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Tae mz Licenciado en Historia y diploma de eseudios avanzados (DEA) por la Universidad de Huelva. Ha sido becacio de investigacén en el Centro Andaluz de Escudo Iberoamericanos de la Universidad Incernacienal de Andalucia, profesor asociado del drea de historia contemporinea de la Univers- dd de Huelva y accualmence ejerce como investigadae docente en el mismo centro universiaro. ‘Sus principales lineas de investigacin se han drigido al estudio de elites policcas durunce hs Jnicios del régimen liberal en Espaia ya la memoria generada sobre la baalla de Trafilgac Bnure ‘sus publicaciones descacan Hele on las Corts: elites poder plticn dame fa Déada Madea (1843-1854), Universidad de Huelva, Huelva, 2007; Trafalgar. Historie y memoria de wn mito, Diputacien de Cédiz, Cédiz, 2008. Aparte de varios articulos en revistas cientiicas de dmbixo ‘espaol y capfeulos en monografs como: “Bites politcas en Huelva durance los inicios del régi- ‘men libel: diputados y dipuracin provincial 1835-1868)" y “Las elites y la construccin del Estado liberal en Espafia (1850-1874)" Resumen “Ts alcamar I independencia del dominio clo- ial espafl, en México da comienzo un proceso de evolucén politica cendence a establecer el Tstado-navin y a la creacién y consolidaci6n de ls insteaciones propias del modelo politico liberal. Todo ello acarrea el inicio dela parla- smentatizacién en la vida politica mexicana y el relewo dels clases dirjgentes con ciertasfilera- Lapresentcisn del grupo y ls cies meto- alge y de slecin se especifcin en segundo partado de est arial. Victor M. Nosez Garcia décadas, a puesto en boga el regreso de _géneros hiscoriogrificos como la biogra- fia" o los andlisis de elites politicas” Todo ello bajo la adapeacién a nuevos plantea- :ientos y necesidades de la investigacién hist6rica actual, superando anacrénicos ‘esqueras ce naturaleza descriptiva, posi- tivista ¢ incluso hagiogedfica asociados a cletermimidos intereses. En este caso se ha implementaco una herramienta ce6rica y epistemo dgica que en los diltimos tiem- pos estd en periodo de expansién en las tendencias historiogréficas: la prosopogra- fia, no s6io entendida como la actualiza~ ci6n de le clasica teoria de las elites® y el estudio de estas en mbitos de diversa ‘aturaleza, sino dentro de la recuperacién de una "ava historia politica” en que se halla inscriea "Referee los planreamients reco y eto Aolisicas de los nuevos y recientes estudio bioges- ficos vase Burd, “Dama, 2000, pp. 17-475 cen- trados en el nbito apo, Ne, "Elites", 2008, Dp, 61-95 lespecialmente pp. 63-88), y Sereno, Pigeas, 2066, pp. 7-13, "TEL incre pore estado de eites, inci es icconaio biogficos, arbi hn dado ss fre ‘edicorials en el bio invstigador mexicano en general y peblao en particular en las dias dés- ds, de cate un panorama extensoslecconamoe ‘Altamirao, Gi, 1957, y Cina, 1999; Rojas, Par, 1994; Cardoso, Forman, 1981; Balmoe, Voss Woreman, Alianza, 1990; Bernecker, 1992; Pani, lexi 2002; Thomson, Pushle, 2002: Dicionera, 1964; ‘Miquel, Diamar, 1980; Conder, Dinar, 1986, Perl, Dizinaris, 1971, y Garant, 197. Sobre la eer sca de ls elites, procedente de a socio elon de Giles del 3% y peinc- Dios del xx, vése Mosca, Clase, 1998, y Parco, Ferm, 1980, Postercemente apuecen ots apo. clones teres desde el mismo émbirasocioldgico: Kalle, Cas, 1971; Bottomore, Minar, 1965, y Blin, 1995. El acercamiento los sujetos histéricos descle una perspectiva biogrfica indivi- dlual y/o colectiva, la utilizacién del andli- sis prosopogrifico como un uso colectivo de fe misma, incluso, como un bogs fia colectiva, han abietto nuevos campos interpretativos, especialmente dentro del spectro de las elites de poder, constien- yendo una via de soluci6n de cuescionss de indole social y politica. Los estudios s>- bre elites estén ganando enteros en los af ‘nes de los historiadores(as), en todo caso el conocimiento de los origenes y desarrollo de las teoriaselicistas en los dmbitos de Ja sociologiay de la ciencia politica sul, necesatio.’ La originaria teoria de las eli- tes srgié coma tin insrrumento sociolé- gico aplicable al andlisis de la realidad Social en un contexto determinado y con tuna intencionalidad decerminadla; al apli- ‘ar en la actualidad el baremo elitista al ‘pasado, es necesario reflexionar sobre estas ‘cuestiones, sobre todo porque no debe ser ‘sgrimida Como un subterfugio metodol6- ‘gico para esconder ataques al materilismo ‘pasado 0 adhesiones al neoliberalismo pre- sence, sino que debe utilizase como ins- trumento, adaptado a nuestras percep- iones sociales actuales, para elaborat ‘materiales validos con los que poder cons- ‘truir nuestra visi6n actual de las socieds- des histéricas.* ‘Uno de los problemas de indole tesco ‘més relevantes a la hora de affontar ese tipo de investigaciones es la utilizacién, definicién y acotacién de los conceptes. El origen de este inconveniente radica en 1 uso de terminologia propia del lenguaie 7 Para profundizae sobre estas custionesrestl- tan recomendables las teflexiones de Caras, “Borguesia’ 2001, pp. 213-239. * Ii. 224, ELITES v GRUPOS DE PODER EN PUEBLA (1833-1857) ar de las ciencias sociales introducida, en oca- siones, sin una adecuada concrecién sobre su sentido y alcance; sin ir mas lejos, el propio concepto de elite o elite politica resilta muy controvertido en la sociolo- ‘ia politica” otros, como burguesia, noca- Bilddad 0 grupos de poder, también pue- den llegar a ser controverticos ¢ incluso comprometedores. En la produccién mexicana de los tilti- ‘mes afios historiadoras como Graziella ‘Altamirano 0 Guadalupe Villa ‘en un grupo de trabajo més amplio- asu- ‘men la tetminologia elitista con carac~ terizaciones politicas y relacionando es- trechamente el binomio elite-poder,"” Shas gene LA ear « de poder o, incluso, burguesia en el faze de Cleo Caos" Sin frm de po- fardlizar sobre esta cuestiGn cuyo andlisis, cexhaustivo supera los Iimiees de un ar- ticalo cientifico de esta nacuraleza," sino desde la pretensién de oftecer unos bre- vvesapuntes, asumimos en este trabajo un corcepto de lites en sentido amplio y con adjetivaciones/caracterizaciones polticas y farlamentarias, no en vano el criterio fundamental de inclusién en el geupo ana- Tizado su acceso a los cuetpos legislado- » Nites, "Bliss", 2008, p. 78 "EL drmino elite de pods Fue cufado en 1956 porsl scilogo estadanidenseC. W. Mills prseno ‘des alse sobre el problems del cambio social en [stalos Unides. Eau sa liteatusa desacan ss obo ya clisias Mills, Blin, 1957, y Hams, 1970. " La producin bibiogefica la que hacemos referencia en la noes 5 "2 Tamas esta cusién con mayor prfindi- dad en nase trabajo Nee, "Elites 2008, xp clalmente pp. 78-85; adem wéase Pro, "Blte, 1985, especialmente pp. 50-60, y“Fomaién” 2001, pp. 445-481, res mexicanos. También analizamos a la clite en clave de grupos de poder por Ia capacidad de estos sujetos no solo de ee a y poder politico sino porque esto tras- ‘iende los ambitos de lo social, econémico yy cultural; por tanto, también hacemos re- Terencia a grupos de poder en un sentido amplio, subrayando el carécter plucidi- ‘mensional del dominio que pueden lle- gar a desplegar.!? ‘Aeescala metodolégica también se ha- en necesarias unas breves puntuilizacio- nes, La seleccidn levada a cabo engloba tuna muestra de andlisis de 34 individuos procedentes de la elite parlamentaria re- ppresenranre del esrada de Puehla en los congresos generales," de un universo mu- cho més amplio, Desde 1833 hasta 1857 "Bate seco de ampli semoreatn los con ceptos hace