Professional Documents
Culture Documents
Entrevistas
Entrevistas
Bleichmar:
Aberastury:
El analista deberá hacerse cargo de la angustia parental y deberá hacerse cargo del
síntoma del niño. El analista en este hacerse cargo, Aberasturi está planteando a esa
primera entrevista como la priemra entrevista del tratamiento. No está pensando la
autora en la lógica de las entrevistas preliminaressino de primera entrevista del
tratamiento. Habla de otra cuestión: del analista haciéndose cargo de la angustia
parental, pero esto a veces no se presentifica, no necesariamente es así. Y a su vez
Aberasturi plantea al analista haciéndose cargo del síntoma del niño.
-Motivo de consulta.
El escollo más difícil para los padres es hablar de lo que no anda bien en y con el hijo.
La resistencia a hacerlo no es conciente ésta se supera al asistir a la entrevista. Para
esto, debemos hacernos cargo de la situacion, tratar de aliviar la angustia de esos
padres situándonos como analistas del hijo.
La comparación de los datos obtenidos durante el análisis del niño con los
suministrados por los padres en la entrevista inicial, es de suma importancia para
valorar en profundidad las relaciones con el hijo.
También preguntaremos;
· Juegos predilectos del niño.
· Edad en que se comenzó la escolarización (jardín o guardería) y cuáles fueron los
motivos por los cuales fue enviado. El ingreso a la escuela significa para él, no solo
desprenderse de la madre sino afrontar el aprendizaje que en sus comienzos le
despiertan ansiedades similares al as que se observan en adultos con angustia de
examen. Es importante interrogar sobre la edad en que el niño ingreso a la escuela y
la facilidad o dificulta en el aprendizaje de lectura y escritura, así como si le causaba
placer, rechazo o si mostraba ansiedad o preocupación exagerada para cumplir con
sus deberes.
-Relaciones familiares
Hay que consignar la edad, la ubicación dentro de la constelación familiar, si los
padres viven o no, profesión o trabajo que realizan, horas que están fuera de la casa,
condiciones generales de vida, sociabilidad de ellos y de sus hijos.
Somos desde el primer momento los terapeutas del niño y no los censores de los
padres. Estamos allí para comprender y mejorar la situación, no para censurarla y
agravarla aumentando la culpabilidad.
Aulagnier.
-Entrevistas preliminares:
Para Aulagnier las primeras entrevistas dan una pauta de qué coordenadas se
establecen como centrales. Para ella hay entrevistas preliminares. Aulagnier refiere a
que muchas veces nos vamos a encontrar con padres que atribuyen imposibilidad de
cambio. Uno de los ejes a indagar es cuál es la teoría que los padres han podido
elaborar en torno a lo que le paso al hijo, ¿tiene o no estatuto de padecimiento? ¿Qué
versión tienen?
Otro eje tiene que ver con cómo es que llega este niño/adolescente a la consulta, si es
derivado por escuela, jardín de infantes, allí se trabaja también con otros significativos.
Si la derivación es de una institución poder pesquisar si los padres pueden leer algo de
lo que le está pasando al hijo. Dar cuenta de ese espacio que antecede al infans, ver
la trama deseante o de rechazo que antecede al niño.
Otro eje importante es situar las condiciones de analizabilidad, además la o las
entrevistas con los padres no siempre van a conducir al tratamiento con el niño.
Otra cuestión que marca Aulagnier es que la relación transferencial está en los
primerísimas entrevistas.
Ultimo aporte esperado de las entrevistas, ayudar al analista a elegir los movimientos
de apertura, que tienen sobre el desarrollo de la partida una acción determinante.
Así como se advirtió el riesgo de la prolongación de las entrevista preeliminares, hay
un peligro aún mayor con la apresurada decisión de iniciar una relación analítica, de
fijar frecuencias de las sesiones, de proponer al sujeto que se tienda en el diván, de
demandarle ser el confirmante de un contrato cuyas cláusulas no puede respetar.
Cuando el final de las entrevistas preliminares desemboca en la propuesta de una
continuación, es lo que uno ha podido o creído oír en ellas lo que nos ayuda a elegir
nuestros movimientos de apertura.
-Movimientos de apertura
Pierahabla de movimientos de apertura para referirse a la consecuencia lógica de lo
que el analista pudo escuchar en ese momento y del germen de la futura relación
transferencial. Los movimientos de apertura incluyen al encuadre pero no solo se
reduce a eso. Piera refiere a la situación analítica como situación de encuentro y
supone la instalación de la transferencia.
¿Cuáles son las coordenadas centrales de las primeras entrevistas y la particularidad
del recorrido terapéutico a partir del encuentro con el psiquismo en constitución?
Supone introducir toda una serie de conceptos en relación a:
JUEGO
TRANSFERENCIA
TRABAJO CON LOS PADRES
Movimiento de apertura es una noción bisagra que permite situar y articular las
primeras entrevistas con el recorrido terapéutico y permite pensar a las entrevistas
preliminares y el trabajo con los padres, al juego y a la especificidad de la noción de
transferencia en niños y adolescentes.
PieraAulagnier refiere a la situación analítica como una situación particular, de
encuentro (que es central, porque a partir del encuentro piensa la constitución de la
psique). Destaca el intercambio que se produce entre afecto y sentido, el intercambio
entre afecto y conocimiento es la base de la relación transferencial.
¿Cómo conceptualizar los primeros encuentros cuando la transferencia no se ha
instalado pero hay un esbozo de que va a pasar? Los padres ponen al analista en
lugar de saber.
