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TEMA: LA RESURRECCIÓN PASADA, PRESENTE Y FUTURA

TEXTO: MARCOS 16:1-6

Este es un día muy especial pues recordamos que nuestro Señor Jesucristo hace
dos mil años venció a la muerte y a la tumba ya que después de tres días de
haber muerto en la cruz él resucitó de entre los muertos.

Pero también la palabra de Dios nos habla sobre otras resurrecciones y es por eso
que este día vamos a reflexionar sobre la resurrección pasada, la resurrección
presente y la resurrección futura.

I) LA RESURRECCIÓN PASADA (1 CORINTIOS 15:3-5)

Verdaderamente el acontecimiento más grande que jamás haya ocurrido en la


historia de la humanidad es la resurrección de Jesucristo.

En la palabra de Dios se nos menciona que también otras personas resucitaron


después de haber muerto: El hijo de la sunamita, el hijo de la viuda de Naim, la
hija de Jairo, y Lázaro que fue resucitado por el Señor después de cuatro días de
haber muerto, entonces ¿Porque la resurrección de Jesús es tan especial? Porque
Jesús resucitó de entre los muertos para ya no morir nunca más (Romanos 6:9)

Cristo es las primicias, es decir el primero en resucitar para vida eterna, el primero
en vencer para siempre a la muerte y la tumba para que también nosotros que
creemos en él podamos también experimentar su victoria (1 Corintios 15:20-22)

II) LA RESURRECCIÓN PRESENTE (EFESIOS 2:4-6)

Desde hace dos mil años después de que nuestro Señor Jesucristo resucitó la
resurrección sigue estando presente, no como un hecho histórico, sino como una
realidad en la vida de cada uno de nosotros que hemos reconocido nuestra
condición espiritual, es decir que estábamos muertos en pecados (vs 5)

Y por la gracia de Cristo nos dio vida, nos resucitó espiritualmente (vs 6) por
medio de Cristo nuestro Padre Celestial nos ha dado vida eterna (1 Juan 5:11)

El bautismo es el símbolo de nuestra resurrección espiritual, es el símbolo de que


por medio de Cristo nosotros hemos muerto a nuestra vieja naturaleza y por medio
de él hemos resucitado en una nueva naturaleza (Colosenses 2:12 / 2 Corintios
5:17)

III) LA RESURRECCIÓN FUTURA (1 CORINTIOS 15:51-53)


La resurrección futura es el evento escatologico que la iglesia de Cristo esta
esperando, es el arrebatamiento de la iglesia, en el cual todas aquellas personas
que murieron con Cristo, es decir que murieron después de haber recibido a Cristo
como su Señor y salvador personal, sus cuerpos serán resucitados incorruptibles y
glorificados, pues como lo dice el texto: es necesario que esto corruptible se vista
de incorrupción y que esto mortal se vista de inmortalidad (Vs 53)

Pero ¿porque tiene que resucitar nuestro cuerpo? Porque la salvación que nuestro
Dios nos ha dado por medio de Jesús es para nuestro espíritu, nuestra alma y
nuestro cuerpo (1 Tesalonicenses 5:23)

Cuando un cristiano muerte se siembra en la tierra un cuerpo de corrupción, de


pecado, de maldad, pero cuando Cristo venga resucitará un cuerpo glorificado,
incorruptible, victorioso y santo (1 Corintios 15:42-43)

También al final de la gran tribulación el Señor resucitará a los creyentes del


antiguo testamento para entrar al reino milenial (Isaías 26:19-20 / Daniel 12:1-2)

Pero también la resurrección futura incluye a todas aquellas personas a que a


través de la historia rechazaron la salvación que nuestro Dios les ofreció, después
del milenio, todas las personas que rechazaron la salvación serán resucitadas
para presentarse frente a nuestro Dios en el juicio del gran trono
blanco (Apocalipsis 20:11-15)

La condenación eterna de aquellas personas que serán resucitadas para ser


juzgadas en él juicio del gran trono blanco es llamada “La muerte
segunda” (Apocalipsis 21:8)

Este día tu puedes resucitar para vida eterna, este día tu puedes dejar de estar
muerto en pecados y recibir la vida que solamente nuestro Señor Jesucristo te
puede dar, invita hoy a Cristo a tu corazón, él resucitó para darte vida eterna.
TEMA: PORQUE TENIA QUE RESUCITAR JESUS?

TEXTO: HECHOS 17:1-3

INTRODUCCION

 HOY ES UN DIA DE VICTORIA, ES UN DIA PARA CELEBRAR QUE


NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO NO ESTA EN UNA TUMBA, EL ESTA VIVO,
EN EL MUNDO HAY MUCHAS TUMBAS QUE SON VISITADAS POR MILES Y
MILLONES DE PERSONAS EN EL MUNDO, LA TUMBA DE MAHOMA EN
MEDINA, LA TUMBA DE GANDHI EN NUEVA DELHI, EN NUESTRO PAIS LA
TUMBA DE MONSEÑOR ROMERO, Y POR SU PUESTO LA TUMBA DE
NUESTRO SEÑOR JESUS EN JERUSALEN.
 GRANDES TUMBAS PARA GRANDES HOMBRES DE LA HISTORIA, PERO
CON UNA GRAN DIFERENCIA, SOLAMENTE LA TUMBA DE NUESTRO
SEÑOR JESUCRISTO ESTA VACIA, NO HAY NADA ADENTRO, PORQUE
SOLAMENTE EL HA RESUCITADO DE ENTRE LOS MUERTOS, ALELUYA!!
 EN LOS VERSICULOS QUE HEMOS LEIDO PARA COMENZAR ESTA
MAÑANA NOS DICE QUE ERA NECESARIO QUE EL CRISTO PADECIERA Y
RESUCITARA AL TERCER DIA, Y DE AHI SURGE LA PREGUNTA ¿PORQUE
TENIA QUE RESUCITAR JESUS?
 PORQUE ERA NECESARIO QUE EL CRISTO VOLVIERA A VIVIR? PORQUE
ES TAN IMPORTANTE LA RESURRECCION DE CRISTO PARA LA IGLESIA
Y PARA EL MUNDO?

