You are on page 1of 21

ESCUELA PREPARATORIA

“ARNOLDO RUIZ ARMENTO”

ASIGNATURA:
INTRODUCCIÓN A LAS CIENCIAS SOCIALES

TEMA:
EL HOMBRE Y EL TRABAJO

CATEDRATICO:
LIC.PRIMITIVA SIERRA MARQUEZ

ESTUDIANTE:
NAUM ALEJANDRO GODINEZ MERIDA

GRADO Y GRUPO: 1RO “A”

FECHA: 10 DE OCTUBRE DEL 2022


INDICE

2 El hombre y el trabajo. ...................................................................... 2

2.1. El papel del trabajo en la transformación del mono en hombre. . 4

2.2. El trabajo como actividad humana transformadora. ..................11

2.3. El trabajo como proceso evolutivo. ...........................................12

2.4. Los satisfactores de las necesidades primarias y secundarias del

hombre. ...........................................................................................13

2.5. La división social del trabajo ....................................................18

2.5.1. Fuerza de trabajo. ..................................................................19

1
2. El hombre y el trabajo.

El Trabajo está directamente relacionado con el hombre, ya que éste


es el principal actor de cualquier actividad. Las organizaciones están
integradas por personas que son las que llevan a cabo la tarea con aciertos
y errores.

En el contexto socio-político y tecnológico actual, los recursos


humanos se constituyen en una variable estratégica de notoria relevancia.
Dicho reconocimiento contempla, entre muchas otras cosas, el proceso de
selección de personal realizado profesional y responsablemente, el cual
debe instituirse como una herramienta válida que contribuya a desnaturalizar
aquellos aspectos enraizados que atentan contra la integridad biopsicosocial
de los sujetos.

Esto significa que las organizaciones tienen que desarrollar y promover


en sus miembros, la capacidad de innovación, responsabilidad, autonomía y

2
un grado adecuado de autoestima. Hecho que se denomina técnicamente
gestión por competencias.

El psicólogo, especializado en el ámbito laboral y organizacional, al


intervenir en el proceso de selección de personal, cuenta con una
herramienta técnica que debe conocer y manejar con destreza:

La Entrevista. Ésta, junto a otras técnicas, le permitirán comprender y


manejar el proceso de selección como un accionar dinámico y constructivo
en el que se ponen en juego diferentes procesos psicológicos necesarios de
conocer y atender.

3
2.1. El papel del trabajo en la transformación del mono en hombre.

El trabajo es la fuente de toda riqueza, afirman los especialistas en


Economía política. Lo es, en efecto, a la par que la naturaleza, proveedora
de los materiales que él convierte en riqueza. Pero el trabajo es muchísimo
más que eso. Es la condición básica y fundamental de toda la vida humana.
Y lo es en tal grado que, hasta cierto punto, debemos decir que el trabajo ha
creado al propio hombre.
Hace muchos centenares de miles de años, en una época, aún no
establecida definitivamente, de aquel período del desarrollo de la Tierra que
los geólogos denominan terciario, probablemente a fines de este período,
vivía en algún lugar de la zona tropical - quizás en un extenso continente hoy
desaparecido en las profundidades del Océano Indico- una raza de monos
antropomorfos extraordinariamente desarrollada. Darwin nos ha dado una
descripción aproximada de estos antepasados nuestros. Estaban totalmente
cubiertos de pelo, tenían barba, orejas puntiagudas, vivían en los árboles y
formaban manadas

Es de suponer que, como consecuencia directa de su género de vida,


por el que las manos, al trepar, tenían que desempeñar funciones distintas
a las de los pies, estos monos se fueron acostumbrando a prescindir de ellas
al caminar por el suelo y empezaron a adoptar más y más una posición
erecta. Fue el paso decisivo para el tránsito del mono al hombre.

Todos los monos antropomorfos que existen hoy día pueden


permanecer en posición erecta y caminar apoyándose únicamente en sus
pies; pero lo hacen sólo en caso de extrema necesidad y, además, con suma

4
torpeza. Caminan habitualmente en actitud semierecta, y su marcha incluye
el uso de las manos. La mayoría de estos monos apoyan en el suelo los
nudillos y, encogiendo las piernas, hacen avanzar el cuerpo por entre sus
largos brazos, como un cojo que camina con muletas.

En general, aún hoy podemos observar entre los monos todas las
formas de transición entre la marcha a cuatro patas y la marcha en posición
erecta. Pero para ninguno de ellos ésta última ha pasado de ser un recurso
circunstancial.

