You are on page 1of 16
L t ARQUITECTURA RELIGIOSA URBANA EN COLOMBIA DURANTE LA DOMINACION ESPANOLA, UNA SINOPSIS Camilo Mendoza Laverde, MS* This piece deals brisfy, and generally, with the influence of the Church on culture, society and the structure of the urban setthavants-ciies and villages in Elispante America. The paper desribes the role caried ot in the process of demloping urban architecture and bow, ie carrying ont their eaangelical mission, the church constructed bundreds of religious sirucisres (cathedrals, Central churches, conmaeunily churches and, hersit- ages, schools and convents and monasteries for nen and women) in the territory of the Kingdore of New Granada daring 309 years of domination by the Spanish Crown in what is today Colombia. En estas notas se tratari de manera breve y en términos generales acerca la influencia de la Iglesia sobre la cultura, Ja sociedad y la estructura de los asentamientos urbanos —ciudades y villas— en Hispanoamética, Del papel que desempeiié en el proceso de desarsollo de ln atquitectuta urbana y de cémo, en cumplimiento de su misida evangelizadora, construyé varios cientos de edificios religiosos (catedsales, iglesias matrices, parroquiales y conventuales, etmitas, colegios y conventos de érdenes femeninas y masculinas) en el territorio del Nuevo Reino de Granada durante esos trescientos nueve afios de presencia dominadora de la corona espafiola en la actual Colombia. Asquitecto, Profesor Agociado, Jastituto Cazlos Arbeliee Camacho para el Pateimonio Arquitecténico y ‘Usbano, Facultad de Arquitectura y Disefio, Pontificia Universidad Javeriana, camelav@javeriana.edt.co 23 Memoria ¥ SocteDAD - VoL. 6, N° 12 acoso DE 2002 PRESENTACION esde el comienzo mismo de la civ D« hispanoamericana la arquitec tura para el culto, para albergar a quienes lo orientan y para la expansién del mensaje del Evangelio, tuvo fuerte presen- cia en todos los dominios de Espafia. Me limitaré aqui ala descripcién de la arguitectu- 1a réligiosa urbana, entendiendo por “urba- na” la de Jas ciudades y villas, valga decir, con vecindario de espaitoles; con gobierno, autonoméa y jutisdiccién. No se incluird aqui entonces la arquitectura religiosa de los pue- blos de indios ni de las misiones; tampoco los conventos, —cuando tuvieron caracte- tisticas diferentes a los de las ciudades— ni capillas de haciendas, localizados por fuera de esas ciudades y villas. Tampoco se men- cionaré el amplio capitulo de la “estilistica”, la cual, como es de suponer, no presents “:asgos puros”, ademés de haber llegado de Ja metrdpoli de manera tardia. ANTECEDENTES; LA IGLESIA Y EL ESTADO En su obra de 1965 el historiador ale- méan Richard Konetzke, especialista de la historia de Iberoamérica, habfa anotado que la historia eclesidstica de América Latina debe tener en cuenta “la estrecha conexidn en- ve el Estado y a Iglesia, of ampli significado de las misiones y la influencia dominate de la ins- tituei6n eclesidstica sobre la euitura y la sociedad en todos los campos de la vida coionial”®, Si bien fue grande la participaciéa de la Iplesia en His- panoameética, lo hizo bajo la direccién del rey, que nunca dejé de ejercer el poder. Este fue fundamentado en la “Bula cel Patronato”, en la que el Papa Inocencio VI confirié a la corona de Espaita el «Patronato real», desde Jos reyes catdlicos, varios derechos de ca- rhcter eclesidstico, que se fueron ampliando ims tarde: a. Proponer al papa los obispos para las sedes (el rey los escogla de listas presenta- das por el Consejo de Indias para confirma- cién pontifica). b. Conceder beneficios eclesidsticos y cobrar los diezmos de los moros converti- dos, que més tarde, en 1508, se extendid a los aborigenes de América, a cambio del compromiso de velar por la adecuada cons- truccida y adecuacién de iglesias. Tal com- promiso se cumplié con frecuencia. Ob- servé Konetzke que en los primeros tiem- pos la corona gasté mucho més dinero en la construccién de iglesias que lo que pro- ducian los diezmos eclesidsticos, los cuales “ni siquiera el rey est exento del deber de pagar”. c. El derecho exclusivo para la evangeli- zacibn de los indigenas. Incluso la bula de 1 Estas aotas se esctibieron como paste de la Citedsa de Historia Urbana, que se lev a cabo con el auspicio dels universidades Javeriana, Los Andes y Nacional de Colombia, Sus realizadoxes, los profeso- ses Germin Mejia y Fabio Zambrano, consideraron de interés incluis algunos capinttos sobre la axquitec- tra, conformadora de los émbitos urbanos. Ageadezco al arquitecto German Téllez Castaieda sus opar- tunas yvaliosas precisiones w 1979, pag. 205. 24 Konetzke, Richard, América Latina, ta dpoca colonial, México, Siglo XXI Editores, 10° edici6n en castellano Memoria ¥ Sociepa - Vor. 6, N° 12 acosro pr 2002 1493 convirtié a los reyes catdlicos y suce- sores en vicarios o delegados del papa. d. La facultad de fijar y modificar los li- mites de las didcesis del nuevo mundo, en ciertos casos (1518). Los reyes tuvieron tam- bién control sobre las drdenes monésticas. Pero ademis de los derechos eclesidsti- cos que los papas le otorgaron a los reyes, Carlos V introdujo en 1538 el apase regia», que obligaba a que los decretos pontificios relacionados con la Iglesia de América fue- ran revisados por el Consejo de Indias an- tes de su promulgecién, Sin embargo, los papas trataron de intervenir directamente en. los asuntos eclesiésticos del Nuevo Mundo, aunque los teyes siempre se opusiezon, como se opusieron a los intentos de Roma de en- viar un Nuncio. Sin embargo, anoté Konetzke, “en nin- gtin momento (..) el Consejo de Indias