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ORATORIA
Clase N°1
Presentación, Miedos y Oratoria
ÍNDICE.........................................................................................................................................2
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA.....................................................................................................12
DESCRIPCIÓN:
La habilidad de hablar en público en forma clara y ordenada acorde a objetivos previamente
fijados constituye una competencia clave para todas aquellas personas que deseen cumplir roles
de relevancia en cualquier tipo de organización. La planificación y el manejo de los tiempos, el
cuerpo, las palabras, los recursos auxiliares constituyen herramientas indispensables para que los
mensajes lleguen a la audiencia en forma efectiva.
TEMARIO
2. El Lenguaje del Cuerpo: Todo comunica y lo “no verbal” dice mucho más que las palabras que
se enuncian. Comprender todas las variantes intervinientes en el proceso oratorio ayuda a
potenciar el momento de enunciar un discurso.
3. Cómo Preparar una Presentación Estratégica: La oratoria no busca acumular palabras sin un
propósito. Es necesario definir objetivos, estudiar a la audiencia, definir mensajes clave para
que la oportunidad de pararse frente a muchas personas no sea desperdiciada con palabras
vacías.
5. Apoyos Visuales: Existen diferentes recursos que complementan los discursos y los ayudan a
ser más efectivos. Pero éstos no pueden usarse en forma indiscriminada. Es por ello que
conocer cada técnica requiere una atención especial.
7. Oratoria en Radio y TV: Si de “hablar en público” se trata, las entrevistas en frente a los medios
de comunicación son los que mayores niveles de stress generan. Este tipo de oratoria es la
más simple si se sabe controlar los nervios y se conocen las técnicas adecuadas.
8. Storytelling: Las historias son las mejores transmisoras de ideas, valores y sueños. Aprender a
contarlas es una técnica increíble para generar discursos exitosos.
UN FENÓMENO DIARIO
El hombre es, desde su concepción, un ser social, un ente que vive y se nutre a partir de la
interacción con otras personas. El intercambio de información, de ideas y de soluciones sólo es
posible gracias a la comunicación. Y estamos inmersos en ella todo el tiempo.
La palabra “comunicación” proviene del Latín comunicare que significa “hacer común”, compartir.
Pero no se trata de un hecho aislado, de algo que ocurre una vez y finaliza. La comunicación es una
“construcción progresiva que se desarrolla a partir de la interacción de los participantes” (Spencer,
12) o visto de otra forma, es un “proceso de interpretación de intenciones” (Mancovsky).
Al expresar a este fenómeno cómo “proceso” queremos significar que involucra a varios
elementos que permiten generar un producto único que se constituye como tal en forma
progresiva.
“Comunicar es siempre un enlace entre dos puntos” (Ander Egg; 18), es unir a un emisor y a un
receptor (o varios) a través de un mensaje. Se trata de otorgar sentido a una parte del mundo a
partir de las palabras (Mancovsky) que escogen los actores intervinientes. Es a través de la lengua
que conocemos e interpretamos al mundo. “La palabra es un vehículo de exteriorización que
asegura nuestra relación con el mundo” (Demory; 9). La palabra es por naturaleza, “palabra para
otro” y toma cuerpo si se habilita un lugar de interrelación (Mancovsky). Todo mensaje representa
un estímulo para los receptores (Spencer; 13).
La complejidad de este proceso radica en que el mundo que habitamos es interpretado por las
personas de manera sumamente diferente por cada uno. Esto debe a las historias previas por las
que atravesaron los participantes son diversas. Cada individuo se arma de elementos diversos para
analizar los estímulos que reciben del entorno.
Es por ello que “los elementos que la constituyen <a la comunicación> no pueden recibir un
tratamiento aislado ya que su valor radica en la interrelación que los une” (Spencer; 13). De esta
manera, para intentar asegurar una correcta recepción de los mensajes deseados se deben
formular los estímulos de manera planificada y acorde a la audiencia en cuestión.
Emisor (Orador): Es aquel ente que en un momento determinado enuncia un mensaje orientado
hacia otro/otros entes. En nuestro campo de estudio, es aquella persona que se para frente a
otros con la intención de brindar unas palabras.
Receptor (Público): Aquí nos referimos a ese ente que recibe el mensaje. Y, si de oratoria
hablamos, se trata del conjunto de individuos que se encuentra escuchando un discurso. Hablando
técnicamente de la comunicación, emisor y receptor es sólo una división clasificatoria para el
estudio de este proceso puesto que los roles cambian en forma constante. Quien recibe un
mensaje, luego enuncia otro como respuesta que es recibido por el primero.
Contexto (Background): Me refiero a todo aquello que rodea al proceso comunicativo. Hablo del
lugar donde se encuentran, la iluminación, la calefacción. Pero también me refiero a la historia de
los participantes, a las llamadas que recibió el de la cuarta fila, al mal o buen día que tuvo el
orador, al motivo por el cual se reunió todas esas personas en el mismo lugar.
Ruido: Si, por alguna razón, alguno de estos elementos falla y no se produce el intercambio de
mensajes, la comunicación no se produce y todos los esfuerzos fueron en vano.
