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Transformando la Naturaleza EL ALQUIMISTA Riqueza y salud estaban en el punto de mira de unos hombres, mitad magos, mitad cientificos, que con sus teorias filos6ficas y sus practicas de laboratorio configuraron un saber, el de la alquimia, que pretendia perfeccionar los mas diversos ambitos del universo creado. CHIARA CRISCIANI sigue sus pasos y explica su auge durante la Edad Media ratando de unificar en una sola definiciéin las formas de alquimia que se dieron en vit rias civilizaciones en China, en el mundo helénico, en terrtorios del Islam), puede decirse que se trata de una prictica operativa de transforma. ci6n concreta de sustancias materiales, realizada en un laboratorio, Tal trans. 1 “perfeccio- nar” todos los niveles materiales de lo creado (el cuerpo humano ineluido) y a mayoria de las veces se efectita a tra- vés de un agente perfeccionador que no existe en la Naturaleza, ¥ este agen te Capiz, elixir, medicina) es el princi- pal objetivo de las operaciones alqui- micas, por cuanto transmite lt propia perfeccién a los cuerpos oportuns: mente preparaclos sobre los que es pro: yectado, Sobre esta base también en el caso de la alquimia medieval (siglos XIEXV)~ son varios los objetivos particulares de las intervenciones del alquimista, Para empezar, la transmutaci6n de los me tales, la amada alquimia metaliggica, cs decir aquella serie le operaciones por las que los metales viles, por medio del Lipiz, son llevados a la perfeccién del oro y la plata, Junto a este objetivo principal, se regisira también ystancias inalterables (perlas y CChiaza Criscunt es pratesora de Filosoia. Medieval, Universidad de Pavia, 80 a La solucién perfecta, iustracin de! manusertaalquimico Pretossimum Daum ei, siglo XVI, Pais, Biblioteca del Arsenal gemas artficiaes, cristales y pigmentos especiales) y la bisqueda de “medica mentos” equilibr ferir incorruptibilidad al cuerpo huma. 120 0, ain mejor, en la cultura cristiana, Ja curacion ripida y completa de las enfermedades y la prolongacién de lat salud y la eficiencia en vida hasta el término previsto por Dios" para el or- ganismo (alquimia del elixir 6 alquimia de la prolongevidad), Results evidente la proximidad entre las pricticas de los alquimistas y las de los antesanos (vidriesos, tintoreros, jo- yeros, herreros, farmacéurticos), pero en tre unos y otros existe una diferencia Fundamental Un arte filos6fico Silas instalaciones y los proce tos a menudo son realmente astan milares, los alquimistas se distinguen del esto porgu cen el manejo de reflexiones cientifico- filosdficas y religiosas que las justifican, encuaidran sus operaciones apoyan y orientan, Las priicticas artes rales, por el contrario, remiten a una tra- dici6n onal, a un aprendizaje de taller, tarios; a alguimia ~en ka que ta bign se dan estos aspectos- se estruc fa, ademis, como una disciplina, 0 5 como un conjunto bastante amplio de octrinas y textos, Asi, la teoria resulta nto aa tradi se desatrolla uns tradicisn cerita, la mas sla forma de de una sabiduria que se define filosofica a noble y ex- celente de la filosofia”, y “arte filos6fi Por otra parte, se hace referencia a muchos libros y a su estudio, que sultan indispensables para practicar el Miniatura medieval que represonta al alquimista arabe Zacith consultando ta Tabula Smaragdina, us testa bisico dela alquitia latina y drabe,atrbuido a Hermes Timegiso, nt flosifiea; los alquimistas necesita, también ka especial aa losofia’, diferente en muchos aspectos de las concepciones filassfice-naturalis tas y médicas dle orientacion aristorelien y de cardcter eminentemente doctrinario, Hl alquimico es un conocimieao esen: sza de Su “i pes ee dees _misinos alquimisas Clalmenw operativo, un “conocimiento ‘que nace de actuar”, en el sentido de ‘que Solo con obrar el alquimista apren- de, Si necesarios son los libros, en el eer fleséfico del alquimista atin som relevanies el olfato, el gusto, el tacio ¥, sobre