GUI A DEL

NARRADOR
por Mark Hunter, Stephen Kenson, Ian Lemke,
Nancy Schultz-Yetter
Créditos Créditos edición española
Directores editoriales
editoriales: Juan Carlos Poujade y Miguel
Escrito por
por: Mark Hunter, Stephen Kenson, Ian Ángel Álvarez
Lemke, Stephen Herman, Buck Marchinton, Neil Mick, Traducción
Traducción: Fermín Moreno González
Nicky Rea, Nancy Schultz-Yetter Coordinador de la línea
línea: Carlos Lacasa
Desarrollo
Desarrollo: Ian Lemke Maquetación
Maquetación: Carlos Lacasa y Javier Pérez Calvo
Edición
Edición: Salli M. Trusson Impresión
Impresión: Graficinco S.A.
Dirección artística
artística: Aileen E. Miles Filmación
Filmación: Autopublish
Maquetación
Maquetación: Conan H. Venus
Ilustraciones
Ilustraciones: John Dollar, Steve Ellis, Michael Agradecimientos especiales
Gaydos, Pia Guerra, Jeff Holt, Mark Jackson, Paul A Francisco, Irene, y a una blonda peduga llamada
Phillips, James Stowe, Drew Tucker Nuria.
Ilustración de portada
portada: Michael Gaydos “...entre los claros oscuros y la monotonía de los
Diseño de portada y contraportada:
contraportada Conan H. días que pasan”.
Venus —Franco Battiato, “Nómadas”

La Factoría de Ideas
Factoría Ideas. C/Pico Mulhacén, 24. Polígono Industrial El Alquitón. 28500
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Derechos exclusivos de la edición en español: © 2001, La Factoría de Ideas
Junio de 2001

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© 1998 White Wolf, Inc. Todos los derechos reservados. Queda expresamente prohibida la reproducción sin el permiso escrito de la
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Debido a su temática, este producto se recomienda sólo para lectores adultos.
ISBN: 84-8421-139-8 Déposito Legal: .
 Índice
Cuento de hadas: La historia del narrador 4
Introducción 10
Capítulo Uno: Érase una vez 14
Capítulo Dos: Cuestiones de diseño 40
Capítulo Tres: Interpretando las reglas 50
Capítulo Cuatro: Personajes secundarios 66
Capítulo Cinco: Otros lugares, otros sueños 96
Capítulo Seis: Observaciones prácticas 116
Apéndice 124
4 Guía del Narrador
 La historia
del narrador
por Nicky Rea

Sombría es aquella ciudad,

sombríos sus moradores,
y tú, el cisne dorado
te internas sin temor
sus corazones bajo tu mano,
sus lenguas bajo tu pie,
no pronunciarán palabra alguna
para causarte mal.
—Caitlin Matthews, recopilador,
“Bendición para el joven que deja el hogar”

—Oye, ¿qué tienes en el saco? —la chillona voz pene-
tró a través del sonido del tráfico, sorprendiendo al delgado
joven que aferraba el “saco”... en realidad un largo y delga-
do paquete envuelto para protegerlo de la lluvia.
Seif lanzó una breve mirada a través de la calle a una
mujer flaca que servía de vigía para los distribuidores de crack
que frecuentaban el edificio destruido por el fuego. Esparcía
las cenizas de su cigarrillo y se paseaba arriba y abajo, velan-
do bajo un viejo y rasgado toldo que desviaba lo peor del
aguacero. Desvaídas letras que formaban la palabra “Empori”
apenas podían distinguirse sobre la parte del toldo que que-
daba. El Emporio de Johnson. Recuerdo cuando robé una ba-
rra de caramelo de la tienda una vez y me la comí de camino
a casa. Papá se puso tan furioso cuando lo averiguó. Tuve
que estar abrillantando coches y fregando aceras durante dos
meses para compensar al viejo Johnson por aquello. Ahora no
es más que otra casa de crack. De un modo u otro, tengo que
convencer a papá para que saque a mamá de este barrio an-
tes de que sea demasiado tarde.
Seif sintió una punzada en alguna parte dentro de su
cabeza y echó un vistazo al fardo que estaba cubierto con
una bolsa de la basura, mecido entre sus brazos como un
bebé. Oigo tu llamada. Por causa tuya he dejado mi trabajo
y amigos. Ahora debo dejar mi hogar y a mis padres tam-
bién. No te preocupes, no te fallaré, cueste lo que cueste.
Seif hizo caso omiso de los pensamientos que amenaza-
ban con postrarle. Por fin, se dio cuenta del grupo de chicos
del barrio apiñado junto a la entrada de uno de los edificios
abandonados de la calle. Contó seis de ellos, ninguno de más
de doce años, la mayoría con atuendo pseudo-pandillero: pan-
talones abolsados, camisetas, imitaciones baratas de lo último
en zapatillas y algunas gorras, pañuelos de cabeza y tatuajes.

La historia del narrador 5

 Seif miró ceñudo a los niños reunidos en actitud agresiva en
torno a él como si esperasen un peaje a cambio de su paso.
El muchacho mayor, a todas luces el líder a tenor del
respeto otorgado por los otros, dio un paso adelante.
—Eh, tío. ¿Estás sordo? Te estoy hablando —Seif miró
sobre la cabeza del líder y vio un rostro que conocía de su
bloque de pisos.
—¿Tom? Thomas Lincoln, te conozco. Tus padres viven
en el piso debajo del nuestro —dijo Seif—. ¿Por qué no
estás en la escuela?
El chico se sobresaltó, el negro rostro casi enrojecién-
dose de azoramiento al ser reconocido. Las ropas de Tom,
holgadas como las de los otros del grupo, colgaban sobre
su delgada forma como lo harían sobre una percha. Rizos
tirantes y oscuros, medio ocultos bajo el pañuelo que lleva-
ba puesto, sobresalían sobre sus prominentes orejas. Sus
ojos pardos rogaban a Seif que no continuara hablando.
—Ya no vamos a la escuela. Somos una banda —infor-
mó el líder a Seif. Era el de más edad, determinó Seif, y
ponía especial cuidado en parecer mayor (y más duro) de
lo que era—. Eso que llevas en el saco parece un rifle —dijo
el líder, moviendo el cigarrillo sin encender de un lado a
otro de su boca—. Podría servirnos.
—Bien, mis jóvenes amigos, damas y caballeros, os diré
lo que llevo en el saco, pero debemos encontrar algún lugar
a cubierto de la lluvia —dijo Seif, y sonrió cuando los chi-
cos se volvieron para entrar en lo que sin duda era el “cuar-
tel general” de su banda: antes una tienda especializada en
mobiliario de alquiler. Los padres de Seif habían sido clien-
tes habituales, como la mayoría del vecindario, ya que los
pagos semanales eran asequibles.
Tom Lincoln encabezó el camino de vuelta al oscuro
interior del edificio. Al menos ya no están justo enfrente de
la casa de crack, pensó Seif.
Cuando estuvieron instalados sobre un batiburrillo de
cajas viejas y trozos de alfombra, y listos para ver lo que
tenía para enseñar, Seif colocó el paquete sobre una mesa
de tres patas detrás de él y se volvió para encararlos. Me
pregunto... ¿Les cuento esta historia con la esperanza de cam-
biar sus vidas o para justificarme a mí mismo lo que debo
hacer? Alá me mostrará el camino.
—El cielo llora hoy la pérdida de un rey —comenzó—.
Es su historia la que debo contar. Muchas de las mejores
historias, las que poca gente cree verdaderas, empiezan con
las palabras “Érase una vez”, así que de esa manera comen-
zaré ésta.
“Érase una vez un rey que vivía en un extenso territorio
conocido como América. No era el rey de América. Ni si-
quiera era un consejero del presidente, pero reinaba sobre
una gente muy especial que vivía en aquella tierra: llamémos-
los “la Estirpe del Sueño”. Algunos de ellos eran pobres,
como muchos de nuestros vecinos aquí. Otros eran ricos,
pero la mayoría simplemente se las arreglaban. No obstan-
te, todos tenían una cosa en común: cada una de estas per-
sonas especiales era en realidad una historia que alguien
una vez contó o soñó. Incluso quizá uno de ellos era un
sueño que vosotros soñasteis.

6 Guía del Narrador

 “Ahora bien, la Estirpe del Sueño no siempre se llevaba
bien. Tenían diferencias de parecer; algunos de ellos no
gustaban de los otros a causa del color de su piel o acaso
porque el otro siempre conseguía la mejor casa o trabajo.
Los más ricos mandaban como señores sobre los más po-
bres, asimismo. Los de abajo sólo querían igualdad, pero
los de arriba pensaban que tenían derecho a gobernar. Los
dos bandos emprendieron la guerra.
“La guerra se desató durante años. Ambos lados de la
Estirpe del Sueño sufrieron terribles muertes. Sus historias
murieron con ellos.
“Mas entonces llegó la esperanza. Surgió un rey que era
muy diferente, aun cuando era uno de los más poderosos de la
Estirpe del Sueño. Aunque aún era sólo un joven muchacho,
puso fin a la lucha entre ambos bandos y gobernó como rey
para todo el pueblo, no sólo para los ricos. Para ayudarle a
gobernar, contaba con una espada mágica: una hoja de luz
que era tanto un símbolo como una garantía de libertad y paz.
“Ahora bien, algunos de la Estirpe del Sueño vinieron
de una remota tierra llamada Irlanda, y allí habían tenido
antaño un Rey Supremo, igualmente. Lo llamaban Ard Ri.
Aquí el rey fue llamado por su nombre de pila, David. Estoy
seguro de que habéis oído la historia de David y Goliat.
David se convirtió en rey cuando era sólo un muchachito,
asimismo... probablemente no mucho mayor que cualquie-
ra de vosotros. ¿Once años? ¿Doce? Asumió sus responsabi-
lidades para con el pueblo y reinó lo mejor que pudo.
El niño líder se removió incómodo, molesto ante el hecho
de que el narrador hubiese acertado su edad con tanta exacti-
tud. Había esperado ser tenido por algo mayor. Los demás
estaban sentados con distintos grados de atención, preguntán-
dose cuándo harían su aparición en el relato las drogas, pisto-
las y coches rápidos que caracterizaban la mayoría de las histo-
rias que oían. La más joven, una niña de acaso diez años, casi
se había dormido, arrullada por el atenuado sonido de la lluvia
y el aterciopelado tono de Seif. Tom, sin embargo, estaba sen-
tado con los codos sobre las rodillas, perdido en el cuento.
“Así pues, David se convirtió en gobernante en una épo-
ca en la que Estirpe luchaba con Estirpe. Detuvo la guerra y
construyó un gran castillo, donde toda la Estirpe del Sueño
podía acudir a contarle sus problemas o solicitar favores. Era
feliz en su castillo, pero estaba solo. Lo que necesitaba era...
—Ya sé —se puso en pie uno de los niños más peque-
ños—, necesitaba una puta —los otros chicos rieron mien-
tras Seif negaba con la cabeza. Tom, molesto por la inte-
rrupción, miró ceñudo al chico que había hablado.
Seif prosiguió como si no hubiese habido corte alguno
en su relato.
—Iba a decir “una reina”. Necesitaba una esposa para
ayudarle a gobernar y hacerle compañía. Y halló una, una
hermosa y joven mujer de largo cabello negro y ojos azul
celeste. Se enamoraron y se casaron.
“Y puesto que David quería que todo el mundo en su
reino conociese a su hermosa esposa, decidieron viajar por
todo él y ver cómo le iba al resto de la Estirpe del Sueño.
Comenzaron su periplo aquí en Atlanta. Anoche, el gober-
nante local de la Estirpe celebró un gran baile de máscaras,

La historia del narrador 7

 una especie de fiesta de disfraces, y la Estirpe del Sueño vino
a bailar y disfrutar de la compañía del rey y su nueva reina.
“Mas algo terrible sucedió durante el baile. David des-
apareció. Su nueva esposa estaba desesperada, sus caballe-
ros corrían de acá para allá en su busca, pero nadie pudo
hallar al rey. Se había desvanecido sin dejar rastro. Sólo una
cosa quedaba de él: su maravillosa hoja, la espada del rey.
En vez de desaparecer con David, apareció en las manos de
un narrador de cuentos local.
“Puede que no lo sepáis, pero muchas espadas mágicas
pueden hablar cuando quieren hacerlo. Ésta hizo saber al narra-
dor que David no sólo había desaparecido, sino que corría un
terrible peligro. La espada quería que el cuentacuentos tomase
parte él mismo en un cuento y fuese en busca del rey perdido.
“Aun cuando el narrador no creía ser digno de empren-
der tan importante búsqueda, no pudo negarse. El rey de la
Estirpe del Sueño se encuentra unido a la tierra y al pueblo
de su reino. Sin el rey, la tierra y el pueblo sufrirán. ¿Quién
sabe lo que podría suceder si el rey no es encontrado? La
tierra ya está respondiendo a su pérdida. Los cielos envían
torrentes de lluvia cuando el tiempo habría de ser despeja-
do y soleado. ¡El rey ha de ser encontrado!
El líder se impacientaba claramente. Algunos de los otros
miraban fuera a través de los rotos cristales al cielo gris y la
lluvia que caía, de improviso incómodos.
—Por esta razón —resumió Seif su relato—, y porque
el narrador admira a ambos, rey y reina, se avino a la bús-
queda. La aventura promete ser una maravillosa y celebrada
historia, que sólo espera a desarrollarse... Estoy seguro de
que todos habéis leído historias de aventuras en la escue-
la... ah, es cierto, no vais a la escuela. Supongo que os
perderéis las aventuras entonces.
Seif sonrió para sí mismo cuando los niños se miraron
unos a otros, sin estar seguros de si se trataba o no de una
pulla. El líder entornó los ojos, retando a Seif a comenzar el
esperado sermón que todos ellos habían escuchado tantas
veces antes. Encendió con descaro su mechero y el cigarri-
llo con el que había estado jugando, aguardando a que Seif
dijera algo. El narrador pasó por alto el gesto, aunque sacu-
dió el humo lentamente. Malo para la voz.
—Como puede que ya hayáis imaginado—continuó
Seif—, el narrador ha emprendido su búsqueda. Ya ha deja-
do su trabajo y dicho adiós a sus viejos amigos. Ahora está
de camino a casa para contar a sus padres que ha de irse. Ni
siquiera puede contarles dónde va porque no lo sabe y no
lo entenderían aunque lo supiese. Puede que les lleve mu-
chos meses, o incluso años, al contador de cuentos y la
espada abandonada el encontrar al rey desaparecido y de-
volverlo al reino. Entretanto, el narrador debe alejarse de
todo lo que conoce y ama.
No importa cuán delicadamente intente decírselo, mis pa-
dres nunca comprenderán por qué me voy. No puedo contar-
les un cuento de héroes y búsquedas, aunque el cuento sea
cierto. Para ellos, tendré que sostener mi historia sobre menti-
ras y evasivas, sabiendo que hallarán mayor consuelo en creer
que su hijo se va en busca de oportunidades y riqueza que en
pensar que viaja en una travesía de honor y sacrificio.

8 Guía del Narrador

 Un inquieto agitarse de su público trajo a Seif de vuelta
a su historia. Miró a los expectantes rostros y vio la promesa
de belleza en la chica más joven mientras escuchaba, con la
boca medio abierta, su cuento de reyes y espadas. Percibió
algo cercano al convencimiento en los ojos del niño más
pequeño y el afilado desdén del líder. Algunos recordarán
la historia al menos. Puede que incluso la transmitan a sus
amigos, si alguna vez vuelven a la escuela.
—Aunque no lo sabía hasta hace sólo unos momentos
—dijo Seif cuando comprendió por qué se había sentido
impelido a contar a los chicos su historia—, el narrador cree
ahora que sabe por qué ha sido elegido para esta búsque-
da. Viajará a lo largo de todo el reino y contará su relato a
quienesquiera que escuchen. Les pedirá que se lo cuenten
a sus amigos de forma que pueda ser transmitido a tanta
gente como sea posible. Y cuando la historia esté en boca
de todos, alguien que la escuche puede que sepa dónde
puede ser encontrado el rey, o el rey podría escucharla y
hallar su camino a casa.
Seif se levantó, estiró sus músculos y trató de juzgar el
efecto que su cuento había tenido sobre la “banda”. Echó
una ojeada a su reloj y vio que sólo disponía de algo así
como una hora antes de que sus padres salieran a trabajar.
Tenía que darse prisa. Por suerte, vivían apenas a dos man-
zanas de distancia.
—Parece que está dejando de llover un poco. Ahora
es el momento de correr bajo las gotas si alguno de voso-
tros quiere ir a la escuela y enterarse de las historias que
os esperan allí. Debo seguir mi camino. Tengo mucho
por hacer y debo ver a mis padres antes de que se vayan
al trabajo.
—¡Aún no nos has dicho lo que hay en el saco! —el
líder se puso en pie y miró a Seif amenazadoramente.
—¿No? Entonces he de pediros perdón por no ser el
narrador que yo mismo creía ser. ¿Qué hay en el saco? Sólo
una espada, mis jóvenes amigos, sólo una hoja en busca de
un compañero perdido.
Algunos de los chicos se rieron. Unos pocos murmura-
ron “loco” o “chalado” en voz muy baja. El líder los miró
buscando apoyo pero se encontró con que la mayoría se
dejaban llevar—. Me sigue pareciendo un rifle —afirmó por
último y salió pavoneándose del recinto.
Seif lo siguió con la mirada y dijo con tristeza: “Y así
probablemente siempre será un rifle para ti. Lamento no
haber podido cambiar eso para ti”.
—Te creo —la voz que hablaba así era tan silenciosa
que Seif no estuvo seguro de haberla oído en un principio.
Dándose la vuelta, vio a Thomas Lincoln acuclillado sobre
la caja que había ocupado durante toda la historia— ¿Podría
verla? —Tom sonreía.
Seif anduvo hasta la mesa y desenvolvió la hoja. Alzán-
dola de los pliegues de la bolsa de basura que la escondían,
se la tendió a Tom para que la examinase. El muchacho
extendió una mano hacia la espada y vio un objeto oxidado
y picado apenas digno de ser observado.
—Creo —musitó Tom para sí mismo y cerró los ojos,
dejando que su mano sintiera el bruñido metal de la hoja.
Sorprendido por su lisura, abrió los ojos...
... y cayó en un sueño. Imágenes de batalla desfilaron
ante él; gritos y chillidos resonaron junto con poesía y los
sonidos de pájaros y arpas. Se vio a sí mismo ataviado con
sedas y terciopelos, irguiéndose alto y apuesto en medio de
una estancia llena de hermosos hombres y mujeres. Inclinán-
dose ante él, lo llamaban “cronista” y “noble”. Otras imáge-
nes se desencadenaron a través de su mente, asimismo... cues-
tiones de las que se ocuparía más tarde. Por ahora, sabía que
su verdadero nombre era Ogomotana, que significa Verdad.
Era uno de la Estirpe del Sueño a los que se conoce como
eshu, igual que el narrador. El joven muchacho abrió los ojos
y miró fijamente a su compañero de linaje.
—Todo es cierto —rió.
—Sí, incluso las partes aciagas —Seif ofreció la mano al
infantil recién nacido. No será un infantil mucho tiempo, sin
embargo, a juzgar por su semblante—. Acabas de romper tu
Crisálida, por cortesía de Caliburn. Normalmente estaría
encantado de ser tu mentor en tu nueva vida, pero debo
partir antes de que acabe el día. Me gustaría presentarte a
Myrtle, quien me ayudó cuando fui por primera vez cons-
ciente de mi verdadero ser. ¿Cómo pasó por una Crisálida
tan fácil? ¿Fue a causa de la espada?
Dentro de su cabeza, Seif sintió responder a Caliburn.
Es el que ocupará tu lugar como cuentacuentos para los So-
ñadores de aquí. Ogomotana recordará la historia que le
has contado y la referirá a quienquiera que escuche.
—¿Me enseñará ella lo que necesito saber? —Ogomotana
le pareció muy pequeño al eshu más viejo mientras cambia-
ba su peso de un pie al otro.
—Por supuesto que lo hará, y tú te convertirás en el
mayor narrador de todos nosotros —Seif dio una palmada
al chico en el hombro—. Solamente no olvides. Recuerda
que no estaré aquí después de hoy. Ojalá pudiese quedar-
me y guiarte, pero mi búsqueda es lo primero. Siempre pensé
que sería un contador de cuentos, pero nunca imaginé que
yo sería la historia. Pero ahora soy la historia, y es hora de
pasar el manto del cuentacuentos a otro. Mi tarea es encon-
trar a David, y ¿quién mejor para localizar al rey que un
eshu? No importa el camino por el que me lleve la búsqueda,
si sigo mi corazón, lo encontraré.
Los ojos del infantil resplandecieron con súbito conoci-
miento de sí mismo. La dignidad lo envolvió como una capa
mientras contemplaba a Seif y se erguía por completo. Seif
admiró la oscura vestimenta del velo del infantil, su quimé-
rico atuendo, con sus elaborados pliegues y brillantes ador-
nos a imagen del cielo nocturno. El eshu mayor dispensó al
infantil una reverencia, como entre iguales.
—No olvidaré, Seif —le aseguró Ogomotana—. Puedes
proseguir tu búsqueda sin preocupación. He escuchado cada
palabra de tu historia y la recordaré entera. —Aunque sus
palabras eran solemnes, los ojos del infante brillaban travie-
sos—. ¡De hecho, puede que incluso la mejore!
La historia del narrador 9
10 Guía del Narrador
Introducción

El río fluye dentro de nosotros, el mar nos circunda;

el mar es también el borde de la tierra, el granito
sobre el que golpea, las playas sobre las que arroja
sus atisbos de otra creación primera.
—T.S. Eliot, “The Dry Salvages”

Introducción 11
 Historias, mitos, leyendas... de esto trata Changeling
Changeling.
Changeling nos ofrece una oportunidad para salir de nues-
tras vidas y experimentar algo fantástico: vivir una parte de
nuestros sueños.
A diferencia de otros tipos de juegos, los juegos de rol
no necesariamente tienen ganadores o perdedores. Sí, un
personaje puede morir (lo que algunos podrían considerar
perder), o al otorgársele un título de alto rango retirarse de
la vida activa que la mayoría de los personajes de los juga-
dores disfrutan (otros podrían pensar que esto es ganar). Sin
embargo, al fin y al cabo, todo forma parte de la historia, y
Changeling se hizo para contarlas.
Pero todos los juegos necesitan reglas, que es para lo
que están los libros como éste: para ayudar con esas reglas
y con la esperanza de hacer las cosas un poco más fáciles.
Las reglas nuevas no predominan en las páginas de esta
guía; en vez de eso, se presentan indicaciones, sugerencias
y aclaraciones sobre el uso de las reglas existentes.
Cómo usar este libro
Lo que sigue son resúmenes de lo que puede encon-
trarse en cada uno de los capítulos.
 Capítulo Uno: Érase una vez aborda de forma muy
detallada muchos aspectos relativos a cómo contar una his-
toria y una crónica con éxito.
12 Guía del Narrador
 Capítulo Dos: El rincón del narrador ofrece revela-
ciones, sugerencias y respuestas directamente del
desarrollador de Changeling
Changeling. Las preguntas relacionadas con
reglas y escenario son respondidas aquí.
 Capítulo Tres: Interpretando las reglas considera
métodos para eliminar los dados del juego de rol siempre
que sea posible; imprescindible para Narradores que pri-
men la historia sobre las tiradas de dados.
 Capítulo Cuatro: Personajes secundarios detalla cómo
dar vida a mortales, quimeras y otras formas del Mundo de
Tinieblas en tu Crónica de Changeling
Changeling. Este capítulo es
inestimable para cualquier Narrador que crea que su crónica
carece de influencias exteriores.
 Capítulo Cinco: Otros lugares, otros sueños explora
extraños mundos nuevos y periodos de tiempo alternativos
para que sitúes tu historia de Changeling
Changeling. Asimismo, sugiere
una gran variedad de telones de fondo y sistemas generales
para escenarios alternativos.
 Capítulo Seis: Observaciones prácticas ofrece conse-
jo directamente de Narradores en activo.
 Apéndice: Brinda una lista de libros, películas y música
sugeridos.
Recordatorio de la Regla de Oro
La Regla de Oro de la narración es una a la que se alude
muy a menudo en el método del Narrador y, sin embargo,
nos vemos obligados a sacarla a colación una y otra vez. Es
declarada en libros, convenciones, por correo electrónico,
llamadas telefónicas y cartas. Esta “importantísima regla” es
la Regla de Oro; la que establece que si no entiendes una
regla, no te gusta o simplemente quieres probar otra cosa en
su lugar, entonces no faltaría más, ¡hazlo! Cuando juegas a
Changeling
Changeling, se convierte en tu juego... tu historia. Estamos
aquí para proporcionarte un rico entorno en el que puedas
situar tus historias... no para ser policías de las reglas, que
dictan exactamente cuánto daño recibe un changeling al
caer de un avión a 9.000 metros de altura mientras le disparan
con un rifle de asalto de gran calibre. Al igual que no deberías
esperar que detallásemos cada variación de lo que sucede si
un vampiro Abraza a un changeling. Te corresponde a ti
definir esas ideas y sinos. Deberías confiar en tu juicio y
proseguir con lo que vuelva la historia mejor. Si sirve para la
historia que un changeling Abrazado por un vampiro
conserve todos sus recuerdos, entonces adelante con ello;
nada te lo impide.

Los Galain
A continuación se ofrece una lista de los Galain y otras
hadas que han aparecido en los libros de Changeling a lo
largo de los años. Se incluye una breve descripción del linaje
(o grupo), así como una referencia al libro en el que pueden
ser encontrados. Ninguno de los Thallain es descrito aquí, si
bien los Narradores interesados en estos esenciales chicos
malos pueden encontrarlos en La Corte Sombría
Sombría.
 Selkies (Immortal Eyes: The Toybox): hermosas y
solitarias hadas que pasan mucho de su tiempo en el mar.
Como los pooka, son cambiaformas, aunque los selkies sólo
pueden adoptar la forma de una foca. Los selkies son únicos
entre las hadas puesto que no se reencarnan de la manera
habitual; cuando se acerca la hora de su muerte, cada selkie
transmite su “piel” a un mortal. Esta piel entrega la esencia
feérica a un nuevo mortal.
 Menehuni (Immortal Eyes: Shadows on the Hill):
estas hadas pueden ser encontradas casi exclusivamente
en las islas hawaianas. Como los Nunnehi de Norteamérica,
mantienen estrechos lazos con los pueblos nativos de las
islas.
 Clurichaun (Immortal Eyes: Court of All Kings)
Kings): por
lo común en las islas británicas, las clurichaun se deleitan
en la narración, la música y la buena bebida. Son encanta-
doras y por lo común evitan la política.
 Nunnehi (Changeling: Guía del Jugador)
Jugador): hadas
nativas de Norteamérica. Existen muchas variedades distin-
tas de ellas. Las Nunnehi están fuertemente ligadas a la tie-
rra y desconectadas del Ensueño, y en muchos aspectos,
presentan mayor afinidad con los espíritus de la naturaleza
que con la Estirpe.
 Ghille dhu (La isla de los Poderosos): hadas solita-
rias que moran en su mayoría en las islas británicas. Están
ligadas íntimamente a la naturaleza y a las estaciones.
 Casa Scathach (Nobles: La Hueste Resplandeciente)
Resplandeciente):
una casa noble de guerreros que se quedaron atrás durante
la Ruptura.

Introducción 13
14 Guía del Narrador
 Capítulo uno:
Érase una vez
Hace mucho tiempo en una galaxia muy, muy lejana...
—Stars Wars: Una nueva esperanza
Toda gran historia tiene un principio, una trama y un final.
Lo fascinante de las historias en los juegos de rol es que, aunque
todos conocen el principio, nadie, ni siquiera el Narrador, cono-
ce con exactitud cuál será la trama o el final. El Narrador cuenta
con una idea general sobre por dónde podría discurrir la histo-
ria, pero nadie puede decirlo con seguridad. La historia es crea-
da y contada a medida que el grupo juega, y no se completa
hasta que tiene lugar la escena final. Los jugadores no sólo dis-
frutan al ver dónde conduce la historia como cuando leen un
libro o ven una película, sino que tienen una oportunidad de
decidir a dónde va: de incidir en ella. Puede que el Narrador
urda la historia como un escritor, pero la diversión producida
por lances y giros inesperados la aportan los jugadores. Es de
esperar que cuando el juego haya terminado, todo el grupo haya
creado una magnífica historia y se haya divertido haciéndola.
Este capítulo aborda las historias de Changeling y los
grupos de juego que las crean: cómo reunir un grupo, cómo
encargarse de la dinámica de la narración en grupo y cómo
mantener todo en marcha como Narrador de forma que las
historias puedan convertirse en novelas o incluso epopeyas.
Si bien los consejos de este capítulo son útiles para crear y
dirigir una crónica de Changeling
Changeling, no hay en realidad nada
mejor que ponerse a ello. No puedes aprender a ir en bicicleta
con sólo leer un libro, necesitas hacerlo. Date cuenta de que la
práctica es el mejor profesor, y todos cometemos errores de
cuando en cuando. Incluso los mejores Narradores y jugadores
meten la pata de vez en cuando. El truco es aprender de las
rodillas peladas, volver sobre la bicicleta y seguir pedaleando.
Eso te llevará a algunos lugares interesantes.
Reunir a los jugadores
La primera historia es importante porque junta a los perso-
najes y establece el escenario para futuras historias. Es como el
primer capítulo de un libro, presentando a los personajes prin-
cipales y el escenario en el que viven. La primera historia de-
bería suministrar a los jugadores información básica que nece-
sitan saber acerca de su mundo, sus personajes, y los desafíos
a los que van a hacer frente. No tienes que poner todas tus
cartas sobre la mesa en la primera partida; sólo tienes que
hacer que los jugadores sientan sus personajes y su circunstan-
cia para que puedan lanzarse directos a la acción.
Además, el preludio es una forma excelente para ayudar a
los jugadores a entrar en el juego. Cada personaje pasa por una
minihistoria que tiene lugar antes que comience la principal. El
preludio podría desarrollarse años, o sólo minutos antes, depen-
diendo de lo que creas más apropiado para la historia. Es algo
así como un ensayo general, en el que un jugador tiene la opor-
tunidad de “probarse” un personaje para ver si le conviene y de
experimentar la sensación de estar en la piel del mismo. El pre-
ludio presenta una escena o serie de escenas del pasado de un
personaje y deja que el jugador entienda cómo reacciona un
personaje en distintas situaciones, y que conozca algunos he-
chos importantes del pasado. El preludio también permite al
Capítulo uno: Érase una vez 15
Narrador conocer de antemano cómo reacciona un jugador en
su papel. ¿Se ofende fácilmente? ¿Tiende a fantasear? Éstos son
“anzuelos” que puedes usar al contar historias posteriores.
Tras el preludio, un jugador podría decidir cambiar aspec-
tos de un personaje para ajustarse mejor al resultado del mismo.
Si el preludio de un personaje incluye un duelo que éste pierde,
dejándole una cicatriz quimérica en su semblante feérico, enton-
ces tal vez el personaje necesite una Imperfección adicional,
como un Enemigo. Quizás uno de los sucesos representados en
el preludio modifica el punto de vista de un jugador sobre los
Legados o la Corte de su personaje. Estos aspectos forman en su
totalidad parte del proceso de puesta a punto, que posibilita el
“ensayo general” antes del juego, y permiten a los jugadores
hacer cambios basados en los acontecimientos de sus preludios.
El episodio del encuentro
Una vez los preludios se han completado, el Narrador debe
resolver cómo reunir a todos los personajes: el “episodio del
encuentro” del juego. Acaso sean parte de la misma cuadrilla,
o círculo de juramento, o deban lealtad al mismo noble (quien
podría incluso ser el personaje de un jugador). En estos casos,
hacer que los personajes se junten es bastante fácil: ya están
juntos, lo que te permite empezar directamente en mitad de la
acción sin tener que presentarlos entre sí. Los jugadores pue-
den incluso representar cómo se encuentran sus personajes
como parte de sus preludios individuales. Este método es el
más simple para reunirlos al principio de la historia.
Las aventuras o crónicas complejas podrían requerir un
episodio de encuentro diferente. Un Narrador podría ingeniar
16 Guía del Narrador
un suceso conveniente para atraer a los personajes basado en
sus diversos intereses y metas; una amenaza para la Estirpe en
el territorio donde viven los personajes o la orden del noble
que gobierna la región pueden congregar rápidamente a un
colectivo de personajes. Tales métodos compulsivos pueden
hacer que algunos jugadores se sientan demasiado dirigidos,
en especial si interpretan personajes que es poco probable que
respondan a una petición noble o a las necesidades de otros.
Así pues, la historia debe tenerlos en cuenta. Es más, un perso-
naje podría tener una motivación personal para estar en el
grupo diferente de las de los otros: una semilla plantada para
una historia en alguna parte del camino.
Tal vez el más complejo, pero en potencia más satisfacto-
rio medio de conseguir que un grupo se reúna es a través de
las acciones del Dán o destino, que exige un enfoque más libre
y mucha preparación por parte del Narrador. Quizás el perso-
naje nocker de Lyle posee una pista sobre un tesoro legendario
que buscó antaño en su juventud, en tanto que el personaje
sátiro de Sean está buscando ahora el mismo tesoro y necesita
la ayuda del nocker. El personaje troll de Andy no tiene ningún
interés en el tesoro o la búsqueda, pero descubre que su viejo
enemigo lo está buscando asimismo, y ello comporta una deu-
da de honor que debe ser satisfecha. Al sidhe Oscuro de Dawn
no le interesan en absoluto los motivos de los demás, pero
piensa que su búsqueda podría ser un golpe de gracia contra
un enemigo suyo, el adversario Oscuro del troll, que está bus-
cando el tesoro, y así sucesivamente.
A medida que los hilos de la historia se van tejiendo, los
personajes son llevados por las circunstancias a cooperar de cara
a un objetivo común, aunque podrían encontrarse en desacuerdo
sobre otros aspectos. La tensión siempre crea momentos dramáti-
cos en la representación entre los personajes de los jugadores.
Encuentros abiertos
Una forma audaz de empezar una crónica consiste en de-
jar que los jugadores decidan cómo se reúnen sus personajes.
El Narrador proporciona una situación en la que éstos puedan
encontrarse, y luego se cruza de brazos y deja que los jugado-
res tomen las riendas a partir de ahí.
Por supuesto, no es tan simple como suena; poner en
marcha un encuentro abierto, incluso con un grupo muy bue-
no de jugadores, requiere mucha improvisación por parte del
Narrador para que todo continúe funcionando sin problemas.
Debes conocer exactamente la situación en la que estás po-
niendo a los personajes. Asimismo, has de disponer de buen
número de tramas desarrollándose ya en segundo plano para
volver a arrancar la historia si ésta empieza a atascarse.
Por ejemplo, dispón que todos los personajes se encuen-
tren por primera vez en la fiesta de cumpleaños de un infantil
noble. Algunos de los personajes podrían tener razones para
hablar con los demás, en tanto que otros deberán tomar la ini-
ciativa y buscar a los personajes de los otros jugadores, presen-
tando razones para interactuar con ellos. ¡Otros podrían incluso
entrar de rondón a la fiesta para unirse a la diversión! Este ejem-
plo podría dar lugar a interacciones entre los personajes muy
interesantes y divertidas, pero supone un reto y requiere jugado-
res capaces y un Narrador que sepa cómo manejarlos.
Un problema de este método es tener jugadores que no
sean tan creativos o enérgicos como otros: aquellos que se
encuentran a sí mismos relegados a un segundo plano por
jugadores más dinámicos. En tal caso el Narrador debe interve-
nir para conducir los hechos de forma que todos los jugadores
tengan oportunidad de interaccionar e implicarse. Quizá el
personaje noble del Narrador decide zanjar una disputa entre
dos personajes de los jugadores apelando al buen juicio de un
tercero que ha estado observando en silencio. Tal vez la aman-
te del personaje de un jugador decida darle celos flirteando
con el florero sentado aparte.
Otro problema de los encuentros abiertos lo plantean aque-
llos que se niegan a tomar la iniciativa o a “seguir la corriente”
e involucrarse. Esta situación precisa acción directa por parte
del Narrador o bien una cortés advertencia al jugador para que
se implique. Los otros jugadores son útiles, también, y puedes
recurrir a ellos para hacer hablar al jugador renuente. Si todo
eso falla y el grupo no se está juntando como debería, un
suceso dramático precipita las cosas. Puede que los enemigos
ataquen saliendo de ninguna parte, que ocurra un asesinato, o
que un ominoso presagio muestre a los personajes de los juga-
dores unidos por el Dán de alguna forma. Estos métodos son
un tanto desmañados, pero funcionan.
Crónicas cerradas
Un Narrador podría tener en mente una crónica con lími-
tes más definidos que los arriba descritos. Por ejemplo, una
crónica implica a un grupo de hadas plebeyas que dan con
un feudo perdido, y a continuación han de defenderlo contra
la nobleza que desea reclamarlo. En este tipo de sistema el
Narrador ha definido previamente lo relativo a las clases de
personajes en la crónica; es poco probable, pongamos por
caso, que alguien desempeñe el papel de noble a no ser que
se trate de un proscrito, exiliado, u otro carácter propenso a
aliarse con un grupo de plebeyos. De tal manera, los perso-
najes necesitan motivaciones por las que habrían de defender
su feudo desafiando a la nobleza.
Una crónica cerrada permite centrar la atención; los jugado-
res saben qué han de esperar y de qué trata la historia antes de
crear sus personajes. No obstante, limita las opciones de que
disponen éstos para crear personajes y dirigir la historia, al me-
nos en un principio. Una vez la crónica está en marcha, el Narra-
dor puede desde luego permitir que las decisiones y acciones de
los jugadores tengan un papel más importante a la hora de deci-
dir hacia dónde se encamina la historia. Puede que los plebeyos
que se hacen con el control del feudo decidan convertirlo en un
refugio para otros como ellos que odien a la nobleza y quieran
cambiar las cosas en el reino; o puede que prefieran mantenerse
apartados de la política por completo; o que quieran hacer del
feudo un asilo para humanos necesitados de ayuda feérica.
Al crear y dirigir una crónica cerrada, debes ser muy claro
al referir las reglas básicas del juego. Si no quieres que los
jugadores conviertan su nuevo feudo en un refugio para muje-
res mortales maltratadas, entonces deja claro hacia dónde crees
que la crónica debería ir. Si hay un objetivo definido, entonces
acláralo antes y durante el juego. Algunos jugadores no tienen
problemas con las crónicas cerradas, pues gustan del sentido
de estructura, pero otros encuentran frustrantes los argumen-
tos restrictivos. Averigua de antemano si la crónica parece algo
con lo que los jugadores disfrutarán antes de jugar una en la
que no estén interesados. ¿Y si alguien del grupo realmente
quiere un personaje noble? ¿Quieres modificar la trama para
darle cabida? Si la respuesta es no, lleva al jugador aparte y
explícale que su idea de personaje no se ajusta a la historia que
deseas dirigir. Llega a alguna clase de acuerdo.
Una crónica cerrada necesita más planificación previa por
tu parte, puesto que el Narrador proporciona mucho del im-
pulso conductor de la historia. Es algo más fácil de dirigir si
planeas con detalle gran parte de la trama por adelantado, y
algunas de las posibilidades de elegir de los jugadores les vie-
nen dadas. En esencia, has de conocer el material que vas a
usar antes de introducir a los jugadores en la historia, y usar
algunos materiales de referencia existentes (véase Uso de ma-
terial de referencia) vuelve la labor más sencilla.
Escucha a los jugadores
Un Narrador necesita escuchar. A los jugadores les gusta
hacer conjeturas sobre la naturaleza de la historia, lo cual
supone una útil información para ti. Si un jugador dice: “apues-
to a que es verdad”, ello suele significar que quiere que sea
cierto de una u otra forma. Un Narrador que presta atención
a lo que aquéllos dicen puede modificar la historia para adap-
tarse a sus ideas. Un jugador podría sugerir una idea mucho
mejor para una escena, personaje, o motivación que la que tú
habías imaginado en un principio, en cuyo caso, ¿por qué no
utilizar la idea de un jugador y revelarle que “tenía razón
todo el tiempo”? ¡Es bueno para la historia y hace que el
Capítulo uno: Érase una vez 17
jugador experimente una sensación de triunfo al adivinar tus
hábilmente trazados planes!
Este reajuste de la historia permite a los jugadores influir
sobre la forma en que ésta se desarrolla y progresa por medio de
algo más que las acciones de sus personajes. Anímalos a especu-
lar y lanzar ideas durante la partida (no les dejes hacer trampas
y controlarla); añadir su aportación creativa te da a ti y a ellos
más recursos a los que echar mano. Un jugador que propone
buenas ideas hace el juego más entretenido para todos.
Para aprovechar esta circunstancia al máximo, has de estar
dispuesto a modificar la historia para ajustarla a lo que los
jugadores sugieren. Si te aferras en exceso a una escena o
sección de diálogo particular, los jugadores la cambiarán para
que no suceda. Si fuerzas los sucesos de la partida para “enca-
rrilarlos” hacia donde deseas, se sentirán engañados y privados
de su habilidad de tomar decisiones que afecten al juego. Un
Narrador experimentado puede a veces “masajear” una historia
para llevar a los jugadores al escenario pretendido por otro
camino, pero es necesario reconocer que la historia no está
yendo en la dirección que uno pensó en un principio y descar-
tar las escenas e ideas que no pueden llevarse a cabo correcta-
mente así las cosas. Tus ideas pueden formar parte de una
aventura posterior o tal vez simplemente no funcionen en ab-
soluto, pero en su lugar hay todo un nuevo surtido de posibi-
lidades creadas por los jugadores.
Éstos tienden a expresar lo que desean para sus persona-
jes. Presta atención si un jugador dice: “¿No sería estupendo
acudir a un festejo en la Corte Sombría?” Está expresando el
deseo de una historia concreta, que tú, el Narrador, puedes
proporcionar. Toma nota de lo dicho y no te faltarán ideas
sobre dónde llevar a los jugadores en la siguiente historia.
Una manera excelente de servirse de éstos como recurso
creativo para la crónica es introducir un nuevo elemento al azar
en la trama, algo para lo que no tienes ningún plan en particular,
y dejar que hagan conjeturas y hablen entre ellos acerca de lo
que creen que es. Podría ser un misterioso extranjero, un vago
presagio, o un tesoro con desconocidos poderes. Presta oídos a
lo que se les ocurre; podrías dar con algo magnífico. A continua-
ción introduce de forma paulatina la idea en el conjunto de la
historia. ¡Consigues un nuevo hilo argumental y los jugadores
obtienen algo que les interesa, con el incentivo de estar en lo
cierto y haber averiguado una de tus ingeniosas tramas!
Si los jugadores ocupan la mayor parte de su tiempo ha-
blando en el transcurso de la partida, tratando de estar siempre
un paso por delante de ti, haciendo montones de conjeturas
acerca de qué aguarda a la vuelta de la esquina y qué ruin villa-
no se halla detrás de sus recientes tribulaciones, ¡enhorabuena!
Eso significa que estás haciendo un gran trabajo suscitando su
interés e implicándolos de tal forma en la partida. Si prestas
atención a lo que dicen, puedes dar la vuelta a las cosas y hacer
que algunas de las conjeturas resulten acertadas, lo que nos
lleva al siguiente deber del Narrador: la preparación.
Preparación
“La figura sale de las sombras y dice: ‘Así pues, nos encontra-
mos al fin’. Echa atrás su capucha para revelar... esto, un segun-
do. Es, esto, espera, tengo el nombre aquí en alguna parte...”
18 Guía del Narrador
—cierto Narrador (que quedará en el anonimato, por así
decirlo)
Narrar, como otras ocupaciones, consiste en nueve partes
de preparación y una de transpiración. Al igual que los actores
ensayan y ensayan, y los artistas trazan bocetos y modelos antes
de abordar la obra en sí, un Narrador precisa preparación para
dirigir una partida. La preparación consiste en hacer el trabajo
más duro del juego de antemano, de forma que puedas concen-
trarte en contar la historia durante el mismo sin preocuparte de
todos los pequeños detalles, porque ya los has resuelto.
La cantidad y clase de preparación depende del Narrador:
algunos funcionan mejor con notas, en tanto otros prefieren
extensos mapas, diálogos y libretas llenas de materiales de jue-
go. Cualquiera que sea tu estilo, hay ciertos puntos a tener en
cuenta al prepararse para dirigir una partida de Changeling
Changeling.
El primero es estar preparado. Algunos Narradores son
capaces de dirigir una buena partida improvisando por com-
pleto, pero se trata de una especie increíblemente rara. ¡Piensa
lo mucho mejor que un Narrador tan asombroso sería con sólo
un poco de preparación! La falta de preparación sale a la luz.
Nada arruina una partida más rápido que un Narrador que no
ejerce un firme control sobre lo que está sucediendo. Una his-
toria puede llegar a detenerse en seco si el Narrador olvida el
nombre de un villano importante y se ve obligado a perder
tiempo revolviendo entre sus notas en su busca. Después de
eso, el punto culminante de la aventura se torna decepcionan-
te. No dejes que te ocurra.
El segundo elemento de la preparación es la organiza-
ción. No tienes que tener carpetas pulcramente etiquetadas y
separadas con pestañas para cada pedazo de papel usado en
tu crónica, pero deberías ser capaz de localizar cualquier hoja
de personaje, libro de referencia o folleto que necesites con el
mínimo de aspaviento y titubeo. Si necesitas hacer alusión a
libros de juego durante una partida, usa señales de lectura o
pestañas para las páginas importantes y subraya pasajes cruciales
de forma que puedas encontrarlos con facilidad. Prepara “chu-
letas” con reglas y estadísticas importantes y sujétalas con un
clip a la pantalla del Narrador o tenlas delante de ti.
El tercer elemento es conocer a tus personajes. Tómate el
tiempo de revisar las hojas de personaje de los jugadores antes
de cada partida y anota cualquier cambio que hayan hecho
que pueda afectar a tu historia. No hay nada peor que ver una
trama exquisitamente urdida echada a perder por una Técnica
o Habilidad que no sabías tenía un personaje. Lo mismo se
aplica a los personajes del Narrador: conoce sus habilidades,
sus motivaciones y sus peculiaridades. Los jugadores tienden a
estar atentos al detalle y siempre están al acecho de
inconsistencias que podrían ser indicios de alguna diabólica
intriga (aunque no tengas ninguna en mente). Si uno de los
personajes del Narrador camina siempre cojeando y de repen-
te no lo hace, salta a la vista.
Guión versus notas
Al crear una historia, decide si vas a usar un guión o bien
notas para redactar tu material. Los guiones son mucho más
detallados pero tienden a carecer de flexibilidad. Las notas
son justo lo contrario: flexibles, pero a menudo faltas de de-
talle. Como Narrador, debes hallar un término medio que te
sirva a ti y a los jugadores.
Para el Narrador un guión es muy similar al guión de una
película u obra de teatro: contiene descripciones exhaustivas
de todo lo que aparece en la historia, una relación de escenas
con apuntes de diálogo, descripciones de lugares, mapas y
otros detalles minuciosos de lo que encuentran los personajes.
Si bien los guiones son útiles para proporcionar profundidad y
detalle a una historia, desaprovechas un enorme esfuerzo que
va a parar al guión cuando los jugadores pasan por alto, cam-
bian o hacen caso omiso de partes del mismo.
Pocos Narradores están dispuestos a realizar el esfuerzo
necesario para publicar un libro de juego de referencia de cara a
una historia. Como Narrador, tu único público son tus jugadores,
quienes asimismo son como los actores de una obra. Sin embar-
go, a diferencia de los actores, los jugadores quieren crear su
propio diálogo y decidir sus propias acciones... justo como los
actores, en realidad. Así pues, un guión puede convertirse rápi-
damente en un corsé para la historia. Si te niegas a apartarte del
guión, con independencia de lo que hagan los jugadores, tu
rigidez hará que éstos terminen sintiéndose frustrados.
En vez de suministrar un conjunto de escenarios en un or-
den específico, las notas presentan una serie general de sucesos
con bastante información acerca de cómo éstos podrían cambiar
a partir de las acciones de los personajes. Las buenas notas des-
criben quiénes son los principales personajes no dirigidos por
jugadores, cuáles son sus motivaciones, y qué está sucediendo
en la historia. Luego los jugadores pueden entrar en ella e influir
en su curso, cambiando algunas escenas y topándose con otras.
Cuán definidas han de ser las notas depende de lo cómo-
do que te encuentres al sugerir detalles al vuelo. A muchos
Narradores les gusta tener chuletas con los nombres de perso-
nas y lugares para usarlas en el acto si un jugador realmente
quiere saber el nombre de aquel cajero en el supermercado.
Las tablas aleatorias de rasgos de personalidad, o incluso una
baraja de tarot o de naipes, proporcionan una manera rápida
de presentar rasgos de personalidad y motivaciones para per-
sonajes fortuitos que aparezcan.
Improvisación
No importa lo detalladas que sean las notas o el guión de
un Narrador, los jugadores siempre dan con algo en lo que no
has pensado con antelación, desequilibrando tu bien pensada
historia y exigiéndote improvisar. La habilidad de hacerlo de
forma rápida y fluida es una técnica que se adquiere con tiem-
po y práctica. Conocer en realidad a tus personajes y tu historia
es de gran ayuda. Si cuentas con una adecuada percepción del
carácter de cierto personaje, sabrás lo que haría en una situa-
ción concreta. Cuando algo inesperado sucede, decide con ra-
pidez cómo reacciona el personaje del Narrador. Puede ayu-
darte meterte en las cabezas de tus personajes de Narrador,
igual que harías con un personaje al que llevases como juga-
dor, y preguntarte: ¿Qué los motiva? ¿Cómo manejan lo inespe-
rado? ¿Qué haría este personaje si eso ocurriera?
Para cogerle el tino a la improvisación, sencillamente ha-
zlo. La narración ofrece muchas oportunidades. Haz interactuar
a tus personajes con los de los jugadores uno a uno en un
contexto social para hacerte con el truco de improvisar diálogo
y reacciones. Apréndete tu material y úsalo como trampolín
para tu imaginación.
Las claves básicas para mejorar un juego son:
 Ten calma. No es cuestión de vida o muerte, es sólo un
juego. Actúa como si lo hubieses planeado todo el tiempo y sor-
prende a los jugadores con tu habilidad para anticiparte a ellos.
 Confía en tus instintos; sigue tu intuición. Si una escena
parece estar yendo por el camino equivocado, entonces pro-
bablemente es así. Confía en ti mismo.
 Deja que los jugadores ayuden. Éstos han de improvisar
todo el tiempo puesto que normalmente no tienen idea de lo
que va a suceder a continuación. Ser un jugador puede ayudar
a desarrollar tus técnicas de improvisación, y escuchar a éstos
puede suministrarte ideas acerca de cómo improvisar lo que
ocurre después.
Uso de material de referencia
Ser un Narrador puede suponer un montón de trabajo.
Trabajar los detalles de antemano puede ahorrarte muchos
dolores de cabeza, mas no siempre parece así cuando sencilla-
mente no tienes tiempo para elaborar una descripción detalla-
da de cada elemento que quieres en tu historia. Los Narradores
han de igualar la minuciosidad de los detalles con la cantidad
de tiempo de que disponen.
Llegados aquí es donde el material de referencia publicado
resulta práctico. Otros ya han hecho gran parte del trabajo por ti
escribiendo libros de juego con personajes desarrollados por com-
pleto, tramas, lugares y sucesos que puedes usar en tu propia cróni-
ca. Cómo usar el material sigue siendo cosa tuya, no obstante. Algu-
nos problemas de utilizar material de referencia son apegarse de-
masiado al mismo, emplearlo en exceso, y depender de él.
El primer problema surge del hecho de que los libros de
referencia e historias publicadas del juego son como novelas u
obras de teatro con una diferencia: cuentan con escenario, tra-
ma, personajes secundarios, e incluso diálogo, pero a diferen-
cia de aquéllas, no tienen personajes principales. Los jugado-
res los crean y el autor y el desarrollador del libro de juego no
tienen forma de conocer los personajes y requisitos de tu cró-
nica. Sólo tú los conoces. Muy pocos libros de juego funcionan
sin ninguna modificación o “puesta a punto” en absoluto. Al-
gunos necesitan poca, en tanto otros requieren gran cantidad...
a veces tanta que ni siquiera puedes usar el libro sin rescribirlo
por completo. En ese caso, crea algo por ti mismo, tal vez
inspirado por el material existente, pero mejor adaptado a tu
crónica y sus jugadores. Estar demasiado atado a lo que dicen
los libros “oficiales” puede ser igual de restrictivo, si no más,
que tener un guión preparado del cual te niegas a desviarte.
Otra tentación al usar material de juego publicado es meter
tanto como puedas dentro de tu crónica o en una sola sesión o
historia. Los libros de referencia contienen una avalancha de
material, bastante para una crónica entera. Tomemos La isla de
los Poderosos como ejemplo; comprende toda la isla de Gran
Bretaña y muchos de los changelings y magos importantes que
viven allí, así como leyendas, historia, lugares, y mucho más.
Un Narrador podría intentar componer una sola historia
incluyendo una gira relámpago por todos los lugares del libro
Capítulo uno: Érase una vez 19
(encontrando a todos los personajes principales del Narrador a
lo largo del camino), pero tal historia sin duda parecería preci-
pitada y dejaría a los jugadores jadeando en busca de aliento,
sin darles tiempo a apreciar cualquiera de los detalles del libro.
Tener demasiado material en una historia puede ser peor que
tener demasiado poco, puesto que distrae a los jugadores y da
lugar a más formas de estropearla.
Un problema asociado es hacer que los personajes del Narra-
dor salidos del material publicado sean más importantes que los
de los jugadores. Recuerda que los personajes de los jugadores son
los principales personajes de tu historia. Ésta trata sobre ellos. No
importa cuán interesantes o bien desarrollados puedan ser los
personajes del Narrador, siguen siendo secundarios. Los de los
jugadores son las estrellas principales de la función. No dejes que
los personajes del Narrador destaquen a no ser que hacerlo pro-
porcione mayor dramatismo centrado en los jugadores.
El último contratiempo que encuentran los Narradores en
el uso de material publicado es hacerse demasiado dependien-
tes de él o consagrarse servilmente al mismo. En vez de crear
algo propio, se limitan a esperar que aparezca el siguiente su-
plemento. Algunos Narradores rehúsan negociar cualquier par-
te de su escenario a no ser que proceda de un producto “ofi-
cial” publicado. Les preocupa qué pasará si describen un área
desconocida del Mundo de Tinieblas y un nuevo libro de White
Wolf les contradice. La respuesta es simple: nada. Ninguna Policía
de Juego llega hasta tu puerta y te golpea dejándote incons-
ciente. Ningún rayo se abate sobre ti desde las alturas por apar-
tarte de la Sagrada Escritura. De hecho, podría ser que tu ver-
sión te gustase más que la que es publicada. Si no es así, pue-
des tomar partes del material publicado que te gusten y mez-
clarlas con tu juego en curso en la proporción que quieras.
Una vez compras cualquier producto de juego (incluyendo éste),
es tuyo para que hagas con él lo que desees. Algunos Narrado-
res restringen su imaginación a lo que está impreso, lo cual
limita las historias que cuentan.
La principal ventaja de los libros de juego es la inspiración
que proporcionan. Incluso el Narrador más creativo necesita
tiempo para desarrollar sus ideas y trigo para el molino de su
imaginación, y los libros de juego pueden ser de ayuda. El
material publicado es un útil trampolín para sugerir nuevas
ideas que incluir. También permite ahorrar tiempo, por cuanto
el material compuesto previamente puede introducirse con
pocos o ningún cambio. Si necesitas un personaje noble para
una próxima historia y no tienes tiempo para desarrollar uno,
un libro ya existente te ofrece el personaje perfecto, o al me-
nos uno que puedes usar con otra capa de pintura, un nuevo
nombre, y los números de serie borrados de forma que los
jugadores no sepan que sacaste el nuevo barón con el que
acaban de encontrarse de otro libro.
Es más, no hay ninguna regla que obligue a limitarse sola-
mente a material de Changeling como inspiración para tu jue-
go. Los restantes libros de referencia de la línea Mundo de
Tinieblas ofrecen un gran número de ideas para historias que
pueden o no incluir a los otros seres sobrenaturales. Podrías
incluso encontrar que diversos productos de juego de (¡glup!)
otras compañías son útiles para inspirar ideas a tu historia...
junto con libros, televisión, películas, obras de teatro, revistas
y, por supuesto, la vida real.
20 Guía del Narrador
Síntesis posterior al juego
Así pues, has dirigido una partida exitosa, las cosas han
ido bien y tus jugadores están sentados en torno a la mesa
hablando de cómo van a gastar sus Puntos de Experiencia y de
lo que van a hacer a continuación. Tómate unos momentos
ahora para redactar algunos de los detalles de la partida mien-
tras todavía están frescos en tu mente. Toma notas sobre lo
que ha ocurrido durante la historia, en especial cabos sueltos
que podrían surgir más tarde.
Luego habla con los jugadores. Pregúntales si han disfruta-
do. Averigua qué es lo que no esperaban, que les ha interesado
y qué les ha disgustado. ¿Hay algunos personajes de la historia a
los que les gustaría mucho volver a ver? ¿Hay cosas que no les
gustaría que sucediesen de nuevo? Puede que las respuestas te
sorprendan. Escucha con atención y toma notas a las que remi-
tirte en el futuro; te ayudarán muchísimo en la planificación de
otras historias en tu crónica, y recurrir a tus notas de las últimas
aventuras podría sugerir una historia aguardando a ser contada.
La síntesis es también un buen momento para planificar la
siguiente partida y decidir si jugaréis otra historia de la misma
crónica, o una historia o crónica del todo diferentes. Es conve-
niente enterarse entonces de si los jugadores van a poder re-
unirse o no por adelantado de forma que puedas planificar en
consecuencia.
El grupo
Construir una gran historia depende tanto de los jugado-
res como del Narrador, y de lo bien que trabajen en equipo. Un
grupo de juego es similar a una compañía de actores que re-
presentan una función. El Narrador es como el director, en
tanto que los jugadores son los actores o músicos. La diferen-
cia fundamental es que el grupo no sigue un guión o partitura
establecidos, sino que improvisa la mayor parte de la historia
mientras tiene lugar. Este método da lugar a unos retos únicos.
Tipos de jugador
Existen muchos tipos distintos, por cuando cada jugador tie-
ne sus propias personalidad y razones para jugar. Es de esperar
que todos jueguen por diversión, pero los jugadores tienen ideas
diferentes acerca de qué es “divertido”. Es importante reconocer
las necesidades de los jugadores y ajustar el juego a éstos de
forma que todos se diviertan. Puedes pensar en estos perfiles de
jugadores como clases de Legados, si lo deseas: categorías genera-
les en las cuales se integran la mayoría de los jugadores. La mayor
parte tiene aspectos buenos y malos, mientras unas pocas son
causa de problemas que el Narrador ha de vigilar y tratar (véase
Jugadores problemáticos, página 24). Veamos si puedes recono-
cer a alguno de tus jugadores en las siguientes categorías.
 Arquitecto
Arquitecto: quiere construir cosas, no necesariamente
físicas, pero que tengan alguna clase de efecto duradero sobre la
crónica, dejar una huella detrás: un logro o legado. Si la crónica
es una en la que los personajes no tienen el poder de cambiar
las cosas o de influir en el curso de los acontecimientos, el Ar-
quitecto termina frustrado. A menudo crea personajes muy deta-
llados y por lo general le gusta verse implicado en la crónica.
  Monstruo del Combate
Combate: les gusta patear traseros y adop-
tar apodos. A diferencia de los Luchadores, los Monstruos del
Combate no se preocupan demasiado acerca de los detalles de la
historia o de desarrollar sus personajes más allá del siguiente com-
bate. Muchos dicen cosas como: “Aguanto bastante mierda en mi
vida real; así que cuando juego, pateo culos. Punto”. Les gustan
personajes como redcaps Oscuros y trolls con impresionantes
habilidades de combate. Invocan con regularidad la Fantasía, la
Ira del Dragón, o cualquier cosa que les permita luchar mejor.
Los Monstruos del Combate pueden ser problemáticos, en
especial si inician luchas en cuanto rueda un dado, lo que
perturba el discurrir de la historia y arruina la diversión. El
Narrador debería ser capaz de refrenar a un Monstruo del Com-
bate haciéndole ver al jugador las consecuencias de las accio-
nes de un personaje. Tal vez éste ha seguido adelante con una
sanguinaria juerga y ha sido puesto bajo un Geas para conte-
ner su violencia y ayudar a la gente necesitada. En el mejor de
los casos, el jugador debería modificar su conducta por volun-
tad propia tras ver el daño que ha causado, pero los Monstruos
del Combate son reacios a cambiar de pellejo, en cuyo caso se
convierten en jugadores problemáticos.
 Luchadores
Luchadores: la mayor alegría del Luchador es la emo-
ción de la batalla. Para él, la mejor parte del juego es una
buena pelea. Su carácter tiende a sobresalir en el combate y a
ser de naturaleza bastante marcial. El Narrador debería propor-
cionar varias luchas en la historia para mantener a los Lucha-
dores contentos. Si no hay combates, o peor aún, hay peleas
en las que el Luchador no puede intervenir, no estará satisfe-
cho. A diferencia de los Monstruos del Combate, los Luchado-
res eligen sus batallas con cuidado y no están necesariamente
sedientos de sangre, sólo disfrutan el reto del combate. Es po-
sible reconvertir a un Monstruo del Combate en un Luchador
con algo de tiempo y paciencia.
 Héroe
Héroe: el Héroe quiere hacer cosas fabulosas, monto-
nes de ellas, e ir a lugares fabulosos, encontrarse a gente fabu-
losa, conseguir objetos fabulosos, y por lo general conseguir
muchísima diversión. Jugar es una actividad escapista para el
Héroe y nada mucho más complicado que esto. Los Héroes
gustan de mucha acción, junto con muchas cosas fabulosas
que hacer y ver. Son bastante impulsivos y saltan antes de
mirar, pero normalmente son lo bastante listos como para pro-
ceder con cautela, sólo lo justo hasta que consiguen ponerse
en acción. Prácticamente lo peor que puedes hacerle a los
Héroes es evitar que les sucedan cosas fabulosas, o hacer que
éstas les ocurran a todos salvo a ellos.
 Munchkin
Munchkin: los «Munchkin» no son pequeñas hadas de
Oz. Es un término (algo despectivo) para referirse a jugadores
que gustan de tener el más poderoso, capaz, inteligente, her-
moso... bueno, el más todo personaje del juego. Por lo común
saben cómo usar las reglas con ventaja para que así ocurra. Los
Munchkin pasan horas diseñando amorosamente sus persona-
jes; no pierden ninguna en los detalles de ambientación y ca-
rácter de un personaje, no obstante. Dedican sus esfuerzos a la
matemática para calcular cómo conseguir el máximo de efi-
Capítulo uno: Érase una vez 21
ciencia a partir de los distintos Rasgos de sus personajes. Los
Munchkin desean jugar con personajes que bordeen la ilegali-
dad del sistema de juego o que combinen lo “mejor de todos
los mundos posibles” en un personaje.
No hay nada necesariamente incorrecto en un jugador que
quiera que su personaje sea el mejor en algo. Ello enriquece
una crónica, y el Narrador puede trabajar con eso y jugar con
el deseo de excelencia de aquél. El problema se produce cuan-
do los jugadores desean ser los mejores en todo, en especial a
expensas de otros personajes.
 Jugador de Rol: le gustan los aspectos interpretativos del
juego. Los Jugadores de Rol crean personajes complejos y deta-
llados y gustan de ponerlos en diferentes situaciones para ensa-
yar sus respuestas y para dotarlos de un repertorio dramático.
Algunos Jugadores de Rol prefieren la tragedia, otros la come-
dia, pero todos desean una oportunidad de hacer que sus perso-
najes hablen y expresen sus emociones. Prefieren contextos so-
ciales a escenas de acción y combate, aunque algunos Jugadores
de Rol convertirán cualquier escena en una oportunidad de in-
terpretación. Aquellos que no consiguen bastantes oportunida-
des para que sus personajes actúen, por lo general en escenarios
sociales, se aburren y frustran y ofrecen algunas ideas sorpren-
dentes (o importunas) para que su personaje se exprese.
 Abogados
Abogados: estos jugadores han leído cada libro de
Changeling de cabo a rabo y conocen exactamente en qué
página están las reglas para el Golpe Doloroso, junto con todas
las demás. No es preciso consultarlas porque los Abogados ya
se las saben de memoria. También conocen todas las enrevesa-
das historias de las casas nobles y los secretos de los distintos
Linajes, y parecen creer que sus personajes deberían saberlo
asimismo. Los Abogados se sienten obligados a indicar cuándo
no se están siguiendo las reglas (en especial cuando se trata de
los otros personajes).
Los Abogados no son necesariamente malos; su conoci-
miento puede ser bastante útil, pero lo más importante que
necesitan aprender es a ser comedidos. Si pueden evitar discu-
tir o contradecir al Narrador separando su amplio conocimien-
to del juego de lo que sus personajes deberían saber, los Abo-
gados pueden ser excelentes jugadores.
 Consorte
Consorte: el juego de rol es una actividad social, así que
no es sorprendente que miembros del mismo grupo terminen
implicándose románticamente. Un Consorte suele ser también
otro tipo de jugador, a menudo un Acompañante (ver lista), si su
Consorte lo ha traído al juego. El problema añadido que crea un
Consorte es la cuestión del favoritismo, sobre todo si el interés
romántico del Consorte resulta ser el Narrador. Mientras los im-
plicados puedan diferenciar entre sus personajes en el juego y
sus relaciones en el mundo real, no hay problema.
 Acompañante
Acompañante: el Acompañante juega porque alguien le
pidió que lo hiciera. Podría ser un Consorte, familiar, o amigo.
Los Acompañantes no son jugadores, sólo están probando cosas
para ver cómo son, o juegan porque es lo que hacen todos los
que conocen. En el interior de la mayoría de Acompañantes hay
otro tipo de jugador esperando a salir al exterior. El Narrador
debería alentar a los Acompañantes a participar en el juego,
dándoles la oportunidad de disfrutar por sí mismos y dar con sus
propios intereses. Muchos Acompañantes son también Floreros
(ver lista) que necesitan estímulo para implicarse.
22 Guía del Narrador
 Pensador
Pensador: los Pensadores ven el juego como un reto
intelectual. Les gustan los puzzles, acertijos y duelos de inge-
nio. Disfrutan tratando de estar un paso por delante del Narra-
dor y burlando a sus oponentes con algún plan o maniobra
inteligente. Los Pensadores pueden ser estupendos porque siem-
pre están planificando y proponiendo ideas interesantes para
sus personajes y para la crónica; no obstante, también pueden
suponer un desafío para los Narradores, que han de seguir la
pista de los demás personajes, de todos los personajes del Na-
rrador, mantener la trama y estar a la altura de las piruetas
mentales del Pensador. Los Pensadores se aburren con rapidez
cuando no hay nada que estimule su intelecto. Los buenos
Narradores que deseen tenerlos contentos les proporcionan
gran cantidad de ejercicios mentales.
 Florero
Florero: los Floreros no desean verse implicados en la
actividad del juego y prefieren sentarse al margen. Un Florero es
tímido, indeciso, o se aburre con el juego. Muchos son también
Acompañantes o Consortes y no están en realidad entusiasma-
dos por el mismo. El Narrador debería intentar hacer hablar a los
Floreros. Si nada funciona, lleva al jugador aparte y averigua por
qué el juego no atrae el interés o la atención del Florero.
Jugadores nuevos
Cada grupo acaba atrayendo a nuevos jugadores. Sus miem-
bros lo abandonan por distintas razones y los jugadores nue-
vos se unen. La “sangre nueva” mantiene el entusiasmo de
todo el grupo, pero hay algunos puntos a tener en cuenta al
llevar a nuevos jugadores a un grupo ya formado, en particular
a uno que haya estado mucho tiempo unido.
Reflexiona si realmente quieres jugadores nuevos en tu cró-
nica. La “sangre fresca” es buena, pero un Narrador tiene un deter-
minado número en mente que resulta manejable. Algunas cróni-
cas son excelentes con el número de jugadores actuales del gru-
po. Por halagador que pueda resultar tener a jugadores llamando
a tu puerta para participar en tu juego, hay un límite en la cantidad
que una crónica puede incluir. La mayoría de los Narradores en-
cuentra que seis jugadores es un tope adecuado, a partir de ahí se
descontrola, y es difícil prestar atención individual a cada jugador.
Algunos Narradores prefieren menos jugadores aún, y las partidas
de uno o dos jugadores siempre son una opción.
Suponiendo que hay un puesto libre y deseas incorporar a
un jugador nuevo, ¿cómo lo introduces en el juego? Si los miem-
bros actuales han jugado con él antes, es menos probable que
sea un problema; conocen su estilo y personalidad, y el Narra-
dor presumiblemente tiene una idea acerca de cómo encajará el
novato. Si no es así, entonces puede que el grupo quiera alguna
forma de “probar la temperatura del agua” con el jugador nuevo
para ver si el grupo y la crónica le agradan. Esta prueba da a
aquél oportunidad de examinar a todos los demás, asimismo.
Durante una o dos partidas, pide al novato que lleve un
personaje establecido del Narrador. Esta oportunidad permite
al jugador una “entrada” inmediata en la historia, y te propor-
ciona cierto control sobre lo que éste hace en tu crónica. Siem-
pre puedes ofrecer sugerencias como “lo siento, pero no creo
que Sir Remillard hiciera eso, ¿por qué no pruebas otra cosa?”
Así los jugadores se familiarizan con sus respectivos estilos y el
novato llega a pensar en un personaje que encaje en el grupo.
Si las cosas no funcionan, la crónica prosigue sin interrupcio- importante, no obstante, ser capaz de dar un paso atrás y no
nes y ambas partes pueden separarse. Si van de primera, el verse prendido por la historia de tal forma que uno confunda lo
nuevo jugador comienza a trabajar sobre un nuevo personaje. que sucede en el juego con la realidad. No confundas las rela-
Concede al novato algunos puntos extra gratuitos para ciones del juego con tus relaciones reales. Las emociones pue-
construir un personaje, sobre todo si los de los demás son den exaltarse en algunas partidas, y es fundamental no olvidar
veteranos. La cantidad de puntos dependerá de la veteranía de que se trata de un juego que pretende divertir y entretener.
los otros personajes, y de cuánto quieras compensar la diferen-
cia. No des a un jugador nuevo más puntos de los que tiene
cualquiera de los personajes actuales, o el grupo existente de
Narración contendiente
Una forma en la que muchos Narradores se ven demasia-
jugadores se sentirá engañado, habiendo tenido que esforzarse
do absorbidos por la historia consiste en considerar la relación
para conseguir su experiencia.
entre ellos y los jugadores como una especie de competición;
Una vez el nuevo jugador ha desarrollado un personaje, el
el Narrador se niega a permitir que los personajes de los juga-
Narrador puede dirigir un preludio, lo cual es una excelente
dores “prevalezcan” sobre los suyos, sin importar lo que ha-
oportunidad para introducir al nuevo personaje y dotarle de
gan. Tales Narradores demuestran su propio ingenio “derro-
conexiones con los otros. Si así lo deseas, puedes llevar a cabo
tando” a los jugadores con trucos, trampas y poderosos adver-
más de un preludio con el nuevo jugador para ayudarle a “po-
sarios. También se encuentran rápidamente sin jugadores.
nerse al día” con los demás. También puedes hacer intervenir a
El Narrador no es el adversario de los jugadores. Podrías
jugadores expertos en el preludio del personaje nuevo para
asumir el papel de un adversario de los personajes en el contex-
crear lazos entre ellos. Tal vez un personaje existente fue men-
to de la historia, pero dentro del grupo todos trabajáis en equipo
tor del nuevo en algún momento, o amigo, amante, o enemigo.
para crear una historia interesante y divertida. Desafía a los juga-
Cuando un personaje nuevo que comparte algún pasado con
dores en la misma medida en que ellos desafían a tu imagina-
uno de los otros aparece, en cierta forma es como una escena
ción con sus acciones, pero lanzar una oposición abrumadora
retrospectiva en una película.
contra ellos no es inteligente... es aburrido. Y a la larga supondrá

