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REVISTA UNIVERSITARIA ORGANO DE LA UNIVERSIDAD DEL CUZCO a iio XX | Terver trimestre de 1926, | RY 52 SUMARIO Fitolotria Indigeoo ...... F. L. Herrera El poncho y las cuestio- hes sobre su origen ...... José Gabriel Cosio | Del Folklore tndigena... Crésica Universiteria. César A. Mufiz Bibliografia SUPLEMERTO: 3° entrega de “Exploracién | e Incidentes de Viaje en la |} Tierra. de los Incas" por Jorge Squier, REVISTA UNIVERSITARIA ORGANO DE LA UNIVERSIDAD DEL CUZCO _ASo XI || Tercer rrimestRe pe 1926 || N° 52 Fitolatria Indigena Plantas y Flores simbolicas de los Incas En algunas provincias del departamento del Cuzco se conservan en poder de los indigenas unos vasos grandes de madera, de facturavantiquisima, denominadus geros, que puseen por sucesidn de padres a hijos y cuya antigiiedad posiblemente se remonta a la época del Imperio. Son tenides por los aborigenes en grande estima y sdlo se les usa para las libaciones de la okk’a (chicha), en sus fies- tas religiosas o populares, en que se congrega to- do el Ai/lo para celebrar el aniversario de un san- to; el Aimurai o cosecha de maiz; el p’allchal, consa- grado a la procreacion del ganado; el Pukllal o fes- tas del carnaval vu en sus ceremonias finebres del P’ampai (entierro) y Pusok-tuta [exéquins]. En tales ocasiones es de ritual imprescindible el empleo de estos vasos, que por la solemniaad y recogimiento con que se les hace circular entre los Hekte-taltas del pueblo, leno siempre de su licor fa- vorito, parece afiorar el culto a Pacha-mamo; por o- tra parte existe entre los indios la singular creen. cia de que el licor bebido en ellos tiene la virtud de gies embriagar ripidamente., Es por tanto el gero un ‘yaso sagrado, tal vez el altimo vestigio de la reli- ‘gién de los Inkas y que gracias al espiritu eminen- temente cunservador de la raza, perdura.al través de los siglos entre las poblaciones aborigenes de la ‘sierra Cux(j(efia’ Estos yvasos fabricados de una madera dura y resistente, posiblemente de la Unka( Eugenia oreap- hila, Diels) o del kiswar [Buddleia ineana, Ry P), tienen la forma de un cono truncado que se asien- ta sobre la seccién superior; a veces representa la cabeza de uh’ Pumt; de mandibulas salientes, pro- vistas de poderosus colmillos, de actitud amena- zante, y todos ellos pintarlos siempre exteriormen- te con. colores vivos ¢ indelebles, representando di- bujos que expresan simbolos o escenas de la vida de los sober.no Inkas. La ctimologia dela pala- {bra gero no es:conocida en cl Cuzco, parece se tra- sta de un nombre propio, pero afiadiré qne en la provincia de Quispicanchi se tiene el valle de Qeros, rico en maderas preciosas, El dibujo adjunto, que me ha sido galantemen- te obsequiado por mi distinguido amigo el Dr. Au- relio M. Gamarra y Hernandez, es copia de un ejemplar que posée procedente de la provincia de aucartambo; asiento de una gran civilizacién precolombina ain no estudiada hasta el presente. En dicha lamina que consta de tres fajas hori- zoutales, de desigual anchura, se representam tres estilos diversos de jos motives de ornamentacién de los havens etizquenios, En la superior, que es la més importante, se observa facilmente que se ha tratado de expresar un acto de sumisién y acata- smiento al poder omnimodo del Soherano: el Inka sentado en su trono o tina, bajo el Hantlu sosteni- do porun Kumilly [jorobudo], engalanado con las -insignias del poder, recibe las ofrendas que le ofre- ‘ee Ja fust!a en actitud rendida de adoracién; mien- tras que dos poderosos Kurax Kunas, uno de ellos: armado con la clésica mogana, conduéen a su pre sencia a un prisione‘o, Tal vez ‘son generales que’ regresan de la conquista de alguun teyecia someti-' daalImperio. De ia categoria de los personajes’ que entrun en escena nus habli t'lnen clare los es-! cudos nobiliarios que les acompanan. Ademis el cuadro éstd exornado con dilnjosde flores de qon.” tu, fukehu, hojas de coca, maizoreas le maiz sy un frbol, simbolo de prosperidad, a las ‘que se afta-* den dos wakamayos v un qlenti [jpici flor). En la segunda faja se répresentan figuras geo- métricas © signos esealonados ‘del Tnperio, que son caracteristictis de los huacos cuzqueios. En ellos quizds:se simbolizii los agentes fisicos de la Naturaleza y él culto alas divinidhiles estelarias. + Finalmente en la faja inferivr s¢ conipleta la orna- mentacidn con adornos de las mismas: flores del — v fiukehu, acompatiados: con ranias floriferas’ Chinchirkumo, Constituye pues'el conjunto un grupo interesantisime, de" alu "ator arqueolégi- co, y cuya descifracién lo reservo para los especia- listusen la materia, | 1S | ' Por mi parte no haré otra Cosi ‘que anotar al- gunas observncioties dé curitter fitogra tico, ' fun- dado en‘los conocimientos que mé han sumintstra- do el Folk-loré indigeno y th leétura de! algunos : cronistas de la época de ln conquista. ¢ ' QANTU ¢ Hy Cantua buxifolia, Lam. La ramita con tres flores de color rojo encen- dido, de forma campanulada y corola dentida, que parece ofrendar la Nusta al Inka, es la especie conocida en el Cuzco con los nombres vulgares—de qgontu, qantutay o qellmo yen Aimara con el de Kon! ages tute. Garcilaso dela Vega la denomina Kentut y la compara con las clavelinas de Espafia vy hace men- cién del paraje denominado Kontut-pato, que en.a- quel entonces constituia uno de los barrios de la ciudad del Cuzep:. El padre Bernabé Cobo, al re- ferirse a esta flor, dice: «También le suclen Hamar los indios Flor del Inka, por que la estimaban mu- cho los Reyes Inkasm. Suele presentar una hermo- sa variedad de flores amarillas, que posiblemente es la representada en Ja faja inferior en un peddin- culo que lleva tres flores blancas, con los estam- bres Tancmitel salientes y que es la denominada mas comunmente con el nombre de gellmo [Can- tua hibrida). Preseindiendy de los caracteres bo- ténicos de que ya me he ocupado en otra ocusidis solo diré que esta bellisima especie de la familia de las Polemonidceas, tiene una ecxtensa drea de dis- persion en la sierra del Pert: y Bolivia y que erece en altitudes comprendidas entre 3.000 a 4.000 m. sobre el nivel del mar. En Ja actualidad emplean los indios sus flores en sus ritos funcrarios, el dia consagrado por la Iglesia ala conmemoracién de los difuntos; y en algunas provincias (Paruro) persiste la costumbre de enterrar a las criaturas ataviadas von ellas, en Ja persuacién de que su co- rola encierra el agua necesaria para aplacar Ja sed del difunto en el largo viaje de ultratumba, Tam- hién se les emplea para adornar con ellos (pill) sus monteras vy atados en manojos en la extremi- ~ de un palo, anuncia el lugar de venta de chi- cha, RUKCHIU Salvia biffora, Ry P. Conjuntamente con la flor del qantu se observa otra, distribuida por el cuadro mis uniformemen. =t— te y en mayor abundancia, es el Nukehtu, perfecta- mente caracterizada por su corola de forma bila- biada, caliz corto y estambres salientes, de color rojizo que presenta matices diversos. Se les repre- senta en cjemplares aislados y desprendidos del ta- llo para significar posiblemente su aplicacién en forma de mistura. Parece qre en el antiguo culto peruano esta planta estaba consagrada a las di- vinidades destructoras, al Dios Kon, causa inmi- nente de los temblores y terremotos. Esta hipé- tesis se halla