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ELIAN CUVILLIER. JESUS FRENTE A LAVIOLENCIA EN EL EVANGELIO DE MATEO EJ autor del presente articulo toma como punto de partida la palabra de Jess sobre los violentos en el contexto del primer Evangelio (Mt 11,12). Mateo inscribe los ministerios del Bautista y de Jesus en un periodo de confiico violento provocado por la proximidad del Reino Ge Dios. Al ser conftontado con fa violencia, el fesis mateano apela a Ta justicia retributiva de Dios sobre los que se oponen a la venida del Reino. interpretada por Mateo de acuerdo con las categorias de la aapocaliptica, la muerte de Jesis se presenta como desenlace normal dde la férrea l6gica de la violencia. En este sentido, el Sermén de la ‘montafia representa el reverso de fa medal Jess aux prises avec la violence dans PEvangile de Matthieu, Ecudes Théologiques et Religicuses 74 (1999) 335-349. El presente ensayo pretende ahora, el Reino de los cielos suffe interpretar el enigmatico logion violencia, y fos violentos lo arreba- dde Jestis que encontramos en el tam» (Mt 11,12). Los principales Evangelio de Mateo sobre el resultados han sido sintetizados tema do la violencia en el contex- bajo la forma de «tesis» al con- to de la narrativa mateana: «Des- cluir cada una de las etapas de la de fos dias de Juan Boutista hasta —investigacién. EL DESTINO DEL JESUS DE MATEO: UN RECORRIDO JALONADO POR LAVIOLENCIA La violencia en los origenes precisa, un detalle do esta genea- G2 la‘xistencia historiea de fogia indica que ests esta marca- Jess do por la violencia, no solamente ‘como miembro del pueblo de Is- La violencia esti presente en rael, sino como miembro de un Jos relatos de la infancia de Jess linaje particular. Después de ha- de dos maneras diferentes: ber presentado a Jesiis como I. La genealogia de Jess (Mt «hijo de David» (Mt 1,1), Mateo 11-17) atestigua que la violencia sefiala que «David engendré, de precede la venida al mundo de lz que fue mujer de Urias.a Salo- Jesus. La lista de sus antepasados mén (¥. 6). {Por qué no llamarla lira en ella inerita fg historia por st nombre, Besabé, como 2 tormentosa y violenta del pueblo las otras mujeres: Rajab, Tamar y ide Israel: una historia de guerras Rut? {No se quiere con ello re~ y paz. de violencias y de reconci-_cordar el episodio en que David, Tiaciones. Incluso, de manera mas una vez ha cometido adulterio 200 con aquélla que sera mas tarde tun antepasado de Jests, hizo ma- tara su marido (8 11)! .En el capitulo 2, Mateo narra un acto particularmente violento, el de fa matanza de los nifios de Belén (Mt 2,16-18).Por medio de este asesinato colectivo, Hero- des intenta desembarazarse de tuna competencia indeseable. Dos puntos a considerar: La cita de cumplimiento del v 17 menciona al profeta Jeremias. Este profeta adquiere un especial interés para Mateo que lo nom- bra explicitamente tres veces (ite 2.17618; 16,14: 27.9-10). La primera y la ditima referencia atestiguan la oposicion mortal al Mesias de quienes le habrian de haber reconocido y acogido. La mencién de Jeremias refuerza el vinculo entre los relatos de la In~ fancia y el de la Pasion, haciendo hincapié en el rechazo del Mesias por su pueblo, mas concretamer fe por sus responsables eligi 508. Por otra parte, en Me 16,14 ) evangelista confirma lo ante- riormente expuesto: para Mateo, Jesis fue visto por sus contem- poraneos como un profeta de desgracias. Como Jeremias, tam- ign él sufrid las consecuencias: el rechazo. Para Mateo, este re- chazo ya estaba inscrito al princi- pio de I existencia terrestre de Jest. El episodio de la matanza de {os inocentes y de Ia huida de Je- sis a Egipto debe leerse en para- Ielo com ia historia de Moisés. Las alusiones mds sugerentes son: I} el asesinato de todos los nifios yarones de Israel bajo las orde- nes del