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Daniela Spenser Coordnadra Espejos cla erra fria: México, América Central y el Caribe Friedrich Kat* La guerra fria en América Latina EL onetivo de esta introduccién es describir y analizar la cronologia de la guerra fria en América Latina y sus principales tendencias. Después intenta examinar también las caracteristicas especificas de ese periodo ‘en cuanto a México, sobre todo en sus relaciones con Estados Unidos. Dos problemas deben analizarse con relacién a esto, antes de tratar en si el tema de la guerra fria, ¢Fue la politica norteamericana hacia América Latina y hacia México durante la guerra fria s6lo una continuacién de la politica norteamericana de periodos anteriores o ésta represent algo completamente nuevo? La misma pregunta deberia plantearse con respec toa las politicas de América Latina en general y de México en particular, tanto hacia los Estados Unidos como hacia el resto del mundo. El primer periodo de las relaciones de Estados Unidos y América Latina se inicié con la proclamacién de la Doctrina Monroe en 1823 y terminé con la guerra hispanoamericana en 1898. La Doctrina Monroe fue por un lado de naturaleza defensiva. Establecia que los Estados Unidos se opondrian a cualquier intervencién militar en América Latina, pero ‘ya mostraba un cierto tono hegeménico al manifestar que Estados Unidos ddesempefiaria una especie de papel protector en su relacién con el resto del continente americano, En la préctica podria decirse que la politica norteamericana hacia América Latina en este periodo temprano fue exclu- sivamente defensiva, aunque sus caracteristicas ofensivas se limitaron ‘4 México y en un menor grado a Nicaragua. Los apuntalamientos iddeol6- igicos de la expansién de Estados Unidos hacia México y la anexién de Ia mitad de su territorio no se basaron de ninguna manera en la Doctrina ‘Monroe, sino més bien en la doctrina del Destino Manifiesto de los Esta- dos Unidos para gobernar esta parte de América del Norte. ‘*Departamento de Historia de América Latina, University of Chicago, Estados Unidos, tu ss ‘La naturaleza defensiva de la politica de Estados Unidos se expres6 ore todo en sus esfuerzos por coartar cualquier influencia europea en ‘nas de América Central susceptibles para la construccién de un canal tre el océano Atlantico y el Pacifico. Se expresé también en Ja ayuda ce brindé al gobierno liberal de México en la lucha para derrotar a la inva- ‘m francesa y ponerle fin al imperio de Maximiliano. En este periodo mprano del expansionismo norteamericano fuera de sus fronteras, éxico fue su objetivo principal no sélo en términos territoriales, sino mbién en términos econdmicos. La mayor parte de la inversién extranje- de Estados Unidos antes de 1898 se concentré en México, El segundo periodo de las relaciones de Estados Unidos y América atina (1898-1934) es mejor conocido como el periodo de la Diploma- adel Délar y del Gran Garrote (Big Stick). Empez6 con la guerra ‘spanoamericana cuando los Estados Unidos se anexaron Puerto Rico ocuparon Cuba. A través de intervenciones militares y de la expansién ‘ondmica Estados Unidos se convirti6 en el poder dominante y hegem6- ico en el Caribe y en Centroamérica. Tanto desde la perspectiva cel sbierno de Estados Unidos como de las corporaciones norteamericanas, Je una politica altamente exitosa ya que hasta la década de 1920 los ‘stados Unidos encontraron muy poca resistencia tanto en el Caribe como Centroamérica. El apuntalamiento ideol6gico de este periodo fue el yrolario Roosevelt a la Doctrina Monroe que fue emitido durante la residencia de Theodore Roosevelt. La razn inmediata para promulgar sta doctrina fue un ataque de barcos de guerra de Alemania y Gran Breta- ‘1a una ciudad portuaria de Venezuela, El ataque fue motivado por el echazo del dictador venezolano Cipriano Castro de pagar sus deudas endientes a