You are on page 1of 17

SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0387/2012

Sucre, 22 de junio de 2012

SALA SEGUNDA
Magistrada Relatora: Dra. Mirtha Camacho Quiroga
Acción de amparo constitucional

Expediente: 00490-2012-01-AAC
Departamento: Oruro

En revisión la Resolución 05/2012 de 2 de “febrero” -lo correcto es marzo-,


cursante de fs. 138 a 141, pronunciada dentro de la acción de amparo
constitucional interpuesta por Agapito Núñez Rodríguez contra Gonzalo
Martínez Guzmán, Fiscal Departamental a.i. y Lindón Requena
Johnson, Fiscal de Materia.

I. ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICA

I.1. Contenido de la demanda

Por memorial, presentado el 16 de febrero de 2012, cursante de fs. 60 a 71


vta., el accionante refiere que:

I.1.1. Hechos que motivan la acción

Por la denuncia interpuesta el 10 de agosto de 2010, y posterior formalización


de querella de 19 del mismo mes y año, la imputación formal de 10 de
noviembre del citado año y los propios actos de investigación efectuados por el
Ministerio Público, se llegó a establecer que el 8 de agosto del referido año,
aproximadamente a horas 15:00, Eugenio Díaz Paredes, Marina Choque Lupe,
Avelino Canaviri Apaza, Román Choque Ticona y Elizabeth Condori Alavi,
quienes acompañados de bastante gente, cercaron y allanaron su domicilio
ubicado en la junta vecinal San Francisco, ampliación San Isidro 9, sin portar, ni
tener autorización de autoridad competente; al efecto, y como en ese momento
no se encontraba en su domicilio, las personas nombradas en concomitancia
con el tumulto optaron por tomar rehenes a varias personas, entre ellas a Fidel
Ramírez, Eddy Calle, Lalo Calle y Nolberta Ordoñez, hasta que su persona
apareciera; como ello no ocurrió, procedieron a saquear su casa, destruyeron
las puertas de ingreso, las ventanas, derruyeron un cuarto pequeño llevándose
muchos enseres. La investigación preliminar logró evidenciar estos hechos con
las declaraciones de varios testigos presenciales, que coincidentemente
relataron, como Eugenio Rojas Paredes y los demás nombrados destrozaron
sus bienes sacando sus pertenencias en una camioneta de color plomo y un
vehículo rojo con rumbo desconocido; de ahí que el Fiscal a cargo examinó
convenientemente todos estos antecedentes, e incluso apreció con objetividad
cómo los sindicados pretendieron justificar estos hechos, manifestando que
rindiera cuentas del manejo de la Junta Vecinal de la cual era presidente; por
ello, resolvió formular imputación contra Eugenio Díaz Paredes, Avelino Canaviri
Apaza, Marina Choque Lupe, Román Choque Ticona y Elizabeth Condori Alavi,
por la comisión de los delitos de robo agravado, daño calificado y allanamiento
de domicilio.

Prosiguiendo con los actos de investigación, afirma que se lograron reunir


suficientes elementos de juicio sobre los acontecimientos del 8 del mismo mes
y año, que cursan en el cuaderno de investigaciones: tomas fotográficas de los
destrozos, acta de inspección ocular, acta de recepción y secuestro de indicios
materiales, que dan cuenta que los objetos sustraídos, se encontraban en un
cuarto asegurado con llave, que fueron devueltos posteriormente por el
imputado Eugenio Díaz Paredes, en el mismo escenario de los acontecimientos;
es más, llegaron a reconocer que estos enseres fueron decomisados, como si
los imputados ejercieran algún nivel de autoridad, para ejecutar un acto que
por su naturaleza únicamente es atribución de autoridades legítimamente
constituidas, como son los jueces del Estado, reconocimiento del decomiso que
se trasunta en el memorial de los imputados presentado al Fiscal del caso, en el
que acompañan un acta de inventario firmada por los mismos, donde se
detallan los bienes que le fueron sustraídos.

Pese a la existencia de elementos de juicio que acreditan los hechos cometidos,


la etapa preparatoria del proceso penal concluyó con un requerimiento
conclusivo de sobreseimiento a favor de los imputados, pronunciado por el
Fiscal de Materia, Lindón Requena Johnson, que peca de inexacto e
incongruente, cuando en sus argumentos atribuye a la parte querellante o
denunciante toda la responsabilidad probatoria en la etapa preparatoria,
citando el art. 6 del Código de Procedimiento Penal (CPP), interpretación
errónea, porque alude a una etapa procesal en la que existe desarrollo del
juicio, donde claramente se manifiesta el rol de acusadores; en cambio en el
presente caso, aún no existe esta etapa y menos acusación, por lo que dicha
mención resulta impertinente, además este tema fue modulado por el Tribunal
Constitucional en la SC 1303/2010-R de 13 de septiembre, que determinó que
la falta de dicha carga no puede endilgarse a la parte querellante o víctima del
delito, puesto que por imperativo constitucional y legal, el ejercicio de la acción
penal pública corresponde en exclusividad al Ministerio Público. Otro
razonamiento incongruente para el sobreseimiento, es el hecho de afirmar que
al devolver los objetos sustraídos por los imputados se trató de un decomiso
por parte de la urbanización San Francisco; luego muy extrañamente establece
que hubo apoderamiento injusto de los muebles sustraídos y que la fuerza
empleada sobre la cosa no modificó su estado, en virtud a que los presuntos
objetos sustraídos a la fecha se encuentran en dependencias de la Fuerza
Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC), depositados por los mismos
imputados y que no fueron recogidos por el querellante, por tanto no existe
delito; según este razonamiento, resultaría siendo una exclusión de
responsabilidad penal el hecho de que los querellados devolviesen las cosas de
las que se apoderaron ilegítimamente, conclusión inaudita y aberrante del
Fiscal, porque en otros términos corrobora, ratifica y hasta protege una justicia
de mano directa, como es el caso de los imputados, a quienes con el
sobreseimiento decretado y ratificado, se les ampara en su ilícita actividad de
sustraer lo ajeno y destruir bienes que no les corresponde con violencia y otros
actos vandálicos.