todo, los. ojos agnaades y CAMARAS SECRETAS No flan, por ejemplo, descripciones de tan Iaboratorio, Lin texta dl siglo XIV re comienda que se monte de la siguiente ma era: "Bl arifce debe disponer de un ei fico especial, alejado de la vista de les hom bres. En él leer uber dos o tres cars cn las que puedan Ilevarse« cabo las ope raciones para sublimar, conseguir disolu- cones y destilaciones”. En el mismo siglo, el franiseano Buenaventura da Ica, en st cde Lhe Compa dlchas estancias, que algunas debe se ha inosas otras estar en penumbra, pero siempre bien dotadas de ventanas, Con He aade,hablando de cuerda luego con la neces de que el te oratorio estéaislado, ya sea para salva _noardar x quien en él trabaje de las proces ‘as de los vecinos por culpa del mui, bu- mos y lores emicides,o para garuntizatle ierta discreci6n, Bua dedica detaladssdesceipcione es muchos auiesirados y las manos iiles y robust, nipula y en: Tas que trabaja y a las que transforma, Por esias caracteristicas propias la al «quimia n0 €5 una protoquimica, una téc nica de los metales, quiz todav cierta y ennea pero principalmente con ‘continuidacl en la quimica moderna. Ne foes porque su finalidad y sus métoxlos son diferentes y son los propios de una Filosofia operativa del perfeccior to, Aunque resulta cierto que la instru mentaci6n téeniea y varios procedi- siento uansican de la alquimia aa quit rica, Pero la alquinita tampoco es solo tGenica de clevacién espiritual, que tendria que ver con las alteraciones del alma, alegéricamente express por las vivisitudes de los metales, porque si bien es cleo que los alquimistas subrayan la Importancia de una evolucién interior del operador y de la revelacigin de cler- tas culidades suyas, sits son s6lo ale ss condiciones para que el te de sustincias materiales resulte efit Por otro lado, es indtudable que el pro: yectv alquimico voleado en perfeccio: rar aqut y ahora la materia, enc evk unas de bajo conceeto de efectiva trans demtes connoticiones religiosas. El al quimista, de hecho, se pre un fildsofo tenieo que “se ocupa del tipos de hornos, homills ysecipiences pu ‘alos diferences uss que se hallan en un boracoro de alquimista. En nuimerosos mae nuscritos desde ls mis anciguos~ ests ei= dadsimas descripciones van acompafadas por dibujos muy detalladas, parsalegria de Tos historiadores de las eécnieas y Jos ins- ‘ramentos: Fn otos tantos cass, por el con ‘tatio, ls operaciones alquimicas estén re presencadasalegéricamence en esplémlidas iusteaciones simbélica. Peto, a peopéita Ade manuscrtus y como ya hemes dicho, has ‘wel siglo XTV escasean os latinos medic- voles: algunos han jugado con la hipotesis ‘de que sea debido al hecho de que, hasea di ha época, la préticn prevalociera sobre el desarrollo dela torts, y que lo ecasos tex tes, tilizadas como prontiatos ef i seti= ‘iad de laboratorios Hens de humo entre fuego, deidos y Liquids corrosive, suftic~ ran a menu datos y deservecin TRANSFORMANDO LA NATURALEZA. EL ALQUIMISTA ENTRE LA MAGIA Y LA CIENCIA. LA ALQUIMIA filoséfico, porque prendia a ambas en intima union’ Del Islam a Europa La alquimia ~e! término mismo, los tex tos funda tuna latina los autores de ina, atribuido a como de una absoluta n le se afirma que la da totalmente por los lat prictic s novedad! ra. clis tilacién que el a cabo replante Un alguim Un alquimista muestra asus disipulos las piginas de la Tabula Smaragdina, miniatura del manuscrto Alchemica, siglo XVI, Manchester, J. Rylands University Library. FASES DEL PROCESO ALQUIMICO L_2iinm Pl di Taran oo yorciona una lista exhaustive de las operaciones que el alquimisa lleva a cx bo con los metales y minerals: sublia cin, destilacién, calcinacién,disolucin, solidific in, endurecimiento, encerado, ‘A éstas luego se les afaden las operaciones dle ensayo ~cimentacién y crisal- conoxci- das por varios tipos de artesanos desde la época helenitica, También Roger Bacon, en su Opus Tersiam, peoporciona una lista atin mis detallada de los procedimien: