado. Enos mentideros de Madrid corre la es- pecie, ya difundida otras veces, de que el general Queipo de Llano se dispone a encaberar un golpe militar. Doble juego Lo dltimo que desea Queipo es ver se destituido una ver mis y destinado a un oscuro mando de provincias como ‘otros generates revoltosos (Franco, Go- ‘ded, Mola...). Con esta obsesién se apre- sura a ofrecerse al sevllano Diego Mar- tinez Barto, presidente del Congreso y provisionalmente de Ia Reptblica, que lo retrata ast: «Un dia lleg, relumbrante de conde- coraciones, el general Queipo de Llano (4). Salieron de su boca elogios a granel. Ratifico su adhesidn a la Repibica. Mos- tr6 cierto temor de que se le privara del ‘cargo que ejercia. La desconfianza con que le agraviaban algunos personajes ministe- riales carecia de explicacién decemte. El, ‘Queipo de Llano, era un republicano de Tos pies a la cabera, y, ademés, un hom- bre de honor: Yo lo sabla -usted lo sabe, ame dijo- hombre de honor y republicano de ta cabexa a los pes (..). Por contagio de la emocién emt que su indignacién lo Uevara a cometer consigo mismo alguna violencia (..). Le miré de arriba abajo, d- jele algunas palabras de consuelo y le des- ped. Mi tustre general, saisfecho de st mismo y de sus geniales dotes de Maquia- velo castrense, hizo un tiltimo y rigido sa- Indo (talones juntos, mano a la altura de la sien, ojos enternecidos), abrié la puer- tay se fues. Por los mismos dias en que representa cesta comedia, a Queipo le llega el soplo Un periodista se lo insinda a FA r Santiago Casares Quiroga, su- —- | cesor de Azafia, que se perfila 7 como nuevo jefe del Estado, y quel responde: «Pero ustedes temen a Queipo de Llano?... 2No saben que no es mds que un im- bécil? Ademds, iqué va a hacer? iComo no subleve a los carabi neros de la fronterat iLo tinico ‘que tiene es despecho porque hemos desttuido a su consuegrol». Andalucia ev ia Historia 21 Tema central de que el general Mola, comandante mi- litar de Pamplona, prepara un levanta- miento militar. Las relaciones entre el que fuera dltimo director general de Seguridad de la Monarquta y el mxi- ‘mo conspirador militar contra ésta no eran buenas desde 1930. Pero, a media- dos de abril de 1936, Queipo es un hom- bre desesperado, que corre a Pamplona cen busca de Mola y, nada ms saludar- se, le espeta: «Me han dicho, Mola, que tiene usted el proyecto de sublevase;sies ast, le felicto, porque compartria su con- ducta en absolutor. Mola se teme una trampa y contesta: «2Sublevarme yo? AQuién ha podido contarl ese infundion». Mis tarde, Queipo insiste profirien- do a gritos barbaridades contra el Go- EN LA PRIMERA ENTREVISTA CLANDESTINA CON EL GENERAL MOLA NO SE ACORDO QUE QUEIPO SE SUBLEVASE EN SEVILLA bierno en pleno paseo piblico de la plaza el Castillo, Pero Mola nose abre. Solo tras losbuenasoficios de tercerosy cuando com- prueba que el otro anda conspirando por Tas guamiciones, cosechando la frialdad y escontianza que se ha ganado. pulsocon su vehemencia de converso republicano, accede a mantener con él una entrevista clandestina en los primeros dias de junio de 1936. 