Faradn (Ex 1,22), asesina- to al que escapa Moisés (Ex 2,1- 10); 2); fa huida de José ade no- chen evoca Ia huida de Egipto la noche de Pascua (Ex 12.3 1),pero también la huida de Moisés, en peligro de muerte, cuando mata aI soldado egipcio (Ex 2,11 ss); fa ‘vuelta de Jestis a su pais que re- cuerda la de Moisés. Jesis se hace, asi, solidario de las desgra- cias de Su pueblo (cf. Me 8,17; 11,28-30), incluso en la violencia sufrida por los mas pequefios y,a la cual, en Ia logica del relato de Mateo, él se escapa provisional- mente Por tanto, desde ef principio de su existencia esta Jesus doble- mente marcado por Ia violencia: Yiolencia original (se halla en el mismo corazon de su genealogia) yvviolencia real (en Jesus se repite el tema veterotestamentario de la rebelién contra el enviado de Dios). Rastros de violencia en la na- rrativa evangélica ‘A continuacién sefialaremos algunos rastros de violencia que cabe descubrir a lo largo de a narracién evangélica: [La violencia contra los diseipu fos y contra Juan Bautista. En Mt 10, jJesds anuncia la violencia que su- frirn los discipulos en su mision de la proclamacién del Reino de Dios (Mt véase 10,16-42; wv.2I- 22; «Entregara a la muerte her- mano a hermano y padre a hijo; se levantarén hijos contra padres y los mataran.Y seréis odiados de todos por causa de mi nombre; pero el que persevere hasta el fin, ste se salvaran). El rechazo del |Jonis frente a fa violencia en el Evangelio de Mateo 20/ Evangelio y la violencia que pro- voca en sus adversarios se expli- can de manera teolégica: Cristo es objeto de escindalo. El odio a que estén expuestos los discipu- los es el resultado de la separa- cién que provoca el Evangelio: es nnecesario abandonar seguridades y certezas para seguir a Cristo.Y esto es objeto de escéndalo para todos los hombres, tanto judios como paganos. Mateo relata la muerte vio- lenta de Juan Bautista (141-2) Esta debe interpretarse dentro del marco de la violencia que la venida del Reino suscita en el ser humane. juan Bautista es conde- nado a muerte porque en nom. bre de Dios interpela a los pode- rosos. En este sentido, la violen- cia que él sufre anuncia la violen- cia que sufrird Jesis: «Os aseguro que Elias ya vino y no le recono- cieron y [o trataron a su antojo. tro tanto ha de suffir de ellos el Hijo del hombre. Entonces comprendieron los discipulos que se referia a Juan Bautista» 2. La muerte de Jestis como re- sultado de fa violencia. La muerte de Jesiis se inscribe, pues, dentro de esta tradicién del enviado de Dios rechazado y violentado por su pueblo, bajo la influencia de sus jefes religiosos, cuyos privile- gios pone en entredicho con su predicacién, Dos ejemplos seran suficientes para ilustrar lo dich a) Es en Mat 12,14, inmediata~ mente después de la controver- sia surgida por la interpretacién radical que hace Jesiis del sabado (véase 12,1-13), cuando los fari- eos se retinen para confabular contra él y eliminario, Desde el 202 Elan Cuviller proyecto de Herodes al principio del Evangelio, ésta es la primera vez en que se plasma explicita- mente el deseo de conducir a Je~ sts a la muerte, Se perfila, pues, en el horizonte del relato la condenay la muerte del enviado | de Dios. b) Son, sobre todo, los tres anuncios de la Pasién los que aqui deben ser mencionados. En ellos, a violencia que sufre Jestis no es Ia de los dirigentes del pue- blo en tanto que judios, sino la de todo hombre (judfo o pagano) | cenfrentado a la palabra del predi- cador del Reine de los cielos. Je~ sus muestra a los discipulos (16,21) Ia perspectiva de su muerte. Ei ha comprendido el ca- rcter ineluctable de ésta.Al igual que los profetas del antiguo Is- rael, portadores de la palabra de Dios, al igual que Juan Bautista, Jestis fue rechazado y sufrié la violencia homicida. 