El bailarín no es el baile la muerte de tu crónica. Como Narrador, controlas personajes y

fuerzas muchísimo más poderosas que aquéllas a disposición de
El juego de rol ocupa la imaginación, y muchos jugadores los jugadores. Esta habilidad te otorga la responsabilidad de usar
se ven muy envueltos en las historias y personajes que crean. Es con sensatez los recursos a tu cargo para favorecer a la historia

Capítulo uno: Érase una vez 23

de formas entretenidas. Con todos los personajes y fuerzas del
Mundo de Tinieblas y el Ensueño al alcance de tu mano, ¿qué
reto supone acabar con un grupo de personajes? Es mucho más
ingenioso presentar antagonistas y sucesos que entretengan.
Cualquiera puede ser un buen Narrador contendiente, pero se
requiere técnica para ser un Narrador realmente entretenido.
Conflicto entre jugadores
El conflicto puede ser algo bueno; es la fuerza dramática que
conduce todas las historias. Sin embargo, el conflicto entre perso-
najes de los jugadores causa problemas en cualquier grupo.
Si los jugadores son maduros y capaces de separar sus
personajes de sus intereses y personalidades del mundo real,
no debería haber problema. Con todo, algunos llegan a ape-
garse demasiado a sus personajes, y puede que interpreten
ataques sobre éstos como ataques sobre sí mismos. Los juga-
dores de rol también tienden a ser competitivos, y un conflicto
entre dos jugadores puede recrudecerse a medida que cada
parte trata de hacer todo lo que puede para “vencer”.
La solución más simple, si crees que los jugadores no pueden
manejarlo, es disminuir la cantidad de conflicto entre personajes
jugadores. No permitas que creen personajes que sean propensos
a tener conflicto entre sí, y une a éstos contra enemigos comunes
que pesen mucho más que sus insignificantes desacuerdos perso-
nales. Cuando surja el conflicto entre los jugadores, recuérdales
de nuevo que se trata sólo de un juego y que no deberían echarse
la culpa mutuamente por las acciones de sus personajes... siempre
que dichas acciones sean propias del personaje.
A la inversa, si piensas que los jugadores pueden manejar
el conflicto entre sus personajes, ¡adelante! El conflicto es la
fuerza más dramática y poderosa de la historia y da lugar a una
divertida representación. Si los jugadores implicados son lo
bastante maduros, pueden hacer destellar sus dagas ante el
otro, proferir terribles amenazas, o comprometerse en un due-
lo en la mesa de juego y seguir como si nada sonriendo amis-
tosamente. De tales rivalidades surgen las grandes historias.
Jugadores problemáticos
Los problemas, y los jugadores problemáticos, acontecen
ciertamente durante la representación y el Narrador debe ocu-
parse de ellos. La mayor parte del tiempo, puedes resolver
dichos problemas hablando con los jugadores implicados. Llé-
valos aparte durante una pausa o después de la partida y cuén-
tales cómo ves la situación. Pregúntales qué puedes hacer. Si
concierne a algún aspecto del juego, como una interpretación
de las reglas o problemas con la trama, puede que tengas que
tomar una decisión acerca de lo que resulta mejor para tu cró-
nica. Decidas lo que decidas, cíñete a ello. Dile a los jugadores
qué piensas y trata de desarrollar las cosas con ellos.
Si hay un conflicto personal con un jugador particular, ha-
bla con él e intenta convencerlo para que lo arregle él mismo.
Los jugadores deberían tratar de mantener sus diferencias per-
sonales fuera del juego, y tu trabajo no consiste en hacer de
consejero o terapeuta.
No obstante, si los asuntos personales de un jugador están
perturbando el juego y afectando al resto del grupo, cuando
menos tienes que discutirlo con él.
24 Guía del Narrador
El último recurso
—No sé qué pasa con Chris —suspira Lyle—. No hace más
que molestar. —Todo el mundo asiente refunfuñando—. Senci-
llamente no puedo soportar seguir jugando con él, se comporta de
forma que no es divertido para nadie, ¿no puedes hablar con él?
—Lo intenté —dice Steve—. Creo que no lo entiende.
—Bueno, de verdad no puedo jugar más en la misma cró-
nica con él —contesta Lyle. Varios de los otros jugadores asien-
ten con la cabeza.
—De acuerdo —dice Steve—. Hablaré con él otra vez.
Es una petición espinosa, pero puede que el Narrador tenga
que pedir a un jugador que abandone la crónica, o que deje el
grupo por completo. Esta obligación no debe tomarse a la ligera,
pero si un sólo jugador está arruinando la diversión de todos los
demás, y has intentado todo lo posible para hacerle entender o
arreglar el problema, entonces puede que no haya otra opción.
Sé sincero con el jugador, pero no duro. Llévalo aparte de
nuevo y dile que crees que su estilo de juego sencillamente no se
ajusta a tu crónica o grupo, y que sería mejor para todos los impli-
cados si cada uno siguiese su camino. No hace falta que le facilites
una lista pormenorizada de transgresiones, limítate a ceñirte a los
hechos y sé firme. Es de esperar que lo entienda y lo acepte con
un mínimo de protesta o disgusto. No te enzarces en una discu-
sión con él acerca de la decisión; condúcete con madurez.
No recurras a técnicas infantiles o mezquinas como tratar
de obligarlo a salir de tu grupo o persuadirlo para que lo deje,
o peor aún, condenarlo al ostracismo esperando que capte la
indirecta. Estos métodos perjudican a todo el grupo y dan lu-
gar a herir sentimientos. Si tienes el coraje de hacer frente a
quiméricos dragones y monstruos Oscuros en un juego, debe-
rías tener las agallas para hablar con sinceridad a un miembro
del grupo acerca de lo que sienten todos.
Tontería
Asumámoslo, sentarse en torno a una mesa con un mon-
tón de dados y hojas de papel, pretendiendo ser hadas que
viven en una versión gótico-punk de nuestro propio mundo es
bastante tonto. ¡Pero no hay nada malo en ello! La tontería
forma parte tanto de la representación como de cualquier cosa,
y puede deparar un bienvenido desahogo de escenas de alta
tensión y drama. La risa y el juego son partes importantes de la
naturaleza de la Estirpe y deberían ser componentes significa-
tivos a la hora de jugar a Changeling
Changeling.
El único problema que puedes tener con la tontería es que
discurra en dirección opuesta a la atmósfera que estás tratando
de crear. Si estás desarrollando una escena de gran dramatismo
y todo el mundo tiene ganas de hacer tonterías esa noche, las
cosas no van a ir como planeabas. A veces puedes recuperar
una historia dramática o seria de la tontería, pero lo más senci-
llo es seguir la corriente y cambiarla para acomodarla a la at-
mósfera imperante. Representa una escena risible o ridícula
para que todo el mundo se divierta y se quite de encima ese
estado. Si tienes tiempo, vuelve a tu trama seria e inténtalo de
nuevo, o guárdala para mejor ocasión. Es provechoso tener en
cuenta a los jugadores y a sus estados de ánimo; si te encuen-
tras con una partida en lo que parece ser una noche tonta, no
empieces con una escena muy seria.
 La tontería puede ser también un cambio bienvenido des-
pués de demasiado drama y representación seria. Si has tenido
un montón de historias solemnes y dramáticas últimamente,
piensa en meter un poco de trivialidad cambiando el ritmo
para levantar el ánimo. Demasiadas historias serias pueden lle-
var a todos a tomarse el juego con excesiva gravedad y olvidar
la razón fundamental de la representación: divertirse. Haz que
uno o dos personajes pooka de reparto le gasten una broma a
alguien o que los personajes se vean envueltos en una “guerra
de inocentadas” con un grupo de pooka. Si hay alguien entre
los habitantes del Mundo de Tinieblas que entienda de humor
y diversión, es la Estirpe, así que aprovéchate de ello.
Diviértete
El material de este libro puede ser mucho para tener en
mente de golpe. Sin embargo, lo más importante que recordar
es la Regla de Oro de la Narración: diviértete mucho, y haz que
las cosas sean tan divertidas como sea posible para todos los
demás. Mientras tengas presente esta regla, nunca te equivoca-
rás. Si algo del juego no resulta divertido para ti o tu grupo,
¡cámbialo! Si algo sí lo es, aunque no sea «oficial” o “correcto”
en la representación (no importa qué diantre sea), ¡hazlo de
todas formas! Como se ha dicho antes, la Policía del Juego no
está vigilándote, y White Wolf no va a arrebatarte los derechos
de tu narración por no jugar el juego “apropiado”.
De igual forma, si el juego no te resulta divertido, déjalo
por un tiempo. Aunque tus jugadores lo estén pasando bien, si
temes dirigir otra sesión y ves tu labor de narrador más como
un trabajo que como un pasatiempo, es el momento de una
pausa. Todo el mundo necesita unas pequeñas vacaciones, e
incluso las mejores crónicas se echan a perder si se juegan
constantemente.
En vez de dirigir la crónica cuando preferirías no hacerlo y
proyectar tus frustraciones sin darte cuenta sobre los jugado-
res, tómate algún tiempo aparte y recarga tus baterías creativas
para que puedas regresar como nuevo. Tómate todo el tiempo
que necesites. Podrías necesitar una semana de juego en vez
de estar narrando, o ver una o dos películas en lugar de jugar.
Vete de viaje. Sal. Lee un libro. Podrías estar entregado a tu
crónica y poco dispuesto a hacer un descanso aunque sepas
que te está volviendo loco... pero si ya no es divertida, ¿por
qué seguir con ella?
Crónicas en marcha
¿Al final? Nada termina, Adrian. Nada termina nunca.
—Alan Moore, Watchmen
Capítulo uno: Érase una vez 25
 Tras algunas partidas, los jugadores comienzan a contarte
los planes a largo plazo de sus personajes. Te encuentras te-
jiendo distintos hilos de trama dentro y fuera de ellas, y crean-
do nuevas intrigas para ellos. Enhorabuena, tienes una crónica
hecha y derecha en tus manos... ahora, no te asustes. Se trata
de algo bueno. Una vez tienes un par de aventuras en tu pro-
verbial haber y a los jugadores realmente involucrados e inte-
resados, es hora de considerar otros aspectos de la narración
que hacen tu crónica aún mejor.
La historia interminable
En su forma más básica, una crónica no es sino una serie de
historias enlazadas de alguna forma, por lo general mediante
personajes y temas comunes. Puede ser muy compleja y sutil, si
así lo quieres. Una sola historia es como un programa de televi-
sión o un capítulo de una novela por entregas en una revista, así
como una crónica sería la serie entera. Puede estar flojamente
ligada, como algunos de los seriales de la mañana del sábado, o
sólidamente urdida, como una epopeya fantástica.
Ahora mismo, estás preparado para adentrarte aún más en
el Ensueño y el Mundo de Tinieblas. Los jugadores y tú estáis
familiarizados con los fundamentos y os sentís más cómodos
con el juego. Conoces tanto a los personajes de los jugadores
como al resto de tu heterogéneo reparto, y los jugadores están
desarrollando sus propias intrigas. Puede que no estés listo
para una vasta epopeya de escala mundial, pero ya lo estás
para añadir algo más de sabor.
Aportación del jugador
Un elemento clave en el desarrollo de una crónica afortu-
nada es escuchar a los jugadores, pues son tan creadores de la
misma como tú. Tú dispones el escenario, desempeñas los otros
papeles y describes la acción, pero son las decisiones y accio-
nes de los jugadores lo que determina qué camino toma aqué-
lla. Si eliminas de un plumazo el poder de tomar decisiones de
sus manos, has privado a la crónica de una faceta muy impor-
tante, y éstos se desanimarán y frustrarán.
Permitir la aportación del jugador en el juego depara una
historia más rica y envolvente para todos, incluido tú. ¿Quién
quiere saber cómo va a terminar todo antes de que empiece
siquiera? Si otorgas poder a los jugadores para hacer lo que
quieran, te brindarán giros y rumbos con los que nunca con-
taste de sobra. La aportación del jugador consta de dos partes,
y ambas son valiosas: sus comentarios y retroalimentación, y
las acciones del mismo.
Abordemos esto último en primer lugar. Las acciones de
los personajes del jugador, por supuesto, tienen un efecto muy
directo sobre la historia. Los jugadores controlan los persona-
jes principales, así que desde luego, lo que elijan hacer impor-
ta. De no ser así, entonces los jugadores no controlan los per-
sonajes principales, y la historia no es en realidad la suya. A no
ser que parte del tema de la crónica busque que los jugadores
se sientan inermes (una historia no muy divertida), tienes que
darles algún poder de decisión.
Esta tarea es una de las más difíciles para un Narrador.
Después de forjar detenidamente todo un escenario y una com-
pleja trama, tienes que introducir el elemento aleatorio de los
26 Guía del Narrador
jugadores en tu perfecta historia y darles el poder de arruinarla
tal vez. No obstante, no se diferencia mucho del acuerdo tácito
que ellos tienen contigo; éstos cogen a sus personajes desarro-
llados, y los sitúan en el entorno que tú has creado... donde
dispones del poder de matarlos. El truco radica en lograr sufi-
ciente confianza entre ellos y tú de forma que puedas tener la
tranquilidad de que no echarán a perder tu historia, y ellos
sepan que no acabarás con sus personajes al azar.
Las cosas cambiarán en el juego, con todo. Ninguna trama
perdura sin cambios tras imbricarse con los personajes de los
jugadores. No importa lo bien que los conozcas, no hay forma
de saber con certeza lo que harán o qué ocurrirá durante el
juego. Si un jugador sale con algo inesperado que trastoca por
completo tu trama, tienes que seguir la corriente y dar forma a tu
argumento para que encaje. Si planeabas una confrontación cul-
minante en la escena de la sala del trono con un asesino Oscuro,
por ejemplo, y un jugador astuto se imagina quién es aquél
mucho antes del enfrentamiento final, no arregles los hechos
para que el asesino escape y se enfrente a los personajes en
dicha sala. Premia a los jugadores por su ingenio y olvida la
escena planeada o haz que el asesino tenga un cómplice que
pretende vengar su muerte o captura... o algo parecido.
Al cambiar la historia, los jugadores no necesitan siquiera
saber que no lo habías planeado así todo el tiempo. Aun cuan-
do habías dispuesto cierta escena o hilo argumental y los juga-
dores lo han hecho inviable, si haces sutiles ajustes a la historia
de forma rápida, éstos no percibirán una interrupción... pare-
cerá como un todo continuo. Una de las características de un
gran Narrador es que hace que todo parezca como si lo hubie-
ra dispuesto así desde el principio.
Permitir que las acciones de los jugadores afecten al juego
puede deparar interesantes desarrollos argumentales en los que
ni siquiera se había pensado antes. Digamos que incluyes un
tesoro, una espada mágica por ejemplo, en una historia con
idea de que el personaje troll de un jugador, un poderoso gue-
rrero, se haga con ella. Sin embargo, el personaje sluagh de
otro, que no es diestro en combate, la encuentra y se la queda.
Tu trama de pronto da un giro impensado. ¿Qué hará el sluagh
con la espada? ¿Y si alguien aparece buscándola? ¿Y si la espa-
da es una quimera inteligente con la que el sluagh puede ha-
blar? ¿Y si hay un wraith ligado a la espada de alguna forma?
Tal vez albergue algún valioso secreto que el sluagh puede
desvelar, lo cual podría enfurecer al troll. Una serie de nuevas
posibilidades se presenta debido a las acciones de un jugador.
Cuando el Narrador no mantiene un firme control sobre la
trama, sino que deja que los jugadores influyan sobre ésta, la
historia siempre crece y cambia de formas que nadie esperaba.
¡Esto es el cincuenta por ciento de la diversión!
Todo el mundo tiene opinión
La aportación de un jugador a la crónica proviene de la
retroalimentación acerca de lo que le gusta y lo que no le gusta
del juego y la historia. En el caso de algunos jugadores, esta
aportación es hecha en forma de comunicación clara y abierta y
crítica constructiva, en tanto otros trasmiten sus gustos y aversio-
nes de maneras más sutiles. En ambos casos, la labor del Narra-
dor consiste en escuchar la información ofrecida e incorporarla
a la crónica. No tienes que estar de acuerdo con todo lo que
digan los jugadores, pero has de escuchar. Desoír su contribu-
ción es una vía segura para terminar sin grupo en absoluto.
En el mejor de los casos, el Narrador debería responder a
los jugadores, que a su vez habrían de ofrecer una crítica sin-
cera y constructiva sobre el juego. Un jugador que no dice
nada acerca del juego no tiene derecho a quejarse cuando éste
no discurre como él quiere. No lees el pensamiento y no pue-
des incluir elementos sobre los que los jugadores no te hayan
hablado. A la inversa, puede que éstos no sean tan
comunicativos como otros; hazles hablar e intenta averiguar
qué están pensando. Tales jugadores expresan su interés o
descontento en la forma en que juegan; si parecen muy entu-
siastas respecto a algo, lo más probable es que estén interesa-
dos, pero si su participación y dinamismo en el juego resultan
escasos, descubre la razón. Podrían haber tenido un mal día o
algo que no es asunto tuyo los desazona.
La creación de una crónica exitosa, claro está, es un es-
fuerzo cooperativo del grupo en conjunto. Así pues, tómate en
serio la aportación de los jugadores y crea la clase de historias
que quieren ver, y te recompensarán a ti y a la crónica con su
entusiasmo y creatividad.

Tema
Este concepto puede ser esquivo para los Narradores. Al-
gunos le dedican demasiada reflexión y de esa forma escati-
man a la hora de contar una buena historia, en tanto otros no
dedican pensamiento alguno al mismo y en consecuencia rela-
tan historias inconsistentes y asquerosas. Lo mejor es encontrar
un término medio entre ambos.
Lo que el tema pregunta es: “¿Cómo es tu crónica? ¿Es
alegre y desenfadada, o una inminente sensación de perdición
se cierne sobre todo? ¿Hay un montón de pompa y solemnidad
o juego y tontería? ¿Se dirige la historia hacia temas más madu-
ros, o todo se queda en “Menores Acompañados”? ¿Prima la
acción en detrimento de la interacción social, o viceversa?
De tal manera, el tema comprende muchas cuestiones.
Como Narrador determinas el tono básico de la crónica, con la
ayuda de la información proporcionada por el grupo. Puedes
dirigir una crónica sombría y valerosa, mas si nadie quiere ju-
gar en ella, tienes un problema. De igual modo, si todos tus
jugadores quieren un juego tonto y tú te sientes incómodo
dirigiendo uno, entonces piensa en llegar a un acuerdo.
Determinar el tono de una crónica es importante puesto
que sienta las “reglas básicas” sobre lo que los jugadores pue-
den esperar de la historia. Igual que esperamos que una nove-
la romántica incluya historias diferentes a las de un tecno-thriller
moderno, los jugadores también esperan que una crónica ro-
mántica sea diferente a una de acción. Ello no significa que la
romántica no incluya matar a uno o dos dragones, o que la de
acción no tenga algunos entreactos románticos, pero el tono
general de ambas es contrapuesto, y tiñe todos los demás su-
cesos e hilos de la trama.

Temas adultos
El Mundo de Tinieblas posibilita abordar algunos temas
considerados “adultos” o delicados para algunos jugadores, en
especial jóvenes. Una de tus responsabilidades como Narrador

Capítulo uno: Érase una vez 27

es averiguar qué temas resultan cómodos para los jugadores,
evitando llevarlos demasiado lejos en situaciones que encuen-
tren ofensivas o incómodas.
Por ejemplo, los temas que tratan la inocencia perdida de la
niñez pueden conducir a historias sobre el abuso de menores
por parte de adultos o incluso otros menores. Es un tema muy
delicado para muchos, y no debería tratarse a la ligera. Si todos
los jugadores están de acuerdo, puede constituir la base de una
poderosa y emotiva historia, mas no si uno de ellos tiene serios
problemas personales al respecto. Igualmente, el tema del amor
cortés y la naturaleza caliente de muchas hadas (en especial los
sátiros) trae a colación asuntos de sexo. Entérate de cómo quiere
el grupo que se manejen las situaciones sexuales en el contexto
de la historia. ¿Son lo bastante adultos para tratar cuestiones de
sexo? ¿Algunos temas harán que se sientan incómodos?
Si es algo que un jugador no desearía ver en una película,
probablemente no es un tema adecuado para jugarlo. Ahora
bien, si el grupo se encuentra a gusto con ese tema adulto en
particular, podría añadir profundidad y dramatismo a la cróni-
ca. Usa tu sentido común.
Usar los sentidos
Ves, pero no observas.
—Sir Arthur Conan Doyle, “Escándalo en Bohemia”
Como Narrador, constituyes los sentidos de los jugadores;
tu labor es evocar la atmósfera de la escena. Una buena descrip-
ción que atraiga a varios sentidos ayuda a pintar la imagen y los
introduce directamente en el mundo del juego junto a ti. No
describas las cosas en términos que nadie usa (como cuadrículas
hexagonales o medidas precisas), y no ahorres en detalles que
aporten vida al escenario (“Es un almacén en los muelles”).
Como nos recuerda Sherlock Holmes, mucha gente ve pero
poca observa. La mayoría de las personas son marcadamente
visuales, pero no se les cuenta a los jugadores lo que ven sus
personajes, o lo que escuchan, ni el tacto de los objetos, su
olor, o su sabor (como el gusto insípido y metálico de la sangre
en tu boca tras recibir un puñetazo). En vez de limitarte a “un
almacén en los muelles”, conviértelo en “un antiguo almacén
en ruinas hecho de terroso ladrillo rojo”. Y añade: “el helado
viento lleva el fuerte olor del oscuro mar. Las débiles luces del
depósito parpadean a través de los agujeros donde solía haber
ventanas. Las gaviotas chillan sobre tu cabeza mientras la sire-
na deja escapar un quejumbroso sonido entre la niebla”.
Al describir personas, ve más allá de la apariencia física. In-
cluye detalles tales como el sonido de su voz, el aroma de su
perfume u otros olores (como el intenso hedor a grasa y tubo de
escape de un mecánico nocker). Asimismo, ten en cuenta sus
peculiaridades: ¿evita mirar a los ojos? ¿Cómo es su postura? ¿Tiene
algún acento? ¿Qué hay de su expresión? ¿Su piel es áspera o lisa?
¿Suda mucho o sigue seco en el mayor de los calores? Proporcio-
nar a los personajes algunos rasgos como los citados puede hacer-
los destacar para los jugadores, volviéndolos de tal forma más
memorables. No caigas en la tentación de sobrecargar a un perso-
naje con atributos singulares. Con algunos bien escogidos bastará.
Desde luego, los changelings disponen de sentidos más allá
de los de la mayoría de mortales. La Estirpe vive en dos mundos:
el mundano y el quimérico. No olvides los sentidos mágicos de
28 Guía del Narrador
los personajes en tus descripciones, y ten en cuenta las diferen-
cias entre el mundo ordinario y el fantástico del Ensueño. No te
limites a decir a los jugadores que las sensaciones del Ensueño
son mucho más intensas que las del mundo vulgar, muéstraselo
describiéndolas de tal manera. En tanto un trozo de tejido en el
mundo ordinario es “sedoso”, un tejido quimérico podría ser
“tan suave como la tela de una araña”. Todo en el Ensueño
debería ser más intenso que en el mundo normal.
Los Changelings pueden sentir cosas que los humanos no
pueden, así que describe el inspirador hormigueo del Glamour
en el aire como una carga de electricidad estática antes de una
tormenta. Habla acerca del gélido peso de la Banalidad cayendo
sobre un lugar o persona como una capa de repentina nieve o
pesadas cadenas de hierro. Menciona el destello de los ojos de
un pooka, las oscuras simas de los ojos de un eshu o el asomo
de locura en los de un hada deslizándose hacia la Confusión. El
Ensueño es un mundo rico en metáforas, así que úsalas.
El Narrador, empero, debería evitar describir a los jugado-
res cómo sienten sus personajes. A todo el mundo le sienta mal
eso. Dales una descripción de lo que perciben, y déjales a ellos
decidir cómo se sienten sus personajes al respecto. Puedes
suministrarles pistas, si quieres, mediante las reacciones de los
personajes del Narrador, pero intenta evitar imponerles senti-
mientos imposibles a no ser que eso sea exactamente lo que la
situación requiere. Entonces los jugadores sabrán que algo su-
cede cuando les dices que se sienten asustados... algún poder
de Glamour está obrando. En ese caso el sentimiento es espe-
cial, no sólo parte de la descripción rutinaria.
No puedes ir muy lejos en estas descripciones. Parte del tru-
co para conceder buenas impresiones sensoriales a los jugadores
radica en aprender a usar una suerte de “taquigrafía sensorial” que
suscite muchas sensaciones en una descripción bastante corta. No
describas hasta el más mínimo detalle de algo; trata de pintar tus
escenas con pinceladas gruesas. Sírvete de arquetipos y estereoti-
pos de manera que los jugadores puedan comprender de inme-
diato de qué estás hablando. No hay nada malo en decir: “al entrar
en la sala del trono, es algo parecido a la escena final de Star
Wars, con una hilera tras otra de la Estirpe ataviada con armadura
y atuendo de corte alineada en tu honor”. Ello ofrece a los jugado-
res una impresión inmediata sin excesivo detalle. Si parecen estar
aburriéndose o sus ojos empiezan a velarse, te estás excediendo y
deberías seguir con la historia.
Recompensas especiales
Incluso los jugadores de rol “serios” con personajes bien
desarrollados, y una crónica interesante y compleja necesitan
tomarse un descanso, lo cual es aplicable al más dedicado Na-
rrador. De vez en cuando, abandona la rutina con historias espe-
ciales que rompan el proverbial molde, y concédeles algo de
diversión alocada. Tal vez Changeling sea el juego de Narrador
más sencillo a la hora de llevar a cabo esta clase de historia,
pues el Ensueño es un lugar de infinitas posibilidades y gran
cantidad de Glamour procede del juego un tanto infantil.
Una buena fuente de estos sucesos especiales son las fies-
tas changeling apuntadas en las páginas 81-83 de Changeling:
El Ensueño
Ensueño, como el Carnaval y el Samhain, cuando los lími-
tes normales de la realidad cambian. Puede que quieras crear
una historia en Carnaval en la que todo se vuelve del revés en
el mundo de los personajes, y se convierten en reyes o nobles
por un día. Sí, se les pide que gobiernen su “reino”, lo que
conduce a toda clase de absurdos edictos y problemas. Puede
que desees que tus jugadores celebren un baile de disfraces en
Halloween, lo que puede transformarse en una partida de rol
en vivo basada en tus personajes changelings. ¿Qué tal si ofre-
ces presentes en Navidad y en los cumpleaños? Los changeling
aman los presentes, y un regalo interesante podría ser un buen
punto de partida para una o dos historias.
Pinceladas extra
Hay muchas pequeñas pinceladas adicionales que el Na-
rrador puede añadir a una sesión de juego para volverla más
entretenida. No tienes que usar todas (o algunas) de estas ideas,
pero a los jugadores y a ti podrían gustaros una barbaridad. Al
menos pruébalas.
La caja de juguetes
Un elemento que puede añadir montañas a la experiencia
que los jugadores tienen del mundo de juego es el uso de
accesorios. Aunque podrías ser capaz de describir con pericia
un mapa o carta concretos, es mucho mejor si en realidad se
los ofreces para que les echen un vistazo. Lo mismo sirve para
otras clases de objetos y folletos. He aquí algunos:
 Mapas y planos
planos: los mapas pueden ofrecer una exce-
lente visión general de un lugar e inspirar muchas ideas, tanto
al planear una historia como al jugarla. Un buen atlas del terri-
torio en el que tu crónica tiene lugar es una valiosa inversión,
como lo son los mapas, libros sobre viviendas y distintos tipos
de edificios... en especial castillos y lugares que es probable
que las hadas encuentren en el Ensueño. Algunos de los datos
y trivialidades de esos mapas pueden inspirar otras ideas para
tu juego. Por ejemplo, ¿hay algunos lugares del mapa cuyos
nombres sugieran una influencia feérica? Quizás puedan ser
antiguos o actuales feudos, o sitios donde la Estirpe moró en
eras pasadas. Asimismo, no olvides la diversión que puede
deparar un mapa del tesoro hecho a mano que los personajes
pueden seguir para ver si “la X marca el punto”.
 Puzzles y trucos
trucos: los changelings son charlatanes y
maestros en puzzles, así que recopila buenos acertijos, puzzles
y tretas que incluir. Si los personajes se ven retados a un juego
de adivinanzas, ten unas cuantas a mano para ellos. Si das con
una fabulosa caja de puzzles u otro juguete, piensa en incorpo-
rarlo al juego con cierta pista o tesoro escondido dentro. Men-
sajes secretos escritos en pergamino trasgo, códigos, crípticos
retazos de tradición y otras ideas parecidas son la sustancia del
misterio en una crónica de Changeling
Changeling.
 Cartas y documentos
documentos: de igual modo, puedes preparar
correspondencia para los personajes del jugador como acceso-
rios que pueden leer y releer durante el juego, así como guardar
en su diario personal o cofre de tesoros (ver lista). Usa papel de
pergamino o papel de colores que encaje con la sensación que
estás buscando. Aunque cualquiera puede arreglárselas para
copiar un garabato Infantil con un lápiz de color, es un poco
más difícil simular la refinada y fluida escritura de un noble sidhe.
Por fortuna, la autoedición facilita la posibilidad de crear mag-
níficos accesorios. Si dispones de ordenador con un tipo de letra
que imita la manuscrita y de impresora, puedes crear cartas y
documentos que parezcan auténticos para los jugadores. Añade
una pincelada extra usando lacre (disponible en papelerías/tien-
das de efectos de escritorio) y pedazos de cinta brillante para
sellar las cartas, y entrégaselas a los jugadores en el transcurso
de la partida. Compra o crea sellos únicos para los personajes
importantes del Narrador. Vale la pena; ¡imagínate las reacciones
de los jugadores cuando vean y reconozcan el sello del Rey
Supremo David en una carta que acabas de pasarles!
 Imágenes
Imágenes: la mayor parte de la gente se guía por lo
visual y una imagen vale más que mil palabras. Inicia una colec-
ción de imágenes, fotografías e ilustraciones interesantes que
puedas usar como accesorios. Si ves una imagen que parece
coincidir con tu idea de cierto lugar, objeto o personaje, recórta-
la y enséñala durante el juego para espolear la imaginación. Para
aquellos con acceso a la Internet, la World Wide Web es una
fuente ilimitada de imágenes “descargables” que puedes guardar
en tu disco duro, y luego pegar sobre diferentes accesorios de
juego. Las viejas fotos de familia, si bien deberían ser tratadas
con cuidado, son excelentes muestras de una era pasada. Las
revistas y periódicos cuentan con abundantes imágenes y acce-
sorios para tu crónica, en especial las extranjeras halladas en la
prensa amarilla del supermercado. Imagínate entregando a los
jugadores una pista en forma de un artículo del Weekly World
News acerca de una mujer abducida por extraterrestres; quizás
fue en realidad encantada por un grupo de Oscuros que le dio
un buen susto como parte de una elaborada broma.
Además, si resulta que tú (o un jugador) tienes algún talento
artístico, piensa en dibujar imágenes de los personajes del juga-
dor, accesorios y otros detalles. Tales ilustraciones pueden ayudar
de veras a hacer que algo esté vivo en las mentes de los jugadores.
 Tesoros
Tesoros: piensa en todas las baratijas con las que te en-
cuentras y en cómo una o varias de ellas podrían representar el
papel de un tesoro. A lo mejor ves un vestido de piedras precio-
sas o un atuendo antiguo en una tienda de antigüedades o en un
rastrillo, o al limpiar el ático o el sótano hallas juguetes, libros u
otros “tesoros”. Pásaselos a los jugadores cuando encuentren
algo en sus aventuras. Puede ser condenadamente efectivo decir
a un jugador “encuentras esto” y entregarle un objeto real en
lugar de limitarte a describirlo. Deja que el jugador coja el teso-
ro, lo examine y juegue con él; sacará sus propias conclusiones.
Ten cuidado cuando uses en un juego tesoros que tienen
valor real para ti o para algún otro en el mundo real. Los acci-
dentes ocurren y los juguetes se rompen a veces, así que es
mejor que no uses un objeto preciado o de valor como acceso-
rio a no ser que estés dispuesto a perderlo.
 Citas
Citas: los jugadores (y Narradores) a veces sorprenden
con partes de diálogo de primera de improviso. Tómate un
segundo para apuntar algunas de las frases mejores que se
hayan dicho durante la partida y guárdalas para futuras refe-
rencias. Una buena cita podría convertirse en famosa (o infa-
me) para todos vosotros, o reaparecer para perseguir al juga-
dor en algún momento posterior. Las citas pueden prestar con-
sistencia a ciertos personajes (si usan la misma frase, por ejem-
plo), y mencionar algunas de las selectas de la última partida al
comienzo de la siguiente ayuda a preparar el clima para que
los jugadores logren entrar en situación.
Capítulo uno: Érase una vez 29
  Diarios y cofres del tesoro
tesoro: anima a los jugadores a
hacerse con accesorios y crear otros nuevos para sus propios
personajes para realzar el juego. He aquí dos buenos ejemplos.
Un diario o agenda es un registro llevado por un persona-
je, en el que éste apunta sus más profundos pensamientos y
sentimientos. Escribir un diario de personaje, aunque nadie
más lo lea nunca, brinda al jugador una increíble penetración
en su naturaleza y de tal forma muchas ideas acerca de cómo
actuar con tal personaje. Por supuesto, lo verdaderamente di-
vertido es hacer del diario un objeto real en la crónica que
otros personajes (jugadores y Narrador) encuentren y lean. Quizá
un sluagh fisgón se ha apoderado del diario y está utilizando
sus secretos contra alguien, o quizá un personaje ha dejado
constancia de un asunto amoroso prohibido en su diario y se
trata de la única evidencia que puede salvar a su amante falsa-
mente acusado de algún crimen fortuito. ¿Mostrará el diario
para salvar a su amor, exponiendo su secreto? ¿Y si los enemi-
gos de su amante conocen la existencia del diario, asimismo?
Un diario puede ser una especie de cuaderno azul de per-
sonaje, en el que el jugador escribe historias y recuerdos de su
personaje, desde el punto de vista de éste, con la aprobación
del Narrador. ¡Eso puede desarrollar a aquél en gran medida y
es divertido de leer para todos!
Los cofres del tesoro son compendios de distintos tesoros,
regalos y recuerdos que los changelings parecen acumular:
accesorios y tesoros entregados por el Narrador durante el jue-
go, junto con otros objetos donados por el jugador para dar
vida a su personaje. Un cofre del tesoro puede contener foto-
grafías, alhajas, baratijas, animales disecados, discos, cintas o
CDs, dibujos, mapas, libros de cuentos, colecciones de cordo-
nes de colores o cintas de goma, figuras de origami... casi cual-
quier cosa que un personaje pueda tener y conservar. Los juga-
dores creativos con los recursos adecuados pueden incluso
crear retratos, recortes falsos de periódicos y revistas y otros
accesorios que añadir al cofre de tesoros de su personaje. Si el
cofre incluye objetos que un personaje lleva sobre su persona,
el jugador puede usarlos como disparates durante el juego o
como accesorios para partidas de rol en vivo.
 Guías de episodios
episodios: llevar registros de las partidas e
historias resulta útil para el Narrador, y puede ser divertido. Haz
un breve resumen de cada partida con la ayuda de los jugado-
res, ponle un título simpático y guárdalo en una carpeta para
que todo el mundo lo examine. Llevar tal registro te pone sobre
aviso cuando dejas colgados hilos argumentales, e inspira nue-
vas aventuras, por ejemplo cuando un jugador hojea la guía de
episodios y dice: “Eh, ¿recuerdas esa historia en la que aparecía
la Corte Sombría? Deberíamos encontrar a esos tipos de nuevo”.
El cuarto de juego
Además de fabricar objetos que ayuden a dar vida a la his-
toria, no pases por alto el escenario de juego del mundo real.
 Música
Música: Un rápido vistazo a casi cualquiera de los libros
de Changeling sugiere el grupo(s) favorito(s) de los autores,
pero por supuesto, puedes elegir cualquier música que evoque
la atmósfera que estás buscando. Si tienes un reproductor de
CD programable y un mando a distancia, establece la música
para las diferentes escenas y estados de ánimo y crea de esta
forma tu propia banda sonora de juego.
30 Guía del Narrador
La música puede distraer si está muy alta, o si no pega en
absoluto. Experimenta con tu grupo, pero si el uso de música
no mejora el juego, no la emplees.
 Luces
Luces: trata de armonizar atmósfera y sentido práctico.
Todo el mundo necesita ser capaz de ver sus hojas de persona-
je, dados, y libros durante el juego, así que mantén la ilumina-
ción suficiente para no cansar la vista. El uso de bombillas de
color o pantallas crea la iluminación requerida, y las velas (usa-
das junto a la luz eléctrica) pueden contribuir también al am-
biente. Si tu juego emplea reglas sin dados o mucha acción en
vivo, experimenta con un alumbrado más erótico, pero ten
siempre la seguridad en mente.
 Accesorios
Accesorios: según se dijo antes, los accesorios enriquecen
un juego al dar a los jugadores objetos tangibles que ver y mani-
pular como podrían hacer sus personajes. Ten mucho cuidado
con cualquier accesorio que sea potencialmente peligroso (en es-
pecial armas). Los jugadores pueden adquirir accesorios para sus
personajes, que pueden guardar en sus cofres del tesoro.
 Espacio
Espacio: asegúrate de que el escenario para la partida
es confortable y bastante grande para todos. Algunos grupos
se sientan en torno a una mesa, en tanto otros prefieren despa-
rramarse sentándose en el suelo o sobre el mobiliario. En cual-
quier caso, comprueba que hay suficiente espacio para que
todos se sienten cómodamente, para los libros, hojas de perso-
naje y sitios para lanzar los dados cuando sea preciso. Si os
reunís en un lugar público o no del todo privado, procura que
tu partida no moleste a nadie. Sé respetuoso con la propiedad
de otras personas.
 Comida
Comida: igual que jugar, comer es una actividad social, y a
los jugadores les encanta combinar ambas. Haz que todos contri-
buyan para comprar algo para picar y beber apropiado para toda
la partida. Si tú o alguno de los jugadores cocináis, prepara algo
de antemano. Intenta limitarte a “comidas con las manos”, pues
son fáciles de servir y de comer incluso en mitad de la narración
de una historia dramática. La comida que ensucie demasiado o
sea en exceso complicada puede restar atractivo al juego.
A la inversa, puedes usar la comida como parte del mismo
con una planificación previa. Tal vez tus personajes son invita-
dos a un festejo y quieres convertir el suceso en rol en vivo, así
que ¡sirve un banquete real y haz que los jugadores represen-
ten sus personajes durante el ágape!
El cuaderno azul
El cuaderno azul es una técnica de juego introducida por
primera vez por Aaron Allston en su suplemento Strike Force
para Champions
Champions. Apareció de varias formas anteriores a la
publicación de Allston, pero fue el autor del juego quien le dio
su nombre. Durante el juego, es habitual que los jugadores y
Narradores intercambien “notas paranoicas” que contienen in-
formación secreta conocida sólo por el jugador en cuestión y
el Narrador. El cuaderno azul lleva el concepto de pasar notas
más allá, creando una manera de que los jugadores represen-
ten escenas, conversaciones secretas, e interaccionen con otros
personajes del grupo o del Narrador “fuera de cámara”.
Cada jugador tiene una libreta o diario (los jugadores de
Allston usaban cuadernos azules de exámenes, de ahí el nombre
de la técnica). En lugar de pasar notas, el jugador escribe en su
cuaderno azul y se lo pasa al Narrador o a otro jugador en espe-
ra de una respuesta. Conversaciones enteras tienen lugar de esta
forma, de las que sólo los participantes están enterados.
El cuaderno azul brinda un cierto número de ventajas,
incluyendo privacidad, durabilidad y portabilidad. Los jugado-
res que se sientan incómodos representando ciertas escenas
dramáticas o románticas de una partida podrían sentirse menos
cohibidos al escribirlas. Y todo el material del cuaderno azul
sigue siendo privado para el jugador y los otros personajes
implicados, lo que permite a los jugadores desarrollar sus pro-
pias subtramas que permanecen en secreto hasta que decidan
revelarlas. El cuaderno azul proporciona un registro escrito de
las interacciones entre personajes, y ofrece a todos una forma
de recordar ciertas conversaciones e hilos de la trama. Una vez
se llena un cuaderno azul, el jugador comienza otro y guarda
el viejo para futuras referencias.
Por otra parte, esta técnica consume tiempo y es muy
adictiva para algunos jugadores. Limita su uso durante el jue-
go, o la historia se detendrá en seco mientras te ocupas del
cuaderno azul de un jugador. Asigna un tiempo al comienzo o
final de una sesión de juego para eso. Si hay muchas subtramas
y material similar del que encargarse, organiza una sesión de
juego entera para ello, pero sólo si todos los jugadores están
de acuerdo. Si es necesario, haz una pausa para revisar los
cuadernos azules en medio de la historia... si eso no deja a los
jugadores colgados.
El cuaderno azul combina de forma eficaz con la idea del
diario de personaje o con el juego en línea. De hecho, un
juego en línea parece poco más que una sesión larga y a gran
escala de cuadernos azules.
Partidas de uno y dos jugadores
Aunque la mayoría de los grupos se compone de cual-
quier número entre cuatro y ocho jugadores, un grupo mayor
no es asequible o siquiera deseable. Un Narrador y sólo uno o
dos jugadores puede crear una historia excitante de su propia
cosecha. Los grupos más pequeños permiten atender de forma
individual a cada personaje; los personajes a su vez se hacen
más importantes puesto que hay menos lugares en los que
centrar los focos.
Los grupos mayores pueden igualmente aprovechar los
juegos de uno y dos jugadores para conseguir mayor profundi-
dad. Además de los sucesos “entre bastidores” en los cuader-
nos azules, los Narradores pueden dirigir juegos individuales
para un jugador a fin de otorgar a su personaje alguna expe-
riencia independiente del resto del grupo, y luego volverlo a
introducir en el argumento principal. Tales partidas individua-
les resultan perfectas para episodios solitarios como búsque-
das, subtramas personales y similares. También suponen una
oportunidad para aportar algo al resto del grupo sin tener que
limitarse a ser un “portavoz” para el Narrador.
Grupos de dos o tres integrantes pueden incluso juntar-
se por sí mismos para representar ciertas escenas entre sus
personajes. Esta oportunidad es ideal para personajes que
deseen aventurarse en asuntos del corazón sin aburrir a to-
dos los demás con los detalles, o para introducir a un nuevo
jugador en el grupo emparejándolo con otro experto para un
preludio o breve historia de ambientación. Tales juegos inde-
pendientes y digresiones otorgan profundidad a los persona-
jes y a sus relaciones.
Capítulo uno: Érase una vez 31
Glamour electrónico: juegos en línea
Junto con el método tradicional cara a cara para jugar rol,
el rápido crecimiento de la Internet es otra posibilidad para los
grupos: jugar en línea. Los juegos electrónicos pueden ser un
útil suplemento y recurso para una crónica existente o la base
para una partida en línea.
Los jugadores pueden servirse del correo electrónico para
mantenerse en contacto con el Narrador y entre ellos; el correo
electrónico es una especie de “cuaderno azul electrónico” con el
que pasar notas al Narrador entre partidas y con el que llevar a
cabo juegos individuales. Un Narrador ambicioso puede crear una
página web para la crónica a la que los jugadores puedan acceder,
conteniendo información sobre sus personajes: información pre-
via sobre la crónica, noticias, rumores, etc. La página web también
puede albergar comunicados de cambios en el programa de jue-
go, anuncios para nuevos jugadores, e incluso enlaces a otros
recursos para Narradores sobre Changeling en la red.
Las partidas en línea adoptan dos formas: juego por correo
electrónico (JPCE) y juegos mediante “chat”. Ambos tienen pros
y contras, junto con algunas particularidades exclusivas.
Los juegos por correo electrónico se parecen a extensas
sesiones de cuaderno azul. Los JPCE se centran más en la na-
rración y la interacción que en el combate; es más sencillo
manejar los movimientos más generales de la historia que
microgestionar una escena de combate por correo electrónico.
Los Narradores que dirijan un JPCE puede que encuentren que
un sistema de combate simplificado o de resolución rápida y
unas reglas “light” resultan útiles para encargarse de los suce-
sos del juego (como se describe en otra parte de esta guía). Las
ventajas del JPCE son similares a las de los cuadernos azules:
tiempo para pensar en las respuestas, mayor libertad para in-
terpretar y planear el diálogo, registros permanentes de la his-
toria (exceptuando averías del disco duro), y una estructura
más orientada a la historia. No obstante, los JPCE son más
lentos y requieren mucho trabajo. Carecen asimismo de la cla-
se de energía que proporciona la interacción en vivo.
Los juegos vía chat se sitúan en algún lugar entre los
JPCE y las partidas en vivo. Tienen lugar en línea en salas de
chat o en el IRC (Internet Relay Chat) en tiempo real. Los
jugadores teclean sus acciones y diálogos y el Narrador teclea
lo que sucede. Algunas salas de chat (como las de America
Online, por ejemplo) suministran incluso dados electrónicos,
si bien muy pocas manejan la técnica de dados del sistema
narrativo. Los chats deparan cierta interacción en tiempo real,
pero siguen siendo muy lentos en comparación con el juego
cara a cara. También pueden resultar bastante caóticos si todo
el mundo intenta teclear y enviar información a la vez. El
Narrador necesita establecer alguna clase de protocolo. Los
chats además pueden ser arduos de mantener durante largo
tiempo; es difícil reunir a un grupo de jugadores que se ha-
llan diseminados por todo el país (o peor aún, por todo el
mundo) en una sala de chat una vez a la semana. Y pocos
desean teclear durante horas, sobre todo si trabajan ante un
teclado durante el día.
No obstante, con los sistemas de voz y videoconferencia
mejorándose día a día, por no decir nada del potencial de la
realidad virtual, la Internet seguirá siendo un recurso de cre-
ciente importancia para los jugadores.
32 Guía del Narrador
Reglas
“¡Te he dado! ¡No! ¡Sí!”
—discusión muy común en Policías y Ladrones
El sistema narrativo considera las reglas menos importan-
tes que el progreso de la historia. Si una regla no funciona o no
es divertida, entonces las necesidades de la historia deben pre-
valecer. Nunca permitas que las reglas limiten tu imaginación.
Las reglas de Changeling pretenden ser una escala por la que
suba tu fantasía, no una jaula para contenerla.
Las reglas no son tus enemigas, mientras sepas cómo ma-
nejarlas. Su propósito es suministrar un “vocabulario” común
para que los jugadores y tú describáis con claridad los hechos
de la historia, y decidáis cuáles son los resultados.
Si nunca has jugado a Changeling (o aunque seas un
Narrador desde hace mucho), repasa las reglas y reflexiona
con cuidado sobre cuáles te gustan y cuáles no. Anota las que
creas que van a ser un problema, y discútelas con los jugado-
res antes. Si están de acuerdo, piensa en cambiarlas para que
se ajusten mejor a la idea que tu grupo tiene sobre cómo debe-
ría funcionar el juego. Mientras les cuentes las modificaciones
en las reglas de antemano, no debería haber ningún problema.
Con el tiempo, cada grupo desarrolla un conjunto de re-
glas caseras: cambios e interpretaciones sobre las mismas pro-
pias de la forma en que el grupo juega. Algunos las redactan y
las hacen llegar a todo el grupo, otros han llegado a acuerdos
tácitos entre todos los miembros acerca de cómo tratar una
regla particular. Las reglas caseras vuelven el sistema de juego
más “amigable para el usuario” y más capaz de sostener la
clase de historias que el grupo quiere contar. Suavizan las aris-
tas del sistema de reglas que podrían estorbar a la historia.
Por supuesto, no todas las reglas de la casa se aplican por
igual a todos los grupos. Lo que sirve para un grupo podría no
servir para otro, pero no hay nada malo en ello. Los grupos
siguen teniendo en común la lengua del sistema del Narrador a
la cual recurrir, y aprenden más sobre los respectivos “dialec-
tos” particulares a medida que juegan. Cuando un jugador nue-
vo se une a un grupo, podría ser que hubiese jugado con otro
con diferentes reglas caseras. En este caso, deja bien claras las
reglas propias de tu grupo para evitar cualquier malentendido.
Mantente firme al aplicarlas a todos. Si el nuevo tiene algún
problema con tus reglas, explícale por qué el grupo las ha
establecido así. Escucha también su respuesta. Nunca se sabe,
¡podrías descubrir que la regla del novato es mejor!
Combate
Una de las situaciones en la que las reglas hacen su apari-
ción con más frecuencia es el combate...más que nada porque la
mayoría de los juegos de rol lo tratan como un juego en y por sí
mismo, con extensas reglas y sistemas para cada aspecto de la
lucha. La forma en que quieras considerar el combate depende
de ti y del grupo. El sistema narrativo da cabida a sistemas de
combate simples y a otros complejos, mucho más detallados,
como los expuestos en Mundo de Tinieblas: Combate
Combate.
Los juegos de rol descienden de los wargames tácticos. El
único propósito de un wargame es simular el combate, así que
los únicos aspectos importantes de cada bando son sus habili-
dades de combate. Los elementos de narración de los juegos
de rol son añadidos que aparecieron más tarde, poniendo cada
vez más énfasis en el aspecto narrativo. Sin embargo, los jue-
gos de rol conservan un acusado rasgo de su herencia de
wargame, haciendo hincapié en el combate y sus reglas.
Las reglas ofrecidas en Changeling: El Ensueño repre-
sentan un término medio entre la naturaleza narrativa del jue-
go y la herencia del wargame en los juegos de rol en general.
El combate aparece razonablemente detallado sin atascarse
demasiado en detalles específicos. Los sistemas expuestos en
el Capítulo Tres de este libro proporcionan un sistema de com-
bate general menos rígido, primando la historia antes que la
mecánica de dados. Los sistemas de combate de Mundo de
Tinieblas: Combate son más apropiados para manejar el com-
bate táctico muy elaborado casi como un juego en sí mismo.
Trata el combate de distintas formas en diferentes momen-
tos, aunque esto requiere cierto refinamiento y mucha confian-
za por parte de tus jugadores. En una escena donde el combate
no sea tan importante, usa las reglas generales de este libro
para hacer que la historia siga. En un combate donde cada
detalle es importante, como un duelo peliagudo, utiliza reglas
de combate más avanzado para manejar los pequeños detalles
con mayor precisión. Hagas lo que hagas, cuéntales antes a los
jugadores qué pueden esperar del sistema de combate, y no
cambies sus reglas de forma arbitraria.
 Combate quimérico: los changelings disponen de opcio-
nes únicas de combate quimérico y físico. El combate quimérico
tiene un efecto menos duradero puesto que sólo afecta al sem-
blante feérico de los personajes implicados. Para los observadores
mortales, el combate quimérico puede ser un juego infantil en un
patio de recreo. El combate físico, en cambio, puede acarrear
consecuencias muy graves, incluso la muerte. Podrías optar por
usar distintas normas para juzgar el combate quimérico y el físico.
Las batallas quiméricas deberían ser dramáticas y heroicas, llenas
de hazañas y arrojo. El combate físico puede ser mucho más bru-
tal y realista, a no ser que un changeling Invoque la Fantasía para
traer lo quimérico al mundo físico. Resalta las diferencias entre el
combate quimérico y el físico. Si conviertes el quimérico en algo
divertido y lleno de aventuras en contraste con la cruda naturaleza
del combate físico, los jugadores probablemente se decantarán en
primer lugar por el combate quimérico, lo cual es característico de
la Estirpe. De esta forma apoyas el género.
Glamour y Banalidad
Tanto el Glamour como la Banalidad son fuerzas complejas
difíciles de resumir en un solo conjunto de reglas. Al tratar con
ambas en tu juego, no te limites a las reglas; úsalas como herra-
mientas para crear interesantes descripciones que hagan sentir a
los jugadores la maravilla y el desbocado poder del Glamour y el
frío, gris peso de la Banalidad. Tratar de inventar una regla para
cada situación posible resulta sencillamente demasiado banal
para Changeling
Changeling, y elimina todo el Glamour del juego si todo
se reduce a números y tiradas de dados. Acude al Capítulo Tres
para más información sobre el manejo del Glamour y otros as-
pectos del juego de una forma más espectacular.
Capítulo uno: Érase una vez 33
 Permutaciones
Así pues, has reunido a los jugadores y dirigido varias histo-
rias con ellos. Te dan información sobre sus personajes, desarro-
llan sus propias subtramas e historias colaterales en sus cuadernos
azules, y te ofrecen muchísimas sugerencias sobre lo que quieren
ver a continuación. Te estás ocupando de todas las tramas sin
ningún problema y urdiendo los distintos detalles de las vidas de
los personajes para hacer que todos cobren vida. Suena como si
tuvieses una crónica hecha y derecha en tus manos. Ahora estás
listo para lo realmente delicado: los supuestos subyacentes en el
género, cómo hacer malabares con múltiples intrigas, llevando a
los personajes a través de cambios y sucesos importantes, e inclu-
so revistiéndolo todo de algo de arte y significado...

Desarrollo del personaje

Una vez los jugadores entran en sus personajes y los ha-
cen actuar, surgen las preguntas: ¿Dónde irán esos personajes
con sus vidas ficticias, y en qué direcciones los llevarán los
jugadores? La mayoría de los buenos personajes se desarrollan
con el tiempo, pero algunos pueden necesitar una pequeña
ayuda por tu parte para seguir avanzando en la dirección co-
rrecta. Como Narrador, influyes en gran medida sobre cómo se
desarrollan los personajes. Asegúrate de que la travesía sea
cautivadora y desafiante.