cues- tioné (..) la primacia de los preceptos de la Iglesia Romana”, LA IGLESIA EN COLOMBIA, CONQUISTA Y EVANGELIZACION Desde las primeras expediciones se tavo Ja presencia de la Iglesia con los capellanes de las expediciones. Incluso, desde el tercer viaje de Colén contaban los capitanes de conquista con instrucciones de no fundar ninguna poblacién sin contar con un cura que debia designar el Consejo de Indias, y 3 Konetzke, Richard, 9p. at, pigs. 212 4 Idem, pag, 243. que siempre el primer edificio en construir- se deberfa ser la iglesia, ‘Ya en los primeros tiempos las drdenes religiosas enviaron grupos de sacerdotes para Ja evangelizacion de los indigenas. Las pri- meras que vinieron fueron franciscanos, do- minicos, metcedarios y agustinos. Bra tan grande el deseo de ejercer el apostolado, que hasta fa muerte de Felipe IT en 1598 habia partido hacia Amética la suma de 2.200 fran- ciscanos, 1.670 dominicos, 470 agustinos, 300 mercedarios y 350 jesuitas'. Ya desde 1510 los franciscanos estable- cieton convento en Santa Marfa la Antigua [del Dariéal, primera fundacién en nuestro territorio. Afirmé Gil Tovar’ que “mds de 70.000 iglesias constraidas en la América bispdnica daran- te casi ives sigias son wna clara muestra de gue no fue el oro el inico mbvt! de aquellos aventureros...”. ‘Aungue segtin Konetzke, fae la codicia el principal motor de los conquistadores, si bien muchos se preciaban de haber bautiza- do miles de indios. DIOCESIS. ALGUNOS DATOS SOBRE LAS SEDES EPISCOPALES EN EL NUEVO REINO DE GRANADA Santafé. En 1549 por Real Cédula se otdené al obispo de Santa Marta residir en Santafé. En 1562 se trasladé la sede de San- ta Marta a Santafé. En 1564 la elevé a arzo- 5 Gil’Tovar, Francisco, Un arte para la propagacin dela fe. Historia del Arte Colombiana, Barcelona, Salvat, 1977, tomo 4, pig. 722 25 Memorta y Socigpap - Vor. 6, N° 12 acoso pr 2002 bispado. Se le dieron por sufragineas las dié- cesis de Cartagena y Popayén y més tarde fa de Santa Marta, Cartagena, fue clevadaa sede episcopal en 1534, muy poco tiempo después de fun- dada la ciudad, Popayan, creada en 1546, Suftaginea de Lima, peto en 1564 se la hizo dependiente de Santafé, Su primer obispo fue Juan del Valle, quien en 1555 reunié el primer sinodo cele- brado en territorio colombiano, en el que se tomaron severas meclidas en defensa de los indigenas, En 1558 zeunié un segundo sinodo que reprobé el régimen de las encomiendas. Santa Matta, fue clevada a sede episcopal ea 1534. En 1562 la sede de la didcesis fue trasladada a Santafé, pero fue restablecida en 1577. ‘Apenas en 1804, al final de la colonia, fue erigida ln didcesis de Antioquia (Santafé de Antioquia) desmembrindola del obispado de Popayan, Tunja no fue sede durante la colonia, pues fue erigida apenas en 1880. Asien el pe- sfodo estudiado su templo no fue catedtal: LA ARQUITECTURA RELIGIOSA. 'Y LA CIUDAD Salcedo nos ilustea sobre el proceso y el acto fundacional de nuevas ciudades, acto que estaba cargado de simbolismo, con un ritual que siempre fue el mismo’. La funda- cién de una ciudad comenzaba con la toma. de posesién del territorio, que se hacia en nombre y servicio (..) de Dios y el rey’. El cabildo era Ia autoridad encargada de trazat el pueblo y adjudicar solares, Cuando ter- mainaba la ceremonia de fundaci6n, con ac- cién de gracias y misa, “al pie de la craz que se habfa erigido en el solar sefialado para la iglesia del lugar”, Antes de que el rey Felipe TT expidiera Jas «Ordenanzas de descubrimiento, nueva poblacién y pacificacién de las Indias», en 15739, se situaba la “Iglesia mayor, orienta- day exenta, al lado de la plaza, sin dar su fachada a la plaza”™®, En dichas Ordenanzas, la 118 prevé la necesidad y coaveniencia de que “A He- chos de la poblagion 52 vayan formando plazas menores en buena proportion adonde se han de edificar los templos de la yglesia maior, parro- quias y monasterios de manera que todo se re- parta en buena proporcién por la doctrina”, aun- que, anota Salcedo, no supedita la exis- tencia de las plazas menores a que se cons- truyan iglesias. Salcedo sefialé algunas transformaciones urbanas durante los siglos XVII y XVIIL: se multiplicaron los conventos; sus predios “englobaron varias manzanas gue gensraron calles 6 Salcedo Salcedo, Jaime, Urkaniono Hishane-Amerizana, siglos XVI, XV Uy XVUL El modelo ucbano aplica- doals América espafiola, su genesis ysu desarcollo tebrico y paictico. Bogoté, Centro Editorial javeriano, Pontificia Universidad Javeriana, 2 edicién, 1996, pag 56. 7 idem, pag. 51 8 idem, pig. 56. 9) Véase, edicion facsimilae y teanscripcida, publicada por el Ministerio de la Vivienda cle Espaita; presenta- cidn de José Thiiez Cerdi, del Instituto de Cultuea Hlspénica, 1973. 10 Jaime Salcedo, op. a, pig. 29. Memoria y SoctepaD - Vou. 6, N° 12 aGosro DE 2002 Anterritmpidas (..) 0 calles con areas que conectaban Jas manganas aledaiias”’, También se reorien- taron las iglesias mayores y catedrales para dar fachada a la plaza’. Salcedo lama Ja atencién hacia los re- cursos de disefio urbano que se emplearon para resolver problemas de indole puramen- te arquitecténica pero que genetaron altera- ciones en los trazados de las ciudades, Solu- ciones que enriquecieron y amenizaron la espacialidad y perspectivas, y ofrecieron a los fieles y transetintes sitios de encuentro: paramentos avanzados de las iglesias mayo- res sobre las plazas en las ciudades que él clasificd como de atraza quitefian (Altozano de San Juan Bautista de Pasto, espadatia y sacristia de la iglesia matriz de Buga); los altozanos 0 atrios que ocupan parte de las plazas en ciudades de traza limetia (catedra- les de Bogoté y Tunja), la unién de manza- nas y el cierte de calles englobadas dentro de los conventos de la Encarnacién en Popayan, La Concepcidn en Bogota”. ¥ el puente entre la Veracruz y la ‘Tercera (de- molido) en Bogota. Agregd Salcedo que “Laas plagas paroles y las plaxyelas dels comees- tos coformaron nin sistema espacial de calles» plazas aque riteraban on ls bari la estoutura de a laa sor. A ests plazas menores, a menndo de tamaia sedteide, daban sus fachadas las iene...” Asi, en esos conventos se hicieron pla- zoletas 0 atrios en su propia manzana o en la det frente de su templo y su convento; en esquina: La Candelaria, San Francisco, en 11 Jaime Salcedo, op. at, pag, 169. 