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Capitulo! Bi i i INFANCIAS GENERIZADAS EN LA ATENCION DE LA SALUD Deora TAJER, Graciela REID, MONICA Solis, Maria Eucenia Cuapra, Lucia SAAVEDRA En el presente capitulo se presentan los principales resultados de la in- vestigacion UBACyT 2010/12 “Equidad de género en la calidad de la atencidn de niitos y niftas”!, cuyo objetivo fue identificar el modo en que Ixs profesionales de la salud que atienden nifixs han incorporado la pers- Pectiva de género en sus practicas. El estudio tuvo cardcter exploratorio- descriptivo con metodologia cualitativa para la recoleccién y el anilisis de la informacion. Se realizaron treinta y cuatro entrevistas a miembros de equipos interdisciplinarios de salud que atienden nifixs en diferentes servicios de Pediatria pertenecientes a hospitales puiblicos, clinicas priva- das, hospitales de comunidad y Centros de Salud y Accién Comunitaria (CeSAC) de la Ciudad Auténoma de Buenos Aires (CABA). Uno de los supuestos de que partimos es que los equipos de salud infantil, ademas de ocuparse de los problemas de salud, suelen tener intervenciones 7 [nitez, adolescencia y género | Tajer, Reid, Solfs, Cuadra, Saavedra en la promocién del desarrollo de lxs mins ane ay a asian se Cons. tituyen en uno de los dispositivos biopoliticos de a” oa on de imfancias Con lo cual, indagar el modo en que - pro! paloma . incorporan los temas de género en la salud integral de la infancia Se Por un la identificar los grados de equidad de género en la calida de la atencigy de la salud infantil. Y, por otro, analizar el modo i que los imaginatigg profesionales acerca de estos temas producen Practicas Senerizantes en la infancia, considerandola como un periodo del género en produccién, En do, este capitulo se presentan los imaginarios profesionales de los equipos de salud infantil en relacién a los siguientes ejes: epidemiologia diferencia por género, roles de género y modos de crianzas, lactancia, Violencias y abusos y diversidades sexuales ¢ identitarias. GENEROS E INFANCIAS: {POR QUE ES IMPORTANTE LA PERSPECTIVA DE GENERO EN LA ATENCION? En Argentina existen diversos avances en la incorporacién de los aspectos psicolégicos y sociales aplicados en la atencién de la salud de la poblacién infantil. No obstante, dichos avances afin no han incorporado de forma significativa la perspectiva de género en la Promoci6n y la atencién de |g salud, tal como lo sugieren y promueven Ixs expertxs en multiples docu- Mentos de organismos internacionales (Sen y Ostlin, 2007; Irwin, Siddigi y Hertzman, 2007), Estos consensos han sido recogidos ganizacion Mundial de la Salud (OM: de Ixs especialistas en género y salud ( infancia y salud (Irwin et al., 2007). Por su parte, Podemos afirmar que el género marca de manera significa- tiva los siguientes aspectos ligados a la calidad de atencién en salud: * las condiciones Psicosociales que determinan la aparicion de enferme- dades > Por recientes documentos de la Or: ), observandose coincidencia tanto Sen y Ostlin, 2007) como de Ixs de lis Infancias generizadas en la atencién de la salud I las formas de vivenciar las enfermedades, « las decisiones diagnésticas y terapéuticas, « las posibilidades de acceso a los servicios de salud, icios, i in- « la interaccién que acontece en los servicios, incluyendo los aspectos tersubjetivos, que son habitualmente denominados como intercambio de informacién y relacién interpersonal, entre otros (Bruce, 1990) y ¢ las posibilidades de cumplir con ciertos tratamientos (Pittman y Har- tigan, 1996; Tajer et a/., 2010). Asimismo, hay que considerar que las formas de la demanda realizada por pacientes (y familias) presentan diferencias entre varones y mujeres (Tajer, Costa, Hamman, 2000) y es otro aspecto que incide en la calidad de la atencién (Standing, 2000). Algunxs autorxs destacan la importancia de incluir la perspectiva de género en el campo de la salud de Jas infancias, valorando que redunda- tia en una mejor calidad de la atencién y en la planificacién de acciones mis efectivas y promotoras de igualdad y equidad desde la nifiez (Mercer, Szulik, Ramirez y Molina, 2008). Este trabajo, a su vez, se incluye en un linea de pesquisa de este equipo que ha ido incorporando las categorias de género y etapa vital en la evaluacion de los fendmenos intersubjetivos que inciden en la calidad de atencién en salud integral ( Tajer et al., 2009; Tajer et al., 2010). En este sentido, si consideramos ala inequidad en la calidad de atencion como las diferencias y similitudes injustas ¢ innecesarias en el grado de satisfaccién de necesidades (Whitehead, 1990), para el caso especifico de la inequidad de género podemos destacar que el problema puede basarse en la entrega de una atencién igual para todxs cuando las necesidades no son iguales, en la entrega de atencién diferente cuando las necesidades NO son diferentes y en un trato : que refuerza los estereotipos de género (Pittman y Hartigan, 1996), 19 Na I Nifiez, adolescencia y género | Tajer, Reid, Solfs, Cuadra, Saavedra Por otra parte, el Informe de la Red de Equidad de Género de la Comi. sion de Determinantes Sociales de la OMS (Sen y Ostlin, 2007) Plante, una serie de factores que conducen a resultados de salud sesgados Y des. iguales, que tienen graves consecuencias econémicas y sociales diferencia. les para Ixs nifixs. Algunos de ellos son: eH * valores, normas, costumbres y comportamientos discriminatorios, diferencias en la exposicién y la vulnerabilidad a las enfermedades, in discapacidad y las lesiones relacionadas con el género, « sesgos en los sistemas de salud, ligados al menoscabo de los Tecursos y la atencién destinados al acceso, la accesibilidad y la disponibilidag de los servicios de salud y * sesgos en las investigaciones de salud. Asimismo, ese informe recomienda que Ixs investigadorxs presten mayor atenci6n a los factores de riesgo, mecanismos biolégicos, manifestaciones clinicas, causas y consecuencias, asi como al manejo de las enfermedades que difieren entre varones y mujeres en todas las etapas de la vida, reco. mendaci6n en la cual se inscribe el propdsito de los resultados de investi. gacion presentados en este capitulo. Desde una perspectiva de derecho a la salud en las infancias, se con- sidera que las mayores contribuciones socioinstitucionales para el logro de equidad en la calidad de atencidn en salud de niiixs se inscriben en el respeto integral de los principios éticos y juridicos de derechos humanos universales y especificos para la infancia. En este sentido, la Convencién sobre los Derechos del Nifio de 1989, incorporada en la Constitucién de la Nacién Argentina de 1994 reconoce el: Derecho del nifto al disfrute del mas alto nivel posible de salud y a los servicios para el tratamiento de las enfermedades y la rehabilitacién ea salud [y que] los Estados Partes aseguraran la plena aplicaci6n de este derecho y adoptardn las medidas