Fabulando el personaje
El desarrollo del personaje empieza en realidad cuando
un jugador logra un vínculo real con él; cuando comienza a
preocuparse acerca de lo que le sucede a un personaje y a los
restantes en el mundo de ficción. En ese momento el personaje
es algo más que números y Rasgos, una personalidad real con
metas, planes, y necesidades.
¿Cómo llega un jugador a preocuparse por un personaje de
esta forma? Lleva tiempo. Al igual que lleva tiempo establecer
relaciones con la gente real, hace falta tiempo para establecer una
relación con un personaje. El afecto y la compresión hacia los
personajes surgen de cosas como compartir experiencias, superar
la adversidad, y llegar a conocer su personalidad, historia y metas.
Al examinar el nuevo personaje de un jugador, ¿te gusta a
ti, el Narrador, dicho personaje? No tiene por qué ser uno con
el que tú mismo jugarías, pero sí ha de ser uno que al menos te
interese. Si un personaje no te interesa, no querrás dirigir histo-
rias y subtramas para él, y eso no es justo para el jugador, que
espera y merece igual trato que los otros. Si un personaje no te
interesa de verdad, díselo al jugador enseguida para poder hacer
algo, en vez de pasarlo por alto y herir sus sentimientos. Esta
situación resta vitalidad a la crónica.
Una vez un personaje entra en juego, ayuda al jugador a
desarrollar un vínculo con éste. Hay dos cosas esenciales que
puedes hacer como Narrador para contribuir a desencadenar el
interés de los jugadores en sus personajes: dales una historia y
personalidad interesantes, y súrteles de desafíos a superar.
Dales una historia incluso antes de que entren en la cróni-
ca. Trabaja con el jugador para conseguir elaborar parte de la
historia previa del personaje antes de que empiece el juego.
Usa el preludio para definir partes imprecisas acerca del mis-

34 Guía del Narrador

mo e indícale al jugador cómo es éste (ver Reunir a los jugado-
res para más información).
Una vez un personaje aparece en tu crónica, incluye una
historia y dale al jugador oportunidades para examinar la per-
sonalidad y reacciones de éste ante diferentes situaciones. Re-
cuerda, la historia trata sobre los personajes de los jugadores,
así que sus particularidades deben ser importantes para la his-
toria de alguna forma.
Las hazañas también crean interés en el jugador hacia un
personaje. Si éste consigue hacer algo asombroso, o divertido,
en especial estando en desventaja, pronto se encontrará intere-
sado. ¿Logró el personaje de Sean matar un dragón quimérico
en una épica batalla? ¡Ese personaje vale la pena! Cuando los
jugadores empiezan a hablar sobre los logros de sus persona-
jes como si hablaran de gente real, estás yendo a alguna parte.
Jugar con el personaje da lugar a más historias para él durante
el mismo juego. Si desafías a los jugadores y les das oportuni-
dades para realizar proezas, éstos te recompensarán con su
atención e interés... y una mejor interpretación.
Experiencia
Todos los Narradores deberían establecer sus propias normas
para repartir experiencia, puesto que las necesidades de la historia
varían de una crónica a otra, y de un grupo a otro. Es mejor
distribuir menos experiencia que dar demasiada; es más sencillo
repartir más experiencia si te has equivocado que quitar puntos
que ya has entregado. Es mejor pecar por defecto en previsión.
De uno a tres puntos de experiencia por sesión de juego
es una buena pauta, con una pequeña bonificación por una
interpretación extraordinaria. No repartas más de cuatro pun-
tos por partida más que en contadas ocasiones, a no ser que
quieras que los personajes progresen muy deprisa. Trata de ser
justo al distribuir experiencia; no debería ser usada como indi-
cador de “ganar” por los jugadores. Su verdadera recompensa
radica en contar con una gran historia y montones de diver-
sión, no en coleccionar puntos imaginarios.
Si algunos jugadores no pueden jugar tan a menudo como
otros, o nuevos jugadores se unen a una crónica con persona-
jes muy experimentados, ajusta los premios de experiencia para
ellos. Los personajes que no aparecen con frecuencia pueden
conseguir un porcentaje más pequeño de Puntos de Experien-
cia por sus actividades “entre bastidores”, compensándolo con
apuntes o historias en sus cuadernos azules. Los jugadores
nuevos deberían contar con una bonificación en experiencia o
puntos gratuitos para ayudarlos a ponerse al mismo nivel que
los otros, o comenzar con un nuevo personaje desde el nivel
básico, pero otorgándoles recompensas de experiencia mayo-
res para permitirles avanzar con más rapidez, hasta que se ha-
yan “puesto al día” con el resto.
Además de repartir experiencia, trabaja con los jugadores
sobre dónde gastan sus puntos. Anímalos a ofrecer explicacio-
nes acerca de cómo ganaron sus personajes nuevos puntos de
Habilidades y Rasgos. Tal vez la justificación salga de tu histo-
ria, en forma de un personaje que venció en una competición
de acertijos en ella, y ahora gasta experiencia para añadir un
punto en Enigmas. Por otra parte, puedes acordar con los juga-
dores el presentar historias cortas o subtramas en las que ad-
quieran el entrenamiento o saber que necesitan. Buscar un
maestro o un retazo de tradición perdida puede incluso consti-
tuir la base de una historia completa.
Una forma de controlar el gasto de experiencia y de justificar-
lo es asignar incrementos a Habilidades o Rasgos específicos ba-
sándose en los logros de los jugadores durante el juego. En el
caso del personaje del concurso de acertijos, por ejemplo, ofrece
una pequeña recompensa de experiencia, pero dale también un
punto extra en Enigmas por su éxito durante la historia. Esta con-
cesión permite a los personajes crecer de una forma lógica e im-
pulsa a los jugadores a usar los Rasgos y Habilidades que quieren
mejorar. Funciona especialmente bien con Trasfondos al otorgarle
a un jugador Trasfondos nuevos o mejorados como Séquito, Soña-
dores, o Mentores para sus actividades en la crónica.
Glamour
El Glamour es una parte importante de un personaje feérico
(se encuentra en el corazón mismo de lo que las hadas consti-
tuyen) y las creencias de un personaje sobre el mismo, junto
con las maneras de usarlo y adquirirlo, son cruciales para el
desarrollo de éste.
Trata con cada jugador para averiguar cómo considera su
personaje el Glamour, tanto filosóficamente como en forma de
fuerza real en el mundo. Un changeling podría sentir el Gla-
mour (a través de la Sagacidad) como una luz brillante y mul-
ticolor mientras otro lo siente más bien como una sensación
hormigueante en la piel, en tanto un tercero lo ve como una
manantial espejeante, agua de la fuente de la inspiración poé-
tica. El Glamour es todo eso y más. Es una fuerza más allá de
una sola descripción o creencia, y debería ser tratado como tal.
Algunos changelings consideran que el Glamour es un pre-
cioso recurso, que hay que atesorar y usar con moderación para
retrasar la llegada del Invierno sólo un día más. Otros de la
Estirpe creen que el Glamour existe para ser usado, y que hay
que gastar algo para conseguir más. Muchos de la Estirpe em-
plean muy poco Glamour para sus cantrips, guardándolo “para
un día lluvioso”, en tanto otros son derrochadores; el Glamour
se escapa de sus manos tan rápido como lo consiguen. Las ha-
das usan el Glamour para muchas cosas, incluyendo encantar a
mortales y crear quimeras, mas algunas lo emplean para cantrips
o lo utilizan para mantener varios encantamientos.
Los métodos de epifanía de un personaje son asimismo muy
importantes para la personalidad y desarrollo del mismo. ¿Se
dedica a obrar como musa para uno o más soñadores mortales a
fin de crear más Glamour, o prefiere el camino de la inspiración
y el Éxtasis? Quizá un personaje se vea arrastrado al apaño del
Estrago o a la oscura senda de la Rapsodia. ¿Cuáles son sus
especialidades de Saqueo e Inspiración? Estas cuestiones dan
auténtica forma a un personaje, así que dedica alguna reflexión
acerca de cómo puedes introducirlas en las historias. Acude al
Capítulo Tres en busca de más ideas para ejecutar las epifanías.
Confusión y Banalidad
La otra cara del Glamour es el doble peligro de la Confusión
y la Banalidad: dos amenazas para cualquier changeling. Superar
los desafíos planteados por ambas además de las dificultades de la
historia puede ser bastante revelador acerca de un personaje.
En primer lugar, ¿tiende más éste a la Confusión (un exce-
so de Glamour y descontrolada magia feérica) o a la Banalidad
Capítulo uno: Érase una vez 35
 (la ausencia de Glamour y expresión creativa)? ¿Qué es lo que
más teme? ¿Toma alguna medida particular para evitar ambas?
Con respecto a la Confusión, el Narrador puede elaborar
historias que impliquen locura y separación de la realidad
ordinaria. Los changelings que se sumergen demasiado en el
Ensueño puede que nunca sean capaces de regresar a lo que
los humanos normales considerarían cordura, siendo de esta
forma eliminados del juego. El Narrador puede usar las seña-
Changeling
les de aviso de la Confusión (Changeling
Changeling, página 208) como
ejemplos para introducir la Confusión en la historia a medida
que los jugadores se ven más amenazados por ella. Entonces
depende de los jugadores cómo reaccionar. ¿Toma alguna me-
dida un jugador cuyo personaje vacila al borde del tercer
umbral de la Confusión para volverlo bruscamente a la nor-
malidad? ¿Se dan cuenta sus amigos del peligro e intentan
ayudarlo? ¿Qué forma adopta su locura? Diferentes persona-
jes muestran diferentes señales de aviso de la aproximación
de la Confusión, lo que no sólo hace de cada personaje úni-
co, sino que también da lugar a que diagnosticar el ataque de
Confusión sea más difícil.
Para la mayoría de los jugadores, la Banalidad es la mayor
amenaza. Su frío toque hace jirones del poder del Glamour. Exis-
ten muchos sistemas de juego distintos que describen cómo con-
trae un changeling la Banalidad, pero a la postre, su descripción
y tratamiento dependen del Narrador. Es una útil herramienta
para la narración que enfatiza el género del juego. Si un jugador
actúa de forma demasiado banal o mundana al hacer de uno de
la Estirpe, adviértele de los peligros de la Banalidad. Si insiste en
aferrarse a los detalles mundanos demasiado a menudo, avísale,
y seguidamente dale un punto de Banalidad temporal para ha-
cer que no olvide el lado feérico de su personaje.
Anima a los jugadores a ayudarse mutuamente cuando se
vean amenazados por la Confusión y la Banalidad. Trabajar en
equipo contra estas amenazas une al grupo y depara un intere-
sante conflicto dramático.

Consecuencias
“Todos los hombres mueren, pero no todos los hombres en
verdad viven”.
—William Wallace, Braveheart
Evita matar al personaje de un jugador sin más. A nadie le
gusta ver a un personaje en el que ha invertido tiempo y esfuer-
zo exterminado por una mala tirada de dados. Por otro lado, no
mimes a los jugadores ni vuelvas las cosas demasiado fáciles
para ellos. Si creen que sus personajes no sufrirán ninguna re-
percusión por sus acciones, entonces éstas tendrán poco o nin-
gún significado. Haz que se preocupen de lo que les sucede a
sus personajes, y déjales clara la posibilidad de terribles sucesos
si no tienen éxito en la consecución de sus metas. Y acaba con
ellos si fracasan. Si no ofreces consecuencias además de recom-
pensas, las cosas son demasiado fáciles y las victorias vacías.
El castigo por cada fallo no tiene por qué ser la muerte.
Diferentes circunstancias pueden acaecer a uno de la Estirpe
en pos de una meta. Puede ser un contratiempo menor o real-
mente serio, como cuando un personaje sufre la muerte qui-
mérica, o ser tachado de rompejuramentos y exiliado de la
corte. Sea lo que sea, un personaje luchando para sobreponer-
se da lugar a un nuevo drama y a argumentos para la crónica.

36 Guía del Narrador

Las historias suelen ser más atractivas cuando los héroes fraca-
san de vez en cuando, y llegamos a interesarnos por ellos más
porque triunfan sobre sus reveses.
Aunque es raro, la muerte llega a la Estirpe. Peor que la
muerte es la amenaza de ser Deshecho por la Banalidad: el
espíritu feérico interior es suprimido hasta que el ser mortal
muere y aquél puede entonces renacer. Ambos destinos son
definitivos en el contexto de la crónica si se maneja bien. La
muerte de un personaje jugador debería ser siempre un suceso
significativo. Un personaje podría morir porque el jugador pla-
nea abandonar el juego o jugar con otro personaje y quiere
que el actual se vaya con una llamarada de gloria. O bien un
jugador podría sacrificar su personaje por una causa verdade-
ramente noble acorde a las metas del mismo. Los personajes
de Changeling deberían ser movidos por la pasión, y tales
pasiones a veces requieren que uno haga el sacrificio final. Un
personaje puede también morir simplemente porque el juga-
dor cometió algún error grave diferente de una tirada de dados
ruinosa. En todo caso, la muerte de un personaje es una trage-
dia y debería ser tratada como tal.
Al encargarte de una historia en la que un jugador quiere
que muera un personaje, evita volverla artificial o privar a los
jugadores de su derecho a tomar decisiones. Si un jugador
quiere que su personaje desaparezca aparatosamente, dale la
oportunidad de dar el salto final, pero no lo empujes fuera de
la cornisa. No les impongas la escena, sobre todo si consiguen
evitarla con inteligencia o habilidad.
Metas a largo plazo
La forja del personaje brinda a éstos objetivos a largo pla-
zo que perseguir. Cuáles son las miras de cada uno depende
de ti y de los jugadores, así que habla con cada uno y averigua
sus propósitos y ambiciones finales. Descubre si hay aspectos
que te interese incluir en la crónica y cómo armonizarán o
chocarán con las metas de los otros personajes.
Hay dos clases de objetivos a largo plazo: alcanzables e
inalcanzables. Los alcanzables son aquellos que un personaje
podría conseguir tras una búsqueda o una serie de historias en
las que se lleva a cabo la persecución de la meta. Algunos
ejemplos comprenden:
 Culminar una búsqueda
búsqueda: podría ser cualquier clase de
búsqueda o exploración realizada por un personaje, desde cum-
plir un compromiso hasta entregar un importante mensaje o
encontrar a un padre largo tiempo perdido. El final de la bús-
queda puede ser un misterio para el jugador, o puede que
haya elaborado los detalles con el Narrador de antemano.
 Ganar fama y fortuna
fortuna: el personaje puede pretender
hacer fortuna y establecerse en la sociedad de la Estirpe. Cómo
se ocupa de ello y a qué obstáculos hace frente en su camino
constituyen la base de buenas historias.
 Matar a un enemigo
enemigo: el personaje tiene un enemigo
que derrotar: un changeling consagrado a cazar y dar muerte a
una bestia quimérica, o alguien de la Estirpe o un enemigo
mortal al que ha prometido doblegar. Lo que mueve la historia
es la amenaza planteada por dicho enemigo y hasta dónde está
dispuesto a llegar el personaje para vencerlo.
 Lograr el Verdadero Amor Amor: una meta común para la
Estirpe, que emprende fantásticas búsquedas y hazañas a fin
de ganar el corazón de otro. El personaje se consagra a esa
persona y haría cualquier cosa para conseguir su amor. Tales
romances a menudo son prohibidos o se encuentran con obs-
táculos que aquél ha de superar.
Las metas inalcanzables debido a su misma naturaleza tien-
den a llevar la crónica a un final, tal como morir gloriosamente
en la batalla o retornar a la Arcadia. Lograr una meta inalcanza-
ble supone drásticos cambios en la crónica. Tales metas son
más apropiadas para una crónica finita, en la que el personaje
las logra; de lo contrario éste ha de entender que su personaje
nunca ha de alcanzar el objetivo deseado, lo cual resulta frus-
trante. Algunas metas inalcanzables son:
 Retornar a la Arcadia
Arcadia: muchos miembros de la Estirpe
buscan dar con un medio de regresar al reino perdido de Arca-
dia. Una búsqueda para encontrar el camino de vuelta a Arca-
dia puede convertirse fácilmente en una crónica épica entera,
con changelings viajando por el mundo en pos de saberes y
tesoros perdidos que podrían indicar el rumbo, aprendiendo
Capítulo uno: Érase una vez 37
 las lecciones de la vida mientras tanto. Los peregrinos podrían
descubrir que Arcadia no es el refugio que esperaban, o que
sus vidas mortales los han cambiado no haciéndolos adecua-
dos para vivir en Eterno Verano. O tal vez el grupo podría
comenzar una nueva crónica que arranque cuando sus perso-
najes son desterrados de Arcadia por alguna razón que no pue-
den recordar, y de tal forma regresan para descubrir que el
mundo que conocían hace mucho que desapareció.
 Síocháin
Síocháin: algunos changelings, en vez de buscar la per-
dida Arcadia, pretenden equilibrar sus naturalezas feérica y
mortal y conseguir la paz interior que se dice da lugar a los
legendarios Síocháin. Los Síocháin son verdaderos inmortales,
como las hadas de antaño, y cuentan con grandes poderes y
saberes. También son misteriosos, pues pocos saben algo so-
bre ellos. Hay incluso quienes dudan de su existencia. Un per-
sonaje o grupo de personajes que tenga la esperanza de con-
vertirse en Síocháin emprende una larga travesía de
autodescubrimiento a medida que se esfuerza por integrar y
armonizar sus dos mitades enfrentadas.

Cruce de historias
Puede que los jugadores y Narradores de Changeling
deseen usar algún material de otros juegos del Mundo de Ti-
nieblas de White Wolf en su crónica. Estos juegos son Vampi-
ro: La Mascarada
Mascarada, Hombre Lobo: El Apocalipsis
Apocalipsis, Mago: La
Ascensión
Ascensión, y Wraith: El Olvido
Olvido. Cada juego desglosa los otros
habitantes sobrenaturales del Mundo de Tinieblas desde su
propio y particular punto de vista.
Las historias cruzadas añaden profundidad e interés a una
crónica, mas ofrecen algunos retos únicos, incluyendo manejar
diferentes reglas para distintos seres sobrenaturales en el con-
texto de una crónica de Changeling, e impedir que éstos la
invadan... teniendo como resultado que la Estirpe desempeñe
papeles de extras en sus propias historias.
El primer caso puede requerir una narración creativa o de-
cisiones en conciencia. Cada una de las criaturas sobrenaturales
del Mundo de Tinieblas tiene sus propias Habilidades y Rasgos:
Humanidad y Disciplinas para los vampiros; Rabia, Dones y Ri-
tos para los hombres lobo; Esferas y Areté para los magos; y
Arcanoi y Pathos para los wraiths. Cómo interaccionan estas di-
versas Habilidades y Rasgos con Glamour, Banalidad y cantrips
depende en gran medida de ti, aunque se ofrecen orientaciones
en libros como el Libro de los sueños perdidos
perdidos.
El otro aspecto problemático con los cruces de historias es
no permitir que los otros seres sobrenaturales dominen el jue-
go. La Estirpe es en muchos aspectos la más débil de las criatu-
ras sobrenaturales del Mundo de Tinieblas en términos de puro
poder y habilidad de combate (aunque un troll furioso invo-
cando la Ira del Dragón no es algo de lo que reírse). Un sólo
mago u hombre lobo competente puede constituir un formida-
ble aliado o adversario para un grupo de personajes de la Estir-
pe, así que recuerda que la historia trata sobre los personajes
changelings, no sobre el invitado sobrenatural de la semana.
No permitas que los poderes de un mago, la lucha del Apoca-
lipsis o la Yihad eclipsen la historia en curso de los personajes
de los jugadores. Una buena forma de lograr esta gesta es man-
tener los hechos de una historia cruzada en el terreno de la

38 Guía del Narrador

Estirpe: el Ensueño y el mundo quimérico, donde los persona-
jes de los jugadores comprenden las reglas básicas y sus “invi-
tados” sobrenaturales puede que no.
El mejor empleo de otros sobrenaturales es como elemen-
tos misteriosos. Los jugadores olvidan que las distintas facciones
sobrenaturales del Mundo de Tinieblas saben muy poco unas de
otras, y sus personajes no han leído todos los libros de reglas.
Sin el apropiado conocimiento de Erudición, los personajes de
los jugadores deberían haber oído solamente rumores y leyen-
das acerca de los otros seres sobrenaturales y puede que nunca
(a sabiendas) se hayan encontrado uno. Tal vez sea difícil para
los jugadores no hacer caso de su conocimiento no procedente
del personaje de los otros sobrenaturales, pero trata de preser-
var el misterio de su existencia dentro de la crónica.
Romper el círculo
Incluso las mejores crónicas pierden su fuerza. Hay formas
para prolongar la vida de una crónica, pero llega un momento
en el que la historia está terminada y el telón debería caer.
Renuévala
Hacer que una crónica siga siendo interesante y divertida
semana tras semana supone mucho trabajo, pero vale la pena a
causa de las magníficas historias creadas y los momentos de
diversión con los amigos. Con el tiempo, los jugadores se sien-
ten cómodos con sus personajes y se acostumbran al statu quo
de la crónica. Encuentra formas de remover ese statu quo para
evitar que las cosas se echen a perder volviéndose rutina (la
ruina de todos los changelings y crónicas de Changeling
Changeling).
Algunas de las medidas que puedes adoptar para que todo siga
siendo interesante son:
z Cambios en los personajes jugadores
jugadores: los cambios en
éstos introducen cambios en la crónica. Recuerda, los persona-
jes jugadores son el centro de atención, así que a medida que
cambien, la historia lo hace con ellos. Tal vez los personajes
sean acreditados por un noble y hechos emisarios o agentes de
su corte, lo que les supone nuevos deberes, responsabilidades y
enemigos de los que ocuparse. Quizá un personaje obtenga fi-
nalmente el amor de su dama y se establezca para vivir una clase
vida distinta a la de su alocada juventud, o acaso los personajes
abandonan la niñez y se hacen hombres pasando de ser rebel-
des a convertirse en baqueteados gruñones, dejando detrás sus
locas correrías a cambio de una vida de intriga cortesana e ins-
trucción de una nueva generación. Algunos de estos cambios
pueden modificar una crónica con el curso de los años.
z Cambios en los personajes del Narrador
Narrador: como los de
los jugadores, los personajes de reparto cambian con el tiempo.
Estos cambios por lo general afectan a las vidas de los personajes
jugadores de alguna forma, aunque no son el centro de atención;
cómo manejan éstos los cambios ocasionados por los personajes
de reparto sí lo es, en cambio. Por ejemplo, tal vez el noble local
es asesinado o depuesto. ¿Cómo reaccionarán los personajes de
los jugadores al cambio en el poder? ¿Apoyan la rebelión plebeya
que está detrás del asesinato? ¿Tienen algún interés por averiguar
quién es el responsable o por quedarse al margen? ¿Y si los autén-
ticos asesinos los emplean como cabezas de turco?
z Cambio total en la crónica
crónica: en este caso, has llegado
a un punto muerto en la presente crónica y quieres cambiarla
de forma radical a fin de continuar la historia. En realidad,
estás terminando la primera crónica y comenzando otra con
los mismos personajes. Acaso la larga búsqueda de los juga-
dores en pos de la Arcadia tenga éxito, por ejemplo, y sus
personajes desaparecen del mundo ordinario por completo.
Entonces empiezan la siguiente historia exiliados de Arcadia
de nuevo por razones que ninguno de ellos puede recordar,
y se encuentran en el mundo normal habiendo transcurrido
una o más generaciones desde que lo dejaron. ¿Queda si-
quiera alguien de la Estirpe en el mundo? ¿Se han perdido
hace tiempo todos los amigos y aliados de los personajes en
el Invierno? Y lo más importante, ¿pueden comprender el
ciberware y conducir naves espaciales? De pronto la crónica
parte en una dirección totalmente nueva.
Finales felices
“Y vivieron felices para siempre”.
—Final tradicional de cuento de hadas
Es mejor dejar que una crónica querida llegue a un final
que dejarla pudrirse. Haz que las últimas historias y recuerdos
de la crónica sean divertidos y felices en lugar de ir concluyén-
dola poco a poco en una lenta agonía.
z Epílogos, continuaciones, prólogos y reuniones reuniones:
¡que una crónica haya terminado no significa que tengas que
dejar de jugarla! Siempre puedes volver a visitarla después, en
historias cortas que adopten la forma de epílogos, continuacio-
nes, prólogos, y reuniones. Los epílogos forman parte de la
conclusión: pequeñas historias que atan cabos sueltos de la
trama principal. Pueden ser jugados por medio de cuadernos
azules, vía correo electrónico, o en partidas en vivo. Las conti-
nuaciones son segundas partes de la crónica. Una continua-
ción podría ser una historia corta que trata las siguientes
andanzas de los personajes de la crónica, o podría tratarse de
una crónica totalmente nueva que se basa en los sucesos de la
anterior. Los prólogos tienen lugar antes del comienzo de la
crónica y pueden centrarse en los episodios de los personajes
cuando eran jóvenes (imagínate jugar con el personaje de un
viejo gruñón cuando era un rebelde o incluso un infantil) o en
un tiempo anterior, incluyendo encarnaciones previas de per-
sonajes en un contexto histórico. Una reunión junta a los per-
sonajes originales de la crónica. Tal vez alguna parte de la
trama o conexión común de su pasado ha vuelto para obsesio-
nar a los jugadores años después.
Echa un vistazo a las franquicias de ficción popular (las
películas y libros de Star Wars o Star Trek) en busca de nume-
rosos ejemplos de todos estos tipos de historias.
Al terminar la crónica, intenta cuadrarlo todo, ata cabos suel-
tos de la trama, y resuelve las historias y objetivos de los perso-
najes importantes de alguna forma. Es como concluir una novela
épica, debería haber drama, un clímax y una sensación de reso-
lución. Un buen final proporciona una sensación de finalización
a todos los implicados, aunque puede dejar algún anzuelo para
el inicio de una nueva crónica. No pongas fin al mundo para
acabar la historia, ofrece solamente un buen lugar para detener-
se y dejar que los personajes “vivan felices para siempre”.
Capítulo uno: Érase una vez 39
40 Guía del Narrador
 Capítulo dos:
Cuestiones
de diseño
Mientras yace allí
tan segura en su tierra de ensueños
me detengo y me pregunto
dónde acabaremos en su momento
luego me vuelvo y me alejo a la deriva
tal vez se lo cuente un buen día.
—Lowen & Navarro, “The Best of Me”

Bienvenido al Rincón de los Narradores. Aquí dentro tra-
taré de responder a algunas de las preguntas que han estado
asediando a Narradores y jugadores de Changeling por igual.
Las cuestiones resueltas aquí no se limitan a las reglas... no,
también se tratan dudas relativas al mundo de Changeling
Changeling.
¿Dónde está la Arcadia? ¿Qué ve un changeling cuando mira a
otro changeling? ¿Puede un hombre lobo ver a través de las
Nieblas? Todas estas preguntas y muchas más son respondidas
en las páginas siguientes.
Este capítulo es presentado a modo de FAQ. Cada sección
tiene por título una pregunta muy común que a continuación
respondo lo mejor posible. Estoy seguro de que hay muchísi-
mas otras cuestiones que no he tratado aquí, pero la intención
es abarcar algunas de las más frecuentes. En último término
siempre deberías recordar la Regla de Oro... si no puedes dar
con una respuesta en el libro de reglas (o no te gusta la res-
puesta que aparece en él) ¡invéntala! Es tu juego... tu historia.
Nosotros nos limitamos a proporcionar algunas directrices para
ayudarte a contarla.
 Changeling es un gran juego con un montón de re-
glas... ¿Por dónde empieza un Narrador nuevo?
Paso a paso. Para contar una historia de Changeling con
éxito, no necesitas estar familiarizado con cada permutación
de las reglas. Changeling trata sobre contar una buena histo-
ria. Si cuentas con una convincente y con jugadores coopera-
tivos, deberías hacerlo igual de bien. Puede que al principio
desees evitar las reglas tanto como sea posible. Sitúa tu pri-
mera historia en un entorno marcadamente interpretativo. Esta
situación da a los jugadores oportunidad de llegar a conocer
a sus personajes, permitiéndote también ver cómo reaccionan
ante diferentes circunstancias sin tener que preocuparse de
las reglas. Este entorno puede asimismo daros a los jugadores,

Capítulo dos: Cuestiones de diseño 41

 y a ti, la ocasión para probar ciertas formas de aplicar las
reglas sin la tensión de tener toda la escena dependiendo de
una regla concreta. Tal vez un personaje toma parte en un
duelo de honor con un personaje del Narrador. Jugador y
Narrador pueden probar el sistema de combate sin
preocuparse de que un personaje muera a causa de una regla
malinterpretada.
 ¿Qué consejo puedes ofrecer a un Narrador de
Changeling, en especial a uno que nunca ha dirigido un
JDR antes?
Tómatelo con calma. Según se dijo antes, la historia es lo
que importa. Si eres nuevo en el juego de rol, entonces sin
duda alguna tendrás que leer el libro. No tienes que memorizar
cada regla y gráfica, pero una familiaridad general con las re-
glas y el escenario es imprescindible. Cuando creas que has
comprendido bien el entramado del juego, piensa en la natu-
raleza de la crónica que quieres dirigir. ¿Va a tener un comienzo,
trama y desenlace claros, o va a ser indefinida? ¿Se centra en
torno a la política y la intriga, o va a estar más orientada a la
acción? Una vez tengas una idea precisa del tipo de crónica,
necesitarás reflexionar sobre los personajes y la primera histo-
ria, que a menudo marca el ritmo de la crónica. Si está llena de
acción, los jugadores van a esperar montones de acción ulte-
rior, y se decepcionarán si las historias subsiguientes se orien-
tan más hacia la intriga.
 ¿Cómo resuelvo las contradicciones entre libros de
referencia?
Opta por lo que mejor te funcione. Sinceramente. Trata-
mos de incurrir en el menor número de contradicciones posi-
ble, pero surgen de cuando en cuando. Este caso puede darse
entre la primera y segunda edición de libros de reglas. En
última instancia, si encuentras una regla que se contradiga a
sí misma en distintos libros, coméntala con los jugadores y
decidid qué conviene más a vuestra crónica.
Ahora bien, si te refieres a contradicciones entre
distintas líneas narrativas, eso es otra historia. Cada
una de las distintas criaturas del Mundo de Tinie-
blas tiene su propio punto de vista... su propio
paradigma. Y cada uno de los juegos narrativos
está diseñado desde la perspectiva de la criatura
sobre la que trata... los changelings ven las cosas
desde su punto de vista, los magos desde el
suyo, etc. Por tal razón las crónicas cruzadas
pueden resultar tan difíciles. Al final, al Narrador
le toca decidir qué punto de vista es el correcto,
si es que hay alguno.
Incluso distintos grupos dentro del mismo
juego pueden tener diferentes perspectivas, dando
lugar a que los libros de referencia muestren aparen-
tes contradicciones. Por ejemplo, la Corte Sombría
podría tener una opinión muy diferente acerca
de lo que sucedió durante la Guerra del Trata-
do (al igual que plebeyos y nobles), lo que
supone información discrepante en su libro
de referencia que ha sido presentado en otra
parte. Esta variación no significa que su pun-
to de vista sea necesariamente acertado o
erróneo, sino que es diferente.

42 Guía del Narrador

Preguntas de sistema
 ¿Puede un vampiro, mago o criatura lupina conve rtir-
convertir-
se en un changeling, o viceversa?
¡Un changeling nunca, en ninguna circunstancia, puede
convertirse en hombre lobo o mago! Ni un mago u hombre
lobo pueden convertirse en changeling. Un changeling puede,
no obstante, convertirse en vampiro... suponiendo que viva
tras el Abrazo. Aun cuando las almas feéricas son lo bastante
fuertes para sobrevivir a generaciones de reencarnación, el
Abrazo con frecuencia extingue la existencia de un changeling.
Un changeling muerto de esa manera es usualmente separado
del ciclo normal de reencarnación y pasa a formar parte del
mundo de los muertos.
Cuando quiera que un changeling sea Abrazado, el ju-
gador debe hacer una tirada de Glamour (de dificultad igual
a la Banalidad del vampiro + 2). Sólo se necesita tener éxito
una vez para sobrevivir a la transformación; si no se
logra ninguno, el alma feérica del personaje es destruida
y éste muere.
Suponiendo que sobreviva, cualquiera de la Estir-
pe lo bastante desafortunado para ser Abrazado es re-
clamado de inmediato por las Nieblas. Vuelve por com-
pleto a su aspecto mortal y pierde todo acceso (así
como el recuerdo) a sus Artes y Privilegios. El alma
feérica dentro del nuevo Vástago se halla en perma-
nente estasis y ha de aguardar hasta que éste sufra la
Muerte Definitiva antes de reencarnarse. Algunos erudi-
tos changelings creen que un alma feérica que pasa por seme-
jante trauma nunca regresa a este mundo.
Uno de la Estirpe vuelto vampiro que esté encantado
recobra los recuerdos de su vida feérica mientras dure el
encantamiento. Aunque tan pronto como éste desaparece,
las Nieblas rápidamente reclaman de nuevo esos
recuerdos. Y un changeling Abrazado que
sea encantado no recupera el uso de ninguna
de sus antiguas habilidades (Artes, Privile-
gios, etc.); sencillamente recuerda lo que
solía ser, y lo que ha perdido a cambio de
la inmortalidad física.
 ¿Y uno de la Familia?
Técnicamente, nada impide que
uno de la Familia se convierta en un
hombre lobo, mago o vampiro. En caso
de ser Abrazado, se sugiere que pierda
todo acceso a sus habilidades feéricas (como
ya se dijo ocurre con los changelings). En cuanto
al Despertar como mago, o a volverse hombre lobo, se
deja a criterio del Narrador. En lo que a mí respecta,
yo lo desaconsejaría, a no ser que sea una parte espe-
cífica de la historia que el Narrador tiene en mente.
Tales personajes, si no son manejados con cuidado,
podrían desequilibrar una crónica.
 ¿Puede convertirse un changeling en ghoul o ser Pa-
rentela?
Sí y no, en ese orden (varios libros de Mundo de Tinieblas
contradicen esto último; nota del coordinador). Un changeling
puede convertirse en ghoul, pero en tanto la sangre del Vásta-

Capítulo dos: Cuestiones de diseño 43

 go permanezca en su organismo, no puede aprender nuevas
Artes o Reinos, ni incrementar su Glamour. Sin embargo, el
Glamour permanente puede ser perdido en ese estado, mas
no puede ser restablecido.
 ¿Y los de la Familia?
Pueden convertirse en ghoul o Parentela. Uno de la Fami-
lia que se convierta en ghoul sufre los mismos efectos secun-
darios que un changeling.
 ¿Qué ocurre cuando un changeling muere? ¿Puede
convertirse en wraith?
En circunstancias normales, un plebeyo que muere de
viejo o que es asesinado se reencarna en un humano recién
nacido. La cantidad de tiempo que lleva esta reencarna-
ción varía: algunas hadas renacen casi de inmediato,
en tanto a otras puede costarles años o incluso dé-
cadas. El porqué de esta variación en el tiempo se
desconoce. Todos los changelings que se queda-
ron sobre Tierra después de la Ruptura se
reencarnan de esta forma... incluyendo a los sidhe
de la Casa Scathach y un pequeño número de los demás sidhe
que se quedaron también atrás.
Un changeling que es exterminado mediante el
frío acero o durante el Abrazo se ha ido para siem-
pre. Las almas que sufren tales sinos nunca se
reencarnan. Con todo, aquellos que mueren así a
veces se convierten en los Muertos sin Reposo:
wraiths. No todos los changelings muertos de esta
forma se transforman en wraiths, empero; muchos
se pierden para siempre en el vacío del Olvido.
Se desconoce lo que les ocurre a los sidhe que mue-
ren y probablemente nunca se sabrá (así que deja de
preguntarlo). Hay varias teorías, no obstante. La ver-
sión popular (al menos entre los mismos sidhe) es
que regresan a la Arcadia; por desgracia, no hay
manera de confirmar esta hipótesis puesto que todo con-
tacto con Arcadia se ha perdido. otros creen que el
alma sidhe se pierde para siempre cuando mueren,
y algunos plebeyos afirman que son las almas
reencarnadas de sidhe muertos durante la Gue-
rra del Tratado. Si tal pretensión es cierta, se
diría que los sidhe regresan ciertamente, sólo
bajo la forma de plebeyos.
 ¿Qué sucede cuando un vampiro bebe sangre
changeling?
No hay una respuesta concreta a esta cuestión puesto que
cada vampiro reacciona de forma distinta. La sangre feérica
actúa como un alucinógeno sobre cualquier Vástago que la
beba. Se anima a los Narradores a inventar sus propios efectos,
tales como oleadas de poder, pelo que brota de lugares
embarazosos u orejas descomunales. Como regla general, tan
pronto como el vampiro ingiere la sangre, el jugador ha de
hacer una tirada de Coraje (de dificultad 3 + la cantidad de
Puntos de Sangre ingeridos). Si no se logra ningún éxito, el
vampiro cruza el segundo umbral de la Confusión (ver
Changeling: El Ensueño Segunda Edición, pág. 208). Un Fra-
caso provoca que el vampiro entre en el equivalente al tercer
nivel de la Confusión, así como que adquiera un Trastorno
Mental permanente (a elección del Narrador).

44 Guía del Narrador

  ¿Cómo se ven afectados los changelings por el daño quimérica y se aborda por extenso en las págs. 34-35 del
agravado? libro de reglas de Changeling
Changeling.
Según las reglas del Narrador, el daño agravado no puede Un changeling que ve a otro siempre contempla su sem-
ser absorbido. No hay nada sobre este tema en Changeling blante feérico, aunque sigue reconociendo su aspecto mortal.
porque la mayoría de los jugadores desoyen esta regla de to- Esta visión quimérica no se activa y desactiva, sino que ambas
das formas. Sus efectos exactos se dejan a la elección del Na-
rrador, pero las reglas para curar el daño agravado se descri-
ben en el libro de reglas de Changeling
Changeling, página 247.
 ¿Son inmunes los changelings al Delirio que invocan
la mayoría de los cambiaformas?
Sí. Esta inmunidad significa que la mayor parte de
changelings no se asustan de un hombre lobo de 3 metros
desbocado, pero éste recordará la experiencia después..
 ¿Se han publicado los nuevos linajes y Artes antes de
la aparición de la segunda edición?
Las revisiones oficiales de muchos de las Artes y
linajes secundarios publicados antes de la
segunda edición todavía no están dispo-
nibles, aunque la mayoría pueden adap-
tarse fácilmente a dicha edición. Con
los linajes, determinar qué
Privilegios son Fantasía y
cuáles son quiméricos
suele ser cuestión de senti-
do común. La mayor
parte de las Artes
también pueden
adaptarse con facili-
dad, si bien es posi-
ble que el narrador y
el jugador quieran re-
visar todas las Artes
en cuestión para
asegurarse de
que se avienen a
las reglas de la se-
gunda edición,
y de no ser
así, hacer los
cambios ne-
cesarios.

Aspecto
versus
Semblante
Feérico
 ¿Qué ve un changeling
cuando mira a otro
changeling, mortal o feudo?
El Ensueño impregna
todo lo que un changeling
ve. Los colores son más bri-
llantes e incluso lo mundano podría parecer fan-
tástico. Los feudos casi siempre parecen espectacula-
res de alguna forma; este efecto se debe a la realidad

Capítulo dos: Cuestiones de diseño 45

 Aspecto contra Semblante
La noción de cómo aparece un changeling ante sí mismo y
los otros (mortales y sobrenaturales) es tal vez de las más com-
plejas presentes en Changeling
Changeling. Los conceptos de aspecto mor-
tal y semblante feérico son abordados largamente en el libro de
reglas principal, pero se diría que alguna explicación extra no
está de más. La siguiente sección entra en más detalles acerca de
las diferencias entre el aspecto y el semblante y cómo operan.
Los changelings viven en dos mundos: el banal y el
Glamouroso. A ojos del mundo vulgar, aparecen como perso-
nas normales, aunque excéntricas. Tras esta fachada, llevan
vidas guiadas por la magia y el misterio. La Estirpe tiene que
aceptar la magia y la vulgaridad como componentes de su
vida. De hecho, la Banalidad y el Glamour forman parte inte-
gral de su ser, y su apariencia así lo refleja. Los changelings
tienen dos apariencias: una forma mortal externa aparente, y
una segunda forma feérica oculta.
El Aspecto Mortal
El aspecto mortal de un changeling muestra todo lo que
es mundano en él. Le permite interactuar con el así llamado
mundo “normal” sin atraer demasiada atención. La apariencia
mortal de un hada refleja su verdadera naturaleza. Por ejem-
plo, un héroe troll puede camuflarse como un hombre alto y
estoico, con un dejo de tristeza. Un apreciado boggan podría
aparecer ante la gente ordinaria como una mujer baja y meti-
da en carnes de carácter alegre. Incluso un redcap de lla-
meante cabello rojo, tatuajes faciales y un complejo patrón de
tornillos fijados en su frente podría preferir aparecer como un
cenobita marcado por el acné de cabello rubio sucio y con
algunos piercings. Al ir y venir bajo el disfraz mortal, las ha-
das encuentran más sencillo interaccionar con la sociedad
mortal y ocultarse de las mareas de la Banalidad.
El Semblante Feérico
La mayoría de la gente con sangre changeling no es cons-
ciente de que la tiene hasta el día en que se da cuenta de su
herencia feérica. El aspecto mortal se desarrolla primero; el
hada es felizmente inconsciente de su verdadero ser durante
este tiempo. Cuando el espíritu feérico despierta, el changeling
sufre un proceso conocido como la Crisálida. Los changelings
recién despertados son súbitamente conscientes de la magia
que los rodea y pronto comprenden los peligros de la vulga-
ridad. El mundo se convierte al instante en un lugar mucho
más grande. Tras la realidad yace el Ensueño.
Tras la Crisálida, los changelings pueden percibir el mundo
oculto de las hadas. Un patio de recreo podría ser en realidad
una corte de jóvenes hadas. Una alcantarilla puede conducir
hasta un reino subterráneo. Un sin techo en una callejuela
podría ser un caballero errante descansando de su búsqueda.
Todo es una cuestión de percepción, de ver lo imaginario
oculto tras lo real.
De la misma forma, la esencia de un changeling se es-
conde tras su aspecto mortal. Las hadas deambulan entre los
humanos, pero ocultan sus verdaderos seres. Pueden percibir
(o reconocer) las apariencias feéricas ocultas detrás de disfra-
ces mortales. Esta apariencia oculta se conoce como sem-
blante feérico. Al reconocer las almas de otras hadas, un
changeling puede localizar a sus hermanos.
46 Guía del Narrador
Quitarse la máscara
Como en la vida real, el límite entre lo fantástico y lo
realista es importante. Separar el aspecto mortal del sem-
blante feérico es uno de los aspectos más insólitos de jugar
con un personaje en este juego. Para jugadores que deseen
más detalles, he aquí algunas reglas para ayudaros a distin-
guir ambos.
Los changelings disimulan su auténtica identidad ante la
mayoría de mortales, pero no entre ellos mismos. Reconocer
a otra hada conlleva algunas complicaciones poco usuales.
Si el Glamour de un changeling es más alto que su Banali-
dad, su semblante feérico es bastante evidente para otras
hadas. No hace falta ninguna tirada para ver el semblante
feérico de un changeling.
Si el Glamour del changeling cae por debajo de su valor
de Banalidad, los demás changelings ven su aspecto desva-
necerse lentamente tras su apariencia mortal. Las viejas ha-
das se refieren a esto como retroceso. Una vez ocurre, es
difícil ver el semblante feérico oculto tras la fachada mortal.
Más específicamente, un jugador debe hacer una tirada de
Percepción + Sagacidad (dificultad 6) para que el changeling
lo vea, aunque el hecho de que la persona es un changeling
sigue siendo claramente apreciable. No hay ningún cambio
de forma implicado; todo es una cuestión de percepción.
Cuestión de percepción
¿Quién puede ver a un changeling? Y si pueden ser vis-
tos, ¿qué es lo que se ve?
Mortales
En circunstancias completamente normales, el semblante
feérico es invisible para los mortales. Éstos siempre ven el
aspecto mortal de un changeling a no ser que estén encanta-
dos o que aquél haya invocado la Fantasía.
Otros changelings
Mientras el Glamour permanente del changeling sea más
elevado que su Banalidad permanente, los demás changelings
verán su semblante feérico sin dificultad. Si su Banalidad
permanente es superior, será necesaria una tirada de Percep-
ción + Sagacidad (dificultad 6) para que los otros changelings
vean aquél. El hecho de que se trata de un changeling no
pasa desapercibido para los otros changelings.
Si ha olvidado temporalmente su naturaleza feérica
(pongamos por caso habiendo sido muerto debido a daño
quimérico), otro changeling ha de efectuar una tirada de
Percepción + Sagacidad (dificultad 8) tan sólo para percibir
que es un changeling. Determinar su linaje aumenta la difi-
cultad hasta 10.
Otros sobrenaturales
Muchos seres sobrenaturales cuentan con diferentes me-
dios a través de los cuales pueden percibir changelings o
incluso ver sus semblantes feéricos (muchos de estos méto-
dos se describen en el Capítulo Cuatro). No obstante, a no
ser que una criatura sobrenatural (vampiro, wraith, hombre
lobo o mago) esté empleando uno de esos métodos, el so-
brenatural siempre ve el aspecto mortal del changeling (sal-
vo que el sobrenatural esté encantado o el changeling invo-
que la Fantasía, claro está).
se dan al mismo tiempo. En cierto sentido, un changeling ob- debería o no ganar Banalidad por usar un objeto moderno.
tiene dos perspectivas del mundo en torno a él: la mundana y Por ejemplo, un nocker no tiene problemas con los aparatos
la mágica. Con toda esta sobrecarga sensorial, no es extraño modernos, mientras que un sidhe podría ganar Banalidad por
que los otros seres sobrenaturales consideren que los cada uso.
changelings son algo atolondrados y distraídos.
 ¿Cómo interactúa el semblante feérico con el mundo Glamour y Banalidad
real?  ¿Qué es exactamente la Banalidad, y cómo la gana un
Ésta es una pregunta frecuente. ¿Cabe un troll en un VW personaje?
Escarabajo? ¿Dónde puedo esconder mi espada quimérica? La Banalidad es increduli-
Las respuestas son sí, y en donde quieras... si estás dispuesto dad en lo mágico. Es
a sufrir las consecuencias. Por ejemplo: el semblante feérico la renuencia a aceptar
de un troll puede medir dos metros y medio de alto, en tanto
el aspecto mortal del mismo personaje sólo uno ochenta. Si
este personaje cruza una entrada normal, tiene que agacharse,
al menos para que su semblante
feérico pase bajo la puerta. Si
no se agacha, sigue pudien-
do cruzar la puerta, pero gana
un punto de Banalidad temporal. ¿Por
qué gana esta Banalidad? Porque está ne-
gando su semblante feérico... su realidad qui-
mérica. Un changeling gana Banalidad cada
vez que deja que el mundo real prevalez-
ca sobre el quimérico.
 ¿Afecta el daño real al semblan-
te feérico?
Sí. Cualquier arma, real
o quimérica, lo afecta. A
la inversa, sólo las armas
reales afectan al aspec-
to mortal. Las armas
quiméricas (a no ser
que cobren realidad
al invocar la Fantasía)
no tienen ningún
efecto aparente en el
mundo real.
 ¿Afecta el daño
quimérico al cuerpo
mortal de un personaje?
En la mayoría de los
casos, no. Aunque un
changeling que ha visto su
brazo amputado por daño qui-
mérico “cree” que le falta un
brazo. Por supuesto, si un
changeling invoca la Fantasía,
entonces todos los efectos
quiméricos se vuelven reales.
 ¿Puede un changeling en su
forma feérica usar una pistola?
Sí; no obstante, utilizar armas y dis-
positivos modernos puede ser considerado
banal, y el Narrador podría penalizar al per-
sonaje con un punto de Banalidad temporal de
cuando en cuando. En última instancia, depende
del tipo de crónica que estés dirigiendo. Por otra
parte, el linaje del personaje podría decidir si

Capítulo dos: Cuestiones de diseño 47

 cualquier cosa más allá de lo ordinario. Hay muchas teorías
diferentes entre la Estirpe en cuanto a su naturaleza exacta, y
no hay dos escuelas de pensamiento iguales. Lo que todos
los changelings creen, no obstante, es que la Banalidad co-
rroe el Ensueño. Para los changelings, es un anatema, pues
atenta contra su misma esencia, destruyendo todo en lo que
se esfuerzan por ser.
Los personajes que niegan de forma regular su
existencia feérica o que perjudican al Ensueño de
alguna manera corren el riesgo de ganar Banalidad.
Siempre que un personaje provoque sufrimiento, o
incluso si fracasa en estimular la creatividad, po-
dría ganar Banalidad.
 ¿Cómo puedes librarte de la Banali-
dad?
En primer lugar, no hay reglas estric-
tas y rápidas sobre este tema. Cómo pue-
de librarse de la Banalidad un personaje, si
es que ello es posible, es una cuestión que
sólo el Narrador puede responder. Debería
ser una tarea en extremo difícil... casi imposi-
ble. Casi todos los changelings son Deshechos
por la Banalidad antes de afrontar la muerte de su cuerpo
mortal.
Un personaje podría perder Banalidad al tener éxito en
una búsqueda fantástica, o tal vez incluso al crear o inspirar
una espectacular obra de arte. El tiempo pasado en el Ensueño
puede hacer que un personaje pierda Banalidad, aunque todo
el que intente esta gesta corre el riesgo de la Confusión, por
no decir nada de perderse de forma permanente en el Ensue-
ño.
 ¿Qué relación tiene el Glamour con la Quintaesencia?
¿Son lo mismo?
A veces sí y a veces no... lo cual constituye la mejor res-
puesta que puede darse. Una Piedra de Sueño hallada en un
claro muy probablemente será ambas cosas, en tanto una obra
de arte, si bien puede generar Glamour, no es probable que
sea Quintaesencia. La decisión se deja en manos del Narrador.
 ¿Qué le sucede a un changeling que llega a 10 puntos
de Banalidad permanente?
El personaje es Deshecho. Se vuelve por completo mortal
y nunca jamás puede volver a ser hada. El alma feérica sigue
en él hasta que el mortal muere, empero, y llegado ese mo-
mento renace en un nuevo cuerpo humano.
 ¿Puede tener Banalidad un lugar?
No. Un lugar puede ser banal, pero no puede tener un
valor real de Banalidad.
 ¿Cuánto Glamour puedes obtener de un feudo?
Un personaje durmiendo a la luz de una Hoguera recupe-
ra un punto de Glamour temporal por cada nivel del feudo.
Sin embargo, el Glamour permanente del personaje nunca
puede ser sobrepasado. Éste debe haber logrado permiso del
dueño del feudo para ganar Glamour de tal forma. Sólo un

48 Guía del Narrador

cierto número de personajes dependiendo del nivel del feudo
pueden recuperar Glamour así.
Dormir en un claro permite recuperar un punto de
Glamour por cada nivel del claro, pero sólo a un único
personaje.
Puede Saquearse Glamour de un feudo o claro, pero se
corre el riesgo de dañarlos. Las reglas para el Saqueo
pueden encontrarse en Changeling: El Ensueño en
la página 226.

El Ensueño
 ¿Dónde se encuentra el Ensue-
ño? ¿Form
¿Formaa parte de la Umbra o es un
reino distinto?
El Ensueño no es exactamente una
parte de la Umbra, aunque está conectado a
ella. El Ensueño existe en torno y a través de la
Umbra, tocándola por todas partes, pero conecta-
do a ésta sólo en ciertos lugares. Es posible en-
contrar tu camino en el Ensueño desde la Umbra,
pero no siempre es tan sencillo como parece.
Como las hadas, el Ensueño es elusivo y
puede ser bastante difícil de localizar a
no ser que hayas estado allí antes o
conozcas con exactitud lo que estás
buscando. Sueños y Pesadillas te
ofrece gran cantidad de información
sobre cómo se relaciona el Ensueño con
la Umbra, y se recomienda vivamente a
los jugadores que pretendan usar con pro-
fusión el Ensueño en sus crónicas.
 ¿Puede retornar mi personaje
changeling a Arcadia?
La respuesta a esta pregunta por lo general
es no. Con todo, puede que algunos Narrado-
res quieran hacer que la meta de sus cróni-
cas sea el retorno de los personajes a la
tierra natal feérica. Sin embargo, recomien-
do que una vez éstos regresen a Arcadia,
no les sea permitido volver a la Tierra.
 ¿Puedo llevar a un vampiro, hom-
bre lobo o mago dentro del Ensueño?
Si el personaje es encantado pre-
viamente, un changeling puede lle-
var a cualquiera a través de un paso
introduciéndolo en el Ensueño. Hom-
bres lobo y magos pueden incluso ser
capaces de dar con su propio pasaje
al Ensueño, a través de la Umbra, si
saben lo que están buscando.
 ¿Dónde está Arcadia?
La mayor parte de changelings cree que Arcadia está
en el centro del Ensueño Profundo, pero su emplazamiento exac-
to, si es que sigue existiendo, es algo que el Narrador ha de
decidir.

Capítulo dos: Cuestiones de diseño 49

50 Guía del Narrador
 Capítulo tres:
Interpretando
las reglas
“¡Aguarda un minuto! ¿Cuánto daño hace una lucerna? ¡No importa!
¡Es una historia para Divertirse!”
—Chris Kubasik, “The Interactive Toolkit”, White Wolf Inphobia #54
Changeling es un juego narrativo y, como todos los jue-
gos, tiene reglas. A diferencia de aquellos juegos en los que
solamente se trata de ganar y perder, el sistema narrativo es un
juego de rol, dedicado a crear y contar historias. Esta defini-
ción significa que los jugadores y el Narrador necesitan mane-
jar las reglas de forma distinta de la que emplearían en un
juego de tablero o de cartas. Este capítulo describe cómo usar
las reglas de Changeling para enriquecer las historias que tu
crónica crea, en vez de limitarlas. Asimismo considera diferen-
tes perspectivas a la hora de interpretar los resultados de las
acciones, con menos reglas y un menor uso de elementos
aleatorios (como las tiradas de dados), que en ocasiones pue-
den estorbar la narración dramática.
Juego dramático
Hay un viejo debate sobre las reglas entre los devotos de
los juegos de rol. Una parte cree que éstas son útiles únicamen-
te en tanto proporcionen un telón de fondo para la interpreta-
ción, narración y el drama desarrollado en el juego. La otra
parte piensa que las reglas son importantes en y por sí mismas.
El sistema de reglas no sólo afecta a cómo se juega, sino también
a la sensación de conjunto del juego. Debates prolongados sobre
realismo versus jugabilidad, o juego de rol versus juego de da-
dos, surgen regularmente. Es improbable que este libro, o cual-
quier otro libro de juego, acabe con el debate sobre la impor-
Capítulo tres: Interpretando las reglas
tancia de las reglas en el juego de rol. Aquí planteamos cómo
utilizar las reglas para mejorar tu juego.
El juego de rol tiene reglas en primer lugar para zanjar
discusiones sobre lo que ocurre exactamente durante la historia
a medida que se desarrolla. Las reglas proporcionan un lenguaje
común y un sistema universal para determinar los resultados de
cualquier acción dada que un personaje realice. El sistema in-
tenta evitar la clase de disputas en las que los niños a menudo
se ven envueltos en juegos de Policías y Ladrones, en los que tú
afirmas haber cogido a alguien, y ese alguien asegura que no.
¿Quién tiene razón? Las reglas te ayudan a resolverlo. Como
Narrador cuentas con una Reserva de Dados para cualquier ta-
rea dada y un número que alcanzar. Una tirada de los dados te
dice lo bien que lo has hecho en la tarea en cuestión.
Los juegos de reglas pretenden simular cosas de la vida
real, tales como saltar una cerca o disparar una pistola, junto
con sucesos ficticios como lanzar un cantrip o luchar con un
monstruo quimérico. Las reglas son un modelo para saber cómo
funcionan tales acciones de forma que puedas determinar qué
sucede después de que un personaje decide sacar su espada y
luchar en un duelo formal.
El auténtico secreto de las reglas es el que sigue: Real-
mente no las necesitas. Sólo son un modelo, un medio de
imaginar cuán a menudo y en qué grado tiene éxito un
personaje en una tarea concreta. Si eliminases las reglas,
seguirías pudiendo imaginar qué ocurriría si un troll decidiese
51
golpear a un pooka advenedizo en la cabeza con su maza;
simplemente sería más difícil y supondría más conjeturas por
tu parte. ¿Cuán fuerte y rápido es el troll? ¿Cuán alerta está el
pooka? Podrías examinar sus Rasgos e imaginarte lo que tú
crees que pasaría. De hecho, todas las reglas de juego siguen
necesitando interpretación por parte de los jugadores y el
Narrador para darles sentido, algunas algo más que otras.
Sistemas
“Regla Número Uno: No te apures con las pequeñeces.
Regla Número Dos: Todo son pequeñeces”.
—Richard Carlson, Doctor en Filosofía, No te apures con
las pequeñeces
Ahora que tienes una idea de cómo entender las reglas y
ensayar con ellas para ajustarlas a tu historia, esta sección con-
sidera algunos ejemplos y sistemas específicos para usar me-
nos tiradas de dados, empleando las reglas de forma más dra-
mática, así como otras mecánicas de juego que pueden entor-
pecer tu historia.
Percepción
“De acuerdo, te adentras en una habitación oscura. Haz
una tirada de Percepción + Alerta”. Órdenes como ésta les
52 Guía del Narrador
dicen a los jugadores que algo va a ocurrir de inmediato. Una
de las dificultades de la percepción en un juego de rol es que
el Narrador hace las veces de todos los sentidos de los
personajes de los jugadores. De tal manera describes todo lo
que sus personajes experimentan en la historia. La forma
primordial en que las reglas dan forma a este hecho es mediante
el uso de Rasgos como Percepción y Alerta. El jugador tira los
dados para ver si un personaje advierte o aprecia algo.
Sin embargo, pedir al jugador que lo haga le dice que hay
algo que ha de ser advertido o apreciado con respecto a cierta
persona, lugar o cosa... aunque fracase su tirada. Si tuviese éxito,
también sabe aproximadamente por cuánto gracias al número
de tiradas con éxito, lo cual puede llevar a los jugadores a gastar
puntos de Fuerza de Voluntad para asegurarse de no fallar una
tirada de Percepción importante o a hacer esfuerzos extra en
busca de claves puesto que “saben” que hay algo por encontrar.
Además, da lugar asimismo a una proliferación de tiradas de
Percepción cuando los jugadores tratan de registrar cada rincón
buscando puertas secretas, claves ocultas y emboscadas.
Es conveniente hacer tiradas de Percepción para los perso-
najes de los jugadores en secreto, y después decirles lo que ad-
vierten. Entonces el jugador no sabe si la tirada tuvo éxito, o si fue
efectuada siquiera. Tú simplemente le describes la escena y él ha
de reaccionar a lo que conoce. El jugador puede pedir más deta-
lles o emplear cantrips u otras habilidades para intentar saber
más, pero nada puede inferirse de la tirada de dados. En este
caso, la Percepción obra de forma muy parecida a la vida real, y
los jugadores no pueden confiar por completo en sus sentidos
puesto que no conocen nada más que su nivel básico de habili-
dad. Un personaje que sea más perceptivo que otro puede con-
fiar en que sus percepciones sean más certeras, pero eso es todo.
Entonces, puedes prescindir de muchas tiradas de dados.
Usa los niveles de Rasgos de los personajes como guía acerca
de lo que advierten sobre algo, junto con las necesidades dra-
máticas de la historia. Puedes predeterminar algunas escenas
dramáticas con más facilidad si sabes que no se echarán a perder
por una buena o mala tirada de un personaje. No uses esta
ventaja contra los jugadores para hacerlos caer constantemente
en emboscadas, trampas, o errores de identidad; en vez de eso,
asegúrate de que al menos un personaje advierte la emboscada
cuidadosamente tendida en el último segundo o de que percibe
algo extraño cuando alguien no está diciendo toda la verdad.
Usa las percepciones de los personajes para guiar tu historia y
transmitirles información, sobre todo a aquellos que interpretan
personajes con Conocimientos y Habilidades especializadas.

El síndrome del loro

Resulta difícil interpretar a un personaje que posee habili-
dades, o más importante aún, conocimientos que tú no tienes.
Los actores lo hacen con bastante facilidad porque sus líneas
están escritas para ellos. Aunque un actor que interprete a un
doctor no tenga la más mínima idea de la diferencia entre una
arteria y una vena, suena como un experto debido a que los
guionistas se tomaron su tiempo para buscar información y
cuentan con un médico asesor a mano.
Sin embargo, la misma naturaleza de los juegos de rol
impide que estén redactados de antemano sin arruinar la es-
pontaneidad y diversión de construir la historia. El tipo y la
cantidad de información disponible para un personaje están
determinados por el número de puntos que el mismo tiene en
ciertos Rasgos, en particular Técnicas y Conocimientos. Podría
ser que el jugador no supiese nada sobre vampiros, pero mien-
tras su personaje tenga en Sabiduría Popular sobre Vampiros
 , tiene muchas probabilidades de descubrir a uno. El ju-
gador tira los dados y el Narrador determina a partir del
resultado cuánto debería saber el personaje del tema en
cuestión.
El principal problema es el Síndrome del Loro. El jugador
efectúa su tirada, el Narrador le cuenta lo que sabe su perso-
naje del asunto, y entonces el jugador se vuelve hacia los otros
y “repite como un loro” lo que el Narrador acaba de decirle a
él. El jugador no tiene muchas oportunidades para alterar la
información, ni tiene en realidad opción de retener información
ni de añadirle sus propias opiniones o ideas. Los otros jugadores
ya lo han oído, y aunque podrían ser capaces de separar lo
que han oído de lo que se les cuenta a sus personajes, cualquier
sorpresa relacionada con la información desaparece. Parte de
la diversión de interpretar un personaje que es más listo, más
perceptivo o sabio que tú consiste en la habilidad de contar a
otros lo que has advertido. El Síndrome del Loro lo hace difícil.
Hay algunas formas de evitarlo. Utiliza notas o cuadernos
azules para transmitir la información solamente al personaje que
cuenta con el Rasgo apropiado, permitiéndole de esta forma deci-

Capítulo tres: Interpretando las reglas 53

dir qué hacer con la misma. El personaje podría reservarla del
todo o en parte para sí mismo, mentir acerca de ella, distorsionarla
de alguna manera, añadirle algo o sencillamente comunicársela a
los otros personajes de la forma que desee. Lo importante es que
es decisión del jugador qué hacer con la información, y los otros
no saben necesariamente qué está pasando. Saben ciertamente
que algo ocurre porque ven pasar la nota o el cuaderno azul, así
que de cuando en cuando pasa notas en blanco o que contengan
pequeños mensajes irrelevantes para el juego. Este “cambalache”
inofensivo evita que los otros jugadores sepan con seguridad si la
nota contenía información de importancia.
El intercambio de notas y cuadernos azules lleva mucho
tiempo, no obstante, y puede ralentizar el juego mientras es-
cribes algo, en particular una descripción en profundidad. Re-
duce la pérdida de tiempo preparando algunas notas de ante-
mano con cosas que crees que encontrarán los personajes du-
rante el juego. No hay forma de predecir qué cosa advertirá
cuál personaje ni en qué grado, así que disponer de notas
preparadas puede ser arduo y sigue llevando tiempo.
Otra opción más radical para evitar el Síndrome del Loro
es dar algo de control sobre la percepción de un personaje al
jugador, lo que le permite reportar algunas cosas que su per-
sonaje conoce y advierte durante la historia. Esta opción requiere
mucha confianza por tu parte, pues debes estar seguro de que
éste puede manejar su influencia sobre la historia.
Por ejemplo, tres personajes jugadores descubren el cuer-
po de un boggan asesinado en su humilde tienda. Los perso-
najes quieren registrar la tienda en busca de pistas sobre el
asesino. Tú has decidido que el boggan fue muerto por su
hermano Oscuro tras una discusión, pero los jugadores no lo
saben. Diles lo que observan en el cadáver y el estado de la
tienda, y entonces pregúntales qué encuentran sus personajes.
Aquéllos con la Percepción y Alerta más altas tienen mayor
libertad para imaginar lo que hallan, en tanto los que tienen
los Rasgos apropiados más bajos puede que no reparen en
gran cosa. Un personaje eshu posee una Percepción muy alta
y se pasea en torno al cuerpo al estilo Sherlock Holmes.
—¿Veis esto? —dice a los otros—. Estas marcas en su gar-
ganta muestran claramente que fue estrangulado, muy proba-
blemente por alguien mucho más alto y fuerte que él. El asesi-
no debe de tener mucha fuerza, aunque no creo que podamos
descartar a un mortal.
No le has dado ninguna información al jugador; sencilla-
mente el eshu la ha inventado. En lugar de tratar de empujar al
jugador de vuelta al camino que tenías en mente, tomas algu-
nas notas y decides que el hermano Oscuro podría tener un
cómplice troll o mortal actuando con él. Los personajes prosi-
guen su investigación y por fin dan con el cómplice, demos-
trando que el eshu estaba en lo cierto, aunque no estaba así
previsto al principio de la trama.
Este método permite que los jugadores cambien la historia
en gran medida. Incluso con jugadores a quienes conoces y en
quien confías, emplearlo exige pautas para impedir que tu
historia se convierta en un caos.
La habilidad del jugador para especular acerca de lo que
su personaje percibe o conoce se basa en primer lugar en el
nivel que posee del Rasgo necesario. Como Narrador, tienes
siempre el derecho de decir: “No creo que tu personaje pueda
54 Guía del Narrador
saber algo así”, si piensas que el jugador ha ido demasiado
lejos. En el caso de varios jugadores ofreciendo hipótesis sobre
un mismo asunto, lo más probable es que el personaje con la
Reserva de Dados más alta al respecto tenga razón. Mas ¡no
siempre es así! A veces la especulación de un jugador con una
Reserva de Dados baja podría ser la correcta, ya sea porque se
ajusta mejor a la historia, o sencillamente porque sorprende a
los jugadores e impide que se vuelvan creídos.
Si quieres limitar la habilidad de los jugadores para alterar
la historia de esta forma, diles que gasten un punto de Fuerza
de Voluntad para ofrecer tal conjetura. Recuerda, empero, que
no hay garantía alguna de que la hipótesis de un jugador re-
sulte cierta, con independencia de lo altos que sean sus Rasgos,
pero un personaje con Rasgos altos debería acertar más a me-
nudo que en caso contrario; de lo contrario su estrategia no
funciona y los Rasgos carecen de significado.
Sagacidad
La Estirpe posee sentidos más allá de los simples mortales,
junto con información sobre secretos del Ensueño y recuerdos
de vidas y experiencias pasadas. No obstante, el Narrador no
cuenta con ningún modelo del mundo real para el uso de
habilidades feéricas como la Sagacidad. Esta carencia de
modelos es provechosa puesto que deja más espacio para la
expresión creativa; puedes inventar más cosas acerca de lo
que percibe un changeling mediante la Sagacidad que acerca
de cómo funciona un ordenador o un coche.
Aun más que la percepción ordinaria, las peticiones por
parte del Narrador para efectuar una tirada de Sagacidad avisan
a los jugadores de que algo especial está ocurriendo... algo sólo
detectable por los sentidos feéricos de sus personajes. Es acon-
sejable hacer las tiradas de Sagacidad en secreto o decidir qué
contar a los jugadores basándose en los puntos que tengan de
Sagacidad y Percepción. Los personajes con la Reserva de Dados
más elevada repararán en aspectos más sutiles y detallados, en
tanto aquellos miembros de la Estirpe con menores habilidades
apenas se darán cuenta de lo evidente. Esta distinción permite
que los aspectos místicos del mundo quimérico sean más abs-
trusos y sorprendentes (tal como deberían ser).
La percepción del Ensueño es más subjetiva que la per-
cepción del mundo real por parte de la Estirpe. Si escoges
emplear el método de dejar que los jugadores inventen algo
de lo que sus personajes advierten o saben, puedes darles
mayor flexibilidad para traer a colación elementos del Ensue-
ño... donde la percepción a menudo es realidad. Si un perso-
naje de la Estirpe asegura ver evidencias de una Bestia
Buscadora en el paisaje quimérico, entonces tal vez haya una
merodeando por alguna parte...
Interacción social
“¡No he jugado a D&D durante todos estos años sin apren-
der algunas cosas acerca del coraje!”
—Bicho alienígena, Expediente X
—Bien, el dependiente de la videoteca parece receloso —
dices a los jugadores—. ¿Por qué quieres saber a quién perte-
nece esta tarjeta? ¿Acaso no es tuya?
 —Yo le Convenzo —dice un jugador haciendo sonar los
dados—. He conseguido cuatro éxitos.
Éste es un ejemplo de “intercambio social” demasiado tí-
pico entre un personaje del Narrador y uno del jugador. Los
jugadores tienden a considerar la interacción social solamente
como otro obstáculo a superar con una tirada de dados. Esta
forma de verlo elimina un elemento crucial de la experiencia
narrativa: la oportunidad de revelar algo acerca de los perso-
najes a través del diálogo y la interacción. No leerías una novela
ni verías una película en la que los personajes nunca hablaran
ni interactuaran con nadie salvo para hacerle polvo. Incluso
las películas y libros más violentos contienen algo de diálogo.
Reducir la interacción social de los personajes del jugador al
nivel de unas tiradas de dados hace que la historia sea poco
más que un mal vídeo juego.
Anima a los jugadores para que interpreten su interacción
con los personajes del Narrador, o de otros jugadores, antes
de lanzar los dados. Deberían practicar este método para de-
terminar los efectos de su intento de persuadir, seducir o
intimidar a otro personaje, lo cual da al jugador la oportunidad
de mostrar algo de la personalidad de su personaje. Y te da la
posibilidad de desarrollar relaciones entre los personajes de
reparto y los de los jugadores.
Una vez más, puede que quieras que cierta interacción
se desarrolle en secreto para evitar que los jugadores sepan
Capítulo tres: Interpretando las reglas
de inmediato si sus intentos tienen o no éxito. Podrías asi-
mismo querer prescindir de algunas tiradas de interacción y
basar los resultados en las habilidades del personaje. Si es
bastante seguro que un personaje puede seducir al depen-
diente de una tienda de vídeo y los jugadores hacen alarde
de ello, ¿por qué dejar que la decisión dependa de los da-
dos cuando puedes llegar a tus propias conclusiones y ha-
cer que la historia continúe?
Interacciones entre
personajes de los jugadores
La relación entre personajes de los jugadores debería
constituir una excepción a las reglas habituales de
interacción. Exceptuando las habilidades basadas en el
Glamour (como la Reverencia inspirada por un sidhe), las
tiradas de interacción no deberían usarse entre personajes
de los jugadores. Deja que éstos interpreten la interacción y
hagan que las reacciones de sus personajes dependan de
ellos. A los jugadores no les gusta que les priven de su libre
albedrío. Por otra parte, aquellos que gozan de la habilidad
de emplear la Persuasión e Intimidación contra sus
compañeros podrían abusar de este privilegio. Brinda
indicios para la interpretación; describe a un personaje del
Narrador como “autoritario” o “impresionante” sin dictarles
cómo habrían de reaccionar sus personajes. Las reacciones
55
 de los jugadores son, después de todo, una parte
fundamental en el discurrir de la historia.