confirmada por la observacién de que no obstante de ser la planta muy comin en la jalda de los cerros de todo el Departamento y dar sus flores en mucha abundancia en la estacion de Iluvias, los indios tan solo la emplean en las proce- siones del Cristo cruciticado y particularmente en la del Sefior de los Temblores que se venera en la catedral del Cuzco el dia de Lunes Santo en que seexhibe su imagen que es objeto de gran veneracién entre la poblacion indigena. La planta en referencia es herbicea de dosa tres decimetros de altura, inflorescencia en espiga y corola, caduca. Pertenece a la familia de las La- biadas, Cor el mismo nombre de Nukehlu se cono- cen en el departamento del Cuzco, otras tres espe- cies: el Llagas fukeh!u (Salvia /ongiflora, R ¥ P.), arbusto de dos a tres metros de altura, inflores- cencia en racimo, con el edliz largo y de color rojo oscuro, se le cultiva en las huertas; el azul fukeh!u © Payo-poya [Sa/via sp]. de flores azules que en la madurez se recubre de una materia mucilaginosa, ue atrapa las moscas; un ejemplar aislado se ha- ihn representado en el grabado adjunto, préximo alacabeza del Inka y el Qopak-fukchlu (Fuchsia sp), de la familia de los Enoterfceas cuyos frutos son comestibles, Mutisin viciaefolia, Cav var: hirsula Wedd. ; En la‘faja inferior se nota,en la misma dispo-!! sicion ae e] qantu, unas flores en forma de cabe- zuela olcapitulo, pendiente de dos en dos de wn pe- daneulo bastante largo, es el chinchirkuina, de No: resicolor anaranjado, del grupo de las Leubiatifle- ras dela familia de las Compuestas. Esta especie y la Woyurkuma (Afutisin acuminata. Ry VP), son también muy apreciadas por los inilios, que Tas emplean en la inisma forma que «el gaatu para el - anuncio dela venta de chicha'y porque con sus ce nizas se elabora la Hipta que semasca asocindo a las hojas de coca. : af SARA Zea Marys, L. Sabido es que todos los cronistas: espaioles, con inclusién de Garcilaso de la Vega, se han ocu- pado extensamente sobre las maltiples formas en que los Inkas tributahan sa adoracién a la precio- sa planta del maiz, que aparte de proporcionarles su principal sustento en forma de mutti, low, xonktu, ete. les servia para preparar el sank!u, o sea la ma- xamorra sagrada qne se consumia en las fiestas del Raimi y mas que todo el akkla (chicha), la oloxs. el tekte y otras bebidas espiritosas, Insistir sobre su importancia en el culto inkaico lo con- ceptio innecesario; por lo que tan solo me limitaré cer notar que en los escudos o estandartes de _ los personajes que figuranen la limina adjunta, s¢ representan en su parte superior tres mozorcas de maiz; la del centro de color vinoso (kulll) y las dos laterales con _pequefias flores mascilinas en su vértice, simbolo de fecundidad. KOKA Erythroxylon coca, Lamk Igual observacién, haré respectode las hojas de esta preciosa planta cuya importancia en el pa- sado y el presente no tiene rival. Puedo pues ase. gurar, sia temer de equivocarme, que no hay acto alyuno en la vida del indio en que no intervenga esta hoja, Se le consume en proporciones aprecia- bles por placer, para aminorar la fatiga de Jas labores cotidianas, es la droga por execlencia con- tra todas las dolencias del cuerpo, el simbolo de Ia amistad, el consuclo en el dolor, la exceriorizacién de la alegria, el ingrediente indispensable en toda ceremonia superticiosa, y por iiltimo, la panacea universal. Asi no es de extrafiar que esté represen- tado muy imperfectamente en forma de puntos coloreados que adornan todo el cusdro, Se les orefiere en las ceremonias superticiosas unas ho- jas denominadas klintu con dos 9 tres nervaduras en lugar de ona central que tiene la hoja