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Revista de Estudios de Género.

La ventana
ISSN: 1405-9436
revista_laventana@csh.udg.mx
Universidad de Guadalajara
México

BARTRA, ELI
El movimiento feminista en México y su vínculo con la academia
Revista de Estudios de Género. La ventana, núm. 10, diciembre, 1999, pp. 214-234
Universidad de Guadalajara
Guadalajara, México

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214 LA VENTANA, NÚM. 10 / 1999

ELI BARTRA po, se llevaron a cabo acciones públi-


EL MOVIMIENTO cas que hacían mucho ruido y fueron
FEMINISTA EN MÉXICO extremadamente espectaculares.
Y SU VÍNCULO CON Un grupo de treinta mujeres era el
LA ACADEMIA total del Movimiento de Liberación de
la Mujer en la ciudad de México en
1975. Pero, dada su capacidad de lla-
Los primeros años mar la atención, por un lado, y debido
también a la realización de la Confe-
Haré referencia aquí primero al movi- rencia del Año Internacional de la
miento feminista en México con el fin Mujer de la Organización de las Na-
de proporcionar el contexto en el cual ciones Unidas (ONU), por el otro, el
se desarrollan los estudios de la mu- movimiento tenía una auténtica pre-
jer. En segundo lugar aportaré algu- sencia, no digo de masas porque ésa
nas reflexiones en torno a los estudios nunca la ha tenido, pero sí con una
de la mujer en las universidades de voz propia y sobre todo con un grito
nuestro país. que se hacía oír.
El movimiento feminista de la dé- Lo primordial en los años setenta
cada de 1970 se caracterizó por su es- era el descubrimiento de la existencia
pontaneidad, la espectacularidad y por de algo que se llamó “la condición de
la militancia de un pequeño grupo. la mujer”; el hecho de que las mujeres
Hubo una labor de toma de concien- se percataran de su inferioridad social
cia por parte de las mujeres, un inten- y surgiera la imperiosa necesidad de
so trabajo, llamémosle hacia adentro, comunicar a la mayor cantidad de gen-
tanto del movimiento como de cada te posible esa “noticia”, marcaron la
mujer en lo individual y, al mismo tiem- década. Las mujeres se dieron cuenta
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de que la subalternidad no era, pues, o golpes del marido y no peligraba su


personal, individual, sino colectiva. vida en abortos clandestinos mal prac-
Antes, cada una pensaba que sus pro- ticados; ellas tenían la posibilidad de
blemas eran estrictamente personales, abortar en buenas condiciones de sa-
pero al comunicarse con otras muje- lud e higiene. Eso sí, todas habían
res descubrió su carácter social. Evi- padecido el hostigamiento sexual en
dentemente que la forma en que cada las calles de la gran ciudad y muchas
quien iba despertando se dio de muy otras formas de discriminación, aun-
diversas maneras. que no se tenía plena conciencia de
Es preciso no olvidar que el movi- ello. El movimiento feminista en esos
miento surge en el seno de la clase años creció poco en números absolu-
media más o menos ilustrada y que, tos, pero esparció las ideas por mu-
por lo tanto, frecuentemente el femi- chos rincones, sembró semillas que
nismo entró por la vía intelectual. Por años después germinarían.
medio de la razón las ideas llegaban al Otra de las características funda-
estómago, al corazón. Y en muy con- mentales del feminismo en esa déca-
tadas ocasiones el camino fue a la in- da fue la autonomía. Se hacía énfasis
versa; es decir, del corazón, de lo en el carácter autónomo del movimien-
sentido, de lo sufrido, a la razón. to de liberación de la mujer frente a
Se empezaba por querer conocer en todo: a los partidos políticos, a los sin-
qué situación vivían las mujeres y lue- dicatos, a otros grupos y organizacio-
go se sentía en carne propia. Es decir, nes y, también, al colectivo de los
las mujeres que integraban el movi- varones. No podían entrar hombres a
miento, en general, no habían sufrido formar parte del movimiento o parti-
lo más brutal de la opresión machista, cipar en las reuniones. Las mujeres re-
no habían sido víctimas de violación clamaban el derecho a estar en ese
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pequeñísimo espacio sin hombres con ras, que pasaron como cometas por el
el fin de entender mejor su proceso de firmamento del feminismo mexicano,
concientización y crear formas de lu- una se llamó La Revuelta, otra Cihuat;
cha propias. pero, en realidad, ni se sacó una pu-
El movimiento feminista de los blicación sólida y duradera ni se formó
años setenta estuvo muy emparenta- un movimiento de masas. De hecho,
do con la desobediencia civil, al igual es interesante señalar que la publica-
que el movimiento estudiantil de 1968. ción que se ha mantenido hasta el pre-
No era un movimiento estructurado, sente, la revista mensual Fem, salió de
con declaraciones de principios, ni tác- unas cuantas mujeres que no estaban
ticas ni estrategias de lucha cuidado- propiamente dentro del movimiento,
samente reflexionadas. Era una revuelta sino más bien en la academia y en la
que se iba dando de manera improvi- cultura.
sada y espontánea. Sin embargo, muy El Movimiento de Liberación de la
pronto aparecieron discrepancias so- Mujer (MLM) fue el grupo más impor-
bre las distintas posibilidades que se tante, sirvió para sentar las bases de
abrían en cuanto a formas de proce- la nueva conciencia feminista en el
der o de cómo seguir luchando. país. A partir de ahí fue creciendo y
Ya en 1976 se presenta la necesi- multiplicándose hacia mil y un lados
dad de crear algún órgano de expre- durante la década de los ochenta. No
sión y de comunicación, ante lo cual es que el MLM fuera el primer grupo que
se manifestaron diferencias en el seno existió en esta última ola de feminis-
del movimiento. Algunas querían sa- mo sino que, a mi modo de ver, fue el
car una publicación, otras querían or- más significativo porque tuvo más pre-
ganizar un movimiento de masas. sencia, más empuje, más compromi-
Salieron algunas publicaciones, efíme- so, más cohesión y la mayoría de sus
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integrantes han estado en la lucha aspectos que son o parecen nuevos.