tos. Ademés, hay numerosos y variados ‘sxquemas que definen el conjunco del pis Por otra parte, el propésito del proceso y su desarrollo quedan reducidos a cuatro f- cles y pueden comportar muchas operaciones): ses (que son repetibles & watios ni reducir cualquier sustancia una mas in forme, indistinea(nignd) ecuperaeen ella los cuatro elementos y refinarls (abate) restruccurarlos de forma equilibrada (om gelato); Sj (fixatio) a peteccign as ob tenida, Este producto proyectard luego su perfeccn sobre otros cuerpos, su ver pre ;parados con varios procedimientos. técnicas e, incluso, en los siglos de de: tetioro de los estudios, estos conoci- ‘micntos permanecen vivos, aunque frag mentados y debilitados, en los lapida- Fios, los recetarios téenicos y en kas en- ciclopedias de la Alta Edad Media. Sin ‘embargo, tales informaciones y nocio: nes se ven privadas del fondo teérico ¥ filosotico que define el proyecto de transform materia espeeifica de kt alquimia, Dichas teorias y perspectivas filossti- ‘eas Son justamente vistas como “nuevas’ Nuevas y todas ellas tomadas de la cul turt arabe, heredera y teansformadora de la alquimia helenistica: de hecho, es la cultura drabe la que crea las teorkas \cidn-perfeccionamiento de la espeeificas, los concepts, la misma ter rminologia técnica y las principales orien taciones doctrinarias sobre las que se ba- ‘st a alquimia latina medieval ‘Tras una prim de vida aper: tra frente a este conocimiento se con: firman, también en Oceidente, kineas y cortientes alquimicas relativamente au {6nomas de fa influeneiaislémica, y uni das, por el contrario, a los desarrollos cientificos y filoséficos que, espec mente con Ia institucién de la univ sidad, el nacimiento de las érdenes ‘mendicantes y el desarrollo de la cul- tuna de Conte, hacen panicularmente vi vo el panorama docte los XIII y XIV. Aunque integrado en es te panorama, el programa alquimico, so- bre todo por el peso dado a la operati- vidad, a la transformacién concret tuna relacion de colaboracién con la Na turnaleza, resultard siempre ansmalo re pecto de la filosofia nat centonces dominante, No es a lidad que los programas alquimicos no estén incluidos en los curricula univ ul aristotel sitarios, y la alquimia permanecerii co- ‘mo un conocimiento no institucionali zado, estructurado, ¢s cierto, pe segtin las reglas de la propia Todo por el oro la trayectoria de la alquimia k na pre senta varios momentos significativos centre los siglos XII y XV, En una pri meta fase se impone, comprensible mente, la perspectiva metalirgica. Des- de un punto de vista tesrico, porque las doctrinas drabes proporcionan cono: cimientos sobre el mundo inorginico poco desarrollados en el sistema nat- ral aristotelico; desde un punto de vista NSFORM ‘Mambiques que utiizaban los alquimistas en sus laboraterios, en un manuserito del siglo XV, Padua, Biblioteca Universitaria, ‘operative, por cl obvio interés econé: mico que comportan kis pricticas de transmutaciGn. No es casualidad que principes y potentados est estas promesas, y hallamos alquimistas hhuespedes, con suerte diferente, de pe ‘quenas y grandes Cortes; intereses al- quimicos de varios tipos se hallan pre sentes tanto en la corte de los papas del siglo XII como en la de Federico IL uno de los pri- ‘meros autores latinos de alquimia~ es cribe textos en los que coordina nue- vas doctrinas arabes con aportaciones Aqui, Miguel Escoto artesanales ya conocidas, y enlaza la rset logica, hi rrespondencia entre metales y planetas, alquimica con la ciencia astro- Contra los falsarios En la alquimia metaliagica, e tina més significativo es la Summa per fectionis magisterio (atribuida al alqui- ‘mista arabe ¢ idad eber y escrita en. por el franciscano Paolo di Taranto, ha ca mediadlos del siglo XUD. Junto a las criticas tedricas, las acu- saciones: si, como parece, los alquimis- en imitar a fa Naturaleza, no “obtienen verdadero oro con sus opera- tas no puet ciones; tratan de hacer pasar por ver enido’ metales