corriente. KISWAR Buddleia incana, Ry P. Muy préximo al prisionero conducido a la pre- sencia del Inka, se representa un Maliki (irbol), simbolo de la prosperidad , para el hogar reciente- mente constituido, y fandamento v base del origen de todo Aillo, Si no. me equivoco crasamente, en él se ha tratado de representar un kiswar [Alamo], euya madera servia en otro tiempo para tallar los idolos que se se incineraban en las fiestas del Rai- =—-s8— mi, Entre las ceremonias que se estilan en los _ma- trimonios de los indios, existe la custumbre de plantar dos drboles: uno en cada una de las casas de los novios, y a cuyo alrededor se realiza la fiesta nupeial. Terminaré estos desalifindos apuntes obser- vando que las plantas citadas no son las Gnicas que tienen una significacién religiosa, asi tenemos la P'alcha o Sukullullu[ Gentianachrisotaénia, Gilg), es el simbolo de la fecundidad; se lu emplea en la ceremouia del P’alchaf que tiene lugar en la festivi- dad de San Juan, que es la fissta consagrada a la procracién del ganado; el Panti (Cosmos sub- pubescens Wedd) de la alegria, que se usa en las fiestas del carnaval; el achangaray (Begonia boli- viensis, Hort), del nacimiento, de uso en la fies- tas de Navidad; el Raki-raki (Dryopteris sp.), moti- vo de ornamentacion de las vasijas en que se ela- bora chicha y otros que evan nombres alusivos alosemperadores inkas o a las divinidades del Averno, como el Inka—rog!a(Qountia flocosa Salm. Dyck); el Pacha-kutik (Agaricus); el Inkampa—mo- oe variedad del apichu (Jpomes batatas); el inkanmanta-Yowor-Wogak, variedad dela papa (So- Janum tuberosum, L); ¢l Supoy-manchachi (Opuntia brasiliensis, Will), el Supaygargo (Nicotiana ylauca, Grah), ete, ete. QORI-KANCHA Cuentan las crénicas de la época de la conquis- ta que el pucblo peruano esencialmente religioso y consagrado 4 la adoracion de la Naturaleza bajo sus miiltiples aspectos, erigid en la ciudad del Cuzco, capital del Imperio, el suntuoso templo del Sol, en cuyo recinto sagrado, al par que se tribu- taba cultoa sus divinidades de orden superior, se rendia pleito homenaje a los productos mds no- -9— bles de su agricultura, Alli en su jardin anexo, fantastico y de un esplendor inaudito, se ostenta- ban las plantas mds preciadas en la alimentacién del haneibae: el maiz, las papas, la coca y la quinua tenian sus representantes en ejemplares magnifi- camente elaboradusde oro y plata! Al simbolizarasi suhonda admiracién por las fuerzas misteriosas de la vida erigieron un monumento al reino vege tal.como cristalizacién de su culto a dea eiaaiae especies. F. L. Herrera, 1.-Comentarina Reales, Madrid. 1723 p. 231. 2.— Historia del Nuevo Mundo, Sevilla, 1890 pp. 482 y 483. 3..Contritmeiin a la Plora del departamento del Cases, Cunco, 121, pp. 172 y 173, El Poncho i las cuestiones sobre su origen Ha de parecer seguramente extrafin la aseveracién de que el PONCHO, esa prenda de vestir ide adorno del in. diene de los paises americanos i que es usada todavia por las personas de toda condicién social de los pueblos del continente, no es de origen precolonial ni menos de procedencia peruana, como generalimente se cree; sino que, segiin todas las probabilidades, parece huber naei- do afines del siglo XVI i algunos afios después de In Conquista, no precisnmente entre nosotros sino entre los pueblos de la Armucanin, =i bien dependientes, en par. te. delantiguo imperio del Tahuantinsuyu, no tan infil. trados e identificados con los usos i costumbres de los Ineas del Pert. El origen americano del PONCHO no puede ponerse en dudu. De lo que se trata es de saber si ese abrigo tan tipico i peculinr fué conocido antes de In legada de los