durante casi treinta años, en muy di- De ahí también el impacto de esos pri-
versos espacios. meros años.
La década de los setenta es, pues, El hecho de ser un movimiento de
la época del despertar, de la toma de la clase media, por un lado, y de estar
conciencia, de la búsqueda, a veces a fuertemente influido por el anarquis-
tientas, y el periodo de más efervescen- mo, el marxismo o el socialismo, por
cia, sin lugar a dudas. Las acciones, sin el otro, llevaba consigo, en muchos
embargo, se limitaban a la expresión, al casos, un sentimiento de culpa de cla-
grito: “romper el silencio” era una con- se que había que remediar. De ahí que
signa más que socorrida. Lo que impor- se buscara el acercamiento con muje-
taba ante todo era manifestarse; poder res de las clases sociales más bajas y
hablar en público en distintos foros; de que surgiera el feminismo popular
escribir y publicar donde se pudiera; que dominó la escena durante la dé-
salir a la calle. Y la verdad es que pocas cada de los años ochenta.
mujeres hacían mucho ruido.
Lo que sucedió fue que, como la El feminismo popular
mayoría de los temas eran inéditos en
el país, varias de las cosas que se de- La década de los ochenta se caracteri-
cían sobre la opresión de las mujeres za por la multiplicación de los grupos
tenían un gran impacto. Fue una épo- y por el acercamiento del feminismo a
ca en la que se puso el acento en cues- otras clases sociales. El movimiento
tiones de la sexualidad y de sexualidad crece. Las feministas de la clase media
de las mujeres en particular, y ese tema se vuelcan a trabajar con mujeres obre-
es siempre candente, sobre todo cuan- ras y campesinas. Se crea el feminis-
do se trata en público y se abordan mo popular vinculado al movimiento
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amplio de mujeres y ello domina du- Después del sismo de 1985, también
rante toda la década. En 1988 se llevó se vincula a las obreras, quienes or-
a cabo el IV Encuentro Feminista Lati- ganizaron el Sindicato de Costureras
noamericano y del Caribe en Taxco, 19 de Septiembre.
México, que se vio sellado por el en- Es asimismo en esta década cuan-
frentamiento entre el movimiento do se inicia el proceso de oenegeiza-
amplio de mujeres y las pocas femi- ción 1 y de institucionalización del
nistas autónomas (de “hueso colora- feminismo, que es lo que va a caracte-
do” las llamaban) que no trabajaban rizar a la década siguiente. Sin embar-
con los sectores populares. go, aún se mantenía la resistencia ante
En esta década, el feminismo pierde la inminencia de este proceso y se ma-
la capacidad de respuesta rápida y de nifestaba en los diversos encuentros
impugnación constante, mengua bas- feministas latinoamericanos y del Ca-
tante su papel de conciencia crítica. La ribe. Es en éstos en donde se intentaba
respuesta espontánea y rebelde ante cargar las pilas de la crítica y la revuelta
las manifestaciones más aberrantes del de las mujeres feministas. Mas lo radi-
machismo se adormeció y, en cambio, cal iba en franca retirada.
las energías se invirtieron en ayudar a las La lucha por la despenalización del
mujeres de los sectores populares. El aborto quedó congelada junto con la
feminismo se convirtió así en asisten- Propuesta de Ley de Maternidad Volun-
cialista. Su trabajo fundamental estu- taria que se entregó a la coalición de
vo dirigido a apoyar a las mujeres diputados de izquierda en 1979 y que
víctimas de violación o de maltrato y a fue presentada en la Cámara de Diputa-
las que necesitaban un aborto clandes- dos. Ahí duerme en algún cajón.
tino; se proporcionaba información,
asesoría legal, médica y psicológica. 1. De ONG (Organización No Gubernamental).
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No obstante, se avanzó muchísi- La razón por la cual las jóvenes


