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Guillen M, Roxana. El Aprendizaje
Guillen M, Roxana. El Aprendizaje
EL PROCESO DE APRENDIZAJE
Diversos autores tales como Jerome Bruner, Frederic Skinner, Lev Vygotski,
Jean Piaget han hecho aportes a las teorías sobre el aprendizaje, sin embargo, solo
haré énfasis en los últimos dos.
Para Piaget, los niños interpretan el mundo según la edad que tengan, “los
niños tienen su propia lógica y forma de conocer, las cuales siguen patrones
predecibles del desarrollo conforme van alcanzando la madurez e interactúan con
el entorno. Se forman representaciones mentales y así operan e inciden en él, de
modo que se da una interacción recíproca”, citando el Manual de Master en
Paidopsiquiatria de la Universidad Autónoma de Barcelona. (p.2)
Piaget dividió el desarrollo cognoscitivo en etapas: sensomotora (0 a 2 años),
preoperacional (2 a 7 años), operaciones concretas (7 a 11 años), operaciones
formales (11,12, +); cada etapa se relaciona con una edad, puede variar según el
individuo y la cultura; a su vez, en cada etapa el pensamiento de los niños es
cualitativa y cuantitativamente diferente de la etapa anterior o siguiente.
Para Vygotsky, la construcción del conocimiento viene fundamentada en un
proceso social en que las funciones mentales superiores son producto de una
actividad mediada por la sociedad y no se deben a factores innatos; de acuerdo con
el manual antes mencionado, “la sociedad de los adultos tiene la responsabilidad
de compartir su conocimiento colectivo con los integrantes más jóvenes y menos
avanzados para estimular el desarrollo intelectual”, pudiendo adquirir así
herramientas como el lenguaje, la escritura, el arte, entre otros.
Vygotsky plantea cinco conceptos fundamentales: las funciones mentales,
las habilidades psicológicas, la zona de desarrollo próximo, las herramientas del
pensamiento y la mediación; que se van a transformar en actividades de origen
superior a través de las interacciones con los adultos, pues esto constituye la
esencia del desarrollo cognoscitivo.
Como anécdota, puedo señalar que aprendí a leer a los 4 años y escribir a
los 5 recién cumplidos, al respecto recuerdo que las primeras sesiones fueron de
memorización, para engañar a mi madre y evitar la sanción, ya luego fui
encontrando sentido a las letras y posteriormente a las palabras y oraciones que
formaban con ellas. Aparte del orgullo de mi madre y en ocasiones del mío propio,
no le he visto el beneficio a apresurar y adelantar las etapas.
Referencias Bibliográficas