12. idem, pig. 176. 13 Idem, pigs 184-185. 14 idem, pag. 209. Santafé, y Santo Domingo en Popay4n; en. la manzana de enfrente, Santo Domingo en Cartagena; y en la mitad de la manzana so- bre la calle, San Ignacio en Tunja y San José en Popayén. Y en la propia manzana y en la del frente, como San Ignacio en Santafé. Menciona también Salcedo que ademas de las edificaciones y los espacios especificamente tealizados para cumplir fan- ciones y actividades religiosas, las ciudades, © parte de ellas, se transforman en ciertos dias y épocas de cada afio en verdaderos tem- plos: “.. ef espacio de la ciudad, e! espacio profano, se transforma derante el Tiempo Sagrado en espa- ci sagrado” para las procesiones*. LA ARQUITECTURA RELIGIOSA Clasificacisn de las edificaciones relgiasas ur- banas. Ya desde 1963 Carlos Arbeliez Camacho, en un seminario dictado con Fran- cisco Gil Tovar en el Instituto de Cultura Hispénica en Bogota, propuso la siguiente clasificacién que ratificd en 1968 Alberto Cortadine en “Arguitecura religiasa en Colore- bia, templos colonials”, la cual, en términos generales, conserva su validez: 1. Catedra- les, 2. iglesias matrices y parroquiales, 3.igle- sias conventuales y conventos de 6rdenes femeninas y de érdenes masculinas y 4. er mitas, en cada uno de los ies siglos y los primeros afios del siglo XTX que duré la do- minaci6n espafiols. Pero, a su vez la arquitectura de los tem- plos cabe clasificarse teniendo en cuenta su 27 Memoria ¥ Socigpap - Vou. 6, N° 12 acosto DE 2002 atquitectura: su ntimero de naves, su corte transversal, sila nave mayor sobresale en al- tura (coxte «basilical» 0 no («sal6n») de las jaterales, cuando las tiene; elementos volumétricos, la complejidad de los sistemas constructivos y manejo de materiales y la complejidad de espacios (capillas, sactistia, sala capitular, bautisterio). 1. Las iglestas mas sencillas son pot to general de una sola nave angosta y profun- da, construida con muros de tapia pisada, con ventanas pequefias, sobre los que se apo- yaba la estructura de madera, de par y audi- ilo casi siempre, cubierta con paja en los primeros tiempos y luego zemplazada ésta por teja de arcilla (“Arabe” o “espaiiola”). Comin fue también en éstas contar con tun coro alto a los pies de la nave (entrada); y al frente, recorriendo la nave hacia el altar, un arco «toraby (0 arco triunfal) que separa la nave de un segundo ambito, el presbite- tio, un poco més elevado, donde se encuen- tea el altar mayor, muchas veces con un re- tablo a manera de telén de fondo del altar, tan ricamente elaborado y decorado como lc era posible a la economia de ios feligreses o de la comunidad religiosa. Ha de recosdarse que el altar exento, en medio del presbiterio, en el que el sacerdote celebra la misa mirando alos Beles, se intro- dujo a principios de los afios 1960 cuando el Concilio Vaticano IT modificé el xito. Acesca del exterior principal, segtin Arango, ‘lds que wna facbada se trataba de un cerramiento con dos elementos destacados: la espa- dai y la portada’*’, Se presentaron muchos casos en que la espadafia fue cambiada por una torre. A estos templos se les agregaba construcciones anexas (casa cual, bantiste- tio ysacristia) y eran precedidos por un attio oaltozano. 2. Iglesias de tres naves, Solian ser mas grandes y de mayor complejidad espacial, pues integran dentro de su cuerpo elemen- tos que en las anteriores a veces se agrega~ ban, como el bautisterio, la sacristia, la sala capitular y escaleras al coro; y en consecuen- cia la complejidad constructiva, pues el arti- fice debe enfrentarse a un mayor problema que el “sencillo” de montar una sola estruc- tura de madeta sobre dos muros, Ahora se trata de columnas o pilares que se prolon- gan en arcos que separan las naves. Al exterior aparecen también portadas en piedra labrada'y campanarios, (Fspadaiias y 4 veces torres). En la composicién de la fachada se debe contar en estos casos con. tres puertas, que corresponden a la de la nave. central y las dos latetales. LAS CATEDRALES Como se menciond, Santafé, Cartagena, Popayan y Santa Marta fueron las tinicas dié- cesis en nuestro pafs durante la colonia. Tam- bién lo fueron, al comienzo Santa Maria la Antigua del Datiéa {que el segundo obispo trasladé a Panamd en 1524, sin que se co- nozca si hubo templo o no, ni sus caracte- isticas) y Antioquia desde comienzos del siglo XIX, en 1804, 15 Arango, Silvia, Historia de la Anpuitectura en Colombia, Bogota, Universidad Nacional de Colombia, 1989, piv 28 | | 1 | Memowia y Socigpan - Vou. 6, N° 12 acoso bE 2002 Con excepcion de la catedral de Cartagena (jniciada en 1575), en el XVI las construcciones o eran edificaciones simples 0, de las que se terminaron en el XVII, Santafé y Popayan, no se conocen sino por documentos con algunas desctipciones es- critas. Debe tenerse presente que en todo el periodo hispénico lz hoy catedral