mo en el terreno de la legislación para prácticamente no se acercaban al mo-
aumentar la condena a los violadores. vimiento durante la década de los
La violación se persigue de oficio y los ochenta, nadie la sabe bien a bien. Sin
violadores, en la letra, no pueden salir embargo, considero que hay una cues-
libres bajo fianza. La violación repre- tión que quizá contribuye a explicar
senta, no hay que olvidarlo, un aten- este fenómeno. Los y las jóvenes, en
tado a la propiedad privada de algún general, son rebeldes y les gusta mani-
hombre y eso hay que castigarlo. Las festarlo. Cuando el movimiento fue
diputadas lograron también que el una clara expresión de la rebeldía de
hostigamiento sexual fuera considera- mujeres jóvenes, éstas crearon el mo-
do un delito. vimiento en los años setenta; en la
Durante cerca de quince años no medida en que los grupos feministas
hubo realmente mujeres jóvenes que se volvieron menos beligerantes, me-
se sumaran al movimiento. Éste cre- nos radicales, menos rebeldes, a las jó-
ció y se extendió enormemente tan- venes no les interesaba. También hay
to en la ciudad de México como en una cuestión inherente a toda la gene-
los estados, en la medida en que se ración que nace de padres sesentaio-
iban creando más y más ONGs, pero cheros: es relativamente apolítica, ca-
al principio no llegaba a la juventud rece de interés por las luchas políticas
sino que eran mujeres de las mismas y sociales en general y, por lo tanto,
edades de quienes habían iniciado el por el feminismo. Podría ser también
movimiento a principios de 1970, las que esta generación se encontró ya la
que se iban incorporando a los gru- mesa puesta y ya no tuvo que luchar
pos no gubernamentales y a los gu- por muchas de las cosas por las que lo
bernamentales. hizo la generación anterior. Durante
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toda la década de los ochenta cada vez general, son las que cuentan con más
que se hacía una reunión feminista se recursos financieros.
constataba, una y otra vez, que iba En la década de los noventa el fe-
siempre más o menos la misma gente minismo se institucionaliza plenamen-
y si había nuevas mujeres no eran pre- te en organismos gubernamentales, no
cisamente jovencitas de veinte años. gubernamentales e instituciones aca-
démicas. Había entrado en la acade-
El empoderamiento mia en años anteriores, pero es en esta
en la década de los noventa época cuando cobra un cierto poder y
se puede decir que, en alguna medida,
Ahora bien, no hay ninguna duda de se legitima. Esto significa, al mismo
que la participación de las mujeres en tiempo, que se produce el fenómeno
la vida pública del país ha ido en au- de la profesionalización del feminis-
mento en los últimos veinte años. Es mo. Surgen las feministas profesiona-
el resultado, en buena medida, del les. Trabajan para el feminismo y viven
movimiento feminista. Cada día hay de él. Durante los primeros años se
más mujeres en puestos de dirección, vivía para la lucha feminista; en los no-
cada día tienen más poder. De qué venta, se vive de ella.
manera ejercen el poder, aún está por Al final de esta década se puede
analizarse. Se manifiestan diversas percibir un repunte en la combativi-
opiniones sobre ello y no existe con- dad de las feministas. Han vuelto a
senso sobre si hay una forma propia- abrir la boca y a poner puntos sobre
mente femenina de ejercer el poder. las íes. También se observa un incre-
Al mismo tiempo, también las ONGs mento en el interés de las jóvenes por
detentan un cierto poder. Hay unas cuestiones relacionadas con las muje-
más poderosas que otras; además, en res. La institucionalización lleva con-
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sigo, además, un proceso de burocra- municación, en libros y revistas, en las