referencia ala versulidad que en ee caso mucstia I terminolog elitita par encindsr realdades socilescomplejs, no deando de obviar 1a cima elacin entre categorie como lidet>go! clites/inoras, mis alt des wins leta o - iat tra acids por Orga y Gases, "Espa" 2005, pp. 421-512. "Ta muestaselecionada ola siguiente: Jou Pascual Almazin, Diego Aranda y Carpincciro, PPoncano Ariags, Miguel Mara Aros, Joe Migicl ‘Aroyo, Jos Luciano Becca y Jiménez Jost Rae! Bermuecos, Flix Bésteui y Arcus, Jooquls Carlo, ‘Marcin Carer, Ateadgenes Mario Castle, José ‘Maria Gora, Ignacio Comonfore,Raftel Espinoss, ‘Antonio Feraindee de Monjada, Csme Furlong y ‘Malpicay Salazar, Carls Garcia Ait, juan Goo- zilez Cabofianco, José Mata Gonziler de Mendoa, Joaquin de Faro Tamariz, Antonio de Hao y Tix ‘mariz, Domingo Tbura, Rafael Isunza Bernal, Joue ‘Maria Lafagus, Juan Mgia y Osorio, José Anto- io Maria, Tefilo Marin, Francisco Javier Miranda, José Maré Olle, Manuel Payno y Bustamance, Gu emo Prieto, Juan Rodriguez de San M gue, José ‘Maria Troacosy Miguel Valeaia y Tami. Victor M. Nofez Garcia representan al estado tanto en el Congreso como en el Senado de la repaiblica mexi- cana 130 individuos, ya que las diversas ‘normativas electorales que se levaron aa pictica en la época otorgaban a Puebla ‘un niimero considerable de representan- tes.” Este hecho se muestra sincomécico del peso especifico del estado poblano durante el proceso de consolidacién de la nacién mexicana en particular, en estos pPtimeros afos tras la independencia, y del destacado papel protagénico de Puebla durante hitos fundamentales de la histo- tia del México decimonénico en general: como el asedio y rendicién durante la in- vasiGn estdunidense en la guerra de Texas (1846-1848), el levantamiento y poste for asedioa la cudad durante la rebeliGn “eligi y fueros”o la victoria en la bata- la de Puebla del 5 de mayo de 1862 frente al eécico imperialista francés, Se activa metodolégicamente el ané- Isis prsapopific, defini gro modo ‘como unc de los usos colectives de la bio- ztafla o bien como una biografia grupal, ppara que a través de una serie de variables de anilisis susceptibles de un tratamiento seriado (en el caso que nos ocupa: edades, procedencia geogréfica, compesicién socio. 1 Solve Ia Iegislacidn electoral del perio en Mexico, Gai, Lagiaci, 1978; Eanmerich,"Elec- cones", 1985, pp. 41-67, y Joe, Leptin, 1992. a repeesenucién de los distntos departamencos & los congress generals se esmableta en funcién de Ia poblacéa, Hl eszado de Puebla es de les me pba os de México durance ls dézacs entales dl siglo IK, en coneto en 1841 su pablacin se cua ‘ab en 661902 alms, cifa quel sibs coma el cercereseady mis poblado eras México y Jlisco Garcia, Lapa, 1978, p. 72. Reference alo acontecide en Puebla crane a guerra de Teas, vase Tocuanhey, "Puebla", 1997, Pp. 381-116 ELITES v GRUPOS DE PODER EN PUEBLA (1833-1857) profesional, calidad econémico-pacrim>- nial y perfiles inversores, estabilidad/con- tinuidad, adscripcién politica, cus bano- ttm...) 8e puedan reconsteuir los rasgos cancers de los perils scclégies del grupo seleccionado. La estrategia ana- litica prosopogrifica se ha adapeado muy bien al estudio de las elites, especialmente fen su vertiente politica, por cenerarse en ‘grupos reducidos, por lo que las muestra © universos de estudio resulran accesibles, y por la capacidad de estos grupos de ‘generar documentacién lo que redunda ¢n la disponibilidad de fuentes."” sta accesibilidad seria un primer cti- cerio de seleccién de la muestra, ya que reducirla a un atimero de 34 individuos ‘otorga gran versatilidad a la aplicacién metodolégica. Pero aparte de lo cuanciea- tivo, los criterios selectivos més impoz- ‘antes son los cualitativos; en primer lugar Jhemos valorado el peso y la proyeccn po- Iitica nacional de los indiviluos includes en la muestra, tanto entre los altos cargos nacionales (ministros, presidences...) co- tno en cuanto al liderazgo es ppolitias; este seria el caso de Lafragua y ‘Comonfore en el seno de los liberales pu- ros. Esto, por una parte, puede matizar los resultados aunque, por otra, posibilita «que los resultados puedan aricularse como ‘comparables y excrapolables de lo propia ‘mente poblano a lo nacional, por lo qve ppesentamos esta investigacién como un ‘modelo de In elite politica mexicana a trax vés del estudio de un caso concreto, el poblano. El hecho de que los componen- tes de la muestra sean politicos impor ‘antes redunda positivamence en un acceso 1 Sabre les specs recs y metodoligios de laprosopogafa vase Stone, Pind, 1986, y Cass, "Burguest, 2001, pp. 213-239. 49 ‘més exhaustivo a las fuentes de informa ‘ign, ya que estos personajes aparecen con ‘mayor asiduidad en la literatura poblana yy mexicana de la €poca,incluyendo los dic- ‘icnarios biogeificos. Esta disponibilidad ‘ha posibilitado la elaboracién de una ficha bicgeifica de cada personaje ~incluidas en el apéndice 1—en la que se ha tratado de completar una serie de items informati- vos: nombre y apellidos, Ingar y fecha de ‘nacimiento, lugar y fecha de fallecimiento, nivel formativo, perfil socioprofesional, rentaslactividades econémicas!inversoras, adscripcién ideolégica/encuadramiento politico, cargos parlamentarios, otros car- 0s politicos y cargos en mbites de naru- taleza diversa, No ha sido posible com- pleat afc en todos os cases, pero en ineas generales los resultados son satis- faccorios. Dicho apéndice se articula en la ‘metodologia de trabajo como base de da- tos andamental para abordar los aspectos propiamente prosopogrificos; ademas, el reto de completar y ampliar la muestra supone abrir la puerta a fururas investi- gaciones de mayor calado y objetivos. PANORAMA POLITICO Origenes ced parlamentarismo poblano, Dela independencia al federalisma La ristalizacin del proceso de instcucio- nalizacién del estado de Puebla seré el condicionante hacia el acceso a la repre sentaci6n parlamentaria. En este sentido, la experiencia parlamentaria de Puebla se activa con anterioridad a su consideracién de estado dentro de la federacién mexi- cara, En el primer Congreso Consticuyen- te tras Ia independencia del pais (22 de febrero de 1822 al 30 de octubre de 1822) 50 ports en concepto de provincia trece diputados, lo que la colocabs junto a Mi- ‘choacdn, segunda en el escalafén en cuanto 4 la aportaci6n cuantitativa tras México Distrito Federal." Estas temprans etapas ppoliticas en las que se pretende consoli- dar un modelo seudoliberal, 0 los diversos sistemas politicos que llegan a ensayarse,? y simulténeamente a ello constituic a la nacién, se ceracterizan como ya se ha apuntado por un desarrollo irzegulac. Durante estos afios de tninsico cesde un sistema imperial liderado por Ieurbide hasta la reptiblica federal, la provincia de Puebla evolucioné hacia estado fede- rado. El 21 de diciembre de 1823 se declan como tal,” dejando paso ¢ la labor legislativa de un Congeeso estatal que tuvo un caricter intenso, original y pro- Tongado, ya que aparte de dorar ala nueva estructura insticucional de una Constieu- " Tecmbey, "Puebla", 2005, p59. También se puede corsula desde une perspeciva mis gent sca Tecvantuey, “Origees", 2007, pp. 71-9. ® Lali politic ypalamentsa de Pachla en ‘seep no se incegrd en logue en et linen di cursiva, a modo de ejemplo podemos destacar la defensa del cents llevada x cabo or el ebispo José Luciano Becta, del lado federalist pobano en “ambio, aunyue de na genencign posterior, pare rmostraron adhesiones claras hacia el Phin de Tguala y la causa del futuro emperadoe Teurbide, como pistoletazo de salida dela revolucién liberal. Una vez constatada en la prctica la inviabilidad del sistema iri- petial, los discursos vertdos desde Puebla se caracterizarén mayoritariamente por si pro federalismo. Se devectan, salvando ls dlstancias, ciertos paralelismos en compa- racién con el modelo espafol, ya que no se alcanza la organizacién politico-adminis- trativa del pafs en provincias por unas rei vindicaciones 0 discursos politicos ten- dences a la descentralizaci6n, sino por ls inercias propias del desarrollo de la revolu- Cin liberal, donde la implancacién de un nuevo sistema arlminisrarivo que supers. 