22 Andalucia en ia Historia Las dudas sobrela posible resistencia que ofrecieran las fuerzas leales al Gobierno hicieron que Andalucia fuese cobrando importancia estratégica en los planes del general Mola. Andalucfa en los planes de Mola Los primeros planes de Mola consistfan en sublevarlas guamiciones de las V2, VIF yy VIF Divisiones Orgénicas con capitales respectivamente en Zaragoza, Burgos y Va- adolid; y con estas tropes, eforzadas por voluntarios carlistas, falangistas yultracle- rechistasen general, marchar répidamen- tea latomade Madrid, Lal" Divisién Or- ‘pinica, que comprendia toda Andalucia y la provincia de Badajoz y tenfa su capital cen Sevilla, debfa jugar un papel pasivo; si no participaba en la sublevaci6n, al menos ‘queno se opusiera a ésta. Ast lo habia tra- ‘ado Mola despuésde enviar al coronel Gar- «fa Escdmez, gaditano easado con la onu- ‘bense babel Garcfa-Ramos,a sondear dis- cretamente las guamiciones de Sevilla, Huelva y Ceuta, En su primera entrevista clandestina Molay Queipoacuerdan que, mientras el primero se sublevaria al frente dela Divisién de Burgos, elsegundoloharfa al frente de la de Valladolid. Pero los planes de Mola evolucionan tras consultar con otros conspiradores. ‘Y sila resistencia de ls fuerza leales al Go- biemo fuese mis fuerte de o prevsto? Slo Jainvasin dela Peninsula porlosregulares ‘oros ylepionarios del aguerrido Ejército de Africa, através de los puertos del sur, provocarfa la claudicacién inmediata del Gobierno. Andaluefa va cobrando impor- tancia estratégica en los planes de Mola, cuando un comité de viejos enerales mo- nfquicos que conspira en Mactid da ins- trucciones a Queipo,a través de un tenien- te coronel, de que sondee de nuevo a las ‘guamicionesandaluzas. Queipo inspira tanta desconfianza ‘entre los conspiradores que debe viajar a Andalucia precedido y provisto de car- tas que lo acreditan como seguro. Pero, Por otra parte tiene un leal amigo nada menos que en el general José Fernandez de Villa-Absile, jefe de la I¥ Division Or- sginica, antiguo compafiero de Ins cons- piraciones contra la dictadura y la mo- narquta. Se entrevista varias veces con 1c intenta por toxios los medios atraerlo alanuevaaventura. Pero la actitud de Vi- lla-Absilleesde rotunda lealtad ala Reps blica yal Gobierno. Queipo se teme incluso Elcomandante Cuesta se convirtié en uno delos més icles colaboradores de Queipo deLiano, sumandose ala sublevacidn des- deel primer momento, que lo denuncie a éste. Pero el bueno de VillaAbrille lo encubre, como en- cubre al comandante Cuesta Monereo ‘alos capitanes Escribano y Gutiérrez Flores, que, ast vera, en el Estado Ma- yor dela Divisién, mueven los hilos de laconspiracién. Queipo, a Sevilla E123 de junio de 1936, en una nueva ‘entrevista clandestina que mantienen en Ja montafia navarta, Queipo confirma a Mola ls pesimistasimpresiones sobre An- dalucfa recogidas por Garefa Escéimez. Pero, ustoal dia siguiente, Mola poneen circulacién sus directivas para las fuer- 2a de Marruecos que han de desembar- car, en los primeros momentos de Ia su- blevacién, en los puertosde Mélaga y Al- geciras. Preocupado por la actitud con que puedan recibirlas las guarniciones andaluzas, envia de nuevo a Garcia Es- ‘cémeza sonclearlas. El gaditano, para co- smunicarle que la conspiraci6n tiene am- plias simpatfas entre la oficialidad pero ‘muy pocas entre los jefes de cuerpo, le telegraffa en un lenguaje convenido que La Guerra Civil en Andalucia EN JUNIO DE 1936 EL COMITE DE GENERALES DE MADRID DECIDIG QUE QUEIPO. ENCABEZASE LA SUBLEVACION EN SEVILLA Y NO EN VALLADOLID hard las delicias de algunos aficionados al psicoanslisis: «Las nas bien, las enear- sadas pésimas.. De modo que los cuarte- Jes son llamados implicitamente burde- les, os oficiales prostitutas y los jefes de El ministro de comunicacién del gobiemno provisional de la Repitblica hace entrega en el Ayuntamiento de Sevilla del Real Alcézar, El general Queipo de Llano no podia perderse ‘ste desquite contra la Monarqufa y contra el rey Alfonso