Pueden afectar a personas de cualquier edad, sexo, raza o nivel socioeconómico,
aunque lo más frecuente es que se inicien en la adolescencia o adultez joven y afecten en mayor medida a mujeres que a hombres. Se caracterizan por una conducta alterada frente a la ingesta alimentaria o la aparición de conductas para controlar el peso. Con frecuencia los síntomas de TCA varían a lo largo del tiempo y muchas personas, que inicialmente, presentan cuadros más restrictivos, pueden acabar desarrollando atracones o a la inversa. Los TCA están asociados a múltiples complicaciones médicas y psicológicas y afectan al funcionamiento psicosocial de la persona. Tipos de Trastornos de la Conducta Alimentaria Anorexia nerviosa: se caracteriza por una restricción y reducción de la ingesta nutricional, lo que conduce a una pérdida significativa del peso. La persona presenta un intenso miedo a ganar peso. Durante todo este tiempo el paciente tiene gran dificultad para reconocer la gravedad de su bajo peso actual o es incapaz de ver su estado físico real y la pérdida de peso, a la vez que da un excesivo valor a su peso corporal e imagen física. Existen dos tipos de anorexia nerviosa: Restrictiva: la pérdida de peso se debe, sobre todo, a la dieta, el ayuno y/o el ejercicio excesivo. Atracones/purgas: durante los últimos tres meses la persona tiene episodios recurrentes de atracones o purgas (vómito autoprovocado o utilización incorrecta de laxantes, diuréticos o enemas). Bulimia nerviosa: se caracteriza por la existencia de episodios recurrentes de atracones. Se considera como atracón a la ingesta de una cantidad de comida claramente superior a la que la mayoría de la gente puede tomar en un periodo determinado de tiempo (de aproximadamente dos horas), acompañada de la sensación de pérdida de control durante este episodio. La persona trata de compensar de forma repetida lo ingerido para evitar el aumento de peso mediante el vómito autoprovocado, el ejercicio excesivo, el ayuno o el uso de laxantes, diuréticos u otros medicamentos. La persona con Bulimia Nerviosa siente una gran preocupación por su peso y su imagen corporal. Trastorno por atracones: se caracteriza por episodios recurrentes de atracones. Estos se pueden asociar a comer mucho más rápido de lo normal, seguir comiendo a pesar de sentirse desagradablemente lleno, comer una gran cantidad de comida, a pesar de no tener sensación de hambre, y sentirse disgustado con uno mismo, deprimido o con sensación de gran culpabilidad tras el episodio. Los atracones producen un intenso malestar en la persona que los realiza. Anorexia Nerviosa: La Anorexia Nerviosa (AN) se caracteriza por: Restricción y reducción de la ingesta nutricional que provoca una pérdida significativa de peso. La pérdida de peso puede venir dada por una restricción alimentaria acompañada de ejercicio físico intenso (AN restrictiva) o bien por autoprovocarse el vómito y abusando del uso de diuréticos o laxantes (AN Purgativa). Miedo intenso a ganar peso o convertirse en obeso, o conducta persistente que interviene en el aumento de peso (el diagnóstico se puede realizar, aunque este criterio no esté presente). Insatisfacción corporal: suele haber una alteración en la percepción del peso y la silueta corporal. La persona, a pesar de tener un índice de masa corporal bajo (inferior a 18,5 kg/m²), puede verse grasa o con medidas desproporcionadas. A pesar de la pérdida de peso objetiva, las personas afectadas presentan un temor intenso de llegar a ser obesas. Hay una distorsión importante de la imagen corporal, con preocupación extrema por la dieta, figura y peso. Presentan conductas de evitación hacia la comida con acciones compensatorias para contrarrestar lo que ingieren como son la hiperactividad física desmesurada y las conductas de purga (vómito autoprovocado, abuso de laxantes, diuréticos y/o enemas). Genera un impacto muy negativo en la vida de la persona y afecta a todos los niveles (familiar, social, laboral, académico y emocional). La aparición de síntomas es progresiva y hay que estar alerta a los signos que nos puedan hacer sospechar la presencia de esta enfermedad. Una detección precoz es muy importante para hacer un buen diagnóstico y tratamiento. Bulimia Nerviosa: La Bulimia Nerviosa (BN) es un trastorno de la conducta alimentaria que se caracteriza por: Episodios de atracones (ingesta voraz e incontrolada), en los que se ingiere una gran cantidad de alimento en poco espacio de tiempo y generalmente en secreto. Presencia