VEAMOS LAS RESPUESTAS QUE NOS DA LA PALABRA DE DIOS PARA QUE


COMPRENDAMOS LA GRAN IMPORTANCIA DE LA RESURRECCION DE
NUESTRO SEÑOR JESUS:

I) NUESTRO SEÑOR JESUS TENIA QUE RESUCITAR PARA QUE NUESTRA


FE NO FUERA EN VANO (1 CORINTIOS 15:16-19)

 SI CRISTO ESTUVIERA EN LA TUMBA NUESTRA FE NO TENDRIA


SENTIDO, NUESTRAS ORACIONES NO TENDRIAN SENTIDO, NUESTROS
CULTOS SERIAN SIMPLE RELIGIOSIDAD SIN ESPERANZA.
 DE QUE SERVIRIA CANTAR ALABANZAS SI EL SEÑOR NO LAS ESCUCHA,
DE QUE SERVIRIA ORAR SI EL SEÑOR NO LAS CONTESTA, DE QUE
SERVIRIA PREDICAR SI LO QUE PREDICAMOS NO TIENE FUNDAMENTO,
DE QUE SERVIRIA HABLAR DE LA VIDA ETERNA SI QUIEN NOS HABLO
DE LA VIDA ETERNA ESTA MUERTO.
 PERO CRISTO ESTA VIVO!! Y POR ESO TENEMOS UNA ESPERANZA VIVA,
UNA FE VIVA, UN GOZO VIVO, POR LA RESURRECCION DE CRISTO
JESUS (1 PEDRO 1:3)
II) CRISTO TENIA QUE RESUCITAR PARA SER LA CABEZA DE SU IGLESIA
(COLOSENSES 1:17-18)

 MILES DE IGLESIAS HAY EN EL MUNDO, MUCHAS DENOMINACIONES,


MUCHOS NOMBRES, MILES DE PASTORES, PERO TODOS SOMOS UN
SOLO CUERPO, UNA SOLA IGLESIA, LA IGLESIA DE CRISTO JESUS.
 MILES DE HOMBRES Y MUJERES PECADORES Y DEBILES ESTAN AL
FRENTE DE LAS DIFERENTES IGLESIAS EN EL MUNDO, COMO PUEDE
SOSTENERSE LA IGLESIA EN HOMBRE Y MUJERES DEBILES E
IMPERFECTAS? LA RESPUESTA ES QUE LA IGLESIA NO SUBSISTE POR
LA CAPACIDAD DE LAS PERSONAS, NI DE LOS PASTORES NI DE LAS
CONGREGACIONES.
 LA IGLESIA SIGUE Y NO SE DETIENE PORQUE AL FRENTE NO VA UN
HOMBRE SINO CRISTO JESUS, LOS HOMBRES Y MUJERES CAEN,
FALLAN, SE EQUIVOCAN, LOS PASTORES ENVEJECEN Y MUEREN, PERO
CRISTO PERMANECE PARA SIEMPRE, SU IGLESIA NUNCA SE DETIENE
PORQUE EL ES LA CABEZA DE SU IGLESIA, EL ES EL GRAN PASTOR DE
NUESTRAS ALMAS (1 PEDRO 2:25)

III) CRISTO TENIA QUE RESUCITAR PARA INTERCEDER POR NOSOTROS


(ROMANOS 8:34)

 QUIEN MAS PODRIA INTERCEDER DELANTE DE DIOS POR NOSOTROS


SINO AQUEL QUE DIO SU VIDA POR AMOR A NOSOTROS? EL NOS
DEFIENDE CONTRA EL ENEMIGO QUE NOS ACUSA.
 EL HACE QUE NUESTRAS ORACIONES TENGAN RESPUESTA CUANDO
PEDIMOS EN SU NOMBRE (JUAN 14:13-14)
 EL ES NUESTRO ABOGADO PARA CON DIOS CUANDO CAEMOS EN
PECADO (1 JUAN 2:1)
 COMO PODEMOS PRESENTARNOS NOSOTROS LOS PECADORES
DELANTE DE UN DIOS SANTO Y JUSTO PARA EXPONER NUESTRAS
NECESIDADES Y AFLICCIONES?? COMO PODEMOS NOSOTROS LOS
PECADORES PRESENTAR DELANTE DE DIOS NUESTRAS PETICIONES?
HAY UN SOLO MEDIO, ESE MEDIO ES JESUS (1 TIMOTEO 2:5) NOTEMOS
QUE ES JESUCRISTO HOMBRE, ES DECIR EL MISMO QUE VIVIO Y
RESUCITO AL TERCER DIA.

IV) CRISTO TENIA QUE RESUCITAR PARA ESTAR CON NOSOTROS DESDE
HOY HASTA LA ETERNIDAD (MATEO 28:19-20)

 ESTAS PALABRAS SON DE CRISTO RESUCITADO, EL TENIA QUE


RESUCITAR PARA PARA PODER HACERLAS REALIDAD, EL QUIERE
ESTAR CON NOSOTROS SUS HIJOS HASTA EL FIN DEL MUNDO, YA SEA
AHORA O EN TODAS NUESTRAS GENERACIONES EL QUIERE ESTAR
CON NOSOTROS.
 EL QUIERE ESTA TAMBIEN CON NOSOTROS PARA TODA LA ETERNIDAD
POR ESO ESTA PREPARANDO LUGAR PARA CADA UNO DE
NOSOTROS (JUAN 14:1-3)
 UN DIA VENDRA POR NOSOTROS Y AQUELLOS QUE ESTEN MUERTOS
TAMBIEN RESUCITARAN (1 TESALONICENSES 4:16-17) QUE PRECIOSO
LO QUE NOS DICE LA PARTE FINAL DEL VS 17: ESTAREMOS PARA
SIEMPRE CON EL SEÑOR!!

Y JESUS TENIA QUE RESUCITAR PARA QUE TU QUE AUN NO ERES SALVO
PUEDAS RECIBIRLO COMO SEÑOR Y SALVADOR, PORQUE NO HAY OTRO
NOMBRE BAJO EL CIELO POR EL CUAL PODAMOS SER SALVOS,
SOLAMENTE POR MEDIO DE NUESTRO SEÑOR JESUS QUE VIVE Y REINA
PARA TODA LA ETERNIDAD!!

TEMA: JESÚS HA RESUCITADO ¿POR QUÉ ESTÁS TRISTE?