tización. Las ONGs tienen sus emplea- aulas de las universidades de todo el
das que toman los recados, hacen las país, en el cine, en las artes plásticas,
citas, contestan el teléfono y general- en la literatura... Es también un movi-
mente no saben nada de feminismo; miento convertido en decenas de ONGs
pero sirven de intermediarias entre las y asociaciones políticas.
“dirigentes” y el resto del mundo. Se A casi treinta años del surgimien-
ha creado una élite de feministas que to del feminismo en México, podemos
son buscadas para que participen en observar una nota dominante que se-
cuanto se necesita la voz del feminis- lla cuanto se refiere a mujeres en lu-
mo: prensa, radio, televisión, confe- cha por sus derechos y es la noción
rencias, mesas redondas. de diversidad. Entre hombres y muje-
Tanto en las ONGs como en los gru- res, por supuesto, pero más que eso,
pos gubernamentales y en la acade- ahora es entre las propias mujeres. En
mia se ha establecido una jerarquía estos últimos tiempos llegan los fuer-
entre las feministas cada vez más acen- tes vientos de la posmodernidad, del
tuada. Esto representa una gran dife- poscolonialismo, el multiculturalismo
rencia con respecto al movimiento de e incluso del posfeminismo y nos po-
la década de 1970, cuando se estaba nemos a bailar a ese son. Está por ver-
en contra de la existencia de dirigen- se hacia dónde nos dirigimos.
tes y en contra de las jerarquías.
El feminismo hoy en día en Méxi- Estudiar a las mujeres
co, a finales de siglo y de milenio, es
una corriente de opinión (integrada por Desde que nacieron en México los es-
muchas voces discrepantes) que se tudios de la mujer se han llamado de
expresa en los medios masivos de co- muchas maneras: sociología de las
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minorías, sociología de la mujer, an- A mi modo de ver, estos estudios


tropología de la mujer, educación de se deben llamar, por ahora, estudios
las mujeres, historia de las mujeres, de la mujer y no de género; es así por
estudios de la mujer y, recientemen- razones de carácter fundamentalmente
te, estudios de género. Hay que seña- político más que teórico o académico.
lar que nunca se han llamado estudios Pienso que apenas estamos creando
feministas. 2
estos estudios en México, no los he-
A lo largo de los últimos veinte mos todavía legitimado del todo en la
años, en México se han impartido nu- academia y ya se quiere que nos bo-
merosos cursos sobre la mujer, aproxi- rremos nuevamente, que hagamos in-
3
madamente unos cien. Sin embargo, visibles a las mujeres y las escondamos
sólo a título de comparación, señala- detrás del concepto de género. Den-
ré que en los Estados Unidos hace tro de la academia la palabra mujer
quince años, es decir, en 1982, según incomoda tanto como la palabra femi-
la Fundación Ford se impartieron 30 nismo.
mil cursos oficiales y había 350 pro- Bajo la etiqueta “Estudios de la mu-
gramas completos sobre la mujer.4 jer” no sólo se trata de conocer la pro-
blemática femenina dado que se
contempla también, por fuerza, a la re-
2
Para una de las primeras y más interesantes reflexio-
nes sobre los estudios de la mujer ver el texto de Adrienne lación entre los géneros y se abordan
Rich. “Hay que tomar en serio los estudios de la mujer”,
en Sobre mentiras, secretos y silencios, Icaria, Barcelona, cuestiones metodológicas, que atañen
1983, pp. 278-287.
al conocimiento de la sociedad en su
3
Ver Mercedes Blanco, Yolanda Corona, Mary Goldsmith
et al. “La docencia universitaria sobre la problemática conjunto y al conocimiento existente
femenina: facilidades y obstáculos”, UNAM, México, 1989.
sobre ella. Ahora bien, hacer referencia
4
Rosi Braidotti. “Teoría de los estudios sobre la mujer:
algunas experiencias contemporáneas en Europa”, en His- a la mujer en general (a la abstracción),
toria y Fuente Oral, núm. 6, Universitat de Barcelona,
Barcelona, 1991, p. 5. levanta las severas y constantes críti-
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cas de las abanderadas del antiesen- de la mujer cuando hay que hablar de
cialismo. Hay gente empeñada en ma- las mujeres. De igual manera resulta
nifestar con frecuencia que la mujer en erróneo hablar de seres humanos en
abstracto, en general, no existe; que general cuando hay que referirnos a
existen mujeres concretas, mujeres de- realidades distintas entre hombres y
terminadas históricamente. Subrayan mujeres.
que todas las mujeres somos distintas El feminismo surge como una ne-
y que, por lo tanto, no se puede hablar cesidad ante un hecho que se hace
de la mujer porque ésta no existe. Es asombrosamente evidente: las muje-
del todo cierto, como cierto es que el res como grupo social son oprimidas,
ser humano en general no existe tam- marginadas, discriminadas. En distin-
poco, existen hombres y mujeres con- tos momentos históricos se ha ob-
cretos de diferentes edades, etnias y servado que a pesar de todas las
sexualidades, en espacios y tiempos diferencias particulares entre las mu-
específicos. Sin embargo, desde un jeres del planeta, era posible hablar de
punto de vista filosófico es válido (y a una condición similar de opresión his-
veces necesario) hacer referencia al ser tórica genérica (con algunas excepcio-
humano en general o a la mujer como nes, tal vez). En ese sentido es que se
abstracción de las mujeres concretas habla de la condición de la mujer o de
de carne y hueso. En ocasiones resulta los estudios de la mujer, a sabiendas
útil emplear el concepto abstracto de que la realidad de cada una presen-
mujer, siempre y cuando no se use en ta sus particularidades, así como es
lugar del plural concreto. Hablar de la distinta también la realidad de cada
mujer en general no es necesariamente grupo de mujeres que comparten una
mujerismo o esencialismo, no es un época o una misma situación políti-
error. Lo que resulta un error es hablar co-geográfica, una clase, una etnia,
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una preferencia sexual, una “norma- en un supuesto sexismo) y se trata de


