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2019? No es lo més importante de esta historia, pero en el principio fue el verbo y por alli debemos partir. Y el verbo de Chile fue a Y mercantilizar era Dios. Ese fue el orden, la operacién en régimen. El 18 de octubre (nuestro 18 de Brumario) el verbo fue suprimido y los mercados quedaron en estado de sitio, Cémo el funcionamiento de las normas cientificas de los economistas terminé con la especifica forma de vida econémica que ellos habfan procurado? Es una pregunta impor- tanté para comenzar esta pequefia historia de suefios tecnocrdticos rotos y de un ex exitoso pais que tendra que pagar la cuenta de los ahorros a los que lo obligaron o forzaron los Chicago Bays. Porque hoy Chile y los chilenos comienzan a pagar la cuenta de toda la austeridad del Estado y de todo el consumismo privado. La frase “es la economia, esttipido”, violentada en este titulo, hace referencia a Ia campafia de Bill Clinton de 1992 cuando, al tener que enfrentar a George Bush (quien gozaba de un porcentaje de aprobacién altisimo por su politica exterior y el resonante triunfo en Irak), se definié cambiar el eje de la discusién desde la politica a la economfa, El asesor James Carville apunts en un muro de !a ina del comando de Clinton sionante, pues el ituacion econémica de los de la competencia. La frase fue un éxito imp: “the economy, stupid’. La trates: discurso cambiaba desde el éxito politico » hogares. Clinton logré asi cambiar las regl funea fue enunciada en pablico, pero el rumor sobre ella se transformé €n\tun potente rio para refetir a la necesidad de lo obvio. Nosotros he. mos subvertido la frase, cambiamos la “economia” por el “economista’ y Te quitamos la coma. Con ello, es el economista el esttipido, pero por las mismas razones argumentadas por Carville en 1992: los economistas defensores del modelo neoliberal en Chile dejaron de lado las variables dela economia de los hogares y se refugiaron en las condiciones estruc~ furales de las finanzas, las grandes empresas y los datos pais. A eso le lamaron responsabilidad. Y a la adaptacién de Chile a estas reglas se le Mlamé necesidad.Y a toda argumentacién diferente a las sefialadas por los Chicago Bays y sus seguidores se la califics de pseudociencia e ideologia, treinta afios?’ Por qué un dia Chile convirtié treinta pesos en ; aes laces aproxima- lie podefa negar que eran treinta pesos (0,05 4 : ee los ee oma en el origen de todo (cl aumento de la tarifa Gel Metro). Pero, al igual que Job que tolerd los mis grandes dolores sin tebelarse,llegé-un punto en que decidié que no toleraria mas. Habia acep- tado con tribulaciones las muertes de sus cercanos, pero estallé ante una enfermedad a la piel. No, no era una enfermedad a la piel el problema; cra Ja suma de todo lo anterior. Cuando Job se rebelé lo hizo por las pustulas y la picazén, pero detras de ello estaba todo el ganado muerto, su esposa muerta, sus hijos muertos. No fue la picazon, sino todo el dolor acumulado. Pero los teenderatas? en Chile dijeron: “Son treinta pesos” y agregaron que jncluso el alza del precio del Metro (que a eso se referfan los treinta pe~ sos) no afectaba a quienes protestaban, los estudiantes, cuya tarifa se habia mantenido. Y luego los administradores del modelo decidieron ir mis lejos y desafiaron a los estudiantes: uno les dijo, por televisiGn, que su protesta habia sido un fracaso, un par de dias antes de que la protesta evolucionara al mayor estallido social de la historia de Chile. El otro, por redes sociales, se burlé del esfuerzo de los estudiantes de asociar la critica al aumento de tarifa a la sociedad de consumo y publicé en una red social que todo estaba tranquilo en un barrio universitario, que las personas hacian filas para co mer en McDonald's y que quienes se imaginaban que esto serfa similar a Jo de los chalecos amarillos debian quedar esperando su revoluci6n frustrada. 1 La frase ‘no son treinta pesos, son treinta afios” ha sido uno de los motives mas sefialados por quienes protestan como fundamento de su accién. Ana Tijoux répidamente compuso un tema, “Cacerolazo”, donde esta frase qued6 cristalizada, La importancia de la frase no std solo en el componente histérico que convoca, sino en el limite temporal. ‘Tieinta afios es lo que nos separa hoy del inicio de Ia democracia. Hace exactamente treinta afios Pinochet ya habia perdido el plebiscito y este trabajaba con la Concertacién para ir avanzando hacia una transici6n limpia. En 1989 se votaron —con apoyo politico desde la derecha dura hasta el Partido Socialista— las cincuentay cuatro reformas constitucionales que, al mismo tiempo, permitian modificar algunos elementos excesivamente autoritarios de In constiicién (lo que le importaba a In izquierda) y mantener el mismo texto constitucional instaurado en dictadura (lo que le importaba a la derecha). 