Impugnado el sobreseimiento, el Fiscal Departamental a.i., ahora


codemandado, ratifica el mismo, avalando la actuación del Fiscal de Materia,
pese habérsele advertido en la vulneración en que incurre el inferior al
pronunciar el sobreseimiento, apartándose de las normas procesales que rigen
la materia. Resolución de alzada que es pronunciada con una manifiesta y
evidente contradicción o incongruencia entre lo expresado, al principio de sus
fundamentaciones y la parte resolutiva, cuando afirma que en el caso existen
suficientes elementos de juicio que incriminan a los imputados; pero luego
intercala otras apreciaciones en las cuales concluye por ratificar el
sobreseimiento decretado, que se funda por una parte en el hecho de atribuirle
la carga probatoria en la etapa preparatoria a la parte querellante, y por otra
establecer una especie de exclusión de responsabilidad penal cuando el
imputado devuelve las cosas sustraídas; razonamientos totalmente confusos e
incoherentes, que la autoridad máxima del Ministerio Público hizo suyos; sin
embargo, son inaceptables en el marco de respeto al principio de legalidad que
dimana del derecho a la tutela judicial eficaz y al debido proceso.

I.1.2. Derecho y garantía supuestamente vulnerados

El accionante considera vulnerado su derecho al debido proceso y la garantía


de la tutela judicial efectiva, citando al efecto, el art. 115.I y II de la
Constitución Política del Estado (CPE).
I.1.3. Petitorio

Solicita se otorgue la tutela, disponiendo en el fondo la anulación o declaratoria


de inefectividad de la Resolución de sobreseimiento de 18 de julio de 2011,
pronunciada por el Fiscal de Materia, Lindón Requena Johnson; así como la
Resolución emergente de la impugnación pronunciada por el Fiscal
Departamental a.i. Gonzalo Martínez Guzmán, de 5 de agosto del mismo año.
Condenando en costas y responsabilidad civil y penal en su caso, a las
autoridades demandadas.

I.2. Audiencia y Resolución del Tribunal de garantías

Celebrada la audiencia pública el 2 de “febrero” -lo correcto es marzo-, según


consta en el acta cursante de fs. 129 a 137, se produjeron los siguientes
actuados:

I.2.1. Ratificación y ampliación de la acción

El accionante, a través de su abogado, ratificó el tenor íntegro de la demanda,


y efectuando una fundamentación adicional de los actos ilegales; señaló que
en otras ocasiones, se ha formulado similar acción de amparo, cuestionando
determinaciones del Fiscal de Materia y del Fiscal Departamental, se expuso la
tesis de que en acciones de esta índole, debiera acudirse ante el Juez cautelar
de acuerdo algunas Sentencias Constitucionales que orientaron en este
sentido; sin embargo, posteriormente este criterio fue modificado
sustancialmente en la SC 0965/2006-R de 2 de octubre, que reconduce y
modifica anteriores conceptos y criterios doctrinales, fallo último de carácter
modulador, que señala concretamente que lo resuelto por la autoridad Fiscal
Departamental respecto a rechazos de sobreseimientos, como en el caso que
nos ocupa, la autoridad inmediata no es la autoridad cautelar donde se pueda
impugnar esta decisión, sino mediante la acción de amparo; en tal sentido,
ante los actos inauditos de las autoridades demandadas, que bajo el
razonamiento de que se devolvieron las cosas sustraídas y el querellante no las
recogió desaparecieron los ilícitos; por lo que, tiene la necesidad de acudir a
esta vía constitucional.

Por su parte, el abogado copatrocinante del accionante, agregó que durante la


etapa investigativa se han acumulado innumerables pruebas, creyendo que
habían cumplido con la carga de la prueba que hace a un querellante; sin
embargo, pese a esto, los Fiscales vulneraron diferentes garantías y derechos
constitucionales, errores que considera pueden enmendarse por el Tribunal de
garantías, porque de confirmar estos fallos, se estaría generando un fatal
precedente para muchos casos que se sentirían con la fuerza de hacer justicia
por su propia mano.