TEXTO: LUCAS 24:4-17 Aconteció que estando ellas perplejas por esto, he
aquí se pararon junto a ellas dos varones con vestiduras resplandecientes; 5
y como tuvieron temor, y bajaron el rostro a tierra, les dijeron: ¿Por qué
buscáis entre los muertos al que vive? 6 No está aquí, sino que ha
resucitado. Acordaos de lo que os habló, cuando aún estaba en Galilea, 7
diciendo: Es necesario que el Hijo del Hombre sea entregado en manos de
hombres pecadores, y que sea crucificado, y resucite al tercer día. 8
Entonces ellas se acordaron de sus palabras, 9 y volviendo del sepulcro,
dieron nuevas de todas estas cosas a los once, y a todos los demás. 10 Eran
María Magdalena, y Juana, y María madre de Jacobo, y las demás con ellas,
quienes dijeron estas cosas a los apóstoles. 11 Mas a ellos les parecían
locura las palabras de ellas, y no las creían. 12 Pero levantándose Pedro,
corrió al sepulcro; y cuando miró dentro, vio los lienzos solos, y se fue a
casa maravillándose de lo que había sucedido.13 Y he aquí, dos de ellos iban
el mismo día a una aldea llamada Emaús, que estaba a sesenta estadios de
Jerusalén. 14 E iban hablando entre sí de todas aquellas cosas que habían
acontecido. 15 Sucedió que mientras hablaban y discutían entre sí, Jesús
mismo se acercó, y caminaba con ellos. 16 Mas los ojos de ellos estaban
velados, para que no le conociesen. 17 Y les dijo: ¿Qué pláticas son estas
que tenéis entre vosotros mientras camináis, y por qué estáis tristes?

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JESUS-HA-RESUCITADO-¿POR-QUE-ESTAS-TRISTE.pdf

Ha llegado el domingo de resurrección, hoy es un día de alegría, hoy es un día de


regocijo, hoy la iglesia de Cristo proclama que él venció la muerte, que él salió de
la tumba, que él está vivo y vive para siempre.

Pero la iglesia del Señor, la iglesia del Cristo resucitado no debe estar alegre y
gozosa el domingo de resurrección, sino todo los días de nuestra vida, pues cristo
vive y él ha prometido estar con nosotros TODOS LOS DÍAS HASTA ÉL FIN DEL
MUNDO (Mateo 28:20) enseñándoles que guarden todas las cosas que os he
mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del
mundo. Amén.

Lastimosamente esa alegría, esa fe, y esa esperanza que nos da el domingo de
resurrección para muchos no es una realidad en nuestra vida cristiana todos los
días, sino que muchos somos como aquellos hombres que iban camino a Emaús,
tristes, y preocupados por la muerte del Señor, y que no reconocieron que Jesús
mismos iba caminando con ellos (Lucas 24:13-17) Y he aquí, dos de ellos iban
el mismo día a una aldea llamada Emaús, que estaba a sesenta estadios de
Jerusalén. 14 E iban hablando entre sí de todas aquellas cosas que habían
acontecido. 15 Sucedió que mientras hablaban y discutían entre sí, Jesús
mismo se acercó, y caminaba con ellos. 16 Mas los ojos de ellos estaban
velados, para que no le conociesen. 17 Y les dijo: ¿Qué pláticas son estas
que tenéis entre vosotros mientras camináis, y por qué estáis tristes?

VEAMOS ENTONCES EN EL TEXTO Y RESPONDAMOS LA PREGUNTA


INICIAL: SI JESÚS HA RESUCITADO ¿PORQUE ESTAMOS TRISTES?
VEAMOS LO QUE NOS ENSEÑA LA PALABRA DE NUESTRO DIOS:

I) CAMINAMOS TRISTES PORQUE SOLAMENTE CONOCEMOS MUCHO DE


JESÚS, TENEMOS SOLAMENTE UN BUEN CONCEPTO DE ÉL (VS 19-23) De
Jesús nazareno, que fue varón profeta, poderoso en obra y en palabra
delante de Dios y de todo el pueblo; 20 y cómo le entregaron los principales
sacerdotes y nuestros gobernantes a sentencia de muerte, y le crucificaron.
21 Pero nosotros esperábamos que él era el que había de redimir a Israel; y
ahora, además de todo esto, hoy es ya el tercer día que esto ha acontecido.
22 Aunque también nos han asombrado unas mujeres de entre nosotros, las
que antes del día fueron al sepulcro; 23 y como no hallaron su cuerpo,
vinieron diciendo que también habían visto visión de ángeles, quienes
dijeron que él vive.

Ellos conocían mucho de Jesús,ellos tenían un buen concepto del Señor, por eso
ellos expresaban que Jesús era:

Varón profeta

Poderoso en obra

Poderoso en palabra

Que fue sentenciado a muerte y que murió crucificado

Que era el redentor de Israel.

Muchos de nosotros somos Cleofas, conocemos mucho del Señor, sabemos lo


que nos han dicho de él, que es poderoso, que hace milagros, que es bueno y que
tiene cuidado de nosotros, que él tiene la última palabra etc.

Pero cuando vienen los días difíciles en nuestra vida, cuando pasamos por los
momentos de enfermedad, cuando pasamos por el desierto de la escasez, cuando
pasamos por tiempos de soledad o de abandonos, nos entristecemos igual que los
discípulos que iban caminando hacia Emaús,

Y esto ¿porque nos pasa? ….

II) PORQUE EN VERDAD NO LE HEMOS CREÍDO DE CORAZÓN (VS 25-27)


Entonces él les dijo: ¡Oh insensatos, y tardos de corazón para creer todo lo
que los profetas han dicho! 26 ¿No era necesario que el Cristo padeciera
estas cosas, y que entrara en su gloria? 27 Y comenzando desde Moisés, y
siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo
que de él decían.

Jesús habló de él mismo tomando como base las escrituras, eso nos muestra que
para creer de verdad en el Señor no basta con lo que otros dicen de él , no
podemos conformarnos con lo que nos dicen de Jesús, o con lo que otros hablan
de él , o lo que otros han experimentado en sus vidas, tenemos que conocer de
manera personal a nuestro Señor Jesucristo por medio de la palabra, a través de
nuestra comunión con él por medio de la escritura.

Si estos hombres que iban camino a Emaus hubiera tenido no solo un buen
concepto del Señor sino que verdaderamente hubieran creído las promesas y
profecías que sobre él se hacen en la palabra de Dios no hubieran estado tristes,
no se hubieran sentido decepcionados por las cosas que habían ocurrido con él
Señor.

Así nosotros como cristianos, si vamos por la vida tristes, preocupados o


decepcionados por las cosas que están ocurriendo en nuestra vida, por los
problemas que estamos enfrentando, o por las crisis que estamos viviendo, es
porque en realidad NO conocemos las promesas del Señor o simplemente no
hemos creído en ellas.

Pues la resurrección del Señor es la garantía que todos las promesas del Señor se
van a cumplir, por difíciles que parezca en nuestra vida (2 Corintios 1:20) porque
todas las promesas de Dios son en él Sí, y en él Amén, por medio de
nosotros, para la gloria de Dios.