XIII. Octubre 1931. ‘cuerpo «madamas». ‘los pocos dias de la segunda entre- vista clandestina celebrada entre Mola y Queipo, el comité de generales de Ma- drid comunica a éste, por el medio acos- tumbrado, que han decidido que se su- bleve en Sevilla y no en Valladolid, don- de iré el general Saliquet. Queipose teme ue quienes lo odian por su vehemente republicanismo lo estén enviando a un feacaso seguro, Nunca se quitaré esto de lacabeza. No obstante, acepta y vuelve hacer otro viaje por Andalucta, En Cérdoba le aseguran que el co- mandante militar de la plaza, el rudo coronel Ciriaco Cascajo, llegado el mo- mento, se uniré a la sublevacién. Los comandantes militares de Malaga, ge- neral Patxot, y Cédiz, general L6pe2~ Pinto, se muestran dispuestos a suble- varse. Pero el de Granada, general Lla- 1nos Medina, favorable ala sublevacién, ha sido sustituido por el general Miguel ‘Campin, leal al Gobierno. En Sevilla el ‘general Villa—Abrille se resiste a las pre- siones de Queipo y del triéngulo conspira- tivode su Estado Mayor, y por otra parte, los jefes de cuerpo y algunos oficiales estén escarmentados desde el 10 de agosto de 1932, cuando, en medio de una tremenda oposici6n popular, fra- cas6laintentona de Sanjurjo. Peroel comandante Cuesta, que la vivi6en primer plano, aprensida lalec- ido, prepara exhaustivos planes de oeu- pacién de los centros neurdgicos de la ciudad, aislando los barrics obreros unos de otros y del centro. Laoficialidad de Ex 17 DE JULIO DE 1936, Quetro DE LLANO LEGO A SEVILLA CON INSTRUCCIONES EXPRESAS DE SUBLEVARSE UNA VEZ QUE LO HICIERAN LAS GUARNICIONES DE AFRICA Ingenieros, Anilleria y Guardia Civil est ‘muy infiltrada por Falange. La ultranacio- ‘nalista Uni6n Militar Espafola tiene unos ‘cuantos hombresen puestos clave del Esta- do Mayory otras oficinas militares, Mondr- ‘quicos lfonsinos y carlsta tampoco faltan ‘entre los militares sevillanos, sobre todo centre lds oficiales retiradas. Entre éstos hay incansubles conspitadores. Cuesta creer qu legato el momento, los oficiales rras- trarén alos efes de cuerpo. Andalucia en Ja Historia 23 Tema central La Plaza Nueva, donde se libré Ia batalla decisiva del 18 de julio, en medio del caserlo de Sevilla, con el Guadalquivir y Triana al fondo, El golpe ‘Acompafiado de su ayudante, Queipo llega a Sevilla Ia mafana del 17 de julio con instrucciones de suble- varse en cuanto sepa que lo han he- ‘cho en Africa. Se alojan, como siem- pre, en el eéntrico hotel «Simén>. Con MAS MIEDO QUE YERGUENZA, QUEIPO Y SU AYUDANTE CREEN QUE EL. MENSAJERO DEL TENIENTE. CANO ES UN POLICIA Pero.no pernoctaréin allf porque, al anochecer, se marchan a Huelva sin dejar establecida ninguna forma de enlace con el comandante Cuesta. El «caso es que éste conoce ya la subleva- cién de Africa, comunicada al Estado Mayor de Ia Division desde Algeciras. Al gobernador civil lo informa el pro- pio Ministerio de la Gobernacién, ‘cuando la poliefa y los dirigentes loca~ les del PCE Io han alertado ya de la 24 Andalucia en /a Historia sospechosa presencia de Queipo en Se- villa. Pero el general Villa~Abrilledis- culpa que éste no se presente, como es preceptivo, al gobernador, a quien ex- plica que se dirige a Isla Cristina (Huelva) a presidir la entrega de una bandera al puesto local de Carabine- ‘TRAS SU APARENTE HUIDA HACIA PORTUGAL, EL GENERAL QUEIPO REGRESO A HUELVA ¥ A SEVILLA UNA VEZ QUE SE CONOCIO EL ALZAMIENTO. et Eyércrto DE AFRICA ros y después inspeccionar el de Aya- monte. “Todo parece indicar que Queipo ‘huye hacia lafrontera con Portugal. Pero cel comandante