I.2.2. Informe de las autoridades demandadas

El demandado Gonzalo Martínez Guzmán, Fiscal Departamental a.i., no asistió a


la audiencia, ni presentó informe alguno; por su parte el codemandado Lindón
Requena Johnson, Fiscal de Materia, en audiencia informó que: a) Más allá de
la aplicación de la letra muerta de la ley, es necesario también considerar el
aspecto humano, ya que los terceros interesados son gente humilde y pobre,
que por necesidad se vieron obligados a conseguir terrenos en inmediaciones
de la periferia de la ciudad, concretamente en la urbanización San Isidro y en
esa su condición han sido “sonsacados” por el accionante, quien obtuvo cierta
cantidad de dineros con el pretexto de otorgarles algunos servicios, de los
cuales no rindió cuentas y fue el hecho generador del conflicto; b) El anterior
Fiscal a cargo del caso, realizó una inspección in situ, verificando que las cosas
que pertenecían al accionante, fueron trasladados a un ambiente y encerradas
con un candado por la propia gente que supuestamente invadió su vivienda;
uno de los elementos del delito de robo es el apoderamiento ilegítimo de la
cosa ajena, lo que implica uso y goce, en este caso no ha sucedido aquello; es
decir, no hubo un apoderamiento, solamente un traslado, a eso le llamo
decomiso, además que el accionante, nunca demostró derecho propietario del
inmueble donde indica que le robaron las cosas; c) Su persona buscando la paz
social como dispone la Ley Orgánica del Ministerio Público (LOMP), requirió que
esos muebles sean trasladados a las oficinas de la FELCC, y que de ahí recoja la
víctima esos objetos y ponerle fin al conflicto, que lamentablemente no ocurrió;
y, d) De acuerdo a la nueva doctrina, surgió la teoría de la imputación objetiva,
que permite acomodar los actos del Fiscal en un hecho, para considerar si el
mismo realmente es delictivo o no; qué elementos son necesarios para que
pueda haber la imputación objetiva; primero, que el imputado ejerza una
actividad jurídicamente reprochable, como la generación del riesgo y que a su
vez desemboque en un nexo entre la acción y el resultado, quien produjo el
riesgo es el propio accionante, al no rendir cuentas como dirigente, lo que
motivó a su vez los hechos que suscitaron esta investigación, entonces no cabe
la imputación objetiva porque no son los ahora terceros interesados, los que
iniciaron el riesgo, en consecuencia, son estos los motivos que han originado el
requerimiento conclusivo de sobreseimiento, que con muy buen criterio
confirmó el Fiscal Departamental.

I.2.3. Intervención de los terceros interesados

El abogado Rolando Chambi, en representación de la integridad de los terceros


interesados, en audiencia manifestó; que deja constancia que la jurisprudencia
constitucional ha establecido que la competencia del juez cautelar abarca hasta
la ejecutoria de cualquier salida alternativa o cualquier requerimiento
conclusivo; vale decir, que el accionante ante la existencia de un requerimiento
jerárquico emitido por el Fiscal Departamental a.i., tenía el derecho de acudir
ante el Juez cautelar, denunciando los hechos que hoy manifiesta en su
demanda bajo el rótulo de un incidente por actividad defectuosa; en
consecuencia, tomando este parámetro o razonamiento el “recurso” es
improcedente, primer elemento que solicita se considere; en cuanto a las
supuestas vulneraciones que alega el accionante; de obrados se tiene que la
junta vecinal San Francisco en la vía conciliatoria en varias oportunidades
solicitó a éste la rendición de cuentas y, como no hizo caso a los ruegos de la
gente humilde, en aquel cabildo se hizo inventario de las cosas que se sacaron
de su inmueble, no se cometió delito alguno, sino simplemente una medida;
entonces sería muy aventurado forjar una acusación con estos antecedentes,
además, los requerimientos se encuentran debidamente fundados, cuando
señalan de forma textual, que no existen suficientes elementos de prueba para
fundar la acusación; en estas Resoluciones fiscales existe la coherencia
necesaria y por lógica consecuencia no se evidencia ninguna vulneración a la
tutela judicial efectiva, ni a ningún derecho constitucional; máxime si hasta la
fecha, el accionante no presta rendición de cuentas, siendo mucho el dinero
que ha recibido de la gente de esta organización, que ahora pretende se quede
en la impunidad, disfrazando el caso con un amparo, por lo que solicita se
declare improcedente con costas.