III) Y POR ESO NO LO RECONOCEMOS EN NUESTRA VIDA DIARIA (LUCAS


24:28-31) Llegaron a la aldea adonde iban, y él hizo como que iba más lejos.
29 Mas ellos le obligaron a quedarse, diciendo: Quédate con nosotros,
porque se hace tarde, y el día ya ha declinado. Entró, pues, a quedarse con
ellos. 30 Y aconteció que estando sentado con ellos a la mesa, tomó el pan y
lo bendijo, lo partió, y les dio. 31 Entonces les fueron abiertos los ojos, y le
reconocieron; mas él se desapareció de su vista.

Estos hombres habían caminado horas con el Señor, pero no le habían


reconocido, estaban tristes porque Jesús había muerto, pero no reconocieron a
Jesús resucitado.

De la misma manera nosotros, vamos caminando preocupados por las deudas,


por las enfermedades, por los problemas en el hogar, por la rebeldía de nuestros
hijos, por la falta de empleo, por la escasez económica, etc, y no reconocemos
que ahí con nosotros está el Señor

Aunque estemos pasando por el valle de sombra de muerte ahí está el Señor con
nosotros (Salmos 23:4) Aunque ande en valle de sombra de muerte, No
temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me
infundirán aliento.

Aunque estemos pasando por las situaciones más difíciles de nuestra vida, ya sea
por las aguas o por el fuego ahí está el Señor con nosotros (Isaías 43:2) Cuando
pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán.
Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti.

Aunque estemos enfrentando batallas, aunque estamos sufriendo los ataques del
enemigo, él ha prometido estar con nosotros (Josué 1:5) Nadie te podrá hacer
frente en todos los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré contigo;
no te dejaré, ni te desampararé.

Aunque no lo veamos, aunque quizás muchas veces no lo sintamos, él ha


prometido estar siempre con nosotros, y si él lo ha prometido, él lo cumplirá.

YA NO ESTEMOS TRISTES, ESTE DÍA DOMINGO DE RESURRECCIÓN


PIDAMOS A JESÚS RESUCITADO, QUE NOS PERMITA RECONOCERLE EN
TODO MOMENTO DE NUESTRA VIDA.

I) ENTONCES, RESPONDAMOS LA PREGUNTA MÁS IMPORTANTE: ¿CÓMO


SE JUSTIFICARÁ EL HOMBRE PARA CON DIOS?

Y la respuesta es: HUMANAMENTE ES IMPOSIBLE, no hay manera de que


nosotros podamos justificarnos por nuestros propios medios delante de Dios, pero
no debemos angustiarnos ni entristecernos, pues nuestro Señor Jesucristo declaró
esta verdad espiritual: (Lucas 18:27) Él les dijo: Lo que es imposible para los
hombres, es posible para Dios.

Verdaderamente tenemos un Dios maravilloso, misericordioso, y que nos ama de


tal manera que al ser imposible que nosotros mismos nos justifiquemos, ÉL NOS
JUSTIFICÓ A NOSOTROS POR MEDIO DE SU HIJO JESUCRISTO El Padre
Celestial entregó a su Hijo para que soportara la condena, el juicio, el castigo, que
merecíamos nosotros los pecadores (2 Corintios 5:21) Al que no conoció
pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos
justicia de Dios en él.

Es decir que Dios cargó en su hijo todos nuestros pecados, ya que Dios es el juez
justo, no puede dejar el pecado sin juicio y sin castigo, y nuestro Señor Jesucristo
llevó nuestro castigo, el sufrió el juicio de Dios en nuestro lugar. (Romanos 3:24-
25) Siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención
que es en Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación por medio de
la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por
alto, en su paciencia, los pecados pasados, Y por ese sacrificio hecho en la
cruz, nosotros los pecadores somos declarados justificados por nuestro Dios.

II) ¿CÓMO SE RECIBE ESTA JUSTIFICACIÓN?

Esta es otra pregunta muy importante la cual tiene que ser respondida por la
palabra de nuestro Dios

 Para ser justificado necesitamos estar vivos, pues como lo hemos dicho,
cuando una persona muere ya no hay esperanza (Juan 11:26) Y todo aquel
que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?

 Para ser justificados no debemos desaprovechar la oportunidad que Dios hoy


nos da (Hebreos 4:7) otra vez determina un día: Hoy, diciendo después de
tanto tiempo, por medio de David, como se dijo: Si oyereis hoy su voz, No
endurezcáis vuestros corazones.

 Únicamente es por medio de la fe en la obra redentora hecha por nuestro Señor


Jesucristo en la cruz del calvario (Romanos 5:1) Justificados, pues, por la fe,
tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo;

CONCLUSIÓN: Estimado amigo que has escuchado o leído este mensaje, ¿Ya
respondiste en tu vida la pregunta más importante? ¿Ya recibiste la justificación de
Dios en tu vida por medio de Jesucristo? HOY ES TU DÍA DE SALVACIÓN.
Hablando con el que estuvo
muerto
Julio Ruiz11 abril, 2021Actualizado: 11 abril, 2021

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Estudio basado en la experiencia de los discípulos de Jesús camino a Emaún. Ellos
no sabían que estaban hablando con el que estuvo muerto.

Lucas 24:13-32
Las historias que nos cuentan de los muertos que aparecen, lo cual plantearía alguna
“resurrección”, no suelen ser siempre parecidas a la que nos muestra la conversación
que se dio en aquellos caminantes que iban a la aldea de Emaús, después de los
acontecimientos que involucró la muerte de Cristo. Por lo general los cuentos de los
aparecidos están llenos de miedo, suceden en las noches oscuras, muy propios para
las llamadas películas de terror. Pero los que caminan en esta historia hablan con
alguien que se les apareció de momento y no les produce espanto, sino más bien un
tremendo gozo después que Jesús se da a conocer a ellos.

¿Cuál es entonces la diferencia? Bueno que Cristo no es un fantasma. Ciertamente


murió, duró tres días en la tumba, pero de allí se levantó vivo de entre los muertos.
Así que mientras ellos van hablando, muy tristes por las noticias, un forastero se les
une en el camino y se hace parte de la plática que entre ellos llevan. Aquel “divino
compañero del camino” se percató del estado emotivo de los dos hombres y vino
para cambiar la historia.

La actitud de estos caminantes con toda su plática, sus dudas y su tristeza representa
a esa humanidad que camina en la misma condición. Sin embargo, cuando se
descubre al Cristo resucitado, y se comienza a andar con él, el corazón pronto arde
de gozo v. 32.Una nueva esperanza amanece en la vida y toda la tristeza se convierte
en alegría. El gozo es el gran mensaje de la resurrección.