1a la heterogénea y obsoleta organizacién de los reinos, propia del antiguo régimen, se hacfa completamente necesaria. Una ‘vex consolidada la independencia mexi- ‘ana y un sistema politico con limitadas ‘cuotas de representatividad basado en al patlamentarismo censitatio, la pugna ent las tendencias centralistas y federalistas, seguind presente ¢, incluso, marca en gran medida el periodo seleccionado (1833- 1857). En este sentido las elites poblanas, ‘en sus posturas politicas y sus lineas dis. ‘cursivas,reflejan esa dicotomfa dialéctica ‘que puede llegar a ser extrapolable al resto del pais. ‘La preeminencia de las modelas conservadore: on las evoluctn politica La etapa analizada se define por un domi thio mayoricario, aparte de excepciones y ‘en nombres destacades en I poltea meicana como Guillermo Prieto, José Maria Lafrgus, Tgnac.o Comore. ELITES v GRUPOS DE PODER EN PUEBLA (1833-1857) st discontinuidades, de opciones politicas tendentes al conservadurismo y al mode rantismo, La presencia de un imperio, de varios sistemas republicans de navuraleza cectralista y de las dictaduras saneannistas define el periodo y la evolucién politica ‘mexicana indudablemente. Al contrario aque en Espatia,” asociar federalismo 0 des- certralizacin al iberalismo més avanzado o al grupo de liberales puros, y centra- lismo al liberalismo més conservador 0 a los partidos conservador y moderado, es ertineo en el Ambito politico mexicano. ‘La mayor parte de la clase politica, inclu- yendo a las elites parlamentarias pobla- nas, tiende hacia posturas federalistas, incluso engrosando las filas conservado- 1, con algunas excepciones. ‘Dentro del geupo analizado poclemos ‘encuadrar a 41.1% ~catorce individuos— on una adscripcién ideolégica claramente conservadora, por otra parte, 28.5% ~ocho ‘en total de los parlamentarios engrosa Jas ilas de los lberales puros.”” Esto corro- bora una tendencia hacia el conservadu- % Donde hay una clara denise por pare 4a ibenlism progress hacia un modelo de Eso lescentazad y hacia la potencacign de la aurono- me as encdades de poder lal y provincial Pars lliberalismo mederado espa, n cambio, el cen- tralsmo y el contol dela comalidad de los mecanis- mes de poder desde Madrid seri una conte en pola del xr 27 Eos reulndos debe asumine con cers fe srs, ya queen doce de ls components del colet- vo ro sen deectado una adscrpcén plc daa lo queindudablemente supone una limitacién snl Paiblemente el esncio de Ia aexividad pubic, parlameneri y dea lines discursivas nos sya @ Compleat mists wisn sobre dsp polite ‘Meno, Cais, 1975; Mateos, Hii, 1884-1912, te. ntexxv; Dinars, 1964; Cordero, Diorio, 1996; Peal, Dicimari, 1971, y Garant, 197. 82 ‘smo, aunque no se procluce una conseric- ‘in numérica excesivamente pronunciada de le otra gran opcién politica,” que no siempre fue relegada de manera monoli- tica y continuada a la oposicién, ya que también hubo erapas en las que disfruta- ron de Ia accién de gobiemo y de mayorias ppaclamentarias, como el caso de la legisla- tra 1856-1857 que daria lugar ala Cons- titucidn mexicana de 1857. En todo caso, este periodo de primer liberalismo se asocia en la memoriafima- ginario colectivo mexicano y en las siones generadas desde el exterios, ocasio- nalmente desde posturas reduccionistas tendentes a la consolidacién de ciertos escereotipos y eépicas llenos de falclo- tismo, a la figura del general Antonio Lépez de Santa Anna, en contrazosicién al otro “gran personaje” de la época, Benito Juarez. Santa Anna, caudillo, mili= tary politico que encarna en la conseruc- in de su mito al héroe” y al patriora mexicano en ciertas circunstancias y al antihéroe, al dictador y al traidor en otras, ‘generando una imagen dual. Lo cierto es due bajo la interaccién de conceptos sobre los que abundaremos més adelance como liderazgo politico y caudillismo militar, tanto liberales puros como conservado- res acuden a Santa Anna para formar ‘gobiemo en determinadas ciecunstancias, especialmente en momentos de apuro 2 Es mis, por las filas de los liberses poros pblans paren nombres que destacuron en ple Sea nacional y que vietnam presencia ative prolongado tana en el poder ejcutivo camo ene legislativ, eles son lx caso de Joué Maris Lagan Ignacio Comonfor. Sobre la cnstruecign de exo raigos waa. dos an ericidad vase Chus y Mlngues,Casras- di, 2008, Vievor M. None Garcia como el caso de la invasiGn estadunidense (1846-1848), a pesar de que al general siempre se lo'ha asociado a las opciones ‘mis conservadoras€ inmovilistas del libe- ralismo mexicano. Bajo cl condicionante previo de un petiodo matcado por el conservadurismo, In evolucin de la representacin poblana en el legislacivo se muestra diversa y de- ppendiente de los vaivenes y de las coyun- turas pol‘ticas de cada momento, lo que fos lleva a cuestionar la existencia de esta ‘misma evolucin, ya que en muchas oca- siones el ecoeso al legislativo estaba direc tamente vinculado a la opcién politica dominante o al sistema —centralista o fede ral, dictatorial 0 més aperturista— que se ‘estuviera poniendo en prictica. En este sentido habré etapas parlamencatias co- mo el bienio 1844-1846 y la legislacura 1852-1853 en las que se implementan «jercicios politicos con una notable mayo~ tia conservadora, tendencia de la que no ued ajena la representacién poblana, Abanderados de la opcién conservadora en Puebla cuentan con una deseacadla con ‘inuidad en estas etapas, donde personajes como Diego Aranda y Carpinteio, Lucia- ‘a9 Becerra, Antonio de Haro y Tamariz © Te6filo Marin serin habieuales en las ccimaras. En el lado contrario, periodos como la segunda repiblica federal o el ‘Congreso Constituyente 1856-1857 serin ‘mas propicios de cara a una mayor diver- sidad en el color politico de los cuerpos legislatives y ala consolidacién de Ia pre- sencia politica del geupo liberal puro. Representntes de esta nea politica, como José Marie Lafragua, Ignacio Comonfort 0 Ponciano Arriaga, logran hacerse visibles ‘con mayo: facilidad en la vida parlamen- ‘tia mexicana en ests periods ms favo- tables a sus intereses. La continuidad, la estabilided y, por 4qué no, el monopolio de ciertas persona lidades en los cargos parlamentarios €s otro fictor de indudable interés, sobre todo tenienclo en cuenta que en el caso poblano dicha perpetuacién en las instaa- cias del poder legisativo no se asocié aun detetminado color politico en exclusiva. ‘La profesora Cecilia Noriega ha analizado In composicin del cuerpo legislativo me- xicano, tomando como base esta permi- rnencia y estabilidad en los cargos desde lis Cortes espafiolas dle Cédiz ~con represen- ‘cin de las colonias de ultramar—” hasta el Congreso Constituyente, 1856-1857, ‘ala hora de presentar una linea coheren:¢ fen este aspecto para rebatit la cadicional visidn de la historiografia mexicana que define buena parte del siglo xix como ‘a6tico y anarquico.”" Dentro de la repre sentacién poblana se confirma en ciertos miembros destacados esta continuidad mis allé de