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25 - Desarrollo Sostenible
25 - Desarrollo Sostenible
1. INTRODUCCIÓN
Los países en desarrollo (PED) como Perú están en camino al desarrollo
económico sostenido, caracterizado por regulaciones en los sectores
industriales (electricidad, gas, y telecomunicaciones), reducciones de barreras
comerciales, privatizaciones, joint-ventures y consorcios entre capitales
extranjeros y nacionales, los mismos que ya son una realidad económica y una
práctica común en nuestro hemisferio. Estos cambios, para beneficiar a las
generaciones presentes y futuras con los recursos naturales, deben encontrar
balances entre la necesidad de una operación rentable y sostenible, y la
necesidad de una adecuación ambiental, social, y descentralizada. Sin
embargo, en los gobiernos centrales de los PED todavía hay una historia larga
de centralismo, que deja casi nada para las economías locales y regionales
donde la actividad económica (minera, en particular) opera. El Estado debe
cambiar tal práctica enrumbando a la cultura económica del siglo XXI,
diseñando la base para una economía sostenible después de que la actividad
del sector minero desaparezca. Si los recursos minerales son un activo que
brindan una actividad económica sostenible, los mismos son no-renovables; en
ese contexto, el desarrollo sostenible sería una hipótesis nada fácil de
fundamentar.
1
ocurrrido a pesar de mayores demandas de minerales por poblaciones cada vez
más crecientes y con expectativas de mejores estándares de vida. El panorama
se ha visto poblado por menores leyes de mena y yacimientos de cada vez más
difícil acceso debido a su profundidad, complejidad geológica y distancias
remotas, así como por acciones sociales y políticas adversas. Los datos
estadísticos de U.S. Geological Survey (USGS) sugieren que durante el siglo
pasado, la producción mundial de minerales ha sido de demanda intensa y a
bajos precios. La figura 1 y la tabla 1 muestran las relaciones de
producción/precio (expresado en US$ 1998) de cuatro minerales: aluminio,
cobre, sulfuro y potasio durante el siglo XX.
Fig. 1
2
Los incrementos específicos de producción durante este período fueron:
aluminio, 3,250%; cobre, 2,465%; potasio, 3,770%; y sulfuro, 6,000%. Durante
el mismo período, los precios decrecieron: aluminio (89,7%); cobre (75,0%);
potasio (93,9%); y sulfuro (89,4%). Los efectos de la tecnología en el uso y
suministro de minerales dentro la economía globalizada, con productividad,
eficiencias y economías de escala, han ocurrido a despecho de las predicciones
de escasez de los mismos. Avances tecnológicos, inovaciones y capitales de
inversión han ocasionado el crecimiento de las reservas de cobre en el siglo
XX, incrementando exponencialmente de 80 millones de toneladas métricas
(Mt) en 1930 a 480 Mt en 2000 (ver tabla 2) (Edelstein, 2001, p. 57).
3
Fig. 2
Fig. 3
4
La producción de cobre refleja ambos aumentos de demanda basados en
crecimiento de población e incremento de uso intensivo. En 1900, la producción
minera fue de 500.000 toneladas métricas (t) de cobre provenientes de menas
en vetas de alta ley (2,5% de cobre); en 1930, la producción se cuadruplicó
hasta 2.000.000 t de cobre, y una proporción significativa de esta producción
fue de tajos abiertos de cobre porfirítico y menas sulfuradas; y la producción de
cobre incrementó substancialmente de 2.400.000 t en 1950 a 12.200.000 t en
1998 y a 12.900.000 t en 2000 (Edelstein, 2001, p. 53).
Fig. 3
5
prospección y evaluación llegaron a ser más sofisticados y nuevas reservas
fueron identificadas. La figura 5 representa un costo-filtro económico para
interpretar el recurso (mineral) físico como una medida significativa del mismo
para uso de la sociedad.
Fig. 5
6
1998, p. 1, 4; Ramos, 2002).
Fig. 6
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(figuras 6 y 7) no sean contradictorias. La figura 8 muestra en conjunto el
crecimiento de la producción de cobre y el cambio de precios ($1998) en
Estados Unidos en el siglo XX.
Fig. 8
8
ambiente reduciendo las emisiones de dióxido de sulfuro (E en figura 9). La
figura 9 representa la producción de cobre por tipo de proceso y de calidad de
mena.
