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Emérita Augusta: Mérida

Esta ciudad fue fundada en el año 25 a.C por el primer emperador romano, Octavio Augusto,
con función de acoger a los soldados de las guerras Cántabras de las legiones V Alaudae y X
Gemina. Desde el comienzo, fue una ciudad amurallada, con interés en los edificios de
espectáculos y entretenimiento de la época, como los teatros, anfiteatros y circos, está
también contaba con tabernas, foros, templos y demás infraestructuras que se fueron
incorporando a la ciudad. Desde 1993, se declaró Patrimonio de la Humanidad por la
UNESCO, lo cual impulsó el movimiento económico de la ciudad, el turismo, haciendo
disfrutar a los visitantes de su gastronomía, cultura y naturaleza. Actualmente, Emérita
Augusta es reconocida como Mérida, capital de la Comunidad Autónoma de Extremadura.

Teatro Romano
Este, se construyó bajo el patrocinio de Agripa, nieto del fundador de esta ciudad, entre el
año 16 a.C y 15 a.C. Fue construido al lado de una ladera, lo cual dificulta y elevó los costes
de su construcción. Este podría contener hasta 6.000 espectadores, los cuales se dividían
dependiendo de su rango social, de abajo hacia arriba, las categorías eran: caveas summa,
media e ima.
Para acceder a las gradas, se disponía de una serie de escaleras distribuidas de manera radial
en las caveas y desde los pasillos se podía acceder a los vomitorios (puertas de acceso).
Antes de la excavación de 1910, sólo quedaba visible la summa cavea, es decir, las gradas
superiores, entonces, solo se podían observar los siete cuerpos de las gradas, y por ello,
obtuvo el nombre común de las Siete Sillas.
En la cavea ima, se modificó en la época de Trajano, donde se estableció un espacio sagrado
rodeado de una baranda de mármol, debajo de la misma, se encuentran tres gradas más bajas
y anchas, donde los magistrados y sacerdotes disfrutaban de los espectáculos, accedían desde
las puertas laterales en ambos extremos.
La orchestra, es decir, el espacio semicircular donde se ubicaba el coro tiene un suelo de
mármol, tras ella, se encuentra el muro del proscenio, con exedras circulares y rectangulares,
y sobre él, se desplegaba la escena. El Frons scaenae, es un muro de treinta metros el cual
cierra la escena, está estructurado en dos columnas, donde se encuentran estatuas de
emperadores divinizados y dioses, elevados en un podio decorado de varios mármoles. Los
actores accedían al escenario a través del frente escénico, que tenía tres vanos, el central,
llamado valva regia, en el que también se encontraba una marquesina de madera para mejorar
la acústica del teatro.
Tras el muro, existe un jardín porticado cerrado con muros con hornacinas, decoradas con
estatuas de miembros de la familia imperial. El aula sacra se encuentra en línea con la valva
regia y la ima cavea, el aula sacra es un pequeño espacio sagrado con una mesa de altar,
donde se honraba a la figura de Augusto.

Casa-Basílica del Teatro


Esta se encuentra en el extremo oeste del pórtico del teatro. El excavador, José Ramón
Mélida encontró estancias dotadas de ábsides con ventanas y cabeceras, por ello, interpretó
que estas eran antiguamente parte de una iglesia, donde se reunían las primeras comunidades
cristianas, por ello su nombre.
La entrada de la casa-basílica da a una calzada de lastras de diorita y a unas salas que rodean
un patio, que en su origen estaba porticado, decorado con mosaicos geométricos y lazadas
vegetales y contenía un estanque. Al fondo de este mismo patio se encuentran habitaciones
abovedadas, según una serie de estudios, estas debían de estar techadas con bóvedas de
cañón. Se conservan las paredes revestidas con pintura, intentando imitar unas incrustaciones
de mármol, y en los ábsides, figuras de sirvientes.
A excepción del suelo, que posiblemente estuvo hecho de mármol, el resto de paredes
estuvieron hechas de mosaicos con inscritos.

Circo Romano

El circo romano es junto al teatro y anfiteatro romano son de las construcciones más
emblemáticas de Mérida y todas pertenecientes al Conjunto Arqueológico de Mérida. Este
circo es uno de los más grandiosos, mejor conservados y conocidos del Imperio Romano.
Una de las cosas por las que atrae tanto la atención es por lo bien conservado que está
teniendo en cuenta las ligeras reformas y modificaciones que ha sufrido con el paso del
tiempo siendo la última que consta en acta en el s IV d.C.