Dejemos que el Cristo resucitado camine con nosotros para que él disipe las dudas,
el temor y la tristeza. Nadie más podrá llenar la vida como lo hará él. Cuáles son los
resultados de caminar con el Cristo resucitado.

Cambia la tristeza en esperanza


“¿Qué pláticas son estas que tenéis… por qué estáis
tristes?
Lucas 24:17. En el caminar de nuestras vidas podemos ser invadidos por ciertos
sentimientos de fracaso. El no haber visto el feliz cumplimiento de una acción
emprendida pudiera traer a la mente aquella sensación de culpa, de frustración y de
total desaliento. O, también pudiera nuestra conversación reflejar, -cuales
caminantes de Emaús- las bondades de algún pasado glorioso, que nos olvidamos de
quien camina con nosotros en el presente. Aquellos dos caminantes, quienes por
seguro habían estado con el Señor, vienen hablando de una historia pasada.
El hecho mismo de que se alejen de Jerusalén en el momento más crítico muestra
que ya no tenían esperanza de volver a ver a Jesús. Es por eso por lo que buscan
consolarse evocando el recuerdo de quién fue aquel ilustre personaje.

Seguramente ellos habían descubierto en aquel joven galileo las cualidades y


características del Mesías prometido, pero que corrió con la misma suerte de
aquellos que se habían levantado antes, diciendo que también eran los enviados de
Dios. Note que su conversación está basada en lo bueno que fue Jesús, sus obras, su
poder e incluso la aprobación que de él tuvo Dios.

“ Pero nosotros esperábamos…”


Lucas 24:21. Estos caminantes habían puesto en el hombre que desafió el sistema
establecido la esperanza de la redención de Israel, sin embargo, esto se había
esfumado. Sus esperanzas y sus sueños habían sido destruidos. Una gran desilusión
y desconcierto se reflejaban en sus tristes palabras. Para ellos, sencillamente Jesús
había fracasado. Es una pena que mucha gente viva todavía de esta manera.
Para muchos, Jesucristo sencillamente fue un gran personaje; a lo mejor un gran
“iluminado”, un maestro de reconocida moral; pero alguien que finalmente murió.
Pero para los que piensan de esta forma, Jesús no había fracasado. Él puso su vida
en expiación por los pecados de todos los hombres, pero al tercer día se levantó de la
tumba. La resurrección de Jesucristo es la gran nota de la esperanza.

Todos los hombres que han vivido tristes, fracasados o perdidos cuando caminan
con el Cristo resucitado, la tristeza se convierte en gozo; la desilusión en esperanza y
los fracasos en victorias. No hay razón para la tristeza cuando el compañero del
camino se llama Jesucristo. No hay porque hablar de una historia pasada del que
solo murió, sino del que ahora vive, del que cambia nuestra tristeza en esperanza.

Cambia la incredulidad en confianza


Insensatos y tardos para creer
Lucas 24:24. Si algo rechaza el Señor es la incredulidad, y en lo que respecta a él y
su resurrección aún más. La incredulidad no aceptaba el testimonio de los que no
vieron el cuerpo en la tumba. Se le puede dar crédito a la muerte cruenta del
salvador, pero no se acepta el hecho histórico que él haya resucitado para siempre.
Es una gran pena que la incredulidad en muchas personas se mueva entre aceptar la
evidencia o cerrar el corazón. Habían oído el testimonio de las mujeres.
Dicen que hasta les habían asombrado con la noticia v.22, y que algunos de los que
estuvieron con ellos también estaban corroborando lo que las mujeres decían; sin
embargo, ellos van de regreso a Emaús. La noticia de que él esté nuevamente vivo
no cabe en sus perturbados pensamientos. Su fe no fue capaz de hacerles esperar
para comprobar lo que se estaba diciendo en Jerusalén.

En esta historia estos incrédulos discípulos finalmente fueron convencidos. Sin


embargo, la incredulidad de ellos levantó el asombro del extraño caminante cuando
tuvo que decirles: “¡Oh insensatos, y tardos de corazón para creer todo lo que los
profetas han dicho!” v.25.

¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas…?


Lucas 24:26. La pregunta de Jesús es la que se le sigue haciendo a los incrédulos.
Son muchos, entre ellos los judíos, los que no aceptan que el Mesías tuviera estos
sufrimientos y menos creyeran en alguna resurrección. La reprimenda de Jesús a la
incredulidad era justificada. Ellos deberían haber creído lo que todos los profetas
habían dicho acerca de los sufrimientos del Mesías, pues eran muchas esas
profecías. Isaías lo describe como “varón de dolores” en el capítulo 53, lo más
grande que se ha escrito acerca de sus terribles dolores en la cruz.
¿No habían leído que el Mesías iba a ser desechado y despreciado por los hombres?
¿No había dicho el profeta que él fue herido por nuestras rebeliones y molido por
nuestros pecados? ¿El mismo Isaías 50:5-7 no habia dicho que su cuerpo iba a ser
dado a los heridores, y sus mejillas a los que le mesaban su barba?
Daniel habló de su muerte cuando dijo: “Se quitará la vida al Mesías, mas no por
sí” (Daniel 9:26). Mientras que Zacarías 12:10 había dicho: “… y mirarán a mí, a
quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito…”. Esto responde a
la pregunta de la incredulidad.
Cambia la ignorancia en revelación
“Y comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los
profetas…
Lucas 24:27. Que privilegio tuvieron aquellos dos caminantes. Me atrevo a pensar
que ni siquiera los doce apóstoles tuvieron un estudio bíblico de las profecías como
el que Cristo les dio a ellos después de su resurrección.
Si hay una conversación en la historia que quisieras escuchar, ésta sería la
indicada. Jesús acompañó a los hombres a través de todo el Antiguo Testamento
para decirles cómo se refiere a él en su muerte y su sufrimiento, su resurrección y su
gloria (24:27, 44). Comenzó con los libros de Moisés (el Pentateuco) y los condujo a
través de los Profetas (terminando con Malaquías). ¡Este fue el mejor estudio bíblico
de todos los tiempos!

El Antiguo Testamento prometió y profetizó todo respecto a la resurrección de


Jesús. Y la compañía de Jesús al lado de aquellos tristes caminantes comienza a
surtir un efecto extraordinario. Pasaron de la ignorancia a la revelación. Mientras
oían aquel forastero aplicar lo que Moisés y los profetas dijeron sobre él, sus
corazones comenzaron a arder, y lo que hasta entonces era frustración y desánimo,
ahora se traduce en un cambio de actitud.