estos dos paises. Theodore Roosevelt los obligé a retirarse e Venezuela declarando que desde ahora en adelante Estados Unidos actua- ia como mediador en todos los conflictos entre las potencias europeas y satinoamérica, También dejé en claro que s6lo Estados Unidos tenia el lerecho de utilizar la fuerza en sus negociaciones con los paises latinoa- aericanos. De algin modo, el corolario Roosevelt tenia correspondencia on la teoria prevaleciente en los poderes coloniales europeos y mejor cono- ida como la *dominacién del hombre blanco”. De la misma manera que og europeos se reservaban para si mismos el derecho de “Ievar civilizacién orden” a sus colonias, que eran consideradas como “inferiores € inmadu- ‘as para autogobernarse”, Theodore Roosevelt demand6 para Estados Inidos el derecho para salvaguardar el “orden” en América Latina. En LA OUERRA FLA EN AMERICA LATINA» 12 la préctica, durante este periodo Estados Unidos nunca intervino mi eet ce Sudamérica, pero la Doctrina Roosevelt era una adver- tencia clara a las potencias europeas, sobre todo a Alemania, eno Hevaran a cabo ninguna expansién en Sudamérica. Estados Unidos, sin embargo, no pudo romper, hasta el estallido de la Primera Guerra Mundial, la hegemonia militar y econémica de Europa en estas regiones del sur del continente americano. En el contexto de Centro y Norteamérica las relaciones de Estados Unidos y México una vez més constituyeron una excepcin. Esa excep- cién tuvo tres caracteristicas. La primera fue que, sobre todo durante Ja Revolucién mexicana pero incluso antes, México resistié con gran éxito Jos esfuerzos de dominacién de Estados Unidos. La segunda caracteristica fue que las intervenciones de los Estados Unidos en México fueron distin- fas de las de Centroamérica y el Caribe. Esto se debié sobre todo a las dimensiones de México, pero también al nacionalismo que habia desa- tado la Revolucién mexicana. Para derrocar al gobierno de Francisco I, Madero, los Estados Unidos utilizaron por primera vez de manera fectiva operaciones encubiertas. En lugar de debilitar al nacionalismo mexicano y a la Revolucién mexicana estas operaciones encubiertas fortalecieron a ambos. La administracién dle Woodrow Wilson en Estados Unidos traté otros medios para cooptar la revolucién y para ponerle fin a su nacionalismo. Por un lado establecié alianzas con précticamente ‘ada fraccién en México, para volverse en su contra cuando manifestaran un cierto grado de nacionalismo. Por otro lado Wilson Ilevé a cabo limi- tadas intervenciones militares, una vez.en Veracruz en 1914 y una vez en Chihuahua en 1916-1917. Debido a que Estados Unidos no tuvo los ‘medios para ocupar todo el territorio mexicano y a que en 1916-1917 la situacién internacional (sobre todo el peligro de guerra con Alemania) imposibilit6 esas operaciones, todas estas intervenciones militares fraca- saron. La ideologia que utiliz6 la administracién de Wilson para justi- ficar estas politicas fue bastante diferente de la de Theodore Roosevelt y William Howard ‘Taft. Woodrow Wilson declaré que su politica en Méxi- co estaba destinada a promover la causa de la democracia e incluso legé a demandar una reforma agraria de gran escala que estabilizara la situacién en México. También se opuso enérgicamente a lo que llamé “imperialismo”, pero que en su mente basicamente significaba el expan- onismo britinico en México, Sin embargo, a pesar de estos pronuncia- mientos ideol6gicos, una vez. que México adopté una Constitucién que 14 = FRIEDRICH KATZ inclufa todos estos principios, Woodrow Wilson la rechaz6 porque también podria danar los intereses comerciales de Estados Unidos. La eficacia y popularidad en. Estados Unidos del intervencionismo militar norteamericano en América Latina no sélo fueron socavadas por la resistencia de México, sino también por la resistencia armada de Nica- agua en Ia década de 1920 y por el surgimiento de