Y puesto que la posición erecta había de ser para nuestros peludos


antepasados primero una norma, y luego, una necesidad, de aquí se
desprende que por aquel entonces las manos tenían que ejecutar funciones
cada vez más variadas. Incluso entre los monos existe ya cierta división de
funciones entre los pies y las manos. Como hemos señalado más arriba,
durante la trepa las manos son utilizadas de distinta manera que los pies.

Las manos sirven fundamentalmente para recoger y sostener los


alimentos, como lo hacen ya algunos mamíferos inferiores con sus patas
delanteras. Ciertos monos se ayudan de las manos para construir nidos en
los árboles; y algunos, como el chimpancé, llegan a construir tejadillos entre
las ramas, para defenderse de las inclemencias del tiempo.

La mano les sirve para empuñar garrotes, con los que se defienden de
sus enemigos, o para bombardear a éstos con frutos y piedras. Cuando se
encuentran en la cautividad, realizan con las manos varias operaciones
sencillas que copian de los hombres. Pero aquí es precisamente donde se
ve cuán grande es la distancia que separa la mano primitiva de los monos,
de la mano del hombre, perfeccionada por el trabajo durante centenares de
miles de años. El número y la disposición general de los huesos y de los

5
músculos son los mismos en el mono y en el hombre, pero la mano del
salvaje más primitivo es capaz de ejecutar centenares de operaciones que
no pueden ser realizadas por la mano de ningún mono. Ni una sola mano
simiesca ha construido jamás un cuchillo de piedra, por tosco que fuese.

Por eso, las funciones, para las que nuestros antepasados fueron
adaptando poco a poco sus manos durante los muchos miles de años que
dura el período de transición del mono al hombre, sólo pudieron ser, en un
principio, funciones sumamente sencillas. Los salvajes más primitivos,
incluso aquellos en los que puede presumirse el retorno a un estado más
próximo a la animalidad, con una degeneración física simultánea, son muy
superiores a aquellos seres del período de transición.

Antes de que el primer trozo de sílex hubiese sido convertido en


cuchillo por la mano del hombre, debió haber pasado un período de tiempo
tan largo que, en comparación con él, el período histórico conocido por
nosotros resulta insignificante. Pero se había dado ya el paso decisivo: la
mano era libre y podía adquirir ahora cada vez más destreza y habilidad; y
ésta mayor flexibilidad adquirida se transmitía por herencia y se acrecía de
generación en generación.

El perfeccionamiento gradual de la mano del hombre y la adaptación


concomitante de los pies a la marcha en posición erecta repercutieron
indudablemente, en virtud de dicha correlación, sobre otras partes del
organismo.

6
Sin embargo, esta acción aún está tan poco estudiada que aquí no podemos
más que señalarla en términos generales. Mucho más importante es la
reacción directa -posible de demostrar- del desarrollo de la mano sobre el
resto del organismo.

Con cada nuevo progreso, el dominio sobre la naturaleza, que


comenzara por el desarrollo de la mano, con el trabajo, iba ampliando los
horizontes del hombre, haciéndole descubrir constantemente en los objetos
nuevas propiedades hasta entonces desconocidas. Por otra parte, el
desarrollo del trabajo, al multiplicar los casos de ayuda mutua y de actividad
conjunta, y al mostrar así las ventajas de esta actividad conjunta para cada
individuo, tenía que contribuir forzosamente a agrupar aún más a los
miembros de la sociedad.

Los hombres en formación llegaron a un punto en que tuvieron


necesidad de decirse algo los unos a los otros. La necesidad creó el órgano:
la laringe poco desarrollada del mono se fue transformando, lenta pero
firmemente, mediante modulaciones que producían a su vez modulaciones
más perfectas, mientras los órganos de la boca aprendían poco a poco a
pronunciar un sonido articulado tras otro.