“Les declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían”


Lucas 24:27b. La palabra griega para declaraba (diermeneuo) tiene la idea de
quedarse cerca del texto y esto es lo que Jesús está haciendo acá. Jesús dejó que las
Escrituras hablaran por sí solas de él, y ellas hablaran de su muerte y su
resurrección. Cuando eso hacemos se quitará el mismo velo que había en aquellos
caminantes de Emaús. Después que Jesús se les reveló, esto fue lo que preguntaron:
“¿No ardía nuestro corazón en nosotros, mientras nos hablaba en el camino, y
cuando nos abría la Escrituras?” v.32.
La presencia de un Cristo victorioso morando en la vida de un creyente no puede
sino producir esto. Si nuestro corazón no arde por el Señor debemos saber que habrá
otras cosas que lo harán arder. Note que ellos hablan de las Escrituras. De esa
palabra que, al escucharla, leerla o meditar despierta en nuestro corazón un ardor
santo.

Es la experiencia de saber que lo que estoy oyendo o lo que estoy leyendo viene
directamente de Dios para que lo aplique a mi condición particular (Hebreos 4:12).
Amados hermanos, Cristo resucitó para que nuestros corazones ahora ardan por él.
Cambia el fracaso por el testimonio
“Entonces les fueron abiertos los ojos y le reconocieron”
Lucas 24:31. ¿Qué hizo Jesús cuando se sentó a la mesa y comió para que ellos le
reconocieran? Bueno, la verdad es que el texto no nos dice, pero inferimos que
seguramente fue algo de lo que ellos estaban ya acostumbrados a ver, como la
manera en la que partía el pan y daba gracias. Es posible que al hacer esto vieron en
sus manos las cicatrices de los clavos y entonces sus ojos fueron abiertos.
Mis hermanos, si algo podemos inferir de esta escena para nosotros, es que bien
pudiera Cristo estar frente de nuestros ojos y no verle. Pudieran estar tan cargados
de los afanes y las distracciones de esta vida que nos impiden verle, reconocerle y
sentir su dulce y amorosa compañía.

Así que si hay una oración que debe ser hecha es aquella donde le pedimos a Dios
que nos abra nuestros ojos para verle y adorarle. Y una de las cosas que ha hecho la
resurrección es precisamente ayudarnos a verle más allá de su muerte. Para mucha
gente, Jesús sigue estando muerto. La resurrección es una invitación a abrir nuestros
ojos.

“Y levantándose en la misma hora, volvieron a


Jerusalén…”
Lucas 24:33. Emaús representaba el ocaso del día, el fracaso y la derrota, pero
Jerusalén representaba el amanecer de un nuevo día, y eso es la resurrección.
Cuando los caminantes sintieron que su corazón ardía mientras Cristo iba con ellos,
y con ello la revelación, no dudaron en regresar aquella misma noche. El camino de
regreso era de 11 kilómetros, y aunque lo terminaban de hacer, la noticia era
demasiada grande para quedarse en casa.
Ellos fueron testigos de la resurrección de Cristo. Ellos comieron con él; no podían
quedarse en casa. El supuesto fracaso que les llevó de regreso a sus hogares, ahora
todo ha cambiado. ¿Quién iba a impedir que no regresaran a Jerusalén y dieran a
conocer la más grande noticia? De esta manera, el Cristo resucitado produce un
ardiente deseo por dar a conocer lo que vieron. La noticia de la resurrección
convirtió la derrota en victoria. Sacó a los que se sentían derrotados y los convirtió
en testigos. Hagamos también lo mismo hoy. Digámosle a otros: “!Ha resucitado el
Señor!”.

Hablando con el que estuvo muerto


Ninguna noticia llega a ser tan grande como aquella donde se declara a alguien
técnicamente muerto o desaparecido, y luego es hallado vivo. Mi padre siempre me
contó de otro hermano que tuvo, y con quien vivió por lo menos hasta que fueron
jóvenes. Un día ambos se separaron y lo único que mi padre supo fue que su
hermano de infancia había muerto. Con esa idea vivió por unos 50 años, de modo
que hasta el nombre que yo llevo -Julio Rafael- me lo puso en memoria de su
hermano muerto. Pero un buen día recibimos una carta escrita por el mismo
hermano de papá donde no solo manifestaba que estaba vivo, sino que contaba
acerca de una gran familia cristiana que el Señor le había dado.

Hice todos los arreglos para aquel increíble encuentro. Jamás se me olvidará aquella
tarde cuando esos dos viejos, después de más de 50 años, tuvieron ese encuentro.
Todos lloramos de profundo gozo; mi tío estaba vivo. Amados hermanos, la noticia
que Cristo vive debe transformar todos nuestros corazones y cuales caminantes de
Emaús convertir la tristeza en esperanza, la incredulidad en confianza, la ignorancia
en revelación y el fracaso en testimonio. Esta fue la noticia que llevaron aquella
misma noche los hombres de Emaús a los asustados discípulos: “Ha resucitado el
Señor verdaderamente…” v. 34. ¡Aleluya!

Y si Cristo no resucitó
Julio Ruiz12 abril, 2020Actualizado: 12 abril, 2020

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En el capítulo 15 de primera a los Corintios nos encontramos con uno de esos


capítulos apologéticos cuyo tema central es refutar la tesis que algunos en los
tiempos de Pablo negaban: la resurreccion de los muertos. En más de cincuenta
versículos Pablo nos presenta el presente tema. La forma cómo responde al
planteamiento Y SI CRISTO NO RESUCITÓ… nos ayuda a ver la realidad de la
doctrina central del evangelio: La resurrección de Cristo.
(1 Corintios 15:12-22) Y si Cristo no resucitó vana es nuestra fe.

Hay una hermosa historia de un niño llamado Felipe que ocurrió durante la época de
Easter (Semana Santa). Felipe nació con Síndrome de Down, y aunque era un niño
feliz a pesar de su enfermedad, había una gran diferencia entre él y otros niños de su
edad. Felipe iba a la Escuela Dominical fielmente cada semana, formando parte de
la clase de tercer grado con otros nueve niños de su misma clase.

Usted tiene que imaginarse cómo son los niños de ocho años, así que Felipe no fue
aceptado fácilmente, sintiéndose excluido como parte del grupo. Su maestro tuvo
una brillante idea considerando la época que estaban celebrando. Se consiguió diez
huevos grandes de plásticos, y como era un hermoso día de primavera le entregó un
huevo a cada niño de manera que salieran y lo llenaran con algo que representara la
resurrección.