apropiadas para desarrollar la atencion sanitaria preventiva (Convencién sobre los Derechos del Niiio, 1989) lev net en ye (Be gél Infancias generizadas en la atenci6n de la salud I En este contexto, en cl vinculo profesional con Ixs pacientes nifixs y sus familias se observa todavia la pregnancia de aspectos basados en cl modelo médico hegeménico (Menéndez, 1985) y en el paradigma tutclar, que ha dominado las relaciones sociales para la infancia, considerandola como propiedad de los padres/madres y, a lo sumo, como objetos de proteccién social y judicial, pero en pocas ocasiones como sujetxs de derecho (Ortiz Garcia, Portuondo Alacin, Ahuar Lopez y Rodriguez Rivalta, 2004). En esta linea, se evidencia la necesidad de brindar servicios de calidad en materia de salud para las infancias (Lejarraga, 2005) y reflexionar sobre el vinculo médicx con Ixs -pacientes nifixs- y su familia a nivel pedidtrico, segtin las condiciones de formacién de los equipos profesionales y los de- terminantes sociales de la época actual que impactan en la practica médica (Baranchuk, 2008). Por otra parte, es destacable que en la construccién de politicas pablicas y programas sobre lo materno-infantil se hayan orientado en general a las mujeres y nifixs en tanto sujetos vulnerables, no fomentando de esta ma- nera la autonomfa de Ixs mismxs. Paradigma que atin sigue vigente como “curriculum oculto” en muchas prcticas de salud. De esta forma, aun sin la voluntad de Ixs actoxs, se siguen configurando Practicas y discursos asistencialistas que limitan el pleno ejercicio de dere- chos por parte de Ixs sujetxs. Resulta entonces relevante poder revisar los modelos de familia que estos involucran, lo que consideran saludable, la concepcidn de nifiez que promueven y el modelo de atencién que consi- deran adecuado (Mercer y Karolinski, 2007) Otro aspecto importante a destacar es como las revistas de Pediatria estan incorporando este campo de problemiticas. Por un lado, se han re- levado referencias acerca de la importancia de incluir la perspectiva de ge nero en el campo de la infancia-salud-pediatria como parte de los avances en la inclusion de la perspectiva de género en politicas ptblicas, derechos Y equidad (Mercer et al., 2008; Crossley y Davies, 2005). Orrxs autorxs (Bernzweig, Takayama, Phibbs y Lewis, 1997) incluyen las diferencias de género en la comunicacién médicx-paciente, intentando determinar si el 2] I Nifiez, adolescencia y género | Tajer, Reid, Solis. Cuadra, Saavedra le Ixs pacientes influye en el proceso de com nicacién. Los hallazgos refieren a que las mujeres médicas dedican mi tiempo a la consulta que sus pares varones y que Henen i instancias intercambio social con Ixs pacientes. Esto coincide beat 7 hallazgo, algunas investigaciones en otras areas de especialidad (Hall, Irish, Rote Ehrlich y Miller, 1994). Considerando los antecedentes an género del profesional y d Ie , A teriores, esta investigacion TUVO com, principal objetivo identificar y analizar los imaginar 108 Profesionale, respecto del componente de género de Ixs profesionales de la salud que atienden nifixs en sus practicas. Esta metodologia permite que para Po. der “leer” lo que acontece en las practicas institucionales, comunitarias 0 grupales, deban idearse estrategias y metodologias y/o a dispositivos que permitan distinguir insistencias que indaguen estas mismas Prdcticas (Fernandez, 2007). En este caso, tanto las categorias de andlisis de género como de infap. cias constituyen nociones sociohist6ricas y polfticas que atribuyen signif. caciones imaginarias al ser var6n, mujer, nifix en cada sujetx y en determj. nados contextos epocales, instituciones y disciplinas. Estas significaciones se instituyen como regimenes de verdad, producen realidad y remiten q una produccién colectiva que se despliega y rastrea discursivamente en las respuestas de Ixs participantes de este estudio. Por lo tanto, los ima- ginarios profesionales explorados en los ejes definidos en el mismo dan forma a las practicas concretas —en el Ambito de la salud, por ejemplo-, a decisiones diagnésticas y terapéuticas, orientaciones a las familias y otros tipos de intervenciones con Ixs pacientes y sus familiares. IMAGINARIOS PROFESIONALES SOBRE EPIDEMIOLOGIA DIFERENCIAL POR GENERO: {DE QUE ENFERMAN LXS NINXS? Desde la propia Percepcién, Ixs entrevistadxs no refieren observar diferen- cias de género significativas en relacién a los motivos de consulta de nifixs |22 Infancias generizadas en la atencién de la salud I que Ilegan a los servicios. No obstante, consideran que, a menor edad, se presentan menos diferencias, sefialando que estas comienzan entre los seis y los diez afios de edad. Pero luego, al reflexionar, identifican mayor incidencia entre los géneros cuando se indaga especificamente por ciertas problematicas que refieren ala anatomfa diferencial. Por ejemplo, los trastornos miccionales son més comunes en las nifias y las enuresis son mds comunes en niifios; una médica ubica que podria estar relacionado con el hecho de que los varones suelen dejar mas tardiamente los paiiales que las mujeres. En las nifias también son més frecuentes las infecciones urinarias y vulvovaginitis. Mientras que, en los nifios, refieren que las familias suelen preocuparse por la altura que tendran sus hijos, como asf también por el crecimiento del pene y los testiculos. Estas inquietudes familiares varian segtin el efector analizado. También refieren que la disfuncién por déficit de atencién (ADD) es mas comtin en varones, pero no alcanzan a identificar su causa. Algunxs pro- fesionales resefan que existe un mito en relaci6n al ADD en los varones y el hecho de que todo “nene” es “guilombero”. Se produce un desliza- miento de sentido entre varones y trastorno de aprendizaje, motivo por el cual hay que estar atentxs en el diagnostico diferencial. Desde nuestra perspectiva, cabe analizar la relacién entre las propuestas identificactorias y de tramitaci6n pulsional que se les ofrecen a los niiios con la presencia de estos cuadros. Podrian ser modos sintomiticos, del estilo de malestar en la cultura, entre la propuesta que nuestra sociedad patriarcal y heteronor- mativa realiza a los niitos varones y las necesidades que ellos tendrian para poder desplegar de otro modo mis saludable su desarrollo del lenguaje y su conformacién libidinal por fuera de esta sintomatologia especifica de Ciclo vital y género? Podria estar ocurriendo que esta sintomatologfa fuera una solucién de compromiso entre las propuestas en los modos de crianza de varones y la colision con lo que las instituciones (familia, escuela, sis- tema de salud) tienen como parametros actuales en términos de sociabili- dad; estaria produciéndose una practica biopolitica de medicalizacién de la infancia masculina, a modo de “tranquilidad recetada” (Burin, 1990) de los nifios varones. 