La comparación con los animales nos muestra que esta explicación del
origen del lenguaje a partir del trabajo y con el trabajo es la única acertada.
7
Lo poco que los animales, incluso los más desarrollados, tienen que
comunicarse los unos a los otros puede ser transmitido sin el concurso de la
palabra articulada. Ningún animal en estado salvaje se siente perjudicado
por su incapacidad de hablar o de comprender el lenguaje humano. Pero la
situación cambia por completo cuando el animal ha sido domesticado por el
hombre. El contacto con el hombre ha desarrollado en el perro y en el caballo
un oído tan sensible al lenguaje articulado, que estos animales pueden,
dentro del marco de sus representaciones, llegar a comprender cualquier
idioma. Además, pueden llegar a adquirir sentimientos desconocidos antes
por ellos, como son el apego al hombre, el sentimiento de gratitud, etc. Quien
conozca bien a estos animales, difícilmente podrá escapar a la convicción
de que, en muchos casos, esta incapacidad de hablar es experimentada
ahora por ellos como un defecto. Desgraciadamente, este defecto no tiene
remedio, pues sus órganos vocales se hallan demasiado especializados en
determinada dirección. Sin embargo, cuando existe un órgano apropiado,
esta incapacidad puede ser superada dentro de ciertos límites. Los órganos
bucales de las aves se distinguen en forma radical de los del hombre, y, sin
embargo, las aves son los únicos animales que pueden aprender a hablar; y
el ave de voz más repulsiva, el loro, es la que mejor habla. Y no importa que
se nos objete diciéndonos que el loro no entiende lo que dice. Claro está que
por el solo gusto de hablar y por sociabilidad con los hombres el loro puede
estar repitiendo horas y horas todo su vocabulario. Pero, dentro del marco
de sus representaciones, puede también llegar a comprender lo que dice.
Enseñad a un loro a decir palabrotas, de modo que llegue a tener una idea
de su significación (una de las distracciones favoritas de los marineros que
regresan de las zonas cálidas), y veréis muy pronto que en cuanto lo irritáis

8
hace uso de esas palabrotas con la misma corrección que cualquier
verdulera de Berlín. Y lo mismo ocurre con la petición de golosinas.

Primero el trabajo, luego y con él la palabra articulada, fueron los dos


estímulos principales bajo cuya influencia el cerebro del mono se fue
transformando gradualmente en cerebro humano, que, a pesar de toda su
similitud, lo supera considerablemente en tamaño y en perfección. Y a
medida que se desarrollaba el cerebro, desarrollaban también sus
instrumentos más inmediatos: los órganos de los sentidos. De la misma
manera que el desarrollo gradual del lenguaje va necesariamente
acompañado del correspondiente perfeccionamiento del órgano del oído, así
también el desarrollo general del cerebro va ligado al perfeccionamiento de
todos los órganos de los sentidos. La vista del águila tiene mucho más
alcance que la del hombre, pero el ojo humano percibe en las cosas muchos
más detalles que el ojo del águila. El perro tiene un olfato mucho más fino
que el hombre, pero no puede captar ni la centésima parte de los olores que
sirven a éste de signos para diferenciar cosas distintas. Y el sentido del tacto,
que el mono posee a duras penas en la forma más tosca y primitiva, se ha
ido desarrollando únicamente con el desarrollo de la propia mano del
hombre, a través del trabajo. El desarrollo del cerebro y de los sentidos a su
servicio, la creciente claridad de conciencia, la capacidad de abstracción y
de discernimiento cada vez mayores, reaccionaron a su vez sobre el trabajo
y la palabra, estimulando más y más su desarrollo. Cuando el hombre se
separa definitivamente del mono, este desarrollo no cesa ni mucho menos,
sino que continúa, en distinto grado y en distintas direcciones entre los
distintos pueblos y en las diferentes épocas, interrumpido incluso a veces
por regresiones de carácter local o temporal, pero avanzando en su conjunto
a grandes pasos, considerablemente impulsado y, a la vez, orientado en un

9
sentido más preciso por un nuevo elemento que surge con la aparición del
hombre acabado: la sociedad. Seguramente hubieron de pasar centenares
de miles de años -que en la historia de la Tierra tienen menos importancia
que un segundo en la vida de un hombre antes de que la sociedad humana
surgiese de aquellas manadas de monos que trepaban por los árboles.

10
2.2. El trabajo como actividad humana transformadora.

El Trabajo es tan importante que es la condición básica y fundamental


de la vida humana, es la fuente de los bienes y servicios que satisfacen
nuestras necesidades. A demás el Trabajo produce obras artísticas y
científicas.

Es el Trabajo el que ha permitido crear civilizaciones enteras. Pero


también ha sido el medio para que unos seres humanos exploten a otros y
así unos cuantos concentren enormes riquezas, mientras que millones de
trabajadores no cuenten con lo elemental para tener una vida digna.

Por ello, la lucha del Partido del Trabajo es para que el trabajo deje de
ser una actividad explotada y enajenante y se transforme en una actividad
realizadora del ser humano.

El objetivo es lograr una sociedad justa, equitativa y democrática


basada en el trabajo emancipado, o sea que el trabajo beneficie a quienes
lo realizan.

El principio central del Partido del Trabajo, es servir al pueblo, y para


ello tiene como base de sus principios la Línea de Masas, que obliga a
desarrollar la capacidad del pueblo a decidir

11
2.3. El trabajo como proceso evolutivo.