su tendencia politica (véase apéndice 2), Por el lado conservador, José Rafael Berruecos y José Luciano Becerra” acuden al Congreso nacional en seis y Realmente José Licano Becems balsa de 1833, ya eran politico verano que inci su sndadursparlamencariaen las Coes explils “TienioConsicacionl, pr lo que en 1857 ya habia scudido en diez ocsiones al egslaiv, Jone Rall Berrucos, por su pare, sci en ave ocasiones 1 legislativo a lo largo desu eambign dita carta politica. Otro eso significa es el de Antonio Fee ‘inder de Monjala, que pticips en ance Cong sos generals, aungue mis al dl period analiza. id, pp. 132 136 ELITES ¥ GRUPOS DE PODER EN PUEBLA (1833-1857) 53 1857, de codas formas dentro del desa- rrllo politico mexicano de esta etapa no se produce un periodo prolongado de dominio cuasimonolitico en las instancias de poder de un grupo determinado, aun argumentando las tendencias pro conser- vvadoras de la época. Aparte de casos sig- nificativos, esta continuidad marca la uta de inceracci6n y comportamiento Peper al dbo legiatvo de la moc. tra seleccionada; 61.7% de la misma repite en los cargos de naturaleza patla- mentaria, mientras que s6lo 38.2% del _grupo —tece componentes~ tiene una sola apaticién en el Congreso o en el Senado de México. Si profundizamos sobre esa sieuacién decontinuidad y de relacién endogémica respecto a los émbiros de poder més alls dela cesura cronolégica planteada en esta, investigacidn (1833-1857), comprobames ‘que, en una etapa politica posterior y de dlifetente planceamiento y naturaleza, una pane de la elite politica, burocritica y fun- Cicnarial mexicana del imperio de Ma- ximiliano (segundo imperio mexicano, 1864-1867) fue reclutada de entre los antiguos representantes del legislativo. Enel caso del grupo poblano hasta 16 de sus componentes apoyaron y ocuparon altos cargos politicos 0 vinculados a la administracién del segundo imperio.”* °° Moreno, Cats, 1975, pp. 907-947, Sols ls orfgenes,aspectorieolgicosy Ia clas polcica durante el segundo imperio de México te Pani, Meisner, 2001. 2 Denteo de este subyrupo encontamos impo: ‘ames cargo y adhesones al sem imperil. Dstaca J presencia de dos ministos, vis canejerce de Estado y magistrados del Supremo Tribunal de Justicia del impetio, José Miguel Arroyo ocups ‘ielridad del Miniseio de Negocios Exerires en [Esto supone un nada desdefiable porcen- taje de 45.7%, lo que reafirma este mar- cado rasgo de continuidad y de endoga- ‘mia en cuanto al uso del poder en la vida politica mexicana, En todo caso el grueso de la clase poli- tica poblana que se integra en la estructura imperial procedia de las filas conservado- ras, por lo que puede inferirse una cierta sintonia ideolégica o, al menos, que el liberalismo conservador “abraz6” el impe- tio como un “mal menot”, un hecho con- stumado, 0 como freno alos planteamien- tos excesivamente audaces, a sus ojos, del liberalismo més avanzado los pros. Los apoyos ala intervencién exterior francesa como desencadenante del segundo impe- tio ya la figura de Maximiliano por parte de los conservadores mexicanos corrobo- ran este planteamiento. Por otra parte, Pewee eee eae produce alguna excepcién, como el nom- bramiento de gobemador del Distrito Fe- eral del liberal puro Ponciano Arriaga en 1863. En definitiva, la fneima relaci6n dle estas elites con la alta politica presenta ‘una naturaleza endogémica y continuista, ‘ya que logran permanecer curante exten 530s periodos dentro o en los aledatios del poder politico, incluso manteniéneose en. dicho poder en regimenes de diverso ca- racter, lo que acenttia Ia capacidad de adaptacién de estos individuos inmersos fen contextos politicos marcades por la irregularidad evolutiva. Esta s:cuacién también puede resultar sintomatica de la tendencia de estos personajes hacia el 1864, igual qu Tilo Marin ene de Goberaciin de 1866 « 1867, ors personajes como Anconio de Hiro y Tamir, Juan Rodeigues de Ser Miguel @ Pascual Almazin fueron consjercs de Esado. Ii, pp. 367-370. Vieror M. Nonez Garcia “camalecnismo politico”, el oportunismo, a adaptabilidad a circunstancias volétiles ¥, por qué no, como consecuencia de una Cietta indefinicién ideol6gica propia de os inicics del liberalismo donde las agru- ‘paciones partidistas estén consolidando sus lineas ideol6gica, discursivasy la base de su cultura politica. ‘Otra de las caracteristicas del colectivo analizado es el preponderante peso poli- tico que logran aleangar varios de sus com- pponentes en las instancias de la alta poli- tica nacicnal, Por una parte, esta sitwacién ‘se muestra como una consecuencia l6gica del protagonismo del estado de Puebla y de parte de su elite politica durante los pprimeros pasos de la independencia y del liberalismo mexicano y, por otra, pone cl acento en el hecho de que la llegada al legislativo (Congreso y Senaco) en algunos ‘as05 no resultaba la culminacién del cur= sus bonorin de cada personae sino un paso ds en las vias ce ascenso a las inseancias de poder. Dentro del grupo encontramos a dos presidentes de la repablica,* txece ‘ministros” y cinco cargos diplomiticos.** 2 Marcin Caren eereié como presente inte ‘ino desde 14 de agosto hast el 12 de septierbe 4 1855, Inacio Comonfoe fe presente interno posterosmente presidente consttacioal etre 1835, 1 1858. Con anecocdad Juan Miigicay Osoio fae ‘nombrado pra el mismo puesto el 20 de enezo de 1853, pero echaas el nrg. Moveno, Cat, 1975, pp. 873-892. > Forman parte de eecutvo Miguel Maria -Acsioja come minista de Gabesnacg (1859), José lciano Bens como sinisto de Jota y Negocios “clesisize (1846), Ignacio Comonfot como mini tro de Guera (1855), Clos Gaefa Aria como ‘ministo de Relaciones Toeioes y Estero (1833) Antonio de Haro y Tamaris como minsto de Hi cena (1844, 1846 y 1853), Domingo Ibars como ‘ministo de Relaciones Extecioces (1847), Joo Mata Los sujeros HisTOnicos: ina visinsocioligica y prospegrfica paeerneth poblanas El enfoque prosopogrifico se implemerta a través de una serie de variables de ard- lisis con el objetivo de perfilar los caracte- res homogeneizadotes y, por que no, die tenciadores del modelo sociolégico de la elite politica poblana. En primer lugar, fijamos nuestra atencién en las fechas de nacimiento con el objetivo de obtener hs ppresumibles disimetrfas entre las edades y sus posibles adhesiones en diversas gene- ruciones politicas. Como se ilustra en el cuadro 1, donde se ineluyen clementos del grupo en los decenios cronolégicos cextremos, se aprecia una acencuada diver- sidad y variedad en cuanto a las edades y Lafagua como ministro de Relaciones Interior: y Exteriors (1846) y de Gobenacién (1857), Tel Maria como ministo de Fomento (1860) y de Go baci (1866), Fanciseo Javier Miran como i= nist de Jus (1859), Manuel Paynoy Basaate ‘como mins de Hacienda (1850-1851 y 1855-1859, Guilleemo Prieto como minito de Haciera (1852 1853 y 1855), José Miguel Arsoya como mins- tro de Relaciones Exterioes (1852-1853, 1859 y 1859-1860) y Ponciano Areiaga como ministro de Jostcia, Negocios Eclesico Insc Pain ‘as52-1833), tid % Miguel Maia Anioj ec como minis plenipocenciario de México en Prusi, Seonia y Francia, Pix Béistepui fe secrearo de a legac mexicana en Rom, Manuel Payno y Bustamante fae cénsul general de México en Espafa y casi nt Soneandes, José Miguel Arroyo ejecié como enc sgdo de Negocios en Centeonrnérie y José Masia Lafeagua ocups cargos diplomcicos ea Espuiay Francia. Nombeamienco de José Maria Lafsgua de ‘ministoplenipocencasoen Franca, en Archivo cel Senado del replica de Mésico (en adelante A, libro 68, exp. 21, # 612-620. ELITES ¥ anuPOs DE PODER