23] I Nifiez, adolescencia y género | Tajer, Reid, Solis, Cuadra, Saavedra También refieren mayor propensién a Coane en nifos, indicandg que: “Tienen otros estilos de juego, un poco mas violentos. (...) son egos de varones”, Todxs aprecian esta diferencia, pero cod algunxs visibilizan que la misma puede deberse a patrones de crianza diferenciales por género, Esto se evidencia en que muy pocxs entrevistadxs Presentaron registro de| impacto de los estereotipos de género en las elecciones de juegos en la in. fancia. Unx de ellxs refirié que “a los nifios se les propone la pelota y a las nifias, la escoba”. Asimismo, observan que las nifias no tienen permiso para ciertos juegos con mayor despliegue motriz y que se las induce a la Practica de juegos mas tranquilos. Al indagarse por cambios en esta modalidad, afirman que desde el discurso parental relevan que hay mayor apertura para habilitar juegos mis activos en las nifias, pero que no observan que no se concreta del mismo modo en las practicas reales (Lo Russo, 2012). En este punto es importante detenernos en las propuestas de crianza y las propuestas diferenciales por género en las formas de juego. Esto se relacio- na con la mayor incidencia de accidentes traumatolégicos en nifios, puesto que el estimulo propuesto son los juegos con mucho movimiento, mayor despliegue motriz y deportes en grupo. En contrapartida, a las nifias se les ofrecen juegos que fomentan la quietud y existe un menor permiso social para el despliegue motriz. Aun cuando se evidencie un mayor permiso so- cial para el desarrollo de la motricidad, esto se circunscribe a actividades consideradas “femeninas”: danza, circo, acrobacia y patin. Sefialan que las nifias practican deportes colectivos con menor frecuencia. Esto coincide con lo relevado en una investigacion anterior (Fernandez, Tajer, 2012) realizada Para la franja etaria de treinta y Cinco a sesenta y cinco afios. En la misma, Ixs cardiélogxs identifican una dificulta » 2 d en sus pacientes mujeres para rea- lizar actividad fis : ica ligada a deportes colectivos que les sugieren Ixs profe- sionales. Si unimos las dos etapas vitales a modo de linea de continuidad en trayectorias de vida, podemos ver la conexi6n entre la no estimulacidn del movimiento y deportes colectivos en la temprana edad y los mismos en las adultas que devendran. Con lo cual es en cada etapa etaria de manera Preventiva hacia los desa la no adherencia a importante actuar : fios de otras poste” rio i i res, contribuyendo a construir trayectorias de vida saludables |24 Infancias generizadas en la atencién de la salud I En cuanto a los aspectos de género relacionados con la demanda de ni- faxs y sus familiares que pueden incidir en las decisiones y respucstas brin- dadas por Ixs profesionales, podemos sefialar lo siguiente: la mayor parte de Jas veces se presentan demandas que, por sus caracteristicas 0 complejidad, exceden el campo unidisciplinario de la medicina pedidtrica y requieren una manejo interdisciplinario. El 67 % de Ixs entrevistadxs son médicxs pediatras enfrentadxs a situaciones de crisis o conductas de Ixs nifixs, frente alas cuales las familias no pueden responder sin apoyo profesional especia- lizado. Por ello, es frecuente que, ante la deteccién de sintomas de hiperac- tividad o falta de atenci6n, Ixs pediatras deriven al servicio de Salud Mental para contar con una intervencién més integral. O bien, si sospechan un retraso madurativo, realizan la interconsulta con Neurologia. Otra demanda de atencién que interpela una respuesta de Ixs profesio- nales de la salud es el campo de la alimentaci6n y los imaginarios dife- renciales segtin género. En este sentido, los trastornos nutricionales que requieren intervencién se presentan més en las nifias. Frente a periodos de inapetencia que suelen ser normales, identifican que las familias se preocu- pan més por el nifio que no come que por la nifia que no lo hace. Probablemente esto se deba a que teman que con esa conducta los varo- nes no crezcan fuertes y sanos, en tanto toman como natural la inapeten- cia en las mujeres, como una adaptaci6n temprana y naturalizada de hacer dieta toda la vida (Punta de Rodulfo, 2000), propuesta por el sociohis- torico actual para la femineidad. Por tal motivo, se preocupan cuando las nifias son “gorditas” por cuestiones de estética que se traducen en estin- dares de flacura igual a belleza desde la mas temprana infancia en las mu- jeres. Al mismo tiempo, refieren que, en el campo de la salud mental, las improntas culturales marcan las diferencias de propuestas identificatorias hacia los géneros desde la primera infancia. En la actualidad, el impacto que la cultura /ight y los ideales estéticos postulados en nuestra sociedad ~especialmente a las mujeres- tiene un comienzo cada vez mas precoz y Puede estar afectando los modos de ingesta de las nifias y las propuestas diferenciales por género que realizan Ixs adultxs al ofrecer alimentos. Del mismo modo, qué y cudnta cantidad se identifica como lo “normal” y 25| I Nifiez, adolescencia y género | Tajer. Reid, Solis, Cuadra, Saavedra fias coman. Puede genealogizarse a rde podria convertirse en cuadros de anorexia-bulimia instalados. En este punto, cabe destacar la pa de una de las enfermeras entrevistadas, que destaca el dnimo fe 1xs adultys de vestir a las nifias como adultas, en consonancla con él ideal de bellez, imperante. Esto constituye un empuje prematuro [ que las ena seduzcan y se conviertan muy precozmente en objeto de mirada sexualizante de |x, adultxs, Esta situacién las convierte muy tempranamente en receptoras de un plus de libido sexual adulta que no pueden metabolizar, fuente de un posible traumatismo psiquico, como asi también de armados de un tipo de erotismo adulto en las mujeres que las ubica m4s como objetxs que como sujetxs de deseo. lo “no normal” para las que las ni estas propuestas lo que afios mas tal Otra preocupacion se centra en la segunda infancia, con el aumento de ad infantil, que ellxs ubican como determinado la incidencia de la obesid: por el consumo de comida chatarra, delivery, comidas prehechas conge- ualidad, debido a la falta de ladas y snacks que Ixs nifixs ingieren en la act tiempo de Ixs adultxs para preparar comidas elaboradas y, en sectores po- pulares, por la abundancia y desbalance de la cantidad de hidratos de car- bono presente en sus dietas cotidianas. Habria que incorporar a este ané- lisis el imaginario actual acerca del 4mbito externo como peligroso y del hogar como lugar seguro; esto genera practicas de propuestas recreativas orientadas al poco despliegue de actividad fisica al aire libre o en lugares publicos o comunitarios, tales como el uso de dispositivos electrdénicos, los videojuegos y las redes sociales, que contribuyen al sedentarismo y al aumento de la incidencia de la obesidad. Este paradigma tiene impacto también en el campo de los accidentes domésticos. En el caso de los sectores populares urbanos de la Ciudad Au- tonoma de Buenos Aires (CABA), lxs