Romance
En el apasionado mundo de la Estirpe, el romance es una
forma de interacción importante entre personajes... y peliagu-
da de representar en un juego de rol. El amor cortesano y los
entreactos románticos de los personajes no han de reducirse a
un conjunto de tiradas de dados. Tratar este asunto exige gran
cuidado y previsión.
En primer lugar, habla con los jugadores y averigua lo có-
modos que se sienten con escenas románticas. Si les parece
bien la idea, intercambia pareceres sobre los límites del buen
gusto para el juego y sobre cómo abordar ciertas cuestiones. ¿Se
tocará el tema del sexo, y de ser así, en qué términos? Mantén la
insinuación y conversación sexual vaga y “entre bastidores”, como
ocurre en la mayoría de los programas de televisión y películas
para mayores de 13 años. Un sencillo “tú y tu amada pasáis una
apasionada noche juntos” suele ser suficiente sin entrar en deta-
lles. Un grupo más adulto puede que desee sopesar temas más
adultos en sus partidas, pero Changeling no es el Foro de
Penthouse, pese a la presencia de rijosos sátiros y otras hadas.
Algunos jugadores y Narradores no tienen problema en
hablar de sexo, pero se sienten incómodos representando esas
escenas románticas. Puede resultar difícil si uno interpreta a
un personaje que declara su amor eterno a otro, cuando el
otro jugador es de su mismo sexo. Los jugadores pueden
interpretar personajes de otro sexo, igual que los Narradores
han de llevar personajes del sexo opuesto todo el tiempo.
Comprensiblemente, algunos jugadores encuentran la situa-
ción embarazosa e incómoda. La mejor solución puede ser
representar las escenas románticas de forma escrita, en un
cuaderno azul o por correo electrónico; ambas opciones
permiten a todas las partes sentirse menos inhibidas, dado que
la interacción ocurre “entre bastidores” y es más privada.
Al manejar los intereses románticos de los personajes en
juego, ten en cuenta sus distintos Rasgos (como Carisma y Apa-
riencia), pero no reduzcas la búsqueda del amor (o incluso de la
lujuria) a simples tiradas de dados. Desafía a los jugadores para
que ofrezcan una interpretación apropiada para conseguir sus
metas románticas, igual que harías con cualquier otro objetivo
social. Algunos de los detalles más personales pueden pasarse
por alto, pero la búsqueda del ser amado por parte de un perso-
naje ayuda a crear una espléndida historia al estilo romántico
cortesano que resulta tan adecuado para Changeling.

Interpretación
El Glamour es una fuerza creativa, y los changelings están
imbuidos de él. La Estirpe se compone de criaturas artísticas y
expresivas, ya sea organizando un festejo, ya sea esforzándose
por lograr el Éxtasis a través de sus búsquedas creativas (ver
Epifanías, página 57). La Interpretación es una experiencia social
que ha de compartirse con otros, así que la leyenda y la tradición
changeling están llenas de bardos y otros intérpretes que acumulan
Glamour e influyen sobre otros mediante sus interpretaciones.
Al tratar una interpretación durante el juego, haz que el
jugador efectúe una tirada de Interpretación + Carisma (u otro
Atributo apropiado), lo cual es conveniente en los casos en

56 Guía del Narrador

que el resultado de la interpretación es dudoso; no hay nece-
sidad de representar la interpretación en sí.
En la mayoría de las ocasiones, no obstante, los resultados
de la interpretación pueden determinarse con una tirada de
dados. ¿Cuán hábil es el personaje en Interpretación? ¿Cuán
elevado es el Atributo principal? Sírvete de estas cuestiones
como directrices para decidir con rapidez el resultado general
de una interpretación. Si un personaje quiere simplemente can-
tar una canción o recitar un poema para entretener a la corte
durante una reunión social, no hay necesidad real de lanzar
los dados; basta con que le cuentes al jugador el resultado de
la interpretación basado en la habilidad y la actuación del per-
sonaje. Al igual que con las interacciones sociales, una buena
actuación por parte del jugador realza los efectos de la inter-
pretación. Si éste compone una canción o poema, entonces
debería recibir una justa bonificación, y los demás deberían
sentirse animados a expresarse a través de sus personajes.
Persuasión
¿Y si un personaje quiere ser convincente o encantador?
Una vez más, puedes exigir una tirada de Persuasión + Caris-
ma o Manipulación para decidir el resultado, o basarlo en el
nivel general de habilidad que tiene el personaje, unido al
esfuerzo interpretativo que el jugador demuestra. No todos
somos maestros de la oratoria, así que ten siempre en cuenta
el nivel de habilidad del personaje cuando un jugador hace
un intento de Persuasión u otra interacción social. Un esfuer-
zo algo flojo pronunciado por un personaje muy carismático
avezado en la interacción es más efectivo que el mismo diá-
logo pronunciado por un personaje que tiene la personalidad
de una piedra... una piedra tosca y afilada ya puestos. No
esperes interpretaciones merecedoras de un Oscar, pero pre-
mia el esfuerzo sincero.
Si los jugadores disfrutan representando una interacción
social, entonces déjales hacerlo y sé digno de sus esfuerzos. Si
no les gusta, hazlos hablar y dales una oportunidad de disfru-
tarlo; ahora bien, no los obligues. Sigues pudiendo usar méto-
dos abreviados, lanzamientos de dados o conjeturas basadas
en sus Rasgos, para resolver el resultado.
Epifanías
Las epifanías son la conexión más poderosa de un
changeling con la misma fuente del Ensueño. Representan las
cumbres y abismos de los que la Estirpe es capaz en su bús-
queda de Glamour, y a menudo ofrecen muchas posibilidades
dramáticas para una crónica. El sistema de dados para las epi-
fanías en Changeling: El Ensueño (páginas 214-216) describe
los procedimientos de forma abreviada, reduciendo así un
proceso bastante complejo a unas pocas tiradas en aras de la
simplicidad. Este apartado desarrolla los caminos de la epifanía
y cómo pueden representarse en el contexto del juego.
Este material es una extensión opcional de las epifanías;
no es necesario para representar cada una de ellas con el mis-
mo detalle que aquí se ofrece. A veces conviene más a la
historia usar el método de dados para las epifanías. Éste decide
con rapidez el resultado de cualquier intento dado de acumular
Glamour, permitiendo que la historia prosiga. Usa las necesi-
Capítulo tres: Interpretando las reglas
dades de ésta y tu sentido común para determinar qué sistema
emplear en un momento concreto.
Estos sistemas son menos rígidos que los métodos de da-
dos, permitiendo de esta forma una mayor flexibilidad pero exi-
giendo más decisiones en conciencia del Narrador. Como la
Confusión, no hay reglas concretas y rápidas aquí... sólo pautas
sobre lo que debe hacer un changeling para lograr una epifanía.
Depende del Narrador, por supuesto, decidir si los esfuerzos
del changeling tienen éxito, y de ser así, hasta qué punto.
Ensoñación
La Ensoñación es el más común e inocuo de los caminos
hacia la epifanía. Se compone de tres pasos básicos y se basa
en gran medida en la interacción social entre la Estirpe y un
soñador mortal. La información del apartado sobre Interacción
Social de la página 54 resulta útil para manejar algunos de los
pasos del proceso de Ensoñación, a saber:
 Descubre lo que inspira al soñador: en primer lugar la
Estirpe debe llegar a conocer al soñador y averiguar qué inspira
su creatividad, liberándolo para que se sumerja en la fuente de
Glamour y haga que parte de éste se manifieste. Si el soñador es
un viejo amigo o compañero del personaje (normalmente a cau-
sa del Trasfondo del soñador o de una relación existente desde
hace mucho tiempo en la crónica), entonces es posible que el
changeling ya sepa qué le inspira. Esta tesitura no significa que
las circunstancias no puedan cambiar, empero; lo que inspiraba
a un soñador la semana pasada podría no albergar ya esa chispa
especial de Glamour para él, obligando al changeling a buscar
una nueva fuente de inspiración. Los soñadores no son máqui-
nas, y lo que inspira a una persona varía en gran medida debido
a su situación, trasfondo y estado de ánimo.
Para llegar a conocer al soñador, el jugador debe represen-
tar cómo se encuentra con él su personaje y se gana su confian-
za y amistad. Este proceso se traduce en un interés común en el
campo creativo del soñador. Un changeling podría encontrarse
a un soñador con el potencial para ser un gran poeta y entablar
conversación con él sobre distintos estilos e influencias poéticas.
Consulta el apartado anterior sobre interacción social para hallar
ideas sobre cómo tratar esta interacción inicial sin apoyarse en
exceso en los lanzamientos de dados.
Una vez un personaje se ha ganado la confianza del soña-
dor, se presenta la oportunidad de descubrir qué podría usarse
para inspirar a éste hacia la grandeza. Ello depende en parte
de la interacción social (llegar a conocer las preferencias y
aversiones del soñador) y de la intuición feérica y la Sagacidad,
que constituye una percepción del flujo de Glamour y de cómo
impulsar su crecimiento. Ten presente el material sobre Per-
cepción y Sagacidad en las páginas 52-54 relativo a cómo pue-
de un personaje obtener pistas sobre lo que inspira a un soña-
dor. Es posible que un changeling pruebe varios métodos de
inspiración antes de acertar. Sólo dar con las pistas adecuadas
puede llevar desde una tarde de charla hasta meses y meses
con éste, sonsacándole sutiles indicios.
 Inspira al soñador: una vez el changeling tiene idea de
cómo inspirar al soñador, puede hacer un intento. El método
que use para la inspiración debería tener en cuenta el Inspirar
changeling. Uno de la Estirpe que genere principalmente Gla-
mour inspirando amor puede que no tenga tanto éxito infun-
57
 diendo una sensación de calma, ¡pero podría ser el catalizador
de una gran obra de arte, en especial un soneto amoroso!
Inspirar al soñador depende de los Rasgos de Manipulación
(guiarle por el camino adecuado) y Empatía (sentir lo que
funciona y lo que no). La cantidad de tiempo que el changeling
emplea tratando de inspirar al soñador también es importante;
cuanto más tiempo se dedica a plantar las proverbiales semillas
de la inspiración, mayor es la cosecha final de Glamour.
Una vez el soñador ha sido inspirado, la inspiración ha de
seguir su curso antes de generar Glamour alguno. Es el acto de
creación el que produce Glamour, no el acto de inspiración. El
changeling ha de permanecer en contacto con el soñador a lo
largo del proceso de creación, lo que precisa seguir con la
interpretación, y puede que tenga que ofrecer más ayuda o
estímulo al soñador para que prosiga. Las interacciones de un
personaje con aquél durante este tiempo pueden ser la base
para una historia, en especial si la consumación del trabajo del
soñador se ve interrumpida o amenazada de alguna forma.
Cuánto tiempo requiere dicha consumación depende del Na-
rrador; podría ocurrir muy rápidamente, como en el caso de
un hombre joven herido de amor que arrebata a su amada y le
declara su amor eterno; o podría llevar más tiempo, como en
el de un escritor trabajando en la Gran Novela Americana.
Si el Narrador establece que el intento de inspirar al soña-
dor es exitoso, el changeling que ha sido su musa gana una
cantidad de Glamour igual a la mitad de su Manipulación +
Empatía, con algunas correcciones en función de lo bien que
se buscó e interpretó la inspiración. Las inspiraciones indiscu-
tiblemente emocionantes e inteligentes deberían ganar más
Glamour, mientras que las apresuradas o repetitivas sin autén-
tico esfuerzo deberían obtener menos o fracasar por completo.
Si el jugador se maneja mal, puedes incluso decidir que el
intento es un fracaso y decirle que comience de nuevo por
encontrar algo distinto que pueda inspirar al soñador. Mas
esto no debería suceder muy a menudo.
 Determina cuánto tiempo debe pasar antes de que el
soñador pueda ser inspirado de nuevo: tras un despliegue
tan intenso de creatividad y Glamour, la mayoría de soñadores
se encuentran exhaustos y no pueden ser inspirados para crear
otra vez de inmediato. El tiempo preciso para que la musa pue-
da volver a hacerlo depende de la habilidad del soñador en el
campo de su preferencia. Un soñador de habilidades modestas
podría necesitar meses (hasta un año) antes de ser capaz de
producir obras Glamourosas de nuevo, mientras que un maestro
(total de Atributo + Habilidad igual a 9 o superior) puede ser
inspirado otra vez casi en el acto (en el plazo de un día). Aun-
que a veces ocurre lo contrario. Un novato podría encontrarse
tan excitado por su creación que está dispuesto para zambullirse
de cabeza en otra, y el maestro puede estar tan agotado por el
esfuerzo que necesita tiempo para reponerse. El Narrador puede
modificar este tiempo dependiendo de la efectividad de la ins-
piración y de cómo pretenda el changeling volver a inspirar al
soñador. Utilizar la misma técnica requiere más tiempo que ofre-
cer un nuevo medio de inspiración. Con el tiempo, el método
original se hace cada vez menos efectivo, obligando al changeling
a buscar una nueva forma.

58 Guía del Narrador

Éxtasis
Por medio de la combinación de sus naturalezas feérica y
mortal, los changelings buscan tocar el Ensueño como hacen
los soñadores mortales. Esta vía es el procedimiento más difícil
de alcanzar la epifanía, pero tal vez sea la más satisfactoria,
puesto que el Glamour procede de las profundidades del alma
creativa del propio changeling. El Éxtasis se basa en gran medi-
da en las directrices sobre la interpretación ofrecidas en la página
56, dado que exige un tremendo esfuerzo artístico por parte del
changeling. La consecución del Éxtasis consta de tres pasos:
 Escoge un medio artístico: el miembro de la Estirpe debe
elegir en primer lugar qué forma de expresión artística ha de ser
el instrumento para el Éxtasis. Este instrumento puede ser
cualquier forma de creatividad a la que des cabida, y los jugado-
res deberían ser animados a ser creativos al traer a colación
nuevas formas de expresión artística para sus personajes. Aun-
que Técnicas como Pericias e Interpretación son las más usadas
por lo general para conseguir el Éxtasis, en ninguna parte se
dice que un changeling no pueda tratar de ser creativo a través
de los gráficos por ordenador o la programación (Ordenador),
de acertijos y puzzles (Enigmas), o investigación científica (Cien-
cia). El “eureka” del descubrimiento científico puede constituir
una epifanía tanto como la creación de una magnífica obra de
arte. El personaje también podría crear algo menos tangible,
como una relación romántica duradera, una pacífica comunidad
de plebeyos y nobleza, o un legado de bien urdidas leyes y
preceptos para guiar a la justicia y autoridad changeling. Cualquier
cosa que haga uso de la creatividad de un personaje (y del
jugador) es un medio viable para buscar el Éxtasis.
Si el jugador posee un talento o interés especial, anímalo a
aplicarlo en el intento de Éxtasis. Si sabe dibujar o tocar música,
por ejemplo, sugiérele que cree un cuadro o canción reales como
parte de la búsqueda de Éxtasis de su personaje.
Luego haz que lo muestre o interprete para el resto del grupo.
Un esfuerzo tan especial debería ser recompensado con Glamour
extra o sumando un punto de Glamour permanente, puesto que
impulsa a otros jugadores a hacer lo mismo. Si un jugador no
tiene ninguna Técnica artística, ofrécele otras posibilidades para
el Éxtasis, como las antes citadas. Tal vez pueda diseñar una página
web para el grupo, u ofrecerse voluntario para atender un teléfono
de ayuda local, o alguna otra forma de inspirar esperanza, tal
como su personaje trata de repartir esperanza y sueños en la
historia. Una vez más, premia siempre el esfuerzo extra.
 Crea una visión o idea: una vez se ha elegido el medio
de expresión, el jugador debe presentar un trabajo específico
que el changeling emprende. Incluso los jugadores sin habili-
dad en el medio escogido deberían por lo menos inventar y
describir con gran detalle la obra que su personaje está creando.
Por ejemplo, un jugador que no tenga mucho de artista pero
cuyo personaje de la Estirpe sí posea una gran habilidad artística.
Aquél sigue pudiendo describir los esfuerzos del personaje y su
meta general, lo que resulta tan creativo como hacer realmente
el trabajo en cuestión. Rétale a describir el objetivo del Éxtasis
de forma que todos los miembros del grupo puedan imaginárselo
claramente. La búsqueda de la visión creativa puede constituir
la base de una historia de la crónica, o puede tener lugar por
completo en el cuaderno azul de un jugador o como parte de
un juego individual especial. Trata de que la búsqueda del Éxtasis
Capítulo tres: Interpretando las reglas
por parte de un jugador no ocupe demasiado tiempo durante
una partida normal a no ser que todos los demás se hallen
ocupados con algo distinto. Desviar la historia en beneficio de
un solo jugador no sienta bien por lo general.
 Haz realidad la visión: una vez el medio y la obra han
sido decididos, el personaje trata de hacer realidad la visión.
Este proceso implica al jugador realmente en la creación de
una obra de arte (según se ha descrito antes), o bien el perso-
naje la “crea” dentro del contexto del juego. El resultado de-
pende de la facilidad con que éste maneje el medio (Atributo
apropiado + Habilidad), del nivel de Banalidad del personaje,
y del trabajo del jugador a la hora de crear y describir el es-
fuerzo creativo. Un intento exitoso de Éxtasis genera una
cantidad de Glamour igual a la mitad del total de Atributo +
Habilidad del changeling. Por cada punto de Banalidad de
éste que supere su puntuación de Glamour, quita un punto;
por cada punto de Glamour que supere su puntuación de
Banalidad, añade uno. Modifica el total basándote en la
interpretación del esfuerzo creativo. Una excelente descripción
y esfuerzo por parte del jugador merece uno o dos puntos
extra de Glamour, en tanto que producir algo realmente debería
premiarse al menos con varios puntos extra de Glamour o
incluso un punto de Glamour permanente, igual que si el
jugador hubiese obtenido cinco éxitos con el método de dados.
Estrago
El Estrago es la forma más simple de epifanía y permite a
un changeling arrancar Glamour de un soñador mortal. Re-
quiere escaso esfuerzo por parte de aquél, pero implica ciertos
riesgos puesto que se basa en el uso de la Banalidad del
changeling para robar Glamour. Un changeling que utilice el
Estrago demasiado libremente puede ganar Banalidad por apa-
gar el espíritu creativo de los soñadores. El Estrago consta de
dos pasos básicos, a saber:
 Establece una relación con un mortal: para Saquear a un
soñador mortal, el changeling primero ha de establecer algún
tipo de relación con él. La naturaleza de la misma puede ser una
amistad muy eventual: de la clase que un changeling
experimentado establece en el curso de un solo atardecer. Pue-
de tener un carácter más profundo si el jugador lo desea, y
algunos Oscuros en particular mantienen estrechas amistades y
relaciones románticas con sus víctimas. Para establecer la rela-
ción, que debería ser interpretada, sigue las pautas de interacción
social de la página 54. Los efectos del Estrago pueden ser modi-
ficados si el Narrador cree que el jugador ha hecho un trabajo
particularmente bueno o malo al entablar la relación.
La elección de la víctima y la naturaleza de la conexión
deberían tener relación con la Especialidad de Saqueo
(Changeling: El Ensueño, página 215). Un changeling que
guste de Destruir el Amor, por ejemplo, podría coquetear
con su blanco tratando de seducirlo a fin de inspirar celos o
provocar una ruptura. Aquél que prefiera Crear Ira podría
dedicarse a consumir el autocontrol de su objetivo, condu-
ciéndole hacia actos destructivos de violencia. Se exhorta a
cada jugador a que escoja una Especialidad de Saqueo, incluso
a aquellos con personajes Luminosos. La tentación de aban-
donarse al Estrago siempre está presente, sobre todo cuando
un perfecto blanco se ofrece a sí mismo ajustándose a la
59
 medida a la Especialidad de un personaje. Un miembro de la
Estirpe puede Saquear a través del simple ataque psíquico,
mas el empleo de la Especialidad de Saqueo personaliza la
acción y enfatiza la interpretación.
 Arrebata su Glamour: una vez el changeling ha entabla-
do una relación con la víctima, puede intentar arrancar el
Glamour de ella. El momento exacto de quitar violentamente
el Glamour a la víctima debería llegar en la cúspide de la emo-
ción inspirada por el Saqueador. La corriente de Glamour so-
breviene en el instante en que la emoción anonada a la vícti-
ma. Cuánto tiempo lleva el proceso depende de la interpreta-
ción del changeling y del juicio del Narrador. Algunas víctimas
pueden ser cuestión de una o dos horas, en tanto otras podrían
ser trabajadas durante días o semanas. Cuanto más tiempo se
precise, mayor recompensa de Glamour. El Saqueador consi-
gue una cantidad inicial de Glamour equivalente a la mitad de
su Banalidad permanente, modificada por la duración de la
relación y la efectividad de la interpretación del jugador.
Los miembros de la Estirpe que Saqueen con demasiada
frecuencia (desde el punto de vista del Narrador) se arriesgan
a ganar Banalidad temporal o permanente por extinguir los
fuegos del Glamour dentro de los corazones mortales. Si un
personaje Saquea de forma indiscriminada o más bien torpe,
el Narrador debería otorgarle un punto adicional de Banalidad
temporal. Por supuesto, esta concesión mejora la habilidad del
personaje para obtener Glamour mediante el Estrago, lo que
crea un círculo vicioso en el que los Saqueadores se vuelven
más capaces y famélicos hasta que son a la postre Deshechos
autodestruyéndose. Representar la espiral descendente de ta-
les changelings supone un interesante reto.

Rapsodia
La Rapsodia es un método Oscuro de epifanía prohibido
por ambas cortes, dado que apaga de manera permanente la
chispa de Glamour en un soñador mortal... llameando por un
breve instante, y luego consumiendo el espíritu creativo del
mortal. La Rapsodia destruye la habilidad mortal de crear Gla-
mour en el futuro y puede también deparar al changeling un
enemigo mortal. Algunos de la Estirpe siguen practicando la
Rapsodia de cuando en cuando, aunque esté prohibida. El
proceso consta de tres pasos.
 Establece una relación con un soñador: como en la
Ensoñación, el changeling ha de establecer algún tipo de rela-
ción con el soñador mortal para la Rapsodia, que puede ser más
fortuita que la típica relación soñador-musa de la Ensoñación. El
changeling planea usar al mortal sólo una vez, después de todo.
Un grupo de changelings puede tomar parte en una Rapsodia,
en cuyo caso debe contar en su totalidad con alguna clase de
conexión elemental con el soñador, al menos un trato eventual.
La interpretación de esta relación es vital, puesto que el changeling
ha de crear las circunstancias en las que el soñador creará la
obra de arte más excelsa que pueda. El changeling debería in-
formarse sobre el soñador y sobre qué tipo de gran obra yace
latente en su espíritu para sacarla a la luz en una llamarada de
Glamour. El soñador debería confiar un tanto en el changeling
que lleva a cabo la Rapsodia o el intento fracasará.
Esta parte de la Rapsodia es la más costosa para los
changelings Oscuros: ganar la confianza de un soñador mortal

60 Guía del Narrador

el tiempo suficiente para inspirarlo a crear, aunque sea una sola
vez. Muchos Oscuros sencillamente no poseen la paciencia ni la
capacidad de engaño para disponer una Rapsodia. La mayoría
de ellos, como los redcaps o trolls, prefieren el Estrago, que no
está prohibido por su corte, a la más compleja y peligrosa Rap-
sodia. Sólo los Oscuros más retorcidos (o los Luminosos real-
mente engañados o desesperados) recurren a ella, a menudo
considerándola como una forma de arte tentadoramente malva-
da... tanto más atractiva por estar prohibida.
 Invierte Glamour en el soñador: en cuanto el soñador
está listo para crear, cada changeling implicado en la Rapsodia
gasta de uno a cinco puntos de Glamour en el mortal para
enardecer su espíritu creativo. El Atributo + Habilidad apro-
piados del soñador son usados para crear la obra maestra, y
los soñadores expertos producen más Glamour en su obra
postrera. El efecto conseguido es mayor al quemar un maestro
de gran talento en potencia que al consumir a un creador de
tres al cuarto. La creación de la obra final del soñador se lleva
a cabo. Cuánto tiempo cuesta depende del Narrador, mas los
soñadores poseídos por la Rapsodia trabajan habitualmente
sin descanso: incapaces de dormir, comer o abandonar su pro-
yecto hasta que esté terminado. Tales soñadores se encierran
bajo llave aislándose del resto del mundo y concentrándose de
forma exclusiva en su creación (este estado puede darse en
otras formas de Ensoñación, pero no de manera tan intensa).
Capítulo tres: Interpretando las reglas
Esta tendencia eremítica supone un problema si los amigos y
seres queridos mortales advierten su inusual conducta e intentan
interrumpir el proceso creativo, o peor aún, otros changelings
se dan cuenta y sospechan que está teniendo lugar una
Rapsodia. Si el mortal puede ser apartado de la obra hasta que
el afán creativo inspirado por la Rapsodia remita, o si es
Saqueado antes de que la obra se concluya, la Rapsodia es
rota y la víctima puede ser salvada. Ello encoleriza ciertamente
a los changelings implicados, pues pierden todo el Glamour
invertido en el soñador, pero puede que los responsables tengan
otros asuntos de los que preocuparse si su Rapsodia se ha
detenido a causa de la intervención de otros changelings. La
nobleza de la Estirpe ve muy mal la Rapsodia y ésta suele
castigarse con el destierro permanente.
 Cosecha Glamour de los esfuerzos del soñador: cuen-
ta los puntos del Atributo + la Habilidad adecuados de la víc-
tima y el número de puntos de Glamour invertidos. Un tercio
del total es el número de éxitos que el soñador obtiene en el
intento artístico, normalmente dando lugar a una magnífica
obra maestra. Cualquier changeling Luminoso envuelto en la
Rapsodia gana un número de puntos de Glamour igual a los
éxitos. Un changeling Oscuro gana el doble de esa cantidad.
En el caso de varios changelings, cada participante recupera
primero el Glamour empleado, y el que quede después se divide
por igual entre ellos. El soñador mortal es consumido por el
61
 Sugerencias para la simplificación del combate
Proezas
Objetivo Tirada Dificultad
 Abrir una puerta a patadas Fuerza + Atletismo 5
 Balancearse sobre una lucerna Destreza + Atletismo 5
 Tirar con fuerza de una alfombra Fuerza + Atletismo 6
 Agarrar a alguien Destreza + Atletismo 6
 Retener a alguien Fuerza + Pelea (o Atletismo) 6
 Intimidar a alguien Manipulación + Intimidación 7
 Derribar a alguien Destreza + Atletismo 7

Daño
 Desarmado Destreza + Técnica de Ataque 7
 Lesionado (Niveles de Salud 1-2) (Rasgos apropiados) 7
 Herido (Niveles de Salud 3-4) (Rasgos apropiados) 8
 K.O. en el acto (Rasgos apropiados) 8
 Muerte (o herida grave) (Rasgos apropiados) 9

esfuerzo, perdiendo de forma permanente la capacidad de crear.
Éste gana un punto de Banalidad permanente por cada 10 de la
reserva (redondeo por arriba) original (Atributo + Habilidad +
Glamour). La creación artística puede asimismo (al arbitrio del
Narrador) convertirse en barcia, conteniendo una cantidad de
Glamour igual al número de éxitos producidos para crearla.
Epifanía y Confusión
En una historia, el factor que contrarresta la epifanía es la
constante amenaza de Confusión. Un changeling que gane
demasiado Glamour, o que emplee demasiado tiempo bus-
cando epifanías, puede caer presa de la locura. El proceso de
deslizamiento paulatino hacia la Confusión se halla por com-
pleto en las manos del Narrador, pero los jugadores pueden
conocer las señales de advertencia (enumeradas en la página
209 de Changeling: El Ensueño) y tomar medidas para evitar
que sus personajes se deslicen hacia la locura. Los changelings
amigos y aliados del personaje también pueden advertir estas
señales y tratar de ayudarle a evitarla.
Ten en cuenta que muchos de los signos de aviso de la
Confusión se hallan ligados a la epifanía, tal como tener un
Glamour más alto que la Fuerza de Voluntad y la Banalidad,
Saquear de forma constante, u obsesionarse con crear arte
(por lo común en la búsqueda del Éxtasis). Un personaje que
gaste la mayoría de su tiempo y energías en pos de epifanías
es candidato a mostrar las señales de Confusión; el Narrador
puede usar la amenaza de Confusión para contrarrestar el
deseo de los jugadores (y sus personajes) de ganar Glamour.
Emplea el primer nivel de Confusión sin restricciones, infli-
giendo el segundo umbral sólo sobre personajes que des-
oigan de manera continua las señales de aviso. El tercer um-
bral de Confusión, no obstante, no debería infligirse a los
personajes a la ligera puesto que es en extremo difícil de
remediar. Asegúrate de que el jugador comprende los peli-
gros antes de enviar a un personaje a la completa demencia.
Por supuesto, si esta caída en la locura (y una prolongada
búsqueda de una cura) se ajusta a la historia del personaje y
la crónica, no hay razón para no seguir adelante con ella.
Combate
Al descender de los wargames tácticos, los juegos de rol
tienden a tener cierta obsesión por los detalles de combate.
Incluso los libros de Changeling cuentan con una docena más
o menos de páginas de reglas de combate, en contraste con
tres páginas de reglas sobre interacción social. Ello se debe a
que la mayoría de los jugadores considera el combate como
más complejo y necesitado de reglas detalladas. Si este estilo
se adapta a tu grupo, entonces úsalo. Algunos jugadores quie-
ren sistemas de combate más específicos y definidos, para si-
mular los matices de la lucha y para evitar la vaguedad que
lleva a tantas discusiones durante juegos de Policías y Ladro-
nes. Tales grupos deberían hacer uso de los sistemas expues-
tos en Changeling: El Ensueño (o Mundo de Tinieblas:
Combate, para un sistema de combate realmente detallado).
El Libro de los Sueños Perdidos proporciona algunas pistas
para usar este último en una crónica de Changeling.
Para grupos que gusten de un sistema de resolución de
combate simplificado, se ofrecen dos opciones: la primera es un
simple método de dados basado en una idea de Chris Kubasik
en su serie de artículos “The Interactive Toolkit” en la revista
Inphobia de White Wolf (números 50-54); la segunda es un sistema
de combate sin dados aún más simple que se basa en el juicio
del Narrador y la creatividad en la representación de los jugadores,
de forma muy parecida a los sistemas de resolución sin dados
para la Percepción y la interacción social antes expuestos. Las
crónicas pueden usar para combatir los cuatro sistemas posibles,
dependiendo de las necesidades de la historia y los deseos del
grupo durante una partida determinada. El método simplificado
sin dados es más apropiado para la resolución rápida de luchas
de menor significación para el conjunto de la historia, o para
combates en los que el drama y la representación son más
importantes que la precisión y las tiradas de dados. El sistema

62 Guía del Narrador

básico de combate y los sistemas avanzados de Mundo de
Tinieblas: Combate pueden usarse cuando sean necesarios un
mayor detalle y maniobras más precisas.

Combate simplificado
Bajo este sistema, los distintos pasos de resolución del
combate se resumen en una sola tirada de dados, usando un
Atributo + Habilidad apropiados. El Narrador fija la dificultad
de la tirada basándose en lo que el jugador quiere lograr, y el
éxito decide el resultado. En lugar de una larga serie de tiradas
de iniciativa en el ataque, tiradas de daño y tiradas de absor-
ción, la acción de la contienda es abstracta y tratada con rapi-
dez. En cada turno de combate, los jugadores y el Narrador
deciden las acciones que intentarán llevar a cabo sus persona-
jes. Hacen una tirada de iniciativa normal, y luego otra para
alcanzar una puntuación estimada.
 Si un personaje obtiene tres o más éxitos, culmina la tarea.
 Si obtiene menos de tres, logra un éxito parcial.
 Si falla, no consigue nada.
 Si fracasa, resulta dañado.
Los objetivos van desde logros simples (“quiero derribarlo
de un golpe” o quiero cogerlo con una presa”), pasando por
lesiones menores: “le disparo en la pierna”, hasta lesiones
mortales: “lo atravieso con una poderosa estocada, dejándolo
sangrante sobre el suelo”. La dificultad de la tirada depende de
la gravedad del efecto (mira la tabla adjunta sobre dificultades
sugeridas). Cuanto más severa es la acción, mayor dificultad y
mayor posibilidad de un fallo o un fracaso. El éxito no es
acumulativo como en el sistema de combate básico; los resul-
tados de las acciones se deciden en cada turno.
Un éxito completo significa que un personaje realiza la
tarea a la perfección. Si quería matar a un oponente, lo hace.
Si quería desarmar a alguien, tiene éxito. No hay problema.
Un éxito parcial significa que ha causado algún daño, pero
no suficiente para rematar la tarea. El personaje quería matar a
su oponente, pero sólo le golpeó rozándolo. O bien trataba de
desarmar a alguien y lo ha desequilibrado, pero no le ha arre-
batado el arma.
Un fallo se explica por sí solo.
La Fuerza de Voluntad puede usarse para obtener un éxito
automático, pero sólo si el personaje consigue al menos otro
éxito con los dados. La Fuerza de Voluntad no puede tornar
un fallo en éxito en este sistema, pero puede ser capaz de
convertir un éxito parcial en uno total.
El Narrador puede ajustar la dificultad para reflejar la ha-
bilidad de distintos oponentes o ataques. Por ejemplo, los ad-
versarios que son carne de cañón podrían ser fáciles de vencer,
mientras que los monstruos quiméricos exigen una mayor difi-
cultad y/o más éxitos. Las armas y cantrips poderosos pueden
disminuir las dificultades contra algunos contrincantes, mien-
tras que las armas y ataques débiles las aumentan. La dificultad
de una tarea también se ve influida por la interpretación y la
descripción por parte del jugador. Una estrategia particular-
mente inteligente podría bajar la dificultad, en tanto una pobre
interpretación o descripción podrían subirla.
Este sistema es muy limitado. Está diseñado en aras de la
velocidad y simplicidad. Si da lugar a discusiones que ralenticen
el juego, vuelve al sistema básico.

Capítulo tres: Interpretando las reglas 63

 Combate sin dados
El sistema de combate sin dados es aún más simple que el
anterior. En este caso, los dos oponentes en liza determinan su
Reserva de Dados (Atributo + Habilidad) y el personaje con el
total más alto normalmente vence. Eso es todo. Todo lo demás
es creatividad y representación por parte del jugador y el Na-
rrador. Nota: He dicho normalmente. La afirmación anterior da
por sentado que todo lo demás en el combate permanece igual,
y ése no es siempre el caso. Los jugadores influyen en el resul-
tado del combate a través de la representación y de tácticas
innovadoras que cambien las tornas en su favor, o que lleven
la lucha de un terreno donde un personaje es débil (tal como
la lucha con espada) a uno en el que es más capaz (como la
lucha cuerpo a cuerpo o incluso la intimidación).
Este sistema elimina la mayoría, si no toda, de la aleatoriedad
del combate. Un personaje que sea más apto que su adversario
puede contar con vencer a no ser que las circunstancias cambien.
Algunos consideran esta opción más “realista” que el método de
dados, en el que una sola tirada fracasada puede cambiar la
suerte de la batalla. Contra oponentes superiores, los personajes
han de confiar en la astucia, argucia y la perfidia absoluta si
quieren vencer. El combate aquí se apoya sobre una buena
narración y descripción que hagan que los jugadores sientan
que tienen opciones y que proporcione más dramatismo que
una simple comparación de números.
Una ventaja del sistema sin dados es que puede ser tan
simple o complicado como se desee. Si los personajes luchan
contra carne de cañón, no hay necesidad de descripciones
complejas o de dados. Una descripción elemental del tipo
“rápidamente doblegas a tus adversarios muy inferiores” bas-
ta y deja que la acción del juego continúe sin interrupción.
Por otra parte, un duelo culminante entre oponentes de ha-
bilidad bastante igualada debería ser representado con gran
detalle, con cada parte probando con cautela a la otra, bus-
cando oportunidades e inventando estrategias para herirle.
El grado de detalle se ajusta pues para encajar con las nece-
sidades de la historia. Por supuesto, algunos combates
merecen más atención que otros, tales como las
confrontaciones entre los personajes y un viejo enemigo, una
escena decisiva, o un punto crucial de la historia.
Los jugadores no conocen las habilidades de sus adversa-
rios de forma automática. Un sidhe Oscuro podría ser un maes-
tro duelista o un aficionado jactancioso. Sólo desafiándolo a
combatir puede un personaje saberlo con seguridad. Incluso
entonces, ¿quién dice que el sidhe no se esté conteniendo y
trate de infundir en su contrincante una falsa sensación de
seguridad antes de avanzar para matarlo? Un personaje jugador
puede igualmente intentar “engañar” a adversarios luchando a
la defensiva, sin desplegar toda su habilidad, o hacer uso de
otras retas y formas de guerra psicológica. Una pulla o sarcas-
mo bien empleado puede distraer a un oponente o enfurecerlo,
haciéndolo luchar sin prestar atención a defenderse.
Este sistema es muy impreciso y abierto a la interpreta-
ción del Narrador. Se recomienda a Narradores experimen-
tados que estén dispuestos a hacer juicios de valor con res-
pecto las acciones de los personajes de los jugadores. Es
flexible, pero a algunos jugadores puede serles difícil acos-
tumbrarse a su falta de estructura y tiradas de dados en un

64 Guía del Narrador

principio. No obstante, proporciona un sistema de resolu-
ción dramático y conducido por la historia. Pruébalo y ob-
serva cómo funciona con tu grupo
Cantrips
Los cantrips son parte del estilo de Changeling y un im-
portante arma del arsenal de la Estirpe. Su uso en la historia
requiere mayor atención que los sistemas de dados básicos de
Changeling: El Ensueño, en particular en el caso de cantrips
que impliquen Percepción, lo que produce el Síndrome del
Loro, y aquellos que comportan interacción social o afectan
sólo al personaje que los invoca. Este apartado brinda algunas
normas de resolución rápida que los Narradores pueden em-
plear para fomentar el uso de cantrips y facilitar descripciones
dramáticas y resultados de sus efectos.
Disparates
Los Disparates, el precio que el Glamour demanda a cam-
bio de su poder, son una parte importante de la interpretación.
La creatividad del jugador para presentar nuevos e interesantes
Disparates ajustados a su personaje debería ser estimulada.
Recompénsale con niveles superiores por Disparates de ver-
dad originales que vayan bien con un personaje, cantrip y
situación. Muchos changelings poseen Disparates que usan
con ciertos cantrips, algunos de los cuales se convierten en
“marca registrada” de un personaje: como un sluagh que
siempre usa una antigua baraja de tarot como Disparate para
la Adivinación, o un infantil nocker que emplea una colorida
pieza de plastilina como Disparate para el Primal. Los jugadores
deberían pensar una lista de potenciales Disparates fuera del
juego, bien escribiéndolos en sus hojas de personaje, o en sus
cuadernos azules, para echar mano de ellos en caso de necesitar
presto un Disparate. Elementos aleatorios, como cartas de jue-
go o cromos, pueden usarse también para inspirar Disparates,
junto con objetos del cofre de tesoros del jugador, en especial
los que ese personaje suele llevar consigo.
Si usas un sistema de resolución sin dados, ten en cuenta el
nivel del Disparate cuando calcules el éxito del cantrip. Los
Disparates de alto nivel hacen más probable que éste tenga éxito
y produzca el efecto deseado, además de enriquecer la historia.
Cantrips personales
Los cantrips personales afectan sólo al changeling que los
usa. Su efecto puede ser físico o quimérico, como el uso del
Bálsamo de Brezo o el Escudo de Roble. Se incluyen los cantrips
que deparan al usuario alguna clarividencia o Conocimiento
especiales, como la Adivinación, y cantrips como el Susurro
de Sauce. Los resultados pueden decidirse con rapidez
basándose en las necesidades de la historia. Si el efecto del
cantrip no es demasiado trascendental, no se precisa ninguna
tirada. Considera la situación y la habilidad del changeling con
el cantrip escogido, y decide el efecto. Tal vez el Bálsamo de
Brezo cure rápidamente una herida menor, y no haya que
recurrir a una tirada de dados ralentizando el juego.
En el caso de cantrips de Conocimiento, hace su aparición
el Síndrome del Loro. Puede que el Narrador quiera hacer una
tirada o determinar los resultados de cantrips de Conocimiento
Capítulo tres: Interpretando las reglas
en secreto de forma que el jugador no sepa con seguridad si la
información es válida o precisa. Cuando se opte por la resolu-
ción sin dados de cantrips de Conocimiento, el Narrador pue-
de decidir ajustándose a las necesidades de la historia. Si los
personajes del jugador necesitan una pista mejor que la que el
cantrip les proporcionaría normalmente, el Narrador puede dis-
poner las cosas de forma que el cantrip tenga algo más (o algo
menos) de éxito según el caso. La información puede ser trans-
mitida al jugador igual que cualquier otra que éste perciba (ver
Percepción, página 52, sobre normas).
En una crónica más abierta, el Narrador podría incluso
permitir que el jugador decida el resultado de un cantrip de
Conocimiento concreto a partir del número de éxitos. En este
caso, el jugador crea la información obtenida del cantrip y el
Narrador determina si ésta es o no cierta en función del éxito
del cantrip y los requerimientos de la historia. Esta tesitura
requiere un Narrador de pensamiento vivo, y que modifique la
historia según sea preciso, lo cual puede tener resultados muy
gratificantes. Por ejemplo, el jugador cuyo personaje ejecuta
con Adivinación un cantrip de Presagio para saber más acerca
de un misterioso enemigo con el que los personajes han cho-
cado hace poco. El personaje busca visiones en un fuego sa-
grado preparado con raras hierbas y el jugador consigue el
extraordinario número de cinco éxitos con los dados. El per-
sonaje sale de su trance y proclama que el enemigo misterioso
no es otro que ¡su propio mentor! El Narrador planeaba que el
enemigo fuese otro, pero la idea del jugador encaja con los
hechos disponibles y es tan intrigante que se aferra a ella y
decide que es cierta. El jugador no habría ofrecido esa posibi-
lidad si no quisiera que el Narrador la siguiera. Por supuesto,
el resto de los personajes se han quedado conmocionados por
la revelación y no tienen forma de saber con seguridad si es
verdadera. Marchan a enfrentarse con el mentor, esperando
todo el tiempo que su amigo vidente esté equivocado. ¡Cuándo
la confrontación se produzca, seguro que es sensacional!
Cantrips opuestos
Si el Narrador y los jugadores desean que los hechos
avancen rápidamente, en tal caso los efectos de los cantrips
empleados contra otros blancos distintos de quien los lanza
pueden resolverse sin los dados. Cada cantrip debería tratar-
se caso por caso. Si el uso de un cantrip no es vital para la
historia, no hay necesidad de una tirada. El Narrador se limita
a juzgar la eficacia del cantrip contra la dificultad usando las
reglas de Éxito Automático como norma (Changeling: El
Ensueño, página 197). Algunos ejemplos serían usar el Gol-
pe de Acebo para derribar una puerta, o el Salto a la Pata
Coja para saltar sobre un edificio, entre otros. También está
incluido el uso de cantrips por parte de los personajes del
Narrador. Si éste quiere que el Golpe de Acebo del duque
Dray eche abajo la puerta de la choza en la que se ocultan
los personajes jugadores, no hay verdadera necesidad de tirar
los dados para averiguar el resultado, con tal que el duque
sea razonablemente diestro en el uso del Primal.
Si el resultado del cantrip es vital para la historia o hay
serias dudas sobre el mismo, es mejor usar los dados, a no ser
que todos los jugadores confíen en el juicio del Narrador.
65
66 Guía del Narrador
 Capítulo cuatro:
Personajes
de reparto
Llegada casi la doncella a su morada
un grito la sorprendió.
Y volvióse mirando en su torno
y estaba allí su amor.
Su mano señalaba las estrellas
y sus ojos brillaban bajo su fulgor,
y con una sonrisa en su faz
ante ella se desvaneció.
—Loreena McKennitt, “Standing Stones”

En mitad de una crónica de Changeling, es fácil olvidar
que hay otros seres en el mundo aparte de la Estirpe. Mortales,
changelings, e incluso quimeras han sido barridos en búsque-
das de la Arcadia en marcha. Y sin embargo son esos otros,
desde las mágicas quimeras hasta los mortales ordinarios, quie-
nes crean el telón de fondo para todas las historias en que
interviene la Estirpe. Recordar que existen e incluso permitirles
situarse en primer plano de vez en cuando enriquece toda
crónica. Desde luego, podría resultar ser un salvavidas para
crónicas en las que los personajes han llegado a estar un tanto
demasiado absortos en sí mismos. Introducir varios personajes
mortales nuevos del Narrador puede suponer un soplo de aire
fresco, y una quimera interesante puede crear magia en una
crónica que se ha vuelto demasiado banal. Asimismo, la intro-
ducción de un vampiro (sea personaje jugador o del Narrador)
puede añadir una pizca de misterio.
Siempre que pongas en escena un nuevo personaje, ten
cuidado cuando lo hagas sólo para dar algo más de sabor a las
cosas. Todo personaje (incluso los del Narrador) necesita mo-
tivaciones y objetivos. Antes de que introduzcas uno nuevo,
pregúntate: “¿Qué quiere esta persona y hasta dónde está dis-
puesto a llegar? Podría incluso valer la pena que repasaras la
selección de preguntas que aparece en la página 123 del libro
de reglas de Changeling. Es probable que no tengas tiempo
para hacerlo así con cada personaje del Narrador, pero contar
con deseos y metas definidas hasta para los personajes menos
importantes puede resultar bastante beneficioso.
Este capítulo aborda algunos de los aspectos más olvida-
dos de Changeling. En ningún caso necesitas incluir todos
estos aspectos en tu crónica; en lugar de eso, úsalo como una
guía de las posibilidades existentes, y tal vez al leerlo, darás
con algunos aspectos de Changeling sobre los que ni siquiera
te habías parado a pensar antes. Sigue tu imaginación... nunca
se sabe dónde podría llevarte.
Mortales
¡Señor, cuán locos son estos mortales!
—William Shakespeare, El sueño de una noche de verano
El grupo con mayor población del Mundo de Tinieblas,
los mortales son olvidados demasiado a menudo en los juegos
narrativos. Esta circunstancia es lamentable porque soslaya

Capítulo cuatro: Personajes de reparto 67

 demasiado del mundo que rodea a los personajes, y es doble-
mente lamentable en Changeling, que requiere por su misma
naturaleza la presencia de mortales de forma regular, si no en
cada partida. El mundo de los changelings se levanta sobre los
sueños de los mortales, y estos sueños y pesadillas mantienen
vivas las almas de los changelings.
Incluso desde una perspectiva funcional, los mortales son
más importantes para Changeling que para otros juegos
narrativos. Más allá del valor de sus puntos como Contactos,
Criados, Méritos y Defectos los mortales sólo sirven como fuente
alimenticia para los vampiros y como reserva de Pathos para
los wraiths. No tienen valor funcional para los cambiaformas y
son en realidad un perjuicio a través de la Paradoja para los
magos. Los changelings, en cambio, necesitan a los mortales
para conseguir Glamour, y el contacto mortal previene la Con-
fusión; también suponen una amenaza en forma de Banalidad.
Aun sin analizar a fondo las historias más profundas, los
changelings y los magos son los únicos que no se ven disuadidos
de mantener contacto con los mortales que les han dado origen y
criado (debido a la naturaleza del juego). Los wraiths tienen pro-
hibido interactuar con mortales por el Código de Caronte, y por el
pequeño contratiempo que supone estar en verdad muerto. Los
vampiros que se descubren ante mortales han violado la Mascara-
da, su más sagrada ley. Los Garou sencillamente son arrebatados
de sus familias mortales y lanzados de bruces a una guerra por la
supervivencia, y se les enseña que el contacto con mortales causa
más dolor que beneficio puesto que éstos no pueden asumir
aquello en lo que el Garou se ha convertido.
A la inversa, los changelings, que no necesitan ser raptados
de un hogar particularmente banal, siguen viviendo dos vidas. La
que tenían como mortales (con escuela, trabajo, amigos, mato-
nes, primos, y la tía que pellizca mejillas) continúa existiendo
cuando descubren su vida como criatura feérica en un mundo de
dragones, hechiceros, soberanos y castillos. Y la gente mortal
sigue ahí.

Trabajo, amigos y familia

La primera preocupación que muchos personajes tendrán,
aparte de la Banalidad de los mortales que los rodean, es evitar
la Confusión. Pero tal cosa es algo más que tener un día de
trabajo, un mal esbozado par de amigos mortales (que proba-
blemente son Contactos del personaje), y una familia mortal
viva, aunque distanciada. Cada una de estas áreas de la vida
mortal que pueden mantener la locura de la Confusión a raya
tiene su valor de cara a la representación y su potencial para la
historia. No dejes que los jugadores se las quiten de encima
fácilmente limitándote a aceptar que sus personajes tienen ac-
ceso a dichos apartados de la vida mortal.

El lugar de trabajo
Entre seis y diez horas del día laboral de un changeling
transcurren, o deberían transcurrir, en el trabajo o la escuela
(excepto, claro está, en verano), siempre que tengan un trabajo
o acudan a la escuela. Los profesores y jefes rodean al changeling.
Los compañeros de estudios lo ven como algo que va de lo
“extraño” a lo “distante”, y los del trabajo tienen más o menos la
misma opinión. Cada uno de ellos tiene su influencia sobre el

68 Guía del Narrador

changeling. Dependiendo del trabajo y la posición, patrones y
empleados también podrían estar presentes, y ejercen su propia
influencia. Desde luego, la mayoría de changelings con “trabajos
normales” hacen todo lo posible por que sean artísticos... o al
menos que se trate de trabajos con bastante autonomía personal.
No obstante, si el changeling está atrapado por la escuela y el
trabajo (los rebeldes, en su mayor parte) pueden encontrarse en
la poco envidiable posición de trabajar en una tienda (¡habla
entonces de Banalidad, estando en el mismo infierno!) Incluso
en los trabajos artísticos no todo son changelings, y las influen-
cias y opiniones siguen siendo un factor a tener en cuenta.
Párate un momento a examinar cualquier trabajo mortal
que tus personajes changelings podrían tener, o el nivel aca-
démico en el que están, o ambas cosas. ¿Estimulan sus
Profesores la creatividad e imaginación que son la esfera natural
de los niños? ¿O se trata de víctimas de conformista Gente de
Otoño que piensa que los niños están mejor si se integran en
la masa? ¿Los ven sus compañeros de trabajo como divertidos
excéntricos o como chalados? ¿Son condenados al ostracismo
en la escuela por ser soñadores, o son tenidos por tipos artistas
distantes y misteriosos? Todos estos elementos han dado forma
a cada jugador, Narrador, y persona, y deberían moldear a tus
personajes asimismo. Algunos de ellos pueden parecer trivia-
les, pero para personajes que aún están en la escuela, están
muy lejos de serlo. La presión del grupo existe en todas las
edades y en todos los contextos sociales, y cualquiera que
haya pasado mucho tiempo en un marco social está expuesto
a ella. El Narrador debe decidir qué parte del mismo resulta
estimulante, qué parte se halla lastrada por la Banalidad, y en
qué medida quiere usar esta atmósfera en sus tramas. Natural-
mente, si el jugador elige pasar por alto esta faceta de su vida,
debería sufrir las consecuencias (ver la lista de señales de aviso
de Confusión, en la página 209 de Changeling: El Ensueño).
Los ambientes del trabajo y la escuela no tienen que influir en
todo, pero si algo ha de suceder a las diez de la mañana de un
sábado, es conveniente saber dónde van a estar tus personajes
y qué clase de testigos casuales podría haber allí.
Dar forma a algunos compañeros de estudios y de trabajo
podría deparar algunas subtramas de interés, o incluso argumen-
tos, a medida que estos inocentes sin nada que ver se encuentran
en medio del fuego cruzado de cualesquiera incidentes en los
que el Narrador los meta. Si, pongamos por caso, un changeling
trabaja en una tienda de ropa antigua, ¿qué sucede cuando se
acerca el Samhain y los infantiles y rebeldes Oscuros asaltan la
tienda en busca de atuendos? O cuando un sluagh aparece
buscando trajes que el establecimiento no tiene intención de vender
porque están algo andrajosos, ¿cómo reaccionan los otros
empleados al ver que el changeling apenas pestañea? No se
necesitan estadísticas, pero tener una idea sobre la Fuerza de
Voluntad y Banalidad de los mortales ayuda a determinar cómo
reacciona a lo que sucede en torno a él. Tal aventura podría dar
lugar a que un compañero de trabajo se convierta en algo más
que un conocido eventual, acaso pasando a ser un amigo.
Amigos
Todo el mundo tiene alguno. Y sí, el círculo de juramento
de un personaje constituye la mayor parte de los amigos ínti-
Capítulo cuatro: Personajes de reparto
mos del mismo, pero siempre los habrá fuera de él, y es pro-
bable que muchos de ellos sean mortales.
La posible historia con amigos mortales afectados por la
vida del changeling es mil veces más verosímil que en el caso
de tratarse de simples compañeros de trabajo. Los amigos, o al
menos los auténticos, se preocupan el uno del otro, y cuando
un changeling desaparece durante una semana o más en el
Ensueño, los amigos mortales van a darse cuenta y a pregun-
tarse qué sucede... y van a hacer preguntas. Aunque no estén
alrededor todo el tiempo, viviendo fuera o algo parecido, van
a extrañarse cuando alguien comience a separarse de la faz de
la Tierra, más aún teniendo en cuenta que los changelings
pueden hacerlo literalmente.
Es seguro que los amigos íntimos van a verse envueltos
en los hechos de la vida del changeling. Son los únicos que
hay cerca cuando un monstruo quimérico penetra en el cuarto
o es sorprendido con el changeling cuando la Corte Sombría
llama.
Una categoría especial de amigos la forman los amantes.
Aunque los amantes pueden, para los gruñones, ser familia
(bajo la forma de esposas), los rebeldes casi nunca se compro-
meten (nota: digo casi nunca), y para ellos, los amantes son
una especie de amigos muy íntimos. Por amante, no ha de
entenderse sólo parejas sexuales, sino (habitualmente) alguien
especial en la vida del changeling, quizás incluso el objetivo
de la Virtud del Amor Verdadero. Si la relación es tan estrecha,
puede que el changeling proteja al mortal, manteniéndolo apar-
tado de su vida en la corte o el Ensueño en lugar de encantarlo
(ver Los Encantados).
A los amantes no les gustan los secretos. Los dones van a ser
descubiertos fácilmente, y los secretos importantes hacen salir a
escena la temida cuestión de la confianza. La mayoría de amantes
mortales no van a tragarse el discurso “lo hice para protegerte”,
sobre todo después de que un sucio malvado las rapte y sea su
anfitrión en un mundo de pesadillas. Y dejar a un amante mortal
desprevenido ante tal incidencia podría significar fácilmente el fin
de la relación. La mayor parte de los amigos mortales tampoco
van a creerse que “fue para protegerte”, y amistades más fuertes
han terminado por razones mucho más triviales.
Un Narrador debería decidir pronto lo íntimos que son los
amigos mortales del changeling, sin importar que sean pocos.
Un changeling puede no confiar por completo en un amigo,
pero puede que siga preocupándose sinceramente por su per-
sona, lo cual debería efectuarse con la cooperación del jugador
en su mayor parte. En mayor medida que los compañeros de
estudios, los amigos necesitan ser definidos por completo e
integrados en la vida del personaje. Lo estrecho de la amistad
posiblemente cambiará en el transcurso de la vida del
changeling, y su mejor amigo de la escuela primaria puede
que no merezca más que un “hola” en los pasillos del instituto.
Presentar amigos nuevos a los personajes, y a los jugadores,
podría generar protestas si éstos encuentran al amigo “inapro-
piado”, o si el jugador se halla en un estado de ánimo poco
cooperativo. Los viejos amigos, por otra parte, pueden consti-
tuir fácilmente una sorpresa, sobre todo en el caso de gruñones
que lo más probable es que hayan pasado por al menos tres
escuelas (primaria, secundaria y universidad) y hayan sido
amigos de mucha gente. Pueden producirse escenas divertidas
69
cuando el changeling tiene que decidir si lleva a su viejo ca-
marada a su bar favorito (que precisamente resulta ser un
feudo), o si abandona a sus amigos changelings para pasar
una noche de recuerdos, exponiéndose a sí mismo al ataque
por mostrarse poco amistoso (si es que eso es un gran
problema).
Un giro interesante podría ser el simple mortal amigo que
no es mortal. Mientras el changeling se esfuerza por proteger a
su amigo de draconianas quimeras y malhumoradas bestias,
su amigo está tratando de impedir que los Danzantes de la
Espiral Negra descubran el feudo que quieren degradar con-
virtiéndolo en madriguera; está usando a sus congéneres Garou,
pues él pertenece en realidad a la Parentela, para que lo ayuden.
El amigo sigue siendo un mortal, pero cuenta con bastante
artillería pesada como aliados. Este lance brinda al Narrador
algunas escenas muy entretenidas, así como la oportunidad de
introducir a ese jugador que quiere participar en el juego pero
no se siente cómodo o puesto sobre Changeling; podrías
comenzar una de las omnipresentes crónicas cruzadas.
Familia
Puede que la familia esté muerta, o sus miembros hayan
condenado al ostracismo al personaje, pero por el hecho de
haber nacido, cada personaje tiene una familia biológica mor-
tal. Mas, ¿con cuánta gente de su familia tiene éste contacto, y
por qué no con más o menos? Si su familia sigue viva, puede
que estén preocupados por su loco hijo/hermana/tío/sobrina/
padre, etc. Y puede que deseen ayudarle (lo que por lo gene-
ral conduce a un sanatorio), o puede que se hayan dado por
vencidos con el chalado hace mucho tiempo y lo hayan borra-
do del testamento. A no ser que el trasfondo de un personaje
asegure que su familia mortal, al menos aquellos cuya existen-
cia conoce, está muerta, ésta debería aparecer a cada momen-
to. Qué divertido. La familia podría estar preocupada por un
personaje y querer arreglar viejas diferencias; las razones son
innumerables. Las vacaciones de Navidad (celebre las que ce-
lebre el personaje) son un tiempo de gran potencial para la
interpretación, por cuanto muchos son los mortales que inten-
tan reconciliarse en esas ocasiones orientadas a la familia.
Naturalmente, hay algunos miembros de ella que el per-
sonaje escoge, como una esposa. Y, por supuesto, éste ejerce
influencia sobre sus hijos. Mucho de lo que se ha escrito acerca
de los amantes puede aplicarse a las esposas también; no obs-
tante, sólo la más apacible de las mujeres respeta la doble vida
de un sidhe durante mucho tiempo, en especial una vez ve a
las otras mujeres con las que “trabaja hasta tarde”... quienes
también resultan ser sidhe.
Los niños son un tema más complicado. Aquellos que son
Familia o Estirpe serán partícipes del secreto de mamá rápida-
mente, en tanto a los que sean mortales puede que nunca les
sea contado; aunque tal caso es improbable, salvo con niños
mayores, a los que se les hace pensar que se trataba sólo de
sus padres siguiendo el juego a su imaginación infantil.
La familia constituye magníficos peones para los villanos.
Sobrinos y sobrinas con buenas intenciones querrán que la loca
de tía Maureen hable con un “amigo de la familia”, que proba-
blemente es una Persona de Otoño, o incluso un Dauntain,
disfrazado de psicólogo bien intencionado. Los miembros jóve-
70 Guía del Narrador
nes de la familia, como primos y hermanos, constituyen objeti-
vos muy codiciados por los integrantes de la Corte Sombría, en
especial Saqueadores, o creaciones tan maravillosas como los
Ganconer. Los hijos de gruñones y los padres únicos de infanti-
les son magníficas víctimas para antagonistas como los citados.
Y como en el caso de los amantes, la familia mortal puede ser
simplemente retenida por el villano para llegar al changeling.
La familia puede ser un antagonista en y por sí misma. El
Defecto Lupino, Padres Persistentes, es un Defecto compartido
que puede ser usado por rebeldes, e incluso algunos infantiles,
que han dejado a su familia mortal atrás a causa de la Banali-
dad u otros problemas. Ésta muy probablemente querrá que el
personaje regrese, pero en sus propios términos, y no enten-
derán la “nueva vida” del changeling. Puede que pongan repa-
ros basados en creencias religiosas conservadoras. Ay del
changeling que proceda de una familia fundamentalista, y ¡vaya!
cuántas posibilidades para el Narrador. Todavía más compleja
es la posición del eshu cuya familia mortal es musulmana orto-
doxa, y que tenga recuerdos... la actitud correspondiente a
tiempos anteriores al nacimiento de Mahoma, siendo un
changeling y un niño mortal del siglo veinte. Los conflictos
familiares y posibilidades para la historia son ilimitadas.
La familia cercana del changeling debería ser detallada
mientras se escribe sobre el personaje: poco más que quién
sigue vivo, quién ha muerto, cuántos hermanos, su sexo y si
son mayores o menores que aquél, todo ello debería ser deter-
minado al punto. No obstante, a medida que la familia se vuel-
ve más definida a través del juego, el Narrador (y el jugador)
necesita llevar un registro del árbol genealógico, sobre todo
una vez que padres y hermanos obtienen sus nombres. Los
parientes más lejanos, si aparecen, pueden proceder de cual-
quier parte, a no ser que el jugador los definiera de antemano
en el trasfondo de su personaje.
Si el Narrador no quiere usar estas posibilidades, no pasa
nada, pero dado que cada personaje vive algunas de estas
situaciones en su vida, estas subtramas pueden ayudar al Na-
rrador si anda falto de ideas para la historia. Argumentos rela-
cionados con la familia, amigos, y el lugar de trabajo deberían
constituir en su mayoría subtramas y ascender rara vez a la
condición de trama principal. El juego trata sobre changelings,
después de todo. En cualquier caso, la influencia del mundo
mortal en la vida de éstos siempre está ahí, y algunas cuestio-
nes se deprecian si hay una explicación sobrenatural para ellas.
Los encantados
Estos mortales especiales, que gozan de acceso al mundo
de los changelings, van más allá de las categorías de amigos y
familia. Traídos al Ensueño por el anfitrión, a veces contra su
voluntad, los encantados se encuentran a sí mismos imbricados
en los hilos de intriga cortesana y gran aventura más firmemen-
te que los mortales ordinarios. Ello se debe en parte a que el
tiempo que pasan bajo el encantamiento los acerca más a los
changelings de lo que cualquier otro mortal podría compren-
der; pues se unen al mundo changeling y presencian las mara-
villas que la mayoría de mortales sólo pueden soñar, e incluso
esos sueños, y pesadillas, no llegan con mucho a la altura del
verdadero Ensueño.
 Es improbable que los jugadores hagan que sus persona-
jes encanten a mortales durante más de uno o dos días, salvo
quizás en el caso de amantes, pero algunos changelings bien
pueden contar con docenas de mortales encantados en torno
a ellos. Los Encantados es una buena fuente al respecto de
cómo y por qué los changelings encantan a mortales, pero el
apartado de los personajes se centra en los de la Familia. Ade-
más de eso, cómo vería el personaje de un jugador que ha
sido encantado, y de qué modo necesita usar a esos mismos
personajes el Narrador no son necesariamente lo mismo. De
los cuatro “tipos” de mortales encantados expuestos en Los
Encantados, no es probable que el jugador cree personajes
criados y esclavos, salvo que la crónica sea política y se centre
en especial sobre los sidhe, o esté llena de bastardos Oscuros
y de la Corte Sombría. Un círculo de juramento podría a la
inversa toparse con mortales encantados en cualquiera de estos
estados mientras se abren paso a través de las enmarañadas
urdimbres del mundo changeling que los rodea.