espafoles, iel lugar del Continente donde esa prenda fué —10— usada- por primern vezi con tan afortumido éxito, que su uso ge. genernlicd tan ripidamente entrm los pneblos, i logré tanta aceptacién, que sn empleo perdunme i se extien- de, con las naturales modificnciones impucstas por el tiempo tlos lugares, sin temor de que algin dfa se pierda 0 8@ proscribu: poncho es hoy para el indio pobre, no s6lo abrigoi cobertor, sino la ca siadosa que cubre sus harapos isn desnudez, Para ppl 9 nico ie] mestizo ea.un menester de lujo ide ostentaciGn al misino tiempo qne una defen=a contra el irfo tas luvias. Para el burgués, el hacendadu i elcriollo acaudalado, el poncho es la vistosa ij aniplin capa cerrada, de primoroso tejidu de lan) i vieniin, de algodén o seda,con que pasea su orgullo por el campo ila ciudad, sobre bien enjiezado alazin o sobre rambosa itrotadora mula. El poncho sirve hoy, segdn In condi- cién de guien lo lleve, de abrigo de casa i de calle, de ca- ma itapz, para caminar a pie o para lncirlo a caballo. El mejor regalo que una novia india puede hacer a su a- mante o una mujer a su marido es nn poncho tejido por ella misma, en el rastico telar amarrado a un bronco, cerca del patio dela casa oa un Arbol préximo a In vi- vienda, a cuya sombra la tejedora, entre el piecher de la coca, estira la urdimbre sujetada a la cintura i pasa la trama apretdndola con el Rokki (pedazo de hueso puntia- gudo), como todavia lo hacian sus antepnsados, en tiem- pos de los Incas, fuera de los obrajes espaiioles. Esto en euanto a lo que sucede en la sierra del Pert, que respecto de los demés pueblos de la América no me atreyeria a hacer igual afirmacién, por lo mismo que en ellos la ex- tirpacién de las antiguas costumbres indigenas anda més actleradamente que entre nosotros. La primera cuestiGn que se insingu al tratar de este temaes la relativa al nombre. La palabra poncho no vs de procedencin quechua, Ningtin diccionario antiguo ni moderno de la lengua quechua lo tree i tengo seguri- dad de que tampoco se contiene en ningtin diccionario del idioma avymara, El Obispo Castro, en su diccionario Ex pafol-Quechua, no encuentra en el idioma de los antiguos Penon traducciin de ln palabra castellana poncho explica, su significado diciendo eabrigos. La Real Aca- demia Espafola, en su diccionario, da a esa voz proceden- cia aravcana i dice que viene de pontho: ernanas que a au vez significa «tejido de lana» ien Colombia i Venezue- wis Ia «enpote de monte: o poncho. La doeta corporacidn no tieve muchos motives para conocer los idiomas ame. ricanos, iast la etimelogia que du a la voz carece tam- bién de fundamento para dar la verdadera, o siquiera la ovis uproximada, Aquino s6lo se trata de conocer li etimologia dela palabra, sino de determinar el origen i el proceso etnold. pico deesa cumisola, cisulla, abrigo o manto que al to- mar sa forma caraeteristicn, vino a nombrarse PON- CHO, El nombre es posterior al objeto nombrado, Sobre este tera ha publicado, el americanista sefior Costa Montell, en el tomo XVILde la Revista de la So- ciedddl de Americanistas de Parla, correspondiente al afio pasado, an interesontisine i original urtictlo, al qne y areferirmeen dste wig, | porser mio, desmedrado x pobre. El sefier Montell, al finalizar su estudio. insinga la idea etimolégien de quela palabra ponrhe viene de una vor castellania «pone (imperative del verbo poner) i de la vex ehani, con hi que los antizuos Labitantes del norte de Chile, de Ins proximidades de Arica, denominaban a nnn camisola amplia i linge, de ia que, seein aquel es- eritor, saldrin, por vatural evolucién i principalmente por las exigencias que el wonter aecaballo