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RAYMOND TROUSSON Historia _ dela literatura utdpica los Manzano cha, puede realizar la represen in complejo como el real y dotado de una vida verosim Dicho de otro modo, el utopista tiene también pretensiones ar ticas; pretende ofrecer un cuadro descriptivo y no el esque: ipios. Quiere que el mun, a la ver diferen pretende animarlo, darle cierta profundidad, mostrazlo en ple no funcionamierto, Te complejidad de demostracién que nero wtapico, es d narios de un ideal c ly de la Basiliade y naturaleza»)." exterior mas evidente ces seguramente su énsulrisyeo, En efect ‘én ut6pica, de Tomis Moro a M tL coloce tambign obras coma. rerberg de Th. Man 8 de Butrol, en la obra de Tysot de Patot. esta cortado del exte rior por la muralla dela sabana ya jungla; la Mezzorania de Be- ington esti olvidada en el centro de Africa y la utopia de Bu To mas prof s. Ese tler esta encerrada insularismo no es s cesidad de preserv y ofrecer un m ficas que escapan al «campo magn wurizado, evidentemente, una autarg i casi absolutas, discernibles a p ta profesa el desprecio del oro y del dinero. Es i .¢ para hacer orinales o para forjar para los esclavos y los condenados, mientras que iudad del Sol «se £1 jadas», cuands fos de ka de las condiciones que reclams la ciudad ideal En consecuencia, prefieren una economia cerrada, perfect quia, que pe ee una recta de los recursos. Por eso, expetimentan una fobia hacia el comercio, considerado parasitario, iak: el escaso comercio necesario para los sol puestas de la ciudad; Bellamy, en Looking bacward («Mirando hacia atras») oscribe también en 1888 el comercio por considerarlo funda nentalmente inmoral L———. 12.€, G, Dumons, Poblemer de top, pi, 25 4 mente agricola, Se trata tante que salt@ a Ta Vista’ para Tos eudemonianos de Stiblin no hay nada mejor que la agriculeura, los solarianos de Campanel al saber, dan lo mejor de si mismo los sevarambas hacen obligatoriamen te tres afios de servicio agricola en su formacién, Fénclon insis teen la revalorizaciéin de la condicién campesina, los mezora nianos de Berington son antes que nada labradores Oo del género: la rep funcionamiento interno del universo ut6pico debe ser ble como el de peca mecanismo de relojeria, prestarse lo menos ia, a la excepcién. Por eso el utopista es afi a una disposi perfecto yroral. En U describe cincu cuatro ciudades perfectamente idénticas: todas las calles estan ttazadas con cordel, todas las casas presentan el mismo aspec 0, todas tienes tres pisos: sn la obra de Campanella. le les deben contar con dieciséis casas sto por la simesia es un amor por el orden Hlevado hasta una especie de mi restigio del niimero —ya en E! utopista desconfia de las ciudades, que han crecido con paso del tiempo y a la buena de Dios, sin por tanto, ta significative que la utopia no ten. pado a ser tal a Consecuencia de ui lich evolucin pertenezca a un pasado ico. mencionado por mero respeto de la convencién, La ivo que desconoce el pasado e ues, al ser perfecta, ya no cambiard. La stra par ales Ess didosame cionar con regular echa: por eso, los Ja c invasora. Desde ese punto de vista, las LOS GENEROS EMPARENTADOS atey, Orviel, felicidad que el ables a la Tierra ¢ I siglo xit en d 3 el agar cambio, el vi KINSON, The e878 1. LOS ORIGENES ANTIGUOS Y LA TRADICION JUDEOCRISTIANA 27. HE BRUNNE, Die po isfrazadas de hombres, se L. Beaver ral vez tnico del esel marco de la ut que podriamos 60 6 ia y Asi s, pero An iguno proyec le esajena, Muy al concrario, como Hipodamo antes que e volver a conectar con un pasado depositario de la sabiduria y la cia’ y no cabe duda de que la Atenas antigua es, para él, muy su: ala de su tiempo, degradada y envilecida: el pasado y no utopia enlaza por e a de un pasado, espontineo de un pueblo apa: narraciones, deseoso de dat forma a sus s siguiente un conjun género que aiin buscaba su en el principio f os ciuda os excesos de todas clases vo dominado por la es sus sucesores estimula- ron a Ja