Sitúa los movimientos de apertura con estas coordenadas:
Eje 1. TEMPORALIDAD. (lo de arriba)
Eje 2. ANALIZABILIDAD. Tiene que ver con los posibles de ese psiquismo
infantil en constitución, cuáles son los posibles respecto de su funcionamiento
de ese psiquismo para ese niño o para ese adolescente (Analizabilidad no se
reduce a la idea de diagnóstico, pero dicha noción de diagnóstico está incluída
en la noción de analizabilidad).
Psicosis: No solo el abanico de las aperturas posibles está limitado por exigencias
metodológicas que solo parcialmente son modificables, sino que siempre nos veremos
precisados a elegir una apertura compatible con la singularidad del otro, con la
particularidad de sus propios movimientos de apertura.
En el registro de la psicosis la apertura se tiene que dirigir a hacer sensible al sujeto lo
que dentro de esta relación no se repite, lo diferente que ella ofrece, lo no
experimentado todavía.
El término “psicosis de transferencia” es un contrasentido. En la psicosis, desde su
surgimiento impusieron al yo que diera su acuerdo anticipado a un libro de cuentas
llevado y cerrado por otro. Le han prohibido todas las preguntas sobre las razones de
los déficits (el hijo como falta). Para el psicótico, si el pasado es responsable de su
presente, lo es en la medida en que su presente ya ha sido decidido por su pasado;
todo ha sido ya anunciado, previsto, predicho, escrito. La “elección” de lo reprimido en
la psicosis responde a una decisión arbitraria enunciada e impuesta por el discurso
parental: a la historia no escrita de su infancia, el sujeto la construye, deconstruye,
reconstruye en función de los postulados de su delirio.
Mannoni
Capítulo 4 - ¿En qué consiste entonces la entrevista con el psicoanalista?
Muestra que el síntoma del niño es el soporte de un orden colectivo. Sostiene que los
padres vienen a la consulta ya con un diagnostico asignado. El síntoma del niño no
vale por si solo sino en relación a conflictos subyacentes, los cuales responden a
conflictos de los padres que intentan resolver o perpetuar a través del hijo en relación
a sus propios deseos. Pero estos conflictos no son comunicables, su modo de
expresión es por medio de los síntomas.
Una consulta psicoanalítica tiene sentido solo si los padres están dispuestos a
despojarse de las máscaras y a cuestionarse.
En la entrevista a padres nos encontramos frente a un discurso alienado, ya que no se
trata del discurso del sujeto, sino del de otros. El niño está atrapado en una palabra
parental que lo aliena como sujeto. Es necesario que el sistema del lenguaje dentro
del cual se encuentra atrapado sea ante todo modificado.
Emprender un psicoanálisis del niño no obliga a los padres a cuestionar su propia vida.
Al comienzo, antes de la entrada del niño en su propio análisis, conviene reflexionar
sobre el lugar que ocupa en la fantasía parental. La precaución es necesaria para que
los padres puedan aceptar después que el niño tenga un destino propio.
La evolución de uno es posible solo si el otro la puede aceptar. Lo que daña al niño no
es tanto la situación real como todo lo que no es dicho (el niño refleja lo no dicho de la
problemática parental). En ese no dicho, cuántos son los dramas imposibles de ser
expresados en palabras, cuantas las locuras ocultas por un equilibrio aparente, pero
que el niño trágicamente siempre paga. Algunos tienen la posibilidad de expresarlo
con palabras: “yo ya sabía”; otros no, lo expresan con padecimientos.
El rol del psicoanalista es el de permitir, a través del cuestionamiento de una situación,
que el niño emprenda un camino propio.
La pregunta de Mannoni es si el niño podrá hacerse cargo o no de su palabra y si
podrá o no desprenderse del deseo parental, dejar de sostener la conflictiva parental.
-Transferencia:
En el análisis de niños tenemos que vérnosla con muchas transferencias (la del
analista, de los padres y del niño). Las reacciones de los padres forman parte del
síntoma del niño y, en consecuencia, de la conducción de la cura.
El niño enfermo forma parte de un malestar colectivo, su enfermedad es el soporte de
una angustia parental. Si se toca el síntoma del niño se corre el riesgo de poner
brutalmente al descubierto aquello que en tal síntoma servía para alimentar la
ansiedad del adulto.
Sugerirle a uno de los padres que su relación con el objeto de sus cuidados corre el
riesgo de ser cambiada, implica suscitar reacciones de defensa y rechazo. Toda
demanda de cura del niño, cuestiona a los padres, y es raro que un análisis de niños
pueda ser conducido sin tocar para nada los problemas fundamentales de uno u otro
de los padres (su posición con respecto al sexo, la muerte, a la metáfora paterna).
En importante situar lo que representa el niño dentro del mundo fantasmático de los
padres, y comprender también el puesto que le reservan en las relaciones con ellos.
Antes de que aparezca la analista, en el plano fantasmático ya es el soporte de un
saber y representante de una omnipotencia mágica La transferencia está allí
antes de que aparezca el analista.
La conducción de la cura se realiza mediante un juego de transferencias
recíprocas. El analista trabaja con varias transferencias. La cuestión no consiste en
saber si el niño puede o no transferir sobre el analista sus sentimientos hacia padres
con los que todavía vive (lo que implicaría una reducción de la transferencia a una
mera experiencia afectiva), sino en lograr que el niño pueda salir de cierta trama de
engaños que va urdiendo con la complicidad de los padres.
Esto solo puede hacerse, si comprendemos que el discurso que se dice es
COLECTIVO: la experiencia de la transferencia se realiza entre ANALISTA-NIÑO-
PADRES.