entrevistadxs ubicaron que, luego de los tres afios, se dan mayor cantidad de quemaduras en las nifias, Po el ooo la cocina y los quehaceres domésticos desde temprana edad, varios casos, a modo de reemplazo de la madre en su ausencia. Los vat” Nes, por su parte, presentan més accidentes traumatolégicos como esguin- ces o fracturas, producto de la socializacin de género que propone, como |26 Infancias generizadas en la atencion de la salud I ya mencionamos, un mayor despliegue motriz pero, fundamentalmente. una particular relaci6n con el cuerpo desde el imperativo de la masculini- dad hegeménica (Connell, 1997). Cabe destacar que, desde el comienzo de la deambulacién hasta los cinco aiios, los accidentes domésticos son la primera causa de mortalidad. De esta manera, en este campo se invierte el imaginario acerca del 4mbito externo como peligroso y el hogar como el lugar seguro, tal como sucede en relacién a la problemiatica de la violencia de género. Si bien la tasa de mortalidad en varones es superior a la de las mujeres en todas las franjas etarias (Ministerio de Salud de la Nacin, 2018), esta diferencia se acrecienta a partir de los diez afios, motivada por causas externas (suicidios, homicidios y accidentes). ROLES DE GENERO EN LAS CRIANZAS: 4QUIENES ASISTEN A LOS SERVICIOS DE SALUD? En los hospitales puiblicos relevados, Ixs profesionales sefialan que a las consultas acuden mayormente mujeres (madres y abuelas). Los varones (padres) concurren generalmente cuando las madres tuvieron algin in- conveniente. Adjudican esta situacion en cierta medida al nivel socioeco- némico de las familias que atienden, ya que los varones tendrian mas difi- cultades para asistir por no obtener los permisos correspondientes en sus trabajos en relacién de dependencia y, en el caso de trabajar por su cuenta (formal o informalmente), por no poder suspender su actividad al implicar esto una reduccién parcial del ingreso econdmico. Comentan que, dado que en muchos casos los profesionales trabajan en el ambito privado por la tarde, observan un patron diferente, puesto que en esos horarios a me- nudo acuden a la consulta las madres y los padres. Sin embargo, cuando asisten ambos cuidadorxs, refieren que las mujeres adoptan una posicion més activa y que los varones no tienen presente la “historia clinica de su hijx en la cabeza”. No obstante, no se aprecia una mayor problematizacion del impacto de la ausencia masculina en los efectores publicos. Tampoco 27| J nivez. adolescencia y género | Tajer, Reid, Solis. Cuadra, Saavedra a en torno a que los horarios vespertinos mas extendidos de | Iuego de la salida laboral, habilitarfan que esto fitera on ea de que las mujeres de sectores populares se ausentan g poder llevar a Ixs nifixs a consulta. ‘ sostienen que hay una mayor presencia g prevalezcan las mujeres. Una entrevista. mas a las consultas, especialmente en ¢| neurrir regularmente, cuando lo ha. sucedido a su hijx. Sin embargo, s actividades de la crianza, no s mismos en la cotidianidad mundo laboral pueda ser se reflexion: consultorios, ni aparece la id sus trabajos para Algunos efectores privados dres en la consulta, aunque rva que los padres asisten fio de vida y, en caso de no co’ estran al tanto de lo que le ha aun cuando los padres participan en varia: existe todavia una incorporacion masiva de lo que permita que la mayor salida de las mujeres al equilibrada por la presencia de los mismos. Esto por aunque las mujeres trabajan en el mercado productivo, la responsabilidad de la crianza no es compartida y, por lo tanto, recae sobre ellas la culpa de bien. En este sentido, hay que tener presente el malestar en pubblico y se tatu los pa da obse primer ai cen, se mu ne de manifiesto que, lo que no sale plus que se produce en las mujeres que trabajan en el mundo ocupan, ademis, de la crianza y los cuidados domésticos, lo que cons! ye una doble o triple jornada laboral. Por otro lado, sefalan que comienza a haber mas madres primerizas “grandes”, que han postergado la maternidad para realizar sus carreras y desarrollos laborales. Este impacto presenta caracteristicas especificas, puesto que ellas han desarrollado durante una etapa muy extensa de su we eau la logica de lo publico y, para maternar, deben poner en jucg? ee ee eee ; > . ra realizar la alternancia entre logic en el mismo dia, lo que es un estresor especifico. Al mismo tiempo, € les puede poner en juego el hecho de que no las promuevan en los trabajos Porque eae en ee de crianza y que, por estar todo el dia afue!» % sientan “malas madres”. Por ot t ijs solas o con parejas con hijxs a gue “oecing es na we, porque ev algo que efeea “ao quer se involucran tanto en la cr volver a hacer”. |28 | Infancias generizadas en la atencién de la salud I En relacié i 0n con todo lo anterior, se ha Constatado que las mujeres son las J ctidide de hate wa Te de salud para sf y para el control Yer, 2012). Esto se corresponde con ; do rol de géneto tradicional femenino (Tajer, 2009), que naturaliza el hecho de que las mujeres sean socializadas para ser las cuidadoras Primarias de Ixs ni que, producto de la interpretacién que se ha hecho de la incorporacién de los aportes de Winnicott (1971) acerca de “la madre suficientemente buena” en la formacién de Ixs profesionales, hay una alta valoracin de la observacién del vinculo temprano con la madre como indicador positivo del desarrollo infantil. Este hecho contribuye a la sobrecarga femenina y a la invisibilizacion del posible aporte masculino en los cuidados primarios. xs. Se pudo relevar también En general, Ixs entrevistadxs coinciden en que el espacio de la consulta se utiliza simulténeamente para miltiples objetivos. Por un lado, para el control de ciertas pautas basicas de alimentacién, seguridad y cuidados; y, por otro, se ofrece como espacio de consulta abierta para cualquier tema que pueda preocupar a Ixs cuidadorxs, La consulta es pensada y propiciada desde estxs profesionales para conversar sobre aspectos centrados en la crianza, convirtiéndose de esta manera en un dispositivo de producci6n de subjetivacién. EsTILos Y MODOS DE CRIANZAS ACTUALES: - IMAGINARIOS PROFESIONALES Y PROBLEMATICAS ESPECIFICAS Lxs profesionales entrevistadxs, tanto en efectores privados como pibli- ervan dificultad en la puesta de limites come pro- blema especifico en los modos de crianza actuales. Esta situaci6n < bs ido incrementando desde hace algunos afos y lo adjudican a we al . se vive de otra manera y se le dedica menos tiempo a la crianza. Una de { ds dedicadas a las pediatras refiere: “Antes, por ahi las madres ‘saben neoine . también y la crianza, al hogar y ahora, hacen muchas cosas para ellas ) cos, relatan que obs 29| I Nifiez, adolescencia ¥ genero | Taier. Reid, Solis, Cuadra, Saavedra nada”. Esta preocupacion hay que poder leerla a la luz de li odelos tradicionales de crianza en los que “las mujeres a vadas” (Fernandez, 1993) garantizaban ciertos aspectos de