Fig. 9
9
Fig. 10
Los escombros (“stockpiles”) llegan a ser nuevos recursos para el proceso bio-
lixiviación y requieren menos mano de obra para recuperar mayores cantidades
de cobre a bajo costo. El SX-EW ha sido una mayor innovación para la
sostenibilidad de la industria del cobre desde 1985. Otros factores, como la
biotecnología, mayores inversiones de capital, la consolidación industrial, los
“joint-ventures”, los consorcios y los acuerdos laborales equitativos han
contribuido a mantener una productividad sostenible después de 1985 hacia el
nuevo milenio (Simpson, 1999, p. 126).
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de ley bajó a 9%; durante la Guerra con Mexico (1846-48), el promedio de ley
decreció a 5% de cobre; durante la Guerra Civil (1861-65), las leyes continuaron
bajando a 4%; y durante la Guerra Española-Americana (1898), menas de
cobre económicamente viables fueron de 3,5% (Groeneveld, 1998).
Fig. 11
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Fig. 12
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Fig. 13
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Fig. 14
Fig. 15
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En 2002, la minería estadounidense ha contribuido con $ 1.700 billones, que
representa un 16,3 % de su producto bruto interno (PBI) de $ 10.400 billones.
La figura 16 representa el balance económico de la producción doméstica,
incluyendo: importaciones, exportaciones, valores agregados, y reciclajes de
minerales (U.S. Geological Survey, 2002; U.S. Department of Commerce,
2002).
Fig. 16
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más altos impactan no solo al balance del comercio internacional, sino
fundamentalmente retrasan el proceso de desarrollo económico y social
sostenibles con protección ambiental tan deseada y necesaria para un mejor
nivel de vida en los PED.
Fig. 17
16
territorios están ganando poderes de independencia administrativa). Las
provincias regulan todos los aspectos de exploración y producción. El Gobierno
Federal Canadiense en Ottawa ha negociado con cada provincia acuerdos
multilateras (“Multiyear”) para el desarrollo sostenible de minerales (“MDA—
Mineral Development Agreements”). Ottawa, a través de los MDA, provee
fondos (inversiones) para mejorar la competitividad del sector mineral en cada
provincia. Este programa denominado “Super Flow—Through Shares” es de
suma importancia como factor incentivador y contribuye al desarrollo sostenible
de las economías Provinciales y Federal. En octubre de 2000, el Gobierno
Federal Canadiense introdujo un 15% de crédito al impuesto no restituíble como
adición al existente del 100% de deducciones a los gastos incurridos (uso de
capitales de riesgo) en exploraciones (“grassroots”) de minerales. Ambos
incentivos asisten al sector privado a obtener nuevas inversiones y estimular las
actividades de exploraciones en Canadá. De esta manera, Ottawa establece la
fundación base para su sector minero, con incentivos fundamentales, alentando
innovación y promoviendo desarrollo sostenible con protección del medio
ambiente (Gurmendi, 2002, p. 8-9). El descubrimiento de níquel-cobre-cobalto
en Voisey’s Bay en Labrador, Canadá, es un caso muy interesante para más
exploraciones en Canadá, no importa todo lo atractivo que sean los incentivos
en Asia, Australia o América Latina.
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métricas por día (t/d) de concentrados, los que serían transportados al complejo
fundición-refinería de Argentina con una capacidad anual de 122.500 t. Inco
firmó un acuerdo de principio con las Provincias de Newfoundland y Labrador
para desarrollar el depósito Voisey’s Bay. El acuerdo consiste de una operación
de 30 años y una inversión de $1.900 millones, con la primera producción de
concentrados en 2006. Inco está desarrollando un proceso especial
hidrometalúrgico para tratar menas sulfuradas de níquel de Voisey’s Bay. Es de
esperar que el total apoyo del Gobierno Federal asegure el desarrollo
económico sostenible de las provincias (Inco Limited, 2002). Canadá continua
muy bien posicionada gracias a sus recursos minerales con acceso a los
mercados de Estados Unidos, Europa, Japón, y otros. En 2002, la industria
minera canadiense (metales, minerales industriales, y recursos energéticos,
fueron valuados en US$ 6.4, US$ 4.9, y US$ 40.6 billones, respectivamente)
está principalmente orientada a la exportación, con casi 90% de algunos de sus
minerales exportables con valor agregado, hacia los mercados a nivel mundial
(Natural Resources Canada, 2003). Estados Unidos continuará siendo su
mayor mercado para sus minerales y tales exportaciones tienen una
significativa ventaja económica debido al intercambio monetario favorable a
Canadá. Sin embargo, el país no puede escapar las realidades de la
globalización, debido a la creciente competitividad internacional, especialmente
de los PED con mejores recursos minerales, quienes tienen sus sistemas
políticos y económicos liberalizados para atraer inversión extranjera. Canadá
puede a largo plazo lograr un concenso popular en apoyo de un desarrollo
sostenible respetando los intereses de las compañías mineras, de sus nativos, y
la preservación del medio ambiente (Gurmendi, 2001, p. 5.13).