facciones radicales antinorteamericanas en Cuba. La proclamacién de la politica del Buen Vecino por Franklin Delano Roosevelt a principios de la década de 1030, que bisicamente establecia que Estados Unidos no intervendria en los asuntos latinoamericanos, fue una ‘consecuencia de estas derrotas y dudas, y propici6 que ahora los Estados Unidos emplearan nuevas téc- ticas en sus politicas hacia América Latina. La politica del Buen Vi ho coincidié con una situacién internacional que la administracion Roosevelt percibié como cada vez més amenazante. En extremo Oriente Jap6n estuvo ‘atacando a China, Hitler subié al poder en Alemania y Mussolini empez6 una politica agresiva en Etiopia. Kin América Latina surgié una serie de dictaduras militares cuyos lideres ‘en algunos casos como los militares argentinos y Getulio Vargas en Brasil mostraban simpatia por los nazis. De hecho Vargas diseaé su Estado hove segin el Estado fascista de Mussolini. Ademés la Alemania nazi, th través del intercambio de acuerdos con los paises de América Latina, pronto desafié la preeminencia de Estados Unidos en muchos de ellos en Jo que concernia al comercio. Sin embargo, en lo tocante a las inversio~ nes, los alemanes no tenian el capital suficiente para constituir un serio desafio a Estados Unidos. Esto no significa que en ciertos campos, como ‘en la industria de la aviacién, no representaran un serio peligro a la preemi hencia norteamericana, Como resultado Estados Unidos apoy6 en oca- iones a fuerzas democraticas pero, en general, estaba bastante dispuesto para negociar e incluso para apoyar a los dictadores latinoamericanos, Inientras éstos se opnsieran a los poderes del Eje. A pesar de la animad- versién y desconfianza de muchos paises latinoamericanos hacia el gobierno de Estados Unidos y sus intereses, ninguno de ellos, aexcepeién tie uno, se atrevi6 a llevar a cabo ataques significativos a las propiedades orteamericanas, Hubo una excepcién a esta regla, el caso de México, durante la presidencia de Lézaro Cardenas, cuando México no sélo expro- pié grandes extensiones de tierras norteamericanas, sino también, y esto fue todavia més importante e insdlito, México expropié compaiifas petro~ Jeras briténicas y norteamericanas. Pero Jo que fue todavia mas ins6li- cana [eA GUERIA PRIA EN AMERICA LATINA» to fue la suave reaccién del gobierno norteamericano a estas expropia- ciones. La administracién Roosevelt no amenaz6 con intervenir militarmente a México, como habjan hecho previos gobiernos norteame- ricanos, no apoyé a presuntos revolucionarios en contra: del régimen de Cardenas y tomé muy limitadas represalias econémicas en contra del gobier- no mexicano. A pesar de las objeciones del Departamento de Estado cuya cabeza, Cordell Hull, querfa “ensefiarles a estos comunistas en México ‘a respetar la propiedad privada”, la. administracién de Roosevelt siguié un ‘camino distinto, Roosevelt estaba fuertemente influenciado en esto por el secretario del Tesoro, Henry Morgenthau, y por Josephus Daniels, emba- jador de los Estados Unidos en México, quien escribié: Indudablemente, podriamos presionar negindonos a comprar plata, peto eso perjudicaria alos propietarios estadounidenses de las minas de plata, y redu- Cirfa el empleo aqui con los consiguientes sufrimientos para el trabajador, ¥y seria profundamente resentido como una medida de Gran Garrote. Podria~ ‘mos alentar una revolucién permitiendo la importacién de armas por aquellos que quisieran derrocar a Cérdenas por la fuerza, con la consiguiente respon- sabilidad por la sangre que se derramaria; podriamos negarnos a comprar nada de México, boicotear sus exportaciones, y en consecuencia reducit los articulos de primera necesidad para las masas; podrfamos denuneiar al pats ‘como deshonesto y hacer mucho para estrangularlo; podriamos conquistarlo ‘y poner como presidente a un hombre que seria visto como