habitos, Enk actualidad, con la masiva entrada de ellas al mercado, no ha habido reley, ni redistribucién de estas tareas con los varones, Y el impacto es de défi en la adquisicion de habitos primarios en Ixs aoe En este sentido, no se estarfan pensando ni promoviendo alternativas de puestas SG limites y creacién de habitos ajustados a Jas nuevas configuraciones familiares, Sobre la propia formacién en aspectos ligados a k ren haber buscado informacion por su cuenta y otrxs, no ace interés a] respecto. Se puede inferir que, para estxs tiltimxs, ta informacién reciida ha sido principalmente orientada desde criterlos biomédicos, sin inclu- sion de los aspectos psicosociales que incluyan los modos de crianzas y su impacto en la salud integral de nifixs. Lxs primerxs refieren que indagan las costumbres familiares: quién cuida a Ixs nifixs, qué pasa en la escue- s consideran que “cuando la familia es organizada, Ixs nifixs I se desprende que valoran la capacidad s de crianza que quieren dejar caida de los m ja crianza, algunxs refie. la, etc., pues crecen bien”. Comentario del cual para instalar rutinas y pautaciones como buenas practica impactan positivamente en el crecimiento de Ixs nifixs. Otro eje se relaciona con la lucha constante de Ixs cuidadorxs actuales entre poner limites y propiciar la autonomia, preocupaci6n que se convier- te en demanda de orientacién profesional. Las familias se visualizan con dificultad para decidir qué esté bien y qué esta mal y para sostener los “no” frente a la demanda del uso de los dispositivos de tecnologia, los tiempos de empleo de los mismos, los consumos (ropa, juguetes, golosinas y, afios mis tarde, alcohol y sustancias). En este sentido, algunxs profesionales narran que Ixs padres/madres presentan grandes dificultades para decidir fundamentalmente en relacién a temas con los cuales no concuerdan, pe! temen dejar a sus hijxs fuera de los modos de socializacién actuales. Com? ao de esta situacion, aparecen las siguientes preguntas: “;Le compro ide? aoe : recuse dosti ceo™cnae oes te tuce poe los cambios sociales y los avances con 7 entre oa eg bees pensat : olégicos producen nuevos sintom? [30 Wy Infancias generizadas en la atencién de la salud I y nuevos malestares culturales, adem4s de nuevas conformaciones fami- liares. Son propuestas para Ixs nifixs en este socialhistdrico al cual todos los modos de configuraciones familiares deben responder de algiin modo. Algunxs profesionales alternan entre una actitud més tendiente a la cul- pabilizacién de los padres y las madres, y una significaci6n de que son los cambios culturales los que impactan y dificultan el ejercicio de la materni- dad/paternidad en la actualidad. Al respecto, identifican que, comparati- vamente, hace veinte afios se ponian muchos limites y hoy se ha instalado una cultura no responsable de la libertad, en la que Ixs chicxs terminan manejando todo y sometidos a sus impulsos sin pautacién adulta eficaz. Frente a estas dificultades, la respuesta de lxs profesionales suele ser deri- vaciones a “orientacidn a padres”, al Servicio Social, al Consejo del Nifix yal Servicio de Salud Mental. Una de las médicas entrevistadas refiere que “los padres hacen lo mejor que pueden”; se desprende de esta idea que no Ixs culpabiliza, sino que visibiliza los efectos en los modos de crianza de la no redistribucién entre los géneros de las tareas de cuidado y crianza y la ausencia de politicas ptiblicas de conciliacién y cuidados que permitan compatibilizar la vida familiar y la laboral. Esta sobrecarga de Ixs cuidadorxs, fundamentalmente de las madres, tiene como efecto conductas de facilitacién de las demandas inmediatas de Ixs niiixs. De este modo, el sufrimiento que estos pueden experimentar ante la frustracién de una demanda se acrecienta por la dificultad de sos- tén de estos estados de 4nimo por parte de cuidadorxs “cansadxs y culpa- bilizadxs”. La misma suerte corren las pautaciones de espacios y tiempos: a més cansancio y sobrecarga, menor posibilidad de sostén adultx de las Tespuestas (berrinches) de Ixs nifixs a las pautaciones. Se mantiene en Ixs profesionales la idea de que “antes se criaba mejor, ahora se crian como pueden”; “los chicos de ahora son menos dominables y los padres intentan convencer en lugar de asumir el ‘no’, por tal o cual motivo”. Es interesante considerar el cambio que se ha operado acerca de los sistemas de autoridad y autorizaciOn. Si, hace unas décadas, los modos autoritarios y las instituciones fuertes otorgaban un modo de autoridad a 3| I Nifiez, adolescencia y género | Tajer, Reid, Solis, Cuadra, Saavedra priori a quienes los ejercian o estaban al frente de ellas (médicxs, docentes padres, madres, profesorxs, terapeutas, entre otrxs), la caida de los modos autoritarios y el estallido de las instituciones de la modernidad deja vacan. te la construcci6n de las nuevas formas de ejercicio del sistema de autori- dad y transferencia. Por tal motivo, la adjudicacién de un supuesto saber a un superior jerarquico en la actualidad no constituye un punto de partida, sino un punto de Ilegada a construir en el vinculo y en la mutua expe- riencia. En este sentido, se pueden entender las dificultades que observan Ixs entrevistadxs acerca de que Ixs cuidadorxs actuales puedan “decir que no”, en lugar de emplear largas argumentaciones que intentan convencer a Ixs nifixs de algo que solo pueden aceptar como un lfmite. Como parte del panorama actual, cabe también considerar la dificultad que se aprecia para establecer limites: la homologacién imaginaria entre poner limites ¢ incumplir con el paradigma del nifix como sujeto de dere- chos. Esto acarrea una dificultad actual para poder visibilizar el sistema de derechos como complejo, pues incluye una multiplicidad de derechos de los diferentes sujetxs involucradxs. Por otra parte, vale destacar al respecto la dificultad que pueden encon- trar las personas rentadas cuidadoras de nifixs (mayoritariamente, mujeres jovenes y/o de sectores populares) para imponer limites y normas, por el temor a ser consideradas autoritarias y resultar desautorizadas 0 despedi- das por los padres/madres si Ixs chicxs reportan sus quejas a lxs adultxs al regreso de su jornada laboral. Otro eje a incorporar al andlisis son Ixs chi- cxs cuidadxs por Ixs abuelxs (mayoritariamente, abuelas), divididxs entre Ixs que consideran que los padres/madres son muy laxos en fijar Ifmites y Ixs que entienden el rol del abuelazgo ligado al cumplimiento de los aeseos y anhelos infantiles y no a la Pautacidn, que corresponderia a sus m res/mades Otra situacién recurrente es que la culpa por su ausencia 0 el i i i y, agotamiento que manifiestan sentir muchas madres trabajadoras x ue a se de la jornada laboral las Ievaria a no poder utbbeer ee Sis mortamientos y demandas de sus hijxs y preferit canoe Adc cuando esto no sea lo mas adecuado para !