3. El Reino asaltado por la viow fencio (Mt 11,12). Para concluir con este capitulo, diremos que las principales interpretaciones del versiculo 12 se dividen en cinco: tres interpretan positiva- mente dicho logion, dos lo hacen de forma negativa. a) En postivo, el login signif- caria: |) la «santa violencia de | aquellos que se aduefian del Rei- no de Dios a costa de las mas duras renunciasy;2)laidea,segin | la cual,el Reino,a pesar de todos. | los obsticulos, vendra con poder; 3) alos violentos» seria la expre- Sién con la que serian designados | los discpulos de Jesus por sus adversarios o incluso por ellos mismos. Esos aviolentos», esos amarginados» se apoderan en lo sucesivo del Reino. ') En negativo, el logion desig- naria:a) Ia violencia de los zelotas que quieren hacer advenir el Rei- no por las armas (y que Jesus desaprobaba); 2) en expresion de Ia apocaliptica judia, el combate de las fuerzas malvadas contra el Reino de Dios y sus enviados. En otras palabras, el suftimiento de Juan Bautista y de Jesus es inter pretado en términos de tribula- Gdn escatolégica de los ultimos dias. {Cémo Interpretar el pasaje? Por'el contexto narrativo de Ma- teo,en el que esté tan presente la violencia contra los enviados de Dios, el fogion expresa la suerte reservada al Bautista y a Josts. En sus personas es el Reino de Dios el que recibe el embate de la vio- lencia. Los violentos son aqui los que atacan a los enviados de Dios para apoderarse de un bien que no es suyo (véase 21,38). Est a punto de librarse un com- bate apocaliptico entre Dios y los poderes. Ei Bautista esti en prision y pronto sera muerto. La misma suerte le aguarda a Jests. Laviolencia es, pues, constitutiva del préximo advenimiento del Reino de Dios. Los que se opo- nena él echan mano de la violen- cia. Esta interpretacion enlaza con la tradicién profética: et re- chazo ya veces la muerte del en- viado de Dios. Tesis |:A través de la genealo- gia y del relato de la infancia, Mateo Sefiela que la violencia es consttuti- va de fa existencia histérica de Jestis en cuanto que procede de un lingje humano, coracterizado por 'a vi Iencia y el homicidio.A esta violen- cia, comiin a tado destino humano, se une, para Mateo, a violencia sus- citada por fa proclamacién de la proximidad del Reino de Dios. Esta roclamacién que interpela al hom- wre en sus certezas y en su suficien- cia, suscita rechazo y odio en el en- cuentio con el enviado de Dios. LAVIOLENCIA DEL DIOS DE JESUS CONTRA SUS ‘OPONENTES Uno se pregunta si tal violen- cia de los hombres no hace que el Reino de Dios se vuelva él mis- mo violento, si el predicador del Reino no es llevado é| mismo a responder a la violencia de los hombres por medio de una vio- lencia vengativa de Dios. En la id= gica cultural y religiosa de Mateo, fa violencia contra los profetas demanda un juicio de Dios. Es cierto que en el primer Evangelio encontramos palabras de ven- ganza, por tanto violentas, de Je- J sis. La siguiente enumeracién ros permitira hacernos una idea de [a Importancia del tema de la violencia retributiva del Dios del Jesis mateano: Mc II, 21-24: maldicién con- tra Corozain, Betsaida y Cafar- natin (v. 23: «Y té Cafarnain jHasta el abismo te hundirds! Mt 13,36-43: explicacién dela parabola de la cizafia (v.42: «y los arrojaran al horno de fuego: ali serd el llanto y el rechinar de dientes». ds frente al violencia en e! Evangelio de Mateo 203 Me 18,23-35; parabola del siervo sin entrafias (v.34: «Y en- colerizado su sefior, le entrego a Tos verdugos hasta que pagase todo lo que debian). Mc 22, 11-14: parabola de! banquete nupcial (¥. 