nuestro; podri- ‘mos, después de haberlo conquistado, convertirlo en. una provincia o anexar- oy admitir en la Unidn a estados mexicanos. Podriamos hacer alguna 0 torlas estas cosas, épero cul seria el resultado? La politica del Buen Vecino, la espe- ranza més brillante de la administracién Roosevelt, recibiria un golpe Drutal, ¥ el pueblo que esta en nuestras fronteras del sur nos mirarfa como imperialistas y opresores, y muchos estadounidenses se lamentarfan que hubiéramos vuelto a lo que ellos definirian como la Diplomacia del Délar y del Gran Garrote, que fue execrada cuando anteriores administraciones la practicaron. No cabe duda que el factor en la decisién de Roosevelt para no enfren~ tarse a Lézaro Cardenas fue la oposicién de este dltimo a las potencias fascistas. Una transformacién completamente nueva en las relaciones de Estados Unidos tanto con América Latina como con México se dio como resultado del estallido de la Segunda Guerra Mundial. El gobierno de Estados Unidos mostré ahora un gran interés, sin prece- dentes, por Sudamérica, pues sentia que en caso de una victoria alema- 16 + praepnucn Karz ‘na seria alls dénde los alemanes atacarfan. Los norteamericanos organi- zaron varias conferencias panamericanas, incluso antes del estallido de Ja Segunda Guerra Mundial, y trataron de establecer tna alianza entre Estados Unidos y América Latina que se materializ6 después del ataque japonés a Pearl Harbor, cuando la mayor parte de los paises latinoameri- anos, con la excepcion de Argentina, declararon la guerra a las potencias del Eje. En los aos de 1942 a 1945 los Estados Unidos dominaron ‘América Latina de una manera muy distinta a la acostumbrada anterior- mente, Debido a que los mercados de Europa y de extremo Oriente estaban cerrados a los productos latinoamericanos por la guerra, y también ‘aque no podian comprar nada proveniente de estos paises, los norteame- rricanos se convirtieron en sus principales socios comerciales y en la fuente principal de sus inversiones externas. ‘Adem de la supremacia econémica Estados Unidos logré, por prime- ra vez, un grado de influencia militar en los paises de América Latina como ‘nunca antes. Los ejércitos de estos paises se abastecian de armamento nor- teamericano y frecuentemente de instructores militares norteamericanos ‘yen muchos de ellos Estados Unidos estableci6 bases militares. Pero no ‘s6lo el ejército norteamericano leg6 a América Latina, también lo hicie- ton los servicios de inteligencia norteamericanos. Antes de la Segunda Guerra Mundial las agencias de inteligencia norteamericanas ten‘an s6lo un efecto limitado en América Latina debido a que, en gran medida, la mayoria de estas agencias o no existian o estaban subdesarrolladas, con Ja excepcidn del rat, Durante la guerra las fuerzas militares expandieron ‘sus actividades de inteligencia y se cre6 una nueva organizacién, la Oficina de Servicios Estratégicos, que competia con el FBr por ganar influencia en América Latina. La Segunda Guerra Mundial no s6lo fue un periodo en el que crecié la influencia de Estados Unidos, sino en el que muchas dictaduras de los paises latinoamericanos fueron reemplazadas por democracias y se dio un ‘grado de tolerancia sin prececentes para los partidos de izquierda. Aunque es una cuestién de debate hasta qué punto los Estados Unidos fueron res- ponsables de estos desarrollos, indirectamente las promesas de la Alianza del Atldntico para una nueva era de democracia, ciertamente desempeiia- ron un papel importante en estos acontecimientos. ‘Una vez mas, por lo menos en algunos respectos, los desarrollos en Méxi- co constituyeron una excepeién en América Latina. Por un lado la firme resistencia de Lazaro Cardenas, quien se convirtié en secretario de [A GUERRA PRIA EN AMERICA LATINA © 17 Guerra en México durante la Segunda Guerra Mundial, impidié que Jos norteamericanos establecieran bases militares