Cuesta telefonea al te- niente Cano, de oficinas militares de Huelva, que localiza a Queipo y @ su ayudante esa noche en un cine. Con més miedo que vergiienza, éstos creen, enel primer momento, que el mensaje~ rocsun policfa. A lamafiana siguiente, cuan- ddotoda spat sabe yacficialmente lode Affi- a, Queipoy suayudante acuden al gobema- dor civilde Huelva, ante quien el general re- presenta una vezmis la comedia de a lealtad alaRepablicay al Gobierno yaseguraqueest lispuesto,alasdenesdeéste,acncabezarlas ‘ops que vayan a reducira los sublevadbs. Detencién de un civil iquierdista por otro derechista en las calles de Sevilla en los primeros dias de la guerra, Abbsalidadel GobiemoCillocbordadenuevo cl teniente Cano de parte del comandante ‘Cuesta. Acto seguido, Queipo, acompafiado siemprede suayudante, vuelve a Sevilla. En el hotel «Sim6ne los recoge con su coche particular el capitin de Avia- cién Cartllo, que los conduce a la Divi- siGn, los introduce por una puerta trasera ylos esconde en la habitacién de soltero del capitan Gutiérrez Flores, situada en cl piso superior. Acaba de celebrarse una reuni6n de jefes de cuerpo de Ia guarni- ‘i6n. En torno alos generales Villa-Abri- Iie, jefe de la Division, y Lépez-Viota, gobernador militar de la plaza, se habta ‘manifestado unsnime y solemne lealtad ala Repiblica. Pero, ala salida de la re- tunién, los generales encuentran en los pasillos un continuo ity venir de oficia- les de los distintos cuerpos alas oficinas del Estado Mayor, donde se halla el co- mandante Cuesta, al que Haman y le or- denan que envie de vuelta a sus cuarte- lesa aquellos oficiales. Entonces, en pre- sencia de éstos, se produce una tensa dis- ccusién entre ef comandante Cuesta y el general Villa-Abrille. Entretanto, el pri- mero ha enviado al capitén Gutiérrez Flores en busca del general Queipo. Al La Guerra Civil en Andalucia En pintor sueco Torsten Jovinge dejé una coleccién de dibujos estremecedores sobre la represién que los ‘momento, baja éste rodeado de otro gru- po de oficiales simpatizantes con la su- ‘Soldados y ametralladoras flanquean el Ayuntamiento de Sevilla. Julio de 1936. iblevados desataron desde el primer momento. blevacién. Los generales VillaAbrille y L6per-Viota s6lo cuentan con la lealtad de sus respectivos ayudantes. El enfren- tamiento entre los dos amigos no tiene los tintes tragicos que Queipo luego le pintarfa. Ante la resistencia de Vill Absille y Lope2-Viota, los nuar la discusi6n en el despacho del pri- mero. A los pocos minutos, con el apoyo de Cuesta y el grupo de oficiales, Qh pose hace con el mando de la Divisiény ordena que sean detenidos los otros dos generals y sus ayudantes. A continuacién, Cuesta comienza a aplicar su plan; mientras llama «de parte del general VillaAbrilley al comand: te Méndez, jefe de la Maestranza de Ar- tillerfa, envia al capitén Ortf, de Inge- nnieros, a disponer la ocupacién de la ‘Maestranza por un destacamento de sus ‘ropas, al que se unen de inmediato un aconti- Andalucia en fa Historia 25 Tema central ‘Las tropas transportando armamento. ligero por la avenida de Colén (Fotogra- fia de Ia inquierds) y los destacamentos militares concentrados en el centro de todo de la Artille- ria, Al anochecer, el gobernador se puitado de falangistas; més de veinticin- co mil fusiles y varios caftones caen ast en poder de los sublevados antes de que publiquen siquiera el bando de guerra, Cuando grupos de obreros de ‘Triana acudan a la Maestranza en bus- cea de armas, hardn fuego sobre ellos sin previo aviso, dejando once cadé- veres