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Japón, con fondos adicionales del Banco Mundial (“IFC”). Como resultado, Chile
produjo el 18% del cobre mundial en 1990, y 9 años más tarde (1999) produjo el
33% (figura 18).
Fig. 18
Fig. 19
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Este crecimiento ha sido debido a la liberalización de su mercado y estímulo a
las inversiones en su sector minero. Las decisiones macroeconómicas, como
restricciones de flujos de capitales especulativos y a corto plazo tanto hacia o
fuera del país fueron medidas necesarias para limitar los efectos
desestabilizadores del dinero caliente (“hot money”) en el cambio monetario y
en la bolsa chilena. Adicionalmente, un fondo de estabilización fue diseñado
para neutralizar en parte los efectos del “cobre fuerte” (precios altos) en el
cambio real (Humphreys, 2000, p. 5).
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Fig. 20
Fig. 21
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sector minero-energético contribuyó de 5,1% a 11,2%. En 2002, el PPP fue de
$132.000 millones con 27,9 millones de habitantes (tabla 3). En la tabla 4 se
muestra la contribución del sector al PBI del país durante la década 1992-2001.
Fig. 22
Tabla 4
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1965-95, fue de 4,2%; y durante el siglo XX (1903-2000), el crecimiento total fue
de 5.733% (tabla 5).
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Fig. 23
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2.9 Formas de capital
El reto del país está en el uso apropiado de ingresos (privatizaciones,
impuestos, regalías, y otros) provenientes de sus recursos minerales, los que
son una forma de capital, al que se denomina “capital natural.” Si tal ingreso
proveniente de este capital es usado exclusivamente en consumo, no proveerá
la base para un desarrollo económico sostenible. Parte de este “capital natural”
es necesario invertirlo en reemplazo del capital ya usado en el sector. También
implicaría invertirlo en capital de estructuras: factorías, vivienda y carreteras;
capital humano: educación y entrenamiento; y capital social: estructuras
institucionales, escuelas, hospitales, y salubridad (tabla 6).
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conocimiento técnico, infraestructura pública y calidad de sus subsectores; sin
embargo, para enfrentar sagaz y eficazmente los desafíos de la integración
(globalización) e internacionalización debe brindar, especialmente, a su capital
humano las oportunidades de aprendizaje y capacitación continuos para su
mejor desenvolvimiento ahora y en el siglo XXI.
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más pequeño que el diámetro del cabello humano) ha sido una aplicación
revolucionaria en la produccón de computadoras más pequeñas, muy rápidas,
potentes, y eficientes a costo competitivo. Recientemente, la innovación
tecnológica, en la fabricación de tales computadoras electrónicas, ha hecho que
la fibra óptica de sílica lleve información digital en fotones (“photon packages”)
en lugar de electrones (“electron packages”) por el nano-cobre. La sinergía
entre el cobre y las computadoras modernas en el desarrollo de modelos
matemáticos capaces de simular procesos metalúrgicos, con datos
experimentales, están permitiendo nuevas investigaciones en diseño de “genes”.
También, “bio-insitu-leaching” tiene el potencial de mejorar la recuperación de
recursos minerales (expandir “reservas”); pero este potencial es todavía no
realizable. Una interrogante filosófica (acaso futurista) es sobre el uso de
recursos minerales en la economía globalizada. ¿Qué sucede sí los 6.234
millones de habitantes en nuestro planeta tierra (figura 24, tabla 3) desean
alcanzar el nivel de vida de 281 millones de estadounidenses (figura 25)?
