You are on page 1of 3
Chea, ot hea: Verin 2009 La interconsulta: una practica del malestar” Silvina Gamste* ‘abitualmente la interconsulta presenta cierta dificultades alos psicoanalis- {as gue pertenecemos a un servicio de psicopatologta. Me refiero a fos obs- Aéculos que se nos plantean al participar en dispotitives io psicoanalftices, decir, no basados especfficamente en la asociacisn libre y la interpretaciGn.EAI8 interconsuita no somos ltamados como analisias, sino en tanto “psicopatdloges”,e desir como representatites de una de las tantas especielidades del hospital polivelen- ‘e, Se nos considers “especialistas” capeces de resolver siitclones complejas, como hacer por ejemplo un diagndstico diferencial, © ayvdar'a‘codstituir 0 eompletar an iagndstico ahi donde <1 diagnéstico médice no elera, € aiidoso 0 falta El pedido médica es el de que ayudemas a precisir si un feiiémeno’es de orden conversiva i orgénico, si pertenece a su competencia, «si, de-le contario, debe abandonac el ca- 4:0 y remitimosto nosotros. La consults a psieopologia suele exter formutada en 2508 términos. Ahora bien, en tanto psicoanalistas, lo que primero hacemos es escuchar quién, \aué y para quién demands, Porque si es verdad que estamnos habituados a trabajar on lo que wo funciona, ¢s también cierto que lo que no funciona éxige ciertes con- Siciones para que podamos operat sobre ello, Debe ser formilado de manera tal que implique de parte de quien se ditige a nosotros, cierta interrogacién sobre ese raales- ‘ar. Quiero decir que no cualquier cosa deviene sfntoma intetrogando al sujeto, y que para que lorhaga, es necesario una determinada puesta en forma del sintoma y de la demanda que lo vehicutiza 1 “Enel plano de la interconsulta el camino parece allanarse cuando percibimos des- ste t inicio que e} médico mediatiza en realidad un pedido de los pacientes. Es de-

You might also like