permanentes en el pais. Por otro lado, mientras la izquierda se fortalecia en muchos, si no es que ‘en todos los pafses de América Latina, ésta sufrié una fuerte, si no es que devastadora derrota en México. Muchos de sus miembros que habian tenido posiciones de influencia en la administracién de C4rdenas fueron removidos de sus puestos. De mayor importancia fue el hecho de que la izquierda perdié el control tanto de la crs, la Confederacién de Trabaja- dores Mexicanos, el sindicato nacional mas importante de México, y de la ‘exe, la Confederacién Nacional Campesina. Este proceso se dlebié, por un lado, a las politicas del gobierno mexicano posterior a Cardenas, que fueron apoyadas vigorosamente en estos esfuerzos por Estados Unidos: pero, por otro lado, también se debié a las politicas de algunos de los més importantes sectores de la izquierda mexicana, sobre todo del Partido Comunista Mexicano y del Iider laborista Vicente Lombardo Toledano. Estos sectores hicieron poco para resistir la creciente inequidad social yeconémica que se desarroll6 durante la Segunda Guerra Mundial en México. Por un lado, debido a la inflacién los salarios se deterioraron de ‘manera significativa, y por otro lado, los ingresos de las clases altas de México se incrementaron enormemente, como resultado del auge eco- ‘némico de tiempos de guerra. Al declarar que ganar la guerra y mantener a paz social eran sus prioridades absolutas, el liderazgo de la izquierda, influenciado enormemente por la Uni6n Soviética, se rehusé a llevar a cabo cualquier tipo de huelgas o cualquier otro tipo de actos de resistencia en contra de las politicas cada vez més conservadoras de la administra- cién de Manuel Avila Camacho en México. Para América Latina el estallido de la guerra fria significé el fin de la politica del Buen Vecino de Roosevelt. En muchos sentidos las politicas de los Estados Unidos hacia América Latina durante los primeros aiios de Ja guerra frfa, y en algunos casos durante toda la guerra frfa, constituye- ‘ron un regreso a los dias de la Diplomacia del Délar. Como en los tiempos de Theodore Roosevelt, las administraciones norteamericanas sentian que tenfan el derecho exclusivo de decidir qué era lo bueno para América Lati- ‘nay qué gobiernos debian gobernar en esas regiones. No se tolerarfa ningtin tipo de ataques a las propiedades norteamericanas o a otros intereses de Estados Unidos y el establecimiento de la democracia no fue un objetivo importante de la politica norteamericana, por lo menos durante las primeras fases de la guerra fria. ‘Hubo algunas diferencias evidentes entre las politicas de la adminis- tracién posterior a la Segunda Guerra Mundial en América Latina y aquéllas de Theodore Roosevelt y de William Howard Taft. La razén de ser de la intervenci6n cambi6. En los tiempos de la Diplomacia del Délar cualquier gobierno latinoamericano que actuara en contra de los intere- ses de Estados Unidos o que Hlevara a cabo una politica nacionalista en contra de las propiedades norteamericanas era considerado “inciviliza- do y contrario a las normas del comportamiento internacional”. Durante el periodo de la guerra fria cualquiera de estas acciones era considerada ‘como comunista y a favor de los intereses de la Unién Soviética. Esto reflejaba evidentemente el hecho de que la situacién internacional habia ‘cambiado y consideraciones estratégicas relacionadas con la Unién Sovié- tica desempefiaron un papel decisivo en el pensamiento norteamericano. En contraste con la 6poca de la Diplomacia del Délar, el intervencionismo norteamericano no se limit6 exclusivamente a México y Centroamérica, sino que ineluyé a toda América Latina, Ademés, el gobierno de Estados Unidos prefirié los medios de intervencién encubiertos en lugar de los abier- os, aunque nunca descarté los segundos, El principal instrumento para las operaciones encubiertas fue la recién creada Agencia