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El costo de capital es la tasa de rendimiento promedio que debe tener una empresa para
compensar su financiamiento. Es decir, se trata de un costo que debe cubrir por utilizar capital
de terceros, y regularmente se hace a través de la emisión de acciones o de títulos de deuda.
Si, una empresa, por ejemplo, quiere expandir sus operaciones o lanzar una nueva línea de
productos, debe evaluar si el rendimiento esperado es suficiente para cubrir todos los costos
de financiamiento. De esta manera puede tener claro si se trata de una inversión que vale la
pena, y si existe potencial de obtener ganancias.
El costo de capital de una empresa es un dato muy importante, y la mayoría de los analistas e
inversionistas lo utilizan como referencia para tomar algunas decisiones financieras.
Utilizándolo como referencia se puede:
Conocer el rendimiento financiero de una empresa y saber si es necesario aplicar algún tipo de
cambio.
Estimar los márgenes de beneficio de la empresas teniendo como referencia sus necesidades.
Se trata de una herramienta fundamental tanto para las empresas como para los inversionistas.
Aunque el concepto de costo de capital abarque todas las fuentes de financiamiento que debe
cubrir una empresa, existen ciertas particularidades en relación a las fuentes de las que se
obtienen los recursos, por eso, existen diferentes tipos de costo de capital.
Este tipo de costo de capital se obtiene al promediar el costo de todas las fuentes de
financiamiento de una empresa, incluyendo el capital propio, y se utiliza para calcular cuál es el
rendimiento mínimo que debe tener para cubrir gastos como pago de intereses sobre
préstamos, comisiones bancarias, y primas de riesgo, entre otros muchos más.
Además, con él se determina si la empresa ofrece un buen nivel de rendimiento para los
inversionistas, o si hace falta hacer ajustes en la estructura de financiamiento para mejorar la
rentabilidad.
El costo de capital propio es una medida que se utiliza para determinar el rendimiento o los
beneficios que debe ofrecer una empresa a las personas que invierten en ella. Este costo
depende de muchos factores, dentro de los que se encuentra el riesgo percibido de la
empresa, las condiciones del mercado de valores, y las expectativas de los inversionistas.
Analizando el costo de capital, se pueden tomar mejores decisiones y evaluar qué tan viables
son algunos proyectos de inversión, cuáles son las mejores opciones para obtener
financiamiento, y cuál es el valor de la empresa en el mercado.
A diferencia de los costos de capital de los que hemos hablado hasta ahora, el costo de capital
de trabajo se centra en la rentabilidad que se le debe ofrecer a terceros que ayudan a financiar
a las empresas, sino en los gastos que se deben cubrir para mantener las actividades
operativas.
Es decir, es el precio que se paga por los recursos que se obtienen para cubrir el pago de
salarios, el mantenimiento de los inventarios, y el pago a los proveedores.