esperanza de que un «hombre fuerte» aceptara ap ensofaciones politicas. E mismo fenémeno se repetiria en la época moderna y los «espe panella propone su Della Monarchia di Spagna («Sobre la mo. narquia de Espafian) al rey de Espaiia y Harrington presenta el suyo a Cromwell. Vemos también que las ambiciones de gran deza de Alejandro reaparecen en utopistas como Zenon o Teo: pompo: ya no se ponen a legislar para ‘or iltimo, cl siglo relatos de as y las tribulaciones de Ul nquistas de Alejandro, las haza os de otros viajeros de an a hacer retroceder los horizontes tradicionales, ofrecer la pos sino peogi Herodoce irdado por grifos en los hiperbéreos, ya citados por P iacién de los escenarios: lo atestigua plan de repablica trazado por el fundadk smo, Ze conocido gracias a Plutarco (Sobre la fortuna de Alejandro. Moralia, 3296) y Didgenes Laetcio (Vidas de los fi VIL, 32-33; VIL, 131). Tras rechazar el Estado ones modestas, Zenén propone una vasta confederacin de ciudades habitadas por sabios que prescindi G. Warren, M.Canv yE. Wea ig. 355 INGTON, Ler e de Vantaa, pigs 278 10." Los attacores viven en el norte del Himalaya y no cono: cen las enfermedades; los rios atrastran oro y los arboles dan ero también telas y ricos vestidos y en eres mas hermosas... Semejantes fan. yal afin de emu. que corresponde més bien al suefio de las Afortunadas, Ia Antigiiedad acaba con uno de los ejemplos mas completos que podia ofrec iudad del Sol de Yambulo, Ja s6lo por , lvls). Yambulo, caracteris Sol se compone de siete grandes islas, nbres y las mismas leyes». A hasta este momento. Yambulo, comercian conducen a las costas de Etiopia. Con un compatiero tunio, es arrojado a una barca bien aprovisionada que deri durante cuatro meses por el oéano. Por fin, abordan una isla mas de cuatco codos (cerca de dos me proporcionados y tienen el cue: sino también el canto de diversas av labra, todos los sonidos imaginables». Mis atin, LMAN opi pix. 30 de 400 metzos, la jefatura de ysse regulan lems, se vive os con cargo a los Fondos mismo afecto». Eso no significa Veiras. En todo caso, con Yam! tuna forma clasi ic imaginario, naufragio, sin ol tas se iban a atener a ese plan. Esees, pues, el fundador del g 7.J.0. Henraute, The rn thought, pig 32 consistent mentada leeciones de la Histor MANN, OP ct, pig. 462; A. los hombres, les y Ja noche sera fo que se con a a pasar pronto cer la doctrina mi IW. Ahora bien, muy pronto a una tesis propiamente cristiana, venido. El Nuevo represo, de Cristo glorioso, pero, ese trataba dk sas judos, 0 bien su parusia ci Ia Iglesia combatiera Origenes sostiene oye del alma indi muy pronto el que el advenimi empo, sino en arista colectiva por una escat el siglo v, en La ciudad de Dios, mente: en las Cruzadas, entre los del siglo xv1, entre los labadistas del sighs x mones y los adventistas del 2 mistico calabrés Joachim de Fiore, para qui abaptisias entie los mor doctrinas agustinianas. En semejante perspectiva, se compreni no creara cido. El comunisme principios ut das y oraciones e: precisa, etc. Asi aa volverse que la Edad Me ue hemos estable: la prac de una Ciudad celestial cuya ela seguir aqui aJ ra el monaquis perspectiva de lo fantastico y lo pie 26 fat col 1292 ee ee j«Navega ») (siglo 1x), el buen padre lés San Brandan descubre Ja rodeada de nicbla, pero se como para eral queda exc! amos decir: no ‘La utopia aparecer sino relatos de los viajeros atrajes ones supuestamente idiicas del nto iba a deberse también al de- pig 225. Bao * F. Ban, Ler II. EL DESARROLLO DE LA UTOPIA MODERNA lad racional y sana debia corres Tomas Moro mnio Averlino, llamado Fi Alorentine Tomas Moro no era un sofiador ni un arqui a sueldo de los Sforza, quiso hacer algo mejor atin. Su Trattato un filésofo, como Pl linarios, como Y‘imbulo. Naci en Londres en 1478 en una fami «honest but by manista y un sabi jeron tanto los umno y amigo de ma- como Linacre, Grocyn, Erasmo: ademis, fue ‘0 de carrera ter y, por yetros de anchas, hombre mi ‘ocho torres angulares. En una plaza de doscientos por cien metros; al En 1527, Enrique aia. Moro, com soberano se leazzo Sforza, como muestra de agra de cuatro magistrados centrar en contacto cor de 's comerciantes flamer ida Erasmo; est tl Thierry Martens, de Lovaina, el De optemo rei que nova insula Utopia. Pese a s las Dos Rosas, en 1485, el pais se el régimen feudal y cor 3. Fiero, op. ct, pig 315 H. Bae, Kune und Ulopte, pig 75. 