Todos los niños fueron por los alrededores de la iglesia buscando algo según su
imaginación de modo de representar este acontecimiento. Al final todos llegaron y
pusieron los huevos en una mesa, y luego el maestro comenzó a abrirlos mientras los
niños miraban ansiosamente. El maestro presentó cuatro de ellos. El primero que
abrió tenía una flor. El segundo tenía una pequeña mariposa.

El tercero una hoja tierna. Pero el cuarto que abrió no tenía nada en su interior.
Algunos niños reaccionaron, diciendo: “¡Eso es estúpido! Alguien no lo hizo bien”.
De repente el maestro sintió un tirón en su camisa, y miró hacia abajo. Felipe, el
niño con síndrome de Down, dijo: “Es mío”. El resto de los niños respondieron:
“¡No se te ocurra hacer nada bien, Felipe! ¡No hay nada allí!”.

Felipe dijo: “¡Lo hice bien! ¡Hice lo correcto! ¡Está vacío! ¡La tumba está vacía!”.
Felipe murió pronto después de eso. Cuando se hizo su funeral, nueve niños de ocho
años marcharon hacia el frente, no con flores, pero con huevos de plásticos vacíos.
Felipe tenía razón. No hay mayor símbolo de la resurrección que una tumba vacía.
Esta es la verdad que estremeció al mundo y cambió la historia. Nuestra fe descansa
en este hecho.

La promesa de la resurrección de nuestros cuerpos para la vida eterna descansa en


este hecho. Porque si Cristo no resucitó, ¿para qué creer en un salvador muerto?
Pero si él resucitó, la muerte perdió su aguijón – ya no hay que temer. ¡Jesucristo
vive! Esta es la noticia. Consideremos cuáles serían las consecuencias si Jesús no
resucitó y el hecho de su resurrección.

¿Cuales serían las consecuencias si Cristo no


hubiera resucitado?
En los versículos 14-19, Pablo demuestra que la resurrección de Cristo es esencial
para nuestra fe. En todo un capítulo él nos presenta el asunto más grande de todas
nuestras creencias y doctrinas. La tumba vacía es el testimonio más creíble por el
que sustentamos el edificio de nuestra fe.

Y si Cristo no resucitó para qué predicamos


(1 Cor. 15:14 a). Como la predicación es el corazón del evangelio, si Cristo no
resucitó qué sentido tendrían las iglesias y sus pastores, los misioneros y los
evangelistas. Seriamos como las demás religiones que al tocar el tema de una vida
después de ésta, llegan a la fría conclusión que el cuerpo al morirse se desintegra y
allí, o se acaba todo para algunos, o se da la reencarnación en otros. Para muchas de
ellas, la muerte le pone fin a toda esperanza, conocido también como la aniquilación
del alma.
Este, pues, sería un resultado si Cristo no hubiera resucitado. Pero como Pablo había
dicho antes, el corazón del evangelio es la muerte y resurrección de Cristo en
nuestro favor (1 Cor. 15:1-4).
Sin la resurrección, Jesús no pudo haber vencido a la muerte, y la muerte siempre
sería el conquistador del hombre. Por otro lado sin la resurrección, la buena noticia
sería una mala noticia, y no habría nada digno de predicación. Sin la resurrección, el
evangelio sería un mensaje vacío sin esperanza, de tonterías sin sentido o de meras
“filosofías y huecas sutilezas”.

Ahora el evangelio que predicamos es el mismo de Pedro, quien al citar lo que


David había profetizado, habló que su cuerpo no fue dejado en la tumba (Hch. 2:31-
32). También fue este el mensaje de Juan, otro gran testigo (Apc. 1:17-18). La
predicación que seguimos proclamando hoy es porque Cristo vive.

Y si Cristo no resucitó de qué sirve la fe


1 Corintios 15:14b. Si Cristo no resucitó también nuestra fe sería vana. Todo lo que
sostiene el edificio de lo que creemos tiene su fundamento en la “fe una vez dada a
los santos”. Si Cristo no resucitó, ¿para qué hablar de un Mesías crucificado? ¿A
quién puede salvar un salvador muerto? Si Cristo no resucitó, ¿cómo darle esperanza
a los hermanos que pierden a sus seres amados? ¿Cómo alentarles acerca de volver a
verlos otra vez?
Si esto fuera así, tendrían que decir como el salmista: “Verdaderamente en vano he
limpiado mi corazón, y lavado mis manos en inocencia…” (Sal. 73:13). Si Cristo no
resucitó, la lista de los héroes de la fe de Hebreos 11, llegaría a ser un sitio para los
insensatos. Todos ellos, desde Abel hasta los profetas, habrían sido fieles a cambio
de nada.
Pero por la certeza de una resurrección anticipada, así como una patria nueva, es que
se nos dice que ellos, soportando todas las aflicciones por las que pasaron,
“anhelaban una mejor, esto es, celestial…” (He. 11:16). Fue la fe en salvador vivo
que les llevó a morir en esperanza. La fe que nos mueve es un Cristo vivo. Eso nos
sostiene hasta hoy.

Y si Cristo no resucitó somos falsos testigos


1 Corintios 15:15 Si Cristo no resucitó, las mujeres como María Magdalena, los
apóstoles, los más de 500 que le vieron después, y, por último, el mismo Pablo,
serían todos unos mentirosos (6-8). Negar que Cristo no resucitó, no sería elegante
decir que los apósteles se equivocaron, sino que fueron todos unos mentirosos. El
asunto es que no hay ninguna posibilidad, como algunos afirman, que ese error
podría haber sido inocente o ingenuo.
La resurrección de Jesús fue un hecho notorio, no solo por la aparición inmediata a
los discípulos, sino que durante cuarenta días Jesús se apareció “con pruebas
indubitables”. Si Cristo no resucitó de entre los muertos, los llamados “testigos
oculares” fueron unos verdaderos genios para inventar semejante mentira.

Y si los apóstoles, los profetas y los escritores del Nuevo Testamento, mintieron
sobre lo que es el corazón del evangelio, ¿por qué habrían de creer en otra cosa?
¿Por qué las enseñanzas morales de Jesús fueran inspiradas con el más elevado
contenido de bien para el hombre si descaradamente se falsifica su enseñanza sobre
la resurrección? Por otro lado, el mismo Jesús resultaría mentiroso, porque si alguien
habló que resucitaría fue él mismo (Jn. 2:19-21; 10:17; 16:16-23; Mt. 12:40). En
este caso, o la verdad del Nuevo Testamento se mantiene o se cae sobre la
resurrección.