de Tunja fue iglesia mayor, pues apenas a finales del siglo XIX fue erigida en Didcesis. La catedral de Cartagena, suftié desplo- mes por construccién defectuosa ¢ incen- dios por ataques de piratas durante el siglo XVI La del cantero mayor, Simén Gonzélez, que también tuvo problemas estructurales, tiene tres naves, la central més alta y con columnas de fustes lisos; con boveda de aris- ta, el muro testero, ochavado, se refleja en el vohumen exterior, Por los muros periféricos gfuesos con pocas ventanas, en clerta for- ma recuerda las iglesias fortificadas «le fron- tera» con tietras del Islam en la Espafia de la «ceconquista». ‘La estructura de cubierta es en madera, de pary nudillo «de sabor mudéjam, aunque ‘no tan elaborada como la Santo Toribio (del s, XVID) en Cartagena o como la del con- vento franciscano de Bogota. Con torre sobre la fachada psincipal pero por fuera de las tees naves. Ya para el siglo XVIII fue construida la de Santa Marta, entre 1785 y 1794, con pla- nos enviados desde Espafia por Juan Cayetano Chacén, a los que se hicieron al- gunos cambios en la ejecucién. Es conside- rada como uno de los primeros ejemplos de arquitectura “académica” ea Colombia. Tiene tres naves con nave crucero de igual anchura a la nave central, con corte de tipo basilical. Con pilares cuadrados, cruciformes en el crucero, y arcos de medio punto. Segin Cozradine, “La utilizacién de clipula en el crucero slo responde a un modelo altamente divulgado o utilizado en América bajo la influencia de la Compatiia de Jestis”, como ya se habia utilizado en el templo de san Ignacio en Bogota siglo y medio ateds, ® La catedral de Popayan, que se descono- ce, fue destruida en el terremoto de 1736. Antonio Garcia propuso la reedificacién cifiéndose al modelo anterior. Sin embargo, el proyecto sufrid, junto con otros proyec- tos para el pais, la no aceptacién por parte de la Academia de Bellas Artes de San Fer- nando de Madrid. (Creada en 1742), La que hoy conocemos, averiada en el terremoto de 1983, es ya del siglo XX. Catedral de Santafé, Parece que se deci- dié demoler la antetior pues presentaba fa~ Has en fa estructura. La actual es la cuarta, iniciada en 1807, por fray Domingo de Petrés (1739-1811), la cual fue sometida a refor- mas en los afios 1940, Es claro que Petrés no sdlo conoce los secretos del disefio y domina la construc- cién, Conoce bien la arquitectura del rena- cimiento espadiol. Asi, 2 la catedral metro- politana see encuentra alguna influencia de Diego de Siloé en las catedrates de Granada 16 Corradine, Alberto, Historia de la Anguittaura Colombiana, Colonia 1538/1850, Bogota, Biblioteca de Cundinamarca, Escala, 1989, pag 235. 29 Memonta y SociEDAD - Vo. 6, N° 12 acoso pr 2002 y de Malaga (de 1528), y de Andrés de Vandelvira en la de Jaén (1540), las tres en Andalucia. Es iglesia de tres naves, ademds de dos con capillas (que no naves). Las tres naves tienen igual altura, corte conocido como de “salén” o «hallen Rirche». La nave del crucero, sobre el cual se eleva la cipula sobre pechinas, tiene igual anchura que la nave central. Esta se cubre con bévedas vaidas y las laterales con bovedas de arista. Hace poco fixe terminada una profinda restauracién orientada por Jaime Salcedo Salcedo. Esperamos que en poco tiempo conoceremos los resultados de los estudios que nos darén més luces sobre la historia de la catedeal primada, IGLESIAS MATRICES Y PARROQUIALES El nombre de iglesias matrices s6lo se aplica a las parroguias en las ciudades y vi- llas, es decir, con vecindario de espaiioles;, con gobierno, autonomia y jutisdiccién, como ya se anotd, que para las ciudades eran plenos y limitados para las villas. No se cuen- ta en nuestro tiempo con la evidencia fisica de esas iglesias debido a los incendios, los continuos tertemotos y al enfermizo deseo de transformar o demoler las edificaciones. Por textos de contratos y otros medios “co- nocemos que las iglesias de varias de las ciu- dades y villas fundadas en fos siglos XVI y XVIL, fueron renovadas 0 reconstruidas en el siglo XVIII o en el siglo pasado”. [Siglo xIx]", 17 Corradine, Alberto, o. it, pig 146, 30 Siglo XVI. Las primeras iglesias son muy sencillas. Tapia pisada y cubiertas con paja, porlo que se asemejan masa bohios. Solo a pattic de la segunda mitad del siglo XVI es posible documentar la iniciacion de obras de carécter permanente. Segin Cortadine, de entonces no existen hoy sino las iglesias niayores de Tunja (iniciada, 0 al menos ad- judicada la obra por remate ptiblico, en 1567) y Cartagena, catedzal, que ya se menciond. Siglo XVIL El arquitecto historiador agregd, en la misma obra citada,que por lo general “se intenta la construccién de tem- plos de dimensiones medianas, de 40 a 60 varas con la utilizacin del sistema de pila- res y no de columnas para apoyar arcos... siempre de medio punto”. Como se anotd atrds, las estructuras de las cubiertas siem- pre son de madera, por lo general de par y nudillo. Similares a las iglesias matrices del siglo XVII son los templos, también del XVII, que Carlos Arbel4ez Camacho llamé «Ten- plos doctrinero. De una sola nave angosta y profunda, atco toral bien promunciado, coro alos pies, techumbre en artesa con tirantes dobles, portal rehundido para crear la antecapilla o capilla abierta, attio cerrado y en ocasiones cruz atrial. Siglo XVIIL Durante este siglo en mu- chos lugares los templos ya viejos estén en estado de ruina, por lo que son reparados y muchas veces sustituidos. También fueron fundadas numerosas parroquias por lo que se construyeron iglesias nuevas, Memorta ¥ Socirpan - Vor. 6, N° 12 acosro pe 2002 