Séquito
En tanto los lugares cortesanos de nobles inferiores y ser-
viles, y jóvenes y prometedores caballeros están ocupados en
la corte de un sidhe por otros changelings, aquellos sidhe que
son lo bastante banales para haber enajenado a los plebeyos
se encuentran faltos de changelings deseosos de servirles.
Incluso aquellos que no son tan discriminados, encontrarán
antes mortales más adecuados para servir como mayordomos
y senescales que changelings. Los mortales disponibles no van
a avenirse a trabajar para un excéntrico que afirma ser un
duque del Reino de las Manzanas, así que han de ser
encantados.
Los mortales al servicio de un noble son leales a su señor, y
todos los siervos constituyen una soberbia fuente de informa-
ción para un atento boggan o astuto pooka. Aun cuando el
sidhe en cuestión sea un zoquete, es poco probable que los
criados mortales suministren información que derribe al noble
de su encumbrada posición... un arañazo o dos en su orgullo,
tal vez, pero no lo destruirán. Hay excepciones, claro está. Una
trama en la que los personajes traten de encontrar al traidor de
un noble de la corte podría enseñar a los personajes a prestar
atención a los mortales, y podría hacer que los sidhe estuviesen
más alerta para ayudar si el detractor es un mortal encantado.
Un mortal podría servir como pista falsa en la misma clase de
trama.

Soñadores
Objetivo de las musas changeling, los soñadores se en-
cuentran en una posición única entre los encantados: propor-
cionan a los changelings el precioso recurso del Glamour, y
algunos changelings, a su vez, les devuelven algo de ese Gla-
mour para mostrar al artista la auténtica belleza del mundo
changeling.
Existe un peligro en mostrar este mundo al soñador. Al
tener una Banalidad más baja que el resto de la población en
general, los soñadores retienen una mayor parte de lo que ven
y oyen. Esta habilidad podría llevarlos a buscar más y convertir
lo que era una fuente de Glamour en una de peligro para el
changeling que los encantó primero.

Capítulo cuatro: Personajes de reparto 71

 Además, un soñador que ha sido sobreexpuesto al Gla-
mour, y que ha producido obras carentes de brillo tratando de
capturarlo, podría culpar al changeling del declive en su traba-
jo artístico. Puede que entonces dicho soñador se vuelva con-
tra los nebulosos recuerdos que guarda de las hadas, aumente
su Banalidad, o incluso se convierta en uno más de la Gente
de Otoño como recompensa a su advertida traición.

Amor mortal
Gran parte de lo aplicable a los amantes que no están en-
cantados sigue siendo válido a los que sí lo están. A no ser que
el changeling desee arriesgarse a que su amante sea dañado por
el sueño, el período de tiempo transcurrido bajo el encanta-
miento es borrado por las Nieblas, volviendo a la misma situa-
ción previa al encantamiento. Puede incluso que se produzca
un mayor resentimiento cuando el amante recuerda haberle sido
contado un secreto; no obstante, cuando el changeling cuenta a
su amante la verdad, resulta tan fantástica que no puede creerla,
y concluye, por tanto, que aquél está mintiendo.
Los raros amantes que pueden aceptar, sin encantamiento,
lo que es el changeling son los más preciados, pero son difíciles
de hallar más allá de la Familia. La mayoría de amantes siguen
sintiendo despecho por ser dejados aparte de un aspecto de las
vidas de su amor, y esta separación puede conducir a los celos
y la paranoia en aquellos carentes de seguridad en sí mismos.
Un amante, mortal o no, es algo difícil de interpretar para el
Narrador en forma de personaje. Es más fácil cuando los sexos
del jugador y el Narrador encajan con sus orientaciones sexua-
les, pero tal correspondencia puede llevar a un exceso peligroso
si ninguno tiene cuidado. Observa a tus jugadores cuando asu-
man este papel a través del Narrador. Lo que parece una simple
sesión puede tener serias repercusiones para todo el juego.

Esclavos
Al actuar en contra de los Oscuros y la Corte Sombría, los
esclavos mortales podrían ser un magnífico regalo para perso-
najes aventureros. Organizar una revuelta de esclavos crea una
gran distracción. Algunos de ellos puede que no se den cuenta
de que en realidad lo son, ni de que esta horrible situación
esté sucediendo; son incapaces de asimilar la verdad de lo que
ven y experimentan (probablemente como un primer estadio
de ser dañados por el sueño), sino que creen que todo podría
ser una pesadilla... y esperan despertarse antes de que algo
demasiado perverso ocurra.
A veces quienes han sido esclavos durante mucho tiempo
se acostumbran a la idea. No es un pensamiento reconfortante,
pero ocurre. Los aspirantes a libertadores podrían ser traiciona-
dos por los mismos mortales a los que han venido a salvar. Una
vez más, es probable que los esclavos estén algo dañados por el
sueño, pero ello no debería constituir una excusa siempre.
Usar a los mortales encantados en tu historia es un sólo
un poco diferente de emplear a otros mortales. Mientras están
encantados, los mortales son conscientes del mundo de sue-
ños que los rodea, pero siguen siendo mortales. Y con la ex-
cepción de la Familia, son incapaces de afrontar realmente los
peligros del mundo quimérico que los envuelve.

72 Guía del Narrador

Otros mortales
A no ser que tus personajes vivan casi exclusivamente en
el Ensueño, y nunca abandonen el feudo (en cuyo caso, se
encaminan directos hacia la Confusión), interaccionarán con
mortales. Desde el pobre bobo del mostrador de una
hamburguesería al mecenas, los mortales están por todas par-
tes, y cada uno podría, y debería, tener su propia historia. La
cuestión es: ¿Se relacionará su historia con la del changeling?
No todo Perico el de los palotes debería contar con un
trasfondo y una personalidad (aunque eso es lo que he oído que
hacen los maestros del juego serio, lo cual suscita la pregunta: ¿de
dónde sacan el tiempo para tanto detalle?). El tiempo y los recursos
no nos permiten ese nivel de detalle a la mayoría. Pero no le
concedas personalidad a un personaje sólo porque es significati-
vo en la historia de una sesión concreta. Si los personajes frecuentan
una tienda, bar o restaurante en particular, crea algunas de las
personalidades de esos lugares para hacer que parezcan algo más
vivos. ¿Alguno de ellos trabaja en el bar o es su dueño? ¿Quiénes
suelen ser clientes asiduos? ¿Se hace el sidhe todas sus ropas a
medida e inventa sus diseños? ¿Cómo es su sastre? ¿Y sus ayudantes?
¿Quién más va a ese sastre? Si los únicos mortales que tienen
nombres son los únicos que son directamente significativos para
la aventura, entonces cada vez que introduzcas a un personaje
por su nombre, los jugadores van a darse cuenta de su importancia
mucho antes que los personajes. Sé que los repartos de miles de
extras son difíciles de sostener como Narrador, en especial cuando
Capítulo cuatro: Personajes de reparto
el tiempo es limitado, pero sin los personajes secundarios, la
película no parece tan real.
Iglesia y estado, o el
mortal como antagonista
Las razones por las que un mortal podría convertirse en
antagonista son muchas, pero sólo porque éste se oponga a los
personajes no significa que sea aliado del villano de la historia,
o que haya sido manipulado por éste. Mas un mortal podría ser
el principal antagonista o un villano de la historia, o incluso de
una crónica entera. Aunque por lo general, un mortal, con poco
o ningún conocimiento del mundo changeling, va a ser un
obstáculo para los changelings por razones mundanas y banales.
Es difícil no usar tales razones, en su mayor parte como
componentes de la trama, cierto, pero siguen teniendo su lu-
gar. Dependiendo de la edad predominante en el grupo de tus
personajes, los antagonistas pueden ser matones de escuela, o
el compañero de trabajo que trata de hacerse con el puesto
del gruñón, o la aspirante a reina del baile que sencillamente
no puede soportar tener que competir con la sidhe cuya belleza
empequeñece la suya. Hasta cierto punto, estos personajes
pueden ser diseñados y representados para reírse, mas tales
antagonistas pueden constituir una seria amenaza en otras si-
tuaciones. El atleta mortal podría seguir con facilidad a su com-
petidor troll hasta casa para tratar de averiguar qué clase de
73
entrenamiento sigue, o hacer algo que podría expulsarlo del
equipo. Cuando el troll empieza a hablar de cosas que no
están allí, nuestro atleta mortal podría haber encontrado argu-
mentos. Por supuesto, si el troll se dirige a la Fantasía, enton-
ces aquél podría dudar de su propia cordura.
Aunque no tan predominante como la Iglesia fue antaño,
muchas familias asisten a servicios religiosos al menos una vez
al año. Muchos acuden con mayor frecuencia. Los rebeldes
más jóvenes son arrastrados allí hasta que ingresan en el insti-
tuto. Y en cuanto a los infantiles, la Iglesia (la única con la que
estoy familiarizado) es un centro de Banalidad, pues propor-
ciona una interesante fuente de aliados (la vieja dama loca a la
que todo el mundo lleva la corriente) y antagonistas (el predi-
cador que piensa que la imaginación es obra del diablo); nin-
guno de ellos necesita ser otra cosa que mortal. Piensa en tus
propias experiencias religiosas. Dependiendo de cómo tú, como
Narrador, quieras usar tales personajes, existen posibilidades
de argumentos aquí que rara vez se abordan. ¿Y si el heredero
del título de un noble está en peligro de ser Deshecho porque
sus bienintencionados y religiosos padres lo obligan a ir a la
iglesia cada domingo? Las historias precisan una cuidadosa
reflexión y consideración de los propios puntos de vista de los
jugadores acerca de la religión (los cristianos encuentran pro-
blemas en ser retratados como el enemigo, no importa lo váli-
do que a ti pueda parecerte). Mas las posibilidades de historias
centradas en las experiencias mortales religiosas de un
changeling están ahí, aguardando a ser explotadas.
Por otra parte, el estado, bajo la forma de la policía, constitu-
ye un magnífico componente de la trama. ¿Personajes que van
demasiado deprisa por la ciudad? Mételos en un coche celular
para detenerlos. Ello añade un elemento de acción y excitación,
cuando el nocker del jugador echa mano de esa Reserva de Con-
ducción, y el resto de los jugadores se apresuran a informarte de
cómo se están preparando para resistir, o cómo planean librarse.
Los Dauntain y la Gente de Otoño
Ah, los clásicos. Aunque los Dauntain no son técnicamen-
te más mortales que cualquier otro changeling o mago, traba-
jan con mortales, en especial Gente de Otoño, que son los
villanos mortales clásicos (en particular psicólogos y psiquia-
tras), y no hay nada malo en recurrir a los clásicos.
No obstante, combatir con psiquiatras cansa pronto. Otros
ejemplos de Gente de Otoño parecen más desahogo cómico
que oponentes reales, como la madre sobreprotectora y el bi-
bliotecario. Los profesores son otra fuente, pero no todos ellos
desalientan la imaginación, así que sé cuidadoso. Los profeso-
res que son Gente de Otoño perfecta tampoco están limitados
a un departamento; algunos departamentos son más simpáti-
cos que otros, sin embargo. Aquéllos que son Gente de Otoño
creen que los estudiantes harán mejor en seguir las normas
(sean las que sean) y están “tratando de ayudar” aniquilando
lo que convierte al changeling, y a los demás, en únicos y
diferentes. Son los únicos que ponen notas más altas a los
chicos populares porque no se visten de forma estrafalaria y
no parecen de la clase que causa problemas. Sus sobresalientes
son recompensas por ser normales, por encajar, por dejar que
sus sueños sean dictados. Y hay poco que hacer con estos
profesores; tal vez un argumento que ahonde en por qué son
74 Guía del Narrador
tan banales podría funcionar, con los changelings intentando
ayudarlos a encontrar la maravilla de la vida de nuevo.
Un villano más directo es el predicador arriba mencionado
como Dauntain. Sabe que la maldad está ahí fuera (¡Amén!).
Sabe que el demonio se ha apoderado de las almas de inocen-
tes (¡Amén!). Sabe que el mal debe ser expulsado de sus hijos
(¡Amén!). Y no tiene escrúpulos a la hora de servirse de técni-
cas inquisitoriales para sacar al diablo (en realidad las almas
feéricas) de los hijos de su iglesia (¿Decimos un Amén? ¡Amén!).
A diferencia de los profesores, el predicador es un villano que
persigue activamente a los changelings y amenaza su existen-
cia. Su próxima Crisálida puede haber hecho tambalearse su fe
en Dios, y alguna gente no puede hacer frente a ese hecho.
Tratar con el predicador podría crear una tormentosa his-
toria, o incluso una subtrama principal.
La Gente de Otoño más insidiosa, empero, no es probable
que sea alguien a quien los personajes ya han encontrado
antes: por ejemplo, el director de programas de la TV local.
Hay una razón por la cual no ponen nada bueno en la televisión,
y no tiene nada que ver con la falta de programas de calidad.
Se trata de una malévola intriga tramada por una Persona de
Otoño o un Dauntain para minar las voluntades y la creatividad
de la gente absorbiéndoles dentro de un mundo demasiado
perfecto y demasiado divertido, y en el que todo se soluciona
al final. Podría suceder.
La meta general de cualquier acción de la Gente de Otoño o
los Dauntain es lograr... la destrucción de algo de esperanza, sue-
ños e individualidad. Combaten del lado de la Banalidad y algu-
nos de ellos incluso saben algo de la verdad subyacente en los
changelings, aun cuando no la reconozcan. Son los seres más
lóbregos y más decididos a destruir el alma feérica, y emplean el
sistema contra los changelings, lo que hace que combatirles sea
mucho más duro. La Gente de Otoño es un buen libro de refe-
rencia para usar estas dos poderosas fuerzas de la Banalidad.
Si bien los Dauntain y la Gente de Otoño parecen ser los
únicos antagonistas que los mortales pueden ofrecer, el simple
hecho de que un mortal obstaculice a un changeling no signi-
fica que lo haga con la intención de imponer la realidad banal
sobre el mundo changeling. Los changelings viven en dos
mundos, y es poco probable que los mortales cuenten con
algún conocimiento, comprensión o respeto por el que no
pueden ver. No ven al dragón que amenaza la ciudad, sólo al
changeling intentando trepar por la farola. No oyen la música
de las hadas, sólo el estrépito de la ciudad, o el chirrido de los
grillos en el campo. No comprenden, y eso es lo que convierte
a los mortales en los seres más peligrosos.
Los números del juego
Si bien la afirmación “nunca des a los personajes del Na-
rrador números a no ser que planees que los jugadores los
maten” podría suponer un ahorro de tiempo y energía, por no
decir un buen consejo, hay un defecto básico en esta creencia.
¿Y cuando los jugadores necesitan ayuda? Algunos jugadores
reaccionan mal cuando no tiras los dados para los personajes
del Narrador. Esto no es universalmente cierto, pero muchos
son los jugadores que temen las historias del tipo “que el guión
te acompañe”. Como regla general, la Fuerza de Voluntad y la
Banalidad de la mayoría de los personajes del Narrador debe-
rían ser apuntados en alguna parte. Las tarjetas de 3 x 5 se
recomiendan puesto que resultan de valor cuando tienes do-
cenas de personajes a los que seguir la pista. Lo que se necesita
es una idea general sobre cuántas veces ha de tirar el dado el
mortal para acertar, cuánto daño causa como promedio, y cuán-
to ha de conseguir para esquivar y absorber. Asimismo, debería
tomarse nota de todos los Méritos y Defectos pertinentes cuando
un mortal pasa a ser personaje central para la historia.
El uso de mortales, u otros personajes del Narrador de
poder inferior, se plantea en la mayoría de los recursos para
Narradores y maestros de juego. Para algunos juegos, los mor-
tales no son muy importantes, pero para Changeling, donde
éstos y su derecho a soñar son una parte esencial de todo
linaje (lo reconozca o no), los mortales son el recurso más
esencial con que cuenta el Narrador.
Quimera
“Es tan estimulante ser tu sombrero”.
—El sombrero, Laberinto
Rodean a los changelings en el Ensueño. Edificios enteros
han sido levantados de la materia de los sueños. Criaturas de
todas formas y tamaños deambulan con los changelings en su
mundo de posibilidades, algunas como leales compañeros, otras
como amenazas o peligros. Qué desperdicio sería entonces si el
Narrador pasase por alto a estos miembros del reparto de una
crónica, pues son la esencia del mundo changeling. En un juego
Capítulo cuatro: Personajes de reparto
cuya meta y sustancia son los sueños, las voces de esos sueños,
bajo la forma de quimeras, deberían aparecer y ser escuchados.
Uso de quimeras
Incorporar a los miembros quiméricos del mundo de los
changelings al reparto puede que parezca más problemático que
valioso, pero no es así. Las quimeras añaden un punto de vista y
una voz al Narrador alejados de todo lo que los personajes pue-
den imaginar. Ninguno tendrá una perspectiva más clara de lo
que el Narrador vislumbra en su versión del Ensueño y el mundo
changeling que la quimera que éste crea y controla. Y ningún
personaje puede describir mejor el mundo que el Narrador desea.
Las quimeras no deberían avasallar a los personajes, con
la excepción de antagonistas quiméricos que finalmente sean
doblegados, sino que deberían complementar a éstos y a la
historia que jugadores y Narrador están creando.
Éstas se encuentran a lo largo de todo el mundo changeling,
y pueden usarse para impulsar la historia y la crónica.
Independientes
Muchas quimeras solamente van a “estar allí”, envolviendo a
los personajes en el mundo feérico, de forma muy similar a como
los mortales los rodean en el mundo de los sueños. La historia de
“Sólo son juguetes” cuenta con algunas escenas deliciosas que
implican a quimeras independientes, algunas de las cuales han
influido sobre otras. He creado ambas como jugador y Narrador.
75
Como los mortales del mundo ordinario, las quimeras indepen-
dientes pueden dejarse como parte del escenario (creadas por el
Narrador sólo para dar forma a la escena), o aquél puede usarlas
como puntos de arranque para una aventura.
Las quimeras huérfanas están relacionadas con las inde-
pendientes, pero la mayoría han sido transformadas en anta-
gonistas a causa de su independencia, al menos por un tiempo.
Otras siguen haciendo guardia o están allí para ayudar, aun
cuando sus creadores se hayan perdido en la Banalidad... o no
fuesen más que niños mortales en primer lugar.
Compañeros
Se puede apostar sobre seguro a que al menos un jugador
por juego va a darle a su personaje un compañero quimérico,
que bien puede sentarse allí y no hacer nada, salvo cuando los
jugadores llaman su atención, o bien puede formar parte de la
aventura desde el primer día.
Ahora bien, seré el primero en admitir que seguir el rastro
de tres a ocho jugadores, dos o tres personajes destacados del
Narrador, personajes de reparto y una horda de villanos crea
el caos suficiente sin tener que añadir personajes extras salidos
de donde quiera que la febril imaginación del jugador esta-
blezca. Mas son creados, ciertamente, y los jugadores no en-
tregan al Narrador ninguna cuerda que no quieran que toque.
Así pues, usa a los compañeros de igual forma que usas a
cualquier otro personaje habitual del Narrador. Los compañe-
ros quiméricos se meten en problemas, dan con detalles que
los personajes podrían haber descuidado, y ofrecen un co-
mentario en directo sobre la historia de primera mano. También
están allí para ser enviados como exploradores, en esencia
igual que cualquier otro personaje del Narrador que éste lleve
consigo en una aventura.
Los compañeros necesitan tener sus propias personalida-
des, sin embargo. Como Narrador, usa toda la información
que el jugador esté dispuesto a dar sobre la quimera, pero no
la retuerzas demasiado a no ser que los datos que éste ofrece
sean demasiado vagos. Después de todo, este personaje lo ha
creado el jugador, y tiene algunas ideas claras sobre cómo
debería actuar su compañero.
En juego, los compañeros quiméricos pueden usarse para
“completar” si alguien falla una tirada de Percepción, o si los
personajes están alejándose demasiado persiguiendo pistas fal-
sas. La quimera puede hacer ver una clave que los jugadores
no habrían advertido y que pueda llevarlos de nuevo sobre el
rastro. No desaproveches este método ni abuses de él, sin
embargo, porque los jugadores darán entonces demasiada im-
portancia a cualquier cosa que el compañero diga o haga. No
sirve apoyarse en la quimera “si la fastidiamos”.
A la inversa, cuando los jugadores envían a la quimera de
exploración, no olvides que eso es precisamente para lo que
están los compañeros allí. Esta habilidad depende de qué per-
sonajes han hecho que la quimera explore y del temperamento
individual de la misma. Así pues, recuerda que están allí fuera,
o si no se oirán gritos de “¿Por qué (nombre de la quimera) no
nos ha advertido?” y otros exabruptos.
Las monturas merecen comentario aparte. Aunque son muy
similares a otros compañeros quiméricos, son ayudantes de los
changelings con los que se alían. Esta definición, no obstante,
76 Guía del Narrador
no significa que la montura vaya a estar subordinada al
changeling. Cualquiera que haya montado caballos sabe que
éstos tienen sus propias ideas, y sus primos quiméricos no son
diferentes. Si la caballería está bendecida con el don del habla
(y el changeling maldecido por él), entonces aquél cuenta con
la cuestionable ventaja de conocer cuándo la pobre montura
está sobrecargada mejor que con un caballo silencioso. Desde
luego, el caballero también ha de oír todas las quejas mientras
el caballo porte el peso extra, o cuando esté hambriento, o
tenga cualquier otro problema que el jinete changeling no pue-
de perder tiempo en atender... por lo común porque está persi-
guiendo, o huyendo de un enemigo en ese momento.
Guardianes
Los infantiles pueden contar con sus compañeros más como
guardianes que como compañía, en especial aquellos que proce-
den de casas que son... menos dadas a sueños de esperanza. Ya
sean dragones o perros, estos guardianes son ferozmente leales
al infantil al que protegen, incluso cuando éste evoluciona para
convertirse en un rebelde o un gruñón. Un personaje sincero y
enternecedor podría ser el perro quimérico que defiende a su
maestro troll gruñón, aun cuando el troll probablemente puede
defenderse mucho mejor que el sabueso quimérico.
Algunos lugares del Ensueño poseen sus propios guardia-
nes quiméricos, sobre todo los feudos que se extienden desde
el mundo mortal hasta el mismo Ensueño. Los guardianes son
tan variados como los feudos que vigilan, y sus poderes debe-
rían ser indicativos de los poderes del feudo en concreto.
Las quimeras guardianes, con todo, vigilan algo más que
feudos e infantes. Dentro del Ensueño, los guardianes muestran
el camino hacia tesoros feéricos, cavernas perdidas, pasos e in-
cluso la senda de plata. Para los Narradores que utilicen el mode-
lo de travesía heroica proporcionado en Changeling, el guar-
dián del umbral podría ser una creación quimérica, mostrando
así que la senda que lleva adelante deja el mundo mortal detrás
en más sentidos que el evidente. Los guardianes no siempre
custodian con garras y dientes. Acertijos, puzzles y juegos son
métodos que pueden usar para retar a aquellos que intenten cruzar.
Antagonistas
¡Cuidado con el Jabberwock, hijo mío!
¡Las quijadas que muerden, las zarpas que agarran!
—Lewis Carroll, “Jabberwocky”
Aunque se habla con frecuencia sobre ello, mi experiencia
con juegos de Changeling me dice que las quimeras rara vez
se emplean como antagonistas, lo cual es una lástima, pues la
posibilidad de vencer a pesadillas en un sentido físico en nin-
guna parte es tan factible como en Changeling. Por extensión,
los antagonistas quiméricos pueden ayudar a los jugadores a
través de pesadillas, e incluso al Narrador a superar algunas de
las suyas. Las criaturas del Ensueño pueden suponer amenazas
para el mundo changeling, e incluso en el mundo de los mortales,
las quimeras deberían poseer la Rede de Fantasía. Los Narradores
retorcidos que dirigen juegos cruzados pueden crear más formas
en que las quimeras ataquen a la humanidad. Las quimeras an-
tagonistas necesitan ser pensadas con mucho cuidado; en tanto
algunas podrían ser “convertidas” para ayudar a los personajes,
otras siguen siendo malévolas debido a su misma naturaleza.
 Los oponentes quiméricos se clasifican en tres niveles: Mons-
truo, Lacayo y Villano. Las quimeras monstruosas raramente son
inteligentes, aunque existen excepciones. Son creadas, en lo que
respecta al Narrador, para dificultar el avance de los personajes
con combate; no suelen diseñarse para ser eludidas o para razo-
nar con ellas. De todos los puntos de la trama en los que las
quimeras aparecen como antagonistas, éste es el más probable.
Ahora bien, debería haber en cualquier caso una razón
por la que la quimera ataca a los personajes; tal vez hay una
forma de seguir el camino sin luchar, según dicta la historia.
Los lacayos quiméricos son más raros y difíciles de definir.
Deberían ser inteligentes, aunque no necesitan serlo demasia-
do, y con algunos de ellos se podría razonar. Algunos lacayos
quiméricos no son luchadores sino espías, camuflados como
quimeras no inteligentes (o incluso inanimadas) hasta que re-
únen la información y rinden cuentas a su superior, quien-
quiera que sea. Sirven al mismo propósito que cualesquiera
otros lacayos del villano, pero sus motivaciones son más
complejas, en especial si el villano también es una criatura
quimérica. Los lacayos no necesitan una razón, más allá de
una orden, para hostigar a los personajes, pero sí precisan una
para servir al villano. Las quimeras no siempre tienen los
mismos motivos para ello que otros personajes. Poder, al menos
del tipo temporal, y dinero no constituyen fuertes motivaciones
para las criaturas del Ensueño... por lo general.
El motivo es lo primero a ponderar en los villanos qui-
méricos. ¿Por qué se convertiría una criatura del Ensueño en
Capítulo cuatro: Personajes de reparto
un obstáculo importante para un círculo de juramento de
changelings? Una vez es respondida esta cuestión, no hay
nada que impida a una quimera ser un villano hecho y derecho
que conduzca la historia. Sus metas y recursos son distintos
de los de un noble en exceso ambicioso o un intrigante
miembro de la Corte Sombría; un villano quimérico
ciertamente cuenta con motivos y recursos, y casi todos ellos
son quiméricos. No obstante, una quimera inteligente con la
Rede de Fantasía podría disponer de recursos mundanos
igualmente, y es posible que confunda a los jugadores, y a
sus personajes continuamente.
Creación de quimeras
Al crear quimeras, tú, como Narrador, deberías tener en cuenta
muchos de los mismos puntos que consideras al construir cual-
quier otro personaje del Narrador para una crónica. Los motivos y
personalidad de un personaje son tan importantes para las qui-
meras como para los changelings, mortales o cualquier otro ser o
criatura que el Narrador emplee para las aventuras. Los orígenes
de una quimera, sus motivaciones y, en el caso de quimeras inte-
ligentes, un tratamiento especial de su personalidad.
¿Quién creó a la quimera? ¿Por qué? ¿Qué aspecto tiene?
¿Por qué? Sopesa cada pregunta durante la creación de ésta.
Incluso en el caso de los compañeros quiméricos de los perso-
najes, tales preguntas han de ser contestadas, aunque no sea
preciso hacerlo en un orden concreto.
77
 El creador de la quimera es el ser de cuyos sueños, o
pesadillas, brotó la quimera. Muchas provienen de los sueños
de los niños, mortales e infantiles por igual. Pero jóvenes y
adultos también sueñan, y algunos de los nocturnae más terri-
bles surgen de las mentes de gruñones preocupados. Si bien el
personaje creador de la quimera no necesita ser hiperdetallado,
una idea o perfil general de la persona cuyo sueño engendró
la quimera es conveniente.
Por qué fue creada la quimera es una pregunta mucho
más difícil de contestar, pues se refiere a qué afectó al creador
de la quimera de forma tan profunda como para generar una
criatura del sueño. Una quimera creada para ahuyentar el mal
sueño de un niño es bastante distinta de la pesadilla quimérica
a la que está espantando.
Qué forma tome la quimera es algo fundamental para la
personalidad de una quimera inteligente. Cuando adoptan la forma
de animales, las características de éstos aparecen en aquélla. Los
gatos son esquivos, y autosuficientes y misteriosos en grado sumo;
las quimeras felinas comparten tales rasgos específicos. Las qui-
meras guardianas suelen ser caninas. Leales, amistosos, dedicados
a su maestro, los perros son tenidos por lo general como excelen-
tes guardianes. Los estereotipos de ciertos animales pueden re-
presentar un papel en la creación de quimeras.
Además, la personalidad y motivaciones de una quimera
deberían fundamentarse en los orígenes de ésta. La que haya
sido creada para vigilar un lugar o persona es un guardián. Lo
inteligente que sea y lo bien que se la trate determina lo buen
78 Guía del Narrador
guardián que es la quimera... pero quédate tranquilo, defiende
con todas sus fuerzas. Una quimera engendrada a partir de
pesadillas es amenazadora y fácilmente clasificable como un
monstruo del que encargarse, combatiéndolo y derrotándolo.
No tiene por qué ser combatida con espada y arco, puesto que
las palabras u otros medios pueden bastar en función de la
pesadilla de la que brotó. Por ejemplo, una quimera nacida de
un sueño de esperanza es amable y consoladora.
Al forjar la apariencia y naturaleza de una quimera, no
tengas miedo de servirte de ideas de la cultura contemporánea
o los medios de comunicación, pues sus imágenes influyen
sobre los sueños y esperanzas de cualquiera, aun cuando pro-
cedan de fuentes más banales. Asimismo, no todas las criaturas
de las pesadillas tienen que ser negras con patas largas y ame-
nazadoras mandíbulas y zarpas. En una tira de cómic en con-
creto aparecía un demonio que descubría que lo que más te-
mía su blanco eran los conejitos peludos de color rosa. Ridícu-
lo, sí, pero demuestra que las pesadillas son relativas. Los jó-
venes rebeldes e infantiles pueden contar con criaturas
pesadillescas que se parezcan al Freddie o Jason de las pelícu-
las, mientras las de otros se asemejan a vampiros u hombres
lobos (¿y cómo se las arreglan al tratar con el ser real?).
Los motivos de una quimera son el aspecto más difícil
de imaginar. Por qué fueron creadas y de qué sueños
proceden son buenos puntos por donde comenzar. Sin
embargo, incluso menos que los changelings, las quimeras
no se mueven según las reglas mortales ni piensan según
los estándares mortales. Las motivaciones quiméricas son
también una parte fundamental a la hora de decidir qué
clase de quimera está siendo creada. Los guardianes
obviamente guardan, pero ¿por qué viajan los compañeros
con los personajes? ¿Por qué existen quimeras
independientes y similares que les piden ayuda? ¿Por qué
van las quimeras antagonistas detrás de ellos, o de la gente
por la que se preocupan? Como se dijo en el apartado
Antagonistas, el poder temporal y el dinero no ocupan un
puesto muy alto en la lista de necesidades de una quimera
en la mayoría de los casos. Una quimera antagonista podría
perseguir a los personajes debido a ofensas, reales o
imaginadas, cometidas en pasadas encarnaciones, o por
ninguna razón que los personajes puedan desentrañar. La
lógica funciona solamente para la quimera en cuestión; no
obstante, el Narrador debería asegurarse de que hay una
lógica interna. Puede que no tenga sentido para nadie más,
pero debería tenerlo para la quimera.

Ejemplos de quimera
Estas quimeras se ofrecen a modo de ejemplo. Algunas se
han empleado en el juego, otras fueron creadas mucho antes
de que existiese Changeling, o el mismo sistema narrativo, y
otras eran simplemente ideas divertidas que escribir. Las Redes
señaladas con un asterisco (*) son nuevas y brindan más ejem-
plos de poderes que las quimeras pueden poseer.

Yasmina
Yasmina es un gato atigrado de rayas doradas y negras
con alas a juego. Es muy árabe al estilo cinematográfico, ha-
ciendo de Esfinge siempre que puede, y muy felina. Una de
sus habilidades más perturbadoras es la capacidad de maldecir
a alguien de un solo vistazo, o eso pretende.
Yasmina es una quimera compañera, adecuada para obrar
con cualquier eshu árabe.
Puntos de quimera: 36
Atributos: Fuerza 1, Destreza 5, Resistencia 3, Carisma 3,
Manipulación 3, Apariencia 3, Percepción 4, Inteligencia 2,
Astucia 3
Glamour: 5
Fuerza de Voluntad: 2
Niveles de Salud: OK, -1, -2, -5
Ataque: Garras 2
Habilidades: Alerta 2, Atletismo 3, Pelea 1, Esquivar 5,
Empatía 2, Vuelo 5
Redes: Maldición*, Vuelo

Perceval
Perceval es un dragón plateado esmeralda del tamaño de
un VW Escarabajo enrollado sobre sí mismo. Arroja una llama
verde esmeralda, está versado en un montón de lenguajes, y le
gusta el regaliz negro y las gominolas con sabor a manzana.
Fue creado por un círculo de juramento de gran extensión (en
realidad tres que se solapan) para vigilar un feudo. No le gus-
tan los verdaderos magos y los mira con todo el desprecio que
puede. Aun cuando no puedan verlo, éstos son conscientes de
la vigilancia de Perceval.

Capítulo cuatro: Personajes de reparto 79

 Este dragón es una poderosa quimera guardiana que pue- Habilidades: Pelea 1, Esquivar 5, Intimidación 2, Foto-
de ser encontrada protegiendo el feudo de cualquier noble... o grafía 5, Subterfugio 2
el mantenido por algunos poderosos plebeyos. Redes: Flash*, Vuelo, Armamento (cuerno), Fantasía
Puntos de quimera: 85
Atributos: Fuerza 7, Destreza 4, Resistencia 4, Carisma 2,
Manipulación 1, Apariencia 3, Percepción 4, Inteligencia 3,
El Jabberwock
El Jabberwock es una enorme criatura de dientes de cone-
Astucia 2
jo con alas andrajosas y afiladas zarpas en sus cuatro extremi-
Glamour: 7
dades. Su color está abierto al debate, pero la mayoría coincide
Fuerza de Voluntad: 5
en afirmar que es un tono verdoso. Y puede llevar chaleco.
Niveles de Salud: OK, OK, -1, -1, -2, -2, -3, -3, -5, -5
El Jabberwock es un ejemplo de quimera antagonista de
Ataque: mordedura 8, zarpa 10, Llama Quimérica 5
nivel medio, aunque no tiene por qué usarse como tal. Un
Habilidades: Alerta 5, Pelea 3, Esquivar 3, Vuelo 4, Intui-
changeling que se identifique con Alicia podría tener al
ción 2, Lingüística 5, Ocultismo 3
Jabberwock protegiéndolo.
Redes: Daño Agravado, Armadura (5 niveles), Aliento de
Puntos de quimera: 45
Fuego (5 dados)*, Vuelo, Engullir, Cruzar el Ensueño, Fantasía
Atributos: Fuerza 10, Destreza 5, Resistencia 6, Carisma 1,
Manipulación 1, Apariencia 1, Percepción 5, Inteligencia 1,
Zin Astucia 3
Zin es una serpiente de un metro de largo, del color del arco Glamour: 4
iris, que vuela. No tiene alas, pero eso no le impide volar. Es Fuerza de Voluntad: 2
asimismo una bromista pesada, y los gruñones, en particular los Niveles de Salud: OK, OK, -1, -1, -1, -2, -2, -2, -5, -5
sidhe, son sus blancos favoritos. Zin habla... mucho. Es bastante Ataque: mordedura 11, garras 13
útil como explorador mas no como espía, pues gasta jugarretas a Habilidades: Atletismo 5, Alerta 3, Pelea 5, Esquivar 2
aquellos que espía, dejándoles saber por consiguiente que algo Redes: Armadura (5 niveles), Miedo, Vuelo, Armamento
va mal. Trata de hacerse la inocente, pero nunca funciona. Los
pooka, en especial infantiles, adoran la compañía de Zin; así pues,
es una quimera compañera ideal, aunque también podría valer
Pandora
Pandora es otro irritante gato, esta vez de la raza Cheshire.
igualmente como independiente o antagonista de bajo nivel.
Aunque observa un gran parecido con aquel tan adorablemente
Puntos de quimera: 43
dibujado en Alicia en el país de las maravillas de Disney, el
Atributos: Fuerza 0, Destreza 5, Resistencia 1, Carisma 1,
color es diferente (una mezcla de verde cerceta y azul agua) y
Manipulación 3, Apariencia 2, Percepción 2, Inteligencia 2, As-
es más útil que su homólogo cinematográfico. Pandora no cree
tucia 5
que esté loco, sino que es un gato, y los gatos no se rigen por
Glamour: 3
las reglas humanas. Pregúntale y verás.
Fuerza de Voluntad: 2
Pandora es otra quimera independiente, y una de las fuertes.
Niveles de Salud: OK, -1, -2, -5
Puntos de quimera: 50
Ataque: no si puede evitarlo
Atributos: Fuerza 1, Destreza 3, Resistencia 2, Carisma 2,
Habilidades: Esquivar 5, Bromas 5, Sigilo 4, Subterfugio 4
Manipulación 4, Apariencia 3, Percepción 3, Inteligencia 5, As-
Redes: Aturdir, Encantamiento, Vuelo, Ocultarse, Fantasía
tucia 4
Glamour: 8
Toshiro Fuerza de Voluntad: 3
Toshiro es un gato naranja atigrado, bastante gordo. Tiene Niveles de Salud: OK, -1, -2, -5
rutilantes alas blancas y un único cuerno dorado en el centro Ataque: garras 2
de la frente. El otro elemento llamativo es la cámara en torno a Habilidades: Esquivar 6, Cultura de las Hadas 5, Gremayre
su cuello. Toshiro puede usarla, aunque nadie sabe cómo re- 5, Literatura 5
vela la película... y lo hace con irritante frecuencia. Por otra Redes: Encantamiento, Ocultarse, Sentir Banalidad, Cru-
parte, supone una conveniente distracción en el combate cuan- zar el Ensueño
do el flash se dispara sobre el rostro del oponente. Tiene
también un marcado acento japonés. Imagínate a un fotógrafo
a bordo de un crucero. Ése es Toshiro.
Sparkly
Una pequeña bola brillante de luz verde, Sparkly es una
Es una quimera independiente. Cualquiera sabe de qué
quimera no inteligente. No habla, aunque brilla con distintas in-
sueño procede. Podría igualmente venir de una pesadilla.
tensidades y arroja chispas de luz verde y dorada. Los changelings
Puntos de quimera: 39
creen que ello sucede cuando está alterado, pero nadie está del
Atributos: Fuerza 2, Destreza 3, Resistencia 1, Carisma 2,
todo seguro. Lo que sí saben es que esas chispas hacen daño.
Manipulación 2, Apariencia 2, Percepción 5, Inteligencia 3, As-
Sparkly es una quimera independiente sin inteligencia, aun-
tucia 4
que podría ser una quimera guardiana o un FUBAR (ver Libro
Glamour: 5
de Linaje: Nockers) al cuidado de un nocker igualmente.
Fuerza de Voluntad: 2
Puntos de quimera: 22
Niveles de Salud: OK, -1, -2, -5
Glamour: 6
Ataque: garras 3 dados, cuerno 4 dados
80 Guía del Narrador
 Niveles de Salud: OK, -1, -1, -5
Ataque: Electricidad Quimérica 3
Redes: Forma de Sueño, Aliento de Llama (3 dados)*
Nuevas Redes
Maldición: esta Rede obra de forma muy similar al segun-
do nivel del Arte de Adivinación (ver Changeling: El Ensue-
ño, pág. 181). Mientras el objetivo esté encantado, es vulnera-
ble a esta Rede. La quimera debe poseer la Rede de Fantasía a
fin de afectar a blancos que no sean hadas ni estén encanta-
dos. Cada dos puntos de Glamour invertidos por la quimera
actúan como un éxito para decidir los efectos de la Rede.
Coste para la quimera: 5
Coste de uso: 2 por nivel de efecto de la maldición
Aliento de Llama: esta Rede puede ser usada para darle a
una quimera un ataque quimérico a distancia. El efecto más
obvio es el aliento del dragón, pero también pueden crearse
con él flechas, rayos láser, y relámpagos.
Coste para la quimera: 3 por dado de daño quimérico
Coste de uso: 1
Flash: permite a la quimera cegar a un objetivo. Éste debe
ser feérico o estar encantado, o bien aquélla ha de poseer la
Rede de Fantasía. El blanco es cegado durante 5 turnos, pero
este efecto puede ser absorbido con una tirada de Destreza +
Esquivar (dificultad 8) para evitar el flash.
Coste para la quimera: 3
Coste de uso: 1
Los Otros
La Estirpe y el Ensueño no son en absoluto las únicas
fuerzas sobrenaturales dentro del Mundo de Tinieblas. Muchos
otros seres con sus propios bandos y problemas habitan en el
mundo del crepúsculo lejos del alcance de la humanidad.
Las relaciones de los changelings con esos seres sobre-
naturales se deterioraron en su mayor parte después de la
Ruptura. Una vez la Banalidad cayó como un telón sobre la
tierra, la Estirpe estaba más interesada en sobrevivir que en
jugar a la política con las peligrosas y volubles criaturas que
compartían las sombras con ellas. Hay notables excepcio-
nes, tales como los encuentros entre hadas y hombres lobo
una vez cada diez veranos en Hibernia (Irlanda), la protec-
ción de la Estirpe en París por el príncipe vampiro Villon, y
el gran pacto de hadas y magos en Gran Bretaña (detallado
en La isla de los Poderosos). La mayoría de los otros so-
brenaturales, especialmente los vampiros, perdieron con-
tacto con la Estirpe tras la Ruptura. Los recuerdos de las
hadas se convirtieron en algo parecido a sueños medio
olvidados de noches de cálida sangre.
Con el retorno de los sidhe, no obstante, y la llegada
de un veranillo de San Martín (un estallido de Glamour antes
de la llegada del Invierno), muchos antiguos pactos, trata-
dos y protocolos fueron restablecidos. Los sidhe reanuda-
ron su contacto con los magos, hombres lobo y otros sobre-
naturales, casi como si el tiempo no hubiera pasado entre
ellos. En su mayor parte, muchos de estos grupos se vieron
Capítulo cuatro: Personajes de reparto
conmocionados ante la sorpresa de descubrir a esas leyen-
das vivas después de casi 600 años.
Ahora que la Estirpe está volviéndose más activa, está
entrando en mayor contacto con otras fuerzas sobrenaturales.
La nobleza ha sido el principal motor tras la reapertura de esas
líneas de comunicación con aquellos que solían ser aliados.
Con el renovado contacto, sin embargo, la Estirpe ha empeza-
do también a redescubrir antiguos enemigos.
Política
Al tratar con los Pródigos, la Estirpe suele preferir invocar
a la Fantasía para parecer más impresionante. Es mucho más
ventajoso para el duque local negociar con el príncipe Toreador
como una criatura exquisitamente bella ataviada con armadura
ceremonial que como un estudiante de secundaria de 16 años
con deportivas y camiseta (por supuesto, el sidhe podría en-
contrarse con que tiene entonces que preocuparse de un vam-
piro que decide que ha de poseer esa hermosa criatura, pero
esa es otra cuestión del todo distinta). De forma parecida, cuando
se intenta probar el propio valor en combate, mejor ser un troll
de dos metros y medio de alto al enfrentarse contra un hombre
lobo en su forma Crinos que un central del equipo del colegio.
A medida que las hadas, sobre todo los sidhe, van vol-
viendo a introducirse poco a poco de forma perceptible en los
tejemanejes del Mundo de Tinieblas, reafirman sus antiguas
alianzas. Por ejemplo, los sidhe han tenido desde hace mucho
un pacto con los Colmillos Plateados, así como con los magos
conocidos como la Orden de Hermes. Otros linajes, casas y
facciones cuentan con sus propios aliados entre los Pródigos
asimismo. La Corte Sombría tiene amigos en altos puestos dentro
del Sabbat. La Familia de la Casa Fiona y la Parentela Fianna se
han casado entre ellos en numerosas ocasiones.
Desde el Resurgimiento, la Estirpe también ha redescubierto
a antiguos enemigos. Los hombres lobo que se llaman a sí mismos
la Camada de Fenris mantienen una vieja enemistad a muerte con
los sidhe, y los matarán nada más verlos. Los vampiros Ravnos
también entran en conflicto con la Estirpe con frecuencia. Por el
momento sólo se rumorea que el más antiguo y peligroso enemi-
go de la Estirpe sigue en activo. Aunque los rumores de nuevos
avistamientos de las criaturas llamadas fomorianos no son más
que eso, es cierto que algo que encaja con la descripción de los
enemigos de las hadas sigue existiendo. Los hay que susurran
que la Casa Balor podría saberlo, pero por ahora la Casa Balor
prefiere reservarse su opinión sobre el asunto.
Aunque la Estirpe sabe bastante acerca de sus variables
primos, mucha de su información suele estar anticuada, pro-
cedente de sabios y tradiciones existentes antes de la Ruptura.
La nobleza, por ejemplo, conoce los nombres y rasgos generales
de los clanes de vampiros desde el siglo XIII, pero las líneas
de sangre más recientes y sus políticas les resultan algo com-
pletamente nuevo. Un sidhe podría recordar que a un Ventrue
habría de recibírsele con la misma dignidad que a un noble
visitante, pero es mucho menos probable que sepa cómo recibir
a una Hija de la Cacofonía. Esta falta de experiencia con las
condiciones actuales de la política sobrenatural a menudo hace
que a la nobleza le sea difícil tratar con esas criaturas. Muchos
plebeyos, en particular sluagh, tienen algo más de idea sobre
la situación presente ahora mismo. Es causa de gran
81

Regla opcional:
Encantar a Pródigos
Todas las criaturas con habilidades sobrenaturales
son referidas como seres Despertados. Puede que algu-
nos Narradores deseen hacer más sencillo para los
changelings encantar a dichos seres, permitiendo así una
crónica que envuelva a distintas variedades de sobrena-
turales. Al usar esta regla, un changeling puede tratar de
encantar a cualquier ser Despertado a la vista. Para in-
tentar un encantamiento usando este método, el jugador
ha de gastar al menos un punto de Glamour y hacer una
tirada de Glamour (dificultad igual a la cifra de Banali-
dad del objetivo). Este encantamiento perdura un día (24
horas) por punto de Glamour gastado, pero se ve modi-
ficado por la tabla de abajo (de forma que los Garou
podrían ser encantados durante tres días por punto de
Glamour, y así sucesivamente). Los Despertados no enu-
merados en la tabla se ven afectados durante un día.
Ser Despertado Modificador
Garou x3
Mago, Merodeador x5
Mago, Nefando x3
(incluye también Adeptos virtuales)
Mago, Tradición x2
Vampiro, Kiasyd x5
Vampiro, Malkavian x3
divertimento cuando el duque da un faux pas en presencia de
los magos locales al preguntarles dónde están los Ahl-i-Batin.
Sucesos actuales
Hay tres sucesos principales en el pasado reciente de Estir-
pe y Pródigos dignos de mencionarse. El primero fue la destruc-
ción de la corte de verano del Duque Rococo por parte de una
horda de depravados y deformes hombres lobo. La masacre
impulsó al Rey Supremo David a poner a la División Roja en
alerta máxima en busca de señales de estas retorcidas criaturas.
El bardo Fianna Niall Estrellablanca aseguró que se trataba de
los enemigos ancestrales de los Garou, y ofreció la ayuda de su
manada. En respuesta, para la indignación de los elementos
conservadores de la corte, el Rey Supremo hizo a Niall y a su
manada Caballeros provisionales de la División Roja, encargados
de traer a los responsables de la masacre ante la justicia.
En otro episodio reciente una cábala de magos llamada
Cultistas del Éxtasis tomó el control de un feudo levantado
dentro de una laberíntica mansión victoriana, poseído por un
trago errante de sátiros. Cuando los sátiros regresaron para
hallar su hogar incautado, se aprestaron para la batalla y entra-
ron. Desde entonces, nadie ha visto a los magos ni a los sátiros.
De vez en cuando se oyen risas procedentes del interior, pero
nadie que se haya internado para investigar ha regresado.
Por último, entre los rebeldes se está convirtiendo en el
colmo de la elegancia emprender una búsqueda para pasar el
rato con los Pródigos y retornar de una pieza, o mejor aún,
habiendo retorcido sus narices de alguna forma astuta. Más de
82 Guía del Narrador
un changeling se ha visto escaldado cuando un simple reto a
“entrar y salir de la capilla” se ha convertido en un serio desa-
fío de habilidad hechicera cuando los magos locales decidie-
ron que no les entusiasmaba un visitante no invitado.
Vampiros
Conocidos por la Estirpe como los Hijos de Lilith, se dice
que los vampiros descienden de un redcap que mató a su
hermano. Algunos aseguran que existe una pizca de verdad en
tal historia, pero que su ser era de un linaje completamente
distinto, y que todo ese linaje fue castigado por el Tuatha de
Danann como consecuencia de sus acciones feéricas. Sin
embargo, otros creen que estas hadas perdidas sencillamente
se enamoraron tanto de su ansia de sangre que perdieron de
vista su auténtica naturaleza feérica.
Todos los vampiros afirman descender del asesino cono-
cido como Caín. Los Vástagos, como se llaman a sí mismos,
enredados en una interminable lucha por el poder, la domina-
ción y supremacía conocida como la Yihad. La Estirpe puede
verse en ocasiones barrida en este grandioso tapiz de manipu-
lación, por lo común con resultados desastrosos.
Estos bebedores de sangre a menudo están plagados de
Banalidad, y por consiguiente son evitados por la mayoría de
las hadas. Sin embargo, el estilo y oscuro deseo de los Vástagos
pueden ser poderosos cebos de potencial Glamour. Muchos
sidhe encuentran a los antiguos de los Hijos de Lilith fascinantes,
pues a menudo les ofrecen claves de su pasada existencia en
este plano. Ha habido muchas historias de vampiros antiguos
que reconocieron a uno de los retornados sidhe, a veces como
un enemigo o un aliado de siglos largo tiempo idos.
Algunos miembros de la Estirpe se ven atraídos por los
Vástagos como polillas por una llama. Los hay que tienen a la
política de los no muertos como el mayor desafío de todos.
Otros ansían su inmortalidad perdida, y consideran la existen-
cia vampírica como el equivalente más próximo. No obstante
otros sencillamente creen que los vampiros son de alguna for-
ma más interesantes que cualquiera otro.
La Estirpe sabe que la sociedad vampírica está dividida en
familias y líneas ideológicas, pero la mayoría no se molesta en
aprender más que qué secta controla su territorio y hasta qué
punto es seguro deambular por la noche. La corte del Rey
Supremo David ha emitido un bando de aviso para evitar al
grupo de vampiros conocido como Tremere, debido a que
varios changelings han sido capturados por ellos y destruidos
en sus experimentos.
La mayoría de los Vástagos no tienen idea de que las hadas
existen. Aquellos que sí lo saben tienden a considerar a las
hadas como poderosas en extremo, pero también muy infanti-
les.
Ravnos
El clan que plantea el mayor peligro a la Estirpe, y puede
tener mayor efecto sobre el Ensueño, es el de los Ravnos, si
bien la mayoría de estos vampiros gitanos son del todo in-
conscientes del peligro que suponen para las hadas. Estos
Vástagos poseen un poder llamado Quimerismo, o ilusión para
el ojo ordinario. La Estirpe, sin embargo, lo reconoce como el
poder de crear quimeras. Una ilusión creada por uno de estos
vampiros (animada o inanimada) se considera una quimera,
aunque una que no es controlada por su hacedor. Las armas y
criaturas creadas usando este poder pueden causar daño
quimérico a la Estirpe y a los encantados.
Se dice que los Ravnos aprendieron sus poderes de un
eshu que fue vencido en un concurso de historias por el fun-
dador del clan Ravnos. Como premio, el eshu concedió al vam-
piro la habilidad de percibir el Ensueño. Mediante este conoci-
miento, el fundador descubrió un medio a través del cual po-
día manipular el Ensueño de formas que ni las hadas com-
prenden. Aunque fue capaz de transmitir la habilidad de forjar
ilusiones con el material del Ensueño, la visión innata del mundo
mágico se perdió para las futuras generaciones.
Malkavian
La locura y peculiares percepciones de los Malkavian los
acerca más al Ensueño que cualquier otro Vástago. La Estirpe
encuentra más fácil tratar con ellos a causa de su baja Banali-
dad. Este clan de vampiros cuenta con los lazos más estrechos
con las hadas, con tratados y pactos que se remontan a cientos
de años, si no miles. Muchos Malkavian reconocen a la Estirpe
como hadas, aun cuando no pueden percibir su semblante
feérico o a las quimeras a no ser que sean encantados. Ello no
siempre es algo bueno; los trastornos mentales de algunos
Malkavian no conducen a relaciones gratas.
Los Malkavian son atraídos por las hadas como las polillas
por una llama, y la atracción en ocasiones resulta mutua. No
es extraño que un Malkavian se deje caer por un feudo local,
y se demore observando en silencio el espectáculo o incluso
que sea lo bastante intrépido como para mezclarse con los
residentes. La mayoría de ellos no saben con seguridad si el
Vástago es consciente de estar en un feudo, y es posible que
los mismos Malkavian no lo sepan.
Los Malkavian tienen menos probabilidades de experimen-
tar una reacción desagradable al beber sangre feérica, y de
hecho beberla puede volverlos un poco más lúcidos de lo
habitual. El peligro reside en el hecho de que algunos Malkavian
se hacen adictos a la sangre feérica tras probarla unas pocas
veces. Un Malkavian adicto a la sangre feérica puede resultar
un predador muy peligroso.
Algunos miembros de la Estirpe (en especial Oscuros) eligen
la condición de alto riesgo y gran recompensa de ser musa de un
Malkavian bromista. Inspiran la tendencia a la broma cruel y
elaborada de estos vampiros locos, y cosechan la recompensa en
forma de Glamour producido. La dificultad de todas las tiradas de
Ensoñación que impliquen a Malkavian se reduce en uno.
Por último, uno de los hechos menos conocidos sobre los
Malkavian (que prefieren que continúe así) es que no se ven
afectados en absoluto por las Nieblas. Aunque siguen teniendo
que ser encantados para ser capaces de ver el semblante feérico
de un changeling e interactuar con quimeras, recuerdan abso-
lutamente todo una vez el encantamiento se desvanece.
Kiasyd
Tal vez el clan más estrechamente relacionado con la estir-
pe es el de los Kiasyd (ver Guía del Sabbat). Estos enigmáticos
vampiros provienen de un extraño experimento mágico que
Capítulo cuatro: Personajes de reparto
Palabras de poder
El Ensueño sigue haciendo respetar los pactos y
acuerdos firmados hace eones entre las hadas y los Pró-
digos. Estos acuerdos van desde alianzas a simples trata-
dos de no agresión. Con frecuencia una criatura que co-
noce las antiguas palabras puede usarlas todavía contra
un changeling, obligándole a cumplir el acuerdo. Un ejem-
plo de este tipo de pacto es la Paz del Rey Supremo,
establecida entre los Colmillos Plateados y los sidhe. En
virtud de ella se acordó que cuando una de las partes
lleve un anillo hecho de fresno, la otra no puede usar la
magia de dominación o sumisión sobre el portador. Se
incluyen aquí la Soberanía y los Dones que doblegan la
voluntad de uno (ver Hombre Lobo: El Apocalipsis).
Hay muchos más tratados y convenios de antes de la
Ruptura, y su empleo se deja a discreción del Narrador.
La mayoría de ellos tienen mucha mayor influencia sobre
la Estirpe que sobre los Pródigos (los changelings pue-
den sufrir efectos adversos como si hubieran roto un
juramento por desafiar estos pactos). Muchos sobrenatu-
rales los siguen acatando por respeto a la tradición, su-
poniendo que conozcan la existencia del pacto. Tales
acuerdos y tratados pueden constituir un buen punto de
inicio para un juego cruzado de Changeling.
mezcló la sangre de la Estirpe (sobre todo sidhe y eshu) y de un
grupo de vampiros llamados Lasombra. Estos experimentos se
llevaron a cabo con completo conocimiento y cooperación de la
Corte Sombría, y algunos de sus miembros más viejos aún mue-
ven sus cabezas de uno a otro lado esperando que pueda en-
contrarse algún uso para esos singulares vampiros.
Los Kiasyd son un grupo cerrado por lo general, pero
de Pascuas a Ramos se puede encontrar a uno en un té
sluagh, compartiendo historias y conocimiento esotérico.
Aunque pueden percibir el Ensueño y a la Estirpe con
bastante facilidad, los Kiasyd se mantienen sabiamente aparte
de los asuntos feéricos.
Los Kiasyd cuentan con una Disciplina llamada
Mytherceria, que les permite percibir y afectar al Ensueño.
El nivel uno, Visión Clarividente, permite a quien la emplea
de forma automática ver el mundo quimérico, incluyendo
el semblante feérico de un changeling y a las quimeras
activas. Se considera que un Kiasyd que use este poder está
encantado a efectos de ser afectado por quimeras y cantrips
(el vampiro debe estar empleando el poder activamente;
sólo “tenerlo” no basta).
Ideas para
cruces de historias
Aparte de grupos aislados, la Estirpe no tiene mucho
contacto con vampiros. No obstante, existen algunas razones
por las que podrían interactuar. La Corte Sombría mantiene
lazos con el Sabbat, y los Oscuros y Thallain de cuando en
cuando frecuentan manadas locales del Sabbat. El Sabbat
83
se complace en contar con redcaps alrededor para ocuparse
de los restos de sus “fiestas” salvajes. Se considera, además,
una señal de bravura entre muchas hadas andar con los
vampiros por una noche y sobrevivir.
Otra idea para un cruce de historias podría girar en
torno a un viejo pacto firmado entre las hadas y un antiguo;
cuando el pacto ha de respetarse, éste envía a sus chiquillos
(que saben muy poco de las hadas) para cumplir con su
obligación. Por otra parte, Estirpe y Vástagos existen en las
mismas ciudades, y pueden entrecruzar sus caminos en un
museo de arte que resulta ser un Elíseo, o bien en una
cafetería que constituye un lugar de encuentro para las hadas
locales. ¿Qué ocurre cuando un Toreador demuestra un
malsano interés por el Soñador de un changeling, o se
enamora de un sidhe? ¿Y si un Gangrel local comienza a
pasar sus noches cerca de una cañada del lugar?
Vampiros y hadas se mueven en diferentes círculos, pero
fríos brazos pueden pretender abrazar la brillante llama de
un changeling con la esperanza de la salvación. Un trágico
romance entre uno de la Estirpe y un vampiro podría ser
una crónica épica que durase muchas historias.
Por último, un vampiro adicto a la sangre feérica es
uno de los más predadores más mortíferos que pueda tener
un feudo local. Si es descubierto, ello supone una inmediata
llamada a las armas. Cazar al último tiburón urbano es
peligroso en el mejor de los casos y temerario en el peor.
84 Guía del Narrador
Reglas para los
cruces de historias
Quimerismo
La Disciplina del Quimerismo (ver Vampiro: Guía del
Jugador) crea ilusiones que pueden ser percibidas por morta-
les y por todos los seres Despertados. No obstante, tales ilu-
siones son engendradas en el Ensueño y se hacen aún más
reales para la Estirpe.
Todas las ilusiones generadas por el Quimerismo tienen su
reflejo quimérico también. Estas quimeras a menudo siguen
existiendo mucho después de que la ilusión original se haya
desvanecido. Por cada éxito logrado en crear una ilusión con
Quimerismo, la quimera permanecerá como mínimo durante un
día más. Cómo actúe depende de la naturaleza de la ilusión que
fue lanzada. Las quimeras inanimadas por lo general se quedan en
el lugar en que fueron creadas, y pueden interactuar con los
changelings igual que cualquier otra quimera no animada. A éstas
se las considera casi siempre quimeras incidentales (ver Changeling:
El Ensueño, pág. 218). Las quimeras animadas pueden asumir
una vida propia, a menudo con resultados en extremo impredecibles.
Un changeling puede sentir el uso del Quimerismo en un
radio de kilómetro y medio con una simple tirada de Sagacidad
(dificultad 7). Un éxito le da a éste una idea general de dónde
está siendo usada la Disciplina, en tanto que cinco éxitos le
permiten localizar con precisión el lugar exacto.
Ofuscación
Un sluagh puede traspasar la Disciplina vampírica de Ofus-
cación mediante una tirada de Percepción + Alerta (dificultad
7). Esta percepción funciona en cualquier nivel de la Disciplina.
Auspex
Cualquier Vástago que use el nivel 2 de Auspex (Percep-
ción del Aura) puede percibir el aura de un changeling como
una forma fluctuante de luces y colores. Ello añade dos puntos
a la dificultad de leer tal aura. Por otra parte, una tirada de
Inteligencia + Ocultismo (dificultad 8) permite al vampiro re-
conocer al changeling por lo que es.
Beber sangre changeling
La sangre feérica actúa como un potente alucinógeno
sobre cualquier Vástago que la beba. Algunos Vástagos has-
tiados han llegado a tenerla por una exquisitez, en tanto otros
la evitan a toda costa. También los hay que la buscan a causa
de sus supuestos poderes mágicos. Algunos dicen entre
susurros que puede ser usada como componente en ciertos
rituales de sangre Tremere.
Los efectos de beber sangre feérica sobre los Vástagos
son variables. Se anima a los Narradores a inventar los suyos
propios, tales como oleadas de poder, pelo brotando de lugares
embarazosos, o tal vez orejas extra grandes. Como regla gene-
ral, empero, en cuanto un vampiro ingiere la sangre, el jugador
ha de efectuar una tirada de Coraje (dificultad 3 + el número
de Puntos de Sangre ingeridos). Si no hay ningún éxito, el
vampiro pasa al segundo Umbral de la Confusión (ver
Changeling: El Ensueño, pág. 208). Un fracaso hace que el
vampiro pase al tercer estadio de la Confusión ganando también
un Trastorno Mental (a elección del Narrador).
El Abrazo
Los changelings a menudo no sobreviven al trauma de ser
Abrazados: sus almas feéricas por lo común se extinguen a
causa de la experiencia. En cualquier momento que sea Abra-
zado un changeling, el jugador ha de realizar una tirada de
Glamour (dificultad igual a la Banalidad del vampiro + 2). Sólo
se necesita un éxito para sobrevivir a la transformación. Si no
se obtiene ninguno, entonces el alma feérica del personaje es
destruida para siempre y éste muere. Puede que los Narrado-
res deseen reducir esta dificultad para changelings abrazados
por vampiros menos banales, en particular Kiasyd y Malkavian.
Suponiendo que sobreviva, todo changeling lo bastante
desafortunado para ser Abrazado es reclamado de inmediato
por las Nieblas. Revierte por completo a su apariencia mortal y
pierde todo acceso (así como el recuerdo) a sus Artes y Privi-
legios. El alma feérica dentro del nuevo Vástago se halla en
permanente estasis, y debe aguardar a que el Vástago sufra la
Muerte Definitiva antes de reencarnarse. Algunos eruditos
changelings creen que un alma feérica que padezca semejante
trauma nunca regresa a este mundo.
Un changeling vuelto vampiro que sea encantado recobra
los recuerdos de su vida feérica durante el tiempo del encan-
tamiento, aunque tan pronto como éste desaparece, las Nieblas
reclaman rápidamente esos recuerdos de nuevo. Un changeling
Capítulo cuatro: Personajes de reparto
Abrazado que sea encantado no recupera el uso de ninguna
de sus antiguas habilidades (Artes, Privilegios, etc.); simplemente
recuerda lo que solía ser, y lo que ha perdido a cambio de la
inmortalidad.
Puntos de vista
¿Vampiros? No, no me trato con ellos. He oído que viven
para siempre, y eso es más o menos todo lo que sé. Podrías
preguntar a los sluagh, ellos puede que los conozcan. Yo, si
viera alguna vez a uno, me cambiaría de acera a toda prisa.
¿Por qué? Bueno, es sólo que no me apasiona algo que cree
que yo sería un buen aperitivo.
—Gareth Setatóxica, dueño de restaurante boggan
Los Vástagos son el mayor divertimento de todos. Es ten-
tador sumergirse en su Yihad, y con ésta, en ellos. Sin embargo,
jugar con ese fuego hace que uno se queme. He compartido
historias con ellos de vez en cuando, y he presenciado locas
juergas vampíricas a la luz de la luna. Desde un altercado en
una oscura callejuela una noche con un vampiro sediento, no
obstante, mi camino se ha desviado decididamente del suyo.
—Draeven Piequedo, vagabundo eshu
No sé mucho sobre ellos, y así está bien para mí. Sí, nos
topamos con esos Nosferatu en nuestras minas, pero no los
molestamos y ellos no nos molestan. Son sucios y viejos bas-
tardos que te morderían sólo para averiguar cómo sabes. Todos
juntos ahora, chicos: ¡Demonios, no!
—Irving Barrodearrollo, mecánico nocker
Los Malkavian apestan. No los toques nunca. Una vez,
estaba cruzando la calle mayor, y ahí estaba esa figura trágica
de negro, de aspecto lívido y gótico...uh, salvo por el maquillaje
de payaso. Así que me detuve con el chico por un rato, y
aparte de cierta predilección por algo de AB positivo de cuando
en cuando, era estupendo verle soltar bromas que pondrían
celoso a mi abuelo gruñón. ¿Vampiros? No, no te molestes.
—Trinchante Demadera, filósofo pooka
Algunos afirman que somos familia. Sea cierto o no, esos
chupasangres llamados Sabbat se parecen más a nosotros que
los ñoños elfos. Ésta es mi recomendación: pasa el rato con
ellos, compite con ellos pinta a pinta, y asegúrate de que no
estás en el menú cuando suena la campanilla de la cena.
—Derek, miembro de banda redcap
Imagínate el conocimiento que deben haber guardado bajo
llave... siglos de experiencias e inmortalidad como bagaje. ¡Eso
es lo que yo llamo vivir!
—Phillipe le Noir, comediante sátiro
De todos los Pródigos, únicamente su gracia y belleza se
acercan a igualar las nuestras. Muchos de nuestra clase son
atraídos por su oscura mística como polillas por la llama. Por
desgracia, aquellos seducidos por su sombría luz a menudo
sufren el mismo destino que las polillas...
—Adrienne Forst, Casa Eiluned
Un Nosferatu toma el té conmigo cada dos jueves. Es cor-
tés, tranquilo, y me muestra un respeto que encuentro a faltar
en muchos de la Estirpe. En lo que a mí respecta, los así llama-
dos Sanguijuelas son más tolerantes y civilizados que la mayo-
ría de los así llamados nobles que conozco.
—sluagh anónimo de la corte del duque Dray
85
 Mis sentimientos acerca de esas criaturas están divididos.
He hablado con un alma triste desesperada de su existencia
nocturna y su descontrolado deseo. También he visto cómo
una bestia loca desgarraba la carne de los vivos antes de poder
arrancarle la cabeza de los hombros. Protege a sus víctimas, y
muestra compasión hacia aquellos que buscan liberarse de su
existencia. Hacia los que se deleiten en sus asesinatos, no ten-
gas ninguna piedad.
—Graeme Escudoespinoso, guerrero troll
Hombres lobo
De todos los Pródigos, los hombres lobos mantienen las
relaciones más estrechas con las hadas. La Estirpe muestra res-
peto a estos antiguos aliados al referirse a ellos como Garou,
el nombre con que ellos mismos se llaman. Antes de la División,
las hadas y los Garou compartían sus moradas, cañadas y lu-
gares de poder. A medida que las hadas empezaron a retirarse
del mundo, sus relaciones cambiaron, ya volviéndose más ti-
rantes, ya rompiéndose por completo. Otras, como los lazos
entre la Estirpe y la tribu Fianna, se hicieron incluso más fuer-
tes cuando ofrecieron un frente unido contra enemigos comu-
nes como los fomorianos.
La mayor parte de la Estirpe ve a los hombres lobo como
primos salvajes que a veces dejan que sus temperamentos se
apoderen de ellos. Hay también quienes dicen que los Garou
se separaron de las hadas cuando sus sueños de rabia y ven-
ganza los dominaron. Sin embargo, los Garou son valiosos
aliados para muchas hadas, y muchos changelings se desviarán
de su camino para ayudar a un Garou en problemas. Los Garou
en su mayoría honran estos lazos, y no pocos hombres lobo
han servido como guardaespaldas encantados o músculos en
una corte de la Estirpe.
Las diferentes tribus de Garou tienen distintos grados de
contacto con cada linaje. Hay una tribu que evita el contacto con
toda hada, salvo los trolls, y debe ser refrenada para que no mate
a los sidhe nada más verlos. Son los Garou que se llaman a sí
mismos la Camada de Fenris. La Camada prestó un juramento de
sangre contra los sidhe hace mil años en respuesta a una antigua
humillación, y el juramento ha pervivido hasta la actualidad.
Los mayores aliados Garou de la Estirpe son los Fianna.
Estos Garou celtas mantienen lazos de lealtad y sangre con
todas las casas nobles de las hadas, así como con muchos de
los linajes plebeyos. Un antiguo Fianna vive en la corte del
Reino de las Manzanas, en calidad de consejero de la Reina
Mab sobre asuntos de los Pródigos.
Estirpe y Garou se hallan también ligados por lo que algu-
nos perciben como un enemigo común. Los Garou se ven con
frecuencia implicados en batalla con un grupo de depravados
y deformes mutantes llamados fomori. A la mayoría de la Estir-
pe no le supone un gran esfuerzo de lógica reflexionar que
estos seres podrían ser sus antiguos enemigos fomorianos bajo
una nueva forma en el mundo moderno.
Los Garou aseguran que están combatiendo contra un es-
píritu de destrucción masiva conocido como el Wyrm. El sabio
Malthus del Círculo de Cristal ha afirmado que tiene la prueba
de que el Wyrm es el antiguo sueño de maldad conocido sola-
mente como la Oscuridad. Sus críticos afirman que su prueba
86 Guía del Narrador
es circunstancial en el mejor de los casos, y que la Oscuridad
fue derrotada hace eones. A pesar de todo, la nobleza ha de-
cretado que si es posible, la actividad fomori debería ser ob-
servada y comunicada.
La Corte Sombría cuenta con compañeros lupinos pro-
pios. Se sabe que los retorcidos y leprosos Danzantes de la
Espiral Negra han llegado a acuerdos ocasionalmente con
facciones de dicha corte, realizando servicios tales como
asesinatos a cambio de tesoros feéricos y ayuda mágica.
Los Wendigo y los Uktena están mucho más próximos a
las Naciones Nunnehi que a las hadas europeas. Esta alianza
nativa ha causado algo más una pequeña fricción entre Uktena,
Wendigo y Fianna. Es sabido que algunos Garou de estas tribus
han estado envueltos en la política de la Estirpe, como si sus
mutuos problemas no fuesen suficiente.
Se rumorea que la Casa Balor ha establecido misteriosos
lazos con los fomori arriba mencionados y la Espiral Negra. Ello
no se considera de dominio público, y la Casa Balor alardea de
secretos obtenidos de sus oscuros aliados que dicen incluso los
sluagh no conocen. Los sluagh, por su parte, se limitan a sonreír
y a alzar una ceja sardónica cuando los Balor empiezan a hablar.
Una cañada es el lugar más probable donde encontrar
hadas y Garou viviendo juntos. Tal fuente natural de Glamour
a menudo es un buen sitio para un emplazamiento espiritual
Garou, conocido como túmulo. Cuando se abre una nueva
cañada, Garou, changelings y magos se apresuran para ser los
primeros en reclamarla. Con frecuencia esta carrera puede
degenerar en una disputa. Teniendo en cuenta el temperamento
de los Garou, también puede haber puñetazos. A veces, no
obstante, las hadas y los Garou comparten la cañada,
inclinándose los Garou por el paisaje mientras las hadas lo
hacen por el Ensueño local.
Fianna
Los mayores aliados con que cuenta la Estirpe entre los
Garou son los Fianna. Fundamentalmente descendientes de
raza hibernia, la red de Parentela está tan entretejida con la
sangre changeling que se conocen casos, aunque sobremanera
raros, de niños Garou y de la Estirpe (o al menos Familia)
nacidos de los mismos padres.
Los Fianna saben más acerca de la sociedad feérica que
cualquier otro Pródigo, acaso con la excepción de algunos ma-
gos. Los bardos Fianna a menudo son bienvenidos en los feudos
feéricos, y la Estirpe asiste frecuentemente a las asambleas Fianna.
Esta cercanía de parentesco y actitudes han llevado a algunos
eruditos de la Estirpe a creer que los Fianna fueron los últimos
Pródigos en dejar el redil de las hadas para unirse a los Garou.
Con frecuencia son los Fianna quienes protegen a visitan-
tes sidhe de la rabia de la Camada de Fenris, un acto que no
les granjea a los lobos celtas las simpatías de sus primos
nórdicos. Los Fianna hablan muchas veces como representantes
de la Estirpe en negociaciones, y aconsejan a nobles sobre el
estado de la Nación Garou dentro de sus fronteras.
Durante la Guerra del Acuerdo, los Fianna se encontraron
divididos acerca de a quién apoyar. Habían estado tratando
con los plebeyos durante siglos, y aquellos lazos de lealtad
eran fuertes. Sin embargo, los antiguos pactos con los sidhe
hacían difícil ayudar abiertamente a los burgueses. En último
 Fomori y fomorianos
Los Garou hablan a menudo de los corrompidos humanos llamados fomori a los que combaten a cada paso. La
semejanza entre estas criaturas y los hijos de Balor Un-Ojo es demasiado llamativa para pasarla por alto. Aquellos de la
Estirpe que han tenido encuentros con estos seres, y que poseen suficiente Gremayre o Recuerdo, están convencidos de
que se trata de los fomorianos de antaño, traídos al mundo moderno y más peligrosos que nunca.
En la actualidad la nobleza se halla dividida en cuanto a la cuestión de los fomori. Muchos prefieren hacer caso
omiso de la evidencia, haciendo notar que los fomorianos eran criaturas del Ensueño, y los fomori están más cerca de
los Pródigos que de las hadas. Además, los Garou están ocupándose del problema. Otros creen que la Estirpe debería
movilizarse contra esta amenaza.
Al ser preguntados al respecto, miembros de la Casa Balor han asegurado al resto de la Estirpe que estos fomori son
solamente una amenaza para los Pródigos, y están seguros de que no se trata del antiguo enemigo. Después de todo, el
deber de Balor es vigilar en busca de signos del despertar de la Oscuridad.