EN PUEBLA (1839-1857) 5 Cuadro 1. Nacimientos por decenios. Estado de Puebla (México) Ate Neimora — Ponetaje 1795-1785 4 ny 1785-1795 1 29 1795-1805 7 205 1895-1815, 2 35.2 1815-1825 4 17 Sir dates 6 176 Fuentes: Moreno, Catdiogo, 1975; Mateos, Hiri, 1884-1912, € vite; Dior, 1964, (Goeleo, Dison, 1986; Pen, Diciarn, 1971, 4 Gilrnants, 1975. Blborscién peopia. ‘encuadramiento en las diferentes genera~ ‘Toco esto desembocé, aparte de lo causa- o por la propia inestabilidad politica del liberalismo mexicano en sus inicos, en la ‘goin cantidad de cextos constitucionales, de lees electorales y de diversa naturale. za cue la politica del siglo xrx produjo. A ppesar de lo dicho, numéricamente ha- blando esce perfil, aunque mayoritario, no supera 50%, debido a la presencia ms que testimonial de otros Ambieos socioprofe- siorales y ala diversidad que muestran. La tendencia hacia el recluramiento de tuna porcién de estas elites procedentes del © Si levamos a cabo un ejrcicio comparativo respect al caso esp, ena de as caraceriies de In elite y de In politica en el eeinac de Isabel Il es que fueron los jurists los que hicieron con el con- trol del aparaco esta, en una sucesién de cegie- ‘es consticucionles de lara emproeacvil, mis gue rine. Abarando la totldad del sina tabelino, Jn formacié jurdia era la predominance ence lot ‘minists, por encima del formacisa military esa ropa se scenntnba ence os pure, donde la presacia mili em mene abundanre. La alain ‘en deecholees em ampliamence predominante, Y fs elacidn bisa daba entra una sere de pro- Fesioses encre las ques ecb la mayor parte de le else politics: magistados, bogies, diplomsti- as, sales, jates, ncionacios, Pro, “Formac, 2001, pp. 460 y 462. 58 Cuadro 2, Perfiles socioprofesicnales. Estado de Puebla (México) Profs Nimo Perctaje Abogados 16 470 Edlesiésticos 6 176 Militares 6 176 Industralesfeomercianees 2 58 Escricores/periodises 2 58 Sin datos 2 58 Fences: Las cea ene cua 1. borin opin mbico milivar y hacia Ia asuncién de gra- pos politicos o, incluso, grupos de poder en sentido amplio, de un orden jesirquico basado en ol acanillamiento militar y politico, tanto en la dindmica paslamen- faria como en la “alta politica” de Estado, son indudables. Respecto al conespto de acaudillamiento o la aparicién de caudi- os," existen casos muy pronunciados tanto de liderazgo de facciones politicas aunque coyunturalmente—come de go- bbiernos ejecutivos de los més duraderos y estables en este periodo marcido por la inestabilidad. Ejemplos come los de Guadalupe Victoria, Vicente Guerrero, Anastasio Bustamante, Ignacio Cmonfore ¥, fundamentalmente, Antonio Lépez de Santa Anna” son suficientemente recono- ‘bles en la primera etapa del libezalismo “Bl exeudio mis completo sobre el concep, racuralezay tipologias del cauillaje en América Latina duranee el x1x corre a cargo de Lynch, Gaudi, 1993. © Score el cauilae ejescido por Sarta Anna, quien leg ocup once vee a presencia dese 1833 basen 1855, Ibid, pp. 395-491, Vievor M. Nusez Garcia mexicano. Los limites entre el Ambito militar y el politico se invisibilizan en esta Epoca, es mas, parecia conveniente dentro de las ils civiles tanto de conservadores ‘como de liberales puros buscar el apoyo cen un cierto sector del ejército a través de estos liderazgos militares. Nos encontra- ‘mos en una etapa inicitica y de consoli- dacién de la repiblica independiente mexicana y del modelo de Estado liberal, como toda etapa inicial esta puede tieu- bear y mostrarse inmadura e irregular. ‘Uno de os sintomas de esa irregularidad es la imposibilidad de aceptar un relevo de gobierno por vias legales y pacificas a favor de los tivales politicos, con lo que los cambios siempre se llevaban a cabo a través de la violacién de la legalidad vi- rc, conllevando una perenne situacién conflicividad, y es en este conflicto per- ‘manente donde el ecto y su intervencio- rnismo ea politica se mostraba decisivo. Esta es la raz6n por la que resultaba tan inceresante en ciertas circunstancias acu- dial liderazgo de Santa Anna, aun sacti- ficando el papel preponderante de los lide- res politicos civiles. A ello le afiadimos, ‘por una parte, un ambiente generalizado ‘marcado por la violencia y a inseguridad, Jo que apuntalaba la necesidad de acudir a Jo que Lynch denominé “gendatme nece- sario” y, por la otra, las ambiciones de poder de este tipo de personajes. Todo ello suarda ciertas similitudes y paralelismos con el caso espafiol, donde el Libera lismo progresista se apoyé en el liderazgo militar de Espartero y de Prim con poste- rioridad, los moderados en el general \Narvéez.y la Unién Liberal en Leopoldo ODonnell* 4 Enel caso espafol la presencia militar en le slea pola durante el periodo de implanacin y ELITES v aRuPos DE PODER EN PUEBLA (1833-1857) En el émbito parlamentario poblano, ‘aunque no de forma masiva y mayoritaia, también se vislambra esta presencia mili- tar y su vinculacién con el parlamenta- sismo (17.196). El subgrupo milica tiene sus propias particularidades y caracterst- cas definitorias: hacemos referencia a per- sonajes de rango medio-alto dentro del escalafén militar,” de gran trascendencia politica scala nacional; no en vano tanto ‘Martin Carrera como Ignacio Comonfort egaron a la presidencia de la replica mexicana’ con una adscripcién politica tendence hacia posturas conservadoras, aunque con destacadas excepciones como lade Comonfore— y una situacién econé- mica y paerimonial caracterizada por el desahogo. a presencia de eclesidsticos también cuenta con su propio peso especifico (17.1%). Contrariamente a lo que ocurre en Bspaia, donde en el proceso de con- solidacién del sistema liberal uno de los sintomas de rupcurismo con el antiguo régimen es que la jerarquia eclesidstica queda anulacla como componente act:vo en politica, Ia relaci6n, presencia y pro- tagonismo del clero respecto ala indepen- dencia del pais y a la politica del primer ‘conslidacdn del Escdo bea lam poderossmente In atencén, Concretamenceen le épocs de label I mis de 40% ce los ministos proce del mundo mili. Po, "Formaciéa", 2001, p. 4 ° Contamos en el grupo con custo gener, un general de brgada yun general de divin, Pa rofundizg sobre sus cuesticnes Nir, "Presenic en prens, “® Geimex, Palen, 1910, pp 20-21; Mésquer, Hanis, 1952,¢4pp. 314-317, 310-313; Corde, Dicinrs, 1986.1, pp. 174175; Perl, Dinar, 1971, pp. 121-122; Dizi, 1964, €1, pp. 479- 480, y Miguel, Dicionarin, 1980, p. 125, Pro, Formaci6n, 2001, p. 461 59 libetalismo en México es netamente dife- rence.”