Central de Inteligencia, Finalmente, Estados Unidos habfa logrado un grado de influencia sin precedentes en las fuerzas armadas de América Latina. No sélo abastecta a las fuerzas armadas de armamento y de otros equipos, sino ‘que muchos de sus oficiales més importantes fueron a estudiar a Estados Unidos. La influencia tradicional europea en las fuerzasarmadas latinoame- ricanas simplemente desapareci6. Al mismo tiempo, a diferencia de los dias de la Diplomacia del Délar, los Estados Unidos levaron a cabo una enor- ‘me campatia de propaganda en América Latina con la ayuda de los medios ‘masivos de comunicacion que apenas existian en los tiempos de la Diploma- cin del Détar, Durante la Segunda Guerra Mundial muchos observadores contem- poriineos, incluyendo a importantes miembros de la izquierda, no crefan ‘que existiera ninguna contradiccién entre el incremento del poder e influen- cin de los Estados Unidos y el desarrollo de la democracia en América Lati- na, El secretario general del Partido Comunista de los Estados Unidos, Earl Browder, legs hasta el punto de disolver al Partido Comunista norteamericano diciendo que tal partido ya no era necesario puesto que la alianza entre Estados Unidos y la Uni6n Soviétiea que se haba forjado durante la Segunda Guerra Mundial iba a seguir desarrolldndose en los 1A GUERRA FRA EN AMBRUCA LATINA « 19 ‘afios de la posguerra. El auge de la guerra fria en Europa y en Asia répi- " damente puso fin ala ilusién de una cooperacién soviético-norteamericana, y también a la creencia de que la democracia en Latinoamérica podria sobrevivir a la guerra fria sin problemas. El que expres6 estos conceptos ‘mas claramente fue George Kennan, uno de los idedlogos norteamerica- ‘nos mis influyentes en cuanto a la guerra fria, Después de un viaje a Amé- rica Latina, declaré: Si los conceptos y tradiciones del gobierno popular son demasiado débiles para absorber con éxito la intensidad del ataque comunista, debemos conceder ue medidas duras de represién de parte del gobierno, pueden ser la tinica respuesta... estas medidas deberdn proceder de regimenes cuyos origenes 'ymétodos nunca corresponderfan a los conceptos norteamericanos de demo- ‘racia, Tales métodos serian alternativas preferibles y de hecho la Ginicaalter- nativa al éxito de los comunistas. ! Estos conceptos formulados por Kennan, un demécrata considerado como “moderado”, serfan retomados por todas las administraciones nortea- mericanas que serfan dirigidas por el Partido Demécrata Republicano hhasta el final de la guerra fria aunque a veces habia diferencias significa- tivas en su implementacién entre los dos partidos de gobierno en Estados Unidos. Lo que llamo la primera etapa de la guerra fria abarca los afios de 1946 hasta 1959. La primera caracteristica de esta época era una ofensiva concentrada de Estados Unidos contra las fuerzas de izquierda, muchas ‘veces comunistas, muchas veces no comunistas, pero consideradas como talles por los gobiernos de Estados Unidos. Esta ofensiva se concentré en diversos niveles. El primer nivel era el nivel sindical. Los comunistas y sus aliados tenfan ‘una fuerte influencia en muchos movimientos sindicales de América Lati- na. La Confederacién de Trabajadores de América Latina (Crt), dirigida por Vicente Lombardo Toledano, era profundamente influenciada por la izquierda, aunque de ninguna manera abarcaba sélo sindicatos de izquier- da, La cat. formaba parte de la Federacién Sindical Mundial que hasta, 1947 abarcaba tanto sindicatos con fuerte influencia comunista como sindi- ‘catos anticomunistas como la aFt-y la cio de Estados Unidos. En 1947 a Federacién Sindical Mundial se escindi6 y esta escisin también se produ- joen América Latina. En casi todos los paises latinoamericanos la influen- cia comunista o de izquierda fue atacada conjuntamente por sindicatos le

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