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Adaptaciones Curriculares y Trabajo para padres con hijos que presentan el

Trastorno de Déficit de Atención con Hiperactividad

Según Sánchez (2012) los alumnos que presentan TDAH requieren


adaptaciones centradas en aspectos metodológicos y de evaluación que se
puedan adecuar a las características que presentan estos alumnos. Los alumnos
con TDAH no necesitan de adaptaciones curriculares significativas, es decir, no es
necesario la disminución de los contenidos, sin embargo, en ocasiones serán
necesarias en algunas áreas muy específicas, sobre todo en el caso de una
comorbilidad con algún trastorno de aprendizaje, por ejemplo, dislexia, discalculia,
etc.

En ciertas ocasiones se recomendará la posibilidad de recibir apoyos como


la instrucción individual, monitoreo o en pequeño grupo, para atender las
dificultades que se presentan en alguna área específica del aprendizaje.

Orjales (1999), nos menciona que en las adaptaciones curriculares no


significativas se refieren a modificar aquellos elementos que no son básicos dentro
del currículo. Por lo que las adaptaciones que se realizan son en cuanto a:
- La metodología.
- La organización.
- El ambiente.

Las acciones que se sugieren son:


I. Adecuar los objetivos, contenidos y criterios de evaluación.
II. Priorizar determinados objetivos, contenidos y criterios de evaluación.
III. Cambiar la temporalización de los objetivos y criterios de evaluación.
IV. Eliminar objetivos, contenidos y criterios de evaluación del nivel o ciclo
correspondiente.
V. Introducir contenidos, objetivos y criterios de evaluación de niveles o ciclos
anteriores.

En términos de exámenes y evaluaciones, se recomiendan las siguientes


sugerencias:
- Realizar un calendario de exámenes: dar fechas de exámenes con
antelación.
- Respetar el tiempo que el alumno necesita para responder (pueden
necesitar más tiempo de lo estimado)
- Evaluar durante las primeras horas del día.
- Adaptación de los exámenes, por ejemplo: cambiar el formato, destacar
palabras clave, etc.
- Se recomienda realizar exámenes cortos y frecuentes.
- Verificar que el alumno entiende las indicaciones y las preguntas.
- Verificar que el alumno revise su examen antes de entregarlo.
- Supervisar que ha respondido todas las partes del examen antes de
entregarlo.
El uso de la agenda será necesario para que el alumno aprenda y logre
organizar sus tiempos en relación a sus tareas y trabajos. Aquí juegan un papel
importante los padres de familia o tutores en brindar el seguimiento adecuado y la
supervisión constante en casa.

Sánchez (2012) nos recomienda valorar el uso de las tareas, ya que el


exceso de trabajo académico puede generar estrés familiar y conductas de
evitación en el alumno ante el trabajo. Por lo tanto, se recomendará reducir el
número de tareas para facilitar la estructura y la planeación de trabajo en casa.

Es importante considerar algunas modificaciones del ambiente, por


ejemplo: valorar su lugar dentro del aula, se recomienda que éste sea espacioso,
lejos de puertas y ventanas, que se encuentre cerca del profesor para facilitar la
supervisión de tareas y control de distractores.

En la intervención educativa con alumnos con TDAH

Para el alumno con TDAH se recomienda la estrategia de las


autoinstrucciones, dicha técnica de origen cognitivo-conductual fue propuesta por
Meichembaum (1981, citado por Sánchez, 2012) la cual consiste en justo hablarse
a sí mismo para dirigir la tarea.

El objetivo de dichas autoinstrucciones es lograr que los alumnos aprendan


a utilizar su lenguaje interno como autorregulador de su comportamiento
atencional y de autocontrol.