I.2.4. Resolución

La Sala Penal Primera del Tribunal Departamental de Justicia de Oruro,


constituida en Tribunal de garantías, pronunció la Resolución 05/2012 de 2 de
“febrero” -lo correcto es marzo-, cursante de fs. 138 a 141, que concede la
tutela solicitada y en su mérito, dispone que las autoridades demandadas
pronuncien nuevos requerimientos conclusivos, sujetos a una cabal aplicación
de las normas procesales; con costas y responsabilidad civil, fundando su
Resolución en: 1) Que evidentemente, Agapito Núñez Rodríguez inicia un
proceso penal contra Eugenio Díaz Paredes, Avelino Canaviri Apaza, Román
Choque Ticona, Marina Choque Lupe y Elizabeth Condori Alavi, por la presunta
comisión de los delitos de robo agravado, allanamiento de domicilio y daño
calificado. Proceso penal en el que a la conclusión de la etapa preparatoria, se
pronuncia el sobreseimiento de los imputados, con el razonamiento de que el
apoderamiento de los muebles del accionante resulta injusto, una vez que se
produce por la fuerza empleada sobre la cosa; pero que no se modificó su
estado físico, los que fueron depositados en dependencias de la FELCC, por los
mismos imputados y que la víctima no se digna en recogerlos; al mismo
tiempo, alude a la facultad que le confiere la previsión del art. 323.inc.3 del
CPP, para pronunciar el requerimiento conclusivo de sobreseimiento, respecto a
la insuficiencia de prueba para sustentar la acusación y, en el caso, considera
que los colectados en la tarea de investigación son insuficientes, no obstante
concluir en su primera parte de que el apoderamiento de los muebles fue
injusto y con fuerza en las cosas; 2) El reclamo del accionante por la ausencia
de fundamentación en el requerimiento conclusivo, respecto de los delitos de
allanamiento de domicilio y daño calificado atribuido a los imputados, resulta
evidente; sin embargo, en la parte dispositiva de la Resolución, el
sobreseimiento comprende no sólo al delito de robo, sino también a los delitos
de allanamiento de domicilio y daño calificado, fundando en la actitud de la
víctima, de no recoger los objetos sustraídos, reflejando un razonamiento nada
idóneo a las características de los hechos y a la naturaleza de los elementos
constitutivos del tipo penal; resultando forzado la consideración del Ministerio
Público para justificar un sobreseimiento; 3) En cuanto a la producción de
prueba a cargo del querellante, en relación al art. 6 del CPP, este razonamiento
muestra una actitud negligente del Ministerio Público, cuando delega la
obligación de generar prueba a la víctima, en equívoca aplicación de esta
norma, si consideramos que en la tarea de investigación, el Ministerio Público
es el primer responsable de la obtención de los elementos de convicción
indiciarios tratándose de la etapa preparatoria; 4) Impugnada la Resolución de
sobreseimiento, emerge el requerimiento de la autoridad jerárquicamente
superior, pronunciada por el Fiscal Departamental, que para ratificar dicha
determinación fiscal, efectúa una conversión de presupuestos jurídicos, como la
sustracción de enseres del accionante en la medida de decomisó, sin embargo,
de no ser parte del fundamento del requerimiento conclusivo del Fiscal de
Materia; por otra parte, ingresa en un examen de los tipos penales atribuidos a
los imputados, refiriéndose a los delitos de allanamiento de domicilio, daño
calificado y robo agravado, y en cuyo mérito, decir que la destrucción del bien
inmueble del querellante fue ejecutado por los imputados con dolo descrito en
el art. 14 del Código Penal (CP), actuando conjuntamente y estableciendo
responsabilidad de los hechos en calidad de autores, por la comisión del delito
de robo agravado. Sin embargo de llegar a esa conclusión, en la parte
resolutiva del fallo, considera que el hecho no es corroborado con los
elementos colectados en la investigación preliminar y que resultan insuficientes
para fundar la acusación; y, 5) Finalmente, en base a lo expuesto concluye, la
vulneración de los derechos y garantías constitucionales previstas en el art.
115.I y II de la CPE, al sobreseer a los imputados apartándose de normas
legales prescritas en los arts. 124 de la CPE (abrogada) y 6 del CPP, traducidos
en omisión de fundamentación e incongruencia en las resoluciones de ambas
autoridades demandadas, al invertir la carga de la prueba a la víctima y admitir
facultades de decomiso a particulares para justificar un sobreseimiento a favor
de los imputados, incurriendo en denegación de acceso a la justicia, a la
protección efectiva y a una justicia eficaz, vulnerando al mismo tiempo la
garantía y el derecho a un debido proceso, en su componente de legalidad y
derecho a la fundamentación en las Resoluciones impugnadas.

II. CONCLUSIONES

De la revisión y compulsa de los antecedentes que cursan en obrados, se


establece lo siguiente:

II.1. De fs. 1 a 2 vta., cursa memorial de 19 de agosto de 2010, por el que se


establece que el ahora accionante, Agapito Núñez Rodríguez, formaliza
querella contra Eugenio Díaz Paredes, Avelino Canaviri Apaza, Marina
Choque Lupe y Román Choque Ticona, por la comisión de los delitos de
allanamiento de domicilio y robo agravado.

II.2. De fs. 31 a 34, cursa imputación formal de 10 de noviembre de 2010,


contra Eugenio Díaz Paredes, Avelino Canaviri Apaza, Marina Choque
Lupe, Román Choque Ticona y Elizabeth Condori Alavi, por la comisión
de los delitos de robo agravado, daño calificado y allanamiento de
domicilio, previstos y sancionados por los arts. 332.2, 358.3 y segundo
párrafo del art. 298 del Código Penal.

II.3. De fs. 48 a 50, cursa Requerimiento conclusivo de 18 de julio de


2011,emitido por el Fiscal de Materia, Lindón Requena Johnson, de cuya
parte resolutiva se establece que la citada autoridad ahora demandada,
emite sobreseimiento en favor de los imputados Eugenio Díaz Paredes,
Avelino Canaviri Apaza, Marina Choque Lupe, Román Choque Ticona y
Elizabeth Condori Alavi, por no existir los elementos de prueba que
puedan fundar acusación fiscal, por la presunta comisión de los delitos
de robo agravado, daño calificado y allanamiento de domicilio.