2 La mirada teenocrética en Chile ha puesto por delante el criterio de gestion de la economia y su corriente principal. El resto de los criterios “técnicos” de los tecnécratas parecen ser la mera ingenierfa para sostener la perspectiva dominante. En este capitulo usaremos, por esto, de manera indistinta, “tecnécratas” y “economistas”. Las oan Y contradicciones entre democracia y tecnocracia, y entre integracién bai fueron examinadas en las dos versiones homéni e nimas de La tecnocracia: el fi ‘modernidad (Mayol Miranda, 2002; 2003). it sania a7 Francia parecian ye en cuestion de . crisis sistémica- Ya no eran trein= Taal eae en dafios en Metro, era ! ; una cifra inferior pablica aparte del Metro, adas laborales reducidas, eran Ja COP25, la Libertadores suspendidas, ran Jos turistas amarillos de “lado de las protestas "APEC y la final de la Cop ‘ajes, eran Ja invitaci6n a las peores semanas de la posdictadura chilena. Quienes dijeron “son treinta pesos” lo hicieron respondiendo a una forma de ver la realidad, a un paradigma que ha sido sostenido por (nos referimos a Ja disciplina econémica) Para ellos la gestion de la sociedad es ante todo Jas corrientes de la economfa hacerlo esta en Ia estructura de incentivos, con- io y el turismo, era ea n treinta pesos. Era dominantes en Chile. econémicay la forma de virtiéndose la politica publica Ja legislacion en un disefio de conductas iP 2 iy sndividuales probables ante un escenario dibujado por [a norma legal o purocritica. Este paradigma administré Chile desde la dictadura. Pero en dictadura la gestidn de esto tenia algunas grar yjerias: la accién militar ape podia controlar todo lo que la economia no podia comprar. Si en est ck fi i re , bee a eae aes cambiado durante la transicion (no era llegar y lamar a las s ca oo pa de orden, por el significado que portaban), que estaban ajenas a lo econémico sigui i ‘ Aes. : omico siguieron siendo ite de seguridad. Existi: ‘imi fa el cr 7 oie. No fuscon eonch : recimiento y la seguridad, para revisar la abundante literatura ai eens esfnncrin dione a acat r lémica que establece la continui- dad entre neoliberali: ee todo lo eicase Tagan ydtincuenca, Mis bien se io al ; abia nada més deli a: ij iguna clase de modelo distinto al chileno lelincuencial y corrupto que Ya son bi astantes los afi los en. que los chilenos miraron a quienes S promovian y organi ganizaban el desti ee lestino ‘ Primero timidamente, si acaso e peices ciléag ED ie taron decirlo a lo: ran de cari j ‘ne sus ojos. Los chilenos inten- a los politi Politicos, a los empresarios y, por su s economistas, responsable y continuo entregando los datos mas pristinos fin de afio, S equilibric fiscal correcto, siguio dejando en claro que el alumno se habia esforzado, que habia ido al sacrificio y que nuevamente habia cumplido ‘ara mayor gloria del proyecto. Job no podia resistirse a seguir siendo el cumplidor y doliente objeto de la presion divina, aun cuando cada cierto tiempo se destegulaba y hacia flamear alguna bandera levemente inco- rrecta que fequeriria del carifio y Ia comprensién de Dios. Y era entonces que se le otorgaba alguna migaia, para, Inego de su gratitud, volver a presionar con un nuevo cobro, con una nueva alza programada, con una nueva explicacién mas insuficiente incluso que el presupuesto. Chile fue responsable. Y durante décadas, durante treinta anos, ya en democracia y sin estar obligados, Chile decidis presionarse a si mismo para ser casi tan responsable con las drdenes superiores del mo- delo como se habia sido en dictadura. Que la libertad det hombre no dare Ja libertad del mercado, se habia dicho desde el Olimpo neoliberal. Y Chile escuchaba; el alumno ejemplar, el sacristan, el milagro a ser n= mado. Chile fue responsable una y otra y otra ver. ¥ la suma de toda su responsabilidad se convirtio en millones en ahorro, en acurnulacién de capital, en un pais prospero, en un ejemplo, hasta que un mal dia todo lo ghorrado, todo lo acumnulado, todo lo avanzado se derrumbé, La formula magica fue que la suma de todos los actos sponsables habia dado a luz el momento més irresponsable: todo ese sfuerzo fue declarado impuro, todo