lidad” o “anormalidad” física o psíqui- centrar el estudio, sobre todo, en las
ca. Es por ello que hasta ahora me ha relaciones de poder entre los géneros.
parecido más pertinente utilizar el Sin embargo, resulta que muy a me-
nombre de estudios de la mujer, por- nudo se imparten cursos y se hace in-
que hace referencia a la opresión vestigación sobre mujeres, pero se dice
común a todas las mujeres. que son de género. Se ha sustituido la
Así, estos estudios tratan tanto de incómoda y devaluada palabra mujer,
la “condición de la mujer” como de- por la nueva y elegante de género. Pero
nominador común de las mujeres, mujer no es sinónimo de género, de la
como de la condición de las mujeres misma manera que “perspectiva de
cuando se consideran sus especifici- género” no es lo mismo que femi-
dades. Es necesario conocer el nivel nismo.
abstracto de la feminidad, de aquello Por otro lado, el manejo del con-
mal denominado “eterno femenino”, cepto de género en todos los campos
así como el ser y el hacer de las muje- del conocimiento ha mostrado ser tan-
res concretas y el hacer de los varones to o más importante que la conside-
en relación con las mujeres. Se trata ración de clase social. Y obsérvese que
de profundizar en el estudio de estos se da la misma necesidad de defini-
sujetos, las mujeres, que finalmente ción y redefinición permanente que se
tan poco conocemos. dio durante más de un siglo con res-
Al hablar de estudios de género se pecto al concepto de clase. Las clases
pretenden evitar los problemas de las sociales se han estudiado, caracteri-
etiquetas anteriores. Se quiere, de esta zado, definido y redefinido infinidad de
manera, abrir el conocimiento al gé- veces desde mediados del siglo pasa-
nero masculino también (para no caer do con el surgimiento del marxismo y,
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en particular, desde principios de este las condiciones de opresión de las