viles modificados s6lo en su dadero un oro es decir apariencia y en la superficie. Por unto, son unos falsarios Sobre estas premisas, las Orcenes re- ligiosas wetan el estudio y la prictica de! ante, y el papa Juan XXII conde alquimistas falsarios en 1317 ddenas ~que testimonian por otro lado la amplia difusin de la alquimia ~parece los Estas con- ANDO LAN ENTRE LA MAGIA LEZA. EL ALQUIMI LA CIENCIA. LA ALQUIMIA ALQUIMISTAS CON HABITO en sts nombres de francis ‘anos ligados ala alquimia. Roger Bacon, en el siglo XIIL, juega un papel pe mordial tanto en la spraciéa floséfica de la alquimia drabe en la cultuea latina, proposicign de nuevas Kness en Iaalquimia del elixir, Segin Salimbene de ‘Adam, practica la alquimia (agus enten dida como atte metalrgico) es el undé imo “defecto” del discutido general de la Orden Elia da Corcona (a quien se att buyen opsisculos y sonetos alquimicos juneo a su orgullo y a su codicia de rique zas, Bonaventura da Isc es definide por el mismo Salimbene como “sabio, in dustroso y sagacsimo” y es aucor del Li ‘er Conpustll En 6l podemos leer prs logos significativos (sobre el sentido del arte, su finalidad, la org ign del trabajo alquimico, el uso del *ealento” recibido de Dios) y muchas reetas: algunas son espe cificamente alquimicas y minera- légieas;orras mds alqumico-mé- dicas. Resulea importante la con- tribueidn de Bonaventura a la al ‘quimia de las aguas medicinales, en os confines enere alquimia, me- dicina y farmacologéa. En cl si _slo XIV destacan dos nombres: Ar nat de Vilanova y Giovanni di Ru pesciss. EI primero no es francis ‘ano, es un médico famoso en su profesin (es médico de papas y re yes) y come catedritico en la Uni versidad de Montpellier. Aroau, aunque laico, hace suyos ls idea les evangélicos de los franciscanos tspirituales de Provenza, a quienes sostiene con su prédica, sus polé- ‘mics escrtos y obras plas, con el apoyo de ls potentados y con pro- ppestas de reforms, A Arnau se Ie ateibuyen varias obeasalgusmicas, coherentes en sus propuestas de fi- rapéuticos, Giovanni di Rupescis sa, po elcontrari, pertenece ala corciente de los esprituales. Sul bro sobre la quintaesencia desarto- Ia plenamente Ia integracign en tre técnicas destilaorias yalqui mia terapéutica Hay quien a juzgado singular y visto como una ioniade la Historia cl interés de los franciscanos, defensores de la pobreza, por la alquimia, arte de prod cir oro riqueza En realidad, su interés es 14 decididamente voleado en la alquimia rerapéutica y la prolongacin dela vida. Y verdaderamente no es tan extraflo que «quien, como Bacon y los espiicualistas, s- _gue un programa de profunds reeto re ligiosay ecesal, wea en la alquimia ~ate de la transformacién y del perfecciona- ‘miento dela materia~ un ausilio precoso para sus propios fines, a la vez que un ca- so ejempl de renovacién 1 fildsofoy lentficofranciscano del siglo XII Roger Bacon, segin un grabado decimonémico. 85 Et adept, istacion de un vata de sigfa XV) ‘que describe las diversas operaciones del ‘proceso alquimico, Londes, ish Musum, | fies intent acini caspeinee feieretinpescpeiepic tells wr que ca. F igualmente decimos que pose virtud ¥ eficacia superiogs al resto de medicines Y que realmente pucde curar tox las Feemedauls del cuerpo bumano (...), Por cst, ya que es de nacuralezasutilisima y pobilfsima, y conduce # todas las cosa 2 $0 emperamento perfecto, conserva li saad y tefuerza las energies, y las muleiplica 86 LA PIEDRA DE LA JUVENTUD EL INQUISIDOR MERIC A FINALES DEL SIGLO XIV, CONSIDERA FALSARIOS A TODOS LOS ALQUIMISTAS Y LES ACUSA DE PACTO DEMON{ACO que no tuvieron efectos relevantes, vis to que se contingdan escribiendo textos de transmutaciones, incluso dedicados 4 pontifices-, Y si el inquisidor Nicolés Eymeric a finales del siglo XIV, consi- era a todos Los alequirnistas falsaries y les ueusa de pacto demoniaeo, otros tes tigos, los jurstas, recuerdan transmuta ciones eficaces (Giovanni d’Andiea de- clara haber asistide 1 ellas, incluso en kt Curia papal, y juzgan legitime el arte transmutatorio, siempre que se ejercite bajo e! control del principe. 