de conductas compensatorias inadecuadas para intentar rebajar los efectos de las sobre ingesta (mediante vómitos autoinducidos, aumento de la actividad física, ayuno, laxantes y/o diuréticos). Preocupación por la silueta y el peso: aun así, no se producen necesariamente alteraciones en el peso, ya que tanto pueden presentar peso normal, como peso bajo o sobrepeso. La Bulimia Nerviosa fácilmente pasa desapercibida. La persona lo vive con sentimientos de vergüenza y culpa. Por este motivo se suele pedir ayuda cuando el problema ya está avanzado. ¿Cuáles son los criterios para diagnosticar una Bulimia Nerviosa? Presencia de atracones recurrentes. Un atracón se caracteriza por: Ingesta de alimento en un corto espacio de tiempo (por ejemplo, en un período de 2 horas) en una cantidad muy superior a la que la mayoría de las personas ingieren en un periodo de tiempo similar y en las mismas circunstancias. Sensación de pérdida de control sobre la ingesta del alimento (por ejemplo, sensación de no poder parar de comer o no poder controlar el tipo o la cantidad de comida que se está ingiriendo). Conductas compensatorias inapropiadas, de manera repetida, con el fin de no ganar peso, como son provocación del vómito; uso excesivo de laxantes, diuréticos, enemas u otros fármacos; ayuno, y ejercicio excesivo. Los atracones y las conductas compensatorias inapropiadas tienen lugar al menos una vez a la semana durante un periodo de 3 meses. La autoevaluación está exageradamente influida por el peso y la silueta corporales. En cuanto a los atracones hay que señalar que, aunque el tipo de alimentos consumidos durante este varía, en la mayoría de los casos se ingieren dulces y alimentos con alto contenido en calorías. Los atracones se pueden presentar a cualquier hora del día, pero son más frecuentes a partir de media tarde y suelen desencadenarse por estados de humor alterados, dificultades interpersonales, hambre intensa o sentimientos relacionados con el peso, la figura corporal o los alimentos. Se acompañan de sensación de falta de control y pueden reducir el malestar de forma transitoria, pero siempre van seguidos de sentimientos de culpa, autodesprecio o humor depresivo. Trastorno de la Conducta Alimentaria No Especificado (TCANE): Los TCANE son habitualmente cuadros incompletos de Anorexia Nerviosa o Bulimia Nerviosa incompletos, tanto porque se encuentran en su inicio o porque están en proceso de recuperación. Por lo tanto, existen síntomas relacionados con la conducta alimentaria, pero no cumplen suficientes criterios para diagnosticar anorexia o bulimia nerviosas. Por ejemplo, hablamos de TCANE cuando una persona presenta restricción, una bajada de peso, distorsión de la imagen corporal, pero no presenta amenorrea. Otro caso de TCANE sería el de una persona que presenta atracones y purgas, pero con una frecuencia baja y/o irregular. El hecho de que el TCANE sea un cuadro incompleto de anorexia o de bulimia no quiere decir que sea menos grave o que no necesite tratamiento. Entre un 3% y un 5% de la población sufre un TCANE. Otros trastornos de la conducta alimentaria: El DSM-5, la última versión del manual psiquiátrico internacional que contiene los criterios para diagnosticar los trastornos mentales, incluye dentro del apartado de los Trastornos de Conducta Alimentaria trastornos como la PICA, el trastorno por rumiación y el trastorno de la ingestión alimentaria de inicio a la infancia, dentro de los trastornos de la conducta alimentaria, a diferencia de la anterior edición, el DSM-IV, que los incluía dentro de los trastornos iniciados en la infancia o la adolescencia. A continuación, detallamos en qué consisten estos trastornos: Vigorexia: La Vigorexia es la obsesión por un cuerpo musculoso. En 1993, el psiquiatra estadounidense Harrison G. Pope acuñó el término vigorexia, conocido como una obsesión por tener un cuerpo musculoso. La sociedad está cambiando muy deprisa y con ello los problemas de la población. Algunos de estos cambios desfavorables implican la aparición de nuevos trastornos, como la vigorexia y la ortorexia (preocupación excesiva por ingerir sólo alimentos «sanos»). La vigorexia, también conocido como Complejo de Adonis, es un trastorno mental no estrictamente alimentario. Se calcula que en España puede haber unos 700.000 afectados, pero aún no se incluye en ninguna Manual Diagnóstico. Las personas que sufren vigorexia tienen una obsesión tan grande para verse musculosas que se miran constantemente al espejo y nunca están