Professional Documents
Culture Documents
La Pequeña Hormiguita
La Pequeña Hormiguita
Buscar
(/)
Cuentos Clásicos (/cuentos- Cuentos Originales Cuentos Populares Recursos educativos
clasicos) (/cuentos-originales) (/cuentos-populares) (/recursos-educativos)
Este sitio utiliza cookies para mejorar la experiencia del usuario. Si continúas navegando consideramos que aceptas su uso.
Más información Acepto
La pequeña hormiguita
Cuentos originales (/cuentos- Post
Me gusta 32
originales)
Sin embargo, el día en el que decidió contarle a todas sus compañeras hormigas sobre sus
sueños, estas se burlaron al instante.
—Nunca podrás llegar a ser la ayudante, de la reina —le decían—. Eres una hormiga demasiado
pequeña, y que para tener ese cargo necesitas ser más grande.
Decepcionada, la pequeña hormiguita fue en busca de su abuelita para pedirle consejo. Sabía
que su abuela siempre la apoyaba y entendería su deseo de ser ayudante la ayudante de la
reina.
—Dicen que soy muy pequeña para ser ayudante, abuelita —dio la pequeña hormiguita.
— Da igual lo grande o pequeña que seas. El tamaño no lo es todo. Todo esfuerzo en inútil si no
crees en ti misma. No siempre el que más éxito alcanza es el que más grande parecía.
Después de hablar con su abuelita la hormiguita se marchó, pero siguió dándole vueltas a esas
palabras.
Pasaron unos días antes de que la hormiguita se decidiera a presentarse ante la reina. Y lo hizo
con estas palabras:
—Me presento aquí para ser su ayudante. No soy la más grande, ni la más fuerte, pero puedo
hacer muchas cosas.
Este sitio utiliza cookies para mejorar la experiencia del usuario. Si continúas navegando consideramos que aceptas su uso.
Más información
La reina, sorprendida ante aquellas palabras, dijo a la Acepto
pequeña hormiguita:
—Eres la más pequeña de todas las hormigas que han venido a verme, pero también la más
decidida y, viendo tu tamaño, también la más valiente. Te daré una oportunidad.
La pequeña hormiguita se
convirtió en la ayudante de
la reina y demostró ser la
mejor ayudante que jamás
había habido en aquella
colonia. Sus amigas se
disculparon y, desde
entonces, nadie más en la
colonia volvió a juzgar a
otros por su tamaño o su
aspecto. Porque el verdadero
valor de las hormigas, igual
que el de las personas, no
reside en lo que se ve, sino
en lo que están dispuestos a
hacer por su comunidad.
Me gusta 32 Post
Este sitio utiliza cookies para mejorar la experiencia del usuario. Si continúas navegando consideramos que aceptas su uso.
Más información Acepto