® La relevancia y el apoyo del clero ‘mexicano en estos procesos, y su alinea- ‘miento en la bésqueda y construccién de tun régimen liberal aungue de carizconser- vvador genetalmente, explican sobrada- ‘mente la presencia del Ambito eclesidstico como el segundo predominance junto al militar en Ia muestra de andlisis. En este sentido, varios trabajos de Alicia Tecuan- huey Sandoval han centrado su atencién en el papel de los eclesiésticas poblanos en las procesos de conseruccién de discur- sos pro independentistas en un primer ‘momento y pro fedleralistas con posterio- ridad.”" Eclesiésticas como Diego Aranda yy Capinteito, Joxé Maria Olle o Francisco Javier Miranda tendrin un peso politico visible en Puebla, y su presencia en el legislacivo fue prédiga en esta etapa, En puridad, se hacen visibles los tres ‘grandes pilares de poder en el México posindependience:ejército y lero por una arte, quienes mancendran una alianza inguebrantable con alguna discontinui- dad hasta 1860 para mantener sus fue- 108” y, por otra, los propietarios. Como ya se ha apuntad, la toralidad de los sujetos analizados se encuadran en la categoria de propiecarios, unos como terratenientes ‘agracis, otros como industriales y comer- ciantes hasta llegar a un tltimo grupo ‘cya tiqueza patrimonial era més medesta ‘La mayor parte de estos individuos opeé Bl ectvismo de Hidalgo ye de Marl emo exponents del cleo independents en los peime- +s mpvimiencs insungentes esl cso ejempli- Fades. Sores liderzgo civil y milea Lynch, Candie, 1993, pp. 106-117 S Teeuaahuey, "Miembro", 2002, pp, 43-67, y “Juan pres, > Fuente, “Clericalismo", 1997, pp. 44 60 formativa y profesionalmente por el ejer- ‘icio de actividades relacionadas con el derecho, aparte de la administracién de sus bienes, Durante esta etapa se llegan a ‘combinar en Puebla estos tres elementos a través de linajes familiares, que llegan 1 consolidarse como grupos de poder en. sentido amplio. Elemente intgradores de lt grupos de poder 1a trascendencia 0 la vinculacién directa del poder politico con el elitism social y. econémico o Ia relacidn endogémca pro- longada de ciertos grupos, apellidos, fumi- lias con este estatus de lidemtzgo de comu- ‘idaces més amplias, nos lleva a hacer una reflexién sobre la formacién de grupos de poder en sentido amplio, por la diversidad de campos en los que sus componentes ejercfan influencia social, econémica, po- litica e incluso cultural. En este sentido, uno de los piles en los ques poyan de ‘manera solida estos grupos de poder es el aspecto pecuniario. La relacién entre el clitismo politico y el econdmico yase tipi- ficaba con claridad desde el marco juri- co. Las propias leyes elecrorales rexica- nas, sigtiendo la tradicin ideol6gica del liberalismo doctrinario europeo, éstable- cfan una relacién directa entre capacidad econémica y acceso al poder politico, lo que condiciona el perfil socioeconémico de los representantes. Este tipo de requi- sito respond a una l6gica basica del libe- ralismo, donde la necesidad del cisfrute dle un nivel de renta minimo se justifica- ba como garantia de independencia de las ‘camara. Esta era la base del sistema cen- sitario tanto para el cuerpo electoral como para el electorado pasivo. El parorama juridico mexicano en esta materia se carac- Vicror M. Nunez Garcia teriza por su complejidad, aunque sigue la aura censicaria en ocesiones;”* como «jemplificacin, en las Siete Leyes consti- tucionales centralistas de 1836 se estable- fa una renta minima de 100 pesos acceder ala ciudadania y de 1500 y 2500 pesos para poder optar a los cargos de dipuade y senador." Ta barrera de 1.500 pesos para acceder al electorado pasivo se ‘mantuve mayoricariamente en esta etapa, con alguna excepcién. En la convocatoria al Congreso extraordinario de agosto de 1855 en cambio s6lo se exigi6 “poseer un capiaal (fisico 0 moral), giro o indus- tia honesca que le produzca con que sub- sistic".”® En todo caso, es légico pensar ‘Por tanto que una caracteristica comin de los personajes analizados es el disfru- te de une posicin econémica desahogada y privilegiada. ‘Aungue no contamas con datos fisca- les de Puebla, dentro de su elite politica dletectamos a numerosos propietarios de bienes maces e inmuebles formando parte dle la burguesia acomodada de la alta so- ciedad poblana. Aparce de este perfil de propietario de tierras que nos llevaria a tun modelo de burguesfa de naturaleza 2» Refine al elecrordo activo, en el periods analizado waco en sistemas politics de tendencia Tiberal-ederal como en las conseradoves-cencralis- tas, se scaslecié un sistema de voracin indiecta Alviido ex tres grades. Lo usual ea que no hubiers cexigenia condmicas par lo elctorespimario,« pric de xe fiero cieras normativas como ls de 1143 0 1846 estbleieron wns rents al para acce- eral elecenado secundato yen Gli insane, sultagio deco enelexcer grid, En concreco en 1845 se exgts una rena de 300 pesos pars los elec- ‘ore secuniaris. Ls textos elecrales completo de Ingpoca en Garcia Laidaci, 1978, pp. 54-152 “Emmerich, “Becione", 1985, pp. 46-17. » Gasca, Lega, 1978, p. 150. agratia y terateniente, se producen ots variables de diversiicacién econémica que entiquecen este diagnéstico preliminar. Personajes como Cosme Furlong y Mal- pica, Joaquin de Haro y Tamariz, Juan Magica y Osorio, Gumersindo Savifiin, Ignacio Comonfore o Domingo Ibarra fue” on impulsores de lafloreciente industria textil poblana, siguiendo una tradicisn, familiar o invirtiendo en el sector, en todo caso poseyeron hilanderias y tejedurias de algodén en la époce,% e incluso también hhubo alguna inversion en el sector de la ccerémica de loza.. La estrategia inversionista dentro del sector industrial cextil se centré en la reconversién de los antiguas molinos ha- rineros en hilanderias de algod6n, im- pulsadas por la energfa hidraulica que producian los molinos. En 1840 Ignacio ‘Comonfort,asociado a Cayetano Ramirez ya Manuel Fernindez de las Cuartas, invirtié en el sector y creé, junto a sus socios, una compafiia para construir ma- quinatia de hilanderia de algodén en el ‘molino de Santa Cruz en el rio Atoyac” En este caso concreto el patrimonio terri- torial de Comonfore aportaba la materia prima ala fabric, el algodén, Otros casos de inversiones en el sector son los de Cosme Furlong, cuya fibrica textil Molino de Enmedio contaba con 20 telares y empleaba « 95 obreros. Gumersindo Sa- vin, que empleaba a 100 obreros en su. fébrica El Mayorazgo, o Domingo Ibarra «que en su fabrica de la calle San Agustin producia con la ayuda de 60 telares y 87 dobretos."* Por tanto, de la mano de estos 5 Thomson, Publ, 2002, pp. 391-352, 2 Ibid, p. 339. Ibid pp. 331-352 ELITES v GRUPOS DE PODER EN PUEBLA (1833-1857) 6 inversionistas se diversificé en cierta me- dida la economia poblana y se crearon ppuestos de trabajo directamente depen dlienees de sus negocios, ademas de la con- solidacién y ampliacién de sus foreunas patcimoniales Laestrecha relacién entre el poder poli tice y ciertos apellidos de la alta sociedad de Puebla nos muestra la apaticién y desa- rrollo en la época de importantes lina jes/sagas familiares, cuyas esferas de poder € influencia se ramificaron més alld de lo exc usivamence politico. Un exponente significativo es la familia Furlong: el matrimonio de James Furlong Downes ~orundo de Beifast— y Ana Malpica era uetio de los molinos de Nuesera Sefiora de Guadalupe, de Enmedio y del Batén ‘Tuo una descendencia de ocho hijos.”® Loshermanos Furlong y Malpica se diseri- buyeron entre la elite comercial, eclesids- tica, militar y politica de Puebla. Hasta la reconversién hacia la produccién tex- til, los molinos de la familia producian trigo y esta contaba con varios negocios de panaderfa. José Sebastidn Furlong, ‘poseia uno de estos establecimientos, fue representante de los panaderos poblanos en 1810 y de los comerciantes de la ci dad en 1821. Estuvo vinculado a la po Sica local, ya que fue teniente dealcalde en 1818 y 1823, y terceralcalde de Puebla cn 1828. Baltasar Furlong hered6 el moli- tno de Guadalupe, por lo que también se vinculé al negocio de la panaderia y pos- teriormente a la industria textil. Desem- ‘pefié el cargo de primer alcalde de Puebla en 1850 y 1855, fue prefecto politico en 1847-1848 y 1855, gobernador interino del zstado desde marzo a mayo de 1855, Dizinaro, 1964, «1p. 798. 