se convirtié en odio y el odio se convirtié en estallido. F] modelo habia nacido con un Estado policial procurando una economia de mercado. E] modelo moria con una economia de mercado pidiendo un Estado policial. Te todo lo derrumbado solo queda una enorme cuenta que pagar, una cuenta por todo el pasado y por todo el presente. Esa enorme cuenta es Ja suma de todos los ahorros responsables, de todas las privaciones, de todas las heridas. Esa cuenta es la desconfianza de todas las promesas rotas, Esa cuenta no la pagara Chicago y su Facultad de Economia, no la pagara el Fondo Monetario Internacional. Esa cuenta la comenzamos a pagar, desde el primer dia, los chilenos. La carta de navegacién del modelo neoliberal en Chile fue otor- gada por los economistas provenientes de las corrientes mas radicales del liberalismo econémico, donde destaca Milton Friedman, quien dijo que no hay almuerzo gratis. Cuatro ideas sustentaban su vision de la economia: ao bl : fe racaso, lismo et ae a4 I Si esta radicalidad de Ja tesis friedmaniana es importante, mas intensa resulta ser la problematica si pensamos en su propuesta politica para implementar Jos cambios que las iposituade petesian: Su aad es {ue la forma de implementas los cambios en la economia es aprovechat los momentos de excepcionalidad que plantean las crisis. Esto permite aplicar un shock de medidas a partir de un shock real eens que permite justificar las dificultades que el cambio procurara. He aqui otra muestra de su “real politi” aplicada a la gestion econémica. Chile fue el laboratorio de estas politicas radicales, el anticipo de la era Thatcher y Reagan, el inicio de la tesis de cuidar a los ricos. Y lo primero que ocurri6 en Chile, en favor de este camino, fue la implemen- tacion intelectual del proyecto. Los Chicago Bays, economistas jovenes chilenos forjados al amparo de Friedman, fueron el simbolo. Pero era todo un grupo mas amplio, que inclufa al joven ejecutivo del Banco de ‘Talca Sebastidn Pinera, quien se autodeclaraba “Harvard boy’ en una entrevista con Don Francisco en 1980 (REC Online, 2018), mientras explicaba que habia legado a Chile la verdadera modernidad en eco- nomia, el credo nuevo y verdadero, En ¢sa entrevista Pinera sefiala que dl primer Chicago Bey fue Adan, pues comprendié que, si faltaban man- zanas, no estaba mal comerse la manzana podrida. Lo cierto es que en pocos afios ese credo serfa hegeménico en las facultades de economia, que en dictadura fueron depuradas de toda diferencia. El monetarismo de Friedman se convertia en paradigma triunfante. Por cierto, todas las modificaciones que la prudencia tolerase: algiin porcentaje para Hayek y la economia austriaca, y hasta una mencidn anual, en nota al pie, para Keynes. De Marx nunca mas se supo. El paradigma de Friedman tuvo su gran triunfo en Chile. :Y en qué consiste el triunfo de un paradigma? ; Un paradigma triunfante, diria Thomas Kuhn (2004), es un es- pacio de argumentacion con reglas establecidas desde el momento en que dicho paradigma logra para si el control de las preguntas relevan- ee Un paradigma entra en crisis cuando ientifica, la que no es mero desorden, sino que ties i ‘ne una estructura definida, ya que las argumentaciones centrales del Lejos estamos de tener interés, en este especifico capitulo, de detallar todos estos puntos de la particular tabla de la ley. Solo pretendemos sereditar un hecho: desde el Big Bang del 18/19 de octubre de 2019 la tabla de la'ley se rompié por completo y ni siquiera la ley de la oferta y a demanda ha sido aceptada. Es asi como el gobierno de Sebastian Pifiera ha tenido que anun- ciar el crecimiento del Estado, ha tenido que declarar que parte de la remuneracién de los trabajadores del segmento mas bajo sera con cargo al presupuesto pablico (reconociendo que los mercados no pueden cum plir con Ja tarea de dar una vida digna), ha tenido que establecer el fin de todo aumento de precios en servicios bisicos 0 derivados de concesiones pilblicas, Hs asi como se suprimié el aumento de la tarifa del Metro (que dio origen a la cris después de la quema del edificio de la multinacional Enel), se suspendio Ja operaci6n de la institucionalidad que determina el precio de los com~ bustibles (Molina, 2019) y se suspendieron los aumentos en la tarifa del TAG”. Mas atin, el ministro de Salud, Jaime Majialich, ha dicho: “Estoy Hegando al convencimiento de que la tinica manera va a ser fijar precios” (Batarce y Vargas, 2019). El crecimiento econémico ha perdido la guerra contra