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Radiación ionizante y no ionizante

Hay dos tipos de radiación: radiación ionizante y radiación no


ionizante.
La radiación ionizante tiene tanta energía que destruye los
electrones de los átomos, proceso que se conoce como
ionización. La radiación ionizante puede afectar a los átomos
en los seres vivos, de manera que presenta un riesgo para la
salud al dañar el tejido y el ADN de los genes. La radiación
ionizante proviene de máquinas de rayos X, partículas
cósmicas del espacio exterior y elementos radiactivos. Los
elementos radiactivos emiten radiación ionizante al
desintegrarse los átomos radiactivamente.
La radiación no ionizante tiene suficiente energía para
desplazar los átomos de una molécula o hacerlos vibrar, pero
no es suficiente para eliminar los electrones de los átomos.
Ejemplos de este tipo de radiación son las ondas de radio, la
luz visible y las microondas.

Espectro electromagnético
La energía de la radiación que se muestra en el espectro a
continuación aumenta de izquierda a derecha con la
intensificación de la frecuencia.

La misión de la EPA en la protección de la radiación es


proteger la salud humana y el medio ambiente contra la
radiación ionizante que proviene del uso de elementos
radiactivos por parte de las personas. Otros organismos
regulan la radiación no ionizante emitida por dispositivos
eléctricos como los transmisores de radio o los teléfonos
celulares (ver: Información en inglés sobre radiación de otros
organismos).

Tipos de radiación ionizante

Partículas alfa

Las partículas alfa (α) tienen carga positiva y están


compuestas por dos protones y dos neutrones del núcleo del
átomo. Las partículas alfa provienen de la desintegración de
los elementos radiactivos más pesados, como el uranio, radio
y polonio. Si bien las partículas alfa tienen mucha energía,
son tan pesadas que agotan su energía en distancias cortas y
no se pueden alejar demasiado del átomo.

El efecto sobre la salud de la exposición a las partículas alfa


depende en gran medida de la forma de exposición de la
persona. Las partículas alfa carecen de la energía para
penetrar incluso la capa externa de la piel, de manera que la
exposición en el exterior del cuerpo no es motivo de gran
preocupación. Sin embargo, en el interior del cuerpo pueden
ser muy dañinas. Si los emisores de rayos alfa se inhalan,
ingieren o ingresan al cuerpo por medio de un corte, las
partículas alfa pueden dañar tejido vivo sensible. La forma en
que estas partículas grandes y pesadas causan daños las
hace más peligrosas que las de otros tipos de radiación. Las
ionizaciones que producen están muy próximas: pueden
liberar toda la energía en unas cuantas células. Esto se
traduce en daño más grave para las células y el ADN.

Partículas beta
Las partículas beta (β) son partículas pequeñas y rápidas con
una carga eléctrica negativa que son emitidas desde el
núcleo de un átomo durante la desintegración radiactiva.
Estas partículas son emitidas por ciertos átomos inestables
como el hidrógeno 3 (tritio), el carbono 14 y el estroncio 90.

Las partículas beta son más penetrantes que las alfa, pero
menos dañinas para el tejido vivo y el ADN porque las
ionizaciones que producen son más espaciadas. Se desplazan
a distancias mayores en el aire que las partículas alfa pero
pueden ser detenidas por una capa de ropa o una capa
delgada de una sustancia como el aluminio. Algunas
partículas beta son capaces de penetrar la piel y causar
daños como quemaduras de la piel, por ejemplo. Sin embargo,
al igual que con los emisores de alfa, los emisores de beta
son más peligrosos cuando se inhalan o ingieren.

Rayos gamma

Los rayos gamma (γ) son paquetes sin peso de energía


llamados fotones. A diferencia de las partículas alfa y beta,
que tienen energía y masa, los rayos gamma son pura
energía. Los rayos gamma son similares a la luz visible pero
tienen energía mucho más alta. Los rayos gamma suelen ser
emitidos junto con partículas alfa o beta durante la
desintegración radiactiva.

Los rayos gamma constituyen un peligro desde el punto de


vista de la radiación para todo el cuerpo. Pueden penetrar
fácilmente las barreras que detienen a las partículas alfa y
beta, como la piel y la vestimenta. Los rayos gamma tienen
tanta potencia para la penetración que se necesitarían varias
pulgadas de un material denso, como el plomo o incluso unos
cuantos pies de cemento, para detenerlos. Los rayos gamma
pueden atravesar completamente el cuerpo humano; al pasar
pueden provocar ionizaciones que dañan tejidos y el ADN.
Los rayos X

Debido a su uso en medicina, casi todos conocen los rayos X.


Los rayos X son similares a los rayos gamma en el sentido
que son fotones de energía pura. Los rayos X y los rayos
gamma tienen las mismas propiedades básicas pero
provienen de partes diferentes del átomo. Los rayos X son
emitidos por procesos externos al núcleo, pero los rayos
gamma se originan en el interior del núcleo. Por lo general,
tienen menos energía y, por lo tanto, son menos penetrantes
que los rayos gamma. Los rayos X se puede producir
naturalmente o por medio de máquinas eléctricas.

A diario, se usan literalmente millares de máquinas de rayos


X en medicina. La tomografía computarizada, conocida
comúnmente como TC o TAC, usa equipos de rayos X
especiales para tomar imágenes detalladas de los huesos y
tejidos blancos del cuerpo. Las radiografías médicas son la
fuente más extensa de exposición a radiación producida por
el hombre. Aprenda más acerca de las fuentes y dosis de
radiación (en inglés) Los rayos X se usan también en la
industria para inspecciones y controles de
procesos. También aprenda cómo calcular su dosis de
radiación.

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