Corradine mencioné las Iglesias parroquiales y viceparroquiales, utilizadas para aliviar la concentracién de actividades en la iglesia matriz, como templo auxiliar o dirigido a “encabezar la nueva feligresia” (Nuestra Sefiora de Chiquinquird en el So- corto, Santander, viceparroquia de Santa Barbara en Mompox (c. 1794)", IGLESIAS CONVENTUALES Y CONVENTOS Las edificaciones del Nuevo Reino de Granada, y en este caso las de los conven- tos, son por lo general mds modestas com- paradas con las que se levantaron en sitios como los virreinatos de Nueva Espaiia (México) 0 Pert. En nuestro pafs fueron pocos los conventos situados lejos de las ciudades y villas, en las que ocuparon man- zanas enteras, para huertos y animales do- mésticos, ademés de las construcciones. Ya desde las mencionadas «Ordenanzas de descubsimiento, nueva poblacién y paci- ficacién de las Indias», dadas por Felipe IT en 1573, la 119 indicaba que “Para ef ienplo de la yglesia maior parroguia 0 monastero se setae den solares ls prineros despues de las plapasy alles _y seon en ysla eaanzanal entera de manera que sung oto adic se es arvine sina el perteneionie a. comadidad y ornatay. (8M) El convento tipico, claustto, esta com- puesto por un patio rodeado de una iglesia 18 Corradine, Alberto, op. si, pags, 257-241, y tres alas para alojamiento, refectorio, sala capitular, biblioteca y otras segin la orden religiosa. El claustro posee una arcada 0 portico que marca unos corredores cubier- tos para deambulatorios que comunican las dependencias y las habitaciones, todo dan- do al patio. Las variaciones no son muy grandes: el tamajio de la construccién, las caracteristi- cas formales y constructivas de las arcadas, uno 0 dos pisos, y el némero, una o tres na- ves de sus iglesias. No se diferenciaban mu- cho entre silo que de alguna manera de- beria ocurrir dadas las diferentes caracteris- ticas de las érdenes religiosas— pues, como anoté Silvia Arango, eran pocos los maes- tros constructores, cada uno con su «mane- ra» de hacer las cosas, que se evidencia en esa similitud de las edificaciones. Similitud que se dio, “con un saludable sentido tealis- ta, aceptando y aptovechando lo que cada regién neogranadina ofrecia como recursos técnicos y disponibilidad de mano de obra”, Enseguida se presenta cémo las rdenes religiosas se establecieron en el pais durante la colonia. Algunos de los conventos que se men- cionarin estaban localizados en simples ca- sas y no contaban con claustros con las ca- racteristicas tipicas™. 19 Téllez Castaieda, German, “Las drdenes teligiosas y el arte”; Historia del Arte Colombiano. Salwat, Barcelo- 1, 1977, tomo 4, pag, 752. 20 Acesca de los conventos, véase también: Jaime Salcedo $, Doctrina de Indios, Conventos y Templos Doctrineros en el Nuevo Reino de Granada durante el siglo XVI. Revista Hite, n° 1, Bogoti, mayo de 1983, pags. 7-10. 31 Memoria y Socispap - VoL, 6, N° 12 acoso DE 2002 DISTRIBUCION DE LAS ORDENES RELIGIOSAS EN LAS DIOCESIS” Didcesis de Santafé En 1550 se establecieron los dominicos y franciscanos, En 1575 los agustinos; 1595 las monjas franciscanas de La Concepcién. 1604 Los jesuitas fundan colegio”. 1606 Recoleta franciscana de San Diego. Se esta- blecen las carmelitas, 1629 las clarisas. En 1645 las dominicas de Santa Inés; 1778 ca- puchinos. Ex Tunja, segunda ciudad de la arquididcesis: 1551 dominicos; 1558 francis- canos; 1568 agustinos; 1573 Clarisas, 1611 noviciado jesuita, En el resto de la didcesis: a. Dominicos: 1544 en ‘Tocaima, 1563 Pamplona; 1565 Ibagué y Mariquita; 1567 Mérida. 1620, Villa de Leiva y la Trinidad de los Muzos, Santo Ecce Homo y pueblos in- digenas de Guatavita, Ubaque y Tocatema. b, Franciscanos: 1551 Vélez, 1566 Trini- dad de los Muzos, 1567 La Palma; 1585 Mariquita, 1590 Pamplona, 1607 Guaduas; 1614 Villa de Leiva y Honda. ¢. Jesuitas: colegios en Honda (1620), Pamplona (1624) y Mérida (1628). 4. Agustinos en Pamplona, Villa de Leiva, Mérida, San Cristobal y en los pueblos de Otengé y Chimeza. €. Las clarisas en Pamplona (1584); car- melitas en Villa de Leiva (1645). Didcesis de Cartagena En 1550 se establecieron los dominicos. Bn 1555 los franciscanos y los agustinos en 1580. En 1596 los hermanos de san Juan de Dios se encargan del hospital. En 1604 los jesuitas fundaton ef colegio. 1607 se esta- blecleron las carmelitas, 1609 los agustinos recoletos en el cerso de La Popa; 1617 clarisas, y en 1617 los mercedatios obtavieron licencia para fundar. En Mompés, segunda ciudad de la diéce- sis, tuvieron casas los franciscanos (1682), dominicos en 1640, jesuitas en 1643 y los agustinos en 1652. Pranciscanos y domini- cos tuvieron conventos en. Tolt. Didécesis de Popayan 1540. Se establecieron los mercedarios; (Causurado poco despues); 1568 francisca- nos; dominicos y agustinos, 1591; monjas agustinas; 1640 jesuitas, 1729 las carmelitas; en 1740 los betlemitas se encargaron del hospital; y en 1766 Hegaron los padres camilos. 24 Segtin el Diccionario de Historia Eelesiéstica de Bspaiia, 1972. 22 Menciona Mario Hessin Baquero que “La instituci6n (.,.) ala cual se le dio et nombze de Universidad Javeriana (..) fue el Colegio Maximo (...) fen el que] residia la Compatin de Jess con sede on la manzana donde se consiruyé en ese siglo [XVI ka iglesia de san Ignacio”. El Colegio Méiximo, que ya habia iniciado los cursos de filosofia desde 1608 y de teologia en 1611, fe aprobado oficialmente en 1621 por Bole papal y en 1622 por Cédula zeal, CE, Memoria y Sociedad, vol. 3, n° 6, Santa Fe de Bogota, abril de 1999, pigs. 116-118). 