la igualdad y hoy los chilenos exigen un modelo capaz de producir- Ja-¥ el valor de los ricos cae porque su acumulacién se fundamenta en una ), se suspendid el aumento de la tarifa eléctrica (justo desigualdad abusiva en sus resultados y en la microhistoria de su origen. La pregunta central del paradigma econémico hasta hace unas semanas imperante era: gc6mo hacer més prospera una economia? La pregunta urgente que se debe responder hoy es: gesmo se hace viable el sostener a toda la sociedad en la dignidad y en el acceso igualitario a los beneficios del colectivo? Cada una de estas preguntas supone un cam- bio de herramientas, de metodologia, incluso de supuestos metafisicos. E! paradigma anterior, expresado en la subcultura tecnocritica, senci- Ilamente carece de capacidad de articulacién, ‘Toda su concepcién debe ser anulada. Una revolucién cientifica, dice Kuhn, no supone el cambio de un paradigma peor por uno mejor. El iltimo paradigma no es mejor que el anterior, pues se trata de entidades inconmensurables, La fisica de Newton y la de Aristételes no compiten en calidad; lo que tienen 10 Sistem: : istema de pago por uso de autopistas concesionadas a partir de un sistema de cobranza no presencial : i S2aesa te besencal que permite mantener el fujo de velocidad en dichas autopistas 33 satog de estudio yy Po tanto, no se las puede comparar, Bok Pa ecient de una planta es movimiento, tal y como eo ee Para Aristoteles lo es un péndulo o una manz: Newton no esta en esa co: versacion. ¥ la causa final deja ignifica que alg! Yero nada de esto sig Se ‘ adigma de la economia de mercado como representacion del mun- 2 i i ue, sea verdade: do politico, econémico y social, solo debemos decir que, cae falsa su perspectiva, exitosa 0 fracasada, lo cierto es que en este estllieg se marca su final. Porque para est forma de observar, la de la economia comercial, el cambio social y las modificaciones politicas son interpreta- das como disrupcién, como alteracion del orden. El imperativo de esta visi6n teenocritica es que la disrupcién no debe existir. Esto implica que no se gestiona el conficto social, sino que se busca anularlo o disponer de un analgésico suficientemente fuerte para que, en un periodo de tiempo determinado, se pueda continuar !a operacién normal del modelo. La evidencia respecto a la consideracién de la sociedad y sus logi- cas como un ruido que podia ser acallado con un buen disefto de politica piiblica que solo considerara las necesidades y sus costos queda en evi- dencia cuando se analizan casos emblematicos cuyas soluciones posibles eran de alta complejidad y terminaron en soluciones facilistas. Un caso tepresentativo es el diserio y la implementacién del Transantiago. Cuan- a fe e oo ae las necesidades de la ciudad (can- on Feet y lo due insta i a ee el ministro de Hacienda Es csics,, ls ec] 1 cualquiera de los ministros de Ha- sa prove que ha i ae pee el mantra, la sagrada ley: siendo suequilbrio sin inversién Be el | mercado, al sistema debe encontrar fee te ahisto: menos Be ses “ aoe corriente del Betado: Enton- masiva, menos tecnologia. Se eS sglelie exclusivos de manera de simple experimento, : Partiria probando’ hasta ajustar. Es la idea que utilizando a ly a no hecho mediante un experimento, sino debidos 0st08 politicos ea oa para ello, :La premisa? Asumiendo los Sptimo que seria lo ee el sistema se ajustaria hasta un punto (X) Permitirfa en un biey, emente, bueno, pues la recaudacion estimada relativament © plazo financiar los ajustes necesarios, al menos te. Las espaldas fnancice gees we habjan Hlegado, por lo demas, tenfan ¥ Soportarian el chaparrén inicial. ana que cae. de ser en la ciencia moderna una causa, 1 es peor 0 mejor. Por eso, en favor del 34 Una premisa que a estas alturas parece graciosa, pero ¢S tragica, era que se consideré estable la cantidad de pasajeros. Es decir, frente a un sistema inviable, las personas supuestamente a) seguirfan subiendo a Jos autobuses, y b) pagarian al subir por un sistema cuyo servicio estaba geteriorado. Y eso sin contar todo el impacto politico, la desconfianza producida por este hito respecto al sistema politico y la sensacion masiva Fe derrota frente a una modernizacion fallida, Como sabemos, un pot centaje importante de personas se “bajo de la micro” y no usd mas este medio de transporte de forma regular. Esas personas ‘buscaron solucio- nes privadas. Otro porcentaje se ° abié a la micro, pero no la pagd (Por muchos afios, una merma del 20% a 30% de quienes viajaban