1 en el siglo XIV' la alan mia metalirgica parece resentise por es tas exclusions y eritcas, La transmuta- ign de los mieiales permanecers entre Jos Fines de la alquimia, pero es justo. ‘el programa de transformacin de la ma- teria el que (quiza también por la dit cultad de fundar plenamente la trans rmutaci6n) se articul y se alanga a otros objetives, sin embaty El elixir de la vida En esta direceigin, los alquimistas del si- ‘glo XIV desarrollan las muy innowadlo: ras perspectivas que ya Roger Bacon ha bia avanzado sobre la base del pseudo ariwotelico Secretum secreiorum. Para Bacon, [a alquimia es una ciencia que cengloba cualquier tipo de generacidn y transformaci6n y es, por tanto, li hase de ia medicina y la alquimia prt Es tes capaz dle producir oo mas perfecto que el natural: sobre todo puede pre hase el punto de rejuvenceer a os viejos (.)-Poreso, hijo, sila poses, poses un te- sore que no perece. Adems esta medica lene ain oo poder, que e el de quitarle los defectas a cualquier scr animad ye de ‘ivificar todas las plantas en primavera, ‘aus de su gran y maravilloso calor” (De Pend Ll MC Pesein, ine di. Tenant 0 ale be ds mab Tentn, ISAM, Spot, 1992, pp 109-110) disponer “medlicamentos” en los que la incorruptibilidad (perfeccign) de los me- tales nobles se una al dinamismo de la vida, Se trata de “Firmacos", de elixires que maltiplican su perfecciin kimbien sobre el cuerpo del ser humano, garan- tizando salud y longevidc Esta orientacién “terapeutica’ aproxima estrechamente fnwchas diferenctas, alquim cs tipica de la alquimia kina de la ‘dad Media tarda, Se exprest en textos my amplios, filosoficamente: absor- bentes, ricos en intercambios con la fi. losofia natural y la medicina contempo- nea (el Testament atribuide a Ra al fa que y medici- ‘mon Tull el Rosarfos atribuide moso médico Arnau de Vilanova). es alquimia del clixi se contigs, ade ns, en el siglo XIV, con la preeaisten: te tradici6n farmacologica de las aguas destiladas; muevos hallazgos teenicos permiten ki destilacién del vino. El aquardiente y el alcohol asi obtenidos coinciden con li idea del elixir en la ‘obit de Giovanni di Rupescissa: él de. Tine come *quintaesencia” este produc to, que repetiria en la Tierra la incor rruptible materia de los cuerpos celes: tes, Ademtis, segan él, con ef alcohol es posible exter ki quintaesencia de ous sustancias, y obtener fi patos mus oft ceaces que los tradicionales, Estas co- rrientes medicofarmacologicas repre sentan el miximo desarrollo de la al- ‘quimia latina medieval: Paracelso, en el siglo XVI, tambien partied de ells Quiéa es el alquimista” Es cieno que, mente en los sighos XIII y XIV, uuno tiene la impresion de que quien se edica a estas investigiciones es un me ico, 6 que al menos tiene una buena reparacion médica. Nada mis eréneo sequin las investigaciones actuales, por- aque fa gues del alquimista conto tal, su papel, su pertenencia social, son ba tante dificles de descifrat, Falta, en es te caso, documentos que iaformen sobre otros trabajos y profesiones, Investiga ‘clones, cursos de formacidn, prestacio- nes qu alguimicas, no esta instiucionalizaclas, son confiados a los testinionios de los demiis demasiado, IRMANDO LA NAT RALEZ a menudo polémicas 0 malévolos, y a los mismos textos alquimicos: no esti documentados en cattularios univer siturios, ni en registros de corpo- saciones ni en listados En los textos de Los alquimis tus, sin embargo, hallamos ung, documentacion que resulta sin duda significativa aeerea de imagen que ellos uatan de dar de su sabiduria y de ellos Para empezar, el alquimis- la se presents como filisofo yanifice. Asi abundan, como apertura dle sus tratados, las remisiones a langas y spe das leewuras, a Jos muchos li- bros, 3 vigias de estudio. se apoysin en indlcaciones sobre robustez, salud, vigor fisico, sentidas agudos y adiestr- dos, condiciones