76 todos la prosperidad. ET fin de las rurales una multitud de solda: s, se hicieron icos, pero la mayorfa vagabundos o ladrones. Asi fan el comercio y la nueva clase mere jseria espantosa, Moro era profunda: espués les infor: rnido tiempo atras en In de Canterbury. é¢ fue el co instituciones modernas, que castigaba 0 ¥ el vagabundco, cuando, en bria sido una reforma social paca que 78 de dominacién y pueblo, De todos mo re una sola causa prot adera y de una ica de guerras, € Inglaterra. Si rey es ante todo el padre de su coneluye é da: la propiedas 79 dad de las condiciones: «mientras subsista el detecho de pro- parte mas numerosa y mejor de la Humanidad car itable fardo de miseria y trabajos» tema del libro II, muy largo que el primero. audaz de las abla el wtopista, sino el ese, sin embargo, independientemente de su ge caricter de hecho reaccionario de ese pensamien: ira del impulso de la Historia y del econémico, En lugar de pensar en una posible conver Moro desea mantener 0 restaurar una estructura econ social superada. Tal vez sea se un rasgo constante del u Platén y Aristételes pretendian per del advenimiento de los 0; Mercier y Restif de la Bretonne iban a desear salvar la arvesania y la pe elalborear del ca ibro II nos hace penetrar nuciosamente, y para la cual Moro recordé rey Utopo lo con- rir un istmo de separacién. Florecen en él cuatro ciudades, perfectamente idénticas, construi- ‘el mismo plan y con el mismo niimero de edificios, to de que basta con describir una para conocerlas todas. La capital de la isla se lama Amaurota, Esta rodeada de murallas y atravesada por salubre, alegrada por bori 10 de seis mil fam Dlacién de la isla se eleva a casi trece mi Cada grupo de treinta fan ¢ anualmente aun filarca 0 sifogeante; los 200 sifoges ianico cuyo n puesto. mica es particularmente elabor: ieetidra desigualdad y ri iste la propiedad privada en grado alguno. Todas Ades estin rodeadas de un terrotorio cultivado por los ciudada- oficio, deben a la comunidad dos a ciudad disfruta de un siempre e a, es, pues, rigurosa- cexisten algunos oficios de primera nece hay parasitos —mujeres inactivas, nobles, clero, criados— y so do porque la produccién se reduce a lo itil, pues esti clase. Sélo estan exentos ¢ s ciencias y las letras: otros utopistas y qt ismo poco frecuent 10s recuerda el humanismo del monioso ds sla constitucién va encar permitan las necesidades pi yelcultivo de: re de toda dependencia d verdadera» (pig. 73) amente, en la medida en que lo ia a todas las visi6n es una virtud capital en ese régimen, La i npFE ton provisiones para dos afios a fin de rem 8 re a otra si un: la poblacidn excedente a ios, cuentan con todo lo ne. ia va precedida de una lectura wunidad apacib motivo de tod Bacon cri te digno erio esti castigado con la esclavitud o la pero existe el divorcio por consentimi bien es di ir, Ademas de los que contravienen | sioneros de guerra y jornal ‘Aunque reciben buen idenas y estan sometidos 82 Jantienen bu : eco limitan el comercio a Je venta de lo superfluo. En la estera militar, psc aser Bravos y estar bien entrenados, profesan el ho. Tas guerras de conguista y de pres jas por la diplomacia, la astucia o 10; todo vale mis uena salud y los goz0s in: cr y virtud no son in: rechazan toda mor ‘aun acto de la, de cobar iunlar la reli sten incluso ateos y £o, pero ls sacerdores son poco numeros0s y se casan; algunos, se consagran a Di ¢ asumen los i viven los utopi 8 Muchos han sido los autores que se han preguntado por las fuentes de una obra tan compleja y completa. Naturalm jad oft wes y La axamblea de