tenia. que snternalizar el sistema). El sistema, que hhabia sido diseftado para ingre- cos por X, estaba recibiendo el 60% 0 quiats la mitad de lo estimado en origen. No era sustentable. Hubo que buscar financiamiento pablico y se aprobd. Comenzaron a realizar inyecciones anuales regulares de cerca de US$1000 millones. Surgié un problema politico: Jas autoridades de otras regiones dijeron que el transporte en Santiago estaba subvenciona- do, pero no asi en el resto del pats. Se duplicé al item y se hizo un fondo espejo para regiones. La crisis del transporte en Santiago implicaba un sustantivo gasto en subsidio y la calidad del transporte er deficiente. El origen del Tran- santiago supone una crisis consecutiva a la primera crisis relevante de Ios gobiernos respecto al mundo estudiantil en la posdictadura, con los pingtiinos, los escolares que se rebelaron a meses del origen del gobier- no de Bachelet (afio 2006). El sistema de transporte y los escolares de ‘uincé aftos se volverian a encontrar con el sistema politico devastado o credibilidad trece afios después. Pero sigamos con esta historia. El Metro, desde el desastre del Transantiago, que incluso le costé imagen al admirado ¢ impoluto Ivan Zamorano (rostro del proyecto), tuvo que soportar la presion. de hacerse cargo de una mayor cantidad de pasajetos que los estimados en origen. Metro Jo logrd. Pero sus indicadores de servicio comenzaron a verse presionados y st caracter ritual, de objeto sagrado, jamas criticado, simplemente amado, empezé a ser cuestionado. Una serie de tecnécratas, hoy famosos por haber denostado a los estu- diantes que evadieron el Metro en 2019, consideraron gue esas variables blandas de Metro no eran relevantes, que lo importante & 5° eficiente (mucha gente transportada a la vez). No calcularon, ni de cerca, la po- sibilidad de un costo final abismante. Y partieron de la premisa de que 35 ‘una €poca pasada y sin modernidad, y al tiempo oftece un nuevo orden, un sistema eficaz e inteligente de transporte, moderno, sin las excen- tricidades estéticas y funcionales de caracter premoderno de las micros existentes entonces. Luego de tribulaciones y calculos, se implementa. La promesa falla. Se le pide a la ciudadania adaptarse y confiar, se le pide que asuma el cambio de sus tiempos de viaje (para mal) y que espere una pronta solucion. El sistema empieza a mejorar. Pero los autobuses son, muchos, de la misma calidad que antes. Y la tecnologia no llega, Jos tiempos de espera son peores que antes ¥ queda en evidencia que los contratos fueron mal hechos. Los autobuses llegan sucios a iniciar su jornada, sus puertas estan malas, hay jncédmodos torniquetes dentro del autobts porque no se confia en las personas y es necesario obligarlos a pagar Qué recibio la ciudadania? Una promesa incumplida, un sistema fallido, una modernizacion falsa, un costo més alto, unas tibias disculpas de a politica y més horas de viajes. Por otro lado, se le pide que dé con- fianza y que pague la cuenta. La mayor parte de la gente paga Ja cuenta. Pero en la escena donde estén ellos, luego de pagat Ia cuenta, los prota~ gonistas visibles, el objeto de atencion del sistema, son los evasores. El + tobis esté leno de mensajes para disuadir o amedrentar a los evasores reales o potenciales. Es una escena policial todos son sospechosos, todos son supervisados por inspectores. No hay proporcionalidad alguna entre A dar de los ciudadanos (que es bastante) y lo que reciben (que es muy bajo). ¥ menos hay proporcionalidad entre lo que daba Transantiago (un trato malo ¢ insensible) y lo que recibe (subsidios, apoyo politico y un malestar sordo). aSe puede combatir el malestar social con medidas policiales? No se puede. Ya fue demostrado con el Transantiago. Uno de los artifices de todo este desastre en el sistema de transporte fue Andrés Velasco, ministro de Hacienda que se negé @ subvencionar el sistema. Hoy, en 2019, fue uno de los més intensos analistas de la crisis, osando dar ex- plicaciones y buscando salidas. Si bien el ciclo de crisis general partid en 2011 y el estallido se dio en 2019, no es menos cierto que el primer objeto que representa la estructura completa de la crisis actual se dio en el Transantiago en 2006. Primero se devasto el sistema de autobuses y solo la existencia de Metro salvé al sistema de destruirse. Y el malestar todavia no Tlegaba a su punto mis alto. Pero se siguio jugando con fuego. Y claro, en algiin momento quema.

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