7: «Se aird el rey y, enviando sus tropas, dio muerte a aquellos homicidas y prendié fuego a su ciudad») Mc 23:invectivas contra escri- bas y fariseos; las siete maldicio- nes, de una extrafia violencia ver- bal (v.33: «iSerpientes, raza de vi- boras! {Cémo vais a escapar a la condenacién de la gehenna’). Me 25,14-33; pardbola de los talentos (v.30: «Ya ese sierva in Util, echadle a las tinieblas de fue- ra.Alli serd el llanto y el rechinar de dientes»). Me 21,33-45: parabola de los vifiadores homicidas. La violencia retributiva alcanza aqui su pa- roxismo. El homicidio representa aqui el gesto siltimo por el que se intenta ser propietario de la vifa La violencia engendra entonces Violencia: el duefio castiga a los miserables haciéndoles correr la misma suerte que ellos han he- cho correr a sus siervos y a su propio hijo. importa, sin embargo, apuntar algunas diferencias entre la vio- lencia sufrida por Jesis y Juan Bautista, y la violencia divina, anunciada por Jesis, sobre sus enemigo: |. EiJesis de Mateo apela a la vvenganza, pero él no se venga. En ‘otras palabras, la palabra de jesus es a veces violonta, pero no sus actos. El episodio de los vende- dores expulsados del Templo (Me 21,12-13) no entra dentro de la 204 Elan Cuvier ‘categoria de la violencia retribu- ttva, sino que constituye un gesto de purificacion del Lugar Santo. 2. El lenguaje que utiliza nore malmente el Jesus de Mateo es Un lenguaje parabolico. El lengua- je metaférico puede considerar- se un medio para desviar la lla- mada a la violencia.A no ser que se haga «violenciay al texto, las Paribolas que acabamos de ver no pueden ser directamente apli- cadas a Dios. No son mis que imagenes y aproximaciones 3. El marco narrativo al que Mateo somete a ciertas parabo- las de juicio podria llevar a mati- zar la violencia de los propésitos. Asien Mc 18,la parabola del sier- vo sin entrafas (vv.23-35) es pre- cedida por la parabola de la oveja perdi (rs ibs), 4.En la tradicion veterotesta- ‘mentaria, la funcién del lenguaje de juicio recurre a la repeticion. B Jess de Mateo ha mostrado que la amenaza del juicio divino no concierne sélo a Israel o a los. incrédulos, sino también a figuras del relato en las que los miem- bros de la comunidad mateana pueden, sin duds, reconocerse (el siervo sin entrafias, el banquete nupcial.) 5. La Violencia puesta en boca del Jess maveano (véase Mt 23 en particular) se explica también por el contexto histérico en ef {que esté inserzada la comunidad. En cierto modo, uno se puede preguntar sila violencia verbal no tiene un efecto catalizador de tuna violencia fisica o moral expe- rimentada. Tesis 2: En Mateo, Jesis y los Jefes del pueblo se hallan en una relacién de violencia reciproca, en el sentido de que Jests, mediante su ‘actitud y sus palabras, provoca a los jefes del pueblo y, por otro lado, los jefes del pueblo rechazan a Jests. En el transfondo del discurso del Je- stis de Mateo se divisa un Dios justo fa vez que violento, un Dios temi- ble que restituye a cada uno segdn sus obras. Este juicio divino siempre bajo forma metoferica, es trastada- do.a un futuro escatoldgico que evi ta que Jesis y sus discipulos resuk ten en el tiempo presente como los depositarios. Es decir, fas palabras de juicio resuenan como una adver- tencia dirigida de igual manera a los iscipulos. La muerte de Jess como fin de la violencia on Dios En la l6gica narrative de Ma- teo,la muerte de Jesis es [a ilti- ma violencia contra ef Reino. La Ultima violencia hecha a Dios en fa persona de su Hijo. Sin embar- go, es¢a ultima violencia que de- beria haber conducido logica- ‘mente a una violencia de rechazo de Dios mismo (véase la parébo- la de los vifiadores homicidas) se ‘transforma en Jesis en la acepta- cién de la no violencia y de la no ‘venganza, tanto en hechos como ‘en palabras. Esta aceptacién de la violen- cia sin demandar la venganza se ‘opera en tres etapas: I. En Getsemant (Mt 26,36-35), Jess acepta sufrir la violencia al aceptar la voluntad de su Padre 39). 