Sin duda alguna la evolución del trabajo es un concepto que está


presente a lo largo de la historia. Adaptándose a las necesidades sociales y
herramientas tecnológicas del momento. Configurando así para cada época
una comprensión sobre lo que representa el trabajo en la vida de la persona.
Y cómo éste se interrelaciona con la misma afectando a todos los ámbitos
personales, más allá de limitarse a un sentido puramente “laboral”.

La evolución del trabajo ha sido simultánea a la evolución de la humanidad


y el desarrollo tecnológico. Por ello mismo y citando la jerarquía de las
necesidades humanas mediante la “Pirámide de Maslow” se ejemplifica
como se ha pasado de escalar a través de los cinco estadios a refugiarse
prácticamente en la base de los mismos. Priorizando la fisiología y la
seguridad por encima del resto.

En referencia a este hecho, en el transcurso


de la historia se ha evolucionado de conceptos
como los gremios y los oficios, al trabajo
entendido en la actualidad tras el desarrollo de
la Revolución Industrial. Y más recientemente,
un proceso de tecnologización y digitalización total a escala global. Con el
que se han generado nuevas necesidades sociales que necesitan de
respuestas rápidas y dinámicas.

12
2.4. Los satisfactores de las necesidades primarias y secundarias del
hombre.

Si las necesidades primarias buscaban mantener la supervivencia y


cumplir con las necesidades vitales del ser humano: dormir, comer,
respirar…las necesidades secundarias tienen como pretensión que se sienta
más realizado en su vida.

Una vez se han cumplido las primeras, las personas


necesitan tener una seguridad vital, afianzarse en el
mundo en el que viven, y sentirse partícipe de él. Es por
tanto cuando surgen una serie de necesidades
secundarias que no son básicas, pero si hacen que la vida
sea más cómoda y segura. Abraham Maslow ya hablaba sobre ello en
su pirámide donde dividía tres tipos de necesidades.

Tipos de necesidades secundarias


Según la pirámide de Maslow, el cual dividía las necesidades en primarias,
secundarias y terciarias. Las necesidades secundarias serían las siguientes:

• Poder tener acceso a servicios médicos.


• La seguridad de tener un trabajo que garantice aporte económico.
• Poder vivir y asegurar una vivienda.
• Resguardarse del frío y del calor.
• Estar conectado en caso de urgencia o necesidad a través de un
dispositivo móvil, por ejemplo.
13
• Tener derechos que garanticen la propiedad privada.

Según Maslow, las necesidades primarias son las fundamentales para poder
vivir como ingerir alimentos, las secundarias son aquellas encaminadas a
mejorar la calidad de vida, y las terciarias son aquellas que surgen cuando
las dos primeras ya están satisfechas.

En este caso serían las afectivas y sociales como recibir afecto por parte de
amigos y familiares, tener amigos para llevar a cabo una serie de prácticas
comunes como un determinado deporte, por ejemplo, o tener pareja.

En el caso de las necesidades secundarias pueden variar con el paso de los


años, y en la época en la que se vive. Hace 100 años no era indispensable
tener internet o un teléfono, en la actualidad se ha convertido en algo muy
utilizado y que se podría englobar dentro de esas necesidades secundarias
de las que hablamos.

14
2.4.1. El desarrollo intelectual y desarrollo material.

El conocimiento intelectual es la apropiación de los objetos que no


pueden sernos presentados por los sentidos (mediadores), a los cuales no
pueden estimular. Estos objetos son los modos de ser de las cosas y sus
relaciones, qué son, qué valen, por qué y para qué son, etcétera.

Recuérdese que los conocimientos logrados a través de diversos procesos


y etapas pueden servir para adquirir nuevos conocimientos, y a la vez
constituyen un andamiaje, el cual es, por lo tanto, la posesión o incorporación
a nuestra vida de conocimientos dispuestos a ser actualizados. Por ello suele
llamársele saber potencial, para diferenciarlo de la utilización práctica y
efectiva de esos conocimientos que se denominan saber actual. Así mismo
recibe el nombre de saber la terminación del proceso psíquico en que se
conoce o se aprehende algo.

Piaget parte del punto de vista de que como todos los organismos se
adaptan a su ambiente, tienen que poseer alguna forma de estructura u
15
organización que haga posible la adaptación. Así, pues, considera que la
organización y la adaptación son las invariantes fundamentales del
funcionamiento.

Por otra parte, como Piaget considera que el funcionamiento intelectual es


tan sólo un caso especial del funcionamiento biológico especial, considera
que la organización y la adaptación son esenciales también para el primero.