Este circo se encuentra a las afueras de la ciudad, consta de 403 metros de largo x 96 metros
de ancho y tiene una capacidad de 30.000 espectadores. Fue construido en el s.I d.C, poco
después de la fundación de Mérida, en la época de la dinastía de Julio-Claudia.
Debido a lo qué debía ocupar, este lugar se construyó a las afueras de la muralla de Augusta
Emerita (Mérida) junto a la calzada de Toledo y Córdoba ya que querían aprovechar la suave
pendiente que tiene el cerro de San Albín antes de llegar a las orillas del Albarregas. Todo
esto terminó formando un valle artificial que consiguieron drenarlo con atarjeas (canal de
ladrillo qué se usa para reconducir el agua, normalmente para regar campos de cultivo) y
evitaban así que el circo se inundase.

Es un recinto alargado con varios remates circulares en ambos extremos de la estructura y la


forma general que tiene es la de un óvalo pero aún así tiene una planta rectangular. El centro
de la estructura está rodeado por gradas de piedra desde donde se ve la arena que es donde se
hacían todos los espectáculos. Después, en el extremo más cercano al centro se encontraban
las jaulas de salida de los carros llamados “carceres”. Por otro lado, las gradas se hicieron de
la misma manera que las del Teatro y estaban separadas por un podio, a un lado de ellas
estaba la tribuna desde donde veía el espectáculo el patrocinador (Pulvinar) y al otro lado en
paralelo era desde veía el espectáculo los jueces.
Dejando a un lado el centro de la estructura y las gradas también se encontraba en uno de los
lados menores del centro la porta-pompae o “puerta de los desfiles” que era por donde
entraba el cortejo profesional, algo previo a las competiciones y estaba compuesto por
músicos, acróbatas, aurigas participantes, sacerdotes e imágenes religiosas.

En el circo romano lo que se representaba y se hacía principalmente eran carreras de carros


de ahí que en los cárceres fuera donde se encontraban las jaulas para los carros antes de dar la
salida. Estas carreras eran organizadas por el emperador o por magistrados, constaban de 7
vueltas y podían ser de dos tipos; de 2 caballos, eran llamadas bigas o de 4 caballos, eran
llamadas cuadrigas. Las cuadrigas se dividían en blancos, azules, rojos y verdes y estos
últimos eran los más seguidos por el pueblo ya que representaba las clases populares mientras
qué los azules la clase alta. A la mayoría por no decir toda la ciudad le encantaban estas
carreras , es por eso que casi siempre se completaba el aforo en el circo. Pero también,
además de estas carreras de carros tan famosas se hacían procesiones y desfiles en el circo
romano.
Todo el circo se compone de 3 partes, mejor dicho se divide en tres partes; la cavea era el
graderío desde donde la gente veía el espectáculo qué a su vez se dividía en 3 partes, la ima
cavea para la clase alta, la media cavea para la clase media y la summa cavea para el resto de
la sociedad. La arena era la segunda parte del circo, tenía una capacidad de 30.000 m2 y era
el espacio reservado para las carreras y resto de espectáculos. Finalmente estaba la spina que
estaba situada en el medio del centro y dividía el lugar en dos mitades para diferenciar los
sentidos direccionales de la carrera. Toda la spina estaba decorada ricamente con columnas,
fuentes, estatuas y altares, y en los extremos de la spina también se encontraban las metas de
salida y llegada en las que había tres pilares cónicos, siete huevos de piedra y siete delfines de
metal que iban cayendo por vuelta dada.

Templo de Diana

En la época romana este templo resalta en el interior de una gran plaza conocida como “Foro
de la Colonia”. Rodeada de importantes edificios públicos, fue el principal lugar de encuentro
de los ciudadanos de Augusta Emerita. Aquí transcurría la vida política, la justicia se
administraba, se hacían negocios mercantiles y financieros y se ofrecían sacrificios en honor
de los dioses. El templo, rodeado por dos estanques, se situaba en el centro de la plaza, en un
espacio sagrado conocido como Temenos (terreno consagrado a un dios), donde se
celebraban actos religiosos al aire libre.