Fig. 24
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Fig. 25
Fig. 26
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de integración dentro de una economía global incluyente con interacciones
entre países desarrrollados (PD) y los PED.
3. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
El USGS continúa compilando informaciones sobre flujos de materiales y
energía, además de otros estudios geocientíficos, desde su creación en 1879.
Las series estadísticas sobre minerales empezaron desde la última parte del
siglo decinueve (más de un siglo). La información es importante, a largo plazo,
cuando la examinamos en el contexto del desarrollo industrial, económico,
ecológico y cambio social. La experiencia pasada indica que la creatividad
humana, aplicada a minerales, ha sido un suceso disno de mención que ha
superado desafíos para satisfacer demandas crecientes de la sociedad civil por
más minerales a costo competitivo y con gran utilidad reduciendo los efectos
ambientales durante su producción y procesamiento. El suministro de minerales
se ha mantenido a través de cambios tecnológicos e innovaciones que han
incrementado eficiencias, producción y disponibilidad de recursos económicos.
Es decir, el sector mineral es una actividad física y económicamente
sustentable y aún sinergética. De acuerdo con la regla de economías de escala
(“economy of scales,”), la producción de minerales de bajas leyes es viable
usando conocimientos y tecnologías modernas e innovadoras, bajando costos,
aumentando productividad, y con uso eficiente de capitales. La relación de
precios y costos de producción bajaron paralelamente durante los ciclos de
metales en los mercados a escala mundial y las reservas de los mismos, como
en el caso del cobre, son más abundantes y el término no-renovable se hace
obsoleto. Debido a la economía globalizada, hubo aumentos de productividad y
eficiencia en la producción de minerales y uso eficiente con la ayuda de reuso,
reciclaje, sustitución, y conservación, que reducen las presiones en la
disponibilidad de los recursos minerales. El concepto de desarrollo sostenible
adoptado por la Comisión “Brundtland” explica que la idea de desarrollo
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sostenible es satisfacer las necesidades de la presente generación sin
comprometer la habilidad de futuras generaciones de satisfacer sus propias
necesidades. A decir verdad, los intereses de las “generaciones” NO han sido
comprometidos por la producción de minerales en el siglo pasado, menos hoy
en día, y es posible que en el futuro tampoco. Una interrogante más importante
que la disponibilidad de minerales sería ¿es el sector una actividad económica
sostenible que puede proveer un mejor estándar de vida a las comunidades o
las regiones donde ellos existen y pueden servir de base a la industrialización
de un país, o simplemente proveen beneficios transitorios? La globalización ha
cambiado los conceptos tradicionales de ventaja comparativa, entonces, los
PED deben proporcionar un entorno legal estable, que incluya régimenes
especiales e incentivos (caso Canadá) para fomentar, especialmente, la
inversión extranjera directa, proteger y administrar sus recursos naturales en
forma eficiente para mantener su valor, protegiéndolos al mismo tiempo contra
impactos ambientales negativos, y para implementar todo esto, debe brindar a
su capital humano las oportunidades de aprendizaje y entrenamiento para su
mejor desenvolvimiento, enfrentando los desafíos de la globalización en el siglo
XXI, competitivamente. En casos de éxito destacan los conocimientos que
generan innovación y facilitan la adopción de tecnologías modernas como
ingrediente decisivo en el dinamismo socio-económico global. Sin embargo, el
flujo de materiales (minerales) generados en la economía globalizada afecta
significativamente el bioambiente mundial. Como la población aumenta y la
gente en el planeta Tierra aspira a un mejor nivel de vida, el planeta es alterado,
se generan desechos y el bioambiente es alterado a una escala sin
precedentes. Para suministrar futuras necesidades, los recursos deben ser
usados inteligentemente y los impactos ambientales deben ser minimizados. El
desafío, entonces, para satisfacer tales necesidades humanas en el Nuevo
Milenio, es usar los tres pilares del desarrollo sostenible: crecimiento
económico, balance ecológico y progreso social, los mismos que deben ser los
objetivos de la “Compañía Minera del siglo XXI,” frente a los desafíos y
oportunidades que la Globalización representa.
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4. REFERENCIAS
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