La comunicación posee infinitas formas de manifestarse que van desde la televisión, internet y los
periódicos hasta una conversación, un abrazo y un discurso para 20, 50 o miles de personas. De
todas estas expresiones, la oratoria (el arte de hablar en público) es una de las más complejas y la
que despierta más miedos en las personas.
Todos tenemos incorporados el hablar “uno a uno” pero solemos tener inconvenientes cuando se
trata de “uno a muchos”. Muchas personas son renuentes a utilizar el lenguaje oral, tal vez, por
falta de preparación, inhibición o comodidad (Fernández; 14). La vergüenza, la incomprensión, el
desprecio suelen ser algunos de los miedos que se suelen relacionar con el hablar ante una
audiencia numerosa.
“Por lo general la gente sabe qué decir, el problema se plantea en relación al cómo organizar las
ideas y cómo decirlo” (Ander Egg; 17). Esto se debe a que una buena enunciación puede no
producir una comunicación correcta” (Ander Egg; 18). Expresarse bien no consiste en acumular
palabras y alinear frases esperando que lo que quiero decir termine por traslucirse” (Demory; 9)
El encontrarse frente a un público amplio suele ser una situación de gran estrés, de gran
importancia y de muchos riesgos. Un correcto uso de la palabra puede ayudar a lograr las metas
deseadas y un correcto empleo de la técnica oratoria facilita la superación de las grandes barreras
que impone el público.
IMPORTANCIA DE LA ORATORIA
“¿Quién no tiene que hablar en público? Es muy difícil no tener que hacerlo alguna vez. Pero es
Imposible si se trata de una persona que realiza algún tipo de acción pública, ya sea, en el ámbito
sindical, empresarial, político, cultural o educativo.
Un buen orador debe ser capaz informar, entretener, convencer y motivar a un auditorio. No se
trata de disparar una seguidilla de palabras al aire como si fuéramos una suerte de “Rambo” con
una ametralladora en nuestras bocas.
Debemos emplear toda la información sobre el tópico que nos interese, ordenarla y decorarla para
que aquellos que nos escuchan puedan disfrutar del momento que nos dedican. Pero también
Una de las primeras formaciones en oratoria que presencié, cuando tenía sólo 18 años, estuvo a
cargo del Dr. Ignacio Dibártolo (eminencia en la temática). En esa ocasión dijo una frase que me
marcó y nunca dejo de recordarla: “Está tan mal hablar sin tener nada que decir; como no hablar
cuando se tiene algo que decir”.
Todos hemos presenciado discursos en los que en lo único que pensábamos era el momento en
que termine. Incluso, muchas veces hemos hecho el esfuerzo por concentrarnos en las palabras,
pero el bostezo era mucho más fácil. Es muy probable que también hayan experimentado
ocasiones en las que tenían un profundo deseo de decir unas palabras, compartir una reflexión o
brindar un granito de arena, pero el miedo, la tensión, la emoción o el no saber cómo expresarlo,
los detuvo.
EL MIEDO ESCÉNICO
Según estudios llevados a cabo en Europa y Estados Unidos, el 90% de las personas manifiesta
tener pánico de hablar en público. Sostienen que la exposición frente a muchas personas les
genera pavor porque piensan que el auditorio de burlará o rechazará sus ideas (o a ellos). Frente a
estas “premoniciones”, se representan imágenes mentales bochornosas y se visualizan
marginados socialmente.
La realidad, es que la enunciación de un discurso es una situación “crítica”. Y usamos este término
en el sentido chino de la expresión “crisis”. Al pararnos frente a varias personas y pronunciar unas
palabras, podemos cometer papelones, paralizarnos y, así, desperdiciar la ocasión.
Pero también esos instantes son una GRAN oportunidad de transmitir nuestros pensamientos, de
convencer a nuestros oyentes y de generar cambios en la conducta/decisiones de ellos.
En toda situación crítica se experimenta una descarga de adrenalina en nuestro cuerpo que
depende de nuestra actitud, las consecuencias que se generen. Durante una carrera, podemos
alcanzar mayores velocidades que en los entrenamientos previos. En una pelea, poseemos
mayores fuerzas de las que nosotros mismos pensamos que tenemos. Pero frente a un examen,
podemos pensar más y mejor sobre el tema o podemos paralizarnos, olvidarnos todo lo leído o,
incluso, descomponernos. La misma situación se presenta al hablar en público.
La pregunta inmediata que surge es: ¿se pueden evitar las reacciones negativas? Y la respuesta es
un enorme SI. Pero el miedo o nerviosismo es inevitable y yo me jugaría a decir que es sano y
necesario. Ese sentimiento nos indica la acumulación de adrenalina. Ahora, si no queremos que
reserva de energía se vuelva en nuestra contra, debemos prepararnos y conocer nuestras
fortalezas junto con debilidades.
3. ADÉCUESE: No es lo mismo hablar un tema frente a niños de jardín que frente a sus padres o
a un grupo de abogados. Cada público merece un tratamiento diferenciado y usted debe
adaptarse a la audiencia y no al revés.