Además, la adaptación puede subdividirse en dos componentes


estrechamente entretejidos, los de la asimilación y de la acomodación.

El primero designa a un cambio de los elementos de la situación (por


ejemplo, experiencia o alimento) de manera que puedan quedar
incorporados en la estructura del organismo (por ejemplo, el sistema
intelectual o digestivo) a fin de que el organismo se adapte a la situación.

El último término implica la modificación de la estructura del organismo (por


ejemplo, en el sistema intelectual o digestivo) para los mismos fines de
adaptación a la situación.

De tal modo, la asimilación y la acomodación son consideradas también


como invariantes funcionales. Por tanto, para Piaget todo acto intelectual
requiere de alguna estructura intelectual, en tanto que el funcionamiento
intelectual está caracterizado por la asimilación y la acomodación.

Finalmente se puede mencionar que, el conocimiento es un proceso en que


están vinculados estrechamente las operaciones y procedimientos mentales,
16
subjetivos, con las operaciones y formas de actividades objetivas, aplicadas
a los objetos. Y es así que, el conocimiento que surge como producto de
todas las etapas mencionadas anteriormente, lleva la impronta huella de los
aspectos interrelacionados.

El conocimiento es la apropiación de objetos (materiales y formales)


presentes en nuestra conciencia. Pero esta apropiación queda regulada por
la asimilación y acomodación de los diferentes esquemas construidos por el
sujeto, los cuales le permiten actuar sobre el mundo de las formas y las
ideas, dirigir su conducta y dar sentido a su vida.

17
2.5. La división social del trabajo.

La sociedad como tal siempre ha adoptado patrones que obligan a una


clasificación, este es el caso de lo que es la división social del trabajo que
establece en buena parte las relaciones laborales. Tendríamos que evaluar
el contexto histórico en el que surge este concepto de ¿qué es la división
social del trabajo? para poder entender cómo se aplica en la actualidad.

De antemano te diremos que necesitamos de la sociología como ciencia que


estudia al individuo en su relación con los otros, para presentar un estudio
más detallado de lo que es la división social del trabajo. Al respecto,
comencemos por definir y establecer los criterios que diversos autores
consideran de este sistema de manejo de la producción basado
en sectorizar los trabajos; te invitamos a seguir nuestro artículo para
aprender sobre el tema.

18
2.5.1. Fuerza de trabajo.

La fuerza de trabajo es la habilidad tanto física como intelectual para


poder desarrollar una actividad productiva. Fue un concepto acuñado
por Karl Marx (haremos referencia a las ideas de este pensador en todo el
artículo).
Es decir, la fuerza de trabajo es aquella capacidad mental y motriz de una
persona para poder desempeñar una ocupación.

Podemos entenderlo mejor con un ejemplo. Una persona dedicada a la


fabricación de calzado. La fuerza de trabajo son las habilidades y los
conocimientos que ha dedicado a su labor, en un determinado tiempo. En
cambio, el trabajo es el par de zapatos que llegan al mercado.

La fuerza de trabajo como mercancía

Tomando en cuenta lo explicado líneas arriba, según Marx, el obrero vende


su fuerza de trabajo al capitalista, no su trabajo, funcionando como una
mercancía. A cambio, el trabajador recibe una remuneración.

19
Lo anterior tiene una importante implicación pues, desde la óptica
del marxismo, el trabajador está vendiendo su esfuerzo. Sin embargo, el
valor de este es menor al valor de lo que produce (la mercancía). Así, la
diferencia entre el valor de la fuerza de trabajo y el valor que crea el
trabajador es lo que Marx y Engels denominan como plusvalía.

Para Marx, además, el obrero está de alguna forma obligado a vender su


fuerza de trabajo al capitalista porque este posee los medios de producción.
Por esta razón, de acuerdo con esta teoría, los medios de producción no
pueden permanecer en menos privadas, sino que debieran ser colectivos.

Otro asunto importante a observar es que, de acuerdo con Marx, fue a partir
del capitalismo que los obreros comenzaron a vender su fuerza de trabajo
como una mercancía. Anteriormente, cuando el sistema económico se
basaba en la esclavitud, por ejemplo, los esclavos no podían ofrecer su
fuerza de trabajo a cambio de un pago.

Asimismo, en la época feudal, la relación entre el señor feudal y sus siervos


era menos desigual que con los esclavos. Sin embargo, el siervo se
encontraba bastante limitado y no podía decidir libremente, por ejemplo,
abandonar las tierras que ocupaba sin antes haber negociado con su señor.

20

You might also like