siglo con el leninismo. El concepto de mujeres y las teorías desarrolladas para
género se ha renovado, ha sufrido entender y transformar su subordi-
transformaciones y es como si se tra- nación. Atacar simplemente el proble-
tara de un recién nacido que todavía ma de la invisibilidad de las mujeres
ni siquiera entra, con las nuevas acep- en las estructuras de conocimiento, en
ciones, en los diccionarios castellanos, las ciencias, es una parte de la solu-
a menos de que se trate de dicciona- ción; pero por sí sola no atenta contra
rios feministas. 5
el carácter androcéntrico dominante ni
Independientemente del membre- de las epistemologías ni de las cien-
te que se adopte, otra cuestión que se cias. Todo depende del para qué. Si se
sigue debatiendo es el carácter de es- pretende demostrar la presencia y el
tos estudios. ¿En qué consiste lo fe- protagonismo de las mujeres en el que-
minista al enseñar o investigar sobre hacer científico y tecnológico para
la mujer? Sabemos que los trabajos deducir de ahí que las mujeres hemos
sobre o por mujeres no son necesaria- tenido igual acceso a esos campos,
mente feministas; lo son, creo, los es- sólo que se ignora, no creo que se tra-
tudios que parten del hecho de la te de una posición feminista.
división genérica jerárquica de la so- Nos hemos tenido que dedicar
ciedad, que toman en consideración durante algún tiempo a saber qué va-
mos a estudiar y por qué. Es decir, dis-
5. Para una buena antología de textos sobre el género cutimos la validez o no de estudiar a
ver el libro compilado por Marta Lamas. El género: la cons-
trucción cultural de la diferencia sexual, UNAM-Porrúa, la mujer (a las mujeres o a los géne-
México, 1996.
En cuanto a diccionario feminista en español ver ros). Hemos tenido que invertir bas-
Victoria Sau. Diccionario ideológico feminista, Icaria, Bar-
celona, 1990. Ver también para definiciones de concep- tante energía en tratar de explicar (y
tos y categorías, Celia Amorós (dir.) 10 palabras clave
sobre mujer, evd, Pamplona, 1995. explicarnos) por qué resulta necesario
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estudiar algo que a todas luces apare- tal para el enriquecimiento de todas
ce como no importante. Sin embargo, las ciencias y las humanidades. Sin em-
a lo largo de los años, hemos logrado bargo, no por ello es forzoso y nece-
más o menos explicar esa necesidad. sario cambiar lo que se ha llamado
Ahora, nos enfrentamos también estudios de la mujer (por no poder le-
a la problemática de cómo abordar el gitimarlos en la academia como estu-
estudio. Nos estamos ocupando tan- dios feministas) por los estudios de
to de la metodología de investigación género.
como de las estrategias para la docen- Es innegable que sin el movimiento
cia. Ambas cuestiones son objeto de de liberación de la mujer estos estu-
amplios y largos debates. ¿Existen uno dios probablemente no hubieran sur-
o varios métodos distintos para los gido. Sin embargo, el vínculo se ha
estudios feministas? ¿Existe una me- dado de dos maneras: en forma directa
todología feminista? ¿Integración de y en forma indirecta. Esto quiere decir
los estudios sobre la mujer o autono- simplemente que en el primer caso las
mía? Aunque en apariencia este deba- mujeres que participamos personal-
te sobre la integración o la autonomía mente en el movimiento feminista, en
ya se dio, parece que no se agotó y de un momento dado creamos en las uni-
repente despunta nuevamente. versidades los estudios de la mujer; en
No hay ninguna duda de que el gran medida quisimos dejar de vivir esa
“descubrimiento” o puesta en circu- especie de esquizofrenia o doble vida,
lación de la categoría género en el con- en la que por un lado estaba el trabajo
texto de los estudios feministas ha sido profesional y por el otro, sin que tuvie-
muy importante para el desarrollo de ra nada que ver con él, la militancia en
la teoría; también considero que esta el movimiento de liberación de la mu-
categoría es absolutamente fundamen- jer. En el segundo caso, la forma indi-
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recta se da cuando las ideas, los inte- nables: su vida económica, de traba-
reses y las luchas del movimiento fe- jo, su sexualidad, su psique, su arte,
minista “contagiaron”, principalmente su historia, su cuerpo... todo lo que
por la vía intelectual, a algunas muje- han hecho y hacen las mujeres en so-
res de la academia (sin que ellas hubie- ciedad e individualmente. No obs-
ran participado jamás en el movimien- tante, en todas y cada una de las
to feminista) y pensaron que sería licenciaturas debería contemplarse la
importante contemplar a las mujeres problemática de las mujeres, deberían
en sus investigaciones y en su docen- existir materias en todas las licencia-
cia. Estas mismas, opino, son las que turas, mas no creo que se deban crear
primero se sumaron a la idea de cam- las licenciaturas en estudios de la
biar género por mujer en el trabajo aca- mujer.
démico. Un problema que se presenta a
Debido tal vez a la naturaleza mul- menudo dentro de estos estudios es
tidisciplinaria y transdisciplinaria de los que las alumnas confunden el salón de
estudios de la mujer, lo idóneo es que clase con un grupo de autoconciencia
esta enseñanza se imparta a nivel de del movimiento feminista. Es funda-
posgrado, como especialidades, maes- mental tener presente que se trata de
trías o doctorados, cuando la gente dos espacios distintos, si bien hay
ya tiene una preparación dentro de una conexiones entre ambos. Y son distin-
disciplina; entonces estudiar a la mu- tos en buena medida porque los estu-
jer y a las relaciones entre los géneros dios formales en una universidad están
sería un punto de llegada, es el lugar sujetos a las reglas del juego de la ins-
donde se aterriza. Representa el es- titución. Evaluamos y somos evalua-
tudio de la mitad de la población en das con los parámetros institucionales.
todos los aspectos posibles e imagi- Si una alumna no puede presentar un
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buen trabajo final por atender a sus nas y ciencias, o bien si hay que con-
dos hijos (enfermos o no) y al marido seguir la autonomía de estos estudios.
o tal vez porque, además, tiene un tra- Con la autonomía, y por lo tanto la
bajo asalariado, con lo cual sus estu- separación, se da el proceso de ghetti-
dios representan una tercera jornada zación que conlleva la marginación. Me
de trabajo... no se le pude poner una parece que no es para nada necesario,
buena calificación, ya que no cumplió ni conveniente, elegir. Es preciso crear
con los requisitos del curso que está estudios de la mujer autónomos que
tomando. Ellas con frecuencia creen nos permitan avanzar más y mejor teó-
que si no se les regalan las calificacio- ricamente sin tener que estar justifi-
nes en consideración de su condición cando gratuitamente cada uno de los
de mujeres-amas de casa, el feminis- conceptos que usamos y los proyec-
mo del curso está en entredicho. Me tos que elaboramos. Pero es también
parece que eso es justamente no to- muy importante integrar “el punto de
marse en serio como estudiantes, tal vista feminista” en el cuerpo de las dis-
como decía Adrienne Rich. El feminis- tintas ciencias y disciplinas, y hacer
mo no pasa por entender la doble jor- visibles a las mujeres y a las relacio-
nada de las alumnas y, por ende, nes entre los géneros en todo conoci-
aprobarlas sin que lo merezcan aca- miento humano. Evidentemente no se
démicamente. Sin embargo, esta con- trata de que se queden igual, pero con
fusión con frecuencia produce malestar un cataplasma que diga “mujer” ahí
y representa conflicto. pegado, sino que se transformen y
Se sigue discutiendo acerca de si dejen de ser androcéntricas y sexistas.
es mejor la integración del estudio de De la misma manera que también es
las mujeres en los planes y programas preciso ir cambiando, poco a poco, el
universitarios de las distintas discipli- lenguaje profundamente androcéntri-
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co que impera aún hoy día en las uni- Considero que los principales obs-
versidades. táculos para la proliferación de los es-
La entrada en la academia no ha sido tudios de la mujer siguen siendo
ni fácil ni rápida. Se han manifestado básicamente los mismos que en un
dos grandes obstáculos: por un lado, principio. A las mujeres académicas no
la debilidad teórica y el poco compro- sensibles al feminismo no les interesa
miso político de las feministas dentro en lo más mínimo que existan y que
de las universidades y, por el otro, la se multipliquen los estudios de esta
cerrazón de las autoridades académi- naturaleza; los ven con escepticismo,
cas y burocráticas. Sin embargo, al paso incredulidad, desconfianza o franco
de los años, las feministas nos fortale- rechazo. Las feministas dentro de la
cimos y los jerarcas se debilitaron. academia no dan abasto para que se
La entrada del feminismo en la consolide lo que existe y para que,
academia al principio se dio, casi en to- además, se multiplique.
dos lados, por la vía informal. Se crea- Las universidades están abarrota-
ron grupos de investigación no das de personas que consideran poco
reconocidos y se impartieron nume- científico, poco serio, poco importan-
rosos cursos sin valor en créditos. te estudiar a las mujeres y a la rela-
Actualmente puede decirse que lo que ción entre los géneros, por lo tanto,
existe en términos de docencia en este no digno de que los excelsos saberes
campo es bastante raquítico en com- que se imparten en la educación su-
paración, por ejemplo, con el desarro- perior se ocupen de “esos temas” tan
llo de la investigación que se lleva a de segunda. Ahora, al inventarse el
cabo sobre el tema en el país. Aun hay desempeño académico de excelencia,
un desfase entre la docencia y la in- nos hemos tenido que someter, tam-
vestigación feministas. bién, a esas exigencias institucionales
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y hay que hacer investigación de “alto que utilizar patrones de evaluación