término, aparte de algunas escaramuzas, evitaron verse en-
vueltos en lo que se consideraba un asunto feérico puramente
interno. Como resultado, los plebeyos ya no son tan amistosos
con ellos como en el pasado. Los sidhe, empero, acogen
gustosamente a sus antiguos aliados de vuelta en el redil.
Hace poco, el Rey Supremo David convirtió a una manada
de Fianna en Caballeros provisionales de la División Roja, y
ello ha causado bastante agitación en círculos conservadores.
A esta manada de Pródigos de la División Roja se le ha encar-
gado la tarea de suprimir por completo cualquier connivencia
entre hadas y Wyrm, y dispone de algunos poderosos tesoros
feéricos para ayudarla. Que les fuera concedido este honor es
un signo de cuán próximos están los Fianna de la Estirpe.
descendientes de sus compañeros de tribu los encontraron, y
cuando la historia de su esclavitud de mil años fue contada,
toda la tribu prestó un juramento de sangre para vengarse.
Desde entonces, la Camada ha sido hostil en el mejor de los
casos con las hadas, y homicida con los sidhe en particular.
Trolls y Nunnehi fueron puestos al margen de este jura-
mento, y muchos miembros de la Camada de Fenris tienen a
los trolls en gran estima por su honor y habilidad en el comba-
te. Por su parte, los trolls se sienten divididos entre lazos de
lealtad a los sidhe, y su sentido de la vergüenza por las accio-
nes de sus líderes. Los Garou nórdicos pueden ser hallados de
vez en cuando hablando sobre “la antigua Tierra” con los trolls,
y retándolos en luchas y juegos de fuerza.

Camada de Fenris Los Nunnehi y las tribus nativas

Posiblemente no haya otros Pródigos que alberguen tal
odio hacia la Estirpe, sobre todo hacia los sidhe. Estos arro-
gantes Garou nórdicos han jurado con sangre destruir a todo
sidhe al que vean, y mutilan gravemente a cualquiera que hallen
en asociación con éstos últimos. A los Fianna, por supuesto,
les desagrada tal actitud, y su defensa de sus aliados y primos
feéricos ha enfurecido a la Camada. Los pooka no pueden
resistirse a gastar bromas a gente que se conduce de manera
tan implacablemente torva; la Camada constata a su vez que
hace falta un montón de pellejos de pooka para un buen abrigo.
La razón subyacente del resquemor de la Camada hacia
los sidhe se remonta a mucho antes de la Ruptura. Un grupo
de sidhe en las tierras del norte perdió sus caballos (cómo
ocurrió esto ha sido olvidado) y necesitaba otras monturas. Un
día, un joven noble de una casa olvidada tropezó con un troll
debatiendo sobre el arte de la guerra con una gran criatura
mitad humana, mitad lobuna. El sidhe observó con asombro
como ésta se transmutaba en un enorme lobo y se alejaba con
grandes zancadas hacia el bosque, seguido por el troll.
El sidhe resolvió que esos grandes lobos serían las montu-
ras perfectas para el país nevado, si eran hechizadas debidamen-
te. Reunió a su hueste, y viajaron al lugar donde habitaba ese
lobo con su manada. Usando extrañas magias, dominaron a los
grandiosos guerreros, y los pusieron bajo geas para que perma-
necieran como leales y obedientes animales durante un milenio.
Con la llegada de la Ruptura, los sidhe abandonaron a sus
“animales” y dejaron la Tierra para dirigirse a la Arcadia. Los
Las dos tribus de Garou nativas de Norteamérica, los Uktena
y los Wendigo, están estrechamente aliados con las Naciones
Nunnehi. Se sabe de Nunnehi y Garou que comparten el mis-
mo tótem y marchan juntos en la misma manada. Entre ambos,
se esfuerzan por preservar las viejas costumbres y las tierras.
Los une mucho más de lo que los diferencia.
Los Nunnehi son las únicas hadas, aparte de los trolls,
perdonadas por el juramento de la Camada de Fenris. La ten-
dente a la supremacía Camada apenas tolera a las hadas ame-
ricanas nativas, pero ha mostrado una extraña reluctancia a
desafiar a los Nunnehi. Algunos observadores creen que se
debe a la protección de los Uktena y Wendigo, pero un sluagh
ha hecho burlones comentarios sobre una manada de la Ca-
mada completamente derrotada durante una lucha con una
banda de Nunnehi. A la inversa, los Fianna tienden a considerar
a los changelings Nunnehi como algo salvajes, aunque
honorables hadas, siguiendo el ejemplo de las hadas europeas.
Esta actitud condescendiente exaspera a la mayoría de los
Nunnehi, e irrita asimismo a sus aliados Garou.
Ideas para historias cruzadas
Estirpe y Garou pueden ser encontrados juntos a menudo;
ésta con frecuencia necesita compañeros fornidos para correr
aventuras, y los Garou cumplen el requisito muy bien. Muchos
Garou se sentirían honrados de tomar parte en una larga y
ardua búsqueda que promete aventuras y renombre para am-
bas partes. A menudo éstos celebran salvajes juergas llamadas

Capítulo cuatro: Personajes de reparto 87

asambleas, a las que los personajes podrían ser invitados como
huéspedes. Antiguos compromisos podrían requerir que una
cuadrilla prestase ayuda a una manada de Garou cuyos
ancestros prestaron juramento con ellos.
Los miembros de la Estirpe que hayan sabido de actividad
fomoriana podrían acercarse a los Garou para enterarse de
algo más sobre ellos, o incluso para granjearse aliados. Una
cuadrilla podría atraer la atención de una manada de la Camada
de Fenris o de los Danzantes de la Espiral Negra, obligándolos
a buscar aliados en otras tribus.
Una tribu de Garou podría reclamar la cañada o el feudo
de los personajes como túmulo, compeliéndolos a elegir entre
declarar la guerra a esas máquinas de matar de tres metros de
alto, o intentar negociar alguna clase de acuerdo.
Los changelings con Fianna u otros aliados tribales po-
drían encontrarse envueltos en las constantes disputas
intertribales que constituyen la sociedad Garou. Aun cuando
elijan mantenerse aparte de las disputas, puede que se vean
implicados por su misma asociación.
Reglas para
historias cruzadas
Dones
Los hombres lobo poseen poderes mágicos llamados Do-
nes, que les son enseñados por los espíritus. Muchas de estas
habilidades también pueden afectar al Ensueño. Tales dones
suelen estar normalmente enfocados sobre el mundo espiritual
en el que vive el Garou, pero pueden solaparse con el Ensue-
ño. Los que siguen son Dones detallados en Hombre Lobo: El
Apocalipsis que afectan a changelings y quimeras.
Protección contra Espíritus
(Don Homínido Nivel Cuatro)
Esta protección se extiende al Ensueño y también es resis-
tente contra cualquier clase de quimera.
Sentir lo Antinatural
(Don Lupus Nivel Dos)
Si este Don es usado para detectar a la Estirpe, la dificultad
es 9, a no ser que el changeling esté empleando de forma
activa un Arte, en cuyo cayo la dificultad es 7.
Nombrar al Espíritu
(Don Lupus Nivel Tres)
Si este Don es utilizado mientras el Garou está encantado,
éste puede identificar quimeras. Sólo funciona si la quimera es
una criatura o entidad aparente o reconocible.
El Pulso de lo Invisible
(Don Theurge Nivel Tres)
Este Don permite a un Garou percibir criaturas del Ensue-
ño (ello incluye al semblante feérico de un changeling), aun-
que primero ha de saber qué buscar. Por lo general un Garou
que nunca ha sido encantado no será capaz de percibir qui-
meras con este Don, salvo que lo haya aprendido de uno de la
88 Guía del Narrador
Los Parientes
Los Fianna, como todas las tribus de Garou, cuen-
tan con una extensa reserva de humanos relacionados
conocidos como Parentela, normalmente de la misma
raza que la tribu. Algunos saben de su herencia como
Garou en parte, y otros no. Algunos miembros de la
Estirpe tenían líneas de sangre propias de mortales con
los que tendían a mezclarse, produciendo un porcentaje
de changelings y Familia mayor del habitual. La combi-
nación de estas dos herencias en una familia da lugar a
una a la que se alude en ocasiones como los Parientes.
Sólo tres familias llevan esta sangre mezclada, y se
han vuelto en extremo raras en la actualidad. Dos son de
estirpe irlandesa/celta, y la tercera proviene de la Bretaña
francesa. Mientras que uno de cada diez niños es un Garou
en la mayoría de las familias de la Parentela, los Parientes
son bendecidos con tres de cada diez. De los otros siete,
la magia en la sangre es tan poderosa que hay una proba-
bilidad de uno a tres de que sean de la Estirpe, y el resto
puede que tengan poderes de la Familia.
Los Garou y changelings procedentes de estos clanes
de Parientes mantienen estrechas relaciones, y no es
extraño que se pidan ayuda y protección mutuas, al ha-
cer de ellos sus lazos de sangre una comunidad fuerte-
mente unida de dos culturas sobrenaturales. dispares.
Estirpe o de otro Garou que las haya visto. Un Garou que use
de forma activa este Don para detectar criaturas del Ensueño
está sujeto al ataque mediante medios quiméricos, y se ve afec-
tado por los cantrips como si estuviese encantado.
Exprimir Espíritu
(Don Theurge Nivel Cuatro)
Este Don actúa sobre las quimeras que los Garou pueden
percibir. Muchos changelings pueden tomar la destrucción de
quimeras benignas por un ataque al Ensueño.
Espíritu Maleable
(Don Theurge Nivel Cinco)
Puede emplearse para afectar a quimeras si el Garou está en-
cantado (o usando el Pulso de lo Invisible, anteriormente citado).
Espíritu Amigo
(Don Hijos de Gaia Nivel Tres)
Este Don permite al Garou percibir criaturas del Ensueño e
interactuar con quimeras. Las más benignas y neutrales se com-
portarán con aquél de forma amistosa. Las quimeras antagonis-
tas (tales como una nervosa) no son afectadas por este Don.
Parentela Feérica (Don Fianna Nivel Tres)
Cuando este Don es usado, cualquier changeling dentro
del radio de un kilómetro y medio siente un tirón mental y
sabe que un Garou está en peligro. Aunque nunca se haya
encontrado con uno, experimenta una persistente sensación
de que alguien corre peligro. El changeling puede oponerse
mediante una tirada de Fuerza de Voluntad (dificultad 8) para
evitar acudir. Un fallo signifique que ha de responder a la
llamada de ayuda lo más rápido posible. Si el Garou fracasa,
sin embargo, convoca a los Oscuros más viles del territorio, en
especial cualquiera próximo a los Thallain.
Changeling-Garou
Las almas de la Estirpe que habitan un cuerpo humano
o de la Parentela impiden que se produzca el Primer Cam-
bio. En realidad, el alma feérica del changeling bloquea la
conexión mística con Gaia que todas las almas Garou com-
parten. Así pues, incluso dentro de un cuerpo que lleva el
gen Garou, el changeling no puede convertirse en Garou.
Todos los changelings que también son Parentela no sufren
el Delirio, ni siquiera cuando se hallan completamente en
su aspecto mortal.
El Delirio
Los changelings que se encuentran bajo su semblante
feérico no son afectados por el Delirio.
Puntos de vista
Me gusta bastante ese agradable colega que Camina-Con-
El-Viento. Se dejó caer por el feudo la pasada noche, y tocó
algunas bonitas tonadas con su flauta. He oído que esta gente
Capítulo cuatro: Personajes de reparto
puede tener un temperamento vivo. Bueno, nunca me lo ha
demostrado. En lo que a mí respecta, los Garou son siempre
bienvenidos a mi fuego.
—Tom Tallabosque, artesano boggan
Cuando uno marcha, no puedo pensar en mejores com-
pañeros que los llamados Caminantes Silenciosos. Los acojo
en mis viajes con las manos y el corazón abiertos. Una adver-
tencia, sin embargo... no enfurezcas a los Garou. Una vez so-
liviantados, su poder y su furia son suficientes para arrancar la
piedra de su asiento.
—María, cuentacuentos eshu
Las puñeteras bolas de pelo me parecen muy bien. Este
Morador del Cristal, de nombre Franchise, y yo tenemos un
acuerdo. Yo hago que su coche siga funcionando, y él me trae
chismes. Al parecer están luchando en alguna clase de guerra,
pero oye, mientras no afecte al negocio...
—Irving Barrodearrollo, mecánico nocker
¿Ah, las criaturas lobo? Aparte de los Fianna, no confío en
ellos. Sin embargo, conozco al enorme perrito que me deja
acariciarlo cuando le echo una hamburguesa. Es bastante di-
vertido tenerlos cerca cuando no se lanzan fieramente sobre el
buche de una u otra criatura. Ah, sí, y los Garou coyote, los
Nuevosha... bueno, ¡cuando nos juntamos, yujú!
—Trinchante Demadera, pooka itinerante
¡Remolinos sangrientos de muerte! Cuando se lo proponen,
pueden hacer que nuestras fiestas parezcan una cena de iglesia.
—Jason, redcap rebelde
89
 Pasé una semana con una manada que reside fuera de la
ciudad. Me enseñaron canciones de batalla, yo les enseñé... otras
cosas. Nos enfrentamos con alguna... cosa y la matamos. No sé
lo que era, pero no era una quimera, y casi me arranca uno de
mis brazos de su sitio.Bravos, fieros, hermosos. Así son los Garou.
—Jesibelle Acturus, sátiro músico
Los nobles cambiaformas han sido nuestros aliados desde
tiempo inmemorial. Tenemos un alto concepto de ellos. Es
una lástima lo de la Camada, pero quizás fuese... un error. Les
doy la bienvenida a mi corte y a mi hogar.
—Duque Dray, Casa Gwydion
¿Roehuesos? No, nunca me he encontrado con uno de
ellos. ¿Por qué lo preguntas? Me he encontrado con otros Garou,
y he aprendido mucho sobre ellos, pero no voy a contártelo.
—Hettie Un-Ojo, gruñón sluagh
He combatido al lado de Garou a la luz de la luna. Sus
feroces formas de honor y deber son similares a las nuestras.
Tengo a cualquiera que hallo en gran consideración. Son vigo-
rosos compañeros y poderosos aliados. Su guerra es nuestra
guerra, y sólo los estrechos de miras no pueden verlo.
—Duque Topaz, troll de la Casa Gwydion
Magos
Eras atrás, las hadas encontraron por primera vez a huma-
nos que podían pronunciar palabras que formaban nuevos
Sueños. El poder de estos Soñadores mortales aterró a muchas
hadas, pero también las fascinó, y a pesar de sí mismas, vol-
vieron una y otra vez a andar junto a ellos.
Estos artesanos de la realidad constituyen un grupo he-
terogéneo, y la Estirpe en conjunto mantiene contacto sola-
mente con algunas ramas. Con los magos, más que con cual-
quier otro grupo de sobrenaturales, los diferentes linajes tie-
nen distintas relaciones.
Durante la División, mas antes de la Ruptura, muchas ha-
das se mantuvieron apartadas de los artesanos humanos de la
magia.
El sentir predominante era que tales humanos no eran
sino diletantes, incapaces de tocar de verdad el Ensueño.
Cuando sobrevino la Ruptura y el Glamour huyó, los
changelings plebeyos buscaron cualquier indicio de magia en
el mundo. Muchos de ellos se toparon con los magos, también
afanándose por restaurar la magia en el mundo. Muchos de la
Estirpe actuaron de forma conjunta con éstos, y las actitudes
del pasado fueron rápidamente olvidadas. Estirpe y magos
resistieron juntos contra la Banalidad invasora y otros enemigos
sobrenaturales. Algunos incluso pusieron en común sus
recursos, compartiendo las energías místicas de los feudos (la
resistencia contra los vampiros hechiceros Tremere por parte
de un pacto entre magos y changelings se detalla en La isla de
los Poderosos).
Los problemas surgieron cuando un grupo de magos de-
dicados a un paradigma de ciencia y razón triunfaron, impo-
niendo su estático punto de vista sobre todo el mundo. Con la
creencia en la magia agonizando, el poder mágico también se
desvaneció. Los magos empezaron a buscar fuentes de poder,
incluyendo feudos. Los drenaban de Glamour a fin de añadirlo
a sus propias y exiguas reservas personales de poder. Al prin-
90 Guía del Narrador
cipio, algunos de la Estirpe creyeron que era importante ayu-
dar a sus aliados, y permitieron el vaciado de algunos feudos
menores. Los magos se volvieron codiciosos, no obstante, y
comenzaron a buscar feudos mayores.
Este Saqueo a gran escala precipitó la llegada del mayor
conflicto entre changelings y magos. La era comúnmente lla-
mada Revolución Industrial acababa de empezar. Los magos,
sintiendo que su perdición se avecinaba, hicieron formar a
tantas fuerzas ocultas como pudieron. Este acopio de recursos
incluyó la toma de Glamour de los últimos y escasos feudos
compartidos. La Estirpe en ese momento, luchando ya por su
propia existencia, se resistió contra los artesanos de la volun-
tad. A lo largo de todo el mundo, las alianzas se rompieron,
los feudos se secaron, y magos encantados fueron enviados
hacia la locura (a la que se refieren como Silencio). La mayor
batalla se desencadenó en la ciudad de Boston, donde una
cuadrilla de trolls arrinconó a los restos de una Orden de la
Capilla de Hermes. Con artefactos rompe-conjuros asidos con
fuerza en sus duros puños, avanzaron. Cuando la humareda se
aclaró, quedaba un troll en pie, y el resto de los participantes
se había desvanecido. Las noticias sobre este conflicto se
extendieron, y los magos aprendieron con rapidez que ya no
eran bienvenidos en los Dominios de la Estirpe.
El siglo XX ha sido testigo de un acercamiento entre los
magos de la Tradición y la Estirpe. Con el restablecimiento de
algunas antiguas fuentes de Glamour, las hadas se muestran
algo menos paranoicas, pero siguen manteniendo en secreto
los emplazamientos de los feudos para todos salvo sus aliados
magos de más confianza.
Cuando tuvo lugar el Resurgimiento, los sidhe recibieron
un curso acelerado de competencia mágica. El duque Aeon
desafió a un miembro de la Orden de Hermes en un duelo, y
Su Gracia fue completamente derrotado. De resultas de esca-
ramuzas como ésta, los sidhe han llegado a interesarse mucho
en establecer alianzas con magos, pero son bastante recelosos
del poder que éstos poseen.
Tal vez la mayor amenaza para las hadas sean los magos
a los que se conoce como los Ocultos, descendientes ideológi-
cos de los primeros comerciantes de Banalidad. Su plan maes-
tro consiste en destruir la magia y la maravilla del mundo en
nombre de la “protección” de las masas, dejando un mundo
frío y gris de antiséptica ciencia. Cualquiera de ellos que sepa
de las hadas no escatima esfuerzos ni medios para reducirlos
al sopor. Algunos grupos de estos magos han propugnado la
muerte bajo el frío acero como solución al “problema
changeling”. La Estirpe evita a estos magos banales siempre
que es posible, pero si se ve acorralada por uno, su única
esperanza es arrojar todo su Glamour sobre el artesano de la
voluntad con la esperanza de encantarlo el tiempo suficiente
para escapar. El odio compartido hacia los Ocultos, o Tecnó-
cratas, como los llaman los magos místicos, a menudo aúna a
Estirpe y magos.
Las Tradiciones
Las nueve Tradiciones místicas de magos están formadas
por los artesanos de la voluntad que combaten las acciones
secretas de Banalidad de los Ocultos. Algunas de estas Tradi-
ciones aceptan a las hadas en sus criterios sobre la realidad y
tienen trato con ellas. Otras son casi tan banales como los
mismos Ocultos. Las tres Tradiciones citadas seguidamente
tienen mayor contacto con la Estirpe.
Verbena
La Verbena, constituida a la manera de los viejos días pa-
ganos, usa la magia de la naturaleza y de la sangre para afectar
a la realidad. Estos místicos probablemente son los que más
contacto tienen con la Estirpe, debido a que las hadas son
parte de su paradigma. A menudo la Verbena presta ayuda a
cambio de sangre changeling (que puede usarse en varios ri-
tuales y hechizos) u otros favores.
Orden de Hermes
Estos magos ceremoniosos, de “alta magia” eran los que
más se relacionaban con los sidhe antes de la Ruptura. Ahora
que la nobleza ha regresado, los magos herméticos están locos
de alegría ante esta señal de retorno de la magia. Se dice que
un anciano mago se rió y tocó palmas como un niño al escu-
char la noticia de que los sidhe habían vuelto. Los magos her-
méticos pueden ser encontrados consultando a sabios de la
Estirpe, o actuando como consejeros oficiosos de la nobleza.
Cuentasueños
Estos magos-chamán interactúan con espíritus y criaturas
mágicas casi a diario. Como resultado, la Estirpe los considera
entre los menos banales. Los Cuentasueños tienen muchos con-
Capítulo cuatro: Personajes de reparto
tactos con los Nunnehi y otras hadas nativas, y de cuando en
cuando con hadas europeas. Son quienes más probablemente
buscarán a las hadas para aprender sus secretos. Muchos de la
Estirpe, habiendo sido chamuscados por magos en el pasado,
desconfían de las propuestas de amistad de estos místicos.
Ideas para
cruces de historias
La razón más común por la que magos y changelings ha-
brían de interactuar sería moverse contra los Ocultos. Muchos
nobles prestan apoyo a magos locales que combaten contra
ellos. Magos y changelings asimismo obran en conjunto cuando
tienen un objetivo común, como buscar un poderoso artefacto.
Los magos de vez en cuando encuentran el camino al
Ensueño. Por lo general, la mayoría de ellos creen que forma
parte de la Umbra. Muchos se extravían, incapaces de percibir
la Senda de Plata, y necesitan guías de la Estirpe para ayudarles
a volver a territorios más estables.
Magos y Estirpe entran en conflicto por el poder de los
feudos. Los primeros perciben los feudos como almacenes de
energía mágica, a los que denominan Quintaesencia. Los ma-
gos sin escrúpulos que descubren un feudo pueden vaciarlo
de su Glamour, extinguiéndolo a veces de manera permanen-
te. Esta práctica es aborrecible para la Estirpe, y un mago sa-
queador podría verse cazado por una hueste de hadas furiosas
al hallar su hogar destruido.
91

La conexión Nefanda
Los Nefandos son aquellos magos que han vendido
sus almas a las fuerzas oscuras a cambio de poder má-
gico. Muchas veces puede encontrárselos reunidos con
la Corte Sombría. Incluso los más curtidos Oscuros tien-
den a reprimir un estremecimiento al tratar con tales
magos; los abismos de depravación en los que los Ne-
fandos se sumergen habitualmente (no tener alma algu-
na que perder puede ser liberador en ese sentido) han
enseñado a unos pocos miembros de dicha corte algu-
nos trucos nuevos. El atractivo de tan poderosos aliados
es una canción de sirena difícil de resistir, no obstante.
Se dice que la Casa Ailil tiene un antiguo vínculo
con estos magos malvados. Es en verdad cierto que los
miembros de esta casa pueden decir cuándo hay un
Nefando en las cercanías (en un radio de unos cien
metros). Siempre que un Nefando se encuentra a esa
distancia de un changeling de la Casa Ailil, el jugador
con ese personaje puede hacer una tirada de Percep-
ción + Sagacidad (dificultad 8) para detectar su presen-
cia. Si esto es signo de un defecto en el seno de Ailil, o
se trata sólo de un efecto vestigial de un acuerdo muy
antiguo, es algo que no está claro.
Cuando los magos locos conocidos como Merodeadores
aparecen, pueden desestabilizar el Ensueño así como el mun-
do ordinario, y los changelings pueden ayudar a los magos
locales a cercar y neutralizar la amenaza. No obstante, existen
algunos Merodeadores a los que las hadas preferirían ayudar...
en especial a aquellos que ven a los changelings como más
reales que los humanos.
Reglas para
cruces de historias
Los magos afectan a la realidad, cambiándola para ajus-
tarla a su visión. El Ensueño Próximo refleja con frecuencia
este cambio. Cuando un mago altera la realidad, sirviéndose
de efectos sutiles u obvios, el Ensueño puede verse afectado
también. Una tirada exitosa de Sagacidad (dificultad 8 para
magia vulgar, 9 para la accidental; ver Mago: La Ascensión)
permite a un changeling saber que un mago ha usado Auténtica
Magia en los alrededores (hasta diez metros). Tres éxitos o
más pueden establecer qué clase de magia fue usada, y cinco
o más permiten saber algo de quien llevó a cabo la magia (por
ejemplo, qué Tradición o Convención, y tal vez quién era, si
se trata de un mago conocido por la Estirpe).
Los Merodeadores, magos dementes que existen en su
propia realidad, retuercen y deforman el Ensueño con su des-
pertar. Por donde pasan, el Ensueño se encoge y adopta gro-
tescas formas, reflejo de la visión de la realidad de aquéllos.
Extrañas criaturas quiméricas y artefactos aparecen, y se des-
mandan siguiendo sus propios motivos. Un changeling puede
entrar en el Ensueño para descubrir que su palacio de mármol
92 Guía del Narrador
se ha convertido en un árbol retorcido y nudoso con ramas
prensiles y abierta boca, gracias al paso de un Merodeador.
El uso intensivo del Tejido de Sueños (ver Nobles: La
Hueste Resplandeciente o Sueños y Pesadillas) puede repa-
rar el daño causado por el paso de un Merodeador. Como
alternativa, el changeling puede buscar artefactos o quimeras
capaces de revertir los efectos. Ésta podría ser una buena se-
milla para una historia que implique a magos y changelings.
Resistir el encantamiento
La voluntad y el sentido de realidad de los magos son
más fuertes que los de la mayoría de la gente. Por lo tanto,
cuando un changeling esté intentando encantar a un mago,
éste puede ser capaz de resistir el efecto del encantamiento.
Hacerlo así exige una tirada de Fuerza de Voluntad para el
mago (dificultad 8). El mago debe conseguir un éxito por
cada punto de Glamour que el changeling empleó en el in-
tento de encantamiento.
Contramagia
La magia de la Estirpe y la Auténtica Magia manan en
esencia de la misma fuente. Así las cosas, los magos pueden
tratar de resistir el poder de un hechizo changeling. La otra
cara de la moneda consiste en que la Estirpe puede usar su
Glamour para contrarrestar el poder de un mago igualmente.
Hacerlo elimina un poco de magia del mundo, y el changeling
corre el riesgo de recibir más Banalidad.
Cuando uno de la Estirpe lleva a cabo un cantrip que
afecta a un mago, éste puede usar su Areté para contrarrestarlo.
El sistema para ello consiste en determinar con los dados la
Areté del mago con una dificultad igual al máximo nivel de
Arte empleado en el cantrip + 3. Ésta es la formula sin importar
que el mago use contramagia, destejer o antimagia.
Para resistir la magia de su adversario, un jugador
changeling ha de oponer su Glamour contra una dificultad
igual a la Esfera más alta usada en el efecto + 4. Si tiene éxito
en pararlo, el changeling recibe un punto de Banalidad temporal
por haber eliminado un poco de magia del mundo.
Feudos secados de forma mágica
Algunos magos sin escrúpulos se introducen astutamente
en una cuadrilla o corte de la Estirpe para lograr acceso a un
feudo. Otros puede que sencillamente tropiecen con uno. Sea
como sea, el mago puede optar por extraer el Glamour de la
zona, viendo al feudo como un Nodo mágico. Por fortuna para
los changelings, resulta altamente improbable que la mayoría
de los magos den con uno por accidente. La salvaje naturaleza
del Glamour parece ocultarse de la vista, incluso ante los sen-
tidos místicos de los magos.
Para localizar un feudo, un mago primero ha de examinar
activamente un territorio y ha de usar Espíritu 1 y Cardinal 1
en el lugar donde cree que puede existir uno. Entonces ha de
tener éxito en una tirada de Areté (dificultad 9). Un fallo signi-
fica que el mago no consigue percibir el feudo y ve sólo la
apariencia del lugar. Si tiene éxito, logra un breve atisbo de la
auténtica naturaleza del feudo.
 Para vaciar el feudo de su Glamour, el mago ha de tener el
nivel 3 de Cardinal o superior. La cantidad de Quintaesencia
recabada sin destruir el feudo es igual a su nivel. Si el mago así lo
decide, puede vaciar el doble de puntos de Glamour, extinguien-
do la hoguera del feudo. Todos los puntos tomados por encima
del nivel del feudo pueden dañarlo a discreción del Narrador.
Algunas cortes permiten a magos aliados extraer Glamour
de los feudos locales, pero es algo en extremo raro.
Cualquier changeling que presencie cómo un mago seca
un feudo se vengará pagando con la misma moneda lo que
toda la Estirpe tiene por una acción atroz. Algunos magos tra-
tan de secar el Glamour de un feudo de forma clandestina
mientras pretenden ser aliados de las hadas. Estos magos ca-
minan sobre la cuerda floja, pues si su traición se averigua
ciertamente sufrirán las consecuencias.
Esfera del Espíritu
La esfera de magia que trata con el Espíritu es la más
próxima al Ensueño, tocándolo en ciertos lugares. Los magos
que son diestros en esta esfera pueden usarla para percibir y
afectar al Ensueño.
Cualquier mago con un punto en Espíritu puede tratar de
descubrir si alguien es un changeling haciendo una tirada de
Areté (dificultad 7). Para percibir el Ensueño Próximo, el mago
ha de realizar una tirada de Areté (dificultad 8). Si quiere escu-
driñar un área en busca de la presencia de la Estirpe, de nuevo
se requiere una tirada de Areté (dificultad 9).
Changeling-Magos
Los changelings no pueden usar Auténtica Magia, puesto
que el alma feérica que habita el cuerpo del changeling ha
forzado al Avatar del humano al sopor permanente, haciéndole
imposible Despertar.
Consciencia
Un mago que se ha encontrado con las hadas en el pasado
puede sentir su presencia con una tirada de Consciencia (difi-
cultad 9).
Puntos de vista
¿Hechiceros? Nunca me he topado con uno. He oído que
sus Artes son bastante salvajes, pero la verdad es que soy muy
feliz de no tener que ocuparme de otra complicación en mi
vida. Ahora mueve tus pies. Tengo que barrer aquí.
—Gareth Setatóxica, dueño de restaurante boggan
Una vez vi a un Cuentasueños en su hoguera. Llamó a los
espíritus, y compartimos historias de la primera alba. Los
Cuentasueños y la Verbena han sido nuestros aliados durante siglos.
Los respeto, pero siempre tengo en mente los errores del pasado.
—Maria, cuentacuentos eshu
Hijos del Éter, ¡eh! ¡Extraña ciencia! Esos tipos son como
científicos locos: ¡tienen los artilugios más fantásticos, y sus
diarios son para morirse de risa! El único que he encontra-
do, es la monda. Un poco chiflado, sí, pero ¿no lo estamos
todos nosotros? Nunca dejaría que uno de ellos tocase mi
coche, sin embargo.
—Irving Barrodearrollo, mecánico nocker
Capítulo cuatro: Personajes de reparto
Una vez, estaba charlando con un mago. Iba todo de punta
en blanco, con un báculo largo y nudoso, y poblada barba
blanca. Era fantástico. Esto, entonces trató de comerme. Así
que, normalmente, no paso el rato con ellos. ¡Ah, y manténte
bieeeen lejos de los que llevan trajes!
—Trinchante Demadera, comedor de zanahorias
No sé mucho sobre ellos, para ser sincero. ¡Sangran como
cualquier otro, de todas formas!
—Derek, miembro de banda redcap
Magos. Eh, tres palabras: Culto. Del. Éxtasis. Nunca creí
que nadie pudiese superarme celebrando fiestas, pero esos ti-
pos lo consiguieron. Puestos a pensar en ello, si no fuese por el
hecho de que no parece que perdiese nada de Glamour, habría
jurado que me Saquearon. No importa, en todo caso. Valió la
pena.
—Phillipe le Noir, comediante sátiro
Los magos han afilado sus habilidades desde que parti-
mos. Son poderosos e inescrutables. En nuestra ausencia to-
maron mucho Glamour de nuestros feudos, y eso me hace
suspicaz a la hora de confiar en ellos. Combaten a los Ocultos,
y en eso les ayudaré, pero sigo estando recelosa de darles
entrada en mi morada.
—Reina Mab, Casa Fiona
Me gustan los Eutánatos. Los magos muertos tienen senti-
do del estilo (aparte de horrorizar a los sidhe). Muchos magos
poseen enormes bibliotecas, y ello los convierte en aliados y
contactos a tener en cuenta. No olvides las traiciones del pasa-
do, sin embargo.
—Heather, sluagh godo
Los magos son una fuerza de la magia en el mundo. En
ese aspecto los apoyamos. También tienen hambre de poder.
En eso nos oponemos. Algunos tienen más honor que otros.
Confiaría en muchos de la Verbena, Cuentasueños, y las Tradi-
ciones Akáshicas. A las otras Tradiciones las encuentro útiles a
veces, pero poco fiables compañeros.
—Duque Topaz, troll de la Casa Gwydion
Wraiths
La Estirpe tiene el menor contacto posible con los espíri-
tus de los difuntos conocidos como los Muertos sin Reposo.
Por muchas razones, la mayoría de los changelings evitan a los
wraiths. Una cosa es hablar con un vampiro, hombre lobo o
mago, pero los fantasmas son con frecuencia una cuestión
completamente distinta para las hadas.
Muchos sidhe se aterrorizan de cualquier cosa que tenga
que ver con la muerte. Ven a los wraiths como poco
tranquilizadores recordatorios de que los humanos pueden
permanecer más allá de la muerte, pero nadie sabe qué sucede
cuando muere un sidhe. Muchos plebeyos son supersticiosos
y recuerdan las viejas historias sobre apariciones fantasmales,
a menudo considerándolas de mal agüero.
Los infantiles están divididos. Las historias de fantasmas
contadas en una acampada a la luz de las linternas son diver-
tidas; los fantasmas reales no. Algunos tienen a los wraith
por fantásticos, aunque incorpóreos amigos. A medida que
los changelings entran en años, algunos empiezan a perder
su anterior desenvoltura entre los wraiths, y “Casper” se
93
convierte de pronto en un extra de Agárrame esos fantasmas.
Un wraith puede hacer amistad con un infantil, sólo para per-
derla cuando éste crece y encuentra verdaderamente perturba-
dor que su amigo del otro mundo pueda hacer que las pare-
des chorreen sangre. Algunos wraith se desesperan tanto por
tal pérdida que deciden hacer de las vidas de sus antiguos
amigos un infierno con jugarretas fantasmales (que suelen
resultar horrorosamente maliciosas).
Los Muertos sin Reposo se hallan en constante lucha por
resolver los lazos que los atan a la zona crepuscular entre el
mundo de los vivos, y el Más Allá. La búsqueda de una manera
de conservar estas cadenas, o Grilletes (ver Wraith: El Olvido),
es lo que hace que un wraith busque aliados vivos que puedan
ayudarle a realizar su deseo. Para empeorar las cosas, los wraiths
también deben lidiar con la amenaza de su lado más oscuro que
busca tomar el control y causar el caos. Esta Sombra, como es
llamada, puede manifestarse en momentos inoportunos, y
muchos changelings a menudo no saben cuando o por qué la
personalidad de su amigo wraith cambia en seguida.
Los sluagh son los que mayor contacto mantienen con los
Muertos sin Reposo. Pueden ver e interactuar con los wraiths
más fácilmente que con casi cualquier otra criatura sobrenatural
sobre la Tierra. Se cree que esta habilidad se remonta a un acuerdo
entre los espíritus de los muertos y los sluagh. Se dice que existió
antaño un hombre de nombre Glam, que era Familia de los sluagh,
aunque sólo su suave voz lo denotaba. Una vez, Glam caminaba
94 Guía del Narrador
por las murallas de su ciudad cuando un clamor se alzó desde la
entrada. Glam bajó corriendo, y le dijeron que una tambaleante
criatura se estaba acercando a la ciudad, con el penetrante hedor
de la muerte sobre ella. Glam aseguró su escudo de plata y su
pesada espada, y luego se apresuró a ir donde la criatura. Cuando
la encontró, se paró en seco. Tenía la forma de un hombre, pero
era tan blanca como el papel. En su cabeza había una grave
herida que debía haber sido fatal. Glam estaba preparado para
luchar con la criatura no muerta, pero ésta le habló con palabras
de paz, explicándole que era un espíritu de los muertos, retornado
a su cuerpo y levantado del sepulcro para vengar su asesinato.
Glam escuchó a la criatura y refrenó su mano. Sintió com-
pasión por el hombre muerto, y en vez de atacar, juró ayudarlo
a hacer justicia contra el asesino.
El muerto y Glam viajaron hasta el pueblo donde el asesi-
no, un vulgar salteador, vivía. Allí lo hallaron jugando a los
dados y bebiendo. Cuando el ladrón vio al hombre que había
dejado por muerto aproximarse, murió de terror en mitad de
la partida. Glam, decepcionado al no haber combate, preguntó
al muerto si había algo más que pudiera hacer.
El muerto respondió que había cumplido con su tarea,
pero muchos espíritus de los muertos precisaban ayuda para
culminar la suya. Muchos necesitaban un par de manos en el
mundo de vigilia, y Glam y sus parientes prestarían a los suyos
un gran servicio si ayudasen a esos espíritus. Glam aceptó.
Antes de que el muerto se hundiese en el Más Allá, lanzó
un hechizo sobre Glam. Dicho hechizo afectó a todos los que
compartían la sangre de Glam, y les permitió ver y hablar con
los espíritus de los muertos que permanecían ligados a la Tie-
rra. Glam transmitió este don a sus parientes sluagh, y debido
a ello pueden ver a los muertos hasta el día de hoy.
Los wraiths que tienden a cruzar sus caminos con la Estirpe
en mayor medida suelen ser miembros de los Gremios fantasmales
conocidos como Soñadores, algunos de los llamados Juglares, y
en menor grado, los denominados Vigilantes. Los Soñadores entran
en los sueños de los vivos y los llevan a los reinos de los muertos,
usando el poder de los sueños para crear ilusiones y efectos. Los
poderes de los Juglares se canalizan a través de sus cánticos
fantasmales, que han hecho creer a más de un changeling que se
trataba de banshees. Los Vigilantes son espectros que acosan a
los vivos, sirviéndose de su poder para afectar al mundo de éstos.
Soñadores
La Estirpe cuenta con muchas historias que hablan de los
muertos que roban los sueños de los vivos. Muchas de ellas pueden
estar basadas en las acciones de los Soñadores. Estos wraiths
usan un poder fantasmal llamado Fantasma (ver Wraith: El Olvido)
para afectar a los sueños de los durmientes. Este poder tiene un
marcado efecto sobre los changelings, que son, al fin y al cabo,
criaturas de los sueños. Si un Soñador está protegiendo a un
Soñador de la Estirpe, la dificultad de todas las tiradas para la
Ensoñación o el Saqueo aumenta tres puntos. Este efecto no
influye adversamente sobre la creatividad del Soñador (a no ser
que el wraith esté asustando al mortal para que no cree por
alguna razón). Sencillamente hace que los sueños en los que se
forma Glamour sean menos accesibles. Tres éxitos en una tirada
de Sagacidad (dificultad 8) permiten al changeling darse cuenta
de que algo está manipulando los sueños del Soñador. Una tirada
exitosa de Gremayre o del Conocimiento adecuado (dificultad 7)
permite al personaje saber que el intruso es un wraith.
La Estirpe debe entonces decidir cómo ocuparse de la
situación, dando por sentado que no se limite a abandonar al
Soñador. El medio más seguro de tratar el problema es por lo
general contratar los servicios de un sluagh que puede comu-
nicarse con el wraith. Una opción mucho más peligrosa con-
siste en que el changeling trate de arrastrar al Soñador dentro
de sus propios sueños para estar en condiciones más igualadas.
Ideas para los
cruces de historias
La Estirpe, con la excepción de los sluagh, tiende a eludir
a los Muertos sin Reposo. La mayoría de las historias que pre-
sentan interacción changeling-wraith tienen que ver con un
wraith que se encontraba ligado a un changeling antes de su
muerte. La otra forma más frecuente en virtud de la cual un
changeling puede entrar en contacto con un wraith es cuando
un Soñador está rondando a una de sus presas.
Reglas para los cruces
Percepciones sluagh
A fin de ver a un wraith, un sluagh ha de efectuar una
tirada de Percepción + Sagacidad (dificultad 9). Para oírlo, el
personaje debe gastar un punto de Glamour.
Capítulo cuatro: Personajes de reparto
Lamento
El Lamento es el poder wraith de crear emociones en un
objetivo. Los changelings son afectados por este poder con
más facilidad que la mayoría. Cualquier tirada de Lamento rea-
lizada contra un changeling ve reducida su dificultad en un
punto. Un changeling y un wraith pueden trabajar en conjunto
para incrementar la creación de Glamour de un Soñador. Por
cada dos éxitos logrados por un wraith usando el Lamento, la
dificultad de la Ensoñación o el Saqueo se reduce en uno.
Pandemónium
Los efectos de este poder fantasmal a menudo se extien-
den al Ensueño Próximo. Los efectos quiméricos creados por
el uso de este poder pueden ser bastante perturbadores, por
no decir peligrosos, para cualquiera de la Estirpe en las proxi-
midades.
Puntos de vista
(Glup) ¿F... fantasmas? No, nunca he visto ninguno y es-
pero no verlo. Pregúntale a un sluagh. Tengo, esto, que irme a
otra parte.
—Gareth Setatóxica, dueño de restaurante boggan
Los Muertos sin Reposo buscan una forma de dejar sus
vidas atrás. Muchos sólo necesitan que les echen una mano, y
es nuestra obligación ayudar a quienes lo piden amablemente.
—María, cuentacuentos eshu
Fantasmas, espectros, espantos, como se llamen esos mons-
truos, no me importa. Nunca he visto uno, y probablemente
nunca lo veré. He oído que rondan a los sluagh como las
moscas sobre la mierda, sin embargo.
—Irving Barrodearrollo, mecánico nocker
Uuuuh... Sábana blanca sobre la cabeza y montones de
lamentos por su falta de vida. Aburiii-do. Hay algunos que
disfrutan con una buena broma, y no son tan malos. Por otra
parte, también saben como las fresas.
—Trinchante Demadera, amante de las fresas
Una cosa es segura, no puedes morderlos.
—Gort, infantil redcap
¿Manos frías y viscosas alzándose de la tumba para robar
nuestros sueños? (estremecimiento) No, no... los wraiths me
impresionan demasiado.
—Phillipe le Noir, comediante sátiro
Preferiría no tocar el tema. Son manifestaciones más allá
de nuestro entendimiento. Nadie sabe qué hay del otro lado
de la muerte. No, de verdad preferiría no hablar de ello.
—Barón Edgewick, erudito sidhe
Los acuerdos entre nosotros y los wraiths no son asuntos
de debate público... ¿lo entiendes, no? He encontrado algunas
formas más satisfactorias y sencillas de deshacerme de compa-
ñía indeseada con sólo entablar conversación con el fantasma
que está sentado justo detrás de su hombro.
—Elspeth Danvers, conservador de antigüedades
Los Muertos sin Reposo hielan incluso mis huesos. Tien-
do a alejarme de ellos. Algunos, no obstante, son guerreros
que necesitan cobrar deudas de honor. A esos espíritus los
ayudaría.
—Graeme Escudoespinoso, guerrero troll
95
96 Guía del Narrador
 Capítulo cinco:
Otros lugares,
otros sueños
Locos paisajes tras los semblantes,
ocultando los vedados lugares,
música abolida, por eras perdida,
las vivas palabras de hojas prohibidas.
Aunque el polvo sobre el sentir se ha posado,
verdades prohibidas se deslizan por el ocaso
y en los ojos de apáticos semblantes
relucen asomos de prohibidos lugares.
—Meatpuppets, “Forbidden Places”

La vida de ciudad, eso dicen, es impredecible. Es un buen

lugar para una Crónica de Changeling, pues brinda a jugado-
res y Narradores un entorno familiar que ayuda a compensar
la rareza de los elementos fantásticos del juego. Después de
todo, la mayoría de los jugadores muy probablemente no han
tenido que esperar a que una manada de Unicornios Mecánicos
Imperiales se desvíen de su camino, pero seguro que conocen
la frustración de verse cogido en un atasco. Un Narrador usa
estas comparaciones para construir puntos familiares de refe-
rencia de forma que los jugadores dispongan de algo con lo
que orientarse mientras se van acostumbrando a la extrañeza y
el encanto del Ensueño.
La vida en la ciudad es impredecible, pero lo impredeci-
ble, tratado durante demasiado tiempo pierde su brillo, se
deslustra, y a la larga mata como una bala a través del cerebro.
La ciudad podría ser donde la mayor parte de nosotros co-
menzaríamos, pero para los changelings, tal cuna no tiene que
ser una prisión. Hay mundos enteros ahí fuera, aguardando a
ser encontrados por aquellos con el coraje y la imaginación
para buscarlos. Hay otros lugares, otros sueños.
Escenarios
El único límite para dar con nuevos y distintos escenarios
para tu juego de Changeling lo pone tu propia imaginación.
En otras palabras, ¡no hay límites! Sueña despierto por un tiem-
po; deja que tu subconsciente borbote de creatividad y luego
fíltralo a través de tus objetivos para el juego. Piensa por un
instante sobre quiénes serán los personajes, cómo llegan allí,
cómo se reunirán y trabajarán en equipo, y qué van a hacer
para cumplir con su propósito. Pinta el escenario de forma tan
viva como puedas; si puedes conseguir que el telón de fondo
cobre vida, el sueño se vuelve más profundo.
Escenario rural
Nada de callejones marginales, neón o clubes nocturnos.
¿Nada de acción? En absoluto. Lejos del martilleante pulso de
la ciudad, el ritmo de vida se relaja, cierto, pero sólo porque el
tiempo deambule sin prisa aquí no significa que nunca suceda
nada. Como todo changeling sabe, las cosas parecen total-

Capítulo cinco: Otros lugares, otros sueños 97

 mente ordinarias de cara al exterior, pero debajo, ah, debajo...
Tradiciones y costumbres largo tiempo perdidas en cualquier
otra parte son una parte corriente de la vida aquí. La historia
no es un tomo lleno de polvo de páginas sin leer, sino una
fuerza viva que da forma al presente y al futuro. Los sueños
del campo son más viejos, profundos, oscuros... más cercanos
al alma primitiva del bosque que los de la ciudad. Para los
recién llegados, la vida rural puede ser tan diferente y extraña
como cualquier cosa hallada en las profundidades del Ensueño.
La clave para hacer un buen uso de este escenario es comu-
nicar con éxito estas diferencias. Las vistas, sonidos, y olores del
campo no son los de la ciudad. Apenas si existe la contaminación
atmosférica. En vez de obstruir los pulmones con el miasma de la
basura, el humo de los tubos de escape y el hedor de la humanidad
sudorosa, los personajes respiran los perfumes de la naturaleza (y
no todos son tan placenteros como el de la hierba fresca recién
cortada). Piensa en cómo se sostiene la comunidad rural que
estás ideando, y luego desarrolla cómo se traduce esto en los
olores que bañan las fosas nasales de los personajes.
¿Es una comunidad agrícola? Describe el tufo del sudor
animal, el olor a madera de sus establos, y la acre pestilencia de
su estiércol. Los habitantes de la ciudad a menudo se ven forzados
a jadeos y lagrimeos; las gentes del lugar inhalan a pleno pul-
món y afirman que es la panacea definitiva. Durante el tiempo
de la cosecha, el intenso aroma de la tierra labrada y del césped
húmedo cortado llena el aire, y en el otoño, el humo es algo
común cuando el rastrojo restante es quemado en los campos.
Para una comunidad que sobrevive gracias a la pesca y la
agricultura, el olor más persistente es el del mar: una promesa de
permanencia y movimiento. Aunque se halla omnipresente en
segundo plano, se vuelve más fuerte en algunas épocas del año
que en otras, dependiendo de la cantidad de algas (que normal-
mente acaban pudriéndose en la costa) y fauna marina local.
Cerca del puerto, el olor acre del alquitrán y el aceite ahoga todo.
Y, claro está, por encima de todo ello se eleva el hedor abrumador
del pescado que se introduce en todas partes y hace prácticamen-
te imposible librarse de él. Así pues, cualquiera que trabaje de
forma habitual con pescado o cerca de un sitio donde otros lo
hagan, es identificable de inmediato por el olor que lo rodea.
La diferencia entre los sonidos ambientales de la ciudad y
del campo no es sorprendente. Una ciudad nunca está en silen-
cio. Incluso en los momentos más tranquilos, y en los barrios
más exclusivos, siempre se oye el monótono zumbido del tráfi-
co. No así en el campo. Por supuesto, el tráfico es más raro y
sólo puntúa las grandes y lentas frases del silencio. El escabullir-
se de pequeños animales en busca de comida, los trinos del
canto de los pájaros, los sonidos de las bestias domesticadas, los
ladridos y chillidos de predador y presa... todo ello se combina
en una auténtica sinfonía pastoral. Incluso la ausencia de sonido
puede ser notable: en algunos sitios, en especial de noche, es
posible oír de verdad el silencio. Aunque reconfortante para las
personas nacidas y criadas en el campo, puede resultar una
experiencia opresiva para la gente de ciudad, comparable a ser
arrojado y abandonado en un tanque a prueba de fugas.
Gracias al resplandor del neón de las señales y farolas, sólo
las estrellas más brillantes pueden ser vistas, e incluso entonces,
su esplendor se ve reducido. Mas en el campo la oscuridad reina

98 Guía del Narrador

(auténtica, real oscuridad, el suave telón de terciopelo que envuelve
la tierra) y toda la majestad del cielo nocturno es revelada.
Con independencia de que tu escenario rural sea una re-
mota y soñolienta población de Maine o un pueblo de pescado-
res en la costa de Escocia, debería ser considerada la forma en
que los habitantes locales tienen tratos entre sí y con forasteros.
Todos conocen a todos los
demás... o al menos, eso creen
Las comunidades rurales son pequeñas. No hay barrios bajos,
gente sin hogar, ni hordas de anónimos extraños. No sólo todos
conocen tu cara, sino también tu nombre, la historia de tu familia,
y probablemente un montón de información embarazosa que pre-
ferirías no supieran. En una ciudad, las personas pueden perderse
y no ser advertida tal cosa por un tiempo; en el campo, la gente se
pregunta enseguida por qué el viejo McSpoot no está andando
por Gripper a las seis y media, como ha hecho cada día durante
los últimos veinte años. En la ciudad, la gente se muda y no llama
mucho la atención; sin embargo, se convierte en el centro de
interés en el campo. Mucho interés. Cuando haces algo, la gente
va a saberlo. Y hablan sobre ello. Y si no es lo bastante jugoso...
bueno, para entonces la historia habrá sido contada quince veces.
El chismorreo es una poderosa herramienta. Gran parte
del tiempo, constituye el cemento social que une a las comu-
nidades, manteniendo a la gente al tanto de las idas y venidas
de sus miembros. Pero de vez en cuando puede ser un arma
repugnante y mortal que ha llevado a muchos al borde de la
desesperación. Los changelings de la ciudad podrían estar fa-
miliarizados con las campañas de difamación como herramienta
de la política cortesana, pero en zonas rurales, el chismorreo
es lo que impera. Otros aspectos del politiqueo se ven grande-
mente reducidos, como muchos han averiguado a su costa. De
toda la Estirpe, los boggans son quienes mejor lo entienden
(aunque sluagh y eshu, con su amor por los chismes, les si-
guen muy de cerca) y tienden a contar con mucha influencia
en estas comunidades rurales.
Por lo tanto, las crónicas campesinas privan al Narrador
del elemento fundamental de las historias del Mundo de Tinie-
blas, es decir, de la Víctima Anónima. En la gran mayoría de
los casos, se trata del viejo vagabundo al que el vampiro deja
seco y echa a un lado cuando el Narrador no puede molestarse
en representar una escena de cacería, o del inocente comprador
que el redcap Saquea cuando se necesita algo de Glamour
como sea rápidamente, o el escritor anónimo aporreando con
desesperación las palabras para aplacar al gran dios D´edlyn.
Aunque Changeling trata de alguna forma de paliar este pro-
blema con sus detallados sistemas para ganar Glamour, siem-
pre existe la tentación de dejar que lo comentado ocurra en
segundo plano mientras el grupo se concentra en algo “más
relevante”. Tal opción no es posible en una crónica rural; puesto
que todos se conocen, cualquier conducta extraña (una des-
aparición, un arranque o una depresión de creatividad) es cap-
tada de inmediato y discutida detrás de puertas cerradas y
espaldas vueltas. Puedes usar esto para mostrar a los personajes
las consecuencias de sus acciones y añadir un nuevo nivel de
profundidad emocional a la historia, haciéndoles sentir que
son una parte integral y dinámica de un telón de fondo mayor
que se altera y adapta a sus acciones.
Capítulo cinco: Otros lugares, otros sueños
Y, por supuesto, el engañoso poder del chismorreo hace
sencillo (en el caso de que te decantaras por ello) que la gente
equivocada sepa de las acciones de un changeling descuidado...
Todo queda en familia
La mayoría de las comunidades pequeñas cuentan con una o
dos familias cuyos dedos dejan profundas marcas en cada pastel,
y que suelen perder el tiempo con los ingredientes, además. Te-
rratenientes, labriegos, carpinteros, electricistas, dueños de bares,
pescadores... una extensa y sólidamente tejida red de hermanos,
hermanas, maridos, primos, tíos y tías lanzada sobre toda la po-
blación. Blanco de muchos chismes, gozan de ascendencia en los
asuntos de la comunidad y son ferozmente leales unos a los otros.
La naturaleza de tales habladurías depende de su reputación: “¡Esos
malditos Carmichael! ¡Son todos unos ladrones!... ¿Sabías que el
joven Caradoc fue detenido por atraco? Bueno, todos juraron por
lo más sagrado que nunca había puesto un pie en la Nasa aquella
noche. ¡Aunque mi Dougie lo vio allí dentro con aquel gran cu-
chillo en su cinturón!” Contrariamente a: “Ah, el joven Carmichael
es todo un granuja. Siempre en líos, pobre muchacho... ¡He oído
que están tratando de cargarle la culpa de lo de la Nasa de Lan-
gostas! Si buscan un chivo expiatorio, ahí lo tienen... y sólo por-
que se trata de un Carmichael. Deberían dedicarse a resolver
auténticos crímenes y dejar a los chicos tranquilos”.
Los miembros de la familia están bastante preparados para
mentir, engañar, o robar para cuidar de los suyos, y aunque dis-
cutir en privado es aceptable, siempre ofrecen un frente unido en
público. No es buena idea ponerse del lado equivocado, pues
como un nido de avispas, no pasará mucho antes de que todos se
vean implicados. Y entonces la vida puede ser muy difícil.
Esta situación resulta extraña para un changeling si forma
parte de una familia prominente. Si éste es un miembro inferior
de la corte pero tenido en gran estima por una de esas familias,
entonces sus pares puede que lo traten con mayor respeto, no
queriendo incurrir en la enemistad de sus parientes. Tal vez el
changeling disfrute de una posición en la corte basada en su
herencia mortal en lugar del mérito o la experiencia, lo que
puede constituir un factor motivador en las historias si los per-
sonajes maniobran para reemplazarlo por alguien más apropia-
do, o (aún más interesante) si un personaje es la parte indigna.
Otro enfoque es decidir que tal situación altera la estruc-
tura tradicional del poder changeling, y aprobar algo único en
el lugar, por ejemplo una “familia” de changelings al estilo de
la mafia, cuyos miembros y sus elegidos son los auténticos
detentadores del poder, o una estructura cortesana en la que
la nobleza se mueva por lazos de sangre con una familia en
lugar de la pertenencia a una casa.
La memoria llega muy lejos
El chismorreo garantiza que sucesos del confuso y distan-
te pasado (sucesos que se desvanecerían en la oscuridad con
rapidez en cualquier otra parte) sean tenidos muy en cuenta.
Un amigo mío, de veintisiete años, con una consultoría y dos
hijos, siempre será conocido como “el pequeñín que se cayó a
la alcantarilla”. Este recuerdo se retrotrae generaciones hasta
los tiempos de los abuelos, tatarabuelos y aún más atrás. De
esta forma, el folklore más antiguo se extiende a las mentes de
la generación presente.
99
 Los personajes son considerados responsables de las ac-
ciones cometidas por sus antepasados, fuesen éstas nobles o
sucias, y se ven precedidos por la reputación de aquéllos. Pue-
de suponer un gran esfuerzo por parte de los personajes ser
tenidos por lo que son, en vez de por quiénes fueron sus
antepasados. ¿Y si el personaje es la forma renacida de su
descendiente? ¿Escogerá revolcarse en la pasada fama (o
infamia), aunque ya no la merezca en realidad? Tales preguntas
son el centro de historias contemplativas que examinan la ética
de los personajes, en tanto provocan discusiones sobre las
decisiones que las hadas han tomado en conjunto.
La vida de los changelings en el campo es tan extraña
como para la Familia. Lo normal es que sólo haya un gran
feudo en lugar de muchos más pequeños, y la vida de la corte
tradicional es un pobre segundo violín para las vocingleras
argucias del chismorreo. Boggan, eshu, y sluagh deberían sen-
tirse como en su casa a tal respecto, en tanto que los trolls
puede que se vean perturbados por las campañas de difama-
ción que tan singularmente encajan con la naturaleza flemática
y práctica de la gente del campo. Los sidhe encuentran la cha-
bacanería de todo ello de mal gusto, y difícilmente tolerable.
Los plebeyos han hecho suyo el campo. El recuerdo de la
enloquecida huida de la nobleza dejando el mundo cuando
las puertas de Arcadia se cerraron en el tiempo de la Ruptura
sobrevive en amargas consejas. Y sin embargo, el tiempo ha
curado las heridas del pasado, y perduran historias de la belleza
y nobleza de los sidhe, transmitidas a través de generaciones
como antorchas de esperanza. Puede que los plebeyos estén
demasiado felices de entregar de nuevo el poder a sus legíti-
mos dueños. Tristemente, a menudo son recompensados con
la explotación desconsiderada.
Al planificar historias y crónicas situadas en el campo, ten
en cuenta los siguientes factores: ¿Los personajes son residen-
tes locales o recién llegados? Si son del lugar, entonces detalla
lo que saben unos de otros y de sus respectivas familias...
recuerda los axiomas arriba citados. Si son recién llegados,
¿cómo se integran en el entorno extraño, y cómo se adaptan
los residentes a ellos? En crónicas en las que los personajes
sean nuevos en el entorno rural, tómate el tiempo de representar
historias de tranquila extrañeza y expón las diferencias poco a
poco a medida que los personajes empiezan a ver debajo de la
calma superficie. Doctor en Alaska y Twin Peaks ilustran este
ejemplo, pues a menudo desdibujan la frontera entre lo real y
lo irreal volviéndolo todo hostil o fuera de lugar.