II.4. De fs. 51 a 52 vta., cursa memorial de 1 de agosto de 2011, mediante el


cual, el ahora accionante, formula impugnación contra el sobreseimiento
de 18 de julio del mismo año, pronunciado por el Fiscal de Materia,
Lindón Requena Johnson.

II.5. Por Resolución de 5 de agosto de 2011, cursante de fs. 3 a 58, el Fiscal


Departamental a.i., Gonzalo Martínez Guzmán, ahora demandado,
resuelve la impugnación antes citada, ratificando el requerimiento
conclusivo de sobreseimiento de 18 de julio del mismo año, disponiendo
la conclusión del proceso, la cesación de medidas cautelares y la
cancelación de antecedentes penales de los imputados.
III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO

El accionante alega, que dentro del proceso penal seguido contra Eugenio Díaz
Paredes, Avelino Canaviri Apaza, Román Choque Ticona, Marina Choque Lupe y
Elizabeth Condori Alavi, por la comisión de los delitos de robo agravado, daño
calificado y allanamiento de domicilio, se lograron reunir suficientes elementos
de juicio que acreditan la participación de los imputados, ahora terceros
interesados, en los hechos delictivos denunciados; sin embargo, el Fiscal de
Materia, Lindón Requena Johnson, de manera sugestiva y contra todo
pronóstico, emitió el requerimiento conclusivo de sobreseimiento, exento de
una adecuada fundamentación y manifiestamente incoherente, donde le
atribuye la carga de la prueba al querellante y exime de responsabilidad penal a
los imputados, bajo el argumento de que éstos devolvieron las cosas sustraídas
y no fueron recogidas por la víctima. Impugnada esta Resolución, el Fiscal
Departamental a.i., Gonzalo Martínez Guzmán, ratificó el sobreseimiento,
incurriendo en una total incongruencia al manifestar en principio que el
Ministerio Público, cuenta con suficientes elementos de juicio para sostener que
los delitos investigados fueron cometidos por los imputados, y de modo extraño
concluye, que el Fiscal de Materia no incurrió en omisiones indebidas y que las
evidencias recolectadas son insuficientes para sustentar la acusación. En
revisión, corresponde analizar si los actos denunciados ameritan conceder o
denegar la tutela solicitada.

III.1. Naturaleza jurídica de la acción de amparo constitucional

La acción de amparo constitucional, es una acción de defensa de todos


los derechos fundamentales y garantías constitucionales consagrados
en la Ley Fundamental, en los Pactos y Tratados Internacionales en
materia de derechos humanos ratificados por el Estado Plurinacional de
Bolivia; salvo los derechos a la libertad, la vida, intimidad, privacidad
personal o familiar, a la imagen, honra y reputación que están bajo la
tutela de la acción de libertad, la acción de privacidad, y la acción de
amparo constitucional, dependiendo del caso concreto; en este
entendido el art. 128 de la CPE previene que la acción de amparo
“tendrá lugar contra actos u omisiones ilegales o indebidos de los
servidores públicos, o de persona individual o colectiva, que restrinjan,
supriman o amenacen restringir o suprimir los derechos reconocidos por
la Constitución y la ley”.

De acuerdo al art. 129.I de la CPE, la acción de amparo se caracteriza


por los principios de subsidiariedad e inmediatez, en cuya virtud solo
puede ser activada cuando la persona no cuente con otro medio o
recurso para la protección inmediata de los derechos y garantías
restringidos, suprimidos o amenazados, lo que implica el agotamiento
previo de todos los medios de impugnación, sean administrativos o
judiciales, antes de acudir a la protección que brinda esta acción
tutelar. Respecto al segundo principio, dada la característica de
protección inmediata de esta acción tutelar, este principio está
vinculado al plazo para su interposición, de acuerdo al art. 129.II de la
Ley Fundamental, es de seis meses.