tendidos en las calles. De manera similar a la Divisi6n, los sublevados se hacen con el vecino ccuartel de Infanterfa, deteniendo al coronel Allenegui y al teniente coro- nel Berzosa. Hacia las tres de la tarde, 26 Andalucia en ia Historia salen los soldados de Infanterfa a la calle a declarar el bando, a la chita callando, sin tam- bores ni trompetas como es costumbre yhaciendo protestas de leatad ala Re- pablica yal Gobierno. Del mismo modo salen de sus cuarteles tropas de Inten- dencia, Artillerfa y Caballeria, conflu- yendo hacia el centro. Pero la Infan- terfa sublevada choca en la Plaza Nue- vacon la Guardia de Asalto, que pro- tege la Telefénica, el hotel «Inglate- trav y el Gobierno Civil. La batalla, que dura toda la tarde, no se resuelve has- ta que los sublevados reciben el apoyo de las tropas de Intendencia y sobre Sevilla daban una inequivoca muestra 4 de que el alzamiento habia triunfado en ¢MtTEBa a Queipo Ja capital hispalense, de Llano, que lo sustituye por el te- niente coronel retirado y gran terratenicn- te monfirquico Pedro Parias. Este propone para alcalde de Sevilla al capitén de cor- beta Ramén de Carranza, marqués de So- tohermoso,cuyo padre, marqués de Villa- pesadilla,almirante ydiputaclo monérqui- co, va.a ser nombrado simulténeamente alcalde y gobernador civil de Cadiz. LA RESISTENCIA OBRERA EN ‘SEVILLA FUE PRONTO APLACADA POR LA ACCION DE LAS FUERZAS SUBLEVADAS ‘Queipo nombra también al capitan Manuel Diaz Criado, fandtico monér- ‘quico, delegado militar gubernativo de la II? Divisin, que equivale a decir dduefio de la seguridad y la vida de sus habitantes. La traicién se ha consuma- do. Le responde la resistencia de los hhuelguistas, francotiradores y defen- sores de las barricadas, que serdn asal- tadas por las tropas de la guarnicién en los dias siguientes con la ayuda de civiles de ultraderecha, pero sobre todo de los moros de Regulares y la V! ban- dera de la Legién. La guerra civil ha comenzado. MAS INFORMACION ‘annis, M. El dlimo eimey, Barcelona, Ar- os Vergars 1978. ‘Vausia Rewousts, | M: Rebelifn en Sevilla. ‘Memorias de su goberador rebelde, Sevilla, ‘Servicio de Publicaciones dl Exemo. Ayunta- ‘mento, 1982. ‘Onmz Vatatns J: Sella 1936, Dl glpe mi- Tar ata guera civil Céedob, Visage, 1997. La Guerra Civil en Andalucia El final de la Guerra Civil Almeria, marzo de 1939 Rafael! Quirosa~Cheyrouze y Mufioz. Universidad de Almeria Almeria fue una de las pocas provincias que permanecié en el bando republicano durante toda la guerra civil. Encontramos en su historia, por ello, la explicacién directa de los acontecimientos vividos en la zona que se enfrentaba a la sublevacién de Franco. Ademds, en sus calles se suftieron las duuras horas finales de la Repriblica en Andalucia, finales de marzo de 1939, como A cn el resto de Espaiia, la pue- rra se acababa en Andalucta. posterior avance dle las tropas franquis- tas hasta posiciones cercanas a la provin- cia almeriense, hechos producidos wn pat Desde la caida de Mala- de afios antes, apenas habfan variado los gay el frentes de batalla en la region. Es decir, tras finalizar el primer invieno vivido en conflicto, el Gobierno rept blicano slo ejercfa el control cn las provincias de Almeria y Jaén (salvo unos pocos muni- cipios en esta tltima), en Jas comarcas orientales de Granada (Guadix-Baza) y en algunas localidades del norte de Cérdoba. Asi, cuando habfa transeurrido poco més de un semestre de guerra, los sublevados ya habfan dominado seis de las ocho capitales anda- luzas, permaneciendo tini- camente AlmerfayJaénen zona