32 i f | i : | 4 Munorta v Soctpan - VoL. 6, N° 12 acosro pe 2002 En Cali fundaron conventos los mezcedatios, dominicos, agustinos (1581) y franciscanos (1757). En Buga los domini- cos tuvieron un convento y los jesuitas un colegio (1745), Los franciscanos se estable- cieron ademas en Anserma (1572) y Cartago (1578). Didcesis de Santa Marta Los metcedarios se establecieron en 1533, (subsisti6 poco tiempo). Los domini- cos llegaron en 1529; los franciscanos en 1581. Dominicos, en Riohacha y Valledupar (1563); franciscanos en Riohacha en 1581, Ocaiia 1584 y Tenerife en 1604, Los agusti- nos tuvieron convento en Ocafia. Elprimer convento de monjas fue el Real convento de Santa Clara en Tunja, el cual “no puede ser més sevillano en su carcter™?. Su iglesia fue terminada en 1574. Es, segtin Corradine, “el més antiguo edificio religio- so del pais, atin en pie”, En los siglos XVIL y XVIII se concluyé la consttuccién de los principales conven- tos apenas iniciados, en buena parte, en el XVI. También se ejecutaron nuevas obras para sustituir las muchas de caricter provi- sional. Pero su forma arquitecténica defini- tiva, asi como la de los templos doctrineros, a adquirieron a partir del siglo XVII en el Nuevo Reino de Granada®. Por su parte, la Compaiiia de Jestis no fund6 conventos sino colegios. En ellos tan solo una parte es ocupada por la comuni- dad de sacerdotes y por los religiosos en for- 23 Téllez, German, op. ait, pag, 761. 24 Conradline, Alberto, op. ait, pag, 86. macién. Son destacables en especial el de Santafé por el magnifico conjunto que for- mé con el templo que se menciona adelan- te, y el colegio de Cartagena, hoy de San Pe- dro Claver, claustro singular en su configu- racién y més singular por su colocacién en telacién con la muralla de proteccién de la ciudad. Las Recoletas. [Revuleaaitn: recngintento y reeditaciéil, fueron construidas en las cerca -aias de las ciudades, en los que se brindé descanso a los misioneros que regresaban de su labor apostélica y alos sacerdotes aa- cianos ya retirados. Un buen ejemplo es el de San Diego en Santafé, de los francisca- nos. TEMPLOS CONVENTUALES O DE LAS ORDENES RELIGIOSAS Los templos iniciados en el siglo XVI por lo general fueron de los que artiba se clasificaron como “més sencillos”. Salvo excepciones eran cubiertos con paja, la ar- madura de las cubiertas de pat y nudillo, come prolongaciéa de la tradicién cons- teuctiva medieval espaiiola desarrollada por Jos mozos y continuada por los mudéjares © «wometidosy algunas segiin las técnicas, de gran perfeccién, de la «carpinteria de lo blanco», como las iglesias franciscanas de Santafé y Tunja, y probablemente la gran mayorfa realizadas con maderas rollizas 0 sea, «en tosco». 25 Salcedo, Jaime, Dactrina de indlas, conventosy temples doctinerdin pg. 12 33 Memoria y Socigpap - Vor. 6, N° 12 acosTo pe 2002. Segiin Corradine, en el siglo XVI nin- gin templo conté con torre y sdio en algu- nos se construy espadafia, como fue co- miin también en los templos doctrineros, ya acaballada sobre la cumbrera de la cubierta oauno de los lados. Por lo general no se tuvieron grandes transformaciones en el siglo XVII Aunque se amplié el uso del ladrillo, por su costo se limité a ciertos sitios de la edificacién como laconfiguracién de arcos, molduras de puer- tas y ventanas, a fortalecer los muros me- diante verdugadas o hileras etc. Fue comin que al paso de los aiios y con los zecursos que se consegufan, al cuerpo de la nave se le afiadieron capillas en unos casos (como el templo de la Orden de predicadores 0 do- minicos en Tunja) 0 naves laterales, o naves y capillas en ottos (el de los franciscanos en Santafé). En Cartagena, asi como en varios sitios de clima ardiente del Nuevo Reino y de Centroamérica se realizaron, no exclusiva~ mente, templos diferentes a los menciona- dos, de tres naves separadas por esbeltos pies derechos o columnas de madera, arquitrabando, y cubierta total de dos aguas. El nico cubierto con béveda de cante- tia, la que exige técnica més avanzada y ma- yor experiencia del constructor, es el det convento de Santo Domingo en Cartagena. Béveda que xesulté tan pesada que requirié de gruesos arcos fajones prolongados en tan robustos contrafuertes o estribos que sobre- salieron a {a calle, que por ello recibid el nombre de dos estribos».” Cuando en ottas 26 Téllez, Geemén, op. at, pag, 748. 34 obras se construyeron bévedas éstas fueron encamonadas», es decir, en madera armada sobre arcos hechos con tablas (camones) que dan forma a la béveda. Entre los templos de las comunidades religiosas se destacaron los de la Compaiiia de Jestis (Tunja, Cartagena), pero el. que merece especial atencidn es el de San Igna- cio en Santafé, del jesuita Juan Bautista Coluccini, sin duda el ejemplo arquitecténi- co més significativo del pafs durante el siglo XXVIL Est4 basado en el modelo del templo del Jestis en Roma de Giacomo Barezzi de Vignola que, con variaciones, fue utilizado en muchos templos de la Compafifa en el mundo. Es muy importante para nuestra historia arquitectonica pues por primera vez en el pais se produjo una obra que, ademas de la gran complejidad tanto del programa como, de la interrelacién de los espacios y del sis- tema estructural, logra gran calidad en las ptoporciones de los espacios y los planos que los conforman y que armonizan perfec- tamente unos con ottos y en el conjunto con, sugestivos, ademas, control de la luz y misa- da del espectador que Carlos Arbeliez Ila- md “evasién dindrrica del espacio”. En cuanto a la fachada, Coluccini pasé del tradicional y sencillo muro con bien dis- Puestas puertas y ventanas enriquecido con torres y en especial con