imponia, des- née de la Uegada de lox espafoles,.. Equivaliendo la pa. Ete. choni 1 esa experie de «ponchos rudimentario o protoplasma de «ponchos, al decir los expafioles Pon Cha. ni, en tone tinpese Civ, pereltreieMe la Gltina sflaba, que- U6 In palabra PONCHO, con que se siguié nombrando aw ese uuevo adminfeulo de la indumentaria indigena post. colombina. Aunque no deja de ser ingeniosa i sutil la idea alu. didu, parece que peca porserin tanto ¢forzada i vio- lenta. Ex verdad que Wiener, citado por el sehor Mon- tell, apura més si cabe el ingenio, en su obra Perd i Bo. fivia, al hallar el origen del poucho en los adornos i collares que los indios solian ponerse en el cuello, ador- nis i cotlares que ‘creeiendo en magnitnd hacia abajo, dieron lugar « los tejidos que al fin legaron a prolon- gurse a lo largo del busto i del talle ' Para afirmar que los antiguos pernanos no conocie- ron el poncho, @ mds del dato lingtiistico que se ha ex. puesto, se tienen los siguientes: “ . Ningdn cronista del siglo XVI ni del XVIL mencio, na una sola vez el poncho como vestido de loz hombre —12— del Tahuantiosuyn: Morda, que acabé su libro en 1590, al deseribir el vestido de los indios del Collao habla de la camiseta, el chuco i el manto o Maccolla:el Padre Las Casas, que tan favorable i honrosamente habla de los naturales de Indins, tampoco lo menciona, i menos di- cen nada de 41 Ciesa, Garcilaso ni Betanzos. Otro dato: que ni en las tombas ni en las representaciones icono- eréficas de dibujos i restos de la cerimica ineaica se eucuentran huellas del «ponchos, Como dice el sefior Montell: «La _abundante cerimica, sea del tipo Nasca, sea del ti Inca, sea del tipo policromo o negro del litoral def norte, sumistran representaciones de un gran nomero de especies, de mantos ide camisas, pero nunca del ponchos, En cambio Ja notiela més antigua qne del poncho tenemos en América sale de Uhile ise remonta @ princi- pios del siglo XVII, fecha a que puede referirse el origen, sino del poncho mismo, el de su difusién eutre los pue- blos de la América del Sur. Tal vez si es la primera vez queen un documento se emplea esa palabra, i esto prin- cipalmente en su sinonimia de fraznda. Es precioso el dato que al respecto suministra el sefior Montell, tomén- dolo de Baseufian (Cautiverio irazdn de las guerras di- Jatadas de Chile), «En 162%, dice, cayd (Bascufdn) en manos delos Araucanosi se vid obligado a permanecer algin tiempo con ellos, antes qus fnese pagado sn rea- cate. El Cacique Maulicén, que le trataba con verdade- ra benevolencia, le mandé hacer una vez cierta excursion, ien esta oeasién Rascuién escribe; Amanecié otro din, como las earees 5 Sparaton tine Hevan, se reducen sola- mente aun poncho o fecadilla, que es lo mismo, i esta lleva. ala gropa oa las uneas del caballos, Desde enton- ces yas mis frecuente el uso de la palabra poncho, se- furamente porque su uso i empleo ya se iban generali- zando, al mimo tiempo, quien sabe, del cam io de indu- mentaria aque las pragmaticas espaiolas obligaban a Jos indios en las colonins, El uso dela palabra poncho, en el significado comin de frazada ide prenda de vestir, unido al hecho, hasta hoy cierto, de que el indio emplea su poncho como cober- tor, ha hecho pensar también a algunos escritores en que el origen del poncho re encuentra en las frazadas gruesas, que posiblemente se Hamaban en el idioma mapuche «ponchos, Una frazada, es cierto, puede ficilmente con- vertirse en un poncho basto | tosco abrifndole un agujero ait longitudinal en el centro, para meter por élla enbeza, Los indios de nuestras ponas utilizan el poncho més pa- ra taparse los pies idorwir seutados, junto a una puer. ta