nivel” tan sólo para poder competir en impuestos, ya sea por las propias ins-
el mercado académico. tituciones o bien por las financiadoras
nacionales e internacionales. En gene-
La institucionalización ral, nosotras no elaboramos los crite-
y la burocratización rios de evaluación, pero funcionamos
todos los días con ellos. No es posi-
Uno de los espacios en donde se ha ble escapar fácilmente a estos meca-
institucionalizado el feminismo es en nismos una vez se ha entrado en las
la academia y, paralelamente, es inne- instituciones.
gable que se da un cierto proceso de Esto significa, tal como lo preveía-
burocratización. Por un lado, se tiene mos, una pérdida de libertad, de es-
que trabajar de acuerdo con ciertos li- pontaneidad, de creatividad incluso y,
neamientos de una determinada ad- por supuesto, de combatividad. El fe-
ministración y de las políticas educa- minismo en la academia se entibia. A
tivas; por el otro, es inevitable que surja pesar de ello no es posible negar que
una burocracia en el interior de los el proceso concientizador va avanzan-
propios programas, todo lo cual con- do, que cada día más mujeres y hom-
diciona el quehacer cotidiano. bres se percatan de la injusta división
Además, los programas universi- genérica y que, aunque de manera muy
tarios están siendo constantemente lenta, la condición de las mujeres se
evaluados y, al mismo tiempo, evalúan. va modificando y el machismo, aun-
Ésta es una de las partes más delica- que sea mínimamente, se ablanda.
das. ¿En función de qué, con qué
parámetros se actúa dentro de este
doble proceso? En general, tenemos
EN LA MIRA 231