62 ademés de patrocinador y protector de la ‘Academia de Bellas Arces de la cindad. ‘Tomés, Apolonio y Joaquin Furlong optaron por la carrera eclesstica El pri ‘mero fue rector del orfanato cle San Cri tébal y mayorelomo de los conventos de Santa Resa y Santa Inés, aunque su carrera se truncé de forma prematura al ser vic~ tima en 1833 de un brote de célera. EL segundo fue capellin y mayordemo del convento de La Concepcién desde 1824 a 1835. Por ileimo, Joaquin ocupé el cargo de padre prepésito del oratorio de San Felipe Neri. Los tres hermanos fueron presbitetos y tuvieron parroquias a su cargo, aunque en su caso no llegaron a las altas esferas del escalafén eclesidstico poblano.*! Patricio Furlong era propietario de un molino de trigo y de panaderias, pero su trayectoria estuvo dedicada mayari mente al Ambito militae y al politico. En el primero de ellos obtuvo el grado de ‘general y contribuyé a la independencia ‘mexicana al mando de un regimisnto de has nacional, Vinculado inensa- ‘mente ala politica poblana, en 1820 liputado para representar ala incexdencia de Puebla, posteriormente ocupé los car- 180s de regidor en el Ayuntamiento, dipu- tado en ef Congreso departamental (1824) y en el nacional (1826) y gobeenadbr pol tico del estado (1829-1830). Por dieimo, Cosme Furlong desarrollé una :ncensa carrera militar en la que ascendié hasta ‘general de brigada, Se convirti6 en uno de los personajes de mayor peso espect- fico en la politica poblana de la época. Entre otros ocup6 los cargos de regidor id bid Vicror M. Nunez Garcia Mique, Hamre, 1952, € 1, pp. 292-297; Conero, Dinara, 19861, p. 36: Pel, Disioe sari, 1971, p- 217, Dison, 1964, 1p. LL, Mdrguez, Habs, 1952, pp. 298-302. Gn, 1851, p. 162. ELITES v GRUPOS DE PODER EN PUEBLA (1893-1857) 65 ticade jurisprudencia, edicts y carts pas- torales,"© testimonios histricos o escricos con una incencionalidad histérica”” y obra [prosiamente literatia, Dentro de la mues- ta, 35.2% (doce miembros lleg6 a publi- car algiin libro o folleto, aparte de escos, datos cabe descacar la aportacién, a la hora de consolidar la culcura mexicana en el siglo X0X tanto a escala cuantitativa como ‘cuaitativa, de personajes como José Marfa ‘Lafnagua, Guillermo Prieto 0 Manuel Pay- ‘no y Bustamante. ‘Concretamente Lafragua es claro expo- nenge und intense labor crendor, su ppolifacética personalidad nos impide esta- Ble an enctadmmienosociopeoional dlefinidlo, poclemes considerarla tanto pol tico y jurista como publicista y literat. Sa variada obra incluye desde colabora~ De nee lo macho publiado iacuimos esc seleccidn: Atamizan, “Portus, 1999, pp. 102-1385 Vill, “tis”, 1999, pp, 139-187; Cardas, Fare. ‘in, 1981; Cecucts, Burgueta, 1992, y Olveda, tian, 1991. En cuanto a ces ivesigniones ‘efrdas al ead de Puebla: Aguirre, Poss, 1987, y Gamboa y Esmida, Eps, 1896, "ks perfil socopofesionelsanlizados de Jncliepalamentaria de Pcbla ya se mets visible Ja presencia miley cesses, aunque sin Mega & ‘ocupar el espcio cent des abou. Una hipSuesis que puede resultar plausible es que este rupo mayerzro forme parte de fails de grees ‘8 medianas popieais, es mis, en la poca el hscho de sceeer guna educcién superior ya eablecia un sasgo de calidad econdmicy, poder de caricter regional, concentrado ‘en su estado de origen pero con intensss relaciones centro-periferia que van mis all de la mera representacién parlamen- taria en las cémaras de la ciudad de Mé- xico. No percibimos pautas de aslamienco ‘entre a elite poblana y el centro de pocer de la capital federal en el plano politico, resultando indicativo la nucrida presen- cia de consejeros de Estado, miniseros, diplométicos..., y en orros émbitos como en el mundo de las instituciones culeura- les, Esta situacién sin duda esta condicio- nada por la cercania geogrifica; la distan- cia entre Puebla y la ciudad de Méxicoes de 129 kilmetros, aunque este dato hay gue asumielo teniendo en cuenta Ia proc tiedad de las comunicaciones en la época Tas elites de otros estados més distances de la capital, en un pais de gran extension ‘como el mexicano, a pesar de la pérdida de tuna parte importante de su terrieorio en 1848 es gerade Tes, contban on mayores dificultades de desplazamiento ¥, Por tanto, su presencia en los circa los de sociabilidad y de toma de decisio- nes del Distrito Federal era mis reducica. En esta linea argumental seria interesame profundizar, si las fuentes lo permitiesen, en una serie de cuestiones: gcudintas veces se desplazaban a Ia capical los represen tantes de Puebla a lo largo del aio?, zqué tan prolongadas eran esas estancias?, ¢posefan vivienda propia en la ciudad de México? y, por iltimo, llegaton a tener sa residencia principal en la capital los per= sonajes més implicados en los émmbios de poder nacionales? Aparte del factor geografico, que no tenfa por qué ser determinante en todos los casos, el ya citado peso politico de Puebla durante las décadas centrales del xix cambién tiene su papel. Aunque hace- ELTes ¥ GRUPOS DE PODER EN PUEBLA (1833-1857) @ ‘mos referencia al peso politico de Puebla, esta situacidn también es extensible a sus elites. Una de las caracteristicas de estos sujetos a la hora de interaccionar con el poder es su voluntad de trascender de su fimbito més cercano a lo nacional; se hace visible en algunos de los componentes del ‘grupo una motivacién clara de caraa tener tuna presencia activa e influencia en los ‘grandes asuntos politicos que se dimen ‘en este period, Tales son los casos de An- cocio de Haro y Tamariz, José Maria afagua Ignacio Comonfort, cada tino ‘con medios diferentes pero con una pre~ sencia destacada en la politica nacional: el primero de ellos combinando la via insu- sreccional con Ia actividad en el Ministerio de Hacienda, Lafragua desde una intensa labor juridica, politica y cultural 0 Co- monfort, quien llega a presidir el pais Combinando la carrer malitae con I poli tics. En todo caso, no todos los componen- tes de la muestra tienen un curriculum politico tan intenso, lo cierto es que para tunos el acceso a los cargos parlamencaios lero de sus crus baorz supuso el pis- toletazo de salida hacia posteriores avan- ces cualitativos en su trayectoria politica, para otros no. En este punto, resulearia recomendable llevar a cabo un andlisis potmenorizado de las actividades parla ‘mentarias de estos personajes: ineas dis ccunsivas, iniciativas de ley, proyectos, deba- ‘es parlamentatios..., con el objetivo de conocer el nivel de activismo en el legis- lativo, el rango de sus aportaciones a esca- a coancitativa y cualitativa, sus postures ideolégicas sobre temas de calado politico (telaciones Iglesia-Estado, Ia representa i6n, la ciudadania, los eros eclesistico y militar, las vias de consolidacién del Esado-nacién...) y, en el otro extremo, cuantificar la presencia de “dipucados 6 ‘mudos", sto en cuanto a la politica pti- blica y formal, ya que también seria de gran interés indagar en las manifesta- Ciones informales del poder, hacemos teferencia en este caso a relaciones de nara- raleza clientelat, contactos, sociabilidad entre elites, relaciones de reciprocidad, de patronazgo... En definiciva, si bien este grupo se caractetiza por su tendencia a tener una presencia visible y activa en los poderes nacionales, la vinculacién con su estado de origen sigue siendo fundamental y la ppiedra angular de su inclusién dentso de Ia elite, nos encontramos ante un colec- tivo eminentemente poblano. La base de la posicién de poder en sentido amplio de estos individuos, de su prestigio € influencia sigue situada en su estado ori- ginario, es mas, si no existe una promo- cin y una presencia dentro 0 en les aleca~ fios de las esferas de poder en Puebla, las posibilidades de éxito en la ciudad de ‘México eran bastante escasas, este se ilus- tra con el dato mayoritario de nacimien- tos dentro del estado poblano de su elite parlamentaria, con las matizaciones en ‘materia juridica ya indicadas. 