oen elrineén de una cocina, que para abrigarse du- rante +l viaje, ies seguro que en un lecho de gentes pobres o de modesta situaciin econdmica, se ha de deseubrir siempre el poncho como eohertor, inmediatumente des- pués dela sobrecammn, si la tienen, Dexpojido el indio de sa autigua indumentaria, de la foara (paiete o calzén estrecho), del veco (tiniea sin mangas), de la Jinrrolla (manto). iobligado a tocarse con el cotén espafol, la chaqueta de faldas largas i mo- vibles i elealz6n ala rodilla, debid sentir la necesidad de cubrir con alguna prenda la exagerada estrechez de sus nuevos vestidos i presentar menos ajustado el busto. El poneho vino a satixfacer este anhelc, ya sea que esta prenda fuese, primeramente traida de Chile, ya sen que por natural evolncién dela manta de dormir o de la ca- misola, hubiese hecho su aparicién entre los naturales, Tampoco seria muy aventurado, por cierto, ver el origen del poncho en la cuxma de los salvajes del interior, Ese traje talar que no parece sino un poncho demasiado lar- F> cosido por debajo de ambos brazos i que hoy mismo jO usan lox habitantes de nnestras selvas alejados de los centros civilizados, parece insinuarnos Ia idea de que el mncho puede ser una simplificackin de la eusma, para acerla menos incémoda para las labores agricolas i dar mayor libertad al cuerpo. 1 no importa que esta trasn- formacién se haya operado entre los Arauennos si vamos a dar importancia al ovigea de la palabra poncho o en enalqnier otro lugar de los comprendidos en los dominios de los poderosos Incas del Tahuantinsuyu. Lo que no es facil explicar es la relacién que puede existir entre la invencién del poncho i la afcién ide los araucanos a montar caballo, como parece opinar el sefior Costa Montell, porque lejos de ser este objeto de comodidad para los ejercios de equitacién, lo es de estor- , bo i rémora Jost Garner Costo. Cuzeo-agosto de 1926, =—14— Del Folk-Lore Indigena En distintasi apartadas poblaciones indige- nas del departamento, he encontrado general la ereencia en el ‘‘Mochusea o Saccasca"’, El machusca se realiza durante el suefio, la victima, que asi puede llamarse dadas sus terribles consecuencias, si es vardn se sucfia con una hermosa i joven mu- jer, Si es mujer con un joven gallardo i bien simpd- tico, que se acuesta a su lado, desde este instante comienza un suefio voluptuosoi sensual, hasta coneluir en un verdadero placer sexual. (polucién) Aldia siguiente o subsiguiente de este sucio fatal, al que sofid ac le entumecen las piernas. en- tumecimiento que llega por tina una puréilisis de los miembros inferiores, que trae pronto con sus terribles dolencias la muerte. El “‘Mujucuy"’ es 1a costumbre rara que tienen los indios, (costumbre que va no existe en las cer- eanias del Cuzco) de reunirse la noche de Sau Juan,i dedicarse exclusivamente a actos volup- tupsos i sensuales, las mujeres son esa noche solf- citas i condescendientes con los varones,los padres de familia se olvidan de vigilar a sus hijas,en las chacrasi en las sendas que unen las dispersas cho- gas se oye un murmullo, ten fin el varén que me- nos tiene a su dado ala mujer que habia deseado, inadie ge extrafia de las sorpresas del caso, por que todos lo hacen. El “Pusocchascan™ (los ocho dias de un falleci- do, constituye una fiesta. Los deudos del difunto invitan a todos los amigos de éste, los que asisten llevando precisamente algan regalo, consistente en alimentos o bebidas; lis deudos cocinan los po- tajes que gustaron mAs al difunto, los que son co- locados sobre una “unccufia’’ (taleguilla) negra que reposa sobre un poyo al centro de la habita-

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