2. En el momento de su arres- to (Me 26,47-56), Jestis acepta no hacer intervenir la fuerza divina y asi no responder con violencia a la violencia: «En esto, uno de los que estaban con Jesus echo mano a su espada, la sacé e, hi- riendo al siervo del Sumo Sacer dote,le corté la oreja. Dicele en- tonces Jesus: Vuelve tu espada a su sitio, porque todos los que empuren espada, a espada pere- cern, 70 piensas que no puedo yo rogar ami Padre, que pondria al punto a mi disposicién mas de doce legiones de angeles?» (Mt 2651-53). 3. Cuando Jess muere (Mt 2745-50), muere con él y por él tuna imagen de Dios! en ls ¢ru7 muere el Dios de la venganza y de la retribucién Pueden sefalarse, a continta- in, cuatro puntos complemen- trios: I. Es interesante constatar que fuera de una notable excep- cién (la parabola de los viadores homicidas), las numerosas pala- bras de Jestis anunciando el uicio de Dios no estén en relacion con su muerte préxima. Incluso los logia de! Hijo del hombre como depositario del juicio divino no establecen ningtin lazo entre di- cho juicio y la muerte de Jestis (véase Mt 13,41; 16,27; 24-25). 2. Como signo narrativo del camblo que se opera, se indica el ppaso de la palabra virulenta de Jos discursos proféticos (véase Mt 23 y 24-25 en particular) al silencio de aquél que es entrega- do ala violencia de los hombres. 3. El abandono de Jesus por Dios, el fin del sistema antiguo (el Velo, del Templo rasgado) y la confesién de Jesus como «Hijo Jess frenee a fa violencia en el Evangelio de Mateo 205 de Dios» (27,54),se proponen en Mateo dentro del marco de una interpretacién apocaliptica de la cruz. Este marco apocaliptico es subrayado narrativamente por las tradiciones relativas al tem- blor de tierra y a la apertura de las tumbas que Mateo incluye en el relato de la muerte de Jesus (Me 27,51b-53), Para él y con la muerte de Jestis, el e6n antiguo ha acabado, el e6n nuevo co- mienza. 4. Es de notar también que el Jesiis resucitado no pronuncia ninguna palabra de venganza ni de llamada al juicio, Tesis 3: En un principio, jess lama a un juicio que ét reclarna de Dios, @ una violencia divina que re- flea, sin dada, la suya. En Getsema- 1, él se rinde a la voluntad de su Dios y se abandona asi q fa violen- ia de fos hombres, En la cruz, es st Dios quien le abandona: «jDios mio, Dios mio! por qué me has abando- nado?» Dicho abandone marca en Jestis el fin de una cierta compren- sién de Dios. Leido desde e! marco de puesta en escena apocaliptica de Mateo, la muerte de Jesis puede ser interpretada no s6lo como fin de la violencia de Dios, sino como fin del sacrifcio comprendido como sis- tema de reparacién violenta de a falta:con la muerte de Jestis, empie za un tiempo nuevo donde el anti suo orden de cosas no tene yo cob LA «SANGRE DEL JUSTO» COMO SIGNO DE CAMBIO Jestis anuncia en Mt 23,30.35, ‘en linea con la tradicién vetero- testamentaria, que la sangre de los justos y de los profetas debe caer sobre los escribas y fariseos. El Dios de la retribucion se halla aqul en el corazén de las invecti- vas de Jesiis. Es mis, Judas sufre cesta légica retributiva, habiendo scentregado sangre inocenten (Mt 27,4), precedido por la palabra de Jestis que pronuncid sobre él (Mi 26,24). Después de su muer- te es enterrado en el campo de la sangre (27,6-8). Por otro lado, Tato se «ava las manos» y se de- clara inocente de la sangre de Je- sis (27,24), a lo que el pueblo responde que su sangre recaiga sobre ellos y sobre sus hijos (27,25). El homicidio tlama al ho- tmicidio, la sangre llama a la san- gre. Nos encontramos todavia 206 Elan Cuvilier ante a ley del talion, la ley de la sangre. Existe, sin embargo, otra in- terpretacién propuesta por Jess fen camino hacia su Pasion y ya no del Jostis de las invectivas de Mt 23: durante la altima cena, Jesus anuncia que su sangre sera derra- mada «por muchos para el