1a calidad econémica es ora de las ‘caracteristicas definicorias del grupo y una de las bases fnscderceniales de suncosos los dmbitos de poder. No sélo por los fil tos que la propa bee jurdic ea epoca ‘en materia de representacién politica exi- fa, sino por lo costaso que pudiera resul- tar llevar a cabo las actividades de promo- cidn y de un cierto patronazgo que una slida carrera politica requeria. Por tanto, 1 perfil socioeconémico de la elite anali- zada sitda al grupo dentro de unas clases acomodadas, en el seno de familias sin estrecheces econémicas, aunque le erayec- toria biogréfica de algiin personaje con- Vicror M. Nunez Garcia creto indica que, bien en sus primeros aos de vida o en plena madurez ras cier- 10s fracasos de gestidn, se dieran casos de precariedad. EI dato que més destaca es Ja diversificacin econdmica que se detecta ‘en las actividades productivas de la elite, fiandamentalmence en sus aspectos indus triales y comerciales denero del circuito econdmico urbano de Puebla, lo que aleja al grupo de la imagen tdpica del cerrate- nient rural cuyos ingress pro- cedian exclusivamente de la propiedad de Bienes rafes; en todo caso tanto la peo- piedad de tierras como la propiedad de bienes inmuebles ser otro rasgo defini- torio de 2stos individuos. En este punto Cabra ora enestin: estamos ane los pri- metos rasgos de formacién de una nueva clase by con una mentalidad capitalisa? El término burgués se mues- tra bastante controvertido por los deba- tes historiogrificos suscitados acerca de su ‘propia existencia tal y como se plantea en su definicién marxista o su protagonismo revolucionario en materia econémica, soci y politica. Lo que parece evidene es que en Ia actualidad se ha aceprado que tal término logra asimilar una vasta y evi- dence pluralidad de situaciones sociales, tefutando o matizando la antigua teoria ‘que consideraba a la burguesia como una fueva cle social aurénoma e indepen- dente surgida al amparo del desarrollo de Ja economfa de mercado, sin fileraciones ni asimilaciones procedentes de ls eseruc- 1 Bye concepeo muesta dives problemas de sada, dese su ulizacin masiva paca defini toda una pcs hiss, secdaa gran pre el y os incics del »x, hasta ln carga deoligicayvaloeativa del emi. ya que su uso modern fe nerd por Marx pra denuncar rode aguelo cones Io que ‘leberia dicigese la evolucin del proleaiad, ‘tras propias del antiguo régimen y moror de su propia revolucién, con lo que se legaba a adjetivar como revolucionasa. Hasta qué punco hallamos rasgos de eup- turismo en el grupo analizado? La par- ticularidad de la historia mexicana en la que interaccionan crisis del antiguo régi- ‘men, independencia nacional e inicios dl liberalismo, propicia una coyuncura épzi- ‘ma para que se produzca un relevo en las, es dirigentes de la nueva estructura ‘statal independiente respecto a la colo- nial, es decir, hay elementos de eupcura aparte del propio factor biol6gico, pero también existen continuidades que lo ‘matizan. Muchas de las elites presentes en las instituciones de poder mexicano en la primera mitad del x1x y que lideraron Jos procesos reivindicativos autonomists ‘eindependentistas contra el dominio esp fol ya ocupaban instancias de poder en la estructura colonial. Un ejemplo bastante claro ¢s el trasvase de mandos militares realiscas alas filas insurgentes durante el proceso de independencia, un deseacado exponente de ello es Santa Anna." Res- pecto al grupo poblano, canto Diego ‘Aranda como José Luciano Becerra son elegidos como diputados suplentes en las Cortes espaiiolas de Cadiz y en las del ‘Trienio Consticucional, con lo que ya hacia evidente su posicién de poder en la etapa anterior Ademds, influyentes gru- pos familiares poblanos, como les Furlong, los Haro, los Ovando, los Osorio o los ‘Migica, ya formaban parte del grupo oli- ‘Birquico colonial, manceniendo sus posi- © Lynch, Cail, 1993, pp. 167 © Serie de documennciga elector en Archivo el Congreso de ls Dips de Expat (420, leo yim, exp, 26 lepao 7, ti. exp. 23, ELITES v GRUPOS DE PODER EN PUEBLA (1839-1857) @ cioaes de privilegio en el Ambito regio nal tras la independencia.** ‘Lo que sf parece desarrollarse es una cierta mentalidad capitalista a la hora de buscar nuevas soluciones productivas, como la estrategia de algunos grupos fa miliaces de reconversiGn de los antiguos ‘malinos harineros en hilanderfas de algo- én, dando lugar al floreciente sector tex- til poblano, dentro de un contexto de depresién econémica general en el pais, donde la contraccién econémica y las di ficultades para articular un mercado nacio- nal se hacen patentes.* A la luz de estos datos tampoco se deben asumir modelos explicativos excesivamente rigidos, hay lune apuesea clara hacia el desarrollo y la diversificacién econémica, aunque no tanto hacia el libre mercado como marca el capitalismo clisico. Desde insticucio- tes donde hay una nutsid representacion de la elite analizada, como la Junta de Incustria de Puebla, Sern constances los informes dirigidos hacia las antorida- des politicas para que se tomaran medi- ds proceccionistas, que posibilitasen una ‘mayor competitividad de los produccos poblanas respecto al textil procedente de Estados Unidas.% Por todo ello, en el per- Morales, Faia, 192. * Cirlenas,Caani, 2003, pp. 59-91 6 Boa reivindicain procecconita se vehiclé dese a Jus de Industria de Puebla, sconsideraba ‘quee ctablecimiento del libre comerco de rexiles spendin a una par elector en Puebla. Incluso se legu sobrepsr la pticién de una politica arance- Jars hasta leg la evndicacin del probibicin deenada de hilzs y eds de algodén peoceden- ‘es del exranjero, En el mbitopatlamentaioram- bie se deja ver esta preocupacin en ls represenean- ‘es poblanes, com el caso de Ancnio Fernindez de ‘Mejia queen 1841 pide explcacions al gobiezno 70 fil sociol6gico del grupo se produce una amalgama de nuevos y viejos elementos, dando lugar a una realidad sociolégi- ca compleja y poliédrica, en este caso coneepmulzada dese el pedi comin del Respecto al resto de caracteres que dlefinen a la elite, la permanencia y conti- nuidad en el poder institucionalizado, especialmente en los cargos parlamenta- rios, y la aparicién de dinastias politicas, marcan una cierta vinculacién endogé- ‘mica de estos individuos con el poder. La relacién dialéctica que ala luz del modelo ppresentado se procluce entre conceptos co- ‘mo elite, liderazg0 y minoria,sefialan que los usos, abuzos © desusos del peder por parte de estas minorias rectoras, represen tantes de las masas poblacionales, pudie- ron estar dirigidos hacia la perpetuacién dle la persona, linaje 0 grupo de poder en los aledatios del mismo. Por iltimo, se produce une dualidad que puede originar ‘una imagen ciertamente estereotipada de los politicos del x1x, imbuidos de roman- ticismo y en medio de las pasiones, con- flices y exaltaciones politicos de la €poce, por una parte la escasamente prosaica ‘apacidad para el oportunismo y adapta- bilidad politica que muescran algunos ‘miembros del grupo en su perpetuacién del poder y, por otto, las convulsas trayec torias personales de muchos de es:os suje- tos en defensa tanco de altos ideales como de intereses propios, donde experiencias ‘poco edificantes como la persecucién y el ‘exilio politico también estan presentes. ‘nel Send por a troduccidnenel psd 62000 libeas de hilazaextanjera. Moreno, Cade, 1975, pp. 411 541; Inevencin de Antonio Femindez de Monjaiinen a, ibeo 43, exp. 2,£ 297 Vievor M. Nunez Garcia

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