Para resumir tión relacionada con las mujeres o con


el machismo en algún curso y ya está;
Es posible esquematizar la problemá- es decir, se quedan con ese cataplas-
tica abordada de la siguiente manera: ma que mencioné.
¿Qué es lo que se estudia (o enseña) Nuestra alternativa hoy es tanto la
en los estudios de la mujer, cómo se de integrar visiones feministas en las
estudia y para qué? ciencias y las humanidades, como la de
Esto último es fundamental. La fi- crear y conservar la autonomía de los
nalidad que se persigue, a nivel del estudios de la mujer, no es necesario
conocimiento, es borrar el androcen- elegir. Y es así como intentaremos ir
trismo y el sexismo en todas las disci- creando muy poco a poco un conoci-
plinas. Lo deseable es introducir la miento no androcéntrico y no sexista,
visión genérica en el cuerpo de toda desafiando los retos que nos impone la
ciencia y disciplina. Hay que integrar institucionalización.
el punto de vista feminista en el co- Ahora bien, junto con la institu-
nocimiento y transformarlo. Ahora cionalización y la burocratización se
bien, hoy por hoy, la docencia y la in- está dando paralelamente una cierta
vestigación mayoritarias, dominantes, legitimación de los estudios de este
se siguen manteniendo profundamente tipo, y al cambiarle la etiqueta de “mu-
androcéntricas. La inmensa mayoría de jer” por la de “género” este proceso
los científicos sociales siguen dicien- se facilita.
do que eso del feminismo es pura ideo- Los estudios de la mujer compar-
logía. En el mejor de los casos las ten, en cierta manera, la situación en
investigaciones han sido salpicadas de que viven las mujeres en la sociedad:
mujeres o de uno que otro concepto son básicamente ignorados y menos-
feminista, se contempla alguna cues- preciados, pero por momentos se co-
232 LA VENTANA, NÚM. 10 / 1999

quetea con ellos y son “conquistados” Rationality, Integrity and Moral


(para distintos fines con frecuencia de Imagination , Westview Press,
tipo clientelar). Otras veces se les toma Boulder, 1996.
en cuenta con actitud paternalista, BARTRA, Eli, María BRUMM et al. La Re-
pero la mayoría del tiempo la tenden- vuelta. Reflexiones, testimonios y
cia es a marginarlos. reportajes de mujeres en México,
Hemos avanzado, pues, en cuan- 1975-1983, Martín Casillas, Méxi-
to a introducir el feminismo en la aca- co, 1983.
demia, pero no hay que pensar que  “El colectivo La Revuelta o de
nuestros logros son definitivos. Tan cuando las brujas conspiraban”,
pronto se gana terreno como se vuel- en Fem, año 20, núm. 163, Méxi-
ve a perder, casi sin percatarnos de ello. co, octubre, 1996.
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bajo de responsabilidad y la presencia
en los estudios superiores, son algu-
nos ejemplos en la cultura occidental.
Pero, ¿eso es todo?
El feminismo es un movimiento
social y político que tiene un proyec-
to de sociedad diferente de la pa-
triarcal. La gestión unilateral del
mundo por parte de uno solo de los
dos representantes de la especie hu-
mana toca a su fin. Este proceso se
articula en tres fases:

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