de oirt par (e indiypensables para alton- tar las fatigas fisicas del opus, Lega vienen subrayadas ciertas actitudes caracteris ceas que el alquimista debe poseer, Estar clotado -reps ten los textos volencia, humildad, devocion (necesaria para obtener la ayuda divin en una actividad {que se aprox a ka del Cre- de bene ador); de laboriosidad, cons- tania, paciencia (sin las que le seria imposible conteolar y seguir con (las operaciones del Laboratorio), Perfil de! alquimista Dos son lns condiciones considderadas in dispensables pura el trabajo de ale ta, Para empezar, que tenga una aumplia disponibilidad economica; este arte —e no es part pobres, Ingredientes, libros, instrumentas, el misino Laborato rio, son cares, Niel alguimista pude va Jorar con cemeza el tiempo necesario pa ra conseyuir el Exto (de hecho, contin recomendande paciencia), asi que no puede progrumar con seyuridad la pro- pia inversion. Asi suena una adverten- tia repetida a menuica: *Que nadie em prenda estas operaciones si no cuenta con fonds abundantes, al menos para ‘dos anos, para poder comprar todo aque No necesario pant este ane. Si uno co: anienza iqualmente y desp dinero, perder his sustancias y todo le falta el La Luna y eS, simboles alquimicos de lo emenine y lo masculine, miniature de ‘Splendor Solis, 1589. En resumen la alquimia (metabingiea) seria un arte que multiplica rique? riqueza, y por cllo suseita inquietudes tics sobre el destiny social de tales 1i- quezas, Qui 4 ra76n pot la que el lugar privilegiade para las act vVidades de los alquimistas metalirgicos son las Cartes, con sus principe avides © impacientes de resuluidos, pero bue fnos patrones ¥ financiers. YY, por ova. parte, también por la per- plejcad moral que suscita est forma de prodocir riqueza, al cokjsticos, aun juzgando a la alquimia cienuilicamente posible, desaconsegin vi vamente su prictica, Realmente existe el peligro de que provincias enterss se con- viertan en prests de una confusion eco- Gmico-financie de i sea por par ana superproduc Gn del preciosa metal, Sin hablar de que, por experanza de una riqueva tan Fil, se abandanen los oficios y su sub- Viewta asf el orden social La otra condicion, siempre reco- mendada, es el silencio: los al- quimistas deben ser cautos y pprudentes al hablar, actitudles que nos retrotraen a preocu: paciones *monapolisticas Dropias tambien de otros prey Fesionales. Pero sobre todo, ala conviecion de que a es te excelso conocimiento s6- lo pueda acveder aquel a quien el alquimista mismo Seleccione, con un lenguaje fa veces intencionadamente criptico, Por lo dems, ad vierten muchos autores, slo especiales iluminaciones di vinas, o-mejor atin providens ales enctienttos que el prin Gipiante mantiene con los ‘maestros mis expertos. pue den actarar los textos osc: 10s. En de estos encuentros, kt rela isin eine alquimistas se de survolla siguiendo etapas de: nas. Fl que mas. sabe. comprucha en el otro a pre sencia de kis dows nevesa tins, y se dediea a porenciae: ius deseripciones las; Ing dos len juntos los rudicion y se es Fuerzan por interpretarlos y por superar las contradiceiones de los autores que, a la postee, se revekan 95 Jo aparentes. Sobre todo macs y alum ‘ho trabajan juntos: ademas del estudio diligerte, de las pruehas repetidas con paciencia, el “aprender actuando” jun to a alguien mis experto, es la forma textos de ls tipiea de adiestramiento, Para conseguir pericia, aduenarse de providenciales insestros, viaja y mucho, Fl viaje, es cierto, puede see un Zopes que alude a un itinerario ink ciitieo del adepto, Por otra parte, sin embargo, el alquimista Leonardo de Maurperg (siglo XIV) ha dejado una thes- cripeién muy minuciosa ce su laryo pe regringje. Real o metafdrico, quizit es el propio vial lo que indica la esencia del pprogeana alquimico: un scortido ~de la materia y del artifice desde las ca rencias y los errores iniciales hasta la es tabilidad y la perfeceién, 7 87

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