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DDHH Unidad Vii
DDHH Unidad Vii
a).- Por actos ilícitos: cuando sus órganos o funcionarios incumplen el Derecho
Internacional, ya sea por una acción (un acto contrario a éste) o una omisión (no
hacer algo que debió) respecto de otro Estado o persona. En circunstancias
excepcionales, la acción de los particulares también puede ser atribuida al Estado.
A) Elemento objetivo.
La calificación del hecho ilícito se rige por el Derecho Internacional; por tanto es
independiente de si el hecho es o no lícito conforme al Derecho Interno del Estado
responsable.
B) Elemento subjetivo.
Para que el acto ilícito pueda “atribuirse” a un Estado se requiere alguno de estos
supuestos:
b) Que el acto sea cometido por una persona que no pertenezca a un órgano del
Estado ni sea funcionario público, pero que se encuentre facultada por las leyes
para ejercer atribuciones del poder público. Por ej.: cuando se contrata a
empresas de seguridad privadas para que se encarguen de la vigilancia en las
cárceles.
c) Que el acto sea cometido por un agente u órgano de otro Estado puesto a a su
disposición. En algunos supuestos la responsabilidad es compartida por ambos
Estados, sobre todo en los casos de simple cooperación para la realización de
determinadas tareas, o de tareas llevadas a cabo conjuntamente por dos o más
Estados.
d) Que el acto sea cometido por una persona o grupo de personas que actúa “de
hecho” por instrucciones o bajo la dirección o control del Estado.
e) Que el acto sea cometido por un particular (ajeno al Estado) que ejerce “de
hecho” funciones públicas, en ausencia de autoridades oficiales y en
circunstancias que requieran el ejercicio de tales funciones. Por ej. los actos de las
personas que ejercieron funciones de inmigración y aduanas en el Aeropuerto de
Teherán, inmediatamente después de la revolución islámica, los cuales fueron
atribuidos al nuevo gobierno iraní (caso Yeager c.Irán); pues si bien no estaban
realmente autorizados por el gobierno, dichos guardias ejercían atribuciones del
poder público en ausencia de las autoridades oficiales, en operaciones de las que
el nuevo gobierno debía haber tenido conocimiento y a las que no se opuso
abiertamente.
g) Que el acto sea cometido por un movimiento insurreccional que luego llegue al
poder de ese Estado. Si el acto es cometido por ese movimiento, que se
transforma en un nuevo Estado, el nuevo Estado será el responsable.
Consentimiento: exige que otro Estado, con quien existe la obligación de cumplir,
preste su consentimiento válido previo a la comisión del ilícito.
Legítima defensa: es una acción armada tomada para repeler el ataque armado de
otro Estado, con comunicación inmediata al CS de la ONU (art. 51 Carta). El DI
consuetudinario exige los requisitos de necesidad, proporcionalidad e inmediatez.
Cabe aclararse que no puede alegarse una causal que excluye la ilicitud frente al
incumplimiento de una obligación que emana de una norma imperativa del
Derecho Internacional General. Esto es aplicable a las obligaciones que protegen
los derechos humanos fundamentales que no son susceptibles de ser derogados o
suspendidos en ninguna circunstancia, como aquellas que prohíben o condenan la
comisión de crímenes internacionales.
Si bien en la Convención de Viena sobre los Tratados, de 1969, existe una causa de
suspensión o terminación que faculta a los Estados a suspender o dar por
terminado un tratado internacional frente a la “violación grave” cometida por otro
Estado (art. 60), dicha causal no se aplica en cierta clase de tratados, como los
referidos a los derechos humanos o al Der. Internac. Humanitario, por lo menos
en lo que respecta a las cláusulas que refieren específicamente a la protección de
la persona humana.
b) Cesación y no repetición.
El Estado responsable está obligado a ponerle fin al acto ilícito en caso de que
continúe (por ej. En el supuesto de delito continuado, como la desaparición
forzada de personas) y a ofrecer seguridades o garantías adecuadas de no
repetición, por ejemplo mediante la adopción de medidas preventivas., en caso de
existir riesgo probable de que se produzcan nuevos incumplimientos en el futuro.
De darse este supuesto, las garantías de no repetición cumplirán una “función
preventiva” respecto de futuros ilícitos, (mira al “futuro”, a diferencia de la
reparación, que busca resarcir o remediar un daño ya acaecido, (mira al “pasado”)
o de la cesación del hecho ilícito. (mira al “presente”).
c) Reparación.
Caso La última tentación de Cristo: la Corte condenó a Chile por haber violado el
derecho a la libertad de pensamiento y de expresión respecto de varias personas,
y le ordenó al Estado modificar su ordenamiento jurídico interno, en un plazo
razonable, con el fin de suprimir la censura previa para permitir la exhibición de la
película; disponiendo además el reintegro de gastos a las víctimas, si bien no
ordenó el pago de indmenización ya que dicha sentencia constituía “per se” una
forma de reparación y satisfacción moral de significación.