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LEY DEL 21 DE JULIO DE 1876

Se nos presenta a analizar el texto conocido como la ley del 21 de julio de 1876 por haber
sido en esa fecha publicada en la Gaceta de Madrid actual BOE. El escrito es una fuente
primaria de naturaleza jurídica y tema político. Su carácter es público pues al tratarse de
una ley va dirigida a todo el pueblo español. La ley se marca en la época conocida como la
Historia Contemporánea de España, durante la Restauración, más concretamente tras el
final de la III Guerra Carlista. Su autoría es individual puesto que fue redactada por Canovas
del Castillo dirigiéndose al pueblo español, si bien iba principalmente dirigido a las
provincias vascas.

Tras realizar el análisis de este texto podemos determinar que la idea principal que hila toda
la producción es el deseo de abolir definitivamente los fueros concretando sus obligaciones
resumidas en el primer artículo. Con este objetivo se proponen una serie de medidas
reflejadas a lo largo de todo el articulado. En primer lugar, en el artículo 2, se hace alusión al
fin de la exención militar y a la obligación de las provincias vascas a contribuir
proporcionalmente en el reclutamiento de hombres [“…obligadas…a presentar…el cupo de
hombres que les corresponda…”]. A continuación, en el artículo 5, se hace referencia al fin
de la exención fiscal estableciendo igualmente su obligación a contribuir proporcionalmente
a la recaudación [“…obligadas…a pagar, en la proporción que les corresponda…”].
Finalmente en el artículo 4 se recuerda a las provincias que ya no disponen del pase foral
pues fue abolido por la Constitución de 1837 y por los decretos de Navarra y Espartero de
1841 [“Se autoriza al gobierno para que… proceda a acordar…todas las reformas que en su
antiguo régimen foral exijan…”] y que por lo tanto tienen la obligación de acatar esta ley, si
bien se prevé un posible régimen excepcional siempre y cuando el gobierno lo considere
oportuno y las cortes sean informadas.

La ley se enmarca tras la III Guerra Carlista (1872-1876) que aconteció durante el final del
Sexenio Democratico y el comienzo de la restauración. En aquel momento España venía de
un largo proceso de abolición foral que si bien comenzó con los Decretos de Nueva Planta
(1707) ,que tras la guerra de sucesión abolieron los fueros de la corona de Aragón, será
causado principalmente por la división entre los absolutistas defensores de los fueros y los
liberales cuya defensa del centralismo y la igualdad entraba en conflicto con el fuerismo
como podemos ver en la constitución de 1812, primer intento fallido por parte de los
liberales de abolir los fueros de las provincias vascas y Navarra. Esta división se acentuará
tras la muerte de Fernando VII quien habiendo derogado la Ley Sálica (1713) dejará en
manos de su joven hija el trono de España, esto desembocará en tres guerras sucesorias e
ideológicas denominadas guerras Carlistas en las que la cuestión foral estará
permanentemente presente. La primera guerra aconteció bajo la Regencia de María Cristina
de Borbón (1833-1840) y finalizó con el Convenio de Vergara (1839) reconociendo en el
pacto los absolutistas a Isabel II como reina a cambio de la aceptación de los fueros
siempre y cuando estos no entrasen en conflicto con la vigente constitución de 1837,
requiriendo está condición unos cambios que no se llevarían a cabo hasta estar ambas
partes de acuerdo. Navarra llegará a un acuerdo con el gobierno y redactará la ley
paccionada de Navarra sin embargo las provincias vascas optaron por no colaborar y al
inicio de la regencia de Espartero (1840-1843) se uniran al pronunciamiento moderado del
general O’Donnel que fracasará y llevará a su abolición a través del Decreto de Espartero
que abole el pase foral y las aduana del interior. Con el comienzo del reinado efectivo de
Isabel II bajo el gobierno de Narváez se restauran parcialmente, pues el pase foral
permanecerá abolido, los fueros de las provincias vascas a través del real decreto del 4 de
julio de 1844. El reinado efectivo de Isabel II culminará con el pacto de Ostende que unirá
tanto a progresistas, como a demócratas y republicanos para derrocar a Isabel II hecho que
conseguirán con “La Gloriosa” revolución de 1868 que terminará con su exilio, se inicia así
el Sexenio Democratico (1868-1874), periodo de alta inestabilidad política que se inicia con
el gobierno provisional del general Serrano durante el cual se busca a un rey democratico,
Amadeo I, quien renunciará al cargo dando paso a la I república. A raíz de la elección de
Amadeo I estalla la III Guerra Carlista (1872-1876) que trata de colocar a Carlos María de
los Dolores nieto de Isidro como rey. Al final del Sexenio Democratico se restaura la
monarquía con Alfonso XII, quien con la ayuda de Cánovas del Castillo redacta la
Constitución de 1876, dentro de la cual destaca la centralización del estado. Se redacta
como matización de esta la Ley del 21 de Julio de 1876 tras la derrota del ejército Carlista
retomando la cuestión foral, ésta concretaba la obligación militar y fiscal de las provincias
vasca si bien se preveía la posibilidad de un régimen excepcional siempre y cuando el
gobierno lo considerase oportuno y se informará a las Cortes.

Podemos concluir, que este texto es una fuente muy válida para analizar el final de la
cuestión foral en España. Desde entonces, y de modo constante, se reclamó en el País la
restauración foral plena lo que llevo a la creación de un movimiento nacionalista vasco, cuya
consecuencia más destacada fue la fundación del PNV por Sabino Arana en 1894. Si bien
no se volverá a conseguir aprobar los fueros se concederán en 1878, como respuesta a la
pobre acogida de la ley del 1876, los conciertos económicos que cedían la responsabilidad
fiscal a las diputaciones siempre y cuando esta contribuyesen proporcionalmente a las
arcas del estado. Esta concesión del estado de la cual se esperaba una corta vigencia
durará hasta nuestros días a excepción de una pausa en los conciertos económicos de
Vizcaya y Guipúzcoa durante la dictadura franquista que será derogada con la constitución
de 1978 la cual garantizara el respeto a los derechos históricos de los territorios forales.

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