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ILA PARTE ESPECIAL INTRODUCCION 1. LAPARTE ESPECIAL Mientras la parte general del Derecho Penal est formada por el conjunto de elementos comunes al delito y a la pena, vistos en abstracto, el contenido de la parte especial esta constituido por las figuras delictivas singularmente consideradas. Desde un punto de vista normativo, La Parte Especial es la suma de los Preceptos legales que describen los delitos en particular y fijan sus pena Cédigo Penal Chileno como todos los cédigos modernos distingue nitidamente la Parte General (Libro 1) de la parte especial (Libros II y Ill). En el Libro II esta todo el repertorio de “Los crimenes y simples delitos y sus penas” y en él titulo 1 del Libro II, las faltas, A ello hay que agregar empero, los delitos sancionados en numerosisimas leyes especiales. Bajo este aspecto dogmitico, el Objeto de la parte especial es el estudio de toda esa materia legal, interpretando y elaborando cientificamente su contenido normativo. Histéricamente la Parte Especial precede a la general. Ello se explica ficil- mente puesto que en la realidad de la vida lo que acaece son los hechos singulares ue han recibido concrecién en determinados tipos de comportamiento ilicito y puni- ble; se cometen delitos en concreto y esto sigue siendo asi, si bien hoy es indispensa- ble que el hecho este previamente descrito por la ley como conducta punible (princi pio de la legalidad o reserva) y por mas que al regular o excluir su castigo se apli- quen normas generales derivadas de un proceso de abstraccién logico, histéricamente Posterior. Por eso, al decir de Grispigni “la parte especial representa el verdadero y propio Derecho Penal porque s6lo ella da vida y contenido a las reglas de la parte general. De ahi también el caracter necesariamente fragmentario de la parte Especial, sobre lo que habremos de insistir dentro de poco. La realidad genética del Derecho Penal debia forzosamente reflejarse en el desarrollo de su evolucién técnico legislativa y cientifica Con acierto, DEL ROSAL; COBO; MOURULLO distinguen tres fases de esta evolucién histérica: 1) Predominio de la Parte Especial. 2) Destaque de la parte General y 3) Dominio absoluto de la Parte General La consideracién de los delitos en particular fue el tinico objeto de atencién ¥ estudio por parte de las legislaciones y juristas durante milenios. Fuera de algu- nos brotes aislados y de poca monta que pudieran hallarse en textos antiguos, la Preocupacién por una teoria general del Derecho Penal s6lo comienza a partir de la Epoca de las Luces. Lo cierto es que la Parte General, desde que se elevé a la categoria de cien- cia esta disciplina, ha recibido un gran desarrollo y se han volcado sobre ella los esfuerzos teorizantes de los més grandes juristas. En cambio la Parte Especial ‘salvo sefieras excepciones de entre las cuales destaca CARRARA con el formi- dable sistema que es su programa- se ha reducido al estudio exegético y casuisti- co de las figuras de delito en particular sin guardar ningin rigor sistemitico o sentido estructural y con escasa aplicacién de los principios de la parte general En contra de ese estado de cosas han reaccionado los penalistas contempo- rineos reclamando la urgente necesidad de que el estudio de los delitos en parti- cular sea abordado, con un criterio mas cientifico, es decir dogmatico Forzoso es admitir empero, que el método exegético sigue prevaleciendo al aso que en otras especialidades del derecho y en la propia parte General ha sido largamente superada esta primera, aunque necesaria etapa en el Progreso de los estudios juridicos. Asi, el examen singular de las figuras de delito desdibuja sus caracteres comunes y hace que se den soluciones distintas y atin contradictorias Para situaciones andlogas; las relaciones de reciproca interdependencia quedan desmedradas; se hace necesario repetir muchas veces unos mismos conceptos 0 acudir a frecuentes citas o remisiones que dificultan Ia comprensién del tema y toman fatigosa la lectura, Por cierto que la etapa verdaderamente cientifica del Derecho sélo se alcanza cuando de la mera actividad de explicat el contenido de las normas particulares “se pasa al agrupamiento de las mismas sobre la base de sus caracteres comunes para desembocar en conceptos superiores y, de este modo cn la sistematizacién orgénica de la materia”. Sélo que traténdose de los delitos €n especial, el camino no ¢s facil y requiere de un urgente trabajo monogrifico Previo que gradualmente vaya abriendo la ruta hacia una completa sistematiza- cién. De otro lado, se han suscitado controversias metodologicas que ni siquiera s necesario mencionar. 