* » Se les permite a Ixs hijxs que vean televisién largas horas, B |32 Infancias generizadas en la atencién de la salud I sta de golosinas en horarios inadecuados, que se acuesten en la cam ‘ cama padres/madres, que no sc baiten y se les levantan castigos prema ente, etcétera). Todo esto dentro del marco de que la crianza es predominio femenino. Sin embargo, Ixs profesionales también én de los varones en la misma ha cambiado y inge: de los turam aun con consideran que la participaci sto como un cambio social positivo, fundamentalmente, debido de que ellos hayan adquirido estas nuevas habilidades. En este nsideran importante apoyar estas nuevas configuraciones, tan- acién de los padres como los nuevos roles de las mujeres en oral, algo muy importante para que las familias no entren en alta confrontacién y desgaste, que generan estrés familiar. le la complejidad actual, se ha observado una para valorar positivamente en la cotidiani- dad los modos en que Jos varones ingresan al mundo doméstico (poner el pafial al revés, no lavar bien los platos, llegar tarde a buscar Ixs chicxs al colegio, etcétera). En este punto, es necesario fomentar la tolerancia necesaria para que estos varones puedan aprender los nuevos roles; esto implica que no siempre las cosas saldran bien al inicio y también que habra una concientizacion de ellos como corresponsables, no como asistentes. se ha observado la dificultad de que los varones ndan la necesidad del tiempo libre en las mujeres, més alla del ademés de lo obligatorio y necesario en la comprension de que as tareas de cuidado sino yaloran ¢: al hecho sentido, co tola particip el mundo lab situaciones de ‘Al respecto, y como parte di gran dificultad de las mujeres Del mismo modo, compre: asignado al trabajo y desarrollo, para el sustento. Para esto, se requiere avanzar ellas precisan contar no solo con tiempo para también con tiempo para si (para el descanso, el desarrollo, el bienestar, las amistades, etcétera). Cabe destacar que aun cuando hay multiplici- dad en los modos de crianzas y ejercicio de la paternidad y maternidad, todos ellos tienen un eje rector: las mujeres atin abandonan mas que los hombres sus carreras, profesiones y proyectos. Realizan malabarismos y arreglan sus planes para concurrir a fiestas y reuniones escolares, com- prar regalos a docentes, etcétera. Y eso que s¢ hace y deja de hacer es una Propuesta identificatoria de género tan fuerte que las muiiecas Barbies o los soldaditos. (o mas fuerte aun) 33| : T Nitex, adolescencia ygénero | Tajer, Reid, Soll, Cuadre, Saavedra LACTANCIA: ALCANCES Y LIMITACIONES EN TIEMPOS PATRIARCALES ‘a en las relaciones de Be profesionales de la salud de la recomend, ta los dos afios de vida del bebx. Tody, cesidad de contextualizar la recomen. que es fundamental promoverla en ceso a una alimentaci6n integra) amiento. No obstante, cuan. xclusiva hasta los seis me. Se indagé sobre lactancia materna y su incidenct nero, incluyendo el impacto en cién de la OMS de sostenerla has Ixs entrevistadxs coinciden en la ne dacién de la OMS, en el sentido de familias que no tienen garantizado el act y en buenas condiciones de higiene y sane rado, adhieren a la lactancia ¢ ses; finalizado ese perfodo, cuando se incluyen otros alimentos, ya no la consideran necesaria a nivel alimenticio. Si consideran recomendable esta practica en términos de promocién de conductas de apego y de fortaleci- miento inmunolégico. Lxs entrevistadxs reconocen la dificultad actual dres para sostener la lactancia incluso hasta los sei inclusién laboral muy temprana y a la ausencia de lactarios y guarderias en los lugares de trabajo, sumada a la distancia entre lugar de residencia y de trabajo, que impide efectuar cortes laborales para sostener la lactancia. do esto est log: que tienen muchas ma- is meses, debido a la Se evidencia que la forma de abordaje de esta tensién es Ja insistencia en que la lactancia es necesaria y buena para Ixs nifixs, con dificultad para identificar el real impacto del malestar en las mujeres por la imposibilidad de cumplir con sus expectativas de lactancia y las condiciones del merca~ do para su reinserci6n laboral. Frente a esta dificultad, ningunx refiere la importancia sanitaria de generar mejoras en las condiciones de empleo de las mujeres que estan amamantando, para promover el sostenimiento de esta practica en mejores condiciones, o la promocién de la existencia de lactarios y guarderias en los centros de trabajo como forma de incentivat la lactancia materna. O de fomentar el teletrabajo en tiempos de lactancia, en los casos en que esto fuera posible. is profesionales manifiestan mayor facilidad para transmitir la impo tancia de la lactancia materna a la poblacién de amas de casa que @ las [34 wm Infancias generizadas en la atencién de la salud I res que tienen empleos que requieren la reinsercién laboral a los tres del nacimiento del nifix. A partir de esto, se identifica una necesidad ion mas profunda e intersectorial sobre cémo resolver esta tensién muje! meses de refle entre la médica re: su experiencia, Es importante que identifiquemos esta angustia como producto del cos- to en los psiquismos de las mujeres para incluir acciones que permitan continuar con la lactancia materna, al mismo tiempo que se reincorporan a sus tareas Jaborales. En este sentido, se vuelve preciso que haya guarderias en los lugares de trabajo o cercanas a los mismos, publicas o privadas, con cobertura de Ixs empleadorxs, y contar con subsidios. También es nece- sario que existan lactarios en donde extraerse la leche en forma higiénica, que haya heladeras para conservarla. Si bien algunxs cémoda y privada, y entrevistadxs sefialan que los convenios colectivos de trabajo en muchos empleos mencionan la hora de lactancia, identifican que, en la practica, resulta una practica discrecional y no como la de un derecho garantizado.” Estas reflexiones coexisten con una corriente contemporanea que se fundamenta en la crianza “natural” con apego, que incluye lactancia a de- manda y colecho, etcétera. Esta invitacion muy posiblemente puede estar convirtiéndose para muchas mujeres contempordneas en un nuevo ideal a cumplir, ademas de ser una opcién posible a elegir. Es importante analizar los multiples impactos subjetivos de estas ideas, por ejemplo, en mujeres que no pueden o no desean lactar. Por todo esto se hace necesario brindar bilice y considere la impor- cesidades afectivas y alimentaci6n del bebx y la insercién laboral de las madres. Una sola flexiona sobre el impacto subjetivo en estas mujeres que, segan viven esta tensién con angustia y mucha culpabilizaci6n. una propuesta que simultaneamente desculpal tancia de conseguir un nuevo equilibrio entre las ne alimentarias de Ixs nifixs y los derechos de las mujeres a tener una vida Propia, digna y sin culpas. Modelos en los cuales no haya que elegir entre ‘ bienestar de Ixs nifixs y el de las mujeres, sino que sean incluyentes de Xs nifixs y las madres. Es importante que este lugar a construir sea ocu- ees formas adecuadas y disponibles para cada quien, y que instale en una posicion de verdad absoluta, con altos costos en las i trayectorias de estas mujeres. 