Las ruinas del templo de Diana se encuentran en pleno centro de Mérida, en el área que
ocupó el foro municipal de Augusta Emerita. En el siglo XVI fue ocupado por una mansión
señorial, conocida en la historia como "La Casa de los Milagros" primero y "Palacio de los
Corbos" más tarde, aún se contemplan restos de este palacio integrados en las ruinas del
templo, como la galería del patio, con columnas cuyos capiteles se decoran con inspiraciones
heráldicas y la ventana renacentista de la fachada oriental. El edificio, que siempre había
llamado la atención de los eruditos, en 1972 fue comprado por el Estado, momento a partir
del cual se realizaron varias campañas de excavaciones en él. Más tarde se llevaron a cabo
trabajos de consolidación y renovación de estructuras.

Se trata de un templo rodeado por seis columnas en cada lado, es decir, es un templo
períptero y hexástilo. Su planta rectangular mide 40 '75 m de longitud y 21' 90 m de anchura.
Está construído con sillares de granito procedentes de las canteras próximas a la ciudad. La
columnata, que tiene en su lados mayores once columnas, reposan sobre un basamento de 3
'23 m de altura. La entrada principal estaba dando a la plaza del foro con losas de caliza,
consistía en un área de planta cuadrangular y una exedra (una sala de reunión con asientos)
que abarcaba casi toda la fachada, desde la plataforma se ascendía por una escalinata al
vestíbulo del templo, cuyo acceso se cerraba con una verja de metal de la que aún es posible
apreciar las huellas. En el interior, dos hileras de columnas a la altura de la segunda y tercera
laterales daban acceso a la cella, que se prolongaba hasta la décima columna.
A juzgar por unos basamentos encontrados, es posible que la cella fuera enmarcada por
medias columnas. Las columnas presentan basa (parte inferior de la columna) ática, sin plinto
(parte cuadrada inferior de la base), tienen el fuste estucado, es decir, la parte central de la
columna entre el capitel (extremo superior) y la basa (extremo inferior) tiene una técnica de
decoración estética y elegante, y rematan con capiteles corintios tallados en tres bloques. La
parte inferior del entablamento que se apoya sobre las columnas iba también estucado. El
frontón está formado por dovelas de granito, parecido al que presenta el templo de
Augustobriga en Talavera la Vieja. El templo ocupaba el centro de un área sagrada
ajardinada, que contaba con dos estanques paralelos sustentados por canales construídos en
mampostería y cubiertos con baldosas de ladrillo.

El estudio de los capiteles efectuado por J.L. de la Barrera apunta una cronología
tardo-augustéa o tiberiana, aunque es posible que recreándose con estucos sea en la segunda
mitad del siglo I d.C. En cuanto a su advocación, se trató probablemente de un templo de
culto imperial, argumento defendido hoy por la mayor parte de los investigadores y que se
apoya en el hecho de su ubicación en el centro del foro municipal, como solían los templos de
culto imperial. No puede descartarse que se emplease además como capitolio.

Arco de Trajano

Inmerso en el caos constructivo moderno y oculto por las casas vecinas, se encuentra el Arco
de Trajano, uno de los monumentos que más admiración ha provocado entre los viajeros e
historiadores de todos los tiempos. La denominación que se le da es totalmente desconocida,
realmente no se sabe bajo qué emperador fue construido, pues se perdió la inscripción
conmemorativa.

La construcción, realizada enteramente en granito, es de una solidez envidiable. La altura es