republicana. De he- FRANCO fascistas, l ya gencrallsi Con una escenografia propia de los regimenes ppresidfa ol desfile de la victoria (Fotografia izquierda). Mientras, en numerosos pucblos y ciudades se colocaban lépidas conmemorativas con el iltimo parte de guerra (pagina siguiente). cho, la provincia almetiense fue la dinica que se mantuvo fntegramente en dicha zona durante todo el tiempo que duré el cenffentamiento armado. Adems, no lle- garon a existr frentes de guerra estable- cidos en su circunscripcién durante los 33 meses que duré el conflicto. Una guerra vivida en la retaguardia En Almerfa, la sublevacién militar del verano de 1936 haba fracasado fandamentalmente debido a tres cau sas: la falta de unidad y coordinacién entre las fuerzas militares y derechi tas, unida al retraso en declarar el es- tado de guerra; In activa oposicién de milicias populares, apoyadas por miem- bros de la Guardia de Asalto en la sede del Gobierno Civil; y, sobre todo, la amenaza de bombardeo que realiz6 el destructor Lepanto si los rebeldes no deponian las armas. Esto ocurrfa en Ia capital el 21 de julio de 1936 y pocas horas después quedaban do- minados los Francisco Franco, pequefios co- natos insur- gentes que se Andalucia en fa Historia 27 Tema central habfan producido en la provincia almeriense. ‘Tal y como ocurrié en toda la reta- guardia controlada por las fuerzas del Frente Popular, los primeros meses de ‘guerra se caracterizaron por la presen- cia activa de los comités, organismos formados por representantes de sindi- catos y partidos obretistas, que se con- eron en poderes paralelos @ las ins- tituciones del Estado. En esta coyun- tura inieial se produjeron las principa~ les alteraciones en la propiedad y en los seetores productivos, asf como el in- tento de desencadenar un proceso re~ volucionatio como respuesta a la in- surreccién militar. Tampoco hay que olvidar que en esta etapa se ejecuté a ifs del 80 por ciento de las personas represaliadas en la provincia almerien- se durante toda la guerra. La situacién se modifies radicalmen- te apart del mes de noviembre de 1936, tras la llegada de Gabriel Morn al Go- bierno Civil de Almeria, Este socialista cordobés, nombrado por el gabinete de Largo Caballero, consigui6 evar a cabo Ja reorganizacién de la retaguardia alme- tense. El proceso supuso la desaparicién en la préctica de los comités como 6rga- nos ejecutivos, el control del poder des- de las instituciones del Estado y el fin de Ja violencia que habe caracterizado la etapa anterior. ‘A partir de la constitucion del pri- mer Gobierno de Negrin, en mayo de 1937, podemos decir que el restode _/ Ja guerra se resumfa en dos pala- espafiola utilizaron armamento ex- tranjero facilitado sobre todo por Alemanii y la Unidn Soviética, A le derecha, avién alemén Heinkel HeS1 tal y como Jos que sirvieron de ayuda ala fuer- — za aérea del bando nacional. 28 Andalucia en la Historia bras para los republicanos: resistencia y supervivencia. La primera fue siendo contrarrestada continuamente por los avances de los ejércitos de Franco; la se- ‘gunda, con ms incidencia en las zonas de retaguardia, se habfa convertido en Ja lucha diaria para la mayor parte de la poblacién. En cualquier caso, las derro- tas militares que vencfan la resistencia y Jas dificultades que los ciudadanos en- ccontraban para sobrevivir minaron la moral de victoria de las localidades que permanecfan en la zona no controlada por los franquistas. Sia este panorama afiadimos las diver- gencias df Sj producidas entre los sectores politicos que luchaban contra