35| I Nifiez, adolescencia y género | Tajer, Reid, Solis, Cuadra, Saavedra ConFiGuRACcIONeEs FAMILIARES ACTUALES. IMPACTO EN LA SALUD EN LAS INFANCIAS En el campo de la salud mental, los avances con respecto a la infancia en | marco de las nuevas configuraciones familiares suelen abordar el impacto de las mismas en los modos de crianza y en la constitucién del psiquismo, En vista de ello, resulté fundamental explorar el imaginario que cons- truian Ixs profesionales de la salud frente a estos nuevos fendmenos que se presentan en la consulta, puesto que los mismos impactardn en la forma de abordaje. Tal como planteamos hasta aqui, podemos observar que no existe una sola forma de hacer infancia, de criar y de desear hijxs en la actualidad. Estas formas estan atravesadas por cuestiones de género y per- tenencia social, entre otras. Sin embargo, lo que tienen en comin es que pareciera que estamos muy lejos de instituir modos de crianza mas equita- tivos y propuestas identificatorias de género mAs innovadoras en términos generales. Incluso en aquellxs cuidadorxs que tienen cierta percepcién o reflexién sobre las inequidades. Algunxs de Ixs entrevistadxs indicaron que no han recibido capacitacién especifica en el tema de homo y monoparentalidades. Y que, en el caso ha- berla recibido, esta se limita a los aspectos técnicos y médicos ligados a las nuevas tecnologias de fertilizacién asistida. Solo en dos instituciones lxs profesionales refieren que han realizado charlas y ateneos en la temitica de la homoparentalidad. Algunxs agregan que han leido mas sobre el tema por propio interés. También mencionan que en algunos Congresos de Pediatria han podido hablar de esto, en relacién més bien con los posibles riesgos en la salud de los nifixs de familias homoparentales, y que se pre- sentaron posiciones encontradas, sin haber llegado a coincidencias. Cabe destacar que estos fueron esfuerzos autogestivos (por parte de los propios equipos tratantes o los servicios) y no inclusiones sistematizadas en los espacios institucionales de formacién (carrera de grado y/o residencias). Por ultimo, si bien opinan que tienen derecho a tener sus propios prejui- ios y dilemas y que el recaudo ético Ixs ayuda a visibilizarlos para trabajat™ los, otorgan mucha importancia a la capacitacion y valoran la oportunidad [36 Infancias generizadas en la atencién de la salud I de las entrevistas de esta investigaci6n como espacio de intercambio para poder pensar con perspectiva de género y seguir reflexionando sobre estos temas. Ademiés, enfatizan la importancia de tener en cuenta las cuestiones personales y la capacitaci6n, sefialan que en los Congresos de Pediatria hace falta hablar sobre estas tematicas, dado que hay gente que se preocu- pa por las mismas desde diversas perspectivas y puntos de vista que que- rrian conocer. Identifican que hace tiempo que se habla de la diversidad familiar en esos espacios de intercambio cientifico y se generan discusio- nes y debates al respecto. Esto es considerado por el equipo investigador como un progreso, puesto que anteriormente solo se conversaba al inte- rior de los equipos, por lo tanto, pasé de ser un asunto de preocupacién interna a plantearse como un tema de relevancia cientifica. IMAGINARIOS SOBRE LAS TECNICAS DE REPRODUCCION ASISTIDA (NTR) En uno de los CeSAC participantes de la investigacidn, Ixs entrevistadxs relatan que no han recibido consultas por mujeres o parejas que hayan concebido a sus hijxs por algan método de fertilizacién asistida. Esta si- tuacin podria estar ligada al hecho de que hasta entonces esta opcién solo era accesible para los sectores con més recursos econdmicos, dado que los tratamientos no estaban cubiertos por el sistema ptiblico de salud de la Ciudad de Buenos Aires en el momento de la investigacion. Ademis, sefialan que no tienen capacitacién a nivel institucional sobre ninguno de estos temas: familias homoparentales, mujeres solas que deciden tener hijxs y familias que recurren a técnicas de fertilizacién asistida. Agregan que hasta el momento no tuvieron la inquietud de buscar informacién por Su cuenta al respecto. En los demés servicios participantes, Ixs entrevistadxs relatan que han tecibido consultas de mujeres que decidieron tener hijxs solas, por fer- tilizacion. En este sentido, lxs profesionales de uno de los hospitales de Comunidad participantes indican que este tipo de tecnologias, por parte 37| * I Nifiez, adolescencia y género | Tajer, Reid, Solis, Cuadra, Saavedra de parejas homo y heterosexuales y mujeres sin pareja, es de uso muy fre, cuente en el 4mbito de profesionales de la salud. Esto podria estar vincy. | lado con la profesionalizacién de la carrera médica, que implica una base de al menos diez afios con dedicacién intensiva, lo que lleva de por sig que estxs profesionales estiren al limite el reloj biolégico de sus decisiones reproductivas. Por otro lado, podria inferirse la existencia de una relacién entre esta poblacién y el mayor acceso, conocimiento y familiaridad a este tipo de técnicas. | A modo de contextualizacién, cabe considerar que las mujeres que se embarazan a edades més tardfas empleando técnicas de reproduccién asis- tida han debido exponer sus cuerpos y sus subjetividades a tratamientos extensos que incluyen suplementos hormonales. Estas experi ducen costos especificos en los cuerpos, subjetividades y vinculos (Reid, 2019). Por lo tanto, esas trayectorias deben ser tenidas en cuenta toda vez iquen los efectos subjetivos y de modos de crianza de estas dos solo como efectos de una situacién iencias pro- que se identifi mujeres. Y no deben ser considera: psicopatoldgica previa no evaluada, da de embarazo impactan en el posterior trabajo de maternar, consideran- do, entre otras cosas, que el cuerpo ha sido muy intervenido. En los casos particulares en los que estas mujeres cri tienen con quién compartir esas responsabilidades sino que, fanico sostén econdmico y su vida sexual suele mantenerse en paréntesis. Todo esto debe ser tenido en cuenta para evaluar cémo impacta a modo de asuncion de este complejo proceso, donde estan en juego el esquema puesto que estos procesos de bisque- ‘an solas, no solo no ademés, son corporal, social y la crianza. Una de las pediatras entrevistadas narra que las mujeres profesio les madres de mas de cuarenta afios suelen estar mds preocupadas por crianza que las de treinta o treinta y cinco. Ellas demandan mis explica- ciones a Ixs pediatras, estan sobrepreocupadas, mantienen més contacto s. Aqui rida na la con Ixs pediatras y soportan més carga emocional que las otra se observa que las crianzas de nifixs concebidxs por fertilizaci6n asis suelen generar una mayor preocupacion en las mujeres y una tendencia# [38 Infancias generizadas