CARTA III

Mi querido Orugario:
Ayer vi que tu paciente, terminada la Misa, se llevó un asqueroso folleto que
contenía varias cosas de la fe cristiana: oraciones, los Mandamientos, los
Sacramentos, etc. Esto lo hizo gracias al Enemigo que logró controlarlo saliendo
de la Iglesia. Este folleto puede ser muy peligroso para nosotros, porque así tu
paciente creerá que esto podría ayudarle a este camino que está iniciando como
cristiano. No tienes que alarmarte, antes bien, recibe estos sabios consejos que te
voy a dar respecto al folleto.
En primer lugar, tienes que hacer que el paciente lea las oraciones como si
fuesen palabras repetidas y sinsentido, como algo que solo lo repiten los niños y
las señoras mayores. Mientras el Enemigo hace que tu paciente trate de
comprender las palabras que dice en la oración, debes hacer totalmente lo
contrario, que las repita sin saber lo que significa y así, darle menos importancia.
Esta noche rezará dichas oraciones antes de dormir y tienes que hacer las repita
pensando en otra cosa y, además, como toque final, tienes que lograr que se
quede dormido lo antes posible para evitar que el Enemigo le hable a su
conciencia justo antes de dormir.
En segundo lugar, tu paciente leerá los Mandamientos. Como curioso que
es (algo terrible en algunas ocasiones), buscará qué significa cada Mandamiento.
Por desgracia, encontrará una página donde se explica bien cada mandamiento
para ser un buen cristiano. Pero no te frustres, el mundo de internet a veces puede
ser muy fructífero para nosotros, aprovecha esta oportunidad para que el ocio lo
haga navegar por el ese amplio mundo y así, con tu ayuda, atraparlo en una
página que le haga daño, mucho daño.
Desgraciadamente, tu paciente comprenderá, por fin, el significado de cada
Mandamiento y esto es algo realmente malo. Mantén la calma, recuerda que
siempre hay una oportunidad. Te daré un consejo de algo que aprendí respecto a
los Mandamientos con un antiguo paciente. Debes saber que el sexto
mandamiento, en la mayoría de los casos, es nuestro mejor aliado y nuestra mejor
arma, y con tu paciente saldrá a la perfección. Veo que es un hombre que le ha
ido mal en el amor y varía mucho de mujeres, probando a cada una de ellas,
teniéndolo, esta actividad que efectúa con regularidad, encadenado, por ello, en
primer lugar, tienes que hacer todo lo posible para que esta cadena no se rompa.
Y, en segundo lugar, cuando entienda el significado del sexto mandamiento,
dudará, y es aquí tu momento de brillar: debes hacer que piense que es un
mandamiento que no está adecuado al mundo moderno, que se quedó en el
pasado, que no está actualizado y que no le esta haciendo daño a nadie.
En tercer lugar, tu paciente, al resvisar los Sacramentos, el Enemigo hizo
que pusiera especial foco en la desgraciada Confesión. Este punto puede ser muy
delicado. No debes dejar que tu paciente se confiese, ya que, si lo hace, quedará
en Gracia con el Enemigo y así éste puede llevarlo a sus territorios y meterse más
en su vida. Debes evitarlo a toda costa. Yo, tu tío, como siempre ayudándote,
debo recomendarte que, en este punto, te apoyes en la soberbia de tu querido e
inepto paciente. Cuando piense en la cantidad de pecados que ha cometido en su
vida, tienes que hacer que se plantee una de estas dos cosas: o pensará que sus
pecados son tan numerosos y graves que el Enemigo no será capaz de
perdonarlo o podría sentir vergüenza en imaginárselo contándoselo al Sacerdote.
En el primer caso, ya sería una batalla ganada y te felicitaría ya que, como dicen,
este es el único pecado que el Enemigo no perdona, pero lo veo muy difícil y dudo
que tu paciente piense de esta manera. En el segundo caso, que es más probable,
debes acrecentar en tu paciente los pensamientos que vean la confesión con el
Sacerdote como algo innecesario, que por qué él no podría confesarse
directamente con el Enemigo, que por qué lo tiene que hacer otra persona de
carne y hueso como él y por qué tendría que contarle toda su vida íntima a éste.
Como siempre, la Duda es clave, es una de nuestras mejores armas, úsala con
astucia.
Sé que ese folleto te trajo muchas complicaciones, pero recuerda que en
cada momento hay una oportunidad que debes aprovechar para alejar a tu
paciente del territorio del Enemigo. Usa el amplio mundo del internet, apóyate en
la Duda y en la soberbia.
Tu cariñoso tío.
ESCRUTOPO