Escenario exótico
Changeling se halla firmemente arraigado en la tradición
mítica occidental. Es lo bastante rica y accesible para satisfacer
al grupo más exigente. No es la única opción, no obstante. Los
sueños de otras culturas son un auténtico tesoro de historias y
mitos que están pidiendo ser introducidos en tu juego.
El eshu, el único linaje que deriva de una tradición no occi-
dental, es una forma excelente de hacerse con personajes “fuera
de lo viejo y hacia lo nuevo” (a veces, más “hacia lo nuevo” de
lo que los personajes quieren ser). Jugado como mentor para
un personaje, un eshu supone un buen puente entre la cultura
exótica nueva y las costumbres familiares. Proporciona a los

100 Guía del Narrador

jugadores algo a lo que agarrarse al principio; lanzarlos sin más
al grueso de los acontecimientos y ver cómo nadan o se sumergen
(o, lo que es más probable, se ahogan) podría ser divertido,
pero los jugadores se frustrarán... y los jugadores frustrados de-
paran una horrible experiencia de juego. Así pues, esta figura
de enlace te permite comparar y contrastar lo viejo con lo nuevo,
subrayando los aspectos ajenos en vez de limitarte a oponer a
los jugadores contra ellos (y sus personajes).
Por supuesto, no has de tener a tu mentor o personaje del
Narrador a mano para facilitar las cosas a los jugadores; dales
la suficiente información para que se sientan cómodos, y luego
arrebátales su útil fuente. Deberían saber lo bastante para no
sentirse abrumados por el entorno extraño, mas todo va a ha-
cerse mucho, mucho más difícil...
Esta situación podría convertirse en el origen de un abani-
co de historias, o crónica, a medida que los personajes inten-
tan averiguar qué ha sucedido, cómo hacer frente a los resi-
dentes del lugar, y cómo traer de vuelta a su mentor.
Las historias pueden nacer de las ondas de impacto pro-
ducidas por el proverbial choque frontal de dos culturas. Ade-
más de permitirse posibilidades cómicas, pueden abordarse
cuestiones serias (o, lo mejor de todo, aspectos serios pueden
tratarse divirtiéndose). ¿Cómo reaccionará un boggan hogare-
ño y amante del confort al ser arrastrado a una cacería de
gansos salvajes o unicornios por algún cuentista itinerante de
medias verdades? ¿Qué sucede con un sátiro fuera de control
en una cultura islámica? ¿Aceptaría una mujer ser cubierta con
las ropas que ocultan la figura que la purdah exige? ¿Puede un
troll apreciar y aceptar el concepto de honor y lealtad de otras
culturas, sin importar lo radicalmente que difiera del suyo?
Dejar que los jugadores creen personajes nativos de otras
culturas es dificultoso, pero gratificante. Ello exige mucho más
de cada uno del grupo, pues el peso de la investigación recae
sobre todos, no sólo en el Narrador. Ponerse en la mentalidad
de un campesino marroquí es difícil, pero si puedes transmutarte
en el arquetipo de un perro guardián de dos metros y medio de
alto con cuernos y mal genio, no es nada imposible. Crear la
atmósfera adecuada en la zona de juego usando pósters, tarjetas
postales, incienso, música y efectos de sonido contribuye en
gran medida a evocar el escenario. Ello resulta más propicio
para llevar a cabo la gimnasia mental requerida. Una vez más,
contar con alguien en el grupo que tenga experiencia directa (o
al menos, interés) en el escenario elegido es de gran ayuda.
Como en el caso de los escenarios rurales antes descritos,
la clave para usar un emplazamiento exótico es mostrar a los
jugadores lo que lo hace diferente de los entornos normales
de tu juego y acentuar esas diferencias. Resulta demasiado
fácil contar las mismas viejas historias variando el marco... evita
esta tendencia a toda costa. No saber aprovechar las diferencias
culturales empequeñece la cultura y el juego. Al fin y al cabo,
¿de qué sirve si no haces algo distinto?
La investigación es crucial, aunque has de recordar que os
estáis esforzando por suscitar una sensación y evocar un tiempo y
lugar. Si bien la precisión es un elemento importante para secun-
dar este efecto, no constituye el punto central. El mito y la leyenda
nacen de, y son inspirados por la realidad... en vez de verse
encorsetados por ella. La sensación lo es todo; el folklore y las
historias de hadas de otras culturas son más útiles que un armario
Capítulo cinco: Otros lugares, otros sueños
lleno de guías turísticas. Así y todo, sólo porque el juego esté
basado en historias de hadas, no vas a hojear unos pocos libros
DE LETRA GRANDE con montones de imágenes y adquirir de
forma mágica la habilidad de construir juegos brillantes y diverti-
dos. Oh, no. Mitos y leyendas se hallan enraizados en sus culturas,
y Changeling está arraigado no sólo en el mito, sino también en
la cultura contemporánea... y en la síntesis de ambos.
Durante la investigación y preparación, ten en cuenta de
qué manera las leyendas que has encontrado encajan en la
sociedad de hoy y cómo se han adaptado a la era moderna,
igual que las hadas se adaptaron a la Banalidad y descubrieron
la Senda del Changeling. Por ejemplo, debido al componente
animista del sintoísmo, decides que el predominio de Inanimae
en la comarca es mucho mayor que en otra parte y que la
Banalidad se ve reducida por la magia changeling o Inanimae
o por interacciones que los involucren. La forma y peculiarida-
des adoptadas por las Inanimae pueden basarse en el antiguo
folklore o en los sueños modernos de los cómics manga.
Una crónica situada en Australia, por de pronto, podría
incorporar el mito del Tiempo del Sueño de los pueblos aborí-
genes, dado que las Huellas del Sueño (las señales que queda-
ron sobre la tierra y que muestran las rutas por las que antaño
caminaran los Seres Ancestrales) son de gran importancia. Las
pisadas podrían revestir una mayor significación y ser capaces
de una variedad de efectos mucho más amplia que sus homólogas
occidentales. Si las Huellas del Sueño son holladas en los lugares
precisos del Ensueño, y se ofician las ceremonias debidas, po-
drías permitir que los personajes recuperen una cantidad de
Glamour apropiada. Del mismo modo, las Inanimae podrían ser
más poderosas de lo normal en partes del Ensueño, donde cier-
tas rocas, árboles, u otros elementos naturales son lugares en
los que los Seres Ancestrales durmieron sobre la tierra. Y si
pueden ser apaciguados, podrían resultar una fuente de
orientación o un santuario para los personajes.
No necesitas viajar alrededor del mundo para conseguir
juegos de un sabor extraño e insólito. Deja el libro, sal de casa,
y date un paseo por la ciudad. Todo puede ser un escenario
exótico si lo observas con una nueva perspectiva.
El Ensueño
Para.
Deja el libro en el suelo. Cruza los ojos, no mires, y sigue
leyendo. Es la mejor forma de llegar a captar la sensación de
dirigir una crónica en el Ensueño. Los juegos en el Ensueño se
convierten en uno de los principios fundamentales para volver
cabeza abajo Changeling. Los personajes ya no tienen que
preocuparse de la constante erosión de su Glamour debida al
ataque de la Banalidad. En vez de eso, deben esforzarse por
aferrarse a sus seres mortales, para que la locura del Glamour
no los envíe dando alaridos a la Confusión.
El Ensueño es un lugar tan peligroso y duro para los
changelings como el mundo ordinario. Puede que la naturale-
za del peligro sea distinta aquí, pero es un peligro real (aunque
más insidioso que la Banalidad, puesto que se aprovecha de la
naturaleza feérica de los changelings). Es fácil advertir los sig-
nos de la Banalidad en uno mismo, pero los primeros indicios
de Confusión difuminan la distinción entre la realidad quimé-
101
rica y la mundana... una distinción de por sí tenue para muchos
changelings. Y si un personaje prefiere quedarse en el Ensue-
ño, donde la realidad quimérica domina...
El hecho de que a los changelings del reino se les enseñe a
considerar el Ensueño como su hogar espiritual está tan lleno de
peligro como la realidad mundana que los aprisiona. El mundo
en el que nacieron erosiona poco a poco su naturaleza feérica
hasta que sólo queda una fina cáscara de mortalidad; sus antiguas
tierras de origen los vuelven locos. Los changelings no tienen
hogar, ningún sitio les pertenece por completo. No son parte de
una cosa ni de la otra, y deben caminar solos por el camino que
serpentea a través del valle entre ambos mundos. Los changelings
son como niños de pie bajo la lluvia con sus rostros pegados
contra el frío cristal del escaparate de una juguetería. Son capaces
de ver los brillantes tesoros que relucen en su interior, mas saben
con una triste certeza que nunca se les permitirá entrar.
No obstante, ello no significa que tu crónica deba degenerar
en una histriónica serie de vampíricas orgías de angustia, en las
que cada jugador se afana por superar al resto en sus despliegues
de llanto, rechinar de dientes y golpes en el pecho. La atmósfera
de calma tragedia y el dolor por la pérdida y la añoranza deberían
instilar el juego y otorgarle nobleza e intensidad. Para causar dicha
atmósfera poco a poco, no la introduzcas a la fuerza en la garganta
colectiva de los jugadores, y ellos la advertirán por sí mismos. Y el
impacto será inconmensurablemente mayor.
Las crónicas situadas en el Ensueño son adecuadas para
historias más fantásticas que las desarrolladas en el mundo ordi-
nario. El Ensueño es un lugar vívido, más real que lo real, con la
vivacidad de un dibujo animado. Esta correlación no implica que
el Ensueño sea un entorno de puro cómic o de insultante
simplicidad, sino que ambos tienen cualidades en común: colores
fuertes, claridad de definición, y una tendencia a exagerar y enfatizar
los rasgos de sus pobladores. Las cosas hermosas lo son aún más,
las desagradables también... no hay término medio, ni insipidez.
Puedes utilizar este efecto para satirizar con sutileza el mundo
real (e incluso la vida real), sobre todo en el espejo deformante
del Ensueño Próximo.
Las quimeras tienden a interpretar papeles más importantes
en las historias, dado que el Ensueño es el caldero de imagina-
ción en el que hierven. También se encuentran aquí aquellas
quimeras que alcanzan el estado de conciencia de sí mismas y
huyen de la Banalidad para encontrar un lugar en el que llevar a
cabo sus propios fines. Tales quimeras pueden ser usadas como
antagonistas principales en una historia (una pululante horda de
criaturas araña gigantes infestando los bosques cercanos a un
feudo, por ejemplo). Los villanos de tal clase arrastran con ellos
un pathos inherente, pues son como las criaturas de los sueños
de los changelings, más Parientes de ellos que la mayor parte de
la humanidad. En cierto sentido, los personajes están luchando
contra su propia especie.
A medida que uno se adentra más en el Ensueño, la lógica y
el sentido común van siendo socavados hasta que, en los cam-
biantes psicopaisajes del Ensueño Lejano y Profundo, dejan de
funcionar por completo. Si las historias llevan a los personajes
aquí, no te abandones al surrealismo sin sentido porque sí (a no
ser que estés tratando de aburrir o irritar de forma deliberada).
Usa la naturaleza del Ensueño para ahondar en los asuntos perso-
nales de los personajes de una manera sutil y no forzada. Puesto
102 Guía del Narrador
que se trata del reino de los sueños y las pesadillas, y los
changelings son criaturas del sueño y la inspiración, el Ensueño
refleja su verdadera naturaleza cuanto más se adentran en él. Las
quimeras (representaciones simbólicas, pero concretas de esta-
dos interiores) son con frecuencia engendradas en torno a los
changelings en respuesta a pensamientos, acciones, esperanzas o
temores. En última instancia, estas esperanzas, miedos y actos
ejercen un auténtico cambio físico en los alrededores y en el
mismo intérprete, hasta que el changeling es rehecho a imagen y
semejanza de su ser más real. Nadie puede ocultar lo que es en el
espejo del Ensueño... un espejo que no deforma, sino que muestra
la verdad que otros espejos esconden.
Este concepto de exteriorización puede ser el centro de tu
crónica. Rehacer el mito del Rey Pescador es un buen ejemplo.
Los feudos del reino se han convertido en extraños y terribles
lugares; monstruosas quimeras asolan sin freno la región; el pueblo
se vuelve violento a medida que la nobleza se retira a sus aposentos
privados a meditar. Los personajes pronto descubren la razón del
declive del reino: el rey ha sucumbido a la Confusión,
desvaneciéndose en el corazón del Ensueño. Su locura ha infectado
el reino, dándole la forma de su propio y destrozado ser. Para
restaurar el reino, el rey debe ser curado y los personajes han de
recuperarlo encontrando y derrotando (no necesariamente
mediante la fuerza de las armas) a los demonios interiores de
éste, los del reino... y los suyos propios.
O tal vez los personajes mismos son criaturas de la Confu-
sión que viven en un feudo en lo más profundo del Ensueño
desde el que sólo se puede acceder a la realidad mundana en
ciertos momentos. Su autoproclamada misión, ya sea por un
descaminado altruismo o por algún motivo más sombrío, consiste
en llevar algo de la maravilla de vivos ojos de las hadas de vuelta
a un mundo que la rechazó hace mucho. Sus vidas son aún más
delicadas y peligrosas que las de los changelings normales, pues
deben ser cuidadosos para permitir que la suficiente Banalidad
los marque. De no ser así, nada impide que se suman poco a
poco en la irreflexiva irracionalidad del último umbral de la
Confusión. Un cruel truco de Narrador que presentar al término
de la crónica consiste en leer un monólogo a modo de conclusión
al estilo de los informes de casos de un psicólogo, recomendando
que los personajes sean internados para siempre por cuanto sus
problemas parecen incurables. Deja que los jugadores se pregunten
si hay algo de verdad en ello. ¿Han estado comportándose en
realidad como lunáticos después de todo...? Ten en cuenta que el
autor no asume ninguna responsabilidad por los daños infligidos
por jugadores descontentos.
Al dirigir crónicas del Ensueño, resiste la tentación de reducir
la fuente de toda creatividad a un patio de recreo en tecnicolor de
juguetes animados y ciudades de caramelo, estilo Disney de
segunda. Hay un episodio en Viaje del Amanecer de C.S. Lewis
en el que los héroes se topan con un hombre harapiento que les
dice, con voz temblorosa por el miedo, que están a punto de
entrar en el reino donde los sueños se hacen realidad. Incapaces
de comprender su terror, éstos especulan encantados sobre las
maravillas que han de venir hasta que el hombre les grita que no
son sus fantasías lo que se vuelve real allí, sino sus sueños. Y de
inmediato, el regocijo de los héroes se desvanece cuando recuer-
dan realmente las cosas que han acechado en su sueño profundo...
las cosas que no pueden ser controladas.
 El Ensueño es un lugar maravilloso. Mas no todas las mara-
villas son del todo agradables, empalagosas o sentimentales. Ni
las crónicas habrían de serlo tampoco.
Lisa y llanamente extraño
Aquí tienes ese curioso apartado en el que reunimos todas
aquellas insólitas ideas que surgen a altas horas de la noche,
cuando toda la gente decente debería estar durmiendo, pero
los jugadores de Changeling están despiertos y jugando. Ideas
aún más exóticas que las expuestas en Escenarios Exóticos, y
ambientaciones más raras que el mismo Ensueño.
Un giro interesante en el escenario moderno lo ofrece el
universo paralelo del “¿y sí...?” tan apreciado por autores de
ficción especulativa. Coge un precepto convencional de
Changeling o un suceso clave en su historia, y pregúntate: “¿Y
si no hubiera sucedido?” Imagínate un juego situado en un mundo
en el que la Ruptura nunca hubiera ocurrido. Los sidhe no habrían
partido, la Concordia no se habría alcanzado, los círculos de
juramento y las cuadrillas en el sentido actual nunca habrían
existido. ¿O sí? ¿Fue inevitable la caída de la nobleza? Sin su
obligada marcha, ¿habría tenido lugar una guerra civil mucho
más sangrienta y devastadora? ¿Cuál sería el lugar de la humani-
dad en un mundo en el que las hadas retuvieran la mayor parte
de su poder? ¿Habría avanzado más allá de la Edad Media, o
habría continuado de forma indefinida en la oscuridad de la
superstición? ¿Qué habría sucedido si el Resurgimiento nunca
hubiera tenido lugar? ¿O si los trolls nunca hubiesen perdido su
posición de supremacía entre los sidhe? Tantas preguntas, y
tantas historias en las que dar con las respuestas.
Como alternativa, la inspiración puede obtenerse de par-
tes de películas, y las crónicas pueden situarse bajo el mar en
reinos poblados por quiméricos crustáceos cantores y peces
bailarines. Muchos sitios web ofrecen sugerencias sobre nue-
vos linajes que moran en el agua inspirados en el folklore
popular, que pueden ser adaptados e incluidos en el juego
(¿peces pooka?). Las crónicas podrían explorar mundos
fantásticos de bosques de algas y taimados tiburones, o bien
optar por un tono más realista y examinar el impacto de la
polución sobre el entorno submarino y sus habitantes.
Aunque Changeling es un juego de fantasía, combinar algunos
elementos de ciencia ficción puede dar como resultado una historia
o crónica única. Recuerda, el Resurgimiento fue una consecuencia
de que el hombre caminase sobre la luna; ¡piensa en todo el
Glamour que podría ser recogido de la legión de seguidores de
Star Trek, Babylon 5, y Star Wars! ¿Cuánto tiempo pasará antes de
que los linajes Jedi o Vorlon surjan del Ensueño?
Considera la gran semejanza entre la tradición actual sobre
OVNIS y los cuentos de hadas: luces fulgurantes e intermitentes
(en platillos en vez de anillos), y distorsión temporal (gente que
se encuentra con que han pasado horas o días en el mundo en
lo que ellos tenían por simples segundos). Incluso los
extraterrestres guardan un extraño parecido con la “gente pe-
queña” del folklore, y su conducta es similar en muchos aspec-
tos; están ansiosos por hacer que aquellos a los que encuentran
coman su comida o viajen en el tiempo con ellos a lugares
desconocidos, dejando imprecisos recuerdos que afloran en sue-
ños. Los investigadores de los OVNIS señalan la ilógica conducta
Capítulo cinco: Otros lugares, otros sueños
de los ETs (sus ridículas preguntas, estrafalaria pseudociencia,
los cuartos de control que parecen menos convincentes que los
decorados de películas de serie B) y concluyen que son diseña-
dos sencillamente como una burla. ¿Lo son? ¿Hay changelings
detrás del fenómeno OVNI, o se trata de quimeras salvajes? Cual-
quier opción puede resultar cierta, ya creen los jugadores perso-
najes que investiguen, o bien que tomen parte de alguna forma.
Escenario histórico
Aunque puedes usar narraciones históricas para seguir el
desarrollo de un grupo de personajes a lo largo de muchas
épocas y vidas, puede ser igual de gratificante disponer una
crónica entera en un tiempo distinto al nuestro. Al hacerlo así,
no obstante, recuerda que el libro de reglas de Changeling
describe las vidas de las hadas desde un punto de vista moder-
no y que ciertos cambios han de ser tenidos en cuenta a la hora
de diseñar historias. Por ejemplo, en tiempos anteriores a la
Ruptura, las Cortes Oscura y Luminosa no habían llegado a la
Concordia. Cada una reina de forma incuestionable en la época
adecuada del año, y durante su período de supremacía, se espera
que los changelings (y las hadas) se abandonen a ese Legado
sin restricción. Los jugadores deberían ser conscientes de esta
circunstancia cuando diseñen sus personajes, y tú has de pensar
en ella al evaluar la dinámica personaje-grupo.
Tras la Ruptura y antes del Resurgimiento, la caída de la
nobleza convencional, con la partida de los sidhe, hace obvia-
mente que la vida cortesana sea muy distinta, en caso de ser
posible. Recuerda que las cortes han sido dominadas por los
más ambiciosos de los plebeyos que se quedaron... ya sea
marcando el comienzo de su nuevo reino, o simplemente en
calidad de regentes hasta que los verdaderos reyes y reinas
retornen. Las historias que impliquen a estas cortes pueden ser
grandiosas y bellas aventuras llenas de la antigua belleza de
una edad perdida, o espeluznantes y claustrofóbicas dosis de
horror. Los personajes podrían dar con una corte ligada al
pasado, preservando y repitiendo polvorientos rituales vacíos
de significado desde hace mucho tiempo. Los “nuevos nobles”
pueden ser sucios villanos memorables. Mientras los sidhe pue-
den ser terribles y crueles debido a su misma naturaleza, los
plebeyos lo son porque es como eligen ser. Y su crueldad
puede ser tan horriblemente ingeniosa...
Por supuesto, no tienen por qué ser viles; podrían ser
muníficos dispensadores de bondad mucho más tolerantes y
comprensivos de lo que los sidhe podrían ser nunca. Ahora
bien, probablemente lo mejor sea un punto intermedio.
La Edad Mítica
(antes de la División)
¡El tiempo de los sueños! ¡La gloriosa Edad de Oro de la
leyenda! ¡La brillante era en la que el reino de Arcadia y el
mundo real eran uno! No había barreras entre los reinos de las
hadas y la humanidad, y los hombres ansiaban la llama de
locura e inspiración del corazón de las hadas, sin apartarse de
esa luz para encontrar la verdad en la oscuridad. La largo tiempo
desaparecida época a la que todos los changelings anhelan
103
regresar... mortales y hadas en perfecta armonía. ¿Fue así? Las
energías místicas del Ensueño impregnaban el mundo, dejan-
do que surgiesen criaturas fantásticas y extravagantes. Todo lo
que pudiera ser soñado existía, o existiría.
En este tiempo los reinos eran uno, antes de que la histo-
ria y la raza humana se alejasen de la sutil verdad y paradoja
del Ensueño... antes de la tecnología, antes de que el hombre
forjara por primera vez el frío acero y al hacerlo, volviera a
forjar su espíritu. Un tiempo de terror, magia, superstición, de
miedo a la oscuridad.
Asimismo, un tiempo de posibilidades, de novedad, de
cuando el mundo era joven y lleno de maravilla como el pri-
mer día del verano.
Un tiempo en el que había dragones en la oscuridad, lejos
del fulgor de la hoguera.
Este mundo es uno sin Banalidad, donde el rigor del pen-
samiento científico no puede permitirse existir. La gente no
pretende comprender, sino sólo explicar. Y los mecanismos
de explicación son historias, leyendas, y mitos inspirados por
los sueños que las hadas les enseñaron. Cuando los humanos
míticos son testigos de la furia de una tormenta desencade-
nándose sobre los picos de la montaña, no reflexionan acerca
de la ionización del aire y las partículas del agua... corren hasta
la mujer sabia que les explica que el terrorífico despliegue de
cegadora luz y el retumbante estruendo son causados por el
choque de Gigantes de la Montaña mientras pelean entre sí.
Las luces de los relámpagos, explica, son las chispas que bro-
104 Guía del Narrador
tan de sus lanzas al entrechocarlas; el colosal ruido es el tronar
de sus poderosas voces mientras rugen con dolor y triunfo.
En esta edad las hadas se hallan en la cúspide de su poder.
No tienen nada que temer del descreimiento: todo lo que sueñan
o hallan en los sueños, pueden hacerlo real. Las pasiones de las
hadas son el pulso de la sangre de dragón en lo profundo de la
tierra, y su locura es el chillido del viento del demonio en las
horas más oscuras. Aunque podría ser divertido interpretar a seres
con tales poderes elementales, existen aspectos más graves y os-
curos de esta edad que merecen ser considerados en las crónicas.
¿Por qué enseñaron las hadas a soñar a los humanos? ¿Porque se
gloriaban del deleite de su misma existencia y deseaban compar-
tirlo con sus primos mortales? ¿O porque sentían lástima por ellos?
¿Puede ser esto cierto? ¿Puede ser que las hadas no estuviesen tan
interesadas en educar a la humanidad como en explotarla? Des-
pués de todo, sea a través de la Ensoñación o del Estrago, los
mortales constituyen la fuente más excelente de Glamour.
La conducta de las hadas de la Edad Mítica no lleva a pensar
en un motivo benévolo. Crueles y caprichosas, veleidosas y ne-
gligentes, las hadas usaron a la humanidad para dar sabor a sus
propios dramas y romances. Como los niños, amorales y egoís-
tas, les importaba poco que sus juguetes se rompieran, siempre
que su diversión continuase. Enfrentada con la despreocupada
arrogancia de los Luminosos y el desenfreno de los Oscuros, no
es de extrañar que la humanidad volviera la espalda a los sueños
en busca de algo constante y comprensible. Tal vez las hadas
provocaron por sí mismas su ruina. Su pecado fue abusar de sus
poderes, y sus consecuencias repercutirán a lo largo de las eda-
des venideras. La penitencia de las hadas (confinamiento en
Arcadia o destierro en una semiexistencia en un mundo
congelado por el hielo de la Banalidad) sigue manteniéndose
incluso hoy día. Profundizar en esta idea de la caída en desgracia
ayuda a explorar facetas de nuestra propia humanidad, y añade
emoción a las crónicas que tienen lugar en la actualidad (en
especial si sus protagonistas han vuelto a nacer en la edad
moderna).
Aunque los changelings eran tan raros que resultaban prác-
ticamente desconocidos para la mayoría de las hadas, existían
en la Edad Mítica... si bien las razones para seguir la Senda del
Changeling son obviamente distintas. Así que la estructura de
tu crónica ha de tener en cuenta tales razones. Algunas hadas
se convirtieron en changelings porque querían comprender a
los humanos y experimentar la novedad de ser mortales. Otras
lo hicieron debido a una oscuro presentimiento de que su
Linaje estaba equivocado al tratar a la humanidad como lo
hacía, y de que era demasiado voluble e insensible en sus
acciones. A medida que fueron adquiriendo comprensión y
compasión por su difícil situación, puede que se encontraran
obrando contra su propia raza (si optas por esta posibilidad,
recuerda que las Nieblas todavía no existen, y por ello, los
personajes conservan todos sus recuerdos de Arcadia). Tal vez
fueron obligados a experimentar la Senda del Changeling como
castigo, y ahora buscan vengarse de sus antiguos parientes,
ayudando a la humanidad a aprovecharse de las debilidades
de las hadas.
Como alternativa, podrías asignar como personajes a ha-
das hechas y derechas, obrando para socavar a la humanidad,
para que ésta siga siendo ignorante e inocente. En cuanto las
cosas quedan atadas a lo mundano por la comprensión, el
potencial para los sueños se ve enormemente disminuido, ha-
ciendo más difícil sobrevivir a las hadas. Esta dificultad se halla
simbolizada en el acto de fabricación de herramientas; a medi-
da que el hombre construye implementos y se alza por encima
de las edades del cobre, bronce y hierro, la Banalidad aumenta
hasta que es lo bastante fuerte para interponer un telón entre
los dos reinos y eliminar Arcadia de la órbita del mundo. Una
vez más, las crónicas basadas en esta premisa ofrecen nuevas
visiones de la difícil condición de las hadas en los tiempos
modernos, pues éstas se mueven por motivos egoístas. Sin
embargo, los personajes justifican sus acciones como necesa-
rias para la supervivencia y beneficiosas para la humanidad
(con el Arte de la Adivinación, las hadas pueden entrever de lo
que aquélla es capaz con la plaga de la tecnología). El futuro
que ellos mismos provocan puede ser su “justo merecido”.

El mundo antiguo
Éste es el tiempo de las primeras civilizaciones. La huma-
nidad ya no se halla a merced de los sueños, sino que ha
buscado una forma distinta de apreciar el universo. El hombre
busca entender, y a través del entendimiento, descubre el do-
minio. Desde los antiguos sumerios hasta los griegos y roma-
nos, estas sociedades son las primeras en merecer tal nombre.
Los primeros destellos del diamante de la ciencia se reflejan en
los cambios en los sueños de la humanidad. Casi todas las
civilizaciones antiguas abrigaban la creencia en maravillas y

Capítulo cinco: Otros lugares, otros sueños 105

poderes ridiculizados en tiempos modernos, pero la naturaleza
de esa creencia se alteró. Dioses y mitos siguieron desempe-
ñando un papel vital, y asimismo, su papel cambió. El aspecto
fundamental del cambio fue que mitos y leyendas fueron con-
siderados como tales en vez de como verdades incuestionables.
Estas historias tenían significado e importancia en otro plano
distinto del literal: eran símbolos de algo más profundo.
En algunas sociedades, sólo los pocos instruidos llegaron a
tal comprensión, que fue celosamente esgrimida como un arma
de control (en el Antiguo Egipto, por ejemplo). Otras civilizacio-
nes no estuvieron satisfechas con explicaciones míticas y persi-
guieron la verdad oculta por viejas fábulas, que enseñaba que
sus dioses eran la personificación de fenómenos naturales o las
historias distorsionadas de líderes de una edad anterior.
El arte adoptó nuevas cualidades, a medida que la estética
de la sociedad se impregnaba del creciente sentimiento de que
el mundo podía ser entendido. La principal de estas cualidades
era un sentido de control consciente en su ejecución, un orden
racional y una proporción de formas. Los artistas se afanaron
por reflejar con precisión el mundo y mostrar su creencia en
un universo ordenado y comprensible.
Y así, cuando los sueños que las sostenían cambiaron,
otro tanto hicieron las mismas hadas. Aunque siguieron siendo
seres de gran poder, el suyo era un poder disminuido por las
barreras entre la imaginación y la realidad mundana. No sien-
do ya encarnaciones de fuerza elemental, las hadas se volvie-
106 Guía del Narrador
ron más humanas, o como distantes reflejos de la humanidad,
de acuerdo con las historias de dioses, dragones, sátiros y trolls
todos mezclados en el Ensueño.
La comprensión por parte de la civilización de la función
simbólica de la leyenda comenzó a constreñir la naturaleza
feérica... confinando su poder y a ellas mismas en territorios
bien delimitados. Por primera vez, la Banalidad era una fuerza
importante, congregándose en grandes cantidades en torno a
las ciudades y tanteando a ciegas a través de la tierra. Aunque
la Banalidad apenas constituía un obstáculo, incluso en los
oscuros rincones del campo donde los monstruos acechan en
la sombra, era omnipresente.
Los dioses y criaturas míticas (y así pues, por extensión,
hadas y changelings) son mucho más humanos que los mismos
humanos. Aman, desean, pelean, se enfadan e intrigan. Sus pa-
siones, no obstante, son mayores y más genuinas que las nues-
tras, y se entregan a ellas completamente y sin reservas. Las
historias que implican a estas criaturas están llenas de argucias,
cambios de forma, bendiciones, maldiciones, y (sólo para los
trágicamente enterados refugiados de Vampiro) esclavitud.
Las hadas, como siempre, siguen siendo volubles; lo que
dan con una mano, lo quitan con la otra, y la venganza es la
más terrible (y frecuente) de todas sus pasiones.
Su fascinado encaprichamiento con la humanidad continúa
igualmente. Piensa en la ilimitada riqueza de historias en las que
héroes del todo humanos tengan dioses como protectores y guar-
dianes (pero piensa también en cómo tales protectores parecen
estar más preocupados por usar a sus pupilos humanos para
obtener puntos contra sus rivales divinos. El altruismo, pese a lo
que pueda parecer, no es la primera motivación). No es sorpren-
dente, puesto que la Edad Media todavía no ha llegado, que la
sociedad feérica no se base en el modelo feudal, y ello ayuda a
establecer el tono del juego. Estudia la religión y cultura locales,
su organización, sus panteones, y la forma en que los dioses
interactúan entre sí y con los mortales. Es un buen esquema previo
de cómo obran las hadas... retorciéndolo lo que tú desees.
Los changelings todavía son poco frecuentes, pero las le-
yendas del Mundo Antiguo nos cuentan que existieron. Desde
los relatos célticos de Cu Chulainn hasta el Heracles/Hércules
de griegos y romanos, pasando por Aquiles, la lata de sardinas
del mito está abarrotada de héroes que descienden de dioses y
humanos, ninfas y humanos, o peculiares y retorcidas combi-
naciones de genes. Usar estas leyendas te proporciona un tram-
polín para aventuras en el Mundo Antiguo. Un héroe descubre
de forma gradual su verdadera herencia, normalmente a través
de visiones, apariciones, o ataques en las esquinas de las calles
por parte de monstruosos enemigos. Antes de que se le permi-
ta acceder al dominio de los dioses (el Olimpo, Tir-na-Nog,
como quiera que lo llame la leyenda) para reunirse con sus
divinos padres, debe, a sabiendas o no, sufrir pruebas que
conllevan largas búsquedas, monstruos escamosos, una guerra
repentina, o un viajecito al Infierno. La travesía del héroe en
su forma más visceral, y la historia de changelings buscando
una manera de regresar a Arcadia... ¿qué más podrías querer
en una crónica? Respuestas por tarjeta postal a...
La belleza del Mundo Antiguo radica en que no necesitas
hacer de tu crónica una respetable serie de lecturas históricas
débilmente disfrazada de juego de rol. Los mitos griegos y ro-
manos son de por sí bastante bulliciosos, y te sientes inclinado
a ello, no lleva mucho trabajo representarlos para soltar unas
risas (los Monty Phyton lo demostraron con éxito en la Vida de
Brian, y Frankie Howard con la serie Up Pompeii. ¡No te rías por
lo bajo!) Hacia el final del período, la historia parece unirse al
juego y brindar otro filón: ¿el caballo consejero de Calígula era
en realidad un pooka apto para nada bueno? ¿Qué nocker ideó
el Caballo de Troya? ¿Se apiadó un eshu compasivo de Sherezade?
El tema de la búsqueda es significativo, pues se repite a
través de las culturas, y cobra mayor importancia para los
changelings. Las búsquedas son una manera de descubrir el
mundo, el yo, y una forma de que los changelings sean otra
vez aceptados en su perdido hogar. Los relatos grecorromanos
compensan y contrastan sus elementos cómicos con abun-
dantes porciones de tragedia... a veces en la misma historia.
Centrarse en una u otra lleva al juego hacia el patetismo o el
aburrimiento. Esfuérzate por incorporar muchos elementos
para redondear la experiencia de los jugadores. No tiene por
qué ser un proceso exacto y matemático; no necesitas contar
con una escena divertida por cada despliegue de intensa
angustia. Un tono debería predominar, con variaciones para
mantener a los jugadores despiertos y el interés alto (mantener
a éstos entusiasmados es una de esas antiquísimas tradiciones
que se remontan al alba del rol que el autor cree firmemente
es una Muy Buena Idea, junto con sobornar al Narrador y la
pizza gratis).
Capítulo cinco: Otros lugares, otros sueños
Una leyenda que combina búsqueda, comedia y tragedia
es la Odisea de Homero. Los diez años de andanzas de Odiseo/
Ulises podrían ser una búsqueda emprendida en el mismo En-
sueño, con poderosos magos y hechiceras, dioses, y mons-
truos (y en el tiempo durante el cual la historia tenga lugar). Y
las series de televisión Hércules: Los viajes legendarios, y Xena:
Princesa guerrera evocan los ideales de un juego de Changeling
en el Mundo Antiguo. Las dos ponen el énfasis en el colorido
y la excitación por encima de la puntillosa precisión histórica,
y ambas son divertidas a la vez que presentan oscuros
adversarios y acción rompehuesos.
La mitología y civilización chinas ofrecen una alternativa a
las fuentes occidentales. Aunque igual de plenas de violencia
y debilidades humanas, existe una cierta delicadeza en muchas
historias chinas. Dales a tus narraciones un carácter de pará-
bola o alegoría más obvio de lo normal para reflejar esta carac-
terística. Por otra parte, un sentido del arte y la espiritualidad
impregna la cultura china, incluso en aquellas regiones donde
podría esperarse que la Banalidad fuese elevada. La adminis-
tración pública (la burocracia fue una antigua innovación chi-
na) se hallaba indisolublemente ligada a las enseñanzas de
Confucio, e incluso las matemáticas y la astronomía eran con-
sideradas más como artes que como ciencias.
Tal vez el rasgo más importante de la leyenda china es la
fascinación por los dragones: los Au. A diferencia de los drago-
nes de occidente, los Au son tenidos por benévolos y extraordi-
nariamente poderosos. Un sabio comenta: “Ningún animal está
tan lleno de sabiduría como el dragón. Su poder de bendición
es verdadero. Puede ser menor que lo pequeño, mayor que lo
grande, superior a lo alto, e inferior a lo bajo”. Los dragones
gobernaban con frecuencia sus propios reinos y eran símbolos
de los emperadores mundanos de China; se aludía al rostro de
un emperador como “la faz del dragón”, a su trono como “el
asiento del dragón”, y a su atavío como “el vestido del dragón”.
En lugar de introducir a los dragones como un tipo complejo de
quimeras, resulta interesante ponerlos en acción como un linaje...
o por qué no, como varios linajes. Las fuentes históricas docu-
mentan varias clases de dragones, cada una con su propia área
de influencia o poder (algunos ejemplos son los dragones celes-
tiales, los de la tierra, y los que guardan tesoros ocultos), que
podrían fácilmente adaptarse dando lugar a sublinajes jugables.
Combinan tal elemento con la estructura emperador-corte del
gobierno mundano y el panteón chino puede originar algunas
narraciones muy interesantes.
La Edad Media
El mundo nunca había visto un imperio como Roma. Y
como siempre, su singularidad llevó a los que no podían aspi-
rar a la gloria de la grandeza a buscar consuelo en los rediles
de la envidia y el odio. Su brillante orden fue apagado por la
decadencia desde dentro y por los merodeadores bárbaros in-
vasores desde fuera, y la faz de Europa cambió para siempre.
Sólo vestigios de recuerdo permanecieron cuando la oscuridad
se abatía sobre el mundo. A medida que los vikingos vinieron
bajando desde el norte, y los magiares asolaron las estepas de
Asia, olas de violencia y destrucción batieron contra ella. La
tierra cultivable se dejó abandonada. Las rutas de comercio se
107
desvanecieron. El comercio regular desapareció casi por com-
pleto. Los campesinos quedaron ligados a la tierra por cadenas
de esfuerzo y necesidad, dependiendo del capricho de sus
aristocráticos amos para su protección y rudimentaria “justicia”.
Y una vez más, los monasterios se convirtieron en aisladas
avanzadas consagradas a la preservación y continuación del
conocimiento del pasado. Sólo en la Alta Edad Media, el mundo
comenzó a resurgir de las sombras y a ir tras un nuevo amane-
cer... un amanecer que será el Renacimiento.
El sistema feudal se hallaba para entonces firmemente
implantado, creando un mundo de reyes y sus acompañantes
nobles: barones, duques, caballeros y señores, todos luchando
por mejorar sus posiciones aumentando sus tierras y su poder.
Un sistema a gran escala de comercio regular fue restablecido.
Las primeras universidades se hallan asentadas en Italia, ofre-
ciendo títulos en medicina, leyes y teología. Los temas se orga-
nizan, estudian y debaten como nunca antes. Escritos que se
creían perdidos en el lúgubre horror de la Baja Edad Media
son triunfalmente recuperados de monasterios o tierras distantes
en las que habían sido puestos a salvo.
El mundo se ilumina con las llamas de las velas y la fe. Los
viejos dioses se han ido para siempre. Aunque los focos aisla-
dos de resistencia aparecen y se desvanecen como la nieve,
Roma se vuelve hacia la Cruz antes de su Caída, y el resto del
mundo hace otro tanto. El papado está en todas partes; la Igle-
sia es epónima, poderosa y mundana. Se trata de la máquina de
gobierno más sofisticada sobre el planeta, bien ejerciendo control
al tomar las riendas del gobierno local directamente, bien esgri-
miendo los sutiles cuchillos de la diplomacia en las cortes de los
reyes y la justicia. La Iglesia ya no es un apacible cordero aguar-
dando a ser recogido y llevado a su perdido Cielo, sino un león
de cruzada decidido a lograr tal Cielo sobre la Tierra devorando
a sus enemigos. Promete la recompensa más comúnmente creí-
da por el pueblo (un lugar de eterno descanso tras el agotador
trabajo de la existencia terrena), así como la única defensa con-
tra demonios y monstruos que envía el Diablo para mortificar y
tentar a la humanidad. Los demonios se hallan por doquier,
retorciendo los planes del hombre, o procurando la condenación
de su alma eterna. Te engañarán para que ardas en el fuego del
infierno durante toda la eternidad, o te darán caza y roerán la
carne de los huesos de tu cuerpo aún vivo.
Los demonios hacen que la vida sea difícil para los
changelings y las hadas, puesto que su conducta (así como su
misma naturaleza) los sitúa claramente dentro de la categoría de
“emisarios demoníacos de Satán”. Puede que seas un Luminoso
y no tengas nada que ver con la espantosa Caza Salvaje que los
Oscuros siguen llevando a cabo, o a lo mejor eres Kenny Clyff,
el lobo pooka, y sabes que tu asunto con la hija del leñador, su
abuela y aquella capa roja era sólo una broma inofensiva. Pero
el campesino medio no tiene la imaginación o el tiempo para
captar tan sutiles diferencias. Oh, no. ¿Hadas? Todo el mundo
sabe que están del lado de las fuerzas de la oscuridad.
¿Changelings? Substitutos de un bebé humano robado para pa-
gar el diezmo anual de las hadas al Infierno. El temeroso de
Dios no es ninguna tontería. Tú eres un demonio. Y los demonios
son malos. Las procesiones con antorchas y horcas son algo
malo. Ser arrojado sobre una llameante pira y asado es malo.
Ser atado a una piedra y lanzado al lago es malo. Malo.
108 Guía del Narrador
Al igual que los changelings, la Edad Media no es el
carbunco de oscuridad supurando entre el idilio del Mundo
Antiguo y los triunfos humanistas del Renacimiento; ni es la
edad del romance caballeroso y cortesano y los arrojados
caballeros que emprenden búsquedas, deslumbrados por el
brillo de su propia armadura. Hay algo de eso, pero nada
más. La bestia del reino de Terry Gilliam es una excelente
fuente para llegar a comprender el ambiente de la era; evoca
de forma maravillosa el toque exacto. Las ciudades son oscuras
y tristes, y solamente hablamos de arquitectura. Como revelan
los Cuentos de Canterbury de Chaucer, la gente de la Edad
Media goza de un saludable sentido del humor. La absurda
naturaleza de las supersticiones imperantes puede usarse para
reforzar cualquier toque cómico que desees emplear, mas
recuerda, resulta cómico sólo cuando se ve con ojos
modernos. Para aquellos que deben luchar contra brujas y
hechiceros, demonios y diablos, tales supersticiones son en
conjunto mortalmente serias. A fin de cuentas, se trata de la
Edad que engendró a la Inquisición.
Con sus cortes feudales, sus caballeros, reyes, dragones,
princesas, monjes devotos y clérigos corruptos, su sabiduría y la
sombra de su superstición, esta era de la historia es el punto
donde se sitúa la mayoría de las obras de fantasía moderna. Es
asimismo la fuente principal de la que Changeling toma su
inspiración. Si los jugadores y tú anheláis raciones de fantasía
(alta y baja), éste es un buen período en el que centrarse. Los
nobles troll se embarcan en búsquedas llenas de gloria y peli-
gro, los boggans se esfuerzan por proteger a los campesinos de
los excesos de sus nobles, los caballeros sidhe compiten por el
honor y la fama... y en los parajes salvajes, páramos y sombríos,
muy sombríos bosques lejos de la luz de las ciudades, acechan
las bestias legendarias que aguardan a convertirse en un recuer-
do. El campo de acción para la fantasía tradicional es extenso y
evidente... pero esto es Changeling, y va más allá.
¿Por qué habría que relegar a las “bestias de leyenda” al rol
de babosa y rugiente carne de cañón para héroes que quieran
ejercitar sus bien engrasadas espadas? Merecen una personali-
dad al menos, y no tiene por qué ser el viejo estereotipo que se
tambalea sin dientes bien pasada la edad de la jubilación. Deja
que los personajes traten de explicar que el dragón cobarde
sólo quiere hacer amigos con la gente (“¿Comerme una joven
doncella indefensa? ¡Pero si me desmayo sólo con oler la sangre!
Oh, me estoy mareando... ¡monstruos desalmados! ¡Oh, mi pobre
corazón!”), a una horda de campesinos decidida a hacerse con
su cabeza. O el unicornio que prefiere varones vírgenes. O un
grifo erudito con tendencia a escribir larguísimas y horribles
poesías, que resulta estar enamorado de la hija del abad. O...
Después de todo, monstruos y hadas están desaparecien-
do, y es posible que los changelings tengan más en común con
los así llamados “monstruos” que con cualquier pueblo mortal.
Emplea este elemento para crear una indefinible atmósfera de
tragedia anticipada, o de cosas que llegan a su fin, de pérdida
sin duelo... un ominoso presagio de desastres venideros. Muchos
creían en la Edad Media que estaban viviendo los tiempos del fin
bíblicos y que el Armagedón se hallaba sólo a algunos años en el
futuro. Esta creencia tiene un insidioso significado para las hadas;
al fin y al cabo, al término de la Edad Media, sufrieron una especie
de Armagedón cuando la Ruptura las sorprendió.
El Renacimiento
Fue... una nueva era.
—Londo Mollari, Babylon 5
Para las hadas, el Renacimiento es el principio del fin por-
que la Ruptura cayó como un rayo. Para la humanidad, se trata
de un renacer, aunque su origen se encuentre en la Edad Media.
Los sabios humanos se alejaron de los auspicios de la
Iglesia, pues ya no estaban conformes con el modelo cristiano
de la historia. Este modelo empezaba con la Creación, alcanzaba
luego un cenit con la encarnación terrena de Cristo, y concluía
con el abrasador fuego del Armagedón. Los historiadores adop-
taron una perspectiva que valoraba la literatura y los logros de
civilizaciones pasadas por sus méritos en lugar de su valor
ornamental o admonitorio para la tradición judeocristiana. Los
antiguos ya no eran tachados de bárbaros salvajes; eran admi-
rados como los prósperos pueblos de una desvanecida Edad
de Oro, a los que mostrar como ejemplos en la nueva era de
iluminación cuyo comienzo creían estar anunciando. La per-
fección y el entrenamiento del cuerpo se alentaba en un siste-
ma de educación “humanística” diseñado para producir seres
pensantes, maduros e inquisitivos, en vez de monjes serviles o
sumiso clero. Como institución, la Iglesia se interesó cada vez
más por asuntos seculares a la par que espiritualmente irrele-
vantes. Hombres instruidos y respetables argumentaron con
respecto a la posibilidad de que Dios fuese capaz de transfor-
marse a Sí mismo en una Esponja. Engreídos Papas encargaron
estatuas de sí mismos con monstruosos costos, pues estaban
Capítulo cinco: Otros lugares, otros sueños
decididos a asegurar una inmortalidad más terrenal. La co-
rrupción fue aceptada como estándar de facto.
En el arte y la ciencia, la política y la guerra, el cambio es
algo latente. Donatello y da Vinci, Rafael y Miguel Ángel crea-
ron obras de perdurable belleza. Copérnico y Kepler, entre
otros, dieron saltos en astronomía y matemática que sacudie-
ron la concepción del universo de la humanidad... saltos a los
que se unió Galileo con los principios de la física moderna. La
invención de la imprenta acercó el saber a las masas y permitió
la producción en serie de textos. Por primera vez, los eruditos
disponían de copias idénticas de textos sobre las que trabajar,
debatir, argumentar y colaborar, haciendo posible que el co-
nocimiento fuese codificado y correlacionado como nunca an-
teriormente. Maquiavelo publicó sus complejas teorías sobre
liderazgo y política; la intriga entre estados tomó forma a me-
dida que éstos establecieron embajadas en tierras extranjeras,
que se extendieron por toda Europa hasta Inglaterra. La socie-
dad rural vio reducida su influencia en tanto el estilo de vida
urbano florecía. Mercaderes y comerciantes cobraron gran im-
portancia. En las guerras de expansión territorial que podían
ser financiadas entonces, el ejército de caballería apoyada por
arqueros fue reemplazado por hordas de soldados de a pie
con picas y armas de fuego portátiles. Éstos se hallaban debi-
damente reforzados por artillería pesada para ocuparse de las
fortificaciones y tropas enemigas.
Tiempos interesantes, sin duda. La Ruptura se ha llevado a la
nobleza sidhe y a las verdaderas hadas de la órbita del mundo.
Para aquellos que eligieron quedarse atrás, y para los atrapados
109
cuando las puertas de Arcadia se cerraron, la Senda del Changeling
era la única forma de sobrevivir. Se trataba de una concesión a la
Banalidad. Apenas si eran capaces de recordar su tierra natal y
sus auténticos seres, y se vieron privados de su sociedad y de la
clase dominante que la mantenía... aquellos rezagados y exiliados
se esforzaron para adaptarse a un mundo más nuevo, orgulloso y
frío, que ya no parecía tener sitio para ellos.
Esta lucha por sobrevivir (una defensa contra la oleada
de Banalidad y una estructura sobre la que basar sus vidas)
es la premisa básica para una crónica que tenga lugar en el
Renacimiento y la Reforma. Durante el tiempo anterior y
posterior a la partida de los sidhe, la lucha día a día por
seguir existiendo (y la desaparición de la nobleza) hace que
los juegos cortesanos sean difíciles. En su lugar, piensa en lo
que significa la nueva situación para los changelings; ¿ve un
personaje el nuevo mundo como el catastrófico final de su
antigua sociedad, o como un glorioso soplo de libertad y
una oportunidad de establecer algo más justo y mejor? ¿O
algo más a su gusto? Pueden darse intrigas de distintas clases
cuando los plebeyos se agrupan en las primeras cuadrillas
en busca de protección y compañía. ¿Hasta qué punto pueden
confiar los unos en los otros? ¿En la cuadrilla vecina? ¿En el
harapiento forastero que deambula por sus tierras? ¿En sí
mismos? Si sitúas el juego hacia el final de este período, o en
una corte de plebeyos que imite las maneras de los sidhe, las
incipientes intrigas de las ciudades estado pueden ofrecer un
nuevo giro... ¿un James Bond del Renacimiento, alguien se
anima?
Procurarse Glamour en el mundo empobrecido en
encantamientos podría ser un interesante punto de partida
para una crónica, asimismo. Al fin y al cabo, algunos de los
artistas e inventores más geniales prosperaron durante esta
edad. Y no tengas miedo de dejar que los personajes se los
encuentren e interactúen con ellos, e incluso los inspiren.
Una rara y sobrenatural belleza, que sólo podría venir de
aquellos que han tocado el corazón del Ensueño, impregna
las obras de arte del Renacimiento. La profusión de
dispositivos mecánicos, su refinamiento y sofisticación (su
artesanía) constituye un placer y un consuelo para los nockers
(¿de dónde si no podría proceder tan insólito perfeccionismo?).
Su aplicación en el campo de batalla es algo a lo que los
trolls deben aprender a adaptarse. Por desgracia para los
pooka, el humor se volvió más sofisticado a medida que el
ingenio se agudizó hasta ser una forma de arte. Sigue habiendo
Glamour en el mundo para el Estrago o el Éxtasis; pero su
naturaleza es diferente, y los changelings a su vez han de
volverse diferentes.
El Renacimiento fomentó la creencia en que la humanidad
manda sobre la naturaleza. Condenó la magia y condujo a la
ciencia y tecnología modernas, y dejó como legado las más
maravillosas obras de arte que el mundo conocerá nunca.
Estas obras sugieren en verdad que la humanidad podría
aspirar y lograr, con la inspiración del Ensueño, a mostrar lo
que yace más allá de los confines de lo mundano. Una crónica
del Renacimiento puede asimismo inspirar a los jugadores y
ofrecer la esperanza de que una antorcha de Glamour arderá
siempre, sin importar cuánto brille.
110 Guía del Narrador
El Caribe
¡Aahr, mis marineros! ¡Que tiemblen las cuadernas, Jim
muchacho! ¡Quince hombres sobre el ojo del muerto (yujujú,
y un pastel de cerdo pasado)! ¡Tesoros enterrados! ¡Patas de
palo! ¡Garfios y machetes! ¡Loros y cocodrilos! ¡Ron, pecado
nefando, y latigazos! ¡La risa socarrona de la calavera del
pabellón negro deseándote un afectuoso adiós mientras das el
último paso fuera de la plancha!
¿Un extracto de la obra de Navidad de Grungington-On-
Sea? bueno, casi. ¿En una palabra?
Piratas.
Ha habido piratas a lo largo de toda la historia, donde quiera
que haya habido un mar y un par de tablas que asegurar con
clavos. En el Mundo Antiguo, los piratas parecían ir de la mano
del comercio (griegos y romanos en ningún caso se oponían a
un poquito de piratería en medio de sus averiguaciones sobre el
cuadrado de la hipotenusa de los triángulos, o de sus solos de
violín en ciudades ardiendo). En la Edad Media, el mundo era
un auténtico sándwich pirata a medida que los moros fueron
viniendo del sur y los vikingos llegaron asolando desde el norte.
La Edad de Oro de la piratería, no obstante, es la que proporciona
material para excitantes crónicas. Pero puede que nos estemos
adelantando. Podrías pensar que todos los piratas son muy
similares (gente simple, sedienta de sangre con gusto por los
tesoros enterrados y por evitar las marcas de los cocodrilos),
pero son mucho más variados, y si quieres dirigir un juego sin
jugadores que se mofen de tu poco convincente investigación,
deberías conocerlos.
La piratería en sí es definida por el Big Book of Naughty
Things To Do de Groutfizzle como “todo latrocinio o acción
violenta que persigue fines o ganancias personales sin sanción
por parte de un organismo público o de gobierno, cometido
en los mares o en el aire fuera de la jurisdicción convencional
de un estado”. La conclusión que sacamos de este extracto es
que la genuina piratería es un asunto egoísta (“...persigue ga-
nancias personales...”), así que el motín, la revolución y otras
cuestiones políticas no tienen nada que ver con el pirata me-
dio. El pirata típico es demasiado sensato para verse envuelto
en tal clase de cosas. Los gobiernos, organismos tradicional-
mente poco dados a desarrollar este tipo de empresa
librepensadora entre los ciudadanos, disuaden de su práctica
interpretando que la definición de piratería significa que un
pirata se encuentra “fuera” del sistema legal de un único país...
y por lo tanto, cualquier país puede aprehender a la nave
culpable, juzgar a la tripulación, y hacerles lo que suela hacer
a la gente que no le gusta demasiado.
Igual sucede con el crimen. ¿Qué hay de los asesinos,
corsarios, los bravos bucaneros, los proverbiales piratas? Cada
uno de esos términos describe con precisión las motivaciones
y circunstancias de la implicación de un individuo con un rei-
no. “Pirata” era una palabra comodín que comprendía a todos
aquellos que navegaban bajo el símbolo de la calavera, el pa-
bellón negro, y para muchos gobiernos, no había ninguna di-
ferencia entre piratas, bucaneros o corsarios. Muchos piratas
eran en realidad miembros de tripulaciones desbandadas de
navíos de las guerras que marcaron los últimos años del Rena-
cimiento. No dispuestos a tolerar la crueldad por la que los
barcos oficiales eran conocidos, compraron (o robaron) barcos
y partieron para abrir su propio camino en el mundo.
Los corsarios eran piratas con licencia. No siendo verda-
deros piratas, los corsarios a menudo pasaban de pirata a cor-
sario, y viceversa, según les diera (o salvara sus pellejos). Los
gobiernos y las grandes organizaciones privadas alquilaban a
la tripulación para llevar a cabo un encargo particular, tal como
conseguir esclavos o algún artículo raro y exótico. A veces se
contrataba a los corsarios en tiempo de guerra como poco
menos que mercenarios, gozando de la protección del estado
a cambio de saquear a sus enemigos... y de una parte del
botín. Los corsarios recibían las instrucciones en forma de una
Carta de Marca lo bastante vaga como para que la tripulación
no pudiera interpretarla resueltamente. En consecuencia, los
corsarios podían emprender acciones que tenían escasa relación
con las instrucciones del encargo. En muchos casos, los
corsarios desoían la Marca y hacían lo que querían, o salían
con ingeniosas interpretaciones que consistían en cortar en
pedazos a cualquiera con sólo que mirase mal al barco. Por
supuesto, esta vaguedad y holgura de interpretación favorecían
los intereses de todos los implicados, puesto que la organización
responsable de emitir la Marca podía negar cualquier relación
con todo aquello de lo que los piratas fuesen responsables (de
forma muy similar a los gobiernos de hoy). En otro extraño
paralelismo con la práctica política moderna, los corsarios eran
Capítulo cinco: Otros lugares, otros sueños
apresados y ejecutados si al país le resultaba políticamente
conveniente encargarse de ellos.
Estos cambios de lealtad pueden ser explotados en cróni-
cas que se centren en los viajes de un barco y su tripulación de
corsarios. Puede que los personajes alternen sus lealtades traba-
jando ahora para una corte y luego para otra, o apoyando a un
barón y después a otro. La situación política puede ser pasada
por alto a medida que los personajes se concentran en hacerse
ricos y en pasarlo bien mientras lo son... hasta que ya no son
útiles y hay que encargarse de ellos por el bien de todos. Tales
situaciones resaltan como irónicas alegorías del proceso demo-
crático moderno. Estas crónicas pueden ir desde simples y di-
vertidas aventuras de capa y espada, hasta las complejas alianzas
y contraalianzas basadas en interpretaciones de la Marca.
Volvemos a nuestro análisis de la multiplicidad de piratas.
La palabra bucanero es una alteración del término francés que
significa “los que cazan cerdos salvajes”. No se trataba de un
pintoresco insulto a las víctimas de los piratas, sino de una
referencia a sus orígenes como colonos del Caribe que caza-
ban, comerciaban con, y de cuando en cuando comían, jaba-
líes. Se trataba de los aventureros que se hartaron de la
previsibilidad de su dieta (no hay demasiadas formas de disi-
mular el hecho de que estás comiendo cerdo por octingentési-
mosexagésimotercera vez) y pasaron de cazar jabalíes a cazar
barcos españoles y (más valioso todavía) oro español. Así que
111
 “bucanero” es un término geográficamente más preciso que
las otras expresiones.
A menudo se confunde a corsarios y bucaneros; éstos
últimos podían convertirse en corsarios por un tiempo, según
su antojo y las circunstancias, y volver a ser bucaneros de
nuevo. Y en todo caso, si resultas capturado, los argumentos
semánticos no van a impedir que un magistrado te separe la
cabeza del cuello.
A finales del siglo XVII, España e Inglaterra se dedicaron
a librar una enconada guerra. Inglaterra era conocida en par-
ticular por emplear corsarios que navegaban “a cuenta” con-
tra sus enemigos. La mayoría de los bucaneros no albergaban
ningún afecto hacia los españoles, por lo que no les importa-
ba alistarse con el rey Carlos... a fin de cuentas, ello daba un
fino barniz de legitimidad a los ruines actos que llevaban a
cabo. Y si las cosas se volvían demasiado feas, podían obte-
ner alguna protección (o refugio, al menos) de los ingleses.
Podía vivirse más que cómodamente de esta manera. El cen-
tro de operaciones era Port Royal, en Jamaica; era una pobla-
ción lo bastante afortunada para encontrarse en el lugar pre-
ciso en el momento adecuado. Jamaica era un solitario bas-
tión de la colonización inglesa en medio de una multitud
hostil de territorios españoles. Port Royal fue un bueno y
seguro puerto en mitad de las rutas comerciales entre España
y Panamá, convirtiéndose en el lugar ideal de donde zarpa-
ban las bandas de piratas en sus incursiones (y lleno de fies-
tas salvajes y empapadas de alcohol).
Port Royal pronto atrajo algo más que bucaneros y aspiran-
tes a corsarios. No pasó mucho tiempo antes de que almas
emprendedoras se trasladaran allí, ofreciendo una gama de “ser-
vicios” que ayudaban a un pirata recién enriquecido a ser pobre
otra vez. Al pirata le gusta gastar su dinero. ¡Hay ron que beber,
muchachos! ¡Grog con el que emborracharse, apuestas que hacer,
y banquetes y putas en abundancia! Y cuando un bucanero se
encuentra con que todo el oro ha desaparecido y sigue habiendo
ron que beber... se enrola en la tripulación de otro corsario y
parte a asaltar el Mar de las Antillas.
Port Royal es un telón de fondo fantástico para una cróni-
ca. Ofrece una galería de (más o menos) históricamente verídi-
cos granujas para bromear con los personajes de los jugadores
entre incursiones. Tiene un vigor, colorido y libertad especia-
les. Después de que el capitán Morgan fuese ahorcado en
Gallow´s Point y la aprovechada “aristocracia” de los dueños
de plantaciones convirtiera la población en una más ajustada a
su imaginado estatus de gente refinada y civilizada, Port Royal
llegó a su culmen. Había una taberna que servía grog y provi-
siones por cada diez almas día y noche. Las damas de la noche
proporcionaban seguro solaz a los espíritus solitarios, y la Iglesia
se negó a implicarse a sí misma en nada. Crear o unirse a una
cuadrilla de “contramaestres de muralla” no era ningún
problema, como tampoco la política... aunque dado el tempe-
ramento bucanero, ésta última consistía en rivalidades,
fanfarronadas, concursos de bebedores (e incursores), apues-
tas, y toscos embustes, en vez de intrigas maquiavélicas cuida-
dosamente urdidas. Había poco del sexismo conservador que
se hallaba por todas partes; las mujeres no eran tratadas como
artículos u objetos porque muchos bucaneros eran mujeres (si
bien algunas elegían vestirse como hombres, o adoptar disfra-