Su procedimiento consiste en seguir los pasos que a continuación se señalan:


1. El profesor será el modelo en la práctica de cómo se estaría haciendo la
tarea y hablándose a sí mismo (dirección verbal externa).
2. El alumno realizará lo mismo junto con el profesor (hacer la tarea y hablarse
a sí mismo).
3. El alumno realizará la actividad o la tarea verbalizando las frases
aprendidas.
4. Seguirá la autodirección mediante un habla muy baja.
5. En este nivel se deberá lograr que el habla se reduzca de manera paulatina
hasta poder alcanzar un nivel de “habla interna”, privada o inaudible, a la
cual se le llama “autoinstrucción encubierta”.
6. Finalmente el alumno deberá aprender a hacerse las siguientes preguntas a
la hora de enfrentarse a una tarea:
- ¿Qué es lo que tengo que hacer?
- ¿Cómo puedo hacerlo? ¿Cuál es mi plan?
- ¿Estoy siguiendo el plan? (auto-observación y rectificación en caso de
error).
- ¿Cómo lo he hecho? (autoevaluación y auto reforzamiento).

En el trabajo para padres con hijos con TDAH


Se considera que el ambiente psicosocial desempeña un papel modulador
fundamental sobre la predisposición biológica al TDAH, influyendo en la forma en
la que la actividad, la impulsividad y la inatención son comprendidas y manejadas
por la familia, la escuela o la sociedad (Miranda-Casas, Grau-Sevilla,
MarcoTaberner & Roselló, 2007 citados por González, Bakker & Rubiales, 2014).
Sin embargo, estas variables ambientales no son factores causales, si modulan la
evolución del trastorno y pueden considerarse como variables de riesgo si
aumentan la probabilidad de aparición de los síntomas, o como variables de
protección si disminuyen o amortiguan el impacto de los acontecimientos de
riesgo.

Las relaciones entre el niño o niña con TDAH y sus padres, suelen
marcarse por el conflicto, probablemente porque estos solicitan más estimulación
y ayuda de sus padres que otros niños; debido a lo anterior la crianza de un hijo
con TDAH ofrece numerosos retos y los padres usualmente reportan altos niveles
de frustración en sus intentos de manejar y controlar sus conductas. Puede
deberse, a que los métodos de disciplina usuales no funcionan con la misma
eficacia que con otros niños, debido a las características y síntomas que
presentan, dificultad en el seguimiento se indicaciones, inatención, olvidos
frecuentes, habla excesiva, estar en constante movimiento, etc.

González, Bakker y Rubiales (2014), mencionan que el estilo personal de


los niños con TDAH provoca procedimientos de disciplina más inconsistentes y
coercitivos en sus padres desencadenando asimismo cogniciones negativas sobre
sus roles, baja autoestima, aislamiento social y sentimientos de culpa;
repercutiendo emocionalmente en el niño creándose así un círculo vicioso de
interacciones negativas.

Serrano-Troncoso, Guidi & Alda-Díez (2013) afirma que el entrenamiento


para padres es un programa de tratamiento que tiene como objetivo dar
información a los padres sobre el TDAH enseñándoles a utilizar técnicas de la
terapia de conducta para mejorar el manejo de sus hijos, aumentar su confianza
como padres y mejorar la relación paterno-filial mediante una mejor comunicación
y atención al desarrollo del niño; pueden realizarse a través de asesorías
parentales individuales con un especialista o incluso en sesiones grupales con
otros padres de familia en donde se vayan compartiendo experiencias y
estrategias.

Por su parte el vínculo afectivo seguro es considerado un factor protector


que estabiliza al niño permitiéndole un mejor desarrollo tanto cognitivo como
afectivo, percibiendo la relación con sus padres de manera más positiva, viendo
en ellos una fuente de apoyo y sostén, lo que les brindará la oportunidad de
desarrollar salidas adecuadas a las situaciones conflictivas mejorando la
autoregulación y expresión de los afectos, así como también una mayor capacidad
de simbolización y elaboración cognitiva de las situaciones a las que se enfrentan
(García-Quiroga & IbáñezFanes, 2007 citados por González, Bakker y Rubiales,
2014).
Asimismo, es de suma importancia brindar a los padres un entrenamiento
en cuanto a los beneficios que aportan el tener rutinas familiares establecidas con
horarios y responsabilidades por escrito, hacer uso de apoyo visuales para que el
niño recuerde las actividades que tiene pendientes realizar, buscar hacer contacto
visual y táctil con los niños al momento de darles una instrucción (clara, corta,
específica), asegurarnos de que escucharon y entendieron lo que se espera de
ellos, no dar varias indicaciones al mismo tiempo, hacer una lista con los
materiales que tiene que llevar en la mochila y prepararlos desde un día antes
junto con él, etcétera.
Adaptaciones Curriculares y Trabajo para padres con hijos que presentan el
Trastorno de conducta y Negativista Desafiante