satisfechas. Este sobredimensionado culto al cuerpo se manifiesta por una práctica excesiva del deporte provocada por una obsesiva preocupación por el aspecto físico, y tiene como meta principal la obtención de un aumento de masa muscular. Aparte de la obsesión por el deporte, también hay un cambio drástico en la alimentación con el fin de alcanzar los objetivos físicos de la persona. Con el fin de aumentar la masa muscular, suele seguir una dieta baja en grasas y alta en hidratos de carbono y proteínas. Esta dieta suele tener la cantidad de alimentos en gramos estipulados, lo que puede favorecer la obsesión para seguirla sin permitirse una alteración o cambio en esta, con consecuencias negativas para la salud. La vigorexia suele presentarse en más hombres que en mujeres, aunque en los últimos años se han encontrado cada vez más casos de mujeres. La práctica de deporte moderado resulta muy saludable para el organismo. Sin embargo, los afectados por la vigorexia muestran una preocupación excesiva por el aspecto físico que conlleva que la musculación a través de una actividad física pase de ser un objetivo saludable a un desorden emocional elevado a la categoría de obsesión. Esta ansia por adquirir toda costa una apariencia atlética puede llevar al consumo de sustancias perjudiciales para el organismo. Las consecuencias de este trastorno se reflejan en la salud y en la conducta social de los que lo padecen. Se podría decir que quien sufre de vigorexia es una persona insatisfecha con su propio cuerpo y busca con el ejercicio adquirir el volumen deseado. Además de la práctica desmesurada de ejercicio (sobre todo prácticas relacionadas con la elevación de pesas), esta alteración da lugar (por una serie de reacciones que se dan en nuestro organismo en el que están involucradas hormonas y neurotransmisores) a un proceso de dependencia de la realización de ejercicio físico. Ortorexia: Se entiende por la obsesión por la comida saludable. En la Ortorexia hay una alteración en la conducta alimentaria y, a diferencia con otros trastornos de conducta alimentaria, el problema gira en torno a la calidad de la comida, no de la cantidad. Se entiende por ortorexia la obsesión patológica por la comida biológicamente puro, ecológico, sin transgénicos, pesticidas, etc. Las víctimas de esta enfermedad sufren una preocupación excesiva por la comida sana, convirtiéndose en el principal objetivo de su vida. Podríamos decir que es un comportamiento obsesivo-compulsivo caracterizado por la preocupación sobre qué comer y la transferencia de los principales valores de la vida hacia el acto de comer, el cual hace que los afectados tengan «un menú en lugar de una vida». Criterios para diagnosticar la Ortorexia: La persona pasa más de 3 horas al día pensando en su dieta sana. Obsesión desordenada para comer alimentos sanos y naturales. Excluye de la alimentación carne, grasas y alimentos tratados con herbicidas o pesticidas. Se preocupa más de la calidad de los alimentos que del placer de comerlos. A medida que aumenta la calidad de su alimentación disminuye su calidad de vida. Nunca se salta la dieta, ni siquiera en ocasiones especiales y si lo hace se siente culpable. Planifica hoy lo que comerá mañana. Su manera de comer lo aísla socialmente. Aparentemente no hay una intención para perder peso, pero debido a la eliminación de una gran cantidad de alimentos de su dieta, suele haber una pérdida de peso. Estos son algunos de los criterios para diagnosticar al paciente que sufre de ortorexia. Los síntomas de la enfermedad van desde la depresión, ansiedad, hipocondrías, hipervitaminosis o, en su hipovitaminosis y en fases avanzadas trastornos obsesivos compulsivos respecto la alimentación. Consecuencias: Esta patología puede tener graves efectos sobre la salud. Por ejemplo, la supresión de grasas puede comprometer la ingesta de vitaminas liposolubles y ácidos grasos, ambos imprescindibles para el organismo. Sin carne, los niveles de hierro se desploman y, aunque los vegetales también aportan proteínas, son de calidad inferior. También puede conllevar carencias nutricionales si la persona con ortorexia no sustituye los alimentos que rechaza por otros que puedan aportar los mismos complementos nutricionales. Esto se traduce en anemia, falta de vitaminas o de oligoelementos, y / o falta de energía. Además, no sólo constituye un daño a nivel físico. A nivel psicológico también produce un trastorno que en la mayoría de los casos debe ser tratado por un especialista.