portada, en ocasio- nes rica y bellamente labrada, a una verda- dera fachada por el trabajo compositivo que en San Ignacio logré. r Memoria y Socmpan - Vou. 6, N° 12 acosro pe 2002 Iglesias de conventos femeninos Es caracteristico de estas iglesias la ma- nera de abrir el acceso a los fieles. No alos pies de la nave sino lateral, pues a los pies de ella el sotocozo est#, lo mismo que el coro alto, dedicado a las monjas de clausura para lnoracién ante el Santisimo. Ademis de que- dara espaldas de los fieles, las monjas estén asi protegidas de ser vistas mediante celo- sias de madera o de hierro. Ermitas Son pequefios templos situados en las afueras de las ciudades, sobre los caminos de entrada y salida, a manera de «capillas del humilladero», donde los fieles se encomen- daban a Dios y los santos al salir de viaje 0 les agradecian el llegar sanos y salvos, No se diferencian mucho de los de una sola nave, nien lo espacial ni en Jo estructural La construccién Siglo XVI: Muras, a. La técnica mas comin fue la tapia pisada, b, Aunque en pocas ocasiones por su mayor costo, también se usd el ladri- llo sentado con cal y arena, (argamasa). Tam- bién se usd en lugar de la tapia en aquellos lugares de ficil inundacién. c. Cuando se utilizé la piedra se constrayeron los muros de manera similar a la tapia pisada, pero el relleno entre tablones se hizo con pedazos de piedras o ripio. La madera siempre fue utilizada en cons- teuccidn, en especial en la armazén de las cubiertas, como ya se mencioné. Teja de barro. Si bien durante los pri- meros afios fue mas usual el cubrimiento con paja, siempre estuvo en mente de los espafioles Ia solidez de sus construccio- nes, que se lograba cuando se cubria con teja de barro «érabe» o «espafiola» muy versatil. Durante los siglos XVI y XVIII no hubo grandes cambios ni en los métodos ni en el uso de sistemas y materiales constructivos. Segin Corradine, es comtin el empleo del hierro en cerraduras, clavazén, etc., pero lo mas significativo es la utilizacién del vidrio a finales del siglo XVIII. BIBLIOGRAFIA Para facilitar la consulta del lector, en algunas obras, ademds del titulo, se indican especificamente las pattes donde se trata el tema de arquitectura teligiosa utbana durante la colonia. ARANGO, Silvia, Historia de la Arguiecura en Colombia, Bogoté, Universidad Nacional de Colombia, 1989. La Espaiia ameticana. Consolidacién de tipologias, 1550-1570, pag. 45; b) La arquitectura reli- giosa. pig: 50, Los conventos, pigs. 51-57; Iglesias matrices y patroquiales, pigs. 57-61; Los centros doctrineros, pags. 61-64. c) Hlementos puntuales y espacio publica, pig, 64). La Amética espafiola. Fl apasionamiento escenogeéfico, 1730-1810, La atquitectura religiosa, pags. 81-85. Academicismo neocksico, (menciona catedrales de Popayin y Santa Marta, pag. 95; y Bogoti, pigs. 98-99). 35 Memonria y Soctepan - Vor, 6, N° 12 agosto pp 2002 ARBELAEZ CAMACHO, Catlos y Santiago Sebastiin Lépez, Las antes en Colombia. Historia Extensa de Colombia, vol. XX, tomo 4, Bogoté, 1967, La catedsal de Tunja y el gético isabelino, pags. 129-138, Persistencia del mudejatismo, la torre de San Francisco en Cal, pags. 173-177; los claustros tunjanos, pags. 177-181. La interpretacién del renacimiento, Ja influencia de Diego de Siloé, pigs. 207-211; el esquema basilical, pags. 211-215; la catedral de Cartagena, pigs. 215-220; la tercera catedral de Santafé, pags. 220-223. ARBELAEZ CAMACHO, Carlos, “Bl teroplo de la Compaiiia de Bogotd, Nuevos aportes 2 sa andl sis histotico - axquitectonico”, en Balai del Centro de Investigaciones Histiricas y Estéicas, Universidad Central de Venezuela, Facultad de Arquivectura y Urbanismo, n° 6, sep. 1966, pags. 86-104. ARBELAEZ CAMACHO, Carlos y Francisco Gil Tovar, E/ arte colonial en Colombia. Bogota, Ediciones Sol y Luna, 1968. Capitulo Ill, Tunja en el siglo XVI. Sucesién y coexistencia de tres estilos, pags. 41-48. (Catedeal de Tanja, Santo Domingo, San Ignacio). Santafé del siglo XVI: San Francisco, la Concepcién, Santa Bacbata y de otzas ciudades en el siglo XVI, pags. 47-48. Capitulo TV, El proceso evangelizador y el aporte de la arquitectura. (Pueblos de indios y templos doctrineros), pags. 49-59. Capitulo V, Et manierismo en la Nueva Granada, pig. 61. Andlisis de un espacio manietista en Santafé: San Agustin (ac), [es San Ignacio}, pags. 62-65; Datos nuevos sobre el rquitecto de San Ignacio, pégs. 65-67. Otros ejemplos manieristas, pigs. 67-68. (Templo de Santo domingo en Cartagena, San Francisco, Tonia). Capitulo VI, Bl batzoco en Ia atquitectura neogranadina, pags. 71-87. Batroco erudito y basroco populas, pig, 74; Ejemplos, (75): Cartagena, templo de la Compatie, pigs. 75-76; Retablos de Santo Toribio y Santa Clara, pag. 76; San Francisco, Bogotd, pag. 78; La capilla del Rosario el templo de Santo Domingo y la mal llamada «capilla del fundadom en la catedral, Tunja, pigs. 78- 79; Templo de Monguf (pot set del XVIII y no por bastoco); el templo de la Compaiiia y San Francisco, Popayén, pigs. 81-83; Santafé de Antioquia, Mompox, pig. 85; San Pedeo, Buga, pig. 86 Capitulo VH, Arribo del neoclasicismo a la Nueva Granada; Catedral de Santafé, pag. 915 cate~ drales de Chiguinquité y Zipaquiré, pags, 92-93. CASTRILLON ARBOLEDA, Diego, Mares dz papel. Popayin, Universidad del Cauca, 1986, (Resefias de los edificios de Popayén). CORRADINE, Alberto, “La atquitectura colonial”, pags. 419-460, En: Manual de Historia de Colombia. Bogoté, Colcultura, 1978. Arquitectura religiosa: siglo XVI, pags. 424-431. siglo XVII, pgs. 439-444; siglo XVII y albores del XTX, pags. 457-459. CORRADINE, Alberto, “Historia