De manera general, todo lo que se expuso anteriormente en las


adaptaciones curriculares para alumnos con TDAH ayuda también al alumnado
con trastorno negativista desafiante o trastorno de la conducta, sin embargo, se
pueden utilizar con algunas medidas de flexibilización horaria, dependiendo de la
gravedad del trastorno (Sánchez, 2012).

La flexibilización horaria es una adaptación curricular de carácter temporal,


cuyo objetivo será adaptar el horario a las características de este tipo de
alumnado. Lo que se intenta es garantizar el máximo de horas con su grupo, y las
que restan las podría recibir con monitor de apoyo curricular o de pedagogía
terapéutica.

En la intervención educativa con alumnos con Trastorno de Conducta o


Negativista Desafiante.

Se sugieren las siguientes estrategias para intervenir con alumnos con


dificultades de comportamiento (Vallés, 1998).
I. Estrategias de caso único: estas estrategias tienen el objetivo de modificar
una o varias conductas problema de un solo alumno mediante técnicas
psicopedagógicas como: reforzamiento positivo/negativo, tiempo fuera,
modelado, contrato conductual, entre otros. Esta estrategia requiere del
apoyo de un monitor o tutor, así como la colaboración del departamento
psicopedagógico del colegio y de los padres de familia.

II. Estrategias grupales: estas estrategias tienen el objetivo de resolver o


modificar aquellos problemas de comportamiento general del grupo:
programas de autoestima, habilidades sociales, solución de problemas,
educación emocional, entre otras. Estas estrategias se trabajan desde la
orientación de un tutor o jefe de grupo donde se puedan establecer
programas específicos para trabajar con el grupo.

En el trabajo para padres con hijos con Trastorno de Conducta o Negativista


Desafiante
En este tipo de intervención los padres son concebidos como “agentes de
cambio” (Barlow y Stewart-Brown, 2000 citados por Robles y Romero, 2011)
siendo capacitados en procedimientos concretos que les permitan potenciar la
conducta prosocial de sus hijos, fortalecer la vinculación afectiva entre padres e
hijos y favorecer la creación de un clima familiar positivo, rompiendo, de este
modo, la progresión y generalización de los primeros problemas conductuales
(Robles y Romero, 2011).

Dentro de los programas de entrenamiento de padres se distinguen dos


grandes orientaciones teóricas: la aproximación “conductual” y la aproximación
“democrática” o “basada en las relaciones interpersonales” (Barlow, Coren y
Stewart-Brown, 2002; Richardson y Joughin, 2002; Smith, 1996 citados por Robles
y Romero 2011). La aproximación “conductual” consiste de programas
desarrollados en donde los padres son instruidos en los fundamentos teóricos de
la modificación de conducta, y son provistos de estrategias basadas en los
principios del aprendizaje social (Mooney, 1995 citados por Robles y Romero,
2011). Por otra parte, la aproximación “democrática” o “basada en las relaciones
interpersonales” se apoya principalmente en teorías humanistas basando su
intervención principalmente en la comunicación familiar y en los procesos de
interacción ocurridos entre los miembros de la familia (Robles y Romero, 2011).

Robles y Romero (2011) mencionan que dichos programas de


entrenamiento son considerados como intervenciones eficaces en la promoción de
cambios positivos tanto en la conducta del niño como la de los padres, en la
mejora de la comunicación entre padres e hijos generando una comunicación
asertiva y cercana, en el incremento de las habilidades y capacidades parentales,
en la disminución de los problemas conductuales, mayor involucramiento en el
seguimiento escolar, en la mejora de la depresión materna y en la disminución del
estrés parental y a nivel familiar.

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