per- dén de los pecados» (26,28). Ya rno habra mas venganza, esa san- gre sera el signo de la Alianza y del perdén, Entre Mt 23,30 y Mt 26,28 hay, pues, un verdadero cambio: la sangre ya no recae como una maldicién, sino que se convierte en signo de perdon. Tesis 4: En la tradicién vetero- testamentaria, ta sangre derramada injustamente reclama reparacién, ¢ decir la sangre del culpable debe ser derramada en compensacidn. En of Evangelio de Mateo, especial mente en el capitulo 23, Jestis se vale de esta logica retributiva para pronunciar la condena sobre escri- bas y fariseos. Es durante Ia ttima cena que esta légica se rompe: fa songre de Jesis es signe de alianza y perdén. EL SERMON DE LA MONTANA: NUEVO DISCURSO ‘SOBRE DIOS El Cristo del Sermén de ta Montafia revela el mundo de los hombres tal como es -un espacio infestado por la violencia-, pero, al mismo tiempo, interpela a sus discipulos a fin de construir un nuevo orden de valores donde ‘cada uno sea respetado por lo ‘que es, acogiendo su identidad y encomendandolo a Dios, cuyo amor no discrimina. A la violen- cla, constitutiva de toda sociedad humana,el Jests del Sermén de la Moncafia invita a un cambio radi- cal, a una oposicidn no-violenta que es, verdaderamente, una de- claracion de guerra a Ia violencia de los hombres, Ahora bien, el Sermén de la Montafia contiene, por su radicalidad, una violencia hecha a la logica del mundo: un nuevo discurso sobre Dios que suscita violencia y oposicién con- tra aquél que es el predicador.Je~ siis deberd, pues, asumir la vi lencia que sus palabras provocan. Par lo que s6lo la Pasign permiti- ra que se realice plenamente, en Jesds, ese nuevo discurso sobre Dios. 5: En el Sermén de fa y de manera program a, el Jestis de Mateo rompe con la fogica de la violencia, La Palabra que & pronuncia es realmente Palabra de alteridad en tanto que enuncia fo inaudito. El Sermén de la Montafia anticipa aquello que se va a realizar plenamente en fa Pasién de fests. Lamucrte en cruz es el lugar donde Jesus muestra, con toda fuerza, la palabra inaudita del Sermén de la ‘Montafia. En el Gélgota, Jesds se re- vela verdaderamente como «Hijo de Dios» que rompe la légica de la Violencia y ofrece un lugar donde descubrir el nuevo rustro del Podre que el Sermén de fa Montafia cnun- ciaba. Conclusion Dentro del contexto de la na- rracién mateana, Me 11,12 sitia los ministerios de Juan Bautista y del Jesis terrestre en un periodo de conflicto violento que carac- teriza la proximidad del Reino de Dios. En términos apocalipticos, tuna lucha sin tregua se desencs- dena entre Dios y sus aliados, por un lado, y el mundo de los hombres, bajo el poder del diablo (Mt 4,8), por otro. En esta lucha, Jesus adopta fa siguiente actitud: por una parte, anuncia a justicia retributiva de Dios sobre aquéllos que se opo- nen 2 a venida del Reino; por otra, proclama Ia palabra radical- mente no violenta del Sermén de la Montaiia. En Mateo, la cruz revela la vio- lencia ditima contra Jestis. Con- trariamente a lo que se pudiera Jess frente a la violencia en el Evangelio de Mateo 207 esperar (véase Mt 22.41), el fruto perdén (Mt 26,28) serén procla- deesa violencia no seria eljuicio, _mados, de ahora en adelante, por sino el advenimiento de un tiem- los discipulos de Jesiis (Mc 28,16- po nuevo donde Ia alianza y el 20). Es este Dios el que se ha hecho cercano a nuestro mundo, tan cercano que su Hijo ha legndo a participar en todo de nuestra condi- cidn humana. ;Cémo no iban los cristianos amar esta tierra, céimo no iban a respetar el cuerpo, cémo no Iban a preccuparse de los destinos del mundo? Su Maestro a nec por si mismo la experiencia de racer y.de crecer Ha tenido hambre y ha comide. sed y ha bebido. Ha cono- tio ig clea dl desir yin presen de Tad rmlteudes que fban racia él, Ha revelado ales suyos