de 13,97 metros y la anchura de 5,70 metros, cerrándose la luz del arco en 8,67 metros. La
opinión general es que el aspecto del arco debió ser en la Antigüedad bien distinta de la que
es actualmente. Los restos de uno de ellos han permitido su restauración reciente. En otro
orden de cosas, una serie de orificios indican que su origen estuvo cubierto en parte de
mármoles, hoy desaparecidos casi por completo. Desde el siglo XVIII, siglo en el que el
arqueólogo Villena Moziño realizara una excavación en el lugar, dibujando el alzado y una
planta del monumento, se cree que bajo el mismo cruzaba el kardo maximus, una de las
principales autopistas de la ciudad que atravesaba la colonia de norte a sur. Villena en su
plano nos da noticia de una gran cloaca que, bajo la calzada, iba a desaguar al río. No
sabemos si quiso ofrecer una interpretación libre de lo que vió o si esta es sencillamente
equivocada, porque lo que es cierto es que bajo el arco no hay calzada alguna sino, a
escasamente un metro de profundidad, un hermoso piso de mármol. La calle se interrumpe al
llegar a los alrededores del Arco para desviarse a la izquierda del mismo, por la actual calle
de Obispo y Arco. La calzada es sustituida por una gran plataforma de hormigón que servía
de apoyo a una serie de peldaños que concluían en las puertas de un edificio público.
En cuanto a su funcionalidad actual, las opiniones son muy distintas. Antes se pensó que su
estructura se podía comparar con la de los antiguos trofeos, muy pronto esa teoría cambió por
la teoría de que estaba en presencia de una de las puertas de la ciudad. Mélida cimentó la
teoría de una Urbs quadrata, (una ciudad de forma cuadrada), fundacional que seguía las
pautas de las implantaciones militares romanas. El trazado urbanístico vendría determinado
por dos líneas maestras, en los extremos de los cuales se alzarán monumentales puertas, una
de las cuales sería el Arco de Trajano. Una segunda teoría aboga por el carácter triunfal de
este arco. Su progenitor fue el historiador local Moreno de Vargas y su más firme defensor
Richmond. Según esta teoría, el arco serviría de antesala a un recinto monumental que podría
ser el foro provincial, es decir, la plaza pública donde se atendían las necesidades de los
administrados de la provincia, siendo Augusta Emerita su capital.

Acueducto de los milagros

Este acueducto traía aguas procedentes del pantano de Proserpina y está hecho de granito,
ladrillo, los pilares, de sillería alternando con hiladas de granito, llevan estribos laterales y se
enlazan por arquerías de ladrillo, tan sólo en el espacio del cauce del río los arcos son de
sillares graníticos. Se lo conoce como “los milagros” por la admiración que causaba tanto a
los lugareños como a los forasteros por su estado de conservación a pesar del paso de los
años. Se conservan más de 800 metros de este acueducto, de los cuales, algunas pilas se alzan
27 metros por encima del terreno. El final de este acueducto daba a una piscina limaria en la
que se limpiaba el agua de las impurezas que tenía, después, el agua llegaba hasta llegar a la
ciudad, trás la torre de agua, “Castellum aquae”, estaba situada en una de las calles
principales de la ciudad. De las tres conducciones de aprovisionamiento de aguas para la
colonia Augusta Emerita es ésta de Proserpina la más popular. El pantano no siempre se
llamó así, antes se llamaba “Albuera de Carija”, pero tras el descubrimiento de una lápida
dedicada a la diosa Proserpina tomó su nombre. En el mismo pantano se ubicaban dos torres
de toma de aguas con compuertas de aligeramiento. El acueducto también posee cámara de
compuertas y salida superior en vertedero, más conocido como una piscina limaria. Su
construcción se llevó a cabo por el valle del río Albarregas. El acueducto aún está pendiente
de una excavación sistemática que viniera a aclarar determinados aspectos dudosos. El
acueducto se construyó durante el siglo I d.c y es una construcción hidráulica.