2, LALLAMADA PARTE GENERAL DE LA PARTE ESPECIAL Est claro que la Ciencia y el propio derecho positivo distinguen hoy con Perfecta precision una Parte Especial y una Parte General del Derecho Penal. Pero esta misma division tan claramente delimitada, asi como el notorio desnivel cientifico en que se encuentran ambas parcelas, han hecho sugerir la idea que seria necesario un “puente de enlace” que sirviera de cauce por el cual llegaria a 'a parte especial, en mejor y més eficaz forma que hasta ahora, los conceptos tuniversales debidos a la mayor colaboracién cientifica de la Parte General, elabo- acién a la que por tanto, debe también someterse aquella. Se abre asi para algunos autores la posibilidad de una zona intermedia y elacionadora de enorme importancia. Como dice Mezger “tenemos en la siste. mética de los delitos en particular y en el estudio sobre la técnica de los tipos Penales un material precioso para la citada teoria; en gran parte se trata de un nuevo campo cientifico inexplorado”. ‘Los limites exactos de esta “tercera parte” del Derecho Penal no son preci- Sos. En algunas ocasiones parece confundirse con una simple repeticién sélo que expuesta en forma pricticamente ininteligible. Pero esta en cualquier caso prece- dida del plausible propésito de pasar de la fase puramente expositiva y exégeta a la fase sistematica y verdaderamente dogmitica de los delitos; de hacer un pleno uso cientifico de la arquitectura formal de delito y de formar un elenco de insti- tutos y conceptos de general o profusa aplicacién, que serian muchos més de aquellos que hasta ahora se han situado en la parte general. En este sentido sélo un sistema orgénico derivado de la uniformidad de ‘unos Principios reguladores podria dar satisfactoria solucién a problemas tales como “los delitos de la misma especie”; “reincidencia especifica”; “delito conti. nuado” etc., 0 permitir la existencia de conceptos generales y comunes a todo el sistema con ahorro notable en la economia legislativa e innegable beneficio para tuna uniforme interpretacién del orden juridico que se supone unitario. Pueden Sitarse @ titulo de ejemplo los conceptos de violencia, cosa ajena, apropiacién, Sorrespondencia, documentos, empleado publico, etc. Cierto que muchas legisla. ciones positivas se han preocupado de est iltimo aspecto, pero con disposiciones aisladas en forma incompleta y la mayoria de las veces limitando sus efectos a un Srupo limitados de preceptos. Sea como fuere, los dos grandes temas que se ofte- cen como primeros integrantes de esta teoria general son la técnica del tipo penal, cuyo estudio iniciara en 1906 Beling con tan fecundas consecuencias y la objet. vidad del delito como indagacién fundamental para elaborar una sistematica sustancia de los hechos punibles, Puede afirmarse sin embargo, que la mayoria de los autores se manifiestan contrarios a la idea de una Parte General de la Parte Especial Entre la parte general y la especial, en efecto no existe una delimitacién tan {ajante que impida la aplicacién efectiva de los principios generales en cuya fun- ion deben entenderse integradas las figuras delictivas (antijuridicidad, culpabili dad, paricipacion, iter criminis.). Es efectivo que el estudio exegético y frag- mentario de los delitos conduce a soluciones contradictorias y desarmonias recu- sables, pero Ia superacién del método puramente exegética no debe necesari mente desembocar en una discutible “teoria general de la parte especial”, puesto ue todo aquello que alcance la categoria de principio comiin tiene su lugar natu- ral en Ia parte general propiamente dicha. No debe olvidarse que el contenido de 'a parte general ha surgido y se alimenta de todas aquellas reglas que inferidas de Situaciones coneretas pasan a tener una validez universal que las hace aplicables a todo el ambito de los delitos particulares. No otra cosa pretende la Parte General que la biisqueda y elaboracién de conceptos vélidos para un numero més o menos Brande de normas singulares (delitos) que se expresan de una vez pot todas para aplicarlas después al estudio de las figuras singulares. Con todo la incuestionable necesidad de una construccién dogmética de la Parte Especial se alza en el camino de cualquier solucién simplista, Vimos ya como la elaboracién de ciertas “nociones introductivas” (violencia, propiedad, documento, etc.) concebidas con el erterio mis amplio posible, es tema pacifico, No lo es menos el imperativo de sistematizar con el méximo rigor la materia meta primordial de toda tarea cientfica, pero sin que exista un total acuerdo en cuanto alas bases mismas de la sistematizacién. Por fin hay que