las mj ifato de Estados communi je extraordinario y d il ver sean paricates de los zapatos: pot su, parte imbulo era conocido por Diodoro, traducido al lat ‘ro sobre todo resulta municacién haci recuerdan a las de la Atlant }6n es la fuente principal de Moro’ y no se equivocan, silo gue quieren decir es que el filésofa griege pro- ese desea ¢s comparar a dos autores en el plano de las ideas y las intenciones, el re reales. Cierto es que P mbargo, en el autor grep igualdad, sino de una comunidad ai lo sitve para preservar su moralidad al sen la Rep s ciudadanos son 8 de constituir una casta, de Platon, la fen Moro, los puerrero son mercenaries; en el mente A. Prévost, 4 Vease: H. Sy fen zu Utopia, pigs. 36-71 5.G, Dupox, Sir More, pig. 88; 8 P-ADAMS, The better part of tori, 128, J ig. 134 6.AcL, Mon pag a4 toda evidencia, en les.' Platdn parte de la idea dé Justia, Conistriye in uc reflejan ese paradigma ideal y forma a Jos individuas en un malde preconcebido: Moro reflexiona sobre la situacién con pregunta por las necesidades y los derech srun Estado que sttisfaga unas y res pete los otros. En un caso, una concep. tado, totalitarismo ideol6gico en el qu su propia contem cuentan relativamente poco, ¢Habria leido Moro el De re el mundo nuevo») de Pierre Mart En plicarse por una influencia: la obt Cortés cambio, en Moro es muy completa: en el humanista vemos un deseo de pasar re vista @los problemas, presentae uc repuiblica en estado de fun ion: ppecto de la vida social ja la minuciosidad organizadora, el horror al azar, de sus sucesores ‘No debe sorprender que Moro eligiera un tipo de econom esencialmente ageicola; es una constante en el utopista, fi comunismo integral y que permite un disfrute inmediato de los 7.A, Puewosr, Thoma More eo 8.1, SussMUTt, Studien zur enséecuropinne pig, 102 2, pg, 36-41 85 bienes. Dinero y comercio son cesidad y su satistaecién k pusiese en su Utopia una sol por la riqu re lane. que Moro pro: raci6n democritica de condados ai igua y consensus onenium la v aso de Rousse ares. A diferencia de ia como unidad bisica, fen cuenta que no se trata de la familia «natu: sta y centrifugo, si Moro se presenta como un esfuerzo hacia n mas justa y mas human: icluso entre naci podria chocar, dosa, pero Moro se propone un id derecho de gentes, rechazo de la resco; Moro rechaza incluso ese ideal en nombre de valores més humanos. iderse sin anacroni mbre para qu des, hacer fructificar una tierra paces de expl rad que ya sab de orden y de autoridad ante posibles cismas, era un humanista, Moro deseaba una encia individual. El deismo de los wtopianos vuelve a hallar espontineamenter la ley divina «Sus principios religiosos son los si la bondad de Dios la ha destinado a la felicidad, Una recompensa esti reservada a nuestras virtudes y nuestras buenas acciones, castigos a rnuestras malas acciones. Esas verdades corresponden sin lugar a du sgar a conoceras ya El espiritu vale més que la letra y, como «la mejor y la mas enterrada tud de supersti ciones vanas», la vida segin la garantia de encuentro con Ja voluntad divina. Se ha observado que la libertad de espiritu y el ecumenismo 11.V. DUPONT, op it pg, 110. 12.V. Deron, hid ps 9. 87 jaran las conv tianismo, asa de los personajes y Sin embargo, 2no pos pio género itepico? En toda utopia, la Ciudad, su organizacin, su evolucién te renal, son los factores esenciales; es una construecién humana, la creencia ber otra motivacin, debide al pro 1a. ‘Una rel ic ida con dogmas serian otros tantos obsté 5, Pese Por eso, 20 es sorprendente encontrar en esos mundos, un ideal de a profesién de ry todopoderoso, revel cimiento s tar una fe oficial espe: a reserva de abrigar, en el fuero interno, la laveremosen Veiras, Foi {a religion civ contraviniente pues «0 por impio, sino por inso converso al cristianismo que, amparado en st rel incontinente a todos los demasy. Los utopianos, ano por haber 88 1, Eso explica ta subs or una intolerancia civil: las 1, pues, como un qué punto es una obra