de la arquitectura colombiana”, Colonia 1538/1850. Bogota, Bi- blioteca de Cundinamarca, Escala, 1989. La arquitectura en América en el siglo XVI: Arquitectura teligiosa pag, 82; A. Iglesias mattices, pag. 83; Conventos, pigs. 83-91. Los estilos, pags. 94-100; Técnicas de construceién, pags. 100- 102. Ta arquitectura en el siglo XVI: La arquitectuza religiosa urbana, pigs. 131-134; Iglesias matei- ces, pags. 134-151; Ermitas, pag. 151; Iglesias conventuales y conventos masculinos, pags. 152- 168; Iglesias y coaventos femeninos, pags. 168-172; Técnicas de consteuccién (s. XVII), pags. 177-179. Siglo XVII Las misiones jesuitas en los lanos, pags. 189-190. Arquitectura religioss, pags. 222; a. Las catedrales, pigs. 222-235; b. Las iglesias matrices, pags. 235-237; c. Iglesias parroquiales y Memoria y Socigpab - VoL. 6, N° 12 acoso ps 2002 vicepattoquias, pigs. 237-241; d. Los templos conventuales, pags. 241-247. Los estilos: El batto- €o, pags. 250-255; El neoclasicisto, pags. 255-262. Técnicas constructivas, pags, 262-263. CORRADINE, Alberto, La arguitectra on Tanya. Bogota, 1990. La arquitectura religiosa, pags. 49-97. Discionario de Historia Eichsidstica de Espaita, 1972. HERRAN BAQUERO, Matio, “Fundacién del Colegio Maximo de la Compaitia de Jestis y el Colegio de San Bartolomé en el Nuevo Reino de Granada”, Memoria y sosiedad, vol. 3, n° 6. Santa Fe de Bogoté, abril de 1999. KONETZKE, Richard, América Latina, ta paca colonial. México, Siglo XX1 Editores, 10° edicién en castellano, 1979. MARCO DORTA, Enrique, Cartagena de Indias, puerto y plaza fiert. Cartagena, Alfonso Amadé, segunda ediciéa, 1960. IV “La iglesia catedzal” pags. 87-101. (Ge relacionan los templos y conventas en vatias partes de la obra). MARTINEZ, Catlos, Apuntes sobre el urbanism en ef Nuevo Reino de Granada, Bogota, Banco de la Reptbli- ca, 1967: “La iglesia como componente del centzo civico”, pag. 83. RENTERIA SALAZAR, Patticia, Anpaitectuns em la iglesia de San Ignacio de Bogotd. Modelos infiyjos, arti- fices. Bogovi, Centro Editorial Javetiano, CBJA, 2001. SALCEDO SALCEDO, Jaime, Doctrina de indios, conventos y templos doctrineros en el Nuevo Reino de Granada durante el siglo XVI. Bogoté, revista Hito, n° 1, Asociacién Colombiana de Facultades de Arqnitectura, mayo de 1983, pags. 7-13. SALCEDO SALCEDO, Jaime, Urbanisme Hispano-Anericano, sighs XVI, XVIL_y XVIN. Bl modelo turbano aplicado a la Amética Espaftola, su génesis y su desarrollo teérico y prictico. Bogoti, Centro Editorial Javetiano, Pontificia Universidad Javeriana, 2* edicién, 1996, 1.4 La traza de Santo Domingo, d) “Iglesia mayor, orientada y exenta, al lado de la plaza, sin dar su fachada a la plaza”, pég. 29. 2. La traza en la préctica americana, ceremonias de fundacién, Bl solar de Ia iglesia, pgs. 55-57. 3. La legislacién urbana en el siglo XVI, 3.5, Plazas mayores y menores, pags. 113-117. 4. De Felipe Ha Carlos INL 4.3 Transformaciones urbanas: c) mulkiplicacién de los conventos, tanto masculinos como femeninos, pags. 167-169; 5. La arquitectnra urbana: b) calles principa- les que no con fluyen a la plaza, ‘a las cuales se aben los portones de las casas y conventos”, 179. 5.3 Plazas plazuelas y atrios, pgs, 182-197. 5.7 La ciudad como templo, pags. 209-212. SEBASTIAN LOPEZ, Santiago, Arguitectura colonial en Popaydn y Valle del Cawea, Cali, Carvajal & Cis., 1965. Historia del Arte Colombiano, Salvat, Barcelona, 1977. ‘Tomo 4: ‘TELLEZ CASTANEDA, Germén, “Las érdenes religiosas y el arte”: Arquitectura de templos y con- ventos, pag. 745; Ejemplos representatives de arquitectura conventual, pig, 7513 Santa Fe de Bogotd y regiones vecinas, pag, 752; Arquitectura conventual en Tunja, pag. 758; Arquitectura conventual en Boyac, pig. 763; Arquitectura conventual en Cartagena de Indias, pag, 767; Ar- quitectura conventual en Popayén y el Velle del Cauca, pig. 773. RUEDA, Jorge y Francisco GIL. TOVAR, “Reflejos del siglo XVI”: Bi gético isabelino y el plateresco en Nueva Granada, 4g, 779; La anquitectura renacentista, pags. 782-784. GIL TOVAR, Francisco, “La huella mudéjer”, pags. 907-920: Lo mudgjar, Techumbres mudéjares neogranadinas, Ornamentacién arquitect6nica. Arcos, Mamposteria, tejeria y albafileria decora- tiva.. 37 Mumorra ¥ Sociepap - VoL. 6, N° 12 acosro DB 2002 GIL TOVAR, Francisco, “Un buen vestido para la arquitectura”, pags. 921-936: El revestimiento en talla dorada durante el siglo XVII, Los retablos, El retablo de San Francisco en Bogota, Retablos jesuitas y otros, Santo Domingo de Tunja, Sillerias de coro. GIL TOVAR, Francisco, y German TELLEZ CASTANEDA, “El barroco en Nueva Granada”, pigs. 937-960: Lo barroco y su caricter. El bartoco hispanoamericano, Caractet barroco en Nueva Granada, Rasgos batrocos en la atquitectura neogranadina, Los templos jesuiticos en Nueva Granada, pigs. 956-960. Tomo 5°: GIL TOVAR, Francisco, “La ornamentacién bartoca”, pags. 961-976: Bl adorno como seduccién. ‘Talla decorativa en la zona central. Ornamentacién batroca en Popayan. “La version virreiaal del rococé”, pags. 1001-1022: Lo rococé. Rococé quitedio en Popayin. El entallador Pedro Caballe- 10 y su obta, (El resto es pintura y mobiliario). “Manierismo y amaneramiento”, pig, 1091; El manierismo neogranadino, pags. 1096-1108, RUEDA, Jorge, “Llega la ilostracién”, pig. 1060: Naturalismo y neoclasicismo neogranadinos. Las primeras intervenciones de la Academia. La obra de fray Domingo de Petrés, pig. 1067; El padre Marcelino Pérez de Arroyo, pag. 1068; Las catedtales colombianss, pag. 1075; Las catedrales de ‘Tunja y Santa Fe, pags. 1082-1090, 38

You might also like