obligatoriamente tener presente que el cardcter necesaria- mente discontinuo o auténomo de cada hecho punible dificulta ain ms el pano- rama por ser el portador de un elemento de inevitable contradiceién, Como toda isciplina juridica, la dogmiética penal “importa dos operaciones igualmente in- dispensables: el ordenamiento de la materia del modo més orgénico posible y enseguida la consideracién de las normas en su complexién; por consiguiente, en 16 sus relaciones de reciproca interdependencia, pero a pesar de todos los esfuuerzos que se hacen para coordinar la materia que se trata de estudiar no puede evitarse una apreciable fragmentacién al exponerla. Ella es inherente a su naturaleza misma debido a la enorme variedad de los hechos punibles los cuales alcanzan todos los sectores de la vida social y se presentan en las formas mas dispares. La parte especial es por esencia un elenco completo de figuras punibles, deli- ‘mitadamente descritas y vinculadas a una pena, -Este cardcter fundamental conlleva en cierto grado un irreductible autarquismo que rechaza la posibilidad de una gene- ralizacién total: lo que es necesariamente particular no puede ser a la vez general; Perderia la individualidad que es propia de cada delito en especie. El problema pot tanto es saber hasta donde y en que terreno es posible esa generalizacién, Como se puede apreciar, el tema de una teorfa general de la parte especial ‘no se encuentra definitivamente resuelto en uno u otro sentido, Es razonable pensar que la mayoria de los temas propuestos deben situarse en 'a parte general pero otros como los relativos a la sistematizacién y al método de trabajo, tal vez tinicamente por falta de un adecuado desarrollo de una teoria general, €s que deban confinarse en una modesta “introduccién" a la parte espe Sin insistir demasiado en aspectos ordenadores que al fin y al cabo pudieran obedecer a un simple prurito estético, es el caso que en el tratamiento de la parte especial hay algunos puntos “firmes” que es necesario tener presente: 1° Objeto de la parte especial son los delitos en particular. De acuerdo con 1 principio de reserva legal, constitucionalmente garantizado, la ley penal con- cteta en determinados tipos de ilicitud las conductas contrarias a las normas que conmina con una pena. La parte especial la constituye, pues, un sistema disconti- uo de ilicitudes. Este sistema es el propio y verdadero derecho penal; solo a través de sus'concreciones reales reciben aplicacién practica los principios comu- nes a la teoria del delito y de Ia pena. 2° Esto explica que el estudio de la parte especial tenga un caricter »ecesaria- mente fragmentario. Cada delito previsto por la ley es el producto de una decisién del legislador conforme a una determinada politica criminal forzosamente subordinada a |a conservacién de los valores fundamentales, Es tarea dogmatica de la Parte Espe- cial el estudio diferenciado de cada hecho punible en toda su compleja diversidad 3 Lo anterior no excluye, sin embargo, que al tratar su contenido se deba adoptar un tratamiento lo mas orginico posible en la materia, destacando las relaciones de reciproca interdependencia y criterios de uniforme aplicacién. Por ello se requiere una adecuada sistematizacién de su contenido. 4" Por consiguiente, los criterios de clasificacién y de método son aspectos dive obligatoriamente deben abordarse y exponerse, aunque s6l0 sea en sus linese mds esenciales antes de entrar al estudio de os delito en particular. A falta de una teoria general de la parte especial y mientras ésta se discuta 6! tema debe ser abordado con una “introduccién”, como en el hecho lo haces la ‘mayoria de los autores. 3. BASES PARA UNA SISTEMATIZACION DE LA PARTE ESPECIAL: LA OBJETIVIDAD JURIDICA DEL DELITO . , Pero si se puede intentar una clasificacién Siportal se entiende el agrupar delitos por sus semejanzas y diferencias, Clasificar las figuras delictivas, ordendndolas en grupos y subgrupos es pa- 1 Ie ciencia juridica una verdadera nevesidad. Si a ello se agreyan los requeri- ‘mientos docentes y exegéticos, tal necesidad es verdaderamente imperativa, Obviamente, toda labor de clasificacién requiere de un eriterio © criterios de acuerdo a los cuales se clasifica, El criterio dominante es el de los bienes juriicos protegidos o sea el dela “objetividad juridica del delito” La objetividad juridica de los delitos ¢s un elemento constante de toda a fraccién punible formado especificamente pot los bienes juridicos. Los bienes juridicos son precisamente intereses tutelados mediante el derecho Dichos inte- teses no los crea el ordenamiento juridico, sino la vida misma, Pero la turele del derecho