Considerando que la problemática motivo de la presente acción,


cuestiona la legalidad de resoluciones emitidas por autoridades del
Ministerio Público ahora demandadas, concretamente sobre un
requerimiento conclusivo de sobreseimiento pronunciado por el Fiscal
de Materia y ulterior ratificación en vía de impugnación por el Fiscal
Departamental; antes de ingresar al análisis de fondo, corresponde
establecer si contra la referida Resolución de ratificación, en
observancia del principio de subsidiariedad cabe algún medio
impugnativo como alegaron los demandados. En este marco; de
acuerdo al art. 323 inc. 3) del CPP, el sobreseimiento emitido por el
Fiscal constituye una de las formas de conclusión de la etapa
preparatoria del proceso penal, como ocurrió en caso en análisis, esta
Resolución de acuerdo al art. 324 del Código citado, es susceptible de
impugnación por el querellante dentro de los cinco días siguientes a su
notificación, el que debe ser resuelto por el Fiscal superior jerárquico en
similar plazo; de donde se deduce que contra la resolución emitida por
el superior jerárquico, la norma procesal ordinaria no reconoce medio
de impugnación alguno, en virtud a que esta facultad del Fiscal según
los preceptos adjetivos señalados se produce al interior del Ministerio
Público, por cuanto es producto de la labor investigativa efectuada bajo
la dirección de este órgano conforme a las facultades al efecto previstas
por la Constitución Política del Estado Plurinacional y la Ley Orgánica
del Ministerio Público; lo que permite inferir que en el caso presente el
accionante agotó los medios de impugnación previstos por el
ordenamiento jurídico procesal penal. En este mismo sentido, en un
caso similar la SC 0965/2006-R de 2 de octubre, determinó que: ”no es
posible concluir, que la autoridad competente para efectuar el control
de la decisión asumida por el Fiscal de Distrito, esto es de revocatoria
o rechazo de denuncia, sea el juez cautelar que se encuentra a cargo
del control jurisdiccional de la investigación, o tener la percepción de
que atendiendo el carácter subsidiario que rige al recurso de amparo
constitucional, el recurrente que cuestione la decisión final asumida por
la autoridad fiscal en la etapa preparatoria, deba, antes de interponer
esta acción tutelar acudir ante dicha autoridad judicial; dado que el
alcance del principio de subsidiariedad desarrollado en la uniforme y
profusa jurisprudencia constitucional implica, conforme se concluyo en
el Fundamento Jurídico III.1, en esencia, la obligación que tiene la
parte recurrente de agotar todos los recursos que la legislación vigente
le concede para la protección inmediata de los derechos y garantías
restringidos, suprimidos o amenazados antes de interponer el recurso
de amparo; medios o recursos, que la norma procesal penal ordinaria
no reconoce y menos ante el juez cautelar a efectos de que puedan ser
utilizados, previamente para que se opere la subsidiariedad del recurso
de amparo”.

Razonamiento coherente que también fue asumido en las SSCC


2074/2010-R y 1442/2011-R, entre otras.

III.2. Sobre el principio de congruencia y la motivación de las


resoluciones

III.2.1. Principio de congruencia

Con el objeto de resolver la problemática planteada, resulta


necesario referirnos a los alcances del principio de
congruencia, que es relevante en cualquier naturaleza de
proceso, de manera especial en materia penal; para este
cometido acudiremos al desarrollo jurisprudencial efectuado
por el extinto Tribunal Constitucional a través de la SC
1619/2010-R de 15 de octubre, que estableció que en el
ámbito procesal este principio debe ser entendido como: “la
estricta correspondencia que debe existir entre lo peticionado y
lo resuelto, en materia penal la congruencia se refiere
estrictamente a que el imputado no podrá ser condenado por
un hecho distinto al atribuido en la acusación o su ampliación.
Esta definición general, no es limitativa de la congruencia que
debe tener toda resolución ya sea judicial o administrativa y
que implica también la concordancia entre la parte
considerativa y dispositiva, y que debe mantenerse en todo su
contenido, efectuando un razonamiento integral y armonizado
entre los distintos considerandos y juicios de valor emitidos por
la resolución, esta concordancia de contenido de la resolución
y su estricta correspondencia entre lo pedido, lo considerado y
lo resuelto, conlleva a su vez la cita de las disposiciones legales
que apoyan la razón que llevó a la determinación que se
asume”.

De este entendimiento, se deduce que este principio exige la


correspondencia que debe existir entre lo resuelto por el juez y
las pretensiones planteadas por las partes en conflicto en un
proceso sea en el ámbito penal o administrativo; es decir, este
principio delimita el contenido de las resoluciones que deben
pronunciarse en concordancia con el sentido y alcance de las
peticiones formuladas por las partes; en consecuencia, es
innegable que quien administra justicia debe emitir fallos
motivados, congruentes y pertinentes, pero no es menos
evidente que si bien esos elementos de contenido de las
resoluciones deben estar presentes como parte esencial de la
misma; la exigencia de su presencia no debe ir más allá de lo
previsible en vinculación al contenido razonable que haga
contundente un fallo.