realista? ierto es que &: egimen capacitado para c plagas sociales de su época,” pero no indica en abs medios para pasar d ala prictica, no abandona el pla las aspitaciones de ados por la justicia que 0, el ejemplo de Mi En resumen, sentido comi stra perfor ciones alos ad indicios inquictantes de constriccidn, «Nada pue cirse 0 hacerse sin que lo adviertan los vecinos» y «cada cust, 3s ojos de todos, esté obligado a practicar deseo dad del grupo mas que o de asombi 14.CG. BSH op it pig. TER. 0p eit, pg. 38 Jos utopii entre necesidad y sde ser un hecho, pero no es ba a, al menos en parte uadictorias de en el que icia? Para G. puras y Moro es pretacién lamesiee en una a Moro en, Jia tener? J. H. Hexter se portavoz de uria clase media ado por Ia Iglesia y la aristrocra pi es ante todo la forgullo el verdad to cancer social; su reino imaginario es aquel en ¢l que dicho guillo, cuyo primer signo es la econon parccido; de esa voluntad de hu comin, el uniforme, a identidad de fa educa cin de la propiedad privada, la obligacién del trabajo y de a idad. Ast, pues, en su caso no se rata de un «cormunismo cnizaros», como en el de Platén, ni del comunismo med tminorie admitide teas tin no val y monéstico, reservado a tt viciado, ni del comunismo de los Padres, el de una edad de ino- cencia, po social. La perspectiva de Moro no es eco sino morales la de un hombre de arden, que quiere laf del pueblo, pero no por el pueblo, cuyas violencias teme. Sea como fuere, la propia diversidad de las interpretaciones pone bas erés de una obra rica, en la que lad encontramos la complejidad del propio Moro, en su triple ape xo al pasado (respeto de Roma y fi al pre sente (conoc mas sociales) y al menos ha de haber coincidencia en reconocer que Moro lid, ¥ tho tiempo, las ambiguas caracteristicas de la utopia Diversidad és de Tomas Moro y a lo largo de todo el Ren miento, fa utopia iba a proliferar de sepente después de lencio de varios siglos y estalas, literalmente, en opciones contradictorias. Parece como si el de sueiio o de bu irel orden cronoligico de cssas sucesivas eclosiones para comprobar hasta qué punto la apto para plasmar Jas aspi vversas, de la utopia social y politica ala utopia teoldgica o ales g6rica. Junto al espejismo de los grandes. amplia los horizontes, se a cestante, teocnitica o ecientifista», comunista o aristacratica, lx x utopia presenta todas las facetas de una reflexién cuyo centro es el hombre. Si bien Moro habia instaurado en su isla un deismo razona: le inspicado por fa fuz natural, otros se mostraron menos tol rantes. Su primer epigono fue Johann, Eberlin (1460-1533), nracido én Ginzburg, ea Suavia. Aquel hija de campesino, tes: chido de teologia y monje franciscano, descubris de repente su fa al escuchar a Lutero en Wittemberg; arr0jé Ja sotana o las ortigas y se volvi6 un combatiente encarnizado del nuevo Evan eli. esta constituida por el décimo y el undécimo de ina serie de quince panfletos titulados Finfzebn Bundsgenos sem («Quince companerosn): es Wolfarta (1525), En ela ya no queda gran cosa que recuerde af humanismo de Moro; el tono es inflamado, vi blanden el anatema, 0 siderada digna de ocupar a los ciudadanos, el comercio esti prdccicamente pros mncuarias muy estrictas ciges el severas. La comunidad velar ios, e gobierno esté licos asalariados y elegidos. Pero ese oF no €s la esencial del suefio de Eber sthala sobre todo su célera a Iglesia, En Wolfaria, los monjes la Sotana y los monasterios. Las casas rel ite a ningiin postufante antes de iin casarse, los conventos se con certinin en escuclas © to y los ritos;disminucién del mi , dliminacidn de varios sacramentos y de la venta imo, los sacerdotes no casados, viven co mbes, son elegids por su parroquia y no gozan de snta perfectamente el pe Jos demas honor particular alguno. Eberlin rep protestante es ante todo un inter orpanizacign social 23-S.G. Bett, Juhenn Eber, pi. 128 3 ane, Caranena, Ma ro de la Mar Guaranies ere

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