transforma los intereses de la vida en inteeses juridicamente protegidos, Ssto ¢s, en bienes juridicos, El derecho penal cumple con la misién de tutelen ‘aquellos intereses particularmente valiosos, de modo complementario. Por ello el contenido material del delito es la lesién o Puesta en peligro de un bien juridico. Cabe asi concluir que no existen los delitos sin objetividad juridica, por lo que el bien juridico protegido, se presenta como el mas eficaz medio de sistema. tizacién, si ello es posible, del estudio de los delitos en general. Si bien es cierto que los delitos pueden clasificarse desde otros puntos de vista, como por ejemplo a su gravedad (crimenes simples delitos faltas); segin la forma de la conducta (accién u omisién); segiin su efecto (de mera actividad o de resulta. do); segin su etapa de desarrollo(tentativa, frustracién o consumacién); segiin su duracién (instanténeos y permanentes) etc, tales clasificaciones no permiten, como ya se dijo un sistema claro de adecuacién de los tipos de la parte especial del derecho Penal. Por lo antes dicho, la opinién doctrinaria dominante en la actualidad da prior? dad al objeto juridico del delito como base del sistema organizador de un estudio ordenado de las figuras de la parte especial del derecho penal 4. EL SISTEMA SEGUIDO POR EL CODIGO PENAL CHILENO PARA LA AGRUPACION DE LOS DELITOS DE LA PARTE ESPECIAL Como se sabe la parte especial del Cédigo Penal chileno, est constituida Por sus libros II, que trata de los “crimenes y simples delitos y sus penas” y el Libro III, que trata de “las faltas”. EI Libro II aparece dividido en 10 titulos con sus respectivos pérrafos, que se ocupa sucesivamente de: Titulo 1 Crimenes y simples delitos contra la seguridad Exterior y Sobera- nia del Estado, Titulo I Crimenes y simples delitos contra la seguridad Interior del Estado Titulo III Crimenes y simples delitos que afectan a los derechos garantiza- dos por la Constitucién, Titulo TV Crimenes y simples delitos contra la Fe piblica, Falsificaciones, Falso testimonio y Perjurio. Titulo V Crimenes y simples delitos cometidos por empleados piiblicos. Titulo VI Crimenes y simples delitos contra el orden y la seguridad piblico cometidos por particulares. Titulo VII Crimenes y simples delitos contra el orden de las familias y la moralidad publica. Titulo VIII Crimenes y simples delitos contra las personas, 0 Titulo IX Crimenes y simples delitos contra la propiedad. Titulo X De los cuasidelitos. Desde un punto de vista general el sistema seguido por el Cédigo Penal agrupa los delitos en torno a bienes juridicos comunes a las distintas denomina- ciones de los titulos, en los cuales siempre se encuentra un objeto juridico que Preside la reglamentacién de dicho titulo. Con todo, cabe anotar ciertas imperfecciones en algunas denominaciones (palabras “propiedad o personas” por ejemplo) o la inclusién del delito de aborto en el Titulo VII (delitos contra el orden de las familias y la moralidad publica) en circunstancias que este tipo penal en realidad protege la vida incipiente depen- diente en el claustro materno, y hoy por ello, se lo estudia conjuntamente con los demés delitos que protegen el bien juridico vida, que se encuentran en el Titulo VIII para que no exista solucién de continuidad en la proteccién de este bien juridico tan importante. Puede sefialarse también alguna impropiedad en la denominacién de los bienes juridicos por los ya sefialados Titulos, algunos de los cuales son pluriofen- sivos o revisten caracteres propios relevantes (diferente tipos del Titulo V). En el estudio de cada Titulo se analizara més a fondo la situacién del bien Juridico protegido en cada uno y cual sera la estructura que se dard en estas expli- caciones a cada uno de ellos. Sefialemos finalmente antes de comenzar el estudio particular de cada uno de los Titulos del Libro I, que el Libro III que contempla las Faltas, simplemente las enumera en los articulos 494 497 sin que exista ningun criterio cualitativo de distincién entre ellas Atendidas las modificaciones introducidas a este Libro por la Ley N° 19.501 que modified las cuantias en el Cédigo Penal, hoy se encuentran incorpo- radas como “delitos enanos” o “delitos de bagatela”, varios tipos que constituyen infracciones graves en el Libro II (hurto falta, defraudaciones falta y malversa- cidn falta, entre otras) vid. Art. 494 n° 19 del Cédigo Penal) situacién que cabe tener en cuenta respecto de leyes penales especiales que se refieren, para los efectos de la penalidad al Cédigo Penal, situaciones que por razones obvias no son analizadas en esta introduccién, 20

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