III.2.2. La fundamentación y motivación de las resoluciones

La abundante jurisprudencia del extinto Tribunal


Constitucional, la que se asume por cuanto esta no
contraviene la Ley Fundamental, ha entendido que: “La
garantía del debido proceso, comprende entre uno de sus
elementos la exigencia de la motivación de las resoluciones, lo
que significa, que toda autoridad que conozca de un reclamo,
solicitud o dicte una resolución resolviendo una situación
jurídica, debe ineludiblemente exponer los motivos que
sustentan su decisión, para lo cual, también es necesario que
exponga los hechos establecidos, si la problemática lo exige,
de manera que el justiciable al momento de conocer la
decisión del juzgador lea y comprenda la misma, pues la
estructura de una resolución tanto en el fondo como en la
forma, dejará pleno convencimiento a las partes de que se ha
actuado no sólo de acuerdo a las normas sustantivas y
procesales aplicables al caso, sino que también la decisión está
regida por los principios y valores supremos rectores que rigen
al juzgador, eliminándose cualquier interés y parcialidad,
dando al administrado el pleno convencimiento de que no
había otra forma de resolver los hechos juzgados sino de la
forma en que se decidió. Al contrario, cuando aquella
motivación no existe y se emite únicamente la conclusión a la
que se ha arribado, son razonables las dudas del justiciable en
sentido de que los hechos no fueron juzgados conforme a los
principios y valores supremos, vale decir, no se le convence
que ha actuado con apego a la justicia, por lo mismo se le
abren los canales que la Ley Fundamental le otorga para que
en búsqueda de la justicia, acuda a este Tribunal como
contralor de la misma, a fin de que dentro del proceso se
observen sus derechos y garantías fundamentales, y así pueda
obtener una resolución que ordene la restitución de dichos
derechos y garantías, así se ha entendido en varios fallos de
este Tribunal, entre ellos, la SC 0752/2002-R de 25 de junio.
Asimismo, cabe señalar que la motivación no implicará la
exposición ampulosa de consideraciones y citas legales, sino
que exige una estructura de forma y de fondo, pudiendo ser
concisa, pero clara y satisfacer todos los puntos demandados,
debiéndose expresar las convicciones determinativas que
justifiquen razonablemente su decisión en cuyo caso las
normas del debido proceso se tendrán por fielmente
cumplidas; al contrario, cuando la resolución aún siendo
extensa no traduce las razones o motivos por los cuales se
toma una decisión, dichas normas se tendrán por vulneradas”
(SC 2023/2010-R de 9 de noviembre reiterada por la SC
1054/2011-R de 1 de julio).

Del razonamiento antes expuesto, podemos inferir que la


fundamentación y motivación de una resolución que resuelva
cualquier conflicto jurídico, no necesariamente implica que la
exposición deba ser exagerada y abundante de
consideraciones, citas legales y argumentos reiterativos, al
contrario una debida motivación conlleva que la resolución sea
concisa, clara e integre todos los puntos demandados, donde
la autoridad jurisdiccional o en su caso administrativa, exponga
de forma clara las razones determinativas que justifican su
decisión, exponiendo los hechos, realizando la fundamentación
legal y citando las normas que sustentan la parte dispositiva
de la resolución; en suma se exige que exista plena coherencia
y concordancia entre la parte motivada y la parte dispositiva
de una resolución.

III.3. Análisis del caso concreto

En mérito a la línea jurisprudencial desarrollada, relativa a la


problemática motivo de la presente acción de amparo; corresponde
ahora analizar de manera específica los actos denunciados como lesivos
a los derechos del accionante, traducidos en el sobreseimiento
pronunciado por el Fiscal de Materia, Lindón Requena Johnson dentro
de la investigación penal seguida por el Ministerio Público contra
Eugenio Díaz Paredes y otros (ahora terceros interesados) por la
presunta comisión de los delitos de robo agravado, daño calificado y
allanamiento de domicilio, y ulterior Resolución pronunciada en vía de
impugnación por el Fiscal Departamental a.i., Gonzalo Martínez
Guzmán, que ratifica la indicada resolución fiscal.

Del análisis del sobreseimiento que cursa de fs. 48 a 50, se establece


que el Fiscal de Materia -ahora demandado- funda su determinación en
que: i) La parte accionante no hubiera aportado con pruebas que
ayuden a esclarecer el presente caso, haciendo alusión al párrafo
tercero del art. 6 del CPP; ii) Que el Ministerio Público desde un
principio otorgó a cada una de las partes igualdad de oportunidades,
para probar las aseveraciones planteadas; sin embargo el mismo no fue
asumido por la parte querellante; iii) Los imputados, el 7 de abril de
2011, presentaron un memorial desvirtuando los hechos, ya que los
objetos presuntamente sustraídos pertenecientes al querellante tenían
la calidad de decomiso por una rendición de cuentas respecto a la
urbanización San Francisco; iv) Que si bien existe apoderamiento
injusto de los muebles del querellante, empero la fuerza
empleada sobre la cosa no modificó su estado o situación, en
virtud a que los objetos sustraídos se encuentran en
dependencias de la FELCC, depositados por los mismos
imputados, que es de conocimiento del accionante; empero pese a la
autorización de devolución no fue recogida por la víctima; y, v) Para
formular una acusación en juicio oral debe existir convicción
total y suficientes elementos de prueba que vinculen al
imputado en la comisión del delito; en el presente caso, los
elementos que se tiene resultan ser insuficientes para dicho
fin, y si bien el Ministerio Público dictó imputación formal fue en base a
indicios que se tenían al inicio de la investigación, los que no fueron
confirmados por otros medios de prueba.

