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FLORENCIA EN SU PARQUE DE DIVERSIONES Cuaunia Péussien en su parque de diversiones Claudia Pélissier e-1.S.B.N.: 978-956-12-2128-4 1* edicién: enero de 2014. Gerente editorial: José Manuel Zafiartu Bezanilla Editora: Alejandra Schmidt Urata Asistente editorial: Camila Dominguez Ureta. Director de arte: Juan Manuel Neira. Disefadora: Mirela Tomicic Petric. ©2009 por Claudia Pélissier Meza. Inscripcidn N° 182.178. Santiago de Chile. Derechos reservados de la presente versién para todos los paises. Editado por Empresa Editora Zig-Zag, S.A. ‘Los Conquistadores 1700. Piso 10. Providencia. ‘Teléfono 56 2 28107400. Fax 56 2 28107455. www zigzag.cl / E-mail: zigzag@zigzag.cl Santiago de Chile. El presente libro no puede ser reproducido ni en todo ni en parte, ni archivado ni transmitido por ningin medio mecénico, ni electrénico, de grabacién, CD-Rom, fotocopia, microfilmacién u otra forma de reproducci6n, sin la autorizacién escrita de su editor. Paulo Coelho Dedicaroria Amis hijos, Camila, Daniela y Nicolés, mi principal motivacién para desenterrar los afios de mi nifiez. ‘A mi hermano Rodrigo y a mi amigo Jorge por ser mi inspiracién y mis mds lindos recuerdos. Si escuchamos al que tenemos ene! alma, nuestros ojos volverdn a brilar ‘Sino perdemos contacto con ese nif, no perdoremos el cortacio con la vida. Orillas del ro Piedra indice Los pintores Auto de carreras Las sillas voladoras Luvia de cecra Le Mansién Embrujada La Llotona Le gran inauguracién Capitulo 1 Los pintores May cerca de nuestro club se hallaba un antiguo galpén que habfa sido un garage afios atrds. Cada vez que entrébamos y buscibamos cosas en él, salfamos con algo diferente que Hamaba nuestra atencién. Ahi teniamos cientos de tesoros escondi. dos. Era como si los maestros que algin dia trabajaron alli, por alguna extrafia razén hubieran salido arran- cando para no regresar jamds, Dejaron cosas de valot. Sus ropas y mamelucos colgando. Une radio en la que escuchaben rancheras. Muchas herre- micntas y misteriosos articulos, que nunca supimos en qué los ocupaban. Habian clavado en las paredes una colecci6n de calenderios, que estaban muy amarillos por el paso del tiempo. El més reciente tenia mds de diez afios de antigtiedad. Dentro del garage habia una bodega con Mave, Un fa forzamos la puerta y encontramos un gran tes0- 10. Decenas de tarros de pintura de distintos eolo- res. Algunos llenos, otros vacfos. Nos miramos sorprendidos. Ere sin duda un gren descubrimiento, pero no sabiamos qué hacer con ellos. ~iPintemos nuestro club! ~grité mi hermano Rodol- fo. IS{, y de color rosado! -grité yo, un tanzo inspira- da, Qué acaso ests loca, Florencia?-exclamé mi amigo Octavio~, Un club de hombres de color rosa- do! 2Un club de hombres?

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