4. SONRÍA: Si no está contento al decir algo, ¿por qué habría de estarlo de escucharlo?
5. COMUNÍQUESE: Es decir, diga lo que tenga que decir pero, por sobre todo, escuche a sus
interlocutores y bríndeles una respuesta.
6. ILUSTRE: Las imágenes, los ejemplos y las historias son los mejores conductores de mensajes.
Utilícelos cada vez que pueda.
8. SINCÉRESE: Si sus palabras mienten, existen otros factores que le indicarán a la audiencia que
“hay gato encerrado”.
9. RELÁJESE: Si realizó todos los puntos anteriores, no se preocupe: va a salir todo bien.
10. PRACTIQUE: Hablar en público es un arte que sólo se aprende en gerundio HABLANDO!!!!!!
Cada vez que tenga la oportunidad y tenga algo que decir, hágalo. Y ensaye hasta el
cansancio, frente al espejo, frente a familiares, frente a una filmadora.
1. LA IMPOSIBILIDAD DE NO COMUNICAR
Este axioma se deriva necesariamente de una propiedad básica del comportamiento; esto es, no
hay algo que sea lo contrario de comportamiento, no existe el no comportamiento y, por lo tanto,
es imposible no comportarse. Moverse o permanecer quieto, hablar o guardar silencio, sonreír o
mostrarse indiferente, presentarse o retirarse en una situación, etc., todos constituyen
comportamientos. Si se acepta que todo comportamiento en una situación de interacción tiene un
valor comunicativo, entonces no se puede dejar de comunicar, aun cuando se intente.
- Alguien que entra a una habitación llorando sin saber que hay una persona en la
habitación de al lado. La segunda persona se verá afectada por el comportamiento de la primera,
pudiendo permanecer callada para no molestar, abandonar la pieza, ir a consolarla, etc., pese a
que la primera persona no tuvo intención alguna de comunicarle a él su pesar.
El aspecto conativo se refiere a qué tipo de mensaje debe entenderse que es. Cómo debe
entenderse la comunicación en la relación entre los comunicantes.
Puede que el mensaje tenga el mismo contenido (información), pero que definan relaciones
distintas (distintas formas de decir las cosas) Por ejemplo, cuando Diego le preguntó a Pilar por las
llaves del auto, ella le respondió: “las llaves están sobre la mesa” (aspecto referencial o de
contenido) El hecho de decirle dónde estaban las llaves fue amistoso (aspecto conativo o
relacional)
La relación puede expresarse en forma no verbal y puede entenderse claramente a partir del
contexto en el que tiene lugar.
Toda comunicación tiene un aspecto de contenido y un aspecto relacional, tales que el segundo
clasifica al primero y es, por ende, una "meta-comunicación".
La puntuación organiza los hechos de la conducta y resulta vital para las interacciones en marcha.
Comunicación análoga: todo lo que sea comunicación no-verbal (postura –proxemia–, gestos,
expresión facial –kinesia–, la inflexión de la voz, el ritmo –paralingüística–).
Comunicación digital: el habla, el lenguaje. Aquí, los objetos o eventos son expresados mediante
un conjunto de signos arbitrarios que no guardan necesariamente una semejanza estructural con
dicho objeto o evento. Por ejemplo, no existe nada particularmente similar a una mesa en la
palabra “mesa”.
Toda comunicación tiene un aspecto de contenido y un aspecto relacional, ambos modos no sólo
existen lado a lado, sino que se complementan entre sí en cada mensaje.
El aspecto relativo al contenido se trasmite en forma digital, mientras que el relativo a la relación
es de naturaleza analógica.
Además, en el mensaje analógico suele ser ambiguo y tener varios significados (llanto de alegría,
de tristeza), y no posee indicadores de presente, pasado o futuro que existen en la comunicación
digital.
Los seres humanos se comunican de las dos formas. El lenguajedigital cuenta con una sintaxis
lógica sumamente compleja y poderosa pero carece de una semántica adecuada en el campo de la
relación mientras que el analógico posee la semántica pero no una sintaxis adecuada para la
definición inequívoca de la naturaleza de las relaciones.
Este tipo de relación es frecuente entre padre e hijo, jefe y subalterno, médico y paciente, etc.
1. Ander Egg, Ezequiel. Cómo aprender a hablar en público. Editorial Magisterio del Río de la
Plata.
2. Colombo, Daniel. Cómo hablar bien y ganar más. Clarín Pymes. 2011.
3. Demory, Bernard. Convencer con la palabra: El arte de persuadir. Editorial Granica. 1995
4. Di Bártolo, Ignacio. Oratoria Contemporánea. Editorial El Corregidor. 2ª Ed.
5. Fernández, Jorge O. La Expresión Oral. Editorial Lumiere. 4ªEd.
6. Mancovsky, Viviana. “Cuando la Comunicación Estalla”. Novedades Educativas. Nº187. Julio
2016
7. Spencer, William J. Oratoria: El mágico poder de la palabra. Editorial Andrómeda. 3ª Ed. 2010