El hombre que se cayé de la cama
Hace muchos ajios, siendo yo estudiante de medicina, una de las
enfermeras me Ilamé sumamente desconcertada, y me explicé por teléfono
esta extrafia historia: tenian un paciente nuevo, un joven, que acababa de
ingresar aquella mafiana; les habia parecido muy agradable, muy normal,
durante todo el dia... en realidad, hasta hacia unos minutos en que, tras
adormilarse un rato, se habia despertado. Estaba muy nervioso, muy raro,
no parecia el mismo. Se habia caido de la cama, no se sabia cémo, y ahora
estaba sentado en el suelo, dando voces y armando un verdadero
escdndalo, y se negaba a acostarse otra vez. ¢Podia, por favor, ir alli y
resolver aquel problema?
Cuando Iegué me encontré al paciente echado en el suelo junto a la
cama mirandose fijamente una pierna. Habia en su expresién célera,
alarma, desconcierto y cierta divertida curiosidad.... pero lo que
predominaba era el desconcierto, con un punto de consternacién. Le
pregunté si queria volver a acostarse, 0 si necesitaba ayuda, pero estas
sugerencias parecieron alterarle y me hizo un gesto negativo. Me puse en
cuclillas a su lado y fui sacandole la historia alli, echado en el suelo.
Habia ingresado aquella mafiana para unas pruebas, me dijo. No tenia
ningin problema, pero los neurélogos, al comprobar que tenia la pierna
izquierda sholgazanay (ésa habia sido la palabra exacta que habian
utilizado) creyeron oportuno ingresarlo. Se habia sentido perfectamente
todo el dia y al atardecer se habia quedado adormilado. Cuando desperté
se sentia bien también, hasta que se movid en la cama, Entonces
descubrié, segiin sus propias palabras, «una pierna de alguieny en la
Pagina 66 de 271lve Sacks, 6 hombre que contin 3 su mujer con un sn
cama... juna pierna humana cortada, era horrible! Al principio se quedé
estupefacto, asombrado, acongojado... jamas en su vida habia
experimentado, ni imaginado siquiera, algo tan increible. Tanteé la pierna
con cierta cautela. Parecia perfectamente formada, pero era «extrafiar y
estaba fria. De pronto tuvo una inspiracién. Ya sabia lo que habia pasado:
iEra todo una broma! {Una broma absolutamente monstruosa y
disparatada pero bastante original! Era el dia de Afo Viejo y todo el
mundo estaba celebrandolo. La mitad del personal andaba achispado;
todos gastaban bromas, tiraban petardos; una escena de carnaval.
Evidentemente una de las enfermeras que debia tener un sentido del
humor un tanto macabro se habia introducido subrepticiamente en la
Sala de Diseccién, habia sacado de alli una pierna y luego se la habi
metido a él en la cama para gastarle una broma cuando estaba atin
completamente dormido. Esta explicacién le tranquilizé mucho; pero
considerando que una broma es una broma y que aquélla se pasaba ya un
poco de la raya, lanz6 fuera de la cama aquella pierna condenada. Pero, y
en este punto perdié ya el tono coloquial y se puso de pronto a temblar, se
puso palido, cuando la tiré de la cama, sin explicarse cémo, cay6 él también
detrés de ella... y ahora la tenia unida al cuerpo.
—iMirela! —chillé, con una expresién de repugnancia—. ¢Ha visto usted
alguna vez algo tan horrible, tan espantoso? Yo crei que un cadaver
estaba muerto y se acabé. jPero esto es misterioso! Y no sé... es
espeluznante... [Parece como si la tuviera pegada!
La asié con las dos manos, con una violencia extraordinaria e intenté
arrancarsela del cuerpo y al no poder, se puso a aporrearla en un arrebato
de célera.
—iCalma! —dije—. {Tranquilicese! No se ponga asi! No debe aporrear
esa pierna de ese modo.
—Y por qué no? —pregunté irritado, agresivo.
—Porque esa pierna es suya —contesté—. ¢Es que no reconoce usted
su propia pierna?
ccién, incredulidad,
Me miré con una expresién en la que habia estupefa
terror y curiosidad a la vez, todo ello mezclado con una especie de recelo
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—iVamos, doctor! —dijo—. Esta usted tomandome el pelo! Esta usted
de acuerdo con esa enfermera... jno deberian burlarse asi de los pacientes!
—No estoy bromeando —le dije yo—. Esa pierna es suya.
Vio por mi expresién que hablaba completamente en serio... y se pint6
en su rostro una expresién de absoluto terror.
—