en la atencién de la salud I la sobreproteccion, dado el costo de llegar a la concepcién. Asimismo, se desliza la preocupacin acerca de cémo dar informacién sobre su origen a Ixs nifixs. Lxs profesionales no suelen preguntar por la concepcién como dato relevante. Unx de Ixs entrevistadxs manifiesta que, en las consultas de nifixs nacidxs por fertilizacién, muchas veces las familias no cuentan como fueron concebidxs y desde el lugar de profesional se trata de no preguntar demasiado para no invadir: solo lo necesario para la historia clinica. Estas manifestaciones evidencian la necesidad de tensarlo con el valor saludable del derecho de Ixs nifixs a su identidad, consagrado en la Convencién por los Derechos del Nifio.? En tal sentido, serfa importante que xs profesionales de salud mental que trabajan en el campo de la reproduccién asistida pudieran transmi- tir los conocimientos acumulados en el seguimiento de estxs nifixs, para que Ixs pediatras tengan informacién sobre cémo y cuando transmitir la verdad de origen a lxs nifixs y el valor saludable de hacerlo. Estos criterios deberfan compartirse en la formacién de estxs profesionales para la reali- zacién de anamnesis inclusivas. Podemos observar aqui que, como en mu- chas otras cuestiones en el campo de la salud, las practicas estén antes que la capacidad de informacién y formacién sobre el tema. Muchas practicas de crianza y modos de concepcién y realizacién de la maternidades y pa- ternidades para el universo médico més tradicional son atin innovadoras. Asi, se encuentran con situaciones en las que todavia faltan conceptualiza- ciones para acompaiiar a padres y madres en cdmo responder a la pregunta sobre el origen de Ixs nifixs concebidxs por estos métodos, como comu- nicar, cudles son las representaciones y los efectos en las subjetividades de Ixs nifixs contempordnexs. Por otra parte, respecto de la afectacion de la fertilizacién asistida en los Modos de crianza, algunxs profesionales valoran que habrfa que observar la tendencia. Unx de Ixs enfermerxs entrvistadxs refiere preocupaci6n por las mujeres de edades avanzadas que deciden maternar. Segtin su percep- cién, “Alrededor de los cincuenta afios, la paciencia no es la misma y ter- minan convirtiéndose en abuelos y no en papas; la experiencia me indica ue en la adolescencia esto se complica mas”. Sostiene que esto se torna 39 bk [ Nifez, adolescencia y género | Tajer, Reid, Solis, Cuadra, Saavedra més dificil cuando son madres precoces y cuando son demasiado grandes s compiten con sus hijas y las mayores no tendrfan partir. Este comentario refiere més a la edad on lo cual la critica larvada a las nuevas las mismas permiten la extensiOn de la se desliza una valoracién dado que las mas jovene mucho en comin para com de la gestante que al método, c tecnologias reproductivas es que 1 maternidad a edades mayores. En este sentido, ideal de la maternidad a edades “especificas”, ni muy jovenes ni muy gran- des, lo cual constituiria la “buena maternidad”. Esta idea esta altamente cargada de prejuicios y dificulta entender la especificidad de las maternida- des en cada etapa etaria y sus respectivas necesidades de acompafiamiento profesional. Por otra parte, la ubicacion de esta “buena maternidad” coin- cide con la extrapolacién de criterios biomédicos de riesgo vinculados a arazos tempranos O tardfos con dificultades subjetivas en los modos janza de estas madres (Tajer, 2020). diatras entrevistadxs obser solicitud de ovodonaci6n, pr para inseminaciones, emb; de cr Unx de Ixs pe: tucién frente a la controles. Por el contrario, simple. Los voluntarios pueden acudir directame: y luego Ixs profesionales realizan la inseminaci6n. Ui manifiesta la asim que podria determinar que alguien “muy perturbada acc ja identifique de ese modo, en contrapo: lebe atrave- sar en el caso que se som: de con algunxs que comp en las parentalidades cuyo ori posicién con los altos niveles de exigencia para parentalidades adoptan- tes, Estas comparaciones permiten identificar que habria una sombra de sospecha a priori sobre adoptantes y receptoras de ovodonacién, y 1° asi de procreantes esponténeas y receptoras de donacién de esperma. Con lo cual, la sospecha o la necesidad de verificacién de salud mental y social re- ee sobre las mujeres que, de un modo u otro, no pueden —— sus OVU" para engendrar. careers que, aun cuando la sociedad —via la adopcio® y la ovodonacién- ha ampliado las posibilidades gestantes de personas con va las diferencias en su insti- evia a la cual hay muchos el camino suele ser mas nte al banco de esperma ina de las entrevistadas etria al respecto, eda a una inseminaci6n y que nadie |: sicién con los multiples controles que d eta a una ovodonacién”. Esta apreciaci6n coinci- “ambientales” aran la inexistencia de controles igen son las relaciones sexuales, en contra- |40 i Infanci i fancias generizadas en la atencién de la salud I dificultades procreallvas, los imaginarios siguen operando en la sospecha de sus posibilidades de crianza. Opera alli un deslizamiento de s mi que homologa dificultades biolégicas con dificultades en la eer crianza (Reid, 2019). ° También puede argumentarse lo contrario: que, dadas las enormes difi- cultades de crianza actuales, las personas que pueden engendrar hijxs bio- logicxs deberfan pasar por un examen “ambiental”, al igual que quienes adoptan. Debates y contravisiones que son interesantes @ la hora de revisar nuestro saber y hacer en estos temas. BRE LAS CONFIGURACIONES MONOPARENTALES IMAGINARIOS SO! nuevas configuraciones monoparentales, en el Ambito pri- vado sefialan haber recibido mayor cantidad de consultas de mujeres que decidieron voluntariamente tener sus hijxs solas. Algunxs profesionales manifiestan su preocupacién a futuro: “Tiene impacto porque el chico no tiene padre y a ella no le importa que el chico no tenga padre. Al chico esto le empieza a hacer ruido cuando entra al jardin y se habla de ‘mamé y pap’’, Unx de Ixs profesionales considera que jeres son “mujeres estas muj felices”, porque esta maternidad en soledad ha sido realizada por opci6n, hecho que difiere de haber concebido unx hij x al interior de una pareja y luego quedar solas en la crianza. En el Ambito pablico no han recibido consultas por hijxs concebidos por fertilizacin asistida, aunque sf en el Ambito privado, en el que sefia- lan -tal como mencionamos en el apartado anterior— que estas madres por lo general tienen més de cuarenta anos, lo cual puede impactar -segin expresan- en la paciencia que tengan para Ja crianza de esxs nijixs; OUrXs profesionales mencionan que tienden a ser mas sobreprotectoras. Llama la atencién que ambas caracteristicas sefialadas refieren més a sus dificulta- des que a sus potencialidades, lo que evidencia que N° yaloran de manera Positiva las practicas de maternidad des mas avanzadas. Respecto de las n mujeres de eda‘ 4i|

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