la sublevacién, po- ddremos entender mejor lo ocurrido al f- nal de la guerra, objetivo principal de es- tas péiginas. La mencionada supervivencia tenfa que enfrentarse con dos obstaculos: Ia carestia en alimentos y los bombarceos ‘enemigos. Uno de los principales pro- bblemas que tenia que aftontar la po- bblacién era Ia escasez de articulos de primera necesidad, situacién que se fue agravanda conforme avanzaba el cur- 0 de la guerra. La legada continua de cevacuados que habfan huido de las z0- nas ocupadas por el enemiigo empeors considerablemente fa situacién. Ast, si estudiamos la actividad de las institu- ciones locales y provinciales en estos meses finales del conflicto, observare- mos como las dificultades de abasteci- mientos ocupaban 1a atencién priori- taria de los gobernantes. Ademis, los incidentes y conflictos derivados de la situacién de escasez se hicieron cada vex més frecuentes. Pero, junto al hambre, otro peligro amenazaba a los ciudadanos de la re- taguardia almeriense. Nos referimos a los bombardeos Hlevados a cabo por Ia aviaci6n franquista sobre la poblactén civil. Ya en 1937 se habfan producido violentos ataques sobre la capital, des- tacando los realizados en la noche del 5 de enero, el dia 12 de febrero sobre los hhuidos de Malaga establecidos en el puerto, as{ como e! protagonizado por la escuadra alemana a finales del mes de ‘mayo y que tantas repercusiones inter- nacionales suscit6, Los bombardeos pro- piciaron una politica de construc- La Guerra Civil en Andalucia ci6n de refu- integrantes de los partidos republicanos _comerse a toda Almeria o que pretende lla- giosenlacapi- (IR y UR) y los militares profesionales mar la atencién, popularizarse, a base de tal,impulsada destacaban en estas posiciones. Aquies- golpes, aunque estas golpes no vengan a especialmente tuvo, precisamente, el origen del golpede — cuento». desde elParti- Estado encaberado porel coro- doComunista. nel Casadoen marzo de 1939, Losataques se Con esta situacién gene- mantuvieron ral de fondo, los enfrents durante el dl- — mientos entre anarquistas y timo afio de comunistas se recrudecieron. ‘guerra, provo- en Ia retaguardia almerien- caronel péni- se. Asf, en un acto ptiblico coenlapobla- celebrado el 20 de novien Ml ci6n y contri- bre de 1938, el dirigente li- ‘buyeron al desénimo de los defensores de bertario Juan Santana Cale- ro no dud6 en afirmar: «Es- pata, quieran 0 no los que pretenden imponernos pro- fgramas exdticos, no obede- ce ni obedecers a Berlin 0 Mosctt, en clara alusién crf- tica al Partido Comunista, Los anarquistas también se enfrentaron con el nuevo Ja ILRepiblica espafiola. Los dltimos meses de guerra Salvador Sanchez Herndndez, diri- gente del Sindicato Nacional Ferrovia- tio de Valencia (UGT), fue nombrado gobernador civil de Almeria a mediados de noviembre de 1938. Al tomar pose- si6n de su cargo se encontré una provin- cia con dos graves problemas: los enfren- —_gobernador, al que acusaban_ tamientos entre distintos sectores polfti- de menospreciar las funcio- cos y si id nes de los comités de enlace de los partidarios de la victoria franquis- UGT-CNT. En un artfculo ta establecidos en la retaguardlia. publicado en el diario Eman- La evolucion de la guerra, con las _cibacién se decta consiguicntes derrotas del eército de la «Hay una aworidad, la mds Repiblica, favoreci6el aumentode las di- alta autoridad de la provincia, ales y Ia creciente act Pese a que hasta el final de Ia guerra Almeria se mantuvo bajo dominio republicano, elementos de Falange Megaron a conseguir en la clandestinidad