Y si Cristo no resucitó seguimos en pecados


1 Corintios 15:16-17. Pablo presentó uno de los argumentos más contundentes si la
resurrección de Cristo fuera un mito, de acuerdo con lo que sus enemigos han dicho
desde el principio. Si Cristo no resucitó de entre los muertos, entonces los cristianos
no serían mejor espiritualmente que los no cristianos. El testimonio del perdón de
pecados y salvación también sería una mentira. Esta es la razón central de la muerte
de Jesús en la cruz.
Por lo tanto, si Jesús no resucitó de entre los muertos, entonces el pecado ganó la
victoria sobre él, y seguirá siendo victorioso sobre toda la humanidad. Si Jesús
permanece muerto, entonces, cuando morimos, nosotros también permaneceremos
muertos y condenados. También i Jesús no resucitó de los muertos, la verdad
de Romanos 6:23, que habla que “la paga del pecado es muerte” se cumplirá sin la
otra parte, “más la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús”, que nos trae otra
esperanza.
Si esto es así, la muerte y el castigo eterno serían la única posibilidad para creyentes
y no creyentes por igual. Si Cristo no resucitó, entonces él no trajo el perdón de los
pecados o la salvación o la reconciliación o la vida espiritual, ya sea para ahora o
para siempre. Además si aún habiéndole conocido luchamos con esta naturaleza,
¿cómo sería la vida sin el perdón de pecado? Si esto es así, Cristo fracasó en la cruz
(Ro. 5:10). Los hombres seguirían en sus pecados.

Y si Cristo no resucitó los que murieron no tienen


esperanza
1 Corintios 15:18. “Durmieron en Cristo” es un eufemismo común para referirse a la
muerte. ¿Qué es lo que Pablo nos está diciendo con esto? Si no hay resurrección de
los muertos, entonces todos los santos del Antiguo Testamento se habrían perdido
para siempre. De igual manera, la misma consecuencia se aplicaría a todo cristiano
que ha muerto desde que Pablo escribió esta carta.
El mismo Pablo, los otros apóstoles, y todos los cristianos de todas las épocas
pasarían la eternidad en el tormento sin Dios y sin esperanza. Su fe habría sido en
vano, sus pecados no habrían sido perdonados y su destino sería la condenación.
Dicho de otra manera, si Cristo no resucitó de los muertos, entonces el infierno es la
habitación de hombres como Pablo, Pedro, Santiago, el resto de los apóstoles, San
Agustín, Calvino, Lutero, los mártires y los que todavía siguen muriendo por causa o
a causa del evangelio. Esta es una conclusión intolerable, pero real si Cristo no
resucitó.

Y si Cristo no resucitó seríamos los más indignos


1 Corintios 15:19. Esto es como decir que somos unos pobres diablos. La palabra
“conmiseración” significa: “Sentimiento de pena y dolor por la desgracia o
sufrimiento que padece otra persona”. De esta manera nos tendría el mundo si Cristo
no resucitó.
Seríamos el hazmerreír de todos. Seríamos parecidos a los pasajeros del Titanic que
iban comiendo, celebrando, bailando, pero viajando rumbo a una total destrucción
cuando el barco chocó con aquel fatídico témpano de hielo. Si Cristo no resucitó se
acabó todo.

Todos habríamos confiado en una patraña. Sin la resurrección y la salvación y las


bendiciones que trae, el cristianismo sería como las demás religiones. Sin la
resurrección, no tendríamos Salvador, no habría perdón, ni tampoco esperanza de
estas cosas. Si Cristo no pudo darnos la vida eterna, tampoco podría mejorar nuestra
vida terrenal.

La vida cristiana sería una burla, una farsa, una broma trágica. Pero la buena noticia
es que el cristiano no es digno de lástima, porque Pablo inmediatamente añade:
“Mas ahora Cristo ha resucitado de entre los muertos.” v. 20.

¿Cuáles son los hechos de la Resurreción?


El pasaje anterior nos parece como muy deprimente. Nos deja por el suelo. Pero qué
bueno que no termina allí. A partir de ahora vamos a ver como Pablo torna todos los
argumentos negativos en positivos.

¿A qué conclusión llega?


Que el evangelio es de incomparable valor. La fe del evangelio es eficaz. Los
apóstoles del evangelio proclamaron esta verdad y nadie les detuvo desde entonces.
El pecado ha sido derrotado, ha sido perdonado. Los que han muerto en Cristo hoy
están en la gloria con él. Los cristianos no son dignos de lástima. Son las personas
más bendecidas y privilegiadas de toda la tierra. La resurrección significa que Cristo
es el vencedor de la muerte, el pecado y Satanás. Jesucristo es la primicia (v. 20).
Donde él está ahora, también nosotros estaremos.
Qué triste sería la vida si esto es todo lo que hay. ¿Qué pasaría si aquí padecemos y
sufrimos, o si nos mantenemos en forma, pero al final no ir a ninguna parte?

Porque él vive, nosotros también viviremos.


La buena noticia del evangelio es que así como a través de Adán todos los hombres
mueren, por medio de Cristo, todos tendrán vida (v. 21). Así como en Adán se
conoció el origen de la muerte, Cristo es el camino de la vida a través de la
resurrección. Adán trajo la muerte al mundo, por lo tanto, todos ahora moriremos.
Pero Cristo trajo la vida eterna, de manera que en el caso del creyente “aunque esté
muerto vivirá” v.22. Esta es la verdad y el corazón de la resurrección.

Resurreción
Alguien ha escrito con mucha justicia que el cristianismo es la religión de la
resurrección. Si no hay resurrección, no hay cristianismo. La semana santa no son
los conejitos y los huevos de chocolates como parte de la tradición americana de
Easter; ni tampoco es un tiempo para el disfrute de la carne, en las playas, como
suele suceder en mucho de nuestros países. Nadie puede ser cristiano sin creer en la
resurrección.

Si no hay resurrección de cuerpos, entonces Cristo no resucitó. Jesús demostró que


era humano, pero resucitó como un hombre. Eso fue la experiencia de comer
pescado asado con los discípulos. La resurrección es la coronación de la muerte.
¿Cuál es su respuesta frente al hecho de la resurrección?

En Hechos 17:32-34 encontramos tres respuestas a la predicación sobre la


resurrección. Una respuesta sería reírte de Cristo y decir que el que cree esto es un
loco. Ese es un grupo. Otros nos tildarían de charlatanes como los atenienses con
Pablo, señalándonos de ignorantes e incultos. Pero hay un tercer grupo que reconoce
a Jesús como el Hijo de Dios. Es el grupo que cree y se une a nosotros. ¿Con cuál de
estos grupos se identifica usted? Nadie puede permanecer neutral frente a este
hecho.
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