112 Guía del Narrador

ces masculinos). Las había que eran muy célebres por estar
más sedientas de sangre que sus homólogos varones. Los ca-
pitanes piratas imponían incluso reglas relativas a su correcto
tratamiento: “Siempre que os encontréis con una Mujer pru-
dente, aquel Hombre que trate de tocarla sin su Consentimien-
to, será castigado con la Muerte”.
El folklore pirata es una mezcla de superstición marítima
e historias clásicas de fantasmas a la que se añaden las prác-
ticas de vudú de la población nativa. Las cuadernas de los
barcos de los jugadores se estremecen ante los piratas fantas-
mas, reinas vudú, y tripulaciones de no muertos españoles
que no tienen la decencia de quedarse en el fondo del mar.
Aunque no existe evidencia histórica de que los piratas prac-
ticasen el vudú, manifestaban un saludable respeto por las
supersticiones nativas, aun cuando no estuviesen ansiosos
por admitirlo. No hace falta demasiada imaginación para crear
piratas que hagan vudú de los que la historia no habla. Esta
adaptación de la cultura nativa supone un soplo de aire fres-
co sobre el villano ordinario, y es un interesante análisis acerca
de la naturaleza changeling.
Un bajel pirata constituye el hogar, refugio e instrumento
de trabajo (y para algunos, una especie de cónyuge, solitario
en alta mar). Para que todo siga siendo nuevo y animado,
trata de basar las partidas en las travesías de una tripulación;
tal vez regresan a veces a una corte asentada en tierra como
Port Royal en busca de suministros, juerga, o una o dos re-
compensas. Quizás el navío cuenta con una Hoguera y se
convierte en una cuadrilla flotante. Contrariamente a lo que
la Isla del tesoro y similares afirman al respecto, los barcos
piratas eran dirigidos de forma parecida a un círculo de jura-
mento moderno: hay una serie de protocolos, los Artículos
de Piratería, que son acatados por todos los integrantes de la
tripulación, desde el capitán hasta el grumete. No se trata de
mandamientos tallados en piedra, pero son redactados y fir-
mados por aquélla igual que un contrato. Los Artículos tienen
que ver con los asuntos que conciernen a los piratas: división
del botín, responsabilidades de la tripulación y castigos por
la violación de los mismos.
Un barco tiene puestos de responsabilidad, aunque no
equivalen de forma automática a posiciones de poder. Los
piratas no son célebres por su entusiasmo por la autoridad
(el cruel régimen a bordo de las naves oficiales de la marina
era conocido por conducir a hombres honrados a la piratería)
y por ello el poder se dividía entre varios individuos para
asegurar un trato justo y reducir al mínimo la corrupción. Si
quieres incluir algo de pseudopolítica o juegos de poder sin
involucrarte demasiado en el sistema de la corte ni verte en-
vuelto en intrigas, emplea estas áreas de autoridad. Los dos
principales puestos de responsabilidad en un navío, capitán
y contramaestre, solían ser elegidos por la tripulación basán-
dose en su valoración de lo bien que el candidato
desempeñaría el cargo. El capitán era el estratega y
comandante en la batalla, y para mantener su puesto, tenía
que ser consecuentemente habilidoso, bravo, y talentoso a la
hora de embolsar el botín. El capitán era la autoridad absoluta
e incuestionable sólo durante la lucha; las decisiones
cotidianas relativas a dirigir el barco eran responsabilidad de
otros (el contramaestre o aparejador), o sometidas a votación.
Capítulo cinco: Otros lugares, otros sueños
La navegación, elección del momento y lugar de las
incursiones eran de tal forma una decisión conjunta de toda
la tripulación, pero se esperaba del capitán que propusiera la
mayoría de éstas, y que detallase su planificación y ejecución.
Si las incursiones no tenían éxito de forma repetida, el capitán
era rechazado mediante votación y arrojado fuera de la nave
o rebajado al estatus de un miembro cualquiera de la
tripulación.
Las principales preocupaciones del contramaestre eran los
suministros y su distribución. Repartía las raciones, municio-
nes, y pólvora; distribuía el botín y administraba castigos cuando
era necesario. Dirigía los grupos de abordaje, y decidía qué
valía la pena tomar de los bajeles saqueados, y era responsable
(bajo supervisión de la tripulación) del almacenamiento del
botín y de repartir los beneficios (en los términos dictados en
los Artículos). Curiosamente, el contramaestre era el único
miembro de la tripulación autorizado para impartir castigos. El
capitán podía ordenar la imposición de un escarmiento (orden
que podía ser sometida a votación), pero si el contramaestre
vetaba la orden, no había nada que hacer. Los castigos debían
de esa manera ser respaldados por al menos dos miembros de
la tripulación, lo cual tenía bien poco que ver con el arbitrario
antojo de los capitanes de navíos oficiales de la época.
Los castigos habitualmente infligidos sobre los vagos in-
cluían el abandono en una isla desierta, lo cual no se parece
demasiado a las imágenes evocadas por la literatura; los piratas
no eran dejados en grandes islas con muchas provisiones, sino
llevados a diminutas franjas de tierra. Se los dejaba con una
cantimplora de agua, una pistola y una bala... por si quisieran
dar fin de forma rápida a su tormento. La Ley de Moisés (cua-
renta latigazos), ser pasado por debajo de la quilla, y la muerte
eran otros brutales castigos exclusivos de la marina.
Puestos inferiores, aunque importantes, eran el maestro
carpintero, quien era responsable de la integridad de la estruc-
tura del barco; el artillero, que se ocupaba del mantenimiento
de los cañones y las armas; y el aparejador, cuyos deberes
consistían en ocuparse de los salvavidas, supervisar las velas y
aparejar las banderas.
Como recursos fundamentales para juegos que tengan lu-
gar en este período encontramos a Peter Pan, claro está, y la
serie Monkey Island de juegos de ordenador, que resultan in-
teligentes, hermosamente atmosféricos, y escandalosamente di-
vertidos. Todo aquello que cuente con estas cualidades mere-
ce atención inmediata.
Época victoriana
Hay algo curioso en el mundo justamente posterior a la
invención de la fotografía: fue reconstruido, en blanco y negro,
para vivir siempre. No se trataba de un claroscuro ético o
moral, sino de uno cromático, y los colores brillaban aún con
más fuerza debido a ello. Los negros son más negros, y los
blancos más blancos. Tras el regio visto bueno de la reina
Victoria a la nueva tecnología, la fotografía se puso enseguida
de moda, y ha sobrevivido una panoplia de imágenes para
retratar su mundo y su imperio. La época victoriana es una
época mágica. La vemos, su pueblo, sus locuras y triunfos
preservados en un monocromo recuerdo. Es el primer
113
fragmento de historia que nos resulta familiar, aunque
también extraño, como algo distante por el abismo de
los años.
Una crónica situada en esta edad puede aprovechar su
riqueza de imágenes y de historia documentada (por no
mencionar las novelas de aquel entonces). Ello permite que
los jugadores hallen algo familiar para hacerles entrar en
sus personajes y en el juego, en tanto que la distancia en el
tiempo proporciona un electrizante toque de misterio y
romance. Como el coloreado a mano de una fotografía en
blanco y negro, los changelings aportan colorido al gris
que inunda nuestra era moderna.
El concepto popular de los tiempos victorianos consiste
en civilización, urbanidad y modales, comedimiento y refina-
miento. No obstante, esta interpretación constituye una sola
faceta de una época mucho más complicada y desapacible.
Los políticos modernos a menudo hablan de un retorno a los
“valores victorianos” como si fueran algún talismán mágico
de civilizada seguridad y moralidad. Mas rasca el barniz de
civilización y aparece la suciedad. Bajo la superficie, la
prostitución y pornografía proliferaban. La prostitución infantil
era algo común, y los mismos hombres que la condenaban en
público recurrían a ella regularmente. Los índices de
criminalidad y asesinato eran altos, y la policía optaba a veces
por no hacer averiguaciones en las zonas pobres de clase
baja, a no ser que, como los crímenes de Whitechapel (el
infame caso del Destripador), fuesen “expuestos” en la prensa
popular. La aparente devoción ocultaba a una Iglesia que de
nuevo se preocupaba más de asuntos seculares, mientras que
la práctica pseudorreligiosa del espiritismo florecía,
convenciendo a muchos (incluidas varias personas célebres)
de que los muertos estaban en contacto con los vivos.
En medio de esta hipocresía social, las diferencias entre
ricos y pobres se hicieron más marcadas. Las barreras entre
ambos grupos se hicieron más altas también. A medida que
aumentó la industrialización, las condiciones para los traba-
jadores empeoraron de mala manera. La enfermedad y la
muerte reinaban, ante la suprema indiferencia de los
gobernantes y las clases políticas; los trabajadores eran un
recurso que explotar como cualquier otro (algunos sostenían
que la clase baja ni siquiera era humana). ¿Dónde está
entonces el lugar para los changelings?
Había quienes soñaban que las cosas podían ser mejores.
Edwin Chadwick y John Fielden, propietarios de fábrica y
empresarios, buscaron mejorar las condiciones de sus traba-
jadores. ¿Qué los inspiró? ¿Qué hizo que prestasen atención
a las súplicas de sus empleados? Tal vez tu crónica pueda
responder a estas preguntas, a medida que tus personajes
vayan siendo conscientes de su naturaleza en medio de la
dureza de la vida laboral y las almas oprimidas (al igual que
sus esperanzas y aspiraciones) en torno a ellos. Las crónicas
pueden analizar las barreras de clases y la sociedad que las
originó. Pueden buscar un interés común, y formas de
conseguirlo, dejando que los personajes escapen de su
entorno inicial para dar con aquellos a los que inspirar para
que empiece el proceso de mejora.
Las nuevas imprentas a vapor ayudaron a que la literatura
y los periódicos baratos lograsen una difusión generalizada,
114 Guía del Narrador
y reporteros y novelistas aprovecharon su audiencia para
forzar al reconocimiento de los aprietos de la clase baja, o
para exponer la escandalosa conducta de la clase superior.
Escritores populares, como Dickens, recorrieron el país para
leer sus novelas ante agolpadas audiencias.
Una posibilidad relacionada, pero en un tono más ligero,
es hacer que los personajes sean actores ambulantes de tea-
tro de variedades. Tales espectáculos eran muy populares en
el siglo XIX, así como una evasión necesaria, aunque en un
principio fueron considerados indignos de la atención de la
sociedad “seria”, y los reformadores de la moral hicieron co-
mentarios sobre su excesiva e inmoral “promoción de la em-
briaguez, obscenidad, y sensualidad”. Este “comentario” no
hizo en absoluto que el público disminuyera; probablemente
todo lo contrario.
Los intereses comerciales con el tiempo llevaron a los
artistas de los suburbios a los barrios y las salas se hicieron
mayores en el proceso. Las actuaciones iban desde músicos,
magos, cantantes y comediantes (la variedad de pista dio
lugar a la comedia de caricatos), hasta acróbatas, médium,
y peleas simuladas. Los jugadores pueden contar con círculos
de juramento o cuadrillas de gira que constituyan su séquito;
la política puede salir a colación de las intrigas entre los
espectáculos “intelectuales” y los “populistas”, así como entre
los artistas y el personal de camerinos. Elaborar los detalles
de la(s) actuación(es) es sin duda alguna una necesidad
para el juego... ninguna otra cosa da mayor forma e impulsa
más a la caracterización, entusiasmo e investigación previos
al mismo. ¿Y cómo reacciona la prensa y el público ante
actuaciones que son literalmente mágicas? ¿Dejan los
changelings un legado de esperanza detrás, o se burlan de
forma cruel de los oprimidos haciéndoles entrever un
destello de algo maravilloso que nunca volverán a ver?
Las crónicas situadas en otros lugares fuera de Europa
(y en especial de Gran Bretaña) pueden destacar la invete-
rada arrogancia de sus naciones. Algunas creen firmemente
en la Responsabilidad del Hombre Blanco: en que Dios les
ha encargado la tarea de buscar nuevos territorios y cultu-
ras, imponer su influencia civilizadora, y de algún modo
salvarlas de sí mismas.
En África y en el Nuevo Mundo, no se trató tanto de
choque de culturas como de aniquilación de las mismas.
Podría hacerse que una crónica contemplara la destrucción
de la tradición indígena desde la perspectiva de los
changelings nativos (investigar las razones del rencor de
los Nunnehi hacia sus primos occidentales es el ejemplo
más obvio). Si quieres exponer tu punto de vista de forma
más visceral, los personajes podrían ser agentes de los
gobiernos “civilizadores”, destruyendo en la vehemente
creencia de que están haciendo el bien. Esto provoca que
los jugadores piensen sobre cómo y por qué afecta la
Banalidad a sus personajes.
Tarjetas postales y teatro de variedades, sorbetes y ase-
sinatos en serie, agua mineral y modales, pescado con patatas
fritas y cólera, tazas de té y prostitución infantil, alumbrado
de gas y pornografía... éstos son los ingredientes de la era
victoriana. ¿Qué harás tú con ellos?
El Resurgimiento
Recuerdo los 70 sobre todo por tres cosas: falta de gusto,
falta de gusto, y falta de gusto.
—Tony Bennett
Un pequeño paso para el hombre, un paso gigante para la
humanidad... y una enorme avalancha para las hadas. Una ola
de Glamour barre el mundo como nunca se ha visto antes o
desde entonces, y las murallas de Arcadia se desmoronaron. Y
con ellas, llegaron los sidhe. La nobleza, de regreso otra vez,
está lista a reclamar sus viejos títulos y su poder. No importa
que la mayoría de ellos sean infames exiliados, que hayan des-
aparecido durante siglos, ni que el mundo haya seguido adelan-
te... ¿no? Son la esencia del liderazgo, la personificación de reyes
y emperatrices. Fueron hechos de nuestros sueños para reinar
sobre nosotros. ¿Quién no estaría ansioso de recuperar su legítimo
lugar de rodillas en tierra, de nuevo bajo su amable yugo?
Los jugadores pueden responder a estas preguntas en una
crónica del Resurgimiento. Pese al gusto por los pantalones de
campana y las patillas, es un tiempo terrorífico y excitante lo
mires como lo mires. Al principio, decide en qué parte del
Resurgimiento quieres concentrarte (a no ser que tu ambición
supere con mucho a tu sentido común y pretendas abordarlo
todo). ¿Estás interesado en el retorno de los sidhe? ¿En las conse-
cuencias de la Noche de los Cuchillos de Hierro? Los personajes
han de decidir qué debería hacerse a la luz de tan catastrófica
traición. ¿La guerra con sus muchas batallas? Tal vez los personajes
sean líderes de la guardia de una ciudad y adopten decisiones
tácticas que afecten al curso de toda la guerra. ¿O son sólo soldados
de a pie... changelings corrientes cogidos en medio de las
ideologías beligerantes que causan estragos en sus vidas? ¿Las
traiciones y negociaciones de victoria y rendición? Los términos
de un armisticio dan forma a los años que siguen, determinando
el éxito o fracaso de la paz que se propone conseguir; sabiduría
y comprensión, e incluso compasión hacia el enemigo, son
necesarias. ¿El descubrimiento del Rey Supremo David, o de su
crianza y refugio? Si los personajes se hallan entre sus guardianes,
deben hacer gala de astucia y coraje para asegurarse de que
sobreviva para cumplir con su destino. Deben evitar que sea
descubierto. ¿La inestabilidad que siguió a su coronación? Cada
uno de estos temas requiere un enfoque distinto (el resultado de
la guerra es claramente diferente del prólogo y la duración). No
obstante, el elemento común que los une es la idea del pasado
imponiéndose sobre el presente; ello denota una renuencia a
dejarse llevar y aceptar la inevitabilidad del cambio.
De las dos sendas más despejadas, una es interpretar a
plebeyos, o pseudonobleza, reaccionando ante el restaurado
Glamour y el retorno de los sidhe; la otra es interpretar a los
mismos exiliados nobles. Como plebeyos, los personajes se han
adaptado a las exigencias de la edad moderna y están familiarizados
con el mundo. Los sidhe son materia de leyenda, incluso entre
los changelings, y han regresado esta vez para plantar cara al
mundo. Los sidhe reclaman que éste esté conforme a sus propios
y arcaicos recuerdos. Las crónicas pueden analizar su impacto
sobre una sociedad (¿cómo reaccionaría el gobierno británico si
el rey Arturo apareciese llamando a las puertas del Parlamento,
blandiese Excalibur y reclamase un liderazgo indiscutido?)
Capítulo cinco: Otros lugares, otros sueños
Deja que los jugadores demuestren lo que significa la his-
toria y la tradición para sus personajes. ¿Son los sidhe precur-
sores de un Renacimiento feérico, o salvadores de la Banalidad
y el equivocado dominio de la plebe, o se trata de los tiránicos
restos de un sistema muerto hace largo tiempo? Sea cual sea la
forma de ver las cosas que adopten los personajes, tendrán
que ocuparse de sus consecuencias... quizá actuando como
mediadores entre los sidhe y la Estirpe moderna, explicando a
los primeros la nueva edad y subrayando las diferencias en
cuanto a actitud, atmósfera, tecnología y terreno. Al mismo
tiempo, pueden instar a sus pares a aceptarlos o rebelarse. El
juego se convertirá en una escena de tenso equilibrio, delicada
negociación y muy reñido compromiso, acentuada por el trá-
gico conocimiento de que no sirve para nada y la Noche de los
Cuchillos de Hierro va a suceder.
El otro lado de la proverbial moneda consiste en contem-
plar la situación desde la perspectiva de los sidhe. Para ellos el
mundo es intolerablemente extraño y cruel. El conocimiento
de su pérdida y su exilio es un dolor que los espolea a cometer
actos de orgullo y desesperación en un intento de encontrar o
construir algo familiar que los reconforte. Todo lo que hacen
para recuperar su posición es perfectamente justificable para
ellos... se trata, al fin y al cabo, de una parte integral de su ser.
Dejando a un lado el tipo de historias que podrías dirigir,
¿qué estado de ánimo y qué sentimiento habría de intentar
evocar una crónica del Resurgimiento? Lo imposible se ha tor-
nado espectacularmente posible. Un hombre ha caminado so-
bre la luna. Las estrellas y los misterios del espacio parecen al
alcance de la humanidad. La gente mira con ilusión hacia el
futuro, con la esperanza de prosperidad en lugar de una distopía
de desolación. Sin embargo, debido a su herencia humana, los
changelings pueden compartir tal anticipada ansiedad (e in-
cluso aprovechar el Glamour surgido de ella), pero también
deben encargarse de una imposibilidad que se ha convertido
en real. En lugar de encontrarse con una promesa de
renovación, contienden contra algo que busca encerrarlos en
el estasis de la antigüedad y reducirlos a menos de lo que
eran. Una vez más, la Estirpe se halla atrapada entre dos
mundos, dos posibilidades, e incapaz de tomar parte
plenamente de ninguna. Las historias podrían entonces tratar
de reflejar los sentimientos que esta restricción produce... el
punto medio entre la esperanza y la frustración.
Se trata de una lucha contra la belleza desviada del buen
camino y contra un pasado que no se dejará convertir en re-
cuerdo. Tal vez el Resurgimiento y sus consecuencias son un
nexo temporal, sentando las bases del ambiente gótico-punk.
Después de todo, algo ha de ir mal entre el Entonces y el
Ahora. Los sueños se vuelven amargos, el corazón se endure-
ce. ¿Es culpa de los sidhe? ¿De los plebeyos? ¿O de los
changelings en conjunto, a medida que se alejan de la inspira-
ción para librar una guerra y dejar que la Banalidad destroce
los sueños de la humanidad? La guerra puede ser excitante y
llena de gloriosas batallas e incursiones. El resultado puede
ser desconcertante y pleno de negociaciones secretas y terribles
traiciones. Mas ninguna guerra ha traído nunca una paz per-
fecta (o duradera), ni pasa sin dejar cicatrices.
Y las cicatrices tardan mucho tiempo en curarse.
115
116 Guía del Narrador
 Capítulo seis:
Observaciones
prácticas
Danza aquí sobre la playa;
¿habría de serte desvelo
el fragor de viento y agua?
Y suelta tu cabello
que la sal perla;
Siendo joven no has hallado
el triunfo del necio, ni siquiera
el amor perdido nada más ganarlo,
ni todas las gavillas por atar
del labriego muerto
¿Qué has de cuidar
al monstruoso llanto del viento?
—W.B. Yeats “To a Child Dancing in the Wind”

Cuando chocan hace cosas que te llevan a dar un respingo, quejarte o vocife-

los Narradores
por Nancy Schultz-Yetter
¡Por fin, otra persona va a dirigir un juego de Changeling
Changeling!
Una oportunidad para relajarse y jugar en lugar del dolor de
cabeza de lidiar con tramas, personajes del Narrador, y ocu-
parse de todos los conflictos de jugadores y personajes. Suena
a agradable vacación; así que creas un personaje, empleas algún
tiempo en su trasfondo, y se lo entregas al Narrador. Las pri-
meras sesiones van BIEN antes de que algunos problemas me-
nores aparezcan. Entonces el Narrador hace algo que te mueve
a exclamar: “¡No! ¡Está todo mal!”
Es estupendo tomarse un descanso de la Narración. Tam-
bién puede destrozarte los nervios cuando es la primera vez
que juegas con el nuevo Narrador. Con frecuencia, el nuevo
rar. Antes de que los saques a todos de sus casillas, párate un
momento y pregúntate por qué tienes un problema. ¿Se debe
al Narrador o a ti mismo? ¿Se trata sólo de una diferencia de
estilo, o hay un problema real?
Si es sólo cuestión de algo que tú habrías hecho de forma
distinta, pero no tiene ningún efecto real sobre la historia,
entonces lo probable es que sea una cuestión de estilo. Algunos
Narradores dirigen crónicas apresuradas, sin apenas tiempo
de reposo entre aventuras. Las de otros son más lentas con
meses de pausas, lo que asimismo deja mucho tiempo para el
cuaderno azul. Algunos Narradores desdeñan las luchas
internas, en tanto otros las consideran una mejora del juego.
Es todo cuestión del estilo del Narrador, y ninguno está
“equivocado”. No obstante, si ese estilo está llevándote por la
calle de la amargura, hay formas de responder.

Capítulo seis: Observaciones prácticas 117

 En primer lugar, determina la naturaleza exacta de tu problema con el estilo del Narrador. Siéntate y observa el juego. Si
dejas tu orgullo a un lado, podrías incluso aprender algo de su diferente método de narración.
Puede que sencillamente tu personaje no encaje en la crónica. En tal caso, ligeras modificaciones solucionan la cuestión. Este
método es muy sencillo si los problemas residen sólo en la personalidad del mismo, y no en las estadísticas. Si se trata de éstas,
explícaselo a tu Narrador. Es probable que la mayoría de ellos te permi-
tan hacer pequeños cambios en tu personaje para que
se adapte mejor, en especial al principio de la crónica.
Si tu problema es algo personal, como la
lucha dentro del grupo, díselo al Narrador... en
particular si sabes que otros jugadores tienen
idéntico problema. Pídele que ayude a suavi-
zar la disputa, o al menos que deje de fomen-
tarla (si lo está haciendo).
Las más de las veces, los problemas van a ser
de estilo. Ves que tu Narrador hace algo que tú nun-
ca harías sin pestañear. Y no es nada que un Na-
rrador no debería hacer; no es un error de
reglas, sino una forma diferente de manejar
las cosas. En una situación como ésta, la
única opción es sonreír y resignarse, por-
que cada Narrador posee su propio estilo,
e inevitablemente entrará en conflicto con
el tuyo en algún punto. Aunque sea tu
“aprendiz”, los estilos chocarán. Así pues,
asúmelo. Ofrece consejo y sugerencias sobre cómo
habrías empleado aquella regla o interpretado a ese
personaje. No seas mandón, o la gente te dirá que te
vayas a dirigir tu juego o te calles, y tendrán derecho a hacerlo.
Pero si hay un problema real, no eres el único que va a
notarlo. Otros jugadores, sobre todo los que están acostumbra-
dos a tu estilo, también tomarán nota y puede que se quejen
antes que tú. Pero si otros se dan cuenta y nadie dice nada,
entonces el problema se agravará hasta que explote.
¿Qué hacer entonces? Si el problema es auténtico, entonces nece-
sita ser comentado. Podría ser algo relativo a la mecánica, como
hacer caso omiso de cierta regla, o emplear una que usas tan
poco que la has olvidado. Una vez más, volvemos a la
cuestión de estilo, pero en este caso las consecuencias
son más importantes. Si todo el mundo está habituado
a tus propias reglas, y las del otro Narrador están ha-
ciendo las cosas más difíciles para todos, entonces los
jugadores van a quejarse. Siendo tú quien los trata de
la forma a la que están acostumbrados, deberías dar
un paso adelante y proponer llegar a un acuerdo.
Si el Narrador no está incumpliendo una regla, sino que la desconoce, házselo
notar con tacto. No eres el único Narrador con orgullo.
Si no es una cuestión técnica o de estilo, entonces se trata de un auténtico proble-
ma. Hay algunas cosas que un Narrador debería hacer, y otras que no debería, y
cuando éste rompe estas reglas, el juego se resiente. Estas reglas no
escritas, o sí, no siempre son quebrantadas con mala intención
premeditada, y a veces los mismos jugadores no
son conscientes de su transgresión. En ocasio-
nes los problemas de la historia surgen del
mismo estilo, porque el juego que el
Narrador está tratando de dirigir no en-
caja con el Narrador en absoluto.
Puede que un Narrador intente llevar a cabo
un nuevo tipo de crónica y se encuentre con que no

118 Guía del Narrador

resulta divertida para sus jugadores. En tal caso, es posible
que el amor propio del Narrador no le deje admitir que hay
problemas, o que los jugadores no están disfrutando. Esta
característica es propia de Narradores que consiguen pres-
tigio y elogios con uno de los sistemas narrativos (tales como
Vampiro u Hombre Lobo Lobo) y a continuación tratan de dirigir
otro distinto... o de Narradores que manejan bien otros
sistemas, pero no pueden adaptarse a la forma libre del
sistema narrativo.
Cuando se da esta circunstancia, no dejes que siga ade-
lante, en especial si otros jugadores advierten también el
problema. Habla con el Narrador sobre ello: con tacto y de
buenas maneras, y controlándote. Haz sugerencias sobre
cómo podría cambiar la crónica por algo que crea que pue-
de dirigir, a la vez que se asegura de la diversión de todos.
Indícale con amabilidad dónde cometió algunos de los erro-
res, y sugiérele métodos para arreglarlos. Los jugadores sue-
len tener grandes y frágiles egos, y los Narradores más aún
que la mayoría, así que necesitas ser circunspecto. Es de
esperar que tu Narrador respete tu opinión, al haber estado
tú mismo en su lugar.
A veces, no obstante, el problema de la historia es más
grave. Es un problema de estilo, sí, pero también un error
fundamental en la dirección de la historia. Hay dos errores de
esta clase que he visto demasiadas veces, e incluso los mejores
Narradores los cometen. A veces se incurre en ellos por nece-
sidades argumentales o porque el Narrador no pensó la histo-
ria con el debido cuidado, o simplemente suceden cosas que
éste no está seguro de cómo cambiar a última hora. Los dos
problemas principales son el “complejo de héroe” y “que la
trama te acompañe”.
Complejo de héroe
A menudo el Narrador elige a un héroe para la aventura. A
no ser que todos estén al tanto desde el principio, esta elección
puede ser realmente frustrante para el resto, en especial si termina
habiendo un grupo central: el Héroe, el compañero fiel y mejor
amigo, y el amor del Héroe. Todos los demás desaparecen
entonces en la trastienda. Esta desatención puede causar una
avalancha de rencor. Incluso el jugador más maduro se encuentra
frustrado al ver que su personaje cuidadosamente creado es
pasado por alto a la ligera, salvo cuando es el único que puede
hacer algo que el Héroe necesita que se haga.
Si todo el mundo estuvo de acuerdo en que iba a haber
un Héroe y sus compañeros desde el inicio de la crónica,
entonces todos salvo el Héroe deberían esperar ser perso-
najes de reparto en la mayoría de las aventuras. Tales per-
sonajes deberían tener oportunidades de destacar, y ofrecerle
al Narrador uno o dos tramas al respecto es posible que sea
la mejor opción.
Si el Héroe entra en escena porque era necesario para la
trama, entonces el Narrador debería haber hablado de ello con
todos al principio. A veces los Narradores no piensan en las
consecuencias de sus acciones, y un jugador dominante se
convierte en Héroe porque consiguió el chisme adecuado, o
lo que sea. Cuando aparece un Héroe y el Narrador no puede
escribir intrigas sin él, éste debería tomarse un descanso y
mirar las hojas de personaje del resto, luego hablar con los
demás jugadores y desarrollar otras historias y vías para sus
personajes, sobre las que poder concentrarse como Narrador.
Que la trama te acompañe
El error disculpable de los Narradores, “Que la trama te
acompañe” no siempre es tal. Cuando la historia exige que
algo suceda, entonces el Narrador necesita asegurarse de que
ocurre. El error surge cuando uno fuerza las cosas demasiado.
Rara vez les digo a mis jugadores que no pueden hacer algo;
pongo como cifra a alcanzar 15, y tienen que conseguirla. O si
no, sencillamente dejo que el jugador lance, y le digo que no
ha logrado bastantes éxitos para lo que sea que quiere hacer.
El problema se presenta cuando a los jugadores les parece que
la trama es más importante que los personajes. Lo vea así o no
el Narrador, si los jugadores piensan eso, comenzarán a refun-
fuñar con seguridad.
La solución es simple: no te aferres tan estrictamente a tu
línea argumental, o mantén la idea general, pero deja que la
forma exacta de los hechos cambie. Nunca escribas nada sobre
la proverbial piedra. La flexibilidad es la clave para contar una
buena historia, y un argumento rígido puede romperse cuando
los jugadores se rebelen contra él. Y algunos se apartan de su
camino para causar problemas de trama como forma de esta-
blecer su descontento.
La otra cara del espejo es cuando tú, como Narrador, tie-
nes a alguien más que dirige juegos e insiste en decirte lo que
estás haciendo mal. Sin duda ocurre, por lo cual has de ser
cuidadoso a la hora de decirle a tu Narrador los problemas
que tú tienes. Si criticas y te quejas demasiado, se sentirán
autorizados a hacer otro tanto.
Pero digamos que has sido bueno, o no has jugado en
uno de sus juegos, pero ahora te están contando cómo has de
dirigir los tuyos. ¿Qué haces entonces?
Escucha.
La mayoría de las quejas van a ser técnicas y de estilo. Y
en ese caso estás en tu absoluto derecho a adoptar la actitud
de “Porque yo soy el Narrador, por eso”. Se trata, después de
todo, de tu juego, tu dolor de cabeza, y tu creación. Pero po-
dría ser que sugiriesen una forma mejor de hacer algo, y a
menudo conocen las reglas mejor que tú. Puede que desees
usar esas “nuevas” reglas.
Rectificar un “complejo de héroe” es problemático. La mejor
forma de manejarlo es darle al Héroe “tiempo libre” y concen-
trarse en los demás personajes... quizá incluso ascendiendo a
alguno a la categoría de Héroe, al menos por un tiempo. Vuel-
ve con el Héroe más tarde, pero antes de que comience a
sentirse descuidado.
La tesitura “Que la trama te acompañe” es más sencilla de
tratar de forma inmediata. Escribe una aventura basada en lo
que los jugadores quieren para sus personajes, y deja que ellos
dicten la trama y las subtramas. Ten tacto para modificar el
tema cuando necesites que el argumento vaya en cierta direc-
ción. Pero vigílate a ti mismo, porque cuando la línea argumental
eclipsa a los personajes, es difícil de controlar.
Sea como Narrador o como jugador, surgirán conflictos con
otros Narradores. Acomódate y observa tanto como te quejas, y
todo el mundo puede salir de allí como un Narrador mejor.
Capítulo seis: Observaciones prácticas 119
Trascendiendo lo mundano en la senda del héroe
Por Buck Marchinton
Para muchos de nosotros, el juego empezó como un pasatiempo que precisaba papel, dados y algunos amigos. Nuestros
personajes tenían escasa profundidad emocional; se preparaban en unos minutos y estaban listos para la acción cuando el
maestro de juego decía: “Estáis todos en la taberna”, o alguna línea argumental similar. Todavía oigo decir a jugadores con gran
ironía: “Me sentaré junto a los que tienen personajes transparentes”.
Una cerveza y galletas saladas están bien de cuando en cuando. Pero la interpretación puede ser mucho más.
Este juego tiene que ver con la Narración. Así pues, piensa en tus historias favoritas, sean novelas, películas o algo que
escuchaste en torno al fuego. El mundo ordinario se disuelve, y hasta que cierras el libro o corren los créditos, la historia dicta
la realidad. Os convertís en los personajes en cierto sentido; sentís miedo, cólera y alegría cuando superan obstáculos. Los
escritores confiesan sentir lo mismo que sus creaciones a medida que éstas adquieren vida propia; muchos autores afirman que
sus libros no resultaron como pensaban porque sus personajes decidieron hacer algo diferente. Vuestro desafío, en lo que se
refiere al Narrador y los jugadores, estriba en reflejar ese espíritu de ser en verdad vuestro personaje y en llevar vuestra
creatividad innata un paso más allá del “supongamos”, hasta donde éste adquiere su
propia voz. Como expresaba un jugador: “Cuando abres la boca y brotan las palabras
de Sir Richard, entonces empezamos a trascender lo mundano”.
¿Pero cómo? ¿Qué lleva a un juego más allá del papel y los dados hasta el
lugar en el que los jugadores vierten lágrimas de dolor, sienten auténtico alivio
al evitar el desastre, o sueltan un alarido de triunfo? ¿Cómo llegamos a ese
punto en el que nos ponemos la máscara, insuflamos vida a un conjunto
de estadísticas y dejamos que el personaje tome el control?

Allanando el camino
Hacer de un juego algo vivo es una responsabilidad compar-
tida. Por parte de los jugadores, sus personajes han de ser
tridimensionales. ¡Hacedlos reales! ¡Dadles una historia! La gente
real tiene una vida aparte del contexto en el que la vemos, y
esas experiencias sin duda alguna afectan a su perso-
nalidad y sus puntos de vista. Da por supuesto
que es así con tu grupo de changelings (y con
tus personajes del Narrador, ya puestos). Pide
a los jugadores que respondan las cuestiones
enumeradas en la página 122 del libro de re-
glas principal. Anímalos a redactar un breve es-
bozo que defina un aspecto de su personaje.
Por ejemplo, el jugador cuyo personaje es el caba-
llero Gwydion podría escribir acerca de cómo se pre-
para el noble para un duelo. O quien interpreta a un pooka
puede relatar el último descenso del charlatán al interior de la
mente de un Oscuro. Al escribir una escena corta o una entra-
da de diario, los jugadores consiguen una mejor compren-
sión de lo que hace latir a sus personajes.
Como Narrador, la tuya es la tarea más difícil; mientras
que los jugadores han de presentar personajes vivos y co-
leando, tú has de proporcionarles un mundo con las mis-
mas características. Si los personajes empiezan el jue-
go como hadas, deberían saber algo más acerca
de los changelings locales; sin duda están fami-
liarizados con el mundo ordinario. Recuerda,
sin embargo, que un buen escenario no pre-
tende abrumar, sino brindar a los jugado-
res los cimientos necesarios
sobre los que construir. No
obstante, entregar a cada uno
un dossier de cincuenta pági-
nas para memorizar antes del
preludio puede que sea excesivo.

120 Guía del Narrador

 Mientras algunos personajes del Narrador serán directos y
planos (como los guardias redcap que atacan a los personajes
jugadores en fuga), tienes la obligación para con el grupo de
desarrollar personalidades clave. Dales a los personajes alguien
con quien puedan interaccionar realmente, y se implicarán más.
Asimismo, haz que algunos de los oponentes sean algo más
que simples villanos. ¿Cuál es la diferencia? Tomemos al barón
local, por ejemplo: puede ser alguien a quien los personajes
respetan de verdad y, sin embargo, puede causarles montones
de dificultades si se produce un malentendido. Las leyendas
están llenas de duelos entre combatientes involuntarios. Por
último, recuerda que Oscuro no equivale necesariamente a
irredimible maldad. Es posible que éstos sigan una filosofía
más sombría, pero esforzarse por hallar un punto de acuerdo
puede dar lugar a la comprensión, si no a la amistad.
Haz que los jugadores sientan que lo que sus personajes
hacen aquí y ahora puede tener imprevistas consecuencias. Tal
vez un respetado artista y potencial soñador se muda al vecin-
dario como resultado de que los changelings “prueben un boca-
do”. Mas el vengativo noble de la Casa Ailil exigirá saber quién
hizo que sus planes mejor trazados fuesen por mal camino.
Es mucho más sencillo implicar a los personajes si las
intrigas cautivan el interés de los jugadores. Averigua qué inte-
resa a cada jugador y dáselo. Si sabes que Rick adora la intriga
política, a Joan le gusta ayudar a la gente, y Jan en realidad se
entusiasma con la épica heroica, debes hacer el mundo lo bas-
tante grande para que todos los jugadores tengan algo en lo
que hincar los dientes. Un buen Narrador puede tejer estos
hilos dispares en una cuerda consistente, que ate a los perso-
najes y tire de ellos por la senda del Héroe. Cuando un perso-
naje sigue un hilo argumental porque quiere, y no porque el
jugador lo considere un progreso en el juego, ello constituye
una señal de auténtica interpretación.
Ponerse en camino
Probablemente has oído esto antes, pero vale la pena re-
petirlo: la atmósfera y el estado de ánimo son elementos
cruciales. Ello no quiere decir que estén por encima de una
buena trama o de personajes memorables, pero situar a los
jugadores en el ambiente adecuado con las menores distrac-
ciones posibles hace que sea más sencilla la suspensión de su
incredulidad. Música adecuada, luces tenues, nada de teléfono
ni televisión... estas medidas mejoran la disposición de los ju-
gadores y la tuya propia. Trata de provocar este estado de
ánimo con cualquier objeto que se ajuste al escenario. Cruzar
bromas a lo Monty Python con mayor ímpetu que mandobles
de espada puede ser justo lo que quieres en una crónica des-
enfadada, pero si el juego se encamina hacia el estilo del “tor-
vo y supremo destino”, el desahogo cómico fuera de lugar
echa a perder todo intento de ponerse en situación.
Si, después de toda la preparación, los jugadores ven que
sus personajes no encajan en la primera sesión, no te preocu-
pes. Muchas de las mejores series de televisión necesitan una
temporada para asentarse antes de que haya sinergia, y a un
juego le pasa otro tanto. Una vez las cosas marchan por fin, sin
embargo, es terriblemente satisfactorio presenciar cómo un
personaje pronuncia un conmovedor soliloquio, y el jugador
sorprendido pregunta: “¿De dónde ha salido eso?”
Como Narrador, ten en cuenta que aun cuando dirijas un
juego del que todo el mundo disfruta, siempre puedes dar con
formas de mejorarlo. Habla con los jugadores después de cada
sesión. Pregúntales que ha estado bien, qué podría mejorarse
y qué están pensando o planeando sus personajes. Averigua
qué han aprendido, y si es más o menos de lo esperado, haz
los ajustes pertinentes para la próxima ocasión.
Seguir en el camino
Así pues, la sesión ha ido bien. Con independencia de los
apuros de los personajes cuando ha caído el telón, los jugado-
res están contentos y mentalizados para seguir. Ahora tienes
otro problema: que el impulso no se detenga. Jugar semanal-
mente puede ser posible para algunos, pero asuntos munda-
nos como el trabajo, la escuela y la distancia separan cada vez
más a los grupos (créeme, tener jugadores desperdigados por
dos estados tiende a crear pocas ocasiones de juego). Dejar
que un juego se detenga durante uno o más meses hace difícil
volver a poner las cosas en marcha de nuevo. A no ser que los
jugadores guarden abundantes notas y las relean antes de cada
sesión, tenderán a olvidar detalles decisivos y puede que les
cueste volver a meterse en el personaje.
Una solución son los cuadernos azules. El jugador, con el
Narrador como árbitro en última instancia, escribe acerca de lo
que desea hacer o la gente a la que desea encontrar. Puede
que su cantante Fiona quiera unirse a una banda de instituto
con potencial soñador, andar tras un romance con aquel admi-
rador en la corte, o practicar la esgrima para estar preparada la
próxima vez que el petimetre de la Casa Gwydion se vuelva
arrogante. El Narrador escribe los resultados de las acciones
del jugador. La técnica del cuaderno azul es magnífica para
manejar situaciones en las que los otros jugadores no están
interesados, o de las que no deberían saber; también resulta
ideal para actividades entre bastidores que ralentizan el juego
del grupo. Cuando éste incluye, ejem, personalidades agresi-
vas, el cuaderno azul da a los jugadores tímidos la oportunidad
de brillar. Usando esta técnica para construir algunas historias
y experiencias, puedes atraer a jugadores distantes, poco inte-
resados, al meollo de la trama. Y lo mejor de todo, dispones
de una copia del proceso para ayudarte a recordar qué sucedió.
Cuando se dispone de él, el correo electrónico es asimismo
difícil de superar, aunque las libretas o blocs funcionan tam-
bién de primera. El papel de bolsa no es recomendable si
deseas conservar registros permanentes.
Programa un tiempo antes de cada sesión para revisar lo
que ocurrió durante la anterior. Haz que la rueda empiece a
girar con las palabras “Decidme lo que hicisteis”, de forma que
los jugadores contrasten sus notas y recuerdos hasta que apa-
rezca una visión coherente de la aventura. No tengas miedo de
recordarles detalles importantes; la pista fundamental con la que
un troll dio “ayer” en términos del tiempo del juego podría olvi-
darse después de una interrupción de seis meses de tiempo
real.
El final del camino
Los momentos más memorables y edificantes del juego ocu-
rren cuando una crónica o conjunto de historias principales llega
a su fin. Más que cualquier otra parte de la narración, el final
Capítulo seis: Observaciones prácticas 121
debería ser bien realizado... pues es lo más importante, el desenlace, y la culminación de todo lo anterior. Después de muchas
aventuras, los personajes se hallan interesados por las cosas, y entonces es cuando lo ganan o lo pierden todo. Puede que su nuevo
feudo esté a punto de sucumbir a la Banalidad, o que el personaje del Narrador al que todos han llegado a dar crédito y querer los
traicione. Quizá un ejército se alce entre el grupo y el final de su búsqueda. Todas las subtramas se juntan; las consecuencias de
todo lo que los jugadores culminaron o fracasaron en llevar a cabo se revelan claramente ahora. Deja que los chiquillos sufran si
desairaron al Duque Tizón, pero concédeles el beneficio de cualesquiera aliados hayan hecho, como la manada local de Fianna.
Haz del ritmo un crescendo, y deja que los jugadores duden de su éxito. Un clímax dramático bien creado nunca falla para arrebatar
a éstos. Siempre es mejor que digan: “¡Vaya! ¡Ha estado cerca!” que oírlos murmurar: “Umm, no ha sido tan malo; esperaba que
fuera peor”. Y cuando baja el telón sobre una historia bien contada, puede que los jugadores estén sin aliento, alegres o enorme-
mente emocionados... pero todos contentos.
Hay un largo trecho desde los “juegos de dados” bidimensionales hasta un personaje tan bien definido que empieza a vivir
según su propia lógica en vez de la del jugador. Pero habiendo estado allí, como jugador y como Narrador, yo no lo haría de
otra manera. Esto es verdadera interpretación, el “supongamos” sumo, donde todo es posible, donde los sueños cobran reali-
dad. ¿Acaso no trata de todo eso Changeling
Changeling?

Narrador o jugador:
¿Quién marca el ritmo?
por Neil Mick
BIEN, has diseñado la crónica y los personajes del Narrador, escrito algunas
ideas sobre historias y dedicado tiempo a pensar cómo quieres que termine la
misma. Podrías tener algunas ideas acerca de dónde y cuándo quieres que la
acción principal tenga lugar, y tal vez tengas algunas notas sobre tramas y
motivaciones del antagonista(s), así como algunos personajes neutrales
que podrían formar parte de la crónica. ¿Y ahora qué?
Introduce a los personajes. Si el escenario del Narrador alberga
el cuerpo del juego de rol, entonces los personajes de los juga-
dores son su alma. Un Narrador puede moldear y esculpir el
escenario de una crónica hasta un nivel de detalle en extre-
mo realista; no obstante, las acciones de los personajes son
lo que insufla vida a sus historias. Los personajes de los
jugadores también controlan el ritmo general y el tono
emocional en el curso de toda la historia. Ciertamente, el
Narrador fija este tono al comienzo, pero el éxito de la
historia depende de que el nivel de emoción pulse
una cuerda sensible en ellos. Piensa en una crónica
narrativa primitiva puntuada por el más débil de los
recursos argumentales: el combate.
El Narrador lanza villanos sobre los personajes en un
intento de elevar el nivel de ansiedad de los jugadores. Aho-
ra supón que éstos deciden no entrar en combate. Si el Na-
rrador trata de obligar a combatir a personajes que no están
interesados, la historia (y la crónica) durará probablemente
unas dos sesiones. Los personajes deben estar de acuerdo
con los términos establecidos en un principio por el Narra-
dor o con los cambios de tema del juego.
Este cambio no necesariamente es algo malo. Es mucho
peor el Narrador obstinado o inexperto que se niega
a dirigir un juego flexible. Un ejemplo de ello
lo constituye el personaje que se encuentra
con que su uso de la Soberanía como sidhe
es del todo ineficaz contra ciertos
personajes privilegiados del Narrador,
sin otra razón que ser sus favoritos.
Un ligero retorcimiento de las re-
glas y los personajes preferidos mediante giros
argumentales es saludable para alargar la vida

122 Guía del Narrador

de la crónica. Uno de los requisitos que considero ha de cum-
plir un buen Narrador tiene que ver con lo dispuesto que se
halla a permitir que su personaje favorito muera, si eso es lo
que requiere la historia.
Esta concesión no significa que haya que dejar que los
personajes jugadores atropellen a los del Narrador (más bien
lo contrario: ¡si se vuelven arrogantes con sus señores, córtales
las cabezas!), pero si éstos desean profundizar en temas y te-
rritorios inexplorados, déjales hacerlo. Informales de que ne-
cesitarás tiempo para reconsiderar las ramificaciones de este
cambio en el tema y presentar tal vez nuevos personajes.
Un ejemplo al respecto: cuando se publicó Vampiro por
primera vez, dirigí una crónica con varios jugadores que nunca
habían jugado al rol. Uno quería ser un vampiro artista Toreador
con una morbosa inclinación a usar cadáveres como escultu-
ras. No estaba interesado en el combate o la intriga, sólo que-
ría crear arte a partir de la muerte. Este personaje creía estar
más allá de preocupaciones mezquinas como la humanidad.
Ahora bien, aquellos de vosotros que estéis familiarizados
con Vampiro posiblemente estéis pensando: “¿Y qué? ¡Sólo
estaba representando un Sabbat!” Mas el manual del Sabbat ni
siquiera había sido escrito aún. Había inventado el tipo de
personaje por sí mismo, así como el concepto de interpretar a
alguien “fuera” de las reglas de la Humanidad normal.
En aquel entonces, tenía menos experiencia como Narra-
dor, y no era lo bastante flexible para adaptar cumplidamente
su personaje a la crónica. Si la hubiese tenido, mi historia po-
dría haber sido mucho más rica debido a su aportación. ¿Quién
sabe? Podría haber llevado la crónica entera a un terreno inex-
plorado por las reglas. Con el tiempo podría incluso haber
inventado mis propias reglas exclusivas para el Sabbat.
Como Narrador, puede que no quieras en todo momento
que los personajes jugadores vayan “donde nadie ha estado an-
tes”, no obstante. De ser así, no significa que estés siendo inflexi-
ble; simplemente estás estableciendo límites. Las limitaciones en
la crónica son importantes si el juego ha de desarrollar una com-
plejidad más allá de las primeras notas del Narrador. Si los juga-
dores están constantemente lejos explorando zonas de tu escenario
que no has elaborado hasta el momento de la exploración, no vas
a conseguir que el escenario inicial evolucione.
El equilibrio entre el Narrador y los personajes a la hora de
conducir la crónica es de vital importancia. Los personajes de los
jugadores, sin embargo, no suelen comenzar listos para manejarse
solos, y los que sí lo están pronto tratan de hacerse con el poder.
Tuve un personaje jugador en mi crónica que quería asaltar un
banco, y usaba sus cantrips para aturdir a los guardias y cajeros
(no importa cómo era capaz de superar su Banalidad; es una
larga historia). Murió porque estaba solo y no había planeado el
atraco; si se hubiera tomado el tiempo necesario para planear el
robo a mano armada y organizar una cuadrilla con la idea de
robar bancos, el final hubiera sido sin duda diferente. Podría
haber contado con varias historias tituladas “Pooka Capone y los
Diez Gritones dan un golpe en el First National”. Habría diseñado
antagonistas específicos para el hilo argumental, tales como
policías trolls o mortales que recuerdan más de los asaltos
changelings de lo que deberían (¿son Gente de Otoño?).
Los personajes de los jugadores necesitan estímulo (y al-
gunas instrucciones) antes de que busquen sus propios cami-
nos. La respuesta natural de cualquier jugador que presenta
un nuevo personaje consiste en ser algo cauteloso y jugar sus
cartas sobre seguro. Es probable que siga el ejemplo dado por
el Narrador en sus turnos antes de reaccionar, al igual que tú
tienes en cuenta su trasfondo y su preludio para meterlo de
lleno en la historia.
Una vez los jugadores se sienten cómodos con sus perso-
najes (tal vez después de dos o tres historias), anímalos a obrar
por cuenta propia. Los jugadores cuyos personajes acumulan
algo de poder se hallan más dispuestos a generar su propia
historia que los que luchan por sobrevivir. Aun así, un perso-
naje puede explorar nuevos caminos en circunstancias muy
diferentes. Un jugador sluagh ocultándose de adversarios po-
dría preguntar al Narrador si hay algo interesante en los lava-
bos. En un impulso, decides hacer que el personaje encuentre
una rara estatuilla tirada descuidadamente dentro de una caja
de zapatos, o un diario que no tiene nada que ver con los
apuros del sluagh. Una vez la excitación pasa, el sluagh podría
querer examinar su botín con más detalle.
Puesto que los humanos son territoriales, los jugadores
también podrían sentirse animados a comenzar a obrar por
su cuenta cuando dispongan de una base de operaciones,
como un feudo o el cuartel general de una cuadrilla. Las
notas detalladas, en combinación con los hilos sueltos, son
verdaderamente útiles para estimular a los jugadores en este
sentido. Supongamos que la base de la cuadrilla es una
ruinosa taberna: una de las camareras es una hermosa estu-
diante universitaria con un potencial sin explotar; sí, sé que
te mueres por convertirla en un ser sobrenatural con pode-
res ocultos, pero trata de dejar que su trasfondo continúe
siendo vago. Tal vez un personaje jugador desarrolle un
sentimiento romántico hacia esta mortal, de alguna forma
relacionado con el “poder” oculto del personaje del Narrador
(si posee alguno). Deja que el jugador determine el escena-
rio, e intervén sólo cuando los jugadores necesiten un lige-
ro empujón. Si el personaje del Narrador es pasado por alto
constantemente, propón otro hilo argumental; quizás la es-
tudiante lo sea de arte...
Otra forma de impulsar las historias conducidas por los
personajes es decirles lo que quieres. Pide a los jugadores que
escriban notas detalladas sobre su personaje que incluyan lo
que sucede durante largos períodos de pausa. Estáte atento a
sus sugerencias: si uno de ellos menciona durante la genera-
ción de personajes que su boggan posee un jardín en el que
de cuando en cuando recoge Glamour, pregúntale qué planea
hacer con el jardín. ¿Le gustaría hacer un croquis de su forma?
Si parece poco motivado, lánzale al malvado boggart que está
cavando bajo su jardín y echándolo a perder por una razón del
todo desconocida. Cuanto más hay por resolver en la trama
que dejas para que un personaje se aferre a ella y la imbrique
en su propia historia, mejor.
Reconozcámoslo... la principal razón por la que jugamos
al rol es el disfrute. Ya sea como Narrador o como jugador,
esperamos lograr más y más diversión. Mi experiencia perso-
nal me dice que el máximo deleite al jugar a Changeling surge
cuando los jugadores se implican tanto en la experiencia
interpretativa que olvidan por completo que se trata de un
juego durante algún tiempo. Esta experiencia es real.
Capítulo seis: Observaciones prácticas 123
 Apéndice
Ambientando el escenario
Aunque cada crónica tiene un sabor diferente, se reco-
miendan a continuación algunos libros y películas que pueden
ser una provechosa “tarea” para todo Narrador de Changeling
Changeling.
Películas
Laberinto
Laberinto: una adolescente ha de atravesar el laberinto
del Rey Goblin para encontrar a su hermano pequeño, al que
dicho rey (interpretado por David Bowie) robó. Contiene los
elementos clásicos de Changeling hermosamente imaginados
por Brian Froud y el difunto Jim Henson.
La historia interminable
interminable: un chico descubre un libro que
revela la agonía de un mundo místico y las aventuras de su joven
salvador, extraordinariamente paralelas a la propia vida de aquél.
Willow
Willow: una historia clásica de búsqueda con brujería,
guerreros y el Bien contra el Mal en un mundo basado en la
mitología celta.
Hook
Hook: no trata tanto de las hadas como sobre madurar y
la imaginación de la infancia. El Capitán Garfio surge navegan-
do del pasado para vengarse de un Peter Pan movido por la
Banalidad, el cual, ya adulto, ha de redescubrir su imaginación
(y a sí mismo) para salvar a sus hijos.
Cristal oscuro
oscuro: la primera colaboración entre Jim Henson
y Brian Froud, dando como resultado magníficos efectos vi-
suales y una atmósfera del todo ajena a la de la Tierra.
Legend
Legend: aparte de que actúe Tom Cruise, esta película de
Ridley Scott presenta un mundo que podría ser el nuestro, en
el que la magia se desvanece debido al propósito del mal o al
descuido humano, y las fuerzas del bien deben aliarse para
salvarla. Y bajo los cuernos gigantes se halla Tim Curry.
124 Guía del Narrador
El secreto de Roan Inish: película estadounidense situa-
da en Irlanda, bien dirigida por John Sayles, basada en la gente
que sigue creyendo en las hadas y en las antiguas costumbres
de Irlanda. ¡Selkies, tomad nota!
El rey pescador
pescador: una historia de nuestros días acerca
de la busca del amor, la cordura y el Santo Grial. Es una
excelente película que explora las posibilidades más oscu-
ras para Changeling
Changeling.
Novelas y cómics
Bull, Emma: War for the OaksOaks. Una mezcla de las peli-
grosas calles del Mundo de Tinieblas con elementos de fanta-
sía que conducen a una maravillosa lectura.
Carroll, Lewis
Lewis: Alicia en el país de las maravillas y A
través del espejo
espejo. Clásicos. Si no los leíste durante la niñez,
nunca es tarde para hacerlo.
Cooper, Susan
Susan: The Dark is Rising
Rising. Serie clásica basada
en el mito celta. Es otro libro preferido de la infancia que
merece ser redescubierto.
Froud, Brian y Alan Lee: Faeries
Faeries. Una fuente de retratos
de hadas y antiguo folklore, dibujado a modo de cuaderno de
campo. Imprescindible.
Gaiman, Neil: Sandman y Los libros de la magiamagia. Fanta-
sía, oscura y ligera, de lo mejor, entretejida con la mitología
mundial. Varios ejemplares de ambas líneas muestran el mun-
do de las hadas.
Lackey, Mercedes: Knights of Ghosts and Shadows y
Summoned to Tourney
Tourney. Dos salvajes y divertidas historias de
entretenimiento medieval, bandas de rock paganas, y hadas del
Área de la Bahía. No son clásicas, pero siguen siendo divertidas.
 Lewis, C.S: Crónicas de Narnia
Narnia. Léelo. Si tienes que pre-
guntar por qué, probablemente no lo has hecho.
de Lint, Charles: Jack the Giant-Killer
Giant-Killer. Los Oscuros están
alborotando en Canadá, el poder de los Luminosos languidece,
y una mujer joven llamada Jackie debe asumir el papel del
héroe profetizado. Una alegre reelaboración de la historia de
la gente antigua para la serie Cuentos de Hadas Adultos, editada
por Terri Windling y Eileen Datlow.
Lovecraft, H.P: La búsqueda onírica de la desconocida
Kadath
Kadath. Lovecraft no era todo perdición y penumbra. Esta serie
de historias te lleva a través de reinos creados literalmente a
partir de la materia de los sueños, desde los gatos místicos de
Ulthar hasta las extrañas criaturas de la noche que vagan por
los abismos.
Música
Muchos de estos discos pueden encontrarse en cualquier
tienda de música, aunque su inusual estilo a veces los vuelve
difíciles de clasificar. Algunos pueden hallarse en la sección
Pop/Rock, y otros en la de New Age.
 Loreena McKennitt: Godo-celta mezclado con su dulce
voz y hermosa arpa. Sus interpretaciones de piezas literarias
como “El niño robado” de Yeats y “La Dama de Shallott” de
Tennyson han levantado su reputación.
 Enya: Una elección obvia, con su exuberante voz y una
maravillosa variedad de música evocadora que ha honrado
bandas sonoras y cuatro de sus propios discos.
 Boiled in Lead: Un lunático pilar del movimiento folk/
rock con música que respalda su reputación, incluyendo The
Gypsy, colaboración con el autor de fantasía Steven Brust.
 Dead Can Dance: su repertorio abarca folk tradicional,
étnico, histórico y todo lo que hay entremedias. Banda sonora
para cualquier historia del Mundo de Tinieblas.
 Wolfstone: Una buena mezcla de rock tradicional y duro.
 Oysterband: Una de las bandas principales del movi-
miento folk/punk inglés con una sólida base mística en su
música. No es adecuada para quienes se ofenden con facilidad
ni para los políticamente conservadores.
 Levellers: Una banda dinámica que continúa donde los
clásicos lo dejaron, para ir más allá. Oysterband podría sonar
así si estuviesen sobrios.
 The Pogues: La banda céltico-punk por excelencia. Du-
ros de oído, pero muy divertidos.
 Ceolbeg: Más rock tradicional, compuesto de algunos
de los autores y animadores del escenario del folk celta.
 October Project: Trabajadas letras, poderosas voces, y
una amplia gama de estilos.
 Kate Bush: Con movimientos de ensueño, voces etéreas
y arreglos surrealistas. Never For Ever es particularmente ade-
cuado.
 Steeleye Span: Con su énfasis en los arreglos modernos
de canciones tradicionales, esta innovadora banda se puso a la
cabeza del movimiento folk/rock.
 Fairport Convention: Como Steeleye Span, Fairport com-
binó canciones tradicionales, tales como “Maddy Groves” y
“Tam Lin”, con música imaginativa y contemporánea. Sólo
por la voz de Sandy Dennys vale la pena hacerse con su
clásico Liege and Leaf.
 Tannahill Weavers: Uno de los grupos de folk escoces
de trayectoria más dilatada. Emplean también gaiteros igual
que Spinal Tap utilizó tambores.
 Capercaille: Compusieron la banda sonora de Rob Roy.
 Las bandas sonoras son adecuadas, aun cuando no pro-
cedan de una película de fantasía. Pretenden crear una atmós-
fera sin estorbar, y lo hacen bien. Repasa tu colección y escu-
cha, y puede que des con algunos sorprendentes hallazgos.
 Silly Wizard: Banda de folk celta tradicional, más cono-
cida por la canción “Queen of Argyll”.
Apéndice 125