que eran fa sal de a terra y a luz de mundo yes ha enefiado la verdaera jst y el amor 2 Tos enem- 08. Les dijo que rogasen para que se cumpliese aqul abajo fa voluntad Sei pidc(), ure poses ltr mmerso en ie proundcace de ‘nuestra hurmanidad, nunea ha sido cémplice de la mentira 0 del odio Ress a as tentacones del poder dein varitady del orgllo Lam jenaventurados a los pobres, a los aflgidos y a los perseguid tan de cla Darga Paz ques Rego na era de este mon: fo y,en vex de responder ala violencia con violencia, se dej6 conducir alsuplio de cuz ae s fuego el que trajo ala tlerra, fuego de un amor que ha llegado hast of ren qur ha do contra ss dipole large de t6da la historia. Muchos creyeron que su muerte rubricaba su fracaso definivo. Pero él habia anunciado de antemano que la verdadera vide Consistia en darse enteramento. Muri6.Pero su muerse se habia ofreci- do justamente por los que se le habian opuesto... Su muerte era ia ‘expresién ditima de su vida,enteramente consagrada a los demas. es teste don el que debia hacerie triunfar de la muerte. Su vida se le devol- io ms allt de Cavario.Creemos que vive y que est con nosotros para siempre.Y esperamos que nuestra propia muerte nos abrira a la Sida Sin Visine ya ce ela vid ne doe soon por aqul fuego que él propagé en la tierra. MICHEL FEDOU, Lettre d un futur baptisé, Etudes,392 (2000) 354-355. 208 Elan Cuviller GODFRIED CARD. DANEELS EGAR LOS SURCOS...” La palabra del pastor Con ta precisién teolégica, la hondura espiritual y ef gusto por el si olism y la imagen que caracterizan su palabra estimulante de pas- tor, Mons. Daneels, Card.Arzobispo de Malinas-Bruselas, nas ofrece, a! hilo de su meditacién, algunas reflexiones sobre la vida consagrada. Hay que valorar en particular el desarrola de fas razones que funda- ‘mentan Ia estima del pastor por dicha vida consagrada, el aprecio de su importancia vital en el plan diocesano su rol de «radar de su fajuvenecimiento, al renovar unas formas que pueden mostrar su re lativa caducidad, “Arroser les sillons..» La parole du Pasteur. Vie consacrée 71 (1999) 221-231 Mis refloxiones no seran de privilegiado dentro de Ia vida orden juridico, sino las de un pas- consagrada y a olvidarnos del ser tor que habla sobre la vida con- 0 simplemente a presuponerlo. sagrada en una didcesis o en una Sin embargo, el ser consagrado a Iglesia local. Cristo es lo més importante. La El pastor de una didcesis vida religiosa es el ejemplo mas como su clero- esti sometide a claro -mas quimicamente puro- Giertas tentaciones que exigirin de la sequela Christi (seguimtento de cada uno una continua con- de Cristo). eso ipor qué? Por- version. que la vida consagrada nos per- {a primera tentacién del pas- mite entrar en relacién con el tor es considerarse en la practica Cristo fuente de vida, para estar ide a vida consagrada dentro de al lado de él, para consagrarnos a su diécesis como proveedor de él, para abandonarnos a él, con el tropas auxiliares para el aposto- Liico objetivo de entrar al servi- jado. Esta tentacion aumenta dia cio de la iglesia. Esto es innegable a dia por el hecho de que cada en lo que concierne a las ordenes Vez hay menos agentes pastora- _contemplativas, pero igual de cla- les, De ahi a considerar la vida ro debe ser para las Ordenes ac consagrada desde un punto de _vas.Asi, pues, io que es importan- Vista puramente pragmatic hay te es el ser,el ser-con-éh;no olvi- tan s6lo un paso. demos que uno no se define por la funcidn que desempefia, fun- Prioridad del ser sobre la ac- cién que incluso puede ser cién en la vida consagrada _inexistente o sin utilidad directa- ‘mente pastoral En realidad, estamos tentados Yo se lo digo a todos -tanto a a conceder a'la accion un lugar los sacerdotes como a los semi- 209

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