tanto armamento como voluntarios suficientes para legar a formar tres centurias. vergenciasentre los grupos que apoyaban al Gobierno republicano. Si los anar- quistas y los sectores afines al largo- caballerismo ya habfan mostrado ‘sus discrepancias con el gabinete de Negrin en 1937, los enfrenta- mientos entre los socialistas de Prietoy los comunistas debilitaron mis adn la coalicién gubernamen- tal. Paralelamente, la desmoraliza- ‘que dijo hace anos dias que no venta a comerse alas ni- Ros erudos. Con sw condueta estrafa- \ laria y desordena- da, nos da la sen- sacién de dos co- sas: 0 que viene a La mala imagen que estos enfrenta- mientos provocaban en la opinién de los almerienses originé que el Comité Pro- vincial del Frente Popular, en una re- unién celebrada en diciembre de 1938, adoptara el acuerdo por el que «todos los partidos y organizaciones que lo integran bacen piiblico el compromiso adquirido ‘ci6n derivada de los fracasos milita- En febrero de 1939 de poco sirvié que Juan Negrin resy las carencias suftidas en la (fotografia superior) y sus ministros volvieran a retaguardia por la poblacién, Espaiia, El presidente de Ia Repiiblica, Manuel habfan ido fomentando y ge- Azaiia (a la izquierda) habia dimitido a la vez que neralizando el deseo de termi- tanto Francia como el Reino Unido reconocian el nnarla guerra cuanto antes. Los Gobierno del general Franco. Andalucia en ia Historia 29 Tema central por todos ellos ce no trataren sus respec- tivos érganos de prensa nada que pueda servir de molestia a ninguno y que pu- diera rozarlaestrecha unin y la perfec- ta compenetracién que los liga». La denominada «quinta columna», ‘read en ls primeros momentos de lague- 1a, se habia desarrollado en la provincia EN 1A ALMERIA DE LA Guerra Civit, LA «Quinta (COLUMNA» LUCHO CONTRA 1a REPUBLICA DESDE LA PROPIA RETAGUARDIA durante el periodo del comunista Vicente Talens Inglé como gobernatlor, entre julio de 1937 y abril del ao siguiente. Es cierto que su sucesor, el dirigente metalirgico ‘vasco Eustaquio Cafias Espinosa, habfa en- durecido las disposiciones de orden pabli- 0, aumentando las detenciones de sospe- ‘chosos y dificultando su_ puesta en liber- 30) Andalucia en /a Historia tad. No obstante, todas esas medidas no consiguieron acabar con las actuaciones de os que luchaban contra Ia Repiblica des- desu propia retaguardia. Lasactividades clandestinas consistfan, fandamentalmente, en tansmitirinforma- cién ~sobre todo de eardeter miltar~ al ‘bando franqusta, boicotearelrecutamiento de hombres para el ejército republicano, conseguir y distibuir dinero, viveres 0 ropa paralos que estaban ocultos,esconder alas personas perseguidas por lapolicfa por mo- ‘ivos politicos feclitar el pase de los dere- chistas ala otra zona. Al frente de estas actividades, alo largo de 1938, encontra- ‘mos a personas destacadas como Carmen Goingora, presidenta dl sindicatocatblico «La Agujae, y Manuel Feméndez Aram bur, jefe de la amada «Red Hataca». ‘También sabemos que en los éltimos meses se habfa constituido una Junta Pro- vincial de Falange en la clandestinidad, con Francisco Ibarra Sénchezy Fernando Brea Melgarejo como principales respon- sabes. i atendemosa sus propins declara- cones, efectuadas tras el final de Ia gue- 11a, llegaron a contar con casi tres centu- trias organizadas, con- Cayetano Martinez ‘Artés ditigente socialistay presi- dente del Frente Populary del Consejo Provincial deAlmerfa (gentile- zadesus hijos). siguiendo armas mediante compra odona-

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