Puente sobre el Guadiana

Fue construido en una isla y un caudal escaso, algunos autores dicen que el puente se
construyó en tres fases, aunque en realidad solo hubo una fase. Su longitud es de 792 metros,
lo que lo convierte en uno de los puentes más largos e importantes del imperio,
originalmente, estaba estructurado en dos tramos de arquerías, que se unían por un enorme
macizo, el cual, a su vez, estaba protegido por un enorme tajamar. El primer tramo de la
construcción estaba en el espacio que mediaba entre la muralla de la ciudad y el actual primer
descendedor, esta parte es la mejor conservada, ya que al encontrarse situada sobre el brazo
menor del río, no está tan expuesta a la fuerza de la corriente. Las pilas, están perforadas por
aliviaderos o arquillos de aligeramiento, de esta forma facilita la fluidez de la corriente en las
repentinas subidas del río. El segundo tramo se desarrollaba entre la pila-estribo construida en
el siglo XIX y el final de la obra, con un total de cincuenta arcos actualmente. Al contrario
que el primer tramo, en el segundo tramo las pilas no se utilizaron aliviaderos ni tajamares, ya
que sólo en las grandes avenidas llegaba el agua a la zona, y este segundo tramo no estaba
entre esas. El puente está construido de hormigón y los paramentos de piedra de granito, el
cual obtenían de canteras cercanas. Los sillares de los tímpanos forman hiladas muy
regulares, y enlazan perfectamente con las dovelas de los arcos y con las de los arquillos de
aligeramiento. Si hay algo que destaca, es el almohadillado de los sillares, ya que rompe la
monotonía de los tímpanos y juega con los claroscuros. El aspecto del puente es muy
característico, robusto y algo achatado, después del final de la república y los comienzos de
Augustea. De acuerdo con la naturaleza de los arcos de la época, sobre ellos están abastecidos
de tajamares redondeados, actualmente, después de alguna reforma, los tajamares adoptan
una forma piramidal. Los arcos empiezan desde una imposta (un aparejo de sillares, los
cuales suelen tener una bóveda) saliente, en una pequeña viga, que forma la hilada de pilas.
Las dovelas (piedras en formas de cuña que forman los arcos) que tiene, son bastante
compactas y con la boquilla muy pronunciada, aunque sin sobrepasar la superficie de los
tímpanos. De la cornisa primitiva del puente, no se han conservado apenas fragmentos. Algo
realmente excepcional en la configuración del puente lo constituía un tajamar, que protegía
un malecón, el malecón unía los dos tramos de las arquerías. Sus ruinas, aún importantes,
pueden verse distribuidas por las gravas de las islas del río. Las razones de la construcción de
este tajamar fueron varias, entre las cuales se encontraba la necesidad de una zona donde
existiera una cimentación precaria o para llevar el agua a las murallas de la ciudad, para
desechar el agua contaminada. El Puente contó con otros añadidos, hoy no aparentes, tales
como un arco situado casi al final de la fábrica, cuyas ruinas todavía son apreciables y otro
posible en el centro de la misma. El lugar donde se construyó el puente, hizo que sufriera
muchos deterioros dado a las guerras, dentro de la época, cuando pudieron, los repararon.
Gracias a los documentos conservados en el Archivo Histórico Municipal y en otros lugares
pueden seguirse, paso a paso, casi todos los trabajos de restauración de la fábrica. La primera
de la que tenemos noticia se produjo durante el reinado de Eurico, en el año 483, también
sabemos que en el año 865 el emir Muhammad trás la destrucción de una parte del puente
para someter a los bloqueados, poco después sería reparada, ya que en el siglo XI vuelve a
aparecer en los documentos como un tránsito normal. Aunque tiempo después la guerra de la
reconquista volvería a arruinar en bastante el puente, pues se tiene noticia de una restauración
en el año 1272 por el maestre Pelay Pérez Correa. Nuevas calamidades se cernirá sobre la
fábrica, que a finales del medievo se encontraba en una situación desastrosa, con arcos
quebrados y tablones en algunas zonas, aunque de nuevo se restauró en mayo de 1480,
finalmente, fue restaurado por última vez (dentro de la época) el día 11 de diciembre de 1603.
El tajamar, fue sustituido por nuevos arcos, se fortalecieron zonas ruinosas y se construyeron
los dos descendedores actuales que vinieron a sustituir a los antiguos.
En conclusión, Emerita Augusta, la actual Mérida, fue fundada en el año 25 a.c, y siempre
estuvo amurallada. Dedicaban mucho interés al mundo del entretenimiento, por esta razón, el
teatro o el circo tenían un gran y amplio aforo. Aunque Mérida se convirtió en una ciudad
más turística desde 1993 gracias a sus instancias arqueológicas como a sus templos, arcos,
acueductos y puentes.
Anexos:

TEATRO
CELLA

TEMPLO DE DIANA

ARCO DE TRAJANO

ACUEDUCTO DE LOS MILAGROS


PUENTE SOBRE EL GUADIANA

CIRCO ROMANO
BIBLIOGRAFÍA
https://merida.es/la-ciudad/breve-historia/
https://turismomerida.org/que-ver/teatro-romano/
https://turismomerida.org/que-ver/circo-romano/
https://www.consorciomerida.org/conjunto/monumentos/circoromano
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https://www.tiovivocreativo.com/blog/arquitectura/pan-y-circo-circos-romanos/#:~:text=Sus%20parte
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https://turismomerida.org/que-ver/acueducto-de-los-milagros/#:~:text=Este%20colosal%20ac
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https://www.consorciomerida.org/conjunto/monumentos/losmilagros
https://www.turismoextremadura.com/es/explora/Acueducto-romano-de-los-Milagros/
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https://turismomerida.org/que-ver/templo-diana/
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https://turismomerida.org/que-ver/arco-trajano/
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