Por su parte la Resolución emitida en vía de impugnación por el Fiscal


Departamental ahora codemandado, que ratifica el sobreseimiento
antes descrito cursante de fs. 53 a 58, fundamentó su determinación en
lo siguiente: a) Los elementos de convicción acumulados en el presente
caso permite sostener al Ministerio Público la existencia del
hecho de “allanamiento”, puesto que los imputados arguyendo ser
dirigentes, so pretexto de que se les entregue por el anterior Directorio
documentos y rendición de cuentas, sin orden alguna del propietario del
bien inmueble o de autoridad competente, ingresaron violentamente,
con fuerza en las cosas, logrando destrozar la puerta y las ventanas y
todo lo que ofrecía resistencia, cometieron este hecho. Asimismo los
imputados consumaron el hecho antijurídico de daño simple
tipificado por el art. 357 del CP, afirmando que del estudio de las
investigaciones existen suficientes indicios de culpabilidad de que los
coimputados mencionados, con conocimiento y voluntad perpetraron el
hecho, a sabiendas de constituir un delito actuando con dolo. Una vez
estando en el bien inmueble sin resistencia y fuera de control del
dueño, procedieron a cometer el delito de Robo agravado,
conociendo que apropiarse de un bien ajeno es una conducta
antijurídica; y, b) Que, de lo expuesto se colige que el Fiscal de
Materia, Lindón Requena Johnson, no incurrió en omisiones
indebidas, al haberse pronunciado sobre los elementos de
convicción, que tienden al esclarecimiento de los ilícitos
denunciados, siendo que las evidencias recolectadas en el
transcurso de la etapa preparatoria son insuficientes para
establecer la responsabilidad de los imputados en el hecho
denunciado, de lo que se extrae que el Fiscal de Materia, al pronunciar
el requerimiento de sobreseimiento ha obrado correctamente.

Examinada la fundamentación efectuada por el Fiscal de Materia en el


sobreseimiento, se advierte que la misma no contiene la
fundamentación y motivación suficiente, existen contradicciones claras;
cuando por una parte se afirma que existió el apoderamiento injusto de
los muebles del querellante por la fuerza empleada, para luego concluir
que no existen elementos suficientes en el cuaderno de investigaciones
para sustentar una acusación; por otra parte, no considera de manera
coherente, explícita y apegada a la ley la previsión contenida en el art.
6 del CPP, al atribuirle la carga de la prueba a la parte querellante para
fundar el sobreseimiento, bajo el razonamiento de que el querellante no
aportó mayores elementos de prueba que permitan sustentar la
acusación, cuando en la etapa preparatoria quien tiene la obligación
principal de colectar elementos de convicción es precisamente el
Ministerio Público, al estar a su cargo la persecución penal pública y la
dirección de la investigación conforme previene el art. 278 del CPP.
Asimismo en esta Resolución se advierte la omisión de fundamentación
con relación a los delitos de allanamiento de domicilio y daño calificado,
y de manera incongruente el Fiscal demandado comprende a estos
delitos en el sobreseimiento, conforme se infiere de la parte resolutiva
de este fallo, vulnerando de esta forma la garantía del debido proceso
en sus elementos de motivación y congruencia de las resoluciones, así
como el derecho a una tutela judicial efectiva consagrados por el art.
115.I y II de la CPE, cuyo cumplimiento es insoslayable por las
connotaciones que conlleva en el ámbito de la administración de
justicia, conforme se desarrolló en los Fundamentos Jurídicos III.2 de la
presente Resolución.
En cuanto a la Resolución emitido por el Fiscal Departamental a.i.; se
advierte con mayor claridad la incongruencia en la que incurre esta
autoridad, cuando de manera categórica refiere que existen suficientes
elementos de convicción recolectados en la investigación que permiten
sostener que los imputados cometieron los delitos de allanamiento de
domicilio, daño y robo agravado y, contradictoriamente opta por
ratificar el sobreseimiento, alegando que el Fiscal de Materia no hubiera
incurrido en ninguna omisión, por cuanto los elementos colectados en la
etapa preparatoria son insuficientes para establecer la responsabilidad
de los imputados; por otra parte, esta Resolución no señala con claridad
y precisión los fundamentos jurídicos en que sustentan su posición y en
los que se identifique con claridad qué criterios o principios
interpretativos fueron empleados, limitándose a efectuar afirmaciones
contradictorias carentes de sustento fáctico y doctrinal; no obstante la
obligatoriedad que tiene el Ministerio Público de fundamentar sus
resoluciones de acuerdo a los arts. 73 del CPP y 61 LOMP; lo que
permite concluir que la autoridad Fiscal Superior demandada, en lugar
de enmendar las vulneraciones en que incurrió el inferior, consolidó
estos actos lesivos, vulnerando a su vez los derechos y garantías
constitucionales de la tutela judicial efectiva y el derecho al debido
proceso consagrados por el art. 115.I y II de la CPE, correspondiendo
otorgar la tutela demandada.

En consecuencia, el Tribunal de garantías, al haber concedido la tutela


solicitada, ha efectuado una correcta compulsa de los antecedentes y las
normas aplicables al mismo.

POR TANTO

El Tribunal Constitucional Plurinacional en su Sala Segunda; en virtud de la


autoridad que le confiere la Constitución Política del Estado Plurinacional de
Bolivia y el art. 12.7 de la LTCP; en revisión, resuelve: APROBAR la Resolución
05/2012 de 2 de “febrero” -lo correcto es marzo-, cursante de fs. 138 a 141,
pronunciada por la Sala Penal Primera del Tribunal Departamental de Justicia
de Oruro; y, en consecuencia, CONCEDER la tutela solicitada.

Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional


Plurinacional.
Fdo. Dr. Gualberto Cusi Mamani
MAGISTRADO

Fdo. Dra. Mirtha Camacho Quiroga


MAGISTRADA

You might also like